Confidencias [Privado - Isela A. Ichinose]

por **Adam Benjamin** Dom Mayo 08, 2016 6:35 pm

Confidencias
Mansión Ichinose | Hora: 1:15 am

Aquella visita al cementerio de Nihil había resultado ser complaciente, a fin de cuentas, aunque los hechos ocurridos bajo aquella tela de luz que nos envolvía se podrían considerar… inesperados, más no peligrosos, el viaje no dejaba de ser agradable, pues la elegancia con la que eran dibujados dichos lugares podían dejar cautivado incluso a un impasible Nigromante de tan honorable cargo sosteniendo sobre sus hombros, capaz de dejar libre de sofocos a muchos, más si se trataran de amantes de la noche. El inesperado encuentro con el ser no-muerto hallado en la capilla del cementerio fue, aunque no lo pareciese, un recipiente enriquecida con valiosa información para el pelinegro, pues no solo se había dedicado a defenderse de su hostilidad, aquello tenía un fin… progresar en el arte de la magia oscura. El conflicto no duro demasiado, sin embargo, ese corto instante de colisiones entre diferentes almas con distintos puntos de vistas, experiencias y conocimiento, fue necesario para recolectar aquello que andaba buscando.

Los minutos avanzaban y la noche seguía reinando. Sus horas eran escasas, pero su belleza no igualaba a una mañana primaveral, aunque siempre podía aparecer alguien con la suficiente insolencia como para dejar mostrar su altanería, insultando la elegancia del mundo oscuro que con tanto esfuerzo nos mostraba su mayor nivel de supremacía. El camino de vuelta fue más largo de lo que llegó a ser la ida, quizás se debía al deseo de querer llegar a residencia de los Señores Ichinose para aprovechar un momento exquisito de relajación lo antes posible. ¿Habrían hecho correctamente su trabajo? Adam no tenía más remedio que preocuparse en determinadas ocasiones por la eficacia en el trabajo de los criados de la Mansión, a veces preferiría no salir del lugar en ningún momento para asegurar que todo esté correctamente planificado, ordenado y acabado, pues confiaba en sus dotes más que en cualquiera, la perfección lo era todo, y Adam no toleraría ningún error ajeno. ¿A quién le tocaría esta vez?

El pueblo de Wutai era… con diferencia, uno de los lugares más hermosos y apacibles de todo Spirit Soul. Admiraba de sus Señores la aceptada decisión de haber construido allí su formidable Mansión, como Mayordomo, se sentía orgulloso y afortunado de pertenecer a la Revolución por estas pequeñas cosas. Desconocía la localización del Señor Takumi, no sabía si se encontraba en su aposento, siquiera si permanecía aquella noche en dicha vivienda… sabía por sobre todas las cosas, que, si su excelencia estuviese en aquel lugar, ya nos habría descubierto, aun así, el Mayordomo abría la gran puerta lo más delicadamente posible. – Después de usted, mi Señora… - Mostrando cortesía, Adam dejaba entrar primero a la Emperatriz de la Noche inclinado su cuerpo ante su espléndida presencia. Aquella vista siempre le resultada acogedora. Tanto su arquitectura como la decoración victoriana de los interiores era exquisita, nunca pasaban de moda esta estilosa vestimenta con la que se acicalaban las Mansiones. Puro arte.

- Bienvenida a la Mansión, Madam. – El grupo de criados permanecía ordenado en fila para recibir a su Señora, por el momento observaba que se encontraba todo en orden, con una ligera pasada, Adam podía reconocer cualquier irregularidad en la Mansión. Estaban nerviosos… comprensible. – Madam desea que-… - La criada siquiera tuvo opción de terminar su frase, pues las palabras del Mayordomo fueron las responsables de su detención. Adam ya había cerrado la puerta con el mismo cuidado que al abrirla, ya que el viento de la noche comenzaba a ser algo molesto. – Nuestra Señora desea un tentempié… - Su tono de voz sutil resonaba en la gran primera sala, delicada reverberación podría considerarse un potente somnífero para las damas de tan delicada fogosidad. – Necesito que uno de ustedes acompañe a Madam al salón y adecue la zona para una mejor comodidad… Los demás, diríjanse a la cocina, hagan los preparativos y esperen a mi llegada – La orden fue clara y sencilla, cada uno de los presentes acató el encargo y se dispusieron a actuar en cuestión de segundos. Por parte del pelinegro, se acercó manteniendo cierta distancia con Isela para luego, inclinar levemente su cuerpo. – Me dirigiré hacia mis aposentos para trajearme como es debido. No tardaré nada… - Acto seguido, re direccionaba su andar hacia el próximo destino.

por **Isela A. Ichinose** Lun Mayo 16, 2016 1:36 am

Llegar a la imponente mansión siempre era reconfortante para la fémina, quien observó por ese entonces al personal doméstico con algún que otro suspiro por demás de sutil de por medio, pues no necesitó pronunciar palabra alguna cuando ya lo había hecho Adam, siempre de modo tan propicio como particular y justo en el momento preciso. Ladeó el rostro, observando sin más al mayordomo con una ligera sonrisa ante talas palabras, asintiendo al mismo tiempo. —Por supuesto, adelante. Yo mientras tanto estaré esperando donde siempre…Umh…¿No activaron a tiempo la calefacción central?, esta mansión se siente más fría que Tempus Urbanis…— Murmuró irónica sin más, arqueando una ceja en lo que terminaba dirigiéndose hacia el corredor de lado izquierdo que desembocaba en el gran salón…uno que destacaba por sus lámparas de techo decorados en algunos sectores con cristales y que permanecían colgadas a gran altura, justamente en el centro.

Era imposible de no notar el lujo de aquella mansión victoriana en perfecto estado, un sitio que normalmente le traía cierta paz a la revolucionaria de cabellos negros, una que no siempre se sentía del todo afortunada como para poder disponer. Una de las criadas se ocupaba de encender el fuego de la chimenea, avivándolo mientras que Isela solo se disponía a sentarse en el espacioso sillón, de lado derecho para finalmente quitarse el calzado, manteniendo las piernas sobre un costado pero levemente flexionadas y posterior a ello, se cubrió hasta la cintura con una manta de lana de bordado realmente exquisito. Así poco a poco parecía ir entrando en calor, pues la fría piel de esta iba a cuentagotas tornándose cada vez más cálida.

El felino del averno dio un pequeño salto, trepándose sobre su regazo para bostezar y enrollarse ahí mismo, disponiéndose a dormir a gusto bajo la protección de la mujer que lo malcriaba, tal vez demasiado. Astartea mantuvo esa mirada penetrante en las llamas, absorta en cada oscilación con ligera nostalgia, puede que incluso por algunos momentos se notasen atisbos de lejanía y era cierto, cualquiera que observara los ojos de la mujer podía notar el vacío más abismal o la mezcla de tantas emociones que eran capaces de confundir hasta el más habido. La respiración de la hibrida se notaba en un sutil movimiento que su pecho hacia cada vez que el aire circulaba por sus pulmones…Ninguna palabra salió de sus labios, solo estaba enredándose cientos de veces entre sus pensamientos, algunos capaces de atormentarla o hacerla sentir insegura respecto a todo.

Tenía el rostro de esa mujer grabado a fuego, el rostro sublime de esa humana que estaba retratado en la tumba que horas antes decidió conocer. Era realmente bella…se notaba bondad en sus ojos y…había tenido algo que Isela siempre había deseado. ¡Que molesto era!...Se sentía celosa, triste por las circunstancias pero también experimentaba un extraño sentido de respeto por alguien que ahora reposaba entre los brazos de la muerte. Puede que por unos instantes sus orbes violáceos con reflejos celestes se humedecieran pero no, la fémina no era partidaria a mostrar debilidad alguna ante los demás. —Gracias, puedes retirarte— Susurro de manera asertiva pero tranquila a la maid, que mostró sus respetos en una suave reverencia para así abandonar el salón principal.

Ya solo esperaba el regreso de Adam, así que solo bajó la mirada hacia el felino, a quien le dedicó una cálida sonrisa, extendiendo suavemente la mano derecha para ofrecerle caricias amorosas sobre el lomo, mimándolo como era de costumbre. —Sí que estás a gusto aquí, ¿no?. Pero no te metas en problemas…no causes retrasos a los trabajadores ni tampoco te comas las rosas o me harás enojar— Susurró a este, sin dejar de acariciarle porque obviamente…adoraba a ese animalito.

por **Adam Benjamin** Miér Jul 06, 2016 7:40 pm

Pantalones oscuros, listos; zapatos, listos; camisa blanca y corbata, listo; esmoquin negro… listo. Adam se consideraba una persona perfecta respecto a sus movimientos, sus gestos, sus expresiones y decisiones. Nada podía contradecir lo que mencionaba… nadie podía tacharle de analfabeto; él mismo no permitía que aquello se tornara contra él. Demasiadas experiencias, demasiadas memorias… oscuridad, inteligencia; frialdad, elegancia; horror, honestidad. Al igual que cientos de adjetivos aberrantes podían describirlo con suma facilidad, este joven de cabellos negros dominaba el arte de la profesionalidad, en él, podía presenciarse el único brillo que lo delataba, la única luz que lo diferenciaba de todos los demás, y aquello… le daba en mil maneras un punto a favor en todo lo que realizaba, aun por muy podrida que tuviese el alma. Delante del espejo observaba su figura mientras ajustaba con delicadeza, nuevamente, su corbata; agarró los guantes blancos que descansaban sobre uno de los escritorios del cuarto para luego vestirlos. – Perfecto – Observó el reloj de bolsillo que poseía para conocer la hora y cerró la puerta de la habitación.

Descendió sobre las grandes escaleras que poseía la mansión y se dirigió sin pensárselo dos veces hacia la cocina. Confiaba conque la persona que acompañó a Madam hubiese hecho correctamente su trabajo; fue una de las razones por las que no se acercó al salón para comprobar nada. La cocina estaba reluciente, tal y como la quería ver desde un principio, todos y cada uno de los días venideros. Cada uno de los empleados no se detenía con su correspondencia, volteando de vez en cuando la mirada hacia aquel alto Mayordomo pelinegro. – Vamos a preparar uno de los postres favoritos de Madam. No se arriesguen a cometer fallos, lo recomiendo. – Cada gesto de manos, cada palabra y suspiro lo significaba todo. Los empleados se encontraban nerviosos, pues conocían cada expresión de decepción por parte del joven, conocían sus actos cada vez que no le gustaba algo, y el temor que este podía producir en las personas con tan solo permanecer cerca de él. Pero al igual que dicha sensación, también encontraban en aquel hombre un ejemplo a seguir para poder conseguir confortar a la Novarum como mejor lo deseara, o simplemente lo admiraban por su temperamento y su firmeza.

- Adam… el tentempié está listo… – Uno de los pocos cocineros que se encontraban activos se acercaba hacia la mesa donde se encontraba cada uno de los alimentos para avisar a Adam, quien, al oír aquello, agarraba una bandeja plateada lo suficientemente ancha como para que ocupara todo lo pensado. Alcanzó aquella fuente de comida y se dispuso a dirigirse hacia el lugar donde se encontraba su señora. Levantando el plato con una sola mano justo por debajo del nivel del hombro comenzó a andar a paso firme, sin arriesgar a ningún movimiento innecesario, sin parar de pensar en otra cosa, y sin apartar la mirada del frente. Dos empleados se adelantaron para, una vez cerca de la gran puerta que daba al salón principal, estos la abrieran con tal de que Adam realizará el mínimo gesto redundante. – Con permiso – El pelinegro se acercaba a la mesa en la que se encontraba Isela, para dejar la bandeja en la misma. Comenzó a entregar cada pequeño plato con sus acompañamientos. De primeras había un plato entero de medialunas rellenos de jamón y queso seguido de una taza de café con leche con una temperatura suave, la cual vertió desde una jarra en cada taza con suma delicadeza. – Espero sea de su agrado... –

Mediante un rápido chasquido de dedos hizo que uno de los cocineros apareciera por la entrada para acercarse a Adam con un bol bastante grande del mismo diseño que la bandeja. En su interior se encontraban trozos de carne totalmente despedazados para un mejor masticar. – Esto será para el felino – Una vez terminado todo, Adam dio la orden de cerrar las puertas y sentarse en uno de los laterales relativamente cerca de la joven chica. Movió con una cuchara su taza de café para darle el primer sorbo de la noche – Entonces, Madam… ¿Quería hablar sobre algo? – Y el silencio reino por un instante...

por **Isela A. Ichinose** Mar Jul 12, 2016 5:50 pm

En los momentos cuando estuvo sola, ninguna palabra abandonó sus labios…más bien todo lo contrario. Aquella mujer se mantenía completamente absorta en lo que parecía ser ciertos recuerdos que no la dejaban del todo en paz…¿Qué podía ser tan importante como para que notase la llegada del mayordomo sino varios segundos después?. Parpadeó con algo de curiosidad unos instantes antes de que desviase la mirada por fin a este, sonriéndole muy apenas pero no sin antes elogiarle. —Eso huele demasiado bien, quizás no sea el momento apropiado…sin embargo, nunca está de más darse algún que otro gusto, ¿cierto?— Comentó con calma, observando como el pequeño felino se enderezaba, observando todo con notable interés en lo que dejaba escapar un maullido bajo en compañía de ciertos ronroneos, a sabiendas que también había algo para él y que terminase dando un saltito hacia el suelo como buen interesado. —Míralo nada más, es capaz de cambiarme por carne con tanta facilidad. Pero no es ninguna novedad…todos son así y más aún los de esta especie…Me advirtieron que no lo consienta demasiado pero creo que no pude evitarlo, que ironía— Esas palabras escondían un obvio doble sentido que de buenas a primeras seguía así de oculto como era de esperarse.

Procedió a tomar la taza, revolviendo cuidadosamente el contenido para mezclar un poco más y sin más apoyó los labios en el borde, bebiendo un poquito en lo que claramente disfrutaba aquel liquido bastante caliente atravesar su garganta…Pues costumbre tenía de comer todo muy caliente o hasta beberlo, ya que no se quemaba con facilidad y aunque no pudiese ser, sentía mejor los sabores de ese modo que en cualquier otro. —Delicioso como siempre. ¿Cómo haces para calcular el punto exacto a todo?...Recuerdo que hace un tiempo hubo otro mayordomo, su nombre era…— Hizo una pausa, con tal duda existencial plasmada en aquel bello semblante, dejando en claro que no conseguía recordar exactamente. —Elliot. Si, Elliot. No era malo, pero tampoco eficiente, ni tampoco digno de confianza…no al menos como para poder charlar contigo de manera tan abierta como puedes conocer— Aprovechó la pausa para beber otro poquito, haciéndose con la servilleta para apoyarla sutilmente sobre la comisura de sus labios, en lo que continuaba.

—He de suponer que en este mundo, nada es casual. Hace unas horas preguntabas a quien pertenecía esa tumba que observaba de esa manera tan…especial. Es bastante antigua, está ahí mucho antes de mi nacimiento y aunque era más longevo que yo, simplemente lo digo para que te ubiques en tiempo…aproximadamente.— Su mano libre se extendió con el mismo ademan suave, tomando una de las medialunas para darle apenas una mordidita, saboreando aquel sazón tan particular que adquirían gracias a la temperatura…Después de todo, complacer a Isela no era algo difícil, disfrutaba gran parte del tiempo en las pequeñas cosas de la vida. —Esa mujer era una simple humana, llamada Katherine y fue la primera esposa de Astaroth— Por entonces sonrió con clara ironía, entrecerrando un poco los ojos en lo que pasaba la mirada sobre las llamas de la chimenea. —Una humana que él si amó, por no decirlo de otro modo…la única persona que amó. Fue por ella o mejor dicho, por su muerte a manos del gobierno que él se volvió lo que es…un revolucionario dispuesto a lo que sea por vengar su recuerdo, aunque sea incapaz de confesármelo— Relató de buenas a primeras con un nudo en la garganta, demostrando cierta alteración en toda esa seriedad que la respaldaba, pues ingresaba a un punto en el que confesar lo que sentía era más que fácil.

—Me alegro que ella esté tres metros bajo tierra…— Afirmó luego con una sonrisa delicada pero con cierta tristeza en aquellos ojos violáceos. —No muy en el fondo sé que si aquella mujer apareciese por cualquier medio, él volvería a tenderle su mano. Es miedo pero también son celos…que a fin de cuentas, el que se la pase en los burdeles de Rihm ya no me preocupa porque no pasa más allá de un simple deseo, sin embargo…a Katherine si la amó como jamás podría amarme a mí. No son conjeturas porque él desde un principio dijo que su capacidad de amar era nula a estas alturas…pero a veces, cuando su mirada se torna algo perdida en algún atardecer…quizás esté recordándola— Su tono de voz era neutro de buenas a primeras, algo aletargado pero con cierta alteración ínfima al entrar en lo último mencionado. —No podría dejar que ella volviese a caminar por esta tierra, es increíble…un simple cumulo de huesos tiene la facultad de alterarme—

Daba algún que otro sorbo a la bebida, encontrando cierto confort en el sabor tan bien conformado, sin embargo suspiró, incrédula… —Cuando me casé con él no sabía quién era, sino tiempo después en que me vi en la necesidad de seguirle. Él…él supo recompensar mi fidelidad o paciencia, con el paso del tiempo lo he notado más afable, más dispuesto a escucharme o dedicarme su tiempo dentro de lo que su personalidad tan complicada le permite. Yo no pido más…estoy bien así…Sin embargo, ¿puedes asegurarme que los muertos no pueden regresar?...Como maestro de la misma muerte…¿qué opinas?, ¿ella podría volver después de tanto tiempo?...¿Puede impedirse eso?. ¿O es que estoy siendo demasiado paranoica y debería callarme de una vez?—

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater