Misión de Cacería especial Rango 1: Caza un Rockfish |Privado|

por **Ezra Uperèphania** Sáb Jun 25, 2016 5:20 pm

Puerto de la zona este

Lunes | 09:00 AM

Aquella mañana, con el frío y la neblina que se cernía sobre las Islas putrefactas del reino de Chaos, la muchacha de cabello peliblanco se levantó casi a regañadientes. No entendió cómo es que fue engatusada a cazar aquel monstruo marítimo. Incorporándose con pereza y sueño, miró al espejo de la habitación de aquel hotel de mala muerte y bostezó de manera larga y tendida. Antes de emprender su camino hasta el armario, recordó todo lo que sucedió el anterior día. Uno de los mercaderes más reconocidos de la ciudad había sido robado y aquella misma semana tenía un pedido de “Rockfish”. Si no lo entregaba seguramente le rebanarían la cabeza aunque era problema suyo, no debería tener contacto con personas tan peligrosas. Eso es lo que pensó Ezra desde el primer momento pero, cuando escuchó su oferta, no pudo evitar sentirse interesada. Le propuso una recompensa de quinientos cincuenta Soulinks si cazaba uno de aquellos peces.

Y fue así fue como la muchacha de ojos tan claros como un amanecer de verano acabó aceptando una misión de tremenda dificultad. Ella ni tan siquiera conocía el aspecto de uno de aquellos peces y, de igual forma, desconocía el tamaño que podían tener. Pero aquello no fue suficiente motivo como para asustarla. Poniéndose uno de sus pantalones más cómodos junto con una camisa blanca, se miró al espejo nuevamente y observó su semblante con cuidado. Su pecho estaba vendado para cubrir sus tamaño y hacerlo parecer completamente plano, su cabello se encontraba salvajemente suelto y sus pies completamente descalzos. Antes de buscar sus botas de cuero tomó su sombrero favorito, el cual conjuntaba con la gabardina que siempre llevaba, y enrolló su larga melena para esconderla en el mismo. No quería que nadie supiese que era una mujer y menos aquellas personas que convivían en una ciudad tan caótica. No tenía miedo de los hombres ni mucho menos de lo que eran capaces de hacer pero las palabras de su mentor siempre se le quedaron grabadas en la mente “Una mujer pirata es símbolo de mal augurio, que nadie lo sepa Ezra”. Para ella el ocultar su sexo era ya más como una costumbre de años.

Finalizando con los últimos detalles de su vestimenta salió de aquella habitación, no sin antes tomar sus dos espadas y dos pares de dagas; tan solo quería ir bien abastecida. Su caminar poco a poco se volvió más seguro y rápido. Quería llegar pronto a puerto para tomar uno de los barcos que poseía el mercader y así surcar hasta alta mar. Por lo que le explicó, una tripulación la llevarían hasta la zona donde se encontraban aquel tipo de pez. Pero lo que no sabía la muchacha es que aquel día de pesca no sería la única que cazaría. El mercader jamás la informó del hecho más importante; estaría acompañada a la hora de realizar la misión. Aun así, aquello no tomaría relevancia hasta que no se encontrase subida a bordo del barco. Hasta entonces tan solo seguía su camino por las callejuelas de la ciudad para ir más rápido hasta su camino. El olor que desprendían los alimentos en descomposición tirados por el suelo, los llantos y chillidos de los niños castigados por sus padres, el alboroto de tiroteos…todos aquellos factores la mareaban de sobremanera. Quería seguir por los sitios más recónditos para no ser entorpecida pero los mismos la ralentizaban más.

Sin perder tiempo, fue hasta la calle principal y corrió con todas sus fuerzas para llegar puntualmente al puerto. Pasaron unos diez minutos antes de que pudiese ver la costa y su preciada mar. Ezra sonrió ampliamente al reencontrarse de nuevo con aquel olor tan embriagador y el sonido de las olas rompiéndose una tras otra. —Cuanto he echado de menos ésto…—Susurró caminando ahora sí a un paso más ligero mientras se acercaba hasta la tripulación contratada por el mercader. Su sonrisa pasó a ser una mueca de desagrado y seriedad. No quería que los contrarios no le tuvieran respeto desde el principio por lo que sabía cómo debía actuar con ellos. —Me llamo Ezra. Soy el encargado en cazar al maldito pez de vuestro jefe. ¿Ya está listo el barco? Debemos partir pronto para aprovechar toda la luz del día. —Exclamó mirando a cada unos fijamente con un semblante casi fulminante.

por **Sinbad** Sáb Jun 25, 2016 6:43 pm

Sinbad se encontraba pegado a la borda. Se encontraba vestido apenas con unos pantalones. En medio del mas, en su barco, en su territorio. No había normas morales que le obligasen a tener que ponerse ropa decente. Vivía como quería. La brisa marina le rozó la cara y meció su largo pelo violáceo. Enfrente de él se encontraba la infinidad azul que tanto amaba. Las olas del mar mecían el barco lentamente. Izquierda… Derecha…Izquierda…Derecha… Entonces agachó la cabeza y soltó el vómito que tenía en su estómago.

Estaba completamente mareado. El rubor de sus mejillas y sus ojos somnolientos denotaban la gran borrachera que llevaba encima. Detrás de él había tirados sobre cubierta tres barriles de ron, completamente vacíos, obviamente. ¿Cómo demonios se mantenía un barco a flote con semejante personaje borracho al mando de él y sin ninguna tripulación que lo ayudase? Muy fácil… El Lord bendiga el piloto automático creado por Tempus. Gracias a este aparato Sinbad podía pillarse todas las borracheras que quisiese sin problema alguno. Gracias a estas habituales borracheras es que el demonio de había metido en el lío en el que estaba. Apenas recordaba cómo había llegado a hablar con aquel hombre y mucho menos como demonios había llegado a la conclusión de que sería divertido ir a atrapar un Rockfish. Maldito mejunje mágico…que tanto amaba. Le dio un trago a la botella que tenía en la mano. Lo único positivo de todo aquello era que le pagarían bien por ello.

Se separó del apoyo que le brindaba la barandilla y se dirigió tambaleando a su habitación. Ya estaba llegando a si destino, las islas putrefactas. No le molestaban las islas, ya que estaba acostumbrado a Chaos, su tierra natal, sin embargo, el olor de las calles no contribuían a su pronta mejoría. Lo único que hacía era aumentar sus náuseas. Llegó a su habitación y se puso su ropa habitual, sin embargo no se colocó sus joyas encima. Iba a participar en otra tripulación que le ayudaría a atrapar al dichoso pez. Se puso unos zapatos negros sencillos, su camisa blanca ancha y su espada y salió del camarote. El efecto del alcohol se redujo un poco. Gracias a esto pudo atracar el barco en un muelle bastante apartado. Se bajó del navío, su adorada Sindria, no sin antes desmantelarlo por completo. Nadie podría llevárselo en el tiempo necesario. Aun así le soltó una moneda al vigilante para que lo cuidase.

Sacó una de las dos botellas de ron que llevaba encima y comenzó a caminar mientras le daba un trago. El camino hasta la parte del muelle fue un gran problema. Menos mal que no había cogido sus joyas, porque seguramente las habría perdido por el camino. A medida que iba caminando, los habitantes se quedaban mirando al borracho que caminaba dando tumbos por las calles, pero no pequeños tumbos. Cada 10 metros se golpeaba con una pared… de la parte contraria a la calle que la anterior. A pesar de todo esto, no se cayó al suelo una sola vez. Era ya un borracho experto que sabía mantener el equilibrio incluso en sus borracheras.

Por fin llegó al puerto donde esperaba la tripulación. Pudo escuchar la voz seria de un muchacho que les daba órdenes y se presentaba muy seriamente. Denotaba algo extraño en su voz… como si la estuviera forzando… Bah, efectos de la borrachera seguro. Caminó tambaleante y se sujetó de repente a su compañero de misión, rodeando sus hombros con el brazo y apoyándose en él –Y yo soy Sin…BAH –Dijo con la mayor voz de borracho que os podáis imaginar. Dio otro sorbo de la botella de ron y la alzó sobre su cabeza- ¡QUE CORRA EL ALCOHOL SEÑORES!-gritó, tras lo que soltó un gran carcajada de borracho de bar y se separó de su compañero, tras lo que se dirigió al interior del barco dando tumbos. Ninguno de los tripulantes lo siguió, ya que eran marineros responsables que apreciaban sus vidas, pero a él le daba igual, era feliz en su mundo de fantasía alcohólica. Cuando llegó al barco se tumbó al lado del timón y siguió bebiendo de su botella como un niño bebe del biberón.

por **Auros** Sáb Jun 25, 2016 7:57 pm

Las islas putrefactas es un lugar perfecto para encontrar un final, está lleno de venenosas criaturas, ponzoñosos y crueles médicos brujos, a veces cuando uno tiene tanta mala suerte es capaz de encontrarse con algún dragón a punto de morir antes de llenar de fuego los alrededores. Y no es realmente lindo cuando un dragón pierde sus energías y decide abandonar el mundo en una mar de llamas ardientes capaces de comerse el ancho mundo.

El día de hoy es uno tranquilo, y como no lo seria si lo único que suelen habitar estos lugares son no muertos. Pero aun así era demasiado, eso presagia siempre acontecimientos simples que son capaces de arruinarle el día a los más precavidos. Muchos eran los señores de alta alcurnia que habían encontrado su fatídico final en las pozas poco hondas de los riachuelos que llegaban al mar. Eso dictaba que las islas en si eran peligrosas. Sin embargo fuera de ellas, más específicamente en las profundidades que dividían unas islas de otras podían encontrarse terrores aún peores. Uno de ellos era el Rockfish, un pez acorazado vencedor de mil y un batallas, señor indiscutido de los bajos arrecifes podridos de las islas y depredador supremo de seres aún más grandes que él. Había pocos animales que podían matar a un Rockfish y los que pueden ahora eran viejos o muy grandes como para aventurarse a las aguas poco profundas, por ello el pez acorazado se volvió el depredador más formidable del actual hábitat de la parte Este.

El frio era intenso, casi como una carta del señor invierno anunciando lo crudo que será. Así fue como un pequeño arrullo meció la superficie del agua buscando aventura. Un poderoso Rockfish buscaba presas con las cuales vanagloriarse. Su cuerpo era alargad, mucho más que cualquier pez regular, su acorazada piel era tan dura y bien acoplada que sus puntos vitales estaba cubiertos en su totalidad. Ojos, garganta, corazón y vientre. Era difícil para los aceros penetrarlos cuando una bestia semejante de más de cuatro metros salta sobre la borda de un barco y les enfrenta directamente. Era a veces entre trágico y ridícula la forma en que luchaban, eran tan fuertes que saltaban a las cubiertas y después de matar a su presa volvían rodando al agua para no morir resecos. Este en particular había hundido ya varios barcos, aunque no era su táctica favorita podía hacerlo también, flotaba rezumando malicia y cuando al fin vio un barco en la lejanía se sumergió para atacar tan pronto los osados marineros intentaran bajar un bote para arponearlo o lo que sea que intentasen esta vez.

Spoiler:

por **Ezra Uperèphania** Lun Jun 27, 2016 11:13 am

Los que iban a ser sus “compañeros” de viaje tenían su vista puesta en ella y eso, simplemente, le encantaba. Adoraba ser el centro de atención y que todos viesen quién era la persona que llevaba las riendas de la situación. Iba a continuar con su pequeño discurso para fortalecer los valores de respeto que debían entender los contrarios; los cuales eran unos malolientes y desaliñados hombres de mediana edad. Ezra era un ser muy pudoroso por lo que no soportaba los malos olores ni los aspectos sucios. Sobretodo manchas y/o roñas en la piel. Pero aún así habían dos olores que a ella la embriagaban y que otros consideraban más bien desagradables; el alcohol y el humo de los cigarros. Eran sus dos adicciones y placeres favoritos pero, con su juicio, sabía en qué momento y cómo debía proporcionarse esos “lujos” terrenales. Para los demonios el alcohol o el tabaco no actuaba igual como para los humanos. El cuerpo de Ezra, al ser más resistente a los venenos, le costaba más digerir las toxinas de ambos productos. Por lo que tardaba más en caer ante los efectos de la embriaguez y la pesadez de la garganta al fumar tanto.

El tono de su voz se fue alzando de vez en cuando pero era tan solo por su emoción de poder subirse nuevamente a un barco tan grande como aquel. Le traía recuerdos. —Bien, y como iba dicie…—Sus palabras murieron surcando sus carnosos antes de que la muchacha pudiese darse cuenta. Alguien desconocido para ella se atrevió apoyarse y tratarla con una familiaridad que sencillamente no era respetuosa. Pero conocía esa clase de hombres o al menos las apariencias y los caracteres de los mismos. Sus azulados orbes se pasaron unos instantes observando al adverso; era alto, robusto, con una tez algo más morena que ella y con una voz grave. Cuando vio su actuar, rodó sus ojos en forma de desagrado y una mueca en sus carnosos adornó por completo un rostro de perfecta frustración. —¿En serio voy a tener que hacer la misión con un capitán como éste? —Se cuestionó en voz baja mientras observaba la botella de alcohol que llevaba encima. Por un momento sus instintos quisieron tomarla y dar unos cuantos tragos para disfrutar de la calma y la brisa del mar pero su buen juicio la detuvo en unos instantes. Ya habría tiempo para beber y disfrutar a la vuelta de la misión. Por ahora lo mejor sería tener todas sus facultades en perfecto estado.

Al ver como el contrario se adentraba en la nave marítima, sus pasos fueron preciosos y algo más rápidos pues sus piernas no eran tan largas como las del contrario. —Oye. ¡Oiga señor “capitán”! —Exclamó con cierta burla ante aquel título que el adverso se había ganado sin saber cómo. —¿Vas a llevarme en tu estado a cazar un Rockfish? Tu tripulación ni tan siquiera se pone a tu mando cuando has entrado al barco. ¿Qué vas a hacer? No se puede navegar en alta mar siendo solo dos personas. Es un suicidio. —Musitó observando con su mirada atenta las acciones que el contrario realizaba con suma despreocupación. Borracho a aquellas horas de la mañana. Ezra simplemente no podía creerse aquello y eso que había visto muchos casos de hombres y mujeres dados a la bebida. Pero no eran ni las diez de la mañana y aquel sujeto ya se encontraba más que derrotado por los efectos secundarios de aquella bebida tan adictiva.

En el momento en el que el más alto se tumbó como si aquello no fuese ni con él, la muchacha casi le dieron unas ganas de tirarle la botella de alcohol al mar. Y lo hubiese hecho si no se hubiese despistado con el timón de aquel barco. Una sonrisa se le escapó de los labios y fue casi corriendo a ponerse en frente del mismo para observarlo con detenimientos. “Capitán” Pensó recordando los años pasados. Fueron experiencias traumáticas pero de las cuales aprendió algo más de aquel mundo cruel y despiadado. Negando con la cabeza se recompuso y miró al adverso. Sin tardar, le dio una leve patada en la suela de uno de sus zapatos y le miró altivamente. —¿Te vas a poner a manejar el maldito barco o también voy a tener que hacerlo yo, ah? —Cuestionó sin intención de ayudarle a levantarse. Suficiente tenía con ver un espectáculo de semejante calibre y con retenerse las ganas de probar un poco de ron aquel día.

por **Sinbad** Lun Jun 27, 2016 2:16 pm

Unas pataditas en el pie sacaron a Sinbad de su concentración total en la botella. Soltó un bufido molesto, como al niño al que su medre le dice que deje de jugar en el parque y se levantó, tambaleándose. Quién demonios era aquel chico, no lo había visto en su vida… -No me llames capi…TAAAAAAAAAAAN –Dijo con una voz que temblaba por la borrachera-. Llamame Sin-BAH!-. Dicho esto desenvainó su espada e hizo un arco con ella delante de él. La proyección del movimiento hizo que todas las amarras a tierra se soltasen, comenzando el barco a separarse del puerto lentamente. Entonces escuchó el razonamiento del compañero. Giró la cabeza, fijando sus ebrios ojos amarillos en los suyos púrpura –Sui… ¿qué?- preguntó como si la cosa no fuera con él, con cara de alguien que no entiende que demonios signifique esa palabra.

Sinbad agarró el timón con ambas manos y tocó un botón que encendió un pequeño motor. Lo vió mientras estaba tirado en el suelo. A pesar de estar borracho daba la sensación de que era un experto marinero, que mantendría el barco firme pasase lo que pasase… eso mismo, solo daba la sensación. Fueron sólo unos segundos de seriedad, pero el alcohol volvió a hacer efecto en su cerebro de nuevo. Empezó a girarlo “todo a babor”. Cuando llevaba 3 segundos girando en esa dirección volvía a cambiar y la giraba a toda velocidad en dirección contraria. Todo esto mientras se reía como un maldito imbécil, completamente sin parar.

Así fue como salieron del puerto. Ahora que el borracho no podía caminar dando tumbos, era el barco el que parecía que tenía la borrachera. Navegaba dando tumbos, pero no tumbos suaves, sino bruscos tumbos que, de haber llevado mucha tripulación encima, la mitad habrían caído al mar. Los barcos que pasaban al lado no hacían más que insultarle por su mala conducción, ya que iba de frente hacia ellos y hasta el último momento no pegaba un timonazo super brusco para apartarse de él. La gente se cabreaba, pero a él esto le parecía divertido y solo hacía que se riese más fuerte. Llevaba un pasajero, pero bah… que más da, ya se las apañaría para no caer al mar.

Siguió navegando de esa forma hasta llegar a alta mar, pero allí ya no había barcos ni obstáculos con los que pudiera jugar. Debido a este aburrimiento y los efectos del alcohol comenzó a entrarle modorra. Se iba adormeciendo poco a poco… -Te dejo al mando subcapitana… -Fue lo único que consiguió decir con una voz completamente débil antes de echarse a dormir encima del timón. Se dejó caer, con el cuerpo ya totalmente dormido y resbaló por el timón, haciéndolo girar a toda velocidad, y cayendo al suelo. El navío comenzó a girar de forma muy bruscamente, haciendo que el profundamente dormido Sinbad saliera rodando y no cayera al mar porque la barandilla de la borda se lo impidió.

por **Auros** Mar Jun 28, 2016 12:12 am

El clima en el oceano era peligroso e impredecible, las historias de marineros que parecen fantasías no eran más que simples relatos de lo que vivieron en este cruel y espinoso entorno salado, aunque por ahora todo resultaba muy tranquilo ya que al parecer se anticiparon para que el clima no fuera un factor que les impidiera cazar a su objetivo.Pero estos sujetos subestimaban el poder del mar, pues se tomaban las cosas con demasiada calma y eso les podría costar caro. Lentamente se alejaban de la costa acercandose al habitat natural de su próxima presa y tras navegar un poco el turbio cambio comenzó: El viento resoplaba con gran potencia logrando que el mar se tornara brusco, las olas comenzaban a subir y chocar contra las paredes de aquel barco que entraba cada vez más a un terreno hostíl, el cielo también cambiaba lentamente de color, de un azul claro a un gris oscuro

Este Rockfish se caracterizaba por su agresividad inmediata, rumores indicaban que hundía barcos golpeandolos directamente con su cuerpo para así devorar a todo ser que estuviera dentro, así que debían tener un especial cuidado al cazarlo. En el fondo del mar se encontraba este enorme ser pululando por una zona bastante amplia pero al no encontrar alimento decidió acercarse a la superficie, pues de vez en cuando encontraba grandes grupos de gaviotas que de un salto devoraba, pero al ascender se encontró con algo muy distinto, para el ese gran barco era alimento, algo que definitivamente no podía desaprovechar, así que desde lo bajo comenzó a acechar.

A unos 20 metros de la posición oeste del barco este enorme pez dio un gran salto indicando su posición, y lo que se vio parecía una enorme roca ser lanzada en el aire solo para terminar en el agua creando una enorme ola que sin duda llamaría la atención de cualquiera. Entonces se comenzó a ver la enorme silueta de aquella criatura acuatica por debajo de la turbia agua, ¿Qué estaba haciendo esa cosa exactamente? Simplemente rodeaba lentamente a su objetivo.

Pero no era lo único de lo que había que alertarse, las nubes grises también serían un problema, pues comenzaron a llenar el cielo azul indicando una posible tormenta, el viento era fuerte, tanto que algunas cosas ligeras terminaban volando de la cubierta, al mismo tiempo en que las olas chocaban una y otra vez en contra del barco, alguien debería estar sosteniendo el timón para no perder el control pero el capitán al mando se estaba tomando las cosas a la ligera, algunos miembros de la tripulación tampoco se encontraban muy tranquilos, pues al ver a su capitán ebrio no era una muy buena señal, pero todo empeoró en cuanto el RockFish se mostró por primera vez. -¡AHÍ ESTÁ!- Gritó un miembro de la tripulación mientras se sostenía en un borde del barco con una mano y con la otra apuntaba directamente a ese mounstro marino que de un salto logró asustar a casi todos los miembros que allí se encontraban.

por **Ezra Uperèphania** Jue Jul 07, 2016 3:36 pm

—Joder…—Masculló por lo bajo queriéndose llevar las manos a la cabeza y gritar entre desesperación y angustia. Era normal beber de tanto en cuanto y también era incluso factible beber más de la cuenta en algunas ocasiones. ¿Por qué no? Todos vivimos con nuestros vicios y Ezra también pecaba por los mismos. Lo que no entendía es como un hombre con el suficientemente razonamiento, al menos por la edad que tenía, se ponía a beber justo antes de abordar una misión de tal calibre. —Me va a tocar ser un maldito niñero. —Apretó los dientes y llevó su pulgar hasta los mismos para mordisquear la carne que sobresalía de ellos. Necesitaba calmarse y pensar. ¿Acaso ella sería la única en cazarlo? No le importaba. Con su fuerza bastaba y sobraba. Era la reencarnación del pecado capital de la soberbia. ¿Quién si no ella misma iba a creer en sus capacidades? Aunque las mismas fuesen menores de la que ella las veía.

Cuando el barco empezó a surcar las olas para adentrarse con rapidez en el avivado mar, la sonrisa de la muchacha se ensanchó. Ya no había preocupaciones, todas se esfumaban junto la brisa del mar que acariciaba las facciones de su rostro. —No recordaba esto…—Susurró sentándose temerariamente en uno de los bordes del barco. Era sumamente agradable y cómodo estar ahí viendo como los peces iban saltando de vez en cuando a la superficie enseñándole sus escamas. —Supongo que el pez que tenemos que cazar será un poco más grande que éstos. Si vale tanto dinero es porqué será difícil de encontrar de lo pequeño que es. —Susurró para sí misma mientras que giraba su rostro al escuchar las palabras del adverso. —¿Mh? ¿Subcapitana? Eso suena bien. —Canturreó por lo bajo sin darse cuenta en el entonamiento femenino que tomó aquella palabra. Tal vez fue un despiste de su mente o que sus oídos le jugaron una mala pasada. Aun así, era increíble lo que un puesto podía hacer hasta su autoestima. —Aunque subcapitana no me queda del todo bien. Un puesto como capitana es el que realmente se adecua a mí. —Rio por lo alto dejando a sus anteriores palabras hundirse en el vacío por lo poco audibles que eran.

Sus orbes por un momento dejaron de posarse en el cristalino mar cuando el tiempo cambió de un momento a otro. El ambiente estaba más frío y calmado dando sonido solamente a las fuertes olas que se encontraban empujando aquel gran barco. Miró el cielo y observó cómo el mismo se tornó dándole una sensación de ansiedad y en cierta manera pavor. Aquello no era una buena señal. Definitivamente no lo era. —Oye, idiota. —Giró de nuevo su rostro al igual que su cuerpo y, de un salto, se puso en pie para poder emprender su marcha hasta el cuerpo dormido. —Oye. ¡Simbad! —Al ver que estaba en un estado de somnolencia profundo, no tardó en pegarle unas cuantas patadas a la suela de su bota con cierta fuerza pero sin pasarse. No quería hacerle daño, tan solo despertarlo para que observara lo que estaba ocurriendo en aquellos instantes. —Maldita sea. No me gusta esto. —Jadeó caminando hasta el timón del barco para poder sentir un poco más el control del mismo. Aquello era un caos.

Iba tomando las riendas de aquella nave casi sintiendo como una sensación de cosquilleo en su estómago se apoderaba de su cordura. Qué bien se sentía capitanear un barco. —Esto me encan…—Sus palabras fueron cesadas por un gran estruendo que le descompuso por completo el rostro. Sus orbes con rapidez se posaron en el rabillo para observar qué era lo que había producido aquel estruendo y por un momento no se creyó lo que había visto. —No puede ser…¡¿Qué demonios es esa maldita cosa de piedra?! —Se cuestionó a sí misma. La gran mayoría de la tripulación estaba completamente atemorizada y Ezra lo podía sentir por cómo sus cuerpos habían dejado de moverse y sus rostros estaban empapados de un frío sudor que les emblanquecía. —¡Simbad! ¡Despierta, maldito borracho! —Exclamó con todas sus fuerzas mientras corría por las escaleras para bajar hasta donde se encontraban los tripulantes. —¡No os quedéis quietos, pedazos de basura! ¡Izad las velas, cargad los cañones! ¡Vamos! —Ordenó con un poderío y semblante resultado de su propio miedo y desconocimiento.

Los demás tripulantes hicieron caso a su ordenes organizando un gran alboroto en aquella nave completamente aislada en alta mar. —Piensa, Ezra. Piensa. Tal vez los cañones sirvan de ayuda. Debo posicionar el barco. —Susurró corriendo nuevamente hasta el timón y observando como el ambiente cada vez estaba más tenso. Al tomar el timón lo giró completamente ejerciendo el mismo efecto en todo el barco. Se debía poner de forma horizontal para que los cañones le diesen de lleno a aquella bestia. Primero debían aturdirla o al menos asestarle algunos golpes que la debilitasen hasta que se le ocurriese un mejor plan. —Debería haber leído algo de esta criatura. Joder. ¿Cómo he podido ser tan idiota? Este podría ser nuestro fin.—Chistó su lengua y volvió a tomar un semblante algo más autoritario. "Los cañones ya están listos. Esperamos las señales." Escuchó desde el estribor de la nave. Atenta a los movimientos de la criatura, la muchacha tomó el timón con más firmeza y esperó el momento indicado. —¡Fuego!Gritó antes de que una holeada de cañonazos dieran comienzo a la batalla de aquel día.

STATS:

por **Auros** Jue Jul 07, 2016 3:36 pm

El miembro 'Ezra Uperèphania' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 2' : 2

por **Sinbad** Lun Jul 11, 2016 7:49 am

El tacto del agua sobre su rostro despertó a Sinbad. No era una persona a la que le gustase dormir bajo la lluvia y menos aún si escuchaba truenos. Abrió los ojos con desgana y se encontró casi fuera del barco, abrazado a una de las sujeciones de la baranda al suelo. No sabía por qué pero la idea de caer al agua ya no lo hacía tanta gracia como cuando se quedó dormido. Se levantó, soltando un largo bostezo y observó su alrededor como aquel que lleva durmiendo horas, aunque en su caso habían sido solo unos minutos. El panorama era movidito. Se había desatado una tormenta y todo el mundo estaba muy ajetreado, nadie prestaba atención a aquel que se acababa de despertar.

Sinbad se estiró para quitarse la pereza y el entumecimiento de encima. Buscó a Ezra con la mirada y lo encontró en el timón dando órdenes. El joven demonio se escabulló hasta su espalda, divertido. –Tienes que tratar a tus tripulantes con más respeto-le dijo con voz animada al oído con la intención de provocarle un pequeño susto. Sinbad se rió con una alegre risa. Ya no era aquella risa pastosa de borracho, sino una bastante más agradable, incluso el enrojecimiento provocado por el alcohol había desaparecido. Se colocó al lado del subcapitán, que llevaba el timón, observando la situación.

No lo había hecho mal, pero por instinto había mandado a los tripulantes a los cañones. Estaba bastante bien. –El rockfish tiene escamas duras como una piedra, para cazarlo hay que conseguir sobrepasarlas. Los cañones están bien, puede ayudarnos a romperle algunas escamas -le dijo a su inexperto compañero sin dejar de observar al pez que se veía a lo lejos. Si es que a esa cosa se le podía llamar pez. –Yo que tu, cuando el rockfish se acerque, quitaría de cubierta a los marineros –continuó explicando, esta vez con voz un poco más seria- son peces que saltan a cubierta, atacan desde ahí y vuelven al mar, así que si se acerca nuestros tripulantes corren peligro. En cuanto haga eso debemos quedarnos solos con él o alejar a los marineros y que disparen con armas de fuego desde distancias seguras-.

Observó la primera oleada de cañones, que apenas había tocado al pez y dudaba mucho que le hubiera hecho algo de daño. Se le ocurrió una idea. Apoyó una mano en la baranda de madera frente al timón y bajó de un salto a cubierta. Un tripulante pasó al lado, cargando con esfuerzo una bala de cañón. Sinbad puso su mano sobre ella y la levantó sin esfuerzo apenas. –Me llevaré esto- dijo apenas sin mirarlo. Se acercó a la borda y cargó el brazo con la bala de cañón. Nunca había sido un buena tirador, pero quería probar a ver que tal salía aquello. Aunque tenía una fuerza sobrehumana, no tenía el mismo alcance que un cañón, así que esperó unos segundos a que el rockfish se acercase. –MANTÉN EL BARCO ESTABLE- gritó mirando a su compañero, puesto que el viento y las olas mecían con fuerza el barco. No sabía si lo había escuchado, debido al ruido de la tormenta pero el barco se mantuvo un poco más estable. La tormenta era un problema, pero tenían que aguantarse. Cuando vio la masa del rockfish a tiro, soltó un latigazo con el brazo que sujetaba la bala, lanzándola con más potencia y velocidad incluso que el cañón y yendo directamente a por el rockfish.

La bala había hecho que el rockfish quedase aturdido unos segundos, pero ya estaba muy cercano y en apenas unos pocos minutos los podría alcanzar. -RECOGED LAS VELAS- ordenó elevando su voz por encima del fuerte viento. La tormenta era un problema y ella provocaba básicamente dos problemas: el oleaje y el viento. Si recogían las velas, entonces el viento dejaría de ser un problema y solo se tendrían que preocupar de las olas. Los marineros se pusieron manos a la obra al instante, recogiendo las velas lo más rápido que podían. "Vamos, más rápido" se dijo a sí mismo nervioso. Al final, consiguieron hacerlo, a pesar del fuerte viento que los azotaba. Sinbad desenvainó su espada mirando preocupado al mar -ESCONDEOS POR VUESTRAS VIDAS- volvió a gritar, porque aunque la bala lo había detenido un poco, ya casi tenían al jodido pez encima.

Stats:

por **Auros** Lun Jul 11, 2016 7:49 am

El miembro 'Sinbad' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 2' : 12

por **Auros** Lun Jul 11, 2016 4:49 pm

Los tripulantes estaban bastante nerviosos con tan solo ver por encima a aquella bestia, que a decir verdad con lo poco que vieron se podía asumir que no estaba exactamente de paso, sin embargo no se veía tan grando como en realidad era, o almenos no desde la perspectiva en donde los dos sujetos al mando estaban viendo, El gran RockFish realmente no hacía demasiado, tan solo rodear lentamente para acercarse a ver y a pesar de la poca inteligencia que posee parecía que sabía exactamente lo que hacía, pues no era el primer barco que undiría. El clima era muy turbio pero apesar de esto la lluvia no era tan fuerte por ahora, un par de truenos y el mar un poco picado, pero aún era sostenible para el gran vehiculo en el que se encontraban, resistiría bien mientras que no se le moviera demasiado.

Pero no todo era tan sencillo, algunos tripulantes eran algo torpes y solo servirían para seguir instrucciones y eso fue lo que hicieron, el joven pero habilidoso capitán logró hacer que el barco no se diera vuelta gracias al viento y ahora los dos únicos problemas que debían resolver eran las olas y por supuesto el enorme pez asesino que giraba alrededor de ellos. El primer impacto lo ordenó la segunda al mando y los cañones fueron disparados hacia la dirección de este enorme animal, El RockFish simplemente volvío a las profundidades del oceano pero fue golpeado levemente por una bola enorme que no hizo nada más que rozar. Después de esto este gran animal desapareció por un momento, lo cual les hizo ganar un poco más de tiempo.

La tripulación comenzó a resguardarse a salvo poco a poco, pero de la nada uno de los sujetos que se encontraba las velas gritó a lo lejos. -¡La tierra firme está a una hora de aquí! ¡Debemos ir en dirección norte según la brújula! ¡Pero veo también una proxima gran tormenta si seguimos avanzando! ¿¡Q-Qué debemos hacer!? ¿Retrodecer y evitar un poco la tormenta o avanzar hacia ella?! Dijo el joven tripulante que se notaba algo nervioso mientras les indicaba desde lo alto, tenía un telescopio y una brújula así que sabía bien de lo que hablaba y por ahora era el único marinero que aún no se había refugiado, pues tenía que mantenerlos al tanto.

Mientras tanto el Gran animal se encontraba aún por la zona, literalmente bajo ellos pero gracias a su gran tamaño podían verle si tenían buen ojo, y vaya que si tenían, pues cuando se acercó un enorme impacto le dio justo en una de sus grandes aletas, agrietando su caparazón que asimilaba la piedra, se revolcó violentamente debajo de ellos y con una gran velocidad bajó hasta una enorme profundidad hasta el punto en el que no era visible, ¿Qué había pasado?... se fue aproximadamente por dos minutos. Pero realmente no era una señal de retirada, si no una de contraataque, esa cosa enorme en un dos por tres salió disparada hacia arriba como si hubiese saltado por los aires dejando a la vista su Enorme masa, Casi el doble que la de el gran barco en el que se encontraban y cayó a tan solo unos centimetros del barco, creando una gran ola en un intento por volcarlo... pero no fue suficiente, si que el impacto fue bastante duro, pues casi todas las cosas que no estaban pegadas sobre la cubierta terminaron en el mar, pero en un par de segundos un segundo impacto más directo golpeo el costado izquierdo del barco, el Rockfish utilizó su coraza para intentar dañar un poco el vehiculo.

Fue tan duro que hizo caer al tripulante que antes les había informado, cayó desde unos 6 metros de espaldas así que el impacto fue bastante fuerte.

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por **Auros** Lun Jul 11, 2016 4:49 pm

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Misión de Cacería especial Rango 1: Caza un Rockfish |Privado|

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater