Las sucias aguas del pantano - [Misión Rango 4] Pantano infestado [Priv Hécate F. Blackmoon]

por **Ayato Sakama** Jue Jul 23, 2015 1:27 am

El joven vampiro se encontraba sobre la ostentosa rama de uno de aquellos viejos arboles componían el oscuro pantano maldito. La oscuridad del mismo era un gran placer para el joven de cabellos pelirrojos, como todo vampiro, sentía un gran desprecio por la luz solar y todo aquello que la misma representaba. La basta cantidad de sombras y la profundidad de las mismas animaban la mirada del joven fanfarrón. Desde aquella algo sucia rama, Ayato podía observar con precisión bastante cantidad del pantano. Sus brillantes ojos verdes tenían la capacidad de poder ver entre aquellas tinieblas con gran precisión, y con ellos se enfocaba en las ramas de los extraños árboles que allí crecían, que se unían y separaban entre las pantanosas y sucias aguas verdes del lugar. La humedad del ambiente no era algo que le gustara, pero siendo aquello el reino de chaos, era un alivio encontrar un lugar donde no fuese el calor de los ríos de lava lo que predominaba en el ambiente. El joven pura sangre había oído rumores de extrañas y peligrosas criaturas dignas de leyendas que habitaban entre aquellas aguas pantanosas, y si bien eso podía llamar su atención, otro asunto era lo que le traía a las tierras de aquel reino que alguna vez fue su hogar.

Fue una orden de su ministro lo que le obligaba a visitar aquel lugar, el joven vampiro había recibido no solo una orden, sino una misión, y no tenía mínimas intenciones de fallar en la misma. Aparentemente, unas toxinas habían comenzado a recorrer las aguas del pantano, afectando a las criaturas habitantes del mismo. Chaos parecía estar algo complicado con sus fuerzas, por lo que se había autorizado a las fuerzas militares de Spatium para encargarse de esto, con toda la sabiduría que su cargo necesitaba, el ministro hizo una felicitable elección al enviar a Ayato para arreglar aquellos asuntos. Pero según la información dada hacia al joven vampiro, no estaba autorizado para actuar solo en este conflicto, por lo que alguien que pertenecía a las fuerzas militares de aquel reino tenía la orden de mantener al joven bajo control, limitarle si era necesario, pero mayormente guiarle, pues a diferencia de lo que Ayato hubiera preferido, el solo había sido enviado como apoyo para la misión y no como líder de la misma, de todos modos, eso era lógico y justo teniendo en cuenta que el vampiro no era habitante del reino, y su fidelidad siempre estaría para el reino de los guerreros.

El joven vampiro descendió de aquella rama, de manera tranquila, usando sus capacidades para volar o flotar buscando descender lentamente hacia las pantanosas, húmedas, y frías tierras del suelo. Su calzado se vio ensuciado por las mismas, pero no hubo queja de parte del pelirrojo, después de todo era un pantano, y no podía esperar mantenerse allí y no ensuciar su uniforme militar. El mismo consistía de una camisa blanca desabotonada, un abrigo negro, pantalones igual de negros, y una corbata roja alrededor de su cuello, la cual no lleva nudo alguno, pues el joven de ojos verdes no tenía la menor idea de cómo anudar la misma. El joven mostraba una suave sonrisa sobre su rostro, mientras avanzaba tranquilamente hacia las pantanosas aguas, para detenerse en la horilla de las mismas. Mínima información tenía sobre su compañía para la misión, solo sabía que formaba parte de las fuerzas de Chaos y que ostentaba el cargo de Guerrero Gladius, uno bastante importante entre las tropas de ese reino, pues sabía era el que el noble Jhonatan Alexander había poseído alguna vez.

Ayato alzó la mirada para posar su paciente mirada sobre las altas ramas de esos árboles mientras continuaba el encuentro con aquella persona desconocida. – Estoy seguro de que este es el lugar, según las indicaciones, no debería de faltar mucho para que este Guerrero Gladius se presente – Ayato había soltado aquello cuando no había nadie para oírlo, y al percatarse de haberlo dicho en voz alta agachó la mirada para reír un poco mientras sobaba propia nuca con la mano derecha. – Vaya, pero si estoy hablando solo – Susurró por ultimo mientras terminaba de reírse, para volver a alzar su visión, ahora contemplando las horribles y apestosas aguas de aquel pantano maldito, aún a la espera de compañía.

por **Huo-Lin** Jue Jul 23, 2015 3:26 am

Hécate se dirigía al punto de encuentro, siendo cargada en la espalda de uno de sus fantasmas invocados, quien llevaba una elegante silla para que la joven pelirrosa estuviera a gusto. La sonrisa de la diosa oscura se ensanchó ante el pantano que tenía por delante, trayendole el recuerdo de sus momentos en los que gobernaba el inframundo, una época en la que era respetada por el resto de los dioses como un dios primigenio. Un pesado suspiro escapó de sus labios mientras la enorme y extraña sombrilla que sostenía evitaba que los pocos rayos de sol tocaran su fina y delicada piel, acercándose cada vez más al lugar donde se encontraría con su compañero de misión.

Recordó cuando su superior mencionó los problemas que se encontraron en el pantano, requiriendo el envio inmediato de un guerrero gladius a la zona, sin embargo, ella era la única que no estaba de servicio, por lo que fue levantada de su acolchada cama y obligada practicamente a llevar a cabo tal misión, de la cual no pudo negarse, porque Hécate respetaba profundamente a sus superiores, claro está, no soportaba que alguien inferior a su rango intentara gobernarla.

Una sonrisa encantadora escapó ahora de su boca, topándose con los putrefactos árboles muertos del lugar, encantada por tan bella naturaleza, ese follaje tan mohoso que comenzaba a encandilarla, el lugar perfecto para vivir, pero... seguramente en un sitio como ese le sería imposible poder comer grandes cantidades de dulces como acostumbraba, pudiendo pudrirse o tomar un mal sabor del ambiente. Movió sus piernas con cierta molestia, si no fuese por ese pequeño detalle en ese momento va por sus cosas y se muda.

—Quiero pastel— susurró triste, colocando el dedo índice derecho sobre sus rojizos labios, y de no ser porque ya había llegado al punto de reunión, estaría haciendo un berrinche clamando por algún dulce.

Bajó de la silla con lentitud, siendo ayudada por otros dos fantasmas que sirvieron como escalones, aún sosteniendo la sombrilla a pesar de que los rayos solares no alcanzaban esa área. Sus negruzcos ojos observaron al joven frente a ella, no le conocía, pero sabía por parte de su superior que era alguien con una fuerza equiparable a la propia: un General.

—Así que usted será mi compañero, perdone la tardanza, no creí que llegaría mucho antes— soltó amable la ojinegra, guardando finalmente su sombrilla —Hécate, tercera guerrera gladius del reino de Chaos— y así, elegante, hizo una reverencia al joven pelirrojo.

Y aunque pareciera extraño, Hécate no llevaba una indumentaria militar ni mucho menos una armadura o armas, ella iba ligera, un atuendo que utilizaba comunmente en la ciudad, ropajes góticos que aún en verano, la diosa vestía.

——Cuento con usted para el exito de esta misión

por **Auros** Jue Jul 23, 2015 2:18 pm

Datos de la misión:

Pantano Infestado:

-Los personajes deberán encontrar la fuente de las toxinas. Pueden ser residuos, algún conjuro, criaturas, monstruos, objetos malditos, etc.
-Por cada turno que pase desde que entren al pantano los personajes perderán 10 HP.
-Si el HP llega a 0, la misión fallará.
-Cada 5 post del personaje propios, podrá curarse 20 puntos (Opcional).
-Cuando sepan cuál es la causa de la infestación del pantano, tendrán que resolver el problema y limpiar lo más dañino.

¡Buena suerte, participantes!

por **Ayato Sakama** Jue Jul 23, 2015 4:25 pm

El comúnmente rebelde vampiro pelirrojo alzó la mirada para ver sobre su hombro cuando notó aquella presencia tras de él, extrañado quedó cuando sus orbes verdes se encontraron con aquellas criatura fantasmales que parecían asistir a la mujer frente a él. Era también extraño verle con una sombrilla cuando no había rayo solar alguno que pudiera ingresar dentro de aquel pantano oscuro, extraña era la mejor palabra que Ayato podía encontrar para describir a la muchacha. Tenía una gracia extraña para caminar, sus actitudes al momento de saludar al joven también eran extrañas. El joven vampiro encontró bastante excentricidad en aquella pelirosa y volteó de cuerpo entero para ponerse frente a la misma. Ayato puso una sonrisa dejando ver sus vampíricos colmillos cuando oyó el nombre de la fémina y el cargo de Gladius que la misma ostentaba. Hubiera sido difícil reconocer a la ojinegro si la misma no se intensificaba, nada en ella parecía ser lo típico en alguien de la milicia, por lo que pronto comenzó a despertarse le interese del joven pelirrojo por saber un tanto más de aquella extravagante persona frente a él. Ayato dio un suave paso hacia al frente, sin borrar aquella sonrisa de su rostro, con paso delicado evitó que sus tenis tocaran el húmedo suelo, manteniéndose a flote unos pocos centímetros bajo el suelo. – Ayato Sakama, General de Justicia en todo el reino de Spatium- Confirmó el pelirrojo haciendo una corta reverencia hacia la mujer, inclinando su cuerpo hacia adelante y logrando una seña de respeto con su brazo derecho. El joven rebelde rio un tanto divertido ante aquello, no acostumbraba a hacer esa clase de reverencias y veía las mismas como una broma, con cierta gracia, digno de unas risas por lo extraño que podría resultar.

Ayato continuó flotando avanzando unos pasos más hacia la muchacha, elevando su vuelo unos pocos centímetros a cada paso. Con aquella cercanía a la pelirrosa se inclinó hacia adelante para inspeccionar aún más a la mujer mientras mantenía aquella sonrisa en el rostro. – No te preocupes rosita, la misión tiene el éxito asegurado – Comentó el pelirrojo en un tono algo de burla, como si no se tomara el encargo verdaderamente en serio. El vampiro ya comenzaba a usar un apodo para la guerrera gladius, el cual se la había ocurrido en un momento, con solo ver como los rosados cabellos de la misma resaltaban entre tanta oscuridad que brindaba el pantano. A mucha gente podía molestarle los apodos del joven vampiro, aunque al general poco le importaba aquello, le divertía colocar un apodo a las personas, tanto así que a veces ni recordaba el verdadero nombre de sus conocidos debido a los incontables apodos de mal gusto que tenía para ellos. A diferencia de lo que algunos podían pensar, los apodos del pelirrojo eran guardados para quienes le agradaban, ya que disfrutaba de molestar a los mismos, por lo que uno podría deducir que aquella muchacha que desprendía tanto extrañes para el joven, de alguna forma, había logrado caer bien al vampiro.

Ayató se alejó de la misma en un solo movimiento, echándose hacia atrás para volver a poner sus pies sobre el fangoso suelo del lugar, alzó su mirada hacia las altas ramas de los árboles para volver a inspeccionar el aspecto del oscuro pantano. Todo parecía normal para el joven vampiro, el pantano era pantanoso, oscuros, húmedo, nada fuera de lugar, pero aparentemente deberían inspeccionar un poco más antes de descubrir que es lo que sucedía y perturba a las criaturas del lugar. Ayato bajó la vista, para poner sus brillantes ojos verdes sobre la pelirrosa mujer. – No hay tiempo para perder rosita, demos unas vueltas por el pantano y solucionemos rápidamente esto, no parece que tu vestido está hecho para recorrer lugares así de… sucios – Musitó el joven de ojos verdes, volteando con gracia para volver a flotar unos pocos centímetros sobre el pantanoso suelo. Con la tranquilidad que su vuelo le brindaba, el muchacho comenzó a moverse lentamente hacia las aguas sucias del lugar, flotando sobre el verdoso liquido mientras inclinaba su cuerpo hacia el frente para darle un vistazo a la suciedad de la misma.

HP:

por **Huo-Lin** Dom Jul 26, 2015 1:37 am

Sonrió ampliamente al verle acercarse a ella mientras flotaba, respondiendo a sus últimas palabras con bastante gracia, había recibido un apodo. Hécate comenzaba a encajar en ese mundo, ahora poseía un apodo de lo más particular, solo esperando no fuese utilizado en otras personas de cabello rosado, se apropiaría de él como era debido y no lo dejaría ir con tanta facilidad, así de importante era tal mote, aunque no muy ingenioso ni mucho menos original, pero estaba realmente conforme. Una risa escapó de sus rojizos labios, dando un golpecito con el dedo índice en la frente masculina, sintiendo lo frío de su palida piel, un toque que le recordó a la piel de los muertos. De no ser por la misión actual, ella definitivamente se hubiera lanzado abrazarle para seguir sintiendo su tacto helado.

Camino tras él cuando se hubo alejado un poco, pisando de igual forma el fangoso suelo del lugar, encantada por la textura que recibía desde sus botas, tan suave y deslizante, pudiendo resbalarse si no era precavida. Se agachó para observar más de cerca, tomando entre sus dedos un poco de aquel lodo putrefacto, olisqueando... pero no había nada raro en su composición o aroma. Se puso de pie, caminando hasta el agua verdosa que se encontraba más adelante, siendo cargada por uno de sus fantasmas para flotar sobre dicho líquido. Observó detenidamente el verdor del agua, extrañamente natural para estar intoxicadas, pero el agente venenoso no parecía encontrarse en el lodo, entonces ¿Qué era?

—No debes preocuparte por mi vestido, Aya-pyon, presta atención en otras cosas— dijo la joven, parpadeando un par de veces mientras le observaba fijamente —y no importa si está sucio, el pantano me recuerda a mi hogar: tenebroso y oscuro— finalizó, sobrevolando con lentitud la masa de agua.

Se fijó en un par de árboles, parecían estar muertos, sus hojas verdes que contrastaban con el grisaceo de sus troncos habían desaparecido, dejando solamente horrendas ramas casi esqueléticas en ellos, buscó algún indicio de animales a su alrededor, cangrejos, tortugas o algunos roedores que vivieran en ambos árboles, pero la fauna ni se asomaba curiosa, como si no existiera... como si no hubiese vida en el pantano. Sus pies tocaron finalmente el suelo, encorvándose ligeramente mientras inspeccionaba esa área por segunda vez, encontrando un par de moras del pantano creciendo sin problema... y recordó que un pastel con tales frutos sería una exquisitez. Un pequeño fantasmita la abofeteó mientras divagaba, dando a entender que no tenían tiempo para pensar en comida, pero el estómago de Hécate volvería a suplicar si se encontraba nuevamente con las moras. No les tomó mucha importancia y caminó más adelante, separándose poco a poco del joven pelirrojo.

A lado de un gran ciprés del pantano notó una pequeña colita, acercándose sin cuidado pero emocionada de ver vida silvestre, pero la escena no fue del todo alegre... el diminuto roedor estaba muerto. Hécate se agachó, debía inspeccionar y entender lo que había pasado con el animalito, saber por qué un animal capaz de sobrevivir en esa área había muerto, y sobre todo, no encontró indicios de ningún depredador, ni aves, ni serpientes, ni cocodrilos.

—¡Aya-pyon, ven aquí!— gritó la mujer, esperando su llegada sin dejar de observar el cadáver del ratoncito. Pensó en las moras del pantano, pero de ser así habría más vida pues que no todos los animales se alimentaban de ellas, volviendo a descartarlas; supuso entonces que su muerte fue debido a las toxinas que emanaban las aguas pantanosas, pero entonces los cocodrilos estarían muertos a su vista y el ratón estaba alejado de la orilla; solo quedaba la niebla tóxica que rodeaba el lugar, pero no pudo aparecer así como así, debía existir algo que la provocara, algo en lo que ella no estaba pensando, ¿Por qué no habían encontrado más animales muertos?

—Tengo hambre~

HP:

por **Ayato Sakama** Lun Jul 27, 2015 6:58 pm

Aquella forme de llamarle no molestaba para nada al pelirrojo, al contrario, le encontraba con algo de gracia lo que ponía una orgullosa sonrisa en el rostro del joven vampiro. Suma curiosidad provocaba al pelirrojo la forma en que Rosita se aprovechaba de aquellas extrañas apariciones, usándolos para flotar o cualquier cosa que necesitara. Mucho en aquella muchacha le resultaba extraño y curioso, por lo que no le quitaba la vista de encima mucho tiempo. La respuesta de la misma le provocó una sonrisa mientras reía un poco tomándose la barriga sin perder altura en su vuelo. – Tenebroso y Oscuro, eso también me gusta bastante naturalmente – Comentó el pelirrojo, pues debido a su vampírica raza amaba las noches, además de llevar un cierto y retorcido gusto por los métodos de tortura, y bastante fascinación por la sangre naturalmente.

Las aguas del lugar no tenían nada extraño a la visión inexperta del General, sin vida entre ellas claro, pero nada más fuera de lugar, pues a pesar de no verse animales en ellas tampoco se les veía muertos, la putrefacción del agua estaba en el punto correcto que los pantanos solían estar, quizás un poco más por la carencia de luz solar que llevaba el mismo. Ayato inspeccionó varias partes del agua que le llamaban la atención, manteniendo su flote y sin quitarle la mirada a la curiosa compañera durante mucho tiempo. Cada aparente movimiento en el agua llamaba al vampiro a donde él creía que aquello procedía, a lo mejor estar tan cerca de las posibles toxinas del agua era lo que comenzaba a dar un pequeño mareo al vampiro por momentos, pero ciertamente no le daba demasiada importancia a aquello pues pensaría se le pasaría en cuanto abandonaran el lugar.

El llamado de Rosita llamo la atención del joven vampiro. – Ya voy Rosita – Musitó el joven riendo un poco, con algo de soberbia en el rostro, dirigiéndose hacia ella flotando a pocos centímetros sobre la tierra con algo de apuro, para ver qué era lo que requería su presencia. Se acercó con curiosidad para ver qué era lo que tenía la atención de la muchacha de rosas cabellos, lentamente comenzó a descender, restando esos centímetros que le mantenían en el aire, apoyando suavemente su calzado sobre las húmedas tierras del pantano. La mirada del joven de verdes ojos se puso sobre aquel cadáver de ratón, el pequeño roedor parecía estar muerto, pero no había una sola señal de haber sido cazado, parecía bastante joven por lo que no podría haberse terminado su ciclo de vida tan pronto, lo que podía confirmar aquello de que algo afectaba a los animales de esta zona, si bien muchos animales no podían sobrevivir en los pantanos, un roedor como aquel, naturalmente podía sobrevivir en casi cualquier bioma, y los pantanos eran lugares donde solían abundar a montones. Aquello hizo picar la curiosidad del joven vampiro, por lo que rápidamente puso una sonrisa orgullosa en el rostro para mirar a la muchacha cruzando sus brazos con bastante soltura. – Esto parece todo un misterio, suerte que tengo la capacidad mental para resolver este tipo de cosas – Musitó el pelirrojo mientras cerraba los ojos y colocaba su puño derecho en la barbilla para comenzar a pensar. Era el primer animal muerto que encontraban, y era bastante extraño, pues lo esperado era ver muchos cadáveres si algo estaba ciertamente matando a las criaturas del lugar. Ayato había notado que las ramas de los árboles estaban mayormente secas, aunque al llegar al suelo la vegetación compuesta mayormente por hongos y musgo tomaba un color bastante verdoso, incluso aquellas plantas que flotaban en el agua parecían seguir en un perfecto estado, así que definitivamente la razón no estaba afectando a las plantas del lugar, al menos no de la misma forma que lo hacía con los animales. Sin poder deducir demasiado, el pelirrojo desistió y sacó el puño de su mentón para alzar los hombros y negar con la cabeza con una sonrisa en el rostro. – No tengo idea de que puede ser, lo mejor será seguir buscando – Musitó para luego reír un poco.

El pelirrojo comenzó a flotar nuevamente con tranquilidad, poniendo las manos tras la cabeza mientras iba elevándose, bastante más alto que antes para poder llegar a la mitad de la altura de esos grandes árboles. Allí había un hueco en el mismo, dentro del cual solo se podía ver aparentemente penumbras. El vampiro ya lo había notado, pues en el mismo se comprobaba lo hueco que era el árbol y quería echarle un vistazo antes de recibir la llamada de Rosita. – Sabes que Rosita, sigue echando un vistazo al suelo, y yo me ocuparé de ver un poco más arriba – Comentó a la muchacha mientras comenzaba a cruzar sus brazos a la altura de su pecho. El joven de ojos verdes giró su mirada hacia aquel hueco cuando por fin estuvo a la altura del mismo, nada podía ver allí a pesar de su mejorada visión, por lo que frunció el ceño y dio un golpe al tronco con su mano. En aquellos momentos se oyó el sonido hueco, pero entonces el troncó comenzó a reflejar como algún temblor a lo que Ayato extrañado se apartó un poco. De un momento a otro, un incontable número de aquellos negros mamíferos voladores salió del mismo lugar volando mientras emitían aquellos finos ultrasonidos. La inesperada presencia de aquellos seres tan familiarizados con el joven le desconcertó, haciendo que casi cayera al suelo, pero salvándose por haberse dado cuenta de lo mismo. Todos aquellos murciélagos salieron rápidamente volando a un hueco mucho más alto en un árbol algo alejado sin detenerse.

El pelirrojo bastante sorprendido comenzó a descender cruzando sus brazos para colocarse a un lado de la muchacha de rosas cabellos. – Parece que mis primos no han muerto – Comentó en broma, debido a que mucha gente relacionaba a los vampiros con aquellos mamíferos, aún que no hubiera un mísero verdadero parentesco entre ellos. – Tal vez sea por eso de andar volando, no parece que quieran bajar, a lo mejor esta cosa del pantano no llega tan alto – Comentó luego el pelirrojo viendo como aquellos murciélagos sobrevivían aparentemente manteniéndose donde estaban las plantas más secas del lugar. – Aún que si otros animales por aquí es poco probable que sobrevivan, ni si quiera eh visto muchos insectos que puedan comer – Continuo mientras se pensaba las cosas un poco más. – Este misterio se pone bastante complicado – Terminó musitando por la bajo.

El pelirrojo caminó un poco hace adelante, apoyando sus zapatos en la suciedad del pantanoso suelo. Echó una mirada un tanto seria a Rosita tras él y le hizo una seña con la mano. – A lo mejor si nos movemos descubrimos un poco más de esto- Comentó el pelirrojo hacia la muchacha.

90/100 Hp (-10 Daño tóxico)
80/100

por **Huo-Lin** Miér Ago 12, 2015 11:48 pm

Se había ilusionado bastante con la respuesta que el joven estuvo a punto de dar, sin embargo, igual que ella, no tenía ni idea de lo que ocurría en aquel lugar. Soltó un pesado suspiro mientras se enderezaba, estirándose un par de veces y así seguir inspeccionando el suelo. Observó de reojo al roedor, si ella supiera de medicina probablemente en ese momento le estaría abriendo para ver lo que ocurría en su interior, una buena autopsia seguramente les haría entender lo que ahí acontecía. Un pequeño ruido le hizo centrarse en el árbol que el joven vampiro observaba, notando aquello singulares y de cierto modo adorables murciélagos salir del tronco.

—No te preocupes, Aya-pyon, si pueden comer las moras del pantano que se encuentran en la orilla, seguramente podrán sobrevivir— sus ojos viajaron de nueva cuenta a los frutos, crecían sin problemas, como si aquellas toxinas no les afectaran, algo distinto con la mayoría de los árboles, los cuales ya estaban muertos. Colocó una mano sobre su barbilla pensando detenidamente en eso, ¿y si las moras eran el problema? Eso explicaría la muerte del roedor y del porque los murciélagos no parecían querer bajar a comerlas, pero eso no explicaba la desaparición de aves y reptiles —quizás... comieron presas envenenadas— susurró la joven.

Hécate siguió las indicaciones del pelirrojo, debían caminar y seguir observando los problemas en el pantano, aún estaban cerca de la entrada al mismo por lo que, quizás, aquellos animales que no habían visto se encontraban más adelante, ¿Y si el ratón era la primera víctima en ese sector? Probablemente frente a ellos habría un sinnúmero de cadáveres, pero también estaba la posibilidad de ser un error y que las moras no eran el problema, debía tomar en cuenta ese detalle; su otra teoría era una especie de hongo que por medio de la niebla tóxico parasitó solamente las moras a medida que se iban extendiendo, una idea loca pero que podría ser real, ¿no? Afectando solamente la flora, la fauna que se alimentara de ellas podría morir inmediatamente y esos animales enfermos ser devorados por el resto, ¿Debería contar su absurda teoría al chico?

—Aya-pyon, debo decirte algo, pero no estoy del todo segura, es solamente una teoría— dijo la pelirrosa, deteniendo su caminar y quedar solamente a unos cuantos pasos del varón —al principio pensé que quizás las moras del pantano eran el problema, pero eso no explicaría la nula aparición de fauna en los ríos, así que pensé en un hongo... uno que viaja por medio de esta niebla venenosa y que parasita toda la flora, eso podría explicar los árboles enfermos y las moras que son alimento de los roedores, también tomar en cuenta que los depredadores de estos mismos murieron al devorarlos— calló, apretó los labios en una fina línea, pensando en lo próximo que podría decir, después de todo seguía pensando que su teoría podría estar errada —y si tomamos en cuenta que la niebla se mueve lentamente, más adelante podríamos encontrar animales muertos, y que ese ratón era la primera víctima en esa área... sé que suena tonto, pero... quizás mucho más adelante se encuentre aquello que produce los hongos— tragó pesado, el chico parecía ser más listo que ella, y si decía que su idea era demasiado absurda entonces definitivamente no sabría en qué otra cosa pensar.

—Y si fuera el caso, ¿cómo eliminas un hongo parásito?— preguntó con cierta curiosidad, si ella estaba en lo correcto, entonces la forma de eliminar algo como eso era lo siguiente en idear, pero vaya, una guerrera gladius no tomaba clases de ecología.

HP:

por **Ayato Sakama** Lun Ago 17, 2015 5:56 pm

Comenzaron a moverse, avanzando hacia los interiores del pantano, el pelirrojo joven vampiro flotaba lentamente mientras continuaba oyendo aquella teoría de la gladius. Ayato ponía su mirada en todo lo que encontraba, podía ver un poco de sentido en esa historia, las plantas no parecían afectarse de igual forma que los animales, lo curioso, era que el no se sentía enfermo o afectado por algún virus, todo iba bien por ahora, así que suponía que no se había contagiado de nada cercano. Todo tenía mucho más sentido que lo que se le podría ocurrir a él, así que no iba a negar la teoría de la muchacha, solo les quedaba seguir avanzando para descubrir la verdad.

Ayato no era demasiado bueno pensando, por lo que se detuvo y comenzó a intentar aquello colocando el dedo en su barbilla, mientras al flotar comenzaba a girar para terminar con la cabeza hacia abajo. - No creo que podamos eliminar uno de esos a golpes - Comenzó, el joven vampiro que solía responder a todos los problemas de aquella forma. En sus tiempos de infancia, el joven había sido obligado a leer varios libros en sus estudios, intentó recordar si alguno de aquellos decía algo sobre hongos, o parasitos, o algo que le ayudara. Recordó haber leído algo, sin embargo no había una forma común de tratar ese tipo de cosas, cada enfermedad siempre lleva una cura especifica, así que lo mejor era exterminar la fuente de la enfermedad para evitar que continúe infectando al resto de seres. - Lo mejor que podemos hacer es seguir buscando lo que provocó estas cosas, y sacarlo del pantano antes de que siga matando más cosas- Comentó el joven vampiro para luego volver a girarse y bajar un poco su altura, acercando los pies al suelo húmedo del oscuro pantano maldito.

Ayato continuó avanzando sin colocar sus pies en el suelo, solo flotando, disfrutando del viaje, observando las pútridas aguas, y la poco activa vegetación, en busca de los animales que faltaban. No parecía haber nada, hasta que un aroma llegó al joven, era común que haya malos olores en ese lugar, y ninguna putrefacción podía llamar la atención, pero fue un olor agradable el que llamó al pelirrojo. Un aroma agradable, como de una dulce flor se podía sentir entre ese pútrido ambiente, un poco sorprendido el joven vampiro aprovechó sus capacidades de pura sangre para ubicar en que dirección se encontraba la fuente de ese aroma. - ¿Hueles eso Rosita?- Consultó el joven a su compañera de misión, para sin esperar respuesta comenzar a flotar en dirección hacia la fuente del olor. Sin fijarse en si la muchacha le siguiera o no, el joven vampiro esquivo varios matorrales y arboles por el camino para finalmente llegar a lo que parecía en montículo de tierra, dentro del cual se formaba un cueva, y dentro de la misma, se juntaba aquel aroma putrefacto junto con el atrayente olor de las flores.

El hueco para entrar era bastante estrecho, aunque el montículo tenía suficiente tamaño como para casi ser una montaña. Ayato no quería ensuciarse sus manos en la pantanosa composición del pantano, así que suavemente se dejó aterrizar, comenzando a notar el desgaste de energías por haber flotado tanto. Alzó su diestra a la altura del pecho, y de la poco notoria sombra que esta generó se formó una garra solida que fuerza comenzó a mover la tierra del lugar abriendo un hueco para que el joven de ojos verdes pudiera entrar. Tras unos momentos estaba echo, y el joven hizo que la sombra volviera a ser nada más que aquello, Ayato se asomó primeramente a ver que podía ver dentro antes de ingresar al lugar.

Allí una luz iluminaba el interior, así que el joven pudo ver claramente unas flores amarillas, las cuales parecían ser quienes desprendían esa luz, un tallo verde bastante fino, y bajo el mismo unas raíces grandes que parecían ser quienes mantenía el techo y las paredes en su lugar. A los alrededores de la planta había una gran cantidad de cuerpos muertos, de distintos animales, que parecían enredados en las raíces. El joven vampiro no tenía idea de que estaba observando, solo estaba seguro de que una planta así no era normal, y mucho menos lo era ese aroma dulce en el aire, logrando opacar incluso el de los cuerpos muertos. Pero al menos había encontrado a los animales del lugar, ahora solo les quedaba averiguar que era lo que pasaba realmente, y eliminar el problema.

HP:

por **Huo-Lin** Mar Sep 08, 2015 2:00 am

Captó un dulce aroma ante las palabras de Ayato, cerrando sus ojos con lentitud para saber exactamente de donde provenía dicho olor, pero el pelirrojo alzó el vuelo, alejándose rápidamente de ella. Hécate tuvo que invocar a más mini hollows para aumentar su propia velocidad, esperando alcanzarle y saber lo que le tuvo tan inquieto. Sin embargo, su propio vuelo no fue del todo agradable, queriendo alcanzar a Ayato, la pelirosa terminó golpeándose con lo que parecía ser un mar de árboles y matorrales, quedando su rostro con un par de raspones, así como su cuerpo cubierto de hojas secas.

Finalmente se detuvo, tocando el suelo cuidadosamente para sacudir sus ropas, pero un repulsivo aroma que se combinaba con el dulzor de las flores detuvo sus acciones, observando asqueada un extraño montículo de tierra, para después cubrir sus labios con ambas manos.

—¿Qué es eso?— preguntó entre ascos, notando aquella extraña sombra abrir un hueco en la tierra y en la que Ayato se asomó —No bajes la guardia, Aya-pyon— susurró la mujer, asomándose de igual forma.

Ahogó un grito ante lo que tenía delante, una tétrica vista que ni en su inframundo hubiese soportado, quizás porque tenía más cariño hacia los animales que a las personas. Esa hermosa florecilla poseía unas diabólicas raíces que ensartaban sin piedad a los seres que habitaban el pantano, incluso algunos aún podían moverse, chillando y sufriendo de dolor, muriendo lentamente. Hécate no pudo soportarlo demasiado, invocando sus mini hollows explosivos y lanzándolos hasta las raíces y liberar así a los animales, los que seguían con vida se alejaron lentamente, la mayoría solamente se quedó rodeando las flores.

Notó como sus mini hollows quemaban las raíces, escuchando después un lastimero grito, casi un rugido que provenía donde estaban las flores amarillas. Una raíz se alzó amenazante, viva, golpeando el suelo con fuerza y acercándose presurosa hasta donde el pelirrojo se encontraba.

—¡Aya-pyon!— gritó la diosa, lanzando de nueva cuenta aquellos mini hollows explosivos, destrozando al tacto la raíz —No parece ser una simple flor— dijo preocupada, situándose a su lado —debemos tener cuidado, Aya-pyon, esta cosa podría estar escondida bajo tierra y ser más grande de lo que uno cree— preparó entonces nuevas municiones, mini hollows explosivos que les rodearon como si fuesen una barrera, quedando atenta ante cualquier posible ataque.

Hécate pensó que su teoría no estuvo del todo errada, quizás no era un hongo, pero sí una flor que con su dulzor atraía a las bestias, una fragancia que seguramente mataba a todo animal de olfato sensible, como aquella pequeña rata que habían encontrado con anterioridad. Supuso entonces que podrían eliminarla con fuego, más no sabía cuanto durarían sus fantasmitas ni tampoco que tan grande era la flor, porque aún desconocía si esa era su apariencia real o había un monstruo bajo tierra.

HP:

por **Ayato Sakama** Sáb Sep 19, 2015 5:27 pm

Desde su posición el pelirrojo vampiro admiraba a la dulce planta, que con aquel aroma parecía ser hipnótica, tanto así que no pudo notar las aparición, ni reacciones de su compañera, hasta que aquellos pequeños fantasmas comenzaron a explotar. La mirada del joven vampiro se desvió hacia donde aquellos animales eran liberados, por aquellos momentos, su sonrisa había desaparecido, y sobre su rostro se encontraba un ceño fruncido, señal de lo serio que se estaba tomando el asunto, al haber visto de lo que aquella aparente planta era capas. El aroma dulce seguía inundando la percepción del joven pelirrojo, tanto así, que por momentos se perdía y solo volvía a la realidad al escuchar las explosiones de aquellas criaturas. El rugido de la planta llamó la atención del vampiro, y el ver a esa raíces alzarse de manera amenazadora, frunció aun más el ceño y apretó los dientes, afirmándose al suelo, preparándose para enfrentar lo que viniera. Sin embargo, antes de que el joven pudiera mover un solo músculo para defenderse, la Guerrera Gladius, alzó al voz y envió a sus fantasmas para que ayudaran. El General de Justicia, retrocedió unos pasos, para alejarse de la planta, y al mismo tiempo acercarse a Rosita mientras le oía.

Ayató mostró una sonrisa, manteniendo su ceño fruncido, algo molesto del encuentro que estaban teniendo con aquella planta. El vampiro no entendía demasiado, pero entendía lo suficiente como para no bajar la guardia, y poner sus orbes verdes atento a todo movimiento de esas raíces. - Bien Rosita, no creo que sea suficiente con cortar el tallo, seguramente esas raíces se extienden por gran parte del pantano, tampoco es posible que acabamos con todas, quizás haya que arrancarla del suelo, y destruir tan como podamos - Musitó el joven pelirrojo, sonriendo, dejando ver su par de colmillos, junto con una mirada algo emocionada, desde su orbes verdes. La emoción del Vampiro se concentraba en el poder enfrentarse a tal desafío, aunque Ayato se considerara el mejor la sensación de auto superación, o ponerse a prueba, siempre le sentaba bien, y lograba entretenerle.

El joven vampiro estiró su brazo izquierdo, manteniendo la palma abierta, ante aquello, las sombras del lugar comenzaron a reunirse sobre la misma, comenzando a generar una esfera oscura, que pronto tomó la forma de una espada, al mismo tiempo aquellas penumbras se volvieron sólidas, dándole un filo a la oscura espada, y una dureza a la empuñadura que Ayato sujetaba con firmeza. - Si las raíces están bajo tierra, vamos a hacer que salgan - Musitó el joven Vampiro, casi susurrando, y sin esperar saltó, saliendo del circulo que habían formado los mini hollows. Fuera de aquella protección, la respuesta de la planta no se hizo esperar, y una gigantes raíz se alzó del suelo intentando golpear al joven pelirrojo. Pero este, gracias a sus dones de sangre, puedo con agilidad y velocidad esquivar el golpe, consiguiendo el angulo y momento justo para realizar un corte con al espada de penumbras, en busca de arrebatar esa raíz a la planta. Las habilidades del vampiro con la espada eran dignas de una maestro, pues desde pequeño había sido entrando con la misma, así que un corte limpio bastó para que cuando Ayato tocara el suelo, la raíz también lo hiciera, desprendida de su extremo. Una sonrisa se pudo ver en el rostro del pelirrojo, al tiempo que un gruñido, o exclamación de dolor se pudo sentir, proveniente de la aparente e inofensiva planta. Poco después el suelo comenzó a agitarse, como si de una temblor se tratara, el pelirrojo observó las paredes, con la idea de que las mismas podían no resistir y derrumbarse en cualquier momento.

Sin embargo, al contrario, las mismas se mantuvieron firmes, y una grieta se produjo en el suelo, alineada perfectamente con aquellas flores amarillas, de aroma dulce, e inofensiva apariencia. El pelirrojo no tardó ser precavido y de un salto volver hacia donde Hécate. - Creo que se está enojando, tal vez cortar y destruir no fue la mejor idea - Comentó el joven vampiro, mientras el suelo continuaba temblando. Ayato se mantuvo inmóvil, y el suelo dejó de temblar, sin embargo, algo estaba pasando, pues las raíces del lugar parecían moverse coordinadas, todas intentando introducirse en al grieta, como si escaparan, dejando allí a los putrefactos cadáveres de los animales muerto habitantes del pantano. El vampiro, sin saber que era lo que aquellas flores intentaban, se mantuvo inmóvil, dudando su próximo movimiento, frunciendo el ceño mientras observaba como las raíces seguían moviéndose, pues las mismas, eran una cantidad inmensa e incontable, aparentemente con la habilidad de huir cuando se sintieran amenazadas.

Spoiler:

por **Huo-Lin** Lun Sep 28, 2015 10:58 pm

Hécate observó las raíces, pasando después su mirada al joven pelirrojo quien creaba una espada con sombras. Acercó unos cuantos mini hollows, separándolos de su barrera defensiva para iniciar un nuevo ataque contra la planta. Cuando Ayato se lanzó atacar la raíz, delgadas raíces se alzaban junto a la más gruesa, acercándose peligrosamente al vampiro. Los fantasmitas al servicio de Hécate salieron disparados para atacarlas, destruyéndolas en un solo contacto y dejarle vía libre al muchacho para asestar un golpe.

La pelirrosa se sorprendió al sentir la tierra moverse, preocupada de que su misión no fuese un exito y la planta lograse escapar. Sin embargo, el movimiento de la tierra se detuvo, evitando ella mover alguna extremidad a la espera de lo que podría suceder, pensando que quizás serían emboscados. Tal pensamiento se esfumó cuando las flores amarillas desaparecieron ante la grieta que se abrió en el suelo, chasqueando los dientes mientras asomaba la cabeza por tal abertura.

—Estuvo muy bien, Aya-pyon, pero esta vez debemos atacar el cuerpo completo— dijo la diosa oscura, saltando dentro de aquella profunda grieta y ver hacia adelante un gigantezco túnel creado por la cosa que estaba ahí —debemos seguirla, Aya-pyon, no podemos permitir que escape— y sin más creó un hollow, subiéndose a su espalda como si fuese una montura, así como también un mini hollow que sirviera de lamparita.

El fantasma podía seguir la velocidad de vuelo de Ayato, por lo que recorrer dicho túnel no fue problema alguno, aunque el hambre seguía vigente en ella, quien deseaba tener unos cuantos dulces y pasteles a su alrededor para alimentarse. Ahora maldecía el no tener alguna habilidad que invocara dulces.

—¡Aya-pyon!— gritó la mujer al ver una extraña liana anaranjada yendo directo hacia ellos desde el otro extremo del lugar, mandando un par de minihollows a que estallaran rápidamente para detener su avance y permitir que Ayato la cortara.

Suspiró pesadamente al ver esa cosa caer inmóvil en el suelo, volviendo a dirigir su mirada a la oscuridad que les otorgaba el otro lado del túnel, sabiendo lo que ahí les esperaba, porque incluso aquella bestia se encontraba alerta, observando sus movimientos.

Una tenue luz lograba verse al final, dando a entender que la cosa se había retirado, Hécate ordenó a su hollow que volara más rápido, pensando que no debían perderlo porque aquello podría atacar incluso al pueblo cercano. Al salir, la pelirosa fue sorprendida con un fuerte golpe en el rostro, siendo tirada de la espalda de su fantasma e impactando contra un árbol gris.

Monstruo:

Frente a ellos se encontraba una bestia con forma de rosa blanca, acercando amenazadora sus pistilos mientras rugía fieramente. Notó entonces como le faltaba una de sus tantas raíces, cortada por Ayato antes de bajar, así como un pistilo más corto que de igual forma fue destruido por el pelirrojo dentro del túnel. Hécate no mostró ni una pizca de temor a la cruel bestia, creando más y más mini hollows para iniciar un nuevo ataque.

—Terminemos con esto, Aya-pyon.

HP:

por **Ayato Sakama** Jue Oct 01, 2015 12:28 am

Con la mirada puesta en las verdes raíces que parecían huir con miedo, el joven de cabellos rojos oscuros escuchó a su compañera de misión y con una sonrisa le respondió. – ¡Voy detrás de ti rosa! Muero de ganas de volver a cortar su apestoso tallo – Tras aquel orgulloso comentario, el vampiro de ojos verdes, corrió y saltó, al igual que su compañera, para entrar a aquella grita que se abría imponente sobre la tierra.

El joven general de justicia se las arregló para flotar y nuca tocar el suelo de aquella grieta, flotando a pocos centímetros del suelo como acostumbraba, andando con una sonrisa frente a la mujer de rosas cabellos. El vampiro, tenía la capacidad para ver claramente sin la necesidad de una fuente de luz, pues con sus orbes verdes bastaban para reconocer toda marca en las paredes a sus costados.

El grito de Hécate alertó a Ayato, y este se frenó en su andar, frunciendo el ceño para apretar los dientes y buscar con su mirada que podría estar amenazándole. Cuando la vista del joven pelirrojo se encontró con aquello anaranjado, empuñó con fuerza su oscura espada de penumbras, vio a los fantasmas compañeros de la pelirosa explotar sobre la liana y con velocidad avanzó hacia ella para interceptarle con un corte.

Ayato pudo ver a una cantidad de raíces retirarse, y sin dudar les siguió en vuelo hasta donde se podía ver la salida de aquel lugar, bañado en la poca luz del pantano maldito. Aquello cegó los ojos del joven por unos minis segundos, hasta que pudo acostumbrar los mismo, y frente sus ojos pudo ver aquella gigantes, monstruosa, y colosal planta.

Estupefacto quedó el pelirrojo ante tal enemigo, pero segundos después no puedo evitar mostrar una sonrisa de emoción al considerar aquella criatura como un rival interesante, que estaría pronto a ver las verdaderas habilidades del muchacho. Sin embargo, aquella expresión de borró de su rostro cuando notó como uno de aquellos látigos vegetales había golpeado a la pelirrosa, rápidamente el vampiro frunció el ceño molesto por el daño causado a su compañera de misión.

Socorrer no era algo que el pelirrojo acostumbrara, así que lo que hizo fue volver hacia la planta con una mirada amenazante, buscando intimidarle, con la idea de devolverle aquel daño puesta en su cabeza.

Cuando oyó a su compañero y vio toda aquella cantidad de fantasmas invocados, el joven de ojos verdes mostró una sonrisa sin dejar de fruncir el ceño hacia su enemiga. – Bien dicho rosita, acabemos con este intento de planta carnívora, y tal vez cuando volvamos podamos acordar para comer algunos dulces – Comentó el vampiro con cierto humor, soltando una pequeña risa, pero sin quitarle de encima la vista a aquella planta.

Nuevamente, apretó la empuñadura de su oscura arma de sombras, y con fuerza comenzó a moverse hacia la misma, intentado esquivar cuantas raíces pudiera para ir directo al cuerpo de la bestia.

Ayato había hecho un buen trabajo esquivando la maleza, pero cuando parecía estar a punto de llegar, uno de aquellos pitillos naranjas le tomó rodeando su cintura, y le aventó lejos, obligándole a golpear con un árbol cercano y luego caer al suelo. Con cierta furia, pero a la vez algo de emoción al notar que su rival podía darle algo de pelea, Ayato sonrió y se levantó dejando que su curación natural hiciera el trabajo de recuperar su cuerpo.

HP:

por **Auros** Jue Oct 01, 2015 12:28 am

El miembro 'Ayato Sakama' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 21

por **Huo-Lin** Dom Oct 25, 2015 9:33 pm

Hécate utilizó gran parte de su energía para crear sus pequeños hollows explosivos, evitando que tuvieran algún contacto con los pistilos de la bestia pues aún no era el momento de utilizarlos, esquivando también las raíces que el monstruo lanzaba hacia ellos. Jadeó cansada, esa gran cantidad de mini hollows minaba su energía rápidamente, por lo que debían exterminar a la rosa gigante antes de perder el conocimiento.

Observó nuevamente sus movimientos, al ser tan grande uno creería que sería lenta, pero era todo lo contrario, la flor gozaba de suficiente velocidad para esquivar los ataques que lanzaron un poco antes, gracias a ello notó cierto patrón que la rosa seguía: si lanzaba sus raíces debía mantener los pistilos por encima de su cuerpo, cuando los pistilos iban hacia ellos, sus raíces quedaban inmóviles, en ese caso debían prepararse para contratacar. Notaba la experiencia de Ayato en batalla, pensando que él pudo haber encontrado el patrón de sus ataques mucho antes que ella, especialmente porque cuidaba su distancia.

—Aya-pyon, mantendré sus pistilos ocupados con mis mini hollows, así podrás atacar su gran cuerpo sin ninguna distracción— dijo confiada, entendiendo que el pelirrojo inclusive era mucho más fuerte que ella —pero debemos hacerlo ahora que pronto me quedaré sin energía— mencionó sonriente.

Esperó entonces el momento justo en que las raíces quedaban inmóviles, solo una fracción de segundo en la que debía mantenerse totalmente centrada en la planta para no dejar escapar ninguna oportunidad. Fue entonces cuando se detuvo, lanzando sus enormes pistilos sobre ellos, ahí, Hécate envió con rapidez sus pequeños hollows, explotando para evitar se acercaran demasiado a Ayato. A medida que los mini hollows estallaban, la pelirrosa creaba más, el menor contacto posible en Ayato era requerido para que no moviera su curso entorno a la enorme bestia.

Un par de jadeos escaparon de sus labios, el sudor bajaba rápidamente denotando su creciente cansancio. Un par de hollows rodearon las raíces de la flor por si los pistilos se posaban sobre su cuerpo y evitar así que atacaran al vampiro, incluso ella tenía una pequeña defensa de hollows previniendo el ser atacada, aunque pensándolo bien, eso sería más útil, de esa forma quitaría toda su atención de Ayato.

—¡Acaba con ella, Ayato!— gritó la diosa, haciendo estallar varios mini hollows al mismo tiempo, creando una pantalla de humo y despistar a la rosa.

HP:

por **Auros** Dom Oct 25, 2015 9:33 pm

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'Tirada Rango 3' : 3

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater