Mi voluntad en la Tierra como en el infierno | Daemon vs Isela [Libre]

por **Isela A. Ichinose** Lun Jun 01, 2015 3:47 pm

Meses habían pasado ya desde aquella fatídica noche en que Isela fue casi consumida por el ataque del monarca a quien ahora odiaba con toda su alma. Irónicamente, la jovencita jamás había conocido dicho sentimiento hasta que experimentó en carne propia tales tormentos, sombras retorcidas cual cinceles fueron tallando las ultimas facetas de su corazón, si es que lo poseía a esas alturas. En la actualidad se había tornado una verdadera maquina de exterminio, no había emociones o sentimientos que hicieran su mano temblar cuando tenía que quitar del camino dichos obstáculos...Esa niña indecisa o hasta incapaz de poseer la iniciativa había desaparecido gracias a todo el sufrimiento experimentado tanto en alma como en cuerpo. Con el correr del tiempo, se había tornado más analítica que de costumbre, actuaba con total libertad e impunidad y solo vivía por y para una cosa...tomar venganza.

La pronta llegada del invierno hacia que la ciudad de numerosos canales acuáticos fuera increíblemente fría, sin embargo, Isela parecía disfrutar al máximo de tales climas. En su paso por ahí no pudo evitar recordar el tiempo de servicio a la marina, teniendo en cuenta que si era capaz de soportar el frío de Tempus Urbanis estando completamente desnuda, eso no sería más que una ligera “primavera” para la muchachita de ojos violáceos con reflejos celestes. El cielo plomizo, cargado de nubes, parecía augurar una pronta nevada ante el cese del viento, condición que ciertamente era del agrado de la revolucionaria.

Por ese entonces, se mantenía en el antiguo edificio de enfrente, observando atentamente el centro médico del lugar. Sus orbes totalmente inexpresivos se posaban fijos en la estructura del mismo, completamente absorta en sus planes o ideas, hasta quizás en el bosquejo mental que tenía de las mismas. El reloj marcó las nueve de la noche con sus típicas campanadas, haciéndose escuchar posiblemente en toda la bella ciudad que por ese entonces desconocía el posible atentado que le aguardaba.

Finalmente, apoyó el pie izquierdo sobre el borde de la terraza, como si estuviera precisamente dispuesta a lanzarse al vacío. La poca iluminación a esa altura daba suavemente contra la pálida piel de la híbrida, quien poseía una chaqueta de jean roja ceñida a la cintura por el lazo del mismo color, un short corto de color blanco como así también botas negras hasta aproximadamente las rodillas. Aquel largo cabello negro ondeaba a merced de la brisa gélida hacia un costado, enmarcando la figura de la menor.

Esta vez, sus mascotas no estaban con ella, aunque eso no quisiera decir que algo le impidiera invocarlas si la situación lo requería, sin embargo, en esa ocasión estaba en una de sus faces donde solo requería de su propia presencia. Quería estar tranquila sin siquiera un alma, buscaba la completa soledad para dar rienda a sus impulsos sin tener la necesidad de explicarle absolutamente nada a nadie. El fantasma de una sonrisa ligeramente macabra se dibujó en aquel perfecto rostro, presuntamente ante una idea que acaba de surcar su mente, deseaba llevarla a cabo, disfrutar de su tan preciada obra maestra ni bien estuviera completa.

Sus katanas se mantenían siempre con ella, esas armas que consideraba especiales y las que poco a poco se habían convertido en el arma blanca preferida de la revolucionaria, esas que usaba la mayor parte del tiempo cuando debía responder a un rápido combate. El paso del tiempo la había llevado por tortuosos caminos llenos de espinas, pero ahora, disfrutaba danzar sobre ellas porque el dolor se había tornado placer, victoria, el fruto de sus esfuerzos por fin había rendido...Confiaba ciegamente en que nada ni nadie la detendría hasta cumplir con su misión en la Tierra. Oh si, su ambición desmedida por el poder la había llevado a pactar con la misma muerte, ante los ojos de Isela...cualquier medio para aplacar su sed de venganza era más que bienvenido sin importar los sacrificios que tuviera que hacer.

Aclaración:

por Invitado Lun Jun 01, 2015 9:44 pm

La figura de Daemon se mantenía oculta tras una capa marrón un tanto polvorienta que lo cubría hasta las rodillas, la capucha lo protegía del frío de la noche y reservaba su identidad. En su espalda colgaba un carcaj negro con trece flechas de pluma de cuervo, mientras que su katana permanecía oculta, tenía más pinta de cazador furtivo que de Custos Dei. Y en parte era porque la ocasión lo ameritaba, además de sus armas, llevaba consigo un cartel con el rostro de su presa, junto a las palabras «Se busca viva o muerta». No había recompensa para él, sólo la satisfacción de realizar su trabajo y mantener la paz del Lord.

Pasó la mayor parte de su vida dentro de cuatro paredes, en aislamiento, entrenando cada día para fortalecerse y ostentar el cargo que ocupa actualmente. Día tras día era adiestrado en combate, fortaleciendo su cuerpo y aumentando su resistencia, como también recibía lecciones de estrategia, que lo hacían más inteligente y de mente sagaz. Pero nada se compraba a esto. No era lo mismo un combate singular dentro de la mansión donde su padre de lo dejó como pupilo, donde si fallaba tendría un par de huesos rotos pero una nueva oportunidad de intentarlo mañana. No, enfrentarse a una de las convictas más famosas sin dudas no era lo mismo que golpearse con sus maestros.

Alzó la cabeza observando las nubles surcando por la ciudad, dejó escapar un suspiro notorio por el vapor de su aliento, hacía frío y el híbrido estaba perdido. La desventaja del aislamiento, perderse en cada ciudad que visitaba. Las calles no estaban atestadas de personas, preferían pasar la noche en sus hogares al calor del fuego que tiritar con cada viento que soplaba. Pero aun así, a medida que iba acercándose al colosal edificio en forma de cúpula, Daemon comenzaba a cruzarse con más rostros.

—Al menos hubiese traído a Viento Negro, aunque me picotee los pies, sigue siendo mejor compañía que este frío. —El grifo corrió con mejor suerte que su amo, se había quedado al resguardo del castillo, seguramente acurrucado frente a alguna chimenea. Apenas era una cría y le faltaba mucho para poseer una figura digna de respeto y admiración, de nada le serviría llevarlo ahora a una pelea.

Avanzó lento con sus botas de cuero amarronadas, acercándose al gran canal que corría cerca del hospital. Bajó la vista vislumbrando su reflejo distorsionado por el lento correr del agua. Su rostro tenía un aire de dudas, cómo la encontraría en una ciudad tan grande, ni siquiera podía estar seguro de que ella se encontrara allí. Interrogó a varias personas, o mejor dicho, rompió la cara de varias personas que pudieran tener la más mínima pista de la mujer, no eran de confianza, pero cuando el filo de una katana amenaza con dibujarte un collar carmesí alrededor del cuello, es mejor que las palabras que salgan de tu boca no tengan ni un ápice de engaño.

por **Isela A. Ichinose** Mar Jun 02, 2015 4:02 pm

Esa sonrisa orgullosamente obstructora no se borraba del rostro de Isela, y era porque claramente se sentía intocable. Había pasado un tiempo prudencial, sus heridas fueron sanando en totalidad e incluso se había tomado el preciado tiempo para entrenar y conseguir nuevas habilidades, aquellas variadas que no solo alimentaban la curiosidad de la fémina, la llevaban a un paso más cerca de sus objetivos. Objetivos relativamente inalcanzables para la mayoría de las personas, pero no para ella quien apostó todas sus fichas de la mejor manera posible, deseaba triunfar y ¿quién estaba para impedírselo?, realmente nadie...Ante la orgullosa pelinegra nadie era digno de truncar su camino o planes...no importaba cuantas veces la hicieran añicos, siempre volvería potenciada para reclamar lo que le pertenecía por simplemente derecho de ser quien era...Hija del demonio Adramelech, esposa de Astaroth, un ser con la capacidad de portar el mismo cielo e infierno en su alma.

Loca, desquiciada, realmente una completa demente como para dar un salto mortal hacia el mismo vacío al calcular distancias previamente cual felina. Sus cabellos negros fueron sacudidos con fuerza mientras ella simplemente caía al mismo desde gran altura a toda velocidad cabeza abajo, sonreía realmente extasiada, la sensación de libertad era increíblemente única, mayor a la que pudiera haber experimentado de cualquier otro método. Con gracia y agilidad cambió de posición, rotando su cuerpo al mismo tiempo que en la mano derecha iba formándose una esfera eléctrica que no paraba de rotar y emitir fuertes sonidos chispeantes, por otra parte, en la otra mano se formulaba el mismo fuego abrazador que había aprendido de Reiv. Giró a nueva cuenta su cuerpo con tal elegancia propia de una damphir que claramente no era. Apuntó con cinismo ambas manos hacia el hospital, liberando ambas fuerzas al unisono para que fusionaran y al colisionar contra una parte de la estructura medica explotara.

Otro nuevo giro y con dichos movimientos felinos propios de un demonio aterrizó de pie segundos después en que ese sonido estruendoso resonara en toda la posible ciudad, arrancando de igual modo ventanas, trozos de concreto con suma facilidad. El humo se hizo presente como así también los gritos desesperados de algunas personas que huían por sus vidas sin saber el destino de las otras que podrían haber sido alcanzadas por la explosión.

-A veces hay que agitar el escondite para que las ratas salgan a la luz- Advirtió, manteniendo esa mirada furtiva en totalidad que en segundos pasó a tornarse más roja que el mismo rubí. Su odio por Tempus solo podía asemejarse al que sentía por el Lord, deseaba ver el reino completamente destruido, si era ante sus propias manos mucho mejor todavía. Ella se había tornado una bestia realmente sedienta de venganza, no pararía hasta saciar esa sed, esa misma que traería irónicamente paz para su atormentada alma...No importaba el tiempo, ni el método a usar, aplastaría cuanta alma se cruzara en su camino para obtener el objetivo deseado.

Finalmente, alzó el mentón mientras admiraba su obra con total impunidad y carencia de sentimientos, ya no sonreía, se mantenía seria, analítica, absorta tanto en sus recuerdos pero alerta a su alrededor. Ellos habían matado su corazón, lo habían destrozado...Tempus era ahora el eje que movía todo el odio de Isela...claramente no pararía hasta desaparecerlo del mismo mapa. Ansiaba fortalecerse hasta sobre pasar todos los límites habidos y por haber, anhelaba cubrir el mundo con sus alas, devolverle a todos aquellos tanto sufrimiento, en pocas palabras, pagarles con la misma moneda.

-Ojo por ojo y el mundo quedará ciego- Esbozó finalmente en una ínfima sonrisa ligera por segunda vez, tan filosa incluso como su propia alma.

por Invitado Mar Jun 02, 2015 9:55 pm

Se encontraba perdido en sus pensamientos, en su mente tranquila como el agua de un lago en un día de primavera, pero éstas se agitaron con el sonoro de un estruendo que devolvió a Daemon a la realidad. Los gritos lo alertaron de que algo malo estaba pasando, alzó la vista y vislumbró la colosal edificación víctima de un ataque. Las llamas ardían al tiempo que los escombros se desprendían, descendiendo con brusquedad. Algunas personas corrían al resguardo de la tragedia, otros, en cambio, se quedaban paralizados del miedo, y por más que quisieran correr, sus piernas no les respondían.

Daemon se apresuró al ver a una pareja de hermanos pequeños y su madre a punto de ser aplastados. Corrió tan deprisa como pudo, superando la velocidad de un humano ordinario. Levantó ambas manos cuando llegó a ellos, y creó una cúpula invisible para protegerlos. No supo a cuantos no logró salvar, pero no quería pensar en eso ahora mismo, estaba más concentrado en retener los escombros que no paraban de caer. Los niños y su madre pudieron respirar cuando advirtieron que estaban ilesos, los pequeños se asombraron al alzar la vista y ver las piedras suspendidas en al aire, pero la mujer continuaba con miedo.

—Toma a los niños y sal de aquí —dijo tratando de calmarla, pero al ver que ésta no respondía, levantó el tono de su voz. —¡Ahora!

Cuando por fin tomó a sus hijos y se puso a salvo, el joven empujó con su telequinesis las rocas que sostenía. Se quitó la capucha y dejó ver sus hebras que le llegaban hasta los hombros si no las ataba. Sin embargo, no tenían su tonalidad habitual, ya no eran castañas, se destiñeron a un blanco marfil cuando Daemon advirtió el peligro. Sus ojos tampoco eran verdes, ahora eran carmín. Sus sentidos aumentaron comparándose a los de un mítico animal, y fue así como logró escuchar una voz femenina que parecía jactarse de lo sucedido.

Salió de esa zona peligrosa, tomando el arco con su mano izquierda y una flecha del carcaj con la derecha. Buscó rápidamente con la mirada a la mujer, fijando sus orbes en la dirección por la cual vino el sonido. Ahora era capaz de ver de noche con la misma facilidad que veía de día, pero ni con sus sentidos tan agudos creyó lo que estaba observando. La tenía ahí, después de tanto buscarla, la rebelde lo había encontrado a él sin quererlo. Estaba lejos, a su izquierda en diagonal, pero no tanto como para que su flecha no la alcanzara.

—Entonces te arrebataré la vista. —Contestó por lo bajo a una frase que no le fue musitada, pero que gracias a sus sentidos agudos pudo escuchar.

Su capa ondeaba con el viento, tenía que usarlo a su favor para que la flecha llegará a destino. Su porte impávido y su ceño fruncido no se alteraron cuando dejó escapar la flecha de entre sus dedos, con dirección a la cara de la mujer. Un quedo suspiro escapo por sus fauces, tenía la mano de nuevo en el carcaj, desconfiaba que con sólo eso pudiera ganar.

por **Auros** Mar Jun 02, 2015 9:55 pm

El miembro 'Daemon Strömberg' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 12

por **Isela A. Ichinose** Miér Jun 03, 2015 3:03 pm

Y por ese entonces, la pelinegra se encontraba completamente absorta en sus propias acciones, en las rojizas llamas que de forma rápida iban consumiendo cualquier cosa que tocaran. Precisamente no tenía como blanco fijo a las personas, no eran de su interés y a decir verdad, no existían ante la juiciosa mente o acción de la revolucionaria, ellos eran como pequeños objetos o hasta partes de una escena, decorado, por así decirlo de alguna manera. ¿Por qué habría Isela de tener piedad con seres que no la tuvieron para con ella?, completamente descartado.

Lo cierto era que pudo captar una amenaza en cercanías, pero siquiera se dignó a voltear el rostro para intentar localizar a la misma. Suspiró con calma mientras cerró lentamente los ojos, comenzó entonces a decodificar las corrientes de aire a su alrededor, sabía que algo se acercaba a rápida velocidad hacia su posición, el mismo viento lo delataba, pero…¿quién sería acaso capaz de enfrentarla en ese instante?. Esa sonrisa no se borró de su semblante mientras esperaba con toda la paciencia del mundo, cronometrando cada segundo de manera interna con precisión exacta. Claramente sabía que se podía equivocar, pero era lo de menos, después de todo…había recibido un arduo entrenamiento militar a lo largo de sus cortos años, tan intenso como brutal que estaba rindiendo frutos día a día.

A segundos de que la flecha impactara contra el cuerpo de la fémina, una cúpula de luz dorada apareció alrededor de ella, por lo que con suma facilidad y en primera instancia el ataque había sido detenido. Lo siguiente fue curioso, porque el escudo mismo parecía retener la misma flecha unos momentos, para finalmente devorarla por completo…¿Qué había pasado?, la técnica luminosa de la revolucionaria era tan avanzada que por el mismo lugar que había ingresado, terminó saliendo, empezando a recorrer la igual trayectoria que su dueño había decidido en primera instancia.

Sonrió con seguridad al ver cómo había devuelto el ataque contrario, esta vez siguiendo la trayectoria de la flecha con la mirada hasta que se encontró con un muchacho a no demasiados metros, no lo reconocía, lo cierto es que su memoria tan perfecta no le permitía mentir ni hacerse la tonta. No tenía idea de quien se trataba y tampoco le importaba demasiado, pero a fin de cuentas, lo cierto era que este sujeto la había enfrentado, algo que no dejaría pasar en alto con tanta facilidad.

stat:

por **Auros** Miér Jun 03, 2015 3:03 pm

El miembro 'Isela Adramelech Ichinose' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 5, 18

por Invitado Miér Jun 03, 2015 11:56 pm

La comisura de sus dedos ya acariciaba las plumas negras de una flecha, dispuesto a sacarla del carcaj para un nuevo ataque, pero se detuvo cuando vislumbró una cúpula de tonalidad dorada alrededor de la mujer. Frunció aún más el ceño junto a sus finos labios, desconcertado por no saber lo que pasaba. Se hizo una idea rápida, así como él lograba crear defensas con la mente, la rebelde podría hacer lo mismo por su parte, pero con un medio distinto. Mas no importaba tanto, la flecha fue retenida allí mismo, sin avanzar ni retroceder por el momento. Escupió una maldición al viento y se lamentó brevemente por el ataque frustrado.

Sus ojos, mejorados por la transformación, parecían mentirle. Su propia arma era consumida por dicha cúpula, para después volver con la misma velocidad. Su mente le dijo que esquivara, que se moviera en dirección a los escombros, pero sus pies permanecieron inmóviles. Por puro instinto, el semidiós extendió el brazo derecho con la palma abierta, y de allí surgió una violenta llamarada negra. Se extendió con toda su vorágine para envolver en un cálido manto a la flecha que era devuelta, y proseguir para quemar a la pelinegra, o por lo menos intentarlo. Sin embargo, no salió según lo improvisado, la flecha continuó su camino, silbando a medida que rompía el aire. El albino está vez sí fue hacia los escombros, pero la tardía reacción le terminó costando un hilo rojo en el brazo derecho.

El filo no sólo rasgo el harapo sucio con el que se cubría el joven, sino que también la chaqueta ceñida que portaba debajo, rasgando la manga de color negro y la piel. Una a una, con lentitud, las gotas fueron cayendo al suelo, dejando un marchito rastro a medida que se movía.

—Es bajo usar el arma de un hombre para dañarlo —bromeó sin parecer consiente de la situación en la que se encontraba. —Aunque tú ya debes saber lo que es caer bajo.

Al sentenciar sus palabras, no esperó una respuesta para continuar actuando. Siguió moviéndose a buena velocidad, corriendo al derrumbe que ella provocó. Nuevamente extendió la misma mano, pero esta vez no salió fuego, no, usó la mente para mover algunos escombros. Los levantó con velocidad y apretando el puño los rompió para darle forma de estacas, desplazó el brazo en dirección a la mujer, fijando el objetivo. Las estacas no tardaron en acatar el mandato, y las diez salieron disparadas al mismo tiempo. Eran de diferentes tamaños y grosor, la más grande superaba a la rebelde por una cabeza de altura, mientras que la más pequeña media la mitad que ella.

Stat y explicación :

por **Auros** Miér Jun 03, 2015 11:56 pm

El miembro 'Daemon Strömberg' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 11, 29

por **Szandor LaVey** Jue Jun 04, 2015 12:47 am

Horas y horas el demonio en su forma colosal, nadaba por el gigantesco canal subterráneo de de la hermosa ciudad Ichi, dirigiendo las corrientes de agua para que los canales de la superficie no se desborden, había mucha tranquilidad aun en la oscuridad de las calmadas aguas de Ichi, a su paso se encontraba con numerosos tritones, sirenas y toda forma de vida se quedaban observando al colosal demonio que surcaba las tranquilas aguas, algunos petrificados y otros que nadaban en dirección del pasible demonio para sostenerse de su cuerpo siendo arrastrados por este, llevándolos por las aguas placidas y frías hasta su destino. Los peces, las sirenas, tritones, delfines y diversas criaturas comenzaban a nadar alrededor del gigantesco demonio, que se mostraba muy relajado, cerrando sus ojos y sintiendo las caricias del agua en su cuerpo se detuvo un instante para suspenderse a merced del vaivén de las criaturas que nadaban alrededor de el, sin dudas el demonio disfrutaba mucho la compañía de estas criaturas tan majestuosas y hermosas.

Sin embargo de un momento a otro a kilómetros en la superficie de Nihil, se pudo escuchar un estallido, la ligera onda de choque llego hacia donde se encontraba el demonio, alertando a las criaturas que estaban col el, estas detuvieron repentinamente su juguetón comportamiento para mirar hacia arriba, poniéndose alerta, el gigantesco demonio abrió los ojos, observando como las criaturas dirigían su mirada hacia la superficie. Al sentir otra onda de choque ligera producida por otra explosión, las criaturas se adentraron muy rápidamente a las profundidades, el demonio presintió que algo muy grande estaba pasando en la superficie, pues se podía escuchar el estruendo y sentir la onda de choque que generaba, aunque pequeña, a kilómetros bajo la superficie del agua.

El colosal demonio nadando rápidamente hacia la superficie, un cristal en la gigantesca cabeza del demonio comenzó a brillar, generando una runa gigantesca en la superficie del agua, al aproximarse a esta el cuerpo del demonio comenzó a emitir destellos azules, invadiendo todo su cuerpo tomando forma humanoide al salir de la superficie. Como una flecha salio desde las profundidades del agua rompiendo la película superficial del agua con una gracia de un nadador experimentado, comenzando a girar su cuerpo formando un espiral de agua abajo ayudándolo a vencer la gravedad, impulsándolo mas y mas para darle una vista panorámica de la situación.

Un incendio en el hospital, varias personas gritando y huyendo despavoridos, lentamente se esforzó mas por observar, sus desarrollados ojos pudieron captar que los daños en la estructura del edificio era muy considerables y que la estructura no tenia mucho tiempo de sostenimiento. Lo que mas le llamo la atención al demonio de la armadura fue que dos figuras se encontraban en todo esos escombros y polvo, con su vista térmica pudo observar que se trataba de una mujer y un hombre, el hombre lanzó una flecha hacia la mujer y esta con un sencillo movimiento la neutralizó. El demonio, muy raudo, se dirigió impulsando por el espiral de agua hacia la escena con mucha rapidez subió mas hacia los cielos que cubrían el hospital poniendo su manos en el cielo creando una runa azul gigantesca sobre este generando gotas de lluvia escarchadas que comenzaron a caer en toda la estructura, lentamente se aproximó en el otro extremo de las dos siluetas acercandose al suelo de la estructura a medida que el espiral de agua que envolvía su cuerpo se desintegraba, utilizando nuevamente su visión térmica, observo que una de las manos de la mujer poseía una esfera con temperaturas elevadas, ella había causado el incendio

El demonio comenzó a sentir ira, que hacia que las gotas de agua que caían al suelo comenzaran a acender en todas direcciones desafiando la gravedad a la vez que se acercaba a la mujer fue descubriendo que se trataba de una joven híbrida, de naturaleza inusual. ¿Como es posible que un híbrido cause tanto daño?, se preguntaba el demonio mientras se mantenía a la expectativa de la joven, poniendo sus manos en forma de plegaria activando sus catalizadores mágicos desprendiendo su característico brillo azul metálico

-Tus acciones, no son premeditadas ..... dañas a muchas personas- Desde lejos el demonio dijo casi en un susurro a la híbrida que se encontraba a la expectativa de las acciones del hombre que lanzó la flecha

Explicación - Daemon :

por **Isela A. Ichinose** Sáb Jun 06, 2015 1:01 am

Una nueva presencia invadió los sentidos de la hibrida quien no demostró sorpresa alguna, no en ese momento en donde estaba concentrada en su oponente, a quienes claramente no los conocía en lo más mínimo pero tampoco le importaba. ¿Quién podría ser tan idiota como para querer enfrentarla en ese estado?, las cartas estaban echadas, no importaba cuanto él pudiera rogar por su vida, Isela se había molestado…¿Cómo se atrevía el si quiera a intentar algo en su contra?. Lo observó con insignificancia, realmente restándole importancia al asunto puesto que esa seguridad que jamás podía abandonarla desde que dicha personalidad se vio completamente forzada a un solo propósito: resistir.

Las gotas de agua cayeron pesadas e incluso poco a poco fueron empapando el cuerpo de la pelinegra, quien frunció apenas el ceño al observar de reojo al causante de todo aquello con cierto aire de total y absoluta frialdad. Pudo captar esas palabras dirigidas a su persona gracias a sus sentidos bastante desarrollados por lo que no pudo evitar reír apenas, cubriendo esos delicados labios con su mano diestra mientras suspiraba, encogiéndose de hombros. –Mis acciones son todas calculadas, pero no me hago responsable por daños colaterales porque sencillamente, no me importa- Recalcó la hibrida de ángel y demonio segundos antes de posar dicha mirada furtiva y carmesí contra su verdadero oponente, aquel al que no dejaría ir tan fácilmente.

Procuró por ese entonces comenzar a rodearse de llamas, en primera instancia como defensa y segunda en desviar partes del mismo elemento en forma de ataque, pero no tuvo demasiado éxito, quizás porque no se encontraba del todo acostumbrada a lidiar con tal fuerza que había adquirido recientemente. Con dificultad procuró esquivar las más grandes, pero en su mayoría estas comenzaron a generar cortes de diferente intensidad en el cuerpo de la muchacha, brazos, piernas, muslos, cuello y abdomen. Secciones de la ropa habían sido rasgadas, ahora esa piel blanca como la misma nieve se tornaba ligeramente carmesí en algunos hilos de sangre que habían sido liberados.

-¿En dónde está ese hombre?- Preguntó con ironía, altiva y sonriente aunque el dolor comenzara a esparcirse por su cuerpo. ¿Lo sentía ella como dolor?, seguramente, pero después del infierno llamado Arcadia, había aprendido a disociar, a poder seguir en pie cual animal que no tiene otra opción. Deseo, voluntad, odio, orgullo, eran sentimientos que invadían por completo el ser de Isela, gracias a lo vivido podía asegurar que su odio por el Lord era lo que en ese mismo instante la mantenía en pie. ¿Qué importaba la libertad del pueblo?, ¿Qué importaba la misma revolución?, ella se había puesto en mente una idea fija, esa que llevaría a cabo hasta las últimas consecuencias…cayera quien tuviera que caer. Se tornaría la desgracia misma de aquel monarca, era capaz de condenar todas sus próximas existencias para solo verlo destruido.

Un pie delante del otro, ese andar era seguro, asertivo y con atisbos de propia sensualidad no iba deteniéndose en su intento por acortar distancias. Claramente estaba aproximándose de forma lenta hacia su oponente manteniendo la mirada entornada muy apenas, una sonrisa pequeña e imborrable que desprendía la absoluta seguridad que poseía en sí misma. –El que busca siempre encuentra. Vamos, te permito el intento de asesinarme o capturarme, solo ruega no estar a mi alcance, porque te aseguro que el infierno sería poco comparado con lo que haré sobre tu persona. Ostentas cegarme…interesante, aunque es algo poético, meramente verbal. Tienes mi atención…- Aplaudió un par de veces con ironía suprema cual dictadora burlona. –Eso no se logra a diario- Finalizó sin detener ese paso tranquilo, ignorando por completo las propias heridas sangrantes que poseía en diferentes partes del cuerpo.

stat:

por **Auros** Sáb Jun 06, 2015 1:01 am

El miembro 'Isela Adramelech Ichinose' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 3, 5

por **Ichinose Takumi** Sáb Jun 06, 2015 5:05 pm

Ichi, ciudad ajena para el demonio hasta aquel momento en que hacía tan solo unas horas, había regresado a su mansión de wutai en la que convivía con su hermosa esposa. Allí su mayordomo Elliot, le había dejado saber que la joven híbrida había salido algunos días atrás y que no había vuelto a la mansión desde entonces. Generalmente, el duque infernal no se preocupaba en lo más mínimo por su esposa, confiaba en ella y eso para él era decir muchísimo. Ella era sin lugar a dudas la única persona en la que verdaderamente confiaba, ni su propio mayordomo ni el resto de los revolucionarios eran dignos de algo como aquello. El único ser en aquel enorme planeta que había demostrado sin dejar lugar a ningún tipo de duda que era de confianza, había sido aquella muchachita a quien había tomado por esposa hacía ya un tiempo. Por lo tanto, sabiendo que esta no era capaz de traicionarle, el joven de ojos plateados y cabellos oscuros sabía que su razón para estar fuera podía ser únicamente una: Golpear al gobierno y golpearlo fuerte. Le tomó tan solo un llamado telefónico a uno de sus subordinados, para comenzar a mover sus redes de información en todo el mundo. Millares de hombres buscaban sin cesar a la joven de ojos carmesí. Mientras el, por su parte se mantenía calmado mientras observaba el fuego de la chimenea con una mirada fría, en los escasos segundos en que esperaba por que el teléfono sonara. Este pronto hizo lo que esperaba y el tomó el mismo con una sola mano llevándoselo al oído. Según dijo la voz del otro lado, la muchacha se encontraba en el gélido reino de tempus, mas precisamente en ciudad ichi y si en algo conocía bien a su mujer era en aquel odio que había desarrollado por aquel lugar. Ágil de pensamiento y sagaz como ninguno, el duque infernal pronto descubrió los planes de la muchacha. En aquel lugar había un único objetivo posible, el gran hospital que enorgullecía a aquel reino.

Aquel demonio de ojos plateados conocido como líder de los revolucionarios, no gastó ni un solo segundo más en aquel lugar. Lentamente se puso de pie y tomó su chaqueta colocándosela para finalmente comenzar a surcar el cielo transformado en una inmensa cantidad de murciélagos, criaturas de la noche con las que él se sentía más que identificado. Tras una o dos horas surcando las estrellas y las frías nubes de tempus el demonio acabó por aterrizar sobre uno de los edificios más altos de la ciudad. Desde allí, pudiendo observar todo el panorama el hombre de ojos plateados buscó incansablemente a la menor. Encontrándole unos segundos antes de que esta volara en pedazos aquella estructura, dejando ver en el semblante propio el atisbo de una ligera y cruel sonrisa que se desvaneció rápidamente.

-Isela Adramelech, a pesar de ser una híbrida, eres el alma más pura que jamás he conocido. Y a día de hoy eres la prueba viviente de que incluso el alma más pura de todas puede corromperse y ser tragada por las tinieblas… Eres una creación perfecta, mi espada y escudo en la más aguerrida batalla que este planeta haya conocido. Incluso a pesar de tu corta existencia te has vuelto mucho más poderosa que casi cualquier otro ser sobre el planeta. Incluso más fuerte que yo, aunque es bueno que tu no lo sepas… Que no seas consciente de ello pues así, buscaras y ansiarás incluso más… Puede que aquel monarca elitista crea que ha cortado tus alas en aquel castillo, pero estas han renacido en medio de las tinieblas más fuertes que nunca. El límite de tu raza, tu sexo, tu ser, tu alma… Se ha desvanecido por completo. Te has convertido en una mujer capaz de enfrentarse al mismo Adramelech… Pero aún es pronto, aún hay cosas que deben hacerse antes de que tu destino llegue a ti. –Afirmó el despiadado demonio desde aquella distancia, hablando más para sí mismo que para ella que no podía escucharle.

Ciertamente, la joven de ojos carmesí había adoptado una naturaleza digna de un demonio puro. Escondiendo aquella mitad del paraíso muy dentro de su interior, para finalmente convertirse en una afilada katana y en un escudo impenetrable. Era cierto que el revolucionario no era capaz de amar, pero si tuviera aquella capacidad, si su corazón de verdad pudiera latir por alguien y no por sí mismo sería por ella. Aunque claramente aquello estaba muy lejos de suceder, pues aquella parte de su ser se había extinguido hacía ya muchísimo tiempo.

El líder revolucionario no pensaba interferir en la lucha que había terminado por desatarse entre aquellas personas, de hecho estaba completamente seguro de la victoria de la hibrida por sobre aquel individuo que había terminado por encontrarla. Seguramente un miembro del gobierno o algún imbécil intentando hacerse el héroe, cosa que a él le parecía aún mas estúpida.
-No hay lugar para los héroes en el mundo de los vivos chico… -Musitó el revolucionario mientras encendía uno de sus “gitanes” y dejaba escapar una ligera bocanada de humo observando la batalla con tranquilidad. O por lo menos eso pensaba que tendría hasta que notó a aquel ser alzarse entre el agua y hablarle a su esposa, aunque no llegó a escuchar lo que había dicho podía reconocer con facilidad a un aliado o un enemigo cuando los veía. Sin pensarlo dos veces el revolucionario dio un poderoso salto, de esta forma comenzó a recorrer los techos de la ciudad hasta finalmente quedar en el último, al que llegó dejando escapar un poco de su electricidad. Esta se desprendía de su cuerpo en pequeños rayos, que iluminaban su figura en medio de la oscura noche.

-¿Por qué no dejamos que los muchachos pasen una velada agradable? –Musitó el demonio irónicamente hacia aquel ser que parecía llevar una armadura, sin quitar sus ojos del mismo en ningún momento.

-¿Qué te dije sobre destruir edificios del gobierno preciosa? –Musitó Ataroth a la menor sin observarle, pues quería mantener su atención sobre aquel que en aquellos momentos se encontraba a unos metros del suelo. –No olvides invitarme, sabes que estas son las citas que me agradan. –Finalizó luego en aquel tono sarcástico que para la pareja era bastante fácil de utilizar.

-En cuanto a ti, chico… No peleas nada mal… -musitó el líder revolucionario cuya cabeza valía tanto como la de la menor al joven de cabello blanco.

Después de todo estaba luchando contra su hermosa mujer y, si el peliblanco aún seguía en pie se debía a que no era tan débil como parecía. Sin más, allí se mantuvo el revolucionario con la mirada fija en el hombre de armadura estando seguro de que no dejaría que este interfiriera en la lucha. Sería bastante entretenido el observar aquella batalla y no deseaba que le robaran el espectáculo que estaba por presenciar.

por Invitado Sáb Jun 06, 2015 7:09 pm

Su rostro reflejó una leve sonrisa al ver que el ataque alcanzaba, en parte, a la pelinegra. La confianza en Daemon iba creciendo, pero bien sabía que ese ataque no significaba nada por el momento. Debía ser más agresivo, más asertivo, pero también cuidadoso al mismo tiempo. La ciudad había sufrido un atentado, un duro golpe en al centro del corazón, el hospital ardían en llamas y él creía que en parte era por su culpa. No logró encontrarla hasta que fue muy tarde, aunque decir que él la encontró sería una falacia.

Vislumbró los pasos lentos de la mujer hacia él a medida que hablaba. Ladeó la vista al arco que sostenía con la izquierda, en ese preciso momento recordó que con la flecha no había logrado gran cosa. Lo dejó caer al suelo para luego quitarse el carcaj y arrancar de lleno el harapo polvoriento que lo cubría. Al caer, sus armas retumbaron en un seco sonoro que acompañaron al tenue sonido de la lluvia, pero… ¿qué lluvia? Se encontraba tan enfocado en su oponente que no captó el agua descendiendo sobre el hospital. Levantó la vista, ignorando por un segundo a la mujer antes de enfocarse de nuevo en ella. El fuego perdía su fuerza poco a poco, sin embargo, aún deberían de haber personas en el interior. Si los ayudaba, le daba la espalda a una muerta segura, si continuaba peleando, tal vez morirían. Sintió un enfado punzante en el centro del pecho, la impotencia de saber que ellos eran bajas aceptables.

—En otro momento me hubiese gustado saber qué harías con mi persona, pero ahora… —Hizo una pausa posando la palma derecha en la empuñadura de la katana. —Te meteré de patadas en el culo dentro de Arcadia.

Sin el harapo cubriendo el porte de Daemon, sus vestiduras quedaban al descubierto. Llevaba una chaqueta larga ceñida de cuello alto, con mangas negras y el torso de color mostaza y varios detalles en rojo oscuro. Se vislumbraban bordados de peces koi, y unas pocas flores. Su katana era sujetada por un cinturón blanco que le daba dos vueltas a la cintura del híbrido y terminaba atado con un nudo. Un pantalón negro, ceñido como la chaqueta, y unas botas marrones.

Cuando se dispuso a desenfundar, una voz ajena atrajo su atención. Curvó la boca, molesto al saber que la mujer no era la única revolucionaria en la ciudad. No le fue difícil saber que ellos eran pajera, de hecho, el mismo hombre que apareció lo daba a entender. Pero aun así, su fastidio no se debía a los dos revolucionarios, era avivado como el fuego de hoguera que apenas nace porque se habían referido a él como “chico”, como si estuviese minimizando su persona.

—Chico tienes el pito, y me da igual si ella da fe de lo contrario. —Bufó con aires de superioridad. —Mi nombre es: Daemon Strömberg.

Una vez revelado su nombre, el semidiós desenfundó la katana, y aprovechando su velocidad aumentada, corrió directo hacía la pelinegra sin prestarle atención a los demás. Lanzó una estocada al pecho de la susodicha, con ambas manos en la empuñadura negra para aumentar la fuerza. En ese mismo instante dio por sentado que su ataque fallaría, o por lo menos no ejercería gran daño, por ese motivo ya se encontraba pensando en su siguiente movimiento.

Stat:

por **Auros** Sáb Jun 06, 2015 7:09 pm

El miembro 'Daemon Strömberg' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 18

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

Mi voluntad en la Tierra como en el infierno | Daemon vs Isela [Libre]

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Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater