Duelo en el Kasai Ramen [Jurius Stalfos]

por Invitado Sáb Dic 12, 2015 7:29 pm

Serían cerca de las tres de la tarde, aunque era complicado saberlo mirando al cielo, puesto que este estaba cubierto de grises nubes. El ambiente de Fedder era tranquilo, no había mucho movimiento en las calles, seguramente a causa del frío que hacía por éstas, las cuales se encontraban cubiertas de una fina capa de nieve. De vez en cuando se observaba a alguien caminando embutido en ropa de abrigo, lo que hacía destacar más aún al muchacho peliazul, el cual por no llevar no llevaba ni camiseta. La única ropa que cubría su cuerpo eran unos pantalones y una larga bufanda que ondeaba a sus espaldas, la gente lo miraba extrañada al pasar, ¿cómo es que ni siquiera tiritaba con ese ambiente? Lo cierto es que era difícil darse cuenta, pero si tenía una fuente de calor, encerrada en sus manos se encontraban un par de llamas oscuras, la energía de estas penetraban por su palmas a su torrente sanguíneo, lo que le permitía enfrentarse al helado clima de la ciudad, de otra forma sería un témpano, pues estaba acostumbrado a climas mucho más cálidos.

Grrrr hizo su estómago. Mantener ambas llamas vivas por tanto tiempo y además hacer que el calor recorriese su cuerpo era agotador. Iba siendo hora de comer algo, así que continuó su camino buscando algún lugar con comida, hasta que al girar la esquina encontró lo que parecía ser una tienda de aspecto humilde. Esta se encontraba situada en un pequeño callejón, desentonaba un poco con el resto de edificios de la ciudad, posiblemente fuese antigua. La entrada consistía en una vieja puerta corredera con cristales opacos y sobre esta un pequeño tejado con tejas de barro azules, a la derecha de la entrada había una bandera azul que sobresalía un poco con el nombre del restaurante, "Kasai Ramen", y pegado a uno de los cristales había un cartel, decía así: "¡Gran concurso, come todo lo que puedas, prueba nuestro ramen, solo hoy! ¡Al ganador le esperan grande premios!". Al demonio peliazul se le iluminaron los ojos. - ¿¡Todo lo que pueda comer!? ¿¡Gratis!? ¡Bwhahahaha! ¡Esto está hecho para mí! - Abrió la puerta y entro sin pensárselo dos veces.

El interior del establecimiento era bastante cálido, por lo que pudo extinguir el fuego de sus manos. El restaurante no era más que una gran habitación con forma de L, las mesas se encontraban dispuestas en la misma posición, y en alguna de ellas ya se había sentado gente, el resto estaba en un gran cúmulo de personas en el centro de la habitación, un hombre de mediana edad, con un delantal blanco y ojos rasgados salió de este y se acercó al muchacho, se dispuso hablar, pero tan pronto vio la vestimenta (o más bien la ausencia de esta) del joven se quedo mudo, no fue hasta que este carraspeo con el ceño fruncido que el hombre habló. - Eh... Oh, ah, sí, ¿has venido por el concurso? ¡Aquí, en Kasai Ramen podrás probar el mejor ramen pic...- El muchacho le interrumpió. - ¡Que sí, que sí, comida gratis, lo he pillado! ¡Me apunto, alguien tiene que machacar a estos mindundis! ¡Bwahahaha! - Algunos lo miraron con desaprobación ante sus palabras, el hombre del delantal no les dio mucha importancia a estas y tras tomar su nombre le indicó que se sentase hasta que llegasen el resto de participantes. Y eso fue lo que el joven hizo, tomo asiento en una de las mesas, se reclinó sobre el espaldar y apoyó los pies sobre la mesa mientras esperaba que llegasen el resto de personas. La cocina se encontraba enfrente de las mesas, tras una barras con varios taburetes, y el olor que salía de esta era de lo más agradable. La boca ya se le hacía agua.

por **Jurius Stalfos** Sáb Dic 12, 2015 8:19 pm

El semi dragón se encontraba paseando por las calles de Fedder simplemente por hacer tiempo, pues no había mucho que le interesase por las calles nevadas, peor aún, nevadas ¡Con lo poco que soportaba el frío! Sus músculos estaban tensos y ligeramente agarrotados mientras los dientes le castañeaban por el frío que había en el ambiente, pero ¿A quien se le ocurría pasear por un pueblo nevado llevando solo un pantalón fino y blanco ceñido junto con una camiseta sin mangas y con ninguna muda debajo? Solo a el, pues no le gustaba sentir más ropa de lo necesaria, menos aun que esta le dificultara el movimiento o se le quedara enganchada a las escamas.

Una leve llama salía de entre los labios del grandullón con cada exhalación que le ayudaba a mantener su temperatura corporal mas o menos regulada, pero no era suficiente para ayudarlo, lo que provocaba que se rodease ambos brazos con las manos y los frotase rápidamente de arriba hacia abajo, intentando generar calor en su cuerpo sin mucho éxito, respirando hondo por su nariz antes de notar un agradable y cálido olor inundarle las fosas nasales, haciendo que se quedase quieto unos momentos para apreciarlo. Podía oler sopa.. Algunas verduras.. Carnes varias.. Especias.. ¿Como podría no resonar su estómago ante tal placer olfativo que le estaba llegando, acercándose ahora con un semblante más tranquilo hacia aquel edificio que claramente desentonaba del resto, observando en silencio la entrada, pues le haría falta agacharse para no golpear el marco y posiblemente le tocaría estar encorvado hasta que tomara asiento, apartando un fleco que colgaba de la entrada, haciendo que el castaño apretase ligeramente un ojo con molestia, entrando agachado y pudiendo observar la disposición del lugar.

No era un sitio demasiado grande, parecía más bien un restaurante de barrio, pero el olor era tan agradable que cuando cerró la puerta y sintió el calor recorrer su cuerpo se encontró con algo de mejor humor, siendo entonces atendido por aquel caballero que parecía estar al cargo del lugar, escuchando entonces hablar de un concurso.

-Un momento.. ¿Un concurso de coma todo lo que pueda?..¿Y encima de comida picante? -

Preguntaba sonriendo sin alzar la voz antes de que una fuerte risotada se escapase de la boca del semi dragón, era su día de suerte sin duda no solo por encontrar aquel sitio sino además por lo que se le había informado, enarcando una ceja al ver a todos los que estaban ya colocados en sus puestos y con un número impreso en un papel colocado en el pecho, relamiéndose con una amplia sonrisa. No sabía si los otros participantes tendrían un apetito tan voraz como el suyo, pero de todas maneras no vino mal acercarse donde estaban todos tras dar el nombre, tocándole sentado junto a un chaval con pinta de esmirriado, lo que el llamaría un canijo, sin duda. ¿Estaría famélico? ¿O quizás era un niño pobre? Bueno, poco le importaba, pues tenía planeado dar un susto a algunos competidores nada más sirvieran todo, viendo como muchos clientes no solo comían sino se ponían alrededor de los concursantes para observar aquella barra sobre la que se servirían los fideos.

por Invitado Sáb Dic 12, 2015 9:30 pm

Más personas comenzaron a entrar en el establecimiento, el dueño del restaurante hablaba con cada uno de ellos, tomando el nombre de de todo aquel que hubiera venido a apuntarse, y señalando al grupo cuando tan solo venía a presencia. El peliazul no prestó especial atención a ninguno, hasta que un hombre enorme se sentó a su lado, a ojo le parecía medir más de dos metros, y era de complexión fuerte. Le miró de reojo, dejando escapar un tsk en voz baja "otro musculitos descerebrado, ya verá cuando le pateé el culo. Me comeré todo el ramen que haya, bwehehehe...". El grupo del centro de la sala comenzó a dispersarse poco a poco, algunos tomaban asiento tras las mesas, preparándose para el concurso, otros se sentaron en los taburetes de la barra o se apoyaban en las paredes, expectantes del inicio del espectáculo. El dueño comenzó a colocar un par de palillos y un vaso con agua frente a cada participante, un par de trabajadores, ataviados con el mismo delantal entraron en la cocina, mientras que otro colgaba una pizarra de la pared y escribía con tiza los nombre de cada participante, separados por líneas. El evento estaba a punto de comenzar.

Clink, clink, clink, el dueño llamó la atención de los participantes golpeando un vaso de cristal con una varilla de hierro, mientras tanto, los trabajadores que habían entrado en la cocina salieron sosteniendo entre ambos una olla enorme, la apoyaron sobre la barra, y comenzaron a rellenar los distintos boles con el contenido. - ¡Bienvenidos todos un año más al concurso del Kasai Ramen! ¡Gracias a todos por asistir! ¡Disfrutad de la comida! - Los espectadores y varios de los participantes comenzaron a aplaudir con efusividad. Él hizo una reverencia y junto a sus empleados comenzó a repartir los boles de ramen a los participantes.

El muchacho quitó los pies de la mesa cuando llegó el cuenco y lo olisqueó. Notaba algo extraño en el olor aunque no sabía muy bien que era, aún así olía bastante bien, y tenía una pinta deliciosa. Los participantes comenzaron a despegar los palillos y el hizo lo mismo, preparado para comenzar a comer. El dueño sacó un reloj con forma de semicírculo y lo colocó sobre la barra, era digital, el peliazul nunca había visto antes un aparato como ese, así que lo miró extrañado. Tras pulsar un botón el tiempo empezó a correr. - ¡Se inicia el concurso, participantes a sus cuencos! - Exclamó el hombre. Y eso hicieron los concursantes. El joven demonio separó los palillos e intento agarrar los fideos con estos, pero no sabía como usarlos y acabaron escurriéndose y cayéndose. - ¡Bah, no necesito ese par de cosas inútiles! - El peliazul tomó el cuenco con ambas manos y lo llevó a su boca, dando un largo sorbo con los ojos cerrados. Tan pronto como una cierta cantidad de la sopa bajó por la garganta del joven, sus antenas se estiraron y una lágrima se escapó de su ojo izquierdo. Retiró el bol y comenzó a toser con fuerza, dejando escapar parte del líquido. - ¡Joder, joder, joder, joder! ¡Pica, pica, pica! - Agarró el vaso de agua y se lo tomó de un solo trago. Miró el resto de participantes, al parecer era el único que no tenía ni idea de que el ramen era picante. No podía perder, solo era un poco de ramen picante, agarró de nuevo el bol con determinación y dio un largo sorbo con los ojos cerrados y el ceño fruncido, tan pronto como terminó el cuenco gritó. - ¡TRAEDME OTRO, Y MÁS AGUA. - Comenzó a mover ambas manos frente a su lengua, intentando calmar el picor sin mucho resultado. - ¡MUCHA MÁS AGUA!

por **Jurius Stalfos** Sáb Dic 12, 2015 9:49 pm

No tardó en ver las sorpresas de muchos de los concursantes que no esperaban ver a uno de los concursantes, justamente al canijo, quejarse de aquella manera tan cómica mientras que el, ni corto ni perezoso ignorando los palillos, de hecho ni siquiera los había levantado de la mesa tomó su bol con una sola mano y respiró hondo con tranquilidad, sonriendo por el calor que desprendía el cuenco de fideos recién hechos, llevándoselo a los labios, separándolos para poder abarcar todo lo que su cuerpo le permitía, dando un gran sorbo sin mucha dificultad, a lo cual sonrió y puso una mueca de queja cómica tras tomarse el bol entero, fideos incluidos con la carne y las especias antes de que se llenase los pulmones de aire y el dueño, en un rápido reflejo abrió la puerta del restaurante justo cuando el semi dragón dio una larga llamarada que no solo recorría todo el pasillo para sorpresa de los presentes sino que además dicha llamarada llegaba hasta fuera del local.

No tardó mucho en apagar dicha llamarada y recuperar la compostura como si nada hubiera pasado, dejando el bol sobre la mesa y siendo visto estupefacto por los clientes y los otros concursantes de los cuales un grupo que aún ni siquiera había olido el bol se había levantado y huían despavoridos por la reacción del castaño que no hacía más que sonreír, siendo apuntado aquel punto en la pizarra bajo su nombre, crujiéndose el cuello entonces, aun con un hambre feroz que esperaba ser satisfecho.

-¡Otro cuenco por favor!-

Dijo sin siquiera haber dado un sorbo al agua. Notaba el sabor de las especias picantes entre la carne, la verdura, los fideos y la propia sopa, notando que no era en la carne donde ponían la mayoría del picante, sino en los propios fideos para que estos quedaran más impregnados y así por obligación quien tuviera que comer tuviera que probar el picante sin hacer la trampa, paladeando unos segundos mientras esperaba espectante a que le trajeran su siguiente cuenco, sintiendo curiosidad viendo como aquel chiquillo se quejaba y seguía bebiendo, posiblemente por pura tozudez.

-Oye, chiquillo, no te sobre esfuerces o acabarás con la lengua quemada y sin poder probar nada más que líquidos suaves una semana..-

Pronunció aun con su amplia sonrisa, llevándose ambas manos a la nuca antes de que le trajeran el segundo bol el cual no tardó demasiado en repetir como con el primero, tomándolo con una mano y mirando burlesco a los otros concursantes para llevarse el bol a los labios, empezando a beberlo con tranquilidad, esta vez tardando un poco más para poder saborearlo mejor y no engullirlo directamente, sin derramarse ni siquiera un poco de la sopa, quedándole un fideo por encima del labio a modo de bigote, el cual succionó al torcer un poco el labio para tragar, tranquilo, esperando a ver que hacían sin dejar el cuenco sobre la mesa

por Invitado Mar Dic 15, 2015 4:39 pm

Tras empezar el concurso el ambiente en el restaurante se animó muchísimo, la gente aplaudía tras cada plato y daba ánimos a los participantes, la mayoría aún estaban terminando el primer cuenco, sin embargo, algunos ya lo habían terminado, el peliazul entre ellos, el segundo plato estaba en camino, y él se encontraba bebiendo otro vaso de agua cuando algo extraño pasó a su izquierda, de pronto sintió como la temperatura aumentaba drasticamente. Giró la cabeza, en busca de la fuente de ese calor, y lo que vio le hizo escupir por completo todo el agua que en ese momento estaba tomando, así como le causó una grave tos. - Cof cof ¿¡Pero qué cojones!? Cof cof. - Exclamó entre carraspeos al ver como el hombre enorme de su izquierda vomitaba una gigantesca llamarada que cruzaba el pasillo hasta la salir del restaurante. Varios concursantes huyeron despavoridos al ver aquella dantesca escena. El ruido cesó durante unos segundos, hasta que el dueño exclamó, - ¡Ese es el espíritu del Kasai Ramen! - mientras señalaba a otro de los trabajadores para que anotara un punto bajo el nombre del castaño, el cual pidió otro cuenco como si nada hubiera pasado. Los gritos, ánimos, y aplausos empezaron de nuevo tras las palabras del tendero. ¿Pero quién narices es este tipo? Pensó Laharl mientras miraba atónito con la boca abierta y los ojos abierto cuales platos como el castaño comenzaba a beberse el segundo cuenco. Frunció el ceño mientras observaba su cuenco, aún sobre la mesa. Lo agarró con ambas manos y volvió a sorberlo con prisa, sin dejar ni una sola gota ni fideo. - ¡Otdo cuedco, y mad agua! - Gritó a los trabajadores con la lengua algo hinchada a causa del picante mientras reprimía las ganas de gritar clavando las uñas en la mesa, acabando por desgarrar un poco el mantel que reposaba sobre esta. El hombre que acababa de dar aquel espectáculo le aconsejó retirarse (o eso entendió él) con una sonrisa en el rostro. El joven demonio le lanzó una mirada de odio, y exclamó - ¿¡Por edto dimplemente!? ¡Pedo di edto no ed nada pada un deñod demoniaco! ¡BWAHAHAHAHA! ¡Y di vueldvez a llamadme chiquillo te arrancadé la lengua, gigantom dedcerebrado! - Rió llevando las manos a su cadera y echando la cabeza hacia atrás. - ¡Pdepadate gigantom! ¡Voy a pateadte ed tdazero! - Le señaló con el dedo índice mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa desafiante.

El tercer bol se plantó frente a él y lo miró con desidia, pero no había venido a perder. Se dio una palmada en las mejillas y giró rápidamente la cabeza un par de veces de un lado a otro, concentrando su atención en el concurso. - ¡Vamod Daharl, adguien tiene que ganad edte concudzo! - Se echó el contenido del vaso de agua en la boca con un giro de muñeca y agarró con firmeza el tercer cuenco, tragándoselo sin siquiera pensarlo. Plantó el cuenco sobre la mesa con un sonoro golpe. - ¡NO DENGO DODO EL DÍA, OTDO CUENCO Y MAD AGUA! - Tras pedir el siguiente miró al castaño con otra sonrisa desafiante. El peliazul parecía el único capaz de seguirle el ritmo a este, la mayoría de concursantes aún seguían en el segundo, o ya se habían retirado.

por **Jurius Stalfos** Mar Dic 15, 2015 5:22 pm

No pudo evitar que se le escapara una risotada al ver la hinchada lengua del chaval aquel y además de ello su forma de balbucear tan cómica, viendo el siguiente cuenco y dándole otro sorbo sin ningún tipo de miramiento y despreocupándose por el chico para centrar la atención en comer y no atragantarse, terminando tanto el tercero y seguidamente le tenían preparado el cuarto el cual arrasó en un momento, bebiendo algo de agua para bajarlo todo por la garganta, relamiéndose ligeramente el labio superior para asegurarse de que no quedaría nada fuera de su estómago, pues se había quedado con un fideo sobre el labio superior que le hacía parecer que tenía un bigote Fumanchú, sorbiéndolo para llevárselo a la boca, tragando con tranquilidad con el sorbo de agua, dejando salir una bocanada de aire caliente tan solo.

-Te lo advertí, canijo, si quieres guerra, guerra tendrás..-

Decía con una amplia sonrisa viendo como le servían el quinto bol y al lado otro más grande, era la elección de tomarse ese o el pequeño, pues el pequeño contaba como solo uno mientras que el grande contaba como 3 en el marcador, lo cual le hizo relamerse, viendo al dueño y luego al pequeño, soltando otra risotada de burla esta vez pues iba a hacer que el canijo se picara para comprobar si de verdad podía más el cuerpo o la cabezonería del peliantena lo cual posiblemente sería muy cómico, tomando ahora con ambas manos aquel cuenco, para ello si necesitaría tomar los palillos, pues todo aquello no le cabía en la boca como un bol normal, pues ahora avisaban de que la elección se mantendría durante los próximo cinco platos, demostrando quien tendría una clara ventaja si era capaz de tomarse aquellos platos tan enorme.

-Bueno, ya podéis iros retirando, esto está en el bote-

Dijo con una sonrisa antes de empezar a atacar a aquel enorme plato, pillando un buen montón de palillos, ahora hacía un montón de ruido al sorber los fideos, pero prácticamente pillaba la mitad del bol el solo y tragando, dando un sorbo de agua para bajarlo todo y pillando los trozos de carne que había repartido, comiéndoselos de un bocado con una sonrisa, pasándose la lengua por los dientes.

por Invitado Jue Dic 17, 2015 4:32 pm

El cuarto bol se encontraba sobre la mesa, y Laharl lo observaba con el ceño fruncido, como aquel que observa un tablero de ajedrez, pensando detenidamente que movimiento hacer para no perder la partida. Se bebió el vaso de agua que venía con este y tomó el cuenco con ambas manos. Giró la cabeza para comprobar que tal iba el pelopincho, vio como un fideo se le quedaba en el rostro y soltó una sonora risotada ante la escena, acto seguido el castaño pareció retarle, Laharl no estuvo seguro de a que se refería este hasta que vio aparecer un bol enorme junto al pequeño, fue cuando vio que el castaño agarraba los palillos para tomárselo cuando supo que estaba jodido. - Tsk, ¿como diabdos aguadtaz tadto picadte? - Dijo antes de devolver la mirada a su cuenco y tragárselo sin pensarlo dos veces. Plantó el cuenco sobre la mesa con un sonoro golpe para llamar la atención de los trabajadores y él se dejó caer sobre el respaldo de la silla, su bufanda comenzó a moverse, de forma que uno de los extremos de esta se elevó como por arte de magia hasta su frente, secando el sudor que se había formado en esta y volviendo a su posición inicial, no le dio mucha importancia a los espectadores que miraban extrañados los movimientos de la bufanda.

El dueño comenzó a hacer recuento de puntos, pero no fue hasta que escuchó "Segundo lugar" y "Laharl" en la misma frase que recobró la noción del tiempo, al parecer quedaban solo cinco minutos para la finalización del evento, y el pelopincho iba en primer lugar con siete puntos gracias a haber elegido el bol grande, el lo seguía con cuatro, la única forma de ganarle sería elegir también el grande. Sería duro, pero no estaba dispuesto a perder, y de todas formas, ya casi había perdido la sensibilidad en la lengua, un poco más no lo mataría, ¿no?

Laharl cogió ambos palillos, sin embargo, no sabía como comer con estos, y tras tres intentos infructuosos los lanzó a un lado y agarró el cuenco con ambas manos, alzando la parte posterior del cuenco para que el líquido bajase por su garganta, aunque con más cuidado, porque podría derramarse con facilidad. Al terminar dejó caer el cuenco sobre la mesa y se llevó la mano al pecho, hiperventilando por la falta de oxígeno. Tan pronto como apareció uno de los empleados con la jarra de agua para rellenar su vaso, uno de los extremos de su bufanda se movió como una exhalación, rodeando esta y acercándosela a Laharl, el cual se la bebió por completo todo el líquido y eructó acto seguido. - Eh, codetitad, pueded dupedad edo? ¡Bwahahahahaha! - Retó al castaño, tenía la lengua tan hinchada que casi no le cabía en la boca, y la garganta le ardía como un incendio, además estaba completamente colorado a causa del calor. A pesar de su tozudez no podría aguantar mucho más. Sin embargo agarró el cuenco con energía, preparado para beberlo de un solo sorbo, aunque no llegó a tomárselo, en su lugar miró la gran olla que había sobre la barra, se le había ocurrido una idea para ganar seguro. - Me adepedtiré de edto... Bwhehehehe...

por **Jurius Stalfos** Jue Dic 17, 2015 9:46 pm

-¿Crees a caso que quien ha probado platos más ardiente que las llamas de un volcán le resulta esto insoportable? No es más que un picorcillo agradable por toda la lengua-

Sonrió al ver que iba en cabeza, aunque no fuera por mucho más de dos puntos debía pillar algo de ventaja, viendo además lo que podía hacer el peli azul con la bufanda lo cual lo dejó ligeramente desconcertado, parando un momento tras terminar los fideos, estirazándose un poco antes de beber el contenido del cuenco que le ponía con 4 puntos en ventaja del chiquitajo, quedando tan solo ellos dos presentes de los concursantes, pues el resto habían huido despavoridos y casi no se habían empezado los cuencos, pidiendo un momento al encargado, haciendo como que no podía comer más para dar un buen golpe en uno de los extremos de la barra con todo el puño cerrado, sacudiendo la mano algo dolorido de semejante golpe, viendo como volaban los cuencos aun llenos y con suerte casi no se había derramado nada, aunque no les daría tiempo a llegar al suelo.

-¿Y tu, puedes superar esto, enano?-

Con una sonrisa amplia y de oreja a oreja el semi dragón empezó a tomar los cuencos más cercanos y que no habían salido tan arriba en el aire para beberlos y dejarlos apilados a un lado, tomando los otros dos que aún seguían en el aire y bebiendo, continuando con el siguiente tras colocar de nuevo la barra bien en su sitio, viendo aquel enorme plato entre sus manos para abrir todo lo posible la boca y empezar a tragar como podía, cayendo algo por la comisura de los labios hacia el cuello, lo cual, una vez terminó de beber y tragó todo tras varios intento se lo recogió con dos dedos y se lo llevó a la boca, relamiéndose. Iba en cabeza en aquel momento con 11 puntos, habiendo terminado 3 rondas con los enormes cuencos, siendo la hora del cuarto con el cual terminaría la ronda de los grandes y se volvería a los chicos, quedando 3 minutos para terminar el concurso, metiendo la cara en el cuenco para beber todo como podía, tomándolo entre dos manos con la barbilla y la boca perdida en salsa, dejando el objeto de porcelana en la barra para limpiarse la boca primero de un lametón y la barbilla con un paño, riendo, viendo entonces como el canijo había vuelto a subir. En aquel momento les separaba una diferencia de 5 y se dio cuenta de aquella mirada del enano que le llamaba la curiosidad.. ¿Que estaría planeando? Debía estar preparado para aquello pues en la recta final no iba a dejarse ganar.

-Vaya si te vas a arrepentir, chiquillo, tendrás que estar a base de helados una semana completa..-

por Invitado Vie Dic 18, 2015 2:51 pm

Laharl observó con una sonrisa pícara como el castaño propinaba un fuerte golpe sobre la mesa, lo que marcó el inicio de un ostentoso espectáculo en el que agarraba los cuencos en el aire, tomándose estos a una velocidad apabullante. Los espectadores y los propios trabajadores comenzaron a aplaudir ante aquella visión, desde luego era el claro favorito, sin embargo, el peliazul tan solo bostezó, intentando molestar al pelopincho. - Tad vez tú hayad pdobado pdatos picadted como ud vodcad. ¡Pedo zede yo quied ze bañe ed udo! ¡Bwahahahahaha!

El pelo pincho había terminado su actuación, ahora había una diferencia de cinco puntos entre ambos, y solo tenía tres minutos para solventar esta. Laharl se encogió de hombros y miró al castaño, negando con la cabeza mientras sus labios formaban una sonrisilla arrogante. - Ad menod do idtedtazte. - Acto seguido se puso de pie sobre la silla y dio una zancada para plantarse sobre la mesa. Un par de zancadas más y había cruzado esta, encontrándose en el lado donde estaban reunidos los espectadores. A Laharl le pareció oír al tendero pidiéndole que volviese a su sitio tras la mesa, pero ya era demasiado tarde. Con un salto Laharl se colocó sobre la barra, justo en frente de la gran olla en la que se encontraba todo el ramen (o lo que quedaba de este) preparado para el concurso. - ¡Eh, jefe! ¿Pod cuadtod pudtod cuedta edta? Bwahahahaha. - Rió Laharl llevándose los puños a la cadera e inclinando la espalda un poco.

La olla le llegaba a Laharl por la cintura, se arrodilló frente a esta e introdujo la mitad de su torso en ella, habiendo cubierto previamente sus ojos con la bufanda, alzando la mano formando el signo de victoria. Una vez su cabeza se encontraba dentro del líquido, abrió la boca, dejando entrar tanto este como los ingredientes en ella, sacando la cabeza cada pocos segundos para tomar aire y volver a "bucear" en la sopa. El líquido estaba ardiendo, aunque ese no eran el principal problemas, si no que tanto el olor del picante que subía por las fosas nasales del peliazul y le hacía sentirse desorientado y mareado, y el propio picante que bajaba por su garganta lo estaban destrozando. Sin embargo, debía de seguir bebiendo de aquella sopa costase lo que costase, ya casi tenía el concurso en la palma de su mano... Aunque era más probable que acabase inconsciente y derramando esta por todo el restaurante.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Duelo en el Kasai Ramen [Jurius Stalfos]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater