Re: Prueba de valor [Karura]

por **Karurauatsuurei** Vie Jul 18, 2014 8:20 pm

Era muy difícil concentrarse en la lectura mientras tuviera a Akki sosteniendo su espalda sobre la superficie del lago. Los dedos siguieron delineando entretenidos mientras daba la impresión de que le escuchaba, pero seguía en silencio, sin responder a los comentarios. Parecía distraída y no le miraba a los ojos, sino que oscilaban por su cuello y por los hombros, se paseaba por el pecho, y muy de vez en cuando, se encontraba con la mirada afilada del General. El hombre le subió una pierna por la cintura, el talón se posó sobre la espalda. Sintió una mano caliente por debajo del agua, posesiva, fijada en la piel esponjosa del muslo. Ella se sonrojó al sentirla. El corazón le palpitaba exaltado cada vez que él se acercaba, y ahora más que nunca podía sentir el calor de su cuerpo, que le embriagaba de cualquier manera.

Como si tuviera miedo a hundirse, las manos se aferraron a la espalda, al chaquetón negro. Lo miró a los ojos ante la pregunta, dubitativa. Una estela carmesí cubría las mejillas. Gimió repentinamente, y abrió la boca en puro éxtasis. Desvió rápidamente la cabeza hacia un lado, luego la sacudió de un lado a otro. Presionó con sus manos para liberarse del General, que trastabilló y cayó al agua.

A salvo se encontraba en la ribera, pero sentada con las piernas muy juntas y frotándose las orejas con los índices. Entornaba los ojos hacia el General con un gesto desdeñoso. Le frustraba que hubiera encontrado una de sus debilidades tan pronto, y con tanta suerte. No soportaba que nadie se las tocara, ya que el mínimo roce le producía un placer irresistible. Al ver al peliazul con la chaqueta embebida y chorreando agua pareció arrepentirse, acercándose a él a pasos cortos, amable, condescendiente. Comenzó a juguetear con los cinturones del peto oscuro.

— Lo siento mucho, General. Soy muy sensible ahí —sonríe—. Prométame que guardará ese secreto.

por **Akatsuki Ousawa** Vie Jul 18, 2014 10:57 pm

Akatsuki no se esperaba para nada esa reacción por parte de la elfa. Para empezar pensaba que le iba a dar un guantazo y para terminar, que no le gustaría un pelo, no que lo disfrutara. Sintió cierta decepción por dentro, porque él iba con la idea de molestar, aunque podía tomárselo a bien. Sumergido en el agua, abrió los ojos e hizo una última inspección a lo que podía ver de las profundidades. Estaba muy limpio y cristalino, casi despertaba la paz en el demonio, pero salió lo antes posible, le gustaba ser una criatura del infierno y por nada del mundo dejaría que un ángel o las fuerzas del cielo le convirtieran. Se puso en pie, notando mucho más pesadas todas sus prendas empapadas a más no poder. Sacudió la cabeza y se despeinó con la mano.

-¡Jajaja! ¿En serio? ¡Pero qué suertudo soy!- Fue incapaz de aguantarse una risa burlona frente a la chica. No era por el hecho de ser su punto débil, sino por haberlo encontrado con toda la suerte del mundo. -Mmm...- Desvió la mirada suavemente hacia un lado, pensando si le guardaría el secreto o por el contrario lo contaría. Quería hacerla ponerse nerviosa y que sintiera miedo durante un segundo aunque fuera. -Lo haré, pero... Me aprovecharé de ello.- Pegó su frente contra la ajena, sonriendo victorioso. Era un chantaje bonito, "limpio" e infinito seguramente. Pasó una mano por el pelo mojado de Karura, sostuvo las hebras albinas entre sus dedos y separó la cabeza unos centímetros.

-Yo las tocaré cuando quiera y te pediré cosas. Cositas fáciles y divertidas.- Le comentó la condición y le dio unas palmadas en la espalda, que terminaron en sus nalgas, golpeando ahí suavemente también. Luego pasó un brazo rodeando su cintura y empezando a andar de nuevo hacia el Hydrus muerto. -Abrázate a mi cuello.- Le pidió cogiéndola en brazos, sólo con el izquierdo, recostando el cuerpo ajeno sobre el hombro, dejando adrede sus pechos justo al lado de la cara. Se acomodó entre ellos y continuó andando, le encantaba estar así y sobretodo le hacía gracia que no le imposibilitaba el andar, podía incluso correr con sus dos "cojines", calientes y blanditos. -Me gustan mucho, me quedaré así un tiempo, si no te molesta, claro.- Mintió. Si le molestaba le iba a dar igual, haría lo que quisiera.

-Ahora cuando volvamos, te invitaré a comer ¿Te parece bien?- En esto sí que pensaba hacer caso según la respuesta que recibiera. Tal vez se había pasado haciéndole saber que tenía un gran interés en su persona, pero aún así quería compensar lo bruto que era (Con más brutalidad). Paseó con ella hasta llegar a su destino y con suavidad la dejó en la tierra. Luego se dispuso a cortar la cabeza de la bestia, de forma que no fuera demasiado grande, aunque el problema no era el tamaño, sino el peso.

por **Karurauatsuurei** Sáb Jul 19, 2014 7:31 pm

Aquella sonrisa socarrona parecía que se estaba burlando de ella, por lo que Karura desviaba la cabeza e inflaba sus mejillas en un mohín adorable. Pero por más que parezca enfadada, no conseguía engañarle. Le gustaba aquel hombre, tan directo, tan bruto y desconsiderado. Le divertía en cierta manera que intentara asustarla, y disfrutaba fingiendo miedo.

— Cositas rápidas y divertidas —repitió, burlona, pifiando entre los dientes.

Akatsuki la levantó del suelo con un brazo. Karura se apoyó de su pecho, y cuando se lo pidió, envolvió el cuello con sus dos brazos delgados y oscuros. Parecía divertirse con sus dos pechos aplastándose contra la cabeza. Los flequillos desordenados le hacían cosquillas en la piel, pero se aguantó la risa.

— No me molesta —sonrió. Quizá no debería ser tan condescendiente con él, pero no podía evitar la tentación que la embargaba. La invitación logró sorprenderla—. Será un placer, General.

Akatsuki dejó en tierra a la elfa, y se fue a recoger su preciado tesoro, que poco le importaba a Karura. Con la orilla danzarina se entretenía, y parecía que buscaba algo en la ribera, encontrando conchas extrañas, casi todas quebradas por la fuerza de la marea del lago. Gateaba por allí y las iba recogiendo una a una. Todas las examinaba con la mirada, y le daba vueltas, antes de guardarlas en una pequeña bolsa que colgaba del cinturón. Se distrajo tanto que no percibió que el general se acercaba con la cabeza del monstruo a rastras. Del cuello desmembrado goteaba sangre negra, Karura la escrutó con un gesto hosco.

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Jul 19, 2014 11:40 pm

Al llegar cada uno se fue a hacer lo que le interesaba. Por su parte, cortó de un tajo la cabeza y esperó un poco a que saliera la sangre, aunque no dejaría de chorrear en mucho tiempo. No era demasiado grande ni pesaba mucho, pero antes de ir a buscar a Karura, inspeccionó por los alrededores, a ver si podía llevarse algo más. Había algunas escamas brillantes, pero la mayoría estaban rotas, solo las del caparazón y eran esas justo las que brillaban. Recordó que la boca también se electrificaba y entonces trató de ver si es que los colmillos eran objetos mágicos que le ayudaran a aprender a usar algún elemento. Arrancó un colmillo con la mano derecha y se lo guardó en el bolsillo derecho. Fue a buscar a la hermosa elfa oscura y se la encontró buscando guijarros en la orilla.

-Me alegro que aceptes, ya podemos irnos.- Le dijo sonriendo, posando suavemente una mano sobre el hombro derecho ajeno, acariciándolo antes de darse la vuelta y coger esa asquerosa cabeza de monstruo. La esperó antes de partir de nuevo hacia Spatium. Eran dos largas horas de viaje a pie y pensaba que por llevar la carga tal vez tardaran algo más, pero eran las distancias que había y algunas eran mucho peores. Deseaba que a Karura nunca le tocara ir de un continente a otro a pie como le había tocado hacer a él. Esa experiencia fue una de las que recuerda con más desagrado de toda su vida militar, que no era poca precisamente. -Mientras llegamos, puedes ir pensando lo que te apetece de comer.- Se quedó con los labios entreabiertos, pero se guardó el comentario que iba a hacerle, no era apropiado.

-Deben ser cerca de las diez de la mañana, llegaremos a la hora ideal.- Lo único que él tomaría, serían bebidas alcohólicas a más no poder. Akatsuki caminaba con un paso algo acelerado, pero no le preocupaba la elfa, porque para ser de la brigada, como mínimo tenía que tener resistencia para hacer caminos muy largos sin pausa alguna. -Por cierto ¿De dónde vienes?- Por su aspecto físico no era capaz de sacar su lugar de procedencia y es que era la primera vez que veía una mujer tan morena como ella, tenía mucha curiosidad y quería saciarla.

por **Karurauatsuurei** Dom Jul 20, 2014 4:25 pm

Cuando Akatsuki volvió con su preciado trofeo, los dos retomaron la marcha y escogieron un sendero por el sur para alejarse del lago poco a poco. Entrando por la fronda, siguieron por allí hasta que los árboles les rodearon. Los troncos extendían las ramas, y ocultaban al astro. Y así, pronto un mar verdoso ocultaba le cielo, y sólo dejaba pequeños huecos donde la luz se filtraba formando haces finos que se coloreaban de naranja a medida que pasaba el tiempo. Pronto, una estela crepuscular cubrió los ramales verdes.

Habían varios kilómetros desde el lago hasta la primera parada del tren que conectaba Spatium y Chaos. La razón, decían, era que el lago era bastante peligroso. Ambos descubrieron que la excusa estaba justificada. Pues sí pudieron encontrarse una enorme bestia, deberían haber muchas más vagando por los alrededores. Sin embargo, en aquella parte del bosque los pájaros piaban, las ardillas campaban a sus anchas encima de los vástagos de los cedros y los pinos.

La elfa observaba con especial admiración a los árboles. Y debajo de ellos, a su sombra, se sentía más segura y podía retirar la capucha negra. Los ojos brillaban cómodos con la oscuridad del bosque. En el camino Akatsuki comenzó a hablar, y le hizo nuevamente una pregunta.

— A los diez años dejé mi ciudad. Solo me acuerdo de que estaba bajo tierra, pero desconozco ahora dónde —había pasado ya mucho tiempo—. Luego vagabundeé un tiempo en la ciudad de Chaos, y después, me llevaron a Wutai, donde pasé la mayor parte de mi vida.

Eso podría explicar el estilo de su atuendo, que probablemente, en un futuro cercano, cambiara por otras ropas más acordes con el estilo de vida de Chaos. La brigada le daría el dinero suficiente como para no tener que mendigar, ni trabajar de sirvienta.

— Y usted. ¿Usted de donde viene?

por **Akatsuki Ousawa** Dom Jul 20, 2014 9:18 pm

El General estaba guiando a la elfa por los caminos que él consideraba más mansos, pues no quería encontrarse con nada raro. Habían zonas más oscuras y otras más claras. Conocía que había algunos monstruos que salían de la oscuridad y por esto evitaba pasar por esas zonas, mirando constantemente a los lados. Aunque no fuera necesario quería protegerla, siempre lo hacía con todas las personas que le acompañaban, aunque en este momento, a lo único que le podía temer era a la perversión que podía salir en cualquier momento sin posibilidad de escapar o resistirse. No quería cometer otro de "esos" crímenes, pero era muy difícil portarse bien con lo hermosa que era ella.

-¡Ah! Bajo tierra, en ese caso vienes de la Ciudad de Rihm.- Hablar sobre estas cosas le ayudaba a ser más humano y menos demonio. Debía pensar más cosas que preguntar o que contar antes de que se quedaran sin palabras. Cuanta más gente conocía, más motivos le daban para confirmar que la teoría de que prácticamente todos los miembros militares de los tres reinos, eran huérfanos, habían vivido solos o simplemente su infancia había sido nula, empezando por él. -Vaya, vagabundear... Yo casi llego a eso.- Y la verdad no encontraba explicación al por qué no lo había hecho.

-Pues yo nací en Chaos Urbanis y cuando era pequeño mi madre murió. No pude contar con mi padre, así que viví no sé cómo...- Por ahora prefería no darle detalles, a pesar de que sabía perfectamente todo porque por desgracia había estado presente. -Eso hizo que las ideas revolucionarias se convirtieran en mi enemigo y entrené mucho para poder unirme a las Brigadas Dominia, como tú, cuando era más "joven".- En realidad tampoco era tan mayor como para dar a entender que ya no era joven, pero había hablado sin pensar demasiado lo que decía. Sonriéndole a la drow, llevó la mano más cercana a su cuerpo hasta el pelo albino, para acariciarlo con dulzura. Con la otra mano arrastraba la cabeza sin esfuerzo alguno, aparente.

-Luego solo me mudé a Spatium para que las cosas me fueran más fáciles. Dime ¿Dónde te alojas?- Le preguntó curioso. Si ella no tenía hogar, él estaba dispuesto a acogerla en el suyo, donde no le faltaría de nada nunca. En caso de que lo tuviera, quería saber dónde exactamente por si necesitaba contactarla para llevarla de exploración como ya había pasado varias veces. En Chaos no había tecnología para utilizar teléfonos y en Tempus no era precisamente algo barato. -¿Puedo contar contigo para misiones de exploración? Te pagaré igualmente aunque no son oficiales y son más peligrosas.- No contaba con muchos aliados a la hora de investigar terreno, porque el miedo en muchos casos era capaz de echar atrás a los Capitanes.

por **Karurauatsuurei** Lun Jul 21, 2014 4:16 pm

No desaprovechó la pregunta. Todo lo que le contaba el íncubo le era interesante, y le sirvió para llegar a la conclusión que, con sus matices, sus historias eran parecidas. Es por ello que la elfa podía llegar a comprender a su general. Parece que el peliazul se mostraba fresco y altivo delante de las mujeres, no sólo delante de ella. Y aunque ignoraba cuanta desfachatez era capaz de mostrar delante de una fémina, sabía que era capaz de mostrar un lado sensible y apacible. Karura se llegó a imaginar compartiendo su vida con él, pero no era más que una utopía nacida en su cándida imaginación. Probablemente, si intentaba algo con él, otra chica aparecería con premura a mostrarle las uñas y los dientes.

— La mansión de Jade —si era oriundo de Chaos, debería conocer la mansión y los jardines. Al fin y al cabo, era el único sitio en toda la ciudad donde crecía vegetación—. Trabajo allí como sirvienta para la dueña de la casa. Fue ella la que me recomendó para la brigada.

La dueña se llamaba Elicia. Una mujer alta y esbelta con los cabellos plateados y brillantes. Tenía la piel nívea, y unos ojos de cervatillo grises como la bóveda del cielo en un día nuboso. Era muy deseada por muchos, pero parecía sólo tener ojos para sus sirvientas, con las que practicaba juegos sexuales casi a diario. Extrañamente, a Karura nunca le había tocado. Aunque ella, con toda su disposición, se entregaría a ella. Ya eran muchos años sirviéndola desde que aquel General la entregara como un “regalo”. No obstante, Elicia se mantenía aún joven y lozana, y los años no parecían marcar ninguna arruga en su rostro.

— Claro que sí, General. Después de todo, he llegado aquí para serviros. —sonrío en complacencia plena.

Continuaron caminando, esta vez en silencio. No le costaba para nada entrenerse con la sacudida que la brisa suscitaba en las ramas danzantes. De alguna manera el susurro de las hojas cimbreantes calmaba su corazón, henchido de sangre y sexo, como la drow que era.

Cuando llegaron a un claro donde se alzaba una discreta colina, vieron una zona desnuda entre la hierba verde. Por el centro corría una vía de tren. Apenas un largo camino recto donde se extendían dos rieles de acero pardo sobre traviesas de madera. Ascendía por la colina hasta pasar al lado de una cabaña destartalada, que hacía las veces de parada de trenes. El edificio de madera parecía estar vacío, y cuando se acercaron, no vieron a nadie para decirles cuándo llegaría el tren a Chaos, ni a Spatium. Era muy diferente de las vías que conectaban Tempus, de alta tecnología, y las paradas provistas de enormes carteles luminosos que anuncian las llegadas con una precisión terrible.

por **Akatsuki Ousawa** Lun Jul 21, 2014 10:06 pm

Nunca había ido a la Mansión de Jade, pero la conocía de oídas. La verdad es que nunca le había picado la curiosidad por ese lugar, porque pasaba muy poco tiempo en Chaos y cuando iba, siempre era para estar en su casa, para visitar a los guerreros de allí o para investigar las zonas más peligrosas. Ya se pasaría por allí para ver aquella mansión, aunque le apenaba que una mujer como ella tuviera que ser sirvienta, no le parecía bien, debía aspirar a mucho más. No comentó nada respecto a eso, ni tampoco sobre saber que contaba con ella, simplemente lo tomó en consideración para un futuro no muy lejano.

Reinó el silencio y empezó a ponerse nervioso, tanto que al apretar la mano que sujetaba un cuerno de la cabeza, lo partió. Sujetó de otra parte y casi se dejó guiar. Él nunca había usado el tranvía de Spatium, iba a todos sitios a los que no tardara un día a pie, lo consideraba como un entrenamiento. No había nadie allí y esperar no le resultaba nada agradable, aunque fuese más rápido esperar unos minutos para acortar la llegada a Chaos y justo ahora que se daba cuenta, ese no era el destino de ambos. Dejó por un momento la cabeza en el suelo y señaló hacia un lado de la vía.

-Esto lleva a Chaos Urbanis ¿Verdad?- Le preguntó curioso. Tal vez la dirección contraria si que les llevara a Spatium, pero según el sentido del tren y como el sistema aún no estaba muy desarrollado, no le extrañaba que sólo tuvieran la posibilidad de irse andando o bien en un vehículo propio que ninguno tenía. -No es hacia allí a donde tenemos que ir, nosotros vamos a Spatium.- Le aclaró, por si acaso. Había estado hablando de Chaos e incluso él había llegado a hacerse un lío, no era de extrañar que se pensaran incluso que iban a ese sitio.

-De Chaos a Spatium hay mucha más distancia, porque tendríamos que cambiar de continente, pero desde aquí es más fácil. El lago de los Guerreros ya está en Spatium.- Se sacudió las manos y miró hacia todas las direcciones, le costaba un poco orientarse, pero si seguían hacia el sur, llegarían al Bosque del Cosmos y luego un poco más al este, a la gran ciudad. No le cuadraba que estuviera en un bosque sin nombre y sabía a la perfección que no era el del Cosmos. -Bueno, aún si esto nos lleva a la ciudad, prefiero ir andando.- Lo pensó mejor, a lo mejor la vía sí que iba en la dirección correcta, pero no se fiaba porque no eran seguras.

-Si te cansas te llevaré a caballito, no tengo problema.- Ni quería esperar, ni arriesgarse con esa basura.

Off Rol:

por **Karurauatsuurei** Mar Jul 22, 2014 7:19 pm

La vía que pasaba por el bosque sin nombre iba en ambos sentidos. Un tren la atravesaba cada hora, uno en dirección a Spatium y otra hacia Chaos. Era una vía peligrosa, donde han habido multitud de accidentes por error en los horarios. En el más grave, dos trenes colisionaron entre sí porque compartían la misma vía. Spatium pactó con Chaos que salieran cada hora y así evitar coincidencias, pero el gobierno del país del fuego todavía seguía teniendo horarios irregulares, y catástrofe tras otra, acabaron cerrando la vía.

Quizá Akatsuki tenía razón, o quizá solo la mitad de esta. Tras la decisión del general de abandonar la vieja estación, la elfa se acercó a los rieles. Estaban oxidados, y el metal descascarillado mostraba, a lo largo y a lo ancho, zonas parcheadas y pardas con un olor a herrumbre.

— Por aquí no pasa un tren ni en 10 años. —apostilló la elfa, con un gesto hosco, palpando con los dedos la vía demacrada.

Aún así la vieja vía les guió en la dirección correcta hacia el sur. La arboleda se terminó y dio paso a una profunda hondonada que separaba aquel bosque con otro un poco más alejado, grande y profundo. El bosque del Cosmos. Al este se erigía la ciudad moderna de Spatium, e incluso desde aquella colina podían verse los edificios, elevándose en el aire como pináculos, apuñalando el aire con sus rascacielos luminosos. La primera vez que había estado allí, Kirura no había visto nada igual, tan majestuoso. Muy diferente a Chaos, donde las casas achaparradas se organizaban bajo el pie de una muralla que separaba un enorme río de lava humeante. Hacía calor en todas partes, menos en la mansión donde residía.

— General, quizá estemos en la región de Spatium, pero nos llevará un día entero llegar a la ciudad. —y para colmo, estaba oscureciendo.

Para cuando alcanzaron el final del bosque y bajaron por las estribaciones hacia el valle, ya había oscurecido, y la tierra se extendía por delante como un manto negro, salpicado por luces mortecinas y titilantes. Era la luz que se escapaba de las viviendas bucólicas y las granjas. Por encima los envolvía una cortina negra, como una frazada bordada en negro, revuelta de puntos brillantes de colores diferentes. Cada uno rutila con diferente intensidad, unos lanzan estelas de fuego, otros parpadean como puntos lejanos.

La carga era demasiado pesada, y pronto se vieron obligados a descansar. Se refugiaron en un hueco horadado sobre la tierra elevada. Abajo se extendía el valle. La ciudad, con sus vivos colores, se levantaba hacia el este. Tal belleza cautivó a la elfa, que salió del escondrijo para encaramarse en la ladera, observando el cielo y sus estrellas.

por **Akatsuki Ousawa** Mar Jul 22, 2014 10:24 pm

Esa elfa no hablaba mucho, pero cuando decía algo, Akatsuki se reía por dentro, se lo tomaba todo con humor, al menos cuando no estaba serio, pero prefirió reservarse sus comentarios especiales y muy posiblemente incómodos para otra ocasión que evaluara como "más" apropiada. Durante el camino, Akatsuki se fijó en la Gran Torre del Espacio, el edificio más alto de la ciudad, que parecía de cristal y nadie podía ver su final. Nunca había ido allí y sentía curiosidad por verla, justo ahora que la lejanía le había ayudado a darse cuenta de algo que había ignorado durante diez años aproximadamente.

-¿Un día? Pues menudo paso llevamos, porque esta mañana yo he tardado tres horas en llegar al lago.- No negaba andar muchísimo más rápido, estar solo y no llevar ahora una carga, pero no pensaba que esos tres factores alargaran tanto el tiempo de viaje, sin embargo, prefería no arriesgarse a pasear por allí durante la noche. -Si tienes frío, yo puedo darte calor.- Por una vez decía algo en serio. El invierno de Spatium sí era frío a diferencia del de Chaos, que en esa estación seguía estando por encima de los cincuenta grados. Karura no llevaba mucha ropa y él estaba dispuesto a brindarle la protección de su cuerpo.

-¿Te gusta lo que ves? Es una bonita estampa. Creo que desde la Torre del Espacio se puede ver incluso mejor.- No estaba seguro, pero era el monumento por excelencia de Spatium, junto al Coliseo y la ciudad colgante, porque algunas personas venían solo para ver el método de construcción encima de los árboles. Dejó la cabeza del Hydrus en el fondo del "refugio" y se recostó sobre la pared izquierda. -La próxima vez que vayamos a cualquier sitio, llevaré algo para que puedas comer, porque me temo que este día vas a tener que aguantarte.- Tenía la opción de comerse parte de la cabeza del animal, pero a saber lo contaminada que estaba si él la había arrastrado por el suelo.

-Cuéntame más sobre tu vida. Prometo contarte cosas sobre la mía también.- Incluso estaba dispuesto a contarle cosas que nadie más sabía y que le desagradaban mencionar. Se moría de ganas por tener a esa elfa morena entre sus brazos, no la soltaría en toda la noche.

por **Karurauatsuurei** Jue Jul 24, 2014 5:29 pm

La elfa apuntalaba la mirada hacia el paisaje nocturno, y de vez en cuando, oscilaba hacia el general. Entornó los ojos con incredulidad cuando le mencionó haber recorrido tanto espacio en tan poco tiempo, pero nunca se sabía; a lo mejor era un buen corredor, y además de musculoso, ágil, resistente, capaz de recorrer kilómetros en apenas unos días solo con sus pies.

En el instante en que Akatsuki nombró la comida, las tripas de la elfa rugieron como un león enfurecido. Azorada, se llevó una mano hasta el vientre, bajó un momento la cabeza y volvió a entrar de nuevo bajo la cornisa de tierra que los refugiaba. Se acurrucó con la espalda apoyada en la pared de piedra, y las piernas acostadas sobre la tierra prensada, justo al lado de su General.

Parecía que su cuerpo fornido la protegiera del frío, así que no dudó en acercarse y tomar su brazo, rodeándolo con ambas manos. Frotó durante un momento la mejilla contra la chaqueta azabache que cubría el hombro. Se sentía extrañamente bien, pero seguía igual de enrojecida. El general despertaba en ella un deseo travieso y palpitante, y aquellos ojos afilados despertaban la lujuria. En la cabeza se agolpaba la sangre, deseosa, se le nublaba la mente y la razón, e incluso veía todo borroso, todo lo que no fuera él, o no tuviera que ver con él.

— ¿Qué es lo que quiere saber de mí? —le preguntó, alzando la cabeza hacia él.

Pregunta tras pregunta, hablaron durante largo rato. Como era de suponer, la albina daba respuestas concretas, que obligaban al guerrero a seguir indagando. Al final, le contó que provenía de una tribu de Drows que vivía lejos de la superficie de la tierra, en una red intrincada de ciudadelas y túneles gigantescos. Dijo que era una exiliada, y que hasta ahora, había contado con la solidaridad de unas pocas personas. Señaló también, con un gesto atribulado, que no le era posible continuar así: quería valerse por sí sola.

por **Akatsuki Ousawa** Jue Jul 24, 2014 10:15 pm

Mientras la drow estaba de espaldas, no perdió el tiempo y trató de mirar por debajo de la ropa, aprovechando la diferencia de altura. Disimuló a la perfección cada vez que ella le miraba para no ser descubierto, aunque tampoco le hubiera importado si le pillaba, porque no iba a dejar de hacerlo. Una vez su figura coqueta y estilizada se acercó, la rodeó con ambos brazos y la sentó en su regazo, abriendo las piernas para que estuviera entre ellas. Se acercó inadvertidamente a sus labios y esperó a que estuviera hablando, a que le contara sobre su civilización y su hogar, para interrumpirla de una hermosa manera, que era uniendo sus labios con los ajenos en un beso dulce y muy suave.

-¿Entonces no contarías con mi solidaridad?- Preguntó bromeando, mirándola a los ojos, justo cuando le dijo que quería valerse por si sola. Él podía ayudarla, era su especialidad, aunque tampoco era muy difícil, según lo que pretendiera para vivir. -Si cuentas con ella, te enseñaré y te ayudaré a valerte por ti sola. Que no necesites a nadie, aunque como mínimo trabajar sí es importante.- Comentó como si fuera un padre más que otra cosa (y eso que él de padre tenía poco y nada). Apoyó la cabeza contra la pared de tierra y cerró los ojos, dejándola descansar sobre su hombro derecho, sin haber deshecho el abrazo en ningún momento. -Veamos... Tal vez no parezca difícil de contar, pero al menos a mi me afecta mucho. Mi padre asesinó a mi madre por no querer mostrar rebeldía ante al actual gobierno.- No le entristecía, le enfadaba y le provocaba asco porque un ser tan repugnante tuviera su apellido, no lo merecía en absoluto y él quería limpiar eso, aunque por ahora, Ousawa todos lo entendían como protección, lo cuál era una buena señal.

-Yo le desafié a muerte y cuando se desate la guerra contra los revolucionarios, él será mi adversario.- Muy a su pesar, él no era a la única persona que debía matar, pero era su objetivo. Derrotar a un pilar de élite desmoronaría a muchos revolucionarios soldados que tal vez no presentaran batalla y fueran más fáciles de aniquilar. -Creo que deberías dormir, preciosa. Mañana al alba retomaremos el camino hacia Spatium.- Se puso bien cómodo y se recostó un poco más, llevándose a la elfa consigo, haciéndola quedar tumbada sobre él. Había despertado unos recuerdos que deberían estar enterrados fuera de combate, porque ahora sería incapaz de dormir con toda esa furia.

por **Karurauatsuurei** Vie Jul 25, 2014 6:06 pm

Akatsuki cortó su relato con un beso húmedo. La albina lo correspondió, abriendo los ojos, pero entregándose a la sensación segundos después. “Sabe cómo hacer callar a una chica” pensó ella. Al menos su boca es cálida y agradable, los labios son un poco ásperos, pero deliciosos. Estuvo durante un breve tiempo junto a ellos hasta que él decidiera apartarlos, empezando a hablar de nuevo. Ahora se daba cuenta de que estaba en su regazo, sentada a horcajadas. Se azoró sin remedio.

— Lo único que necesito es que me dejes servirte. —dijo la elfa.

A pesar de estar encima, deseosa y caliente, escuchó su historia con atención. Cuando acabó, sólo aventuró un comentario, pero sus mejillas seguían rojas, ardientes como un brasero al rojo vivo.

— Es triste perder a un padre, pero lo es aún más tener que enfrentarte a él. —le miró durante un momento, primero enseriada, pero luego esbozó una tímida sonrisa.

Se acurrucó enseguida cuando la mandó a dormir. Casi parecía que fuera su hija, pero lo cierto es que sólo obedecía con la inocencia falsa de un cervatillo espabilado. Apoyó sus manos en el pecho y se acomodó sobre su pelvis. Las piernas restaban flexionadas, a los dos lados. Era una posición extraña e incómoda. Pero el cuerpo fornido del general le proporcionaba calor, además de seguridad.

Era extraño sentirse así después de mucho tiempo, pues dentro de la mansión de Jade no podía pasarle nada, pero nunca antes había dormido tan cerca de un hombre. No pudo conciliar hasta bien tarde, y estuvo buena parte de la noche frotándose contra él mientras dormía plácidamente. Interpuso sus labios sobre los otros durante un momento, sintiendo la respiración queda sobre sus labios. Cuando palpaba los pectorales a veces podía sentir un corazón fuerte latiendo detrás. Le dió un beso en el cuello, y la cabeza cayó como un peso muerto sobre un hombro. Se había dormido.

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Jul 26, 2014 12:13 am

Ella se comportaba como una sirvienta y al menos, con él no hacía falta, aunque era muy tentador que una mujer le dijera eso después de haberse dejado besar. Le daba la señal de "Puedes pedirme todo lo que quieras" y no aprovechar eso, sería prácticamente un crimen. Akatsuki sonrió, con varios planes en la cabeza y uno de ellos, era aprovecharse de la elfa porque ella le había provocado y mujer que lo hace, no se libra de ninguna manera. Fingió haberse dormido, notando todos y cada uno de los movimientos de Karura. Estaba esperando a que se durmiera y le llevó su buen rato, se resistía a conciliar el sueño. Por culpa de que se movió tanto, el General acabó excitado, pero era vengativo con estas cosas, se lo iba a pagar caro.

-Um...- Si no se enteraba no había problema, pero si lo hacía tampoco. Separó a la elfa un poco y aún dejó su cabeza recostada, pero ahora el cuerpo estaba a la distancia perfecta para explorarlo con las dos manos, con suavidad y silencio, para que no se levantara. Dudaba de poder ser tan sutil y más aún, dudaba de poder echarse atrás y al pensar eso, algo le detenía. -No tengo porqué ir rápido... No va a huir...- Aseguró susurrando, aunque hablaba para sí mismo. Podía soltarle las cosas a la cara a la elfa y disfrutar del sufrimiento a primera impresión. Tener la seguridad de que por mucho que intentara evitarle, se saldría con la suya, casi le hacía provocar. Era un depredador que perseguía a su presa y la torturaba antes del momento clave.

Hizo el gran esfuerzo de dormir, de ladear la cabeza y esperar a conseguir desconectar del mundo real para soñar, precisamente con su plan maestro de utilizar a la elfa. Era sumamente minucioso, solo faltaba recordarlo al despertar y ponerlo en práctica. Al dormir abrazado a ella, iba besándola y tocándola sin ser consciente de ello. Para él la noche transcurrió tranquila, no se despertaba fácilmente, así que hasta que los primeros rayos de Sol iluminaron el refugio y se clavaron en los ojos del General, no se despejó. Exhaló un gruñido molesto y dio un manotazo al suelo para sentarse. El cuerpo de Karura se dio contra la tierra húmeda y mullida, pero él la sostuvo entre sus brazos y le dio un beso mañanero para ver si reaccionaba al tacto de sus labios.

-¡Hey! Buenos días ¿Has dormido bien?- Estaba adormilado, pero era una costumbre levantarse temprano y no le costaba tanto. Dejó a la elfa en el suelo de pie una vez se despertó y entonces le revolvió el pelo. -Venga, vamos a andar un poco, si estás cansada, te invito a dormir conmigo, en un sitio más decente que un agujero como este.- Agarró la cabeza del Hydrus por otro de los múltiples cuernos y sacudió la cabeza. Cuanto más tardaran peor y si tenían que hablar de algo, durante el camino sería lo más apropiado. -Por cierto ¿Qué juguetona por las noches no? Jejeje...- Emprendió el camino asegurándose de que ella iba con él, ya fuera detrás o a su lado. Delante de ambos se abría una llanura ligeramente cristalizada, había poca hierba y el aire de la madrugada era sumamente agresivo.

por **Karurauatsuurei** Sáb Jul 26, 2014 7:13 pm

Pasaron una noche plácida después de todo. Fue también extraña, y tuvo trajo sueños agradables. Su padre estaba delante de ella cuando aún era pequeña, y le revolvía su cabello albino tal y como lo hacía ahora Akatsuki, le sonreía con una candidez que había olvidado. Después le daba besos en las mejillas, le acariciaba los carrillos sonrosados y le decía que tan buena hija era. Otras veces, recorría unas galerías oscuras con otra elfa, su hermana, un poco más alta que ella, con el cabello más largo, pero mismos ojos redondos y ambarinos.

Soñó que en aquel instante que, cuando eran pequeñas, su hermana la acompañaba hacia la ciudad después de que ella se perdiera. Aquel día tuvo tanto miedo de perderla que, en un arrebato, abrazó a su hermana y le plantó un beso en los labios. Ella se sorprendió tanto que abrió los ojos como platos. Cuando pudo darse cuenta, era Akatsuki el que la sostenía entre sus brazos, y la besaba. Ella correspondió, somnolienta.

— Buenos días —musitó.

Cuando estuvieron preparados, salieron de la pequeña caverna y retomaron su camino hacia la capital de Spatium. A una marcha acelerada, llegarían por la tarde, pero si iban calmados y concentrándose en el paisaje, otro día entero. Cuando bajaron al valle, la hierba se extendió ante ellos como un manto verde salpicado de naturaleza dinámica, siempre en movimiento. En aquel momento. No se atrevió a replicar nada ante su comentario jocoso. Sin duda alguna, aquel hombre dormía como un gato y atendía a su alrededor incluso cuando dormitaba. La elfa se aseguró de ser lo suficientemente discreta, pero él no lo fue con ella. Otra cosa que había dicho el peliazul llamó poderosamente su atención.

— Es increíble que diga eso con tanta facilidad —dijo Karura, con una sonrisa—. ¿Quiere acostarse conmigo, General?

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater