Aquella que siembra la destrucción [Priv. Lilith BlackSoul]

por **Éride** Jue Abr 07, 2016 2:56 pm

Aunque la travesía hasta Revolution City debía realizarla con suma cautela y de incógnito, una vez allí no tenía problema alguno en revelar al menos su rostro. A pesar de que no debía bajar la guardia en ningún momento – y menos aun viendo cómo de turbadas estaban las mentes de algunos integrantes de aquella facción – sabía que ya no tenía que extremar las precauciones del mismo modo que en otros lugares.

Traía información del gobierno, como de costumbre. Ésta vez era una minucia y para su desagrado no solía traer noticias muy grandes que pudieran crear un conflicto de grandes proporciones. Esto significaba que no solía involucrarse con cargos altos de los revolucionarios, por la sencilla razón de que lo más frecuente no eran más que pequeñas trifulcas que como mucho podrían ser de asunto personal para un grupo de revolucionarios.

Ésta vez buscaba a alguien concreto. De boca de un ingenuo cruiser de la Marina al que pudo engatusar para que éste pudiera depositar su confianza en ella, logró enterarse de la masacre provocada por Lilith BlackSoul, una mujer perteneciente al bando contrario, que ostentaba el cargo de revolucionaria alpha. El marino desconocía el nombre de aquella persona, puesto que sólo alcanzó a observar, escondido y asustado, la escena de la matanza a manos de una muchacha sádica, de cuya cabeza sobresalían unos cuernos enormes, que además portaba una espada enorme, con bordes de sierra. Y, con suerte, había logrado escapar.

Le bastó con esta definición para saber inmediatamente quién era. Obviamente, sus labios estaban sellados. No pensaba desvelar la identidad de la asesina ante un perro del gobierno, puesto que era problema de él haber sido lo suficientemente idiota como para no cerrar la boca. Le divertía que los mortales tuviesen la necesidad de depositar su confianza en alguien, como si aquello fuese algo que lograse sanar sus patéticas heridas, pero sin embargo no veían venir que una posible traición a cuenta de no haberse mantenido en silencio podría lastimarles mucho más profundamente.

Entre las filas revolucionarias, el sadismo de Lilith BlackSoul y el disfrute que mostraba al torturar a sus víctimas eran bien conocidos. Sin duda, era una buena propagadora de la discordia, lo cual agradaba a la diosa. Debido al resto de la información que le proporcionó el cruiser, decidió que sería momento de conocerla en persona, para así comentarle acerca de lo que sabía. Le mandó una misiva, mandando como mensajero a un soldado revolucionario que trabajaba directamente para ella. No se molestó en extenderse demasiado por ciertos motivos, y quizá por ello BlackSoul no quisiera presentarse ante su llamada, pero tenía que intentarlo de todos modos. En ella, le adelantaba que tenía ciertas noticias que podrían interesarle, y que si quería saber más, debían encontrarse en una taberna a las afueras de Empire Town, uno de los distritos de Revolution City. Eso sí, no tenía remitente: no podía arriesgarse a que alguien del gobierno capturase al soldado y viesen la identidad de Éride expuesta.

La diosa no tardó en acomodarse en una mesa apartada una vez que se había adentrado en el local. Esperaría pacientemente: teniendo en cuenta lo que decían de BlackSoul, no sería buena idea irse de allí para que después ella apareciera cuando quisiera y viese que no había nadie por allí. Pidió una bebida cuando el camarero se le acercó y se quedó mirando a la puerta desde el asiento, vigilando quién iba entrando y saliendo.

por **Lilith BlackSoul** Vie Abr 08, 2016 5:41 pm

Los últimos meses para la demonio azabache habían traído cambios a su nueva vida como miembro de la revolución, primero llego aquella misión en la que debían hacerse con un libro antes de que cayera en manos del gobierno y luego su ascenso a revolucionaria alpha.
Aunque siendo totalmente sincera aquello le importaba un comino, siempre había respetado a la revolución (aunque no por ello antes de formar parte de sus filas dejaba de torturarlos) pero sentía como si ya no pudiera hacer tan a menudo aquello que tanto amaba; torturar por y para disfrute de ella misma.
Si bien es cierto que en algunas misiones podía darse el gusto de hacer lo que quisiera con los desertores, neutrales y las ratas del gobierno, ella era más feliz improvisando por lo que aquella noche saldría de "cacería".

Aquella noche según sus fuentes, había una pequeña reunión de alcohólicos anónimos en el parque cerca de su vivienda, -genial, ahora que creen que tienen una vida mejor y esperanzas me encargaré de que el único liquido tinto que fluya por ultima vez en sus mentes sea el de la sangre-, dijo soltando en la mesa de aquella bonita cocina el teléfono móvil y se dirigió a su habitación para prepararse.

Eran las nueve y algo cuando llego al lugar y efectivamente allí estaban ellos, sus amadas y preciadas victimas compartiendo experiencias de la vida, contando chistes, sonriendo y cenando debajo de aquel precioso cerezo que adornaba el parque.
-Míralos que majos ellos, ¿acaso me estarán esperando y habrán preparado la última cena?-, sonrió ante aquel pensamiento tan sarcástico y se sentó a observarles unos instantes, como si les estuviera regalando unos minutos extras antes de hacerles todo lo que tenia en mente.
Finalmente se levanto y se dirigió hacia ellos, torturando y mutilando a diestro y siniestro, poco le importaba quien les estuviera esperando en casa.
Como siempre dejo a una victima, era un varón de unos 27 años, el único que no suplico clemencia, el único que le planto cara a la revolucionaria y por ende, el único que merecía sobrevivir.
-Vete a casa chico, aun no a llegado tu hora-, le dijo en un tono burlón y prepotente mientras limpiaba su king saw con la chaqueta de una sus victimas y se alejaba eufórica de nuevo al hogar,

Aquella noche durmió en paz hacia tiempo ya que no sentía esa cálida sensación, los primeros rayos de sol entraban por la persiana de la habitación y decidió levantarse y madrugar por una vez.
Bajo al bar más cercano a desayunar y un revolucionario de rango inferior se presento ante ella dándole una carta misteriosa y saliendo por donde había entrado, la guardo en el bolso y espero a estar sola para leerla.
La citaban en Empire Town para algunos asuntos poco ortodoxos y aunque no tenia remitente, salio al encuentro de aquella misteriosa persona que le citaba en una taberna.

Poco tardo en llegar y sin miedo alguno entro y se sentó en la barra a esperar, aunque hecho un vistazo por la estancia no conocía a nadie, así que esperaría a que la persona interesada se presentara ante ella, y si no le gustaba lo que veía, solo seria una victima más y una experiencia nueva.

por **Éride** Sáb Abr 09, 2016 1:21 pm

Si las fuerzas abstractas pudieran percibirse a través de los cinco sentidos, ¿podría adjudicársele un aroma característico a la violencia? De ser así, se podría decir que la energía que se aproximaba cada vez más a la taberna y embriagaba completamente a Éride olía justamente a eso: a venganza, al caos sin sentido y a la destrucción por mero placer propio. Al comenzar a sentir dichas fluctuaciones de sentimientos negativos no pudo evitar apretar los dedos que sujetaban su copa, mientras sus ojos, expectantes, se mantenían todavía fijos en la puerta del local, pues ahora estaba segura de que quien iba a aparecer por aquella entrada era quien buscaba. Y de no serlo… sin duda iba a ser alguien con quien podría llevarse bastante bien.

Unos minutos antes le había dado ciertas instrucciones claras al camarero en el caso de que BlackSoul entrase en la estancia. No conocía los gustos de la revolucionaria a la hora de consumir alguna bebida alcohólica y ni siquiera estaba segura de si le agradaba el alcohol en sí – pero no iba a perder nada (o eso esperaba) por invitarle a un pequeño tentempié a modo de saludo. El tabernero, en cuanto viese la silueta de aquella mujer, debía servir en una copa un vino oscuro, un tinto joven, pero que se hubiese macerado durante un largo tiempo. Si bien su calidad tal vez distaría mucho de alguno de crianza, la concentración de sus propiedades le daba un tono muy parecido al de la sangre de una herida recién abierta, lo cual, con suerte, agradaría a su invitada. Por otro lado, ordenó que éste fuese afrutado: de este modo el sabor resultaría más dulce. Ella también había pedido lo mismo, pero simplemente para poder probar si aquello era justo lo que buscaba.

Apenas posó los labios sobre el borde de su vaso para tomar otro trago, cuando finalmente se abrió la puerta de la taberna, revelando a Lilith BlackSoul. Los segundos transcurridos desde que empezó a percibir su esencia hasta que por fin reconoció su apariencia le parecieron una eternidad aún mayor que la que tenía a sus espaldas. Refugiando su rostro tras el cristal, en una postura en la que parecía estar con un dilema constante sobre si debía dar un sorbo o no, siguió con la mirada a la revolucionaria, que se situó en la barra. Para su agrado, el tabernero había cumplido con lo ordenado, pues de reojo pudo observar cómo llenaba una copa con aquel líquido oscuro, exactamente igual que el que ella había estado bebiendo. Acto seguido, el hombre, de aspecto tosco y desagradable, señaló con su gordo dedo índice en dirección a donde estaba Éride, que, satisfecha por la situación, apuró el contenido de su copa de un trago. Tampoco es que le quedase mucho.

Dudó de si debía esperar a que BlackSoul se acercase o si debía acudir ella a su lado, pero tras meditarlo durante unos segundos, finalmente se levantó, copa en mano, y anduvo hacia la barra, situándose en el asiento más próximo a su invitada. – Lilith BlackSoul. – Le hizo una pequeña reverencia, agachando un poco la cabeza, justo antes de quedar frente a ella. – Me alegra ver que hayáis accedido ante mi invitación, pese a que no figuraba mi nombre en la misiva. Mis más sinceras disculpas. – Miró al camarero y le hizo una señal para que rellenara de nuevo su vaso, dejándolo con delicadeza sobre la superficie de madera. – ¿Os molestaríais si me sentase a vuestro lado? – Se mantuvo de pie, antes de añadir algo más. – Respondo al nombre de Éride. Os he convocado aquí porque poseo cierta información que podría interesaros acerca de las consecuencias de… – se paró apenas un segundo, esbozando una sonrisa ladina, mientras pensaba en cómo denominar a su masacre – ...el ejercicio de vuestro curioso pasatiempo hará unas semanas, allá por algún lugar alejado de la mano de Astaroth, en Tempus. – Alzó una ceja. – ¿Recordáis los eventos a los que me refiero, mi señora? – respondió, tras tomar de nuevo su copa, ahora rellena otra vez.

por **Lilith BlackSoul** Lun Abr 11, 2016 9:21 am

-Tabernero, ¿en que momento le he demandado yo una copa de vino? Tsk... Inepto-, fueron las primeras palabras que salieron de su boca tras sentarse en la barra, aunque la demonio tenia la garganta seca y en el fondo lo agradecia no entendía que clase de taberna era esa que te servían sin dar explicaciones.
Por suerte su sed de asesinar estaba controlada después de los últimos acontecimientos ocurridos apenas unas horas atrás, aún sonreía cuando recordaba en especial aquel hombre fornido que creía que podía parar a la azabache durante la masacre, cuan iluso fue... Y por eso se llevo la peor parte.
Se preguntaba si aun estaría alguna victima agonizando, aunque viendo los cuerpos cuando se alejaba aquello era casi imposible, quizá algún milagro por parte de Dios. Y sin más una sonrisa macabra se dibujo en su rostro, aquel rostro digno de las peores pesadillas de cualquiera que se cruzara en su camino.

El vino no estaba mal, tenia el color favorito de Lilith y solo por eso lo disfruto más aún, aunque ella no estaba allí para beberse un trago y fuera quien fuera el que la había citado en aquel lugar mas valía que se diera a conocer pronto pues no se la conoce por tener una gran paciencia más bien todo lo contrario.
Levanto la copa y la coloco aun entre su mano debajo de una de las lamparas que a duras penas iluminaban la estancia, la agito suavemente acercándola a su nariz para deleitarse con su aroma y finalmente le dio un pequeño sorbo -vaya, nada mal teniendo en cuenta que hubiera preferido un whisky doble jajaja-, se dijo a si misma mientras tomaba el vino y algunos frutos secos que el tabernero había posado sobre la barra exclusivamente para ella, la mirada del mismo era tímida y asustadiza por lo que no había duda que temía a la azabache, ella simplemente le asintió como agradeciendo el gesto.

Una mujer de cabellos azules y con aspecto cándido se sentó junto a ella y aunque no le dio importancia sin más la nombro haciéndole una ligera reverencia tras decir su nombre cosa que asombro a la revolucionaria, -¿no será la persona que me a citado aqui? ¿que demonios podria ofrerme esta enclenque?-, pensó mientras miraba a la mujer con cara de poker, sinceramente no sabia como reaccionar.
Finalmente le confeso que era ella misma la que le había citado en la taberna y se disculpo por mandarle una carta sin remitente, cosa que Lilith no le había dado mucha importancia dado que era una pequeña engreída que pensaba que nadie o casi nadie podría acabar con ella tan fácilmente si se hubiera encontrado una emboscada.
-Vaya, entonces eres tu la de la carta, jamás lo hubiera imaginado-, le contesto echándole un vistazo de arriba a abajo mientras le sonreía maliciosamente.
Por las explicaciones que le daba la mujer se percato de que conocía su secreto, sabia que hacia unas semanas había masacrado a un grupo en Tempus y eso no le gustaba.
-Por supuesto se a que te refieres, si fuiste una espectadora del espectáculo espero sinceramente que lo disfrutaras-, le dijo posando sus orbes rojas sobre las de la fémina mirándola desafiante, si pensaba descubrirla no dudaría en acabar con ella con un golpe seco de King Saw.
-¿Y bien? Siento curiosidad de tu citación aquí, por cierto muy astuta de asegurarte reunirte conmigo en un lugar público pero debes saber que eso no sería ningún impedimento para mi, y otra cosa puedes tutearme con tranquilidad, tampoco tengo tanta edad para ser un demonio-. Sentencio la azabache esperando la reacción de la mujer y dándole un sorbo a su copa.

por **Éride** Miér Abr 13, 2016 9:37 pm

A BlackSoul parecía que no le había gustado en absoluto que alguien más supiera de la matanza que había llevado a cabo en Tempus. O, quizás, lo que no le gustaba era que alguien como Éride se hubiese enterado. La sacerdotisa era plenamente consciente de que su apariencia no era la más adecuada para impresionar a la revolucionaria y que incluso podría llegar a causar el efecto contrario. Además, por las palabras que pronunció poco después de mirarla de arriba abajo, pudo deducir que incluso pensaba que quizás querría chantajearla. Podría ser, pero sólo si trabajase para el bando contrario y fuese lo suficientemente insensata como para arriesgarse a cometer esa locura con alguien tan desequilibrado como su invitada. Dejó escapar una suave risa, negando con la cabeza como respuesta a lo que había dicho.

—Lamentablemente no pude asistir,—le respondió. —Creedme cuando os digo que habría sido todo un honor presenciar aquel espectáculo. Verlo con mis propios ojos habría sido un verdadero placer,—añadió rápidamente, empleando un tono de voz que denotaba total y absoluta sinceridad. Para algunas personas, aquellas palabras podrían considerarse como sarcásticas, teniendo en cuenta el contexto en el que se encontraban. Sin embargo, Éride no habría tenido ningún reparo en quedarse como espectadora de la masacre. La idea era que ella misma no saliera mal parada, pero quedarse mirando era algo completamente distinto.

La diosa no se consideraba astuta precisamente por haberla traído hasta aquella taberna. Según había podido averiguar, no era de las más populares de la ciudad, por lo que aunque no tenía escasa clientela, no se encontraba tan llena como otros locales de la zona. Y también sabía que, si le apetecía, BlackSoul podría acabar con cualquiera de los presentes en un abrir y cerrar de ojos. —Me dirijo a vos de este modo porque considero que sois respetable, sin más.—Tomó un pequeño sorbo de vino antes de proseguir con la conversación.—En cuanto a edad, es probable que yo sea la mayor de las dos, pese a que no estoy informada de los años que lleváis viviendo.— No era raro que hubiera demonios de más de mil años, ni mucho menos dioses oscuros que superasen el milenio, pero estaba convencida de que la revolucionaria no superaría los tres siglos y medio, a lo sumo.

Antes de dejar de dar rodeos e ir de una vez a la razón por la que había invitado a la mujer, dedicó una mirada severa al camarero, que pareció entender la situación, y, nervioso, se dirigió a atender a otros clientes. Aún a riesgo de que BlackSoul no estuviese a gusto con su invasión de espacio personal, la sacerdotisa se inclinó un poco en dirección a ella, de manera que pudiera hablar en un tono lo suficientemente bajo como para que nadie más pudiera oír la conversación, pero que fuese perceptible para su invitada.

—Podéis considerar una impertinencia lo que voy a decir a continuación, pero puedo afirmar que se os escapó una víctima.—Enarcó una ceja, sabiendo que no sería exactamente así. —O eso es de lo que él alardea. Ese hombre no es nada reservado, ¿sabéis? Comenzó a contarme sus últimas hazañas, verdaderas o no, tras apenas dedicarle unas amables palabras y mostrarle cierta simpatía.— Esbozó una ligera sonrisa, tratando de contener una pequeña carcajada. Le parecía divertido lo idiotas que podían llegar a ser algunas personas. Tras apenas un segundo, su semblante se volvió más serio. —Ese cobarde no se ha guardado el secreto, si no que ha conseguido convencer a su superior y a algunos compañeros de su fragata para buscaros.—No pudo evitar volver a sonreír de nuevo, esta vez de manera más amplia. —Quieren vuestra cabeza, y juran no detenerse hasta conseguirlo. — Lo dijo en un tono socarrón, como si se estuviese burlando de alguien, pero quedaba a juicio de su interlocutora saber de quién se mofaba. Ahogó una risa disimulada en el vaso que se acababa de llevar a los labios, justo antes de beber un ligero trago y volver a dejarlo en la mesa. —Puedo deducir que sería una perfecta ocasión para que vos les enseñéis una buena lección a vuestro modo, ¿me equivoco?—Entrecerró los ojos, sin apartar sus pupilas del rostro de la revolucionaria.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater