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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
No entendía muy bien, cual era la razón del primer ministro para enviarme a la academia de formación. Según dijo, sus fuentes le habían confiado la información de que los Revolucionarios esperaban tomar la escuela y junto ella a sus alumnos y profesores como rehenes. Me pareció un poco estúpido proteger un lugar donde sus habitantes no pueden hacerlo por ellos mismos. Sobre todo, si estas personas serían quienes debían proteger el reino en un futuro. Pero bueno, Ordenes son ordenes, supongo.
Para mi, lo principal en ese momento era obtener un mapa o algo que me sirviera para poder guiarme en ese enorme edificio sin perderme. Luego, debería poder encontrarme con el tercer ministro para informarle la situación. Aunque, conociendo sus costumbres sabía perfectamente que no se encontraba en la academia. Pero bueno, lo buscaría de todas formas aun que solo sea por educación.
Volví a observar los pasillos en busca de algún profesor o estudiante que fuera capaz de darme instrucciones para llegar al despacho del director, pero fue inútil. Nadie había en esos pasillos, ni un alma. Suspire nuevamente y saqué mi caja de cigarrillos del bolsillo de mi chaleco, saqué un cigarro lo encendí y guardé la caja. Dí un pequeña pitada al mismo y lancé una bocanada de humo. Tras hacerlo, observé que todo el humo iba a parar a un cartel que mostraba la leyenda "Prohibido fumar en las instalaciones". Bueno, supongo que las reglas solo aplican a los estudiantes ¿no? Pensé mientras daba una segunda y mas larga pitada a mi cigarrillo.
Tras fumar medio cigarro parado en el mismo lugar mientras observaba por la ventana, una gran campana sonó de forma alta y clara dando así la señal a los alumnos y profesores de que las clases habían finalizado. De un momento a otro el lugar comenzó a llenarse de gente que caminaba a mi alrededor viéndome raro. Supuse que era por el cigarrillo, me decidí a preguntarles a algunos de ellos donde podría encontrar a algún profesor que pudiese guiarme en el lugar. Pero, por alguna razón todos me miraban raro y me ignoraban, eso empezaba a ofuscarme demasiado. Una pequeña vena resaltó en el costado de mi frente y yo terminé por enfurecer. Rápidamente tome por las ropas al primer chico que encontré y lo levanté del suelo mirándole a los ojos.
-A ver niñito, necesito encontrar un profesor y TU vas a decirme donde ¿Entendido? Le dije al chico de cabello azabache mientras le clavaba una mirada asesina que lo hizo temblar hasta los huesos.
-S-si... se-señor... E-es por allí... Dijo mientras señalaba un salón de clases del cual había salido.
-Gracias. Dije secamente soltándolo y haciendo que caiga en el suelo. Tras caer simplemente se incorporó y se largó a correr.
-Creo que... me pasé un poco...
Tras observar al chico correr a todo andar empecé a caminar hacia la puerta que me había señalado. Al entrar allí me encontré a una pequeña niña observando unos papeles.
-¿Disculpa, sabes donde puedo encontrar algún profesor? Supuestamente debería estar aquí pero parece que ya se marchó. ¿Tienes idea de a donde pudo haber ido niña?
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
Aquel pensamiento me hizo resoplar mientras me dirigía al salón de clases. Estaba enojada. No me gustaba dar clases a cursos menores ya que jamás me prestaban atención.
Pero claro que eso no era problema para mí, ya que al final de ese año terminaban temiéndome y respetándome como cualquier curso mayor.
Entré al salón y pude observar el desorden que habitaba en él. Como era de esperarse, los alumnos creyeron que era otra alumna e hicieron caso omiso, pero cuando me levante en la mesa del profesor y grité me miraron.
‘‘¡Suficiente!’’ Se hizo el silencio ‘‘No pueden mostrar ese tipo de comportamientos frente a un profesor’’ Eran solo unos segundos de silencio hasta que todos estallaban en risa.
Estos niños me encabronaban demasiado -¡Había que matarlos a todos!- Una sonrisa malvada apareció en mi rostro.
{…}
Era solo cuestión de tiempo y control. Demostrar quién era el que mandaba. En mis cursos no sabía quién era el revoltoso, ya que todos se comportaban igual. Eran bastante aburridos, aunque era divertido amenazar a aquellos más endebles.
Esta época, aunque molesta, era divertida hasta unos años más en que ellos aprendían de las especies que habitaban en los reinos y comprendían y dejaban de temer. Muy pocos sabían que era yo exactamente, otros pensaban que simplemente era superdotada. ¡Ni yo me la creía!
‘‘Y recuerden la tarea para el día de mañana’’ Empecé con tono amable y una agradable sonrisa ‘‘Pobre del que no la traiga'' Una sonrisa torcida estaba en mi rostro. Lancé una carcajada al ver la cara de terror de algunos niños. Me puse seria nuevamente ‘‘Pueden irse’’
Sonó la campana y el lugar quedó vacío.
Me senté tras la mesa del profesor leyendo un informe de otro curso que debía tener listo se supone hace una semana. Escuché unos pasos, pero creí que eran de algún alumno que había olvidado algo. Le ignoré y no levanté la vista de los papeles.
‘‘¿Disculpa, sabes dónde puedo encontrar algún profesor?’’ El olor a cigarrillo invadía el aire y me hizo arrugar la nariz. ‘‘Supuestamente debería estar aquí pero parece que ya se marchó. ’’ Una sonrisa apareció en mi rostro ‘‘¿Tienes idea de a donde pudo haber ido niña?’’ Y tan rápido como llegó se fue. ¿¡Quién se cree que es este sujeto para llamarme niña a mi!?.
Baje las hojas y le miré a los ojos… pero llevaba lentes. Entonces le mire a donde se suponía debían ir sus ojos. Lo pensé un momento y esbocé una gran falsa sonrisa.
‘‘Sabes, el profesor se ha ido tal y como has dicho hace unos momentos’’ Me levanté, aún con las hojas en las manos ‘‘Si me acompaña, le llevaré a donde un profesor’’ Estiré las manos y deposite en las suyas las hojas sin darle oportunidad a que se negara.
Le di la espalda y saqué del bolsillo un extraño juguete hecho con papel, parecía predecir algún tipo de fortuna y tenía cuatro puntas en donde uno utilizando ambas manos podía hacer movimientos con el papel. Parecía más marioneta que otra cosa. Recordé que lo llamaban el juego de la suerte. Era mi tesoro del día y me encargaría de averiguar cómo se utilizaba.
‘‘¿Viene?’’ Le sonreí amargamente. Seguía enfadada con él.
Estaba actuando tal y como lo haría una estudiante cualquiera. Salí del salón en dirección a la sala de profesores que estaba al final del pasillo, durante el camino me dedique a observar atentamente el artefacto de papel.
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
Durante un fugaz momento sonrió, pero esa pequeña sonrisa que duró solo un momento hizo que ella me recuerde a Juliet. Mi pequeña hermanita, siempre lamentaba no poder traerla conmigo a mis misiones. Aunque por lo menos esta vez tenía a Amarok con ella, eso me dejaba un poco mas tranquilo. Aun así, la extrañaba bastante. En ese momento la chica de cabellos negros se acercó a mí y con toda confianza puso en mis manos los papeles que estaba leyendo. La observé lentamente mientras se alejaba como si nada, mi mirada seguramente decía todo en ese momento. Una ceja levemente levantada y mi ceño un poco fruncido.
Tomé los papeles con una sola mano, y noté que poco le importaba mi enojo o que quizás ni siquiera lo había notado. Tomé mi cigarrillo y lo arrojé por una ventana, Suspiré pesadamente una vez mas en el día y tras oír su -¿viene? la seguí en silencio.
Mientras iba detrás de ella volví a sacar un cigarro, lo encendí y la observé en silencio. Parecía ir jugando con una figura de papel, aunque iba tan entretenida con ello que parecía tener aun menos edad por su forma infantil de hacerlo, o quizas era solo mi imaginación. En fin, seguí a la chica silenciosamente detras de ella mientras caminabamos por los pasillos. Subimos unas escaleras pocos escalones que llevaba a un corredor un poco angosto. Estaba pintado de un tono uva y una alfombra roja con bordados dorados se mostraba a nuestros pies. Al fial del pasillo nos encontramos con dos asensores, uno se veía comun y corriente y esbozaba el titulo de "Estudiantes" Sobre la puerta, tallado en lo que parecía ser un tablón de roble cincelado. Completamente limpio, como suelen ser todo en Tempus, Pura y demasiada perfección. El otro asensor, en cambio, llevaba una forma cilindrica y sus puertas eran de un fino cristal transparente, así como tambien lo eran su interior. Exceptuando el techo que estaba pintado de un blanco con tono cremoso y el piso que era rojo y llevaba la misma alfombra que el pasillo, ella entró aun con la mirada fija en su figura de papel y yo le seguí en slencio. Presionó el botón ante-ultimo piso y continuó en lo suyo, la puerta se cerró rapidamente y un apareció un holograma en la puerta mostrando en rojo un cartel de no fumar. Una vez mas, la maldita perfeccion de tempus jodiendo el día. Un orificio apareció en el suelo y lancé mi cigarrillo en el. Tras esto se cerró y un perfume de ambiente cereza inundo el lugar, esto me hizo toser un poco y mis ojos lagrimearon. Realmente odiaba el olor a cereza casi tanto como su sabor. Unos segundos despues llegamos al piso deseado y las puertas se abrieron. Una gran sala se mostró ante nuestros ojos, el lugar parecía una especie de salón de modas fusionado con una base militar. Del techo colgaba un candelabro muy antiguo y dorado, que iluminaba a la perfeccion junto con la luz que se filtraba desde los amplios ventanales. El lugar estaba acondicionado perfectamente, la temperatura del ambiente era la exacta e incluso había un pequeño robot que se paseaba por la habitación limpiando los pisos. En el centro de la misma había una gigantezca mesa negra con varios asientos alrededor donde cada uno de ellos tenía grabado en letras doradas el nombre de la persona a la cual pertenecían. Un poco mas a la derecha había un gran armario que llevaba las puertas abiertas, dentro de el habían armas de todo tipo, desde pequeñas varitas magicas hasta ametralladoras laser G-48. A su lado, había una Maquina expendedora y un poco mas a la izquierda de este una maquina de café. Sin embargo, para mi sorpresa la sala estaba completamente vacía. Tras esto, apreté unos segundos mi entrecejo con mis dedos y observé a la niña con una mirada de incredulidad y le dije.
- ¿y bien, donde está la gente?
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
Presioné un botón de manera automática, este recorrido me lo sabía de memoria. El tipo había encendido un cigarrillo durante el camino, pero la tecnología del establecimiento le provocó el desecharlo. No se veía muy feliz por eso. Aunque yo estaba agradecida ya que el olor a cigarrillo me hacía cosquillas en la nariz.
Un olor a cereza se empezó a expandir por el ambiente y escuché como el tipo tosía un poco. No lo culpaba, este olor era repugnantemente dulce. Aturdía mis sentidos vampíricos.
Por un segundo me quedé mirando al frente, perdida en algún tipo de pensamientos –Este tipo ha llegado acá con un objetivo y yo me he aprovechado de su bajo de guardia. Si busca un profesor será debido a algo importante, trataré de averiguar el por qué.- Sonreí en el momento en que llegamos al piso y la gran sala de profesores se mostró en todo su esplendor.
Tantos años llevaba ya enseñando que este lugar se me hacía casi tan familiar como lo era mi propio hogar. Me puse frente al sujeto mientras mi vista volvía al objeto de papel. El lugar estaba completamente vacío y aquello era muy de mi agrado. Estaba muy concentrada en lo que estaba haciendo y todos mis sentidos giraban alrededor del papel en este momento.
‘‘¿y bien, donde está la gente?’’ Su voz resonó en toda la habitación
Que haya hablado de pronto me provocó un pequeño sobresalto y el papel que tenía en ambas manos se partió en dos. Le miré enfurecida. Adiós tesoro, adiós entretención y buena disposición.
Sin decir una palabra me acerqué a él y pude notar la gran diferencia de alturas entre nosotros. Le arrebaté bruscamente de las manos los informes de los otros estudiantes esperando haberle cortado aunque sea un poco algún dedo y ese dolor punzante estuviera con él un par de minutos en modo de venganza por lo de mi jueguito. Dejé los papeles sobre la mesa y volví a mirarle. Mi rostro estaba completamente serio y le miraba como hubiera mirado a un alumno que se ha portado mal en mi clase: Despectivamente, amenazadora.
‘‘Bien’’ Mi tono de voz había perdido toda su dulzura ‘‘¿Qué es lo que necesitas anciano?’’ El sujeto seguía en silencio. ‘‘Soy la profesora Lilith, ¿Cuál es tu nombre?’’
No me iba a mostrar amigable con un sujeto que en primer punto amenazó a uno de mis estudiantes {Si, lo había escuchado}y en segundo lugar, pero no menos importante, me llamo niña. –Estas actuando infantil Lilith… ¡Tú no te metas Lilith!-
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
Al acercarse a mí ella simplemente tomó los papeles con brusquedad de mis manos, cortándome la yema del pulgar con ellos. Con cualquier otra persona seguramente me hubiera enfadado, pero ella me recordaba demasiado a Juliet. Así que solo suspiré pesadamente y me llevé mi dedo a la boca para beber la poca sangre que salía de el. Sin embargo esto solo duró un instante, mi herida se curó muy rápidamente. Supongo que e una de las ventajas de no ser completamente humano.
La niña se dedicó a dejar los papeles sobre la mesa y mirarme muy seriamente, parecía tener una especie de ternura mezclada con una mirada asesina. Era bastante extraño estar frente a ella. Parecía que en cualquier momento saltaría a atacarme, lo cual me resultaba muy gracioso en mi imaginación. Aun así, dejando eso de lado ya me estaba hartando de todo esto, necesitaba encontrar un profesor y prepararme para cuando todo suceda. Estaba a punto de largarme a buscar a los profesores por mi cuenta cuando ella habló.
- Bien -Dijo muy secamente- ¿Qué es lo que necesitas anciano? -A-N-C-I-A-N-O, joder... eso si que no me lo esperaba, ademas ¿realmente creía que iba a decirle a que vine a una estudiante tan irrespetuosa? -Soy la profesora Lilith, ¿Cuál es tu nombre?
Podría haberme dicho que era profesora desde un principio, me hubiera ahorrado muchos problemas. Suspiré pesadamente y antes de responder saqué un cigarrillo de mi chaleco y lo encendí... No sabía si creerle... ¿Tan joven y Profesora? Con los años había adquirido la capacidad de leer vagamente a las personas y generalmente podía saber si estaban mintiendo o no. Pero esta chica, era imposible de leer y ademas me estaba poniendo los nervios de punta. Dí un gran pitada a mi cigarrillo y suspiré lanzandole todo el humo en la cara. De alguna forma debía vengarme por llamarme anciano, ademas de ese corte con el papel que no fue para nada cortés.
-Soy Jhon... Primer guerrero Gladius del reino de Chaos al servicio del primer ministro. -Tomé la silla mas próxima a mi y la arrastré para sentarme sobre ella mirando a la pelinegra. -En este momento lo primero que necesitaría sería ver al tercer ministro, aun que puedo suponer perfectamente que no se encuentra en la academia. Así que, pequeña profesora Lilith... Será a usted a quien reporte la situación. Ella me observó callada y yo me decidí a proseguir dando otra gran pitada a mi cigarro y liberando el humo hacia arriba.
-Bien, lo primero que necesito es un mapa o lo que sea que usen en Tempus para guiarse, necesito conocer cada rincón de la academia. -Acomodé mis anteojos con mis dedos sin mirarla y tras dar otra pitada proseguí- También necesito que les reportes a los estudiantes que deben ir a casa de inmediato. Las clases terminaron por hoy. Lo mismo para los profesores exceptuándote a ti. Ademas, utilizaré este lugar como bases de operaciones... ah y Lilith, mientras haces todo eso también puedes prepararme un café, hoy a va a ser un largo día.
Lo ultimo obviamente era broma, pero podía notar en su rostro que realmente lo creyó y no pareció gustarle. Pero decidí ignorarla y me dirigí hacia la ventana para abrirla y arrojar mi cigarrillo. Suspiré pesadamente y luego de eso me volteé para observarla.
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
Sacó un cigarrillo y arrugué el entrecejo. No era que me importara que fumara. Me daba lo mismo si este sujeto quería acabar con su vida lentamente. Pero el olor no lo soportaba. Me lanzó el humo de su cigarro al rostro y comencé a toser -Le voy a quebrar los huesos lentamente-. El olor hizo que se me confundieran los olores del lugar y me mareara lentamente.
‘‘Soy Jhon… Primer guerrero Gladius del reino de Chaos al servicio del primer ministro’’ Oh, esto era curioso -¿Guerrero Gladius? No siempre los veía- . Él se sentó en una silla. ‘‘En este momento lo primero que necesitaría sería ver al tercer ministro, aunque puedo suponer perfectamente que no se encuentra en la academia. Así que, pequeña profesora Lilith…’’ Apreté los puños ‘‘Será a usted a quien reporte la situación.’’ Me mantuve en silencio. Muy enojada por cierto.
‘‘Bien, lo primero que necesito es un mapa o lo que sea que usen en Tempus para guiarse, necesito conocer cada rincón de la academia.’’ -¿Dónde era que estaban los mapas?... espera… ¿Voy a ayudarlo?- ‘‘También necesito que les reportes a los estudiantes que deben ir a casa de inmediato. Las clases terminaron por hoy. Lo mismo para los profesores exceptuándote a ti. Además, utilizaré este lugar como bases de operaciones… ah y Lilith, mientras haces todo eso también puedes prepararme un café, hoy va a ser un largo día’’
Con cada vez que abre la boca siento que mi ira aumenta. Se levantó y lo seguí con la mirada. Botó el cigarro por la ventana y me observó. Me acerqué a paso lento y cuando estuve cerca de él le tome del traje para dirigirme a él a la misma altura. Tenía fuerza, por lo que no me costó acercarlo.
‘‘Mira Jhon primer lo que sea. No sé quién te crees que eres para darme órdenes. ’’ Comencé casi escupiendo las palabras con rabia ‘‘Pero te voy a ayudar y lo haré por el bien de la escuela. No porque obedezco a un crío como tú. ’’ Le solté y empujé ya que detrás de él había una silla. Sé que antes le había tratado de anciano, pero ya estaba sacándome de mis casillas y no me importaba si se enteraba que pude haber conocido a su padre, abuelo y hasta tátara-abuelo ‘‘Tú buscaras los mapas, que creo están bajo algún papel colgado en la pared. ’’ Aunque fuera el salón de profesores, era un completo desorden. ‘‘Y mientras yo me voy tú serás quien prepare el café’’ Terminé apuntándole con un dedo y con la otra mano en la cintura.
Me alejé y caminé a grandes zancadas fuera de la habitación. Demonios, seguía enojada.
Llegué rápidamente al pasillo. Normalmente me hubiera perdido apenas pisara fuera de la sala de profesores, pero ahora estaba tan encabronada que mis pies caminaban solos.
En el pasillo me encontré con un par de alumnos que no estaban en clases. Al parecer eran una pareja. Cuando el muchacho me vio, no hizo nada. Pero la joven le miró asustada y al parecer le dijo algo, porque empezaron a caminar rápidamente lejos de mí.
‘‘¡Hey! ¡Ustedes!’’ Mi voz seguía amenazadora. Ellos se detuvieron como si se hubieran convertido en estatuas y voltearon a verme. Sonreí ‘‘Necesito que vayan y encuentren al subdirector. Díganle que lo estoy buscando’’ Mi voz sonaba dulce y ellos parecieron asustarse aún más. ‘‘¡Rápido!’’ Ambos comenzaron a caminar más rápido.
Me di media vuelta y entré al salón que estaba buscando. Era un curso mayor. Aunque no buscaba a algún alumno, si no a un profesor que sabía me ayudaría.
‘‘¡Charles!’’ Abrí la puerta de una patada {literalmente}. Los alumnos callaron de pronto y me miraron con los ojos bien abiertos. ‘‘¿Qué miran?’’ Dirigieron su mirada a los libros. Los que jamás estuvieron en alguna de mis clases se mantuvieron en silencio y con una sonrisa en los labios. Hice caso omiso y fije mi vista en el profesor tras el pupitre. Este estaba agachado tras él... No es que estuviera escondido. Seguramente se le cayó algo ‘‘Necesito hablar contigo, Charles’’ Dije melosamente. Él ajustó sus lentes y se levantó.
‘‘Eh… sigan lo que estaban haciendo’’ Me miró ‘‘Pr-Profesora Lilith’’ Dijo con una sonrisa algo floja. Vi que le temblaban las manos. Mi sonrisa se agrandó y señale la puerta. ‘‘A-ah… quieres hablar en privado… si’’ Miró el suelo apenado. Él era más alto que yo, pero no me intimidaba. Caminó afuera del salón y le seguí.
‘‘Oh, querido Charles’’ Comencé con las manos juntas y una voz muy amable ‘‘Necesito que me hagas un favor’’
‘‘¡C-Claro! Lo que usted diga, señora.’’ Mi mirada se agravó y la sonrisa desapareció ‘‘Quiero decir, profesora’’ Volví a sonreír.
‘‘Necesito que avises con urgencia donde el subdirector y le digas de mi parte que las clases terminaron por hoy, para estudiantes y profesores. ¿Me escuchaste bien?’’ Asintió y volteó a ver su salón ‘‘Estarán bien’’ Charles me miró y se alejó trotando en dirección a la sala del subdirector. Sé que se encontrarán en el camino.
Sonreí alegremente. Este sujeto siempre me ayudaba cuando estaba enojada… No quiero pensar que extorsiono a profesores. Pero él era tan tímido y fiel que sé no me traicionaría –Te tiene miedo Lilith. Después de que te enojaras con él hace unos años, jamás te ha vuelto a tratar en menos. Oh, no digas eso. Sé que solo es un buen amigo. Pobrecito. Que te calles.- Caminé de vuelta al salón de profesores y al llegar me apoyé en el marco de la puerta.
‘‘Listo’’ Le observé con una sonrisa ‘‘Ahora necesito escuchar una buena explicación. No confío en ti del todo’’. En el instante de decir eso, se escuchó por los parlantes de la escuela el aviso de que las clases se suspendían dando un pobre argumento de excusa seguido del sonido del timbre.
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
-Tú buscaras los mapas, que creo están bajo algún papel colgado en la pared. *Bien, en la pared!*
-Y mientras yo me voy tú serás quien prepare el café. Dijo apuntándome con su dedo mientras se retiraba furiosa por el pasillo. Tan pronto escuché que el ascensor se cerraba eché a reír con tantas ganas que termine lagrimeando. La señorita Lilith era toda una cascarrabias y tenía un gran carácter, era el tipo de persona que me caía bien. Mostré una sonrisa en mi rostro y encendí un cigarro mientras me levantaba de la silla y observaba el lugar.
-Mapas... mapas... ¿Donde dijo que estaban? -Llevé una mano a mi barbilla observando los papeles que estaban sobre los escritorios, mierda, no había tiempo para leer! lo mejor sería tomar la ruta facil, si no tiene el dibujo de un mapa lo quemo. *Sí, definitivamente creo que es lo mejor en esta situación tan difícil* pensé mientras comenzaba a levantar los papeles apenas observándolos sin leerlos. No me consideraría a mi mismo una persona lo suficiente intelectual como para gastar mi tiempo leyendo tonterías en papel. Si leía solo serían libros que realmente me interesaran. Así continué reduciendo los papeles a cenizas hasta dejar el escritorio completamente limpio y el piso... hecho un desastre... *¡Diablos, no están! veamos... ¿si fuese un intelectual de Tempus donde guardaría los mapas?* ... no, no tenía ni idea de donde estarían, estaba realmente molesto por no poder encontrarlos, observaba detenidamente el escritorio vacío hasta que levantando la vista unos pocos centímetros pude notar que detrás de unos papeles puestos en la pared con chinches sobresalía la punta de unos pequeños planos azules.
-Perfecto! dije con gran entusiasmo arrancando los planos de la pared dejando caer los que tapaban a estos al piso.
-Bien, tengo los planos.... ahora será mejor que limpie antes de que la niña llegue. -Salí caminando muy decidido por la puerta del salón y unos minutos después traía bajo el brazo uno de esos robots limpiadores de tempus que parecía querer escapar de mis manos, sin embargo, tras dejarlo sobre el suelo limpíó todo el desastre al instante.
Justo en ese mismo momento escuche un movimiento detrás de mi y al voltearme observé a que la muchacha había regresado.
-Listo... Ahora necesito escuchar una buena explicación. No confío en ti del todo.Al instante alguien anunció a través de los parlantes que las clases debían finalizar y tras acercarme nuevamente a la ventana pude notar como los estudiantes se alejaban alegremente de su... reclusorio. En ese momento me acerque a la maquina de hacer cafés y lo preparé debidamente.
- Supongo que tiene razón... le debo una explicación pe... *No era conveniente hacerla enojar, lo que menos necesitaba era mas gente en contra* Profesora Lilith, Me corregí rápidamente y tomé ambas tazas de café calentándolas a través de la temperatura de mis manos y en cuanto estuvieron suficientemente caliente dejé una de ellas sobre la mesa para Lilith y la otra me la llevé conmigo mientras me sentaba sobre la silla.
-Bien... -dije ahora con un semblante muy serio -Supongo que estará enterada de la situación del gobierno, ya que, de hecho es bastante publica... -Suspiré y arrojé mi cigarrillo por la ventana para beber un sorbo de café- La realidad es que tenemos información de que una pequeña banda de revolucionarios podría planear un atentado contra este edificio. No son mas de cinco o seis personas, pero se dice que entre ellos hay dos que son increíblemente fuertes... El modus operandi de esta banda es simple, entran en el lugar, toman y asesinan tantos rehenes como puedan y plantan miles de detonadores por todo el lugar. Una vez hecho esto escapan, detonan la bomba y el edificio cae. Estos son los tipos... -Dije mostrandole unas pequeñas fotografías que saqué de mi chaleco y dejé sobre la mesa junto a mi identificación que constataba mi cargo y mi rango.
-Si aun no me crees puedo entenderlo. De todas formas ya tengo todo lo que necesito y puedo encargarme de ello. Usted es libre de retirarse a su hogar y muchas gracias por colaborar... Ah... y obviamente no puede contarle lo que le dije a nadie, de lo contrario tendré que hacerla arrestar y realmente no deseo tener que verme con nadie mas que con estos tipos.
Luego de eso tomé los planos para intentar memorizarlos y subí los pies sobre la mesa ignorando completamente a la muchacha.
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
El sujeto gladius estaba fumando frente a mí, de pie en medio del salón con el robot cerca. Fruncí el entrecejo sospechando, él camino en dirección a la máquina de café y sonreí dando un paso dentro de la habitación cuando un olor me abofeteó el rostro. No, no era e olor a café. Era olor a quemado. Para cualquier otra persona aquel débil olor hubiera pasado percibido, pero me picaba tanto la nariz que sentía ganas de estornudar -¿Qué era lo que había hecho este crío? A mí también me gustaría averiguarlo Vaya, parece que por fin nos ponemos de acuerdo en algo- Observé a mi alrededor, el olor se mezclaba con el aroma dulzón de la habitación y el cigarrillo. Sentí náuseas y me cubrí la nariz con la manga de la chaqueta. Pestañeé un par de veces y vi al rubio acercarse con una taza de café en las manos. El aroma me provocó una arcada y cerré los ojos un minuto girando la cabeza a otro lado, respirando profundamente. Me concentré en un sólo aroma y abrí los ojos dando la vuelta para encararlo. Él había dejado una de las tazas sobre la mesa y se había sentado en una silla. Tenía los mapas con él por lo que supuse que mis indicaciones le habían ayudado.
‘‘Bien…’’ Comenzó a hablar. Me aparté una silla y me senté frente a la mesa que tenía la taza de café sobre ella, la tomé con ambas manos sintiendo el calor de esta y haciéndome sospechar aún más del sujeto. Esa máquina de café modificada por los técnicos de tempus no calentaba las tazas, solo el contenido. Tomé un sorbo sintiendo el cálido y amargo líquido bajar por mi garganta, proporcionándome un escalofrío. Hice una mueca, le faltaba azúcar. ‘‘Supongo que estará enterada de la situación del gobierno, ya que, de hecho es bastante publica...’’ Arrojó su cigarrillo por la ventana como por milésima vez en el día, se suponía que este sujeto venía a ayudar a la academia, ¡pero terminaría incendiándola! Hasta las criaturas de lo más profundo del mar hablaban de la situación del gobierno. Estaba de más decir que también lo estaba, y si tuviera algún día que unirme a algún bando, definitivamente me uniría a ninguno –No quiero perderme la diversión ¡Oye! Iba a decir eso Pues eres más lenta Te detesto- Era cierto que ayudaba a los alumnos de tempus y les enseñaba distintos métodos defensa y un poco de teoría, pero eso era meramente trabajo. ‘‘La realidad es que tenemos información de que una pequeña banda de revolucionarios podría planear un atentado contra este edificio. No son más de cinco o seis personas, pero se dice que entre ellos hay dos que son increíblemente fuertes... El modus operandi de esta banda es simple, entran en el lugar, toman y asesinan tantos rehenes como puedan y plantan miles de detonadores por todo el lugar. Una vez hecho esto escapan, detonan la bomba y el edificio cae. Estos son los tipos... ’’ Sacó unas fotografías del bolsillo y las dejó sobre la mesa frente a mí junto a otra cosa. No me molesté en observarlas ya que estaba muy atenta a sus movimientos. ‘‘Si aún no me crees puedo entenderlo. De todas formas ya tengo todo lo que necesito y puedo encargarme de ello. Usted es libre de retirarse a su hogar y muchas gracias por colaborar... Ah... y obviamente no puede contarle lo que le dije a nadie, de lo contrario tendré que hacerla arrestar y realmente no deseo tener que verme con nadie más que con estos tipos. ’’ Tomó los planos y los observó mientras subía los pies sobre la mesa.
Levanté una ceja y dejé la taza donde estaba. Me levanté y tomé los pies del guerrero sin esforzarme demás, los elevé sacándolos del área de la mesa y soltándolos para que cayeran al suelo en un movimiento para nada delicado. ‘‘¿Qué acaso tu familia no te enseñó modales? Creo haberte dicho antes que no me iba a ir. Ahora que me doy cuenta no puedo dejar esta institución en tus manos, niño’’ Me giré, estaba claro que no me iba a echar del lugar así de simple. Tomé mi cabello con la intención de amarrármelo con una cinta que tenía en la muñeca izquierda cuando me fije en la mesa que antes estaba sentada y dejé caer las manos a mis costados. Esta estaba… vacía. ¿¡Vacía!? ¡Y los papeles! ¿Mis papeles? Me desesperé, era imposible que el robot haya subido hasta ella para aspirarlo todo. Miré a todos lados, esperando haberme confundido de mesa pero no era así. Mientras miraba a todas partes pude apreciar que en el lugar donde antes estaban los mapas, los otros pergaminos colgados habían caído al suelo. Esto solo me daba una idea.
Observé al sujeto una vez más mientras mi mente no dejaba de maquinar ideas y suposiciones. Solo tenía algo en mente. Este joven lo había hecho. Pero el asunto era… ¿¡Cómo!? Caminé lentamente hacia la mesa y pasé un dedo por ella. Lo levanté y observé que había un tipo de polvillo. Lo acerqué a mi rostro y el olor a quemado nuevamente inundó mis narinas. Este tipo… ¡¿Era pirómano?! Le había dado unas claras indicaciones de donde buscar, le había dicho que estaban en la pared. Algo que no soportaba era que no me prestaran atención cuando daba las instrucciones. Si estabas en una situación en la que tu vida peligraba, no tenías dos opciones. Aquellos alumnos que no seguían mis indicaciones terminaban malheridos y reprobaban mis clases. Apreté los puños y miré con fuego en los ojos al guerrero.
‘‘¿¡Qué mierda has hecho con mis papeles!? ’’ Okey, aquel lenguaje estaba demás. Pero estaba como los mil demonios –Un vampiro de tu linaje no debería decir ese tipo de ordinarieces ¡No es mi culpa ¿Bien?! ¡Aparte no soy un vampiro nacido, soy convertido! Pero tienes historia ¡No me importa!– Sentí mis pupilas inyectarse en color rubí. ‘‘¡Te había dicho que los planos estaban en la pared! ¡¿Qué tipo de paredes hay en tu casa?!’’ Le di la vuelta a grandes zancadas a la mesa y me puse frente a él. Le apunté con un dedo acusador ‘‘¿¡Sabes cuánto tiempo me ha tomado organizar, hacer y corregir aquellos malditos papeles!?’’ -¿Ordenar? No me hagas reír ¡Tú te callas!- Vi que abría la boca para decir algo pero le callé nuevamente ‘‘¡No, no sabes. Idiota oxigenado!’’ Estaba enojada, le estaba gritando, estaba retándolo como retaría a un crío que no ha hecho bien. No era bueno que me pusiera de esta forma, porque luego los instintos me dominarían. Estos instintos habían hecho enorgullecer a mi padre inhumano, pero a mí me avergonzaban. Le intenté mirar a los ojos, pero las gafas me estorbaban. Los tomé en un rápido e impredecible movimiento, dejándolos o más bien tirándolos sobre la mesa. ‘‘¡Sácate esas cosas, estamos en un lugar cerrado!’’ No le di oportunidad a sacárselos puesto que ya se los había quitado. Le clavé la mirada en los ojos y comencé a temblar del enojo.
-Tranquilízate- Sentí una voz en mi interior que no era la de mi conciencia. Era la de mi hermanastro. Me dio un vuelco en el estómago y mi rostro se relajó súbitamente. Me alejé y le di la espalda, posando una mano sobre la mesa para no caerme y con la otra cubriéndome el rostro. Inhale y una imagen me inundó la mente, de aquella vez cuando había perdido el control con unos irritantes hombres fuera de un bar. Los había herido a golpes y me había desquitado con toda la rabia posible, asesinándolos. Él estando a mi lado no me detuvo, observándome impasible hasta que se acercó y dejando una mano sobre mi hombro derecho me dijo aquella palabra. Aquél que no hablaba mucho y que desconfiaba de todos, me había dicho aquello con mucho sentimiento impreso solamente en esa frase y solo entonces me había dado cuenta que estaba llorando mientras no dejaba de golpear a uno de ellos. No lo había vuelto a ver… como al resto de mi familia.
Exhalé y un escalofrío me recorrió entera. Con ambas manos me tomé el cabello y lo amarré con la cinta negra en una cola alta. Miré a la mesa aún sin dirigirme al rubio tras mi espalda y me fijé en las fotografías, también en la identificación. Me saqué la chaqueta y la dejé al respaldo de una silla. Uno de los sujetos tenía el rostro en una clara mueca de enfado y el otro… Abrí los ojos desmesuradamente tomando aquella fotografía en mis manos
‘‘¡Charles!’’ Exclamé sorprendida. –Sabía que este sujeto era sospechoso ¡No lo puedo creer! Deberías creerlo, ¿Acaso has olvidado la primera vez que te topaste con él? No es posible-. Ese día de la mañana como siempre me había perdido en los pasillos de la escuela, a lo lejos había visto a una persona hablar con el subdirector y me acerqué feliz de encontrar a alguien. Él al verme me presentó a Charles, quien sería un nuevo profesor. Le observé y no pude evitar reír, puesto que un tipo tan rudo como se veía él con aquellos lentes era divertido. Él me miró de mala manera y comenzó a insultarme, burlarse de mi estatura. Recuerdo que el subdirector le había advertido algo y me miraba de reojo, me conocía, sabía de lo que era capaz. Por último dijo algo dudando de mis habilidades, los alumnos que pasaban por ahí se rieron de tal comentario y su sonrisa victoriosa me crispó los músculos de rabia. De ahí en adelante mis recuerdos son confusos –Culpa de los instintos vampíricos-. Pero luego de aquél encuentro él había comenzado a evitarme y los temblores que le daban cuando estaba cerca de mí me provocaban ternura. No volvió a decirme nada de esa índole más adelante hasta el día de hoy… No podía creerlo, no quería creerlo. ¿Charles? Mi pequeño Charles –Te tiene miedo Lilith, tuvieron que llevarlo de urgencia… ¿No te acuerdas de que lo lanzaste por la ventana desde el tercer piso? ¡¿Hice eso?! Claro, después saltaste tras él y no tuviste compasión ¡Pobre Charles! Hubiera hecho lo mismo, así que no le tengo lástima-. Escuché unos pasos confiados y vi al nombrado profesor bajo el marco de la puerta. Al principio su rostro mostraba alegría pero al fijar su vista en el rubio y en mí su rostro mostró el miedo que sentía en ese momento, retrocedió unos pasos pero antes de que saliera corriendo me acerqué a él y le tomé de la corbata. Lo acerqué a mi altura y puse la foto enfrente de él.
‘‘¿Qué hace tu sucio rostro en esta fotografía?’’. En ese momento el pequeño robot de limpieza chocó con mis pies y exasperada lo pateé lejos, chocó con una pared y se hizo trizas.
Re: ¡Ojos morados, Gafas Azules Protegiendo la academia! [Lilith y Jhon]
-Lo sé, pero me agradan mis lentes… –contestó mirándola fijamente con su sonrisa desafiante.
Tras esto llevó sus pies de nuevo sobre la mesa y llevó la mano a su chaqueta, sacando de allí otro par de lentes exactamente iguales a los que ella había arrojado. Sacó otro cigarrillo y comenzó a echar humo nuevamente mientras volvía a inspeccionar aquellos planos, memorizarlos era algo demasiado tedioso, pero era lo que requería si no quería perderse en aquel lugar. Le tomó unos minutos lograrlo, al terminar los dejó sobre la mesa y observó el rostro sorprendido de la profesora Lilith al ver la fotografía.
-¿Charles?… preguntó a lo dicho por aquella. ¿Sería posible que hubiera reconocido a algún integrante del grupo? Eso acortaría bastante las cosas y resultaría muy ventajoso.
La señorita no respondió, parecía absorta en sus propios pensamientos. Yo me dediqué a escrutarla con la mirada.
-¿Charles?… inquirí nuevamente buscando una respuesta… no hubo caso, no me oía…
Sin embargo, no pasaron ni diez segundos cuando alguien se aproximó bajo el marco de la puerta. Bingo! Lo reconocí al momento, era uno de los tipos de la banda. Conocido por su apodo “el sangriento billy” aunque era curioso, porque parecía estar temblando de miedo frente a mi pequeña compañera, incluso tartamudeaba, que patético se veía.
No lo dudé un segundo más y me adelanté a la muchacha que exigía respuestas, me lanzé en una acometida me puse en medio de ellos mirando al tipo de frente. Lo observé cuidadosamente, no parecía para nada alguien… sangriento, más bien se veía como un perrito asustado sin sacar su vista de los ojos de la profesora. Ignorándome completamente, pero no por mucho…
Le dí un leve empujón sobre el pecho llevándolo desde el marco de la puerta hacia la pared del pasillo, en cuanto este rebotó contra la misma lancé un puñetazo que rozó su oído por milímetros y le dediqué una mirada asesina.
-No sé porque le temes tanto a esta muchacha, pero te diré algo Charles… o Billy… como sea, cualquier cosa que ella te haya hecho puedo hacértelo mil veces peor. Ni te imaginas las máquinas de tortura que te esperan en Chaos Hurbanis… Pero puede que hable bien de ti y te las evites, cooperando. Sino, voy a rasgarte la piel a trozos aquí mismo ¿entendido? –Dije mirándolo muy seriamente.
Tras esto lo tomé del cuello y comencé a apretar, el tipo no parecía querer ceder ni ante la falta de oxígeno, solo se quedaba observando a la muchacha detrás de mí, la cual yo no llegaba a ver. Apreté aún más fuerte, si no quería hablar entonces no me servía, apreté aún más fuerte, estaba seguro de que no faltaba mucho para romperle el cuello. Además la falta de aire le había puesto la cara morada, sus ojos se pusieron blancos. No me servía si no podía hablar, solo quedaba una cosa por hacer. En ese momento estaba dispuesto a hacer un poco más de presión y acabar con aquella escoria.
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