Misión de Cacería Especial Rango 4 (Caza una Sombra de Hielo) [Sola]

por **Astrid Dagmar** Jue Ago 18, 2016 9:56 pm

Astrid agradecía que el transporte en Tempus no brillase por su ausencia, como sucedía en Chaos. La calidad del mismo le permitía viajar con rapidez hasta el Desierto Blanco, lugar donde debía buscar por todos los medios a la bestia que le habían encargado cazar. La recompensa había llegado a importarle bastante poco, pues últimamente no andaba mal de ingresos. Sin embargo, ciertos eventos ocurridos tiempo atrás en la prisión de Arcadia le hicieron ver que necesitaba fortalecerse más y más, incluso aunque eso significase tener que esforzarse más allá de los límites propios.

La misión le había sido encargada por un conocido de Tempus Urbanis. Este conocido, además, le informó de que había alguien más interesado en participar; una mujer del gobierno. A la Rubinus aquello no le resultaba una molestia, pero temía que la situación peligrara aún más si se involucraban más personas. Por suerte sólo irían ellas dos, y aunque desconocía las habilidades de combate de quien sería su compañera de misión, prefería no juzgar hasta que no las viera puestas en práctica.

Habían decidido reunirse en la entrada principal de Tempus Urbanis. Si bien la morena no disponía de un vehículo propio, la persona que encargó la misión le había proporcionado una pequeña aeronave algo anticuada pero que sería lo suficientemente rápida y funcional como para transportarles por el Desierto Blanco sin demasiados problemas — por no decir que la propia Astrid se había encargado de llevar combustible de repuesto. Ella no sabía muy bien cómo conducir ese trasto; alguna idea tenía, pero no era una experta, ni mucho menos. El primer logro sería conseguir recoger a la joven en la entrada de Tempus Urbanis sin llegar a atropellarla.

—Saskia Astor, hm,—murmuró para sí, antes de arrancar el vehículo. El informante le había entregado ciertos datos básicos sobre la muchacha, que no pasaban más allá de una descripción física y su nombre. Supuso que ella habría recibido también aquellas indicaciones, y si bien sería difícil encontrarla dentro de la ciudad, sabía que sólo alguien correspondiente a sus características físicas estaría esperando en la entrada principal, sin resguardarse del frío. Sería demasiada casualidad que hubiese dos personas similares en esas circunstancias.

Por fortuna, no tardó en encontrarla. O eso creía. Una única mujer que apelaba a las características físicas descritas por su contacto esperaba en aquel gélido lugar. Por poco pasa de largo, de forma que frenó para hacer que el aeronave diera la vuelta bruscamente. De este modo, la puerta del copiloto del vehículo quedó a escasos centímetros de Astor, a quien quizás no le habría hecho gracia estar a punto de ser golpeada por una mala conducción. Bajó la ventanilla de su asiento y le saludó con la mano. —Saskia Astor, ¿verdad? Soy Astrid. Vine a recogerle para acudir al Desierto Blanco, como acordamos con quien nos encargó la misión,—aclaró. Si realmente ella era Astor, quizás habría pensado dos opciones al verla: o era algún enemigo, o era en efecto su compañera de misión, que conducía de forma bastante temeraria. Desactivó el seguro y abrió ligeramente la puerta, no lo suficiente como para golpearla, pero sí como para que ella entendiera que le estaba invitando a entrar.

Datos de batalla:

por **Saskia Astor** Vie Ago 19, 2016 7:35 pm

-Una nueva aventura- murmuró Saskia para si misma, y no era para menos, su primera misión. Su destino; el Desierto Blanco. La recompensa no le vendría nada mal por lo que vio de esta una oportunidad perfecta.

Le contaron que en su nueva peripecia la acompañaría una mujer, a la que no conocía más que de unas escasas y raquíticas descripciones que la proporcionaron sobre ella. Su nombre; Astrid Dagmar.

Pensó que le resultaría fácil llevar a cabo esta misión, pues el destino estaba situado en su tierra natal, al igual que el lugar en el que quedarían; la entrada principal de Tempus Urbanis.
La rubia no sabía cual sería su medio de transporte, buscaba entre los diferentes vehículos alguien con las mismas características físicas de su acompañante.

Se asustó cuando una añeja aeronave se acercó a ella frenando bruscamente, los centimetros que separaban la puerta del cuerpo de la Ninfa no eran más que unos pocos.
Sin duda su conductora era la Srta. Dagmar. Su larga y azabache cabellera era inconfundible. Saskia, asustada y a la vez aliviada por su llegada no dudo en responder al saludo de su acompañante y en subirse al vehículo, tampoco dudo en ofrecerle ser la conductora en este viaje, pues vio que la jóven no era muy diestra en la conducción de la aeronave -Sí, la misma, encantada. ¿Usted debe de ser Astrid Dagmar, cierto? Mi acompañante en esta misión. Si no le importa, preferiría conducir yo, pues mi experiencia con vehículos de este estilo es bastante amplia. Además, estaría encantada de llevarnos al Desierto Blanco. Aquí en Tempus lo más habitual son vehículos de esta morfología, aunque por supuestamente, más actualizados.- respondió con amabilidad y cierto tono cómico.

por **Auros** Lun Ago 22, 2016 6:27 pm

—Misión de Caceria especial Rango 4: Caza una sombra de Hielo.
Recompensa: 1500 Soulinks, máximo dos personas.

Los tambores de guerra a veces no se acallan en la mente de una bestia con tanto poder en tiempos más violentos, esta es la historia de uno de los elementales más grandes que lucharon hace mucho tiempo por sus tierras contra otras bestias, sin embargo como es historia de bestias territoriales, a nadie le importa y por ello no están plasmadas en los libros de historia, quizás en los libros de biología, bajo el título de comportamiento normal en el reino animal. Los pesados pasos de la montaña mueven a las criaturas menores de sus escondites que huyen despavoridas llenas de temor, más la soledad era su única compañera fiel, pues la violencia de una sombra de hielo no puede ser contenida ni siquiera entre ellas. Las ventiscas clamaban por un desafío y la antigua maquinaria de guerra impulsada por magia no se detenía, no se detenía jamás.

El camino era demasiado accidentado, lleno de cumbres y afiladas estalactitas de hielo como espadas, una de las zonas más peligrosas es donde deambulaba la maquina congelada, el lugar donde llevaba los diversos enemigos que destruía, el lugar era un santuario congelado lleno de trofeos mutilados, carne sangre y putrefacción, todo contenido en hermosos cristales multicolor que descomponían en arcoíris de la luz que se filtraba al interior del valle congelado. Mor´kael, era la sombra más tenebrosa del valle Filoespada, en el desierto blanco, una interminable cantidad de estructuras de hielo de varios cientos de metros que se encaminaban al cielo como una alabanza al fatal invierno.

Sentado en un improvisado trono Mor´kael reposaba y deportaba cada cierto tiempo para causar desastres considerados dentro de la categoría de naturales, muchos de sus hermanos en sus propios territorios terminaban durmiendo tanto que finalmente se convertían en parte de la montaña y jamás despertaban. Quizás en algún momento eso le ocurra también, cuando se hacen viejos, es fácil fusionar su gélida piel de acero a la madre montaña que les vio nacer. Y así como el hombre está hecho de polvo y al polvo vuelven, las sombras vuelven a la montaña.

Innumerables caravanas, cientos de bestias de carga gélidas y muchos exploradores habían caído en las manos de la sombra anciana, pocos habían huido o habían visto como la tormenta estallaba frente a si y se engullía a sus compañeros, porque vamos una sombra de hielo no necesita carne caliente que digerir. Fueron creados con esa costumbre para inundar de terror los pequeños corazones de sus víctimas.

Ahí aguardando con sus ojos destellantes de color azul, profundo y enigmático aguardaba la llamada de la cólera, quizás una nueva guerra se librase y se necesitase el poder de la escarcha, escarcha y sangre siempre van juntas, porque la escarcha produce dolor incluso a quien la toca para amarla.

-Saaaaaaannnnn…. Greeee………- se escuchaba el susurro de la abominación en la canción del viento que entraba en el valle de las espadas. Un lugar oscuro, frio y tétrico, pero el único lugar conocido donde la sombra llevaba a sus víctimas.

Sin embargo si era un lugar conocido, porque no se le ponía atajo a sus viles actos, eso es porque en estos tiempos que corren los héroes se hacen de un nombre matando a estas bestias, sin embargo para que esto sea practico, el aspirante a héroe debe sobrevivir y no morir en el intento.

Datos de la caceria:

por **Astrid Dagmar** Sáb Ago 27, 2016 11:33 am

La impresión que Astor le dio era de una joven educada, cuya manera de hablar estaba condicionada por unas frases programadas en su mente que le indicaban qué debía decir de forma automática. —Es un placer,—contestó cuando ella se presentó. No pudo evitar arquear una ceja ante la petición que le formuló sin rodeos. Quizás sí que vendría mejor que fuese ella la que condujera, pero aquellas palabras le dieron un pequeño pinchacito en su orgullo. —No tendría ningún problema en dejarle conducir,—indicó, girando el volante con más cuidado para virar el vehículo en la dirección que debían seguir. —Pero fue el propio Reed—así se llamaba el que les encargó la misión—el que me confió esta aeronave. No es que no crea en sus capacidades, ni mucho menos, pero prefiero ser yo quien lleve el volante.—

En cuanto tuvo oportunidad, se dispuso a emprender la marcha rápidamente. —Agárrate fuerte,—ordenó, aunque por su tono de voz parecía más bien que le estaba dando un consejo. —¿Te importa que te tutee? Si vamos a estar peleando codo con codo, se me va a hacer bastante incómodo tratarte de usted.

El vehículo tomó una velocidad que algunos considerarían como conducción temeraria, pero afortunadamente estaba dentro de lo permitido. El viaje probablemente les duraría mucho más de no ser porque Astrid había decidido conducir aceleradamente. Pensó que, aún así, un poco de conversación podría amenizar el viaje. —En Spatium no tenemos estos trastos. Conocí a un tipo al que se le metió entre ceja y ceja llevar uno de estos vehículos allí, pero apenas le funcionaba correctamente. Se le escacharraba continuamente. Y ya ni hablar de llevarlo a Chaos.—No, las habilidades sociales no eran lo suyo.

Una vez en el Desierto Blanco, tan sólo quedaba explorarlo hasta encontrar a la bestia que buscaban. Para la búsqueda llevaba ya un rato en marcha, los ojos de la Rubinus se desviaron a una pequeña señal de la aeronave que indicaba que apenas le quedaba combustible. —Mierda. Voy a tener que parar un momento, hay que repostar.— Detuvo el motor y salió del vehículo, sin fijarse en si Saskia hacía lo mismo. Se subió el cuello de la chaqueta para protegerse mejor del frío, que se notaba mucho más estando al aire libre. Por suerte, Reed le había provisto de un par de garrafas con gasolina que se encontraban en la parte de atrás. Tomó una de ellas y comenzó a llenar el depósito. —Juraría que estaba lleno cuando me dieron las llaves,—comentó, con el ceño fruncido. —Este cacharro consume muchísimo, por lo que veo.—Y lo peor era que, al estar paradas, podrían ser un blanco más fácil para la fiera que debían cazar. Claro que también sería mucha casualidad que apareciera justo en ese momento, ¿verdad? Mucha mala suerte tendrían que tener. Y sin embargo, Astrid se olvidaba de que, últimamente, la suerte no estaba de su parte.

Datos de batalla:

por **Auros** Miér Sep 21, 2016 4:55 pm

El frio no era lo peor, la búsqueda de la bestia era la que en la mayoría de las veces mataba a sus víctimas, una búsqueda difícil y llena de altibajos, algunos se aventuraban desnudos contra el frio y morían de hipotermia, había otros más preparados que organizaban partidas de caza con personal selecto, el camino por los glaciares era siempre cambiante, como un laberinto que siempre se movía y mostraba sus mil y un caras, no había mapa para él, salvo el sol. El sol que solo se veía cuando la tormenta de mil años paraba, una tormenta que extinguía la luz del astro rey y más aún la luz de las estrellas que tanta inspiración brindaba a los más grandes héroes. Esos morían de hambre al no encontrar nada en la primera semana, perdidos y más desnudos aún que los primeros aventureros por la fiebre que les daba el hielo.

La sombra caminaba con pasos pesados, con ira contenida y para ojos inexpertos solo era un glaciar que se movía, seguramente sería peligroso pasar por esa nieve que era capaz de mover una mole como aquella. Las luces destellantes que le pegaban al coloso lo hacían parecer un verdadero faro en medio de un mar congelado pero pocos le hacían caso. Después de todo quien diría que la luz resplandeciente de su cuerpo congelado sería tan mortal. Solo un loco lo haría.

El gigante camino, camino y camino, tal como lo había hecho hace mil años, una maquina creada por la naturaleza para dotarla de la furia congelada, una máquina que… que es eso. Resonó en la mente del gigantesco ser. La tormenta se volvió como una cortina de humo, espesa tan fría como el culo de un pingüino. Algo también resplandecía en la lejanía, un compañero?, un enemigo, que era lo que llamaba la atención de un cerebro tan pequeño y lleno de terminaciones mágicas congeladas. Sin duda se acercaría tanto como quisiera, pues nada se interpone en los deseos de un Golem congelado, una aterrorizante sombra de hielo de Tempus.

La bestia congelada llego hasta el origen del resplandor y vio algo raro. La tormenta se detuvo, después de cien años desde que comenzara, al fin se había detenido, la sombra levanto su pequeña cabeza. Y se deleitó con los agradables rayos del sol, siempre pensó en que pasaría a un muñeco de nieve que vive en el verano. Curiosas ideas de una abominable bestia como esta. Al bajar la vista. Vio algo junto a la cosa resplandeciente, se puso se acuclillo y con sus inmensas manos frías como el acero abandonado acaricio lo que desconocía, el vehículo de la cazadora. Lo toco como un niño que recién conoce sus juguetes. No emitió sonido alguno y la paz en ella era de todos menos acogedora, sus articulaciones crujían al mover el vehículo con una violencia no destructiva pero que se notaba podría destruir la maquina en un segundo si lo deseaba.

Su reluciente carrocería le llamo la atención, paso sus congelados dedos toscos por el capo del vehículo, el cual se abollaba ligeramente y apenas desaparecía su presión esta volvía a su forma original. Obviamente la bestia acariciaba con toda la delicadeza que podía. Entonces noto a la chica al costado… le miro y con suavidad la aparto de la maquina como quien aparta a un cachorro, solo que la fuerza de esta bestia ciertamente podría hacer rodar por el suelo a la original dueña del armatoste motorizado.

La sombra de Hielo era hostil por cierto, comúnmente habría destruido todo alrededor, pero a veces sucedían cosas más sorprendentes, cosas que realmente superaban las expectativas de un creador, cosas que podrían sacar a cualquiera los estigmas que tachan a todo ser no tan pensante.
Geppetto juraba que Pinoccio sería incapaz de sentir al momento de crearlo, pero cuando la magia se pone en la tarea de hurgar profundamente para hallar lo que más se parece a un alma, puede llegar a sorprender. El alma de la sombra era curiosa, curiosa en extremo, y solo cuando no se vio amenazado, actuó como era realmente.

Datos de Combate:

por **Astrid Dagmar** Lun Sep 26, 2016 5:47 pm

Tenía que estar muy ciega para no ver venir a un enorme bichejo gigante aproximarse hasta el vehículo. Es decir, estaba pegada a la aeronave, no había manera alguna de no ver cómo la bestia se posicionaba a su lado, o cómo se acercaba. ¡Podía divisarse desde lejos incluso con aquella tremenda ventisca! No era precisamente una criatura difícil de ver. Sobre todo si el temporal se detenía de repente y los rayos de sol daban casualmente sobre su piel helada. Justo cuando terminó de rellenar el depósito, observó una enorme mano depositarse sobre la carrocería, y fue cuando comprendió que había encontrado a la fiera que había estado buscando. El monstruo estaba tranquilo, se veía pacífico… e indefenso también. ¿Eso era el peligro que tenía que cazar?

Bueno, quizás la fiera no fuese tan delicada como parecía al acariciar el capó. Esto pudo comprobarlo cuando le hizo apartarse… no de muy buenas maneras, o eso le pareció. ¿Creería que la aeronave era comida y pretendía zampársela? Fuese lo que fuese, era su única vía de escape de aquel desierto helado. Por mucho que acabase con la bestia… si se quedaba sin él, tardaría demasiado tiempo en salir de allí, si es que lo lograba. Al ser empujada a un costado, rodó por el suelo cuesta abajo, debido a que al ponerse de pie después del impacto, resbaló de forma estúpida y cayó por la ladera de una de las dunas. Por supuesto, esto no hizo que sintiese empatía por el monstruo, si no que más bien, acrecentaba su mal humor. No podía permitirse estar tropezándose por ese lugar eternamente.

Volvió como pudo hacia donde estaba la bestia. El terreno no era el mejor para correr, de forma que se vio obligada a aprovecharse de las ondas sonoras para moverse rápidamente hacia su víctima, aunque sabía que si le embestía con un buen placaje acabaría con la crisma hecha pedazos. Mientras se transportaba velozmente a través de la nieve (aunque iba un poco más lenta, a pesar de emplear una habilidad que permitía acelerar sus pasos) su mano derecha fue cargando una pequeña esfera lumínica que iba haciéndose cada vez más grande. Exageradamente grande. Probablemente se le estuviera yendo de madres, pero le bastaba con apartar a la fiera del maldito vehículo. Cualquiera de las otras técnicas que había aprendido podrían no ser muy eficaces contra un monstruo gélido, de forma que emplear el poder de la luz fue lo primero que se le ocurrió. Algo de calor le daría, sobre todo si las dimensiones del orbe que generaba eran absurdamente desmesuradas.

Consiguió frenar en seco a una distancia prudente de la criatura, de forma que aprovechó la inercia para impulsar la enorme bola de luz para que ésta impactara de lleno contra la bestia y lograra apartarla de la aeronave. No estaba preocupada por un bien material, ni mucho menos, si las circunstancias fuesen otras incluso le habría dejado juguetear con el vehículo — pero si se lo llevaba, ella acabaría perdiéndose entre las dunas nevadas y sumiéndose en el olvido, siendo una aventurera más que no lograba volver a casa por ser demasiado osada. O avariciosa, más bien.

Datos de batalla:

por **Auros** Lun Sep 26, 2016 5:47 pm

El miembro 'Astrid Dagmar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Dado Cósmico' :
Misión de Cacería Especial Rango 4 (Caza una Sombra de Hielo) [Sola] Baw6yAz

Resultados : 68

por **Auros** Mar Oct 04, 2016 2:09 pm

La criatura que acompañaba a la otra criatura brillante rodo por el suelo, a los ojos de la sombra de hielo era una especie de mascota del armatoste de Tempus, pero está a no sentir una esencia amenazadora, como es obvio en las máquinas, no le pareció algo frente a lo cual estar a la defensiva, por ello se centró directamente en la inspección de la reluciente criatura, el vehículo parecía recibir sus curiosas caricias sin mayor problema, por lo cual la gigantesca criatura se sintió mucho más cómoda que incluso cuando fue creada y arrullada en las endemoniadas escarchas de la montaña, cuando la madre naturaleza vio la necesidad de su creación para hacer frente a los escandalosos y egoístas mortales que osaban profanar sus suelos.

Una diminuta esfera llamo su atención, parecía una de las raras estrellas que a veces se para absorto a contemplar, pequeña al principio, pero fue creciendo en tamaño y potencia, la criatura al principio pensó que eran reflejos de los hielos eternos que adornaban el paisaje, pero entonces escucho con sus primitivos oídos lo que parecía ser un zumbido, cualquiera diría que era una abeja, el sonido de la primavera, pero la criatura una vez más se topó con un algo que no le era familiar, la esfera ahora era visible a simple vista incluso para sus ojos del tamaño de una almendra, sus brazos gigantescos como arietes de asedio se movieron prestos y con gran conmoción intentaron levantar el cuerpo helado, solo bastaron dos segundos para estar preparado, emitió un chirrido como el que se produce cuando el acero se frota contra el acero y aparto a su nuevo amigo, el vehículo de Tempus de un pequeño manotazo, solo la suerte diría si fue dañada o no pero pocas cosas salen ilesas del golpe de una sombra.

La esfera irradio el poder de la luz santa y el coloso congelado vio como esta descomunal forma de energía de proporciones aún más grandes que el motor de la tierra impactaba contra él, los haces de luz se desperdigaron y corrieron hacia el infinito cielo acuciados por la escarcha y la oscuridad tenue que caracterizaba el lugar donde la monstruosa mole vivía.

Su pecho se abrió y desde el cayo un líquido azul fluorescente, estaba herido de muerte, un solo descuido en cientos de años y los mortales se volvían…. Mortales.

La sombra retrocedió, rugió y la ventisca aumento su poder, un tornado de afiladas escarchas comenzó a levantarse y la criatura con gran fuerza arremetió contra su enemiga, no duraría mucho, pero al menos moriría en la ley que había sido creada, en un cruel combate donde solo uno de los dos sobreviviría. El puño del gigantesco ser se levantó tan alto como el sol y cayo tan fuerte como el juicio de un dios de la guerra. El impacto se produjo directo en su enemiga para hacerla polvo, los boquetes que creo casi le engulleron a él mismo y siguió presionando y presionando contra la tierra con la esperanza de hacer desaparecer parte del mundo y con ella la luz que le había casi destruido.

Datos de Combate:

por **Auros** Mar Oct 04, 2016 2:09 pm

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Divina' : 15

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#2 'Tirada Divina' : 13

por **Astrid Dagmar** Dom Oct 16, 2016 4:00 pm

Como era de esperar, la bestia resistió el golpe, pero mucho menos de lo que Astrid había pensado en un principio. El chirrido que emitió le dejó ligeramente aturdida, y para cuando pudo concentrarse en lo que hacía, la aeronave salió rodando hacia un lado debido al manotazo recibido por aquella sombra gélida, provocando que se precipitara cuesta abajo por la ladera de una duna. —¡Mierda!— Lo que la Rubinus había tratado de evitar con su ataque había terminado por suceder. Si el armatoste sobrevivía a aquella caída, se debería a un milagro. Para ella, los milagros no existían, pero si se daba el caso, se pondría a rezar veinte veces al día a quien quiera que fuese el patrón de los vehículos viejos. Había dioses para todo, seguramente alguno dedicado a eso tendría que existir.

La bola de luz impactó de lleno contra la criatura, haciéndole retroceder varios pasos y dejando al descubierto gran parte de su helada anatomía. Un brillante líquido azul borboteó de lo que parecía ser su pecho, dejando diversas manchas sobre el blanco terreno donde las extremidades inferiores de ambos se hundían poco a poco, cediendo ante el peso de sus cuerpos. Si bien Astrid era mucho menos pesada que la bestia, la capa de nieve era tan gruesa que apenas podía caminar correctamente. Aquella densidad no sería nada para la sombra de hielo, pero también daba la impresión de estar siendo absorbida por el suelo.

Se tapó los oídos rápidamente al oír el furioso rugido de la bestia, que, a la vez, provocó un gigantesco tornado que le impedía ver con nitidez. Entrecerró los ojos, y su diestra abandonó su oreja para elevar el brazo por encima de la cara y protegerse de aquella ventisca artificial. Por suerte, pudo ver a tiempo cómo alzaba el puño: no sabía si sería más veloz que la criatura, pero al menos podía hacerse una idea de sus intenciones. Tampoco había que tener dos dedos de frente para saberlo.

Mientras aquella gigantesca extremidad descendía hacia su posición, Astrid rodó hacia un lado para esquivarle. Fue una mala decisión… puesto que la criatura terminó asestándole aquel golpe, pero no como quería, por suerte. Le dio tiempo a ponerse de pie para cuando esto ocurrió, pudiendo frenar el ataque tras transformar rápidamente su mano izquierda en una enorme garra oscura y agarrar aquel puño helado, tan helado que, irónicamente, le quemaba la palma de su zurda. El monstruo persistía, trataba de hundirle en la nieve con todas sus fuerzas y la Rubinus pensó que lograría su propósito, pero se negaba a perder de una manera tan estúpida y mucho menos cuando tan sólo tenía que esforzarse un poco más para que por fin pudiera vencer a la sombra (o eso esperaba).

Apretó los dientes con fuerza, como si esto aumentase su resistencia (de forma inútil, porque realmente no hacía nada), a la vez que su mano izquierda impedía que el puño terminase con su vida. Su diestra volvió a emitir un brillo blanco. Esperaba que con ello se distrajera un poco, puesto que así podría conseguir aflojar aquella extremidad helada y quitársela de encima. La nieve le llegaba por encima de las rodillas… si no se daba prisa, terminaría completamente hundida. Emitió un gruñido antes de hacer mucha más fuerza con la garra, con idea de empujar a la criatura hacia atrás. Quizás no daría resultado, pero debía intentarlo. Finalmente, otra esfera lumínica (bastante más pequeña que la anterior, pero no por ello menos nociva) se formó entre sus dedos de la mano derecha, y la lanzó directamente contra el pecho abierto de su oponente. Creyó que con eso bastaría para derrotarle de una vez por todas. ¿Lo lograría o seguiría resistiendo hasta el mismísimo final?

datos de batalla:

Habilidad usada:

por **Auros** Dom Oct 16, 2016 4:00 pm

El miembro 'Astrid Dagmar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Dado Cósmico' :
Misión de Cacería Especial Rango 4 (Caza una Sombra de Hielo) [Sola] Baw6yAz

#1 Resultados : 4

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#2 'Dado Cósmico' :
Misión de Cacería Especial Rango 4 (Caza una Sombra de Hielo) [Sola] Baw6yAz

#2 Resultados : 34

por **Auros** Lun Oct 17, 2016 8:36 pm

El vehículo se deslizo suavemente por la pendiente, la suerte sonreía a la chica e incluso tendría de vuelta el deposito por el vehículo a la vuelta, sin embargo la máquina de hielo puro quizás ya no tendría opción de recuperarse, el daño había sido masivo e incluso con su pequeña menta podía darse cuenta que no sería otra vez lo mismo, la naturaleza se había dejado estar y durmiéndose en los laureles pensaba que estarían sus salvajes dominios en paz para siempre, es verdad que la naturaleza siempre está en constante evolución, pero los dones otorgados por los supremos dioses del Omnia aventajaban rápidamente la velocidad de esta última, dejándole con pocas opciones de defender sus tesoros, finalmente el hombre inteligente terminaría por conquistar todo lo que descansara bajo la luz del sol.

La sangre resplandeciente de la armada mole brillaba sobre la nieve igual que una cascada perdida en medio de un valle incorrupto, se debilitaba, era verdad, pero su misión debía cumplirse, aunque hace tanto tiempo se le dio que ya no la recordaba, solo tinieblas surcaban sus congelados ojos buscando una luz, una misión, un objetivo claro, no lo encontró y no lo encontraría, solo furia y escarcha era lo que le venía a su primitivo cerebro y furia y escarcha serían los regalos que entregaría como un presente, pero era difícil, el monstruo retrocedió ante la defensa de la muchacha, herido sus fuerzas no eran lo suficiente, el mortal, aquel pequeño, insignificante y déspota mortal se atrevía a detener el meteórico puño, se resistía con fuerza divina, la nieve huyo asediada por poder de los gladiadores que con fuerza espeluznante luchaban por vencerse el uno al otro.

El poder que impulsaba su puño fue desviado cuando el enemigo se dispuso a crear una nueva habilidad, otra luz resplandeciente emergió, mágica llena de la premonición de una tortura estelar acumulada para mil enemigos déspotas. Y los ojos del señor de las tormentas que habitaba en el desierto blanco se volvieron como una polilla llamada a la muerte de una luz intensa, la esfera golpeo, exploto y los fuegos infernales de luz hambrienta le persiguieron completamente rodeándole, haciéndole retroceder y haciéndole montar en una ira que se perdió de toda realidad.

El colosal ser murió al verse caminando sus pasos de vuelta por donde venía, cada uno de ellos le desgarraba el alma y le hacía polvo la poca determinación que le quedaba, vomitando la magia que le impulsaba y ponía su viejo mecanismo natural en óptimas condiciones, sin embargo todo escapaba entre chispas, crujidos y miles de pedazos de hielo que escaparon al firmamento incendiados y llenos de sueños rotos. El mecanismo biomecánico del golem se detuvo finalmente y echando vapor en los alrededores… dejo de moverse para siempre. Sus perfectos ojos almendrados se apagaron lentamente… dando su último suspiro en este mundo.

Datos de combate:

Spoiler:

por **Auros** Lun Oct 17, 2016 8:36 pm

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Divina' : 23

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#2 'Tirada Divina' : 21

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Misión de Cacería Especial Rango 4 (Caza una Sombra de Hielo) [Sola]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater