En la profundidad de tus ojos puedo ver la verdad [Marcus Blacklock]

por Invitado Jue Ene 28, 2016 8:57 pm

Vaya que era una tarde calurosa en el reino, y solo cuando tuvo tiempo libre tras terminar sus entrenamientos, tomó una pequeña mochila para abandonar el castillo de Chaos en dirección Este, sitio que obviamente era su preferido por una sola causa en particular, el famoso lago, si, algo tan simple para algunos…resultaba ser la única vía de escape que la jovencita poseía entre tantas personas que consideraba inoperantes o inservibles. No le llevó demasiado tiempo dirigirse a un paso moderado, solo para sonreír con verdadera calma cuando se encontró con aquella maravilla natural. Internamente se estremeció deseosa, y cada paso dado era una pequeña satisfacción personal de ir acortando la brecha entre ella y obviamente lo que tanto deseaba. Dejó la pequeña mochila sobre una roca cercana, al mismo tiempo que iba quitándose el calzado, para luego llevar las manos hasta su propia cadera, bajando lentamente el short de color blanco, deslizándolo por aquel par de piernas tentadoras que poseía sin mucho empeño, quizás…echándole un poquito la culpa a la buena genética.

La blusa termino apartándola por encima de su cabeza, tomándose el tiempo necesario como para doblar ambas prendas cuidadosamente e igualmente dejarlas dentro de la mochila. Como toque final se soltó el cabello, que enmarcaba la figura de la fémina en todo su esplendor…Ante sus sentidos, tenía todo lo que necesitaba ahí mismo y sinceramente, poco le importaba que algún soldado o guardián pudiera verla en bikini, después de todo, ante sus ojos era completamente normal. Paso a paso fue avanzando hasta que las olas tocaron sus pies, generándole que por unos instantes experimentara sensación de “frio”, agradable a sus sentidos más que a modo de provocarle rechazo. –Debo tener el cuerpo hirviendo…Bueno, ¿qué más da?. Algo es algo- Murmuró para sí misma, decidida a ir avanzando. En primera instancia podía sentir el suave lecho del lago bajo sus pies, siendo que el agua comenzaba a otorgarle breves momentos de exaltación a nivel interno, eso no la detuvo al momento en que se lanzara a nadar los primeros tramos cuando el nivel de agua pasaba por encima de su cadera.

Se mantuvo así un tiempo hasta que notó que por más que quisiera, ya no hacia pie con el fondo, dando lugar a que terminara por sumergirse unos momentos, sabiendo perfectamente como regular la respiración a tal punto de que disfrutara del fondo, de la claridad misma gracias a que el sol así lo permitía todavía. Emergió dando una sutil bocanada de aire, sus mejillas permanecían ligeramente enrojecidas, mientras que algunos cabellos más cortos enmarcaban el rostro delicado de la guerrera gladius. –Esto en verdad es el paraíso, se siente más que bien- Afirmó en un tono de voz sutil pero armonioso, retrocediendo con el mismo cuidado hasta que su espalda tocó una de las rocas mayores, la que justamente usó a modo de apoyo para permanecer así.

Las gotas de agua caían delicadamente desde su cabeza, rodando por las mejillas de la sirena y algunas descendían por su cuello, prosiguiendo su camino en vertical hasta finalmente desaparecer en cierto punto. Su respiración era algo entrecortada, algo acelerada por instantes hasta que, gradualmente, fue serenándose, retomando la sincronía.

por **Marcus S. Blacklock** Jue Ene 28, 2016 11:16 pm

Últimamente con el constante cambio de los demás miembros Gladius, había perdido interés en conocerlos o si quiera reunirse con ellos. No le parecía necesario si luego de unos días iban a resignar, sobre todo porque ninguno de los nuevos “compañeros” parecía ni cerca listo para una guerra o un combate y por tanto, no valían su tiempo. Podía ser que los 5 en términos de jerarquía tuvieran el mismo poder pero individualmente, ninguno estaba cerca de la fuerza que Marcus había adquirido, ninguno le serviría como compañero de combates. Prefería mil veces ser tachado de solitario y pelear solo, a cargar un bulto que no solo lo entorpecería sino que podría hacer que lo maten. Sin duda el fénix había perdido un poco de ese interés en enseñar a otros, donde no había interés, esfuerzo o dedicación, no había necesidad de alguien para adiestrar.

Según había escuchado en los pasillos del castillo, un par de nuevos soldados habían llenado de nuevo las plazas libres de los gladius y aunque por lógica debía presentarse a conocerlos, prefería salir del castillo y dirigirse a un sitio donde pudiera estar solo y quizás entrenar como era debido. Partió hacia su habitación y mientras pensaba donde podía ir, recordaba las muchas veces que considero abandonar ese puesto y volver a su reino natal, tal vez trabajar en un ejército que valiera la pena pero siempre se frenaba cuando rememoraba la razón por la que se había unido en primer lugar. Él tenía un objetivo y no podía marcharse hasta verlo cumplido, luego tendría tiempo incluso para viajar si lo deseaba.
Una vez en su cuarto, solo preparo un poco de ropa para poder pasar la noche fuera además de tomar un cartón nuevo de cigarrillos. Últimamente había estado fumando un poco más de lo normal, posiblemente debido a toda la molestia que llevaba contenida y era obligado a disimular frente a los demás soldados. Quizás debía considerar tomar unas vacaciones, lo menos que deseaba era perder completamente los estribos en un momento incorrecto.

No poseía la fuerza necesaria para ver la cara de todos y mantener su semblante tranquilo por lo que opto salir por su ventana, tomando su forma fénix en medio de la caída. Dejando la ciudad atrás, se dirigió por el cielo nublado hacia la única zona donde nadie iba. Había tomado un mayor aprecio por su forma fénix, antes no le gustaba transformarse, pero desde hace poco se sentía más libre con ese aspecto, más unido a su herencia y lo que lo rodeaba. Le gustaba sobre todo como resultaba en el cielo cubierto de esas únicas llamas negras que conformaban todo su cuerpo, ese mismo fuego que representaba el espíritu que ardía en su interior y que hasta ese momento no había logrado mostrar en su totalidad.

Al cabo de un rato vio el lago desde la distancia y como siempre, ni alma a la vista en la zona. Era una pena que los habitantes de ese reino rehuyeran al lago porque era un sitio con más vida que el resto de Chaos juntos. Tal vez todos estuvieran tan acostumbrados a lo sombrío, que la visión de algo tan calmado y bello los quemara. De cualquier manera era mejor, lo que menos quería en ese momento era ver a alguien. Necesitaba estar solo para tranquilizarse y pensar.
Planeando a unos pocos metros de una pequeña agrupación boscosa, recupero su forma humana y aterrizo sobre la copa de un árbol. Con cuidado bajo hasta la tierra y luego de colgar la maleta negra de su hombro, comenzó a caminar el poco trecho que le faltaba hasta la orilla del lago.

Al fin, algo de paz –murmuro deteniéndose a la sombra de un viejo árbol, dejando caer su mochila en el diminuto pedazo de pasto mientras se quitaba la camisa negra que llevaba. Lo primero que necesitaba hacer era consumir un poco de sus energías y solo se podía hacer entrenando.- Veamos si aún lo recuerdo…-suspirando flexiono sus músculos y tomo una postura de combate con una mano levantada sobre su cabeza, apuntando hacia el cielo y la otra cerca de su vientre. Cerro sus ojos un momento y toda su piel comenzó a brillar con chispas azules, pasando por sus brazos hasta la punta de sus dedos y de ahí hacia el cielo o la tierra siguiendo el ritmo en el que movía sus puños, practicando una combinación algo compleja de golpes.

por Invitado Vie Ene 29, 2016 12:56 pm

Su estado de relajación era tal que en algunos momentos volvió a cerrar los ojos para finalmente dejar de oponer toda resistencia y hundirse, la sensación de paz era tan grande cuando iba sumergiéndose que incluso una sutil sonrisa se dibujó en aquel delicado rostro. La falta de aire era nula, más aun cuando su cuerpo comenzó a emanar cierto brillo rojizo debajo del agua a medida que iba adoptando su verdadera forma como lo que era…una sirena. Ese aspecto un poco más salvaje pero no por eso menos “divino” era el claro reflejo de una raza tan antigua como conocida, más allá de aquella cola rojiza con detalles en dorado y que su torso quedaba completamente al descubierto, siendo entonces que algunas hebras de aquel cabello cubrían lo justo y necesario, se notaba en su mirar un brillo especial, atrapante o cautivador.

Se mantuvo así sumergida entre gráciles movimientos sincronizados, girando e incluso inspeccionando un poco más el fondo, siendo rodeada por gran cantidad de peces o criaturas que bien debían su procedencia mágica a la diversidad del mundo llamado como Spirit Soul. Esto no le molestaba, era su medio ambiente y no se sentía amenazada, por el contrario, se movía con mucha más soltura de lo que seguramente lo haría en el mundo de los “humanos”, seres en los que obviamente no confiaba del todo, por los que guardaba cierto recelo o más bien, prefería mantenerse alejada. Cada movimiento ejercido profería cierto toque de suavidad pero sensualidad también, incluso aquel largo cabello se movía lentamente, como si el mismo tiempo estuviera suspendido allí debajo.

Así se mantuvo unos quince o veinte minutos hasta que, atraída por una sutil presencia desvió la mirada hacia la superficie. ¿Qué era aquello?, siendo un ser del agua, tan permeable a las energías…se sintió increíblemente atraída. Incluso apretó apenas los labios y completamente absorta en esa propia curiosidad, no dudó en ir emergiendo un tanto apresurada, como si el causante de ello tuviera esa fuerza de atracción para con la sirena. Primero asomó la cabeza lentamente pero solo vio a un hombre de cabellos negros emanar destellos de procedencia dudosa…Natasha parpadeó curiosa un par de veces y con velocidad, empezando a acortar distancias un poco, lo recorrió con la mirada lentamente, cual depredador acechando a su presa aunque no en ese exacto sentido. -¿Qué estás haciendo?- Preguntó al final con un suave sonrojo en sus mejillas, sin poder evitarse aquello gracias a esa propia curiosidad que en más de una ocasión la metía en problemas.

-¿No es electricidad, cierto?- Intentó asegurarse y ahí fue cuando se arrepintió por completo, ¿Qué tal si era uno de esos famosos cazadores o piratas?, nada agradable seguramente, menos aun si este manipulaba el elemento al que tan débil era…Si, considero volver a sumergirse y desaparecer de un segundo a otro, sin embargo, ahí estaba, presa de aquella “atracción” tan repentina pero no por eso menos interesante que experimentó. Solo restaba aguardar a las acciones de aquel joven que de momento ofrecía un interesante panorama visual.

por **Marcus S. Blacklock** Sáb Ene 30, 2016 5:02 pm

Todavía podía recordar los movimientos, cada combinación y revés que había aprendido en el transcurso de su vida. Todas las memorias, los años que paso de rodillas en el suelo intentando dominar sus técnicas, manchado de barro y sangre, habían valido la pena. Cada hueso roto, musculo desgarrado y noche de dolor curándose, lo habían convertido en el guerrero templado que era, una maquina perfecta que no conocía limites cuando a fortalecerse se refería. Había sido capaz de romper todos los muros que se levantaron a su alrededor y planeaba derribar las barreras en su camino a alcanzar el pico más alto de poder y obviamente, superarlo completamente.

Aunque la electricidad era por naturaleza un elemento caótico, años de adiestramiento le habían conferido un control absoluto sobre el caos. Era maravilloso lo que podías conseguir solo con un poco de dominio, como baila dócil entre sus dedos sin oponer resistencia alguna. Aun así, no solo necesitaba practicar con ese elemento por lo que comenzó a realizar movimientos coordinados con sus dos brazos, imitando los cortes de una espada hasta que en las yemas de sus dedos se concentró una gran cantidad de energía, disparando esta hacia el cielo en la forma de la cabeza de un tigre rugiendo. Luego de liberarla, esperaba que los rezagos de chispas desaparecieran de sus manos cuando se percató de esa persona, girando su mirada al escucharla. Alguien en ese lago, eso era algo completamente nuevo de ver.

Entrenaba –respondió con calma, deslizando su mano sobre su frente mientras se acercaba al agua. Se arrodillo en la orilla, hundiendo sus manos en esta y tomando un poco que dejo caer sobre su cuerpo, refrescándose. Volvió a levantarse y regreso al sitio donde estaba practicando, rodeándose ligeramente de sombras que escalaron hacia sus brazos, cubriéndolos completamente.- Era electricidad si pero debes tener cuidado, en el agua es mucho más peligrosa –respondió para luego darle la espalda y centrar su energía en sus dedos.

Las sombras habían sido otro obstáculo que le costó mucho superarlo. Las sombras no poseían el caos de la electricidad pero si la propiedad de intentar devorarlo todo sin detenerse. Muchas veces casi se vio superado por las tinieblas pero se impuso ante ellas, de una manera cuando lo consiguió pudo sentir que había logrado dominar su lado oscuro cuando las tuvo a su disposición. Quizás por ello abandono los caza recompensas para ser soldado, una labor más pura por decirlo de alguna manera.

Oscuridad que todo lo consumes –murmuro retrayendo las sombras que envolvían sus brazos hasta sus manos, creando un denso cumulo de ellas.- Envuelve en angustia lo que te rodea y ruge como una bestia ¡enjaulada! –las sombras comenzaron a girar con violencia en sus manos, alterando su forma rápidamente hasta que dos cabezas de leones enfurecidos, completamente negros, se dispararon hacia una gran roca. La primera únicamente dejo la impresión del león en la superficie pero la segunda la convirtió en polvo que desapareció en la oscuridad reinante que se formó en esa zona.- Lo siento, ahora si dime ¿Qué haces aquí? –cuestiono girando de nuevo hacia la muchacha, observándola con sus orbes rojizos, marca que dejaba ese poder en su cuerpo.

por Invitado Vie Feb 26, 2016 12:18 am

La mítica criatura suspiró con ligera resignación, ¿por qué los hombres eran tan presuntuosos?, no lo sabía…pero la mayoría de ellos eran realmente presumidos en cuanto a sus habilidades. Frunció apenas el ceño, considerando que el consejo había estado de más…¿qué podía hacer para discutirle?, muchísimo, Natasha no era obviamente el tipo de chica que supiera callarse ante los hombres aunque fue criada para ser toda una jovencita “calmada”. –El agua es incapaz de causarme daño alguno, Blacklock, ¿te entró aire en la cabeza acaso?. Soy una sirena, es más que obvio que el agua es mi elemento fundamental y…preciado, por decirlo de una manera sutil, siendo que vengo de Tempus, se me dificulta demasiado la estadía- Asintió cuidadosamente, dejando escapar alguna que otra melodiosa risa a medida que continuaba nadando, a veces en círculos o en líneas rectas por algunos metros para finalmente retornar.

-Tú porque eres un pajarraco de fuego, estás más que acostumbrado a andar por ahí, fortaleciéndote con el propio calor que rodea la zona del castillo. En lo personal, creo que no podría existir sin este lago, no me queda tan cerca como quisiera, esa es una inmensa verdad…pero al menos tengo un sitio para estirarme un poco y no sentirme como un pez fuera del agua. Irónicamente- Volvió a sumergirse unos instantes, manteniendo aquella hermosa cola que mantenía bellos detalles afuera la misma duración de tiempo, para finalmente emerger, con una expresión de felicidad en tal delicado rostro sutil. –Además es toda una ventaja que no haya acontecimientos nocivos en el reino, son como unas mini vacaciones o algo por el estilo. Para lo demás, pueden encargarse tanto soldados como caballeros de élite, quiérase o no, para eso están-

Terminó por voltearse, quedando boca arriba, flotando y nadando lentamente así, apoyando a nueva cuenta las manos sobre su propio vientre en lo que se dedicaba únicamente a relajarse como pocas veces podía darse el bendito gusto de hacerlo.

por **Marcus S. Blacklock** Mar Mar 01, 2016 6:20 pm

Una de las pocas razas que jamás pensó vería viviendo en ese reino eran las sirenas. Criaturas que necesitaban el agua más que el aire, no tenían cabía en un reino donde predominaba el fuego pero sin embargo, allí estaba esa guerrera. No era muy fan de ella, el agua era uno de los elementos que menos le agradaban, pero admiraba su fortaleza para elegir el lugar más nocivo para ella como su hogar. Desde su punto de vista, le daba muchos más puntos por ese sencillo echo aunque a veces parecía que tanto tiempo fuera del agua afectaba un poco su entendimiento.

El azabache no dijo nada, simplemente se acercó a la orilla y metió su mano en el lago. Casi de inmediato saco un pescado no muy grande pero perfecto para probar su punto. Con un poco de concentración, dejo fluir algo de electricidad, quemando parcialmente al animal gracias a la humedad que lo cubría —Si se mezcla con electricidad, el agua es muy peligrosa. Ese era mi punto, soldado Lastrange —Comento con mucha tranquilidad mientras dejaba caer su cuerpo en la arena. Cruzo sus piernas y encendió una fogata con su mano izquierda, junto a la cual coloco el pescado para que terminara de cocinarse.

No lo iba a promocionar, pero prefería mil veces la tierra o el aire al agua. Era quizás su único miedo y la única vez que realmente sintió que moriría. Siendo una criatura de fuego, no tenía claro que podía pasarle si se ahogaba o moría debajo del agua. Había la posibilidad que sus cenizas se dispersaran y jamás fuera capaz de renacer nuevamente. Quizás cuando se cansara de sus constantes resurrecciones, el océano podría ser su verdadera tumba.

Somos la fuerza de elite, a menos que una guerra se desate, es mejor que no nos involucremos —Dijo creando una caña de hielo, comenzando a sacar con ella varios peces para poder almorzar — Sinceramente pienso que deberías intentar aprender a usar el fuego, es la única forma en que podrás vivir aquí sin sufrir tanto —Cuando tuvo un montículo más o menos aceptable a su costado, desintegro la caña y comenzó a colocar los peces alrededor del fuego —No sé si ustedes comen pescados o lo consideran un sacrilegio pero si quieres puedes almorzar conmigo, Natasha —La miro de reojo mientras tomaba el primer pez que atrapo y sacando un pequeño cuchillo, comenzó a separar su carne, comiéndola lentamente

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por Invitado Dom Abr 24, 2016 2:05 am

La sirena solo le observaba de reojo, pero en ningún momento dejaba de ir hacia un lado y otro en sus continuos movimientos, desplazándose por ese entonces a lo largo y ancho del agua…después de todo es en donde se sentía más cómoda, por no decir que a fin de cuentas lo sentía como una propia extensión de su cuerpo. El agua, adoraba el agua y…no le agradaba el simple hecho de que el Gladius estuviese allí, siempre con ese orgullo que tanto lo precedía, que tanto le encantaba demostrar ante los demás. ¿Qué pensaba la sirena en ese preciso momento?, que era tan creído, que tenía tanto ego capaz de abarcar todo el reino habido y por haber pero a fin de cuentas, no era como si sintiese un mal sentimiento hacia este. Le observó atentamente, hasta que descubrió como este se disponía a preparar el pescado recién sacado de su medio ambiente, le disgustó…simplemente porque se imaginó un cuchillo similar haciendo lo mismo con ella y fue suficientemente fuerte tal idea como para que se estremeciera por completo.

—Eh…no, no tengo hambre. Además…no se me antoja tampoco— Musitó, ladeando el rostro para evitar observar esa escena que poco grata le era al mismo tiempo en que movía aquella larga cola en tonalidades rojizas, creando pequeñas ondas en el agua a modo de juego…a falta de otra cosa que hacer. Resopló, arqueando una ceja a nueva cuenta pero siempre por simple capricho o hasta maña, encogiéndose de hombros. —Lo que pase con el gobierno no es de mi incumbencia, mi paso por Chaos es temporal, quizás regresar a Tempus es una opción…pero de momento no tengo pensado mezclarme demasiado en alguna facción del ejército—

Dijo sin más, flotando boca arriba, disponiendo a observar el cielo azul, las nubes recorrerlo lentamente y por sobre todas las cosas, evitando observar al Gladius, a quien todavía le tenía un tanto de desconfianza. ¿Por qué?, este nada malo había hecho, pero una parte de la sirena que era tan extremadamente propensa a desconfiar de los hombres, o personas en general, prefería mantenerse lejos de cualquier tipo de contacto o conflicto por muy tonto que sonase, por muy tonto que pudiese oírse…Si, así era ella, levemente desconfiada pero a fin de cuentas, una mujer que no poseía mala intención con nadie, que no era capaz de dañar a otros por simple capricho porque ella sabía de sufrimiento, sabía lo que era perder a alguien y mal que mal…no le deseaba tal cosa ni a su peor enemigo, si es que poseía alguno, claro está. –De todos modos, el elemento fuego no es de mi agrado, gracias por la oferta, pero no me siento cómoda ante el calor o ante lo que el fuego puede llegar a causar…consumiéndolo absolutamente todo—

por **Marcus S. Blacklock** Dom Abr 24, 2016 11:55 am

Está bien, debía aceptar que era buen soldado pero como persona sinceramente apestaba. Podía recitar de memoria procedimientos militares e incluso llevarlos a cabo con los ojos cerrados, algunos que hasta habían desaparecido de la practica actual pero era casi físicamente incapaz de llevar una conversación normal, algo que realmente deseaba cambiar porque a la larga terminara siendo el hombre más excluido no solo en ese reino pero en todos realmente. Era como llevar grabado en fuego una marca que mantenía a todos alejados, casi siendo natural en su actuar el degradar a las personas que se le acercaban, sin darse cuenta hablar con altivez y sarcasmo se convirtió en su forma natural de expresarse. Nunca se había planteado que podría ser algo malo pero quizás debía aprender a expresarse de otra manera, al menos si quería en algún momento formar alguna relación real.

En ese caso se dio cuenta tarde que quizás debió haberse olvidado de comer o simplemente hubiese elegido otro tipo de alimento. También se percató tarde que su forma de hablar había sido quizás borde o incluso pudo haber sido tomada como una burla hacia ella. Realmente la tenía complicada al sentirse atraído hacia esa mujer, esos sentimientos extraños para el fénix lo hacían actuar incluso más idiota de lo que usualmente era. Lo bueno era que posiblemente tuviese todavía una pequeña posibilidad de cambiar un poco el rumbo de eso hacia algo mejor.

Natasha lo lamento —Aquello fue lo primero que salió de sus labios mientras se levantaba y limpiaba sus manos con cuidado con un pañuelo negro. Seguido se giró y camino hacia el lago, deteniéndose justamente en la orilla, intentando no mostrar en su rostro la incomodidad e incluso el pequeño miedo que sentía — No lo había notado lo bonita que era tu cola —Menciono no sonriendo pero si miranda con un rostro un poco más tranquilo incluso amigable mientras luego de tomar un profundo suspiro, se sumergió en el lago.

El frio de inmediato calo su cuerpo y provoco que se estremeciera entero. Avanzo unos metros antes de que las memorias de ese día donde casi muere vinieran en tropel a su mente, atontándolo completamente. Su cuerpo se paralizo e incluso su rostro siempre calmo, se tensó un instante con miedo cuando se dio cuenta que se estaba hundiendo en el agua por su temor.
El gélido liquido entro en sus pulmones y lo hizo patalear desesperado por lo que pareció horas pero en un instante logro estabilizarse porque entre la impenetrable oscuridad de ese lago, brillaba esa hermosa cola que tenía la sirena. Un suspiro ahogado salió de sus labios mientras usaba toda su fuerza para impulsarse, rompiendo la superficie con su cuerpo mientras boqueaba buscando aire.

Yo… —Murmuro avergonzado completamente, mirando a la mujer sin saber realmente que decir. Soltó un suspiro y bajo la mirada, tosiendo por lo bajo mientras hacia un intento de organizar sus pensamientos. Eso no había salido como había pensado, jamás espero que luego de tantos siglos aun ese temor fuera a afectarlo de esa manera — Solo quería disculparme de nuevo como hable…por como actué y quería darte algo que bueno, encontré hace algún tiempo —Murmuro al tiempo que silbaba suavemente, apoyando su palma sobre el agua.

A los pocos segundos la superficie se movió, dejando ver al hipocampo más pequeño que podía existir. La pequeña cría que tenía la mitad superior de un caballo color negro con una crin dorada y la inferior de un pez de escamas plateadas con pequeñas zonas carmesí, nado hacia el fénix quien lo rodeo con su brazo derecho. Dejo una suave caricia en la crin del animal y luego giro hacia la sirena, sonriendo por primera vez con felicidad eh incluso ternura — Un día que estuve de misión en una isla, encontré a este pequeño perdido en la orilla. No había señal alguna de sus padres o de algún grupo del que se hubiese alejado. Estaba enfermo así que lo alimente y lo cuide hasta que estuvo fuerte. Cuando fue momento que me fuera, este pequeño no quiso dejarme ir entonces lo traje a este lago hace unos meses. Realmente ha crecido un poco pero yo soy un ser de fuego además que como pudiste ver antes…el agua realmente no concuerda conmigo. Había pensado dejarlo libre hasta que te conocí y bueno, pensé que quizás podrías tu cuidarlo. Si no quieres está bien pero…pienso que el pequeño le vendría bien alguien que pudiese estar con él en su habitad natural y bueno creí que tal vez te gustaría un amigo con quien nadar. Sinceramente eres en la única que podría confiarle el cuidado de mi amigo, Natasha —Dijo el fénix, acercándose un poco a la sirena con el pequeño hipocampo siguiéndolo y mirando a la mujer con curiosidad, especialmente la cola que se podía apreciar un poco por encima de la superficie.

por Invitado Miér Abr 27, 2016 12:20 am

Le observó atentamente con cuidado, cada movimiento que este hiciera no pasaba desapercibido ante los ojos de la sirena, quien por ese entonces se mantenía flotando con absoluta tranquilidad, moviendo aquella cola con gracia, siempre manteniéndose cerca e incluso acortando distancias hasta dar nuevamente con el rostro del Gladius, observándole atentamente para al final, solo suspirar, negando con el mismo cuidado. —No tienes porqué disculparte, no te comportaste de ningún modo, simplemente para mi es mucho mejor permanecer un tanto más lejos de las personas…es así como lo prefiero por cuestiones que tampoco vienen al caso— Admitió en un tono de voz apacible, arqueando por ese entonces una ceja con notable sorpresa. —¿No te agrada el agua?— Terminó por encogerse de hombros, permitiéndole tomar la palabra y hasta puede que ladeando el rostro para observar mejor a la criatura que tenía en frente, un pequeño Hipocampo…cuantos había visto en el lapso de su vida cada vez que optó por sumergirse en el océano.

—¿Y eso?, ¿por qué?...es decir, ¿por qué estás dándomelo?— Cuestionó otra vez, observando tanto a la pequeña criatura como al Gladius, con demasiados interrogantes en su cabeza, eso era lo seguro…pero sin llegar a saber realmente que tanto tenía que ver en el asunto. A nueva cuenta aquella luz volvió a rodear su cola, dando paso a ese par de piernas tan bien formadas que poseía…Lo notaba, moverse o desplazarse incluso en cualquier mínimo trayecto le resultaba mucho más lento que del modo convencional, claro, no lo era fácil ni en su propio elemento cuando adoptaba esa forma, pero a fin de cuentas…al menos estaba intentando igualar las condiciones como para que el mayor no se pudiese sentir en inferioridad de condiciones.

—Es lindo…de hecho. Pero ¿quién te asegura que él quisiera venir conmigo?, además puede que no esté del todo cómodo en Chaos, es una criatura netamente de agua, yo al menos puedo desplazarme fuera del agua si algo no me agrada, pero él me temo que no y…No lo sé, simplemente se me hace curioso que quieras dármelo para que lo cuide, cuando tú bien podrías cuidar de él, ¿o no, Marcus?— Su respiración era un poco agitada, sí, pero lentamente fue nadando hasta la orilla hasta que sus pies tocaron el fondo del lago, colocándose de pie sin más. —Date la vuelta— Inquirió al observarle por encima del hombro derecho, para finalmente ir caminando lentamente, alejándose del agua para así tomar una toalla en tonalidades rosas con las cuales cubrir su cuerpo, permitiendo que el agua fuese absorbida poco a poco por la tela de algodón. —Tampoco esperaba la llegada de otra persona, al menos es la primera vez que veo a alguien a estas horas. Y…ya puedes voltearte, supongo—

por **Marcus S. Blacklock** Miér Abr 27, 2016 2:09 pm

Aun ese dia seguia con la pregunta de como dos seres tan distintos llegaron a conocerse y porque siendo que habia rechazado la compañia de todos lo que intentaban acercarsele, buscaba cuando tenia la oportunidad, de estar junto a esa mujer. No lograba encontrar cual era ese motivo que iba mas alla de cualquier tipo de atraccion que verla le provocase. Eran juegos del destino ponerlo junto a una mujer tan unida a algo que el tanto intentaba alejar de su vida.

La escucho en silencio y siendo completamente sinceros no había esperado recibir una respuesta afirmativa por parte de la mujer, después de todo se notaba la distancia que existía entre ambos, no físicamente pero en su mirada existía un océano entre los dos. Quizás sería un poco más difícil llegar hasta ella pero bueno, era conocido por ser un hombre que insistía hasta lograr alcanzar su objetivo y por ahora tenía uno solo en mente. No solo por el sino también porque como le había dicho a la sirena, no tenía otra persona en la que confiara como confiaba en ella. —Mi tema con el agua es un tanto viejo...quizas en otro momento te cuente porque suelo alejarme un poco de ese elemento —Comento sin entrar mucho en detalles, desviando su mirada un tanto avergonzado por esas memorias infantiles que aun lo perseguian.

La siguió con la mirada, esperando que estuviese un poco más lejos para congelar el agua bajo sus pies, logrando estabilizar su cuerpo y detener el mareo que aún lo afectaba. Avanzo, únicamente congelando la zona donde sus pies se apoyaban, regresándola a su estado líquido una vez que pasaba de ella. No sabía porque no pensó en eso antes pero quizás fue lo mejor, no quería hacer enojar más a la sirena congelando el lugar donde ella nadaba— Yo tampoco pensé que encontraría a alguien cuando decidí venir al lago sin embargo quizás fue algo predestinado Natasha —Comento girando su cuerpo cuando ella lo pidió, un poco de mala gana porque no iba a mentir, le hubiera gustado verla. No lo decía de frente, porque no era su manera normal de actuar, pero consideraba a la sirena una mujer bastante hermosa, especialmente por ese rostro y su fuerte mirada, que lo atraían desde que la conoció.

Retomo su marcha cuando tuvo permiso de girar, caminando hasta que llego a la orilla. Camino sobre la arena, mirando de reojo a la pequeña cría aun en el agua antes de acercarse a la mujer, mirándola con tranquilidad a los ojos— Sinceramente eres una persona con un gran corazón, al menos eso pienso según lo que he visto en el poco tiempo que nos conocemos —Dijo mirando de nuevo al pequeño hipocampo aunque el animal solo veía a la sirena— Ustedes son amigos del agua, es su elemento por decirlo de alguna manera. Yo quisiera cuidarlo Natasha pero no puedo estar siempre a su lado, soy un soldado que normalmente es enviado a distintas misiones y no siempre con una clara visión de que sucederá en ellas. Este pequeño necesita una persona que lo quiera y lo crie de la manera adecuada, algo que pienso tu podrías hacer perfectamente. Mira su realmente no lo quieres, está bien pero él puede moverse por tierra o ¿cómo crees que lo traje desde esa isla hasta este lago? —Comento caminando hacia el pequeño animal. Toco su cabeza y alrededor de su cuerpo apareció una burbuja de hielo rojo llena con el agua del lago— Idee esto cuando lo encontré. Está protegido por una burbuja irrompible y que se mueve con el hipocampo. Si aceptas cuidarlo y quieres irte a otro lado, yo creare esto para que pueda acompañarte y cuando decidas donde deseas estar, solo debes guiarlo al agua y esta desaparecerá —Dijo regresando hacia la sirena mientras el pequeño volvía a sumergirse en el agua. Se acercó lo suficiente a ella para despejar su rostro de un par de cabellos húmedos, tomando distancia luego de hacerlo— Esto no es ningún tipo de truco ni busco nada a cambio. Sencillamente pienso que sería feliz a tu lado, no tengo duda alguna de ello—

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

En la profundidad de tus ojos puedo ver la verdad [Marcus Blacklock]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater