[+18] Feliz... ¿desfase? [Akatsuki Ousawa]

por **Garnet Vermell** Lun Sep 28, 2015 2:20 pm

Podía parecer una tontería, pero Garnet se tomaba muy en serio eso de llevarse bien con sus tropas, pese a que de vez en cuando sus cambios de humor (si se pueden llamar de alguna manera, aunque no sea precisa) terminaban dando la impresión equivocada. Dentro del respeto que debían de tener hacia ella, consideraba que la confianza era primordial. No se solía mostrar empática y le costaba horrores hacer algo por agradarles (¡muchas veces le hacían perder la paciencia, maldita sea!), pero pretendía que éstos pudieran considerarle como una líder de fiar. Aunque… no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Por los pasillos del cuartel llegó a escuchar que algunos de sus soldados planeaban llevar a su ayudante, Albert, por una calle cuya vida nocturna era muy popular en la ciudad. Éste era un hombre joven, demasiado sereno y tímido, por lo que habían decidido que tuviese una noche ”especial” por su cumpleaños, que sería en unos días. Como también iban a asistir soldados mujeres, quizás se pensarían lo de contratar a meretrices para más tarde.

Al principio, tras escuchar esta conversación, había pensado en darles una reprimenda por querer manchar la imagen del pobre muchacho. ¿Pero y si él quería desestresarse un poco de esa manera? Sabía que muchos otros soldados respetables, fuesen hombres o mujeres, disfrutaban tomándose algunas copas en las tabernas de aquella zona. Para sorpresa de sus subordinados, acabó casi ordenando que le permitieran acudir con ellos. Tal vez así lograría tener una posición más cercana. Hasta las damas como ella podían permitirse una bebida o dos. O… bah, qué más da. Una sabía dónde estaba el límite. Total, podrían seguir respetándola si no se pasaba de la raya.

Albert parecía no tener ni idea de lo que iba a suceder. Pero mejor así, porque quizás se negaría en rotundo al principio. De este modo, Garnet logró entablar una pequeña relación de complicidad con algunos de sus soldados para prepararle así una especie de encerrona. Por supuesto, así su ayudante se relajaría después de tanto estrés al que estaba sometido día a día. Aunque tampoco es que recitarle la agenda a la pelirroja día sí y día también fuese algo muy duro… porque eso era lo que hacía, ¿no?

…No le gustó en absoluto la idea. Cuando vio a dónde le estaba llevando Garnet a esas horas, se iba poniendo cada vez más nervioso, pero lo que menos se podía esperar era que estuviesen sus compañeros esperándole en un local. Nada más entrar por la puerta, puso cara de pánico y quiso huir, pero la pelirroja estaba justo detrás de él y le retuvo. – Es una orden, – le dijo, esbozando una sonrisa maliciosa. Sin duda iba a ser divertido ver a Albert en una situación así.

Pero quien acabó pasándoselo en grande, más que Albert (que había perdido sus gafas a saber dónde), había sido Garnet. Antes de darse cuenta, llevaba varias copas de más, pero se sentía feliz. Estaba bebiendo y riendo junto a sus subordinados, que en ese momento parecían ser aliados del mismo nivel. Sin embargo, debido a su estado de embriaguez (que se negaba a reconocer por todos los medios) de vez en cuando trataba de ponerse seria para no perder la compostura, pero resultaba más ridícula de lo que creía.

Fue entonces cuando se percató de que Albert no aparecía por ningún lado. ¿Quizás habría ido al baño? No, él era demasiado tiquismiquis como para orinar en un lavabo público. ¿No sería capaz de haberse ido al cuartel sin más...? ¡Pero si estaba borracho! ¿Cómo planeaba llegar? Como se sentía preocupada, se levantó de la mesa donde estaba con sus soldados, que no se extrañaron ante su repentino gesto porque estaban de alcohol hasta las cejas. – Vengo… vengo ahora, ¿v-vale? – Ya no sabía ni hablar.

Salió bruscamente por la puerta, haciendo eses al caminar. Era consciente de que se había pasado… quizás un poquito. Sí, sólo un poquito. Pero el hecho de que estuviera todo a oscuras en el exterior dificultaba la búsqueda de su asistente. Qué bien. “Veremos a ver cómo me las arreglo…” pensó. No le iba a ser fácil, y más teniendo en cuenta que se tropezaba cada dos segundos.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Sep 30, 2015 6:10 pm

Había quedado con unos compañeros Rubinus para inaugurar unas viviendas nuevas para gente que había perdido la suya, pero al final, ellos se rajaron. Con tan solo una hora de antelación le dijeron que no podrían ir y que tenían otros planes más importantes que los de irse de juerga toda la noche. Naturalmente se enfadó: Uno no puede confirmar asistencia y justo antes del encuentro decir que no. Ahora estaba él solo, en un ciudad a tomar por culo de la capital sin nada que hacer. Como un niño pequeño mosqueado, estuvo apoyado contra la muralla de la ciudad con los brazos cruzados, la cabeza bajada y las mejillas hinchadas. Estaba pensando qué hacer con su enfado y después de meditar durante unos largos minutos, decidió desfogarse para poder estar tranquilo.

Dio un paseo por la ciudad hasta meterse en un bar a beber y a ligar con alguna chica. Encontró uno que no tenía demasiada gente y se pasó ahí un par de largas horas, consumiendo una, dos y tres botellas de wishky. Estuvo a punto de tirarse a varias chicas, pero al final no lo consiguió porque se fueron y dentro del bar no podía forzarlas a nada, además que tampoco sería posible hacerlo ni con su voluntad. En realidad quería irse con ellas, pero tenían otros planes que no pudo quebrar de ninguna manera: Ni siquiera emborrachándolas. Siempre estaba la puta amiga que no quería tomar casi nada y que conseguía llevarse al grupo sin que hicieran nada. Maldijo esa mala suerte, ahora estaba todavía más cachondo y se había cansado de beber para nada.

Al abandonar aquel local, se dio un pequeño paseo sin saber a dónde ir, con lo que uno podría denominar "Mal día para un íncubo". Vio a lo lejos, una muchacha que no tenía ni idea de a dónde iba. Se quedó tranquilamente mirando como trazaba una ruta aleatoria y como luchaba por no desplomarse sobre la calle. Pensó que podría tener más suerte con una chica en ese estado, así que se acercó por detrás, mientras ella seguía en su afán por coordinar sus movimientos. Rodeó su cadera con los dos brazos, acercando los labios al cuello, desprotegido y pálido. Tampoco podía admirar detalles, pero no lo necesitaba. Pasó la punta de la lengua de manera juguetona, apegando la espalda ajena a su propio cuerpo.

-¿Qué hace a estas horas una chica tan preciosa como tú, solita? Ven, Akki te hará compañía.

por **Garnet Vermell** Miér Sep 30, 2015 8:17 pm

– Vale. Vamos a ponernos serios. Tú sabes andar en línea recta, Garnet. – Decía sus pensamientos en voz alta, hablando consigo misma. Claro que vocalizaba peor que Pingu en el dentista y no sabía ni cómo estaba diciendo las cosas, pero ella se entendía. Tampoco sabía quién era Pingu, pero romper la cuarta pared estaba entre sus más oscuras aficiones y más aún cuando iba como una cuba. Aunque nunca había estado en esas condiciones.

Esperaba que no la viera nadie. Vamos, dada la hora que era no debían de quedar muchas personas por ahí. Era cuestión de llegar tranquilamente al cuartel, revisar si Albert había llegado sano y salvo (incluso si se había quedado desmayado de la manera más asquerosa y ridícula posible, con que estuviera allí ya estaría tranquila) e irse a la cama. Principalmente porque no sabría cómo volver a aquel antro.

Al cabo de un rato de intentar andar en línea recta (sin éxito) se dio cuenta de que se había concentrado tanto en mantener una postura digna que se había perdido. Mills era demasiado grande como para que se la supiera como la palma de la mano, pese a que ya llevaba un tiempo allí. Tampoco tenía la cabeza como para ponerse a pensar, pero debía hacerlo o acabaría tirada en alguna esquina mugrosa, durmiendo a pierna suelta. – A ver, a ver. Si vuelvo por donde he venido… - Estaba tan ida que no terminó la frase en voz alta, pero la concluyó dentro de su cabeza. Quizás si deshacía la ruta hecha, podría empezar a caminar desde la taberna. Tardaría más, desde luego, pero al menos así no estaría vagando durante toda la noche.

EH. EH, EH.

¿Por qué de repente había alguien rodeándole la cintura… y lamiéndole el cuello? ¿Qué diantres estaba pasando? – Pero qué mierd - Se interrumpió a sí misma al notar la calidez de un cuerpo ajeno que se juntaba al suyo. Desconcertada, comenzó a forcejear. Lo que faltaba es que viniese un borracho a tocarle los bajos fondos… literalmente.

– Oye, suéltame, ¿quieres? – logró decir. Se le pasó por un segundo la absurda idea de que el tal Akki fuese uno de los soldados, teniendo en cuenta que era pésima para los nombres y se despistaba más que un pulpo en un garaje. Desde luego, si llegase a estar sobria no tendría pensamientos tan descabelladamente estúpidos. Antes de que pudiera descartar semejante tontería, su boca comenzó a hablar, para fastidio de ella misma. – Haz el favor de llevarme con el tal Akki si quieres, pero no me toques. No sabes el puro que te va a caer cuando sepa quién eres. – Menuda idiota.

Era incapaz de soltarse. No se le daba bien luchar cuerpo a cuerpo y menos aún librarse de inmovilizaciones. Podía mover los brazos, pero el tipo parecía que ni se inmutaba. - ¡Agh, déjame en paz! ¿No sabes quién soy, acaso? ¡S-soy toda una autoridad! – Lo mismo ni siquiera se estaba enterando de lo que estaba diciendo debido a la mala pronunciación que tenía por la embriaguez. Probablemente, de no poder escaparse, tendría que usar alguna pequeña llamita para darle un escarmiento, provocarle alguna que otra quemadura. Pero teniendo en cuenta que eso requería que estuviese en buenas condiciones físicas, probablemente no funcionaría como esperaba.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Sep 30, 2015 11:34 pm

Como solía pasar, la mujer empezó a forcejear, intentando soltarse, pero fue en vano. Nadie se escapaba de un abrazo de Akki sin que él lo permitiera, no obstante, dejó que se moviera y se frotara contra él en un intento de escapar. Se sintió agradable todo el roce que provocaba ella sola, era como si se violase así misma, él no estaba haciendo nada y eso era lo más gracioso. Al menos no gritaba auxilio y no tenía que taparle la boca, no le gustaba hacer eso. Esa peculiar mujer, estaba balbuceando una especie de negociación con él, pero en realidad era toda una invitación: "Llévame con Akki pero no me toques", lo que para él literalmente significaba un "fóllame sin usar las manos". Podía hacer perfectamente.

-¡Sí, sí! Ven, ven conmigo.- Le dijo al oído, sonriendo. -Ya te he dicho quién soy: Akatsuki Ousawa, pero se me suele conocer como Akki.

Apenas unas farolas alumbraban pequeñas zonas, dejando otras en penumbra. Decidió moverse aún rodeándola, hasta estar un poco más cerca de la luz y verle la cara. No le sirvió de nada porque no conocía las caras nuevas del ejército, aunque muy de vez en cuando se pasaba por la base de Spatium para entrenar a las brigadas en secreto. Era una locura porque algunos le consideraban un traidor por haber abandonado, aunque otros le veían como un héroe, como alguien que se retiraba después de haber dado un gran servicio durante 11 años, aproximadamente. Las verdaderas razones solo las sabía él y un par de personas. No tenía miedo de ser reconocido y atacado, porque tenía varios ases en la manga para escapar o enfrentarse a sus enemigos.

-Eres una autoridad ¿Eh? Pero yo diría que ahora no estás en condiciones de impartir tu justicia.- Sabía bien lo que decía, aunque no sabía el rango y reino de la chica. Lo mismo era la ministra. -Anda, preciosa, dime tu nombre.

Deshizo el abrazo de manera repentina, pero no para dejarla libre, sino para darle la vuelta y ponerle las dos manos sobre los hombros. Juraría que tenía los ojos azules (o al menos uno de ellos) y la piel bastante blanquecina. El cuerpo esbelto y más o menos maduro era lo que buscaba. El tamaño de sus pechos no era muy grande pero los prefería medianos, eran más fáciles de toquetear. Estaba listo para lidiar con todas sus objeciones y también estaba preparado para ignorarlas todas y conseguir llevarla a su terreno poco a poco. La gente era fácil de corromper cuando uno intentaba ser amable, cuando tenía carisma, labia, atractivo y además un aura lujuriosa que interfería con las de la gente de alrededor.

-Vamos, dame un beso.- Le pidió, juguetón. -Verás que no es tan malo, ni tan difícil como parece.

por **Garnet Vermell** Vie Oct 02, 2015 6:11 pm

Claaaaro, Akatsuki Ousawa. Aquél que había realizado más hazañas en los últimos años que los héroes de las épicas antiguas. Y mira que eran más largas que un día sin pan, pero ese hombre había llegado a superar esos logros debido a que éstos, lejos de la ficción, habían ocurrido de verdad. Había pertenecido al ejército, pero se retiró por motivos desconocidos, causando que se le tildara de traidor como mínimo. Por supuesto, oficialmente, Garnet no podría hacer otra cosa que tratarlo como un leproso repugnante, pero personalmente lo consideraba una persona digna de admiración a pesar de haber desertado. Y la imagen que tenía de él no era precisamente de un tipo cualquiera que manosease a la primera chica sola que viera por ahí. – Venga, sí. Y yo soy la sobrina del Lord, no te fastidia…

Le producía escalofríos notar el aliento de quien quiera que fuese ese chico. Lo peor de todo es que no le resultaba desagradable, pero se negaba a admitir que esto fuese así. Continuaba tratando de zafarse inútilmente de su abrazo, pero eso sólo conseguía que cada vez estuvieran más pegados. Él le arrastró debajo de una farola, lo que provocó que entornase los párpados y frunciera el ceño (más de lo que ya estaba) debido a la molestia.

Tenía razón. No estaba en condiciones de hacer nada, realmente. ¿Pero cómo iba a decirle su nombre? Si por casualidad él había escuchado su nombre de oídas, le tomaría aún menos en serio de lo que debería teniendo en cuenta que no es de esperar ver a una capitana en ese estado de embriaguez. – Di lo que quieras, no pienso decirte nada. - Notó que éste le liberaba, pero la velocidad de reacción de Garnet no fue acorde con sus intenciones de escapar.

Tampoco es que forcejeara con todas sus fuerzas. Tras ver el rostro del chico, reconoció que, en efecto, éste era Akatsuki Ousawa. O al menos así era como lo pintaban en los medios, más… o menos. Bajo la luz de una farola y estando ebria tan sólo llegaba a reconocer sus facciones, pero no podía discenir pequeñas diferencias. No podía negarse a sí misma que le resultaba atractivo, de todos modos.

…Un momento. ¿Y si tan sólo era alguien muy parecido? Quizás fuese eso, sí. Desde luego. Akatsuki Ousawa no se acercaría a nadie de esa manera, y menos con esas intenciones. ¡Pero es que era igual a como lo recordaba! Hizo una mueca cuando le pidió un beso. ¿Quién se creía que era, acaso? Claro que no era malo, pero Garnet no era de las que iban dándolos por ahí al primero que pasase. No, por favor.

Colocó las manos en su pecho, como queriendo apartarse, pero sin lograrlo apenas. – Si de verdad fueras Ousawa… - Se interrumpió después de ver que no se le ocurría nada, mientras mantenía la vista desviada hacia otro lado. ¿Y ahora qué excusa se podría inventar? No tenía la cabeza lo suficientemente bien como para crear mentiras que pudieran ser veraces. Quizás estaba tardando demasiado en pensar algo y no se estaba dando cuenta. Ahí él podría pensar cualquier manera de salirse con la suya, cosa que no podía permitir.

- ¡Bien! Si de verdad eres quien dices, me llevarías a descansar y después me dejarías tranquila. – Claro que sí, Garnet, toda una genio. Si quisiera mantener las apariencias tendría que llevarle al cuartel… ¡y dejarle en paz! ¡Por supuesto!

… Como se acordase de todo este diálogo al día siguiente, es probable que no pudiera ni volver a mirarse al espejo. Principalmente por todas estupideces, más que cualquier cosa que pudiera pasar en adelante.

por **Akatsuki Ousawa** Lun Oct 05, 2015 12:29 am

Lo cierto es que le pilló desprevenido que no le creyera. Pensaba que su cara y su nombre eran inconfundibles, por suerte y por desgracia, según con quién se encontrara. Podía demostrárselo de varias formas, siendo la más sencilla, la de enseñarla su increíble fuerza y tal vez, hasta su fiel dragón cósmico, pero esa chica estaba borracha (o lo parecía y mucho), así que no necesitaba tampoco hacer lo imposible porque le creyera. Se resistía a decirle su nombre, pero tampoco lo necesitaba, podía decirle de muchas otras maneras, aunque estaba seguro de que conseguiría sacárselo de una u otra forma. La chica posó sus manos en los pectorales del íncubo, presionando para intentar alejarle y aunque lo no consiguió, él podía entender que tampoco le quería besar.

-Bueno, si no me vas a besar tú...- Hizo una pausa, acercándose más a ella, juntando su pecho con el ajeno, con sus manos de por medio. -Lo haré yo.

Sin esperar más, juntó sus labios a los ajenos, intentando meterle la lengua sin insistir demasiado. Notó su aliento a alcohol, así como un regusto al mismo, pero no le importó, no le desagradaba. Una de las manos que estaban en sus hombros, se deslizó hasta su espalda, mientras que la otra, pasaba a rodear la cintura con todo el brazo, palpando por encima de la ropa. Al separarse, le miró a los ojos, sin ningún miedo, escuchando lo que le decía a continuación ¿Que la llevara a descansar? Eso era sinónimo de llévame a tu casa porque no te diré la mía, obviamente. Eso le volvió loco por unos instantes, era como si Garnet estuviera jugando con él, a provocarle resistiéndose y luego dejándole tan en claro que la llevara con él.

-Claro nena, ven con Akki.

Tenía que improvisar a dónde llevarla realmente, porque no tenía casa en esta ciudad, pero si conseguía que se distrajera lo suficiente, podían ir volando sobre su dragón y llegar a Spatium Urbanis en pocos minutos. Se la llevó casi a la fuerza por las calles hasta las afueras de la ciudad, besándola varias veces durante el camino para que "no se sintiera desatendida". Invocó a su compañero gigante e intentando que no se diera cuenta, entre toqueteos y caricias, se las ingenió para cogerla en brazos y subirse sobre Xepher. Naturalmente no era tan fácil si ella seguía resistiéndose, pero al menos tenía la fuerza suficiente como para sujetarla.

-Hace fresquito ¿No? Yo te caliento.- Le dijo, abrazándose a ella, casi tumbándose encima. -Mejor ¿Verdad? Bastante mejor diría yo.

por **Garnet Vermell** Mar Oct 06, 2015 3:56 am

La bronca que le iba a caer al desgraciado que le había echado droga en la bebida en cuanto supiera quién era iba a ser tan enorme que no tendría Spirit Soul para correr. Estaba tumbada, volando encima de un dragón y sobre ella había un tipo que si no era el mismísimo Akatsuki Ousawa era alguien con un parecido extraordinario. Si Garnet fuese de las típicas muchachas con necesidad de reunir a un grupo de amigas y contarle sus peripecias de noches descabelladas, se vería bastante jodida a la hora de tener que tener que explicar todo eso coherentemente. ”Claro que sí, lo que tú digas. ¿Seguro que no fumaste nada?” le dirían. Y se vería frustrada porque aquello pasó de verdad y nadie le creería.

¡Pero Garnet no era así! La pelirroja prefería guardarse esas cosas para sí misma. No le interesaba la vida de los demás, mucho menos le convenía que los demás supieran sobre sus asuntos personales. Mucho menos si empezaban con algo tan vergonzoso como unas cuantas copas de más (bastante de más) y acababan con algo tan surrealista como “¡Y me fui volando en dragón con Akatsuki Ousawa! ¡Y me dijo que le llamara Akki! ¡Y me manoseó como si quisiera hacerme cosas que sólo caben en temas con un +18 entre corchetes, pero aun así le dejé llevarme a casa porque no creí que llegase tan lejos!” Vaya una cagada. Ni ella misma se lo creía.

Definitivamente, se había quedado dormida en alguna esquina mugrosa, justo lo que quería haber evitado. Y estaba soñando todo lo mencionado anteriormente. Sí. Era mejor pensar que era un sueño lúcido a creer que le habían drogado, ya que con la resaca tan monumental que iba a tener el día siguiente, lo que menos podría permitirse sería ir a causarle problemas al gracioso que le echó polvos mágicos en la bebida. Menos mal que no fueron otro tipo de polvos.

Pero lo peor de todo es que su actitud arisca había ido menguando muy poco a poco y casi imperceptiblemente conforme iba recibiendo besos. Como si estos le dijeran a su cuerpo “¡eh, relájate de una vez, so estrecha!”. Venga ya, si no quería ni abrir la boca cuando él le dio el primero. No tuvo más remedio que hacerlo, pero si hubiese querido le habría pegado un buen mordisco. Claro que no mostró mucha resistencia porque le había pillado completamente desprevenida. O eso quería creer. No, tampoco era convincente, se veía venir. También se veían venir muy claramente las intenciones del chico, pero se negaba a reconocer que lograría sus propósitos. No, por favor.

Estaba empezando a estar un poco receptiva. Sólo un poco. Ya ni siquiera pensaba (lo poco que podía en ese estado), e incluso llegó a parecer que le correspondió el último beso en lugar de quedarse quieta como un saco de patatas o de intentar apartarle. Qué cojones estaba haciendo. Ni siquiera se había dado cuenta de que le había llevado a las afueras de la ciudad. Se había desconcentrado más de la cuenta y su nivel de alcohol no ayudaba a solucionarlo.

Entre un forcejeo y otro, y alguna que otra bajada de guardia no intencional, acabó ahí. Encima de un maldito dragón. Y hacía más frío que Tempus en un invierno con temperaturas extremas, o eso le parecía. Incluso teniendo a Akki abrazándola. Si se apartaba ahora sí que se congelaría de verdad, por haberse acomodado al calor del cuerpo ajeno, pero no quería que pensara que estaba a gusto. Era cuestión de no pasar frío, pero ese merluzo no lo iba a entender. Fuese Ousawa o no lo fuese. Y, lamentablemente para la imagen mental que tenía de él, parecía que cada vez tenía más papeletas para serlo. Poca gente tenía dragones, al fin y al cabo.

No trataba de apartarlo ni se oponía a estar así. Tenía que aprovecharse de algún modo. Quizás si tan solo se alejara un poquito estaría mejor. – Akki. – Oh, no. Ya le llamó por el apodo. Empezamos mal, así es como se puede tomar más confianzas. Colocó una mano en uno de sus brazos, dando golpecitos suaves, como si le estuviera llamando simplemente la atención en lugar de querer que parase de abrazarle. – Me estás agobiando. – Oh, sí. Mucho mejor. Garnet tipa dura.

por **Akatsuki Ousawa** Vie Oct 09, 2015 12:36 am

El dragón esperó a la señal de su dueño para despegar de la manera más suave posible, para no alterar demasiado a la mujer que yacía sobre las escamas negras de la bestia. Poco a poco, ella se iba acostumbrando a la dulzura de los besos, se entregaba poco a poco y estaba seguro de que no se arrepentiría. Lo disfrutaría tanto que seguro que repetiría en un futuro, siempre pasaba así y no tenía nada de malo ¿Desde cuando disfrutar es un crimen? Y él siempre estaría disponible para Garnet. Las manos de Akki, acariciaron el costado del cuerpo ajeno, delineando sus curvas lentamente, hasta llegar a sus muslos y acariciarlos con suavidad. Tuvo que separarse muy a su pesar, por petición ajena, pero fue entonces cuando posó una mano sobre su vientre y lo recorrió con tranquilidad.

-¿Así mejor?

El viaje a la capital era largo a pie, pero no a lomos de un gran dragón, por lo que en poco tiempo se vieron aterrizando justo en la entrada de la ciudad. Bajó a la chica de la misma forma que la había subido: En brazos. Eso sí, el trato fue bastante más gentil para llevarla hasta su casa, ya que ella se oponía menos y no tenía porque andar dándole tirones bruscos o levantarle del suelo para avanzar. Solo le sujetaba el brazo con delicadeza y guiaba a su compañera por las calles silenciosas de Spatium, hasta una casa mediana. Para ser lo que había sido, nunca había vivido en un palacio, ni en un lugar apartado: El hogar de Akatsuki estaba rodeado de otras casas iguales a la suya, totalmente normales. Al abrir la puerta y cerrar después de entrar, llevó a la capitán hasta el sofá, para que se pusiera cómoda.

-Te traeré algo de agua, debes estar seca.

Bien sabía él que el alcohol daba muchísima sed, así que le trajo una gran jarra llena de agua fría y un vaso para que se sirviera de ella. Él quería sexo, no que ella se le muriese por deshidratación o algo por el estilo, no, él no era un asesino, ni un torturador. Incluso si tenía hambre, le iba a dar algo de comer que tuviera por ahí. En el salón, habían algunas fotografías colgadas de Akki vestido con su uniforme de General, incluso una foto con las antiguas brigadas, aunque muchos de esos soldados seguían presentes en las filas. No le gustaba demasiado tener esas fotos ahí, le daba cierta vergüenza, pero su mujer le había obligado a ponerlas, así que ahí estaban, a la vista de cualquiera.

Se sentó a su lado y le rodeó la cintura con un brazo, acercándose de nuevo, después de que bebiera un poco. Le costaba aguantarse con esa preciosa figura al lado, realmente era voluptuosa y muy guapa, ahora que la veía más y mejor con la luz de la lámpara. Akki volvió a darle un beso, pero esta vez, ni había vuelta atrás, ni nada de qué ocultarse: Ahora sí que tenía vía libre para tocar donde quisiera. A pesar de que vivían bastantes personas aquí, solo estaba su hija durmiendo, pero eso no era de extrañar: Todos los integrantes solían irse por ahí casi todos los días, igual que él. Además, la niña estaba acostumbra a ver y escuchar lo que hacía Akki con una o varias mujeres. No interrumpiría por rutina.

-Anda... Dime tu nombre... Quiero llamarte por él.

por **Garnet Vermell** Jue Oct 15, 2015 9:51 pm

…Sí, bueno, si Garnet no miraba al suelo todo iría bien. Eso desde luego. Ni harta de vino (tal y como estaba) se le ocurriría dirigir la vista hacia abajo, y mientras tuviese espacio para respirar, todo estaba bien. Como si en vez de acariciarle el vientre estuviese haciendo cualquier otra cosa: la idea era que no acabase devolviendo lo que tenía en el estómago. No sería nada agradable para ninguno de los dos, desde luego. No fue capaz de relajarse durante la travesía, pese a que Akki parecía querer que estuviese a gusto. ¿Pero qué podía hacer? No es que estuviese muy cómoda, precisamente. Y la cabeza seguía dándole vueltas. Había gente que decía que el frío podía ayudar a que la borrachera se “curase” en cierta medida, pero parecía no estar funcionando.

De no ser porque la sala a la que más tarde entraría estaba llena de fotografías que demostraban la verdadera identidad de aquél hombre, probando así que él era verdaderamente Akatsuki Ousawa, Garnet habría tratado de escaparse a duras penas. No tenía ni idea de dónde estaba y quizás no era muy buena idea salir corriendo de allí, pero por un momento se lo había planteado tras ver la apariencia de la casa que tenía. No es que estuviese mal… pero no era digna de la figura que había sido. Se esperaba algo más… opulento.

Una vez dentro, Akki murmuró algo acerca de un vaso de agua y dejó a la pelirroja en un sofá. Ella no le dio mucha importancia al ofrecimiento, puesto que en ese instante sólo pensaba en marcharse, aunque tuviera que arrastrarse. Además, seguramente el agua le haría falta al día siguiente y no en ese preciso momento, a pesar de que se estaba muriendo de sed. Sin embargo, cuando su mirada se topó con aquellos pequeños marcos que contenían la evidencia que necesitaba, no pudo evitar preguntarse otra vez si realmente estaba viviendo todo aquello. Difícil de creer era, eso lo tenía claro. Pero si de verdad lo estaba haciendo, tenía que dejar de lado completamente cualquier resquicio de aspereza en su forma de comportarse con él. Por favor, no podía desagradar a alguien que había sido tan influyente.

Esbozó una sonrisa de agradecimiento cuando él le trajo lo prometido. Tomó el vaso y bebió un par de tragos hasta sentir que saciaba su sed. Tras dejarlo a un lado, notó que Akki le rodeaba la cintura. Respondió el beso con gusto, tras haber eliminado cualquier pensamiento negativo sobre su persona. Bueno, quizás aún seguía prejuzgándolo, y por supuesto había unos pocos detalles que no le gustaban del todo – pero al menos no era un tipo que se hiciese pasar por él, aprovechándose de su apariencia para atraer chicas. A quién iba a engañar, era un hombre atractivo después de todo. Y habría que estar muy mal de la cabeza para llegar al punto de decorar la casa con fotografías ajenas para que la mentira estuviese bien oculta.

Se mantuvo muy cerca de él, para así poder tener una postura cómoda mientras se entretenía en acariciarle el pecho con suavidad. Después de los avances que él había hecho, dudaba de que fuese a pegarle un manotazo por estar haciendo eso, pues sería bastante contradictorio. – Me vas a tener que disculpar por mi comportamiento, Akki. - Él le preguntó por su nombre. – Me llamo Garnet. – Miró de reojo a los marcos que estaban decorando el lugar, curiosa. – Así que… ¿Echas de menos el ejército, eh? – Sonrió de medio lado, confianzuda. Lo peor de todo es que se tenía a sí misma por alguien importante en el entorno militar, cuando nada más que tenía un poco de más autoridad que un simple soldado raso. – Tal vez si sigues arrepentido por haberte ido, puedo mover los hilos suficientes como para que dejen de considerarte un traidor y puedas volver con nosotros. – Ni siquiera estaba segura de eso. Es más, posiblemente el simple hecho de mencionarle podría traerle la ruina, pero no podía pensar con claridad e incluso creía que sería pan comido. – ¿Quizás puedas tomarlo como compensación por mi actitud? No se me ocurre una disculpa mejor. – ¡Claro que sí! De este modo se ganaría la confianza de una figura de gran relevancia en el gobierno. Él podría volver y ella podría garantizarse quizás algún ascenso. Bingo.

por **Akatsuki Ousawa** Lun Oct 19, 2015 9:12 pm

Poco a poco, su preciosa invitada terminó cediendo bastante, hasta el punto de soltarse más a la hora de hablar. También se atrevía a tocarle el pecho por encima de la ropa, como si de repente se sintiera protegida y en total confianza. Akki se aprovechó de ello para acercarse más y recostar ligeramente a la capitán. Lo que le dejó de piedra, hasta el punto en que dejó de tocarle el cuerpo por un rato, fue que le dijera si quería regresar al ejército. Ni loco, ni por todo el dinero o el sexo del mundo volvería a pertenecer al gobierno. La decepción era demasiado grande como para siquiera planteárselo. Soltó un suspiro: Aún a riesgo de que pasara algo malo, no iba a mentirle, porque él era de decir la verdad a la cara.

-No me interesa volver al ejército.- Respondió, cerrando los ojos durante unos instantes. -Mi verdadera vocación está en socorrer a la gente que lo necesita.

No vio menester decir nada más, ya que con esas pocas palabras había expresado muchas cosas que dando rodeos, hubieran sido más largas. Así tal cual estaba ella medio acostada contra uno de los reposabrazos del sofá, Akki se quitó la camiseta desde abajo, arrojándola al otro lado. Sujetó las dos manos de la chica y las llevó hasta sus pectorales desnudos, duros y marcados. Una de las manos del íncubo acarició una mejilla de la humana y se deslizó hasta la nuca ajena, para volver a besarla sin que pudiera alejarse, aunque dudaba que a estas alturas lo intentara. Se relamió al separarse, entrecerrando los ojos.

-Puedes compensarme de otra manera...- Le guiñó un ojo, sonriéndole con perversión. -Quítate la ropa, Garnet.

Él estaba de rodillas entre las piernas de su compañera, con los brazos rodeando la figura esbelta ajena. Podía ser él quien le quitara las prendas, pero prefería que lo hiciera ella: Resultaba más excitante a la vista que alzara las manos para sacarse la camiseta, entre otras cosas. Además, consideraba que tenía que pedírselo para recibir algo de iniciativa, no quería que se quedara quieta como una muñeca, eso era aburrido y una mujer tan voluptuosa como ella daba mucho juego. Esperó paciente a que la borrachina llegara a coordinar sus manos para descubrirle algo de piel y alegrarle la vista un poco.

-¿Eres una humana, valkyria o ninfa? Tu aura es muy tenue.

No lograba discernir entre esas razas su energía, además estaba bebida y eso le dificultaba las cosas. El íncubo llevaba un rato empalmado, deseoso de llegar a la acción, pero prefería hacerlo por las buenas, solo por el mero hecho de que no le apetecía que le montaran un escándalo a gritos. Era tarde y no tenía ganas de complicaciones estúpidas: Prefería razonar un poquito y ser paciente. Miraba a Garnet con los ojos brillantes llenos de lujuria, como si ella fuese más que un ser vivo y en realidad, lo era. Era su alimento, su fuente de vida.

por **Garnet Vermell** Vie Oct 23, 2015 1:35 pm

Garnet frunció el ceño al oír la respuesta de Akki. ¿Que no quería volver al ejército? ¿En qué estaba pensando? ¡Con lo que había sido! ¿De verdad rechazaba una vida de privilegios sólo por ayudar? ¿Qué clase de demagogo barato le había metido esas ideas en la cabeza? Quiso contestarle, quizás indagar más en el por qué, pero no fue capaz de ordenar las palabras correctamente. No sólo por lo evidente, si no por el hecho de que ver el torso desnudo de su acompañante (además de sentir su tacto) le había hecho tirar la borda su proceso cognitivo de construcción de oraciones. Podría hablar como un bebé si se dignase a abrir la boca.

No estaba sorprendida, no era la primera vez que había visto a un chico semidesnudo, ni tampoco le había pillado desprevenida ese gesto – se veía venir que aquello iba a ir más lejos desde hacía un rato, pero parecía que no se había dado cuenta realmente de ello hasta que notó una sensación cálida recorriendo todo su cuerpo. Sin duda se le había alegrado la vista, pero debía reconocerse a sí misma que nunca había llegado a cruzar la línea que pretendían pasar. Esa sensación de haber superado un límite, impuesto por ella misma, le provocaba una leve excitación, mezclada con un poco de miedo.

¡Comienza la ronda de preguntas retóricas!

Respondió a su beso con vehemencia, como si quisiese eliminar ese miedo por completo, aprovechando para recorrer con sus manos la piel tersa de su espalda. No podía dejar que se diera cuenta, bajo ningún concepto, de que era una completa inexperta en el campo sexual. Lo que le faltaba es que la viera como a una pobre chiquilla que necesitase ser mimada en extremo porque teme sentir una pizquilla de daño.

No pudo evitar dudar durante un pequeño segundo cuando él le pidió que se quitara la ropa. El beso sólo había conseguido incitarla a seguir adelante y aumentar su deseo, por lo que dicha pausa fue tan pequeña que podría considerarse que comenzó a deshacerse de sus prendas sin pensarlo, manteniendo la vista fija en Akki. Lo hacía lentamente, primero porque sabía que con la torpeza impuesta, intentar quitárselas rápido sólo lograría dejarla aún más en evidencia, y segundo, porque pensó que de algún modo la impaciencia podría provocarle. Aunque, por otro lado, tal vez podría resultarle pesado.

…¿En serio? ¿Le acababa de preguntar de qué raza era? ¿Era alguna especie de fetiche? Se quedó a medio desvestir, con una mueca de desconcierto. – …Soy… soy humana. – Viendo la expresión de Akki decidió ni siquiera preguntar a qué se debía y proseguir con lo que estaba haciendo. Sí, quizás era algún fetiche. ¿Acaso él no era humano?

“Vamos, Garnet.” Una vez se había quedado en ropa interior, tenía que ser directa, rápida, para así no dar tiempo a que sus nervios la hundieran. No iba a desnudarse completamente hasta que él no lo hiciera, pero dedujo que tendría que tomar el control como fuese, aunque no tenía ni idea de por dónde podía empezar.

Sin pensárselo dos veces, empujó a Akki para que éste se quedase sentado, con la espalda recta, y así cambiar las tornas: rápidamente, se colocó a horcajadas sobre su regazo, pegando su entrepierna contra la de él. No se había dado cuenta hasta ese entonces que parecía guardar una sorpresa en el pantalón. O al menos, nadie guardaba algo tan duro dentro de los calzoncillos. Imitó el gesto que hizo él anteriormente de agarrarle por la nuca, para así acercarlo y volver a repetir el beso, pero ésta vez quería dejar claro que ella era la que quería tomar las riendas.

No tenía ni idea de si lo estaba haciendo bien.

Mientras lo besaba, continuó acariciando su torso con la mano libre, a pesar de que eso implicaba que se retirase un poco para poder dejar sitio. ¿Quizás debería bajar más? Fue moviendo sus dedos suavemente, como si estuviesen bailando hacia su cremallera. Se dio cuenta de que le temblaban ambas manos, lo cual hizo que se frustrase por un segundo. ¡Pero eso no podía notarlo él!

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Oct 24, 2015 1:58 pm

por **Garnet Vermell** Dom Oct 25, 2015 12:02 pm

por **Akatsuki Ousawa** Mar Oct 27, 2015 1:04 am

por **Garnet Vermell** Miér Oct 28, 2015 11:27 pm

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater