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Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

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Privado Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por Kougyoku Ren Mar Abr 05, 2016 1:13 am

Nada más despertarme. Me sentí un poco ida, tratando de recordar que paso. Fue ahí cuando me llego todo a la cabeza, sintiendo mis ojos algo pesados al estar hinchados. Acto seguido cuando abrí los ojos, me voltee con cuidado para mirar si el pelirojo dormía. Al ver que no se movía, fue ahí que entonces decidí levantarme del sofá lentamente. Hasta tuve que estirarme porque me sentía agarrotada al haberme quedado dormida encogida ahí. Ni si quiera me moleste en acomodar mi cabello. La fogata se había extendido si me fijaba bien. Ocelot, Pochy y Soul aun dormían o al menos yo pensé que estos dormían al verlos así. Cuando termine de estirarme, mire a mi alrededor y me fije que entraba por la ventana algo de luz de afuera. De ese modo confirme que se había hecho de día o al menos algo por la luz que apenas asomaba por ahí. Entonces suspire profundamente, no pudiendo olvidar lo que ocurrió a noche. En ese instante mis ojos se pasaron rápidamente sobre el lagarto. Lo miraba con cierto dolor y a la vez culpable de lo que haya hecho. Sin saber aun que fue.

Nuevamente los ojos se me inundaron y sentí como mis hombros decaían. Ya era suficiente. Había abusado suficiente de este chico. Tendría que irme de aquí. No quería volver a molestarlo más, a pesar de que realmente lo que quisiera en el fondo es abrazarlo pero ahora solo quería huir. No quería ser más una carga. Ya tenía suficiente con que en mi familia fuera despreciada como para poder soportar que el pelirojo le pueda caer mal. Sentía que eso podría ser algo más doloroso. Pues había tratado de convivir de ser a la que miran mal en la familia. Omitiendo eso. Se me ocurrió el hecho de que Pochy y Soul estarían mejor con él. Quizás conmigo solo los llevaría a descuidarlos más y no me gustaría tal cosa realmente. Pues sino hubiera sido por el lagarto, no hubiéramos pasado la noche aquí, sino vete a saber a donde iría a parar ellos y yo.
Gracias por todo lo que has hecho por mi... De verdad. Siempre estaré agradecida contigo. Por eso quizás sea una de las mejores forma de pagarte el irme y no ser una carga...Susurre. Sabiendo o pensando que realmente no me escucharía. Comenzando a sentir un pequeño nudo en la garganta. Mientras sonreía de forma forzada.Me he divertido mucho contigo y.... Es la primera vez que me siento tan cómoda con alguien...Le decía, sintiendo que mis lagrimas comenzaban a salir.Cuídate mucho y espero que te recuperes pronto...Añadí de ultimo. Recalcando más bien por la herida que le hicieron y al recordar que el uso su fuego para curar los moretones de los brazos y piernas. Entonces. Me acerque lentamente hacia el pelirojo, poniéndome de rodillas para luego darle un abrazo. Cosa que al darme cuenta de lo que hice, reaccione apartándome confundida.

Finalmente. Cuando me levante del suelo. Salí por la ventana de la misma manera como cuando entré. Tomándome cierto tiempo claramente. Al final, cuando salí. Comencé a caminar sin rumbo a cualquier lado, sin saber a donde me estaba dirigiendo. Solo sabía que debía de alejarme del pelirojo para no molestarlo más. Que mientras iba caminando, iba tratando de arreglar un poco mi cabello. Después de todo. No quería que la gente se me quedara mirando. Además de tratar de sacudir algo el kimono. Sintiendo nuevamente mi estomago rugir, pidiendo comida al no haber comido la noche anterior. A lo que solo pude suspirar. No supe ni si quiera por cuanto tiempo estuve caminando. Lo único seguro es que llegué a una plaza con flores. Donde había un pequeño lago y hacia el otro lado si me fijaba bien, una especie de... ¿Templo? Sabía perfectamente que me había perdido, pero realmente mi cabeza solo estaba en blanco. Por lo que solo me quede mirando desde ahí al lago, como si no me importara perderme, aunque realmente eso me hacia sentir más inútil.
Kougyoku Ren
Kougyoku Ren

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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por James Adamska Jue Abr 14, 2016 10:33 pm

Había despertado el pelirrojo aquella mañana pues el sol había logrado entrar lo suficiente en la habitación como para molestarle. Abrió los ojos lentamente, y él parpadeó estos igual de lento. Recién despertaba, como era normal, se tardó un poco asimilar todo lo que tenía cerca. Aunque estaba acostumbrado a dormir en cualquier lado, se sentó en el suelo sobándose la nuca mientras comenzaba a mirar hacia los costados. Sus orbes azules vieron la fogata apagada, y siguió recorriendo la habitación vacía y abandonada por unos momentos, hasta que logró recordar la noche anterior. Soltó un bostezo mientras se levantaba, lentamente, tomándose su tiempo para luego estirarse bien en busca de desperezarse y sonreír suavemente. Parecía más tranquilo que la noche anterior, quizás había soñado bien y aquello le daba un buen humor mañanero. – Recuerdo que te prometí pagar una comida… Me parece que sería mejor si nos apresuramos a ir por ella ahora – Musitó el semidragón mientras estaba terminando en estirarse. Pensando que la joven pelifuchsia estaría detrás de él, en el sofá, aunque no se había fijado. Cuando terminó de estirarse y desperezarse, volteó, y se encontró con el sofá vacío. Bueno, no vacío, el cachorro de ojos rojos, el felino negro, y Ocelot se encontraban allí, al parecer bastante bien amistado. Pero Kougyoku no estaba. El ceño del semidragón se frunció por un momento, pensando que pudiera haberle pasado algo. Pero entonces re-miró la habitación, no había señales de aquello, y las mascotas estaban bien calmadas, así que no había posibilidad de que le hubiera pasado algo. ¿Se había ido por cuenta propia? Era lo más probable. Quizás se había molestado porque James se tardara tanto en despertar así que decidió irse primera, por no querer esperar para comer. Al menos eso pensaba en el pelirrojo. Desvió su mirada un tanto molesto, y comenzó a caminar fuera, con aquel pensamiento en su mente y sin decir nada a los pequeños animalejos. Ocelot, como estaba acostumbrado, rápidamente fue tras el semidragón y subió sobre su hombro. Lanzando un maullido para indicar al resto de mascotas que le siguieran. A James no le importaban para nada el cachorro y el felino, por él podían aquellos dos seguir viviendo de la basura todo lo que quieran.

Decidió no usar su motocicleta, solo comenzó a caminar sin rumbo por esas calles. Avanzando bajo el algo caluroso sol mañanero. Manteniendo una expresión de molestia, pues no estaba conforma con la decisión de Kou por irse primera. Él tenía hambre y Ocelot seguramente también, asi que paró en cuanto encontró donde comer. Almorzó y siguió su camino, nuevamente caminando sin dirección. Hasta que finalmente, se encontró con un pequeño lago, al parecer el centro de la ciudad. Creía haber escuchado algo como eso, pero no mucho. Parecía haber bastante gente, caminando de aquí a allá con sus kimonos y ropas tradicionales. Más de uno ostentando una katana sobre su cintura, ganándose el desprecio del semidragón. Provocando que este levantar el mentón y comenzar a caminar exteriorizando orgullo cada paso mientras miraba con superioridad a cada ser que pasaba cerca de su persona. Demostrando así toda su soberbia en una sonrisa típica de su persona.

Iba bastante a su bola, sin pensar en otra cosa que demostrar su superioridad a todos esos chaoienses samuráis del pueblo marica. Hasta que entonces, el ladrido del cachorro llamó su atención. Sin embargo, cuando dedicó su mirada hacia el mismo, este se encontraba corriendo, y detrás de él el gato negro le seguía. James se extrañó, pero cuando les siguió con la mirada descubrió que allí se encontraba Kougyoku. Se frunció su ceño rápidamente con molestia. No tenía intenciones de acercarse a ella. Aprovechó que cerca tenía un árbol de esos con flores rosas, asique se sentó bajo el mismo. Apoyando su espalda sobre el tronco, y las manos tras la nuca para estar cómodo. Cerrando los ojos mientras se relajaba un poco aun mostrándose molesto. Dejando que ella fuese quien se acercara y acaso tuviera la dignidad de hacerlo. Pues para el pelirrojo, aún estaba esa idea que se había hecho al notar que ella se había ido.
James Adamska
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por Kougyoku Ren Vie Abr 22, 2016 3:30 pm

¿Tendría que volver hacia donde estaban ellos? Realmente en el fondo si que quería, pero no sabría como enfrentarme al estúpido lagarto de cabellos rojizos. Después de todo, no olvidaba lo que paso en la noche. Cosa que me hizo sentir mal y lo peor de todo es que ni si quiera le pude decir nada o una disculpa directamente cuando estaba despierto, sino que aproveche a que estuviera durmiendo, pero... ¿Por qué me afectaba tanto? Quizás era por el simple hecho de que yo nunca dije las cosas con malas intenciones, más bien me estaba preocupando por su salud, no olvidando la pelea que tuvo con los samurais y yo ni si quiera hice nada por él. Suspire entonces de forma profunda, acercándome más al lago, estando al borde de este. Observe mi reflejo en el agua. Siendo así que yo misma me estaba devolviendo la mirada en este. Era algo pálida, además de tener el kimono algo sucio y el cabello despeinado. No pude evitar sonreír de forma forzada, siendo así que pude ver como el reflejo imitaba esa acción. Estaba echa un desastre. Realmente no podía imaginarme como un noble podría llegar a tal cosa, seguramente no era solo ridículo, sino que era algo para avergonzarme. Sentía que solo podía mancillar más y más el apellido de mi familia, pues seguramente ellos no estarían en estas condiciones como si nada donde otros les pudieran ver. Siempre apuntando a lo más alto, viéndose siempre ejemplares para no dar una mala imagen y dar ejemplo a los demás, en cambio yo, siempre era lo contrario.

Vi como los hombros de mi reflejo se decaían. Mostrando también un rostro algo afligido. Fue entonces cuando eleve una de mis manos formando un puño y la apoye en la parte central de mi pecho. Sentía que mi pecho no aguantaba más, ni si quiera todas mis emociones. Todo lo que había aguantado este tiempo quería salir a flote. Notaba como crecía un nudo en mi garganta. ¿Acaso todo me saldría mal? Por mucho que quisiera hacer algo bien, ayudar a alguien o mejorar para no defraudar a mi familia solo conseguía que me salieran mal las cosas. Llorando después en silencio lo mal que cometo tal cosa, aunque al final acababa levantándome de alguna manera para tratar de seguir. Por mucho que me costara, siempre trataba de dar todo de mi de todas las maneras posibles. Aunque siempre al final acababa cayendo y lamentando en solitario las fallas que cometía.

Mis ojos se nublaron ligeramente. Sintiendo las ganas de auto abrazarme. Hasta que escuche un ladrido, cosa que me hizo voltear a ver de donde provenía y se trataba de Pochy. Espera... ¿¡Pochy!? ¿Cómo había llegado hasta mi? Me puse de cuclillas para darle unas caricias cuando este se aproximo a mi, igual que Soul se acerco a pasos lentos, mostrando una de sus sonrisas extrañas y a lo lejos me pude fijar en alguien. Claramente me dejo la mente en blanco cuando vi de quien se trataba. ¿Acaso él los había traído? Pensé por un instante que al final se acabaría yendo y dejándome por aquí perdida, pero... Realmente no lo vería capaz de hacerme tal cosa, a pesar de que lo conociera de hace poco y lo que apenas me demostró. Pude notar su rostro molesto, cosa que me hizo pensar que seguía molesto por lo de ayer por la noche. Me fije que después se fue hacia un árbol de cerezos, aun fijándome en su rostro el cual me denotaba que era mejor no acercarse. Así que solo baje la mirada, sintiendo nuevamente mi corazón latir con dolor. Realmente mentiría si dijera que no me alegrara que estuviera ahí, pero aun me sentía mal.

Cuando termine de acariciar a Pochy y después a Soul, me quede aun con la mirada baja. Siendo así que el fleco de mi cabello tapaba mis ojos. Estos últimos aun seguían llorosos. Fue entonces que sin pensarlo más, me levante lentamente de ahí y salí corriendo hasta donde él. ¿Qué estaba haciendo? Es lo único que pude pensar antes de caer de rodillas en el suelo, cercana hacia él. Estaba derramando lagrimas, aunque trataba de contener estas, mientras inflaba un poco las mejillas. Quizás le causaría gracia mi nivel de torpe, pero ni si quiera estaba pensando en eso en ese instante. Solo me fui levantando del sitio, sintiendo mis manos algo manchadas de barro o polvo y ahí fue donde tuve el impulso de darle un abrazo. Manchando el pobre kimono del pobre en el proceso.
¡¡Loo!!.. ¡¡Lo si-siento mucho!!Decía entre lagrimas. Sintiendo como mi pecho se inundaba de más dolor. Cerrando los ojos para no verlo, no pudiendo pensar si quiera en como estaba actuando, siendo así que era un impulso de todo lo que trataba de contener.¡Yo!..Decía con la voz ahogada. Sin poder explicarme si quiera del porque me disculpaba. Aunque ni si quiera podía explicarlo al tener la mente nublada. Bajando mi mirada para que él no pudiera verme, recordando sus palabras hirientes.¡Nunca me he creído más que nadie!.. ¡Por eso trato de entrenar sin descanso al ser débil! ¡No quiero ver como dañan a otros por no ser fu-fuerte!Sollozaba, aferrándome al kimono de él.¡A veces me pregunto si merezco ser quien porte el apellido de la familia!.. ¡Solo lo mancillo cada vez más!..Sabía que había gente rondando por ahí. Aunque realmente no le estaba prestando atención si estos me escuchaban o estuvieran mirándonos. Solo me concentraba en el dolor que estaba en mi pecho, ese dolor que siempre trataba de hundirle o evitarlo y sin darme cuenta le estaba brindando a alguien conocer mi dolor, cosa que si no tuviera la mente nublada, seguramente me hubiera apartado o no le hubiera dicho tanto, aunque... ¿Por qué? Sentía que se me hacia fácil hablar con él de ese tipo de cosas.
Kougyoku Ren
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por James Adamska Sáb Abr 30, 2016 6:50 pm

El pelirrojo se mostraba mayormente indiferente. Casi ignorando a la joven con la que ya había pasado toda la noche anterior. Pues se encontraba molesto, y eso no se iría de su mente fácilmente. Mantenía sus ojos cerrados, por lo que sus parpados evitaban que pudieran verse sus orbes azulados. Mantenía el mentón en alto, como era costumbre en alguien tan orgulloso como él. Y se encontraba lo más cómodo posible con la espalda sobre aquel árbol. Disfrutando también del cesped verde y algo húmedo por lo temprano que era, como también del cálido sol que como siempre hacía elevar la temperatura de aquel reino. Aunque en realidad no había mucho silencio, pues la gente pasaba de aquí a allá, cada uno a su bola. El semidragón no soltaba sonido alguno, volviéndose casi una estatua muda en aquellos momentos. Pues no estaba dispuesto a manchar su orgullo por dirigirle la palabra a la joven que sin dar razón alguna se había alejado de él. ¿Así lo quería ella? ¿Prefería apartarse y valerse por su cuenta? Pues bien, James no se lo iba a discutir. Sin importar cuanto pudiera desear pasar ese día con ella. Su soberbia tenía tal nivel que era imposible para él rebajarse tanto. Claro que no sería el quien diera su brazo a torcer primero.

El semidragón no se esperaba para nada aquella reacción de la joven. Estaba tan distanciado mentalmente de ella y de lo que sucedía, que no lo notó hasta que la misma estaba abrazándole. Haciendo que sorprendido el pelirrojo abriera sus ojos mientras se arqueaba un poco al sentir que ella estaba encima. Escuchándole sollozar y como alzaba su voz tan repentina mente. El pelirrojo no pudo reaccionar demasiado, más que fruncir su ceño mientras intentaba buscar su rostro, que ella ocultaba sobre el kimono del mismo. Apretó sus dientes el semidragón, pues claramente a alguien como él, el ver a una persona llorar no le causaría pena, solo molestia. Claramente para él no existía cosa que pudiera justificar el derramar lágrimas de esa forma. Pero más allá de eso, cada lágrima de la joven le dolía, y claramente eso le molestaba, no había razón por la que eso tuviera que dolerle. Y como era típico en el semidragon, ante aquel tipo de dolor el solo podía reaccionar con enojo y algo de ira. No intentó quitársela de encima en una principio, por alguna razón le dejo llorar sobre él mientras le escuchaba terminar de hablar, dignándose a guardar silencio al menos durante esos momentos.

Cuando la joven terminó, el semidragon no pudo evitar reaccionar como siempre. Mostrándose molesto, principalmente porque no era así como se sentía por dentro. Pues en su interior las cosas le daban vuelta y no era capaz de entender del todo lo que le sucedía. Aquello le molestaba, provocando que casi a la defensiva reaccionara de una manera un tanto dura con la joven. Dándole un pequeño empujón para apartarla de encima, y cuando por fin lo hizo levantarse del suelo, aun en silencio, mientras mantenía su ceño fruncido. Se sacudió un poco de tierra de las ropas, como también intentaba limpiarse las lágrimas de ella. – Es una estupidez castigarte por algo que no has elegido… Si te obligan a portar ese apellido no pueden enojarse porque no seas lo que ellos quieren… Tu eres tu… y con eso siempre deberías de estar… es culpa de ellos si no te dejan elegir por tu cuenta tu propio camino… – Pronunció con sinceridad y bastante seriedad el joven, aun con el rostro serio, frunciendo su ceño. Aunque al mismo tiempo, parecía sonar más comprensivo que duro con sus palabras. Después de todo, él había vivido aquello. El tener que cargar con un apellido que nunca quiso, y todas aquellas tonterías de noble. De las cuales se apartó en cuanto tuvo la oportunidad. Y como si fuera poco, hace mucho se había encontrado con su hermana, quien estaba pasando por algo casi igual. Siendo forzada por el apellido de la familia a formar parte del ejército cuando aquello no era lo que ella deseaba. El semidragón en verdad ya estaba harto de ver como la nobleza intenta controlar la vida de todos, siendo que él fue el único capaz de romper todas sus cadenas.

Tras haber dicho eso, el semidragón tenía muchísimas cosas que podría decir. Pero alzó su vista y pudo notar a la gente que les estaba observando, por todo el escandalo hecho por la joven. Le hecho la mirada sobre ella, y aun con el ceño fruncido le estiró la mano. – Levántate del suelo… No es cosa de nobles andar revolcándose en la tierra. – Afirmó bastante recto, mientras mantenía la mano para que ella pudiera ayudarse a levantar.
James Adamska
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por Kougyoku Ren Dom Mayo 08, 2016 10:24 pm

Llorar es lo único que podía hacer después de terminar de contarle todo lo que se me ocurrió decir en ese instante. Sintiendo como mi pecho se sentía desgarrado a cada lagrima que caía de mis ojos. No me agradaba sentir como corazón estaba tan oprimido por cada sollozo que también salía de mi boca, aferrándome al lagarto como si eso es lo único que pudiera hacer en esos instantes. Olvidando que Pochy y Soul seguían por ahí, mirándonos a ambos, sobre todo a mi por la escena que arme en cuestión de segundos, pero... ¿Qué más podía hacer? Había guardado tanto, que no podía evitar estallar de ese modo y aunque quisiera tratar de volver atrás para corregir lo que hice, sabía que no podría, así que tendría que lidiar con lo que estaba pasando ahora mismo. Cosa que realmente no estaba prestando tanta atención, pues mi mente se había ido y lo único que salían de mi boca eran sollozos débiles, cargados con dolor de tanto tiempo estar dentro de mi que apenas rara vez escapaban. Aunque eso era raro ya que yo era una llorona y me la pasaba llorando en solitario, pero eso demostraba que a pesar de llorarlos, no podía quitarme estos de encima. No pudiendo olvidar los errores que cometí y que solo me dejaba en mente el hecho de esforzarme más.

Realmente no quería apartarme, ni si quiera era tan consciente de ello. Solo sabía que estaba aferrada a él. Pues su olor extraño que me encanta y nunca diría eso actualmente por sentirme avergonzada, golpeaba contra mi nariz al estar ocultando mi rostro en su kimono. Sentía que podía quedarme así por horas. Era extraño. Como si una calma extraña se apoderara de mi ser al estar así, a pesar de estar derramando lagrimas por lo que le dije. No sabía si de verdad debería de estar llorando por ello. Pues quizás estaba exagerando, pero realmente me sentía demasiado mal como para poder aguantarlo por más tiempo, aunque fue inesperado el hecho de que al final soltara todo eso precisamente a él. ¿Por qué digo esto? Porque lo normalmente seria el hecho de llorar yo sola, sin que nadie me escuche o este ahí para mi. Por eso me resultaba sorprendente que acabara diciendo todo eso precisamente a alguien que había conocido apenas hace poco y que me sintiera totalmente diferente con él que con el resto de las personas. Extraño... ¿Verdad? Tomando demasiado en cuenta sus acciones o el modo en que él estuviera, como si ahora no pudiera quitarme a este de la cabeza fuese a donde fuera.

En ese momento me sentía como si estuviera en un sueño. Queriendo cerrar los ojos y olvidar todo lo demás después de haberme desahogado. También queriendo escuchar el latir de su corazón, siendo esto algo que me encantaba por muy extraño que pareciese, me sentía cómoda o me agradaba el hecho de escuchar el corazón de este estúpido o al menos sentirlo latir, era como algo que me calmaba en el fondo y dejaba mi mente en blanco.

Todo termino para mi cuando sentí que me daban un pequeño empujón. Siendo así que caía rápidamente de centón al suelo. Primeramente mis ojos se abrieron como platos mientras las lagrimas caían por mis mejillas y después lo único que pude hacer es mirarle desde abajo con dolor porque él se había levantado. Fijándome como se quitaba la tierra de encima, como mis lagrimas, siendo esto que un terrible dolor me visitara al pecho, apuñalando este sin cuidado alguno sin entender su reacción, sobre todo al ver su ceño fruncido. ¿Acaso seguía molesto por lo de la otra noche? Me había disculpado por ello, porque realmente no me creía más que nadie, es más, él es demasiado fuerte y lo ha demostrado pero... ¿Acaso estaba mal preocuparme por él? No quería ser mal agradecida que me ofreciera el sofá, pero tampoco quería ser egoísta cuando él era quien había sufrido las heridas. Fue entonces que baje la mirada lentamente para no verlo más, sintiendo un incómodo escalofrió y como mi fleco ocultaba mi mirada llorosa. ¿Acaso ahora me odiaba también por la tontería de huir? No lo sabía y no podía afirmarlo sin saber, pero imaginar esas cosas, eran dolorosas, demasiado dolorosas el hecho de que estas pasaran por mi mente. Pensaba levantarme y agradecerle por todo para luego retirarme en silencio, no queriendo volver a molestarlo más, sintiéndome como si solo le hubiera molestado realmente, hasta que comenzó a hablar.

Fue ahí que alce mi mirada para mirarlo con cierta sorpresa al no esperar que dijera algo. Mi corazón se lleno de júbilo de repente, siendo una mezcla entre el dolor que apenas estaba sintiendo, el cual se estaba yendo y la alegría reciente que me acaba de invadir. Pues sus palabras eran muy valiosas para mi, a pesar que no me salía voz alguna para agradecer esas palabras, así que solo podía mirarle con agradecimiento por ello, a pesar de que me empujara algo anteriormente pero era como si se me hubiera olvidado al menos de momento. Alce una de mis manos para limpiar con el dorso de mi mano las lagrimas, dándome cuenta después que el estiro su mano hacia a mi cuando lo escuche hablar.
A-aunque no hacia falta que me empu-empujaras estúpido. Po-podría haberme apartado yo.Le dije con las mejillas algo infladas y fue entonces cuando apoye la mano que había alzado en la de él, siendo así que tomara la suya con delicadeza y timidez, sintiendo de nuevo ese tacto de calidez que tanto me encantaba de su mano y me levante con su ayuda, cosa que agradecí por dentro. Además de con una suave sonrisa algo tímida, teniendo mis mejillas algo rojas de llorar y teniendo aun los trazos de las marcas que dejaron las lagrimas al caer por mis mejillas.Gracias lagartito...Susurre de forma audible sin darme cuenta que le había dicho lagartito cuando pude levantarme gracias a su ayuda y sin soltar su mano. Mirando sus ojos con cierta alegría.
Kougyoku Ren
Kougyoku Ren

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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por James Adamska Lun Mayo 09, 2016 3:49 pm

El semidragón le miraba aun con el ceño fruncido, y una expresión no muy amigable, esperando porque ella tomara su mano. Le oyó decir esas palabras, lo que le hizo afirmar un poco más el ceño fruncido sobre su rostro. Pues no creía que ella tuviera la razón. Estaba pronto a contestarle aquello de manera rápida y algo agresiva, aunque se detuvo al sentir el tacto de su mano sobre la propia. Aquel contacto cálido con la frágil mano de la joven le hizo calmarse, sin razón alguna. Sintió como si el pecho se le llenara de alegría al afirmar aquel agarre para ayudarle a levantarse. La extremidad tan delicada de la pelifuchsia tenía un tacto agradable, e increíblemente acogedor, que provocó una sonrisa en el rostro del pelirrojo. Una sonrisa de esas que pocas veces expresaba. Acompañada por una mirada amigable que rompió completamente con su ceño fruncido y su mal humor. Aún le miraba a ella, aunque esta parecía no dirigir la mirada hacia el por aquellos momentos. Aun cuando ella ya estuvo de pie, el semidragón no soltaba su mano, y en su rostro seguía esa expresión que podía demostrar calma y bastante más alegría de la que demostraba siempre. Como si en un estado de éxtasis se encontrara.

Cuando ella agradeció, y sus miradas se encontraron. El pelirrojo ni había notado que ella le había llamado de esa forma, o al menos no se alarmó por eso. Siguió con su mirada sincera sobre ella, y sin soltar su mano, sonriéndole. – Eso no es cierto, seguro te quedabas todo el día llorando – Bromeó un poco, para luego apartar su vista y dirigir esta hacia donde el lago. Aun sosteniendo la mano de la joven. Los animales se habían acercado a ellos, a un lado, Ocelot, Soul, y Puchy les miraban. Finalmente el pelirrojo soltó la mano de ella, de una manera delicada, como si solo dejara esta caer de la forma más natural del mundo. Poniendo ahora ambas manos tras su nuca, mientras alzaba la mirada al cielo, manteniendo esa sonrisa. Sintiendo alegría y comodidad aunque no sabía la razón de aquello.

No quería irse del lago en verdad, aunque no estuviera en sus planes el recorrer ese lugar. Ahora comenzaba a sentir ganas de acercarse al mismo, y ver qué otras cosas podría encontrar por aquellas cercanías. El pelirrojo dio unos pasos al frente, en dirección al camino más cercano que había, el cual era un andar recto hasta donde el lago se encontraba. Pero antes de poder avanzar mucho, el ladrido del cachorro le hizo frenarse. Giró su cabeza, para por encima de su hombro inspeccionar y buscar de qué se trataba. ¿Qué era lo que había molestado al canino? Se preguntó solo por un momento. Pues al hacer esto, pudo notar a Pochy ladrando hacia la copa de un árbol. Bastante terco en aquello. James terminó de girarse por completo al notar que el pequeño no paraba de ladrar, y parecía algo alterado. Era extraño. El cachorro no se llevaba mal con los felinos, de hecho no parecía llevarse mal con nada. En un principio, el pelirrojo prefirió ignorarlo, pues pensó que el mismo desistiría al tratarse aquello de una simple ave o alguna cosa que le hubiera molestado.

Pero justo cuando James estaba por darse la vuelta, algo sacudió el árbol. Y seguro no había sido Pochy. Nuevamente, las ramas de la copa de aquel árbol se sacudieron, como algo se moviera entre las mismas. El semidragón intentó esforzar la vista, en un esfuerzo de ver que podría encontrarse allí arriba. Sin embargo, antes de que el pelirrojo pudiera ver algo, una cosa salió a gran velocidad de la copa del árbol, saltando hasta la copa del siguiente. James no pudo ver ninguna forma, más bien se trataba de solo una sombra que saltó de un lugar a otro. Como si no fuese un ser incorpóreo. La expresión en el rostro del semidragón volvió a ser la de antes. Ceño fruncido, y una mirada un tanto seria, pues ahora parecía tener su atención en lo que fuese que hubiese visto moverse allí. Pochy seguía alarmado, pues este continuó con sus ladridos, ahora hacia Kougyoku. Como si intentara advertirle algo a la joven.
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por Kougyoku Ren Lun Mayo 09, 2016 11:44 pm

Cuando mis ojos encontraron los suyos azulados, sentí como una descarga agradable recorrió mi cuerpo en cuestión de segundos aunque luego desapareció de la misma manera pero lo extraño es que me seguían llegando de esas descargas también por sentir la calidez de su mano. También fue al ver su sonrisa que llego hacer saltar mi corazón. ¿Cómo podía él causarme todo esto en cuestión de segundos? Parecía ser que tenía el poder de alegrarme o derribarme como si eso no le pudiera costar para nada. ¿Desde cuando comenzó a ser así? ¿Acaso estaba enferma? Obviamente tomaba con mucha importancia las palabras de los demás, pero esta manera era totalmente diferente. Pues ya había experimentado que me dijeran palabras que me alegraran pero... ¿De esta manera? No. Sabía que esta manera de alegrarme era demasiado diferente a las demás. Aunque hubieran personas que me importaran y las estimara, sentía que esto era diferente a eso. Pues el grado de felicidad era como exageradamente extrema, como si estuviera soñando y nada pudiera bajarme de esa nube. Pudiendo lograr olvidar al menos en ese momento los problemas con los que tenía que lidiar siempre.

Si no fuera porque le escuche decir lo que recién dijo, me quedaría todo el tiempo mirando su rostro como tonta. Así que cuando pude reaccionar por ello, infle ligeramente las mejillas y fruncí al instante mi ceño.
¡Cla-claro que no!Aunque realmente sabía que podría ser así. El hecho de quedarme llorando sobre él todo el día y ni si quiera me daría cuenta que pasaría el tiempo rápido, pues solo estaría concentrada en llorar como una magdalena. Entonces desvié la mirada después de que él dejara de mirarme.N-no soy una llorica o algo pa-parecido.Le dije en un susurro audible. Sintiendo como aun él tenía mi mano, aunque yo tampoco es que soltara la de él. Hasta que claramente la soltara al final de una manera delicada que hizo encoger mi corazón pero de lo que me resulto agradable eso. Realmente si estuviera expresando todo lo que me estaba haciendo sentir, seguramente me vería como una loca y lo próximo que tendría que hacer es salir corriendo como si mi vida dependiera de ello.

Había mirado de reojo al lagarto para saber que hacia y este se había ido por el camino, dirigiéndose hacia el lago. Cosa que hizo que inflara un poco más las mejillas, queriendo reclamar que me esperara, aunque por suerte no lo dije ya que seguramente era un acto algo infantil. Así que le observe desde la lejanía, borrando después de unos segundos el ceño fruncido y dejar de inflar las mejillas, no pudiendo evitar volver a sonreír con suavidad al recordar sus palabras y la calidez de su mano. Aproveche a mirar mejor a mi alrededor, dándome cuenta que la gente que estaban por ahí volvieron a lo suyo. Aunque yo no sabía si estos nos habían estado mirando después de la escena que monte. Pues seria lógico que fuese así, porque algo que montara tanto escándalo suele llamar mucho la atención de la gente. Además de que yo era alguien que casi siempre armaba ese tipo de escenas y acababa llamando la atención de la mayoría de gente por mi torpeza o algo que cometiera.

Omitiendo a la gente, dirigí mi mirada hacia la vegetación y luego hacia donde estaba yendo el pelirojo. Aunque enseguida deje de prestar atención al bobo y me centré en Pochy que había comenzado a ladrar, cosa que me confundió y por ello capto tanto mi mirada como mi atención.
¿Qué ocurre Pochy?Pregunte a sabiendas que no iba a responderme, pues los animales no hablaban. Mire entonces hacia donde estaba ladrando, pero no vi nada, por lo que mi mirada se volvió hacia el canino gris de ojos ámbar. ¿Acaso era uno de esos momentos en los que los animales tienen sexto sentido y están viendo fantasmas? De repente un escalofrió recorrió mi cuerpo al imaginar tal cosa y no pude evitar mantener mejor mi mirada sobre el canino para no volver a mirar hacia arriba, por temor de ver un fantasma o algo así, aunque trate de meter en mi cabeza que seguramente no hayan de esos en Spirit Soul... ¿Verdad? O al menos yo trataba de pensar que era así para no asustarme. Olvide enseguida todo lo demás cuando escuche ruidos en la copa del árbol, quedándome claramente inmóvil en el lugar, recordando lo que hace un momento estaba pensando sobre los fantasmas, por ello no podía moverme, sintiendo ahora mi corazón acelerado del miedo y mi rostro paralizado. ¿¡De verdad iba a ser un fantasma!? ¿¡En plena luz del día!? Mi mente estaba en blanco.
Kougyoku Ren
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Mensaje por James Adamska Jue Mayo 12, 2016 3:09 pm

El semidragón siguió con su mirada a la criatura. Viendo como esta se movía entre los árboles, sacudiendo uno y otro, comenzando a moverse cada vez más rápidamente. Rodeando al pelirrojo, y el grupo de personas que se habían quedado quietos al notar la presencia de aquello. El semidragón no tenía miedo, sin embargo, tampoco llegaba a emocionarse por un combate. Pues no sabía que cosa sería aquello que se movía entre los árboles, que buscaba al hacer eso, de dónde provenía, o siquiera la forma que tenía, solo podía reconocer su color negro. Sin embargo, le nacía un pequeño sentimiento. Sentía la obligación de ser protector con la pelifuchsia, debido a eso, a cada momento se acercaba más a ella, para que no le sucediera nada. Y cuando por fin lo estuvo, procuró que ella estuviera tras de él. Intentando siempre ser un intermediario entre esa cosa que se movía, y le joven que se encontraba tras su espalda. Todo de una manera natural, como si fuera solo su instinto el que le llevara a hacer eso.

Finalmente, la criatura dejó de sacudirse entre las ramas de aquellos árboles. Por un momento, se hizo la calma, mientras la mirada del pelirrojo no se apartaba de aquel último árbol que la criatura había tomado como hospedaje. Fueron solo unos segundos, pero ante la tensión y presión del momento, podría parecer eterno. Finalmente, algo comenzó a descender de la copa del arbole. Algo estirado, parecido a una serpiente, pero carente de escamas. De hecho, carente de toda textura, pues era más semejante a una sombra, o un conjunto de energía oscura. Este alargado ser, serpentino, comenzaba a descender envolviendo el tronco del árbol. Enredándose en el mismo, para reptar camino abajo en completo silencio. Con movimientos lentos, como si no temiera del grupo de gente que se le había quedado viendo. El semidragón, continuaba bastante firme, pues se había plantado al suelo como si estuviera listo para una lucha. No iba a bajar su guardia, y su mirada afilada y amenazante se encontraba sobre la criatura, sin dudar ni un solo segundo. Pues sabía bien, que debía estar preparado siempre para una batalla, cuando desconocía lo que tenía en frente. O al menos así funcionaba el cerebro del semidragón. Quien había aprendido a criarse entre peligros, ya sea en los bosques y otras zonas salvajes, en las mismas calles, donde cualquiera podría intentar herirte.

Finalmente, la cosa ya reptando sobre el suelo. Dejó ver un par de ojos que brillaban con intensidad entre las tinieblas de su cuerpo. Unos orbes completamente verdes comenzaron a observar a los presentes. James no pudo evitar el sentirse amenazando, y ante aquello, su sangre comenzó a hervir. Por puro instinto, su sangre de semidragón le preparó para la batalla. Apretó los puños listo para lo que fuera, ya plantado sobre la tierra. Gruño un poco, y la serpiente de sombras hizo aquel sonido típico de su especie. Sacando la lengua y mostrando a penas unos colmillos blancos y brillantes. Tal vez algunos se vieron amenazados por aquello, pero el pelirrojo seguía en aquel modo protector, a punto de hacer ver sus llamas en cuanto sea necesario. Manteniendo tras él a la piojosa y las mascotas.
James Adamska
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Mensaje por Kougyoku Ren Jue Mayo 12, 2016 4:35 pm

Ahí seguía yo, inmóvil, sin poder hacer nada más que mirar hacia Pochy porque sabía que si levantaba la mirada seguramente lo primero que haría era salir huyendo fuese como fuera. Después de todo, a pesar de ser una capitana de Division de Tronus, seguía siendo una miedosa con algún tipo de cosas. A pesar de que me enfrente a bestias gigantes, cosa que eso daría más miedo. ¿No? En cambio parecía ser que lo que me daba más miedo eran los fantasmas o ese tipo de cosas con apariencia que me diera terror. Cosa que no debería de ser así, pero no podía evitar temer a ese tipo de cosas, por ello me quede temblando en el lugar sin poder moverme ni un poco. Aunque quisiera moverme y alejarme de la zona, mi cuerpo no me respondía ni si quiera un poco, por eso no podía hacer nada aunque me alegraba que ningún soldado de Spatium o alguien con más rango estuviera por ahí, porque seguro que seria un chiste si vieran a una capitana comportarse de tal manera.

Me tomo por sorpresa cuando el lagarto se puso en frente mió, ni si quiera me lo esperaba, por lo que le mire desde atrás, denotando claramente sorpresa con mi rostro. ¿Acaso él también había notado a lo que quiera que sea que anda por ahí? Parecía ser que si, sino, no se hubiera puesto delante de mi.
Lagarto...Susurre asustada, dejando de expresar con mi rostro sorpresa. Teniendo mi vista solo clavada en su espalda porque temía ver hacia el árbol aun. Aunque omitiendo eso, me resulto algo... ¿Bonito? Que el tonto se pusiera de esa forma delante de mi, porque en vez de sentirme débil, cosa que quizás otro se hubiera sentido así, yo me sentí más bien... ¿Protegida? Por muy tonto que sonara, era así. A pesar de que debería de portar tranquilidad o ese tipo de cosas, aunque claramente era obvio que mi cuerpo tembloroso denotaba lo contrario. ¿Como iba a demostrar tranquilidad realmente cuando estaba asustada? Vale que era una miedosa, pero es que eso me hacia ser yo, además de que todos teníamos nuestros propios miedos. Cada uno temiendo a algo diferente. Cerré entonces por unos instantes mis ojos y luego los abrí lentamente. No me aleje ni de broma del pelirojo, más bien me mantuve cerca por miedo. Ni que fuera a alejarme después de saber que algo raro anda por ahí saltando y lo peor seria que mis sospechas de que fuera un fantasma o algo similar me aterraba.

Cuando mire de reojo hacia mi alrededor, me pude fijar en Pochy aun ladrando, en cambio Soul estaba más tranquilo a su lado, como si pasara de todo. Hasta que salió la cosa al final, tratándose de una serpiente o algo similar. Ahí es cuando Pochy comenzó a gruñir al contrario y yo tuve que asomarme un poco por detrás del pelirojo, pues al final la curiosidad siempre me podía aunque al final acababa arrepintiéndome cuando me dejaba llevar por la curiosidad. Al menos el miedo de que fuese un fantasma se me paso, pero ahora estaba el hecho de que era una serpiente. Era bien sabido que algunas serpientes podrían tener veneno, cosa que hacia tener cierto respeto hacia estás. Por ello metí mi mano en la cinta de mi kimono, tomando mi pasador bañado en oro. Si tenía que usarlo, lo haría. Pues la serpiente se veía amenazante, aunque no sabía si realmente nos iba a atacar, quizás estaba de paso, por eso no saque del todo mi mano de la cinta, solo la mantuve ahí, tomando el pasador por su costado por si las cosas se ponían feas. Pues me imaginaba que si atacaba, podría hacer daño a esta gente con el veneno si tiene claro o a Pochy y Soul o el bobo de lagarto.
Kougyoku Ren
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Mensaje por James Adamska Miér Mayo 18, 2016 9:37 pm

La criatura con forma de serpiente no duró demasiado con esa apariencia. Al parecer, poseía una estructura formada completamente por sombras, y eso se vio en el momento en que aprovechó aquello para cambiar su apariencia. De una forma un tanto innatural, las sombras de su cuerpo se expandieron, llevando a que el cuerpo de la criatura se volviera amorfo, como si de una nube de humo negro se tratara. Pero unos instantes más tarde, toda aquella masa de sombras tomó forma sólida. Una criatura de unos 3 metros de alto, imponente. Se mantenía de pie sobre su patas traseras y apoyando los nudillos de sus grandes extremidades delanteras, como los simios. Tenía una contextura física enorme, músculos gigantes y algo desproporcionados. Su cabeza se basaba en una gran esfera negra, de la que un par de prominentes cuernos salían. Su rostro casi esquelético era invadido por unos brillantes orbes rojos que amenazaban desde la oscuridad que su ser mantenía.

Aun ante aquella inesperada apariencia, el semidragón no sintió ni un poco de miedo, y mantuvo sus orbes azules clavados sobre los del contrario, buscando intimidarle, y demostrarle de aquella forma que no temería ante nada. El resto de personas en el lugar pareció intimidarse, aunque paralizados por el miedo ninguno movió un solo músculo. Pochy dejó de ladrar, ahora completamente intimidado, el pequeño can se ocultó tras de Kougyoku, echándose al suelo. Ocelot se encontraba en el suelo, cerca de James, pues sabía que era un lugar seguro. El pelirrojo quería poner a salvo a la pelifuchsia, pues era ese pensamiento o intención el que dominaba en su mente. Sin embargo, la criatura no le dio tiempo. Aquel ser de las sombras comenzó a atacar, rápidamente buscando dar un manotazo a alguna de las personas que se encontraban cerca. Como era de esperarse, la tranquila ciudad de Oishi no tenía idea de cómo reaccionar ante este tipo de acontecimientos. Si bien los samuráis de ahí estaban bien entrenados, no había ninguna clase de guardián, y eran los ciudadanos quienes debían valerse en estos momentos. Para su suerte, un Semidragón se encontraba cerca en aquellos momentos.

De todas formas, James no era un protector de los débiles. No tuvo intención en defender a aquellos a quienes el ataque iba dirigido. Sin embargo, sus puños se envolvieron en llamas, y con rapidez avanzó hacia la criatura, aprovechando que ella atacaba y dejaba su defensa descubierta. Los puños del pelirrojo impactaron sobre el cuerpo sólido y duro del ser, notando como a pesar de estar compuesto por sombras y penumbras, era resistente a sus golpes. Había apuntado a su hombro, y así golpeó tres veces sobre la superficie, hasta que el enemigo volteó su mirada hacia el semidragón. James se alejó lo más rápido que pudo para salir de su rango de ataque. Sin embargo no lo fue lo suficiente, recibió un gran manotazo de parte de la criatura, lo que lo lazó al suelo, provocando que rodara un poco sobre el mismo hasta acabar a unos metros de donde estaba Kougyoku.

Para la suerte del semidragón, no era el único presente. Un grupo de seis samuráis desenvainaron sus espadas, y llamaron la atención de la criatura, dando tiempo a que el pelirrojo se pusiera de píe. El semidragón, con un rostro serio, producto de la batalla, desvió su mirada hacia la pelifuchsia. – Ve a un lugar seguro Piojosa – Alzó su voz el pelirrojo. Y aunque lo hiciera con intención protectora, la forma en que salían las palabras de su boca lo hacía sonar como un regaño o una orden.
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Mensaje por Kougyoku Ren Jue Mayo 19, 2016 3:12 am

Obviamente como me iba a asustar de un ser que parecía ser una serpiente pero... ¿Cómo no iba a asustarme ahora a lo que paso a ser? Fue ahí cuando me paralice del todo, ni si quiera mis manos se movían, estaba aterrada. ¿Cómo algo podía cambiar de apariencia de la nada? La serpiente no daba tanto miedo como el cambio que se acaba de dar. ¿Qué ser era este? Lo único que sabía de ello, es que no era normal obviamente y lo peor es que no debería de asustarme como si nada, pues los típicos monstruos así no me aterraban lo mínimo, sino volvía a recalcar que eso solo podían aquellos seres fantasmales o con una apariencia totalmente horrible que me hicieran temblar o dejarme en blanco. Aunque era evidente de que sabía que tenía que hacer algo, pero ni si quiera podía. Todo mi cuerpo temblaba. Hasta pude ver como Pochy se asusto y como no, si este aun era muy pequeño. ¿Cómo no se iba a asustar? Aunque lo extraño era Soul, este solo se aparto con sus sonrisa extraña y se quedo al lado del canino, como para hacerle saber que no estaba solo. Vete a saber si este igual estaba asustado y no se le podía notar por esa sonrisa.

Desafortunadamente. Parecía ser que la gente de Oishi no estaba acostumbrado a esas cosas y era normal, por algo decían que era un lugar tranquilo en el cual era extraño que pasaran este tipo de cosas. ¿No? Así que era de suponer que estos reaccionara de ese modo, aunque yo no debería de reaccionar de tal modo, volviendo a recalcar una y otra vez mentalmente que debía de reaccionar y no quedarme ahí parada mirando como ese ser iba a atacar a la gente o peor aun, al lagarto. Aunque sabía que este ultimo era fuerte y no lo subestimaba realmente, pero era como... ¿No agradarte ver como dañan a los que te importan aunque sean fuertes o sepan defenderse? Como mi primo. Recordando que este era fuerte y aun así yo quería poder protegerlo porque no quería que lo hiriesen lógicamente. Era por eso mismo que también quería proteger al tonto que estaba parado en frente mía, pero aunque pensara de ese modo, aun sentía miedo y aun seguía paralizada, cosa que me estaba molesando de mi misma, el hecho de tener miedo.

Cuando vi que nuestro enemigo se disponía atacar, yo trate de armarme de valor, temiendo que hiciera daño a la gente, pero ni hizo falta moverme. Pues el lagarto ya lo hizo, haciendo que yo me quedara ahí quieta, viendo como golpeaba a ese ser. Lo peor es que parecía no afectarle eso. Me fije que él trato de alejarse del enemigo para salir de su rango de ataque pero no pudo y lastimosamente recibió el ataque del monstruo. Cosa que hizo que mi corazón latiera con dolor por ello. Fijándome como rodó a un par de metros en frente mía.
¡Lagartito!Grite. Denotando miedo en la voz. Queriendo correr hasta su lado para protegerlo. Aunque de nuevo antes de que hiciera algo, aparecieron unos samurais, atacando a la bestia. Cosa que hizo que le diera tiempo al pelirojo para levantarse. Fue ahí donde me quede mirándole a él preocupada, ahora queriendo avanzar, pero después de dar apenas unos pasos cuando por fin sentí que podía moverme, me volví a detener por las palabras del lagarto. ¿Un lugar seguro? ¿Acaso pensaba enfrentarse él a esa bestia con los samurais? No podía dejarlo así como si nada. Aunque sabía que él podría ser más fuerte que yo, pero en la forma en la que me lo dijo, no me quedaba otra que obedecer, a pesar de que yo también podía luchar.¡Pero!...Dije. Cortándome a tiempo, pues pensaba que a él le iba a molestar que le replicara, pero era cierto que yo no me sentía fuerte y quizás seria un estorbo, cosa que no querría.No.. No te creas que lo ha-hago para hacerte caso...Dije en un susurro, sabiendo que realmente lo hacia por eso.

Tuve que girarme después de sacar mi mano de debajo de mi cinta. Me agache después para tomar a Pochy y Soul, pues no quería que ellos corrieran peligro tampoco. Después mire a Ocelot, esperando a ver si él viniese conmigo, a no ser que él pudiera cuidarse de si mismo. Luego de eso correría hacia la gente, comenzando a gritar.
¡Iros de aquí! ¡Que os quedéis ahí pasmados no les va a servir de ayuda! ¡A-así que deberían de irse rápidamente a sus casas!Dije. Sin creerme realmente que yo misma lo hubiese dicho, pero era una cuestión de muerte y no quería que la gente corriera peligro. Por suerte, parecía ser que me habían hecho caso algunos y comenzaron a irse rápidamente de ahí para ir a sus casas. Por mi parte, en vez de irme, rodee el lago. ¿Cómo iba a irme realmente? Solo iba a mantener cierta distancia y vigilar por si me necesitaba. Era obvio que no iba a dejar al lagarto solo, mucho menos por el pensamiento de que le pudieran hacer daño aunque fuese fuerte, así que solo mantendría una distancia en la que no pudieran verme. Cuando llegué, detrás de unos árboles que estaban cerca del lago, demasiado cerca. Deje a Pochy y Soul en el suelo y me asome para ver desde esa distancia entre malezas el combate.
Kougyoku Ren
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

Mensaje por James Adamska Jue Mayo 26, 2016 10:27 pm

Notó el semidragón que la pelirrosa le había obedecido. Esto provocó una suave sonrisa en su rostro. James rápidamente volvió su mirada hacia el enemigo, aquella criatura de sombras que fácilmente logró deshacerse de los samuráis. La sonrisa en el rostro del semidragon se mantuvo, pues con soberbia el orgullo pelirrojo comenzó a llenar su mirada de energía. Pues la emoción le comenzó a recorrer el cuerpo, haciendo elevar su temperatura corporal, haciendo arder su espíritu y alma. – ¡Háganse a un lado inútiles! – Alzó su voz el semidragón. – Sus estúpidas espadas no harán nada de daño – Decía hacia el resto de personas que se habían quedado para luchar. Con completos aires de orgullo y confianza. Aunque podía ser que los tradicionales samuráis tomaran a mal los insultos del pelirrojo hacia su estilo de vida. – Una bestia como esta solo puede ser enfrentada por una igual – Continuaba hablando mientras comenzaba a dar pasos firmes hacia la criatura de sombras. La cual dejó ver unos dientes gigantescos desde sus fauces, a la par que amenazaba al semidragón con unos orbes rojos gigantes que casi hacían perderse a uno entre toda la oscuridad que les rodeaba. – Y lo único que puede derrotarle, es una bestia aún mayor – Finalizó, agrandando su confiada sonrisa. Mientras apretaba los puños y se afirmaba sobre la tierra. Pues él consideraba una bestia mayor a la que se enfrentaba. En la mente de semidragón no había lugar para sentirse menos, él siempre debía ser más fuerte.

Se encontraba bastante tranquilo, pues aunque emocionado por la batalla, aun no se había dejado llevar por ningún sentimiento como la ira o el enojo. Sabía y estaba seguro de que podía derrotar a aquella criatura, y ahora mismo sería cuando el resto también lo sabría. Pues esa era la menta en la vida del pelirrojo, demostrar a todos su fuerza, y ganarse el reconocimiento que siempre había merecido. Las llamas comenzaron a nacer en el guerrero semidragón. Sus puños se vieron rodeados por fuego de color rojo que ardía con fuerza. A la par, la espalda del pelirrojo también ardió. Provocando que su ropa se volviera ceniza, solo una pequeña porción de la espalda, lo suficiente para darle lugar a una par de alas. Pues así, entre las llamas de su espalda se hicieron ver un par de alas rojas, recubiertas por escamas. Una perfección de la naturaleza, pues sus escamas color escarlata brillaban con potencia, debido a lo reciente que eran estas. De igual forma, el fuego que rodeaba sus manos comenzó a ser consumido. Dejando ver las escamas sobre sus brazos, y un par de garras afiladas bastante amenazantes. Su sangre de semidragón había hervido, y ahora se dejaban ver las características de su raza tan pura.

Aun sonriente y con confianza, el pelirrojo comenzó a volar, alzándose un poco sobre el suelo a la par que sus alas eran sacudidas. Ya tenía bastante control sobre estas, así que no mucho le costó aquello. Su mirada se fijaba en el enemigo tan oscuro que tenía. Ahora era un 1 vs 1 pues los samuráis se habían apartado, y la criatura esperaba porque James hiciera su movimiento. El semidragón se movió rápido, y avanzó hacia su enemigo en un vuelo firme. Amenazando con su garras afiladas. Rápidamente llegó a su enemigo, el cual le esperaba, mostrando aparentemente una sonrisa similar a la del pelirrojo. Aquello le molestaba un poco. Ya frente a su enemigo, James abrió sus palmas, y dejó salir una gran llamarada hacia el enemigo. No se detuvo allí, siguió volando para mantenerse lejos del alcance de la criatura. Buscando otros ángulos para seguir quemando al enemigo. Sin darle descanso, lo que provocaba que la criatura solo recibiera las llamas una y otra y otra vez.
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Mensaje por Kougyoku Ren Vie Mayo 27, 2016 8:36 pm

El miedo en mi interior no paraba de crecer, imaginando tantas cosas que podría pasar en ese combate. Aunque realmente no quería pensar en ello, pues sabía que eso me afectaría, solo quería ver como acontecía los hechos. Observando como ese ser era sin ningún problema mejor que los samurais. ¿Cómo iban a ser más fuertes usando armas así contra una bestia? Claramente ese ser necesitaba ser atacado con mucha más fuerza de la normal. Cosa que estaba demostrando. Pues ni si quiera unos samurais eran capaces de ocuparse de tal bestia. Así que eso solo hacía pensar que requería de otro tipo de fuerza o habilidades. Ahí fue cuando baje mi mirada y mire la cinta que atacaba mi kimono. Fruncí ligeramente el ceño, recordando que ahí tenía mi pasador por si surgieran problemas. Aunque realmente había venido con el pensamiento de que Oishi era un lugar tranquilo y seria raro que algo así pasara realmente, pero que eso no quitaba el hecho de que fuese preparada por si acaso. Pues nunca se sabía que iba a pasar en cualquier momento. Saque entonces el pasador de dentro de la cinta, aun sintiéndome algo insegura, aunque volviendo a repetir que sabía que el lagarto era demasiado fuerte, pues ya me lo había demostrado pero aun así... ¿Sabes? Por muy fuerte que pudiera ser él, aun así sentía esa necesidad de querer protegerlo. Como si fuera algo tan importante hasta protegerlo con la propia vida. Levante entonces la mirada de mi pasador para seguir observando como era el lagarto el que se disponía a combatir.

Escuchar sus palabras fueron algo que me sorprendieron. ¿Él se creía una bestia? Cierto era que él era un semidragón pero para decir que era una bestia. Fue justo cuando en mi mente imagine al lagarto de una forma pequeña, pareciendo hasta abrazable. Negué varias veces por pensar tal cosa. Tenía que estar pensando en el combate pero como siempre, la mente pensaba mil y una cosa aparte a pesar de que no era momento para ello. Fruncí aun más entonces mi ceño. Observar como el baka del lagarto era envuelto en llamas en sus manos, hasta su espalda, donde una pequeña parte de su ropa se había vuelto ceniza. Sorprendiéndome ver como salían unas alas de su espalda y del como sus puños se volvían unas garras afiladas. Si no hubiera sabido que era ese tipo de raza o ya hubiera visto como usaba el fuego, ya me hubiera alertado y hubiera salido del escondite a echarle agua como una loca desquiciada. Aunque por suerte ya sabía esa información y no tenía que preocuparme, más bien admirar como las llamas recurrían a él, pero entonces... Algo se me paso al instante por mi cabeza al ver su fuego. ¿No eramos lo contrarió? Mi poder era sobre el agua y el suyo era el fuego. ¿Eso no era algo malo? No me había dado cuenta antes, hasta ahora. Cosa que dejo mi mente algo ida. Aunque trate de concentrarme y si me fijaba, él parecía más amenazante adquiriendo algo de su raza, en cambio yo, no tenía nada físicamente que pudiera ser amenazante, solo dependía del agua y mi espada.

Mire de reojo a Pochy y a Soul. Por suerte estos no se movían de su sitio, sobre todo Pochy, el cual estaba más asustado. Por eso me agache, quedándome de cuclillas para con la mano libre, darle caricias en su cabeza peludita entre las orejas.
No te preocupes Pochy. Todo se acabara, ese ser no va a tocar ni un pelo de tu cabeza. De igual forma estaré aquí yo para protegeros a ambos.Al terminar de decirle eso. Aparte mi mano de su cabeza y le di ahora unas caricias a Soul al apoyarla sobre su cabezita. Entonces me levante lentamente del lugar, volviéndome a asomar para ver como iba el combate. ¿¡Estaba volando!? ¿¡De verdad podía volar!? De repente me dieron ganas de golpearme contra algo al preguntar tal tontería, pero es que ya de lo que apenas le había visto, me había acostumbrado en verlo pegado al suelo. Parpadeaba un par de veces. Inconscientemente recordé cuando Akki me llevo a la playa con ---. Me sentía algo asustada por volar sobre un dragón en ese entonces y no se porque, de repente en mi mente, cambié al compañero de Akki, por la del lagarto, siendo él el que nos llevaba volando a los dos. Mi rostro se quedo un tanto paralizada de forma estúpida y negué varias veces. ¿¡Cómo demonios imagine tal cosa? Realmente tenía una gran imaginación o quizás se me había ido la cabeza.

Lagarto no le daba descanso alguno a ese ser. Sobre los samurais, estos parecían alejarse para no estorbar, pues parecían algo sorprendidos cuando el lagarto adquirió esas partes. Mire a mi alrededor y me fije que ya no había nadie o al menos desde ese escondite apenas podía fijarme, así que los que no viera desde ese lugar, podía imaginar que realmente se habían ido. Seria algo de locos si realmente siguieran por ahí. Me voltee entonces lentamente, mirando el lago que este se encontraba apenas unos pocos pasos delante mía. Lo observe por unos segundos, pero luego levante la mirada para mirar si al otro lado había gente y al parecer tampoco. Suspire entonces aliviada. No quería que hubiera gente que pudiera sufrir o fuese herida por ese ser. Volví a voltearme lentamente, observando de reojo de nuevo a Pochy y Soul. El primero pareciendo un poco calmado y el segundo ni si quiera se sabía como se encontraba. Devolví mi mirada para ver como seguía el combate, aunque comencé a sentirme algo inútil realmente. Quedándome aquí apartada sin hacer nada que solo mirar. Aunque si lo miraba por el lado positivo, podía aprender del lagarto sobre como pelear, así que también eso era algo bueno, mientras que no le pasara algo malo claro.
Kougyoku Ren
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Privado Re: Lo malo de las palabras es que a veces dicen la verdad. [Priv. James Adamska]

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