A la deriva...

Ya habían recuperado el barco, pero el panorama no era demasiado alentador, en su opinión, dejaba mucho que desear las condiciones en las que habían dejado el barco los piratas luego de que intentaran tomarlo, había partes del barco aún incendiándose y algunos cuerpos tanto de marineros como de piratas ubicados en distintas zonas. Se dirigió hacia un grupo de hombres que se encontraban reunidos alrededor del cuerpo del capitán, luego de subir la pequeña escalera que los separaba de donde se encontraba el timón se dirigió a ellos en un tono suave, palpando la situación en la que se encontraban aquellos, había algunos que tenían los magullados rostros con expresiones de tristeza y hasta algunos con lágrimas sin derramar
 
-Necesitamos dirigir la maquina hasta tierra firme lo antes posible- les dijo mientras se acercaba- lo único que podemos hacer ahora para empezar sería echar los cuerpos de los piratas al mar, los inconscientes también, y los de sus compañeros y pasajeros… dejar que decidan por ellos… los… los que quedan de ustedes- dijo tratando de sonar conciliadora, el duelo que vivían aquellas personas no era para tomarse a la ligera, ya que había amigos, hermanos y familia entre los caídos y eso no se podía obviar- Necesitamos apagar los incendios antes que nada, para poder movilizarnos mejor y así poder moverlos
 
No esperaba que se pusieran de carrera a hacer las cosas, es más, ya hasta tenía la réplica preparada en caso que le dijeran algo ofensivo, grande fue su sorpresa cuando los marinos aún con la cabeza gacha, se dispusieron a apagar las mini fogatas que había repartidas por el barco, incitando también a los demás hombres que en el camino se le cruzara. En el ambiente se podía respirar la tristeza, la pérdida de los seres queridos tanto de marineros como de pasajeros, mujeres y uno que otro niño lloraba encima del cuerpo de un anciano que probablemente del susto le había dado algo, sintió pena por la familia, que por culpa de quienes hacían esas cosas por diversión lastimaran a terceros con sus enfermos actos, y que ni sienten pizca de remordimiento al provocar que esa familia perdiera a un integrante. Sacudió la cabeza pensando en otra cosa, su prioridad ahora era tocar tierra para de una maldita vez por todas salir de alta mar, ya habían acabado con la mayoría de los piratas y ya no le hacían problema, los que hubieran quedado vivos simplemente serían arrojados a su suerte a las aguas, ya suficiente daño habían hecho ya.
 
Escuchó que Sophitia mandaba a las personas a que se pusieran manos a la obra con las reparaciones o intentos, para poder llegar con el barco a tierra al menos, pero todos los que estaban frente a ella la miraron de forma sospechosa
 
-¡Hey por favor! No se ustedes bandada de idiotas, pero si alguien más aquí tiene una idea mejor, que diga algo para protestar o en contra de lo que ella dice, lo que es yo, al menos quiero pisar tierra firme lo antes posible- les dijo mientras bajaba por las escaleritas y llegaba frente a los demás- Se sabe que se perdieron vidas a partes iguales, ahora sólo nos queda avanzar, tirar los cuerpos de esta escoria al mar y los inconscientes también- dijo mirando al jefe de los piratas- tomen a sus difuntos y déjenlos en un lugar para que los puedan velar, pero no sin antes echar a andar esta cosa que ya quiero llegar pronto a Spatium- se estaba cabreando de nuevo, no era que le gustara recibir órdenes, pero era perfectamente consciente que si la chica sabía navegar, lo más sensato era hacer lo que ella pedía, una vez llegara a su destino se iría a despejar un poco, no estaba muy contenta con lo que ocurría ahora, tener que trabajar para poner en marcha un barco en medio de la nada, no era demasiado atractivo, pero debían hacerlo ya que había quedado bastante dañado todo.
 
Las personas poco a poco comenzaron a dispersarse por todos lados, ayudando todos por igual, excepto quienes realmente no podían hacerlo, los cuales eran derivados con la chica a la que le había pedido que despertara a Sophitia, no eran más de cinco o seis personas quienes se encontraban incapacitados, por lo demás, todos estaban cooperando, buscando cosas para arreglar, fogatas que apagar, etc.
 
Cuando llegó el momento de botar al mar los cuerpos, nadie dijo nada, sólo se escuchaban los llantos de algunos, los gruñidos de otros y nada más, con todas las fogatas apagadas y todo quedaron mirando que hacer, excepto los marinos, quienes ya sabían algo acerca de las reparaciones, salvo ellos, los que eran pasajeros y ella no sabían con qué más continuar, se encendió un cigarro y fue hacia unos hombres que estaban moviendo unas vigas grandes y les ayudó levantando una ella sola, pesaba alrededor de unos cincuenta kilos, lo que para ella era algo ligero, y así comenzó viendo cómo sacar cosas del barco contrario, pidió ayuda y junto a otros fueron a ver qué cosas servían de él, no sin antes dejar advertido a los demás que no hicieran nada estúpido mientras volvían, si bien no sabían nada acerca de navegación, la estupidez y la ignorancia era traicioneras, así que para asegurarse, hablo con algunos para que vigilaran, no tenía intenciones de que los dejaran botados en un barco, y luego miró a Sophitia y le preguntó con la clara intención que los acompañara


-¿Vienes y vemos qué podemos rescatar de este traste?- le preguntó con una sonrisa ladeada, no sabía si se podía hacer eso de reemplazar partes de un barco, pero con mucha ayuda y unas cuantas herramientas algo se podía hacer, pero nada perdía con preguntar

Las familias tristes, los niños llorando, las mujeres apenadas, los cuerpos de quienes no habían logrado sobrevivir se esparcen por la cubierta, pero Sophitia no parecía darse cuenta, no era capaz de leer la situación ¿De que se quejaban? Estaban vivos, y el resto no, deberían sentirse agradecidos, no dolidos ¿Que era una vida más o una menos mientras no fuera la tuya? Las personas fallecían todos los días, y sin embargo el mundo seguía su ritmo sin inmutarse en lo más mínimo.

La pirata miraba al horizonte, calculando dónde estaban exactamente, el único pensamiento que le dedicó a los cuerpos en el barco era que mejor se deshacían de ellos rápido, antes de que comenzarán a descomponerse, atraerían animales indeseados y enfermedades. Las personas de su calaña se acostumbraban rápidamente a ese tipo de situaciones, ese era el porqué de su frialdad ¿A cuantos compañeros había visto morir de las maneras más crueles? Más de los que podía contar, era incapaz de recordarlos a todos, el lograr sobrevivir en su oficio era algo sumamente complejo, y dependía en gran parte de la suerte ¿Y si ese mástil la hubiese aplastado a ella y no a su rival? Probablemente ahora sería uno de esos cuerpos que arrojaban al mar, sin derramar una sola lágrima, en una tumba que nadie podría recordar ni visitar.

-En la guerra los crueles horrores ~~ en silencio me hacía contemplar~~♫ Cuantas veces me dijo no llores ~~ los piratas no saben llorar ~~♫- Tarareo en tono muy bajo una vieja canción pirata - ♫ Viva la mar, Viva la mar ♫ - Se retiró de la baranda, ya sabía hacia dónde irían, si todos colaboraban sería pan comido.

Su compañera en la adversidad parecía mucho más conciliadora, eso estaba bien, le sería mucho más útil dada su falta de interés en cosechar amistades. Sophitia le sonrió ampliamente como si la situación fuera casi cotidiana para ella, no demostraba preocupación alguna por la circunstancia en la que se encontraban ¡Ya encontrarían como solucionarlo!

-Claro, uno nunca sabe lo que puede encontrar en un barco pirata - Escuchó un crujido en su mandíbula e hizo un gesto de dolor - Se lo que seguro tendrán, y es lo que más necesito ahora mismo ¡Ron! - Paso junto a Alexia y camino por una tabla que comunicaba con la otra embarcación - Que porquería de jornada, espero que termine antes de que algo más me suceda - Con la suerte que tenía no le extrañaría el ser alcanzada por un rayo.

El otro barco no estaba mucho mejor, tenía aún más incendios ya que los piratas en el ataque no se habían preocupado por apagarlos, habían agujeros por varias partes, y se podía notar que tenía una inclinación anormal, probablemente porque se estaban inundando las cámaras de abajo. Precisamente a esos lugares se dirigió primero Sophitia, decendió por las escaleras de madera hacia las bodegas, tal como había supuesto ya la mitad estaba llena de agua, comenzó a revolver entre las cajas en busca de algo que le sirviera.

-Tiene que haber algo de alcohol por algún lado, o algo de valor - Tiro una caja con telas, otra con viejos jarrones, pólvora, agua, provisiones varias - ¡Aja! - Sacó unas botellas, las limpió con las mangas de la camisa mientras sonreía satisfecha - Sabía que no podía faltar... - Le saco el corcho a una y le dió un trago, era asqueroso, pero le serviría para lo que la quería - Bien, ahora sí, busquemos cosas que nos puedan servir - Pateó una tabla que pasaba flotando frente a ella, a ese barco no le quedaba mucho tiempo.

A medida que iba caminando por la cubierta movía tablas, revisaba lo que quedaba de las velas, miraba las herramientas y los barriles. Mientras les decía a los demás qué cosas servían y cuales eran basura, le daba un trago al ron entre orden y orden, mientras la nave se inclinaba mas y mas.

-Peleaste muy bien, Alexia, me sorprendiste - Le dijo mientras iba al que había sido el camarote del capitán - Es cierto que ya te había visto en acción antes, sabía que no eras una “Dama en apuros”, pero no es sencillo salir bien parada en semejante caos de pelea - Encontró donde escondía los mapas, los fue mirando mientras descartaba algunos y se guardaba otros - No me explico porque no eres una pirata, tendrías tu propia nave de seguro - Había unos pocos objetos de valor en la mesa, los cuales se guardó en los bolsillos, miró una repisa con cuatro o cinco libros pero no sabía leer así que los descarto de inmediato - No creo que podamos sacarle mucho más a esta cosa...

Cuando la joven respondió positivamente, Alexia se alegró, y cuando ella pasó por su lado seguramente no notó que Alexia sonrío cuando escuchó lo del ron, si no hubiera sido porque aún estaban cerca de los pasajeros que lloraban las pérdidas de sus familiares,  seguramente se habría permitido lanzar una carcajada divertida ante las ocurrencias de la chica, le siguió el paso viendo si algo podía  ayudar

-No sabes cuánto deseo yo que lleguemos pronto a tierra- respondió al aire cuando la escuchó describir el día que hasta ahora llevaban, tampoco creía que fuera a pasar nada más, ya que lo peor ya había pasado ¿cierto?, pensó con cierta ironía, lo que les faltaba era que alguna criatura marina estuviera con malas pulgas y decidiera por cosas del destino desquitarse con lo que quedaba de barco, eso sin duda sería muy malo

Al observar el barco desde el otro lado no se había visto tan dañado como se veía ahora, agujeros por muchos lugares e incendios varios. Siguió a Sophitia hacia lo que parecía ser las bodegas, aunque antes eso les dejó instrucciones a los demás para que buscaran cosas que les sirvieran al barco y por qué no, cosas para ellos, lo harían de todas formas pero no obvió que también había pasajeros que habían ido a ayudar, así que mejor decirles para que luego no pensaran que estaban haciendo algo malo, estupideces de su cabeza. La mujer buscaba entre las cajas, y Alexia hacía lo mismo, encontró algunas cosas que no eran de demasiado valor y la mayoría de la comida estaba estropeada, piezas rotas de porcelana, alguna que otra caja con basura y barriles con pólvora, entre otras cosas, a su parecer nada que valiera la pena salvar.

Una vez la chica encontró lo que había ido a buscar, salieron nuevamente a cubierta, allí encontró que todos estaban dejando las cosas que servían cerca de donde habían pasado al otro barco, y los que se habían quedado allí transportaban las cosas de un barco al otro para que no se fueran acumulando allí, todos trabajaban en equipo y eso en cierta forma le agradó, entre más rápido trabajaran, más rápido estarían en movimiento. Sophitia repartía ordenes ayudando a identificar a los inexpertos como lo eran Alexia y los pasajeros acerca de lo que servían y lo que no.

Una vez pensó que era todo lo que podían sacar de la cubierta, se aventuraron hacia las habitaciones varias que había en el barco, con la muchacha iban hacia el camarote del capitán y sonrío ante el alago de la chica, le resultaba cómico que hubiera usado ese término de “dama en apuros” ya que era exactamente como a veces se demostraba sólo para sacar de quicio a la demás gente, en esta ocasión no había sido necesaria ya que la situación en cierto punto la había sacado de sus casillas y no había estado de ánimo para fingir.

-Jajajaja, pues gracias por el alago- dijo mientras también revisaba alguna que otra coa entre los cajones, buscando lo que la mayoría de los capitanes guardaban. Joyas.- El mar no es lo mío- respondió de forma algo evasiva, el mas y ella no eran muy amigos que digamos- La verdad nunca lo vi así- dijo a modo de broma mientras en su cabeza se vía a sí misma con un barco y a otra gente trabajando para ella, pisando puerto de vez en cuando  y no le agradó mucho la idea, mientras se reía bastante cómoda con la situación, la chica le había agradado- Tu también tienes bastante aguante, vi cómo te golpeó aquel animal con la patada que te dio, eres dura ya que a cualquiera le hubiera costado la vida,  y créeme, lo he visto. Te observé en alguna ocasión y noté que este era tu ambiente, en el cual te desenvuelves ya que no se te veía asustada ni un poco en la pelea allá- le dijo mientras registraba bajo el colchón, en donde encontró algo que llampo mucho su atención.

Envuelto en un fino pañuelo, había un delicado dije, con forma de gota calado y en el centro una piedra color rojo, en su cabeza apareció la imagen del mismo dije en un recuerdo que Alexia atesoraba más que a su vida misma, así que rápidamente lo volteó temiendo encontrar lo que diferenciaba dicho dije con cualquier otro y fue cuando sus ojos se agrandaron y no se molestó en disimularlo, las manos comenzaron a temblarle notoriamente y estuvo a punto de dejar caer la joya, alcanzó a reaccionar a releer el inscrito que en el reverso se encontraba en pequeñas letras élficas “Siempre contigo”. Era el dije que le habían regalado a su madre un año antes de que desaparecieran, la inscripción aunque simple, tenía un gran significado para ella y la ira le hizo ver rojo al pensar el por qué tenía ese asqueroso pirata aquella joya, sin pensarlo dos veces  corrió hacia el otro barco, abriendo de golpeando la puerta del camarote arrancándola de las bisagras con el golpe.

No se detuvo ante nada y si le hablaron no escuchó, se le había metido entre ceja y ceja encontrar a aquel pirata y sacarle la verdad a punta de golpes si era necesario, cuando llegó al barco no sin antes pasar a empujar a unos cuantos, buscó entre los cuerpos que flotaban al capitán, buscó y buscó entre los cuerpos que flotaban y no identificó al capitán, apretó con fuerza la baranda del barco hasta hacerla crujir, sus ojos estaban negros como si no tuviera iris y algunos pasajeros al verla en ese estado de bruma casi total se apartaban de su camino, caminaba como león enjaulado de lado a lado de la cubierta buscando a ver si encontraba a aquel animal.

-¡DÓNDE ESTÁ!- casi rugió mirando a algunos pasajeros, nadie le respondió de inmediato, todos se miraban entre sí intentando comprender a quien buscaba, o por qué actuaba así- NECESITO AL CAPITÁN DE LOS PIRTAS ¡YA!- gritó alterada, las manos le temblaban y no medía nada, estaba casi sin autocontrol, haber visto el dije sin duda la dejó fuera de sí, hace años que no había visto algo que realmente la acercara a su familia y ahora que lo tenía, la desesperación le estaba ganando a segundos

-Lo dejamos amarrado aquí detrás- dijo un hombre apuntando hacia su espalda,  se notaba en su actitud que estaba dispuesto a intentar reducirla si era necesario.

Alexia le dirigió una mirada y pasó por su lado como un huracán y a medida que fue caminando lo divisó, alargó el paso y una vez lo tuvo en frente lo levantó de la solapa de la chaqueta elevándolo al menos veinte centímetros del suelo, seguido de eso lo lanzó contra una pared  estrellándolo contra unos barriles, la rata aún estaba viva,  ya que se quejó de dolor, no le costó mucho trabajo llegar hasta donde lo había lanzado y nuevamente lo levantó mirándolo directamente a los ojos, pero esta vez del cuello asegurándose que mantuviera los pies sobre el suelo, sacó el dije con poco cuidado y se lo puso frente a los ojos

-Este dije…- habló con demasiada calma- ¿dónde lo encontraste?- hablaba despacio, casi salía forzada la tranquilidad con la que hablaba, el pirata se rió en su cara, sintiendo el apestoso aliento en la cara, su ceño fruncido demostraba que no acabaría nada bien si seguía en ese plan- De dónde lo sacaste- volvió a preguntar haciendo más presión quitándole gran parte del aire al sujeto

-E… ese… di-dije…- hablaba entre cortado, Alexia entre toda la bruma que rodeaba su mente, pudo procesar que si le apretaba demasiado la garganta no hablaría, así que aflojó el agarre e intentó de nuevo

-¡Si, este dije! De dónde lo sacaste- volvió a preguntar a lo que el pirata intuyendo que no iba de juegos aquella muchacha respondió de inmediato

-S…se lo ro…robé a un sujeto en… en Chaos- respondió a duras penas- D…dijo que pertenecía a… a una… una… fénix, un dije muy valioso…- dijo intentando recordar- lo tengo hace años, no recuerdo nada más

-¿¡Sujeto!? ¿¡Qué sujeto!?- necesitaba respuestas y después de tantos años al fin tenía algo que de verdad era importante y tangible, no dejaría pasar esa oportunidad

-Un… un…científico- el pirata luego de eso se desmayó por el poco oxígeno que ingresaba a su cuerpo y la tensión ayudó a que colapsara y cayera, Alexia chasqueó la lengua fastidiada, el pobre idiota no había aguantado nada, así que con desdén lo lanzó contra unas cajas

Al menos había recopilado algo de información acerca de su familia, pero debía calmarse que ya nada conseguiría , se encendió un cigarro mientras volvía a ponerse en movimiento, ya había hecho demasiado escándalo y era demasiado molesto lidiar con eso. Poco a poco fue recuperando la serenidad pero aún así los pasajeros y marinos la miraban con recelo. Pasados los minutos ya más tranquila miró a su alrededor buscando qué hacer ahora

Aún se encontraba revisando los objetos del camarote del capitán cuando se dió cuenta que Alexia cambiaba su gesto, estaba como sorprendida mirando algo en su mano, pero cuando la pirata quiso ver qué era la muchacha salió corriendo del lugar. Que reacción más extraña, Sophitia no tenía manera de explicarse qué le había picado a la chica así de la nada, pero tampoco era de meterse mucho en los asuntos de los demás, se encogió de hombros y luego de mirar un poco más entre los cajones salió y se dirigió al otro barco.

Mientras daba los primeros pasos en la cubierta pudo escuchar gritar a la muchacha, e incluso la vió pasar hecha una furia en busca del pirata, Sophitia la siguió y se quedó mirando mientras lo interrogaban, sin agregar comentarios. Tomó varios tragos mas de ron por el costado no adolorido de la boca, a medida que el alcohol entraba en su cuerpo las heridas dolían menos, dulce aliciente.

-¿Así que todo este escándalo es por un colgante? - Dijo en voz baja mientras Alexia continuaba intentando sacar información, sería de algún conocido de ella, alguien importante probablemente, o tal vez se lo habían robado a ella hacía muchos años - Que mala suerte tiene este hombre, no tiene idea de a quien le robo...

No había mucho que pudiera decirle, para empezar porque no era buena apaciguando a las personas, pero también porque solía preferir que la gente se descargara tranquila y cuando terminaran todos sus asuntos continuar con la charla. Se quedó apoyada contra una pared, mirando como Alexia fumaba e intentaba recuperar el control, sabia lo que necesitaba su compañera. Estiró la mano ofreciéndole la botella de ron.

-Bebe, esto te relajará - Podía decirlo por propia experiencia, nada como el alcohol para olvidarse de los problemas - Con la de porquerías que toman los piratas a diario es un milagro que pueda recordar siquiera que era un científico quien se lo dió - ¿Quién iba a querer recordar semejante asco de vida? Para ella tenía bastante sentido que quisieran olvidarse de todo - Tiralo al mar, anda, eso seguro te hará sentir mejor.

¿Por qué no? A ella siempre la hacía sentir mejor el hacerle daño a quienes se lo merecían, un cadáver más uno menos no hacía diferencia, el mundo seguiría su curso. Miró alrededor, las personas estaban asustadas, miraban a Alexia como si fuera algún tipo de fenómeno, o como si fuera a atacarlos en cualquier momento.

-Bueno, bueno, vamos a trabajar, ya quiero bajarme de esta porquería, dejen en paz a la chica. Ustedes dos, desenganchen el otro barco. Y ustedes se ven fuertes, suban e intenten reparar lo mejor posible esas velas, pongan parches. Las mujeres revisen que no haya ninguna rotura importante en la bodega. Vamos, ya tienen sus ordenes ¡Andando! -

Las personas comenzaron a dispersarse para hacer las cosas que Sophitia les había dicho, tardarían un poco más en ponerse en marcha, pero con lo que tenían podían empezar a moverse así fuera despacio.

-Acompáñame al castillo de popa, alguien tiene que manejar el timón sí pretendemos no dar vueltas en círculos - Le dijo a Alexia sin mirarla mientras pasaba a su lado, no le hizo preguntas, no agregó comentarios, sí la chica quería hablarle por propia voluntad lo aceptaría, y sino, simplemente podían seguir adelante.

Era evidente que en verdad odiaba a ese sujeto con gran parte de su ser, o tal vez lo más correcto era decir que amaba profundamente a quien sea que se conectaba con él. Tal vez era la pista hacia un antiguo amante, o algún familiar, quizás alguna venganza perdida en el tiempo que aún no había sido saldada como correspondía. Las posibilidades eran miles, pero a menos que Alexia la hiciera partícipe, la pirata no tenia porque meterse en nada de eso, la vida privada de cada uno era algo muy valioso como para andar repartiendolo por ahí.

Sophitia apoyó los brazos en el timón mientras miraba a su pensativa compañera, le pareció que lo mejor era darle espacio si es que quería reflexionar sobre lo que les había pasado, las peleas, la muerte, el cambio de mando, la información que consiguió, todo había sido demasiado rápido.

-No lo se ¿Desde cuando eres mujer? ¿Desde cuando tienes esos bonitos ojos? - Le retrucó la pregunta mientras sonreía algo burlona pero sin mala intención - Estoy convencida que uno nace pirata, no se vuelve uno, de cualquier manera, ese es mi caso... - Hizo silencio unos segundos mirando hacia un lado y luego agregó - Mi padre era pirata, así que se podría decir que este es mi legado... ¿Tú a qué te dedicas?

No le gustaba hablar de él, no porque estuviera disgustada, sino porque recordarlo le traía muchos malos recuerdos, y lo que era aún peor, muchos buenos recuerdos de cuando todo era distintos, la distancia con todos esos momentos era incluso más doloroso, como una herida a la que se le tira sal. Pero tenía en claro que la chica no tenía la culpa de eso y que su pregunta solo había sido por amabilidad, así que no tenía porqué ser el blanco de su ira.

-Cierto, eso parece, no creo que vayamos a mucho más de cuatro nudos, pero será mejor no poner a prueba la resistencia de los mástiles bajando mas velas, es preferible apostar a lo seguro por esta vez - No quería arriesgarse a quedar varados estando tan cerca de la costa ¿Y que le esperaba en tierra? Por experiencia podía decir que nada bueno, lo más prudente sería desaparecer sin hacer ruido cuando todos estuvieran distraídos - Puedes descansar si quieres, ahora mismo lo único que hay que hacer es mantener el curso...

Podía entender eso de “ninguna ley que no sea la mía”, en parte por eso amaba el ser pirata, la libertad que ofrecía era única, si bien estaban los mandos obligatorios de cualquier barco, eso no significaba que no pudieran modificarse cosas o que uno tirada por la borda las reglas a veces, sí la situación lo ameritaba.

-¿Que no lo pareces? Cualquiera que te haya visto dar un golpe daría por sentado que lo tuyo no es el ser ama de casa jajaja - Mantenía la vista en el curso mientras la escuchaba hablar, no agrego nada porque consideró que las palabras sobraban en ese momento, estaba segura que la chica se dormiría rápidamente, el suave movimiento del barco tenía muchas veces ese efecto.

Puso una traba al timón en cuanto Alexia cayó rendida en los dulces brazos del sueño reparador, el curso del barco no cambiaría hasta que estuvieran cerca del puerto, así que no era necesario quedarse esperando.

-Fue todo un placer encontrarte de nuevo, espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse, Alexia - Susurro mirando a la muchacha dormida mientras esbozaba una media sonrisa.

Bajó las escaleras y se puso a revisar los botes de desembarco que llevaban a los costados, el resto de la tripulación la miraba con desconfianza mientras murmuraban cosas como “¿Qué planea hacer ahora?”, pero ella no les prestaba la menor atención.

Cuando estuvo satisfecha con uno de los botes bajo a la cocina a buscar algunas pocas provisiones, no necesitaba muchas porque la costa ya estaba casi a la vista, remando durante algunas horas llegaría sin duda. Se subió al batel de un salto y comenzó a bajarse, uno de los hombres se asomo por la baranda cuando ya estaba unos metros más abajo.

-Mantengan el mismo curso y no tendrán problemas para llegar a la costa ¡Au revoir! - Le dijo Sophitia levantando la mano a modo de despedida cuando ya los remos tocaban el agua.

Comenzó a remar lentamente, alejándose del enorme barco paulatinamente mientras las olas la empujaban. Siempre que tenía que llevar adelante una tarea monótona terminaba cantando para pasar el rato:

♫La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.♫

♫«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas hemos hecho
a despecho del inglés,
y han rendido sus pendones
cien naciones a mis pies. ♫

Y así se fue perdiendo  su voz de a poco, engullida por el ruido del mar.

Fin: