Simple song. (Libre)

Algunos dirán que no puede haber bondad en el corazón de los demonios, pero estos fuerón ángeles una vez, algo de bondad debe permanecer aún en su interior... al menos eso siempre decía la madre de Tracy, y ella en verdad lo creía, por que de no ser así, entonces sería muy extraño ver a una demonio como Tracy viviendo de forma normal y como cualquier habitante del mundo de Spirit Soul y con intenciones de ir a la playa para conocer el mar.

Es cierto, Tracy jamás había sido un ángel, ni tampoco sus padres, ni los padres de sus padres, pero si un ancestro suyo, y eso era suficiente para ella- A quien engaño, soy un monstruo -una risa ironica brotó de la joven demonio tras haber estado pensando en las palabras de su madre sobre la bondad en seres como lo era ella-. Basta de pensar tanto sobre eso, si los seres como yo somos demonios es por algo, además... -volteó la cabeza hacia el buró que se hallaba junto a su cama, mientras miraba la hora que marcaba su reloj- Ya casí es hora -el reloj digital marcaba cinco para las ocho de la mañana, y Tracy ya estaba despierta desde hacia veinte minutos pero se había quedado acostada en su cama hasta que sonara la alarma.

A las ocho en punto sono al fin la alarma- Ya es hora, no hay que desperdiciar ni un minuto -apagó la alarma y al fin se levanto de la cama.

Vivir de esa manera tan sencilla, con esa especial rutina que tenía cada mañana desde que llego al planeta de Spirit Soul, podía hacer parecer que Tracy no tenía nada de un ser infernal. Su rutina consistía en despertarse minutos antes de que suene la alarma y quedarse despierta metida en la cama en medio de la oscuridad de la habitación hasta que sonara su alarma para que se levantara al fin de la cama, prendiera el estéreo y poner música con tanto volumen que no hubiera rincon del apartamento donde no se escuchara la música... aún que en esta ocación el volúmen estuviera mucho más alto de lo acostumbrado y quizás no tardarían en molestarse sus vecinos. Hecho eso, su siguiente paso era asearse y arreglarse, para después preparar su desayuno, y el menú de hoy era un sándwich acompañado de su siempre café mientras se sentaba a comer en la mesa y continuaba despertando a sus vecinos con el volúmen de la música- Ah... esos placeres de la vida en que te desquitas de las veces en que tus vecinos hacen fiestas que duran hasta la madrugada sin importarles si alguien tiene que ir a trabajar y estudiar -dió un sorbo a su café pero al instante hizo una mueca de desagrado por lo amargo de su bebida, mientras que se oian unos golpes insistentes a la puerta del departamento, y ya se imaginaba quién podia ser la persona que tocaba a su puerta-. ¡No señora McConnell, no le bajaré a la música hasta que usted detenga sus dichosas fiestas, así que dejé de tocar mí puerta! -pero los golpes continuarón al menos por otros diez minutos, pero Tracy ni se inmutó, y solamente tomó la azucarera- Y también seré malvada con este amargo café, hohoho... te endulzaré con cuatro cucharadas de azúcar -y cumplió su amenaza con esas cuatro cucharadas, y hasta agregó media de una quinta-. ¡Siente mí maldad, café casero! -echó a reír un poco y luego siguió con su desayuno hasta que terminó y por fin decidió apagar el estéreo para dejar de motificar a los vecinos. Después se fue a terminar de arreglar y alistar sus cosas para al fin salir de casa con su bajó eléctrico, el amplicador y una pequeña mochila que colgaba de sus hombros.

Tomó el de transporte que proporcionaba Tempus Urbanis hacia Isla Vacacional. Cuando llegó a su destino, fue a registrarse a un pequeño hotel cerca de la playa, había llegado horas antes que el resto de la banda de rock a la que pertenecía, llamada "Hell Frozen". Simplemente quería gastar su tiempo haciendo cosas nuevas, como conocer el mar, y cumplió ese deseo cuando al fin se posó frente al mar mientras sus ojos se perdían en todos esos diversos tonos de azul del agua, y de la espuma que rompía al tocar la arena, y el sol iluminaba con sus calidos rayos la playa, y el despejado cielo azul realzaba la belleza de la playa. Tracy permaneció en su sitio admirando un rato el paisaje hasta que bajó sus cosas y entonces se sentó en la arena y sacó su bajó del estuche, lo único que se había traído del hotel y unas cuántas partituras que colocó delante de ella y al instante se puso a practicar las canciones que tocaría esa noche con la banda.

Las cuerdas de su bajó apenas y se oían por el ruido del ambiente, aún que eso no le importo mucho, pués su interés radicaba en solamente disfrutar de la vista. Siguió tocando su instrumento hasta que una brisa levantó sus partituras del suelo y las lanzó hacia el mar. Tan rápida como pudo, Tracy hizo aún lado su instrumento y corrió para intentar atrapar las hojas antes de que llegasen al agua, pero no pudo alcanzarlas, y las hojas cayerón al agua- ¡¿Hay, es en serio?! -gritó al cielo molesta mientras se detenía en la orilla de la playa y levantaba brevemente los brazos exasperada de ver como sus partituras yacían flotando en el agua-. Bien, poco inteligente de mí parte el no poner algo como pisapapeles -suspiró pesadamente- ¿Ammm, las recojo todas o las dejo a ver si por arte de magia se desintegran? -Y entoncés comenzó a tener un dilema filosofico mientras hablaba sola-  ¿Las recojo o no las recojo? Pero son muchas, ah... Entonces no las recojo. ¡Pero la tinta puede ser tóxica! -Se tomó del cabello asustada- ¿Y si la guardia costera aparece de pronto y me arresta por tirar basura? -Sus ojos se abrieron con tal dramatismo hasta que una pequeña risa broto de ella de pronto- Ok, con eso último si exagere, pero solamente un poquito. Bien, bien, recojeres mís hojas -y entonces se metió al mar para empezar a sacar la mayor cantidad de partituras posibles.

Era un calido y hermoso dia en Tempus, uno de los 3 reinos de Spirit Soul, y como cada mes, Aliodas iria a darle una rapida visita a estos lugares, tomandose un merecido descanso ( a pesar de ser un vago ) ¿y que mejor lugar para relajarse que en una refrescante playa? con el tranquilizante sonido del mar y la sensacion de los vientos pegar con el cuerpo, esto era el sueño de Aliodas y su pequeño acompañante Pentadragon, Aliodas no lo penso dos veces en irse de inmediato a un hotel que quedaba al lado de una playa. Rapidamente fue a registrarse en el mismo, sin darse cuenta de que habia gastado todo el dinero que tenia en objetos que supuestamente traen "suerte", lo que hizo que lo echaran rapidamente del hotel, pero esto no evitaria que se diera su merecido descanso en la playa, por lo que ideo un plan. Se escondio entre unos arbustos en la entrada del hotel y secuestro a un pobre hombre, robando su vestimenta, unos simples shorts con una tipica camisa hawaiana y su tarjeta, permitiendole el paso a Aliodas al hotel bajo el nombre de "Leonardo Apacho"

-Esto fue bastante facil, bueno... veamos quien soy segun mi nueva identidad -Comenzo a leer detenidamente la tarjeta que le habia robado al pobre hombre- A ver, Leonardo Apacho, soy hijo de un criminal, tengo dos hijos y una esposa, menudo tipo me ha tocado ser... de todas formas esta identidad solo sera por un tiempo hasta que decida volver a Spatium -Se guardo la tarjeta en su bolsillo, como acto seguido agarro a Pentadragon con sus dos brazos y comenzo a mirarlo fijamente- Dime Pentadragon ¿que deberiamos hacer ahora?.

-Graawwwrrrrrrrr -A pesar de solo poder comunicarse con rugidos, Aliodas entendia a la perfeccion lo que su mascota le intentaba decir, pues la sangre de Dragon que corria por sus venas le permitia tener esta habilidad de comunicarse con su pequeño amigo, quien le decia que buscara un buen lugar para comenzar a relajarse en esta calida playa.

Aliodas no lo penso dos veces y rapidamente se propuso a buscar un sitio para descansar, pero mientras este iba caminando pudo observar a lo lejos a una muchacha intentando recojer unas partituras en medio del mar, comenzo a combatir con su mente sobre ayudarla si o no, ya que no tiene ese deseo de ayudar a alguien como lo tendrian muchas personas.

-No creo que deba ofrecerle mi ayuda, igual, fue su culpa por no ponerle pisapapeles, mejor sigo mi camino -Decia Aliodas siguiendo con su camino hasta que Pentadragon se interpuso ante el, diciendole indirectamente que fuera a ayudar a aquella muchacha, presionado por la mirada de Pentadragon, Aliodas se vio a obligado a ofrecer sus servicios- ¿Siempre tienes que poner esa cara para convencerme de hacer algo?.

-Forzado por la mirada de su pequeño amigo, Aliodas rapidamente se adentro al mar y empezo a recojer algunas partituras que aun estaban regadas por todo el mar, una vez que recogio algunas fue a entregarselas a la joven, con un pequeño gesto de fastidio- La proxima vez deberias poner un pisapapeles ¿sabes? estas partituras pudieron haberse perdido para siempre en las aguas...

Se adentró por primera vez, al mar, sintiendo como el agua fría la mojaba de los pies hasta los tobillos, se había quitado los zapatos y calcetas y doblado un poco su pantalón- ¡Ah! ¿Por qué el agua del mar no es más caliente? -se quejo al sentir directamente el agua en sus pies descalzos, pero entre quejas y protestas se púso a recojer las partituras. Pero la sensación de la arena bajo sus pies, y el agua de mar que la refrescaba del intenso calor, hacía que no se arrepentiera de vivir ese momento, estar en la playa era mucho mejor que ver programas de televisión donde solo se podía ver paisajes de la playa pero no experimentarla.

-Tarara... -comenzó a tararear y cantar una canción mientras recogía la mayor cantidad que podía de partituras- My life in an upturned boat, marooned on a cliff... -detuvó su canción al instante en que escuchó una voz que le hablaba- ¿Ah? -se dió la vuelta para ver quien era esa persona, y púdo ver como aquella persona había ayudado a recoger el resto de las partituras que ahora le entregaba- Gracias. Lo sé, la próxima vez pondre un pisapapeles -extendió una mano para tomar las partituras que por lo mojadas que estaban se doblaban bastante, aún así junto todas las paginas que tenía- Con que las ponga al sol se secaran y... -pero no acabó de decir mientras sus ojos se posaban en la mascota del hombre desconocido- Que bonita mascota tienes -se acercó lentamente hacia el chico desconocido solamente para acercar una mano atrevida hacia la mascota que le acompañaba, y acariciarle sin antes haber pedido permiso, pero no solo le dió una pequeña caricia, por que encima se atrevió a tomar sin permiso al animal y comenzó a abrazarlo cual muñeco de felpa sin importarle si la criatura la atacaba por esa muestra de efusividad de su parte.

Y mientras seguía abrazando al pobre animal, abrió grandes los ojos cuando una idea le llego de pronto a la cabeza y devolvía al instante el animal a su dueño mientras su mirada cambiaba por una expresión llena de emoción- ¿Me tomarías una foto con tú mascota, pero así mientras aún sigo de pie dentro del agua? -no, no era una broma lo que decía, pues aún que no lo pareciera todo tenía mucha logica... al menos para ella. Pero aún que podía parecer que Tracy de demonio no tenía nada, lo cierto es que hace tiempo atrás y por suerte o por desgracia se enteró de que un día no muy lejano fallecería, y tras un largo proceso de análisis y aceptación de su situación, había llegado a la conclusión de que haría todo lo que quisiera y sin importar cuan raros fueran sus deseos, todo como muestra de aprovechar el tiempo que le quedaba antes de su futuro deceso-. O-oh... Di que sí, por favor, di que sí -sonrió como una dulce niña pequeña con la esperanza de que su capricho fuera cumplido- Si aceptas, te lo compensaré con... una entrada gratuita al concierto que daré esta noche en el bar de un hotel que esta cerca de aquí -al instante comenzó a buscar en los bolsillos de sus jeans para sacar su celular y una tarjeta del dichoso bar que mencionaba los eventos de esa noche, y por supuesto mencionaba a la banda de Tracy, y al reverso de la tarjeta venía la dirección del lugar-. Si te gusta la música rock, entonces te gustara -decia mientras le tendía su celular para la foto, y la tarjeta como compensación.

El peliblanco caminaba con parsimonia sobre la pasarela hacia el barco, con la cabeza inclinada hacia atrás, apoyada en sus brazos, que mantenía cruzados tras de si. Sonrió con picardía mientras imaginaba al pringado que estaría ocupando su puesto mientras él iba "a visitar a su madre enferma y moribunda". Desconocía quién era aquel que otorgaba las excedencias, pero consideraba que debían de despedirlo, pues era la quinta vez que Akira usaba el mismo truco. - El billete, por favor. - Una voz femenina tendió la mano al muchacho, era una azafata con el pelo corto y rubio, bastante mona, la verdad. El joven rebuscó en sus bolsillos durante un par de minutos. La azafata lo miró incómoda, daba la impresión de que no tenía billete, pero diría que los ha perdido para intentar colarse, aunque para su sorpresa, el chico logró sacar el billete de uno de sus bolsillos, aunque pegado a una piruleta. Akira agarró esta del mango y se la tendió a la muchacha, la cual agarró una de las esquinas del billete y tiró mientras se dibujaba en su rostro una expresión de disgusto. - Pu...Puedes pasar... - Dijo la mujer mientras intentaba despegarse el billete de las manos, que debido al caramelo del dulce, mostraba una feroz resistencia. Akira río con sorna mientras, una vez pasado el control, caminaba hacia el interior del barco. - Estas vacaciones van a ser deliciosas. - Y acto seguido puso la chuchería en su boca, riéndose de su propio chiste.
Akira pasó todo el trayecto del ferri dentro del buffet libre, al fin y al cabo, "todo lo que puedas comer" carece de significado si no te lo comes TODO, ¿no?

El desembarco fue calmado, la gente bajó en orden, admirando las paradisíacas playas llenas de arena pura y brillante, el precioso y cristalino mar, y el cielo soleado y cálido. El personal del barco se encargó de transportar el equipaje al hotel, aunque Akira solo iba a estar aquí un par de días, por lo que viajaba ligero.
El hotel no desentonaba con el paisaje, estaba hecho de troncos, como si fuese una cabaña de enormes proporciones, dándole un aspecto rústico acorde con el ambiente. O al menos lo parecía hasta que entrabas, el interior se trataba de una recepción, que aunque no era especialmente lujosa, parecía de gran calidad. El recepcionista le indicó su habitación con una voz sosa e insulsa, "pobre infeliz", pensó Akira, "alguien que disfruta su trabajo tanto como yo". Caminó hacia su habitación, esquivando a los turistas que se dirigían en dirección contraria.

La habitación consistía en una simple cama, un armario, y un espejo, estaba adornada con motivos tropicales, hojas de palmera, cocos, etc..., y desde la ventana se divisaba un solitario e imponente faro. - Unas vacaciones bien merecidas. Heh heh. - Dijo mientras cambiaba sus zapatillas por unas chanclas. - Esta semana tuve que atrapar a un ladrón y acompañé a una niña perdida a su casa, sin duda me he ganado un buen descanso. - Se puso un bañador de color azul y arrojó su chaqueta sobre la cama, quedando suspendida en el borde, tocando el suelo. Antes de salir agarró un enorme flotador amarillo, colocado de pie en el suelo este habría sido casi igual de alto que él, y salió por la puerta de la habitación rumbo a la playa.

En la puerta del hotel vio pegado un panfleto sobre un grupo musical, "Hell Frozen", aunque no lo conocía demasiado bien lo había escuchado alguna vez, debido a que uno de sus compañeros de brigada era un gran fan. Tal vez podría cambiarle una foto del grupo tocando en directo por un turno o dos... Tomó la decisión de pasarse a echar un ojo al lugar del concierto, de estar despierto para entonces, claro.
El camino hacia el mar fue corto, el beneficio de estar en primerísima línea de playa. Avanzó esquivando a los niños que correteaban persiguiendo pelotas, y a las alfombrillas y tumbonas que descansaban sobre la dorada arena. Tan pronto como sus pies tocaron el agua, una agradable calidez recorrió su cuerpo, tras lo cual lanzó su flotador al agua y se recostó sobre él, con los pies colgando por fuera, y los brazos tras la cabeza a modo de soporte para esta. Se estiró antes de entregarse al reconfortante abrazo de Morfeo.

Un picor en la nariz le hizo abandonar el mundo onírico, pero cuando dirigió la mano hacia su tabique lo que sus yemas sintieron no se trató de piel, al tacto parecía papel. - ¿Quién ha apagado el sol? ¿El exceso de azúcar me ha dejado ciego? ¡Eso me asegura una baja! - Exclamó mientras había los ojos, pero tras retirar el folio y observar de nuevo el mundo no pudo evitar dejar escapar un quejido de desidia ante la idea de volver a trabajar. Acto seguido giró la hoja, comprobando la escritura de esta, se trataba de una serie de pentagramas con varias notas, Akira comenzó a recitarlas, y para su sorpresa, el fragmento guardaba una melodía que ya había escuchado antes, y aunque intentó hacer memoria no pudo recordarla. Pero, ¿cómo había llegado esta partitura hasta aquí? El peliblanco echó un ojo a la orilla, donde pudo divisar a una muchacha joven de cabellos rojizos y a un muchacho, la chica tenía en sus manos varios papeles, y algunos parecían mojados, ¿tal vez esta partitura era suya? - ¡Eeeh! ¡Pelirroja! - Gritó el muchacho intentando llamar su atención, sin embargo, el oleaje lo había arrastrado demasiado lejos como para que esta pudiera escucharlo, por lo que dobló la partitura, la mordió, y comenzó a nadar hacia la orilla.

Una vez alcanzó la orilla el soldado se acercó a la joven. - Eh, papeles mojados. - Fue el apodo que dio a la chica. - ¿Esto es tu...? - Akira paró en seco al ver el rostro de la muchacha, la conocía de algo, pero donde... - ¡Eso es! - Exclamó tras un breve silencio. - ¡Tú eres del grupo ese...! ¿Hell Frozen? - Una maravillosa idea se le cruzó por la mente. Su compañero estaría dispuesto a cubrirlo durante una semana entera a cambio de un autógrafo de una de sus cantantes favoritas. - Conozco a un tipo que te adora o algo así, creo que colecciona fotos tuyas o algo así, no sé, no me meto en los asuntos de un sociopata. ¿Podrías firmarme un autógrafo para él? Se llama Joe. - Dijo manteniendo su perpetua sonrisa. - Ah. - Añadió finalmente. - Toma esta partitura, creo que te pertenece.

Se había perdido. Sí, sin duda alguna, otra vez se había alejado de su maestra, estaba demostrado que era un inútil para todo lo que se tratase de orientación si la voz dentro de su mente(la cual era en realidad recibida desde algún punto lejano del espacio) no le decía que debía hacer. Estaba en un lugar repleto de gente, algo que parecía para el un puerto o similar, no tenía mucha idea pero tampoco le importaba pues en ese momento ya estaba analizando todos los seres de su alrededor... era una desgracia, la mayoría daba negativo, aunque en un lugar publico su única opción aparente era seguir manteniendo su adorable aspecto de niñita peli rosa en unas vacaciones veraniegas. Pero todo cambió cuando uno  de sus análisis dio un resultado extraño, no podía identificar si era negativo o positivo y eso le inquietaba como ninguna otra cosa y estar lejos de su hotel no era algo primario ahora, dado que ya era habitual perderse y, de echo, no tenían hogar fijo pues él y su maestra eran nómadas. Sin dudarlo, el pequeño juguetito disfrazado de muñeca pasó entre la multitud con sus habituales -Kyah~- y -D-disculpe..- , con el objetivo claro de descubrir quien era esa persona que no daba señal correcta.

Después de observar la amargada cara de una recepcionista a la cual habían entregado, a ojos del pequeño muñeco, un dulce como billete. Pocos segundos después de dejar pasar a aquel blanco chico, y aun con aires de amargada, la chica notó algo raro en su visión, pero lo atribuyó a exceso de trabajo o de idioteces a las que tenía que someterse por su desafortunado puesto en una empresa de viajes de clase media con destinos turísticos a los cuales la gente iba despreocupada y con ganas de bromear.
En realidad, lo cierto es que lo que vio fue una pequeña hebra del largo y rosado cabello del muñeco, que con su habilidad de nacimiento cortó su visión hacia él, haciéndole incapaz de ver como el juguete pasaba ante sus narices dando un saltito que hacía ondear su hermoso vestido blanco junto con su enorme cabellera ,y un improvisada pamela que no se sabe donde consiguió.

No tenía asiento y claramente era alguien que llamaba mucho la atención así que decidió quedarse en uno de los pasillos del barco, eludiendo a la gente de la misma forma cuando alguien pasaba frente a él hasta que llegaron a su destino. Su objetivo salió calmadamente junto con los demás turistas, que parecían disfrutar mucho de sus inminentes vacaciones. Salió de los últimos del barco junto a una señora mayor, la cual a ojos de los otros seguramente fuese su abuelita o algo similar, y se dirigió a seguirlo rápidamente (pero sin perder un atisbo de su apariencia gentil y liviana). En un principio pensó en colarse en el hotel, pero al verlo algo difícil quedó parado dando vueltas alrededor del del mismo ,  desde un punto en el cual el recepcionista podía verle. -¿Que debería hacer ahora?-, le preguntaba a ... a ¿nadie? bueno, el caso es que obtuvo respuesta y quedó esperando cerca de la puerta. Su objetivo saldría rápido y pasaría cerca, quizás demasiado, y se dirigía rumbo a la playa que tenían justo enfrente.

Usando solo su análisis, y sin mirarle, para que no lo notase (no parecía alguien a quien te puedes permitir el lujo de subestimar), detectó el punto donde su objetivo se disponía a uno de sus misteriosos actos.. SÍ!, se disponía a .. Descansar. Pero esto era un problema... sin tema posible con esa persona, deducir si era buena o mala iba a ser  complicado, tenía que encontrar una manera de sacar algún tema o al menos de probar que era bueno de alguna forma, y sobre todo, de no desentonar con un vestido de invierno en medio de una playa paradisíaca.

Esto ultimo fue lo primero que  hizo, y es que en unos momentos ya había conseguido un tankini, uno que no dejaría saber su genero de no ser por alguna que otra pequeña, bueno, "pequeña" pista. -Oki!, camuflaje listo!-, exclamó a plena voz, aunque todos los de su alrededor pensaron que eran los simples juegos de una niñita en la arena. El muñeco corrió hacia el agua pasando medianamente desapercibido, y se sumergió tras un doble salto mortal con tirabuzón (este ya no pasó tan desapercibido para los bañistas.) que hizo bastante lejos de donde se encontraba el flotador amarillo de su perseguido. Salpicó poco, pues solo pesaba 16 kilos (por culpa de su material), pero fue suficiente para que uno de los pergaminos  flotantes de la chica peliroja volase en dirección a las fosas nasales de quien sino que el que menos tenía que notarlo. Por suerte para él, la usuaria de aquella fina arma cegadora  estaba en la orilla y él en el fondo del agua, por lo que le pasaron totalmente por alto
 
Creando una cola de sirena con su cabello, el muñeco nadó intentando no flotar, (lo que le era increíblemente difícil, y tubo que agarrar alguna piedra del fondo) hasta acercarse a la orilla donde aunque sin paciencia, intentó hacer como si saliese tranquilamente del agua, ajeno a los 3 tipos (4 si contamos al animalito) que estaban charlando, y quedarse escuchando lo que decían como si jugase con la arena.

Tankini Cute:

-Un concierto de rock?, me parece bien, de todas formas no tengo nada que hacer -Decia Aliodas mientras extendia su mano lentamente para agarrar la entrada al concierto que se iba a dar esta noche, hasta que un completo desconocido llego a la situacion, pidiendole un autografo a la pelirroja que supuestamente era una cantante de una banda llamada "Hell Frozen", pero rapidamente Aliodas pudo ver a lo lejos como un hombre ( a quien le habia robado su identidad ) buscaba al impostor ( Aliodas ) que se habia llevado su identidad y su vestimenta, acompañado de 2 policias que tomaban nota de lo que el original "Leonardo Apacho" estaba diciendo, preocupado, Aliodas se acerco a su pequeño dragon, llamado Pentadragon, y comenzo a susurrarle- Creo que deberiamos comenzar a correr...

-Grawrr? -Decia el pequeño dragon mientras veia a lo lejos al verdadero Leonardo Apacho- ¡¡Grawwwrrrrrrrr!! -Aliodas entendio a la perfeccion lo que su pequeño amigo intentaba decir. "¿Donde? ¡¡¡Corre Aliodas!!!", fueron las palabras de Pentadragon traducidas por la mente de Aliodas, quien rapidamente hecho la carrera, como si no hubiese un mañana, aprovechando que la pelirroja estaba distraida con el desconocido que habia llegado, desapareciendo rapidamente entre las sombras ( era de dia pero era sarcasmo ), pero sin antes llevarse la tarjeta de entrada al concierto ( estaba realmente interasado en ir al concierto ) y dejar una pequeña tarjeta en la mano de la pelirroja en vez de la entrada gratuita, la tarjeta decia:

"Servicios de Caza-Recompensas a cargo de Aliodas Canbrer, soy rapido, eficiente ¡¡y no cobro mucho!! si desea mis servicios llame al siguiente numero: 0101001110"

-Aliodas corrio, corrio lo mas rapido que pudo, como si no hubiera un mañana ( nadie lo perseguia pero el seguia corriendo ) hasta que, sin darse cuenta de lo que venia en el camino, se tropezo con uno de los policias que se estaba encargando de la busqueda del impostor que le habia robado su identidad a Leonardo Apacho, el policia rapidamente se volteo y le hizo una pregunto al joven Aliodas, quien estaba practicamente asustado sin poder emitir una sola palabra.

-Disculpe joven ¿has visto por aqui a un chico de cabello liso y ojos azu?... -Su interrogatoria se detuvo al identificar de forma inmediata el rostro de Aliodas- ¡¡¡Es usted quien le ha robado la identidad al señor Leonardo Apacho!!!.

No como cree?!! -Vio a su alrededor y visualizo un pequeño bigote falso el cual tomo y se lo puso en la cara intentando ocultar su identidad- ¡Yo soy el señor Fulanito Sinforoso! -Decia Aliodas temblando y sudando del miedo, esperando a que la situacion pasara pronto, de repente el policia se dio cuenta de su error ( a pesar de que Aliodas era el que le habia robado la identidad al pobre hombre ), pidiendo disculpas por la situacion y abandonando el lugar, Aliodas rapidamente se calmo y solo se sento en la arena, suspirando del alivio por la situacion, al igual que su pequeño Dragon- Eso estuvo cerca... ahora que perdimos a la muchacha ¿deberiamos ir a nuestra habitacion?.

-Grawwrrrrr! -Fue el rugido de respuesta que Pentadragon emitio hacia su cansado dueño, quien entendio que su pequeño amigo le estaba diciendo que vayaran a su habitacion y asistieran al concierto en la noche-.

-Tienes razon, de todas maneras le debo la foto a esa chica... -Decia mientras se comia un pequeño pedazo de pollo que habia robado de un almacen mucho antes de llegar al hotel, tipico del buen Aliodas-.

Seguía de pie junto al dueño de la mascota mientras mantenía su mano extendida hacia él, esperando a que este aceptara la entrada a su concierto para que le tomase la fotografía- Vamos, quiero inmortalizar este momento, y decir un día: todo es mas hermoso en las fotografías cuando yo salgo en ellas -pero apenas y terminó de decir cuando él dueño de aquel dragon le daba una tarjeta y echaba a correr como huyendo de algo- Ahw, se fue sin tomarme la foto -se puso triste un momento mientras miraba la tarjeta que le había dado aquel chico- ¿Caza-recompenzas? Interesante -entonces guardo en las bolsas de su jeans las cosas que tenia en su mano, pero una voz que la llamaba la distrajo de su tarea, se dió la vuelta para encontrarse con otro chico que también había ayudado a recoger sus partituras, pero lo que más había llamado su atención habían sido las palabras que le había escuchado decir: "fan" y "autógrafos"- Así es, yo toco el bajó en esa banda. Y dime... ¿En serio tengo fans? Ohhh. Me gustaría conocer un día a tú amigo para que me enseñe su colección de fotos que tiene sobre mí, quiero ver que tan hermosa me veo en esas fotos -decía mientras los ojos le brillaban de la emoción, pues era la primera vez que alguien la trababa así... Y tambié a veces pecaba de narcisista-. Me siento como toda una pop star -rió un poco mientras se imaginaba a ella misma en una alfombra roja y rodeada de paparazzis queriendo fotografíarla. Ante esa fantasia, suspiró de pronto cuando apreto sin querer las partituras recordando que estas habían quedado arruinadas, lo cúal la trajo de vuelta a la realidad.

-¿Perdón, qué decias? -preguntó cuando volvió en si, al chico que le extendía el resto de partituras que no había recogido- Oh, cierto, un autógrafo -recordó de pronto mientras tomaba las hojas que le daba aquel chico-. Gracias por ayudarme a recoger mis partituras. Si tienes papel y una pluma te daré mí autógrafo. Y por cierto, hoy habra un concierto en el hotel "Coral", esta cerca de aquí -penso en darle una tarjeta, pero solemente traía la que le había dado al chico que se acababa de ir-. Podrias traer a tú amigo, ya que dices que es fan mio, o podrias ir tú, no se -mientras decia aquello y como de costumbre, su mente trabajaba al mil por hora, y una repentina idea le llego de pronto a la cabeza-. Espera... ¿Tú dices qué tú amigo colecciona fotos mías, qué dices si te regalo una foto, pero a cambio deberas ser mí fotógrafo? Me tomaria fotos yo solita pero... quiero que salga completo el oceano de fondo. Espera, ahora vuelvo -quiso darle tiempo para que lo pensara mientras daba la media vuelta y caminaba hacia donde había dejado su bajó eléctrico tirado en la arena para colocar las dichosas partituras debajo del mastil del instrumento para no correr el riego de que les sucediera de nuevo algo a estas, y luego caminó de regreso hacia el chico topandose en el camino con una pequeña niña jugando en la arena, pero no se detuvo y siguió su camino hacia el mar.

Se metió de nuevo al mar, pero esta vez llegó hasta que el agua le cubrió las rodillas, y se volteó en la dirección donde se hallaba él chico- ¡Chico de cabello blanco! -llamó así al joven a falta de no saber su nombre- ¡Acepta lo que te propuse! -siguió gritandole a la distancia mientras le amenzaba con su super poder-. ¡Te advierto que se hinopsis! -entonces le lanzó una mirada intensa como si quisiera hinoptizarlo y comenzó a hablar con una voz muy teatral-. Yo te ordeno que seas mí fotógrafo y me tomes fotos frente al mar -pero por supuesto que ella no sabia nada de hinopsis- ¡Hay bueno, no se que hacer para convencerte, solo di que sí! -si los mismos demonios venidos del infierno vieran a Tracy así, sentirían vergüenza de ver como una de sus congenes se comportaba como una niña malcriada, pero eso no le preocuba a Tracy, muchas razones y circunstancias habian sucedido para que ella decidiera comportarse de la forma tan infantil que ahora mostraba.

Pero decidida a continuar con su plan de tomarse fotos frente al mar, sacó de nuevo su celular del bolsillo de su pantalón- ¡Atrapalo! -le gritó al chico y le lanzó su celular para que con el le tomase las fotos. Y Tracy decidida a no aceptar un "no" como respuesta, inmediatamente comenzó a posar colocando una mano en la mejilla con algunos mechones de cabello enredados entre sus dedos, y apoyando su otra mano en su cadera, mientras esperaba a que aquel joven no hubiese dejado caer su celular y aceptara ser su fotografo personal. En la espera de que iniciara su seción fotografica, se quedo mirando hacia la gente que se divertia en la arena, y ahí vió de nuevo a aquella niña que jugaba en la arena, la escena le pareció de lo mas tierna, lo que provocó que le sonriera con gentileza.

El albino vio como el muchacho echaba a correr como alma que lleva el diablo, dejando a la joven artista con la palabra en la boca, sosteniendo lo que parecía ser una carta o tarjeta. Sin darle más importancia a ese hecho de la que merecía, el chico continuó su entrada en escena. Para su sorpresa, la muchacha no se sorprendió antes las palabras de Akira, quien esperaba que esta se asustase al mencionar a su obsesivo compañero. - Eh... No, él no es mi ami... - Hubiera proseguido la frase, pero por por la risa que la pelirroja emitía pudo deducir que no le estaba prestando demasiada atención, por lo que simplemente permaneció en silencio frente a ella, contrastando con el vivo y ruidoso ambiente de la playa, y ofreciéndole las partituras, las cuales, tras volver la joven a su ser, tomó agradecida de sus manos, recordando acto seguido la petición del muchacho, la cual aceptó encantada, aunque había una cosa que Akira no había tenido en cuenta, no llevaba encima ni papel ni pluma. - Oh, pues lo cierto es que... - La chica continuó hablando, ofreciéndole ir al concierto que daban en un hotel, invitando también a su obsesionado fan y compañero de Akira, Joe. - Estoy seguro que Joe estaría dispuesto a cruzar el océano a nado por un concierto, pero hoy tiene que trabajar. Pero por mi parte estaré encantado de asistir. - Akira dejó escapar una risilla, en realidad hoy Joe libraba, pero al no poder ocupar su puesto "por cuidar de su moribunda madre" otro tuvo que trabajar por él, y este pobre desgraciado no era otro que Joe.  

Fue la pelirroja la que realizó una petición esta vez, le pidió al soldado actuar como su fotógrafo personal a cambio de una foto firmada para su compañero. Ya casi podía oler los días libre que obtendría a cambio de aquella foto. - De acuerdo. - Dijo encogiéndose de hombros. - Parece ser que tu hipnosis es bastante efectiva. Heheh. - La chica le lanzó su móvil mientras comenzaba a posar sin pudor alguno para él. Akira agarró el móvil con facilidad, una vez lo tenía en su mano derecha realizó una virguería, haciéndolo girar entre sus dedos para finalmente terminar en la palma, con un toque abrió la aplicación de la cámara y comenzó a tomar fotos de la muchacha desde diversos ángulos y planos. El peliblanco nunca antes había actuado como fotógrafo personal de una artista, bueno, tampoco de nadie que no lo fuero, pero, o bien porque no se le daba tan mal, o porque aquella chica era una de esas personas que las cámaras adoran, lo cierto es que estaba saliendo muy favorecida. - Recuerda que me tienes que firmar la foto - Añadió mientras sonreía y tomaba el mismo poses y posiciones extrañas, moviéndose a su alrededor para obtener las mejores tomas.

Spoiler:

Pese a esa "sofisticada táctica" de quedarse escuchando como un detective sus oídos no eran nada en especial, de echo pudo escuchar mas o menos redondeando la mitad de lo sucedido, eso si estaba consiguiendo una muralla de arena hermosa, con buenos detalles y hasta unas conchitas adornando el alrededor de las ventanas y la puerta. Toda una obra de arte sin duda, pero  con relación 0 hacia lo que intentaba. El caso es que uno de ellos se había marchado, y los otros dos habían hablado de un concierto, uno que se celebraría esta misma noche.

¿Podría intentar entrar como una niñita fan a la conversación?, si, pero tras levantarse de la arena, dejando atrás su fortaleza terrestre con una plumíta a modo de bandera ondeante recién colocada, notó que la chica que estaba siendo acaloradamente fotografiada, no era solo una famosilla, ¡sino que tenía aura de un demonio!. No es muy raro encontrar muchos tipos de criaturas demoníacas en el planeta de Spirit... pero por alguna razón, su instinto contra estas criaturas no se había percatado en lo mas mínimo hasta estar a solo un trozo de suelo (mojado) de ella,  y un análisis en este punto sería muy obvio, así que no podía hacerlo.

Eso aumentaba muchísimo más la curiosidad del muñeco, -Ohh! esto se pone emocionante!-, dijo para sí mismo, -Los demonios que me encontré  suelen tener un carácter bastante similar... ¿será una raza distinta?, que ilu!-, pensó mientras su ya habitual cara de felicidad, brillaba más de lo normal, dejando a relucir los corazoncítos en sus ojos. No importaba haberse perdido si iba a poder investigar a aquellas personas tan peculiares, aunque, debería hacer algo para no llamar la atención pues estar depie y contento en medio de la arena, con una sesión fotográfica justo a tu lado.. puede ser algo sospechoso, o al menos, así lo pensaba él.

Sus opciones eran o pedir las entradas como fan... o seguirles la pista. a lo que claramente eligió lo segundo, puede que pareciese un lindo acosador (literalmente), pero la verdad es que lo hacía para no tener que tratar con los guardias del concierto, o con la menor cantidad de gente posible (él en realidad no disfrutaba en tener que convertir en polvo a todo el que no le agradase, pero era como una obligación espiritual).

-¿Que opinas de esto?-, preguntó en voz baja al aire mientras se sacudía la arena de su bañador (no, esto no le hacía parecer más sospechoso ni nada... que va), a lo que pareció ser respondido por ese aire  con algo bastante neutral como un "meh" o un "bueno, ok", dada su reacción arqueando ligeramente una ceja.

Solo restaba seguirles el paso, así que por el momento continuaría su espionaje mientras comenzaba otro "castillo" de arena, esta vez al estilo de  princesas y dragones justo a la derecha del anterior.

Comentario personal:

-El dia se hacia eterno para Aliodas, cada minuto que pasaba parecia una hora para su pobre mentesita, ni siquiera meterse al agua le hacia perder la nocion del tiempo, asi que decidio perderse en sus pensamientos filosoficos, mientras flotaba acostado entre las tranquilas aguas de la playa, con Pentadragon durmiendo sobre su estomago. Era sorprendente como podia pasar por las aguas de manera tranquila, ya que habian varias personas nadando por el agua, niños jugando con pelotas, y bueno, las olas por supuesto (?-.

-Sabes? en cierta parte es raro... -Decia Aliodas intentando hablar con su mascota, la cual lo ignoraba (despues de todo estaba dormido)- Esa muchacha... no cabe duda de que era un demonio, lo reconoci por su olor pero... actuaba de una manera muy tranquila, normalmente un demonio tiene una actitud agresiva y salvaje, bueh... no debo preocuparme por ese tipo de cosas... -Lentamente cerro sus ojos con el motivo de darse una larga y merecida siesta, pero quien diria que seria tomado por sorpresa- ¿Oyes eso Pentadragon? suena como una gran... -Su oracion fue repentinamente interrumpida por una inmensa ola que arrastro a Aliodas por toda la playa, dejandolo tirado en la arena, al igual que su pequeño amigo-.

-*Coff coff* -Tosia mientras escupia algo de agua que se habia metido a su boca- Juro que la proxima vez llevare un flotador... ¿eh? -Se volteo a ver su espalda, visualizando un pulpo que se habia pegado a su parte trasera, Aliodas rapidamente lo despego de alli y lo lanzo al mar de una patada- *Suspiro* hoy a sido un mal dia, creo que la suerte no esta de mi lado esta vez... -Tomo a su mascota con sus brazos y comenzo a caminar por las orillas de la playa buscando algo nuevo que hacer, y a la vez vigilando para asegurarse que los policias no lo atraparan, todo parecia tranquilo, pero como dijo antes, esta vez la suerte no estaba de su lado, y esta idea se tomo en cuenta al tropezarse con una pequeña roca ( que magicamente aparecio sin razon alguna, ¿que cosas no? ) cayendo al lado de una hermosa muralla de arena muy bien detallada, la cual parecia haber sido hecha por una pequeña muchacha de cabello rosa (por suerte solo cayo al lado y no causo daños a la estructura)-.

-¡¡¿Pero que mi**** le pasa a mi suerte?!! -Decia con la cara enterrada en la arena. Aliodas rapidamente se levanto y comenzo a escupir un poco de arena, al igual que limpiandose el rostro, cuando termino, se dio cuenta que a su lado tenia una hermosa muralla con todo lo que necesitaba, ventanas, puertas, hasta el que vende tacos en la esquina estaba, en una version mini (?. Aliodas se quedo contemplando aquella maravilla y rapidamente pregunto a la joven que se encontraba haciendo otra estructura al lado de la muralla mientras apuntaba a la misma con su dedo- ¡Oye! ¡esta construccion es genial! me sorprende como alguien puede hacer algo tan maravilloso... ¡¡sin dudas deberias estar en un concurso de castillos de arena!!.

Tracy siguió haciendo poses frente a la cámara, a veces intentando verse lo mas atractiva posible, y en otras hacia caras graciosas sin importarle que perdiera el glamour, la cuestión era vivir el momento. Mientras hacia eso para nada se percató de las intenciones de aquella niña, y durante la sesión fotógrafica pudo ver como un bonito castillo de arena era erigido por la pequeña que le causaba cierta ternura. No es que adorase a los niños, de hecho su cara palidecía con la sola idea de imaginarse algo parecido a hijos, pero tenía una sobrina, y contra todo pronóstico, le enorgullecía ser tía de la primogénita de sus dos mejores amigos... bueno, aun que no compartiera sangre con sus amigos, eran su familia, a su amiga la conoció desde la infancia, y a su amigo lo conoció tiempo despues, pero gracias a Tracy ambos se conocierón y terminarón casandose, y cuando su hija nació, nombraron a Tracy como su madrina... Lastima que ella jamás podría cumplír eso, pues se marchó del infierno a los pocos días de que su sobrina naciera. Y si parecía muy extraño imaginarse a Tracy siendo una cariñosa tía, eso no era nada con la historia completa de la historia de amor de sus amigos... Pero esa es otra historia. En resumen, tras sus múltiples desaveniencias decidió seguir este consejo: Si la vida te da limones, haz limonada... y después búsca a alguien a quien la vida le de vodka, y haz una fiesta.

Y vaya "fiesta" que se estaba haciendo en ese planeta de Spirit Soul, se había convertido en la bajista de una banda de rock que comenzaba a ganar fama, y ahora era hasta reconocida por las personas, y que decir por el resto de sus logros en aquel lugar, la vida de soltera y de soledad le sentaba bastante bien. Quizás su actitud le podia dar cierta impresión a las personas, pero dar una clasificación justa a Tracy, no podia ser, no por el momento, quizás cuando pasase el tiempo y se revisase de nuevo la historia y sus acciones se pudiera definir a Tracy como: una anti-heroína de su propia historia, resultado de las circunstancias, de la educación recibida por parte de su familia, y de su decisión sobre como quería ser ella, si buena o mala, o ambas cosas ¿Y qué quería ser ella? Bueno, esa también es otra historia.

-¡Ok, ahora la última foto! -le gritó de pronto al chico, mientras posaba colocando sus manos dentro de los bolsillos de los jeans, y dejando que la brisa marina la despeinase, solamente para salir lo mas natural posible en la foto, con una lijera sonrisa despojada de toda coqueteria como lo hizo en las anteriores fotos, y sus hombros levemente caídos sin ningún atisbo de soberbia, eso hacia que su atuendo que llevaba de la blusa de tirantes color verde menta y sus jeans azules se vieran aún mas simples, pero ese era el efecto que ella búscaba, verse tal cual era-. ¡Eso es todo! -le dijó y caminó hacia la arena hasta donde se hallaba el joven- Muchas gracias por las fotos -dijó cuando al fin estuvó frente al chico-. Si quieres puedes revisar las fotos y elegir la que quieras para después dartela con mí autografo. Te doy tiempo para que las revises -entonces dió la vuelta y dirigió sus pasos a cierto castillo en la arena.

Con tranquilidad se puso en cuclillas frente a los dos castillos y se mantuvó en silencio por unos segundos esperando no importunar a nadie, y al cabo de un momento se atrevió a irrumpír el silencio con su voz denotando tranquilidad-. Son muy lindos tús castillos -y lo decia en serio, ademas de que era la primera vez que veia tal cosa, todo en el infierno era tan distinto a Spirit Soul.

Tras ese breve momento con aquel "muñeco" y no sabiendo que más hablar pues no sabía como hablar con los niños, terminó de admirar los castillos antes de que estos sufrieran algun percance, y en completo silencio simplemente se pusó de pie para ir con él chico de cabello blanco-. ¿Ya elegiste la foto? -preguntó estando ya a su lado- La imprimiré cuando vaya al hotel y te la entregó cuando termine el concierto. ¿Estás de acuerdo? -en lo que esperaba su respuesta, un pensamiento le llego de pronto a la mente, y al instante revisó el reloj de su muñeca que indicaba las tres cuarenta de la tarde, ante eso se pusó en alerta, pues tenía varias cosas que hacer antes del concierto, y lo más urgente era arreglar sus partituras para que se vieran lo más presentables posibles para que nadie de sus compañeros de la banda, ni del público notasen tal cosa, aún que bien podria solo sacar unas cuantas durante el concierto, ya que se sabía de memoria varias canciones.

Esperó un poco a que le indicase que foto eligió para poder tomar su celular e ir rápidamente por sus cosas, que había dejado en la arena y dedicarse a guardar su bajó en el estuche, después se puso los tenis, y al final se colgó del hombro su instrumento y llevó el resto de sus cosas entre sus manos, pero justo antes de irse volteó a ver al chico-. ¡Oye, no tengo entradas para el concierto, pero si ves que no te dejan pasar, solo di que búscas a "Cherry". ¿Por cierto, cómo te llamas? -terminando de decir eso se fue corriendo de la playa hacia el hotel, donde al llegar inmediatamente puso a secar sus partituras mientras que salía a comer un poco y de paso hiba a imprimir la dichosa foto, para después de eso regresar a su habitación y se ponerse a practicar una última vez con su bajó, y cuando terminó de practicar comenzó a arreglarse para el concierto.

Salió de la habitación cuando terminó de arreglarse, hiba con el celular pegado al oido mientras llevaba el amplificador con un poco de trabajo ya que tenía colgando del hombro el bajó eléctrico, y los tacones que se había puesto dificultaban un poco las cosas-. Si, ya no tardo en llegar, llego en diez minutos -dijó por el celular al lider de la banda que le había marcado en el momento en que el resto de los integrantes de la banda llegaban al hotel.

Pero al cabo de unos veinte minutos al fin llegó Tracy al bar del hotel, y se reunió con sus compañeros que ya habian comenzado a instalarse.

Dió un saludo general a la banda, mientras que uno de sus compañeros dejaba lo que hacia y se le acercaba para saludarla- Cherry, hoy te vestiste muy sexi -había sido Derek el baterista quien saludó de esa manera a Tracy que llevaba puesto unos jeans de vinipiel ajustados, un top negro y encima una chamarra negra de piel, y unos bellos tacones combinando con el resto del atuendo donde predominaba el negro, y solamente contrastaba con el labial rojizo de sus labios y el del su propio cabello que había decidido dejar suelto.

Ante ese saludo de su amigo, Tracy soltó una risita divertida para luego reclamarle- En primera, no me llames Cherry, odio ese apodo, y me llamo Tracy; y en segunda, ayúdame con estas cosas -le paso sus cosas a su compañero quien no solo la ayudó a cargarlas si no que también la ayudó a instalarlas, mientras tanto el resto de la banda seguían instalando sus instrumentos en el escenario, Lydia con el piano; William él vocalista y también guitarrista, se dedicaba a probar el microfono; y por último Victor, él guitartista principal afinaba su guitarra eléctrica.

De pronto en el local que ya comenzaba a llenarse, el anunciador dió la primera llamada para el concierto, ante eso, Tracy se apuró a afinar por última vez su bajó eléctrico, para poder dejar todo preparado y entonces bajar del escenarió y caminar hacia la entrada con cierta foto que llevaba en las manos y también con la esperanza de ver a quienes había conocido en la playa.

Atuendo de Tracy, y comentario de la usser.:

Akira prosiguió con su labor de fotógrafo personal de la en apariencia joven estrella, capturando cada escena que la muchacha representaba para el objetivo de la cámara. El de iris blancos no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa ante la energía y buen humor que emanaba la modelo, aunque no se trató de la sonrisa sarcástica que siempre permanecía en su rostro, no, esta vez era una sonrisa sincera, aunque tan pronto como se percató de la forma que dibujaban sus labios esta desapareció, dando lugar a un semblante más serio que de costumbre. Torció el labio mientras tomaba las últimas fotos, intentando reprimir el recuerdo de la última vez que había sonreído de una forma tan natural como esta. La voz de la pelirroja pronto sacó al albino de sus cavilaciones, esta le indicó tomar la última foto, se trató de una toma más natural que las anteriores, en la que la chica posó sin poses forzadas ni expresiones falsas. A Akira le fascinó la naturalidad de este último encuadre, tras el cual la artista finalizó la sesión fotográfica e indicó al de cabellos blancos que eligiese la foto que iba a darle a su compañero mientras ella se dedicaba a hablar con una niña que se encontraba haciendo castillos de arena a su lado.

- Umh... - Dudó el muchacho cuando la música le preguntó acerca de su elección. Sin estar realmente seguro respondió pues. - La última le encantará, cualquiera puede conseguir una foto con una pose forzada, sin embargo, algo tan natural no es algo común. Creo. - Se encogió de hombros mientras devolvía el móvil a su legítima dueña, la cual le indicó que le entregaría la foto firmada tras el concierto. La muchacha se dispuso pues a recoger su bagaje de vuelta al hotel, no sin antes indicarle a Akira por quién debía preguntar para entrar al concierto, así como preguntándole su nombre, pregunta a la que respondió con simpleza. - Akira. - Y le dijo finalmente adiós llevando los dedos índice y corazón a la sien y estirando el codo a la par que realizaba un ademán con la muñeca, en señal de despedida.

Un golpe seco captó la atención del albino, quien al girarse pudo observar como un torpe caminante chocaba de bruces contra el suelo. La visión del desconocido tosiendo y esputando arena llevó al muchacho a reírse de forma burlona mientras arqueaba las cejas, sorprendido por la torpeza del hombre. - Este sí sería un buen momento para sacar una foto. - Hundió el dedo en la llaga con sorna mientras caminaba en su dirección. Además pudo observar a alguien más, se trataba de una pequeña niña, largo cabello rosado y manos manchadas de arena, una visión que provocó que duros recuerdos aflorasen.

El humo y el fuego ya habían inundado la habitación cuando Akira se introdujo a través de la ventana, descolgandose previamente por la cornisa del patio exterior, la puerta no era una opción, pues parte del pasillo que daba a la habitación había colapsado. En el lado opuesto de la habitación se encontraban una niña pequeña y su hermano, el cual estaba atrapado entre escombros llameantes, Akira saltó a través de las llamas, rodando por el suelo para apagar las llamas que se habían pegado a su pijama. - ¿¡Estáis bien!? - Esa era una de aquellas preguntas estúpidas que hacemos cuando no sabemos como reaccionar ante los hechos, ¡el mayor estaba atrapado bajo una viga del tamaño de una farola, y la pequeña estaba a punto de morir ahogada, claro que no estaban bien! El pequeño comenzó a tirar de la viga, intentando levantarla con sus manos desnudas, el fuego y las astillas hicieron que sus manos se plagasen de quemaduras y heridas, aunque siquiera se planteó desistir hasta que la pequeña, de cabello rosado, comenzó a toser y a perder el equilibrio, Akira la sostuvo, inmóvil, mientras clavaba sus ojos en el hermano mayor. - ¡Lárgate de aquí! ¡Llévatela! ¡Estaré bien! - Repetía una y otra vez el muchacho frente a su amigo y a su hermana. El peliblanco no supo realmente cómo reaccionar, y no fue hasta que el joven le advirtió con lágrimas en los ojos que nunca lo perdonaría si dejaba a su hermana morir que cubrió a la chica y atravesó el mar de llamas hasta la ventana, cruzándola de un salto y clavando las aún débiles y pequeñas falanges de su mano derecha transformada en garra en la cornisa inferior mientras con la izquierda sostenía contra su pecho a la pequeña.
Una brutal llamarada atravesó la ventana, haciendo estallar los cristales que crearon esquirlas de las que Akira tuvo que proteger a la pequeña con su propio cuerpo.
Tras aquel fatídico día todos los habitantes de la mansión se dispersaron, y aunque Akira trató de proteger a la pequeña, la falsa idea que había aflorado en la mente de esta sobre la muerte de su hermano hacía culpable a Akira, al haberlo abandonado a su suerte. Una semana después Akira encontró un pequeño cadáver pelirrosa en un callejón, maltratado y cubierto de nieve.

El perezoso soldado limpió la lágrima que se había formado y bajado hasta su mejilla con la palma de su mano izquierda, retomando la hastiada expresión que acostumbraba a exhibir. Caminó en dirección a la niña y al hombre que parecía mostrar un interés desmedido en las construcciones de la pequeña. - Vaya. Estás hecha toda una artista, ¿cierto? - Comentó mientras en sus ojos se mostraba un atisbo de melancolía. - Pero tampoco te esfuerces demasiado... No vaya a ser que alguien eche por la borda tu trabajo y este sea en vano. - Esta última frase la escupió como si intentase autoconvencerse de su certeza. Acto seguido se dispuso a dar una palmada amistosa en la cabeza de la cría como Abuelo hacía con él cuando este realizaba una buena acción.

Spoiler:

-Oh! ¿usted cree que es tan bueno señor?, g-gracias!-, respondió con tono alegre y despreocupado a lo que el desafortunado chico le comentaba sobre su expontanea obra de arte que de una forma u otra estaba actuando más como atracción que como elemento "común" para pasar desapercibido. -C-creo que me pasé un poco... nunca vi un castillo de arena real, pensé que serian algo así, ups-, murmuró para si mismo aguantándose las ganas de preguntarle como sabía la arena al chico de cabello negro mientras todos comenzaban a acercarse peligrosamente a su alrededor. Definitivamente, la opción de no ser notado se había escabullido entre los granos de arena y sal.

Con todo esto el análisis era algo fuera de lugar y sin él no tenia conocimiento alguno de como juzgar si alguien era malo o bueno, nunca lo había intentado al menos, y la voz tampoco sabía como hacerlo. Tras ver a su primer objetivo reirse de la desgracia de la persona torpe, en primera instancia pensó que podía ser alguien malo, pero tras cruzar miradas con él, hubo un pequeño instante, un momento, en el cual su aura fue totalmente distinta, lo que chocó con su prejuício de hace tan solo unos segundos. El mismo en cuestión le dirigió la palabra, o mejor dicho las palabras, y unas de elogio hacia su construcción seguidas de otras con un significado difícil a las cuales con su poco entrenada capacidad de comprensión ajena, le costó discernir si implicaban una advertencia o un consejo.

-O-oh! tendré cuidado!-, respondió como acto reflejo, pues hacer caso a lo que te dicen siempre es más adecuado cuando quieres no levantar el ánimo de la situación hacia un punto desfavorable. -Usted es muy buen fotógrafo!-... esas palabras fueron algo erróneas puesto que se supone que él era ajeno a la situación de su alrededor, lo que claramente era al contrario pues había estado atento a todo lo sucedido, hasta era consciente de que un cangrejo había pasado 2 veces cerca del punto en el que se reunían todos.

Llegados a esta punto si quería seguir con su investigación tendría que usar otras tácticas, aunque en realidad, más que por su "trabajo", lo que estaba consiguiendo era adentrarse en un ambiente del cual no sabía y por instinto quería conocer más. -Señor!, señor!-, repitió justo tras comentar lo anterior. -¿Sois una banda?, se que esta mal escuchar pero no pude evitar ver a la chica linda posar y hablar de algo de ese tema!-, preguntó con su habitual e  infantil voz sin ya saber mucho con que intención más que la de conocerlos más.

Mientras hablaba construía un pequeño puente que conectaba su muralla de arena a un torreón extra el cual estaba construyendo sin mirar, algo bastante peculiar.

Nota:

Y desde hace unos dos años que se formo la banda Hell Frozen, y a pesar de sus altas y bajas, poco a poco la banda se había hecho famosa. Aquel grupo de rock había sido fundado por dos demonios, Tracy como la bajista, y Derek el baterista, ambos se habían conocido un día mientras Tracy buscaba un departamento que estuviese cerca de la academia de Tempus, y el departamento puesto en renta pertenecía a Derek, y ahí surgió su amistad, y conforme a la similitud de intereses, ambos decidieron formar la banda Hell Frozen. Posteriormente y mediante un anuncio publico, se unieron: Lydia como la pianista; y el vocalista y también guitarrista: William; y él último en unirse fue Víctor, profesor de música de Tracy, el guitarrista principal que termino uniéndose al grupo mas por petición de la chica que por voluntad propia, el era uno de los contactos a los que la chica podía acudir cuando necesitase ayuda en aquel planeta de Spirit Soul y que había sido recomendado por un amigo en común, Edwin Lamarck, un viejo amigo tanto de Tracy como Víctor. Pero aun que el guitarrista al principio se negaba a pertenecer a la banda, al final lo hizo, aun que últimamente este había estado mencionando a sus compañeros y amigos que la dejaría, y esa noche cuando se diera el concierto en el hotel Coral, se anunciaría su retiro y dentro de poco organizarían audiciones de guitarristas para suplir la vacante. Pero también había otros integrantes que también pensaban en algún día retirarse, pero por el momento la vacante más urgente era la de Víctor.

Y aun que la noticia de la salida de uno de los integrantes aun no se hacia publica, al parecer desde hacia unos días había comenzado a circular el rumor sobre la salida de Víctor, cosa que ahora mismo una pareja de casados y su pequeña hija que habían ido de vacaciones a la playa comentaba tal rumor de la dichosa banda.

-¿En serio, se saldrá Víctor? -pregunto la mujer a su marido.

-En verdad -le contesto el hombre mientras caminaba junto a su esposa y su hija justo en medio de los dos.

-Que mal, espero que eso no afecte al grupo. Pero de cualquier forma, espero que toquen nuestra canción favorita... -y así continuaron hablando mientras caminaba por la orilla de la playa mientras pasaban junto a un grupo de personas que casualmente recién habían estado en presencia de una de las integrantes de la tan sonada banda de rock.

Por lo visto Hell Frozen comenzaba a tener cada vez mas fans, y no solamente aquella pareja en la playa, pues cuando cayo la noche y el bar del hotel abrió sus puertas para que la gente comenzase a entrar a escuchar a la banda, el bar comenzó a llenarse bastante rápido. Y todo un mar de gente fue lo que tuvo que atravesar Tracy cuando se acerco a la puerta de entrada buscando a quienes había conocido en la playa, les había mencionado su apodo por si acaso no podían entrar al bar, y mientras esperaba en la entrada se acerco a ella uno de sus compañeros a hablarle-. ¿Qué haces? -era Derek quien se había acercado a Tracy para hablarle.

-Espero a unos amigos -los llamaba así por que a pesar de apenas conocerlos le parecían agradables.

-Ah… por eso estas contenta hoy. ¿No?

Tracy solamente asintió con la cabeza.

-De acuerdo, pero no tardes mucho, recuerda que debes cumplir nuestra apuesta -A Tracy le encantaba hacer apuestas, y la apuesta que hizo con Derek trataba de que si Tracy se atrevía a disfrazarse de Darth Vader y así vestida debía tomarse cinco fotos si no la hacia ella le debería una cena a Derek. Quizás no era un gran reto, pero sin duda le resultaba divertida la apuesta, y sin duda prefería hacer eso en ver de invitar a cenar a su amigo.

-No he olvidado la apuesta, y por supuesto que lo haré -le dijo mientras veía que su amigo se iba.