Detalles de una reunión [Priv. María Sforza]

por **Cyan Al-Gram** Dom Mar 13, 2016 11:59 pm

La luna llena se proclamaba reina de la noche en lo alto de un cielo nocturno oscuro y despejado, dando paso a la asombrosa vista de las estrellas, que para muchos eran sus únicos guías en esos días tan difíciles. El hombre de largo cabello aún era muy nuevo caminando por esos suelos, pero siempre había algo que se podría distinguir a kilómetros de distancia, aunque fuese en tierra extranjera, y eso se trataba de un bar. El constante sonido de las puertas que no se detenía, el jaleo en las conversaciones de sus clientes en mayoría alzando la voz por su estado de ebriedad, secos golpes de jarra contra jarra haciendo brindis… Ese tipo de panorama era inolvidable una vez habías entrado en él por primera vez. Se introdujo al local por la puerta principal, y tras avanzar unos pocos pasos en línea recta, tomó un asiento justo enfrente de la barra mostradora, utilizando esas butacas redondas de madera con cuatro patas. Terminó por pedir una jarra de cerveza y su petición no se demoró mucho en ser cumplida.

Tomó la jarra de madera con su mano derecha y propinó un buen trago a su propia salud. —¡Ah~! Esto sin duda es lo mejor después de un duro día de entrenamiento.— Se dijo para sí mismo, muy satisfecho. Ahora que lo recordaba, su inicio oficial como integrante del movimiento revolucionario había comenzado en un lugar como ese. No recordaba el nombre de la persona que lo contactó, ni siquiera recordaba si le habría dado algún nombre; La única imagen que tenía en mente fue la de una mujer de castaños cabellos y con actitud preventiva. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde entonces? Hasta a día de hoy solo había estado entrenando y buscando actividades que le llevasen algo de comer a la boca. El día en el que fuera seleccionado para una importante misión en la revolución no podría estar lejos, o tal vez sí, no tenía forma de saber el modo de operación de los altos cargos.

Cyan dio otro gran sorbo a la jarra de cerveza, ya que no debería estar pensando en cosas como esa cuando la noche de hoy debía de despreocuparse por absolutamente todo, aunque fuera durante un par de horas solamente. Depositó unas cuantas monedas en la barra, pagando la cerveza que estaba a punto de terminarse y dedicó unos segundos a contemplar en general la sala donde hombres celebraban, mujeres servían platos y bebidas, y algunos incluso se involucraban en juegos de cartas con apuestas. Precisamente uno de los hombres que parecía controlar la mesa de juego, desafió a Cyan con la mirada, realizando acto seguido un gesto de invitación con su dedo. El lancero analizó la situación con su mirada, pues no era tonto, pero su impulso competitivo había ganado la ronda. Otorgó su último sorbo al jarro, dejándolo sobre la barra y dirigiéndose a la mesa, donde aquel hombre junto con otros dos más aguardaban impacientes la llegada del nuevo jugador. “—Últimamente no quedan muchos hombres valientes por aquí.—“ Musitaba con maliciosa sonrisa en su rostro.

“—¿Te atreverías a apostar?—“ Cyan sonrió de manera orgullosa y respondió la pregunta con una mirada llena de confianza. —Espero que luego no te moleste perder todas tus monedas.— Y tras decir eso, sin más pérdida de tiempo que tuviese lugar, las cartas fueron repartidas sobre la mesa de madera y el juego dio inicio. Se podía decir que el hombre vestido de azul no era un experto en los juegos de cartas, pero sabía defenderse. Aunque algo debía de estar haciendo mal cuando después de una hora de partida, todas sus rondas estaban cayendo en derrota. “— ¿Qué ocurre? Pareciera como si hubieras perdido vigor.— Alzaba la voz mientras reía levemente. Era muy extraño, ese sujeto estaba ganando todas sus rondas y a pesar de todo, los otros dos que le acompañaban no parecían nerviosos por estar perdiendo sus ganancias, todo lo opuesto. Cyan se frotaba la cabeza con una mano, ¿Qué debía hacer? ¡A este paso perdería todo su dinero! Y escapar tampoco parecía una buena opción.

por **María Sforza** Miér Mar 23, 2016 1:45 am

La hermosa mujer de cabellera negra se encaminó a un bar bastante concurrido del pueblo, popular por una bebida que era exportada desde Spatium. Pero María no iba a divertirse, tenía la misión de buscar a un criminal que solía frecuentar los bares del lugar, estafando a cuanta persona tuviera en la mira. Suspiró pesadamente, ella definitivamente prefería estar en casa descansando después de su labor de patrullaje.

Ingresó al bar, encontrándose con bastantes caras conocidas, la mayoría de ellos miembros revolucionarios, la demás clientela era esa gente que estaba a favor de la revolución pero no formaban parte de dicha facción, aún así les habían seguido para no vivir más bajo el yugo del gobierno. Se sentó frente a la barra y encargó un poco de whisky, girándose sobre su silla para observar a los varones que jugaban cartas en una mesa cercana.

María ladeó la cabeza ligeramente al reconocer a ese joven de cabelló largo, soltando un nuevo suspiro ante el rostro de duda que el varón poseía, no percatándose de la razón por la cual perdía cada una de sus manos. Bebió su whisky en pequeños sorbos sin dejar de mirar, entendiendo que debía enfrentar al hombre que triunfaba en el juego cuando la última ronda terminase. Mostró una muy leve sonrisa, notando que el revolucionario alpha no se daba por vencido.

Se puso en pie con lentitud, terminando su exquisito whisky para encaminarse a la mesa de juego. Uno de los tipos reía victorioso, como si aquello fuese de lo más normal, como si fuese natural... como si hubiese conocido cada una de las jugadas de su oponente. Se agachó, rodeando los hombros del tipo con su brazo derecho, pegando su rostro al contrario mientras sonreía al chico peliazul; apretó el brazo del líder sin dejar de sonreír, escuchando aquel deleitable grito de agonía.

—Eres muy escurridizo— dijo la morena —el pueblo de la revolución es de gente humilde y trabajadora, no necesitamos unas ratas ladronas por aquí— y con su mano izquierda, sostuvo un pequeño papel de de "Se busca" con la cara del tipo en ella —y tú eres muy popular por una serie de fraudes y estafas ocurridos en la ciudad, ¿Captas?— volvió apretar su brazo, profiriendo nuevos gritos de dolor, pidiendo piedad ante tan doloroso acto; ella volvió a reír —No pasarían estas cosas si jugaras limpiamente, mi querido amigo.

El dinero recaudado en aquella partida le fue entregado al joven, y ella no dejaba de pisotear al hombre que ahora se encontraba en el suelo —Espero sea la cantidad que perdiste, este tipejo hace uso de su habilidad de predicción para cometer fechorías, y los otros dos ganan cierta suma por ayudarle— permitió que un par de soldados revolucionarios bajo su mano se llevaran al hombre, mirando nuevamente al chico —no sé si nos hemos presentado antes, mi nombre es María, soy una revolucionaria de élite.

por **Cyan Al-Gram** Dom Abr 03, 2016 6:40 am

El hombre con coleta en el cabello miraba fijamente sus cartas en la mano mientras un par de gotas de sudor se deslizaban por su mejilla izquierda. Esta mano resultaba ser buena, tenía dos ases lo cual significaba algo potente, así que solo quedaba jugarlas con sabiduría. La ronda se efectuó con total normalidad pero el hombre que llevaba el liderazgo de la mesa volvió a sonreír, dando gracias a la diosa fortuna por estar de su lado la noche de hoy. De sus manos salieron un total de cinco cartas que componían un “Full”; Una mano muy alta que se lograba con una pareja de dos cartas iguales junto a un trío de otras tres cartas iguales. Cyan se llevó las manos a la cabeza, ¡Había perdido todo! Y ahora estaba endeudado a aquel hombre. El desenlace del juego no pareció haber ido más allá, pues sin que nadie pudiese notarlo una mujer de largos y castaños cabellos se acercó a la mesa, apegándose de manera muy confianzuda al vencedor. “—Eres muy escurridizo.—“ El hombre de azul arqueó una ceja ante las fugaces palabras de la contraria. “—El pueblo de la revolución es de gente humilde y trabajadora, no necesitamos unas ratas ladronas por aquí.—“

Cyan no tenía ni idea de qué iba toda aquella actuación, pero la situación comenzó a hablar por sí misma en cuanto la mujer sacó un cartel de “WANTED” que se utilizaban para advertir al pueblo de criminales, repartiéndolos por el mismo. En cuanto ella sacó el trozo de papel, los dos hombres que acompañaban al delincuente principal enseguida vieron cambiadas sus muecas por unas de pánico. Se suponía que en el mundo los que eran cómplices de criminales eran tratados por la misma condición. “—Y tú eres muy popular por una serie de fraudes y estafas ocurridos en esta ciudad, ¿Captas?—“ Continuaba hablando la fémina, haciendo que la situación eclipsara completamente la presencia del otro revolucionario. En cuanto la mujer retorció el brazo del hombre a modo de advertencia un par de veces, sus cómplices se levantaron de la mesa muy alarmados, de entre ellos unas cartas que no correspondían a la baraja cayeron al suelo. —¡!— Observó las cartas en el suelo bastante sorprendido y desvió de vuelta la mirada al hombre que las había dejado caer, situado a su derecha. —Eso es… El hombre entrecerraba sus ojos, sintiéndose entre la espada y la pared. Con gotas de sudor cayendo por su rellena cara, viendo como sus trampas habían salido a la luz.

Muchos de los presentes en el bar ya se habían dado cuenta de tal escena y las miradas ajenas solo consiguieron que el individuo se pusiera más furioso. “—¡M-maldita perra!—“ El hombre a fuerza bruta tomó el asiento de madera en el que se encontraba sentado y lo alzó sobre su cabeza, con claras intenciones de arrojárselo a la mujer que muy ocupada se encontraba en esos momentos, dándole una leve lección de moralidad al jefe de los sujetos en cuestión. Veloz como un rayo Cyan se abalanzó al hombre de peso considerable, impidiendo que cumpliera con éxito sus intenciones. —¡Haré que me devolváis hasta la última moneda, bastardos!— Un único puñetazo en el ojo bastó para hacer chocar la cabeza del hombre contra el suelo, y que este perdiera el conocimiento después del estruendoso golpe. El otro hombre quiso ser más inteligente y se dio a la fuga, pero su plan terminó en fracaso cuando se encontró con otros dos soldados revolucionarios que se responsabilizaron en frenarlo y neutralizarlo. Por otra parte el líder de ese trío fue dejado fuera de juego bajo el zapato de su salvadora, que parecía haber tenido nulos problemas al encargarse de él. Los soldados finalmente se acabaron llevando a los bandidos y la gente del bar comenzó a hablar entre ella sobre el suceso.

Cyan aprovechó el momento para acercarse a la mujer. —¡Fiu! Realmente me salvaste de una buena.— Musitó sonriente. “—Espero que sea la cantidad que perdiste.—“ Al revolucionario se le hizo entrega de una bolsa de cuero que albergaba sus monedas, comenzando a contarlas solo para asegurarse. —¡Si, está todo!— Exclamó. “—Este tipejo hace uso de su habilidad de predicción para cometer fechorías, y los otros dos ganan cierta suma por ayudarle.—“ Explicó la señorita cuya cara comenzaba a resultarle terriblemente familiar. “—No sé si nos hemos presentado antes, mi nombre es María, soy una revolucionaria de Élite.—“ Complementó ella, presentándose de una manera bastante completa. —Así que María ¿Eh? Es un nombre bastante bonito.— Le expresó halagándola, como le salía hacer con las mujeres. —Uhm… ¿Pero no nos hemos visto en alguna parte?— La observaba directamente a los orbes de sus ojos, ladeando ligeramente su cabeza hacia una dirección y otra. —Tu cara me suena mucho.— Siendo consciente de que la situación podría verse un tanto incómoda, simplemente detuvo su intento de recordar y sonrió. —Bueno, tampoco es como si importara mucho ahora mismo. Mi nombre es Cyan, es todo un placer, señorita.— Comenzó a caminar hacia la barra, pasando por un costado de María. —Déjame invitarte a un trago.— Propuso mientras pasaba por su lado, hasta dar con su cuerpo la media vuelta y guiñar con su ojo izquierdo. —No dejarás que me quede con este amargo sentimiento de deuda que tengo contigo, ¿Verdad?— Finalizó agregándole un tono divertido a la pregunta.

por **María Sforza** Miér Jul 13, 2016 12:27 am

María no se negó a la invitación, simplemente sonrió en respuesta mientras su mente divagaba en busca de aquel joven, quien parecía conocerla de algún lado pero ni él recordaba dónde. Tomó asiento en la mesa que hacía unos minutos fue testigo en el fraude de cartas, buscando incesante entre sus memorias, ella quien se jactaba de su buena memoria... ahora la pasaba mal por no encontrar al varón en la misma. Enredó entre sus dedos diestros un largo mechón de cabello, apretando los labios en una fina línea, visiblemente nerviosa.

—Cualquier cosa estará bien— dijo desde su sitio, dándole un poco más de tiempo para seguir con su búsqueda. Por un momento pensó que quizás era una de las tantas personas con las que se había metido mientras recolectaba información en pos de la revolución, eso explicaría por qué no lograba ubicar su rostro, después de todo no era la clase de mujer que recordara a cada hombre con el que se acostaba. Aún así, aquella idea fue deshechada, puesto que nunca olvidaría a un tipo que llevara una cola de caballo baja y que se mirara tan mal con su corte.

Una nueva idea le sobrevino, una memoria que le provocaba la más grata satisfacción, logrando que soltara su cabello y sonriera levemente: quizás le había conocido cuando fue enviada hace unos años atrás a adiestrar a las nuevas fuerzas revolucionarías, eso explicaría todo, respondería todo. Si ella no le recordaba era porque entonces tenía muchos otros rostros frente suyo, a lo mejor era una persona que en sus inicios no gustaba de estar en la delantera, de esa manera no le ubicaría entre tanto nuevo recluta.

Suspiró, mantendría dicha idea, y si estaba errónea... bueno, no tenía problema con volver a conocerle y entablar una amistad, María era la clase de persona a la cual no le importaba formar lazos a pesar de encontrarse en un mundo en guerra, de cierta forma creía que poco a poco aquellas personas se convertían en su familia.

—Cyan ¿cierto?— dijo al varón cuando regresó con las bebidas —He estado pensando acerca de lo que dijiste, y ¿sabes? No creo que se demasiado extraño el habernos encontrado antes. Hace algunos años ¿no asististe a un entrenamiento para los nuevos reclutas revolucionarios?— preguntó curiosa, dando un pequeño sorbo a su vaso y así empezar con el hombre una pequeña conversación.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater