Re: • Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell

por **Kanae Himura** Mar Oct 04, 2016 1:00 pm

Después de aquella masacre, las cosas se tornaron mucho más tranquilas para la mujer de cabello rojizo, intentó calmar anteriormente a Ankabeth, sin embargo la violencia de la misma impidió que inclusive le pusiera atención durante almenos esos segundos en los que apuñalaba a un montón de carne. decidió no seguir interfiriendo con ella, pues sabía que en ese estado irracional de furia podría llegar a lastimarle también, guardó silencio y simplemente vio como todos atacaban sin piedad a aquel poderoso mago que tanto insistía que le liberaran. Muchas luces comenzaron a esparsirse después de que aquel poderoso mago había sido destruido y una pequeña rafaga de luz invadió completamente su cuerpo y poco a poco comenzó a sentirse mejor;sus quemaduras, heridas y resequedad de la garganta se habían ido al fin... se sentía mucho mejor ahora.

Escuchó la fuerte voz de Ankabeth, quien no parecía estar muy a gusto con todos los de su alrededor, cosa que también le pasaba a ella, por lo cual guardó silencio durante un segundo al no saber que responderle exactamente -...- Tan solo miró un poco su enorme espadón y como acto seguido se levantó -Supongo que es mejor andar en compañía...- pero cuando habló, Ankabeth simplemente le ignoró para continuar adelante. Era mejor seguir sin causar mucho revuelo, acomodó su ropa nuevamente y la limpió de la ceniza y tierra que se ganó, quisiera hacer lo mismo con sus piernas pero estas estaban llenas de fango... sin embargo no dijo comentario alguno y siguió avanzando con normalidad. Los circulos siguientes no fueron la gran cosa, decoración para Kanae al notar que definitivamente no había peligro, aunque hacía calor no era algo que no pudiera soportar.

Siempre estuvo detrás de la mujer de la gran espada, sin embargo no le decía algo para llamar su atención, ¿Para qué lo haría?, fue así hasta que por fin algo nuevo había sucedido. Dos enormes puertas se habían abierto y muchos eventos que ella desconocía (Por su ignorancia muy probablemente) se estaba entablando en ese lugar... demonios que charlaban con los lideres de la revolución, como si de un encuentro intimo se tratara, nada que ver con ella, por esta razón decidió guardar silencio hasta ver que nuevas cosas podían suceder... así hasta que Ankabeth se tornó de la nada muy violenta, esta se movió entre los demás y Kanae realmente no pudo evitar seguirla, sabía que intentaría causar un problema y tentar a fuerzas tan poderosas no era precisamente una buena idea.. tal vez no lograría nada con intentar pararle, pero si nadie lo hacía entonces ella sería la primera en actuar.

Nuevamente le tomó del hombro, esta vez con un poco más de fuerza justo después de que el cuerpo de Reiv terminara en el suelo, y allí simplemente le alertó para que pensara un poco más sus acciones. -...- No dijo nada, tan solo le sostuvo con firmeza del hombro en un intento por retenerla. -Realmente... es una mala idea- dijo en un tono bajito de voz. -Si interrumpes su charla es probable que causes un problema muy grande...es mejor que escuchemos a los lideres y seguirlos por ahora-.

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por **Alek Beckett** Mar Oct 04, 2016 11:03 pm

Sintió como sus heridas se regeneraban y una sensación de alivio y fortaleza invadió su cuerpo. Había sido curado, se miró las manos como si pudiera ver su poder emanar de estas y sonrió con soberbia, dispuesto a continuar ahora que estaba como nuevo.
Al pasar al sexto circulo, Alek parecía más contento que asustado. Aquellos gritos eran como música para sus oídos, se había vuelto cruel, cínico y despiadado, era un demonio oscuro después de todo. Miró con cierta admiración las llamas y aquellas horripilantes escenas, mostrando una ligera sonrisa y se puso las manos tras la nuca mientras andaba.

Al llegar al noveno circulo intento cubrirse con sus ropas un poco más, pero fue en vano, el frió penetro hasta sus huesos y comenzó a tiritar ligeramente. Escucho con atención al publico en general pues todos tenían alguna queja o comentario sobre la situación mientras que Alek permanecía atrás en silencio... hasta que escuchó que habían ido a ese lugar en vano . -¡¿Cómo que en vano?!- Alzo la voz con enojo, lo suficientemente alto como para que todos escucharan. No le gustaba perder el tiempo, mucho menos ir a pasear por el infierno como para que le dijeran que lo que buscaban no se encontraba ahí. Se adelantó un poco para quedar más cerca de los lideres y así poder reclamarles. Les miró molesto y entonces habló. -No es posible que hayamos venido hasta aquí en vano... ¡Exijo una explicación!-Frunció el ceño y tras escuchar las ordenes dirigidas a los demás se quedo de brazos cruzados.

- ¡¿Están todos locos?! ¡¿Como saben que ese portal no los lleva directo a su muerte?! -Al parecer se había cansado de seguir a los demás sin opinar nada y eso solo causó que explotara. - ¡¿Van a confiar en ellos?! - Refiriéndose a los seres del infierno- ¡¿Acaso somos carnada y nada más?! -Alzo los brazos y tras respirar hondo recobro la compostura. - Creo que hablo por todos cuando digo que no me suena a un buen plan...- Miró al lider revolucionario y despues a los demás a los ojos, en espera de algún comentario a su favor para tener la razón.

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por **Saeko Akuma** Miér Oct 05, 2016 11:08 pm

Los azules ojos de la demonio bailaba de un lado a otro, antes aquella escena cómica de matrimonio en discusión. Su mente prácticamente estaba en blanco, aunque sus sentidos siempre estaban en total funcionamiento y alerta por cualquier movimiento inadecuado que afectara la seguridad de los suyos.

El frío incomodo de aquel lugar, comenzaba a molestarla obligándola, a realizar algún que otro movimiento para que en su rectitud, no se le entumecieran las articulaciones. Después de todo, Saeko, es un ser de altas temperaturas.
Apenas desvió su atención a un lado divisando a su compañera de rango Lilith y luego dando una breve pasada para ver la actitud de los que estaban allí presentes. Era más que obvio que los comentarios de más de uno fueran los esperados, hablan en todo momento de un lugar, en el que las cosas no se podían tomar a la ligera y Meiko, al igual que muchos tenían razón, quizás ir al Omnia era una reverenda locura.

Sin embargo, las palabras que pronunció Gromm y sus actos, hicieron un efecto en la fémina favorable, rompiendo con una suave sonrisa su habitual inexpresividad, dejando ver a los demás que aquella fría demonio, también podía tener gestos que aumentaban la hermosura de sus facciones hasta el punto, de hacerla casi cercana a los demás. Poco le importaba realmente a Saeko que los demás la vieran con buenos ojos, cuando a cuestiones e su principal cometido debía de ir por delante, poniendo como prioridad el deseo del cabeza de familia.

Si pudiera decirlo, le hubiera dicho a Grommash que estaba orgullosa de su actitud, pero ni era el momento, ni Saeko el típico ser que iba incrementando el ego de nadie con bonitas palabras que posiblemente se fueran con el helado viento de aquel sitio y sumado a que no era una práctica habitual de ella, demostrar ningún tipo de sentimiento que traspasara los límites de lo justo y necesario.

Cuando de forma heroica aquello fue pronunciado, Saeko avanzó unos pasos poniéndose a la altura de Gromm, indicando en su acción, que no solo la compartía, sino que no iba a dejar que uno de los mejores soldados q tenía a revolución, se expusiera solo sin mas. Eso le recordó de nuevo a la azabache y desvió el rostro de nuevo hacia Lilith, posando por cercanía un segundo sus ojos en Asura. –Lilith y Asura cubran mi posición. –Finalizó para que su retaguardia no quedara libre sin protección para con los suyos y ambos cuidaran del líder por lo que pudiera ocurrir en su ausencia.

-Gekido… - Pronunció susurrante en un tono casi audible solo para ella, invocando a su cercanía a su mascota cerbero, e cual e forma fiel apareció en el extremo izquierdo gruñendo a modo de respuesta a su llamado.
Para cuando el líder de la revolución dio la orden Saeko, como de costumbre, asintiendo con rotundidad sin bacilar en absoluto realizarla o no. En ese momento tocaba realizar la nueva tarea, procurando que todo se realizara tal y como Takumi deseaba junto con los compañeros nombrados para tal misión.

De nuevo otra protesta por parte de alguien del grupo, quedandose mirando con seriedad a Alek, tras su forma de dirigirse a alguien al cual debe un respeto mas delante de extraños. - Cuida tus formas al dirigirte a los lideres. Es una orden y las ordenes no se cuestionan. - Dijo antes de voltearse y comenzar a caminar con los demás, tenieno especial cuidado de los movimiento de Lucius su sobrino, el cual tenía aquella tarea con tal pesada cruz. Por un momento sintió las ganas de quitarle aquel peso y portarlo ella, pero cerró los ojos el justo momento en que comprendió que cadda cual, debe cargar co su propia cruz y que para nada le ayuaba con esa acción.

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por **Lucius H. Ichinose** Jue Oct 06, 2016 11:33 pm

De modo que habían cruzado todo el maldito averno en vano… se habían enfrentado a todo tipo de alimañas y horrores únicamente por no haber prestado atención a los términos y condiciones. El cuerpo del joven príncipe aún seguía en aquella extraña y siniestra forma semejante a la de un monstruo iracundo, pero su conciencia iba volviendo poco a poco. Esto le permitió percatarse del comentario y el gesto que Adramelek realizó, por lo que necesitó morderse la lengua y apretar los puños para evitar efectuar algún movimiento inapropiado o fuera de lugar. Del mismo modo que sabía que su padre acabaría reinando sobre todo ese vasto lugar, estaba seguro de que, algún día, él heredaría el puesto de ser el gobernante del infierno, tarde o temprano. Y cuando ese día llegara, no habría más placer que el de bailar sobre los cadáveres de aquella Tríada infame que tan descaradamente se tomaban la libertad de insultar a sus padres y a él mismo. Si no fuera porque aún persistían los efectos de aquella habilidad que activó cuando peleó en el quinto círculo, siendo entre ellos la inexpresividad de su rostro, se permitiría el lujo de devolverle aquella fulminante mirada. No le temía, confiaba en que no era más que un estúpido viejo que ya llevaba más tiempo de lo debido en aquel puesto de regente infernal, al igual que los otros dos.

Su padre no se vio intimidado ni mucho menos ante el discurso de dos de aquellos demonios. Debían cruzar un extraño portal que les llevaría a Omnia, un lugar cuya existencia era completamente desconocida para la mayoría o probablemente para la totalidad de los presentes, hasta el punto de que el propio Belcebú temía atravesar dicho portal. Sin embargo, el líder revolucionario estaba dispuesto a aventurarse en aquella misteriosa dimensión alterna. Grommash, un enorme soldado de apariencia monstruosa, se ofreció para inspeccionarla, pero no iría solo. Junto al demonio de aspecto peculiar debían acudir otras personas más, entre las que se encontraban su tía Saeko… y el propio Lucius.

Sintió cierto temor, pero confió en la palabra de su padre. Si algo ocurría, volverían a por ellos, y sabía que la fuerza y audacia de todos aquellos revolucionarios era suficiente como para poder rescatarles, quizás con mayor o menor dificultad. Gracias a que aún conservaba la forma del pecado de la ira, su altura y musculatura eran propias de la de un hombre adulto, de manera que no le resultó costoso cargar con la cruz que su progenitor le había lanzado. Como no podía hablar, se limitó a asentir con la cabeza ante su orden. Viró el rostro hacia el portal, para después dirigir una última mirada hacia el gentío.

Fue entonces cuando escuchó a uno de los revolucionarios de élite de Spatium, Beckett, entrar en pánico. Aseguraba que era una locura cruzar el portal. Era valiente por cuestionar las órdenes de la máxima autoridad de los opositores, pero también muy insensato. El pecado que había tomado forma con aquella habilidad cuyos efectos no se habían disipado le hizo querer golpearle a modo de castigo por su insubordinación. Sin embargo, existían diversas razones por las que no lo hizo: aún embriagado por la ira, tenía cierta sensatez que le impedían darle siquiera el más mínimo golpe. No sólo no podía pegarle porque estaba en un rango mayor al suyo… si no porque sabía que, de algún modo, sus superiores sabrían lo que tendrían que hacer ante tal comportamiento.

Escuchó a su tía comentarle algo a Beckett. Y tenía razón: debía cumplir con lo ordenado y evitar hacer cuestionamientos fuera de lugar, mucho menos llevar un comportamiento tan cobarde como aquel. ¿Y él era un revolucionario de élite? Si pudiera expresarse, habría necesitado contener una leve risa. Sin embargo, miró hacia delante, encarándose al portal. No había tiempo que perder y era necesario entrar cuanto antes. Respiró hondo, y dejando todos los temores que pudieran acecharle en ese momento, caminó lentamente hacia aquella extraña entrada, dejándose absorber para adentrarse en aquella dimensión conocida como Omnia.

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por **Adam Benjamin** Vie Oct 07, 2016 4:36 pm

Aquellos ataques en grupo dieron fruto a la erradicación de aquel gran caballero de enorme estatura, liberándolo de las cadenas del Infierno atadas a su alma. Gracias a ello, un cumulo de energía positiva pudo llenar los jóvenes cuerpos de los presentes, otorgándoles la vitalidad con la que anteriormente habían entrado en un principio, cosa que fortaleció la mente ajena y propia, llenándolos de una seguridad y resistencia merecedora. Pero, por supuesto, la larga travesía aun no terminaba. Después de unos casi incesantes círculos, la “manada” logró alcanzar lo que parecía ser el último de los escenarios; un lugar inundado por un escalofriante frío capaz de congelar cada órgano del cuerpo en cuestión de milésimas; una zona oscura y llena de un silenció tan perturbador como molesto. Adam solo procedía a observar allá hasta donde sus ojos alcanzaban, intentando no pisar donde no debía y continuar su caminar junto al gran grupo al que acompañaba. De pronto, aquellos ojos carmesíes se toparon con esas tres infernales e impotentes figuras que custodiaban aquel mundo de agonía y desesperación. Notó como las pulsaciones le aumentaban con el pasar de los segundos, produciéndose una casi inseguridad por el entorno que le rodeaba, pero no debía olvidar que permanecía al lado de lo que consideraba más poderoso. Adam únicamente permanecía en silencio ante la conversación de los Magnánimos y el Líder Revolucionario, pero por pura obviedad, Adam estaba preparado para cualquier movimiento ajeno, ya sea entregar la vida propia con tal de proteger o utilizar todo su poder para despistar… Pues todos sabemos que Adam no tendría una sola oportunidad contra ninguno de ellos tres.

Un portal pudo abrirse justo en el suelo, una puerta que conectaba al verdadero destino. Daba igual que su caminata pudiera ser en vano, daba igual cuanta sangre derramara, daba igual cuanto poder malgastara… El solo debía permanecer junto a sus Señores para acatar cualquier orden tanto posible como imposible, pues solo Adam llegaría a tan lejos sin poner su propia salvación como prioridad máxima. Takumi le había encargado formar equipo junto a su Señora, Isela, y por supuesto, sin mínimo de queja aceptaba la orden que le fue encomendada. – Si, mi Señor – Y, ante una leve inclinación de su torso hacia él, Adam comenzó a vigilar con cuidado a aquellos titanes. Ante ello, el corazón del Nigromante comenzó a bombear sangre a una velocidad verdaderamente peligrosa para cualquier humano, pero que, con ayuda de la Magia, Adam podía controlar de tal forma que su vida no corriera peligro. Una oscuridad originaria de su propio cuerpo comenzó a expulsare hacia el exterior, rodeándolo como si un negro tornado lo tragara… segundos más tardes una gran y notoria apariencia podía mostrarse ante los presentes, pues una armadura cubierta de un tejido inmaterial y tenebroso protegía el cuerpo de dicho usuario. –…– Su cabeza se volteó hacia la posición en la que se encontrara su Señora, pues lo menos que quería sería estorbarla durante el proceso.

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por **Grommash Hellscream** Vie Oct 07, 2016 4:51 pm

La orden había sido dada, y el monstruo de la revolución estaba decidido, a decir verdad nada le tranquilizaría mas que salir de ese agujero lleno de demoniacos señores, seres que de verdad le erizaban cada vello de la nuca, con una delicadeza que podría ser considerada paternal, deposito el cuerpo debilitado de Gael, emitió un pequeño ronquido seguido de una profunda respiración y miro el portal que pulsaba como si tuviera vida propia. Entonces escucho las palaras de Alek. Palabras impropias de un leal soldado de la revolución, incluso aún más impropias viniendo de uno de los líderes de la revolución en el continente de Spatium.

Su entrecejo se arrugo y se acercó al muchacho que había reclamado contra los líderes. Con su inmensa mano le empujo lo suficiente como para apartarlo de su camino, mientras caminaba su hacha silbo entre sus manos de manera ligera, como si quisiera susurrar una canción de muerte y furia.

-Tu no ser voz de Grommash, tu hablar por ti, de cobardes escudarse en la multitud es buena idea. Debilucho. Apártate, yo tener que cumplir misión de jefe de Guerra y asegurar tu seguridad.- Reclamo al hombre cuando otra mujer, Saeko se acercaba al pelirrojo que había refunfuñado.

El Gigante camino pesadamente y la tierra comenzó a retumbar bajo sus inmensos pies cuando corrió hacia el portal que brillaba con una luz seductora llamándole e incitándole. Los bufidos se hicieron poderosos similares a los de un toro embravecido y dando un increíble salto con un gigantesco arco, ataco con todo su poder al portal que estaba frente a él, en el camino su Aúllavísceras bramo tan alto y tan fuerte que parecía un lamento desdichado condenado a un funesto final. Que habría al otro lado del portal, a Gromm no le importaba, nada detendría la maquinaria de la revolución.

La imagen de Golka y su pequeño hijo Garrosh se materializo en su mente, pensó que ahora si estarían seguros, si le valoraban en la revolución podría conseguirles un lugar seguro donde vivir, algún valle oculto o tal vez una nación propia, si la ambición de Takumi, el jefe de guerra era lo suficientemente grande, el por su parte solo quería paz, paz para él y los suyos. Y si debía morir, moriría por la causa, después de todo, solo significaba un numero en los engranajes de la oposición.

Al llegar al otro lado comprobaría que todo estuviera seguro, buscaría con voz, ojos y oídos el indicio de cualquier criatura pensante, aunque pareciera indefensa no podría sentirse seguro a menos que el pellejo de cualquier criatura estuviera colgando del filo de su inmensa hacha de guerra ceremonial, la seguridad de los Jefes de Guerra, Takumi Hall e Isela Hall, era lo principal. Los demás debiluchos eran reemplazables.

Lo único reprochable era que tenía que ir con un niño, no tenia en estima a quienes en sus propósitos usaban niños y ancianos, el veneraba estas cosas, pero después pensó quizás en que el líder de la revolución quería hacer fuerte a su vástago, Lucius, para Gromm no era más que una espiga de trigo quebradiza, pero quizás tenía un potencial que él podía ver, después de todo era un bruto de tomo y lomo.

Datos de Combate:

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por **Isela A. Ichinose** Vie Oct 07, 2016 5:28 pm

Aun desde su posición observaba atentamente lo ocurrido, ya que en apariencias uno de los revolucionarios mostraba una evidente reticencia natural y es que para menos no era. ¿Quién podía confiar en las potestades del infierno?, sin embargo, ese rostro sereno se tornó impasible y desde su posición, dirigió una mirada severa pero no violenta hacia el revolucionario en cuestión. —Ser revolucionario no solo requiere sacrificios, también riesgos a tomar y dependiendo sus resultados es como la gran mayoría de nosotros sabe actuar— Optó por cruzarse de brazos, elevando el mentón y vaya que esa figura delicada podía ser imponente, quizás por aquel doble par de alas enormes que la mantenían a flote en ese momento…Sin embargo, curioso le fue cuando este parecía seguir igual de reticente a continuar tras el portal y entonces, una ligera sonrisa se dibujó en sus labios.

Ella creía recordar lo siguiente, cuando apenas supo ser una revolucionaria de élite y por desacato terminó negándose a una orden de Astaroth, ¿Cuál había sido el final?, por más que era su esposa y persona más cercana recibió dos balazos a modo de advertencia, en cada pierna bajo la promesa que si volvía a desobedecer, el tercero iría entre sus ojos. Aprendió a diferenciar las cosas o más bien los papeles, ser su esposa no tenía absolutamente nada que ver con el rango revolucionario que portaba…de alguna manera todos le debían cierta obediencia y sinceramente no sabía el destino del revolucionario Alek. No emitiría juicio, ya que el mismo solo era necesario en ausencia del mismo líder y este no era el caso…Miedo, ¿cómo un revolucionario podía sentir miedo?, ah…si…entre todos los presentes solo había tres que fueron destrozados por el miedo de la tiranía del Lord…el desvanecido Reiv, Astaroth y ella…solo ellos tres sabían realmente lo que significaba romperse en pedazos hasta el último aliento para volver a erguirse.

La esperaba estaba “matándola”, deseaba saber en parte que tanto habría en el Omnia, terminar con todo y por fin marcharse, la estadía cerca de las potestades del infierno le resultaban agotadoras e incluso pérdidas de tiempo. Solo dedicó una última mirada hacia el grupo que partía, admirando bastante la valentía de Gromm…seguramente aquel revolucionario escalaria bastante lejos, acerca de Lucius intentaba no preocuparse, deslindar todo sentimiento porque sabía que en ese momento, él tenía que formarse como un revolucionario más junto a todos los riesgos habidos y por haber.

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por **Ichinose Takumi** Vie Oct 07, 2016 7:10 pm

Astaroth estaba muy concentrado observando las acciones de sus subordinados, en su cabeza el magnánimo líder y estratega se planteaba y replanteaba las situaciones que podrían suceder. Por aquel momento los mayores riesgos estaban del otro lado del portal. Allí donde el ejército se encontraba no parecía haber riesgo alguno por el momento, aun así, el destacamento revolucionario no dejaba hueco alguno para un ataque sorpresa y mantenía a sus miembros en alerta constante. Después de todo, se encontraban aún en territorio hostil. Por su parte no estaba sorprendido por las actitudes de la triada infernal, puesto que ya conocía los desvaríos de aquellos y estaba seguro de ser un mejor representante de la hegemonía demoniaca que estos. Por esta razón les dejó creer que estaban al mando y les demostró poco a poco el espíritu férreo de sus hombres, dejándoles jugar un poco hasta que finalmente él dio punto final a las pruebas y a la diversión del trio de patanes a gusto y placer.

Unos minutos transcurrieron mientras el grupo nombrado se aproximaba al frente de batalla, estos encabezarían la vanguardia y comprobarían si el terreno que se presentaba frente a ellos era seguro. Según lo que el longevo demonio conocía sobre los dioses no deberían tener demasiados problemas, después de todo no había resentimientos entre los revolucionarios y los todopoderosos seres que habitaban el Omnia.

Para ser sinceros, Takumi estaba bastante orgulloso de aquel ejercito de hombres libres y los neutrales que habían decidido apoyarles. E incluso esperaba afianzar los lazos con los mismos, puesto que estimaba alguno que otro e incluso había un par de personas que habían logrado hacerse con el respeto del Líder. Por otro lado, entre sus revolucionarios había una persona destacada a quien desconocía, o con quien había tenido un trato mínimo. Alguien cuya lealtad, obediencia y brutalidad le parecían inmensamente beneficiosos para la campaña libertadora que llevaban a cabo. Aquel gigante que respondía al nombre de Grommash parecía ser un buen candidato a martillo revolucionario, ya que quizás no era tan inteligente como se desearía, pero su voluntad de acero era ideal para elevar la moral de la facción opositora. Tenía el carisma de alguien a quien se podía temer y admirar. Si, el tipo parecía ser bien visto a los ojos del jefe.

Fue en aquel preciso instante en el que cierta voz llamó la atención de Takumi. Un muchacho de cabellos rojizos parecía estar protestando. Tardó bastante, pero finalmente pudo encontrar en su mente un nombre para aquel rostro. Puesto que, aunque no conocía personalmente a todos sus subordinados había memorizado los registros de cada uno de ellos. Los ojos del demonio se afilaron al oír aquello, sin embargo, le dejó hablar mientras observaba los rostros ajenos. Los soldados más experimentados y de menos rango observaban al muchacho con incredulidad y algo de desprecio, no podían creer aquello. Por otro lado, el miedo podía verse en los ojos de los combatientes más nuevos y jóvenes, que parecían replantear en su mente si realmente deseaban estar en ese lugar. Ichinose suspiró y caminó hacia el joven colocando un cristal y tragándolo para finalmente poner un cigarrillo entre sus labios y encendiéndolo para luego soltar una gran bocanada de humo hacia el mismo mirándole con desprecio. Se hizo silencio y la tensión aumentó mientras los ojos plateados del duque infernal se clavaban en los ajenos durante algunos segundos.

-Alek ¿verdad? -musitó el revolucionario ofreciéndole un cigarrillo -…- esperó unos segundos apenas y sin importarle si el contrario acercaba su mano a tomar uno guardó su caja. -Verás Alek. Hay aquí una cuestión que tu no entiendes para nada. Tu mente es demasiado pequeña como para comprender los inmensos en entreveros que nuestra campaña libertadora nos impone con tesón. -El líder de los hombres libres se volteó a su ejército y los fulminó con la mirada antes de hablar - ¿Saben ustedes porque estamos aquí? ¿Porque hemos recorrido tanto trayecto en las mismas vísceras del averno para llegar a este pequeño meollo? Pues verán mis queridos y respetables compatriotas. El camino no ha sido en vano por varias razones. La primera -Dijo alzando su dedo índice y mostrándolo al resto- Es porque aquí ustedes han aprendido sobre resistencia, brutalidad, miedos, horrores y los han vencido juntos. Vinieron buscando poder y lo han conseguido. Ni siquiera el mismo arcadia se compara a las torturas del infierno. Por lo que ¿acaso hay algo que deban temer ahora en el mundo exterior? Lo veo dudoso, incierto e inseguro. En este pasaje han conseguido un poder muy importante, el de vencer sus propios miedos interiores y eso es algo que nadie podrá quitarles jamas. -Suspiró el revolucionario al sentir las miradas ajenas sobre el- Segundo, este portal al Omnia es uno de los pocos que hay en el universo y les aseguro que teniendo a nuestro trio de chiflados aquí es el más seguro de todos. Intentar en este momento adentrarnos en los dos restantes requeriría enfrentar a los miembros más fuertes del gobierno o peor. Y esto Alek, representa muchísimas más bajas de las que sufrimos aquí. Por desgracia, incluso con la cantidad de poder que poseemos enfrentar a los tres reinos y al ejercito del longevo vejestorio de frente y sin un buen plan es un suicidio. E incluso, con un buen plan… En cuanto el viejo se plante en batalla estamos muertos. -Dejó que aquellas palabras resonaran en la mente de todos unos segundos. -Si, muertos. Aún no encontramos un poder suficiente como para acabar con aquel tipo que podría asesinar incluso a los mismos dioses por sí mismo. Sin embargo, sabemos que existe un poder que puede ayudarnos a acabar con él y es por eso que estamos aquí. Ergo, lo más inteligente sería mantenernos fuera de su camino por el momento. Dejen que la mosca crea que está segura, mientras vuela confiada directo hacia las redes que hemos tejido para ella y cuando sea el momento justo… Adiós… -Una vez más el insurrecto tomó aire y decidió continuar. -Tercero y, por último, dejando de lado a los neutrales aquí presentes. Los revolucionarios encaramos esta senda sabiendo en lo profundo de nuestras mentes que podemos morir en el camino y estamos dispuestos a ello. A entregar a esta campaña libertadora nuestra juventud, nuestra salud y nuestra vida por el simple hecho de recobrar la libertad para el mundo. Sin importar cuales sean las razones propias para desearlo. Ahora, no me malentiendas. Soy un hombre justo o intento serlo y es bien sabido que cualquiera puede abandonar la revolución en cuanto lo desee. Pero observa aquello -musitó señalando un desmoralizado grupo de soldados. -Eso sí que no puedo permitirlo. Como persona al mando debes velar por elevar la confianza y valor de tus subordinados, debes dar el ejemplo demostrando lealtad a la causa. TUS miedos, TUS quejas y TUS problemas con mis estrategias las guardas para después. Fuera del campo de batalla donde no ponga en riesgo la misión ni la vida de tus compañeros, donde no sea considerado como insubordinación que, por cierto. -Musitó el revolucionario sacando su pistola y apuntando a los hombros ajenos soltando un disparo a cada uno sin inmutarse en lo más mínimo. -Debe recibir un castigo. Notificado quedas sobre la gravedad de tus actos. La próxima vez que te atrevas a discutir mis órdenes recuerda que una moral baja puede asesinar muchas más personas que un mal plan. Que por cierto este no lo es, he elegido un selecto grupo de personas lo suficientemente aptas como para sobrevivir la travesía y regresar con vida rápidamente si algo sale mal. Como apoyo, tienen todo un ejército ¿no es acaso eso suficiente? Si no lo es, siempre podemos aliarnos a los titanes. Algo deben querer que podamos darles… En fin, tampoco es de tu incumbencia revolucionario warrior. Aprende de tus errores y hazte un mejor hombre… O la próxima bala irá entre tus ojos. Espero haya quedado claro. -Finalmente el pelinegro viró hacia sus hombres y los neutrales que le acompañaban. –Lamento ese incidente. Quien crea que puede regresar a través de los círculos infernales sin la ayuda de nuestros anfitriones es libre de hacerlo. Quien quiera acompañarnos hacia el otro lado también puede hacerlo. Aquí somos todos libres de elegir, aunque suene algo contradictorio… A veces hay que mantener obediencia, por una causa mayor. Además… Detesto a los cobardes. -Afirmó finalmente el líder revolucionario dando una señal al grupo para que avanzara hacia el portal.

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por **Auros** Vie Oct 07, 2016 7:10 pm

El miembro 'Ichinose Takumi' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Dado Cósmico' :
• Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell - Página 18 Baw6yAz

Resultados : 34

por **Astrid Dagmar** Vie Oct 07, 2016 7:41 pm

Tras acabar con el mago, sintió inmediatamente el alivio prometido por el mismo, causando que todas sus heridas y quemaduras se regeneraran por completo. Lo único que quedaba del rastro de aquellos daños era la sangre seca y puede que algún otro resquicio de suciedad, pero nada más. Los siguientes círculos por los que pasaron se caracterizaron por no generar ningún conflicto que les impidiese el paso, pero eso no indicaba que el ambiente no fuese desagradable. Su posición en el grupo iba variando: a pesar de que no se habían topado con ningún enfrentamiento que significase una verdadera amenaza para todos, procuraba colaborar con los presentes cerciorándose de que ninguno terminaba siendo herido por cualquier tontería, sanando de cuando en cuando hasta los más mínimos rasguños, aún sin pronunciar palabra. Frecuentemente miraba a su alrededor para, también, asegurarse de que la súcubo permanecía en buen estado. En su caso, aún evitaba acercarse para evitar disputas innecesarias. Ya se calmaría… o eso esperaba.

Al llegar al noveno círculo, dos de los demonios pertenecientes a la Tríada Infernal comenzaron a discutir acerca de acudir a una dimensión alterna conocida como Omnia. Parecían no ponerse de acuerdo, teniendo en cuenta que uno de ellos temía que todos acabasen pereciendo al cruzar el portal que les llevaría a aquel lugar desconocido. Sus ojos se desviaron de aquel debate en cuanto advirtió a Ankabeth desenvainando su enorme espadón. ¿En qué estaba pensando? Lo que menos les convenía a todos ellos era que la mercenaria causara un caos absurdo, pero sobre todo era lo que menos le convenía a ella misma. Si hacía algo que no debía, los altos cargos revolucionarios se encargarían de detenerla por el método que fuera. Se acercó rápidamente hacia ella, pero una muchacha de cabellos rosados detuvo a la cazarrecompensas antes de que pudiera hacer nada más. El frío helador le impedía moverse con agilidad, de forma que para cuando llegó junto a su conocida, no necesitó interponerse entre el espadón y lo que fuera que quisiese golpear. —Ankabeth,—murmuró, dirigiendo la vista en dirección hacia donde ella miraba: hacia los tres regidores del infierno. —No hagas ninguna locura. No han recibido ni un rasguño en ninguno de los círculos, es muy probable que sean inmunes a cualquier cosa que intentes hacerles ahora,—susurró, procurando que sólo ella le escuchara.

Astaroth estaba decidido a ir al Omnia, fuese como fuese. Era un hombre osado y con el suficiente carisma como para convencer a cualquiera de pegarse un par de tiros en las piernas, de caerse por un acantilado o a saber qué. Sabía lo que hacía, incluso aunque se enfrentara a lo desconocido, tal y como era aquella dimensión. Al oír su nombre, la Rubinus frunció el ceño, extrañada por la confianza depositada en ella para llevar a cabo la tarea encomendada. Claro que, no iba sola, desde luego. Tampoco sabía muy bien si eso se trataba de confianza o no, pero fue esa la impresión que le dio. Mirar directamente al portal le causaba pavor, pero debía tener en cuenta que o escapaban por esa vía o quedarían atrapados para siempre en el infierno. No tenía por qué cumplir la orden de aquel que ya no era más una autoridad para ella, pero se negaba a vivir una eternidad en el averno. —A la orden.— Caminó hasta situarse cerca de sus compañeros, siendo un poco reacia a que el muchacho viniera con ellos. Pero si el propio Astaroth le encargaba aquello junto a los demás, significaba que no era moco de pavo.

Ignoró completamente el reproche de uno de los revolucionarios. Al principio ni siquiera sabía que lo era, pero los posteriores comentarios de algunos de sus compañeros le hicieron ver que se trataba de uno de ellos. No era de su incumbencia así que no dijo palabra alguna ni le dirigió la mirada. Más bien, lo que le preocupaba era no salir de Omnia nunca más, aunque si quería cumplir con lo ordenado debía deshacerse de esos temores absurdos. Había atravesado todo el maldito infierno y había sobrevivido, podría sobrevivir a aquella locura también.

—Vamos allá,—musitó, poniendo un pie en el portal y adentrándose poco a poco en el mismo. Dirigió una última mirada a los demás, buscando el rostro de las pocas personas que le importaban un mínimo, como si estuviese preparándose para tener un último recuerdo de los mismos, por si acaso la partida de aquel grupo hacia el Omnia resultaba fallida. Y por último, desapareció, siendo tragada por el vórtice que les llevaría a la dimensión de los dioses.

Datos de batalla:

Interacción:

por **Auros** Vie Oct 07, 2016 10:41 pm

El portal cambiaba de tonalidades y pasó a emanar luminiscencia roja cuando el grupo por fin se adentró en el interior del mismo. Un evidente traspaso a cambio de realidad hizo que esta “abertura” cósmica se achicara un poco y quizás ocurriese igualmente así con el paso del tiempo. Lo primero fue una luz blanquecina increíblemente fuerte que contrastaba con lo que parecía ser una especie de túnel oscuro…Las luces de alrededor igualmente blancas o algunas doradas emitían un sonido particular e indescriptible que únicamente se podía oír en las altas “esferas divinas”, la sensación era a una inversa a morir, inexplicable, sin poder darle verdaderas palabras a lo que inicialmente cualquiera pudiese imaginar. Un sitio así podía tener infinitas interpretaciones a la mentalidad de cualquier mortal, sin embargo, de buenas a primeras lo que se podía observar era un disparate a toda lógica.

La cúpula que servía de cielo era en tonalidades violáceas muy suaves, con lo que parecía ser tres lunas de diferentes tamaños en el firmamento, una verdosa notablemente cerca, casi encima al punto de poder detallarles todos y cada uno de los cráteres. Había gran parte de suelo, de césped de colores similares al de la tierra pero estos brillantes, como si estuviesen formados de la propia luz o energía…grandes formaciones nubosas de desiguales formas o colores se arremolinaban en el predio, fundiéndose con la propia tierra dando la sensación de infinito perfecto.

Sin dudas era la belleza máxima que cualquier ojo mortal podría haber divisado en toda la existencia de la creación. El dominio de los dioses se alzaba ante los ojos del grupo con imponencia, entre alguna que otra recopilación de lejanas construcciones hechas con proporciones divinas, pues se creía que la propia matemática estaba aplicada en la misma naturaleza en una obvia representación al Omnia, sitio donde todos los dioses partían cuando decidían encarnarse en el plano terrenal de Spirit Soul. Ni el más ínfimo tallo o flor rompía con la arquitectónica representación de la infinita perfección…Atrás supieron quedar los horrores del infierno, aparentemente, e incluso los propios horrores de la tierra asediada por tantas guerras pasadas, por el obvio egoísmo de todos y cada uno de sus residentes.

Dejarse obnubilar por tal belleza podía ser natural, y quizás esperaban el recibimiento de grandes exponenciales de las deidades, pero…ninguno de ellos apareció a recibirlos. No, todo estaba rodeado de una paz imperturbable, y eso podía desencadenar a una impaciencia notoria por la ausencia de cualquier dios que de momento no aparecía ante los “invasores”. Al igual que el infierno, no era demasiado común que esa dimensión recibiera visitas tan poco particulares…lo que acontecería a continuación era un completo misterio, pues estaba en el mismo designio de los altos pilares divinos que en teoría ahí residían. La presencia de todas esas fuerzas se sentía con firmeza en cada milímetro del Omnia, nadie podía negarlo…Pero ese pequeño grupo tan reducido era demasiado simple, eran incapaces de darse cuenta que eran observados en todo instante mientras aguardaban para presentarse cuando el momento fuera oportuno.

Nota:

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Fingon Sindar
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Ichinose Takumi
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater