Recuerdos vuelven a la vista de los copos congelados en la ciudad [Privado Christa]

por Invitado Miér Ago 05, 2015 8:57 pm

El tiempo para un ser que parecia no poder morir podia llegar a ser muy tortuoso sobre todo si esa persona llevaba en su pasado eventos que marcaban su vida de formas dolorosas. Muchos consideraban que la muerte era la peor manera de castigar a alguien, enviarlos al olvido eterno pero no entendia que muchas veces la muerte era unicamente el descanso final, el momento en que finalmente todo lo que te sofocaba se iba y podias entregarte a un sueño largo. Siendo lo quera, Josef siempre habia visto y siempre veria a la muerte como su siguiente etapa donde todo lo malo que alguna hizo o le hicieron se iria, podria finalmente descansar de verdad y recordar las cosas bellas de su vida mientras se entregaba al calido abrazo de la oscuridad.

La realidad era que esos sentimientos abordaban al hombre durante los aniversarios de las perdidas que sufrio durante su vida, las dos grandes heridas en su alma que jamas terminarian de sanar. Durante esas fechas recordaba que en un momento habia estado sentado en una acogedora casa leyendo una historia a su hija mientras su esposa cocinaba en la otra habitacion...y al siguiente estaba de rodillas sosteniendo los cuerpos de ambas sin vida, sintiendo como todo en su interior se quebraba completamente. Nunca fue el mismo luego de aquello, todo simplemente cambio en una sola terrible noche.

Para Josef solo existia una persona con la que podia hablar cuando llegaban esas fechas tan duras, una mujer que ahora representaba el maximo poder en su reino de nacimiento y que ironicamente alguna vez fue una niña que el angel cuido. Su vieja amiga era ahora la ministra de Tempus, maxima autoridad del reino eh indirectamente su jefa. Era gracias a ella que muchas cosas en su vida habian poco a poco vuelto a la normalidad y la verdad era que no le habia demostrado la gratitud que se merecia por todo lo que hizo por su persona.

El frio era terrible cuando dio sus primeros pasos en la capital de Tempus. Como siempre la ciudad era azotada por ventiscas que obligaban a todos los presentes a envolverse de pies a cabeza con abrigos gruesos en un intento de combatir las inclementes temperaturas.- No podia haber elegido mejor lugar para vivir...-murmuro sarcastico el angel mientras acomodaba su abrigo negro, intentando mantenerse medianamente calido. No habia llamado a preguntar si tenia tiempo de verlo, esperaba que si pero entendia si no podia, era una mujer realmente ocupada despues de todo.- No puedo con este clima...necesito algo de beber...-soltando un suspiro gelido se encamino al primer local que logro ver entre la nieve, una vieja cafeteria en el extremo de una de las calles.
Dentro la temperatura era sin duda mejor, no completamente calida pero lo suficiente para poder abrir su abrigo aunque prefirio no quitarselo. Directamente camino a la barra del local, pidiendo el cafe mas caliente y concentrado que tuvieran mientras apoyaba su diestra en la superficie de madera, llevando su unico orbe a una de las ventanas.- Veamos si puede venir -murmuro sacando un pequeño aparato de entre sus ropas, escribiendo un sencillo texto diciendole donde estaba y preguntadole si podia ir a ese lugar, enviandolo luego de haber terminado de escribirlo.

por **Christa HelleMond** Jue Ago 06, 2015 2:01 am

A la muerte de sus padres, Christa fue recogida por otro ángel de la guerra. Estuvo junto a el lo suficiente como para crecer y lo justo para sentir el primer dolor que se siente cuando te enamoras de la persona equivocada, mas todo aquello era un secreto que solo ella y su soledad sabía. Tras décadas sin saber de él, un día hace mucho, encontró a un ser de alas negras como el carbón, fuera de sí, manchado con la sangre de otros. Cuando la ángel neutralizó a aquel ser en la calidez de sus brazos, fue la primera vez que lloro realmente de verdad. A partir de ahí para ella, cuidar de el ángel caído en dolor era una prioridad tanto como proteger Tempus.
Su rostro parecía impasible reflejado en uno de los enormes cristales blindados que adornaban su despacho con vistas al inmenso mar de Tempus. Lo conocía bien, aun así nadie entraba o salía de Tempus sin que la ministra o en su defecto la almirante lo supieran.

-Prepara el transporte -Indicó la ministra seria, con un aire elegante y altivo sin ser clasista. Se movió hacia el perchero del despacho tomando su casaca militar mientras daba un largo suspiró colocándose la misma y posterior su sombrero. Salió sin mas dilación del despacho y tras pasar varios puestos de control de seguridad y acompañada siempre por dos escoltas, se subió a su vehículo. Casi al final del trayecto su teléfono móvil sonó con un tono suave y cuando sus ojos leyeron una sonrisa ladina adorno su hermoso rostro angelical.

Apenas 3 minutos despues del mensaje el vehículo ya estaba en la puerta del bar. La gente del bar no podía creer lo que veían sus ojos cuando la ministra entro dentro del lugar. Haciendo caso omiso de las miradas y algun comentario simplemente saludo al que se suponía dueño o mayor cargo del loca, moviendo un gesto de su rostro y marcó sus pasos con aquellos tacones que parecían musica por el caminar de la angel.
- ¿Espero no haberte hecho esperar mucho?... jósef

por Invitado Mar Sep 22, 2015 4:36 am

El frio nunca habia estado de acuerdo con el albino, demasiado tiempo utilizando el fuego para destruir lo habian echo algo sensible a las bajas temperaturas pero no era nada que algun licor no pudiera arreglar, sobre todo uno tan bueno como el que servian en esa ciudad. Aun recordaba los dias cuando venia a la capital del reino a beber luego de un trabajo realizado correctamente y aun en la epoca cuando era un criminal, visitaba las tabernas de la capital para ahogar sus penas en tanto alcohol como el dinero pudiera comprar. La violencia y la bebida habian sido sus dos maneras de escapar por momentos de su realidad, una anestecia temporal que le ayudaba a poder dormir durante las noches. Claro que eran noches sin sueños, bueno la gran mayoria, ya que aun recordaba esos pequeños atisbos de luz, que muchas veces le parecian mas una realidad que parte de un sueño, donde era capaz de percibir un ser de paz muy familiar. Quizas eso tambien fue lo que mantuvo su poca cordura intacta y no le permitio volverse una bestia completa.

Bebiendo el albino se preguntaba se aquella dama seria capaz de asistir a ese bar. Sabia que ella habia recibido el texto que le habia enviado pero sin respuesta al mismo, tenia la interrogante en su mente. Tenia claro que aun siendo viejos amigos, la bella angel era despues de todo la ministra el reino y por tanto su jefa directa, al menos mientras se encontraba de labor. Quizas debido a eso, Josef habia encontrado muy dificil actuar de una manera casual con la rubia, hablar con ella como cuando eran mas jovenes y reir como en esos dias. Muchos recuerdos gratos compartia con la muchacha y tambien compartia un nuevo sentimiento que habia surgido cuando la vio luego de muchos años, cuando aun vagaba sin rumbo consumiendose por la oscuridad. Era un hermoso sentimiento pero cada vez que buscaba la manera de hablar con ella sobre el tema, a su mente acudia la imagen de su esposa. No la estaba traicionando pero Josef la habia amado demasiado y aunque admitia estarse enamorado de la ministra, no tenia las fuerzas para decirselo, al menos no las tenia aun.

Habiendo pedido su tercera copa, el hombre fue sorprendido con el sonido de una voz. Le costaba creer que la ministra se hubiera rebajado a pisar ese lugar solo para verlo pero sin dudas ahi estaba ella.- Christa...me alegra verte -dijo con un toque de seriedad y quizas frialdad, marcas casi naturales en la voz del albino. Dejando la silla que estaba usando en la barra, camino hacia una de las mesas mientras hacia un pequeño gesto con su mano para que la rubia lo siguiera.- No pense que vendrias tan rapido pero gracias -comento tomando asiento y apoyando sus manos sobre la mesa de roble.- Se que estas ocupada pero...eres la unica con la que puedo hablar cuando llegan esos dias -dijo mirandola con su unico orbe dorado, el cual estaba ligeramente teñido con un aire de melancolia.- Sabes? Aun luego de tanto tiempo, me cuesta creer que esten muertas...y que yo este solo en este mundo -soltando un suspiro el albino levanto su copa y la vacio de un trago mientras cerraba por un instante su ojo.

por **Christa HelleMond** Miér Nov 04, 2015 4:12 pm

Cuando escuchó aquella voz al saludarla, no pudo evitar modificar su rostro al de siempre, aquella imponente ángel que solo con su presencia imponía respeto a los demás, era solo una frágil criatura cuando estaba el albino a su lado y en ese instante poco le importaba.
-Yo también me alegro mucho de verte Jósef, ya pensaba que no ibas a dignarte a llamarme o ir a verme, ya que llevas tiempo aquí y aun no habías intentado contactar conmigo. -Indicó la rubia tomando asiento en la mesa apartada del local, justo la misma que Jósef le había indicado con un gesto de su mano.

Al tomar asiento obviamente se retiró su casaca y el sombrero, dejándolos a un lado para de ese modo ser mas ella y menos ministra la que estaba delante de el ángel albino. -Vine nada mas recibí tu invitación, solo espero que no hayas esperado mucho, tenía que cambiar el rumbo ya que iba a otro lugar. Pero ese lugar no es importante, este si lo es.
Se acomodo apoyando un codo sobre la mesa mientras que su mejilla descansaba en su mano, simplemente mirándolo con una leve sonrisa. Realmente estaba feliz de verlo en Tempus, de saber que había dejado aquella vida que no era para nada digna de alguien como él, sabiendo por su puesto, que ahora lo tenía mucho mas cerca. Christa empezaba a temer que volviera a caer en aquel lado oscuro y con su cargo de ministra no podía estar como antes haciendo lo que a ella le daba la gana por decirlo de algún modo, ahora tenía otros deberes, pero su deber con él estaba muy por encima de muchos otros, además de que lo hacía porque realmente lo sentía su corazón. La ministra de Tempus era un ser que ayudaba a todo el que necesitase de su ayuda, pero el amor que sentía por aquel albino superaba su deber para con su devoción.

Por mas que el tiempo pasase, sus sentimientos seguían ahí, cierto era que posiblemente no eran tan fuertes como antaño, porque el primer amor se vive de una mas irracional, sin cabeza alguna quizás con una desesperación y tristeza que la llevó a saber que no volvería a sentir nada parecido en ningún otro momento. Los años, la sabiduría, la madurez, muchas cosas habían cambiado desde aquel día en el que le dijo que iba a casarse con otra, ese día en el que ella regresaba de una campaña contra enemigos de la patria, ese día en el que estaba decidida a decirle lo que sentía por él. Aquel día su sonrisa de supuesta felicidad plena por su amigo escondía un dolor que siempre aflora cuando recuerda que está enamorada de él, para devolverla a la tierra, pisar fuerte y pensar que eso solo fue un amor de niña y como tal, así debe ser y debe seguir.

Pero hay momentos como este en los que ambos están uno frente al otro en los que la rubia por unos instantes cree que tiene una oportunidad con él, pero a su misma vez en momentos como éste, el albino le recuerda que sigue enamorado hasta las trancas de su esposa y que jamás nadie ocupará dicho lugar. Con la vista baja unos segundos la cual no tardó mucho en alzar a el cuando terminó aquella frase, le dedicó una de sus mejores sonrisas. -Jósef como puedes decir que estas solo...y yo ¿qué? ¿Tan poco valgo para ti que ni si quiera me cuentas? -Preguntó con sarcasmo intentando no perder la sonrisa, dirigiendo una mirada y un gesto de su mano al camarero para que le pusiera algo de beber a ella y llenara la copa ya vacía de él.
-Pedirte que hoy hagamos algo distinto que no sea emborracharte en un bar y lamentarte hasta que no seas un despojo de ser, es en vano ¿cierto? -Se levantó de su asiento y se sentó junto a él posando su mano sobre la ajena, suspiró sin mas y con lentitud apartó su mano para no ser inoportuna y evitar molestia en el con aquel gesto. -Bueno pues si hay que beber yo quiero comer también. ¡Mesero! ¿qué tal la comida en este lugar? -Pregunto animada mientras miraba una carta de menú que había sobre la mesa de madera.

por Invitado Mar Nov 10, 2015 1:20 am

Muchas veces solía observar el horizonte desde su oficina en la base marina y pensar que había todavía mucho mundo que explorar, que aún había sitios que no había pisado, personas que no había conocido y experiencias que aún no había vivido. Pensar en esas cosas por lo general solían despertar su antigua necesidad de viajar y perderse en las profundidades de los reinos, dejando todo atrás como antaño. Desde que enviudo podía viajar y dejarlo todo sin darle una segunda mirada a su espalda pero ahora encontraba más difícil abandonar sus obligaciones, desde que la ministra entro nuevamente en su vida, empezó a prestarle más atención a sus obligaciones, olvidando un poco aquella faceta de nómada que muchas veces predomino su vida. La mujer, su amiga más antigua, presentaba una faceta de su persona que pensó murió tiempo atrás pero cuando la veía, casi podía sentir como aquellas viejas costumbres, aquella antigua sonrisa y la cálida mirada de antes se despertaban. Casi lo llevaba a los momentos antes de cazarse, antes de tomar el rumbo que solo trajo ruina a su ya desgastada vida.

Como siempre la voz de la rubia ángel lo saco arranco de sus memorias, apartando los recuerdos de lejanos parajes repletos de muerte, destrucción. Era un ángel pero no podía negar que la oscuridad poseía una atracción muy fuerte sobre su espíritu, después de todo no todos los ángeles tenían la capacidad de acceder al poder oscuro de las sombras y sin embargo ellas le respondían durante las batallas, llenándolo de un poder que sencillamente lograba sobrepasar sin dificultad el que sentía cuando se encontraba en la luz aunque habían ataduras que impedían que diera ese último paso hacia la oscuridad, una pequeña luz ajena a su corrompida persona se negaba a dejarlo envolverse de nuevo. Molesto sentimiento que aun iluminaba con su pequeño resplandor, lo sabía cuándo Christa volvió y lo cuido, sabía que le sería casi imposible volverse un ser oscuro. Ser un ángel caído, convertir unas pocas plumas negras en dos completas alas ébano y abandonar el calor del cielo por la tortura del infierno, había tantas posibilidades que podían aun empujarlo sobre la línea y solo se necesitaba una.

Si no fueras importante para mí, no seguiría atado a este congelado reino –menciono con calma mientras elevaba su mirada hacia el rostro de su compañera y por un instante mantenía una conexión fija con los orbes ajenos, conexión que ceso cuando el tacto ajeno provoco un ligero estremecimiento en su piel. Josef parecía tener un caso de pequeño enamoramiento con su salvadora, al menos eso pensaba debido a las esporádicas emociones y sensaciones que lo recorrían cuando se encontraba en compañía de ella. Algunas veces maldecía aquellas sensaciones, no por que fueran malas sino porque lo sacaron de un camino que ya había aceptado iba a recorrer por lo que durara su infinita vida.- De echo había pensado solo beber lo suficiente para entrar en calor y luego salir a dar un paseo, quiero hablar de algunas cosas contigo pero demasiados oídos curiosos nos rodean –menciono elevando su mano izquierda hasta su rostro donde soltó el nudo que mantenía su parche sujeto y lo dejo en la mesa. Días como ese traían mucho dolor a la cicatriz en su rostro, quizás debía considerar visitar la compañía tecnología de Tempus, estaba seguro que ellos podrían fabricarle un ojo igual a su orbe natural.- Igual, tengo una duda primero Christa. Jamás me explicaste como diste conmigo cuando me salvaste, me habia ocultado de cualquier ser divino y sin embargo tu lograste dar conmigo –siempre habia tenido esa duda sin resolver, era casi como si ella lo hubiera estado siguiendo aunque era imposible, toda la oscuridad que lo consumia, ningún angel podría estar cerca de un alma asi de corrompida.

por **Christa HelleMond** Sáb Nov 21, 2015 2:08 am

A pensar de que la rubia se mostraba sonriente y entusiasta con todo lo que hacia, en su interior tenia un cumulo de sensaciones que de vez en cuando la ahogaban considerablemente. Por suerte hoy dia muchas de ellas gracias a su sobrina se habían evaporado pero por contra otras se avivaban tanto como el fuego cuando se le echaba mas leña. Intentó parecer divertida inclusive cogiendo la carta menú de aquel sitio, pero cuando el albino dijo que esa noche no sería como las de costumbre, no pude evitar alzar el rostro y fijar sus ojos en el, modificando aquel entusiasmo casi frívolo a veces, para mirarlo con una dulce ilusión.
-¿Enserio Jósef? - Ya ni recuerda cuantas veces desde que lo saco de aquella oscuridad, había rezado porque una sola de esas noche no se ahogara en aquellas bebidas que dominaban su cuerpo para ahogar todas esas penas que lo carcomían por dentro, sin dejar ella de sentirse absolutamente inútil por no poder evitarlo y solo permaneciendo a su lado intentando que la siguiente copa fuera por fin la ultima.

Una sonrisa casi tímida se dibujo en sus labios pero el escalofrío que recorrió su blanca piel erizando todo su cuerpo al escuchar aquella pregunta y mas aun el pensar la real respuesta de la misma provocó que por auto reflejo de aquella sensación algo embarazosa para la ministra, bajará la vista ya que realmente no podía decirle el motivo principal por el que lo encontró y el otro motivo en si iba a ser también algo que no le gustaría a él. ¿Qué debía hacer en ese momento?
-Yo nunca dejé de buscarte...nunca. -Realmente era cierto lo que decía el albino, los ángeles puros no pueden encontrar a los sumidos en la oscuridad, no deben hacerlo. Por eso, cuando un ángel comienza a oscurecer su esencia, la especie de unión que existe entre seres de luz se pierde y si ese ser, no desea ser encontrado por uno de los suyos, el otro nada puede hacer. Pero ella lo encontró, no lo solo porque lo que su corazón siente por aquel varón, que realmente ni la ha mirado de otro modo que no fuera una compañera de raza, guerra o no se un familiar, sino porque la misma oscuridad que lo condenó a él, estaba envenenando el corazón de la ángel y por ese motivo, pudo localizarlo después de todo. Era algo realmente contradictorio, lo encontró por su amor por él y por la oscuridad que ambos compartían.

Era hora de decirle algo más, Christa sabía que Jósef no se quedaría satisfecho con aquellas palabras, mas aún cuando los hechos hacían que fuera demasiado complicado el encontrarlo sin que existiera otro motivo de fuerza mayor que fundamentara esas simples palabras. La rubia se levantó de el asiento frente a él para pasar a sentarse a su lado.
-Te encontré por la misma oscuridad que te sumía en ese fin que deseabas. Porque aquella oscuridad, estaba buscando mi fin. -Dijo, intentando ser rápida, concisa, tomando aire para continuar intentando buscar en el oxigeno el valor para explicarle, pero el segundo motivo es algo que seguirá guardando su corazón.
-Días posteriores al suceso que te atormenta, yo andaba tras esa sombra. La misma me llevó hasta la que era tu casa y aprovechándose de una cruel ilusión de tus seres queridos pidiéndome ayuda, me atacó para matarme. Pero por alguna razón no pudo matarme pero si envenenó mi corazón. Durante un tiempo me sentí un monstruo que no había podido salvar a los tuyos, yo en ese momento no sabía que era todo mentira, ya estaban en el otro lado días antes de aquello. Yo siempre te he... -Se ahogo en ese momento intentando no decir lo que no debía, aferrando sus puños a la tela de su falda impotente por su silencio eterno. -Siempre te he apreciado mas que nada y no podía permitir que te pasara nada malo. Así que salí a buscarte, por todos sitios. Ni te imaginas en los lugares que he estado y cuando di contigo, me juré a mi misma que si te perdía de aquella manera no había razón alguna para continuar con la mía. ¿Qué clase de ángel sería si no puedo proteger a los seres que quiero? Aunque mi corazón poco a poco se iba cubriendo de ese negro veneno que me apagaba hasta el punto de eliminar mi poder de luz, mi intención por querer que estés bien era mayor a el daño que me consumía.

por Invitado Jue Ene 14, 2016 7:47 pm

Jamás había resentido a Christa por no buscarlo, como podría hacerlo si en realidad nadie sabia que había sido de su persona luego de que presencio el brutal asesinato de su familia pero sin embargo ahora que escuchaba las palabras de su amiga, no terminaba de creer que ella lo hubiese estando rastreando y además de ello, se hubiera arriesgado al punto que la misma oscuridad que lo consumió estuvo a punto de destruir la luz que ella tanto irradiaba. En esos momentos simplemente odiaba a la criatura que provoco todo eso, quería destruirla con sus propias manos si le era posible y asegurarse que nadie de su calaña siguiera destrozando las vidas de las demás personas.

No tenia palabras para describir lo que sentía en esos momentos, en realidad nada sería capaz de resumir lo que pasaba por su mente en esos instantes. Sin embargo un suspiro abandono sus labios mientras vacía el contenido de su vaso y se levantaba, tomando la mano de la ministra con delicadeza. Sonriendo ligeramente la guio fuera del bar de vuelta a las frías calles de la capital, manteniendo el silencio mientras caminaba con ella por las distintas calles hasta uno de los tantos ríos congelados que había en la ciudad.

Christa debiste decírmelo antes. Jamás pensé que mis errores afectaron a alguien que yo quiero tanto aunque de la misma forma te agradezco que no me dijeras nada, seguramente habría enloquecido más allá de mi control y jamás hubiera logrado salir de esas tinieblas –con tranquilidad, el albino tomo las manos de la ministra y la guio hacia la superficie congelada, comenzando a patinar lentamente con ella mientras le dedicaba una sonrisa calida.- Gracias por todo lo que sacrificaste por mi, mi llamada fue para pedirte algo en realidad. Quisiera que me permitieras permanecer en la ciudad por unos días y que te tomes unos días libres. Quiero que recuperemos el tiempo que perdimos, al menos una fracción si estas de acuerdo –expuso el albino sin dejar de moverse, manteniendo siempre un brazo alrededor del cuerpo ajeno para asegurarse que no se alejara ni se callera en el hielo.

por **Christa HelleMond** Vie Ene 22, 2016 7:37 pm

En aquellos momentos la ministra de Tempus era solamente Christa. Tras aquellas palabras que le dedicó con sinceridad maquillada al albino, su mirada no atrevía a subir de ese estado bajo y sumiso, parecía ser otra persona la que estaba sentada en aquella mesa, otro ser que tras decir aquello se sumía en una espera de regaño o quizás inclusive en un rechazo absoluto, pero estaba esperando las consecuencias y su corazón, ahora ya limpio de aquella oscuridad, deseaba zafarse de aquello fuera como fuese, así que la mezcla entre alivio e incertidumbre le estaba presionando el pecho de una manera asfixiante.

Sus ojos se abrieron sorprendidos cuando la mano del ángel tomó la suya en aquel repentino movimiento y sin saber ni como estaba caminando fuera del bar detrás de sus pasos, jalada por el mismo en una especie de silencio que no sabía si estaba bien o estaba mal. Salieron del bar bajo la mirada estupefacta de los pocos que allí estaban y cuando vio a sus guardaespaldas que aun estaban ahí esperando en el coche, estos se movieron rápido entendiendo que algo malo pasaba. Solo le dio tiempo a hacer un gesto con la mano indicándole a estos que estaba todo bien y como pudo, ocupo el lugar al lado del ángel caminando a su ritmo aunque aquellos tacones no estaban preparados para la caminata rápida que el había impuesto.

-Jósef... -Apenas susurró antes de pararse de manera abrupta y ver de frente al albino fijamente a los ojos, manteniendo un enorme silencio desde que el comenzó a hablar. Sus palabras sonaron de una manera firme en sus oídos, algunas las cuales quiso interrumpir con sus explicaciones pero que por alguna razón prefirió callar y su gesto se volvió algo afligido, quizás melancólico, triste pero adornado con esa sonrisa que siempre intentaba mostrar a todo el mundo para ocultar sus verdaderos sentimientos. En ese momento volvió a pasar lo mismo y su gesto cambió de manera incomoda al ver que tomaba sus manos y la llevaba sobre aquel agua helada. -Por todos los dioses Jósef que voy en tacones... -Dijo dejando escapar una pequeña risa sujetándose a el agarrada como gato que temía mojarse, estrechando su cuerpo al suyo en un abrazo que poco a poco la relajó haciendo que cerrara sus ojos al apoyar la mejilla en el hombro ajeno.

-¿Dias...libres? Jósef soy la ministra de Tempus nosotros no tenemos de eso. -Entreabrió sus ojos un poco quedando seria, pensativa y lo estrechó aun mas en aquel abrazo. -Aunque...Supongo que podría hacer algo al respecto. Acepto si puedo hacer algunas tareas no puedo desatender a Tempus Jósef me debo a este reino, pero procuraré que sean las justas, además tengo a Kanu que puede relevarme en algunas otras tareas. ¿Y que se supone que vamos a recuperar? Nosotros siempre estuvimos así en realidad, ahora no hacemos muchas cosas distintas a las que hacíamos, teniendo en cuenta que cuando la gran guerra terminó, tu te centraste en tu familia y yo pues, estaba centrada en mejorarme a mi misma por orden del Lord. Creo que el ya sabía que en un futuro tendría que tener la responsabilidad que tengo ahora en Tempus.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
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Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Recuerdos vuelven a la vista de los copos congelados en la ciudad [Privado Christa]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater