Do not kill me (Hiro Nakamura)

por **Kaileena** Vie Oct 16, 2015 10:52 am

No entendía como podía haber aceptado aquello. Vale que su motivación para encontrar el motivo de una enfermedad no tenía límites, pero nunca se había imaginado que eso le llevara a un motel de mala muerte. Según le habían informado su paciente vivía en ese motel, habitación 53. Y allí puede que encontrase la substancia por la cual lo habían encontrado tumbado en el suelo y con los ojos negros. En los análisis de sangre salían tantas cosas que la substancia real se escondía bajo los efectos de las demás. Tenía algunas sospechas... Pero no podía tratarlo antes de confirmarlo, pues lo podía matar.

Normalmente enviaría a otra persona a hacer aquella inspección, pero no quería poner la vida de uno de sus médicos en peligro. Pocos eran como ella, que sabían defenderse por sí mismos. Y en esos parajes uno debía andarse con cuidado, pues nunca se sabía con qué tipo de personajes uno se encontraría. Pero podían ser muy malos y peligrosos.

Kaileena se encontraba delante de aquel mugriento edificio, mirándolo con desconfianza. Solo con el aspecto ya entendía que cualquier allí podía coger una enfermedad mortal con solo pasear por allí. Sin más preámbulos, decidió entrar en el lugar. Por suerte había encontrado las llaves de la habitación en un bolsillo del paciente, ergo podía ir directamente sin tener que pasar por recepción. Subió unas escaleras medio destrozadas para acceder al primer piso. En el pasillo se cruzó con un hombre que la miró de arriba a abajo. Ella No le dió mucha importancia y pasó rápido por su lado, pues no quería problemas. Deseaba poder irse pronto de allí.

Paró delante de una puerta que tenía el número 53 grabado encima de la mirilla. Se puso los guantes de látex por si acaso, y picó a la puerta. No sabía si el paciente vivía con alguien más. Espero un tiempo prudencial y no le contestó nadie. Metió la llave en la certaduro y tuvo que darle dos vueltas para abrirla. Ya al hacerlo, y respirar el aire que salió del interior de la estancia supo que esa estaba como el cuerpo del paciente; lleno de sustancia peligrosas. Se adentró en aquella oscura cueva y lo primero que buscó con la mano en la pared fue el interruptor de la luz. No le costó mucho encontrarla, pero al accionarlo se desanimó pues solo encendía una triste bombilla que colgaba del techo, mostrando todos los cables. Con la poca luz que hacía pudo ver que la estancia era una habitación con una cama grande, dos mesillas de noche, un pequeño escritorio, un armario empotrado de dos puertas, un pequeño baño y una ventana.
Sí, era pequeño, así que no tardaría en acabar la inspección. Se adentró cerrando la puerta y empezó por inspeccionar las mesillas de noche. Por el nivel (bajo) de limpieza que había en la habitación, estaba claro que el baño sería lo último...

por **Hiro Nakamura** Vie Oct 16, 2015 11:56 am

Estimado Sr. Nakamura.
Me he visto obligado a contratar sus servicios dada la incompetencia de mis subordinados.
La víctima se aloja en el Motel Rihm. Habitación 53. Se trata de un don nadie que no pagó
sus deudas cuando estaba a tiempo.
El pago será el acordado previamente.

___________________

Un contrato simple. Una víctima más. Otro día igual.

Rihm no se caracterizaba por ser bonita, precisamente, pero siempre había despertado mi interés - económicamente hablando, claro - y era debido a que sus habitantes eran tipos de la peor calaña; gente que mataría a sus padres por un poco más de dinero o poder. Gente que definitivamente requeriría el uso de mis habilidades fuera cual fuera el precio. En resumen, uno de mis principales focos de negocios.

Y ahí estaba yo, dirigiéndome hacia susodicho motel, siempre tratando de evitar las calles principales y los espacios abiertos. El edificio estaba caracterizado por ser un cuchitril como pocos y por la cantidad de negocios turbios que se efectuaban entre sus cuatro paredes. Y con esto no me quiero referir únicamente a asesinatos. No. Es mucho más complejo que eso. Al llegar al patio trasero, dónde el encargado o el personal salía a fumar y a tirar la basura diaria, tuve la suerte de no tener que toparme con nadie; no me apetecía tener que causar bajas colaterales. Entré por la puerta de personal y dado que sería más complicado esconderme o evitar ser visto dentro, me coloqué mi bufanda con la intención de tapar mi cara en la medida de lo posible, dejando a la vista mi cabello y mis ojos, los cuales parecían causar una reacción propicia para atemorizar a mis contratos antes de acabar con ellos. No era por el color - un tono caoba normal - era por la expresión: tras años matando a gente parece que perdieron su fulgor inherente y los rasgos se fueron definiendo cada vez más duros. Los militares llamaban a esta tara "la mirada del soldado"... ¿Qué sabrán ellos sobre la muerte?

¿Recepción? El encargado se encontraba echando una siesta, profunda me atrevería a juzgar ya que las moscas que le rondaban no lograban captar su atención, y no parecía haber nadie más en esa estancia. Comencé a subir escalones intentando encontrar un orden númerico en el número de las puertas que me llevara a mi destino, la 53. Empezaba a preocuparme el hecho de que no hubiera nadie en los rellanos, ni en los pasillos, ni en ningún lado en general. Pero al final alcancé la maldita puerta que... Estaba cerrada, y yo sin ganzuas. Lo primero que se me ocurrió, aunque fuera muy cutre para un asesino profesional, fue esperar en el pasillo con la esperanza de que la víctima volviera a la habitación - no me había despertado inspirado aquella mañana, siendo honesto -.

Pasaban los minutos y nada...

- ¿Eh? - me sorprendí al escuchar sonidos de pasos viniendo hacia a mí junto con una tenue fragancia a hierbas. Una mujer, joven pero adulta, pasó por delante de mí sin inmutarse de mis pintas y fue directa a la habitación 53. ¿No se suponía que la víctima era un varón? Demasiadas cosas raras estaban pasando en el mismo día. Esperé pacientemente a que abriera y entrara en la habitación y cuando ya no escuchaba pasos desde de dentro, desenfundé el katar de mi mano derecha y entré con suma cautela. La luz principal no alumbraba mucho pero brillaba lo justo y necesario para que se pudiera observar con detenimiento la mayoría del antro. La mujer no estaba, pero sólo restaba por comprobar otra pequeña estancia una vez dentro. Una sombra parecía hacer movimientos en el otro extremo, así que caminando sobre mis puntas para evitar hacer ruido me acerqué lo suficiente al umbral para confirmar que se trataba de la muchacha. Alcé el brazo. Lo suficiente para que la punta de mi arma se encontrara a la misma altura que su nuca y a escasos centímetros de ésta.
- Te voy a dar una única oportunidad... Señorita - Dije forzando un poco mi garganta para matizar un tono más tenebroso en mi voz e imponerme sobre la desconocida. - ¿Quíen eres? - Espeté con frialdad.

Y confiaba ciegamente en que no me mentiría. Su vida dependía de ello.

por **Kaileena** Dom Oct 18, 2015 6:31 pm

Sintió la presencia de alguien más, pero lo hizo demasiado tarde. Antes de poder reaccionar notó que la amenazaba con algún tipo de arma puntiaguda por detrás de mi cabeza. Me quedé quieta dejando resonar aquella voz profunda por la habitación. Era un hombre, estaba claro. Pero su instinto le decía que no vivía allí. Por lo que había podido ver a la sala, solo había cosas de una sola persona.
Dejó el libro que estaba mirando y mostró las manos al desconocido si girarse, separàndolas un poco de su cuerpo y abriéndolas, para que viera que no tenía ninguna arma en ellas.
Sostuvo la posibilidad de mentirle, pero acabo para concluir que no era buena idea. No le gustaba mentir y al final se delataría sola.

- Soy Kaileena y soy médico.

No sabía si con eso era suficiente. ¿Eso definía quién era ella? Ni idea. En todo caso si quería más información que preguntase. En ningún momento le habían enseñado qué hacer en una situación como aquella. ¿Había una respuesta correcta para aquello?
En todo caso ella quería verle la cara al hombre que la amenazaba, así que se dió la vuelta muy lentamente para que él no lo viese como una amenaza, y mostrando en todo momento sus manos enguantadas. Cuando finalmente pudo verlo se dió cuenta que era el hombre con el que se había cruzado. Alto y musculoso la miraba amenazadoramente con esos ojos caobas. No podía ver la parte inferior de su cara, tapada con una bufanda, dándole un aspecto más peligroso.
Ahora la arma le estaba apuntando a la nariz. Era como una especie de daga de hoja ancha, con la punta situada a escasos centímetros de su cara. Aun así, la ninfa no miraba a la daga, sino directamente a los ojos del hombre. Obviamente no es que encontrase la daga un objeto que debía ignorar, pero en los ojos siempre se puede ver la acción de la persona antes de que la realice. Igual que sus intenciones y, más importante aún, sus mentiras.

- ¿Y usted quién es? - le preguntó con una voz tan fría como su expresión.

No estaba nerviosa, pues no encontraba motivos para estarlo. Tampoco encontraba que ese hombre fuera un enemigo, así que tampoco daba esa sensación. Aun así tenía claro que ese individuo no estaba allí para nada bueno. Ella no sería su objetivo seguramente… y entonces… ¿Qué hacía en esa habitación? ¿Qué buscaba? No tenía el aspecto que tenían las personas de ese sitio. Este tenía un porte más elegante, orgulloso, profesional… Y eso no sabía si debía tranquilizarla o preocuparle.

por **Hiro Nakamura** Lun Oct 19, 2015 12:49 pm

... ¿Médico?

Esos guantes de latex podrían confirmar su posible coartada, pero viniendo aquí, sin que un supuesto paciente se encontrase en su hogar... Daba lugar a sospechas, ciertamente, aunque la chica en si no parecía ser una amenaza. Digamos que al final tuve un pequeño pálpito, una corazonada, y me limité a bajar lentamente el brazo en el cual llevaba el katar dándole a entender que por el momento no iba a recibir un trato hostil. La volví a examinar de arriba a abajo. Ni un ápice de miedo en su rostro, ni miembros temblorosos, ni una respiración arrítmica. Desde luego o era una médico experimentada o una de las personas más temerarias con las que me había cruzado hasta el día de hoy.

... ¿Quién soy?

Esa pregunta tan relativa ya me confirmaba que no era de Chaos - cuan afortunada eres, querida -. No es por tirarme flores, pero todo el mundo sabe quien soy. Al menos los que aún siguen con vida. Ya me había ganado mi reputación con mi historial delictivo y ya había pasado por la cárcel - muy brevemente - antes. La gente sabía que alguien con un katar ya era raro de por sí, ¿el katar y la bufanda? Bueno, pese a ser asesino me gustan las cosas elegantes a la par que prácticas.
- Salta a la vista que soy un asesino, ¿no? - comenté mostrando abiertamente un claro y conciso sarcasmo en mis palabras. - Pero aquí hago yo las preguntas, Srta. Kaileena - dije mientras me bajaba la bufanda para que mi receptora pudiera ver la totalidad de mi rostro y supiera que no me andaba con tapujos. - ¿Dónde está el inquilino de la habitación? - Añadí con algo de furia esta vez.

Era evidente que quería saber la respuesta. De ello dependía mi trabajo. Y hablando de mi trabajo... No siempre sale como se espera...

CRASH

Un sonido de cristal roto y en cuestión de segundos la estancia comenzó a llenarse de humo.

A decir verdad no sé porqué lo hice; Kaileena no me importaba demasiado, pero le coloqué mi bufanda a modo de mascarilla para evitar que respirara ese gas desconocido antes de que se propagase completamente. Por suerte, tuve tiempo de indicarle el camino a la puerta antes de que la situación empeorase y tuviera que aguantar la respiración.

- ¡CORRE! - Grité con todas mis fuerzas mientras la empujaba hacia afuera de la habitación. Acto seguido, volví a alzar el brazo donde portaba mi arma más fiel y caminando lentamente y en guardia, me dirigí hacia el origen del ruido previo al humo. Habían roto la única ventana de la habitación y pese a que el humo ya empezaba a escaparse por el susodicho boquete, no lograba ver nada del exterior, así que sigue avanzando hastta poder asomarme hacia el exterior. Tonto de mí que no lo vi venir...

Un cuchillo arrojadizo me alcanzo en mi hombro diestro - el del brazo del katar -. Había cometido un error de novato; desde luego que no era mi día. Antes de seguir exponiéndome a más ataques fui corriendo en dirección contraria, en dirección a la salida, sin preocuparme si Kaileena había dejado la puerta abierta o cerrada, simplemente cargando contra ella. Tuve suerte ya que acabé en el pasillo de una forma u otra, pero lo importante en ese momento era salir de ahí con vida.

Ya empezaba a aclarecerse el segundo hecho extraño. El contrato era falso. La víctima era uno de nosotros dos.

por **Kaileena** Jue Oct 22, 2015 9:03 pm

Sí, definitivamente ahora que lo decía tenía aspecto de asesino. No estaba acostumbrada a encontrar gente con ese oficio, así que tampoco es lo primero que pensaba en ver a un hombre asó. Aunque realmente no le había respondido a su pregunta, pues el oficio solo respondía parte de quién era él. No sabía aun su nombre, y él si el de ella. Eso la dejaba en desventaja. Pero en ese momento… él era quien hacía las preguntas, según decía. Que le dieran ese tipo de órdenes ya ni le molestaban a Kaileena. Solo le provocaban que levantara una ceja ante tal muestra de autoridad.

Antes de que pudiese responderle a la siguiente pregunta el ruido de un cristal roto la interrumpió. Antes de que pudiese hacer nada, un humo los rodeó. La ninfa fue a taparse la boca, pero el asesino fue más rápido que ella, tapándole con su bufanda. Ese gesto la sorprendió, indicándole que no era su objetivo realmente, porqué sino no se preocuparía así. La empujó hacia la puerta de la estancia. No hizo falta que le insistiera demasiado, pues ella se puse a correr inmediatamente, tal como él le sugirió con su grito.

Ya a fuera no cerró la puerta, pues así el humo tenía otro agujero por donde salir. Se agachó para evitar respirar el humo, pues este ascendía dejando el espacio cerca del suelo libre de él. Allí se quedó quieta, prestando mucha atención a los ruidos que provenían del interior y observando a banda y banda si había alguien sospechoso.
De repente apareció el asesino de nuevo. Salió de la vivienda corriendo, como si intentara derribar la puerta ya abierta. Esa fuerza que dirigió para abrirla, le provocó que cayera al suelo. Entonces fue cuando Kaileena vio la herida en su hombro, entendiendo que alguien los atacaba.

Sin perder más tiempo se acercó a él he le cogió del brazo no herido intentando levantarlo. No podían quedarse allí o los alcanzaría quienquiera que estuviera allí para atacarlos. Pero había algo que no entendía… ¿Él no era el asesino? ¿Entonces había otro asesino por allí intentando matar a uno de los dos?

-Vámonos. Tenemos que escondernos de inmediato. O almenos buscar un terreno en el que tengamos ventaja y visión.

Tiró de él para empezar a correr por el pasillo, hacia las escaleras que subían a la azotea. Ya se ocuparía de la herida más tarde. Estaba seguro que por su oficio había recibido heridas mucho peores y había seguido sin quejarse, así que cuando estuvieran más tranquilos ya se la miraría. De momento debían encargarse del atacante desconocido, si no querían que volviera a atacarlos.

por **Hiro Nakamura** Vie Oct 30, 2015 1:26 pm

Algo de gas sí que logró afectar a mi cuerpo y organismo. Me caí de bruces una vez que me empotré contra la puerta de la habitación y sentía cómo se entumecía mi cuerpo, y no tenía pintas de ser por el impacto contra la susodicha puerta. Tosí con vehemencia con tal de expulsar de mis pulmones las reminiscencias del gas inhalado. Menudo mareo llevaba encima...

Empezaron a tirar de mí. La curandera seguía ahí y optó por no dejarme atras. Con su ayuda logré ponerme en pie de nuevo y tras unos segundos con la vista borrosa, los malestares provocados por la toxina se iban diluyendo progresivamente. Respiré una larga bocanada de aire "puro" y volví a ver las cosas claras. Habíamos subido las escaleras internas del edificio hasta llegar a su cúspide en la azotea. Entendía su intención de sobrevivir pero éste no era el lugar más propicio para ello.

- ¿Eh?.

Me zafé de la presa de Kaileena y me dirigí a ella con total seriedad en mi rostro.
- No sé quien es la presa, pero no nos podemos permitir morir. Tú tienes razones para salvar vidas y yo para arrebatarlas. - Comenté conectando mis ojos a los suyos. - Así que confia en el profesional - añadí mientras me daba toquecitos a mi pecho con el pulgar - Escóndete aquí, yo llamaré su atención y te abriré un camino..

No me las quería dar del típico héroe que salva a la chica, pero era altamente probable que la médico supiera cosas que yo desconocía, y por ende, necistaba que siguiese vivita y coleando. Me palpé la herida del hombro, no era tan profunda como imaginaba. He de darle un margen... pensaba mirando los edificios en la distancia. Daba igual las vueltas que le diera, al final me tenía que jugar: todo o nada.

Me dirigí con celeridad al borde de la azotea y salté hacia el primer balcón que dislumbré. Otro proyectil quiso entrometerse en mi trayectoria pero con unos giros acrobáticos pude zafarme sin mucha complicación. Caí y me agaché, planeando mi siguiente jugada. Necesita un margen más grande... se repetía en mi cabeza. Si mi maestro me viera ahora él mismo me remataría...
Según me levanta del suelo fui sacando varios cuchillos arrojadizos de mis bolsillos ocultos preparando un lanzamiento desesperado.
- ¡AFICIONADOS! - grité con gran furia e intensidad - con la esperanza de que mi compañera me oyera e interpretara el grito como una señal para que se pusiera a correr -.

Acto seguido, me giré y volvi a empotrarme, esta vez contra una ventana, para caer afortunadamente sobre una cama. Otra habitación, otro punto de partida.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater