Provocando el Chaos [Pv. Atreyu]

por **Li Wei** Jue Sep 29, 2016 6:13 pm

Maldita la hora en que había aceptado ayudar a aquella persona, una mujer de Spatium que quería enviar un paquete a su único familiar con vida y claro, Li no pudo negarse a hacerle el favor al verla tan triste, su trabajo no era hacer de recadera pero le gustaba ayudar a la gente y le dio mucha pena la señora. Claro que en el momento de aceptar aún no sabía que ese familiar de las narices estaba residiendo en Chaos Urbanis, con lo que detestaba estar en aquel reino y para colmo ya no podía decirle que no, era demasiado tarde para echarse atrás por lo que solo respiró hondo e hizo de tripas corazón para ir a entregar lo prometido. Comenzó el viaje con poca gana, hizo uso de su Aeronave para hacerlo lo más rápido posible y con suerte ni tan siquiera tendría que estar allí un día entero, suerte para ella que la señora le había dado indicaciones suficientes para saber dónde se encontraba exactamente dicho familiar, eso agilizaría las cosas y no tendría que dedicarse a buscar a nadie por toda Chaos. Una vez llegó a la capital del reino fue directamente al lugar que le habían indicado y se aseguró de que la persona que recibía el maldito paquete era quien tenía que recibirlo, lo que le faltaba era que se equivocara de persona y el viaje hubiera sido en vano pero gracias a dios eso no sucedió. El viaje había sido lo suficientemente breve como para que no estuviera tan mal, aquel sitio le irritaba solo por el hecho de estar ahí pero por una vez estaba “más o menos” tranquila y pensó que podría parar unos minutitos a tomar algo, no mucho rato, apenas media hora como mucho en el primer bar que se cruzara, con suerte tenían una buena botella de ron y le animaban el día.

No tuvo que andar mucho, bastante cerca del lugar donde estaba había una especie de taberna de esas en las que daban unas jarras enormes, no todo podía ser malo en ese sitio ¿No? No se lo pensó mucho la verdad, por un momento había bajado la guardia pensando en que no iba a pasar nada pero no contó con la ira creciente que le provocaba el simple hecho de estar dentro del reino de Chaos. Apenas entró en el lugar pidió su bebida y se sentó tranquilamente a disfrutarla, si que era más grande de lo que solían ser los vasos que ella tomaba, aunque se tomaba varios por lo que tampoco se preocupó demasiado por ello y se puso a beber tranquilamente. El problema vino luego, el alcohol quizá retrasaba un poco lo inevitable, pero no fue suficiente como para que le diera tiempo a terminar y largarse, por alguna razón que ni entendía ni se molestó en entender, un par de tipos se empezaron a pelear… bueno pelear, solo se insultaban y empujaban como maricones. -Callaros ya hostia que me amargáis la noche, seguid haciendo el marica fuera.- Su delicadeza similar a la de un dragón hambriento hizo que ambos dejaran de pelearse entre sí para empezar a meterse con ella usando más o menos la misma delicadeza, pero a diferencia de ellos que simplemente se insultaban y empujaban, sumado a la mala uva que llevaba encima, lo que hizo fue levantarse de golpe y empezar a repartir hostias.

Se veía que estaban todos un poco aburridos porque a esos dos hombres empezaron a unirse todos o casi todos los que había en el puñetero local, por lo menos se estaba divirtiendo ella también porque al final eso acabó siendo una guerra de todos contra todos aunque la mayoría intentaban darle a Li, que lanzó a uno fuera atravesando una ventana incluso. -Qué manera cortar el rollo…- Dijo sentada en el borde de la ventana, el resto se habían entretenido pegándose entre sí y aprovechó para terminar de beberse la jarra mientras los observaba divertida. -Si que es un Chaos…

por **Atreyu** Vie Sep 30, 2016 1:42 pm

De sobra era conocida su afición por el buen vino. Desde su toma de poder, las tabernas del reino se interesaron más por servir esta bebida en sus bares, pero no una cualquiera. Un vino de calidad, el vino que salía de las mismísimas bodegas del castillo de Chaos que Atreyu ponía tanto empeño en elaborar. Todo un acierto para los taberneros, pues fue acogido con gran éxito. La bebida más popular en el reino solía ser la cerveza o la hidromiel, pero ahora, se veían desbancadas por el tinto dulce fabricado en sus propias tierras.

Se formó un gremio de taberneros a petición del regente para poner en marcha la comercialización del vino en Chaos, algunos de ellos mantenían estrechas relaciones con otros meseros de Spatium y Tempus. Tras varias semanas de conversaciones por carta, organizaron una reunión en la taberna principal de Chaos Urbanis para trazar un programa de distribución. Desde temprano en la mañana la comitiva se reunió en el castillo del ministro, tras contemplar las bodegas principales del castillo donde se almacenaba el vino, hicieron la primera cata. Atreyu propuso ofrecerles una ruta por las principales ciudades de Chaos y así demostrar la gran aceptación que tenía su producto. Emocionados por la proposición, aceptaron de buena gana la invitación. Montaron en un carruaje hacia mediodía y partieron hacia el sur, la primera parada sería en la aldea de Nihil, recorrerían el mapa hacia el norte para llegar al caer la noche a Chaos Urbanis.

El día transcurrió sin mayor problema. Chaos tenía fama de ser un reino conflictivo y eso se reflejaba perfectamente en cualquier lugar donde sus fieros habitantes se juntaban con el alcohol. Era típico de allí presenciar peleas en cualquier taberna a cualquier hora. Como esto podía suponer un problema para los invitados del ministro, pues no estaban acostumbrados a estos acontecimientos, habilitaron las bodegas de cada taberna que iban a visitar para hacer su recepción lo más cómoda posible. Su última parada era en la capital del reino al anochecer. A esas horas la taberna estaba repleta, cosa que su propietario utilizó para alardear de su éxito frente a sus camaradas. Un par de guardianes apartaban al gentío para que el ministro y sus invitados pudieran atravesar sin problema el local para poder descender a la bodega de este y dar por concluida la primera visita oficial del gremio.

El propietario de este negocio era quien organizó conjuntamente con el ministro el evento. Tras un breve discurso en el que ambos participaron empezaron a servir la última ronda, acompañada de algo para comer, pues en el camino algunos empezaban a quejarse por no haber probado bocado desde la mañana. En medio de la animada conversación un estruendo se oyó en la parte superior de la taberna. El propietario se excusó, pues salió precipitadamente del sótano para ver qué estaba pasando ahí arriba. Todos se miraron entre sí, intrigados por saber que pasaba, hasta que escucharon al hombre soltar mil maldiciones. Atreyu no pudo evitar reírse, pues se imaginaba que ya había comenzado algún altercado en el que se vería comprometida la integridad del negocio. No era la primera vez que ocurría, ni sería la última, de hecho, de los pagos que Chaos recibía por parte del Lord, el regente tenía previsto un fondo para reparaciones de esta índole, pues sin las tabernas no se sabe dónde podrían llegar a producirse estas peleas tan violentas y habituales.

Una explosión alarmó a los forasteros, no estaban acostumbrados a presenciar tanta violencia y Atreyu se vio en la obligación de intervenir para tranquilizarlos. -Estarán a salvo aquí abajo. Por favor, esperen mi regreso. Voy a echar un vistazo.- terminó su copa y subió las escaleras que conducían a la taberna. Una vez arriba observó a una mujer como agarraba a un tipo que era prácticamente dos veces ella y lo lanzó contra la ventana del local. Aquello era una batalla campal, todos contra todos, permaneció inmóvil, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón observando divertido la escena. - Disculpe señorita. ¿Le importaría pelearse sin destrozar el local? Creo que con romper un par de huesos estaría igual de aliviada. Intento mantener una reunión importante aquí abajo y me es imposible con tanto alboroto.-

por **Li Wei** Vie Sep 30, 2016 2:54 pm

Miraba tranquilamente el follón que había formado en un momento debido al mal humor que le provocaba ese reino, y no era la primera vez que le sucedía, desde hacía tiempo ya que cada vez que pisaba Chaos armaba alguna como esa o se peleaba con alguien, incluso con Guardianes de Chaos, aunque esa era la primera vez que lo hacía siendo Capitana General de Spatium, si no seguro que ya habría armado un buen lío entre reinos por sus arranques violentos. Tendría que tener cierto cuidado a partir de ahora, aunque tratándose de Chaos y de lo habitual que era ese tipo de comportamientos ahí estaba segura de que no pasaría nada siempre que no le diera por matar a alguien, y por suerte Li no era de llegar al extremo del asesinato, prefería analizar y luego encerrar aunque habían ciertas personas concretas a las que mataría sin lugar a dudas si se los llegaba a cruzar y tenía la oportunidad. Alzó la mirada con la jarra aun en la mano para llevarla hasta el hombre que acababa de aparecer y que se dirigía a ella con sus palabras, parecía que aquella escena le divertía al igual que a ella aunque dijera que no causara tantos destrozos, quizá por lo de la ventana. ¿Sería el dueño del local? Pinta de ello no tenía, militar de Chaos quizá era más apropiado y por su tranquilidad hasta se atrevía a apostar que tenía un buen cargo, quizá el equivalente a Capitán General de Chaos. -Claro, supongo que la pobre ventana y las mesas no tienen la culpa de que la taberna esté llena de gilipollas.- Dijo bajando del alféizar de la ventana donde estaba sentada para acercarse a él, estaba un poco lejos para escucharle bien con tanto ruido y quizá tenía algo más que decirle al respecto, pensó que le pediría dinero por lo de la ventana o vete a saber qué, eso sí, por el camino se tomó la libertad de detenerse un momento para darle un puñetazo a otro tipo que se le acercó en medio de la guerra de borrachos, continuando entonces hasta el tipo.

Quedando a su lado, obviamente él era más alto y tenía que alzar la mirada para poder verle bien, no le apetecía quedarse mirando el pecho del desconocido mientras le hablaba de vete tu a saber qué tontería, pero había dicho algo de una reunión abajo y le picó la curiosidad, quizá no era un soldado sino un mafioso de esos de la revolución o un cazarrecompensas negociando algo, habían muchas posibilidades. -¿Y a todo esto, quién eres tú exactamente? ¿El dueño de la taberna o algo?- Preguntó cruzándose de brazos y sonriendo con algo de soberbia, tanteaba el terreno para saber más o menos como debía tratarlo según su respuesta pues no le había visto en su vida, y eso que había estado un par de veces en Chaos, pero aun con esas le resultaba ligeramente familiar, a lo mejor sí que le había visto alguna vez aunque fuera de refilón andando por la calle o algo. La batalla seguía justo detrás de ella y de frente a él, no tenía el más mínimo miedo o preocupación por lo que estuviera sucediendo o si alguno intentaba golpearle por la espalda, de hecho estaba deseando que alguien lo intentara para ver la sorpresa que se llevaba.

Se habría quedado a apenas medio metro del extraño, con el barullo que se había formado en la taberna era un coñazo intentar hablar, tendrían que estar pegando gritos de una esquina a otra y era bastante desagradable como poco, tampoco le gustaba mucho estar tan cerca de él para poder hablar pero le molestaba menos que estar gritando, si pasaba algo pues le daba una patada en el centro de gravedad y se acababa el problema…. Eso era al menos lo que había pensado, como de costumbre sobre confiando en sus habilidades de lucha.

por **Atreyu** Dom Oct 02, 2016 3:31 pm

Chaos nunca dejaba de sorprenderle. La cantidad de criaturas feroces con las que podía cruzarse al cabo del día en situaciones problemáticas era bastante elevada. El dueño del local estaba acostumbrado a que acabara todo destrozado, pero hoy, en teoría, ya había dado aviso de que el ministro de Chaos y unos importantes invitados acudirían a la taberna. A los habituales problemáticos que frecuentaban el local se les impidió el paso, pero claro, a estas horas, lleno de gente hasta arriba y encima ebrios, era mucho pedir que la cosa no se descontrolarse y acabó pasando lo de siempre.

La mujer de cabello oscuro dirigió su mirada hacia él, físicamente se veía fuerte. Su cuerpo reflejaba un duro entrenamiento, lo que le indicaba que sería experta en el combate cuerpo a cuerpo. ¿Sería una exmilitar?. Era la primera vez que la veía, de eso estaba seguro. Bajó de la ventana y recortó distancia, pues con tanto jaleo era imposible mantener una conversación sin estar pegando gritos. A su alrededor seguía la batalla campal. Se desplazó levemente a su derecha esquivando una silla que voló para acabar estrellándose contra la barra situada a su espalda. Se detuvo a menos de medio metro y cruzó los brazos, preguntándole con bastante arrogancia quién era él. Definitivamente no era de Chaos. Su pregunta disipó toda duda. - ¿Yo? Un soñador que intenta poner en marcha su propio negocio y que en estos momentos está siendo interrumpido por todo el jaleo que estais montando aquí.- Levantó sus brazos y girando levemente su cuerpo de cintura para arriba, señaló la situación. - ¿Y usted? No parece ser de estas tierras. ¿Viene a unirse al ejército de Chaos?.-

La conversación fue interrumpida violentamente por un tío que lanzó varias lanzas de hielo hacia la parte opuesta del establecimiento. Casualmente, la trayectoria de los fragmentos iba a pasar atravesándoles, por lo que Atreyu, por acto reflejo, creó un muro de fuego entre ellos y las esquirlas, derritiéndolas cuando hicieron contacto con la barrera de llamas. Todos quedaron quietos y en silencio cuando observaron que el hombre que estaba en medio era el mismísimo regente de la Nación del Fuego. - Señor Ministro. Gracias por detenerlos. Aprovecharé el momento de calma para sacar a nuestros invitados y llevarlos de regreso al castillo.- El propietario de la taberna se retiró inclinándose ante el dios oscuro en señal de respeto. Se quedó mirando a los presentes y como si fuera lo más normal del mundo, les animó a continuar con la velada pero de una manera más moderada.

por **Li Wei** Dom Oct 02, 2016 6:35 pm

No era de extrañar que siempre que pisaba Chaos estuviera de mal humor, si es que parecía que era algo inherente al propio reino, como si tuviera un aura maligna que incomodaba a la gente y les volvía locos o algo, también tenía que ver con que las veces que había estado ahí no había tenido sino problemas desagradables y días malos. Normalmente ella no era tan agresiva, si era cierto que le gustaba pelear y ponerse a prueba, no podía dejar pasar un reto si tenía que ver con luchar o entrenar, se mataba a entrenar sin preocuparse por su vida y hasta cierto punto hasta le gustaba recibir daño durante las batallas y cuanto más difícil fuera mejor. Pero eso no significaba que estuviera buscando pelea con todo ser vivo cercano a todas horas, eso sólo le pasaba ahí y al parecer no era la única porque siempre que entraba en conflicto con alguien dentro de Chaos, acababa a palos con todo el mundo y ellos parecían encantadísimos. Ya estaban hasta lanzando el mobiliario los unos contra los otros, por lo menos si ella rompía algo era porque estaba dentro de la trayectoria del enemigo y no que se lo lanzara a él, ¿Y si fallaba? Estaba rompiendo una silla para nada, si al menos la rompía con la espalda del tío podía decir que era un daño colateral y ya, estaba en la trayectoria por accidente pero lanzar algo deliberadamente ya era destrucción gratuita, no entraba en el estilo de Li.

El hombre se presentó como un “soñador” que quería poner en marcha un negocio, no sonaba al dueño del bar sino más bien a alguien que intentaba crear su propio negocio en la ciudad y estaba haciendo algún tipo de acuerdo, quizá un proveedor o algo parecido era lo que más sentido tendría en ese momento. Preguntó por si quería unirse al ejército de Chaos, tuvo que aguantarse la risa porque esa si que era buena, con lo poco que le gustaba ese sitio iba a unirse a su ejército, lo que le faltaba ya era no tener que visitar tan a menudo Chaos sino directamente vivir en él. No lo soportaría, ni de coña, seguramente acabaría pegándose contra todo lo que se le pusiera por delante armando un follón tras otro y dejando un par de cadáveres por el camino, no se imaginaba de esa manera aún cuando podía llegar a ser bastante competitivia y algo conflictiva también. Estuvo a punto de abrir la boca para decir algo pero el albino hizo aparecer lo que parecía ser un muro de fuego que les cubrió de unas lanzas de hielo lanzadas por alguien de la pelea, ya habían comenzado a atacar con magias y cosas peligrosas que podrían llegar a matar de verdad.

Se había despistado con la conversación y no había prevenido el ataque, normalmente habría podido parar algo así con facilidad pero le había cogido por sorpresa y aunque le costara reconocerlo le había salvado el hombre con el que estaba hablando, al que no pudo decir nada porque en ese momento alguien más se dirigió a él, interrumpiéndole. Ministro, ¿Había dicho “señor ministro? ¡JODER! ¡Era el puto ministro de Chaos! ¡La hostia! En ese momento agradeció que no se le ocurriera la brillante y genial idea de cargar contra él cuando hizo aparición, se habría metido en un lío gordo gordo. -Señor Ministro… ¿Eh? Pues vaya un soñador, así debe de ser muy fácil.- Dijo manteniendo su postura anterior aunque por dentro estaba insultándose a sí misma por la absurdez que había hecho y dando gracias por la suerte de que no hubiera tenido ningún problema con él, esperaba que no le fuese a causar ningún problema por una peleita tonta en un bar. -Lo siento pero no vengo a unirme, pertenezco al ejército de Spatium. Li Wei, Capitana General.- Hizo una pequeña reverencia de respeto, pero más por costumbre que otra cosa ya que casi siempre se presentaba igual, aunque tratándose del Ministro, más le valía agachar un poquito más la cabeza, solo por si acaso.

por **Atreyu** Sáb Oct 08, 2016 3:29 pm

Una guerrera de Spatium. Tras lo ocurrido con el anterior ministro de Chaos, nunca pasó por su mente la idea de encontrarse a un alto mando de Spatium en sus tierras y de haber pasado, seguro que el escenario no sería una taberna con una batalla campal en ella. Una pena que la mujer perteneciera a un ejército aliado, pues reconocía a un poderoso guerrero con solo ver su porte, tratar de convencerla de que se cambiase de ejército podría suponer que Chaos y Spatium se distanciaran más. Usualmente, las mujeres que se dejaban ver en las tabernas de Chaos o eran damas de compañía o poderosas guerreras que no temían entrar a un espacio reducido lleno de toscos hombres para echar un trago. Sin duda la morena pertenecía al segundo grupo.

- Saludos, Capitana General. Espero que este ambiente bélico no le cause problemas con su superior. Acepte una copa como disculpa. - El ambiente se había relajado cuando todos repararon en su presencia. Se acercó a la barra y recogió un taburete del suelo, colocándolo bien para poder sentarse en el. - Y bien… ¿Qué le trae por estas tierras? ¿Familia quizás?- El camarero se acercó y enseguida sirvió al regente una copa de vino. El dios oscuro la agitó en círculos para degustar su aroma, seguidamente dio un pequeño trago y se relamió el labio superior discretamente.

La mujer que tenía enfrente era uno de los altos mandos del ejército, si conseguía causarle buena impresión y entablar cierta cordialidad, tal vez el ministro de Spatium algún día empezase a guardar menos rencor hacia su persona. Al fin y al cabo él no tuvo absolutamente nada que ver con lo que ocurrió en el mandato del anterior ministro de Chaos, pero aun así, el regente del reino aliado seguía manteniendo las distancias con la Nación del Fuego. Era una oportunidad perfecta para empezar a limar asperezas con Spatium.

por **Li Wei** Lun Oct 10, 2016 10:02 pm

Pues que no le tenía cierto asco a Chaos y terminaba por cruzarse con el mismísimo ministro de Chaos, que ya es casualidad, no podía tratarse de un soldado cualquiera o un alto cargo el Army of Chaos no no no, tenía que ser el ministro, claro que sí, a saco. Que ya había tabernas en el reino y días en el calendario para ir a coincidir exactamente el mismo día y en el mismo lugar ambos, sobretodo ella que trataba de quedarse lo menos posible por ahí precisamente para evitar lo que había pasado en la propia taberna, que le partiera la cara a todo el que se le cruzaba o causara una guerra total de todos contra todos. En cuanto todos se dieron cuenta de quién se trataba el hombre allí presente, la batalla se detuvo en seco dejando poco más que algunos destrozos sin importancia y la ventana que “delicadamente” había abierto Li utilizando a un hombre que le doblaba el tamaño para tal fin. El ministro le saludó formalmente y le ofreció una copa a modo de disculpa…¿Disculpa de qué? Quizá no fue la que inició la pelea en la taberna pero si tuvo bastante que ver con su inicio, en todo caso habría que penalizarle o multarle, no disculparse con ella y encima ofrecerle una copa, claro que eso no lo iba a decir ella, ella aceptaría como buena invitada que era pero sin chulearse demasiado, haciéndose la ofendida y todo… Al final dejaba pasar una copa por la cara.

-No creo que tenga problema alguno, pero aceptaré su ofrecimiento con gusto.- Una leche que iba a decir que no, ya que estaba aprovechaba, por una vez iba a sacar algo bueno de Chaos aunque fuera una triste copa pero invitada por el ministro, que ya era algo que tener en cuenta. Le preguntó entonces por lo que estaba haciendo en Chaos, no iba a mentirle, no tenía ninguna razón para ello pero tampoco quería mencionar la parte de la pelea, o al menos la parte en que ella había participado de cierta manera para que comenzara. -No, para nada, solo tengo un hermano y vive conmigo. He venido porque le prometí a alguien que traería un paquete para un familiar suyo y una vez terminé quise tomarme un descanso del viaje tomando algo… Luego empezaron a liarla.- Dijo haciéndose un poco la loca, mirando de reojo a quienes había cerca y pudieran decir algo al respecto, pobre del que levantara la voz siquiera para decir algo al respecto. -Supongo que me quedaré un poco nada más y luego me marcharé de regreso, no tengo nada más que hacer aquí y me gustaría continuar con el entrenamiento que dejé a medias para venir.- Eso le pasó por no pensárselo dos veces, tendría que haber terminado primero y luego ir a hacer lo que le había pedido, así al regreso podría simplemente dejarse caer en su cama y olvidar todo el asuntito del viaje y la estancia en Chaos.

por **Atreyu** Mar Oct 11, 2016 6:28 am

La mujer aceptó la copa con agrado. Su dura expresión cambio a una un tanto desconcertada. No parecía de buen humor cuando comenzaron la conversación, pensaba que sería así, pues sus aires chulescos, denotaban una gran confianza en sí misma. Posiblemente se tranquilizó al conocer su verdadera identidad, por eso no le gustaba revelarla, quería ver el comportamiento real de las personas, no como interactúan con él por su posición. Cierto es que ser el regente de un reino le dotaba de ciertos beneficios, pero para su gusto, le limitaba muchos otros asuntos de los que disfrutaba sin problema antes de ocupar el puesto. Todo cambio trae consecuencias, ya las conocía de antemano. Sólo tenía que aprender a convivir con ellas.

Se presentó como Li Wei, Capitana General, se sentó junto a él en la barra y le relató el motivo de su viaje a Chaos. Parecía incómoda, algo nerviosa. Miraba a todas partes, nada ni nadie en concreto, vigilaba nada más. ¿Parte de su rutina? Posiblemente. Intentaría que se sintiera lo más cómoda posible, después de todo, a la mujer le quedaba un largo camino de vuelta a casa y ya estaba empezando a caer la noche.

- Imagino que vuestro cargo os dará mucho trabajo.- Hizo una breve pausa y saboreo otro trago de vino vaciando la copa por completo. Apoyó su brazo sobre la barra y su mentón descansó sobre su mano. Mirando a la mujer con curiosidad tras sus palabras. - ¿Un entrenamiento? ¿Y de qué se trata? - Siempre que se hablara de batallas, estratégicas o cualquier actividad relacionada con la guerra y el combate, era todo oídos. Disfrutaba de estos temas de conversación, y si se producían con otros guerreros poderosos, aún más.

por **Li Wei** Miér Oct 12, 2016 6:11 pm

No le podía decir que no al alcohol, era una pequeña debilidad aunque no llegaba a tanto como para llamarla alcohólica ni nada parecido, de hecho se controlaba bastante bien en ese sentido y solo tomaba cuando estaba libre sin nada que hacer y sin pasarse de la raya, aunque tampoco era que le importara demasiado si se emborrachaba. Con el tiempo y la práctica había logrado una habilidad para el combate que le encendía en llamas el cuerpo, esa habilidad tenía como efecto secundario que quemaba por completo el alcohol de su cuerpo e incluso beneficiaba a la técnica ya que hacía de “combustible” pero por supuesto, eliminaba dicho alcohol y los efectos que le pudiera causar. Demasiado tranquilo veía al ministro para lo que acababa de pasar en ese local, aunque por otro lado pensó que se trataba del ministro de Chaos, ahí seguro que pasaban esas cosas continuamente, quizá demasiado a menudo incluso para lo que solía ser el gusto de Li que se mentía en cualquier fregado en el que viera la oportunidad. Se había distraído por un momento, se le había quedado cara de gilipollas o algo por estar pensando en sus cosas y capaz hasta parecía preocupada o por el estilo cuando solo se había atontado, tampoco es que fuera la primera vez que le pasaba algo así y la gente le preguntaba si le pasaba algo o le preocupaba algo a lo que ella respondía con un “¿Qué dices loco?”

Se interesó entonces por su trabajo, o al menos le hizo cierta mención quizá pensando en que el recado que había ido a hacer a Chaos tenía que ver con su trabajo cuando no era así, pero tampoco tenía por qué decirle eso ni lo veía necesario, además no había preguntado directamente y capaz ni le interesaba, mejor no decía nada y ya. -Bueno si, es un cargo importante y me requiere cierta responsabilidad que antes desde luego no tenía, pero no me quejo.- Comentó con bastante tranquilidad, más como un comentario normalito que como una forma de comenzar una nueva conversación, no tenía muchas ganas de hablar de eso aunque sí que estaba bastante orgullosa de cómo había llegado hasta ese puesto en tan poco tiempo. Lo siguiente que dijo si que le interesó más, era del tipo de persona que adoraba ponerse a prueba, entrenar, luchar y mejorar cada vez más hasta que fuese totalmente imposible ascender más, por lo que hablar de ese tipo de cosas le atraía mucho y se notaba en su forma de hablar, más emocionada y segura. -Pues estaba intentando aprender algunas nuevas habilidades, quiero ampliar mis conocimiento y había empezado con la Pyrokinesis, soy capaz de cubrir mi propio cuerpo en llamas pero no logro manejarlas, luego de eso quisiera aprender el resto.- Dijo con bastante orgullo, si por ella fuera sería capaz de conocer todos los estilos de lucha y poderes existentes, y desde luego dedicaría su tiempo en vida a ello hasta que llegara su último aliento.

por **Atreyu** Jue Oct 13, 2016 6:02 pm

Escuchó atentamente a Li, le hablaba de su entrenamiento sobre el dominio de la Pyroquinesis. Le pareció fascinante que pudiera cubrir su cuerpo en llamas como relataba. Posiblemente sería un fénix o algún híbrido o criatura afín a este elemento. Su relato fascinó al dios oscuro, enseguida centró toda su atención en la mujer, pues no había mayor regodeo en él que el poder influir en la vida de cualquier criatura.

- Intuyo que si no es un fénix, tiene que tener una naturaleza muy afín con esa raza. Si quiere puedo ayudarla con ello. Hace mucho tiempo que aprendí a manejar la Pyroquinesis, desde una sencilla luz, hasta una temerosa forma envuelta en llamas, capaz de engullir al enemigo, o un robusto muro de fuego, como el que presenció antes. Si necesita ayuda con su entrenamiento, ha dado con la persona indicada. Quedará entre nosotros, pues el regente de Spatium no está actualmente por la labor de colaborar con Chaos en pos de una alianza robusta. Peor por mi parte, estaré encantado de poder ayudar a desarrollar su potencial. Con la dedicación adecuada regresará a su tierra dominando la técnica. Sólo tiene que centrarse en ello. Va a ser intenso, pues imagino que deseará regresar cuanto antes a casa, pero le prometo, que las horas que le retrasen, tendrán su recompensa.- Se levantó de su asiento despacio, arrastrando las palabras que hacían mella en la mente de la mujer. Era una guerrera, sabía que no podría resistirse a su propuesta. Ambos iban a salir beneficiados, él, habría conseguido saciar ese hambre de conocimientos y ansia de poder que con el tiempo se convertiría en un baño de sangre que nutriría su alma. Ella, su objetivo, dominar una técnica poderosa que sin duda la haría más fuerte, en esta ocasión se trataba de una aliada, pero no sabía si el día de mañana sería una enemiga. El futuro es caprichoso e impredecible, pues sus amplias y caprichosas posibilidades eran tan vastas que no sabría decir si en cierto tiempo podría luchar con o contra ella. Era algo que no le preocupaba. Atreyu buscaba la satisfacción propia, ya fuera a través del ego o de la sed de venganza.

- Capitana Li, si quiere que le ayude en su entrenamiento, de buen gusto me ofrezco. Piénselo, de ser así estaré en El Lago, al noreste de nuestra posición, lo reconocerá por el parecido que guarda con el reino de Spatium. El único rincón de Chaos con una vegetación rica y nutrida, bella podríamos decir, si la comparamos con el resto de tierras rodeadas de estepas. Y dependiendo del criterio propio de cada uno que entiende por belleza. - El regente se despidió del dueño del local y conforme se acercaba a la puerta una bruma negra envolvió su cuerpo, su silueta humanoide envuelta en oscuridad, comenzó a adoptar la forma de un cuervo, desprendiendo en el cambio una estela de plumas negras, emergiendo de la nube negra como un cuervo que alzaba el vuelo conforme salía de la taberna.

Sin mirar atrás atrás voló hasta llegar al lago. Esa zona era muy recurrida por Atreyu y bastantes miembros de su ejército como lugar de entrenamiento, pues al ser una zona cercana y apartada de la capital, su acceso era rápido y cómodo, cualquiera podía llegar en poco tiempo y su ubicación era muy fácil de encontrar por el cambio drástico del entorno. Para una hija de Spatium sería fácil de reconocer. Descendió cerca de la orilla, cambiando de forma al acercarse al suelo, adoptando su forma mortal de dios oscuro, dejando un rastro de plumas negras a su paso.

por **Li Wei** Jue Oct 13, 2016 8:59 pm

Estaba deseando regresar a Ba Sing Se para continuar con su entrenamiento lo antes posible, siendo que estaba aprendiendo por su cuenta era mucho más complicado que si lo hacía con ayuda de alguien, un profesor y sobretodo si era un buen profesor siempre era de gran ayuda y facilitaba enormemente el aprendizaje de lo que fuera que estuvieras aprendiendo. Pero para su incredulidad, perfectamente visible por cierto en su expresión porque se le volvió a quedar cara de idiota total, el ministro de Chaos se ofreció a ayudarle con la Pyrokinesis siendo que él la dominaba, no podía creerse lo que acababa de oír pero era totalmente cierto. Tardó algunos largos segundos en reaccionar a lo que acababa de escuchar y quitar por fin la cara que se le había quedado, ya había hecho bastante el idiota y debía dejar paso a la emoción que comenzó a embargarle el cuerpo por completo hasta que estalló dando un salto en el sitio. -¿De verdad? ¡Pues claro que quiero! ¡No diré ni pío!- No creyó que pasara nada malo por no contar algo así, tampoco era su obligación el comentar ese tipo de cosas como lo que entrenaba y con quién, y tampoco estaba ahí de manera oficial sino como civil cualquiera así que no debería de tener ningún problema a la hora de volver. Estaba tan emocionada que tomó la copa que le habían servido y se la metió entre pecho y espalda de un solo trago, dando luego un pequeño (relativamente claro) golpe en la mesa al dejar la susodicha copa de nuevo en la barra. El ministro se había levantado de la barra antes de volverse a dirigir hacia ella, continuando con lo que le había dicho de entrenar y se había ofrecido nuevamente a entrenarla, diciendo que le esperaría en el lago si es que aceptaba finalmente y por si fuera poco para terminar de convencerle le dijo que el lugar era más parecido a Spatium que a Chaos.

Apenas tuvo tiempo de responderle, en cuanto terminó de hablar se alejó de la barra y salió por la puerta cubriéndose de una especie de nube negra que acabó por cambiar de forma hasta tomar la de un cuervo que se fue volando como si no fuera con él la cosa. Li no iba a ser menos por supuesto, se levantó también de su asiento y se dirigió a la puerta lo antes posible, una vez estuvo fuera se aseguró de comprobar cuál era la dirección correcta, es decir, dónde estaba el Noreste, y ya una vez sabiéndolo saltó con todas sus fuerzas al tiempo que desplegaba sus alas ígneas y alzaba el vuelo en dicha dirección esperando encontrar el lago del que hablaba. Cierto era que era fácil de reconocer, y al final terminó por llegar al lugar indicado, ocultando sus alas apenas tocó nuevamente el suelo y buscando con la mirada al cuervo que salió del local o a l propio ministro para acercarse y comentar todavía con la emoción en el cuerpo. -Yo estoy lista para empezar cuando quieras, por mi cuanto antes mejor.- Estaba ansiosa por empezar y se notaba a la legua, tampoco es que hubiera intentado ocultarlo de ninguna manera ni nada por el estilo, de hecho no solía ocultar nada de eso ni le importaba una leche, siempre había sido muy expresiva y si bien era capaz de mentir y fingir no solía hacerlo sin una buena razón, ¿Para qué mierdas se iba a molestar en fingir? Ni que fuese a decirle que no le entrenaba solo por estar emocionada, vamos es que es absurdo de todo punto, en todo caso al revés, le entrenaría con más ánimo al ver su entusiasmo por aprender y mejorar, cosa que muchos hoy día no se molestaban en hacer y simplemente se echaban a vivir del cuento.

por **Atreyu** Sáb Oct 15, 2016 2:01 pm

Paseaba cercano a la orilla, ya era casi de noche, las puestas de sol en el lago combinaban unos tonos violetas y azules un poco diferentes a los tonos más rojizos que predominaban en el resto del reino. Quedó parado frente al agua calmada, recordando todas las cosas que había vivido en esta zona tan dispar de Chaos, provocando una sonrisa en sus labios. No tuvo que esperar mucho rato para notar la presencia de su nueva alumna. Giró para ver a la mujer llegar descendiendo con un par de alas ígneas que no dejaban lugar a dudas de su naturaleza. Se le veía emocionada, la idea de poder aprender a dominar el fuego resultó muy atractiva para la mujer, tenía grandes expectativas puestas en ella. Sin duda se trataba de una alumna con un gran potencial.

- Esta bien señorita, pongámonos cómodos. Antes de empezar quiero contarle un par de cosas.- Tomó asiento en el suelo y cruzó las piernas, adoptando una posición que invitaba a la meditación. - Sentada estará más cómoda - Comentó a la mujer con una sonrisa, pues cuando observó que se sentaba en vez de empezar a generar algún tipo de ataque o habilidad, el semblante de la capitana quedó envuelto por la duda y la sorpresa. - Toda técnica, para ser aprendida con eficacia, necesita un poco de teoría. Las criaturas tienen una mayor o menor afinidad con los diferentes elementos, eso es debido a sus puntos energéticos. Somos energía, y la energía vibra en una u otra frecuencia. Esas vibraciones pueden estar en armonía o no, de ahí la afinidad con más o menos elementos. Esa energía es manipulable, depende de la habilidad del individuo para transformarla, el que posea el poder para armonizar con los elementos y poder sintonizar con ellos, puede ser un don o fruto de un duro entrenamiento. En su caso, Capitana, la afinidad con el fuego debe de ser algo natural que fluye por su cuerpo, pues ya es capaz de dominar técnicas específicas. Le falta aprender a canalizar bien esa energía para controlarla por completo.- Quedó en silencio, observando detenidamente a la mujer. - Cierre los ojos, quiero que se centre en esa energía, en la primera vez que notó que corría por su cuerpo, en su primer contacto con ella y las sensaciones que le provocó. Tómese su tiempo, como más conecte con ellas, más sencillo será el siguiente ejercicio. - Ya había enseñado esta técnica con anterioridad, pero algo en su interior le advertía que con esta mujer, la cosa iba a ser de diferente manera, algo más entretenida de lo habitual. Posiblemente se debía a esa naturaleza indomable que desprendía.

por **Li Wei** Dom Oct 16, 2016 1:42 pm

Si que estaba emocionada por aprender y por empezar lo antes posible pero su ánimo cambió de pronto en cuanto escuchó la palabra “teoría”, eso era casi como decirle a un cómico que no podía hacer ningún chiste o a un ciclista profesional que no podía volver a montar en una bicicleta, le partía todo el ánimo. Dejando caer los brazos con evidente desánimo hizo lo que le había dicho el ministro y se sentó frente a él, no le iba a quedar más remedio que escuchar lo que le iba a decir y seguramente hacer algún ejercicio de meditación de esos y blablabla… Menudo coñazo, paliqueo innecesario sobre las energías y elementos y afinidades… lo que menos quería y esperaba era que dedicaría tiempo en Chaos para la meditación ni nada por el estilo, lo que quería era ponerse a practicar cuanto antes pero, ¿Qué iba a hacer? ¿Negarse? Encima que se había tomado la molestia de entrenarle sin apenas conocerle, no podía simplemente decirle que no tenía maldita la gana de sentarse a meditar sin hacer nada y pensar en llamas bonitas o recuerdos del año de la pera. Tenía que aguantarse por supuesto, aunque se le apetecía menos que nada iba a tener que hacerle caso y cerrar los ojos respirando hondo con la idea de relajarse un poco y tratar de concentrarse en lo que le había dicho.

¿Exactamente qué tenía que hacer? ¿Pensar en el fuego? ¿Recordar la primera vez que había podido manejarlo? Era un fénix de fuego, prácticamente había nacido en llamas y de hecho sus primeros recuerdos como niña era con unas pequeñas alitas creadas por puras llamas, exactamente iguales que las que había mostrado un par de minutos atrás solo que bastante más pequeñas, en compensación con el resto del cuerpo básicamente. Pero con la tontería lo estaba consiguiendo, se había perdido por algunos segundos en sus recuerdos y sin darse cuenta estaba causando que su cuerpo empezara a soltar pequeñas chispas que poco a poco se formaban en llamas que le cubrían como si llevara una especie de armadura de fuego puesta. Aquellos pensamientos le había llevado hasta sus habilidades, su control aunque leve sobre el fuego se despertaba y se manifestaba como una de las técnicas que más solía utilizar, una que de hecho utilizaba más a menudo por su carácter y emociones que durante una lucha o combate, pues cuando se enfurecía su cuerpo se cubría con aquellas mismas llamas de manera automática. Por supuesto todo ello estaba sucediendo de forma ajena a ella, ella se había concentrado y había tenido la suerte de caer en la meditación lo suficiente como para que su cuerpo comenzara a expulsar fuego naturalmente, pero seguía completamente concentrada y en esos momentos no se enteraba de nada de lo que estaba pasando ni siquiera lo que ella misma estaba causando.

por **Atreyu** Jue Oct 20, 2016 12:35 pm

La cara de la mujer se lo dijo todo, para nada se esperaba esto, seguro que la idea mental que tenía era la de empezar a darse de hostias hasta que las llamaras brotasen de su cuerpo espontáneamente o algo parecido, pero la cosa no suele funcionar así. Si de verdad se quiere dominar el poder de controlar un elemento hay que hacerlo de una manera progresiva y armoniosa, que el cuerpo poco a poco sea consciente de ese poder y que lo reconozca para poder recurrir a él cuando sea necesario. Finalmente, tras poner ciertas caras de incredulidad, frustración y decepción, se sentó sobre la hierba y se puso a meditar tal y como le había dicho. En situaciones como esta, Atreyu pagaría lo que hiciese falta por saber cuáles eran las inquietudes de cada persona. Una meditación hecha en condiciones, tenía como objetivo alcanzar un estado de paz y alegría interna, pero no todo el mundo conseguía mantener ese estado durante todo el proceso. Tampoco esperaba que sus alumnos encontrasen la paz interior, eso no se consigue en un día, su objetivo era que conectaran con el elemento deseado para poder canalizarlo correctamente.

Poco a poco Li comenzó a emanar un aura ígnea, al principio era débil, como una vibración, desprendía unas pequeñas ascuas y alguna pluma etérea de color dorada, pero poco a poco su intensidad comenzó a crecer, la magnitud del aura sorprendió al dios oscuro, ella estaba en contacto con su elemento, tenía pleno acceso a el. El problema de Li no era que no pudiera crear fuego, es que se escapaba a su control, posiblemente su personalidad inquieta era lo que causaba este descontrol. Incluso ahora, no era consciente de su potencial, seguía sumida en sus pensamientos, como si todo permaneciera igual que cuando empezó. La loca idea de tener un combate contra ella cruzó en ese mismo instante por su mente, dejando escapar una leve risita apenas inaudible. Era superior a él, no podía evitar que su alma guerrera despertara cuando se encontraba con un adversario digno de un combate, lo poco que había visto de la personalidad de la mujer, le decía que que en algún momento tendría lugar ese encuentro, pero ahora estaban en medio de un entrenamiento, y le gustaría que cuando llegara el momento, pudiese utilizar todo el poder del fuego.

Ya había pasado suficiente tiempo en contacto con su yo interior, era momento de que comenzaran con las prácticas. Seguro que serían intensas, la capitana tenía una personalidad muy fuerte y era muy nerviosa, seguramente sería una alumna aventajada, lo que les daría más margen de tiempo para intercambiar un par de golpes. - Li, es hora de empezar con la acción. Estás lista para comenzar tu entrenamiento. - Se levantó del suelo y permaneció quieto esperando que la mujer saliera de su trance, le alegraba ver cómo se manifestaba esa fuerza interna de una manera tan rápida, iba a ser una noche entretenida.

- Tu primer ejercicio consistirá en crear una bola de fuego. Simple, ¿verdad?. Bien, no creo que tengas problemas en crearla, pero no sé cómo medirás su fuerza. Concéntrate en su intensidad, que no sea ni lo suficientemente fuerte ni débil. Tenemos tiempo, cuando te sientas preparada, lánzamela.-

por **Li Wei** Dom Oct 23, 2016 9:17 am

Mientras seguía expulsando llamas de su interior que le cubrían de una forma que hasta parecía simular una armadura medieval formada de fuego, la capitana general se mantenía totalmente ajena a lo que estaba pasando porque aquello había salido de forma involuntaria como una especie de representación en llamas de su espíritu guerrero, su ansia de luchar y necesidad constante de medirse con fuerzas mayores. Era un caballero sin espada, luchaba por el bien de los inocentes y siempre se preocupaba por asegurarse de que todos estaban bien pero eso no escondía su naturaleza, ella había nacido para luchar y morir en un campo de batalla contra un rival superior, con la cabeza bien alta y una sonrisa imborrable. Sí, tenía claro que ese sería su final algún día y no buscaba evadirlo o impedirlo, de hecho estaba muy contenta con la idea de acabar de esa manera siempre y cuando se tratara de un combate justo, mano a mano y que fuera derrotada limpiamente como tenía que ser. Le costó un par de segundos largos darse cuenta de que el ministro se había vuelto a dirigir hacia ella para decirle que ya era suficiente, había sido como si su voz se metiera en su cabeza pero no la escuchó al instante sino que fue haciendo eco en el interior de su mente y ganando fuerza cada vez que se repetía hasta que finalmente fue como un grito que la obligó a detener las llamas y abrir los ojos, dejando un rastro de ceniza en el lugar en que había estado el fuego apenas un segundo atrás. Al ver que él se había levantado del suelo y siendo consciente por fin de lo que había dicho y había sucedido, por lo que ella también se levantó quitándose los restos de polvo y ceniza que se le quedaron pegados a la ropa al estar sentada junto al fuego que ella misma había creado, ahora se vino a dar cuenta de que había rastros de fuego en el suelo.

Cuando escuchó la explicación del siguiente ejercicio por parte del hombre se dio cuenta de que iba a tener un gran problema con ello, lo que más caracterizaba a Li era precisamente su impulsividad y descontrol total a la hora de combatir, eso se veía reflejado en sus entrenamientos cuando era bastante capaz de aprender una habilidad o utilizar un elemento en muy poco tiempo y sin embargo no era capaz de controlarlo. Empezó a aprender el control del elemento viento y fue capaz de lanzar a la primera una ráfaga que más parecía un huracán, incapaz de controlar la intensidad de éste y siendo ese precisamente su mayor punto débil en cuanto al entrenamiento. Por supuesto no le iba a decir eso, al menos no abiertamente, tampoco es que hiciera mucha falta porque en seguida lo vería por sí mismo en cuanto lo intentara y en lugar de una bola de fuego de mediana potencia acabara por salir una llamarada asesina sin control alguno. -Dicho así simplemente parece fácil.- Comentó tomando algo de distancia antes de empezar, tenía que concentrarse bien si quería hacerlo de la forma adecuada, estaba clarísimo que no lo iba a conseguir a la primera, al menos no de la forma que él esperaba, pero al menos quería intentar controlar parte de esa energía y no lanzarla toda junta a lo bestia como solía hacer.

Tomó aire e hizo uso de todas sus capacidades (algo escasas) de concentración para intentar controlar un poco el ataque que iba a lanzar y puesto que casi todos sus movimientos y usos de elementos iban asociados de alguna manera a un golpe como si se tratara de una extensión de éstos, se colocó en posición de combate y dejó escapar el aire antes de lanzar al aire un puñetazo como si quisiera realmente golpear a algo frente a ella. De dicho golpe salió la llamarada que, como ya había imaginado desde un principio, no fue ni de lejos controlada a un nivel intermedio sino que parecía una estampida de caballos desbocados, al menos pudo controlarla un poco como para que no fuera tan agresiva como solía ser, que ya era algo.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Provocando el Chaos [Pv. Atreyu]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
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MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater