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Daughters of darkness

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Privado Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Dom Abr 19, 2015 12:59 am

Daughters of Darkness Teme:

Mansión Ichinose 20:30 PM



Mientras caminada aquel largo y rudimentario camino hacia su destino, la imagen de los labios de su progenitor dando la última orden que acataría de el, se repetía una y otra vez en su cabeza. Como si fuese algo programado no carnal o real, la daemon iba marcando sus pasos sin importar ser oída en su caminar, dejando en el terreno los tacones de acero de sus botas, como si fueran un dibujo que adornaba la tierra del suelo. Se mantenía serena, con una fría templanza que solo se veía modificada de vez en cuando con un parpadeo suave o cierre de sus ojos, al acariciar el viento su rostro, el cual movía sin parar su melena violeta, como buscando una compañera de juego en aquel día.
El día estaba teniendo su fin y el ocaso se veía hermoso, mostrando el cielo como si fuera un cuadro de pinceladas atrevidas en gamma rojiza, quizás ya se había avisado de su presencia, era algo que no le extrañaría en absoluto, pero también se avisaría de quien era ella en realidad.

En el paso entre una zona y otra del continente, muchas veces ha tenido que ocultar realmente quien era, que mas da un falso nombre siempre es bueno para salir al paso de curiosos y ella no era mujer habladora que contara a nadie su vida, menos aun la suya...no había mucho que contar en ella. Había estado siguiendo los rastros que dejaba los Ishinose por todos lados, desde que se le encomendó su tarea no había parado de un lado a otro. Primero, intentando humanizarse más con el entorno de la sociedad, no quería mostrarse como realmente la habían creado, ella no quería ser así, pero aun le quedaba mucho camino para poder sentir algo, pero el que la denominaran como bloody doll, no era de su agrado total, puesto que ella no era ninguna maquina ni un ser desechable, aunque constantemente la habían tratado de ese modo.

Llegó el momento, estaba ahí parada sin mas frente a una enorme puerta de rejas metálicas. Desde el pueblo se veía la enorme mansión. Una leve sonrisa se le dibujo en los labios, pero tan leve que apenas se pronuncio un segundo. Sus ojos recorrieron la verja, el interior del jardín y se posaron en la casa. Al respirar con profundidad y llenar de aire su pecho, una extraña sensación recorrió su interior. Quizás nervios, angustia o simplemente ansias...de igual modo sensaciones anteriormente no conocidas que hacían que se desconcertara mas. Entrecerró un momento sus ojos y pensó en colarse sin mas en el lugar,
¿pero realmente esa era la impresión que quería dar a las personas que debía mostrar su respeto?
El viento volvió a soplar tan fuerte como en el camino que llevaba a la mansión y la verja se abrió como si nada lo que hizo que la joven arqueara una ceja ante aquello, pero señal justa para sacarla de sus pensamientos y hacer que se adentrara en el territorio de la mansión Ichinose, encaminándose hacia la entrada principal con cautela.
Saeko Akuma
Saeko Akuma

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Lun Abr 20, 2015 3:59 pm




Esos bellos ojos violáceos con reflejos celestes mostraban una ausencia casi total de emociones, como si revelasen el alma de la chica segundo a segundo en que pasaba completamente absorta en dichos pensamientos o memorias. A pesar de tener solo dieciocho años un gran peso caía sobre sus jóvenes hombros, por lo que intentaba tratar de desempeñar su papel del mejor modo posible…hacía rato había dejado de ser una niña, su conducta y comportamiento para con la adversidad o incluso con las demás personas que trataba era algo seco, calculador o medido. Jamás rendía cuentas ni consejos a nadie, no deseaba cargar con más responsabilidad  de las que podía soportar…el tiempo mismo había forjado en aquella aparente frágil muchachita una dama de hierro, capaz de todo por amor u odio. En su corazón había un profundo vacío que ocultaba tras bonitas sonrisas, obvio…Isela era una maestra para ocultar facetas de su personalidad que no deseaba revelar, quizás por comodidad, quizás por mesura. Con el tiempo había aprendido que jamás sería única para nadie, tampoco valiosa, si ella desaparecía todo seguiría del mismo modo repetitivo…como si su mera existencia estuviera sujeta a la nada misma…el cielo estaba negado para ella, ¿cómo podrían acaso aceptar a un ser que tan solo era una compleja mitad tanto de genes como circunstancias?...en el infierno…siempre bajo el mando de alguien a quien había traicionado. Irónicamente su paso por la Tierra tampoco podía ser eterno, ella también poseía fecha de caducidad.

Allí se encontraba, sentada frente al piano de ébano, el cual tocaba con destreza pulida aprovechando que estaba en un momento de soledad. Esas delicadas manos blancas se desplazaban con soltura por sobre las teclas de dicho instrumento, emitiendo una bonita melodía que bien podía oírse en gran parte de la casa, esta sonaba cargada de enorme nostalgia, los acordes eran increíblemente bellos pero dolorosos…como fragmentos de un encantador espejo que había sido despedazado. Mantenía la mirada entornada, parpadeando de tanto en tanto en lo que estaba completamente inmersa en las propias notas que percibía. Sus largos cabellos negros caían delicadamente por la espalda de la hibrida e incluso algunos mechones más cortos del mismo se posaban grácilmente sobre los hombros al descubierto de Isela, quien en ese instante poseía un vestido blanco cubriendo su cuerpo, ceñido al menos hasta la cintura en lo que terminaba siendo más holgado a partir de ahí hasta cubrir sus muslos, aproximadamente.

Uno de los grandes ventanales estaba abierto de par en par, por lo que la brisa fría del otoño ingresaba moviendo aquellas cortinas rojizas, como así también parte del vestido de la chica y sus cabellos, pudiendo incluso poder percibir el dulce aroma del perfume que siempre usaba. Esbozó finalmente una sonrisa completamente fugaz antes que pudiera percibir a su amado Hades sentado a su lado, meneando la cola con interés en busca de subirse al regazo de la misma. Ella por su parte solo esperó hasta terminar la melodía para tomarlo entre sus brazos, cargándolo con cariño para así depositar un pequeño beso en la cabeza de la mascota.

-¿Merodeaste por ahí? Te gusta tu nuevo hogar, ¿no es así?- Susurró dulcemente, volviendo a sonreírle al mismo tiempo que se ponía de pie sin soltarlo.
Isela A. Ichinose
Isela A. Ichinose

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Dom Abr 26, 2015 12:44 pm

Hermosas sin duda eran las notas de música, que cabalgaba de forma sutil por el viento otoñal. Pareciese, que aquel hilo musical estaba guiándola hacia la entrada principal de aquella morada, en donde lo frío y lo cálido jugaban a mezclarse en un peligroso juego.
Dudas le recorrieron a sus sentidos de ser vivo, mas su racional mente hechizada obligaba a sus pies, a seguir un camino de baldosas dibujadas en vegetación, aquel lugar tenía aspectos abandonados, perdidos de los años, pero a su vez resoplaba de una actualidad abrumadora. Cierto era lo que había escuchado en el pueblo, de que estaba recién adquirido.

Posó su mano diestra con gracia sobre la labrada madera de la puerta y acarició uno de los dibujos que a saber que manos habían tallado en la misma. El tacto de aquel material, le hizo sentir el afán el esmero, incluso el orgullo con la que se había labrado y por un efímero instante sus ojos se cerraron buscando quizás serenidad. Serenidad que halló en aquel piano que aunque la hermosa y suave melodía pareciera querer dar vida a esta enorme edificación, hablaba de un corazón triste, quizás herido. En ese momento se sintió tan identificada con su música, que casi sus recuerdos volvieron a su mente.

Sus orbes volvieron a abrirse de forma lenta pero marcaron sus iris al frente al mismo tiempo que daba un paso atrás con el pie derecho, acto que siguió el izquierdo.viró el rostro hacia un llamador de metal con la forma de un dragón y lo tomó en su mano, levantó lo justo la gruesa argolla y tocó directamente la puerta. El sonido de aquella llamadas se escucho por cada rincón, rotundo y en eco, como si de un choque de armas se tratase. Tocaba esperar, retrocedió aun mas si cupiese y observó su cuerpo, pasando sus manos intentando limpiar, la casaca de cuero que ceñía y ocultaba su figura, la cual estaba cubierta de polvo y un poco de suciedad, por el camino realizado.
El silencio reino tras aquel sonido redundante de la llamador y el silencio solo era interrumpido por el susurrar del viento, que por alguna extraña razón, le traía un delicado aroma que no provenía de las flores que moraban el jardín.

La paciencia era una especie de virtud que solo a veces mostraba y después de oír solo palabras sobre su hermano, quizás la curiosidad y ansias de saber, estaban colmando dicha virtud que había labrado en años. Solo había visto una imagen del mismo en casa de su familia, un cuadro que su padre guarda en la sala principal con orgullo y como oro en paño. No sabía la reacción que él mismo tendría ante ella, pero lo que tenía seguro es que no esperaba nada bueno, pero tampoco importaba. La fémina nunca había recibido afecto alguno que ella recordase...claro, solo sabía que tenía que acatar una orden, orden para la que había sido entrenado, día tras día, noche tras noche, sin descanso para su joven alma. Quizás no era bien recibida, pero eso no la iba a impedir cuidar a su familia.
Saeko Akuma
Saeko Akuma

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Dom Abr 26, 2015 11:44 pm

Los orbes de la joven se posaron directamente sobre la puerta tras el sonido repentino, por lo que frunció levemente el ceño, pensativa. ¿Quién podía ser a esa hora? Y pensándolo bien, ¿quién podía animarse a cruzar esas rejas imponentes que rodeaban la antigua mansión recién adquirida por el matrimonio Ichinose?, ciertamente no lo sabía pero sin embargo terminó por soltar cuidadosamente al pequeño felino, quien no dudaba tampoco en aproximarse al mismo paso que la pelinegra hacia la puerta preso de su gran curiosidad. No dudó por ese entonces en extender la mano derecha hacia el pomo de la puerta, girándolo con cuidado puesto que aquella primera entrada solo podía abrirse desde adentro a menos que hubiera llave.

Automáticamente esa mirada impasible se posó sobre la figura de la persona que tenía en frente, una mujer que parecía al menos mayor que ella, más alta y de fisionomía más desarrollada. Claramente el tiempo parecía haberse detenido en la figura de Isela misma, puesto que a fin de cuentas era una jovencita de solo dieciocho años con un semblante levemente aniñado. Optó por recorrerla con la mirada de pies a cabeza, analizándola e instintivamente esos celos frenéticos se apoderaron de su alma aunque en esa mirada o semblante no se notó absolutamente ninguna emoción. ¿Por qué celos?, porque precisamente desconfiaba constantemente de las infidelidades de su esposo Astaroth y era muy probable que se tratase de alguna amante o algo por el estilo.

Mantuvo la mirada entornada, dejando escapar un mínimo suspiro de resignación, sin embargo, ella controlaba demasiado bien esa parte de sí misma, al menos en esos instantes, por lo que automáticamente esbozo una mínima sonrisa de aquellas sinceras, cristalinas o transparentes que podía expresar con ese toque encantador quizás único de los ángeles. –Buenas noches, ¿puedo ayudarte en algo?- Cuestionó en ese tono de voz bastante tranquilo, sereno, a la expectativa de lo que ella tendría para decir. Posiblemente se hubiera perdido solamente, no lo sabía…las posibilidades eran inmensas y dependiendo de cómo reaccionara ella, Isela actuaría.

La pequeña hibrida parpadeó con un poco de curiosidad al mismo tiempo que sentía al gatito Hades frotarse un par de veces contra sus piernas, él siempre estaba pendiente de lo que ocurría a su alrededor, por interés, o porque simplemente así era su naturaleza, consentido al extremo por su joven ama quien lo había tomado como refugio cada vez que aquel hombre que amaba con toda su alma se perdía por días enteros. A ese hombre por el que Isela era capaz de morir, por el mismo que rogaría mil veces para que no se fuera ni la abandonase…simplemente porque ella no podría vivir sin él.
Isela A. Ichinose
Isela A. Ichinose

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Jue Mayo 07, 2015 12:30 pm

Podía oír perfectamente como unos delicados pasos se hacía mas pronunciados a la cercanía de la puerta. La demonio alzó leve la barbilla sintiéndose un poco tensa, pero el aura que percibía no era para nada de su hermano era como si un ángel estuviera cuidando la casa.
Cuando aquella visión dulce y hermosa se puso frente a ella, una especie de escalofrío le recorrió por toda la espalda sin saber el porque de dicha reacción o sentimiento, pero ignorando las reacciones de su cuerpo para mantenerse impasible y fría, después de todo así la entrenaron.
Allí estaba, la mujer de la que todos hablan en el pueblo, con la apariencia de un ángel pero con el alma dividida. Era impresionante la fuerza que desprendía con una sola mirada y era realmente desconcertante para la demonio el no saber exactamente que era realmente.

Fue instinto de ambas el que cruzaran miradas mientras sin querer mostrar mucha atención de lo que hacían, la una analizaba a la otra, mientras solo el silencio y el viento hablaban entre las dos. Saeko por un momento mostró una ladina sonrisa pero débil para el ojo de los que no bien aprecian los pequeños actos.
-Buenas noches -respondió a la dulce voz de la joven moviendo el rostro inclinándolo sin bajar la vista de ella a modo de respeto. -Mi nombre es Saeko Akuma y busco a Ichinose Takumi.
Era notorio que la fémina estaba sintiendo la pequeña hostilidad de la híbrida hacia su persona, la cual provocó que entrecerrara levemente sus ojos al no saber exactamente que aquello que sentía hacia ella, no eran mas que celos, seguramente justificados pero que con ella eran en vano.
Antes de que la dulce azabache pudiese emitir ninguna pregunta hostil continuó sus palabras para evitar cualquier contratiempo innecesario, perder tiempo era algo que detestaba en profundidad.
Pronunció un suspiro pesado y fijo su vista en la suya de manera fija y constante. -Contestando su pregunta, la cual no es necesario que haga, decirle que en realidad busco a ambos. -Dejo una pausa breve para tomar aire y decir esas palabras que tanto quería decir en presencia de la que reconocía era de los suyos.
-Soy la hermana de Ichinose Takumi.-Dijo firme pero con una notación de orgullo en sus palabras puesto que la demonio admiraba realmente a su hermano por encima de cualquier ser.
-Y si no me falla la percepción, estoy delante de Isela Adramelech... su esposa. -Prosiguió relajando sus actos y facciones aunque su inexpresivo rostro no dejara mostrar que para ella era un alivio por fin tenerla delante.

Se inclinó formalmente como muestra de respeto, al tener absolutamente claro que aquella hermosa dama era la compañera de su hermano y por ende, la mujer a la que debía respeto y protección por encima de su vida. -Para mi es un placer conocerla al fin Giri no shimai -dijo aun con la cabeza baja hasta que ella ordenara lo contrario, mostrándole su respeto mas humilde el cual no había realizado a nadie en su existencia y solo estaba destinado a ellos dos.
Saeko Akuma
Saeko Akuma

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Vie Mayo 08, 2015 12:54 am

Como era de esperarse, la hibrida le mantuvo la mirada en todo momento porque no estaba en su naturaleza el retroceder con esos gestos, además porque de ahora en más debía cuidarse a la perfección sobre las personas con las que trataba, después de todo, bien podría ser aquella chica un miembro del ejército o hasta posiblemente una de las tantas prostitutas con las que solía revolcarse Astaroth, sea cual fuera la opción, a la pelinegra no le gustaba en lo más mínimo y eso pudo notarse en los reflejos de frialdad que por instantes cubrían dichos orbes violáceos con reflejos celestes.

-Takumi no se encuentra en este momento, salió y me temo que no sé cuándo regresará- No mentía en lo más mínimo, la pelinegra solía perderle el rastro de tanto en tanto, incapaz de siquiera poder cuestionarlo o exigirle una explicación, aunque bueno…ambos habían llegado al punto de inflexión donde bien ella podía preguntarle que había hecho y él, como buen orgulloso, le decía toda la verdad sin importar lo que pudiera generar. Sus dudas o curiosidad la carcomían por completo, estaba deseosa de saber porque aquella mujer bella de cabellos largos, violáceos y mirada penetrante buscaba a su esposo.

Grande fue su sorpresa ante el lazo de sangre que ella expresaba o aseguraba tener con Astaroth, notándose tal sorpresa en sus ojos llenos de dicha emoción, parpadeando incluso de tanto en tanto con inmensa curiosidad sin poder formular palabra alguna de manera correcta. ¿Sorprendida?, increíblemente, no recordaba que Takumi le haya mencionado sobre su familia, solo cosas puntuales como por ejemplo el tipo de relación que llevaba con su padre y madre que estaba fallecida. No dudó por ese entonces en examinarla rápidamente, poseía esa extraña un porte distinguido o elegante, incluso hasta un ligero aire a Takumi que le hacía recordar a él, quizás la frialdad en la mirada…ni ella misma lo sabía.

-¿Dijiste Saeko Akuma?- Creía recordar que se había hecho mención de una Novarum con ese nombre, pero claramente se ve que no había prestado demasiada atención, solo recordaba conocer a Greed…en cuanto a los otros dos realmente jamás los había cruzado o siquiera había entablado conversación mínima alguna. Fue entonces cuando retrocedió un par de pasos con calma en absoluto silencio, extendiendo la diestra hacia un costado para indicarle en un ligero ademan que podía pasar. –En efecto, soy Isela…Isela Adramelech- Reconoció con naturalidad, sin quitarle la vista de encima en ningún segundo, con absoluta curiosidad pero también dudas o calma.

-Anda, no te quedes ahí, hace frío afuera. Adelante. Lamento el silencio repentino, no sabía de tu llegada…- Prefirió reservarse el decirle que tampoco sabía de la existencia de ella, no pretendía ser descortés ni tampoco hiriente, menos aun cuando se trataba de un asunto delicado como lo eran los familiares, al menos lo de él. Después de todo, Isela tampoco tenía trato con su medio hermano mayor, similar a lord Adramelech.

Con delicadeza cerró la puerta ni bien ella ingresó, para después dedicarle una tranquila mirada manteniendo los ojos entornados, segundo antes que empezara a dirigirse hacia el salón principal donde solía pasar la mayor parte de su tiempo cuando estaba en soledad. [color=#ff6699]–Por aquí. Hubiera querido conocerte en otras circunstancias pero…bienvenida, señorita Saeko…como ya mencioné…Takumi está fuera pero podrías esperarlo, ¿verdad?. Seguro estará complacido con tu visita-[color] Sentenció siempre en ese tono de voz aristocrático, asertivo pero completamente sereno sin siquiera detener su paso.

Ni bien observó a una de las criadas, simplemente cruzó una simple mirada con ella, inexpresiva. –Un té para mí, caliente como me gusta, y pregúntale a la señorita que se le ofrece querida, no es cortés quedarse viendo así- Finalizó en un tono realmente sarcástico porque simplemente no soportaba como normalmente algunas de ellas se quedaban observando con tal curiosidad al notar la presencia de otra mujer en la casa que no fuera la de Isela.
Isela A. Ichinose
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Vie Mayo 08, 2015 1:28 pm

No me extrañaba en absoluto la actitud de la joven azabache, después de todo mi hermano tenia varias famas ganadas por todo el planeta y una de ellas era la de infiel. Sin ir mas lejos en el mismo pueblo, estando la fémina pernoctando en la taberna, un osado se había acercado a su mesa y le preguntó justo eso, a lo que ella respondió incrustándole la cara contra la madera de la mesa, teniendo por ello que ir a buscar otra que no estuviese rota para poder cenar.
Pero logró relajarse en el justo momento en el que una mujer un poco suelta que contorneaba su presencia por la taberna, hizo el comentario de que se parecía mucho a Takumi, hecho que agradó y relajo a la demonio.

Aquella criatura espléndida que se mostraba dócil escondiendo un fuerte potencial para los suyos, estaba delante suya, analizando cada palabras y movimiento de la pelimorada como si fuera algo hermoso y natural. Sintió una extraña sensación de...¿envidia? ya que ella se veía tan inerte, fría, mecánica a su lado. La demonio asintió firme a la pregunta que le realizó y por un momento distrajo sus ojos en aquel pequeño animal, volviendo rápido la vista a la híbrida la cual tras un buen análisis la invitó a pasar dentro de aquel hogar.

Cuando sus pasos se pronunciaron, pasando su cuerpo dentro de aquella instancia un escalofrío le volvió a recorrer el cuerpo. Pero por el contrario de ser una mala sensación era todo lo contrario y lo mismo reflejo el rostro desconcertado de la fémina, el cual por suerte al estar caminando delante suya, no percibió la azabache, o al menos eso cree la demonio.
-Arigato -Susurró suave mientras caminaba detrás de la que era su cuñada, observando como los pasos al caminar de esta la hacían ver como si fuera una pluma, sin peso alguno dando la sensación que en cualquier momento saldría volando. Hasta delicadas eran sus formas a la hora de dar una reprimenda a la servidumbre, pero no por ello dejaba de ser firme.
La demonio tomó asiento una vez que vio que la anfitriona lo tomaba antes que ella, levanto la vista a la sirvienta de forma inexpresiva. -Un vodka negro estará bien.

Sus formas no eran las normales de una dama quizás, pero no dejaban sus gestos de ser con una elegancia que pocos tenían después de haber vivido y soportado lo que ella. Tenía algo noble que se escondía bajo aquella fachada inerte que siempre tenía, algo que por alguna extraña razón estaba resquebrajándose desde el mismo momento en que Isela puso sus ojos en ella.
-Comprendo su desconcierto y sus dudas sobre mi persona, disculpe si no quisiera entrar en mucho detalle al respecto, en parte es por respeto sobre todo a usted y a mi hermano. No soy quien para decidir como llevan su relación y mucho menos para mostrar mi opinión al respecto.
En cuanto a mi, soy hija del padre de Takumi pero no compartimos misma madre. Mi madre se casó con su padre posterior a la marcha de el, así que... con toda seguridad mi hermano no sabe que existo y con mas seguridad aún sabiendo de su persona tampoco le importe como tal.

Aquel ultimo comentario hizo que la fémina bajara su vista que no su rostro, en un breve momento en el cual su mano jugó a tomar mas intensamente la bebida de lo que debía. Movió el rostro sin mirar a la criada por educación mas bien al recibir la bebida.

llevó el vaso con lentitud a los labios y tomo un sorbo justo para refrescar su boca y en parte relajar su interior, dejando a un lado aquellos sentimientos que tenía pero que debía eliminar.
-No vine buscando nada en concreto, ni reconocimiento, ni favores. Vine porque juré que los protegería con mi vida una vez estuviera preparada, tomé mi cargo y por eso estoy aquí.
Sus orbes se desviaron hacía un cuadro en el cual estaban ambos y por un momento sus ojos se abrieron al recordar en su mente la imagen del enorme cuadro que su padre tiene en el salón principal, en el cual la imagen de su hermano se venera de manera casi divina. Por alguna razón se levantó y caminó hasta el cuadro, observando aquella imagen con sumo detalle "Onisan...Giri no shimai...conseguiré ser digna para ambos"
Saeko Akuma
Saeko Akuma

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Ichinose Takumi Dom Jun 07, 2015 11:40 am

El viento soplaba haciendo aquel característico sonido de siseo, cada vez que aquel lamborghini murciélago se deslizaba sobre el asfalto a toda velocidad. Casi como si este simplemente flotara sobre la superficie sin siquiera tocarla, exceptuando aquel momento en que este encontraba una curva haciendo que la velocidad bajara súbitamente para poder atravesarla correctamente. Dentro de aquella bestia de reluciente metal se encontraba el demonio Astaroth, duque del inframundo y poseedor de una sangre tan pura como la del mismo lucifer.

Sus sentidos en aquel momento estaban completamente agudizados, como cada vez que se ponía tras el volante. Ciertamente era algo temerario al llevar el acelerador pisado a fondo, sin embargo ¿para qué tener un auto veloz si no puedes llevarlo al límite? Sería como tener una katana afilada y no asesinar a nadie con ella. De cualquier manera, el joven venía conduciendo desde muy lejos a una velocidad increíble, como siempre, llevaba entre sus labios un fino y largo cigarrillo marca “gitanes”. Unas gafas de sol que evitaban que sus sensibles ojos se vieran afectados por los reflejos del sol sobre la carrocería, su ropa acostumbrada compuesta por una camisa cuyos botones superiores estaban abiertos, un pantalón de jean con un cinturón plateado y su abrigo de cuero que en este caso se encontraba en el asiento del acompañante. Finalmente, en su pecho relucía una cruz de oro con incrustaciones de piedras preciosas que siempre llevaba encima.

Ciertamente llegar a Wutai no le tomó demasiado, a la velocidad que iba había completado el tramo de unas horas en tan solo unos minutos, sin embargo, se vio obligado a bajar la velocidad al adentrarse en el pueblo. Debían pasar desapercibidos después de todo y atropellar algún que otro peatón podría complicar las cosas. Por lo que a una velocidad normal, aquel automóvil deportivo surcaba los caminos de asfalto del pueblo. Estos eran únicamente los que llevaban hacia zonas residenciales del mismo y estaban hechos especialmente para las llantas de aquellos carros de lujo que tan costosos eran.

Finalmente, aquel demonio de ojos plateados terminó por aparcar el coche frente a su hogar, tras dejarle las llaves a su mayordomo comenzó a caminar hacia la entrada empujando la inmensa puerta de la mansión. A su vez, dejó escapar una bocanada de humo mientras ponía una mano en el bolsillo y observaba el interior de esta. Lentamente caminó hacia el salón principal, era extraño, se suponía que su esposa estaría en casa pero no había salido a recibirle en cuanto llegó. Mientras pensaba en aquello abrió con cuidado las puertas del salón para finalmente encontrarse en aquel lugar a su esposa y a otra mujer que ¿no conocía? Ciertamente le resultaba familiar de alguna forma, pero no recordaba que fuera alguna de sus amantes. Estas tenían claras órdenes de no pisar aquel pueblo, de hecho, de ser su amante seguramente su encantadora y hermosa esposa ya le habría cortado la garganta. Aún buscando una explicación a ante aquello el muchacho alzó una ceja y finalmente tomó el papel de aristócrata mostrando una falsa sonrisa. Pues uno nunca sabía, aquella mujer bien podría ser una amiga de su esposa a quien había conocido en aquel lugar, debían mantener su fachada a toda costa.

-Buenos días –musitó acercándose a isela para besar cálidamente su mejilla y luego observar a la contraria con cuidado, examinando y analizando todas y cada una de las actitudes ajenas. -¿Me presentarás a la señorita preciosa? –Musitó de forma educada el pelinegro, haciendo un papel perfecto de marido amoroso ante la desconocida.
Ichinose Takumi
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Vie Jun 12, 2015 4:00 pm

Por ese entonces solo pudo sentarse en frente de la contraria, observándola fijamente sin ninguna emoción en particular. La verdad es que Isela había perdido la capacidad de transmitir fácilmente expresiones a través de esa cristalina mirada, ¿Por qué?, probablemente porque la señorita era excelente ocultando lo que no deseaba que terceros vieran de ella misma. Reservada hasta la médula, siempre había sido una mujer que prefería aislarse ante los problemas…consideraba innecesario el tener personas que la apoyaran en momentos difíciles. Prefería solucionar las cosas a su modo, gusto y placer, odiaba la victimización o complacencia, seguramente por esas causas era demasiado dura consigo misma.

Solo observó de reojo a la maid cuando esta trajo el pedido, claramente dándole a entender que su presencia estaba de más al menos que volviera a llamarla. Tomó con la diestra la taza de té, aprovechando a darle un pequeño sorbo, comprobando que tanto la temperatura como el sabor fueran de su total agrado o no tendría problemas en levantarse y hacerlo ella misma, aunque de mala gana, claro está. Elevó la mirada hacia la muchacha, escuchándola, prestándole atención a todas esas palabras que ella soltaba con aparente confianza.

-Entiendo. Astaroth es un hombre demasiado misterioso, varios aspectos de su vida son de total desconocimiento incluso para mí, solo me ha revelado atisbos de su vida y es normal…Yo suelo actuar del mismo modo- Su tono de voz continuaba siendo sutil, tranquilo, sereno e incluso asertivo en todo el sentido del significado mismo. Isela era la menos indicada para juzgar asuntos familiares, su padre era alguien que pisaba fuerte en el infierno, fue criada por él mismo por lo que no era de extrañarse que el comportamiento de la muchachita estuviera siempre regido por dogmas de este estilo. Jamás conoció a su madre, quien la había abandonado por no poder soportar su energía a las pocas semanas de nacida…La revolucionaria muchas veces se preguntó cómo sería el rostro de aquella mujer, su nombre, su vida, su voz, su figura…Solo sabía que era un arcángel pero nada más que eso. Sonrió ante ese recuerdo, curiosa quizás ante su falta total de sentimientos por esa mujer que la había engendrado…Lo mismo ocurría con su medio hermano mayor a quien “respetaba” como a Adramelech, aunque no en tan grande medida.

La llegada de su esposo la sacó de tales pensamientos, ocasionando que le observara del mismo modo relajado de siempre, incluso hasta cerró el ojo correspondiente a la mejilla besada. –Me parece que olvidaste contarme algún que otro cierto detalle, ¿no?- Cuestionó esta vez sonriendo, realmente bastante tranquila como se mantenía desde el principio al mismo tiempo que extendía la izquierda para acariciarle un brazo muy levemente. –No sabía que tenías una hermana-
Isela A. Ichinose
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Sáb Jun 13, 2015 11:00 pm

Se había percatado del sonido del vehículo en el exterior. Tal ruido la había sacado de aquel momento en el cual sus ojos y sus recuerdos se habían perdido durante unos momentos en aquel cuadro. sus ojos se movieron hacia un lado antes de mover ligeramente su cuerpo para mirar hacia la entrada. Con total seguridad, Isela, había notado la presencia de él al igual que la pelivioleta la había sentido, ciertamente el aura de poder de su hermano abarcaba todo su entorno y era bastante fácil de reconocer para la fémina, mas aún cuando ésta compartía lazos de sangre.

No se podía negar que el mismo nerviosismo que sintió en un principio en aquel lugar volvió a su ser, pero ella sabía ocultar sus sentimientos bastante bien, manteniéndose en una postura recta y digna de alguien con modales pero siempre mostrando una postura relajada, después de todo la situación ya iba a ser bastante incomoda de hecho. -Es imposible que le mencionase algo que desconoce. -Dijo manteniendo una mirada firme sobre su hermano, aquella figura superior que siempre había venerado desde pequella estaba a pocos metros de su persona. Cualquiera en su postura hubiera corrido a abrazar a alguien que amaba sin conocer desde antes de nacer pero ella no. Ella no estaba criada ni enseñada como si fuera un ser normal aparte conocía tanto de él que ni siquiera se atrevía a llamarle hermano. -Mi nombre es Saeko, soy hija de tu padre. -Indicó bajando el rostro posando su mano sobre la empuñadura de la katana que llevaba a su derecha con sumo respeto.

Sabía mas que de sobra que las reacciones igual no eran nada buenas o en el mejor de los casos sería algo indiferente, estaba preparada para ello. Para lo que no estaba realmente preparada era para encontrarse con la dama de aura brillante. Había oído cosas sobre ella pero realmente la realidad superaba con creces las historias. Sin embargo su hermano era absolutamente todo lo que ella había imaginado e idealizado en todos los años que tenía de vida. Lejos quedaron, muy atrás, aquellos pensamientos de una niña que lloraba por ver a su hermano, aquel aspecto inocente y cariñoso murió el día en que la obligaron a convertirse en el ser que ahora era. No conocía todo sobre él, solo sabía lo justo y necesario. -De sobra sé que el poder de la duda reina en el silencio pero estoy preparada para ello no obstante, no vine aquí para reclamar ningún derecho ni favor. Solo vine a dar mis servicios y mi vida a ambos.

Sin levantar la vista ni el rostro llevo su mano diestra dentro de su casaca de cuero y saco una carta del bolsillo interno de la prenda. Alzó solo la vista y camino los pasos justos y precisos para que al extender el brazo, la carta llegara cerca de ambos para que el azabache tomara ésta. -Padre me indicó te la diera cuando te tuviera en frente. Por supuesto esta cerrada no la he leído -Así era, la carta estaba con el sello lacrado de su familia. Tampoco necesitaba leerla sabía de sobra que su padre, la había puesto en manos de su hermano y además, la desesperación por tener de nuevo a su hijo era mas que su propia vida, así que no había mucho que adivinar sobre aquello, aun así su padre tenia la maldita manía de dar sorpresas, puesto que a veces solía ser un ser inestable en su forma de ser, sobre todo, cuando comenzó a perder la cabeza obsesionándose con su hijo. Ella aún a veces se preguntaba que es lo que había pasado ahí en realidad, pero no podía hacer preguntas. Permaneció con el mismo semblante de respeto, aferrándose a la empuñadura de la katana y sin levantar el rostro, respetaba a ese hombre mas que a nada y por ende a la dama que estaba a su lado por igual.
Saeko Akuma
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Ichinose Takumi Dom Jun 14, 2015 11:25 am

El rostro del  revolucionario cambió drásticamente al escuchar las palabras de la contraria, recuperando su frialdad habitual y el vacío cruel de aquellos ojos plateados y profundos. En aquel momento todo lo que hizo fue chistar con sus dedos para que una criada apareciera en la habitación.

-Té, sin azúcar… -Musitó únicamente aquel hombre sin siquiera observar a su sirviente, quien rápidamente desapareció del lugar disponiéndose a cumplir órdenes.

Finalmente el duque infernal tomó asiento junto a su esposa, y observó detenidamente a la muchacha de ojos turquesa mientras esta relataba sus objetivos y la razón por la que había llegado a aquel lugar. Por su parte, el líder revolucionario no dijo una sola palabra mientras esta hablaba y se dedicó únicamente a observarle mientras analizaba sus palabras con cuidado. Había algunos rasgos de demonio en su aura, aunque no eran tan fuertes como los de un demonio puro. Sus palabras sonaban sinceras, pero su rostro no dejaba ver expresión alguna. Por lo que la muchacha bien podría ser tan buena mintiendo como él. No estaba seguro de poder confiar en aquella mujer que ahora se presentaba como su hermana, o media hermana para ser más precisos.  Aun así, esta al terminar de hablar le otorgó una carta, sellada con el escudo de su familia. Un punto a favor para la señorita de cabello morado,  si había algo que pudiera comprobar su fachada era aquella carta.

Fue en aquel momento en que su criada llegó con lo pedido y tras dárselo al demonio, desapareció nuevamente sin que este siquiera lo pidiera. Tras dar un sorbo al té perfectamente preparado el revolucionario observó de reojo a su esposa y finalmente a la muchacha nuevamente.

-Hmm… Lo cierto es que he escuchado rumores sobre ello. No te los he contado a ti preciosa porque simplemente no me interesa si poseo o no una hermana. –Aseguró sin siquiera un atisbo de tacto, para luego clavar su mirada sobre la invitada escrutándole con esta.

Dejando el té sobre la mesa más próxima el demonio colocó su tobillo sobre su rodilla y el codo sobre el barandal del silón, para finalmente recostar su cien sobre su puño cerrado y observar a la contraria con superioridad.

-Así que era cierto, ese demonio ha concebido una hija con otra mujer… -Dijo tomando con su otra mano la carta para luego entregársela a su esposa. –Quémala… -Musitó el demonio buscando alguna reacción por parte de su media hermana.

-No necesito leerla para saber lo que dice, seguramente debe encomendarte a mi como un regalo y debe rogar por que regrese a su lado… Patético…  -Aseguró el demonio puro casi asqueado por la repugnante actitud de su progenitor, en aquel momento hubiera deseado el haber nacido de un demonio con más clase o potencial. Pero daba igual, aquel tipo era únicamente el demonio que había embarazado a su madre y ya, no había por que darle más vueltas al asunto.

-Bien, blanquearé el tema para ambas por primera y única vez… La razón por la que vivo en este plano y no en el infierno es la siguiente. Les sugiero que presten mucha atención porque no pienso repetirlo. He sido exiliado del averno por enfrentarme al poder establecido, al mismo lucifer, satanás o como deseen llamarle.  De hecho estuve a punto de convertirme en el nuevo rey de aquel mundo, pero fui traicionado por quienes había confiado. Resulta que ese hombre al que llamas nuestro padre avisó de mi plan a su monarca, por miedo mis tropas se volvieron en mi contra y fui desterrado a este mundo hasta bañarme en la sangre de un rey. –En aquel momento el demonio dejó escapar una bocanada de humo mientras observaba a su esposa.

–Pienso derrocarlos a todos; Adramelech, Lucifer, Akuma... Pero primero debo deshacerme de este exilio. Y la única manera es asesinando al gobernante de esta tierra, además de ello se puede decir que tengo otros motivos para hacerlo, pero ellos ya dan igual y no tienen importancia. –Para este momento su mirada se había dirigido a su supuesta hermana.  

-Saeko, si te diera la orden de asesinarlo ¿Qué contestarías? No respondas aún, piensa en ello detenidamente...–Musitó el mayor observándole cuidadosamente, sabiendo que si mentía le pondría fin a su vida en aquel instante.

En aquel momento giró su rostro observando a su querida esposa y volvió la mirada hacia la contraria.

-Si deseas permanecer a mi lado deberás probar tu lealtad hacia nosotros, mi preciosa Astartea te pondrá una prueba y deberás cumplirla al pie de la letra. –Musitó el demonio, quizás intentando juzgar hasta donde podría llegar la imaginación de su esposa y además como un símbolo hacia la joven de ojos turquesa, dándole a entender que confiaba lo suficiente en su esposa como para que esta juzgue a las personas de su alrededor. Pues era bien sabido para el que esta no dudaría en asesinar a quien fuera que intentase traicionarle. No, Isela no era simplemente una dama de compañía o una esposa de adorno, ella era su As bajo la manga.
Ichinose Takumi
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Dom Jun 14, 2015 4:16 pm

La mayor parte del tiempo prefirió permanecer en silencio, observando a uno y otro con tranquilidad, ella no era quien para importunar aquel reencuentro, sin embargo no pudo evitar sonreír con ligero interés, quizás complacida por cómo estaba desarrollándose la escena. Le parecía irónicamente curioso como esa mujer había terminado sin querer involucrándose nada más ni nada menos con su hermano, el líder de la revolución. Lo cierto era que absolutamente nadie se atrevería a desafiar al duque infernal, aquel que tarde o temprano reclamaría su lugar en el infierno…Sonrió más ante ese pensamiento, ¿qué tan ambicioso podía ser su esposo?, aparentemente su sed de poder no tenía límite alguno.

Tomo la carta entre sus manos, dejándola su regazo unos momentos para continuar disfrutar aquel sabroso té que estaba acaparando sus sentidos en gran medida. –Como órdenes, Astaroth- Susurró tan relajada como siempre, teniendo en claro que ni ella misma tenia permitido saber el contenido entre letras de aquella carta, la quemaría sin dudarlo pero probablemente cuando terminara de hacer eso tan importante que hacía, tomar té. Elevó a mirada, observando a uno y otro, suspirando tras unos segundos. –Discúlpalo, hablar con tacto no es precisamente su fuerte. Pero es grato que sean familia y precisamente estén en la misma posición del tablero- Definió la muchacha con tranquilidad, ocultando quizás el estremecimiento que le provocaron las palabras proferidas por Takumi sobre su estadía en el infierno…Internamente no podía creer que él había sido traicionado de esa forma tan ruin, notándose el malestar que le ocasiono el saber aquello cuando desvió la mirada con cuidado hacia un costado.

-Es lamentable, seguramente actuaron por temor ante los demonios mayores, fueron piezas sumamente manipulables, pero que pena. Seguramente el infierno espera tu retorno, pero no es momento todavía, no cuando hay muchas cosas que hacer por el momento…En cuanto al Lord…- Y en ese instante su semblante se tornó carente de emociones cuando sutilmente dirigía una mirada hacia la ventana más cercana, reprimía ese odio absoluto, ese inmenso veneno que la carcomía en todo el amplio sentido de la palabra. –Ya nos volveremos a ver- Sentenció, puesto que no pensaba morir hasta verlo caer, era increíblemente como Isela se había dejado tomar por la sed de venganza que ahora corría por sus venas de forma presurosa, claramente estaba dispuesta a velar por los suyos, pero más aún…por conseguir que Takumi sonriera aunque sea una sola vez de felicidad. Y si eso solo podía conseguirse destruyendo al Lord, ella no lo pensaría demasiado, renunciaría a su misma existencia con tal de ver realizado a la persona que amaba.

Por ese entonces, volvió a tomar la carta con la mano izquierda, incinerándola en cuestión de segundos mediante el control de las llamas que poseía dentro de sus habilidades. No tenía mucho que decir, primeramente porque conocía perfectamente su lugar incluso dentro de la vida del revolucionario, simplemente observaba de tanto en tanto a uno y otro, bajando al mismo tiempo la taza ya casi vacía sobre el pequeño plato de porcelana. Asintió ante el líder, manteniendo en todo momento una postura recta como se le había inculcado desde que tenía uso de razón.
Isela A. Ichinose
Isela A. Ichinose

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Saeko Akuma Lun Jun 15, 2015 8:02 pm

Sabía de sobra que no se molestaría en leer la carta, solo guardaba una pequeña duda de aquella reacción y era el comprobar si realmente ella decía la verdad y era quien decía ser. Pero el sello lacrado supongo que sobraba además, para alguien a quien realmente le daba igual quien ella fuera, era lo de menos. En otras circunstancia aquello le dolería notoriamente, pero estaba mas que preparada para un rechazo absoluto.
Su rostro, su postura e inclusive sus actos permanecían inertes, rectos y si vista seguía baja en señal de respeto hacia los que estaban junto a ella en aquella habitación, escuchando con atención todo lo que salía de la boca del azabache. Tan solo levantó la vista y acomodo su figura cuando su hermano se dirigió a ella por su nombre.

Los únicos recuerdos que permanecían intactos en su memoria eran los que estaban entorno a su hermano. Mientras sufría aquellos duros entrenamientos, aquella ausencia de un trato normal para una niña de su edad, posterior adolescente y ahora mujer, todo lo que oía mientras su padre la moldeaba eran cosas de su hermano. Había aprendido a idolatrarlo hasta el punto en que no existía un dios que no fuera él mismo, para la violácea no existía el hecho de cuestionarse o pensar algo que Ichinose Takumi dijera, para ella simplemente era una orden que cumpliría sin rechistar. Por ese motivo cuando alzó la vista al oír su nombre la mirada que marco en la plateada fue la respuesta absoluta y aunque le indicó que lo pensara prefirió responder rápida y concisa.
-No estoy aquí para pensar o cuestionar ordenes, estoy para cumplirlas.-Respondió y regreso al mismo silencio de antes.

Era mas que notorio que la hermosa dama no era simplemente una esposa, no hacía falta ciertas acciones para darse cuenta que realmente ella era la dueña de todo en cuestión, lo supo nada mas percibirla en la entrada. Ver aquella dama tan delicada y fuerte al mismo tiempo llenaba de satisfacción a la demonio, saber que su hermano había elegido buena compañera era para ella primordial, es lo primero que tenía que revisar y sin duda alguna Isela, superaba con creces sus expectativas, por ese motivo y porque una orden de su hermano es sagrada, llevó su vista turquesa hacia la elegante dama y asintió inclinándose un poco sujetado su arma encomendándose a ella.
-Sus palabras también son órdenes para mi. -Indicó con respeto esperando las órdenes de la que era su cuñada.

Para cuando la hermosa joven se pronunció en la sala, tras era delicada y elegante fachada se escondía un rencor y deseo de venganza hacia aquel que denominaban Lord. Saeko no sabía mucho acerca de aquel ser, hombre lo que fuera, pero sabía lo justo y necesario. Estorbaba a su hermano y molestaba enormemente su cuñada, lo justo...para ella repudiarlo también. La demonio no necesitaba mucho mas, si para que su familia estuviera bien y plenamente feliz, ella debía matar al lord lo haría sin ni siquiera estar bajo órdenes. Pero el impulso nunca era bueno y la locura solo llevaba al fracaso. "Todo a su tiempo Saeko", se dijo en su mente mientras esperaba con paciencia que se pronunciara aquella prueba que le pedía su hermano, para así despedirse para no importunarlos con su presencia y pasar al pueblo a buscar un lugar donde quedarse.
Saeko Akuma
Saeko Akuma

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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Ichinose Takumi Miér Jun 24, 2015 1:31 am

La mirada del revolucionario no demostraba emoción alguna, no poseía después de todo ningún tipo de afecto por la muchacha de cabello violáceo que se había presentado frente a él. Sin embargo, los perspicaces ojos del revolucionario habían captado la esencia de un poderoso demonio en el interior de la contraria y una buena pieza jamás debía desperdiciarse. Al ver aquel sello en la carta había podido comprobar que su padre la enviaba, por lo que el hecho de que fuera una espía del lord estaba descartado. Ademas aquel monarca no le tenía en tanta estima y apenas conocía su rostro como el de un revolucionario más. Era imposible que ideara un plan tan maquiavélico como para investigar su origen.

El demonio de ojos color plata pura alzó su rostro y clavó la mirada sobre la contraria unos minutos, observándole con superioridad como quien es ajeno a toda existencia mundana para finalmente llevar la mano hacia su té una vez más. Bebió un sorbo de este con tranquilidad y finalmente lo dejó en la pequeña mesa que tenía a su lado, ya sin intención de terminarlo en lo que alzaba la vista hacia su media hermana una vez más.

-Si mi esposa determina que eres confiable y competente, tomarás tus pertenencias y te mudaras a esta mansión. Tu deber será acompañar a Isela, una compañía femenina le vendría bien. Además, a pesar de que reconozco sus habilidades en batalla quiero que posea una compañera con la cual relacionarse en caso de un enfrentamiento. Es una orden. –Musitó el líder del ejército revolucionario mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar fuera de la sala, deteniéndose de pronto a mitad de camino. –Por cierto –Dijo girando apenas el rostro mientras una cruel mirada que parecía capaz de helar el alma se clavaba sobre la menor.- No tolero traiciones ni incompetencias, cuando entras en mi tablero debes estar dispuesta a morir por la revolución, incluso a pasar dolores peores que la muerte… Debes estar dispuesta a que tu alma, corazón y mente se rompan en pedazos y aun así eso no debe robarte la voluntad para levantarte una vez más. Si no posees la determinación para ello márchate, no necesitamos gente con poca decisión en el ejército revolucionario. –Justo en ese instante su vista volvió al frente y encendió un cigarro dando una calada al mismo. –Si decides quedarte a pesar de todo, te ofrezco un puesto en los novarum inferno, las personas más cercanas a mí, los pilares de la revolución.

No dijo más, simplemente comenzó a caminar fuera de la habitación con completa seguridad. Necesitaba una ducha y una siesta para reponer energías, luego de aquello le haría el amor a su mujer y volvería a sus planes revolucionarios. Sus ojos y mentes debían estar en mil lugares a la vez, mientras planeaba golpes a otros dos mil objetivos diferentes. Y aunque claramente eso era algo relativamente sencillo para el demonio, a veces incluso el necesitaba un instante de paz en medio de aquel huracán que cambiaría la historia, su revolución.
Ichinose Takumi
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Privado Re: Daughters of darkness

Mensaje por Isela A. Ichinose Miér Jun 24, 2015 7:04 pm

Estuvo quizás a punto de discrepar con él, pero no era momento ni tampoco lugar, por lo que terminó dando por cerrado ese asunto ni bien Astaroth lo decreto como orden. Así era la mayoría de las veces, cuando él imponía su voluntad Isela no era tan estúpida como para contradecirlo, no cuando poco a poco se había ganado la confianza de un demonio que no estaba en su naturaleza brindar tales oportunidad de manera rápida y repetitiva en el caso de fallar. Incluso hasta en aquel estado donde la hibrida no poseía estricto control de sus acciones tampoco se atrevía a desafiarlo…quizás porque aun sumida en ese rasgo propio de demonio consideraba a Astaroth como un hombre a quien debía respetar pero por sobre todas cosas amar.

Ciertamente, esas mismas palabras le había proferido el duque infernal hacía ya tiempo, cuando Isela aun no imaginaba ni en sueños todo lo que podía acontecer. Podría decirse que por la revolución había sido masacrada en vida en todo aspecto posible, pero gracias a eso la revolucionaria había conseguido salir airosa incluso de toda devastación, quizás con más fuerza o voluntad que antes. Había mucho que perder en el proceso si se quería ser parte de los Novarums, pero no importaba…no al menos a la hibrida que estaba completamente segura de seguir los pasos de Takumi hasta el mismo infierno de ser necesario.

Suspiró con calma o hasta resignación ni bien él comenzó a alejarse, negando suavemente. –Hoy al menos está de buen humor- Aseguró, dando a entender que algunas veces el líder podía ser lo bastante intransigente como para sacar de quicio a Isela, aunque no se terminara desarrollando justamente una pelea. Las discusiones entre ellos no ocurrían, quizás porque él sabía que callar e Isela conocía hasta donde llegar con él o cuando era propicio detenerse por su propio bien. Se “respetaban” mutuamente, por lo que la convivencia no era un problema…no al menos cuando ella entraba en esos irrefrenables ataques de celos.

-Bien, Saeko. Ya pensaré como evaluarte, y no te preocupes…seguramente lo consigas, pero…- Hizo una ligera pausa, justamente volviendo a observarla a los ojos. –Te recomendaría que pongas todo tu empeño en ello, como podrás imaginarte…si fracasas no puedo dejarte con vida, sería un tanto peligroso y descuidado de mi parte si pasara tales detalles por alto. O hasta negligente- Así con toda naturalidad pero sinceridad expresó que no se andaba con rodeos, aunque la chica de cabellos violáceos le caía bien, Isela jamás se cortaba ante nadie. Siempre decía lo que pensaba o sentía…claramente cuando no prefería esconder facetas ante terceros. –Eres hermana de Astaroth y ese hombre me dejó en claro una cosa primordial. No importa que tan duro se lo golpee, él volverá a ponerse de pie…Así que confío en que contigo será el mismo caso- Finalizó, mostrando una sonrisa sumamente leve pero sin variar el tono de voz en lo más mínimo, por el contrario, para ella desenvolverse en ese ambiente era moneda corriente.
Isela A. Ichinose
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