• Expedición mortal — [Trama de Spirit Soul 8.1] — Rise in Tempus •

Los ensimismamientos que a veces protagonizo cuando tengo al menos unos pocos minutos para pensar en ocasiones tienden a prolongarse por un largo rato debido a la naturaleza introspectiva que les caracterizan. Naturalmente, se puede decir que por siempre estar elucubrando sobre ciertos temas esotéricos y de índole espiritual o psicológica se me puede considerar como una especie de pensador libre y abstracto en busca de respuestas para ciertas preguntas que los mortales siempre nos hacemos con el fin de explicar cosas que por lo general no poseen una explicación razonable y fija.

Incluso en esta nación tan avanzada tecnológicamente como lo es Tempus hay muchas interrogantes que aun siguen sin ser contestadas pues el hecho de que no hay una forma lógica y científica que pueda dar forma a los sucesos que son investigados hace que deba recurrirse a la filosofía para buscar una solución "valida" que permita entender al menos un poco mas como es que este mundo y lo que lo rodea funciona, sea ya producto del poderío omnisciente y todopoderoso de un demiurgo supremo que gobierna sobre los dioses que se ven todos los días o, espero que así no lo sea, todo este universo y lo que en el existe sea el producto de una mente enferma y cruel que juega con la vida de seres ignorantes e incapaces de percibir o siquiera comprender su existencia.

Verdaderamente, seria una especie de "No poder comprender la forma" de aquello que nos ha creado, si es que se trata de seres fuera de esta dimensión siquiera. Después de todo, hay teorías sobre como este universo bien podría tratarse de una creación digital, una simulación en la que todos somos inteligencias artificiales que operan bajo parámetros pre-establecidos y bajo unas reglas de hierro que no pueden ser rotas hasta que no sean comprendidas. Reglas y leyes que, para nosotros, son conocidas como las "leyes de la física", burdas explicaciones sobre porque el universo opera de esta manera, pero aun cuando sabemos que estas pueden cambiar debido a la naturaleza volátil y mutable de la cuántica universal.

Pero demasiado ya de estas divagaciones, pues nuevamente estamos siendo atacados por estos monstruos de hielo y helada furia que quieren impedirnos el paso en nuestro avance hacia el objetivo que nos lleva en esta expedición. Sea cual sea el objetivo, lo que si se sabe es que estamos en busca de algo que la Ministra quiere, y como buen soldado debo pelear para conseguir tal objeto... incluso si eso significa que apague mi mente y me vuelva insensible a la carnicería que puede llegar a desatarse en estas heladas montañas.

Puede que sea porque ya sabemos que pueden hacer estos helados amos de la zona, pero este nuevo ataque ha concluido de manera aun mas rápida que el anterior, pues apenas se ha tardado unos minutos para que la vida de estos seres de un infierno de nieve eterna y frío glacial cayeran rendidos a nuestros pies con sus cuerpos cubiertos de sangre fresca. Curiosamente, eran cinco gigantes los que habían atacado, pero ahora solo veo cuatro seres desparramados por ahí. Es muy posible que, en si mismo, el ultimo se haya esfumado para alertar a mas de estos enemigos con el fin de preparar un nuevo asalto a las tropas de Tempus y compañía, pero una extraña sensación en la base de mi nuca estaba manteniendome bastante inquieto, como si hubiera algo mal en todo esto.

Y, como tal, mi presentimiento de peligro se vio confirmado cuando desde las sombras tras la comitiva surgió el ultimo gigante, una mujer bastante grande cubierta por una capa que fue interceptada por un ataque certero de Kanu, quien estaba cerca mio en esos momentos, pero era algo que no habia logrado detener el avance del enemigo pues este seguía avanzando lentamente pese a que parecía estar sufriendo grandes daños por el ataque de la teniente. Para no ser menos, aferrando una de mis lanzas con las dos manos, me moví raudo y veloz colocándome detrás de esa Jotun asesina y le dí un fuerte golpe de canto con el asta de mi arma tras las rodillas, con el fin de hacer que el mismo peso de esta le haga caer al suelo y quedar inmovilizada por unos momentos.

No mas que eso era lo que podía hacer en estos instantes, en los que miré de reojo a la mujer que siempre veía en todos lados.

Datos:

Interacción:

El miembro 'Viktor Leonhart' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

'Dado Titanico' :

Resultados : 5

Era simplemente una mas, de hecho no podía mostrar sus pensamientos libremente como cualquier civil o superior, pero quien nace de una condición se muere con ella y Kanu Doragon era estricta en lo que a su personalidad y costumbres se tratase.
Para ser semidragona no era ser orgulloso en sí, pero la negatividad, gestos y comentarios sobrantes y un tanto hostiles le cargaban su puro espíritu y constantemente intentaba evitar pensar demás para evadir una situación incómoda para el resto de presentes. Tenía la enorme educación y respeto que quizás a alguno le faltaba.
La teniente era una ser de hechos más que palabras, aunque su fama en Tempus y otros lugares de Spirit Soul la hacían una digna oradora para solventar situaciones de todo tipo evitando gestos o acciones a mayores.

Se mantuvo en posición aferrando a su compañera en sus brazos para intentar protegerla en la medida de lo posible a expensa de sufrir diversos daños en su persona. Hacia su posición no solo se venía el ataque dirigido a Lydia sino u segundo que amenazaba su propia persona. Cuando iba a realizar un movimiento para proteger a Lydia y recibir todo el peso de los impactos, dos movimientos raudos se hicieron presente en su perímetro.

Algo raudo con efecto menos el vicealmirante, aquel que parece que está ahí obligado por su madre castigado por algo que hizo mal, realizó un buen gesto al cubrir el daño que iba directo a la joven que estaba inconsciente en los brazos de Doragon. Aquel gesto hizo que la dragona lo observara en movimiento cruzando sus ojos verdes con la orbe de aquel, pero lejos de quedar ahí como un acto valiente de un superior, las palabras que continuaron sus buenos hechos literalmente rompieron la magia que había causado en su persona, produciendo un ceño fruncido en Kanu y quizás un rechazo al tener que morderse la lengua por no romper un código militar que seguía a rajatabla.

No eran momentos de perder el tiempo, mucho menos tras observar como aquellas esquirlas eran evadidas por unas enredaderas misteriosas que estaban controladas por la sobrina de la ministra. Ya habría momentos para poder agradecer debidamente a los presentes ahora tocaba realizar su trabajo. Su primero objetivo de protección a la teniente ya estaba solventado, así que fijó sus ojos en el segundo objetivo, acabar con la amenaza más próxima.

Haciendo caso de las “ordenes” que indicó su superior midió su fuerza creando pequeñas esferas de luz a su alrededor. Las esferas que levitaban alrededor de ella comenzaron a congelarse hasta quedar encerradas en unas flechas de hielo tan duras aparentemente como el diamante. El siguiente movimiento simplemente fue enviar las pequeñas flechas de hielo que impactaran contra el Jotun Alana, provocando que al dañar su cuerpo, las esferas de luz quedaran dentro del cuerpo ajeno y fueran estallando en luz creando multitudinarias de mini explosiones de luz dentro del cuerpo del Jotun, reventando literalmente su interior poco a poco.

La dragona dirigió sus ojos hacia su compañero azabache, que se interpuso en su camino ayudándola contra aquel ataque que iba a ser recibido y por un momento se quedó observando a su persona, recordando la primera vez que lo encontró en la cueva lucero pensando, que el mundo era un pañuelo y que era curioso como el destino ponía delante de ella a la misma persona una y otra vez.

Datos:

interactue con:

El miembro 'Kanu Doragon' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

'Dado Cósmico' :

Resultados : 51

Como siempre, esta expedición parecía estar condenada a sufrir eventos y percances fuera de todo lo lógico en este mundo. Primero, tenemos que caminar por regiones heladas donde, por mas manantiales de aguas curativas que puedan haber, habitan gigantes de hielo con muy mala leche y que no quieren visitas por parte de nadie. En segundo lugar, tenemos el alud de rocas que se nos precipitó cuando estábamos luchando contra esos primeros asaltantes que habitan en esta región perdida de la mano del Lord. Ahora mismo parece que estábamos meados por una manada de Duramboros, porque tenemos una baja de personal propiciada por un efecto climático imprevisto, porque eso es lo que es un rayo que cae de la nada encima de uno de nosotros: Algo imprevisto.

Y resulta que el afectado es Owen, quien una vez fue mi alumno y quien es considerado como un posible hijo para mí y hermano para Alba, puesto que crecieron juntos en cierta forma. Verdaderamente, mi familia tiene mucha mala suerte últimamente. Claro, recibirá curación, pero por los aires desesperados que estaban elevándose y por las expresiones de pánico de varias de las personas que le rodeaban, pareciera ser que el daño era mucho mayor de lo esperado. Como tal, me acerqué a ver como estaban las cosas, pues el llamado de mi hija es mas que razón suficiente para ir a ese lugar.

Arrodillándome junto al inmóvil soldado, empecé a revisar una y otra vez por cualquier clase de señal que permitiera identificar -a base de experiencia personal, aun cuando hay médicos presentes- algún posible daño que pueda ser mas profundo que simples quemaduras eléctricas, pero sin llegar a encontrar nada que permitiera suponer que hay peligro para la vida de mi ex-alumno. Soltando un suspiro, pude relajarme al final, pues la única secuela que quedaba era que estaría inconsciente por un tiempo y que por eso solamente quedaba esperar. Mas allá de eso, nada puede hacerse.

Dirán que estoy pecando de frío e insensible, pero en estos momentos no se puede hacer mucho mas. Estamos en territorio desconocido y hostil y, mas importante aun, las señoritas hicieron una gran labor sanando las heridas que aparecieron, por mas que están algo asustadas.

-Perdida de la conciencia es, como supongo se han dado cuenta. Lo bueno es que este mocoso está hecho de un material mas recio que el normal, así que solo tendrá que pasar un tiempo hasta que pueda despertar y seguir como si nada. Mientras tanto...-Llevando dos dedos de mi mano hacia mis labios, solté un silbido hacia la nada misma de la que habíamos provenido, pues en realidad no importaba mucho llamar la atención de posibles enemigos visto que ya sabían que estábamos en el lugar. Al principio, nada habia sucedido, pero a los pocos segundos de entre la nieve y la tormenta nació una forma incorpórea, que a medida que iba acercándose hacia el lugar podía permitirse ver como un monstruo de hielo y oscuridad a la par de ser reconocido como un benigno ser bajo mis ordenes, pues se trataba de mi mascota Forseti, aquella a la que una vez usé para rescatar a los caídos durante la lucha contra el coloso-Forseti, levanta a Owen y mantenlo seguro y fuera de peligro mientras avanzamos. Bajo ningún pretexto debes entablar combate con las criaturas que habiten en estas tierras.

Criatura inteligente, Forseti. Sabe interpretar muy bien mis palabras cuando le doy una orden concisa que puede seguir, pues ya son varias las veces que he tenido que llamarle para realizar alguna clase de trabajo particular. Se muy bien, también, como es que tiene un carácter bastante volátil en ocasiones, y que le gusta pelearse con aquellos monstruos que pueden aparecer frente a el, pues su raza se trata de una muy territorial y que poco tolera la presencia de seres desconocidos. Pero ahora mismo, considerando como ambos nos conocemos y sabemos bien que se puede esperar el uno del otro, no encontramos situación en la que no podamos operar perfectamente.

Solucionado ya el tema de mi alumno electrocutado por un rayo fortuito caído de los cielos, que es curiosamente una posibilidad muy remota de que pueda ocurrir en un principio -Algo así como 1 en 3 millones-, era hora de seguir la marcha nuevamente. Curación el joven habia recibido, pero no sería suficiente como para que pueda estar nuevamente en forma para combatir y seguir la travesía, y si alguien mas lo llevaba entonces estaríamos teniendo un doble peso muerto extra que limitaría opciones de combate y arriesgaría la vida de todos innecesariamente... Como ahora, que estamos siendo atacados OTRA vez por los Jotun que habitan estas montañas.

¿Debería sorprenderme? Para nada. Es su hogar, saben que estamos aquí y, mas que posiblemente, el primer grupo solo se trataba de una avanzadilla que sirviera para poner a prueba nuestras habilidades. Lo malo para ellos es que ahora estamos mas coordinados y sabemos que esperar de estas regiones de hielo eterno, por lo que el nuevo ataque no es una sorpresa en lo absoluto. Como tal, que uno de esos gigantes helados quisiera golpearme era algo que iba a ocurrir, en especial cuando se trata de un especimen tan grande como el que se me abalanzaba, pero cuyo asalto fue detenido por una chica-coneja que habia visto antes y que, si no me equivoco, es uno de los reemplazos dentro del Custos Dei luego de que varios hubieran partido. A su vez, está el caso de que otras personas atacaron también, entre ellos mi hija, acabando en muy pocos golpes con el enemigo.

Eficacia digna de Tempus, por supuesto.

Eso dejaba que yo pudiera centrarme en otro objetivo, de entre los cuales creo que solo uno estaba libre de daños aun. O, en si mismo, lo estaría porque estaba queriendo atacar a una de las subordinadas de Christa. No es realmente parte de mi familia esa chica, pero como es de la Marina de Tempus y, por lo tanto, alguien que es importante para mi hermana de alma, era cosa de realizar un ataque junto a la mujer y a un joven de cabellos negros, que estaban ahora distrayendo al Jotun y dañandolo de manera algo leve. Tomando aire por un momento, lancé mi cuerpo hacia el enemigo y, con un rápido movimiento de mi filosa hoja, corté la cabeza de la giganta que buscaba clavar una lanza en nuestras espaldas.

-Ni las espadas en el frente ni las dagas en nuestras espaldas podrán con nosotros.-Susurré con voz queda, entrecerrando mis ojos casi hasta dejarlos como unas finas rendijas que apenas dejaban ver lo que se ocultaba tras ellos-Pero pronto seguramente lanzarán una ofensiva con todas sus fuerzas potenciadas por la desesperación, pues estamos convirtiendo todos sus logros marciales en un mal chiste.

Datos:

Interacción:

El miembro 'Master Angelus' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

'Dado Cósmico' :

Resultados : 66

Dicen que la lengua de los ángeles es hermosa cuando se susurra con su tono angelical, aunque las palas que la Hellemond susurro para sí misma más bien, no eran nada agradable por muy hermoso que se oyese el sonido de aquella extraña pronunciación.
Cuando miró a su sobrina al sentir la energía caer sobre ella, ya su hermano se interponía para recibir aquel golpe natural, de otro capricho más de la situación en la que se encontraban.

La de cabellos zafiro no quería ir hacia atrás no podía fallarle a su superior, si ese objeto caía en manos de la revolución a saber los desastres que podían pasar a partir de ahora, pero si las escrituras eran ciertas y las lenguas y sonidos arcanos también, aquello fuera lo que fuese ocultaba una fuerza superior capaz de poder corromper hasta el más puro de los seres.

Tenía que mantener su posición y mucha gracia no le hacía realmente bloquear sus sentimientos para con su familiar, por mostrarse como lo que era la ministra de Tempus. Para nada estaba interesada en aumentar aquel apodo de mujer de hielo que ostentaba por ser la regente de Tempus, pero si era cierto que en este tipo de servicios, tenía que mantener una fría reacción para que todo marchara como debiera. Así tenía que ser.

Lo bueno que tenía la ministra es el entorno donde se encontraba, para una maestra de nieve y de hielo como ella, aquellas bajas temperaturas no eran absolutamente nada y por suerte, el viento helado que producían otros incluso en sus movimientos, no solo servía de táctica para atacarles sino también le llevaba continuamente información a la zafiro. – Estén alerta, aseguren posición y cubran a los heridos, tenemos visita de nuevo. –Indicó la ministra con la vista fija envuelta en seriedad mirando la posición en donde aparecieron aquellas gigantes criaturas dispuestas a vengar a las otras.

Confiaba plenamente en que aquellas no eran un problema para su equipo y permaneció observándolo la situación, calculando movimientos y pensando una estrategia de cómo salir de esa zona y continuar avanzando. De sobra cabe decir que estaba más que preparada por si ella misma tenía que realizar algún ataque o defensa rauda, pero no fue para nada necesario. Cuando los primeros roces de hostilidad fueron avistados las respuestas acabaron con las ganas de seguir hostigando. La ministra volvió a invocar el círculo de sanación, bajo aquellos que necesitaban algo más de recuperación por sus esfuerzos y de pronto sin saber por qué desvío sus ojos azules de reojo hacia su vicealmirante, apartando la vista a los heridos mientras que sentía un mal presentimiento.

Datos:

interactue con:

El miembro 'Christa HelleMond' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

#1 'Curación Cósmico' : 37

--------------------------------

#2 'Tirada Rango 2' : 1

Los grupos grandes suelen ser aparentemente más seguros, eso lo sabía cualquier soldado, pero la realidad a veces era distinta, el espacio tiende a reducirse y un golpe puede no dar en el blanco, el caos es el amo y señor de los combates donde están involucrados muchos elementos que pueden salir mal, afortunadamente el grupo que se desplegaba era sumamente hábil, se conocía a la perfección y tenían una idea aproximada de las capacidades de sus camaradas. Esto es una ventaja entre los mortales y es su gran poder, ayudarse unos a los otros, sin embargo en esta partida de seres congelados la cosa era distinta, todos debían mantenerse vivos por sus propios medios y cada uno tenía que ser fuerte por la horda!

Los mortales cuchillos de Tormas fueron desviados o sencillamente destruidos por una ráfaga que se lanzó contra ellos, incluso algunos de estos con una potencia inferior golpearon su cuerpo, incrustándose profundamente. La tormenta perfecta retrocedió y evaluó nuevamente a su nuevo y enano enemigo, que también sangraba. El la congelada tundra pocas veces te sorprendes, solo ves blanco, blanco y más blanco, ha y ocasionalmente puedes ver algún destello azulado, eso provoca que cualquier cosa te sorprenda o llame la atención. La sangre que se esparció por el aire fue embriagador para el Jotun de los mortales cuchillos, su cerebro congelado literalmente se drogo con el aroma a oxido que la sangre caliente de un mortal expande. Lamentablemente fue un error, pues esto causo que el hombre de cabellos negros y mirada feroz se lanzase rápidamente como un bólido para atacarle. Solo de milagro no murió pero su clavícula se resquebrajo horriblemente bajo la espada enemiga. El Jotun cayó en cuenta que debía actuar si no quería convertirse en abono de… de…  montaña o lo que sea que alimente el hielo para que crezca. Miro a sus compañeros y si bien todos estaban involucrados ciento por ciento en sus combates, quiso hacer algo más por ellos. Retrocedió ante el ataque del enemigo y con una gallardía propia de quien tiene confianza en una segunda vida en un plano astral, conjuro su magia helada. Un cuchillo emergió de sus largos dedos y con gran fuerza lo lanzo hacia su enemigo que tenía todas las pintas de un samurái.

El Jotun emitió un silbido mientras este cuchillo estaba en el aire e hizo una curva en el aire, giro sobre sí mismo y cayó al suelo cerca del enemigo como si lo hubiera lanzado un principiante, ciertamente había fallado. Pero el gigante mirando a los ojos de su contrincante se irguió en toda su altura y adelantando sus manos grito poderosamente. El cuchillo en el suelo entonces se ilumino y estallo en una escarcha tan intensa que congelo los alrededores casi de manera instantánea. La magia de hielo es perturbadora y si un ser vivo se encuentra demasiado cerca puede acabar perdiendo un miembro por congelación, el hielo se acercaba a su objetivo, bien hecho el primero muerto de los malditos invaso…. La mente del congelado ser se detuvo cuando vio una lanza que se había incrustado en su pecho, Tormas se desvaneció inmediatamente y la magia helada se detuvo. Antes de que este cayera al suelo la lanza exploto haciendo literalmente una nevazón Jotun en un par de cientos de metros, la lanza de la mujer conejo fue suficiente para destrozar el cuerpo inmortal del gigante.

El amor a veces tiene facetas extraordinarias que mostrar, a veces uno se pregunta que es el amor y donde se reconoce cuando se necesita, como saber si uno está enamorado o solo es un vil capricho que se cruza por nuestras mentes, hay personas que dicen que el amor es cuando no puedes vivir sin el resplandor de los ojos del amante, algunos dicen que las almas gemelas se reconocen durante la copulación, cuando se llega al clímax y se pierde realmente el aliento por el otro, sin embargo el más grande signo de amor es cuando uno se preocupa por el otro e incluso arriesga la vida por el otro, el verdadero amor se reconoce cuando uno se hace una pregunta a si mismo ¿Por qué lo amo? Y si la respuesta es un silencio por que no sabe el motivo. Ahí es verdaderamente un signo de amor. Eso es lo que siente una mujer que se interpone en el camino de un Jotun y su objetivo, si eso no es amor, entonces es locura. El Jotun sintió que sus enemigos eran débiles que una mujer fuera a defender su letal ataque era impensable y sintió decepción, sin embargo los cabellos lila le recordaron la aurora boreal que a veces adorna el cielo de Tempus, una visión poderosa en este lado del continente. El Jotun Jamás había visto una columna de agua tan grande como la que había aparecido frente a si, anhelaba el combate y por ello abrió sus brazos para recibir el contrataque de su enemiga jurada, porque toda sangre tibia es despreciada en las gélidas tierras de los gigantes de hielo, Hemsder resistió la gran ola lo mejor que pudo, el miedo entro fugaz en su corazón pero en un segundo se desvaneció de nuevo junto con él literalmente pues una onda calorífica tan resplandeciente que cegaría al sol le borro de la faz de la tierra.

Los ángeles son seres de poder inconmensurable y Tulkas creía no haber matado ninguna todavía, esperaba que este fuera el primero, sin embargo cuando arremetió en contra del hombre vio como un verdadero sol se interponía en el medio de los dos. Algo le había defendido, un ser peludo y asqueroso a los ojos del Jotun más fuerte de todos los tiempos, haría un comentario para averiguar qué era eso tan radiante, pero desde el suelo aparecieron en un segundo enredaderas de verde esplendor que se enganchaban a su cuerpo, le aprisionaron y le apretaban tan fuerte que sentía que su cuerpo se resquebrajaría. Un grito de furia recorrió su garganta, las enredaderas le llevaron a conocer el mundo subterráneo de Tempus y la desesperación era sobrecogedora, el Jotun Mas fuerte de todos los tiempos tenía una mente poderosa y aunque sus fríos y congelados huesos estuvieran rotos por la irrisoria presión de la planta se movió, lucho, mordió y finalmente entre gritos de agonía se liberó, la tierra volvió a temblar y Tulkas el grande emergió de la tierra dispuesto a acabar con la mujer que se había atrevido a sembrar de vida el campo de muerte que los Jotun llamaban hogar. Pero entonces aparecieron frente a si pequeñas esferas que simulaban la nieve de los dominios Jotun, esto produjo en El poderoso Tulkas una nostalgia extraña, pero cuando este se dio cuenta de que en verdad no era verdadera nieve, ya era tarde, los impactos acabaron con su furia y el cuerpo inerte del gigante volvió a deslizarse nuevamente a la abertura que había abierto la gran planta que casi acabo con él.

Las afiladas esquirlas de Alana, la mortal sombra de lo más recóndito de Tempus habían sido neutralizadas y devueltas a su dueño, la Jotun apenas tuvo tiempo de cubrirse con un manto de sombras y hielo para eludir el ataque pero fue suficiente para no recibir daños mortales. La ira encendió en ascuas oscuras sus ojos y se preparó con un arcano canto de invocación oscura. Pero este fue interrumpido por un enemigo sumamente ágil que se puso tras de ella, tan rápidamente como ella lo había hecho y le golpeo con fuerza, esto le hizo resbalar, perder el canto pero no detenerse. Solo se alejó de su aparentemente inexperto enemigo y busco un mejor lugar o momento para atacar. Pero tras de sí acudían a su encuentro unas brillantes flechas que parecían ser tan o más dura como el corazón del mundo, que era el nombre con el que los Jotun llamaban a veces a los diamantes, estos fueron tan rápidos y poderosos que Alana solo pudo interponer su mística capa de las sombras frente a sí, pero esta fue fácilmente atravesada y todas las flechas de piedras preciosas le dieron, rompiendo su oscura belleza especial. Alana se arrodillo, y fue cuando vio su propio cuerpo desde el frente, su cabeza cayo, rodo y pasaron unos segundos hasta que realmente comprendió, un angelical hombre le había rebanado el cuello de manera tan limpia que parecía una ejecución publica hecha por el mas diestro de los verdugos.

Soilveg por su lado intento atacar a la pelirroja, pero un gran muro de hielo, extraño hielo la separo de su presa. La ira de la gigante se volvió aún más grande y golpeo tan pero tan fuerte el muro de hielo que sus manos terminaron sangrando. Entonces la defensa de hielo cedió pero para su sorpresa lejos de dejar al descubierto a una indefensa presa, sintió como a la velocidad del rayo una espada se incrustaba cerca de sus órganos vitales. El hielo se requebrajo y su humanidad se desvaneció, cayo de rodillas y finalmente sucumbió mientras en sus labios aparecía una especie de rezo por Luffier.

La tarde había sido sangrienta y el continente aun tenia designios para los enemigos de todo lo congelado, la noche se comenzaba a cerrar y las criaturas nocturnas estaban alistándose para salir a cenar. El cielo, la tierra y el mar de Tempus son aún más peligrosos en la noche, quien sabe que horrores puede encontrarse uno en medio de la tundra congelada.

Spoiler:

Quizás el ímpetu de la situación me llevó a pensar en que dentro de mí había algo más de lo que ya sabía. No tenía muy claro cómo podía pasar de una inocente calma a una especie de trance sangriento en done poco me importaba que ocurriese mientras que mi objetivo estuviera realizado. ¿Qué estaba pasando realmente? ¿Acaso Tempus y sus montañas nevadas tenía alguna magia extraña que nos hacía salir de nuestro rol habitual? ¿O quizás las ganas de terminar con esto de una vez y regresar todos sanos y salvos me hacía cambiar hasta mi propia forma de ser?

Es igual quiero que esto termine, no quiero tener que pensar que en cualquier momento podrá aparecer otro gigante, una bestia gélida o un demonio de esos que no hay dioses que pueda parar. Estaba ya cansada pero tenía más ganas de terminar aquello que otra cosa.

Mi tía parecía decidida a continuar el camino sin importar que la noche se nos cayera encima y dicho sea yo apresuré el paso tras revisar los que podían estar algo heridos y continúe avanzando, sintiendo como el frío se hacía en nuestros cuerpos como una caricia que invitaba a muerte. A mi izquierda mi padre a mi derecha mi tía Christa y frente a nosotros, avanzando con paso firme y raudo, iban algunos componentes mientras que otros cubrían la retaguardia.

No sé cuánto dure esto pero si sé que no va ser nada fácil lo que sigue, para colmo algo raro ocurría en el ambiente. Para alguien como yo que sentía las modificaciones de energía de los que ya conocía sobre todo, notaba como alguien estaba sintiéndose perturbado, por sus pensamientos o a saber el qué. Como pude observe a todos y cada uno de los que podía ver mientras caminaba pero no daba exactamente con aquella energía que se hacía débil y oculta en resonancia con todas las demás. -Algo no va bien...

datos:

interactue con:

El miembro 'Alba Angelus' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

'Curación Cósmico' : 30

Mis heridas no son precisamente moco de pavo, en cierto sentido. No es cosa de todos los días que un monstruo tomado como una leyenda extinta venga y te de un manotazo que te mande a tomar por culo un poco mas, pero en estos momentos se puede decir que mi cuerpo es mucho mas duro y resistente de lo que era en otras ocasiones, pues ahora puedo estar caminando y hacer de cuenta como que ese golpe no fue la gran cosa. De hecho, no lo fue en lo mas mínimo, porque lo que mas ha golpeado fue el derrumbe de rocas y cosas de esa clase que se habían venido encima. Supongo que, para decirlo de cierta manera, los Jotun deberían sentirse avergonzados de que unas piedras cayendo sean mas peligrosas que ellos.

Pero ahora mismo lo importante era tomar un descanso en este viaje peligroso en el que nos habíamos metido, mas aun tras terminar con el nuevo combate en el que nos sumergimos, vadeando ríos de sangre que nos llegan hasta las rodillas en algunos casos... metafóricamente hablando, claro. No eran tantos Jotun como para formar un río de sangre cuando los matamos. A lo sumo si llegan a hacer un charquito y todo eso.

Sentado como estaba frente a la cabeza de aquella giganta a la que decapité hace un momento, pude notar como el peculiar circulo de sanación utilizado por Christa llegaba a cubrir mi cuerpo, algo que ciertamente es muy bienvenido si es que a futuro debíamos seguir peleando contra estos monstruos. Sonriendo a mi hermana, le guiñé un ojo y dejé que la magia angelical de Christa hiciera su efecto. Una vez que sentí que mi cuerpo estaba ya casi recuperado plenamente, me puse a mirar alrededor en busca de aquellos que tenían que ser curados, notando como uno de esos resultaba ser, casi sorpresivamente, el joven de cabellos negros que usaba una lanza para luchar y que habia dado un golpe a la gigante hacia unos momentos.

Tomando la guitarra con mis manos, infundí a las notas que hacia sonar con sus cuerdas de magia, de manera que esta fuera nuevamente el ya oído allegretto que usé anteriormente para curar a Albita.

-Quédese quieto, joven. Ha de sanar esas heridas antes de que sigamos la marcha.-Indiqué a quien ahora se estaba convirtiendo en una especie de paciente para un viejo soldado como lo soy yo, mientras hacia obrar la magia sanadora de mi melodía con el fin de que el guerrero que servia a Christa pudiera recobrar fuerzas.

Datos:

Interacción:

El miembro 'Master Angelus' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

---

'Tirada Divina' : 23

Anteriormente cuando fui curada por el chico de cabellos azabaches que desconocía. Este pregunto algo en voz baja, aunque como mis orejas eran demasiado capaces, podía escucharlo pero para no resultar irrespetuosa o algo así, en ese entonces había hecho ''oídos sordos''. De igual modo, este se me había presentado, conociendo ahora así por fin su nombre y el rango que poseía. Cosa que agradecía saber realmente, pues me ponía algo nerviosa no conocer a mis compañeros al menos en esas dos cosas. Pues no sabía si eso podría resultar molesto, porque supongo que son conocidos aunque para mi se escapan muchas cosas que quizás para otros es demasiado fácil de saber o obvio.

Volviendo a donde estábamos actualmente. El combate nuevamente había finalizado demasiado rápido en tan poco tiempo. Haciéndome pensar de que realmente todos ahí eramos demasiado capaces o que las teníamos de ganar claramente o así estaba pensando yo de forma optimista. Es decir. Apenas recibíamos algunos rasguños pero ya estaban enseguida ahí los demás para darte una mano curativa. Demostrando un gran compañerismo a pesar de que no nos conozcamos a fondo o así. Es algo digno de apreciar sinceramente. Eso hacia que me dieran más ganas de conocer más a fondo Tempus en un futuro. Ya que después de todo, apenas este era el primer lugar que visitaba de este reino. Aunque siempre pondría Spatium por encima antes que Tempus o Chaos.

Nuevamente apareció un circulo de sanación debajo mía. Recordando que este ya lo había empleado anteriormente la ministra en mi y otros más. Obviamente busque con mi mirada a esta, al menos para agradecer con una sonrisa. Pues sentía como mis fuerzas volvían a resurgir. Por eso me fui poniendo de pie, ya que no iba a quedarme ahí sentada por toda la vida. Mientras sacudía con mis manos la nieve que se me había quedado sobre la ropa, además de mi cabeza y mis orejas. Sabía que teníamos que continuar y no quedarnos quietos, aunque me mantendría cerca de Sasha por el hecho de que tengo más confianza con esta. Quedándome callada por esos instantes ya que no tenía nada que decir, pero mi sonrisa lo decía todo. Pensando en todo momento que aunque aparecieran más enemigos, nos las íbamos a arreglar para salir ilesos de seguro. Aunque Owen aun esta caos y la pobre chica que apareció también pero a pesar de eso, mi optimismo no iba a flojear en ningún momento. Pues este era más fuerte ante lo demás.

Stats: