Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

por Invitado Dom Ago 28, 2016 5:18 pm

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo.

¿Te sientes preparada, bastarda?

Símbolo de innumerables pecados, ama y señora del averno, autoproclamada madre de cada demonio existente en el infierno. Todo en Luzbell se resumía en una palabra, todo el mundo la conocía y no dudaban en usarla para referirse a ella: “Soberbia”. Nunca verás duda o miedo en los ojos de la reina, un comportamiento así no es digno de alguien de su clase. Seductora y paciente, propaga su veneno a cada paso, tentando a los más débiles de mente para conseguir su obediencia.

Había pasado poco tiempo desde su “llegada” al plano terrenal, acompañada de sus “amigos”, con la indeseable misión de colaborar con el traidor Astaroth y su… repugnante esposa. Aún le costaba creer que naciera algún tipo de sentimiento entre ambos, pero cualquier cosa esperaba de dos indeseables como ellos. En parte los envidiaba, habían desarrollado un sentimiento que ella nunca sería capaz de sentir o conocer, una criatura incapaz de amar de ningún modo que se guía por el interés. No le disgustaba en absoluto, no tener ese tipo de sentimientos le daba ventaja, como el no sentir lástima por nadie o no encariñarse, eso volvía débiles a todos, sin importar la raza o el poder, amar nada más que traía problemas. Observaba a las criaturas de su alrededor en silencio, cada gesto y palabra, todos los seres sin excepción se movían por lo mismo. Luzbell se aprovechaba de ello, del egoísmo y las ambiciones de todos ellos. Algunos buscaban poder, fama, reconocimiento, otros conseguir el corazón de su amado o amado, otros se conforman con disfrutar de la cama de su vecino. Luzbell escuchaba, analizaba e intentaba sacarte tu mayor deseo, lo que más quieres en el mundo, y en el momento en que contestan, te inyecta su veneno.

Eso mismo había empujado a la señora del averno a viajar hasta la ciudad de Oishi, un lugar no muy de su estilo sin embargo la necesidad de encontrar secuaces útiles para la futura batalla le urgia. Después de derrotar al lord (y conseguir el poder absoluto) lucharía con Astaroth, no podía permitirse un descuido y el ejército revolucionario no traicionaría a sus líderes… una pena, entre sus filos se encontraban buenos soldados. A pesar de todo, le agradaba la ciudad, un lugar con aspecto tradicional con posibilidades de ser corrompida.
Visitó unas zonas interesantes de la ciudad, como el muro de los caídos o el centro. Tras horas caminando el paseo aburría y cuando eso pasaba la cosa podría ponerse fea. Caminaba entre la multitud de la gente, llamando la atención por sus escasos atuendos, lanzando cautivadores miradas a quienes se quedaban atontados y atontadas observándola. Por supuesto, amaba llamar la atención, todas las miradas clavadas en ella y cada acción que realizaba. Paró en frente de un bar, allí iban los revolucionarios a tomarse las copas cuando no querían llamar la atención. Entró y nada más dar un paso en el interior, los que allí estaban guardaron silencio y la miraron. Quienes la conocían la temían, quienes no buscaban sus atributos físicos, muchos no ellos no tardaron en invitarla a beber. Los ignoró sin siquiera mirarlos, siguió caminando hasta tomar asiento en una mesa libre. Cerca de ella había un pequeño grupo de revolucionarios que no paraban de mirarla; Luzbell alzó la mano e hizo un gesto para que los ilusos se acercaran. Pudo escuchar cómo sus corazones latían más rápido, asustados. Los tres soldados se sentaron con ella, todos cabizbajos sin atreverse a mirarla a los ojos.- ¿Tenéis miedo? Tranquilos… no muerdo.- Prometió dedicandoles una sonrisa retorcida.- Os invito a beber.- Los revolucionarios intentaron rechistar pero Luzbell no les dejó, negó con la cabeza y llamó al camarero para pedirles las bebidas. Desconfiaban de ella, incluso dudaron si beber el alcohol al que les había invitado, quizás contenía veneno.- Sin miedo, si bien puedo envenenar, no es literalmente… me gustan otros métodos.- Explicó, y más tranquilo comenzaron a beber.
Esperó unos minutos en silencio esperando que bajaran la guardia, el momento perfecto para atacarlos. Cuando los tres se miraron entre ellos y relajaron la postura supo que era su oportunidad.- ¿Estáis de paso o esos jefes os han mandado para vigilarme? Mejor no me lo digáis, Prefiero no saber nada de esos dos dictadores.- Los soldados la contemplaban asombrados.- Todo lo que sucede es un rollo, la gente muere por idioteces ¿No creéis? Pero… de toda la vida disfrutáis de la guerra, el dolor y la muerte ¡De lo contrario no existiría!- Terminó la copa de vino de un trago, relamiéndose los labios acto seguido. Inclinó el cuerpo ligeramente hacia delante y les susurro.- ¿Y vosotros que queréis realmente? ¿Qué es lo que más anhelais?- Abrieron la boca ligeramente para responder, pero una vez más Luzbell les interrumpió.- Dejaremos esta conversación más tarde… parece ser que tengo visita y si os pilla hablando conmigo, fijo recibís una buena bronca.- Movió la mano para ordenarles marcharse sin rechistar, quedando ella solamente allí sentada. Se levantó de la mesa, tomó dos copas de cristal y una copa de vino. No era bebida normal en Oishi pero en el poco tiempo lo había aprovechado bien en tener contactos. Regresó a su sitio, dejó las dos copas sobre la mesa y las rellenó con el vino. Dejó la botella sobre la madera, volvió a tomar las copas de cristal; bebió un sorbo de la suya dejando la marca de pintalabios. Extendió el otro brazo dejándolo allí inmóvil sin apartar la mirada de su bebida.- Toma… un detalle para ti, Astartea.- Dijo con voz seductora.- No hemos cruzado palabra desde mi llegada… ¿Acaso me evitas? ¿Te has enfadado conmigo?- Preguntó con tono triste, aparentando estar ofendida por el comportamiento de la híbrida.

Esperó paciente que aceptará la copa y la acompañara...

Ambas mujeres encerradas en un bar cualquiera de una ciudad insignificante, sin la compañía y protección de su marido… ¿Qué pasaría? Luzbell apostaba que sería algo, muy pero que muy divertido de descubrir, el límite de Astartea, de lo que era capaz de hacer la mestiza por su sola.

por **Isela A. Ichinose** Mar Ago 30, 2016 3:07 am

Como era de esperarse, la segunda al mando solía tener una agenda bastante ocupada y ajustada si a eso se le sumaba la reciente integración de Lucius a la familia Ichinose, estaba presente pero a la vez no, confiando de cuando en cuando la tenencia del menor al fiel Adam que de por sí ya varias ocupaciones tenía por encima como para encargarse del nuevo integrante, pero siendo que Isela lo consideraba el único heredero…deseaba que tuviese la mejor educación que pudiese recibir y mucho mejor si eso venía del mayordomo oscuro, aunque claro, no contaba con Astaroth para eso, no al menos cuando a duras penas había accedido tenerlo bajo su mismo techo, darle el apellido. Era todo un tema, todo un asunto con el que también ella debía lidiar pero tampoco se desesperaba ni perdía la calma…ah no, a pesar de su corta edad, Isela podía ser una mujer centrada que en muy pocas ocasiones perdía el hilo de la situación, siendo que en toda su vida había ocurrido unas dos o tres veces. Como máximo, así de “perfecta” era o al menos así la veían…Seguramente si, la dama ideal, bonita y en apariencias sumisa, callada pero muy servicial. En parte y por momentos lo era, aunque en retrospectiva la perfección no existía en su matrimonio, pero irónicamente era algo que no buscaba ni tampoco anhelaba…Conocía a Takumi, lo conocía lo suficiente como para saber hasta dónde llegar con él, hasta qué punto ponerse irritable o molesta y a su vez, sabia a la perfección que cosas jamás hacer si no quería poner su vida en peligro. Si, así mismo estaba segura que su esposo no tendría un solo atisbo de duda al jalar del gatillo una segunda vez en contra de ella si lograba sacarlo de las casillas…cosa que no ocurría a menudo pero a fin de cuentas, podía pasar.

Frecuentaba Oishi, más aun después de conseguir lo que por tanto tiempo estuvo insistiendo como una buena molestia. Una casa en el centro de Oishi, por decirlo de buenas a primeras. Más allá de las comodidades que tenía en la mansión Ichinose o en Revolution City, la compra de esa propiedad se debió a un simple deseo por parte de ambos cuando quisiera huir del mundo para estar completamente solos. Sin embargo, en esa ocasión eran otros los asuntos lo que la llevaron a partir un poco más temprano, preferentemente a ajustar algunos detalles con el encargado principal, cuya doble vida dedicaba siempre a la revolución. Vestía un kimono rojo en tonalidades bastante oscuras con detalles en negro, siendo una pieza realmente de admirar pues pocos podían darse ese lujo y ella como caprichosa que era, lo tenía porque así deseaba…Aquel hermoso cabello negro adornado con algún que otro delicado broche a juego realzaba el rostro de porcelana que poseía por obvia naturaleza o buena genética…Si, la Nefilim arrancaba suspiros con descaro pero los que la conocían sabían muy bien que mirarla con otros ojos era una evidente sentencia de muerte, aunque a decir verdad…ser deseada por otros hombres no es lo que buscaba, no le importaba, para ella no existían en lo más mínimo. Cabía mencionar que su cuerpo emanaba por extraña pero simple condición un sutil aroma similar a los jazmines, algo que no podía controlar ni tampoco evitar, pero la costumbre terminó ganando terreno en ella, siendo que nada de eso le sorprendía ni tampoco le robaba algunos pensamientos de su valioso tiempo.

Tras terminar sus diligencias, inevitable fue el hecho que cruzara miradas con aquella criatura, pues internamente maldijo el preciso momento en que Astaroth y él…o ella, pactaran. ¿Celos tal vez?, nada por el estilo, a esas alturas sabía a la perfección que aunque el duque infernal tuviese otros pasatiempos sexuales o simples juguetes para ello, la fémina propia en hibridez sabía exactamente qué cosas hacer para lograr que aquel demonio delirara en placer. Tampoco era una cuestión de orgullo, tan solo estaba en su propia naturaleza conocer a la perfección el cuerpo de su hombre y por esas mismas causas, era que tal pacto celos no le daba. —Luzbell— Dijo en un tono de voz tranquilo pero realmente sin demostrar emoción alguna al respecto, más bien solo posando esos penetrantes ojos violáceos con reflejos celestes sobre los de la contraria. Claro que ella no le agradaba en lo más mínimo, no cuando la reina del mismo infierno era lo que era…alguien peligrosa, alguien impredecible en todo el sentido de la palabra. Alguien con quien no era fácil lidiar.

—En lo absoluto, no tengo porque estar enfadada ni tampoco molesta, solo hablo cuando algo me inspira a ello y hace ya un par de horas que vengo por demás de…introspectiva, entre otras cosas— Comentó con naturalidad, siendo que como aliados a la misma causa que era, debía guardar las formas…muy a su pesar, tanto los revolucionarios como la triada infernal se necesitaban mutuamente si quería ver sus frutos finales. Mera educación, vaya a saber qué, pero aceptó la oferta y apenas posó sus delicados labios sobre el borde, se dedicó únicamente a degustar el alcohol, que si bien no era el mejor que había probado, tampoco estaba mal. Aunque no lo dijese a viva voz, la tensión estaba, el recuerdo de lo transcurrido en el infierno también…pero claro, era de esperarse que la Nefilim fuese demasiado diestra a la hora de ocultar todo lo que no deseaba que otros vieran de sí misma.

por Invitado Miér Ago 31, 2016 6:05 pm

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo.

¿Te sientes preparada, bastarda?

Es un segundo el local enteró pareció guardar silencio cuando las dos mujeres cruzaron palabras, los clientes del bar notaba la tensión entre ambas. Astartea, madre de la revolución y Luzbell, reina del averno ¿Qué pasaba por la mente de las dos mujeres en ese momento? El único interés que despertaba Astartea en Luzbell era humillarla, y quizás disfrutar de su cuerpo… Muchas veces se perdía en la imaginación, maquinando la caída de Astaroth y su esposa ¿Qué les dolería más después de arrebatarles el poder? Quizás imitar a su compañero y forzar a la híbrida frente a su esposo, una terrible imagen antes de morir, o al revés, moralmente Astartea era más débil, cualquier dolor que le provocara se reflejaba con más fuerza en el demonio traidor. En cualquiera de las opciones, la reina aprovechó para recorrer el cuerpo de Astartea, cada curva, cada detalle de su cuerpo, dedicando finalmente una mirada lasciva mientras tomaba un sorbo de la copa. Buscaba incomodarla, las mujeres fuertes normalmente se sentían indefensas al tocar el tema sexual, un ámbito que procuran dejar al margen para difundir esa imagen de dureza. Sonrió suavemente sin apartar la mirada de los orbes de la contraria.- Vaya… me es increíble el cambio de actitud, querida.- Susurró sin apartar apenas la boca del borde de cristal.- Cuando nos encontramos te veías tan… temerosa al lado de tu marido y ahora estarías dispuesta a luchar contra mi.- No, no lo haría, atacarse desencadenaría en la ruptura del pacto y aún los necesita.- Olvida lo que he dicho, el alcohol me hace decir locuras.- Se disculpó agitando la mano libre con cuidado.

Estar acompañada de la segunda al mando del ejército revolucionario le aburría de sobremanera, no podría actuar libremente con el ojo de Isela sobre ella, reprochando sus actos… o descubriendo sus planes. La idea de buscar secuaces para sus planes dio un parón repentino por culpa de la revolucionario.- ¿Puedo preguntar, si no es mucha impertinencia, vuestra razón de estar aquí?- ¿Vigilancia? Ambos sabían que dejar suelta y sin control a Luzbell acarrearía problemas, y dejar a un grupo de soldados a cargo daba como resultado el fracaso.- Oishi es un lugar bonito, tranquilo… muy tradicional, me agrada ¿A ti te gusta?- Necesitaba iniciar una conversación o acabaría matándola por el aburrimiento. Trataba de ocultar el asco y odio de sus palabras para evitar un posible enfrentamiento con Isela.
Terminó el vino de un último trago, un fino hilo de la bebida escapó de la comisura del labio cayendo por este. Con el dedo pulgar se limpió y prosiguiendo lo relamió para limpiar la bebida, todo esto con un aire sugerente, todo dirigido a la madre revolucionaria.- Las manchas de vino son muy difíciles de limpiar, la sangre es más fácil… lo digo por experiencia propia, he tratado de quitar ambas manchas.- Bromeó o por lo menos lo intentó, tampoco quería forzar la situación. Suspiró aburrida, sin saber qué más decirle, era obvio que ninguna de las dos tenía mucho que decir sobre la otra.
Se le pasó por la cabeza entonces otra pregunta.- ¿Tenéis algún plan para atacar al lord? Vine aquí para ayudaras, colaborar… como siga así perderé práctica.- Hizo una pequeña pausa.- Aquí no hay mucho que hacer, son criaturas débiles, y el sexo acaba cansando… incluso a mi.- Como demonio impredecible, la rutina algo que odiaba, el verse todos los días en la misma situación, dependiendo de las órdenes de los demás para actuar. De tener ella el control hubieran derrotado al lord sin esperar tanto tiempo, un ataque brillante y rápido, no se lo esperaría en absoluto.

Se inclinó sobre la mesa para coger la botella de vino y rellenar la copa vacía; la dejó de nuevo en el sitio un poco más cerca de Isela para que pudiera servirse también. Suspiró, y bebió, comenzó a agitar el vino suavemente.- Este vino no está muy bueno… no hay respeto.- Se quejó mirando al dueño del bar amenazante. Al notarlo el hombre se alejó cabizbajo, sabiendo que Luzbell no le atacaría con la presencia de Isela. Bebió más para distraer la mente, justo cuando pasó por al lado de la mesa un chico joven, bastante atractivo y sin pensarlo dos veces Luzbell le dio un azote en el trasero. El muchacho se giró sorprendido, miró a las dos féminas, y al ver la sonrisa pícara de la reina, respondió con otra igual mientras proseguía su camino.- Menudo bombón… ¿Qué nota le das?- Preguntó a modo de juego.

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

Re: Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

Re: Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

Re: Peccato nati a peccato [Priv. Isela]

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater