[Misión de cacería especial: Caza un Dragon] [Rango 4] Como entrenar a tu Dragon [Fingon Sindar y Clarabelle Disney]

por **Fingon Sindar** Dom Ago 28, 2016 7:56 pm

A veces la naturaleza le daba retos a los elfos, esta vez era un reto fácil de superar, más su determinación seria prontamente probada pues había recibido una misión de captura, en las inmediaciones había una cueva famosa por que en su interior habitaba un terrible, terrible dragón que hacía de las suyas. Lamentablemente cada cierto tiempo atacaba algunas zonas protegidas por el gobierno y una de ellas era las cercanías de la cueva lucero, Fingon era el oficial más cercano al sitio y por ende rápidamente tomo la misión que le fue enviada por su prima, Nerdanel Sindar que se encontraba en las dependencias del Dominus Castle.

Sin embargo antes de encaminarse al lugar montando en su leal Rochallor recibió el aviso que temía. Rastros de sangre, un bolso y varios cuadernos regados por todo el lugar… es posible que algún estudiante ronde el lugar?

-Rapido Rochallor, civiles en peligro.- Apuro el elfo al gran ave que montaba al tiempo que tomaba la mochila en una gran maniobra para guardarla en la alforja que llevaba el chocobo.

Spoiler:

El camino era duro, y no se podía imaginar que quizás el dragón se había ya almorzado a una comitiva de estudios, la mente del elfo flaqueo, sus expectativas eran capturar con vida al cruel dragón y tal vez reubicarlo en algún lugar donde la fauna sea más acorde a su violencia, quizás en la cumbre montañosa sería un lugar más adecuado para su fuego, pero ahora el asunto era diferente, quizás estaba en peligro algún indefenso grupo. Si tenía que matar a la bestia lo haría, pero el placer de la misión cumplida seria amarga.

Cuando llego hasta el lugar desenfundo su sable revolver, un arma corta de seis tiros con gran potencia de fuego, la armadura que portaba era simple de rojo y negro sin casco para priorizar el movimiento por el terreno. La cueva tenía una muy buena iluminación debido a que había cristales en el techo que reflejaban la luz. Los ojos incandescentes del elfo relampaguearon al escuchar en el fondo un cruel rugido. Sin duda el dragones taba dentro, quizás algún estudiante quedaba vivo a veces los dragones en su codicia mantenían vivos a las personas creyendo que eran especiales, a veces en su ceguera mantenían hasta el final a las personas que tenían el cabello dorado con la esperanza de que esto sea oro. Pero cuando se dan cuenta que no es una piedra preciosa. Carne hueso y alma se despedazan en un final trágico. Fingon no podía permitir aquello.

-Sal de la penumbra bestia… la justicia reclama tu presencia. El inquebrantable y justo señor de la creación, Mi Lord, desea que depongas todos tus viles actos y dejes en paz a los mortales que son los nuevos dueños del mundo. Pues vuestra ancestral magia ya no tiene soporte en este vacío mundo para vuestra malevolencia y si apreciáis vuestra vida os ordeno que liberéis a quien quiera que hayáis tomado prisionero.- Ordeno Fingon con la esperanza que al menos algún estudiante hubiera escapado de las garras del monstruo, él sabía que muchas bestias eran brutas pero habían algunas que entendían las palabras humanas y que incluso con su magia pagana podían responder en la misma lengua.

Datos de batalla:

por **Clarabelle Disney** Lun Ago 29, 2016 9:15 am

No le apetecía nada eso, ir a clase era divertido. Ver como el resto de personas hablaban entre ellas, hacían cosas, las discusiones y todo eso era divertido, pero Clarabelle se aburría inmensamente con la parte de estudiar. Algunas asignaturas eran interesantes, aunque no por ello se esforzaba más en ellas. Ella había empezado a estudiar para hacer amigos, porque en el Bosque Oscuro no es que pudiera hacer muchos, no para pasarse las tardes leyendo libros sin sentido y contestando preguntas rebuscadas. Pero finalmente había aceptado ya que esperaba que después de estudiar hicieran alguna otra cosa, las cosas típicas que hacía la gente de su edad, aunque Clarabelle no estaba del todo segura de cuales eran esas cosas.

-Clarabelle -la rubia levantó la mirada y miró a sus compañeros que la miraban algo furiosos y sonrió tranquilamente-. Estoy hablando contigo -dijo uno de ellos, un rubio, la verdad es que no se acordaba de su nombre. Clarabelle no era muy buena con los nombres-. ¿Qué? -preguntó ella sonriente-. Mira dejalo -dijo este volviendo la vista a su cuaderno. A Clarabelle le divertía todo eso, no se preocupaba demasiado porque sus compañeros se enfadaran con ella, le parecía verdaderamente divertido que se enfadaran con tanta facilidad.

De pronto escuchó un ruido a su derecha, se giró pero no vio nada, por lo que no le dio demasiada importancia. Pero a penas unos segundos después el ruido se repitió, mucho más fuerte y cercano. Era un rugido. Clarabelle se giró justo a tiempo para ver como un enorme dragón se abalanzaba sobre ellos. La rubia se quedó observándole sin moverse del sitio. Se acababa de tragar a una de sus compañeras de un bocado. Cuando por fin fue consciente de la situación comenzó a retroceder a gatas por el suelo, con la mirada clavada en ese enorme animal y como continuaba almorzándose a sus compañeros como si nada. El dragón se quedó quieto observándola a ella y al chico que se había enfadado antes con ella, Clarabelle no sabía que hacer, ni que esperarse. Se quedó quieta esperando a que se marchara. Pero no lo hizo, con un movimiento rápido la cogió a ella y al otro chico con la boca y emprendió el vuelo.

Aterrizaron dentro de una cueva, donde había algún que otro hueso. Nada más tocar el suelo Clarabelle se llevó la mano a la bota y sacó su daga disimuladamente, no pensaba atacar a un animal diez veces su tamaño, pero quizás le fuera de ayuda para salir.

No se le ocurría como salir, pero tenía que hacerlo. El dragón le estaba cortando el paso a la salida, no tenía forma de salir sin enfrentarse antes a él. Miró de reojo a su compañero, estaba llorando pegado a la pared. No le iba a ser de gran ayuda. Entonces se escuchó una voz fuera de la cueva. Espero que ese sea algo más valiente que tu amigo... Murmuró uno de sus amigos.

Datos de batalla:

por **Auros** Lun Ago 29, 2016 6:36 pm

Cueva Lucero; un apartado lugar al norte de Spatium rodeado de una frondosa área, fértil, de una vegetación llena de hermosas formas y colores. Además, esta zona es conocida por abarcar abundantes variedades de hierbas medicinales, muchos se aventuran a ir por ahí a recolectarlas, a pesar de saber que en el interior de la cueva habitan varias criaturas muy peligrosas. Cierto es, que rara vez se las suele ver rondar por el exterior, pero por muy remota que sea la posibilidad, es mejor mantenerse lejos de la entrada y de estar cerca de ella, hacerlo en silencio para no atraerlas.

Y el fatídico día llegó. Un grupo de estudiantes estaba de excursión por la zona, disfrutando de un día tranquilo y alegre. Lo que ninguno se imaginaba, es que un habitante de su interior, no había pasado inadvertidas sus voces y sus risas. Pues en la penumbra del acceso de la cueva, un ser aterrador y despiadado los observaba. Una bestia astuta y mortífera, tan feroz que intimidaba a las demás especies que cohabitaban con ella en el interior.

¿El detonante para su ataque? Ninguno, simplemente su instinto y apetito fueron lo único que necesitaba para salir de las sombras y abalanzarse contra el grupo de jóvenes que descansaban en el claro. Al primero que agarró, se lo metió en la boca entero, tragándoselo de un bocado. Los gritos se sucedieron en cadena, lo que aún avivó más el ensañamiento del dragon, produciendo unos estruendosos rugidos, acompañados de unas pequeñas llamaradas. Dos de los que intentaron huir, se tropezaron con la garra del colosal monstruo, que sin ningún esfuerzo logró estamparlos contra la pared de roca que había a la izquierda, provocando que del impacto perdieran la vida al instante. El grupo de jóvenes se redujo a la nada en cuestión de segundos.

Pudo percibir por su derecha, como dos de las pequeñas criaturas humanoides intentaban escapar con disimulo, siendo las dos únicas que quedaban en pie. Las inmovilizó entre sus garras y regreso a la cueva volando al ras del suelo con movimientos serpenteantes.
La caverna era profunda y como todo buen dragon, su guarida se encontraba en la parte más recóndita. Aterrizó sobre una montaña de huesos y dejó a los dos jóvenes sobre ella. Con un rápido movimiento, se alejó para emitir un desafiante ruido, resoplando humo por las fosas nasales, pues notaba la presencia de algún intruso. Aún estaba lejos, pero podía percibir su olor. Volvió su atención a sus presas, intentaban aprovechar su distracción para escapar, interponiéndose en su camino, agachando la cabeza a su nivel, mostrando sus dientes a la joven rubia que estaba a escasos pasos de él.

Datos de la bestia:

nota para Clarabelle:

por **Fingon Sindar** Miér Ago 31, 2016 10:53 am

Llego justo a tiempo o eso era lo que él creía, la bestia ya estaba haciendo de las suyas, se olía el terrible aroma a azufre y el custos movía su nariz molesta por el intenso aroma. Rochallor avanzo muy cerca de él como si fuera un pollito pequeño que seguía a su mama. En su corazón deseaba que no hubiera civiles en el medio así que rápidamente se adentró en la cueva para enfrentar a la cocina con patas.

Se aventuró, escudado en las sombras y pudo ver que habían personas vivas en el interior, pudo ver a una chica, una estudiante de cabello larguísimo dorado, quizás el dorado en su pequeña mente le había visto como alguna especie de rareza y quiso hacerla prisionera, se dice que a veces estas bestias encierran a sus cautivos en cuevas, torreones o castillos abandonados, para solo ser liberadas por guerreros de renombre y gran gallardía. Fingon no era nada de eso, era un simple soldado temeroso de la ira de los dioses, como cualquier otro no deseaba morir, sentía frio, calor y miedo, pero el miedo era algo que podía enfrentar de mejor manera pues su entrenamiento le impulsaba a ir mas allá.

Con gran sigilo llego hasta estar relativamente cerca del dragón y era temible verle al rostro, sus fauces se agacharon y parecía querer ver con más detenimiento a sus presas cautivas o almorzarlas. La mente del elfo casi exploto por un dolor de cabeza que le achaco, no podía permitir que se sacrificaran más vidas, aunque fuera su naturaleza. Acaricio su arma con gran dedicación y resoplando un par de veces para infundirse de valor salió de las sombras al tiempo que invocaba un hechizo simple de luz que ilumino el filo de su espada.

- El reino de los justos por los hambrientos es destruido, amor puro, confianza sin rival, un puñal en la oscuridad los derroto. Señores de los cielos conviértanse en testigos de la derrota del mal, pordioseros de los cielos levántense una vez más, la conquista les espera en el bastión final del señor del terror, aquel cuyo sacrificio vertió más verdad en el mundo que todo el pecado esparcido por el ruin, ordena conquistar la oscuridad!.- Grito Fingon mientras alzaba su arma sobre su cabeza. Y la infundía con todo el poder de la luz que le protegía al tiempo que pequeños destellos le comenzaba a rodear al tiempo que le hablaba a la mujer que esta tras el dragón. -Tu niña? Cuál es tu nombre?.... no te preocupes, todo saldrá bien, solo no entres en pánico o esta bestia nos devorara a ambos, sabes defenderte de alguna forma?- pregunto el elfo mientras lentamente intentaba rodear a la gran mole con dientes y garras para ver si podia proteger de alguna forma a la civil, su seguridad era prioridad.

Rochallor, se había acobardado y se había quedado en el último recoveco esperando a su mama, los chocobos son muy sentimentales en todas sus acciones, pero el temor cuando son jóvenes les puede paralizar y suelen huir a la primera tentativa de peligro. Ya era una valentía extrema el permanecer con Fingon en la cueva.

Habilidades Utilizadas:

Datos de Combate:

por **Clarabelle Disney** Vie Sep 02, 2016 7:00 pm

Aprovechando que el dragón se había distraído ante la presencia de un nuevo plato para el menú, Clarabelle comenzó a caminar hacía un pequeño hueco que había entre el dragón y una de las paredes. Era un completo suicidio acercarse tanto al dragón, pero Clarabelle no pensaba con claridad. No podía hacerlo en una situación así y menos si todos sus “amigos” le estaban gritando miles de ordenes y planes para huir, todos a la vez.

Apenas dio unos pasos cuando el dragón se giró hacia ella y le mostró todos y cada uno de sus dientes. Clarabelle se quedó completamente inmóvil, consciente por primera vez del peligro al que se enfrentaba. A veces su cerebro tardaba un poco en reaccionar. Pero ahora que había reaccionado pensó que lo mejor era no enfadar al dragón y le sonrió, algo en su cabeza le dijo que era buena idea. No sabía hasta donde llegaba la inteligencia de aquel animal, pero por si acaso podría intentar ser amable. La lógica de la chica no era la mejor.

Estaba tan centrada en el dragón, en cada uno de sus movimientos, en cada uno de sus resoplidos, que no se dio cuenta de que alguien había entrado en la cueva, ni siquiera cuando se puso a hablar. Pero cuando su espada relució con mucha más potencia, cegando momentáneamente a Clarabelle, se dio cuenta por fin de que tenía compañía.

-Clarabelle -murmuró la rubia no del todo segura. Apretó el mango de la daga ante la última pregunta, casi se había olvidado de que la tenía en la mano-. Sí... -dijo esta vez un poco más alto, esperando no tener que dar explicaciones. No le parecía ni el momento, ni el lugar idóneo para ponerse a charlar.

Tú espera a que el dragón se centre en el tipo ese y sal corriendo. Clarabelle no estaba del todo segura de ese plan, no porque se sintiera culpable por aquel desconocido que parecía haber acudido en su ayuda, ni mucho menos. Simplemente estaba segura de que aunque lograra salir de la cueva con vida, aquel enorme animal hambriento no tardaría demasiado en alcanzarla y cuando lo hiciera estaría realmente furioso. Apretó aún más el puño, clavándose la empuñadura de la daga en la mano, pero no por eso relajó la mano. Necesitaba sentir algo, aunque fuera dolor, para no quedarse nuevamente paralizada.

por **Auros** Lun Sep 05, 2016 9:02 am

La chica se había dado cuenta que era mejor no provocarle, permaneció inmóvil cuando sus fauces mostraron sus afilados dientes. La observó detenidamente. Una criatura fragil y debil, temblorosa e indefensa. Portaba una especie de daga o puñal, algo meramente decorativo… para atravesar su resistente piel escamada hacía falta algo más que ese mondadientes. Aún prestando atención a la joven, pudo advertir la presencia del intruso que se acercaba a su posición. Tenía que ser muy estúpido para aventurarse a entrar en su guarida.

¿Podía tratarse de algún compañero más de la chica? ¿Alguien en busca de fama y gloria? ¿Algún cazador de dragones? Estos últimos han existido desde siempre y pese a ser pocos los que practican en estos tiempos este oficio, aún quedan los suficientes como para que estos majestuosos seres sean precavidos a sus ataques. Lo único que tenía claro la bestia, es que el intruso estaba cerca, más cerca de lo que debería.

Por su espalda escuchó los gritos de un varón, sin darle importancia, continuó observando a la muchacha que tenía frente a sus fauces. Los sollozantes ojos de la joven reaccionaron al ver a la criatura acercarse a ellos. Entonces reaccionó, pues el intrépido o negligente ser que se aventuró hasta las profundidades de la cueva lo hizo para rescatarla.

Lentamente giró su cuerpo, dando la espalda a la rubia, colocando su larga cola alrededor de la posición de la muchacha, pues posiblemente aprovecharía que le daba de nuevo la espalda para intentar alejarse, fijó su mirada en la pendiente que conducía a la estancia, encontrándose a un ser de orejas puntiagudas y constitución fuerte sujetando una brillante espada. Entrecerró sus ojos, calculando el nivel de amenaza del invitado sorpresa, por la posición defensiva que adoptaba, se trataba de un guerrero de intenciones hostiles. Apoyándose únicamente sobre sus patas traseras elevó su cuerpo adoptando una posición erguida. Tomo aire, extendió sus alas y emitió un gruñido que retumbó en toda la caverna, desafiando al nuevo ser, impidiendo el paso hacia los rehenes. Dejó caer de nuevo su cuerpo sobre sus patas delanteras, provocando un potente temblor cuando impactó, no iba a ponérselo fácil, es más, el intruso saciaría más su apetito que la enclenque humana capturada, toda una suerte que se aventurase a entrar, pues así no tendría que salir de nuevo en busca de comida.

Datos:

por **Fingon Sindar** Mar Sep 06, 2016 8:15 pm

Los dragones son peligrosos e impredecibles, sin embargo eso es solo para los mortales que no comprenden su inmensa lógica, esta bestia solo quería comer. Eso era todo, quizás algo de codicia le movía pero lo mejor que hacen es atragantarse con montones y montones de comida para no estar constantemente buscando en tiempos de necesidad. Son considerados avatares de los elementos, muchos lanzan rayos, llamas o simplemente con el batir de sus alas rajaban el cuerpo del enemigo.

El elfo estaba imperturbable, como esculpido en piedra con una mirada feroz y llena de confianza y de determinación. Nada más alejado de lo que realmente sentía, estaba realmente muerto de miedo. Enfrentar a una criatura de un par de cientos de kilos era una cosa, pero enfrentar a un estadio con patas era impensable, incluso en la antigüedad los elfos se alejaban de los territorios de caza de estas bestias, si hubiera sido de otro modo, por todo Spirit Soul andarían jinetes de dragones recorriendo todo el globo.

Clarabelle era el nombre de la chica, y estaba tan o más nerviosa que Fingon, solo que él no lo reflejaba para que el dragón no se le lanzara con toda la fuerza, claramente un poder que nadie podría resistir.

-Criatura de la oscuridad, deja tus viles actos, alégrate de tu inmundicia, escóndete en las profundidades de la tierra y seguiremos nuestro camino sin saña.- Amenazo el elfo que tenía más o menos la idea de que los dragones entendían las palabras de la lengua común. La magia les dotaba de ese terrible poder y de mucho más.

Sus amarillentos ojos se posaron en los relampagueantes de verde esmeralda del cazador y pareció lanzarle un desafío al campeón de la luz. El dragón no dejaría su presa por nada, la codicia le movería?, el orgullo?, sea lo que sea, si hay una vida en peligro, el elfo no podría dejarlo pasar. Aunque no pudiera hacer nada por aquellos que ya habían partido.

Rochallor era realmente inútil en este combate, si se inmiscuía era posible que acabara como un jodido pollo frito gigante y si hay algo que los Chocobo temen es ser almorzados por tostadoras de diez metros de alto.

-Si así lo quieres, solo guarda algo en tu corazón, que hubo un tiempo en que os he dado una oportunidad, y solo me resta deciros que aquel que derrama sangre de su hermano por su hermano será enjuiciado, aquel que someta al débil por el justo será castigado. Sin hambre y sin descanso la sentencia cae sobre el culpable y la luz será su castigo!.- Exclamo para finalizar su hechizo.

Este hizo intensa la luz en su mano izquierda, tanto o más radiante que el mismísimo sol y con ojos cargados de sentimiento giro sobre sí mismo dejando una estela verde detrás de sí y con gran ira el martillo fue soltado para encaminarse hacia su objetivo, la gran bestia que le cerraba el paso. El impacto estalla como una explosión de luz, pero también en la cueva crearía una especie de nube de polvo que haría inútil seguramente la visión de todos. Un momento para atacar o al menos escapar. Rochallor grazno con energía al ver a su mama envuelto en las energías tan intensas, pero solo se dignó a aletear como un cobarde escondido en la oscuridad.

Habilidades Utilizadas:

Datos de Batalla:

por **Auros** Mar Sep 06, 2016 8:15 pm

El miembro 'Fingon Sindar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Dado Cósmico' :
[Misión de cacería especial: Caza un Dragon] [Rango 4] Como entrenar a tu Dragon [Fingon Sindar y Clarabelle Disney] Baw6yAz

Resultados : 70

por **Clarabelle Disney** Vie Sep 23, 2016 1:10 pm

Cuando el dragón comenzó a girarse los ojos de Clarabelle se dirigieron rápidamente a la salida, estaba preparada para salir corriendo en cuanto la bestia le diera completamente la espalda. Sabía que era un completo suicidio, pero si sus “amigos” le decían que lo hiciera, debían tener algún plan. Pero por lo visto el dragón era más inteligente de lo que parecía y rodeó la posición de Clarabelle con su cola para que no pudiera huir. La rubia apretó los dientes, estaba furiosa y bastante asustada. Cada vez estaba más segura de que no iba a salir viva de aquello.

Clarabelle observó atenta como el dragón dejaba claro que aquel hombre no tenía nada que hacer contra él y estuvo a punto de besar el suelo cuando el animal se volvió a dejar caer sobre sus patas delanteras, pero por suerte pudo mantener el equilibrio a duras penas. Pero para su sorpresa el desconocido no se amedrentó, con voz firme continuó diciendo lo que a Clarabelle le pareció algún tipo de poesía o discurso completamente fuera de lugar. Pero cuando el hombre terminó de hablar una extraña luz inundó la cueva obligando a Clarabelle a protegerse los ojos con las manos, cuando por fin se atrevió a abrir los ojos un extraño polvo inundaba la cueva y le nublaba la visión.

Ahora, ¡corre! Le dijeron todos a la vez. Pero Clarabelle ya no estaba muy segura de que fuera buena idea y menos ahora que no podía ver por donde iba, ni donde se encontraba el dragón. ¡Vamos, muévete! Pero Clarabelle no se atrevía a dar un solo paso, así que finalmente decidió lanzar la daga que aún se encontraba en su mano. No sabía si le daría al dragón, había muchas posibilidades de fallara, pero aún así apuntó a donde se encontraba antes la cabeza del dragón y lanzó la daga con todas sus fuerzas y sin esperar un segundo se agachó y sacó otra de sus dagas de su bota y la lanzó en la misma dirección. Sabía que a pesar del tamaño del dragón, aunque apuntara bien, las escamas le protegerían, por lo que tenía la esperanza de que alguna de las dagas le diera en un ojo o alguna parte de su cuerpo que no estuviera protegida por las escamas.

Rezó por ellos ya que si le daba pero no le hería solo le enfurecería aún más. Esperaba que al menos si no le daba el dragón pensara que no había sido ella, porque sino de poco le habría servido haber desobedecido a sus amigos.

Habilidad usada:

Datos de batalla:

por **Auros** Vie Sep 23, 2016 1:10 pm

El miembro 'Clarabelle Disney' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 1' : 10

por **Auros** Vie Sep 23, 2016 3:05 pm

Cayó sobre sus patas delanteras y se quedó mirando al elfo, ajustando sus pupilas mientras oía al guerrero recitar unas palabras. Su espada comenzó a brillar. Que ilusa criatura, esa barra de acero con filo no sería capaz de atravesar sus escamas, tal era su dureza que era sabido en todo el mundo que a un dragon no se le puede matar con acero. De reojo miraba a la chica que permanecía más o menos donde la vio la última vez.

Centró de nuevo su atención a la criatura de ojos esmeralda que seguía gritando delante de él. Alzó su pata delantera derecha acompañada de otro rugido, no tan voraz como el anterior, pero igualmente sonaba amenazador. Una luz cegadora proveniente del guerrero le deslumbró, haciendo que retrocediera un poco con el cuerpo antes de comenzar a bajar su garra contra el elfo.

Un haz de luz divina se precipitó contra su cuerpo, estrellándose de frente contra él, desvaneciéndose en una estela de polvo dorado que impedía a todos los presentes ver con claridad. La onda que emitió esa luz le dejó sin aliento y el polvo que flotaba con el aire, le impedía respirar con dificultad. Empezó a encontrarse mareado, su visión era borrosa, no podía distinguir bien donde estaba su enemigo. Tambaleándose por la cueva, cayó al suelo causando un gran estrépito, levantando una polvareda blanca. Quedó inconsciente sin tan siquiera entrar en combate.

¡Enhorabuena aventureros!
Habéis finalizado con éxito esta peligrosa misión. Mi más sincera enhorabuena.

Podéis pasar a reclamar vuestra recompensa.

DATOS DE BATALLA:

por **Fingon Sindar** Sáb Sep 24, 2016 11:39 am

El dragón no dejaría que nadie escapase, todo lo que hacía era acorde a su codicia, estos lagartos súper desarrollados piensan que el mundo les pertenece y aunque son en innumerables canciones mencionados como los guardianes de la naturaleza, Sindar no permitiría que se perdiesen más vidas, no en su guardia, las bestias salvajes debían ser controladas para asegurar la supervivencia de los mortales. Aunque esas bestias fuera los protectores del mundo.

El ataque había funcionado al menos tal y como lo suponía, había causado que el dragón al menos quedase cegado, la suerte esta vez había estado de su lado y no desaprovecharía esta abertura, la criatura podría atacar de manera aún más inesperada, su aliento era terrible y no quería sentirlo a su alrededor, los ojos del elfo se agudizaron aún más intentando buscar la masa desencadenada de furia inigualable. Vio como dos dagas salieron a través de la neblina y el arco que crearon cayó lejos de la nube… ¿Que había pasado con el dragón? Las dagas cayeron cerca del elfo.

-Lady Clarabelle, Ahora!!, corred hacia mí!- Grito el elfo al tiempo que le hacia una señal a Rochallor para que se acercase.

El inmenso pollo no se movió hasta que se encontró con los ojos fulminantes de su mama, esos verdes ojos relampagueantes de esmeralda le causaban intranquilidad y sosiego a la vez, era una sensación contradictoria. Pero el ave se armó de valor y corrió a través de la cueva en busca de la chica, pero era tarde el polvo se asentó y el dragón ya podría ver… o eso creían todos. Pues al parecer era un dragón afín a la oscuridad o a algún elemento el cual era débil al poder de la luz pues estaba completamente fuera de combate con la lengua afuera y el vientre expuesto. Rochallor miro el rostro de Clarabelle y lo movió a un lado de manera extraña, casi lo posiciono de manera horizontal. Se agacho para que la chica montara en él, la misión del Chocobo era sacarla del alcance de la criatura si le era posible, o si al menos la niña se dignaba a subirse a él, pues había gente que temía de criaturas como el gran Chocobo.

Fingon se adelantó al encuentro del Dragón y con su espada en mano comprobó que la criatura se encontraba nockeada, aliviado al fin pudo respirar y con un largo suspiro miro al ave que se agachaba para sacar a la chica del sitio. Juntos montarían hasta el pueblo más cercano, llenarían el papeleo del ataque mientras el elfo volvería en menos de una hora para enjaular a la bestia debilitada de manera correcta y la trasladaría hasta otro sitio protegido por el gobierno, un sitio donde no causara dolor a los habitantes cercanos, solo era de esperar que no le diese por volver a esta zona sino las cosas podrían resultar de mala manera, después de todo, para un dragón comer todo lo que sea de menor tamaño que él es natural y no había que levantar juicio sobre ella. Un juicio que le condenara.

-Lady Clarabelle, ahora estas en manos seguras, volvamos al pueblo, debemos informar de esta situación a las familias que han sido afectadas, lamento no haber llegado antes, al parecer siempre el mal tiene la ventaja en sus acciones. Solo espero que vuestra integridad no hubiera sido comprometida- se disculpó el elfo por los amigos de la chica.

por **Clarabelle Disney** Dom Sep 25, 2016 6:27 am

Escuchó una pisadas que se acercaban a ella, no parecían de persona, eran bastante más pesadas, por lo que temió que fuera alguna cría del dragón, que venía a ayudar a su madre y el pánico volvió a adueñarse de su cuerpo. Pero por suerte la niebla comenzó a desaparecer y pudo ver que no era un dragón, sino otra cosa, no habría sabido decir que era aquello, pero parecía algún tipo de ave bastante grande y que quería que se subiera encima suyo. Clarabelle buscó con la mirada al hombre que había entrado antes en la cueva y parecía que conocía a aquel animal, por lo que se dispuso a subirse, pero entonces se acordó.

-Recoge primero a ese, yo tengo que coger mis dagas -señaló a su compañero, que para su sorpresa continuaba consciente, la rubia estaba segura de que se habría quedado inconsciente hacía tiempo por el pánico. Clarabelle ya había podido comprobar que el dragón estaba inconsciente y no podría hacerle nada, así que se acercó lentamente buscando sus dagas. No quería perderlas, no es que tuvieran mucho valor sentimental, pero no le apetecía demasiado tener que robar otras dos y con una sola no se sentía segura. El elfo tenía nuevamente la espada en mano, por lo que Clarabelle se quedó quieta en el sitio temiendo que el dragón se hubiera despertado, pero finalmente comprobó que no era así. Era simple precaución. ¡Deja las dagas! ¡Podría despertar en cualquier momento! Clarabelle se giró, tenían razón, debía que salir de allí cuanto antes. Se subió al extraño animal sin pensárselo dos veces con bastante torpeza. No valía la pena arriesgar la vida por dos miseras dagas que no le habían costado nada. Era lo bueno de que la mayoría de sus cosas fueran robadas, cuando las perdía, no se lamentaba por el dinero perdido.

-Tranquilo, no es para tanto -le contestó al hombre tambaleándose desde lo alto de aquel extraño animal al que no estaba del todo segura de como agarrarse. Temía cogerse de algún lugar que le pudiera hacer daño y la lanzara por los aires, por lo que prefirió sujetarse con las piernas como pudiera. Quería salir de allí cuanto antes, por lo que prefería no perder el tiempo preguntando o cayendose.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

[Misión de cacería especial: Caza un Dragon] [Rango 4] Como entrenar a tu Dragon [Fingon Sindar y Clarabelle Disney]

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Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater