Entrenamiento en las termas. (Priv. Hikari Shinobu Hiroshi) [+18] [Terminado/Cerrado]

Ella terminó de cambiarse correctamente,  sin duda alguna hablaba enserio sobre su muerte, no creyó que el dragoncito fuera tan resistente, le vio temblar y caer, pero eso solo le causó gracia, soltó una leve risa de burla al verlo, pero este comenzó a bacilar como si de su jefe se tratara, ¿Quién se cree que es para decirle que tiene que hacer? Frunció el ceño notoriamente y tras desviar la mirada hacia el cielo  que poco a poco comenzaba a oscureserce, su tono de voz se notó un poco más molesto,  pues no le gustaba que le hablaran de esa manera, y menos si se trataba de un chiquillo menor que ella.

—¿De verdad me estás dando ordenes pequeño chiquillo? Ah.. De verdad creí que eras algo más agradable y menos testarudo, la verdad no me importa que me busquen o algo parecido.. Más comida para mi, ¿Como será conseguir varias presas a la vez?... Ah..~ la boca se me hace agua nada más de pensarlo..—

Juntó sus manos y aplaudió mientras movía su cola de izquierda a derecha, ya estaba fantaseando con las diversas formas en las cuales conseguir comida, pero en sus pensamientos decidió añadir un comentario un poco más fuerte. —Y puede encuentre a alguien que no sea precoz y no deba recurrir a un hechizo..— se tapó la boca, luego comenzó a reír mientras la ventisca comenzaba a soplar con algo más de fuerza, pero entre sus lindas fantasías prestó un poco más de atención a lo que decía.

Habló sobre su primera vez y todas esas cursilerías que la fémina realmente no entendía (tal vez por ser un succubus), ¿Algo especial?  Estupideces que no significaban más que comida para ella, jo tenía porque tratarlo mejor o algo por el estilo, después de todo desde el inicio le vio como fuente de alimento. Negó con la cabeza, no le trataría mejor solo por eso.

—¿Acaso bromeas? Tuviste sexo con una mujer como yo, hermosa y con un cuerpo perfecto, y además de eso  sigues con vida para alardear con tus amigos de lo bien que lo pasaste porque te estoy dejando vivir, por el contrario, deberías darme las gracias.—
Normalmente no era tan testaruda como lo estaba siendo con Toru, pero el fue quien le hizo enojar en primer lugar.

Pero justo cuando ella insultaba al dragón el gran soplido del viento hizo que guardara silencio por un segundo, el clima no le estaba favoreciendo por el momento, era consciente de eso, entonces vio al dragón correr hacia el agua y limpiarse, y al fin dijo algo que realmente ella escucharía, no era una buena idea volar o terminaría sin alas, sin embargo no le respondió.

El agua empezó a caer poco a poco..maldición, no había que ser un genio para notar que el clima de este lugar era muy hostil, y sería una completa idiota si no buscaba un refugio seguro y fijo.. Además.. El estar en una fría cueva a estar en una casa segura y seca..( Nunca tuvo una vida muy dura, el instituto en el que estaba siempre cubrió todas sus necesidades)  Bien, el dragón logró captar su total atención, pero para entonces Toru ya estaba caminando de regreso, ella porsupuesto le seguiría. 

—¡E-esperame!—

Toru caminaba con paso firme, azotando el aire a su espalda, mientras gruñía y murmuraba algo sobre las mujeres. El terreno no era algo fácil por lo que ir pese a la senda por la que se movían a través del bosque. Llegan a una especie de camino pedregoso, la cola se le pone rígida y tensa, cuando ella le hice que solo era un chiquillo.

-¡No soy un chiquillo! ¡Ya tengo dieciséis años!-Dice dándose unos golpecitos en el pecho con un pulgar.-Normalmente soy agradable y una buena persona, pero no cuando alguien ve a las personas como trastos desechables, despreciando el don tan precioso que es la vida.- Dice mirándola con asco y desprecio.- Me importa un bledo de que raza seas, pero deberías respetar la vida.-Dice sin hacer caso sobre lo que dice de estar con varias "presas" a la vez.

Cuando el otro escucha lo de ser precoz, enrojece como nunca antes, apretando los puños a los costados y alzando la cola, que da una sacudida por las fuerzas de las emociones. Los ojos, marcas del cuerpo y el mechón cobalto del flequillo, empieza a brillar.

-¡Yo no soy...!-Toru había empezado a hablar con una voz mas profunda, pero de repente abre los ojos con sorpresa y temor, mirando algo a la espalda de ella.

Una gigantesca masa de agua en forma de lluvia se dirigía hacia ellos a toda velocidad, pero justo antes, se veía un fuerte viendo que doblaba la copas de los árboles, hasta un punto en que parecían que se iban a partir. Toru no tiene tiempo de avisar a la súcubo, pero el golpe de viento era tan fuerte que no sería extraño que Hikari se viera lanzada contra el semidragón, el cual cae al suelo de espaldas, lanzando un grito de dolor al impactar contra el duro suelo de roca. El viento huracanado rugía por encima de ellos, tratando de desgarrar la ropa y la piel. Con un gruñido, Toru se gira, haciendo que Hikari quedaba en el suelo, bajo su cuerpo, el cual alza por encima, quedando a cuatro patas sobre ella. Los ojos de Toru seguían brillando, al igual que las marcas de su cuerpo y su flequillo. La lluvia llega como una cascada y cae sobre ellos con una tremenda fuerza, los brazos de Toru están a punto de doblarse bajo el peso del agua, ambos quedan empapados en un instante, el agua estaba helada.

-Aguanta... pasará pronto...- Dice el draken, con ojos brillantes y los dientes apretados en una mueca de dolor.

Parecen pasar horas, pero en realidad no son mas que veinte o treinta segundos en el que agua cae como un mazazo sobre la espalda de Toru, cuyas zonas luminosas suben de intensidad. Al fin, aunque el agua sigue cayendo con intensidad, pero al menos era solo eso, solo una lluvia intensa y helada, pero que les permitía levantarse.

-Yo no soy precoz, eso a sido por tu culpa, o la de tu cuerpo...- Dice mientras se pone de pie y le ofrede una mano para ayudar a que se levante.-Algo en ti huele y sabe de una forma que nunca antes había sentido. Te aseguro que no tengo problemas de "velocidad" en eso...- El draken se pone de nuevo en marcha apretando el paso.- Al menos cuando he practicado solo...-Murmura en voz baja, hablando para si mismo.- Tenemos que darnos prisa, la cosa va a empeorar...- Con un gesto de dolor el draken se lleva la mano al ala izquierda, la cual parecía "caída", como si le doliera, aunque por suerte no parecía rota, solo lastimada.

Toru echa a caminar, con paso rápido, echando de vez en cuando un vistazo por encima del hombro por si la chica lo seguía, el camino pedregoso pronto empieza a convertirse en un riachuelo que canalizaba el agua de las laderas y el terreno.

-Salgamos de aquí, conozco otro camino.- Le indica dirigiéndose hacia una pared de roca en la que había una brecha.-No te voy a dar las gracias por seguir vivo.-Dice molesto, llegando a la brecha, viéndose que a ambos lados de la brecha había una distancia como de metro veinte aproximadamente y que el borde quedaba a varios metros de altura.-Y aunque les contara sobre que estado con una chica preciosa y me he apareado con ella, no me iban a creer.- Dice algo sonrojado.

El brillo del cuerpo del draken seguía activo, de modo que era fácil de seguir en medio de la lluvia. Toru flexiona las piernas y empieza a subir por la brecha, saltando de una pared a otra, hasta llegar al borde, donde se desequilibra un momento por la lluvia, antes de volver la mirada hacia abajo. Por si la chica necesitase ayuda, Toru se pone a cuclillas de espaldas a la brecha, con los pies firmemente apoyados y agarrándose con las manos en una grieta del suelo, dejando caer la cola, con lo que a Hikari le llegaba la punta de la misma por poco.

-Agárrate.-Le dice esperando ver si ella aceptaba la ayuda.

Si así era, Toru alzaría la cola con fuerza, llevando consigo a la mujer, haciéndola pasar por encima de él, y dejándola a corta distancia por delante de él, tratando que la chica cayera de pie. Luego se incorpora y pasa junto a ella, mientras vuelve a llevarse una mano hacia el ala lastimada.

-Vamos, es por aquí.- Le indica el draken.

Caminando por el bosque durante unos minutos, llegan a un saliente y desde allí ven un pequeño pueblo, de casa bonitas, con techos semi esféricos, de diversos colores. Las calles empedradas estaban desiertas, con las contraventanas de las casas cerradas y las farolas encendidas, estaban a un par de kilómetros. Toru alza de nuevo la vista al cielo lluvioso, helado de frío y empapado por la lluvia que no cesaba de caer, el cielo parecía oscurecerse cada vez mas por minutos.

-Tenemos poco tiempo, pronto empezará a caer el granizo, y si para entonces no estamos bajo techo, acabaremos mal.- Le dice Toru, que empieza a descender por un empinado camino.- Agárrate a mi cola si te cuesta seguirme, este camino puede resultar complicado.- Se notaba que le ayudaba sin gustarle, que lo hacía mas como si fuera lo que le hubieran enseñado, mas que por que quisiera.

De esta guisa, deberían llegar al pueblo en una media hora, justo cuando llegan al inicio del pueblo, la lluvia para de golpe, las temperaturas caen tan rápido, que el aliento de ambos es visible en el ambiente y el agua que empapaba el flequillo y el pelaje de Toru, comienza a convertirse en escarcha.

-¡Vamos!.-Grita mientras toma de una mano a la súcubo y tira de ella, corriendo todo lo rápido que puede hacia los edificios.

Unas enormes bolas de hielo empiezan a caer, tenían el tamaño de naranjas y se estrellaban contra el suelo pedregoso, lanzando trozos de hielo en todas direcciones. Toru desenvaina la espada con la mano libre y detiene varias bolas de hielo que amenazaban con caer sobre ellos. Una esquirla de hielo le hace un corte en una mejilla, pero no le presta atención. Por fin, encuentran refugio en una casa de dos pisos, como lo eran todas, con un techo de un intenso verde. Había una especie de tejadillo redondeado que rodeaba toda la circunferencia de la casa. Toru se aparta un poco de ella y se sacude con energía, haciendo que el pelaje de su cuerpo se quedara como pomposo e inflado durante unos segundos, casi seco, pero el pelo de la cabeza y el taparrabos seguía empapados.

-Tenemos que entrar en calor, o nos dará una hipotermia...- El draken la toma de nuevo de la mano, para hacerla caminar hasta la puerta, que era circular y de color verde brillante como el techo.

Saca una llave del cinturón del taparrabos y abre la puerta, invitándola a pasar. Nada mas entrar, se nota que el lugar era cálido y acogedor, con muebles cómodos, con algunas zonas del suelo alfombradas con pieles.

-Mis padres aun no han llegado... y posiblemente no lo hagan hasta mañana, esta tormenta puede durar toda la noche.- Dice mientras se escuchaban los impactos del hielo sobre el techo que los protegía.

Camina hasta una chimenea, en la que quedaban brasas y se quita el taparrabos empapado, cogiendo leña seca que había al lado, en un minuto, ardía un buen fuego.

-Ven aquí, quítate toda la ropa y trata de calentarte, te traeré una manta y prepararé algo caliente...- Dice el draken, que toma una especie de manta con capucha, de color azul, como un poncho, y se lo pone por encima.

Toma otro poncho, de color verde de la pared y se lo ofrece a la chica, para cuando se desnudara que tuviera algo que ponerse. La tela era suave como terciopelo, se notaba que era cálida y olía a limpio. Toru desaparece por una entrada circular, a lo que parecía la cocina, regresando con un cazo con agua y un tarro de hiervas. Pone a cocer el agua sobre las brasas del fuego, en pocos minutos, el té estaba cociendo, el draken lo sirve en dos tazas de cerámica, usando un colador para que las hierbas no cayeran dentro de las tazas. Toru se sienta en una de las pieles, cerca del fuego, cogiendo la taza con ambas manos, tiritando un poco. Extrañamente el suelo de la casa estaba caliente, pero no hasta el punto de resultar incómodo.

Nuevamente le respondió de manera negativa, al parecer las clases que tenía en el instituto no le servían de mucho, pues no entendía  lo que era ser un succubus, si no comía, pues moriría, así de fácil, además ¿Qué las personas del común no hacen lo mismo que ella? Criar animales durante pocos años solo para matarlos y comerlos, era estúpido renegar por la vida cuando las demás especies se alimentan y acaban con otras especies cuando ella solo hacía exactamente lo mismo.  —No me importa lo que tu creas, pero a mi no me puede importar menos... — luego de eso se percató de algo que era un gran beneficio para ella, el le estaba guiando hacia un pueblo lleno de personas, niños, jóvenes y adultos, ¡Vaya que podría sacar un gran provecho de allí! Pero era consciente del peligro tan grande de lo que era enfrentarse a un dragón de raza pura, así que tampoco iría a diestra y siniestra, eso sería un suicidio.

Luego el dragón cambió drásticamente de temperamento, vio como se sacudió probablemente por el enojo que le causó, ella había logrado hacerlo enojar con ese comentario y eso era lo que buscaba realmente, pero justo cuando el dragón iba buscar una excusa para desmentirlo el dragón cambió de expresión facial, ¿Que había sucedido? No pudo ni siquiera girar la mirada para ver de que se trataba, pues solo había sentido la gran ventisca que le golpeo con una gran fuerza, tal vez si el dragón le hubiera avisado con anterioridad  hubiera podido amortiguar un poco el próximo golpe que gracias al viento recibiría, literalmente salió a volar golpeandose con el dragón en el proceso, sin embargo su caída no terminó ahí, pues chocó contra un gran pico de roca que lastimó su brazo derecho, luego cayó al suelo pero Toru  pudo detener la caida del impacto que probablemente le hubiera roto el brazo, pues le sujetó antes de tocar el suelo, luego de esto ella terminó sobre el para aguantar la lluvia que caía, se veía doloroso recibir un impacto de la dura lluvia y la verdad así era, El dragón recibió la mayoría de impactos pero el no podía amortiguar todo, era de una estatura más baja que la de ella así que sus piernas recibieron casi todo el impacto del agua, y cada una de las gotas parecían un balazo de bolas de pintura,, pero por lo menos su cola no recibió algún daño, pero cuando este habló, la pelirrosa pasó de el, ignoró lo que dijo.

La lluvia bajó un poco y el se levantó con algo más de rapidez, era lógico, su cuerpo estaba hecho para aguantar mejor el clima, su resistencia física y su pelaje que le cubría todo el cuerpo eran un gran apoyo, pero ella era muy distinta, no tenía un pelaje que le cubría del frío y de la lluvia, además su resistencia era la de una humana promedio de su edad, así que gracias a estos factores le costó muchísimo más levantarse, la manga de su camisa se desgarró por el golpe contra la roca, y una herida que el no notaría por ahora le estaba poniendo las cosas más difíciles, sin embargo rechazó la ayuda masculina, luego escuchó sus palabras. —Mentiroso... Mi cuerpo podrá ser perfecto, pero no es diferente a los de los humanos.. Lo único que hice fue seducirte, pero solo con tocarte estabas a punto de correrte.. Ja.. La emoción de sentir el aroma de una chica te enloquece.. Además ¿Estás seguro de que es mi culpa? Cuando sentiste mi interior tu cara fue tan patética... Noté tu desesperación y deseo solo con mirarte.. Eres precoz.—  Dijo en un tono menos burlón esta vez, hablaba  enserio. —Además ¿Crees que es lo mismo usar tu mano a sentir el interior de una mujer? Supongo que prefieres masturbarte a tener otro polvo conmigo.~— usó un tono sarcástico, realmente era agresiva para que este no notara el dolor que le estaba impidiendo caminar con fluidez, además el golpe en el brazo le impedía moverlo, pero ella trataba de disimular lo mejor posible su condición.

Comenzaron a caminar, el dragón caminaba muy rápido, le costaba seguirlo y era difícil ver por la lluvia, su ropa estaba empapada y su respiración era rápida y agitada, así que no podía seguirle el ritmo, se quedaba atrás por momentos pero lograba alcanzarlo, pero un gran obstáculo se le cruzó en frente, ¿Tenía que escalar? ¡Claro que no podía con esa condición! Pero el dragón lo hizo con gran facilidad, ¿Que haría? El único método era utilizar sus alas para levantar vuelo.. Pero la lluvia la derribaría en cuestión de segundos, no había de otra, extendió sus alas como pudo y aleteo un par de veces, luego de hacerlo comenzó a hacerlo una y otra vez hasta levantar vuelo, le costó muchísimo, como si tuviera aferradas dos pesas de una tonelada en las piernas y  justo cuando estaba llegando a la orilla no pudo, iba a caerse pero el dragón le ayudó en ese momento, se agarró con la mano izquierda y el le impulsó con su fuerte cola hasta llegar a la orilla, no pudo caer de pie,  terminó de costado lastimando aún más su pierna.

—Auch...— dijo incorporandose en el proceso, ignoró sus palabras anteriores y se limitó a seguirle, le sujetó de la cola como el le recomendó, y le fue mucho más fácil continuar, le soltó en varias ocasiones pero no se perdió gracias al brillo  que salía del dragón, así que tras una ardua caminata llegaron a la saliente en donde se divisó el pequeño pueblo, era buena señal, ella también sentía el olor a testosterona proveniente de esa dirección, sabía que estaban cerca. Pero todo cambió justo cuando llegaron al pueblo, la lluvia cesó de golpe, ella pensó que era buena señal, pero un intenso frío le estremeció por completo, su aliento se podía ver y su tersa piel estaba sintiendo como el frío le golpeaba,  y su cabello se escarchaba con rapidez gracias a las gotas de agua más pequeñas que se congelaban.

El dragón le tomó de su mano lastimada y si que le dolió, se quejó mientras que con rapidez el le jaló y comenzaron a correr con desesperación, demonios... Estaba perdiendo la energía que ganó con el anterior acto, pero eso no era un problema, aún podría aguantar varios días, las bolas de hielo comenzaron a bajar con gran poder, todas se rompían en el suelo causando que el piso fuera más resbaloso, pero el dragón acababa con todas las bolas de granizo impidiendo que alguna les dañara con gravedad, sin embargo algunas esquirlas se clavaron en su fina cola, eso sería un futuro problema.

Habían llegado por fin a un sitio seguro, el dragón se sacudió sacandose todo el agua y demás cosas empapando aún más a Shinobu, pero era ella cosa aparte, no podía hacer nada de eso, estaba empapada y literalmente congelandose, ella no tenía algún tipo de pelaje o algo así, temblaba como nunca antes en su vida, además tenía pequeñas heridas con las cuales lidiar más adelante.

El le sujetó de la mano y realmente estaba congelandose, nisiquiera sentía su palma y le era difícil caminar pero estaban dentro, la casa era agradable a decir verdad, el suelo en el que estaban era mucho más caliente y además el clima era mucho mejor, pero eso no quitaba que ella se sintiera mal, le siguió en todo momento, el habló cosas que realmente le daban igual, sus padres.. Y bla bla bla... Luego el mencionó lo de quitarse la ropa (no tenía bragas) y se negó rotundamente, realmente más por no darle nuevamente el privilegio de verla desnuda más que por  vergüenza.

—No me quitaré la ropa en frente tuyo, p-prefiero ir al baño.. Por favor..— un leve rubor salió de sus mejillas tan blancas como la nieve, no le gustaba pedir ese tipo de cosas, sin embargo quería atender sus heridas a solas, así que tras esperar a que el deagón le entregara aquel poncho ella lo agarró con cuidado esperando a que la respuests duera afirmativa, y así fue, pues el dragón le guió hasta allí, ella por supuesto cerró la puerta tras dejar la ropa empapada afuera del baño.

Su cola estaba llena de esquirlas de hielo, su brazo tenía un raspón que sangraba levemente y sus piernas tenían pequeños moretones causados por la lluvia ¿Qué clase de clima tan agresivo era ese? Ella se sentó sobre el inodoro sin algún tipo de prenda, allí le prestó principal atención a su brazo, pero no era nada grave, podía limpiarlo con un poco de agua, sin embargo sintió un gran punzón recorrer su espalda, un dolor intenso que sin duda casi le hace gritar, las esquirlas de su cola, debía quitarlas... Pero sería doloroso.. Debía haber otra manera más gentil.. Pensó por un momento las cosas y el agua caliente era una buena solución, tenía una tina... Así que podría meter ahí la cola..—

—¡T-toru! ¡Me daré un baño!— gritó la succubus mientras abría la ducha, aún estaba empapada y con frío así que no era una mala idea realmente. Esperó un par de minutos a que el agua caliente llenara la tina y luego, con mucho cuidado entró en el agua, suspiró, su delicado cuerpo lo necesitaba.

Las palabras de la súcubo sobre que podría tener un problema de eyaculación precroz, más que enfurecerle lo preocupan profundamente, siempre había sido un chico tímido, algo acomplejado pues pensaba que su miembro no estaba muy allá de tamaño, y encima aquella chica, cruel y malvada, metía el dedo en la llaga de las inseguridades del draken. Se limita a cerrar el hocico con fuerza, siguiendo el camino hacia el pueblo. Por suerte el camino estuvo lleno de obstáculos y complicaciones y no pudo pararse a pensar más en aquello hasta que se encontró, con la taza de té en las manos, mientras había acompañado al baño a la súcubo. Esta seguía con la ropa empapada puesta, tiritando. El draken alza una ceja cuando la otra le dijo con desprecio que no se iba a desnudar delante de él.

-Eres muy rara, claro, es por aquí…- Le dice para que lo siguiera.- Aquí es el baño de esta planta, abajo tenemos unas pequeñas termas, el agua caliente viene de allí y calienta el suelo.- Explica mientras abre la puerta del baño y la invita a pasar.

El baño era bastante pequeño, con retrete, lavabo y una ducha. Luego de dejarla allí, vuelve al salón, sentándose delante de la chimenea, Toru daba sorbos del té, fuerte caliente, notando como le caldeaba el interior. Mantenía el ceño fruncido, y más de una vez se sonrojaba, escuchando las burlas e insultos de la mujer sobre que todo era culpa de él y que ella no tenía nada que ver. Aprieta con fuerza la taza, a punto de romperla, cada vez le agradaba más la idea de mandar a la calle de una patada en el trasero a aquella chica cruel y mal educada.

-Que se congele fuera…- Murmura el draken justo cuando escucha a la súcubo hablarle, camina hasta el baño, escucha el ruido de la ducha y abre un poco la puerta, asomándose dentro, iba a preguntar qué diablos había dicho cuando la ve dispuesta a darse un baño, se encoge de hombros y vuelve a cerrar la puerta.- Vale, haz lo que quieras…-Dice en voz baja, era incapaz de echarla fuera, pues seguramente moriría. Toru se pone a caminar de nuevo de un lado a otro de la casa, murmurando con furia, pues no dejaba de darle vueltas a la acusaciones de la chica.

El agua tenía un color cristalino turquesa, debido a las sales minerales, Toru ya tenía el estómago caliente gracias al té y no le importaría darse un baño en el sótano, donde estaba la terma familiar, para calentar los músculos, además, le dolía el ala. Tras coger un ungüento de color azul y unas vendas, Toru se acerca de nuevo a la puerta del baño, da unos toques en la puerta.

-Voy a las termas de abajo, tienes té caliente en el salón. Haré la cena en un rato…aunque tú ya hayas comido…- Murmura en voz baja, para sí mismo, tras alejarse de la puerta y bajando una escalera de piedra.

Se notaba que el pueblo estaba construido en una zona volcánica, y estos habían aprovechado el lugar al máximo, no solo tenían calefacción en invierno, dirigiendo a gusto las aguas termales bajo la casa, si no, que obtenían la energía de las corrientes subterráneas, el agua caliente de la casa venía de la misma y tenían unas termas personales. El lugar era pequeño y acogedor, alicatado con baldosas de color verde turquesa, había una pequeña zona donde enjabonarse el cuerpo. Allí Toru se lava con un jabón aromático y se aplica la sustancia azul en torno al nacimiento del ala como buena mente puede. Luego, cuando se quita la espuma, se mete en las termas, las cuales estaban escalonadas, la tina, era lo suficientemente grande para tres o cuatro personas. Cierra los ojos, y trata de relajarse, aunque una y otra vez le venía a la cabeza todo lo sucedido, el sexo con la súcubo había sido increíble, y eso lo hacía sentir un cosquilleo por todo el cuerpo, le sorprende, que después de lo intenso de todo, volvía a sentirse excitado, pero tenía el cuerpo agotado y este no reaccionaba, además que las burlas de ella lo habían afectado, se promete a sí mismo, que esa súcubo no volvería a usarlo como alimento. Se hunde hasta la barbilla en el agua y espera a que la otra lo llamara después de que saliera de la ducha.

Bueno, realmente se estaba aprovechando  más de la cuenta con el  dragón; el le ayudó con el viaje,le dio abrigo y un lugar caliente... ¡Pero fue el quien la hizo enojar en primer lugar! Sumergió su cabeza por unos momentos en el agua y estando allí sintió como el calor volvía  poco a poco, las esquirlas clavadas en su cola de fueron diluyendo gracias al calor de la tina, tampoco le gustaba ser una bruja o algo así, además estaba satisfecha, bueno... Algo podía hacer después de tomar su agradable baño, el agua era distinta, se notaba a simple vista por el color y el aroma que emanaban, hacían que su olfato diluyera el hedor a testosterona que había en todas partes.

Terminó su baño pero no tenía con que secarse, tras salir de la bañera buscó por ahí una toalla y la encontró guardada en un pequeño cajón, la sacó de allí y empezó a secarse poco a poco, primero su cabeza, luego bajó lentamente hasta llegar a su pecho y ahí con cuidado se sacó el agua, lo mismo con brazos y piernas, pero le prestó mucho más cuidado a su supremamente delicada cola, realmente prefería dejarla mojada a tener que tocarla más de la cuenta, así que solo la sacudió un poco para secarla, estaba seca y con su calor corporal de vuelta, su raspón no se veía mal tampoco, además las esquirlas de hielo desaparecieron de su cola, pero había un pequeño detalle, no tenía ropa así que se enrolló la toalla para cubrir su cuerpo y además de eso de colocó el poncho para mantenerse caliente (aunque no fuera necesario por el subsuelo), su sola salía por debajo de la toalla, así que tras salir del baño bajó para encontrares con el té que el dragón le dejó, se sentó junto a la chimenea y bebió tranquilamente de el hasta terminarlo, a diferencia de la comida, el agua era vital para su nutrición, como el de todo ser vivo, así que lo recibió con gusto y sin replicar demasiado, estaba delicioso y no se tardó en terminarlo.

Le había escuchado hablar anteriormente, El dragón dijo que haría algo de cenar para el, pero probablemente se tomaría su tiempo, después de todo con la gran energía que le arrebató más el cansancio de sus acciones se hubiera quedado dormido o algo, pero tampoco quería abrir la boca y decir un "gracias", así que su gran idea fue el de cocinarle algo ¿Por qué no? Almenos así no sentiría culpa, caminó hasta la cocina y bueno, no era nada del otro mundo, era lo suficientemente grande como para cocinar algo delicioso. —A ver... ¿Qué puedo hacer que no se tarde mucho?... ¡Ah! La receta de pastel de chocolate que tenía mi madre.. Creo que aún la recuerdo.. ¿Qué necesitaba?.. — la chica trataba de recordar; Huevos, leche, Harina, queso, Mantequilla, azúcar, levadura  y por supuesto chocolate, también recordaba el ultimo ingrediente que lo hacía tan especial, un poco de canela y una gota de vainilla combinados con tres gotas de leche materna, pero ella carecía de ese ultimo ingrediente.. Simplemente omitiría ese ultimo y agregaría un poco más de leche normal.

—Mamá siempre hacía esto para sus invitados.. Lo recuerdo bien..— Sacó todo lo necesario y comenzó desde el inicio, rompió los huevos para dejarlos sobre el tazón, luego la leche y la harina, la levadura, y el azúcar, y comenzó a batir todo correctamente hasta formar una masa muy buena, el queso lo cortó en varias rodajas y lo empapó totalmente sobre la mantequilla creando una crema muy espesa (para añadirle humedad y textura) y por ultimo hizo aquella mezcla de vainilla, chocolate y canela para añadirlo cuando todo estuviera listo, no tenía el toque de mamá, pero conservaba su talento al cocinar, todo estaba listo y en su lugar, así que tras engrasar un recipiente colocó la masa y la crema cruda en sus respectivos lugares, encendió el horno y metió allí. Realmente estaba muy rápido, tal vez unos 30 minutos o un poco menos, pero a los 15 minutos el delicioso aroma del pastel comenzó a decorar la cocina.

—Bien.. Supongo que aún no olvido como cocinar..— dijo mientras permanecía sentada en la cocina, miró varias veces por ls ventana y el hielo aún caía, inclusive peor que antes, pues el suelo del exterior estaba lleno de lo que parecía ser nieve causada por el hielo que volaba en un millón de pedazos, era un lugar tan diferente a Chaos.. La vida crecía en todas partes, el clima cambiaba en incluso el paisaje era sorprendente, Desvió la vista cuando el timbre del horno indicando que estaba listo, utilizó unos guantes para no lastimarse y dejó el recipiente sobre la mesa, fue allí cuando comenzó a bañar el pastel con la deliciosa mezcla de mamá, ¡Estaba listo!

—Muy bien.. Le faltaron detalles.. Pero está listo.—

Toru estaba frustrado, quería mandar a aquella impertinente y mal educada súcubo de una patada a la calle, para que se helara la cola en el exterior. Pero luego estaba su educación, su conciencia, que le decía que aquello estaba mal, que simplemente al ser de razas diferentes y haber recibido una educación distinta, cada uno tenían su punto de vista y su forma de ser, aunque la de ella resultara hiriente y ofensiva.

Saliendo del agua de las termas, Toru se sacude con energía, quedando el pelaje pomposo, como si hubiera metido los dedos en un enchufe. Con aquello logra secarse el pelaje, pero no el pelo de la cabeza, por lo que coge una toalla y se empieza a secar. De nuevo las palabras de ellas, hirientes como dardos envenenados, se clavan en su mente, haciéndole lanzar un gruñido de enfado.

-¡No fue culpa mía, yo no soy eyaculador precoz!.- Dice furioso lanzando un puñetazo a la pared.

Se arrepiente al mismo tiempo que su puño se estrella contra la pared, ya caía la noche y su fuerza, rapidez y agilidad sobre humanas, volvían a la normalidad. Lanza un grito de dolor y se sujeta el puño lastimado, empezado a dar pequeños saltitos de un pie a otro, mientras los ojos se le llenan de lágrimas de dolor y furia. Se lame los nudillos lastimados, en los cuales se había echo pequeñas heridas. Murmurando aun algo sobre la súcubo, el draken se echa el ungüento azul en los nudillos y en el corte de la mejilla, el cual había reparado al verse en un espejo a la entrada de la pequeña terma.

Una vez preparado, Toru sube al piso superior, pero justo antes de pasar el umbral se detiene, mirando hacia abajo, comprobando que iba desnudo. Era la forma en la que normalmente iba por la casa, sin nada de ropa pues la encontraba molesta, pero al recordar, no las hirientes palabras, si no, lo que había echo con la súcubo, se sonroja, desde el las mejillas a la punta de las orejas, pasando por el puente del hocico. Negándose a mostrarse excitado, de forma accidental, se rodea la cintura con la toalla que llevaba para echar a lavar. Pasa el umbral y huele un delicioso aroma que viene de la cocina, frunce el ceño y agita las orejas y la cola. Sin decir aun nada, sube al segundo piso, donde estaban las habitaciones, allí coge un cómodo y fino taparrabos blanco, el cual se sujetaba con bandas elásticas, por lo que sería cómodo para estar por la casa. Justo iba a bajar para enterarse de donde venía aquel delicioso aroma que había percibido al subir de las termas, cuando recuerda que la súcubo necesitaría ropa para andar por la casa... Sintiéndose sonrojar de nuevo, el draken va a una habitación de la casa, una que todos evitaban pero que estaba allí...Apenas está unos minutos en la habitación, saliendo con dos prendas de ropa en las manos y unas zapatillas rosas.

Al bajar, de nuevo aquel delicioso aroma le llena las fosas nasales, haciéndole la boca agua y que la tripa le ruga hambrienta, no sabía por que tenía tanta hambre, no cae en la cuenta de lo  ocurrido aquella tarde en las termas naturales. Olía a chocolate, algo que le encantaba Toru, que era muy goloso. Al entrar en la cocina, se encuentra con aquella gran tarta de chocolate y Toru se acerca a verla de cerca, relamiéndose de oreja a oreja.

-Oh, vaya, huele genial... y tiene muy buena pinta...- Dice mirando de la tarta a la súcubo. "¿Será como ella? ¿Dulce y apetecible por fuera y veneno por dentro?" Piensa algo preocupado, sin saber que pensar realmente de la chica. Alza las manos mostrando dos prendas de ropa, una especie de top y un taparrabos, ambas de color gris perla y un par de pequeñas zapatillas de estas por casa forradas de borreguito.-Eran de mi hermana, creo que te servirán... ella no tenia tanto...tanto...tantas...- Traga saliva con la vista clavada en la zona de los pechos de la súcubo, las imágenes y recuerdos vienen a su mente y se pone tan rojo que la cabeza parece echarle humo, se da rápidamente la vuelta, mientras con un brazo extendido le ofrecía la ropa.-Bueno, que creo que te quedará bien... - Mira hacia la tarta.- Será un postre excelente, prepararé algo de cena...¿Comes comida normal o solo te alimentas de... bueno, de la forma en que lo hiciste esta tarde...?- Pregunta mientras se mueve por la cocina, esperando que ella fuera  a ponerse la ropa que le había llevado, y mientras él va sacando los ingredientes, pollo, aceite, sal, y algunas especias.


En pocos minutos junto al aroma de la tarta, se mezcla con el de los ingredientes al mezclarse, pues el draken hace una especie de salsa, de color naranja intenso, reboza en ella la carne y la pone a asar cerca de las brasas del fuego de la chimenea.

-Rara vez puedo comer así... a mi madre no le gusta que use la chimenea para asar carne. -Dice con una medio sonrisa, esperando que ella lo escuchara, pues suponía que había ido al baño a cambiarse.

Pronto se llena el salón con el aroma de la carne asada y especiada. Toru también saca pan tierno y agua fresca para beber. Estaba haciendo suficiente comida para los dos.

Lindo el detalle de la ropa, pero bueno, como eran especies distintas tenía uno que otro detalle como el de la talla, ¿Como eran las dragonas femeninas? ¿Así de rechonchas como toru? ¿Delgadas? se preguntó la chica mientras tomaba las prendas, el chico se notaba más amable, ella solo hizo una expresión neutra y tomó las cosas, luego de eso abrió la boca para nuevamente ''deleitarlo con sus comentarios'' -No me disculparé por decirte precoz.- Desvió la mirada y salió de la habitación, fue hasta la sala aprovechando que Toru estaba ocupado en la cocina, se quitó la toalla, dejándolo a un lado, vio el top (Que ya era pequeño de por si) y no era mentira, al parecer su hermana no tenía nada de busto comparado con el de ella, porque vaya que le costó ponerlo, le tocó apretar bastante para que sus senos entraran de una vez, inclusive estiró un poco la tela pero almenos no era tan incomodo después de todo, suspiró cuando lo tenía puesto, era de color negro (Realmente no le quedaba mal).

Miró esa especie de taparrabo femenino... o lo que fuera esa cosa, era una especie de falda corta.. pero cerrada con una abertura para la cola... ¿Como coño se colocaba? le dio un par de vueltas y vio la abertura de las piernas, así que se lo colocó, tras subirlo y ajustarlo pasó su cola por aquella abertura pero era mucho más grande de tamaño, pero no mostraba más de lo debido, Bien, si que mostraba piel, inclusive parecía de cierta manera ropa interior, pero estaba bien, un poco incomoda pero no como para quejarse, Había terminado justo a tiempo pues Toru llegó con carne cruda que metió a la chimenea.

-A-ah.. el pastel es una receta familiar..  y no, yo no como ese tipo de comida desde ya un buen tiempo, puedes comertelo todo si quieres, a mi no me gusta.- Su madre y ella sabían cocinar porque los Demonios sexuales de su clase (Incubus y Succubus) Comen hasta cierta edad, sin embargo no todos presentan estos rasgos por supuesto, así que cocinar para la familia era común almenos hasta que llegaran a la madurez sexual. Permaneció sentada mirando como el joven cocinaba, bostezó dejando ver uno de sus colmillos y luego el habló nuevamente.

-Supongo que son padres estrictos..- Habló en un tono más bajo mientras se levantaba para acercarse un poco, movía su cola con curiosidad, Los dragones comían demasiado al parecer, pero un sonido se escuchó cuando estaba cerca del dragón, el top se desgarró justo en la mitad creando una especie de escote, ¡Vaya! eso no se lo esperó ni ella, sonrió bastante al ver la reacción del dragón,-Ups..-comenzó a reír sin parar, sin duda alguna fue gracioso para ella, nunca le había pasado pero la verdad era que la prenda era demasiado pequeña para ella.

(La imagen solo representa la ropa. nada más, fue lo más parecido que pude encontrar.. e ignora las correas y esas cosas, solo ten en mente  la ropa sin los accesorios))

Toru, que estaba echando los trozos de carne en un cuenco metálico para mezclar todo con el aliño que había preparado, siente las palabras de la súcubo como una nueva estocada. La mira furioso, con la cola tensa, a punto de soltarle seguramente alguna palabrota, como que era una promiscua o algo peor, pero el draken se muerte la lengua, realmente odiaba que la súcubo le dijera aquello, pues era mentira, lo que ella creyera le importaba un comino, pero tampoco era agradable que se lo repitiera una y otra vez. La ve salir, de la cocina, lanzándole una mirada furioso. Por alguna razón los ojos se le humedecen, con lágrimas de rabia y frustración, aprieta los dientes, con un gruñido y termina de preparar su cena.

Una vez su puso a hacer la cena en el salón, Toru se muestra indiferente y distante, pero no mal educado, asa la carne y empieza a dar cuenta de esta, acompañándola con trozos de pan tierno y agua fresca. La comida llena el lugar con el sabroso aroma de la carne asada, picaba un poco en la nariz, lo que indicaba que la salsa o aliño que había usado Toru, era picante. Este gira una oreja hacia la chica cuando esta le habla, mastica y traga con tranquilidad antes de responder.

-Muy bien.- Responde con simpleza, mientras come otro trozo de carne.- Seguramente sobre el amanecer la tormenta se haya disipado, podrás irte entonces...- Toru no tarda mucho en cenar, lo cierto es que había perdido el apetito, de modo que la mayoría de la comida que había llevado, se queda sin cocinar.- Puedes dormir aquí, estarás caliente, traeré unas almohadas o cojines.-Le explica mientras lleva la comida que había sobrado a la cocina, para guardarla, y los utensilios que había usado.

Cuando iba a pasar junto a ella, el top que le había dejado, cede con un sonido de tela desgarrada, lo que hace sobresaltar al draken, el cual no puede evitar clavar la mirada en el top, viendo como asomaban parte de los pechos de la súcubo por aquel agujero en la tela. Aunque se sonroja un poco, la mira molesto, mas que otra cosa, limitándose a fruncir el ceño y agitar la cola. Sin decir nada, camina hasta la cocina, dejando a la súcubo reír, lo que hace sentirse peor a Toru. Este no dice nada, lavando los platos y otras cosas que había ensuciado para hacer la cena. Luego vuelve al salón, secándose las manos e intentando no mirar a la súcubo, manteniendo la vista gacha o mirando hacia otro lado.

-Siento que te quede pequeño, pero no encontré otra cosa.- Se disculpa con simpleza por lo del top.- Voy a ir a dormir, ahora mismo no me apetece la tarta, puede que mañana tome un poco para desayunar...- Dice el draken con una mueca, poco convencido, pues se sentía muy mal cuando estaba cerca de la súcubo.

De repente, un intenso relámpago se entre ve por las rendijas de las contra ventanas, antes de que Toru puede abrir la boca para advertir, un trueno demoledor, hace temblar la casa, con tanta fuerza que los platos de la cocina y otros objetos de la casa, dan un bote, provocando tintineos y golpecitos por todas partes, incluso los cristales de las ventanas, protegidos por contraventanas de madera, tiemblan con fuerza. Incluso Toru mira algo preocupado hacia el techo, donde el sonido del granizo y agua aumenta.

-No pasará nada, pero puede que no durmamos mucho esta noche.- Dice el draken con fastidio, mientras va a un armario y saca varias mantas y una almohada y se la ofrece a la súcubo.- No te preocupes por la tormenta, hace años desde la última casa que se hundió debido a una.-Dice mientras se da media vuelta, caminando hacia el baño, donde se le escucha cepillarse los dientes y luego tirar de la cadena, seguramente tras hacer pis.-Si necesitas algo, estaré en mi habitación, es la del fondo del pasillo.- Se limita a decir, antes de dejar todas las luces apagadas, menos una lámpara del salón, donde le había indicado a Hikari donde dormir y la propia chimenea.

Si Hikari observa al draken, este se notaba decaído, con las orejas gachas y casi arrastrando la cola, podría estar cansado, o quizás hubiera caído enfermo o algo. Toru se limita a subir las escaleras, arrastrando la cola y desaparece en las sombras de la misma. Poco después se escucharía el sonido de la puerta de su habitación cerrarse.

Una vez en su cuarto, Toru se quita el taparrabos y se mete en la cama, tapándose con las mantas y quedándose mirando el techo, mientras un nuevo y tremendo trueno, hace temblar toda la casa. El draken lanza un largo suspiro y cierra los ojos, sabiendo que pese a lo cansado que estaba, no iba a dormir mucho esa noche de tormenta.

Suspiró profundamente, almenos trató de ser gentil y amable esta vez, pero el cascarrabias del dragón simplemente le respondía con indiferencia, ¡Bien! esperaría al resto de la noche y se largaría a comer en otro lugar, tal vez en el camino se encuentre con un amigo de Toru o algo así, por esa razón no le reprochó más, entendió el mensaje del dragón y no intentaría simpatizar más con él, no le vio caso y no iba a joderlo solo porque sí. ¡incluso le cocinó un pastel que no probó en lo más mínimo! Si su idea era hacer que la súcubo le odiara estaba ganando muchos puntos.

Dejó de mover su cola y dejó de reír, además su expresión facial también se tornó diferente,  simplemente se giró para evitar mirarle, pero justo cuando el Dragón iba a hablar un gran rayo cayó del cielo estremeciendo todo, por supuesto ella se alarmó, pues era muy fuerte, pero apenas hizo un sonido con su boca, miró hacia la ventana una vez más y el clima sólo estaba empeorando, estaba atrapada allí por un largo rato, él le dió una manta y apagó las luces dejando una lámpara encendida, ella no dijo nada, no volteo a mirarle y ni siquiera la tomó, se tornó totalmente apática como solía serlo en el instituto. esperó a que el subiera y se acostó sobre el sofá que realmente no estaba frío, se quedó observando el calor de la chimenea por un rato, luego de eso recordó cosas de la escuela que no iban al caso, nunca se llevó bien con sus compañeros, inclusive le tenían un apodo, ''La condesa cobarde'' por cosas que le sucedieron en su vida como niña, suspiró muy levemente y agarró un pequeño mechón de su cabello para comenzar a enrollarlo con su dedo índice. -Supongo que no puedo llevarme con gente de institutos.. me iré cuando esta estúpida lluvia termine..-- El segundo rayo sonó y estremeció la casa.. ¿Qué clase de clima tan extremo era ese? almenos intentaría dormir un poco para olvidar, cerró sus ojos lentamente y tras un bostezo intentó dormir por un rato.

No podía hacer nada, ni dormir, ni levantarse o hacer algo productivo, el pastel estaba ahí pero no iba a comer de el porque como había dicho antes no le gustaba ese tipo de comida, no tenía a Damma-Chan para retomar fácilmente el sueño o algo similar.. además el sonido del exterior era tan fuerte que era difícil dormir, se movía de un lado hacia al otro, acomodaba su manta o su almohada, incluso se levantó por agua un par de veces antes de continuar, no quería seguir pensando en aquellas cosas que le hacían pasar un mal rato; no le gustaban los niños, no le gustaba verse como una niña, No le gustaba que le dijeran niña, no le gustaba que la compararan con una niña, ¡por esa razón nunca encajó en las escuelas terminó dejándola de una vez por todas.


Pequeñas lagrimas salieron de sus ojos cristalinos color violeta, ¿Por qué no podía encajar con la gente de su edad? esa era su mayor frustración, siempre tuvo problemas con eso y el llanto le venía cuando lo recordaba, Inclusive había preparado algo de comer pero no fue suficiente, ¿Por qué no puede actuar de mejor manera con algunas personas?.. tantas preguntas rondaban en su cabeza que no tendrían respuesta hasta practicar una y otra vez sin parar, los sonidillos del llanto silencioso se escuchaban por ahí, muy por encima, ella le dió la espalda a la chimenea y abrazó su cola para cubrir su rostro, luego limpió un par de veces e intentó no hacer tanto ruido.

-Solo esta noche y no lo volveré a ver..-

Por mucho que mantuviera los ojos cerrados, Toru no podía dormir, no solo por la fuerte tormenta que hacía temblar los cristales de las ventanas y la intensa lluvia que caía con fuerza sobre el techo abovedado de la casa, si no, por como se había portado con la súcubo, la había notado seria, dolida, y eso lo fastidiaba, haciéndolo gruñir. Era ella quien no cesaba de echarle en cara lo ocurrido en las termas... solo había sido un pequeño accidente, le encantaría demostrarle a la chica lo equivocada que estaba con respecto aquello. Finalmente abre los ojos, mirando el techo abovedado, en donde de vez en cuando se reflejaba los relámpagos que precedían los truenos. Al cabo de unos minutos escucha a Hikari moverse por la casa, seguramente era incapaz de dormir, pero Toru se sentía dolido, y no quería saber nada mas. Se tapa con las mantas hasta el hocico y entonces llega un sonido hasta él a través del ruido de la tormenta, el sonido de un llanto. El draken suspira y se estremece, parándose a pensar un poco.

-"Quizás se haya escapado de casa... Que esté huyendo de algo...Parece joven y no se si los súcubos como ella se independizan a esa edad o no..."-Piensa consigo mismo durante unos minutos.- "O quizás le de miedo la tormenta."-Aquello le parecía poco probable, aquella chica no parecía de las que les daba miedo los truenos.

Apartando las mantas, Toru sale de la cama y se pone el taparrabos antes de salir al pasillo, dirigiéndose a las escaleras y bajando en silencio. Al llegar a la zona del salón la escucha sollozar, parecía intentar contenerse, aunque sin mucho éxito. Toru hace una mueca, y se rasca la nuca indeciso, sin saber como reaccionar o que hacer en aquella situación. Entonces le viene a la cabeza las noches en que su hermana pequeña se colaba en su habitación en noches como aquella, dejando escapar un largo suspiro, Toru camina hasta el sillón, la ve de espaldas a él y a la chimenea, se acerca hasta estar solo a un metro de ella.

-Esto... Hikari... Yo... lamento no haber probado tu tarta, pero... en verdad no me sentía muy bien... puedo comer un poco ahora...- Traga saliva pues no sabe muy bien que decirle.- Yo... no estoy diciendo que te de miedo la tormenta o algo, pero si quieres puedes dormir conmigo... ¡En mi cuarto! ¡En mi cama! Oh, dioses...- Dice rojo como un tomate, pues todo aquello le había sonado fatal mientras lo decía, se frota la cara con las manos y se arrodilla delante del sillón.- Qui...quiero decir que no haremos nada... solo dormir.- Encoge los hombros con una pequeña sonrisa.- Puedes verme como una especie de peluche o algo...- Dice mientras la toma por el hombro con suavidad, para que se girase hacia él.

Espera a que ella cediera y se volviera hacia él, si la súcubo se volvía, Toru vería los regueros de lágrimas en sus mejillas, y sin decir nada, sin ser consciente de ello, acercaría su hocico y daría un suave lametón, son su lengua húmeda y cálida. Pero justo lo hace, el draken da un respingo sobresaltado y se aparta un poco, cogiendo un pañuelo de una cajita que había sobre una mesa cercana.

-¡Lo siento mucho! Yo... yo no se que diablos me a pasado... Soy un estúpido...-Dice mientras le limpia cuidadosamente las lágrimas con el pañuelo o se lo deja a ella para que la súbuco se secara las lágrimas.-Yo... si estás así por algo de lo que dije antes o... o porque haya sido frío contigo... lo siento.- Dice algo serio.- Pero no es agradable escuchar constantemente eso que tu me dices... lo de precoz.- Se pone rojo, agachando las orejas.-No es algo que a una persona le agrade escuchar... sea o no cierto.- Dice poniendo énfasis en aquel "no".-No conozco a los de tu raza, solo las cosas de las que todos hablan...- Se encoge de hombros.- No se, si es normal que estés viajando sola con tu edad, si estás huyendo de alguien o simplemente de has marchado de casa, pero si necesitas hablar sobre cualquier cosa, puedes hacerlo conmigo, no creo que nadie me creyera que he pasado parte del día y toda la noche con una increíble chica súcubo.-Con una sonrisa algo triste, suspira y agita un poco la cola, nervioso a indeciso, esperando que ella reaccionara bien ante todo aquello.- Entonces... ¿ Te apetece dormir con migo?. -Pregunta con voz baja, contenida, intentando mostrarse tranquilo, le gustaría consolarla.

El llanto se convirtió en enojo después de un momento, suspiró muy levemente e intentó limpiarse las lagrimas que tenía sobre el rostro, sería extraño que el dragón le encontrara llorando o algo así, pero cuando estaba terminando de sollozar escuchó las palabras masculinas, al principio fue notorio que estaba incomodo y obviamente ella igual, pero culparía a la lluvia y fingiría ser una niña miedosa, después de todo aparentaba ser una con facilidad. —¡S-si! N-no estoy acostumbrada a dormir sin algo y me asustan mucho los rayos! ¡E-es eso!— dijo sin voltear a mirarle aún, se limpió rápidamente su rostro y continuó escuchando las palabras del dragón, ¿Acaso quería que tuvieran más sexo o algo por el estilo? Sonó como si así lo quisiera, pero pensando bien tenía bastante sentido, le estaba acosando con lo de ser precoz y esas cosas,tal vez quería demostrar su punto o algo, pero lo cierto es que podría matarlo si tenían una relación directa otra vez.

El intentaba vocalizar bien y todo eso, ella terminó algo confundida pero fue tomada por sorpresa, le agarró del hombro para girar a verle, luego recibió un fuerte lametazo como su de un perro se tratara... Realmente no supo como reaccionar, ¿Quería besarla o algo así? —Que.. ¿Que estás haciendo?..— dijo mientras parpadeaba un par de veces mientras comenzaba a mover la cola, pero nuevamente le escuchó hablar, es cierto que los rumores sobre su raza no eran siempre los mejores, demonios que andan por ahí violando personas para matarlas como simple alimento, inclusive que imnotizaban a las familias para hacer que se descontrolaran sexualmente entre ellas y no eran mentiras, pero habían otras realidades como la captura de su raza para ganar dinero en sexo fácil, manteniendo presas y a la merced de miles de hombres que les visitaban a diario para tenerlas como simples juguetes sexuales exóticos y poco comunes.

—Bien, se cual es tu punto, ¡Te daré una oportunidad para demostrar que lo que dije es mentira! Después de todo es más comida para mi.— se sentó correctamente y luego de eso decidió explicarle lo que tenía en mente.
—No tengo la intención de matarte, así que me controlaré por ahora, no te besaré y no me tocarás los pechos, solo necesito que te quites esa cosa que cubre tu entrepierna, tampoco usaré un sello contigo, así sabremos si eres precoz o no.— vaya, un succubus dialogando sobre sexo con una víctima, si tanto insistía el dragón en demostrar su punto, le daría una oportunidad.
—Muy bien.. Estoy esperando, has algo que te ponga o yo que se, no voy a tocarte o sería trampa.—

El llanto se convirtió en enojo después de un momento, suspiró muy levemente e intentó limpiarse las lagrimas que tenía sobre el rostro, sería extraño que el dragón le encontrara llorando o algo así, pero cuando estaba terminando de sollozar escuchó las palabras masculinas, al principio fue notorio que estaba incomodo y obviamente ella igual, pero culparía a la lluvia y fingiría ser una niña miedosa, después de todo aparentaba ser una con facilidad. —¡S-si! N-no estoy acostumbrada a dormir sin algo y me asustan mucho los rayos! ¡E-es eso!— dijo sin voltear a mirarle aún, se limpió rápidamente su rostro y continuó escuchando las palabras del dragón, ¿Acaso quería que tuvieran más sexo o algo por el estilo? Sonó como si así lo quisiera, pero pensando bien tenía bastante sentido, le estaba acosando con lo de ser precoz y esas cosas,tal vez quería demostrar su punto o algo, pero lo cierto es que podría matarlo si tenían una relación directa otra vez.

El intentaba vocalizar bien y todo eso, ella terminó algo confundida pero fue tomada por sorpresa, le agarró del hombro para girar a verle, luego recibió un fuerte lametazo como su de un perro se tratara... Realmente no supo como reaccionar, ¿Quería besarla o algo así? —Que.. ¿Que estás haciendo?..— dijo mientras parpadeaba un par de veces mientras comenzaba a mover la cola, pero nuevamente le escuchó hablar, es cierto que los rumores sobre su raza no eran siempre los mejores, demonios que andan por ahí violando personas para matarlas como simple alimento, inclusive que imnotizaban a las familias para hacer que se descontrolaran sexualmente entre ellas y no eran mentiras, pero habían otras realidades como la captura de su raza para ganar dinero en sexo fácil, manteniendo presas y a la merced de miles de hombres que les visitaban a diario para tenerlas como simples juguetes sexuales exóticos y poco comunes.

—Bien, se cual es tu punto, ¡Te daré una oportunidad para demostrar que lo que dije es mentira! Después de todo es más comida para mi.— se sentó correctamente y luego de eso decidió explicarle lo que tenía en mente.
—No tengo la intención de matarte, así que me controlaré por ahora, no te besaré y no me tocarás los pechos, solo necesito que te quites esa cosa que cubre tu entrepierna, tampoco usaré un sello contigo, así sabremos si eres precoz o no.— vaya, un succubus dialogando sobre sexo con una víctima, si tanto insistía el dragón en demostrar su punto, le daría una oportunidad.
—Muy bien.. Estoy esperando, has algo que te ponga o yo que se, no voy a tocarte o sería trampa.—

El llanto se convirtió en enojo después de un momento, suspiró muy levemente e intentó limpiarse las lagrimas que tenía sobre el rostro, sería extraño que el dragón le encontrara llorando o algo así, pero cuando estaba terminando de sollozar escuchó las palabras masculinas, al principio fue notorio que estaba incomodo y obviamente ella igual, pero culparía a la lluvia y fingiría ser una niña miedosa, después de todo aparentaba ser una con facilidad. —¡S-si! N-no estoy acostumbrada a dormir sin algo y me asustan mucho los rayos! ¡E-es eso!— dijo sin voltear a mirarle aún, se limpió rápidamente su rostro y continuó escuchando las palabras del dragón, ¿Acaso quería que tuvieran más sexo o algo por el estilo? Sonó como si así lo quisiera, pero pensando bien tenía bastante sentido, le estaba acosando con lo de ser precoz y esas cosas,tal vez quería demostrar su punto o algo, pero lo cierto es que podría matarlo si tenían una relación directa otra vez.

El intentaba vocalizar bien y todo eso, ella terminó algo confundida pero fue tomada por sorpresa, le agarró del hombro para girar a verle, luego recibió un fuerte lametazo como su de un perro se tratara... Realmente no supo como reaccionar, ¿Quería besarla o algo así? —Que.. ¿Que estás haciendo?..— dijo mientras parpadeaba un par de veces mientras comenzaba a mover la cola, pero nuevamente le escuchó hablar, es cierto que los rumores sobre su raza no eran siempre los mejores, demonios que andan por ahí violando personas para matarlas como simple alimento, inclusive que imnotizaban a las familias para hacer que se descontrolaran sexualmente entre ellas y no eran mentiras, pero habían otras realidades como la captura de su raza para ganar dinero en sexo fácil, manteniendo presas y a la merced de miles de hombres que les visitaban a diario para tenerlas como simples juguetes sexuales exóticos y poco comunes.

—Bien, se cual es tu punto, ¡Te daré una oportunidad para demostrar que lo que dije es mentira! Después de todo es más comida para mi.— se sentó correctamente y luego de eso decidió explicarle lo que tenía en mente.
—No tengo la intención de matarte, así que me controlaré por ahora, no te besaré y no me tocarás los pechos, solo necesito que te quites esa cosa que cubre tu entrepierna, tampoco usaré un sello contigo, así sabremos si eres precoz o no.— vaya, un succubus dialogando sobre sexo con una víctima, si tanto insistía el dragón en demostrar su punto, le daría una oportunidad.
—Muy bien.. Estoy esperando, has algo que te ponga o yo que se, no voy a tocarte o sería trampa.—

El llanto se convirtió en enojo después de un momento, suspiró muy levemente e intentó limpiarse las lagrimas que tenía sobre el rostro, sería extraño que el dragón le encontrara llorando o algo así, pero cuando estaba terminando de sollozar escuchó las palabras masculinas, al principio fue notorio que estaba incomodo y obviamente ella igual, pero culparía a la lluvia y fingiría ser una niña miedosa, después de todo aparentaba ser una con facilidad. —¡S-si! N-no estoy acostumbrada a dormir sin algo y me asustan mucho los rayos! ¡E-es eso!— dijo sin voltear a mirarle aún, se limpió rápidamente su rostro y continuó escuchando las palabras del dragón, ¿Acaso quería que tuvieran más sexo o algo por el estilo? Sonó como si así lo quisiera, pero pensando bien tenía bastante sentido, le estaba acosando con lo de ser precoz y esas cosas,tal vez quería demostrar su punto o algo, pero lo cierto es que podría matarlo si tenían una relación directa otra vez.

El intentaba vocalizar bien y todo eso, ella terminó algo confundida pero fue tomada por sorpresa, le agarró del hombro para girar a verle, luego recibió un fuerte lametazo como su de un perro se tratara... Realmente no supo como reaccionar, ¿Quería besarla o algo así? —Que.. ¿Que estás haciendo?..— dijo mientras parpadeaba un par de veces mientras comenzaba a mover la cola, pero nuevamente le escuchó hablar, es cierto que los rumores sobre su raza no eran siempre los mejores, demonios que andan por ahí violando personas para matarlas como simple alimento, inclusive que imnotizaban a las familias para hacer que se descontrolaran sexualmente entre ellas y no eran mentiras, pero habían otras realidades como la captura de su raza para ganar dinero en sexo fácil, manteniendo presas y a la merced de miles de hombres que les visitaban a diario para tenerlas como simples juguetes sexuales exóticos y poco comunes.

—Bien, se cual es tu punto, ¡Te daré una oportunidad para demostrar que lo que dije es mentira! Después de todo es más comida para mi.— se sentó correctamente y luego de eso decidió explicarle lo que tenía en mente.
—No tengo la intención de matarte, así que me controlaré por ahora, no te besaré y no me tocarás los pechos, solo necesito que te quites esa cosa que cubre tu entrepierna, tampoco usaré un sello contigo, así sabremos si eres precoz o no.— vaya, un succubus dialogando sobre sexo con una víctima, si tanto insistía el dragón en demostrar su punto, le daría una oportunidad.
—Muy bien.. Estoy esperando, has algo que te ponga o yo que se, no voy a tocarte o sería trampa.—

Toru no tenía ninguna intención de volver a hacer nada con Hikari, le encantaría demostrarle lo equivocada que estaba con respecto a él, pero se sentía agotado e incluso dolorido, pues aun notaba magullada cierta parte de su anatomía que normalmente estaba escondida. Alza las manos después de lo del lametazo, aunque ya se había disculpado vuelve a hacerlo, pues no quería que ella pensara mal de él.

-Ya te dije que lo siento… hacer eso entre los drakens no resulta malo… bueno, quiero decir que es una muestra de afecto, pero reconozco que ha sido pasarme de la raya, lo lamento. –Vuelve a disculparse, manteniéndose arrodillado, se sienta sobre los pies, poniendo recta la espalda. –Y no te preocupes por lo de los rayos o dormir con algo… puedes dormir conmigo, te prometo que no intentaré nada sucio o pervertido…- Dice con las mejillas encendidas.- Yo también le tenía miedos a tormentas como estas… hasta que perdí a mi hermana por una, ahora me enfurecen y me entristece… las dos cosas a la vez, más que asustarme.- Dice con una media sonrisa encogiendo los hombros.

Observa a la súcubo, la cual empieza a mover la cola, en actitud pensativa, quizás pensando sobre lo que él le había dicho. Definitivamente, aquella situación de enemistad o al menos de incomprensión entre ambos, era debido a la distinta educación que habían recibido cada uno. Entonces ella parece llegar a una conclusión y tener una idea, pues la exclamación que lanza al hablarle hace que Toru de un respingo, saliendo de sus propios pensamientos, escucha a la joven, con una oreja ligeramente ladeada hacia ella, mostrando que le prestaba atención.

-¿Qué? ¿Una oportunidad?- Pregunta un poco desconcertado, pues él lo único que quería era calmar a la súcubo, que se sintiera protegida y segura aquella noche, y quizás llegar a las paces con ella, para acabar como amigos, y no enemistados.

Toru no veía necesidad de acabar mal con la súcubo, pues el mundo era un pañuelo y nunca se sabía cuándo se iba a necesitar ayuda de cualquier persona, ni en donde te ibas a encontraren ese momento de necesidad, ni con quien. O al menos eso es lo que le había enseñado su padre. La ve sentarse más recta en el sillón, mientras la tormenta seguía rugiendo en el exterior, iluminados solo por la lámpara sobre la mesa cercana y el fuego de la chimenea.

-Te… te agradezco la buena intención…- Responde algo desconcertado, al principio cuando ella le dice que no quería matarlo.

Cuando ella le empieza a explicar lo que no iban a hacer y lo que sí, Toru se siente sonrojar, poco a poco, empezando por las mejillas, pasando al puente del hocico y llegando a las orejas. Poco a poco agachaba la cabeza, escuchando todo, mientas ponía las manos sobre sus piernas, con los puños cerrados, retorciendo la punta de la cola, nervioso y sin poder evitar sentirse excitado por la idea, pero también terriblemente avergonzado. La súcubo hablaba de todo aquello de forma directa y sin rodeos, y él tendría que intentar de responderle del mismo modo, solo esperaba no herir los sentimientos de la súcubo, pues realmente quería entenderla, su forma de pensar y su forma de ser y que ambos se llevaran bien.

-Te… te agradezco mucho tus instrucciones y esta oportunidad que quieres darme…- Traga saliva, rojo como un tomate, se lleva una mano al hocico, pues casi podía sentir como le iba a salir un chorro de vapor, por la nariz por el calor que sentía en aquel momento.- Pero realmente estoy agotado por lo de esta tarde, de echo me siento la…la… el…- Cierra los ojos e inspira despacio, intentando hablar de aquello con la misma normalidad que ella para que lo entendiera.- …el pene algo magullado… me duele.- Dice tamborileando los dedos sobre sus piernas, y retorciendo la punta de la cola.- Es… es cierto que quiero demostrarte que no lo soy… que no soy precoz… pero ahora mismo no podría… creo que solo conseguiría que me doliese más y estoy un poco asustado, no sé si es normal o no… espero que se me haya pasado mañana o pasado…- Alza la vista hacia ella y se disculpa con una medio sonrisa.- Puede que en otra ocasión… hoy necesito descansar… creo que ambos lo necesitamos.- No se refería solo al sexo. Se pone de pie, colocándose el taparrabos y le ofrece una mano invitadora, con una sonrisa amable.- Subamos a dormir, te prometo que note ocurrirá nada malo mientras estés con migo, sé que suena un poco tonto, pues has demostrado que puedes controlar cualquier situación, pero…- Ríe un poco.- Al menos puedo servirte como algo con lo que dormir y te protegeré de los rayos. Además, mañana pienso comerme un gran pedazo de esa tarta que tan amablemente has preparado para mí, ahora es tarde y podría sentarme mal… es la primera vez que una chica me hace una tarta o algo parecido.-Mantiene la mano tendida amablemente hacia ella, esperando que se la tome, para ayudarla a levantarse del sillón y subir los dos, sin soltarla de la mano a, hasta su habitación y acurrucarse en la cama del draken.