Shameful heart. [Priv. Atreyu]

por **Velzat** Jue Jul 28, 2016 2:59 pm

- Glarei, ya sabes lo que pienso de esas cosas... - Solté en un tono burlón, casi como quisiese olvidarme del tema, ciertamente no quería saber nada.

-Pero mi señor, su tatuaje... - parecía preocupada, pero esa conversación la habíamos tenido muchas veces, demasiadas para incluso recordarlas, no obstante, era de vez en cuando, Glarei sabía que no debía enfadarme, aunque paciencia me sobrase.

-¡Ya basta...! - me levanté de la mesa en la que me encontraba, dando un golpe en seco contra la misma. - ... Por favor... - continué la frase agachando la cabeza como un perro al que habían que castigar, o que se sentía castigado por el mero hecho de existir.

-Lo siento, yo... creo que saldré... - no la miré a los ojos, me sentía... raro. Aunque así llevo sintiéndome mucho, pero era una rareza... más personal, como si no pudiese hacer frente a ese hecho aún.

Salí de allí sin mirar atrás, pero creo haber tenido la sensación de que Glarei me seguía hasta la puerta, pero volé, extendí mis alas emplumadas y volé muy alto. Era la única sensación que me hacía sentir más cerca de ser libre, de ser yo mismo. << ¿Pero quién soy...? >>

Las nubes pasaban de largo, y los pájaros que surcaban el cielo y compartían la vista, también. El sol se hacía tenue tras la neblina, y solo escuchaba el sonido del aire y mis aleteos reverberando en mis oídos.

Aterricé en una tranquila y pequeña aldea, la verdad es que no la reconocí al principio al vuelo, pero al bajar un poco logré discernir que se trataba de la aldea de Nihil.

Juraría que mi mente me estaba jugando malas pasadas, pero sentí algo punzante cruzando el viento justo en mi mejilla, así que llevé una mano hacia esta... y efectivamente, mi mejilla derecha estaba sangrando ligeramente. ¿Qué estaba ocurriendo?

Aleteé hacia arriba, creyendo que no me alcanzarían, pero, en un momento sentí un dolor punzante en el ala izquierda. ¿Se podía tener tan buena puntería...? << Maldición... >> entrecerré los ojos del dolor. Tendría que aterrizar pronto si no quería exponerme más así que decidí caer en picado; realizar un aterrizaje forzoso.

Bajaba a gran velocidad, con la flecha aún clavada y la mejilla goteando sangre, hasta que me topé con un tejado e intenté sortearlo, pero un roce y mi cuerpo perdió el equilibrio, cayendo tras un callejón.

Yací magullado, sentado en el suelo, como podía, la verdad, no esperaba que esa patética huída de mi propia verdad, acabase en un aún más patético yo.
No parecía haberme hecho mucho daño con la caída, pero la flecha estaba atravesando el ala, y sinceramente seguro que se me veía con un aspecto lamentable.

Intenté sacarla, pues tendría que hacerlo si quería curarme. Acerqué mi mano, la punta de los dedos estaba temblando un poco, y cuando la agarré noté otro dolor punzante y la solté inmediatamente. - ¡MIERDA! - golpeé el suelo con fuerza, aún sentado de espalda a la pared de aquel callejón. Varias gotas de a saber qué era se esparcieron al golpear el suelo mojado. Agaché la cabeza, el flequillo húmedo me tapaba la cara. Estaría resignado a probar suerte en un rato, desconectado del mundo.

por **Atreyu** Jue Jul 28, 2016 5:19 pm

Durante milenios, toda Chaos permanecía prácticamente inalterable. Guerra tras guerra se había ido fortaleciendo, pues en esas tierras es sabido de sobra que nacen las más fuertes y temidas criaturas de Spirit Soul.
Considerando que la destrucción es parte de su forma de vida, tampoco era tan caótica como la pintaban. Estaba claro que cualquier ciudadano de otro país no comprendería su existencia, ni su cultura, pero si no fuera por esta, no habrían llegado a donde están ahora.

Echaba de menos sus recorridos sin rumbo, visitando un punto aleatorio de su amada tierra. Desde su ascenso, no había tenido oportunidad de salir del castillo y desconectar un poco. Había mucho trabajo que hacer y no era fácil dadas las circunstancias.
Aprovechando que ahora mismo todo parecía en calma, decidió salir oculto en el anonimato y visitar un lugar con el que mantenía un vínculo especial. Era una plácida tarde, perfecta para dar un largo paseo.

Nihil le proporcionaba grandes recuerdos de su época dorada como rebelde. -¿Que opinarian los Gladius conociendo este dato? -”Todos tenemos un pasado”- pensó.

Las calles estaban prácticamente vacías. El olor a sangre pronto le alcanzó. Se detuvo un instante y cambio de dirección, encaminádose hacia un callejón del cual escuchó un ruido sordo, como si algo cayera desde una elevada altura.
Se detuvo para a observar a contraluz, agudizó su vista y pudo analizar una figura sentada en el suelo. Se adentró en el pasaje, sus pasos resonaban conforme avanzaba pausadamente en el. Calmado, con las manos en los bolsillos, quedó a escasos pasos de una figura humanoide con alas. -"¿Era un ángel? ¿Qué hacía aquí?"-. Se agachó y examinó su ala, había una flecha clavada en ella. Sin tocarle, agachó la cabeza y observó su gesto. Pudo sentir cierta melancolía simplemente con observar el ceño de sus labios.
Con su mano izquierda elevó el semblante de aquel individuo, sus ojos no se encontraron con los suyos, simplemente aquella magnífica criatura los evitó, con un gesto despectivo retiró su rostro, desesperado por no parecer patético y débil. Su vista se posó en su mano, estaba cubierta de sangre, posiblemente intentó quitarse la flecha sin éxito.
Un débil suspiro escapó de sus labios. Con una de sus manos agarró con firmeza la parte inferior de la flecha, con la otra la superior. Partió la flecha como si de tratase de un débil brote de árbol y la retiró con cuidado de la articulación de la criatura, dejandole emitir un débil sonido de alivio.
- ¿Te encuentras bien? ¿Puedes levantarte?- Por primera vez sus ojos se encontraron.

por **Velzat** Vie Jul 29, 2016 8:28 am

ost de ambiente:

Y no, no quería salir peor parado, la verdad. Miré la herida de reojo unas cuantas veces, pero aún continuaba pensando y pensando, como un reloj que hacía tick tack, incesante, no se detendría jamás. ¿Me habrían confundido con un pájaro? Estaba volando muy alto pero, me dispararon repetidas veces, no debía ser una equivocación. Había volado demasiado alto, aspirado demasiado alto, y como a Ícaro, mis alas me traicionaron. No me sorprendía, estaba acostumbrado a la guerra, y a las batallas, pero... ¿por qué? ¿Se necesita una razón para herir a alguien? Esa pregunta chocó en mi propia mente, justo en la parte trasera de mis ojos, tanto que me toqué levemente el rostro alrededor de estos. << ¿Se necesita una razón... para ayudar a alguien? >> en ese instante apareció algo, una persona, un ente, él. Me agarró con su mano, perplejo cedí un poco, pero aparte mi rostro, tenía fuerzas para luchar, claro que si, por supuesto, pero no era cuestión de tenerlas o no tenerlas. No, en ese momento... no era cuestión de eso. Estaba agotado, agotado mentalmente, agotado anímicamente, era extraño como las nimiedades más pequeñas, más insignificantes podían alterar nuestra existencia de tal manera. << El corazón nos da forma... >> pensé, sin percatarme de ello. Aunque fueses alguien que desea la muerte de otro, aunque desees riquezas, aunque desees la revolución... Si, todos éramos iguales, y yo ya lo sabía desde hace mucho tiempo, pero en ese instante me cercioré de esa idea. Todos somos iguales, pero elegimos nuestra vida, y nuestro bando, porque nuestro corazón nos hace sentir así, nos hace así.

El dolor se hizo intenso un segundo antes de dejarme respirar. En ese momento no podía creerlo, pues estaba distraído, o más bien abstraído del mundo y de mi mismo, como una mariposa que vuela buscando dónde posarse. Su voz resonó reverberando en el callejón y eso me hizo levantar la mirada para encontrármelo ligeramente agachado hacia mí. Le miré a los ojos, unos claros ojos. Las pupilas orbes se entreabrieron debido a la luz que me llegaba desde ambos lados de él. << ¿Quién... eres? >> observé sus labios y los míos hicieron amago de pronunciar palabra, pero no salió sonido, no salió nada de nada, así que volví a cerrarlos y lo miré un poco más. Tras eso, dirigí la mirada a mis alas, y las toqué ligeramente, más la izquierda, pues en esta es donde estaba la flecha. Suspiré, cogí aire y lo retuve. Una luz dorada entró en mis heridas y comenzaron a sanarse, aunque con lo que había pasado dentro de mi cabeza, me había olvidado del rasguño de la mejilla.

Volví a mirarle otra vez, era un hombre fuerte, más alto que yo, y aparentaba ser mayor también, sus ropajes me llamaron la atención, me gustaban, su rostro varonil pero atractivo también me llamó la atención. Negué con la cabeza un par de veces y recordé lo que me dijo. La verdad es que yo me hice la misma pregunta ¿Podría andar? No lo había intentado, pero creía que si. Puse todas mis fuerzas en los pies y apoyándome en la pared. Las alas se desvanecieron en un ligero vaivén de plumas plateadas.
Cuando ya estuve en pie, le miré de una forma más normal, menos... ensimismada. -Gracias... Yo... - intentaba explicar algo que ni entendía, pero las palabras salieron sin más. -Me dispararon cerca de las afueras de este pueblo. - me sentía algo estúpido y avergonzado por estar explicándome de tal forma algo tan obvio, pero es lo único que me salía hacer en ese instante. Me gustaría haberle preguntado por qué lo hizo, pero tampoco me atreví, o más bien no tuve ocasión. Escuché unos pasos al final del callejón, sería normal en pueblo, claro. Simplemente mi vista se desvió unos segundos y gracias a mi vista de infrarrojos pude discernir una figura, y esta salió huyendo en cuanto la miré. << ¿Qué diablos? >> arqueé una ceja, para intentar echar a correr tras aquella sombra, pero no pude, me sentía débil. Asquerosamente débil.

por **Atreyu** Vie Jul 29, 2016 12:28 pm

No tenía un aspecto frágil, su cuerpo estaba bien definido y tonificado, no tanto como uno de sus guerreros, pero era evidente que combatía con regularidad. No era de Chaos, pues no le reconoció. Poco le importaba si lo hacía o no, pero era más agradable tratar con otros seres cuando no se veían condicionados por su cargo.
Enseguida se dio cuenta de que esa herida no debía ser lo que de dejó en ese estado, no era física su dolencia. Sus ojos expresaban una profunda tristeza y melancolía. Dolor. Esa palabra podría definir la emoción que primaba en la criatura. Tenía algo “roto” en su interior, podía percibirlo.

Observó cómo se incorporaba con cierta dificultad ayudándose de la pared. Sus alas se desvanecieron dejando un leve resplandor plateado a su alrededor.
Varias plumas flotaban en el aire, levantó su mano y al contacto con una de ellas, esta se esfumó. -”Efímero y hermoso…”- Un fugaz evento que no puede contemplarse todos los días. La caída de un alma en el abismo de las tinieblas. Su condición de dios oscuro le otorgaba un sexto sentido para estas emociones tan sombrías.

- Gracias... Yo... - Hizo una breve pausa, como si ordenara mentalmente las palabras - Me dispararon cerca de las afueras de este pueblo. - Prosiguió.

En el otro extremo, pudo divisar una figura, ésta, al comprobar que era el foco de atención de los dos, desapareció a toda velocidad de su vista. Entrecerró sus ojos y de un salto salió del callejón con la intención de perseguirla dejando atrás al ángel caído.

Comenzaba a caer la tarde, no era lo suficientemente de noche para que algo de vida se manifestara por las calles. El silencio absoluto ayudó a seguir el rastro de la figura misteriosa que los acechaba.
Simplemente podría tratarse de algún voyeaur que contemplaba la escena en el anonimato, o tal vez pudo ser el atacante. Tenía que saciar su curiosidad, sinceramente, le daba igual de quien fuera.
Callejeó un poco hasta que dio con él. Levantó su brazo y extendió su mano. Una lanza de un intenso color rojo se materializó entre sus dedos. Con un sencillo gesto la proyectó contra su objetivo, acertando de lleno en su pierna izquierda.
La figura cayó al suelo protestando por el dolor. Ello no le impedía seguir avanzando, pero su ventaja decrecía contra el sereno avance de Atreyu. Volvió a crear otra lanza, esta la clavó en el costado haciéndole parar en seco. Se detuvo junto a él y se acuclilló a su lado. Agarró violentamente el pelo del individuo, tirando de su cabeza hacia atrás mientras lo contemplaba con una expresión imperturbable.

Una de las temblorosas y enclenques manos de su presa, se aferró a su muñeca mientras un gesto de horror se reflejaba en su cara. Analizó al sujeto como si estuviese juzgando si mereciera vivir. No era una criatura poderosa, podía sentir su miedo, olía a humano. Por su aspecto demacrado, sospechaba que sería una rata miserable que dedicaba su existencia a realizar trabajos para otros. Sus manos eran callosas y había una ballesta tirada en el suelo junto a él.
Notó una presencia a su espalda. Se puso en pie, sujetando al humano por el cuello, suspendiéndolo en el aire se giró. - Bien. ¿Qué hacemos con él?-.

por **Velzat** Vie Jul 29, 2016 7:50 pm

Me sentía mareado, extrañado, y fuera de lugar. Una muñeca rota sin uso alguno, totalmente inútil. ¿Qué clase de sentimiento me asaltaba? No me sentía realmente así, negué con la cabeza, y de nuevo me asaltó, como la mano de una bruja alrededor de mi corazón, estrangulaba las venas del raciocinio. Sentí una leve pulsación en la sien.

Posé la diestra en el muro junto a mi y miré a mi alrededor, Atreyu había echado a andar y se perdió en la distancia al cruzar el callejón, aunque podía aún discernir algunos pasos. Eché a andar, y cada vez mis oídos captaban más sonidos, más y más. << ¿Alguien arrastrándose? >> pensé, pues no podía ser otro sonido que ese.

Llegué al final del callejón y coloqué la mano en el borde que hacia el mismo. La escena que contemple me dejó sin palabras. No porque no la hubiese visto en numerosas ocasiones, no, si no porque ese hombre, ese ser, se había tomado las molestias de ayudarme, e incluso había atrapado a el que parecía ser mi atacante.

Anduve unos pasos más hacia ellos. Le oprimía, le comía literalmente su espacio, y lo miraba de una manera fría, terrible, sin emoción. Me percaté de que mi mirada se parecía a la suya, mas habían ciertos matices, él parecía estar a un nivel de relajación extrema, yo solo... << Yo solo... >> negué con la cabeza y la incliné hacia un lado.

La ballesta, la dichosa ballesta, claro... - Espera... - no, no era la ballesta lo que hacía sentir así, ni el día de hoy, era esta vida, esta existencia que se apegaba a mi como un parásito enfermo. Me agaché un poco sin llegar a inclinarme, estiré los dedos hacia el cuello del reprendido agresor y aparté su camisa blanca salpicada de su propia sangre. - ¿... Una marca...? - comenté en una voz tenue, suave al oído, como si se me hubiese escapado. Era una marca que parecía estar hecha al rojo vivo, pero sin quemaduras en la piel, de color negruzco, con forma de estrella de cinco puntas y dos alas invertidas.

Unos instantes en un absoluto silencio, como si el tiempo se hubiese parado. Miré a aquel hombre, y luego miré a aquel que me había ayudado y le había dado caza. Todo sucedió a cámara lenta, y como un rayo, cayó sobre mi espalda un dolor intenso, tanto, que tuve que apoyar una rodilla en el suelo. - ... ¡Gah...! - un grito ahogado salió de mi garganta, casi pidiendo clemencia por algo que desconocía. Inconscientemente llevé mis manos a la espalda, intentando alcanzar la zona en la que sentía dolor, pero no había nada, nada de nada. No podía tocar aquello que dolía, parecía que mi alma se estuviese deshilachando, estirándose y deshaciéndose. Respiré de forma rápida y no pude pensar, no pude actuar por mi mismo. Estiré los dedos hacia el sujeto, como si quisiera acabar con todo, y un tentáculo rojizo de oscuridad apareció, clavándose como una aguja en su cuello, donde estaba el tatuaje. El hombre murió al instante.

El dolor... desapareció.

Aún jadeaba, pero ya no sentía más que el recuerdo de aquello. Ese sentimiento de desconocimiento, el terror.

por **Atreyu** Lun Ago 01, 2016 4:21 pm

Que gran atardecer. Otra muerte. Otro sacrificio más. Agonía. Si, esa sensación… - ¡Oh, Si… Muere, miserable...! - Una macabra sonrisa se manifestó en sus labios mientras observaba complacido como el joven acababa con la patética vida de su víctima. Este ser atrapado entre sus garras entendía que su vida estaba dando fin, a través de su mano podía percibir su angustia, como se retorcía, como se escapaba la esencia vital de su cuerpo.
Disfrutaba este momento, el joven peliblanco, a pesar de estar obtuso, tuvo la certeza de dar con parte de su problema y culminarlo.
Estaba orgulloso de su reacción, realmente simpatizaba bastante con su forma de percibir la vida y la muerte, aunque con ligeras variedades, pero en el fondo, sentía la necesidad de saber más. Quería comprender su forma de actuar, su forma de vida. Cómo acabo siendo de esta manera, sus influencias. Quería saber más… Ser él... - “Maldita curiosidad…”- No podía resistirse a algo que no comprendía completamente.
Observó cada movimiento del ángel desde que se unió a la escena. Sus gestos, sus expresiones, pero lo que más llamó su atención fue su mirada. Distante, fría, vacía, al mismo tiempo incierta.

En tantos milenios se había tropezado con todo tipo de criaturas, pero pocas tan enrevesadas como la que tenía enfrente. Podía intuir que su complejidad suponía un reto, uno de esos con que te topas rara vez en el camino. Uno del que puedes aprender, que puedes moldear a tu gusto. Era un desafío. Un hito. Algo realmente único que pocas veces puedes disfrutar.
El cuerpo inerte del humano cayó al suelo, como si se tratase de un muñeco de trapo. Sus ojos estaban abiertos, sin expresión alguna, con la mirada perdida en la nada. Un ser despreciable que no merecía ser observado por nadie. Con un chasquido creó una llamarada negra que lo envolvió, consumiéndolo, dejándolo reducido nada más que a cenizas.
Su atención se centró en el joven, parado detrás de él, observando los restos del suelo. No sabía su nombre, ni qué hacía aquí, pero tenía la necesidad de protegerlo.
- Sígueme, esta ciudad empieza a despertar ahora - No obtuvo respuesta alguna.
- Oye - Su mano derecha se posó sobre el hombro izquierdo del joven - Más tarde tendrás tiempo de analizar lo ocurrido. Vamos. -
Comenzó a andar hacia las afueras de Nihil sin volver la vista atrás. Tenía la certeza de que iba a seguir sus pasos.

por **Velzat** Vie Ago 05, 2016 4:30 pm

La sensación se hacía vacua, una brillantez en los ojos me cegó unos instantes. Agarré los puños de mi propia chaqueta, mirando al suelo de pura impotencia. Era la primera vez, la primera maldita vez que sucedía algo así. El día más estúpido y caótico de mi vida. O quizás no, quién sabe. Debería hacer memoria para asegurarme de ello.

Alcé la mirada, mis orbes sobrevolaron la escena, el individuo se chamuscaba y su cuerpo se perdía para siempre, a otro podría haberle disgustado, pero yo no sentí nada, en absoluto. Pensé, pensé mucho, lo aseguro. Si tenía familia, si lo que hacía lo hacía subyugado por alguien más... Y también pensaba en... esa marca... esa horrenda marca que aparecía en mi mente, una y otra vez, parpadeando y latiendo en mi cerebro.

-Gracias... yo... - callé. No paraba de agradecerle, sinceramente ese tipo me ponía nervioso a la par que me relajaba. Tenerlo a mi lado, en esos escasos momentos desde que me ayudó en el callejón, me hace sentirme... raro.

Me ofreció acompañarle, me levanté, esta vez más seguro de mi equilibrio, ya estaba mejor, parecía que la pesadilla había pasado... de momento. Eché a andar, poco a poco, siguiéndole. Le miraba la espalda continuamente, y cómo su cabello blanco, al igual que el mío, ondeaba. Posiblemente tuviese razón y Nihil despertase ahora. Quería verlo, quería... quería olvidar.

Llegamos a una especie de bar, la verdad es que dentro de lo que cabía, no esperaba demasiado de una aldea alejada de todo. Por su aspecto en general, recordaba a aquellas aldeas silenciosas y sin mucho que ofrecer, pero cuanto más nos adentrábamos por sus callejones, más habitantes aparecían. Empezaba a pensar en cuál sería el propósito de aquel hombre, cuyo nombre me era desconocido. Volviendo a lo del bar... este se llamaba "Cereza Nocturna", nombre poco común, aunque los bares de este estilo de pueblos y en algunas ciudades siempre llevaban nombres bastante estrambóticos.

Entramos, y parecía que había un muy buena fiesta armada, mujeres en barras, un escenario, una música muy estruendosa, que no te dejaba pensar con claridad... Había llegado a un punto del que no podría regresar, o eso creía. ¿Por qué estaba allí, de todas formas?

Al dar escasos pasos desde la entrada, aún siguiéndole, me armé de valor, pues me sentía tímido, sentimiento que mi corazón hacía décadas había olvidado, como perdido en un cajón polvoriento, y llave arrojada. -... ¿Quién eres...? - bajé la mirada, no estaba seguro si mis palabras se habían oído con claridad, la música retumbaba en el ambiente. Pensaba y pensaba, pero paré en seco en cuanto se lo pregunté, mi corazón dio un vuelco, distinto, más calmado. Extraño, ¿verdad? Un vuelco calmado...

por **Atreyu** Dom Ago 07, 2016 3:08 pm

Hacía mucho tiempo que no paseaba por Nihil, así que pensó, que ya que estaba por aquí, era una buena ocasión para recordar viejos tiempos, sobre todo la etapa que pasó en esta aldea colaborando con los revolucionarios.
Un cartel un una mujer sugerente se distinguía a lo lejos, conforme se acercaban, podían leer las letras del rótulo. Tiró de la puerta y echó la vista atrás, comprobando que el joven aun le seguía.

El interior del local tenía poca luz, en el centro de la sala, se alzaba una plataforma alargada, con el suelo levemente iluminado por velas y mujeres en tanga bailando, el local abarrotado de gente.
Una mujer se acercó a él agarrándole de la mano y sujetándola de manera cariñosa, incluso con los taconazos que llevaba, que serían de más de doce centímetros, no le llegaba a la altura de la cabeza. Pero eso no le impedía sisear por el prominente cuerpo del hombre. Sujetó su cuello con la otra mano libre atrayendo su oído hacia sus labios, después de un intercambio de palabras y una palmadita en el trasero por parte del peliblanco a la mujer, se dirigieron hacia una discreta mesa de un lateral, alejada del alboroto central de la sala.

Se giró hacia su acompañante que se quedó parado atrás, moviendo sus labios pronunciando algo. -... ¿Quién eres...? - Le pareció escuchar.
Se dejaba arrastrar por la mujer, pero no contento con ello, sujetó al chico por la mano llevándolo con él.

Tomaron asiento. La camarera se fue para regresar con una botella color verde oscuro cubierta con una capa de escarcha. Dejó dos copas sobre la mesa y la descorcho, sirvió a ambos lo que tenía pinta de ser vino, un vino con un aroma afrutado muy intenso de color granate.
Una vez atendidos, guiño un ojo al hombre más adulto y desapareció, dejando la botella en una cubitera plateada encima de la mesa.

“¿Quién eres...?”. Esa pregunta resonaba en su cabeza, haciendo que exhibiera una amplia sonrisa en la que se podían apreciar sus caninos descansando en su labio inferior. Rió levemente por la nariz, tomó un sorbo de vino, posó la copa sobre la mesa y la desplazó hacia delante con una mano, deslizándola suavemente. Relajo las manos sobre los reposabrazos del sillón, deslizó su cuerpo en el asiento, acomodándose, adoptando una postura más relajada, con las piernas entreabiertas y la cabeza ligeramente echada hacia atrás.

Miraba intensamente al joven. Esa pregunta le hizo plantearme unas cuantas más. ¿Realmente quien era?. ¿Por quién estaba preguntando? ¿Le hablaba de su yo actual? ¿O tal vez estaría interesado en su esencia, lo que se escondía en lo más profundo de su oscura alma?

Para él los silencios no eran incómodos. Podía quedarse mirando a los ojos de otra criatura durante un periodo de tiempo prolongadamente indefinido sin decir palabra, pero a la vez, expresando emociones contradictorias a través de sus gélidos ojos azules.

Optó por darle la respuesta corta, el también sentía curiosidad por saber quien se sentaba junto a él. No tenía pinta de vivir en Chaos, y de ser así, lo haría desde hace poco tiempo.

- Mi nombre es Atreyu, soy el dios oscuro que regenta Chaos. ¿Y tú eres...? -

por **Velzat** Mar Ago 09, 2016 10:55 am

Nunca me habían gustado ese tipo de sitios. Seamos sinceros, estaba bien ir de vez en cuando, y de hecho, muchas de las mujeres que allí había eran muy bellas, y movían sus cuerpos al son del baile de una forma increíblemente habilidosa. Aún así, mis gustos diferían mucho de aquello que mis ojos podían captar.

Sobrevolando la sala, miré a la mayoría de los presentes. El local estaba bastante lleno para ser un pueblo, resultaba extraño. Suspiré de forma melancólica, mirando de nuevo a aquel hombre, que parecía haber escuchado lo que pregunté momentos atrás.

Parecía conocer a los del bar, pues los trató de una forma ligera, bastante vivaz. Tomé asiento, sin perder detalle de su persona, ni de los alrededores, no obstante me sentía más atraído por él, y aunque estuviese mirando a mi alrededor, sentía que no captaba gran cosa, como si él fuese la única cosa sólida puesta en un colador, y todo lo demás simplemente se escapase por el desagüe. Así me sentía en aquel momento, sin duda.

Sus ojos se clavavan en los míos como las agujas al coser los botones, como ojos, en las muñecas de trapo. Me senti indefenso durante unos instantes, pero después me acostumbre a ese haz gélido, a ese azul espejado. Mis orbes grisáceo y carmesí expandieron sus pupilas poco a poco, perdiéndome en el tiempo.

De repente, volví en mí, parpadeé rápida y fuertemente, muy seguido. Bajé la mirada hacia la mesa y luego la volví a elevar. Su nombre... su nombre me resultaba familiar ¿Por qué? Busqué en mi memoria restos de su posible recuerdo, y hallé la respuesta. -Tú eres... el ministro Atreyu. - dije algo asombrado, pues no esperaba encontrarme a alguien de alto cargo y menos me ayudase de esa forma tan...

Acallé mi mente, y continué. -Mi nombre es Velzat Rangdris, Bellator Dei. - respondí colocando ambas manos junto a mi barbilla y apoyándome en ellas. De fondo, se podía escuchar la música entremezclada con algunos murmullos perdidos en la lejanía. -Ese Bellator... ¿El nefilim... aquí? - se escuchaba entrecortado, al vaivén de la música, pero no podía ser pasado por alto. Aclaré mi garganta y cerré los ojos. -Te conozco, he leído informes sobre tí. - << bueno, y sobre todos los ministros y los que ostentan cargos de peso en los tres reinos. >> eché la cabeza hacia atrás, dejando caer el cabello un poco hacia un lado. Acto seguido agarré la copa y le di un sorbo, y luego otro más pequeño. Mis ojos se posaron de nuevo en los suyos, esta vez, agudizando la mirada. -¿Por qué... me ayudaste? - mis ojos revelaron cierta tristeza melancólica en ellos, bajé un poco las cejas, como un pequeño cachorro abandonado. Me sentía algo trastocado.

por **Atreyu** Mar Ago 09, 2016 1:55 pm

Y ahí estaba de nuevo, sentado frente a él, con esa mirada confusa, melancólica, titubeante.
Detendría el tiempo para siempre, pues nunca se cansaría de perderse en esos orbes bicolor, empapando su ser de tan abrumadoras emociones, tan intensas y profundas como la negra oscuridad. Un hambre voraz despertaba en su interior, su bestia interna se revelaba, exigiendo más emociones sombrías con las que poder alimentarse.

Tiempo atrás, en vez de acabar en un local lleno de gente como en el que encontraban actualmente, lo hubiese guiado a un lugar apartado de miradas ajenas para poder abalanzarse sobre él y así profundizar más en su mente, hasta consumir su cordura y dar con la causa de aquel sufrimiento y magnificarlo simplemente por el hecho de obtener más placer.
Ese comportamiento ya estaba bajo su yo actual, un dios más paciente y consciente, más civilizado. Además era un Bellator, no podía sobrepasarse o le acarrearía grandes problemas.

La reacción del joven al conocer su identidad le resultó muy satisfactoria, no pensaba que en un lapso tan breve de tiempo su ascenso llegase hasta los oídos de los Bellator Dei.
Y a todo esto - “¿Qué hace un Bellator en Chaos?” - Su curiosidad no hacía más que crecer y crecer.
- ¿Por qué... me ayudaste? - El joven le miraba confundido, parecía un cachorro abandonado al que le mostraban algo de cariño y el acto le desconcertaba más.
- Era lo correcto. Chaos es peligroso, es un reino cruel, hay muchas muertes al día, no puedo evitarlas todas, tampoco debo hacerlo. Mi deber es guiar esta nación, mis guardias son los que velan por los ciudadanos, pero, ¿qué clase de gobernante dejaría que se cometiera tal acto en su presencia? -

La camarera volvió a su mesa, se situó detrás de Atreyu e inclinó su cuerpo hacia él. Acarició con sus manos su abdomen, su pecho, su cuello. Sujetó su mandíbula con su dedo pulgar e índice, girando suavemente su cabeza hacia un lado, oculto su rostros tras el del albino, susurró algo que hizo que cambiase el semblante del dios, mostraba una sonrisa juguetona y una mirada lasciva. Le sujetó de la mano y la recostó encima de él, boca arriba, sujetando su nuca mientras enterraba su cara tras la de ella para darle una contestación. La mujer dejó escapar una risita y miró al más joven con cierta mirada de ¿aprobación?. Se levantó con la ayuda de Atreyu y volvió a dejarlos solos.

- Velzat… ¿Verdad? - Apoyó su codo izquierdo sobre su rodilla, alargó el brazo derecho para coger elegantemente la copa de vino, dando varias vueltas al líquido, volviendo lentamente a su posición original. Tomó un pequeño sorbo, tras saborearlo, dirigió su atención de nuevo a su acompañante.
- ¿Qué haces en Chaos? - Preguntó con curiosidad.

por **Velzat** Jue Ago 11, 2016 9:12 am

El incesante ritmo de la música me hacía perder la noción del tiempo. Se repetía una y otra vez, y llegaba a un punto de dejaba de escucharla y se mezclaba con mis pensamientos, como un eco interno.

El hecho de que el mismisimo ministro de la guerra, Atreyu, estuviese frente a mi, no me desconcertaba, lo que lo hacía era el hecho de habernos encontrado de aquella manera. Hacía bastante que no debía actuar de forma drástica, no como en la última gran guerra. Inconscientemente oculté la mirada entre los cabellos que caían sobre mi frente, recordando aquel cruento suceso.

Apreté un poco las manos, entrecruzando los dedos coloqué los codos sobre la mesa y apoyé la barbilla en ellas. Le miré de arriba a abajo, la verdad es que el puesto de ministro de la guerra le venía al pelo, no lo había pensado hasta ahora, pero si que había cierta aura a su alrededor. Algo que no podría explicar, pero había algo más bajo su piel que no lograba mostrar, ¿por gusto o por obligación? Quién sabe...

Me recliné hacia atrás, estirando un poco la espalda. Toda la escena en la que la mujer le hacía mimos a Atreyu me hizo pensar que quizás no era un hombre muy serio, o quizás solo sabía lo que quería y lo tomaba. De todas formas, era lo típico en un bar, aunque estaba claro que ya había venido aquí antes. Me pregunté entonces qué es lo que le habría comentado sobre mí, no obstante no mostré interés, lo dejé pasar.

-¿Que era lo correcto? - agaché la cabeza y levanté la mirada. Le veía a través de las pestañas, como una cortina de misterio, un sin sentido. No sé, quizás en mi interior esperaba otra respuesta, no me esperaba esas palabras de él, aunque tampoco sabía que esperar en absoluto en ningún otro tema. Lo correcto para mi era algo muy difuso, quizás ahora parecía correcto, ¿pero lo seguiría siendo en un futuro?

¿Que qué hacía en Chaos...? Eso me gustaría saber a mi, pues había llegado sin pregunta ni respuesta, sin rumbo ni destino. O quizás caí en este lugar por querer huir, y acabé siendo ensartado en las flechas de la realidad. Reí para mis adentros, aunque esa risa murió antes de ni siquiera aparecer. -Supongo que... - paré unos instantes la frase, sopesando si debía decir la verdad o simplemente mentir, y punto. -Simplemente quería escapar un poco de las responsabilidades. - No me sentí bien diciendo aquello, la verdad, ni yo sabía si era cierto, o era una treta, un farol, pues en mi interior quería engañarme a mí mismo más que a él. Inconscientemente llevé los dedos hacia mi hombro, y lo acaricié, aún notaba en mi cuerpo aquel dolor y aquel sentimiento como un grito congelado en el tiempo.

Parpadeé intentando alejar mis pensamientos. Tomé otro sorbo y relamí mis labios, una pequeña gota cayó de ellos sobre mi pecho, el líquido, en este caso rojizo, recorrió mi piel y acabó desapareciendo entre mis ropajes, simplemente lo dejé hacer. -Parece ser que como ministro te puedes permitir bastante tiempo libre. - le sonreí de forma sincera, mostrando toda la luz que mi mitad ángel podría ofrecer, aunque contradictoria al conjunto de emociones que le había mostrado con anterioridad.

por **Atreyu** Miér Ago 24, 2016 3:29 pm

Escuchó detenidamente al Bellator, deslizando el dedo índice por su labio superior, entrecerrando sus ojos y frunciendo ligeramente el ceño. Su otra mano, apoyada sobre el reposabrazos, sostenía la copa de vino, medio vacía, agitándola en movimientos circulares, observando cada movimiento del joven albino que tenía enfrente. Dudaba de su argumento, su lenguaje corporal le indicaba que le no terminaba de contarle la verdad. No sabía si era debido a los acontecimientos recientes o por algún tema personal que ya arrastraba. De cualquier manera, él tampoco había sido sincero, pero no iba a revelarle que lo que le atrajo hasta él era el olor de su sangre y menos ahora, conociendo el cargo que ocupaba.

Se había encaprichado con el sujeto. Hay ciertos placeres a los que no puede resistirse, como el poder desfragmentar una mente como la suya. Además, le resultaba extraño que, si según él, estaba casualmente por aquí, ¿Por qué alguien intentó cazarlo? Tenía la creencia de que las casualidades no existen y todo este tema empezaba a volverse delicado, lo mejor sería investigar el asunto y vigilar de cerca al joven por si intentaban atentar de nuevo contra él.

Algo llamó la atención en el cuello de Velzat, no podía ver con claridad de que se trataba, pero parecía una especie de tatuaje, un ciempiés o algo por el estilo que se desplazaba por su cuerpo. Esto le hizo recordar al tío que habían matado antes. También portaba una marca, su aspecto distaba mucho de ser parecido, pero el Bellator fue directo a ella. Puede que tuviesen algún tipo de nexo, pero no estaban en el lugar adecuado para hablar de temas tan delicados. Lo mejor seria moverse. Regresar al castillo con el joven seria lo mas seguro.

-¿ Alguien conocía tu viaje aquí? ¿ Tienes alguna idea de por qué te atacaron? No se si tienes sitio para alojarte, pero tras el incidente, sería buena idea que permanecieras en el castillo. Se hace tarde, imagino que tendrás hambre. La bebida y las mujeres de este local son excelentes, pero no es el más recomendable para comer… - Terminó su bebida de un sorbo, depósito la copa vacía en la mesa y se levantó mirando al joven, deshizo el camino abriéndose paso entre la gente, una vez fuera del local se giró hacia Velzat, observando con detenimiento su espalda, no parecía herido, por lo que no habría problema para que volase hacia el castillo. - Sígueme - Una niebla oscura se concentró envolviendo, oscureciendo su figura hasta quedar cubierto por ella, lo único que se podía apreciar eran dos brillantes orbes rojos. Unas plumas negras emergieron acompañadas de un graznido, con un fuerte aleteo disipó la niebla, revelando su forma de cuervo, alzando el vuelo rumbo al norte de Chaos.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater