Secrets [Zerion Anjerskal]

por **Kaileena** Miér Sep 02, 2015 9:21 pm

Ese día era ajetreado. Bueno, los últimos días también lo habían sido, pues no paraban de llegar miembros del ejército que vete a saber tú con quien habían peleado para defender al gobierno y al Lord. Aunque también había un gran número de patosos que con los entrenamientos de la Academia terminaban medio muertos. Si leías la historia que habían contado para llegar al hospital, te asustabas al pensar que ellos serían los futuros militares que defenderían al pueblo. ¡Sí casi eran más un peligro para ellos mismos que para los enemigos si se hacían aquellas heridas ellos mismos!

Al menos eso pensó Kaileena al revisar el informe de entrada de un joven estudiante que habían traído de urgencias.
- Tohru, llévalo al quirófano del cirujano Mao, que está libre. Quitarle esa… cuchara de la pierna no será difícil- dijo dirigiéndose a la enfermera que llevaba la camilla. Esta asintió y la Caduceus se dirigió al joven herido- No te preocupes, pronto podrás volver entrenar. Pero la próxima vez mantén los cubiertos lejos de tus piernas.- terminó diciendo apuntando el procedimiento que le harían en el informe y colgándolo de los pies de la camilla. Vio como el joven la miraba avergonzado mientras se lo llevaban.

Efectivamente ese día había ido de apoyo a urgencias y admisiones. Cuando había tantos heridos que venían al hospital era bueno que alguien estuviese organizándolo todo. Los médicos ya estaban ocupados en las salas de operaciones e habitaciones tratando a los pacientes. Y los enfermeros no tenían la formación para ir derivando los pacientes a los diferentes doctores. Así que la ninfa tuvo que salir de su despacho y sala de cirugía para ocupar ese lugar. Siendo como era Kaileena, no le molestaba hacerlo, pues encontraba tan digno hacer eso como cualquier otra cosa que se hiciese en el hospital. Pues todos eran necesarios, y si había un hueco, por pequeño que fuese, en la estructura, todo se desmoronaba.

La planta de urgencias y admisiones era grande y, obviamente, blanca. Era un espacio abierto donde las camillas podían maniobrar libremente. Pegados en las paredes había los bóxeres, que eran pequeñas zonas divididas y tapadas por cortinas verdes. No podías ver lo que había en él si no te fijabas entre los espacios que dejaban dichas cortinas o entrabas dentro. Cada bóxer tenía una camilla adentro, y en ellos se ponían los pacientes que estaban esperando que los derivaran, pero no eran tan urgentes.
Cuando pararon de llegar camillas (aunque sabía bien la Caduceus de Tempus que entre media hora y una hora más tarde volverían a llegar más heridos al hospital) fue a dedicarse a los bóxeres. En el primero había una chica donde el informe de admisión ponía que tenía dolor de barriga. Realmente le dolía, pero la ninfa solo tuvo que tocar un poco la parte baja del abdomen para darse cuenta que era apendicitis.
En el segundo había un chico con el cuello clavado. Una contractura fuerte, vamos. Solo tuvo que inyectarle un calmante fuerte y ya se calmó.
Y así sucesivamente…

Hasta llegar a uno donde había un hombre estirado en la camilla, con el pelo negro-azulado y las orejas puntiagudas. Tenía los ojos y la boca cerrados e iba vestido todo negro. Kaileena buscó el informe de admisión y lo leyó. Lo primero que le sorprendió era que no reconocía la letra con la que estaba escrito. Normalmente los enfermeros escribían rápido y estirando mucho las letras como la “t”, la “l”… En ese no. Igual que la causa de entrada a urgencias…
La Caduceus cogió un taburete, lo colocó al lado de la camilla, dejando un espacio y se sentó. Miró a la cara a ese hombre cruzando la pierna derecha por encima de la izquierda por la altura de la rodilla, y apoyando los brazos encima del muslo que quedaba por encima. Le interesaba ese caso, así que con la voz neutra que le caracterizaba dijo, suficientemente alto para que él la oyese pero suficientemente bajo, para que nadie más la escuchase:

- ¿Sabías que si hubieses tenido un traumatismo craneal cómo aquí pone, te hubiésemos mandado directamente a la planta donde se hacen los PETs y los TACs, ergo… no estarías aquí?

por **Zerion Anjerskal** Miér Sep 02, 2015 11:31 pm

Infiltrarse por las largas filas de heridos que tenía el lugar no había sido problema para el joven demonio, quien sólo había tenido que dejar inconsciente a un soldado herido, que no tenía fuerzas para luchar contra la fuerza de Zerion. Se vistió con su uniforme y se escabulló entre los arbustos del sector trasero del hospital, sin ser visto por ningún guardia.

Esta misión era de vital importancia, Zorak le había dicho que era crucial conocer la información de los soldados heridos y altos mandos militares del gobierno en Tempus, y la mejor forma era yendo a un lugar donde no tendrían restricciones ni preocupaciones algunas, en un hospital de Ciudad Ichi. Preparó el plan con algunos días de anticipación, algunos contactos le dijeron dónde sería la ruta más fácil para entrar en el edificio y le hicieron un mapa.

—Bien, son las cinco de la tarde, es una buena hora para entrar. Sólo debo seguir el mapa, entrar por la puerta trasera, hecho, ahora debo seguir por el pasillo, cambiar la ficha en la sala sin que me vean y recostarme en una camilla de la sala.—planeaba paso por paso el demonio.

Era esencial que no lo vieran y eso lo sabía muy bien, así que avanzaba con suma cautela entre pasillo y pasillo hasta llegar a su objetivo. Vio pasar unas enfermeras de un lugar a otro, así que se apegó a la pared mientras se asomaba cada cierto tiempo para vigilar la zona hasta que estuviera segura. Cuando no habían moros en la costa, avanzaba velozmente como un felino y entraba a la siguiente habitación. Al llegar a su objetivo, miró a ambos lados, sacó un lápiz y rápidamente intentó imitar la letra que había antes de él, inventó un nombre y lo escribió rápidamente en la hoja de la tablilla. Al terminar, tomo las hojas se retiró a la habitación de enfrente, mientras escuchaba unos pasos que se acercaban lentamente a la habitación, dejó la tablilla frente a su cama, se recostó de un salto y fingió estar herido.

—Ahora sólo debo esperar, mi nombre es Greik y tengo un traumatismo craneal, sólo eso, mucho dolor de cabeza y mareos.— se decía a sí mismo mientras se interiorizaba en su papel de herido, para luego sacarle información al personal y a los cotilleos de pasillo de los soldados.

Cuando vio a la enfermera entrar, comenzó a ensayar gestos faciales de dolor e incomodidad, esperando que llegara hasta él, a medida que atendía a otros pacientes que lo precedían. Cuando llegó el momento, la vio más detenidamente y se percató que era una ninfa, aunque no estaba seguro porque era más alta de lo normal, tenía ojos orientales y un cabello muy negro, con un gran moño de palillos en su peinado. Se acercó a él, leyó su ficha y le habló con quietud.

—¿Sabías que si hubieses tenido un traumatismo craneal cómo aquí pone, te hubiésemos mandado directamente a la planta donde se hacen los PETs y los TACs, ergo… no estarías aquí? fueron las palabras que desarmaron totalmente al demonio, cambiando totalmente su expresión facial.

—Pues verá enfermera...—le decía lentamente, mientras se acercaba al oído de la ninfa—Si dices algo, tu vida correrá peligro— pronunciaba el demonio con un tono intimidante, mientras envolvía el cuello de la enfermera con su brazo y prendía una llama azul con su dedo.

A Zerion se le daban bien las amenazas, pero en ese momento no quería hacerle daño, sólo quería asustarla para que no echara a perder todo el plan, sólo quería que se quedara en silencio, mientras esperaba ver una reacción de terror en su rostro y que no dijera nada sobre su infiltración en el hospital.

por **Kaileena** Jue Sep 03, 2015 8:57 am

Ya se esperaba una reacción parecida a aquella. Él se sentía amenazado por ella y entonces reaccionaba amenazandola también, lógico. Sintió la voz del hombre al lado de su oído y su brazo rodeándole el cuello. Ella siguió impasible, sin mover un músculo aunque le amenazara con una llama azul saliendo de su dedo. Así que tenía ciertas habilidades... Interesante. Bueno, la forma de sus orejas y los colmillos que había visto cuando había abierto la boca ya le indicaron que no era precisamente humano.
Esperó unos momentos para responder, para que él se diese cuenta que no lo atacaría y no estuviese tanto a la defensiva.

- Escucha Greik... Suponiendo que ese sea tu verdadero nombre -dijo manteniendo la misma voz neutral que antes- Si fuese a delatarte no me hubiese arriesgado a hacerte saber que sabía que te habías colado, sentándome a tu lado dándote la posibilidad de amenazarme. Habría mirado el falso informe, lo habría vuelto a dejar y me hubiese ido para avisar a los guardias que vinieran a cogerte.

¿Acaso tenía cara de tonta? O eso o se pensaba que le gustaba que la amenazaran. Bueno, eso último depende de como se mire también es un signo de estupidez, sobretodo si no conoces a tu enemigo. Ella sabía que podía defenderse si quería y que el hospital estaba repleto de guardias, así que a la que diese un pequeño grito, silbido, apretase un botón estratégicamente colocado en la camilla, o diese una señal por su intercomunicador... Vendrían a ayudarla. Pero tampoco le interesaba hacer eso. Sentía curiosidad por saber para qué se había infiltrado en el hospital.

Tampoco le diría de momento que realmente ella no era enfermera, sinó la Caduceus de Tempus. Puede que desde esa posición le pareciese menos peligrosa y pudiese enterarse de más cosas. Hasta el día de hoy no se había topado con nadie que quisiera colarse en el hospital, aunque realmente era un lugar donde los militares estaban muy indefensos. Tan indefensos que con desconectar una máquina podrías matarles. Por eso había tanta vigilancia y seguridad.

Finalmente, parecía que ese día se volvería inusual y sugestivo. Ya hacía días que pasaban las horas y eran demasiado monótonas para Kaileena. En el bosque nunca sabías qué podría pasarte, pues no podías controlar nada. Y eso era motivante. En cambio en el hospital todo estaba controlado y programado. Cosa que a la ninfa le parecía aburrido. Por eso no dejaría pasar esa oportunidad.
Kaileena cruzó los brazos por delante de su pecho con la misma expresión fría que tenía siempre.

- ¿Y por qué has decidido infiltrarte en el hospital? ¿Qué pretendes encontrar aquí? ¿Alcohol etílico o rollos de gasas por ejemplo?

por **Zerion Anjerskal** Sáb Sep 05, 2015 6:40 pm

El frío hospital se contrastaba con la tensión que se vivía en la camilla y el fuego azul que iluminaba levemente el cuello de la supuesta enfermera, mientras la mano del demonio dudaba lentamente. No esperaba una respuesta así y al pensarlo mejor, Zerion pudo entender que ella tenía razón

Lentamente el demonio comenzó sacar el brazo que tenía alrededor del cuello de la ninfa y empezó a tranquilizarse poco a poco, hasta que se dio cuenta de algo.

—¿Cómo maneja tal información y piensa de forma estratégica si es sólo una enfermera? Eso no es posible a menos que...—pensaba el demonio, mientras comenzaba exclamar las palabras — ¿Eres Caduceus de Tempus, cierto?

El rostro de Zerion pasó rápidamente de nuevo desde la tranquilidad al miedo, comenzó a pensar en huir, pero los guardias ya vendrían en camino y no tendría tiempo ni siquiera de reaccionar con su fuego azul. Estaba en problemas y tenía pocas opciones. Si la Caduceus hablaba estaba perdido y si escapaba estaría muerto, no tenía muchas alternativas, pero accedió a arriesgarse con la ninfa. La miró a los ojos y confió en ella, algo que pocas veces hacía, si le decía la verdad quizás lo ayudaría, él trabajaba solo y nadie más saldría perjudicado, la causa estaría a salvo.

—Está bien, me desarmo ante ti, diré la verdad de mis motivos para estar aquí, veo que eres de confiar y tienes sensatez.— se giró hacia la ninfa y la miró a los ojos— Primero que todo, mi nombre no es Greik, es Zerion, soy un revolucionario independiente y demonio, estoy sacando información de los altos mandos, del personal o de los heridos del hospital, este es un buen lugar información, así que acudí aquí, me infiltré por la puerta trasera y llegué aquí— y antes de que la Caduceus dijera cualquier cosa el demonio prosiguió— Y descuida, no maté a nadie en el camino, sólo dejé inconsciente a quien me prestó este traje—.

Zerion había lanzado su última oportunidad de sobrevivir a la figura de más autoridad en salud de Tempus, esperando que pudiera ayudarlo, que confiara en él como él confió en ella. Antes de que ella respondiera, el demonio escuchó un grupo de pasos que avanzaban presurosos por el pasillo, eran más de diez y se escuchaban las armas chocar entre ellas, los ojos del intruso se llenaron de pánico y se levantó rápidamente, mientras miraba a la ninfa para que le dijera algo antes que lo encontraran.

por **Kaileena** Dom Sep 06, 2015 6:19 pm

Sintió que el brazo de él iba aflojando el brazo que le rodeaba el cuello. Había entendido el que le había dicho, dándose cuenta que tenía razón, pensó ellq. Pero de repente se asustó con su exclamación. Giró la cabeza para mirarle, y se percató que el también no se esperaba exclamar eso. Obviamente ese grito llamaría la atención de los guardias.

Inmediatamente se giró hacia ella para mirarle a los ojos y fue completamente sincero. La ninfa dudó que nadie me hubiese dicho con tanta confianza y transparencia quién y qué quería era en tan poco tiempo cuando ella podía ser una amenaza para él. Aun así había actuado con sensatez, pues era la única que lo podía ayudar, pues si escapaba solo, lo cogerían.
La caduceus no se había movido mientras lo escuchaba. Cuando terminó, asintió con la cabeza y actuó con rapidez, pues los pasos de los guardias se acercaban.

Cogió un gorro que ponían a veces a los pacientes del mismo color verde de las batas que les ponían cuando los ingresaban. Así tapó sus orejas. Seguidamente le empujó con cuidado pero con firmeza hasta hacer que se tumbara en la camilla. Cogió una manta y lo tapó dejando solo parte de su cara al descubierto. Se inclinó hacia él y le susurró al oído de tal forma que seguro que solo él la oyese.

- Hazte el inconsciente. Te llevaré en un lugar más seguro. Confía en mí.

Sin esperar si le hacía caso desbloqueó las ruedas de la camilla y empezó a empujarla fuera del bóxer. Estaban en la sala cuando se cruzaron a los guardias. Le miraron a ella y por suerte se fijaron poco en el demonio.

- Buenos días Caduceus. Tenemos que informarle que hay un infiltrado en el hospital. Ha dejado a un herido inconsciente, así que es peligroso. Hemos oído gritos y hemos pensado que podría estar en peligro. –le informó el que parecía ser el superior.

- Buenos días señores. Pues la verdad es que creo que lo he visto. Cuando he intentado preguntarle quién era, ha huido hacia allí -señaló en dirección a las escaleras de emergencia- Yo si no les importa me tengo que llevar este paciente con urgencia.

Asintieron y le saludaron con el típico saludo militar antes de dirigirse corriendo hacia donde la ninfa les había indicado. No esperó a ver más. Siguió empujando la camilla hasta el ascensor. Allí introdujo la llave para ir a la planta donde poco personal estaba autorizado para ir. Por suerte se cerraron las puertas rápido y nadie entró. Cuando empezó a moverse el ascensor se apresuró a decirle.

- No te muevas y sigue haciéndote el dormido hasta que yo te diga. Aun alguien podría descubrirte.

Por suerte, el ascensor no se aturó en ninguna otra planta. Cuando se abrieron las puertas ella ya estaba preparada para empujar otra vez. Por suerte esta vez solo tenía que recorrer un pasillo hasta el final. Allí se aturó para abrir la puerta de su despacho. Entró la camilla y la cerró con el pestillo.

-Ya puedes bajar. Bienvenido a mi despacho –dijo dirigiéndose a su mesa y sentándose en la silla- Aquí tendremos un rato para hablar. Después te ayudaré a escapar de este hospital. –ya sentada le señaló una silla para que se sentase si quería- Perdóname por no presentarme: soy Kaileena, la Caduceus de Tempus. Aunque mi cargo ya lo adivinaste, y se lo hiciste saber a todo el piso con tu grito. Y dime…Tengo curiosidad, ¿qué información buscas exactamente?

por **Zerion Anjerskal** Mar Sep 08, 2015 6:39 pm

El corazón le pulsaba a mil, sudaba mucho y sus músculos se contraían preparándose para escapar en cualquier caso. Sus pupilas se movían de un lado a otro buscando una salida, pero al final sólo se posaban en los ojos de Kaileena, atentos, pensantes y confiados. Al parecer ella no quería perjudicar, sólo tenía curiosidad por sus acciones. Cuando Zerion escuchaba los pasos acercarse no podía evitar sentir escalofríos, apretaba sus dientes y sus párpados comprimían a su globo ocular, esperando una señal de ayuda por parte de la Caduceus.

Cuando la ninfa colocó el gorro de enfermo el demonio no supo cómo reaccionar y sólo se limitó a seguir las órdenes de su potencial salvadora. Sintió los ágiles movimientos de la experimentada Caduceus y no se movió hasta que ella le dijera. Cerró los ojos, sintió cómo se movía la camilla y cómo iba entregando su vida y su causa en manos de alguien que recién conocía, pero no tenía más alternativa, sus instintos estaban de acuerdo con su decisión. La camilla se detuvo de repente y escuchó las voces de unos hombres, puso atención a la conversación y esperó con todas sus fuerzas que no sospecharan de nada.

Toda la tensión de disipó cuando se despidieron y la camilla siguió su curso hasta detenerse de repente unos metros más allá. Escuchó la suave voz de Kaileena que le daba seguridad con sus órdenes precisas, las cuales siguió sin chistar y no movió ningún músculo. Escuchó la puerta del ascensor y al no sentir la presencia de nadie, se alivió nuevamente. Por cada piso que percibía dejar atrás en el elevador, aumentaba su incertidumbre, pues no tenía que hacer otra cosa más que quedarse quieto y esperar.

Al llegar a su destino, Zerion por fin pudo abrir los ojos a la orden de la Caduceus y comenzó a escudriñar el nuevo lugar que lo rodeaba, mientras sus ojos se adaptaban nuevamente a la luz. Era una habitación muy elegante, tenía adornos que nunca había visto en Chaos, una ventana que daba hacia el exterior y en el gran escritorio lo esperaba su salvadora.

—Primero que todo, te agradezco mucho lo que hiciste por mí allá afuera, te juro que pensé que me descubrirían— decía amablemente el demonio mientras se reincorporaba y se sentaba en la camilla—Pues verás, tengo una misión asignada. Como te dije anteriormente soy un revolucionario independiente y por lo tanto no me involucro con las metodologías de los rangos mayores y organizados. Entonces, mi cometido es reunir información de los soldados o altos mandos del hospital para realizar alguna intercepción de sus operaciones aquí en Tempus, básicamente—terminó de decir, mientras miraba a ambos lados, esperando que nadie más estuviera cerca y escuchara lo que le decía tranquilamente a la ninfa.

La tensión había disminuido a tal punto que una sonrisa surgió del rostro de Zerion, quien no daba crédito aún de su milagrosa escapada.

—Pero dime, ¿por qué me ayudaste? ¿Por qué ayudaste a un desconocido que te había amenazado?

Se dio cuenta que no tenía mucho más tiempo, así que se levanto mientras Kaileena respondía. Escuchaba, gracias a sus oídos de demonio, los pasos y los gritos a lo lejos en los pasillos del hospital, que buscaban desesperadamente a algo o a alguien, que de seguro era él. El nerviosismo volvió a su cuerpo, pero sabía que estaba en un lugar seguro, mientras los guardias no entraran al despacho de una Caduceus.

por **Kaileena** Dom Sep 13, 2015 9:40 pm

Escuchó atentamente sus palabras observando sus movimientos. Ella mantenía la espalda apoyada en el respaldo y los brazos en los reposabrazos. Estaba muy tranquila, la verdad, pero su expresión siempre seria no lo transmitía desgraciadamente. Parecía que él también se sintió más tranquilo en aquel lugar, pues se reincorporó rápidamente, siempre estando atento a lo que pasaba a su alrededor.
Así que el demonio quería información de los altos mandos del hospital… Pues había acabado a un buen lugar para eso, pues todo lo que pasaba y todos los que entraban en el hospital pasaba por ella y por ese despacho. Puede que él se hubiese dado cuenta y por eso sonreía tan abiertamente. Aun así, se detuvo para preguntarle por qué lo había ayudado. Ella espero a contestar, no porque no supiese la respuesta sino porque sintió que era necesario ese silencio.

- Es normal que me amenazaras. Cualquier lo hubiese hecho en tu situación, pues estabas en inferioridad de condiciones. Se dice instinto de supervivencia. Como ninfa he vivido en el bosque, y los animales hacen lo mismo. No por intentar sobrevivir no te voy a ayudar. -Cruzó las piernas poniéndose más cómoda- Y… ¿Por qué te ayudado? Simplemente me apeteció hacerlo. Hay cosas que no me pregunto por qué las hago, simplemente sigo mi instinto.

En ese preciso instante sonó el teléfono del despacho. Se extrañó que la llamaran, pues eso significaba que sabían que no estaba en la sala de urgencias. Y no había avisado a nadie que iba a su despacho. Aun así era lógico que si no la encontraban pensaran que estaba en su despacho. Sin mucha prisa, la Caduceus alargó el brazo para coger el auricular, pero se lo pensó mejor; apretó el botón de manos libres mientras con la otra mano le indicaba al demonio que no hiciese ningún ruido.

- Dime.

- ¿Caduceus? Siento la molestia pero la llamo para avisarle que hay un revolucionario dentro del hospital y los guardias le están buscando.

- Gracias Chidori. Aun así, que no me molesten si no es extremadamente necesario. Y avísales que esta planta ya la reviso yo. –dijo justo antes de colgar. Volvió a mirar al demonio- Parece que se están volviendo locos buscándote. Deberás terminar rápido lo que has venido a hacer aquí, pues tendremos que apresurarnos para que huyas de este edificio sin que te cojan.

Sabía que cuándo no lo encontrasen por todo el resto del edificio lo vendrían a buscar en la planta donde se encontraban. Aunque hubiese dicho que ella misma la revisaría, los soldados confiarían en ella hasta que tuviesen la seguridad de que estaba allí a quién buscaban. Lo que no sabía es cuando pasaría eso…

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater