Removiendo el pasado [Sinbad]

por **Gissel Gremory** Miér Jul 30, 2014 4:25 pm

El cielo gris, plomizo, cargado de nubes oscuras que de tanto en tanto dejaban oír entre sus cúmulos algunos truenos que parecían un tanto amenazantes. Pero claro, en esa zona de Chaos no llovería, así que seguramente sería alguna que otra tormenta eléctrica provocada por el calor que atrapan las nubes gracias a los ríos de lava.

La pelirroja caminaba por chaos urbanis, recorriendo las calles parcialmente desiertas de aquel reino tan sombrío, por así decirlo. Sus pasos eran lentos pero seguros, si bien no tenía un rumbo fijo para seguir, dejaría que la sorprendiese la misma “casualidad”, no sabía con qué o con quién se encontraría en el camino, por aquel sendero incierto, y tampoco era como si eso no le importara realmente. La brisa caliente de aquel sitio movía levemente sus cabellos rojos, que por el momento los llevaba completamente sueltos, también, podía sentir como su falda amagaba a levantarse un poco por algunos escasos segundos.

Suspiró profundamente, abriendo un poco más los ojos al notar no muy lejos unas murallas lo bastante altas como para evitar que cualquiera medianamente “humano” pudiese escapar con facilidad. Frunció el ceño levemente, sin dejar de observar en todo momento lo que parecía ser una antigua institución, vaya uno a saber de qué. Extendió la mano derecha hacia aquel paredón que parecía bastante grueso o resistente, apoyando la palma de la misma por unos momentos sin dejar de continuar con su recorrido exterior.

No fue hasta dar la vuelta por la esquina y avanzar por unos metros hasta que se topó con la entrada, enrejada por donde se la viese. Los ojos celestes de la chica se centraron en lo que había más al fondo, notó el gran patio agreste, apreciando también unos 30 metros más al fondo la misma construcción, enorme por cierto, pero demasiado sombría, cosa que le causó aún un mayor desagrado. Chasqueó la lengua, levantando la vista lentamente mientras se cruzaba de brazos, para su gran sorpresa aquella residencia sombría no era nada más ni nada menos que un orfanato.

-Ultimo exilio…- Murmuró en un tono seco de voz, bastante frío en esos precisos momentos en lo que pronunciaba el nombre del lugar. Mantuvo el ceño algo fruncido, por alguna causa desconocida ese sitio no le gustaba en lo más mínimo, aunque bueno, no debía dejarse llevar por las apariencias.

Lentamente extendió ambas manos, acercándolas y cerrándolas con cuidado en los barrotes de la misma, sin dejar de observar hacia adentro bajo ningún punto de vista. Eso le había traído recuerdos, demasiados recuerdos, afortunadamente ella podía decir que su vida en el orfanato de Spatium no había sido mala, por el contrario, guardaba un profundo amor, respeto y agradecimiento por los encargados de aquel sitio. Quedó por algunos segundos absorta en sus propios pensamientos o recuerdos, tratando de hacer memoria, retrocediendo años en el tiempo, en los profundos archivos de su mente.

Las señoras del lugar sólo le habían comentado que su madre simplemente la había dejado allí, pero los motivos, o el porqué le conservaron el apellido jamás estuvieron demasiado claros. La valkiria por su parte no trató de indagar más, realmente no lo necesitaba, ella fue feliz en ese sitio, no importaban las circunstancias de su vida. Después de todo, ella misma estaba conforme con la clase de mujer que actualmente era.

No recordaba haber pasado antes por estas calles, pero bueno, no hacía mucho tiempo que se había radicado completamente en Chaos para cumplir de una forma más concreta su puesto como guerrera Gladius, así que, cada vez que tenía tiempo libre solía darse una vuelta por distintos sitios del reino, por el simple hecho de conocer un poco más su casi nuevo hogar.

por **Sinbad** Miér Jul 30, 2014 10:25 pm

El viento iba a favor aquella mañana, aunque es un dato completamente inútil, ya que el gran barco se propulsaba por electricidad. El navío se estaba acercando al puerto de una ciudad de Chaos. El aire no era muy bueno para respirar y el agua era negra, llena de ceniza del cercano volcán y sin vida. El barco quedó atracado en el puerto. Sinbad cogió lo que necesitaba en una bolsita y saltó del barco al puerto. En cuanto sus pies se despegaron del suelo, una barrera eléctrica recubrió el barco.

Un sentimiento de nostalgia le llegó al reconocer las calles de la ciudad donde se había criado. El Chico comenzó a caminar por las abochornantes calles de aquel lugar. Las cosas estaban más viejas que como él las recodaba, pero teniendo en cuenta que habían pasado 15 años, era normal. Tenía muy claro a donde quería ir: al Last Exile, el orfanato donde se había criado. Caminó por las ardientes calles, recordando en cada esquina momentos de su infancia que había pasado, en concreto en un lugar a 100 metros del orfanato, donde había peleado contra la que en un futuro sería su tripulación y familia.

Llegó a una gran reja, donde al fondo se podía ver el deprimente edificio del orfanato. Empujó la cerrada reja con una mano y esta se abrió lentamente, chirriando. Pasó al interior del recinto y la volvió a cerrar con ese caracteríastico sonido. Se dirigió al gran edificio con decisión. Ahora que lo tenía enfrente, pudo ver que estaba muy abandonado. Posiblemente el orfanato hubiese cerrado haría unos 7 años. Sinbad no se preocupó por esto y abrió las puertas de golpe. Dentro todo seguía como cuando se fue, en el mismo sitio, solo que mucho más sucio y atacado por los insectos. Recorrió el vacío edificio, teniendo claro a donde se quería dirigir. Subió dos pisos de escaleras para dirigirse a su antigua habitación.

Era una habitación pequeña, con una camam un armario y un escritorio. Las paredes eran de piedra y una única ventana iluminaba pobremente la estancia. Sinbad buscó casi a tientas, a pesar de que era casi mediodía, un lámpara de aceite que tenían todas las habitaciones. Después de 10 minutos, consguió dar con ella y encenderla. Simplemente lo que hizo fue desnudar su torso y tirarse en la cama tranquilamente, bebiendo de una botella de sake que había llevado y dejando que los recuerdos volviesen a entrar en su mente poco a poco, llenando su corazón con una mezcla de nostalgia y odio hacia aquel lugar, que fue muy duro vivir allí, pero a la vez le dieron cobijo y comida.

por **Gissel Gremory** Sáb Ago 02, 2014 7:19 pm

Mantuvo la mirada inexpresiva siempre que observó hacia adentro, y como no tenía nada relevante que hacer no tuvo mejor idea que adentrarse, por suerte, aquella reja no estaba del todo asegurada, por lo que su ingreso no demandó mucho esfuerzo. Comenzó de un modo tranquilo a caminar en dirección a la puerta principal, notando en la misma como parecía haber sufrido el paso del tiempo, se notaba claramente en las vetas de aquella madera astillada, todo al parecer allí estaba casi en ruinas, o al menos es lo que eso creía la pelirroja que de tanto en tanto suspiraba pesadamente.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, empujó un poco más la puerta, asomándose de costado quizás sin mucho interés. Sus orbes celestes comenzaron a recorrer casi toda la extensión de aquel recibidor, quizás hasta con cierta tristeza, ciertamente, ese lugar no se parecía en nada al sitio dónde ella se había criado desde pequeña, y hasta no podía llegar a entender porque todo en chaos tenía que ser tan sombrío o lúgubre.

-Horrible…- Musitó en un tono bajo de voz mientras entraba completamente, disponiéndose a caminar por el sitio sin demasiada preocupación, bien el lugar podría estar tomado por algunos delincuentes, pero no le importaba, sabía cuidarse perfectamente sola, así que mantuvo ambas manos dentro de los bolsillos de aquella falda corta que llevaba puesta. Dobló por algunos corredores hasta toparse con la escalera principal, la cual comenzó a subir en calma total paso a paso, apoyando la mano derecha sobre el barandal de la misma. A cada paso se podía oír como crujía la madera, trayéndole quizás un poco de inseguridad a la valkiria mientras avanzaba, pues lo que menos quería en ese momento era terminar cayéndose de manera literalmente estúpida por las malas condiciones del lugar.

Así dio con el segundo piso, en el cual se detuvo unos instantes para recobrar el aliento, mucho no podía observarse, pero continuó con el recorrido por el pasillo que conectaba seguramente a la próxima escalera.

por **Sinbad** Lun Ago 04, 2014 6:08 pm

Un fuerte crujido despertó al pirata de su sueño. Lo primero que le vino a la cabeza era qué hacía durmiendo allí, lo segundo, aunque esto no necesitaba respuesta, era cómo había acabado desnudo. El demonio se levantó apoyando una mano en su cabeza, intentando despejar su mente después del sueño. Se acordó de donde se encontraba y por qué, pero el dilema llegaba aquí: donde habían acabdo sus pantalones. Sabía que no se los habían robado, ya que no llevaba nada de valor en ellos, de echo siempre que dormía se los quitaba, así que solo quedaba ponerse a buscarlos. No tardó mucho en hacerlo, ya que estaban al lado de la puerta. Se los estaba poniendo cuando de repente un crujido volvió a llamar su atención, continuado de otro, otro, otro... Parecía que alguien estaba caminando, de echo, al guzar al oído, pudo comprobar que ese alguien estaba subiendo las escaleras.

Se vistió los pantalones en total silencio, mientras su mente se llenaba de preguntas sin respuestas sobre esa persona. ¿Quién era? ¿Qué la había traído por ahí? ¿Quizás eso estaba lleno de bandidos? ¿O quizás había crecido allí, como él? Las preguntas se agolpaban en su cabeza, mientras sus manos se enredaban en sus azulados cabellos. Pensó que quizás podía asomarse para ver quién era y después tomar una decisión, sin embargo, si lo hacía andando, la madera comenzaría a crujir y lo delataría. Quizás volando fuese más sencillo.

El pirata cerró los ojos mientras una suave brisa lo rodeaba, girando alrededor de él. Su cuerpo y vestimenta comenzó a cambiar, creciéndole algunas plumas rojas, un tercer ojo en la frente, unos mantos rojizos que le cubrían el cuerpo. Su largo pelo se volvió rojo y unas plumas crecieron por él. Prácticamente lo único que no cambió fue el color de sus ojos y su mirada. Se había transformado en su verdadera forma, Focalor, el demonio del viento.

Sus cuerpo comenzó a flotar suavemente y salió de la habitación sin hacer el más mínimo ruido. Buscó una zona de sombras para poder ocultarse y observar a la persona que había entrado sin ser visto. Cuando llegó a su posición, miró a la persona que estaba subiendo las escaleras. A diferencia de lo que creía, no parecía un bandido. Era una mujer bastante guapa, con una impresionante cabellera rojo fuego y una figura muy elegante y de curvas bastante definidas. A sus ojos tenía una belleza difícil de igualar. Tenía unos movimientos gráciles y una expresión segura de sí misma, sin embargo, esa delicadeza en sus pasos se veía frustada por el incesante crujido de la madera a sus pasos. No sabía que raza era, ni qué la había traído por allí. Lo único que sabía era que no era un demonio como él. No sabía si era una amenaza, pero no le descubriría hasta que hablase con ella, así que cuando se adentró en el pasillo para coger las escaleras al segundo piso, el pirata bajó flotando silenciosamente detrás de ella, para aterrizar suavemente a su espalda. En cuanto sus pies tocaron el suelo, volvió a su forma humana, dejando unas plumas rojas que se habían desprendido y se encontraban cayendo alrededor de él como único recuerdo de Focalor.

-Hola, guapa -Dijo en un tono bastante tranquilo a su espalda, como si siempre hubiese estado allí-. ¿Qué te trae por este orfanato? Podría ser peligroso.

por **Gissel Gremory** Mar Ago 05, 2014 12:50 pm

Aquel recorrido le estaba pareciendo bastante aburrido, ni ella misma sabía por qué demonios estaba perdiendo el tiempo allí. Debía estar en el castillo de chaos, como de costumbre, entrenando o incluso perdiendo el tiempo por algunos lugares de la cocina, no en un sitio tan abandonado o hasta descuidado el cual parecía la guarida perfecta de algún criminal o algo por el estilo. Bufó pesadamente, pero en ese instante sus ojos se abrieron más al sentir una presencia detrás de ella, miles de ideas pasaron por su cabeza en ese preciso momento, sin embargo, la chica no perdería la calma así como así.

Oír tal voz masculina le hizo girarse repentinamente, clavando así su mirada celeste y transparente en los orbes contrarios, le observó de arriba abajo, por simple curiosidad, analizando cada centímetro de él, porque simplemente ella era así, al que le gustase bien, al que no, también. Aquel muchacho de cabellos azules que mostraba el torso desnudo no parecía ser peligroso, pero a fin de cuentas debía cuidarse, ya que no sabía con clase de tipo estaba tratando. El elogio no le molestó en lo más mínimo, pero sí que hiciera mención acerca del peligro del lugar, cuando ella sabía muy bien cuidarse sola.

Sin embargo, una pequeña sonrisa se dibujó en su semblante, al mismo tiempo que llevaba una mano sobre su propio pecho, precisamente la derecha, apoyándola unos segundos en ese sitio. –Hola…yo no sabía que esto era un orfanato…no sé, me imaginé otra cosa… Al menos no se parece al sitio dónde yo me crié, a pesar de ser un orfanato, era bastante lindo…Sólo entré a perder el tiempo, supongo- Aseguró, antes de volver a observarle fijamente a los ojos con esa actitud altiva y orgullosa de siempre.

-¿Peligroso en qué sentido? Igual, gracias por el consejo pero…sé cuidarme muy bien sola, a la perfección.- Volvió a musitar, guiñándole el ojo derecho con mucha tranquilidad.

por Invitado Miér Ago 06, 2014 3:27 pm

La venganza… Eso es algo que siempre permaneció presente en la mujer de la que hablamos, una venganza constante contra todo ser viviente y en especial hacia tres personas en concreto, sus hijos y marido, tanto les odiaba que eso había marcado su vida para siempre de una manera que no se podría curar, y el remedio no era otro que morir al menos uno, ya fuera ese maldito hombre o la mujer corrupta…

Desde que se entero que había una valkiria con el nombre de Gissel Gremory, era imposible que alguien más coincidiera con esos datos, totalmente imposible. Esa razón la llevo a montar sobre su querida Celia y viajar hasta Chaos con sus dos pequeños peluches como acompañante, algo la obligaba siempre a mantenerlos con ella, y en esta ocasión se vio con tener que llevarlos a ambos, no rebuscaría mas en eso, solo los portaba con delicadeza, cada uno con un lazo de color distinto, uno azul y otro rojo.

El tiempo en ese lugar era realmente desagradable para muchos, pero el que estuviera a punto de llover era algo que le encantaba, sobre todo si lo hacía, pero el clima de ese sitio impedía que ese fenómeno se produjera, algo que la incomodaba en cierto modo, pero tendría que olvidarse de eso de momento. En el castillo, el cual fue lo primero que visito, la informaron que no estaba allí, que había salido a la cuidad y no podían contactarla.

Las ganas que tenia la mujer de tomarle del pelo y darle con la cara en la mesa, romperle la nariz y que sangrara, todo porque no le dio la ubicación de su hija. Pero solo sonrió y se marcho de allí, montándose de nuevo en su corcel para empezar a volar por todo el lugar y buscarla, solo tenía que estar atenta a cualquier mujer pelirroja que viera y así fue hasta que llego a una zona bastante dejada, los edificios parecían estar a punto de caerse a pedazos y en uno vio entrar a un joven de pelo azul, su contextura le resulto extrañamente familiar y lo dejo pasar hasta ver a lo lejos a su objetivo, el cual se encaminaba a ese mismo sitio.

Espero hasta que vio que también entraba, tal vez pudiera salir algo divertido de esa situación y espero un poco, al menos hasta que no pudiera ser vista y aterrizo en el patio del lugar, dejando que Celia se marchara hasta que la llamara de nuevo, sujeto bien a los pequeños peluches en sus brazos, los cuales estaban nerviosos por alguna razón, tal vez les asustara ese lugar o no se sintieran a gusto, por lo que se dedico a acariciarles la cabeza a ambos sin soltarles y entro al lugar.

El aspecto interior era igual que es exterior, algo que no la gustaba para nada, pero estaba por otra cosa y hasta que no terminara no se marcharía. Camino haciendo que sus tacones resonaran mientras elevaba el largo del vestido para que no se fuera arrastrando por todo el lugar, manchándolo con la suciedad del lugar, era de sus preferidos, uno rojo y negro con volantes blancos como adornos, con un lazo al cuello del mismo color que el primero mencionado y el pelo como siempre, suelto.

Siguió las pisadas de la chica y subió las escaleras hasta que la vio por un pasillo y un… Demonio… Conocía esas plumas rojas, ese mismo día en el que los había parido pudo verlas, rojas plumas por el pelo de su hijo varón, dando la condición de demonio en el, tal y como su padre era. El que cambiara de forma le resulto curioso, pero normal, no podría ir siempre así y era lo sufrientemente mayor como para aprenderlo por cuenta propia o gracias a la ayuda de alguien hace bastante tiempo seguramente.

Les escucho, dejando la espalda apoyada en la pared y quedando oculta de la vista de estos gracias a la oscuridad y el ángulo muerto en el que estaba, tal vez la habían escuchado llegar, pero importaba poco, solo se quedo allí, divertida ante la posibilidad de que sus dos retoños se hubieran reunido allí y ella se encontrara a punto de verles por segunda vez en la vida de todos.

La conversación que llevaban era curiosa, de eso no había duda, si resultaban ser hermanos, al darse cuenta de que el chico había intentado ligar con su hermana seguro les confundiría, y junto con la información que ella les daría podría ver como sus rostros sufrirían, esperando que eso fuera así para regocijarse en ese dulce sufrimiento que les provocaría a los seres que le quitaron todo y la hicieron sufrir sola ese tiempo… Quería empezar una lenta venganza, una que no terminara en una muerte por parte de ellos, sino en un sufrimiento eterno, uno al que ya llegaría tras meditar como hacerlo, ahora solo tenía que darse a conocer si es que la notaban, si no, solo se quedaría allí, si conseguía alguna información interesante, sería lo mejor.

por **Sinbad** Jue Ago 21, 2014 5:29 pm

El joven pirata mantuvo la mirada puesta en la pelirroja, sin moverla, sintiendo como era analizado de arriba abajo por su mirada, como era analizado. Él podría haber echo lo mismo, si no fuera porque ya lo había echo antes de bajar, de modo que, cuando la chica terminó de analizarlo, sus miradas se encontraron frente a frente. El joven demonio escuchó las palabras de la pelirroja mientras intentaba adivinar qué se escondía tras esa carita linda y amable. Si sabía defenderse sola quizás fuera monstruosamente poderosa, aunque también cabía la opción de que simplemente estuviese confiada.

-Bueno, este lugar puede ser peligroso en muchos sentidos. Como supongo que habrás pensado ya, podría vivir algún criminal aquí, por lo que no deberías bajar la guardia. Han pasado unos 3 segundos desde que llegué a tu espalda y te giraste. Si hubiera sido otra persona podrías estar muerta ya o, con un poco de suerte, atada a una cama completamente desnuda. Por estas zonas no se andan con chiquitas y eres hermosa, eso vale mucho y podría ponerte aún más en peligros -dijo tranquilamente, explicándole según lo que él había vivido en el pasado-. El otro peligro, y de este es más difícil defenderte, es la estructura. La mitad de la estructura está completamente podrida, un paso en falso y podrías acabar inconsciente y, dependiendo quien te encuentre, puedes acabar como te he dicho o despertarte sin ninguna pertenencia. No es un lugar que te recomiende para criar a tus hijos...

El pirata se acercó a las escaleras que tenían enfrente y agarró la barandilla de madera. Apretó mínimamente y la madera podrida cedió, partiéndose y resbalando entre sus dedos las astillas. Ahora parecía que alguien había mordido la barandilla y se había comido un pedazo. El pirata miró hacia arriba pensando que tenía que recoger sus cosas de la habitación. Tendría que volver a subir esa escalera podrida. No le aptecía pero no iba a dejar sus pertenencias allí por nada del mundo, eran lo único que le quedaban de su familia. Sobió un par de escalones y entonces se acordó de la chica. Se giró y le ofreció la mano para que subiese con él.

-Tengo un par de cosas en el piso de arriba, si quieres acompañarme y no quedarte aquí sola, puedes venir. Después nos largaremos de aquí. Por cierto, puedes llamarme Sin -Dijo con una amable sonrisa.

por **Gissel Gremory** Vie Ago 22, 2014 3:06 pm

Una presencia, una extraña presencia parecía estar muy cerca de esos dos que recién se habían encontrado, la valkiria se sentía un poco incomodada, podía sentir la mirada de alguien que parecía no estar allí clavándose en todo su ser, hasta por momentos, creyó que el mismo sitio tan lúgubre estaba jugándole una mala pasada, haciéndola sentir verdaderamente un tanto paranoica. Sus orbes celestes se posaron sobre aquellas extrañas plumas rojas que cayeron delicadamente al suelo vaya a saber de dónde, inclusive, se había agachado apenas para extender la mano izquierda y tomar una de ellas, examinarla, era tan roja, de un tono inclusive más oscuro que su cabello. Decidió conservarla, pues seguramente sería lo único verdaderamente lindo que podría encontrar en un sitio tan…desolado.

-Sinbad…lindo nombre, supongo. Yo…me llamo Gissel Gremory-

No pudo evitar el sonrojarse repentinamente ante las palabras de aquel chico de cabellos azules, ciertamente porque no le gustaban los halagos que pudieran hacer respecto a su físico, la incomodaba bastante, por años ella sólo se había centrado en formarse como guerrera, las cosas del corazón prefería sencillamente no abordarlas, ya había sufrido un fuerte desengaño, por lo que desde ese entonces no quería apostar más a nadie, ni pensar en eso. Su ceño se frunció levemente, manteniendo todo el momento la mirada fija en aquel extraño hombre que parecía bastante confiado a la situación que allí estaba generándose. -¿Atada a una….? …Tampoco soy tan tonta, sé cuidarme sola, no por nada soy una guerrera Gladius- Aseguró con total confianza sin variar mucho en el tono de voz, el cual permanecía calmado, asertivo.

Con cuidado, llevó la mano derecha hasta tomar la del contrario para así comenzar a subir, a fin de cuentas, si tramaba algo, Gissel no tendría problemas en incendiar el mismo lugar, ella era demasiado arriesgada, explosiva cuando se la buscaba de mal modo. Sin embargo, algo la hizo voltearse cuando apenas había subido un par de escalones, en tal movimiento los mechones más cortos de su hermoso cabello quedaron sobre los hombros de la guerrera, la cual mantenía la vista, oscilando de punto en punto en aquella oscura habitación, no podía ignorar sus instintos, estos raras veces erraban.

Se mordió suavemente el dedo índice derecho unos instantes, chasqueando finalmente la lengua para así cruzar los brazos debajo del busto. –Hay alguien…alguien más- Susurró por lo bajo, evitando hacer contacto visual con aquel hombre. –Por tu bien más te vale que no se quieran pasar de listos, o aquí se desata el mismo infierno- Aclaró totalmente en calma, pero dejando en claro que era capaz de cometer cualquier locura si la situación de salía de control, ya que, desconocía por completo a Sinbad y sus intensiones, si estaba solo, o con alguien más.

por **Sinbad** Dom Ago 24, 2014 7:35 pm

El demonio se quedó sin aliento por un segundo. Esa chica pelirroja y de aspecto delicado era en realidad una Gladius. Definitivamente las apariencias engañaban... y mucho. Debía ser realmente fuerte, lo que le llevaba a pensar otra cosa. ¿Qué demonios hacía una Gladius en un lugar como ese? Según él tenía entendido, los Gladius protegían el castillo de Chaos, pero el castillo de Chaos estaba en la otra punta de la ciudad, varios kilómetros. Dejando las dudas a un lado, el pirata se percató de lo orgullosa que era la joven, como si ser Gladius fuese a convertirla en intocable...

-Gissel también es un bonito nombre, señorita. Sinceramente no me esparaba que fueses una Gladius no lo aparentas... Sin embargo aquí no hay distinciones. Por muy Gladius que seas un golpe en la cabeza es un golpe en la cabeza, y si es por la espalda no podrá reaccionar a tiempo. Siento si esto la ofende, pero yo solo estaba intentando informarla de los peligros que aquí hay. He vivido un par de experiencias desagradables...-El chico hablaba en tono serio y calmado, como si en realidad supiese que no había echo nada malo.

Observó a la chica coger elgo del suelo. Se sorprendió un poco al ver que era una de sus plumas. Se le habrían caído sin que se diese cuenta, a veces pasaba. Observó como se la guardaba como si no pasase nada y como Gissel procedía a subir las escaleras, para después soltar su mano y volverse, dudosa. EL pirata siguió con sus dorados ojos la mirada inquieta de la pelirroja. Parecía que había notado una presencia. De echo, por el comentario que hizo supuso que ella creía que él tenía algo que ver con las tercera presencia.

-No le tengo miedo al infierno, Gissel, ya he sobrevivido a él en dos ocasiones, pero si le interesa debería saber que estoy solo y no traigo a nadie -El tono era algo ofendido, ya que parecía acusarle de algo que no había echo, pero si había una tercera presencia había que darse prisa. No le apetecía liarse a rayos y tornados delante de una Gladius y en un edificio en ruinas. Tomó uno de los brazos de Gissel y comenzó a subir por las escaleras tirando de ella-. Si hay una tercera persona significa que nos tenemos que ir YA. Pisa donde yo lo haga o podría caer al vacío.

El pirata subió las escaleras a gran velocidad y con paso firme, pisando puntos específicos de la madera, ya que había comprobado antes por donde subir. Cuando llegó al piso, siguió tirando de la pelirroja hacia su antigua habitación, donde estaban todas sus cosas. Al entrar ambos, cerró la puerta tras de sí y echó el pestillo, no quería que esa tercera persona entrase. Soltó el brazo de la pelirroja y comenzó a coger sus cosas. Su camiseta, su gorro, sus joyas y la botella de sake. Se vistió todo y dejó la botella a un lado para cogerla después. No le llevó mucho tiempo encontrar las cosas, ya que la lámpara aún seguía encendida, reflejándose en sus dorados ojos, dándole un brillo parecido al oro. Sinceramente, no le gustaba nada el llevar de nuevo una vestimenta completa, pero era lo más correcto en aquella situación. Una vez que hubo recogido todo se dirigió a la ventana y la abrió, para después mirar por ella y comprobar que las típicas enredaderas seguían creciendo por el edificio.

-No me gustaría pelear en un edificio en ruinas, así que, si opinas que debemos evitar a la tercera persona... las damas primero -Dijo señalando la ventana abierta-. Hay unas enredaderas que bajan por toda la pared, podremos bajar tranquilamente. Bajaría yo primero para asegurar el camino, pero usted lleva falda y no sería muy caballeroso ir por debajo suya -Añadió por si preguntaba por que debia ir ella delante. Dicho esto, inclinó un poco la cabeza como si estuviese haciendo una pequeña reverencia, ofreciéndole la ventana a la pelirroja.

por Invitado Vie Sep 05, 2014 1:09 pm

Un largo suspiro salió de la mujer, antes de poder darse a ver los jóvenes se escaparon hacia otro lugar. Sinceramente, no creía que llegara a pasar eso, que al menos podría verles la cara y que la vieran a ella a ver si es que llegaban a darse cuenta de algo.

Los pequeños conejos se removieron levemente y les acaricio las cabezas con la mano que no les sujetaba- Ya… Tranquilos, volveremos pronto a casa -Anuncio en un tono sosegado, estaba algo abatida, hoy no podría divertirse y ver algo entretenido, pero al menos ya sabía cómo eran y que mantenían todavía los nombres que ella les puso.

Volvió lentamente a la entrada, la madera del suelo crujía bajo sus pies, el pelo se movía lentamente a cada paso que daba, así como su vestido- “¡Lacie quiero dulces!” -Dijo uno de los muñecos- "¡Sí! ¡Dulces, dulces!" -Exclamó el segundo. De verdad eran los únicos que conseguían que la mujer se sintiera… Bien, por alguna razón se sentía bien con esos peluches- Tranquilos, os comprare algunos cuando lleguemos a Tempus -Anuncio mientras les acariciaba de nuevo la cabeza.

Ya cerca del hall profirió un fuerte silbido, tal vez la escucharan o tal vez no, pero poco importaba, solo quería llamar a la yegua negra de crines plateadas para que llegara cuanto antes.

Ya al poco de llegar al hall se acerco a la puerta, Celia relinchaba fuera ya que seguramente acababa de llegar, la puerta se abrió y debió acostumbrarse a la luz antes de poder salir, seguía algo sorprendida por no poder hacer nada para llegar a verles después de tantos años.

por **Gissel Gremory** Vie Sep 05, 2014 3:26 pm

Por extrañas circunstancias había terminado con Sinbad en una vieja habitación, al parecer él estaba medio loco o paranoico, pues este pretendía que la valkiria terminase huyendo por la ventana cual criminal o algo parecido. Le observó fijamente a los ojos en todo preciso momento, cruzando los brazos por instantes, suspirando de tanto en tanto un poco resignada al respecto. Negó delicadamente, quitándole el seguro a la puerta para abrir la misma con un tirón de su mano derecha. –No Sinbad, no tengo porque huir por la ventana, yo siempre entro por la puerta principal y así saldré- Aseguró orgullosa y altiva como siempre antes de salir de la habitación, tranquila, o eso es lo que creía.

Sus ojos azules se abrieron aun más abruptamente al escuchar un silbido provenir de la parte inferior de aquel sitio, casi todos los sentidos de la valkiria estaban totalmente despiertos, bien desarrollados. La curiosidad le ganó en esos momentos, por lo que bajó a toda prisa por la escalera sin siquiera apoyar la mano por el pasador de madera, sabiendo que seguramente podría llegar a clavarse alguna astilla. Sus pasos presurosos por el corredor podían escucharse con notable claridad, su corazón le latía con fuerza justamente por el ajetreo en lo que se dirigía hacia el hall de salida el cual parecía interminable.

Su andar se detuvo en seco, porque justamente notó la presencia de una mujer bastante elegante, delicada y de cabello oscuro, sólo pudo observar su espalda, pero aquel cabello oscuro era realmente una belleza, algo que sin dudas había acaparado casi su total atención. El relincho de un corcel la sacó de sus pensamientos, y parpadeó rápidamente, mientras extendía la mano derecha hacia ella.

-Espera…no te vayas- Murmuró casi de forma inconsciente, esperando que accediese a su petición.

por **Sinbad** Vie Sep 05, 2014 10:34 pm

EL Pirata sostuvo la mirada de la Gladius cuando lo miró con una mirada de reproche y una mirada que se solía dirigir a los locos. Vió a la pelirroja cruzarse de brazos y salir por la puerta. Antes de ello se quedó con una frase "Yo siempre entro por la puerta principal y así saldré" Tenía que ser orgullosa la pelirroja. Era una chica bonita, sin embargo, las orgullosas eran las más complejas de hacerse. El simple echo de acercarse a un hombre era, para muchas de ellas, un tabú o debías ser perfecto.

El chico alargó la mano para intentar que recapacitase, pero la recogió rápidamente tras una vacilación. Era una gladius y por lo tanto no tendría problemas y él si hacía cosas que no debía, sí. La dejó marchar por la puerta sin decir nada. Fue a seguirla, pero entonces algo despertó en su interior, una chispa infantil que le incitaba a saltar de enredadera en enredadera como cuando era un crío. Sacó una pierna por la ventana y se agarró a una enredadera que subía por la pared. Pegó los pies a la pared y pegó un salto, agarrado de las enredaderas. La teoría era que las enredaderas se fuesen soltando de la pared y frenasen la caída. En la práctica fue totalmente distinto.

En vez de ir soltándose las enredaderas, lo que se fue soltando fueron los ladrillos de esa pared. Lo que en un principio era un grito de euforia, se transformó en un grito de terror por la caída, que se escuchó en todo el luegar. Media pared se fue desprendiendo y, al llegar al suelo, la caída le dejó sin respiración unos momentos. Justo cuando la recobró, los escombros de la pared le cayeron encima, dejando varias habitaciones a la vista, debido a que se habían quedado sin pared, y dejaron al demonio enterrado en una pila de piedras y arena, únicamente con su brazo derecho extendio sobresaliendo de toda aquella montaña de escombros.

por **Gissel Gremory** Jue Nov 27, 2014 6:32 pm

Tal vez solo una mala pasada de su mente, o tal vez no…aquella presencia extraña había abandonado el sitio, sin embargo eso a la valkiria de rojos cabellos le importaba en lo más mínimo. Posó la mano derecha sobre su pecho, sintiendo como el viento cálido mecía sus largos cabellos rojos hacia un costado, de igual modo como ocurrió con los pliegues de su falda. Se volteó apenas, observando por encima de su hombro derecho el montón de escombros apilados en un lugar y además, el brazo del contrario sobresaliendo.

Dejó escapar un fugaz suspiro de resignación y sin más remedio se acercó hasta allí, arrodillándose a una distancia prudencial sin quitarle la vista de encima. Frunció el ceño levemente, manteniendo al mismo tiempo la mirada ligeramente entornada. Sin mucho preámbulo volvió a ponerse de pie, cruzando ambos brazos debajo del busto.

-¿Qué tanto te vas a tardar?- Cuestionó en apenas un susurro, alzando la ceja derecha, ya bastante impaciente y con ganas de marcharse de allí de manera más pronta al descubrir que solo estaba perdiendo el tiempo.

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Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Removiendo el pasado [Sinbad]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater