Elijo... ¡A Toad! [Kaileena] [+18]

por **Akatsuki Ousawa** Mar Ago 25, 2015 9:35 pm

Con el tiempo, su propio cuerpo no era capaz de resistir tanto como quisiera: Los entrenamientos se volvían menos frecuentes, pues ahora tenía otros asuntos que le consumían más tiempo del habitual y no podía practicar todo lo que lo hacía antes. Necesitaba reforzarse y su traje de ex-general modificado, sin los signos de militar, ya no era suficiente. Había ido a recoger unas herramientas de su padre a su casa de Chaos y había planeado un misterioso viaje al Castillo Abandonado al que ya fue una vez. Realmente habían sucedido cosas raras en ese lugar, a las que no le había encontrado explicación, pero estaba decidido a ir y a encontrar una buena armadura que utilizar a su favor en las batallas que se avecinaban. Ahora tenía unas responsabilidades distintas y ayudar a la gente sin equipo de protección era difícil.

Su dragón le llevó por gran parte del desierto, hasta que se avistó el castillo a lo lejos y el íncubo le pidió que le dejara en la arena, que quería caminar él por su propio pie. Llevaba las herramientas en una mochila de excursionista y sus pasos firmes sobre el arena casi espantaban a los monstruos que habitaban por la zona. Tardó más de media hora en llegar, pero finalmente se presentaba ante él la gran estructura medio derrumbada. Las escalinatas aún estaban bastante estables, por lo que pudo llegar a las puertas con facilidad, para abrirlas con su inusitada fuerza. Cedieron con un chirrido sumamente desagradable y dentro, la oscuridad eran inmensa, hasta que al adentrarse, las antorchas se encendieron mágicamente: Como la última vez. Pero en esta ocasión, no iba a ser el blanco de un baile terrorífico.

Las paredes eran frías a pesar del fuego que se extendía por todos los pasadizos: Los cuadros representaban a los que alguna vez estuvieron en vida y vivían allí. Hacía muchísimos años que sus títulos habían desaparecido. Culturas tan antiguas que ni datos había. Era un milagro o una maldición que los fantasmas de aquellos nobles siguieran pululando por ahí, llorando su olvido, ese vacío del que no podían escapar. Akki siguió avanzando, sin saber a donde iba, con la idea de encontrar las armaduras de los guerreros que alguna vez habían sido relucientes en victoria.

por **Kaileena** Mar Ago 25, 2015 10:03 pm

Había oído hablar mucho de ese sitio. Decían que era el hogar de almas perdidas en la guerra, que dormían durante el día y vivían durante la noche. Muchos sacerdotes intentaron que se fuesen, pero cuesta mucho sacar a alguien de su casa, y más si no lo puedes tocar. Pero se contaban que sí podías sentirlos. Que cuando uno te atravesaba notabas como las entrañas se te removían. Hasta sí en ese momento el espíritu estaba recordando, podías ver en tu mente como había muerto. Había gente que por culpa de eso perdían la cordura o podían llegar a morir, creyendo ver su propia muerte.
Muchos cuentos que podían ser verídicos o no.
También le habían dicho a Kaileena que en ese castillo se guardaban antiguos tesoros de una familia muy rica. Reliquias que nadie podía imaginarse, pero que nadie se atrevía a robar.

Muchas cosas decían de ese lugar. Tantas, que nuestra joven nimfa le creció el ansia para visitarlo. Había ido al bosque oscuro para recoger ciertas hierbas medicinales para un paciente, que solo crecían allí. No le hacía mucha gracia ir en ese bosque, era realmente inquietante, pero no había tenido más remedio si quería intentar salvarlo. Así que como premio decidió visitar a ese lugar tan legendario.
Solo al verlo de lejos sintió que no era un castillo normal. Al ir acercándose se fijó que realmente esa edificación tenía mucha historia que contar. Las piedras estaban desgastadas, sucias, y las ventanas estaban oscuras. Se notaba que si alguien lo habitaba, no era alguien muy vivo.

Al entrar se sorprendió. Era precioso en el interior. Como si el tiempo se hubiese parado, evitando que la luz se apagase allí dentro. En una mano la pelinegra tenía las hierbas medicinales, y con la otra iba acariciando la pared del largo y gran pasillo por el cual iba pasando. Sintiendo cada arruga, cada grieta, cada irregularidad de la piedra. Pero de repente sintió un ruido detrás de ella. Se giró rápidamente pero no vio nada.

- ¿Quién anda ahí? - dijo con voz fuerte apretando inconscientemente las pobre pantas.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 26, 2015 1:16 am

Los pasillos parecen infinitos, apenas puede notar cuando es uno distinto, ya que son todos iguales. Al girar, a los pocos pasos dejas de tener la impresión de estar yendo hacia un lado, no distinguirías el camino por donde has venido y eso, es lo que le pasó a Akki tras un largo rato de estar andando. En un momento dado, que giró hacia la derecha, vio una silueta oscura moverse y luego hablar. Sintió un calambre de pánico recorrerle la espina dorsal y solo una palabra se le vino a la mente: Fantasma. Tragó saliva, no podía defenderse contra seres inmateriales y aunque contaba con toparse con alguno, lo que no había pensado era en qué hacer para evitarlos o protegerse. Lo que pensó improvisando ahora, era razonar por las buenas.

-¡No me haga daño, vengo en son de paz!- Dijo, extendiendo las palmas de las manos hacia delante, como si quisiera defenderse de que el fantasma pasara a través de él. -¿Eh...?

Cuando se centró en reaccionar, se dio cuenta de que era un cuerpo vivo o al menos, no era transparente. El íncubo siguió desconfiando un poco hasta que se aproximó unos pasos. Se trataba de una hermosa mujer, pero menudo susto le había dado. No es que le tuviera miedo a los fantasmas o espíritus, solo mucho respeto. Dio un suspiro de alivio y se llevó una mano a la cabeza, acariciándose la sien, por ahora no había ninguno problema, aún si ella intentaba atacarle, estaba seguro de poder defenderse. Había menos probabilidades de que se sintiera atacada si él se mostraba desarmado, así que llevó las dos manos a la nuca, descubriéndose ante ella, entre las luces chisporroteantes de las antorchas.

-Lo siento, creí que eras un espíritu.- Se disculpó, sonriéndole, amigable. -Soy Akatsuki ¿Y tú?

Observó sus vestimentas, eran bastante curiosas, le recordaban a las que se llevaban en Oishi. A lo mejor era una samurai. Ahora él no tenía que preocuparse de revolucionarios o militares, pues no intercedía en las acciones de ninguno y no le iban a atacar por ser del bando contrario, porque simplemente no era un enemigo. Akki siguió examinando el aspecto de la mujer, bajita para su estatura, pero bastante alta en comparación a otras chicas conocidas. Su pelo negro, largo y sedoso o al menos, daba esa impresión, casi parecía que brillaba. Tenía unas facciones delicadas, como una muñeca de porcelana, aunque la luz del pasadizo no ayudaba a verla con los colores originales: Dudaba que su piel pareciese naranja, tenía que ser el fuego, porque incluso él parecía más moreno de lo que era.

-¿Necesitas ayuda?- Preguntó, bajando los brazos para dejarlos caídos. -Puedo acompañarte si quieres, por si aparece algo raro...

por **Kaileena** Miér Ago 26, 2015 8:16 am

Se había equivocado. El sonido no venía de detrás suyo, sino de delante, pero el eco que producían esas altas paredes le había hecho parecer lo contrario. Así que cuando oió la voz masculina tuvo que girarse inmediatamente con la intención de defenderse para encontrarse a un hombre que parecía igual de asustado que ella. Seguramente, él tampoco esperaba encontrarse nadie vivo en ese sitio, sorprendiéndose entonces al encontrarse con ella. Era probable que se hubiese pensado que ella era un espíritu, porque cuando tuvieron contacto visual y entendieron los dos que eran de carne y huesos, él se rascó la cabeza tranquilizado.

Kaileena se detuvo a observar a su nuevo conocido. Era un hombre más o menos de su edad, o eso parecía. Era alto, pero parecía tener más altura de la que tenía debido a su gran volumen musculoso. Estaba segura que ese cuerpo estaba entrenado para luchar y aplastar a su oponente sin mucha dificultad y sin distraerse demasiado para pasar al siguiente.
Lo que le sorprendió era el traje que llevaba. Parecía ser la de alguien del ejército, pero no tenía ningún signo de militar. Eso le creó cierta desconfianza.
Pero cuando sonrió amigablemente disculpándose para después presentarse, se le olvidó aquella desconfianza. Porque esa sonrisa le hizo fijarse en su cara y en sus ojos azules. Y no podía negarlo: era bastante... guapo, admitió Kaileena sonrojándose ligeramente.

- No pasa... nada. Yo también cometí el mismo error con usted. -dijo apartando la mirada- Yo soy Kaileena, Caduceus de Tempus, encantada. -terminó con una pequeña venia.

Sí, podía ser innecesario decir que era caduceus, pero quería dejar claro con eso que ella, más que nadie, no tenía intención de pelear. No sabía si él lo entendería así, pero almenos lo había intentado.

Akatsuki se ofreció a acompañarla, pero ella realmente no iba a ningún sitio. No sabía si era mejor irse de allí y dejarlo solo con lo que él necesitara hacer o seguir con la visita. La verdad era, que pocas ganas tenía ella de dejar ese lugar. Le había parecido muy interesante, y deseaba seguir investigándolo. ¿Qué él quería acompañarla? Bueno, no sería ella quien se lo negara.

- Tenía curiosidad por visitar este castillo. Pero creo que con usted me sentiré más segura. -acabo diciendo con una pequeña sonrisa.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 26, 2015 4:47 pm

Agradeció que ella también se mostrara pacífica, eso le hizo sentirse bastante más a gusto, porque él no golpeaba a las mujeres a no ser que fuese estrictamente necesario, como para salvar su vida o porque es un enemigo en potencia. La mujer se presentó con su nombre y con su ocupación en el ejército: Él esto lo veía como un gran fallo, porque ella había tenido suerte de que no estuviera en contra del gobierno, sino, cualquier hubiera podido aprovecharse de que no quisiera pelear. Los revolucionarios mataban sin escrúpulos, sobretodo a los desarmados y ella sería un blanco fácil. Le devolvió el saludo militar, a pesar de que ya no pertenecía al ejército. Akki puso mala cara durante un momento, cerró un ojo y mantuvo la posición firme.

-En realidad hace un tiempo que dejé de ser militar.- Le dijo, afirmando que lo había sido, aunque no hubiera preguntado. -Actualmente pertenezco a los Rubinus Vigilis, porque sentí que mi lugar estaba ayudando a la gente de los daños colaterales que causa el ejército en sus guerras.

Y luego había un motivo especial para su reacción. Él odiaba a los médicos y a la medicina en general, siempre se había escapado de todos los exámenes médicos que ordenaba el ejército de Spatium. No confiaba en ello y no lograba entender por qué tantas preocupaciones si no ocurría nada. No le daba miedo, solo desconfiaba y no le gustaba tener que tomar sustancias sin saber exactamente lo que eran y de hecho, saber que son plantas tampoco le ayuda. Ya que él no entiende, no se creerá nada que no compruebe él mismo, por tanto siempre se muestra reacio: Incluso en esta ocasión. Tal vez no quisiera hacerle daño, pero preocuparse por su salud causaba el mismo efecto que intentar apuñalarle.

-No me gusta la medicina, así que te agradeceré desde ya que no utilices nada que tenga que ver con ella conmigo.- Sonaba nervioso, pero no atemorizado. Estaba a la defensiva. -Muchas gracias, preciosa.

Dicho aquello, buscó el único camino sin recorrer: Teniendo en cuenta que él había llegado desde el camino de la izquierda y ella del frente, solo podían continuar por el camino recto que iba siguiendo Kaileena. Se aventuró primero, siguiendo el camino angosto. Los pasos de ambos resonaban constantemente frente al lúgubre silencio del interior. Finalmente, al final de aquel corredor, se encontraba una puerta de madera carcomida, con la cerradura de hierro oxidado, pero aún bien encajada. Estaba muy sucia y tan pronto como el íncubo estiró la mano para abrirla, esta cedió y liberó una nube de polvo. Tras la puerta, pudieron ver algo completamente diferente, como si ahí no pasara el tiempo.

Era un espacio circular, con un foso que lo rodeaba y unas paredes que delineaban la estancia. El foso no era nada profundo, cuanto mucho le llegaría a los muslos y, además, era realmente estrecho, solo cabía una persona en anchura. La piedra ahí era blanca, formaba un pasillo que atravesaba la estancia y a los lados, se formaban dos semicírculos de agua. En el centro había un ensanchamiento también circular, en el que se encontraba un viejo altar derrumbado, con un libro entre los escombros. Al fondo, pasando de todo, había una puerta exactamente como la que habían pasado. Merecía la pena quedarse ahí un rato antes de volver a los pasillos laberínticos.

-Que curioso el cambio... Parece que está al aire libre de la luz que hay...

por **Kaileena** Miér Ago 26, 2015 6:07 pm

Su reacción cuando le dijo que era Caduceus no fue la esperada. Su acción fue de asco, y no muy amigable. Eso no es que le molestara a Kaileena, pues a ella no le importaba lo que los otros pensaran, pero no entendía el porqué de aquello, pues nunca se había encontrado con alguien que al decirle que era médico mostrara desagrado.
Pero le tranquilizó que era militar, por lo que aún menos razones para temer de él debía tener. Se podía decir que estaban del mismo bando, aunque para ella eso no tenía significado alguno. Simplemente curaba, y estaba donde más gente podía ayudar.

Rió por los adentros cuando escucho lo de que a él n le gustaba la medicina. Ahora lo entendía todo. ¿Utilizar algo que tuviese mucho que ver con la medicina con él? ¡Ni que fuera haciendo revisiones al primero que se cruzara con ella! Le hacía gracia ese pensamiento que tenía la gente de los médicos: que si tenían consultas a casa y cada vez que venían invitados pasaban por ella, que iban con un con todo el material de quirófano y medicinas encima siempre…

- Tranquilo, no tengo intención ni de hacerle una revisión ni de probar nuevos fármacos con usted. En verdad, fuera del hospital no me gusta ejercer la medicina si no es indispensable, demasiado antihigiénico. Así que estese tranquilo –dijo medio bromeando.

Él se puso en marcha sin más preámbulos, y la ninfa siguió los pasos de aquel hombre sin dudarlo. Aun a su lado, se sentía más pequeña pues ella era bastante escuálida con todo ese músculo desarrollado andante. Al andar notaba la fría piedra en sus pies descalzos. Era una sensación agradable, porque realmente era una piedra bastante… suave, desgastada debido a los años. Al llegar a una puerta ella no tuvo que moverse, ergo él la abrió como si fuese una pluma pese a su grande tamaño. Y era de madera maciza, por lo que aumentaba más el peso.
Se notaba que hacía tiempo que no la movían, por el crujido que hizo y por el polvo que levantó.

Kaileena tuvo que adaptarse deprisa a la clara luz de la sala que había detrás de la puerta en cuestión. Sí, parecía que era un espacio al aire libre. Pero ella fijo la atención en el libro que había en el centro. Su pasión por los libros no podía ser suprimida, y además cuando era uno que parecía tener muchos más años que ella. Sin pensárselo, avanzo a Akatsuki por la derecha y con sus pies descalzos anduvo rápido hacia el altar, pasando por el pasillo blanco y fino. Cuando llego delante de él se arrodilló un momento, dejó las hierbas que llevaba a la mano al suelo para poder sacar el libro entre los escombros. Tuvo que apartar un poco el polvo que había en la cubierta para leer el título. Estaba en un idioma muy antiguo, pero ella sabía un poco debido a que había tenido que estudiarlo para muchos libros de medicina que no habían sido traducidos.

- Parece que es un antiguo libro de magia – le dijo al exmilitar, girando sobre sus talones para no darle la espalda y con gran libro en las manos.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 26, 2015 7:49 pm

El íncubo quedó gratamente sorprendido, pero a él no le gustaba leer y su objetivo ahora, era encontrar alguna armadura. Se le olvidaba de vez en cuando, como por ejemplo, cuando se ponía a mirar a la mujer con esta luz más brillante y blanquecina. Tenía un cuerpo muy estilizado y atrayente. Como hombre, los ojos se le fueron hasta el escote, mientras ella pasaba a su lado. Maldita sea, ver como le botaban los pechos aunque fuese una fracción de segundo, fue suficiente para que le entraran ganas de sopesarlos entre sus manos. Debían ser preciosos, la ropa los ocultaba bien. Que Kaileena se agachara para rescatar el libro, solo aumentó su libido. La prenda revelaba la curvatura perfecta de sus nalgas, aunque no las veía por estar cubiertas. Hizo un amago de acercarse por detrás antes de que ella se girase.

-C-comprobaré que esto es agua...

Le dio la espalda antes de que pudiera notar el bulto del pantalón, saltando al foso semicircular ancho sin pensárselo. Como le llegaba a las rodillas, pues tuvo que apoyar las mismas hasta que el agua le cubrió la cintura. Sabía que estaría fría porque no había nada que hiciera lo contrario y sintió cierto alivio. No demasiado, porque esa visión obscena seguía revoloteando en su mente: Estaba posicionada perfectamente para que él se hincara por detrás, para rodearla con los brazos... Pero no podía hacer eso. Recostó el torso sobre el bordillo, con los brazos cruzados, mirándola alterado. Suspiró, intentando poner la mente en blanco durante un instante para poder responder sin que se le escapara algo fuera de lugar.

-¿Ah si? ¿Y qué tipo de magias esconde?- Preguntó, apoyando la cabeza sobre los brazos. -No entiendo mucho de magia...

Le pidió que leyera algo, aunque estuviese en un idioma que no entendiera. Así al menos estaría atento a otra cosa, porque además la voz ajena era bastante suave y no ayudaba a relajarle. Pensaba que tenía pleno control de sus instintos de íncubo, pero al parecer siempre estaban ahí, cuando menos se lo esperaba para sorprenderle con las ganas de sexo que lo podían echar todo a perder. Akki hizo silencio, para que pudiera concentrarse en entender lo que iba a pronunciar.

por **Kaileena** Miér Ago 26, 2015 8:33 pm

Se comportaba de una forma muy rara ese hombre. Cuando Kaileena se giró, se tiró al agua que había al lado en forma de semicírculo. ¿Tendría calor? No creía que fuese posible, pues la verdad es que hacía una temperatura muy buena, un poco fresquita y todo. Bueno, no tenía que darle más importancia a aquello.
Se sentó en una piedra del altar y cruzó las piernas para empezar a hojear el libro. Había bonitas ilustraciones de colores. Hasta pintadas con oro. Por desgracia había páginas que con los años se habían perdido la tinta y ahora solo eran una hoja amarillenta.

-Por lo que entiendo es un libro de magia de rituales y sacrificios. Mira este es para curar a los caballos de guerra, escucha:

«Phol ende uuodan uuorun zi holza.
Du uuart demo balderes uolon sin uuoz birenkit.
Thu biguol en sinthgunt, sunna era suister; thu biguol en friia, uolla era suister; thu biguol en uuodan, so he uuola conda: sose benrenki, sose bluotrenki, sose lidirenki: ben zi bena, bluot zi bluoda, lid zi geliden, sose gelimida sin. »

Recitó con cierta vergüenza, pues su pronunciación no era muy correcta. Pero de hecho, no creía que él conociese tampoco como se pronunciaban todas esas palabras. Suspiró y siguió hojeando hasta que se encontró con una página que era toda una ilustración.

-Observa esto – se acercó a él que estaba medio en el agua. Se arrodilló, con el culo encima de los talones, delante de él poniendo el libro entre los dos encarado hacia él para que observase la imagen. En ella se veía una chica desnuda encima del altar, atada, y el sacerdote a su lado con un puñal levantado - Se trata de un ritual para que el demonio les guiase en la guerra. Tenían que sacrificar a una virgen. Y la sangre caía por estos canalitos hasta el agua, que se volvía roja –dijo inclinándose un poco para indicarle unos pequeños surcos en la piedra blanca, apenas visibles, debajo de sus brazos. Pero cuando movió la cabeza y vió sus ojos cerca de ella, volvió a sonrojarse y se tiró para atrás, alejándose.

Miró el altar derrumbado y pensó si a ella le hubieran hecho servir como sacrificio. Aunque inmediatamente pensó que ni muerta les hubiese dejado. Volvió a dirigirse a su acompañante y lo observó aun en el agua.

- ¿Qué está buena el agua?

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 26, 2015 9:54 pm

A cada segundo que pasaba, su erección empeoraba, pero solo él lo notaba. Ahora a Kaileena le daba por cruzar las piernas, teniendo que entreabrirlas para ello: Le ofrecía un buen panorama al íncubo que estaba en una altura menor por estar sumergido y recostado. No entendió ni una palabra de lo que ella dijo, de hecho, parecía alguien maldiciendo por haberse atragantado con un hueso de pollo o un asqueroso brócoli. Incluso podía estárselo inventando, pero no podía decir nada si él era el primero que no tenía idea. Él era un fornido guerrero y tampoco era demasiado inteligente. La Caduceus se acercó para ponerse de cuclillas: ¡Otra vista más! En realidad no veía nada, pero eso era peor aún, le daba a la imaginación.

-Y si yo en vez de sacrificar a una virgen... ¿Solo le hago el amor apasionadamente?

Akki no pudo aguantar más, pero la situación estaba a su favor. Apoyando las dos manos sobre el bordillo se impulsó para sacar el resto del cuerpo, gateando hacia ella. Las apoyó de nuevo a ambos lados del cuerpo ajeno, situando su cuerpo sobre el de Kaileena. Le goteaba la ropa, pero eso no era lo importante, sino que él parecía haber conectado con sus ojos. Akki no sabía si ella era virgen o no, pero le pareció perfecto aprovechar el comentario. Su voz, grave pero seductora era el prólogo perfecto para sus ideas, que seguro ella comprendía. Estaban muy cerca uno del otro, Akatsuki sobre ella, con los ojos brillantes llenos de deseo. Aún en esta posición, no estaba haciéndole nada, todo un logro.

-Este lugar es perfecto... ¿Por qué no nos divertimos un poco?- Preguntó en un suave susurro, acercando sus labios a los de ella. -Estamos muy tensos por esto de estar en un castillo fantasma... Dejemos la mente en blanco ¿Te parece, preciosa?

Cerró los ojos, sintiendo la respiración de la mujer, aunque no le dio ningún beso, sino que se quedó rozando adrede, para que fuera ella quien terminara de dejarse llevar. No lo tenía difícil porque él era un íncubo y su aura lujuriosa de raza estaba siempre irradiándose al exterior: Con el tiempo hubiera terminado igual. Es complicado resistirse a un rasgo innato de demonio, hay que tener mucha voluntad y no dudaba que ella tuviera, pero él podía sobrepasarlo de manera gentil.

-Además tú me has calentado con tu belleza, deberías hacerte responsable ¿No crees? Está mal incitar a alguien que te ayuda...

por **Kaileena** Miér Ago 26, 2015 10:28 pm

El cerebro de Kaileena había dejado de funcionar. Había pasado todo muy rápido sin dejarle tiempo de procesarlo.

Primero estaba ella sentada delante de Akatsuki cuando de repente él dijo algo que la ninfa creyó escuchar mal… pero no. El hecho de que el guerrero saliera del agua para acercarse a ella a cuatro patas con una mirada intensa. Ella no podía apartar la mirada de esos ojos azules. No entendía que le pasaba, que sentía. Solo sintió que como si él le diese una silenciosa orden, acabó con la espalda en el suelo, tumbada, para que él se colocase encima de ella.

Sus susurros hicieron que su mente se quedase en blanco, sin saber cómo reaccionar. ¿Se trataba de un hechizo? No lo creía, pues él no parecía conocer el mundo de la magia, y normalmente los hechizos eran en lenguas antiguas y/o en verso. Pero ella entendía perfectamente lo que le estaba diciendo. Y su cuerpo respondió a los estímulos. Empezó a temblar, notando las manos del macho a lado y lado de su cabeza.

Sus piernas aprisionaban a las de ella, mientras las bocas se acercaban. Kaileena notó una presión en la parte baja del vientre y, inconscientemente, doblo una rodilla elevándola inquieta, lentamente. Mala idea, pues al hacerlo su piel acaricio un bulto entre las piernas de Akatsuki. Ella reaccionó instintivamente bajando la pierna, mientras su respiración se entrecortaba.

No entendía bien qué estaba pasando y porqué. No se reconocía a ella ni a su cuerpo con esas reacciones. Y menos aun cuando él dijo esas últimas palabras y cerró los ojos. Sentía que la cara de ella estaba roja y su cuerpo le pedía algo que no comprendía. Así que simplemente se dejó guiar. Era un ser muy racional, pero no pensaba que hubiese nada malo en algo que le pidiese su cuerpo naturalmente.

Simplemente acercó lentamente su cabeza con la de él, recorriendo los últimos milímetros que les quedaban a sus labios para tocarse. Y sí, era el primer beso de Kaileena. Nunca se había imaginado cómo sería, pero estaba segura que era mucho mejor de lo que jamás se lo hubiese podido imaginar. Con el simple contacto un escalofrío recorrió su espina dorsal. Era una sensación extraña; primero fría pero después… caliente…

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 26, 2015 11:12 pm

por **Kaileena** Miér Ago 26, 2015 11:49 pm

por **Akatsuki Ousawa** Jue Ago 27, 2015 4:12 pm

por **Kaileena** Jue Ago 27, 2015 5:23 pm

por **Akatsuki Ousawa** Vie Ago 28, 2015 1:00 pm

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater