Nostalgia mortífera [Hector Eachann]

por **Astrid Dagmar** Dom Feb 28, 2016 1:19 pm

Para enterarse de los rumores de la construcción de una clínica en Wutai por parte de Indivisa Manent, Astrid podría simplemente haber preguntado en el gremio o a cualquiera de sus compañeros, pero quería comprobar de primera mano si lo que se decía era cierto y, de paso, visitar de nuevo el pueblo donde nació. Si bien durante los últimos años había recorrido Spatium de pies a cabeza, no había vuelto a ver dicha localidad, principalmente por situarse en el lugar más apartado del país. Eso, por supuesto, sin contar con que primero había que atravesar un desierto de gran extensión. Sin embargo, desde Tempus las conexiones marítimas hacia Wutai, si bien no eran comunes, eran la vía más rápida y cómoda para acudir hasta allí, por lo que no vio ningún inconveniente en emprender un viaje hasta allí.

No es que recordase Wutai a la perfección, precisamente. Se había mudado con su familia a Ba Sing Se cuando apenas era una niña, por lo que tenía la certeza de que como mucho le asaltarían imágenes vagas en su mente, quizás de algún episodio momentáneo de los primeros años de su infancia.

Cuando desembarcó en su destino ya había anochecido, así que pensó en limitarse a encontrar algún lugar donde reposar hasta el día siguiente. Además, no parecía haber ni un alma en las calles, quitando algunas personas que podían contarse con los dedos de la mano que preferían disfrutar de la brisa nocturna. No tenía mucho dinero encima, así que prefirió adentrarse en la zona más pobre de la localidad, con el fin de alojarse en algún establecimiento asequible. Después de todo, no le importaba en absoluto dormir en un catre medio roto siempre y cuando tuviera un techo donde resguardarse: eso era lo único que le hacía falta.

Como temía, apenas recordaba bien las calles, menos aún de noche y con la pobre iluminación de aquella área. Le había preguntado a una señora por la dirección del albergue o posada más barato y no parecía ir mal encaminada, pero se sentía como una extraña en aquel lugar, a pesar de que su mente hacía esfuerzos por traer de vuelta recuerdos borrosos del pueblo, algunos incluso entremezclándose inevitablemente con sus primeros años en Ba Sing Se.

Después de llevar unos diez minutos andando, comenzó a tener la sensación de que alguien estaba siguiéndole. Descartó la posibilidad de haber sido reconocida debido a la gran cantidad de años que habían pasado desde que abandonó el pueblo, así que pensó que podría ser quizás cualquier gamberro (como mínimo y en el mejor de los casos, por supuesto). Quizás si se ponía a dar rodeos tardaría en encontrar la posada, pero prefería darle esquinazo cuanto antes.

No lo logró. Y para colmo, no podía ver bien la cara del sujeto que le estaba persiguiendo. Empezó a impacientarse, por lo que decidió enfrentar directamente a ese tipo, fuese quien fuese. No estaba indefensa, precisamente, así que por lo menos podría intentar darle una pequeña lección a ese individuo… aunque ahora era él quien estaba tratando de darle esquinazo, escabulléndose cada vez más rápidamente por los diversos rincones del pueblo.

Finalmente, llegó a lo que pareció un callejón sin salida situado entre unos edificios que debían estar abandonados, puesto que las fachadas estaban muy erosionadas y algunas incluso derruidas por los lados. Aunque el espacio que se situaba ante ella era lo suficientemente ancho como para poder moverse libremente por él, como si antaño hubiese sido un pequeño patio, era imposible que el tipejo se escapara si ella se colocaba en la entrada del mismo. Pero no conseguía verlo con tanta oscuridad. – Vamos, sal de una vez. Sé que estás aquí. No vas a ganar nada escondiéndote, – dijo, en un tono alto y firme, como si pretendiera parecer una figura autoritaria.

por Invitado Lun Feb 29, 2016 1:18 am

Silencioso y calmado... así se puede edscribir la situación en Wutai. Sinceramente no había sentido tanta tranquilidad desde hace mucho tiempo, de hecho no recuerdo la última vez que la sentí. Pero toda esta tranquilidad solo es externa porque por dentro la historia es muy diferente. Muchos prefieren estar con sus amigos y familiares, la idea de estar solos les aterra, en mi caso es lo mejor. No nos podemos fiar ni de nuestros familiares, esa fue una lección que tuve que aprender por las malas. Si ponemos un ejemplo de lo peligroso que es tenemos a estas personas, cuando paso junto a ellas me saludan con mucho cariño, pero no se imaginan quien soy, claro como no tengo ninguna intención de hacerles daño mantengo mi distancia, pero si fuera otro tipo de persona más de una hubiera desaparecido. Pero mis intenciones aquí es pasar bajo perfil, como es un pequeño pueblo alejado raramente los sujetos del gobierno vienen a revisar, casi nunca sucede nada por estos lares.

Pero hay otra razón por la estoy aquí, una más importante que simplemente huir. Este remoto lugar fue la cuna de nacimiento de una antigua “amiga” que tuve, así que no es coincidencia que me encuentre por aquí. Para mí el tiempo nunca ha sido algo que gobierne mi vida, yo estoy dispuesto a espera lo suficiente para cumplir mis cometidos. Pero debo admitir que la tranquilidad de este lugar y lo humilde de estas personas me hacen sentir relativamente muy cómodo. ¿Qué les depara el futuro a estas personas? ¿Podrán seguir disfrutando de sus vidas sencillas? ¿O todo este conflicto político las alcanzara en algún momento? Quien sabe… aunque podemos forjar nuestra vida no sabemos que nos deparará el futuro, lo digo por experiencia...

Me encontraba recorriendo las calles del pequeño pueblo tan solo con la intención de mirar un poco el lugar, hasta ahora no había tenido problemas con nadie. Todos los días comía en el restaurante de la posada y la señora dueña de lugar sentía un especial interés en mí, mi actitud callada y tranquila le gustaba porque no molestaba, de hecho ni siquiera me sentía, eso me hizo ganarme su confianza rápidamente, además que de vez en cuando colaboraba con el lugar par pagar las cuentas. Cuando se hizo más tarde aproveche a ir a un pequeño bar donde el cantinero ya conociéndome me sirvió una cerveza, suelo tomar solo un par, el alcohol adultera los sentidos y eso nunca es bueno. Como mencioné anteriormente, estas personas no tienen idea de quién soy, por eso es que no me fío de nadie, nunca se sabe quién es un asesino en potencia… o quien trata de luchar contra sus demonios e inclinaciones carnales.

Cuando salí de bar ya estaba a oscuras, así que procedí a dirigirme hacia mis aposentos en la posada. Todo estaba a oscuras, esto es normal en los pueblos y las personas ya comienzan a encerrarse en sus casas, pero no todo estaba solo, de alguna manera en el ambiente algo era diferente, me detuve por un momento a tratar de percibir que era, algo en el aire no era normal así que di un profundo respiro y seguí hacia adelante, mis instintos me estaban guiando, pero no tardé en descubrir quién era… Astrid… el pájaro siempre vuelve al nido tarde o temprano. Me detuve a una distancia suficiente y comencé a observarla detenidamente. Estaba muy cambiada desde esa última vez, sabía que en algún momento la volvería a encontrar, el mundo en el que vivimos no es tan grande así que esconderse es inútil. Tarde o temprano el pasado nos alcanza y nadie puede hacer nada para evitarlo y Astrid estaba a punto de ver cumplidas esas palabras de la peor forma. Era el momento de pagar por todo lo que me había hecho, de sentir una pequeña muestra del dolor que sufrí en Arcadia. Tenía que pagar…

Concentre mi energía en forma de un clon y empecé a desplegarlo para llamar su atención, yo conozco a Astrid siempre fue una chica con coraje, y si algo le molesta no tardará en demostrarlo y enfrentarlo. Mande uno y Astrid no tardó en reaccionar, así que comencé a dirigirla hacia un sector donde nadie escucharía lo que estaría a punto de suceder. Poco a poco se fue acercando hacia la trampa, yo me encontraba en un callejón aguardado en las sombras esperándola con mis dos Kodachi desenvainadas. Cuando por fin llego y después de ella decir unas cuantas palabras aseste mi primer golpe directo a su rostro sin decir ni una sola palabra y de forma silenciosa...

-Esto por fin acabó… -Dije dentro de mí…

por **Astrid Dagmar** Lun Feb 29, 2016 8:06 pm

Había sido una completa ingenua en pensar que aquella persona era un mísero gamberro a quien tendría que darle una pequeña lección, quizás algún tirón de oreja y una charla autoritaria, vaya que sí lo había sido. Ni siquiera había desenvainado la cimitarra. No había descartado la posibilidad de que fuese algún loco, por supuesto que no, pero su intuición (que le había fallado) le había estado diciendo que era esa primera opción.

Lamentablemente, para cuando se dio cuenta de que las cosas iban en serio, una hoja afilada se dirigía hacia su rostro, emergiendo desde la oscuridad del patio abandonado.

No lo había visto venir, pero tuvo la rapidez suficiente como para evitar acabar con media cabeza cortada y simplemente llevarse un corte en la mejilla, cuya gravedad no pudo pararse a discernir, ni tampoco le importaba demasiado. Sacó su espada, chocándola contra el arma del contrario, a quien apenas podía ver. La luz de la luna le daba de espaldas, y aun así no estaba iluminado, puesto que estaba refugiado bajo las sombras del edificio.

Trató de rodearle, de manera que su rostro estuviese expuesto. Apenas podía distinguir unos rasgos y era demasiado rápido como para que ella pudiera cumplir con lo que se había propuesto. Perdía más el tiempo en defenderse que en atacarle o distraerle, así que tenía que pensar alguna estrategia rápida.

Empezó a alarmarse cuando comenzó a reconocer ciertas facciones de la cara de su enemigo como las de alguien que ya había visto antes. Alguien ya conocido, a pesar de que sabía que no podría recordar a nadie de Wutai. Y sin embargo esa persona se le estaba haciendo peligrosamente familiar. Fue entonces cuando una única palabra apareció en su mente, ensordeciendo el ruido metálico que hacían las armas de ambos contendientes al chocar.

”Héctor.”

No, claro que no era él. No podía serlo. Tal vez fuese simplemente que la memoria volvía a hacer de las suyas y estaba aprovechando la nostalgia para colar recuerdos que no tenían que ver con Wutai, simplemente por el hecho de relacionar unos eventos con otros. O quién sabía cómo funcionaba esa cosa. La memoria de Astrid solía ir por su cuenta, desde luego. Y estaba claro que aquello tenía que ser una jugarreta por su parte.

No podía ser Héctor. Aquél que, consumido por el radicalismo de la revolución, por su lealtad a unas ideas extremistas más allá de cualquier cosa, había llegado a traicionarle. Delante de sus propios ojos, Astrid había encontrado a su hermano, muerto, a los pies de él. Si bien su hermano pertenecía al gobierno y en aquél entonces tanto ella como Héctor eran revolucionarios, aquella escena le sentó peor que una puñalada en la espalda.

Empezó a ponerse nerviosa al darse cuenta de que era él. Poseía los mismos movimientos de combate, quizás más mortales y los mismos rasgos que, aunque desgastados y con un semblante frío y letal, denotaban que era quien había sido su antiguo amigo. Dicho pensamiento le hizo desconcentrarse demasiado, al punto que estuvo muy cerca de recibir un tajo, pero volvió a llevarse otro corte, sin más.

– Tú… – murmuró, con voz quebrada por la ira que comenzaba a asolar su interior. – Maldito… ¡Maldito seas! – exclamó, alzando u espada para intentar atacar a algún punto desprotegido, por muy difícil que fuese. Su oponente había mejorado considerablemente sus habilidades combativas... y eso sin contar que nunca antes se habían enfrentado de este modo. Menos aún dejándose llevar por la furia.

por Invitado Miér Mar 02, 2016 1:11 am

Dicen que las circunstancias en la vida de una persona son las encargadas de forjar su personalidad. Y tienen razón. Alguien puede ser muy honrado ahora, pero puede convertirse en un ser despiadado mañana. En este caso era una pena, Astrid había cambiado, no era la misma joven de aquella vez cuando nos unimos a los revolucionarios. Se había vuelto más… pacifica. Pero por lo visto el tiempo que pasó la han convertido en una formidable guerrera, al atacarla logra desenvainar su arma y contener el ataque de mi Kodachi llevándose tan solo un leve rasguño en el rostro, sin duda era rápida, y tenía que serlo porque no sería suave con ella.

Procedí a atacarla consecutivamente con mis dos espadas, pero pude sentir que algo no estaba bien, ella solo estaba defendiéndose, sus movimientos y su rostro solo desplegaban inseguridad, a diferencia de los de ella los míos eran más rápidos y certeros, pero a pesar de todo lograba llevarme el ritmo cosa que muy pocos pueden hacer, solo un verdadero experto en el uso de armas de una sola mano es capaz de defenderse de mis ataques, pero yo conocía a la vieja Astrid, y no estaba dando el 100% solo divagaba perdiendo el tiempo en pobres movimientos de defensa, incluso llega al punto de bajar la guardia lo suficiente como para herirla nuevamente. Luego ambos chocamos nuestras espadas y quedamos cara a cara, y es cuando ya todo se me es más claro…

– ¿Te acuerdas de mí?-Le digo con un tono frío y sin emoción alguna. Cualquiera puede tomar ese comentario como algo sarcástico, ya lo entendía todo, toda esa inseguridad a la hora de atacar solo se debía a que no tenía idea de con quien se estaba enfrentando, o puede que sí, pero sea como fuere ahora si lo sabía. Y yo quería que lo supiera, Astrid comenzó a consumirse por la furia, y eso era justamente lo que anhelaba, luchar contra una Astrid llena de ira y dolor como yo lo estaba, solo así podría sentir esa satisfacción al hacerla pagar por todo lo que me hizo.

El semblante de Astrid ahora era diferente, mostraba un aire de furia, ahora ella comenzó con la ofensiva, dirigió su arma hacia mí pero colocando mis espadas en forma de equis frené el curso de su arma y le dije mirándola los ojos-Dime… ¿pelearas en serio? ¿O seguirás actuando de forma patética?- Acto seguido abro mis espadas y la alejo de mí, luego lanzo uno de mis sables directo a su garganta al mismo tiempo que me dirijo hacia ella a toda velocidad, sino iba a pelear en serio entonces tendría que hacerlo de todas formas o moriría.

por **Astrid Dagmar** Miér Mar 02, 2016 8:32 pm

Claro que era Héctor. No podía negarlo más. Esa voz era suya, era completamente reconocible y, como era de esperar, no había cambiado ni un ápice. Lo que sí era diferente era el tono en el que se dirigía a ella. Obviamente, por sus ataques, no buscaba darle un tirón de la mejilla, precisamente. Por supuesto que se acordaba de él. No sólo porque habían pasado años codo con codo, si no por el detonante de su separación. – Sería mucho más feliz si te hubiera borrado de mi memoria completamente, bastardo – siseó, con el mayor deje de desprecio que podía salir de sus labios en ese momento.

Él había logrado defenderse con presteza del ataque de Astrid, no sin continuar provocándole. Si bien dependiendo de la situación un comentario que hiriese su orgullo podría molestarle de verdad o no, el hecho de que fuese él quien hubiese puesto en dudas sus habilidades tan sólo conseguía enfurecerla más. Sólo por ser él, desde luego.

Antes de que pudiera contestarle, observó una de sus espadas viniendo directamente hacia ella. Con mucha suerte pudo esquivarla, haciendo que ésta acabase chocándose contra la pared. Si supiera pelear con dos armas, quizás habría aprovechado la situación para recogerla rápidamente en cuanto pudiese y tomar ventaja. Sin embargo, nunca había sido capaz de ello… por lo que tenía que concentrarse en apartarla de él cuanto antes, antes de que la recuperara.

Consiguió bloquear el ataque de Héctor, que había acudido raudo a por ella. Gracias a eso, se pudo permitir propinarle una patada en el estómago para apartarlo lo suficiente como para que ella pudiera desahogarse un poco, y así acercarse a la kodachi que ahora yacía en el suelo para mandarla bien lejos de un puntapié. Claro que ésta no se había alejado más de unos metros, teniendo en cuenta lo cerrado que era el espacio.

Ahora era ella quien corría hacia él, completamente cegada por la ira. Quizás la adrenalina producida por el combate también estaba haciendo de las suyas y alimentaba aún más dicha furia, que aunque aumentaba su capacidad de reflejos y fuerza, nublaba de manera absoluta cualquier rastro de razón que quedase en su mente. Aquello que no fue capaz de hacer cuando vio a su hermano a los pies de Héctor, lo estaba haciendo ahora.

– Deberías… estar pudriéndote… en Arcadia… ¡desgraciado! – gritaba, pausando entre cada intento de atacar a su enemigo. No sabía qué hacía allí. No sabía cómo se había escapado de aquella prisión (de la cual se decía que era de máxima seguridad), pero estaba segura de que no podía dejar que alguien tan peligroso como él estuviese rondando por Spatium. Menos aún por Wutai, un pueblo aparentemente pacífico y tranquilo.

por Invitado Sáb Mar 05, 2016 3:57 pm

El encuentro que tanto esperaba ya había comenzado, los ojos de Astrid desplegaban una ira sorprendente, ahora estaba más decidida a atacarme. Cada movimiento y cada ataque ya eran definidos. Sé que Astrid nunca espero encontrarme de nuevo y menos de esta forma, pero estoy seguro que muy dentro de ella reconoce que este día en algún momento llegaría y que no se podría escapar de mi para siempre, nuestras vidas estuvieron entrelazadas por un tiempo, pero los lazos nunca fueron cortados, ni todos los años en Arcadia que pude haber pasado son suficientes.

-¿Olvidarme? Vamos Astrid… ¡sabes que eso es imposible!-Le dije mientras me acercaba a ella a toda velocidad, pero ahora Astrid era más astuta, y empezó a revelar un arte de lucha más excepcional, su agilidad aumento considerablemente, lo suficiente como para bloquear ambos ataques, tanto el de mis espada como el mío en persona. Con una patada logra alejarme tanto a mí y luego a mi espada.

-¿Ahora si estás jugando en serio pequeña?-Dije mientras me levantaba del suelo, Astrid siempre fue temeraria y nunca permitiría que alguien la pisoteara. Y aunque antes era muy domable e insegura, siempre fue una luchadora capaz y no sé qué habrá pasado desde aquel último encuentro pero al parecer la han vuelto más fuerte y centrada, pero por simple presión alguien sabio se puede comportar como un loco, y Astrid se encontraba así en estos momentos, puedo sentirlo, su furia ciega por todo lo que pasó la está consumiendo, y quiere saciarla, pero para derrotarme necesitara más que eso. Porque yo también quiero saciar la mía…

Una vez que me reincorporé vi como Astrid se acercaba hacia mí, ahora solo contaba con una sola kodachi como arma, pero si por eso ella piensa que tiene ventaja está muy equivocada, me coloqué en posición y fije mi otra kodachi que estaba ubicada a unos cuantos metros de mí, luego procedí a recibir su ataque. Nuestras espadas danzaban a la luz de la luna, los chirridos que ocasionaban sus choques inundaban todo el lugar que estaba aparentemente solitario, todo era rápido y preciso como si de una coreografía se tratase, hacía mucho que no nos enfrentábamos, ambos nos conocíamos muy bien, incluso nuestros artes de lucha, pero era la primera vez que nos enfrentábamos como enemigos

-¡Ni mil años en Arcadia Astrid podrán acabar conmigo!-Dije mientras la atacaba con presteza-Si crees que mandándome allá evitarías que cobrara mi venganza te equivocas Astrid… ni el mismo infierno podrán separarnos…

por **Astrid Dagmar** Mar Mar 08, 2016 8:29 pm

La pobre iluminación nocturna le permitía saber que apenas le había creado heridas visibles a Héctor, principalmente porque, cuando no estaba centrado en dirigirle estocadas o sablazos, se dedicaba a defenderse con maestría se los intentos de Astrid por infligirle un daño letal.

Era frustrante, pero ella no iba a detenerse por eso. Parecía que se habían puesto de acuerdo a la hora de luchar, anticipándose a los movimientos del otro como si se tratase de un espectáculo callejero dedicado a nadie en particular más que ellos mismos. Por más que ambos trataban de dañarse, ninguno recibía más que algunos rasguños. Astrid, en concreto, debido a que ya sólo actuaba por instinto y sus movimientos podían llegar a acercarse a lo imprudente, a veces arriesgaba más de lo que podía, llevándose de vez en cuando algún que otro corte que no se paraba a examinar en ningún momento.

¿Venganza? ¿De qué estaba hablando Héctor? Había hecho caso omiso de sus provocaciones anteriores, tratando de concentrarse de la mejor manera posible en acabar con él de una vez por todas, aunque fuese un objetivo difícil de cumplir. Pero lo que había conseguido hacerla reaccionar de forma aún más violenta fue cuando él pronunció la palabra venganza. ¡Era ella la que tenía que vengarse, maldita sea!

El grito que se escapó de los labios de Astrid en ese instante denotó que había llegado a un nivel aún mayor de cólera. ¿Cómo podía ser tan sinvergüenza de querer reclamar venganza? ¿Venganza por qué, si debería ser ella quien debía hacerlo? Ella era quien tenía el derecho absoluto de juzgar sobre qué debía hacer con su vida o no, y no al revés. ¿O acaso sólo estaba jugando con ella, por mero sadismo?

A estas alturas no le parecería extraño. Años atrás le habría resultado impensable por parte de Héctor, pero viendo en lo que se había convertido… no sería raro que simplemente buscase divertirse de este modo.

Casi sin darse cuenta, a consecuencia de la ira, su mano izquierda comenzó a despojarse automáticamente de las vendas que la cubrían, al tiempo que ésta se transformaba en una extremidad que doblaba el tamaño de la original, adquiriendo un aspecto terriblemente demoníaco que le otorgaba aún más fuerza bruta. – Ahora sí que voy en serio, – murmuró entre dientes, en un tono feroz. En otras condiciones quizás habría necesitado pausarse debido al dolor de la transformación, pero tal era el frenesí de la batalla que no quería detenerse.

La mano poseía unas garras que podían cortar del mismo modo que un sable, por lo que confiaba en que ahora contaba con muchísima más ventaja que su oponente. Quizás su agilidad se vería afectada, pero iba a dar todo lo que fuera por acabar con él.

– Si ni el mismo infierno podrá separarnos, Héctor… Me encargaré de arrastrarte a él conmigo, – le dijo, tratando de alcanzarle con las garras.

Off: (Imagen de la mano (?)):

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater