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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
Había seguido los rastros de la misma desde hacía ya unas semanas, llevándole hasta la calurosa, concurrida y pecaminosa (Sobre todo pecaminosa) ciudad de Rihm. Era por esta razón que caminaba entre una gran multitud, siguiendo a una distancia prudencial a aquella mujer que parecía no haber notado su presencia.
-Vamos Alex, no eres tan bueno, ve con cuidado… -Murmuró para sí mismo en voz baja mientras dejaba escapar una bocanada de humo observando a la muchacha doblar en la esquina más próxima, siguiéndole el de cerca por detrás. Sin embargo, cuando por fin hizo lo mismo que ella, esta había desaparecido.
-¿Pero que diablos? ... Parece que el ratón ha descubierto que es la presa… “Definitive blue eyes” –Musitó el cazarecompensas haciendo uso de su habilidad, otorgándole esta la habilidad de desarrollar unos reflejos inigualables, además de la posibilidad de ver a 360° y sin ángulo ciego, a una inmensa distancia de varios kilómetros. Aun así, un fue capaz de hallar a aquella mujer de cabellos oscuros que parecía haberse desvanecido en el aire, por lo que desactivó su habilidad rapidamente.
-Vaya mujer habilidosa, debe de estar oculta detrás de algún muro… Inteligente, pero seguiré casándote hasta encontrarte… -Afirmó Alex dando media vuelta para finalmente regresar al motel de mala muerte donde se hospedaba. Acercándose hacia la ventana para poder fumar tranquilamente, observando el panorama de aquella ciudad subterránea y cuya temperatura elevada hacía sudar al alquimista de la gélida tempus.
-Si sigues así terminarás cocinándote antes de atraparla Alex. Será mejor que inventes algo rápido… -Afirmó para sí mismo.
Y no era que tuviera algo particular en contra de aquella mujer, no la perseguía por ser revolucionaria ni mucho menos. Simplemente había un buen pago por su cabeza, y él deseaba cobrarlo. No había mayor cuestión que aquella, la vida era sumamente simple en ese aspecto para Svyatoslav. Cazaba lo que deseaba cuando lo deseaba y nada mas.
Tras una o dos horas en aquella habitación, finalmente observó su reloj. Decidió que lo mejor sería echarse una siesta, por lo que comenzó a quitarse la camisa dejando ver su cuerpo marcado y trabajado en gran medida. Nada desmesurado, simplemente estaba en forma, por cuestiones de facilidad laboral y porque entrenar era algo que le desahogaba como ninguna otra cosa. Colgó en aquel momento su camisa sobre el respaldar de la silla más cercana y con un cigarro en la mano se dejó caer sobre la cama. Apagó la luz del velador y terminó de fumar aquel cigarrillo con tranquilidad, para finalmente caer en un profundo sueño en el que nada particular se presentó, seguramente lo interesante sucedería en la vida real.
Re: Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
Sacudió la cabeza, debía despejarse y alejarse del lugar antes de deprimirse nuevamente, sobre todo porque un pequeño mosquito no dejaba de perseguirla desde hace unos días. María había tardado un poco en detectarlo, quizás llevaba más tiempo siguiéndola, pero sus agudos sentidos no funcionaban cuando se encontraba rodeada de tanta gente, porque los olores y sonidos se entremezclaban, confundiendola en su totalidad, aún así debía buscar la manera para perderle de vista. Suspiró por segunda vez en el día, observando el cielo, que más bien era un montón de tierra comprimida.
—Quiero volver a casa— susurró la morena, el motivo por el cual se encontraba ahí era porque debía encontrarse con un cliente, un viejo del gobierno que le pidió un trabajito a cambio de entregarle letreros con recompensas de los nuevos miembros revolucionarios, los cuales aún no eran repartidos por los tres reinos —No puedes dudar, María, tus compañeros te necesitan— se dijo a sí misma, no sabiendo cuantos suspiros se escaparon de sus labios en ese momento.
Antes de encontrarse con su tan "ansiado" cliente, María debía perder de vista al perseguidor, no sin antes haber captado el singular aroma que desprendía. Vio su oportunidad de perderlo, dando vuelta a una esquina y encendiendo su sangre rakshasa, aquella que la convertía totalmente en una felina, aumentando su agilidad drásticamente, una velocidad superior a la de muchas razas, solo compitiendo con lycans y seres alados. Seguramente esa noche le haría una visita, como los espíritus de la navidad a Scrooge.
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Se acercó sigilosa donde el aroma la encaminaba, pasando facilmente el lobby del hotel. El olor se hizo más potente al detenerse en el pasillo, acercandose a la zona donde podía percibirse con mayor facilidad. Desenfundó su katana, empujando la puerta frente a ella con su pie izquierdo sin bajar la guardia, un tanto sorprendida al percatarse que estaba abierta.
—Descuidado— masculló la morena, adentrándose en la habitación con suma lentitud. Ahí le miró, recostado sobre la cama... con el torso desnudo. María enrojeció con violencia, apretando el mango de su katana con ambas manos, ¿Acaso era un pervertido? —Mi perseguidor... es un exhibicionista, no sé si asustarme o sentirme halagada— soltó ruborizada, si bien ella fungía como prostituta, pero esa era la primera vez que miraba el pecho desnudo de un joven... el miserable destino de solo tener ancianos como clientes.
Se colocó a lado de la cama, permitiendo que el filo de su katana rozara el masculino cuello —Debería acabar contigo ahora— dijo fríamente, elevando la katana con su mano derecha, realizaría un corte perfecto y limpio. Una tajada sería suficiente.
Re: Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
-Te oí entrar, un soldado jamás duerme durante una cacería. –Aseguró haciendo más presión en la articulación de la muchacha para finalmente colocar su revolver sobre la cien ajena. –Lamento el golpe, generalmente intento no dañar a las muchachas bonitas. Pero teniendo en cuenta que quisiste cortarme el cuello creo que estamos a mano. –musitó Vladislav observándole fijamente.
–Tienes cinco minutos para darme una razón por la cual no entregarte y cobrar tu recompensa. –Afirmó con ímpetu el azabache. Aquello era algo típico de él, no encerraba a la gente que no creyera culpable de algún crimen, sabía que el gobierno era corrupto y habían algunos casos en donde cobrar las recompensas no sería gratificante. Pero para su suerte, Alex era su propio jefe y solo entregaba a los criminales que deseaba. Eso no lo haría un legendario caza recompensas, quizás hasta le lleve a la cárcel en alguna ocasión, pero poco le importaba.
-Me pregunto si tú me hubieras perdonado la vida de estar esto al revés… -Soltó Alexander mientras tomaba un par de esposas de debajo de la almohada y las colocaba de un extremo a la muñeca de la fémina y del otro al respaldar de la cama de hierro. Finalmente fue hasta la cocina a buscar una silla, la cual colocó al revés y se sentó en la misma, ubicada a los pies de la cama. Su destructivo revolver X .130c le acompañaba como siempre. Entre sus labios colocó un Malboro, lo encendió y clavó su dominante mirada sobre la mujer esperando la respuesta ajena.
Re: Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
Sostuvo la mirada del hombre firmemente, sintiendo el frío revolver tocar su sien y a pesar de estar en completa desventaja ella no presentaba ni un poco de miedo, ni una sola pizca de arrepentimiento. Suspiró pesadamente, aquello comenzaba a ser molesto, pero si no era ella quien se acercaba, ¿cuánto más hubiese tardado el pelinegro en hallarla? Jugar al gato y al ratón no era del todo divertido. Bajó la mirada un momento, encontrándose de frente el muy bien formado torso del varón, enrojeciendo visiblemente por tal vista, terminando por removerse un poco debajo de él.
—No tengo nada qué decir a mi favor— soltó ella, desviando finalmente la mirada —pero si puedes ponerte algo encima, entonces podriamos hablar de manera civilizada— susurró la mujer, sintiendo el frío metal de las esposas siendo colocado en una de sus muñecas. Sonrió al verle alejarse, esperando que pudiera ponerse un poco de ropa.
En ese pequeño lapso entre la ida y el regreso del varón, María se dedicó a observar el techo en vez de buscar alguna forma de escapar, pero no sería capaz de destruir propiedad ajena, ¿en serio era tan buena? Cuidaba a los huérfanos por orden su jefa quien siempre se encontraba ocupada con cosas de la revolución; a su jefe no le veía seguido, quizás para entregar algún reporte sobre el éxito de una misión o sobre el estado en el que la ciudad se encontrara. Eran personas a las cuales no podía molestar en ningún momento. Los compañeros con los compartía mismo rango eran personas con las cuales no tenía conversación alguna, quizás porque en lugar de divertirse, prefería pasar su tiempo libre vigilando y ayudando. A pesar de todo eso, ella solía considerarse inútil.
El hombre regresó con una silla, María jaló la falda de su vestido al sentirla un poco corta, sintiéndose sumamente idiota por vestir de esa manera, aunque era un asesino ¿no? No tenía interés en esas cosas ¿no? Y por acto reflejo, ella le lanzó una almohada con su mano libre, apretando los labios con firmeza intentando disimular su rubor.
—¡Pero si eres descarado!— gritó molesta —¿No puedes ponerte una camisa? ¡Ponte algo!— si tuviera otra almohada definitivamente se la hubiese lanzado —No pensé que mi acosador sería tan pervertido— murmuró la mujer, recargando la cabeza en el hombro derecho.
Observó de reojo al pelinegro, pensando en la pregunta que le hubo hecho antes de ponerle las esposas, suspirando de nueva cuenta —En realidad no tenía pensado matarte— comenzó, observando la derruida ventana con atención —me detuve, después de todo tú no me has hecho nada— permitió entonces que su brazo izquierdo descansara sobre su vientre, no perdiendo de vista el movimiento de la ventana al pasar camiones de carga cerca de ahí —yo no asesino aunque me lo ordenasen... pero aún así no deberías perdonarme, para unos soy de los malos pero para otros soy de los buenos, ¿no es así?— preguntó, sonriendo ampliamente, como si sintiera que en algún momento de su vida hiciera lo correcto, aunque lo bueno y lo malo en un mundo que luchaba sin parar... eran cosas que se entremezclaran.
Re: Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
-¿Así que no me matarías? Puede que sea cierto –Musitó mientras alzaba una ceja desde donde estaba. –Pero eso es lo que diría cualquiera persona para librarse de esta situación. –Tras esto el pelinegro se recostó sobre el respaldar de la silla colocando uno de sus pies sobre el soporte de la cama. Escuchó con atención lo dicho por la mujer y no pudo evitar soltar una risa burlona. -¿Qué no matarías ni aunque te lo ordenasen? ¿Acaso crees que soy idiota mujer? … Déjame explicarte algo que todos saben y tu probablemente sospeches. No hay tal cosa como no matar, cuando la situación lo amerita, cuando no hay otra salida, cuando debes escoger entre salvarte tu o que se salve un maldito que seguramente tiene pensado hacerte lo que muchos ya te hacen… -Musitó Alex haciendo alusión al oficio ajeno. –Entonces, en ese momento, dime tu si no apretarás el gatillo que salvará tu vida. Además, llevas una espada contigo ¿no? Tus actos no son congruentes con tus palabras. –Atinó severo y filoso el muchacho para luego quedar en silencio un rato y dar otra calada al rubio entre sus dedos. En aquel momento el joven pudo notar la atención que ponía la contraria sobre la ventana. Si pensaba escapar, estaba equivocada. Se puso de pie y se recostó contra el marco de esta.
Suspiró.
-Por otro lado, no me interesa lo que piensen los demás. Ellos no están aquí. El gobierno es corrupto y autoritario, las bajas le importan un carajo mientras ellos mantengan el poder. Lo mismo va con los revolucionarios, en su ambición por hacer caer el orden establecidos están dispuestos a derramar cuanta sangre se necesite. Aquí no hay bandos buenos muchacha, solo hay escoria. Como mucho, gente buena en bandos malos… No lo sé, hoy en día todo es mucho más complicado que antes. Pero creo que no me queda otra opción que entregarte a las autoridades, si te buscan, por algo ha de ser. –Afirmó Alexander mientras se ponía de pie y se acercaba a la fémina, para sentarse a su lado y mirarle a los ojos directamente, muy de cerca. –Intenta algo extraño y pagarás por ello, mantente tranquila y todo saldrá bien. –Afirmó el cazarecompenzas mientras quitaba las esposas de la cama y se la colocaba a sí mismo en la muñeca, dejándolos a ambos unidos.
-Bien, dame tu mano… -Dijo el muchacho poniéndose de pie y comenzando a acercarse a la puerta mientras entrelazaba los dedos con la muchacha. El lugar estaba lleno de revolucionarios, lo mejor sería pasar desapercibido. –Entiende bien esto, abandonaremos Rihm hoy mismo y mientras estemos aquí seremos una bonita pareja feliz. Nadie sospechará nada… ¿Entendido? –Inquirió el mayor antes de abrir la puerta, clavando su afilada mirada sobre la contraria.
Re: Pasos urbanos en la ciudad de rihm [Priv. María Sforza]
—Tu cerebro es demasiado pequeño para comprenderlo— dijo burlona, respondiendo a sus últimas palabras cuando el varón se situó justo en el marco de la ventana. Suspiró al mismo tiempo que el pelinegro, arrugando la nariz por tal sincronía, prefiriendo desviar la mirada nuevamente al techo, intentando formar una figurilla extraña con las manchas que lo adornaban.
Y de nuevo empezaba con su algarabia, cosas que ella sabía perfectamente, cosas que no eran necesario repetirle, ¡Ella no era tonta! Conocía a la perfección todo aquello que los revolucionarios hacían, inclusive vaciló sobre si seguir siendo miembro de la revolución o convertirse en una mera ciudadana, pero no era tan fácil, mucho menos cuando empezó a verles como parte de su familia... y a la familia no se le traiciona. Durante el transcurso de su debate emocional, el varón se acercó a la cama, terminando por mirarla directo a los ojos, no sabiendo si intentaba ser amenazador.
Sus palabras respondieron aquella duda, sonriendo levemente al hombre —No pienses que seré sumisa todo el tiempo, amigo, porque no te temo— susurró, manteniéndole la mirada mientras él se colocaba la otra esposa, terminando por mantenerse unido a ella. María no supo cómo reaccionar ante dicha situación ¿Acaso no era más factible el matarla en vez de llevarla con vida? Ese hombre... ¿Era tonto?
Se puso en pie para caminar hacia la puerta, tomando la mano del varón con cierta sorpresa, después de todo en su vida había hecho tales cosas como tomarse las manos. Y no era desagradable —Te suda la mano, cariño— soltó mientras desviaba la mirada, si lo que él quería era llevarsela por las buenas... bromear un rato no sería problema —no has de tener mucha suerte con las damas, ¿cierto?— preguntó con burla nuevamente mientras salían de la habitación, sin soltar la mano masculina ni un momento, aunque bien, el fétido aroma a tabaco empezaba a marearla —¿Qué excusa pondrás si nos ven con las esposas?— preguntó disimuladamente, en pocos segundos llegarían al recibidor de aquel horrendo hotel.
Jugar a la pareja feliz sería divertido ♥
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