Time is running [Priv.Veronika Volkov]

por **Gael Kessler** Mar Sep 13, 2016 7:37 am

- Maldita sea, ¿Cómo que no va a estar a tiempo el envío?.- Gritaba Gael, mientras de un manotazo abría la puerta de su despacho ubicado en la planta de arriba de la fábrica. Los peldaños de metal chirriaban con cada paso de su descomunal cuerpo, una mole de dos metros que apartaba a toda persona que se encontraba a su paso, mientras que buscaba al responsable de tanta incompetencia. Por fin vio al capataz escondido como podía entre un grupo de cajas, y como una flecha salió tras él para pedirle explicaciones. -¿Cómo que vamos retrasados? ¿Sabes cómo de importante es este envío?-
- S-si..., sí señor, pero no se han presentado cuatro empleados y además hay algunas cajas que presentan fallos, las llenamos y se despedazan nada más cogerlas.- Gael pillo del pescuezo a un operario que en ese momento llevaba una de las cajas cerca de él, y quedó pensativo. Con determinación le quitó la caja de las manos, diciendo: - ¿Tú, sabes dónde viven los compañeros que han faltado al trabajo?- preguntó al trabajador que le miraba atemorizado. - Si, están aquí cerca.- Contestó con voz débil y temblorosa - Estupendo, te doy diez minutos para ir a su casa y traerlos a rastras si hace falta, o si no, no vuelvas, ¿entendido?- El pobre hombre ni se paró a responder, casi antes de que Gael le dejara en el suelo, ya estaba corriendo a toda prisa por la calle. Todos en el almacén se quedaron petrificados mirando la escena, hasta que una mirada enfurecida de su jefe les hizo despertar y moverse el doble de rápido. -Venga, marineros de agua dulce, al primero que no vea sudar le mandó a charlar con los peces.-

Sin parar de mirarles, de mala gana se acercó a un montón de cajas preparadas con los caros puros que fabricaban y sin cortarse, cogió siete de golpe que cargó para apilarlas en el interior del camión de reparto con verdadera maestría. -¡Así se hace holgazanes, quiero este camión preparado en veinte minutos, vámos!.- Miró como el almacén de pronto se había transformado en un ir y venir de pequeñas hormiguitas trabajadoras, que cargaban el doble de su peso, y descargaban en los camiones como el rayo. Paseaba en silencio por el almacén con la manos cruzadas a su espalda, supervisando a sus trabajadores como terminaban la tarea. Se paró en lo que al parecer era una caja rota a las que aludía el capataz, menudo desastre, ahí yacían treinta puros rotos como mínimo, se lamentaba mientras levantaba una de las maderas. -¿Carcoma? ¿Pero qué es esto? ¡Capataz!.- El hombre mayor se acercó corriendo como pudo temiendo otra bronca. -¿Sí, jefe? Ve, es lo que le había dicho, hay algunas cajas que no soportan el peso de los puros porque están mal.- Mustió el hombre temiendo la reacción de su superior. -¿Y las cajas del “otro” cargamento, no estarán en las mismas condiciones, no?- Giró violentamente hacia el hombre quedando a escasos pasos de él. - No, no, por supuesto que no. Anoche revisamos todas y usamos las que no estaban dañadas para eso.- Conforme con la respuesta, comenzó a alejarse del capataz - Me parece bien, sigue metiendo prisa a estos gandules, cuando vuelva, quiero ver al menos tres camiones preparados para salir.- Se encaminó hacia la salida de la fábrica mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, era increíble que lo que comenzó como tapadera de tráfico de armas con los rebeldes, al final le aportará tantísimos beneficios, sus puros se vendían tan bien, que nadie podría sospechar que cargados en los bajos de los camiones estaban las ilusiones de todo aquel que luchaba contra el Lord, todo estaba saliendo perfecto.

Se llevó la mano al bolsillo, y sacó un viejo encendedor, que recuerdos le traía aquel pequeño objeto, tiempos en lo que solo importaba la mar, el siguiente botín, y porque no, la dichosa armada de Tempus. Se acercó la llama al único destartalado puro que pudo rescatar del genocidio de la caja dándole una nostálgica calada, saboreando el intenso sabor de especias y aromas que le había hecho rico, quien se lo hubiera dicho hace diez años. Rememorando antiguas hazañas, le vino alguien a la mente. ¿Dónde estaba Veronika? Ya debería de haber llegado.

por **Takumi Kurosawa** Jue Sep 15, 2016 6:09 am

Había perdido más tiempo del que había imaginado por encontrarse con alguien de su pasado, pero eso era lo malo que tenía el intentar calcular al máximo el tiempo que dedicadas a cada cosa, aun si añadías un margen de posibles imprevistos, era totalmente imposible saber con certeza si ese tiempo era suficiente, si sobraba o si por el contrario faltaba. En esa ocasión le había faltado, de modo que se dio toda la prisa que pudo para reducir al mínimo su retraso, ya llegaba tarde pero era mejor llegar diez minutos tarde que no cincuenta o más y si mantenía el ritmo estaba segura de que apenas serían unos quince minutos por encima de la hora a la que debería haber llegado. No había ningún motivo por el cual debiera retrasarse aún más, y no parecía ya que a estas alturas fuera a suceder algo que le diera la vuelta a la tortilla obligando a la rubia a perder más tiempo en contra de su voluntad, pero siempre era mejor prevenir que curar y no quería cantar victoria antes de estar completamente segura de que no iba a llegar más tarde de lo que ya llegaba. Tal y como había previsto, gracias también a que no hubo que lamentar más inconvenientes ni imprevistos, Veronika llegó cuando apenas pasaban quince minutos de la hora a la que en teoría debería haber llegado, y no parecía que todo fuera bien pues pudo oír voces desde el exterior que no parecían contentas, de hecho la reconocía perfectamente y aunque no le podía oír bien, solo podía significar problemas.

Entró en el edificio para buscar con la mirada a su jefe que ya debería estarse preguntando donde estaba, no era normal en ella retrasarse, para nada, era muy meticulosa para llegar tarde pero era imposible que pudiera haber previsto lo que iba a pasar y que se fuese a encontrar con antiguos compañeros que, por supuesto, querían encerrar a la “traidora”. En cuanto dio con el paradero del hombre, a paso ligero se aproximó a él para comenzar con su trabajo y ya de paso disculparse por haberse retrasado tanto, porque para ella quince minutos era casi un crimen, de haber llegado aún más tarde probablemente se habría estado castigando verbalmente a sí misma un rato largo, eso como poco. -Lamento mucho el retraso señor Kessler, he tenido un pequeño contratiempo inesperado con la marina de Tempus y no me ha sido posible llegar antes.- Formal como de costumbre, era buena en su trabajo precisamente porque se lo tomaba bastante en serio pero eso le gustaba, era eficiente y eso le ayudaba a distraerse de algunos pensamientos que de vez en cuando le rondaban la cabeza con intenciones puramente dañinas para ella. Echó un vistazo a su alrededor intentando descubrir qué era lo que había sucedido antes para que escuchara problemas desde el exterior, viendo cerca una caja destrozada que más o menos le indicaba cual había sido el problema en cuestión, una pila de puros destrozados que se veían entre los restos de la caja no mejoraban la cosa en nada.

-Ha habido problemas por lo que veo, ¿Es la única caja destruida? Tendré que tenerlo en cuenta para la cuenta luego.- Preguntó mientras continuaba mirando en busca de alguna otra caja que se hubiera roto o algún otro problema del que tuviera que estar al tanto, ya que al fin y al cabo ella se ocupaba de esas cosas, se suponía que debía ser ella la que informara a Gale y no al revés pero suponía que no pasaría nada sabiendo que había tenido ciertos problemas con la marina, gente a la que había traicionado e intentado matar que no se quedarían quietos al verla.

por **Gael Kessler** Dom Sep 18, 2016 1:03 pm

Tras dar la última calada al puro, distraídamente lo lanzó al suelo, y se apresuró hacia la puerta de la fábrica, ahora sí veía trabajar bien a los operarios. Tres de los cinco camiones estaban preparados para salir y a la velocidad que trabajaban, en unos cuarenta minutos saldrían todos con ambas cargas y grandes beneficios. El capataz, en medio de todo el alboroto, respiraba más tranquilo, al ver que por fin, todo funcionaba, cuando de pronto cambió su gesto al mirar a la puerta, acababan de volver los gandules que no habían venido a trabajar. Prefería no intervenir, quería ver como el encargado alentaba en el esfuerzo y el compañerismo a los borrachos que acababan de llegar, era todo un reto y muy gracioso, sin duda.

Se giró sobre sí mismo, caminó hacia las escaleras metálicas cuando una silueta se dibujó en el suelo, proveniente de la luz que entraba por la puerta de la fábrica, era Veronika. Respiro tranquilo. Cuando los ojos de la mujer lograron habituarse al cambio de luz, se cruzaron con los suyos, presurosa trotó hacia su posición. Con una sonrisa la espero sin dar ningún motivo para que creyera que había estado esperándola, ya que sabía que habría una buena explicación detrás, la disciplina de Veronika era superior a la de todas las personas del almacén juntas, muy por encima incluso de la suya. La mujer llegó a su lado, y con un poco de sofoco se disculpó por la tardanza. - Veronika eres la más responsable de todo el edificio, como ves, todo va como la seda, en media hora los camiones saldrán a su destino - dijo tranquilo, se dio cuenta de que aun así, Veronika volvía la mirada analizando cada rincón de la fábrica, escudriñando hasta el más mínimo detalle. El mago bajó el único escalón que había subido, y comenzó a andar por el edificio para que la mujer le siguiera. - Como se que no vas a quedar tranquila, te pondré al día. El cargamento principal ya está desde anoche cargado, y como ves, sólo falta un camión y medio de puros por terminar. Por cierto, ¿ves al joven de la camisa a cuadros roja? Dale un incentivo, se ha portado bien trayendo a sus cuatro compañeros borrachos.- dijo con un aire de satisfacción.

Mientras caminaban, la mujer, topó con una de las cajas rotas en el suelo, y detectó el otro problema que había habido en el transcurso de la mañana, no se le escapaba ni una, claro, que ese era su trabajo, además de ser su guardaespaldas. - Carcoma, eso es. Tenía pensado acercarme a nuestro proveedor ahora, no es normal mandarnos un suministro de tan baja calidad. Somos su mejor cliente.- El edificio del suministrador de embalajes tan solo estaba a cuatro calles de distancia, por proximidad y por poder hacerse cargo del gran volumen de pedidos, era sin duda la decisión acertada, para nada tuvo que ver, que el presidente de embalajes “Madera Verde”, fuera simpatizante de los rebeldes, para nada, pensó irónicamente. - Voy a por la chaqueta a mi despacho y nos vamos a la fábrica de cajas. Que nos den una explicación sobre este envío.- dijo mientras andaba deprisa en dirección a las escaleras metálicas. Cogió su chaqueta de cuero negro y mientras volvía a bajar de su despacho, le hizo una señal a Veronika para que fuera andando hacia la puerta de la fábrica. Los dos juntos salieron al exterior respirando un aire menos viciado que el que había dentro de la nave industrial, e intentando dar de sí a la fría cazadora, se estiró, bostezando todo lo que pudo. El ajetreo en las calles era considerable, y poco a poco un hombre robusto y una mujer preciosa se internaron en el bullicio de la calle.

por **Takumi Kurosawa** Dom Sep 18, 2016 4:48 pm

Estaba esperando que Gael le preguntara por lo que había pasado, quizá no una bronca ni molestia siquiera pero quizá sí preocupación por lo que podría haberle retrasado, no es que pensara que se iba a preocupar por ella sino más bien por los problemas que podrían venir de su retraso y más aún cuando hablaba de la Armada de Tempus. Pero no fue así, en su lugar le siguió con la mirada hasta que esta estuvo a su lado y luego escuchó su disculpa con bastante tranquilidad, para luego dedicarle lo que parecían ser unas palabras tranquilizadoras tanto por su retraso como por el estado del trabajo que debería estar haciendo ella desde hacía un rato ya. -Me halaga señor, pero aun así no me parece apropiado llegar tarde, debería ponerme de inmediato con mis quehaceres.- Dijo con una leve sonrisa y haciendo además una ligera reverencia, pese a lo que le había dicho seguía algo preocupada con el estado del trabajo y seguía mirando cualquier cosa que le indicase que había problemas o algo por el estilo. Y al parecer, Gael lo notó, pues bajó de la escalera que había iniciado a subir para que ella le siguiera, mostrándole que todo estaba bien por la fábrica a pesar de su ausencia, pero tenía toda la razón del mundo al decir que no se iba a quedar tranquila, ella tenía que dejarlo todo perfecto y revisado. Como de costumbre -y por suerte, ya que de habérsele caído durante la huida se encontrarían en un grave apuro- llevaba su libreta consigo, siempre pendiente de apuntar cada cosa que pasara y que tuviera que tener en cuenta ya fuese para cambiarlo o para tener constancia de que todo había transcurrido correctamente.

-Bien, lo tendré en cuenta para hacer luego los recuentos…- Dijo mientras empezaba a apuntar lo mencionado por su jefe en la libreta, tanto el tema de los envíos como lo del tipo de la camisa roja a cuadros. Regresando al tema de la caja, sabía que algo malo ocurría en cuanto la vio pero al acercarse a ella y escuchar las palabras de Gael se dio cuenta de que el problema era bastante mayor de lo que habría imaginado en un principio, de hecho se había imaginado que la caja se había caído por algún otro problema o discusión. -¿Carcoma? ¿Cómo es posible? Esto es indignante como poco- Comentó notablemente descontenta, de nuevo apuntando todo aquello en la libreta que siempre portaba consigo, por supuesto aquello tendría sus repercusiones al final. Su jefe comentó que iría a por su chaqueta antes de partir en dirección a la fábrica que se dedicaba a suministrarles las cajas en cuestión para exigir una explicación al respecto, y estaba completamente de acuerdo en que debían darle una explicación y mas les valía que fuera una razón muy buena. -Bien pues, yo le sigo señor- Asintió al ver a su jefe bajar de nuevo las escaleras para salir ambos del edificio y tomar finalmente el rumbo que llevaba hasta aquella fábrica, intentaba mantenerse tranquila con respecto al tema, no quería perder los papeles antes de tiempo.

por **Gael Kessler** Vie Sep 23, 2016 5:19 pm

Antes de irse, revisaron que el cargamento de las armas había llegado en perfecto estado, de una travesía nocturna en la cual todos se jugaban mucho, puesto que el gobierno, tenía ojos en todos lados. Tras descargarla y llevarla al interior, comenzaron los problemas, la munición no concordaba con los fusiles, - No me lo puedo creer, ¿en que están pensando los mercenarios que nos suministran la mercancía?, ahora tenemos una munición que no necesitamos, y unas armas inservibles.- despotricó mientras daba un puntapié a una de las cajas. Veronika, inteligente como siempre, mando rauda una misiva a los mercenarios exigiendoles la munición acordada, o rescindiríamos su contrato, mientras mandaba a los mozos, esconder la munición tras una trampilla del sótano del almacén y embalar las armas en el falso suelo de los camiones. - “Gracias a la competencia de nuestra gerente y a su poder de persuasión, tendremos los cartuchos dos noches después, sin ningún tipo de sobrecoste, increíble…”- pensó.

Salieron de la nave. El ajetreo del lugar crecía al girar la esquina y entrar en la calle principal. Mozos llevando carretillas, camiones haciendo sus rutas de reparto. La zona industrial estaba repleta de gente miraras donde miraras. El mago, con paso ágil, se iba haciendo hueco a manotazos entre el barullo de gente, mientras, Veronika le seguía presurosa. - Odio tanta gente junta.- Se quejó cuando por fin se despejó el camino. Siguieron andando por la gran calle, cuando satisfechos, vieron pasar el primer envío con los puros, y las armas rebeldes. - “Este envió había tenido problemas desde un comienzo”. - pensó disgustado.

Tomaron una bocacalle hacia la izquierda, alejándose de la bulliciosa avenida, caminando por primera vez a la misma altura. -¿Y puede especificarme el porqué de su tardanza, señorita Veronika?.- Preguntó el antiguo pirata, girando su rostro hacia su guardaespaldas con preocupación. Tras varios minutos de conversación entre ambos, fueron a parar a la última calle de la manzana más antigua de la zona, pero tras dar varios pasos por el empedrado, algo ocurría, el instinto de ambos les hizo callarse en el acto. Era una calle larga, con naves industriales a ambos lados, aquello no debería de estar tan desierto, solo tres personas en toda la calle, y justo en la entrada de “Madera verde”. Tras una rápida y momentánea vista a toda la calle, la pareja optó por esconderse detrás de una pila de cajas que se encontraba a cincuenta metros de la fábrica, y desde esa posición, intentar encontrar respuestas. Los hombres que hacían guardia en la puerta mientras fumaban y charlaban desenfadadamente, iban vestidos con pantalones de pana, chalecos, y unos absurdos sombreros bombachos. Observando más concienzudamente las ventanas desde el escondite, descubrieron a cinco hombres más en el interior como mínimo. ¿Qué ocurría en “Madera verde”?, ¿Desde cuándo custodiaban la fábrica?. - Y bien. ¿Qué sugiere?- Preguntó a su compañera mientras se afilaba el garfio con el suelo.

por **Takumi Kurosawa** Vie Sep 23, 2016 8:02 pm

Hicieron una breve pausa antes de salir del edificio para hacer una revisión del cargamento recibido en la noche, casi lo había olvidado, y nuevamente hubo problemas a la vista cuando comprobaron que la munición no se correspondía con las armas en cuestión, menudo desastre. Cómo imaginaba, a Gael no se tomó muy bien aquella situación y ella tenía que encargarse de que todo estuviera bien, por lo que se puso de inmediato manos a la obra para solucionar el problema a la mayor brevedad, no se iban a quedar cruzados de brazos mientras les seguían enviando cosas defectuosas. Estaría pendiente de que el siguiente encargo estuviera perfecto o si no abordaría el problema ella misma presentándose en donde estuvieran esos cazurros, un error se puede perdonar pero dos no y menos si eran consecutivos, ya hay que ser un poco inútil. Ya una vez hubieron salido a la calle tuvo que mantener la alerta al máximo en cuanto se metieron en la calle principal, ese tipo de lugar en el que había tanta gente junta que bien te podrían desplumar y no te darías cuenta hasta después de un rato cuando intentaras buscar lo que te faltaba. Para estar segura al máximo, elevó la libreta que siempre llevaba consigo y un mechón de cabello lo sujetó para colocarlo tras su cabeza, cubriéndolo completamente de pelo y luego dejando una capa exterior que hacía ver como no había nada salvo eso, pelo, no había mejor protección para dicha libreta en sus manos.

-Éstas aglomeraciones son un agobio y un peligro, siempre prefiero evitarlas… pero es el camino más corto.- Comentó vigilando siempre su alrededor, no tenía ningún miedo a que le robaran porque tenía bien escondido y protegido lo que pudieran robar, era prácticamente imposible que nadie supiera dónde estaba a no ser que la conociera de antemano y en ese caso tendrían un problema bastante más grave que un simple robo. Fue entonces cuando, al salir por fin de la calle abarrotada, su jefe le preguntó por el motivo que le había obligado a retrasarse, sabiendo que ella jamás llegaría tarde únicamente por vagueza o por distracción, ya que para su trabajo era demasiado meticulosa incluso. -Un desafortunado encuentro con un viejo compañero de la marina. Como podrá imaginar, no le sentó muy bien volver a verme y no me iba a dejar marchar sin más, de modo que tuve que encontrar otra manera de escapar.- Respondió lo más calmada posible esperando que eso le tranquilizara un poco, no era su intención preocupar a Gael pero tampoco quería mentirle, lo cierto es que había tenido suerte de escapar porque el compañero con el que se había encontrado no era precisamente un Cruiser viejo y rencoroso.

Llegaron al lugar en cuestión pero no se acercaron más, primero se pusieron a cubierto para echar un buen vistazo al lugar y pensar qué hacer antes de entrar al edificio en el que se encontraba la fábrica que les suministraba las cajas en mal estado. Observando detenidamente, había guardia, mucha guardia, demasiada para ser una fábrica de cajas. -Es la primera vez que veo tanta seguridad para una fábrica de cajas… a no ser que nos estuvieran esperando.- Comentó mirando de reojo a Gael, en busca de su aprobación. Algo debían de estar tramando si tenían tanta seguridad, o estaban ocultando algo o es que se querían proteger de algo… alguien más bien, y algo le decía que ese alguien eran en ese momento ellos dos.

por **Gael Kessler** Dom Sep 25, 2016 1:33 pm

Estaba claro que aquellos hombres no pertenecían a la empresa, eran mercenarios. - “¿Que hace un grupo de mercenarios vigilando una fábrica de cajas?” - Pensó. Había demasiada distancia como para entrar en la fábrica sin ser vistos, aunque aproximarse a cara descubierta, podría ser peligroso en extremo. El edificio era una nave industrial de unos cien metros, con tres plantas hechas de ladrillo, con amplios y sucios ventanales, que dejaban salir el polvo de serrín a la calle. Por dichas ventanas se podía ver normalmente el ajetreo incesante del interior, pero hoy, exceptuando al grupo que antes pudieron observar, la fábrica estaba muerta. - ¿Qué demonios pasa aquí? - El mago no se dejaba amedrentar fácilmente, así que se levanto con determinación, y tomó rumbo hacia los tres mafiosos que custodiaban la entrada, intentando pegarse lo más posible a la pared de la fábrica, puesto que de esa manera, las cuadrillas del interior, no podrían verlos. - Veronika, hay que noquearlos lo antes posible, para que los de dentro no se alarmen y vengan, o puede que tengamos serios problemas. - Avisó a la guardaespaldas mientras caminaba con cara de pocos amigos.

El empedrado y la posición de los edificios hacía eco con las pisadas de Gael y los vigilantes miraron hacia los dos transeúntes, dejando las bromas y los cigarros en el suelo. - Buenos días caballeros, vengo a tratar unos temas con el director de “Madera Verde”- anunció, dejando clara su corpulencia. - ¿Se puede saber qué negocios os trae aquí? - Dijo uno de los tres hombres, mientras se adelantaba a sus compañeros, con arrogancia. - El último envío tenía grandes problemas con la calidad, por eso venimos a hablar con Traed, el director.- Respondió el empresario dando medio paso hacia delante. - Me temo que te vas a tener que comer el producto, además Traed no admite visitas ni lloros.- se burló mientras sus compañeros se preparaban para la pelea. - Muy bien, ya vendremos cuando el director esté de mejor humor.- Comentó el gigante dándose la vuelta en dirección opuesta a la fábrica, mientras, con un guiño ponía sobre aviso a su compañera. La mirada de soberbia de saber una pelea ganada, apareció en el rostro del vigilante, cuando de pronto Gael, giró sobre sus pies propinándole un puñetazo en plena nariz, con toda la fuerza de su cuerpo. El rápido golpe del expirata, pilló desprevenidos a todos sus oponentes, haciendo que el mafioso con la nariz rota, cayera encima del hombre más cercano a la puerta. - Es hora de la fiesta - Rió mientras se arremangaba la cazadora, y propinaba una patada en sus partes a otro de los vigilantes.

por **Takumi Kurosawa** Mar Sep 27, 2016 2:08 pm

Ya le había dado mala espina desde el momento en que vio que la seguridad había aumentado en una simple fábrica de cajas, era evidente que ahí pasaba algo y no tuvo que fijarse mucho para darse cuenta de que aquella seguridad no eran sino mercenarios, un dato que empeoraba enormemente la situación. ¿Por qué? Simple, los mercenarios no solían ser muy delicados precisamente y no tenían reparo alguno en asesinar a quien se les pusiera por delante, eso era una señal de que fuese lo que fuese aquello que estaban protegiendo, el jefe estaba desesperado, aunque empezaba a pensar que se trataba del propio jefe lo que tenían que proteger. -Ésto me huele mal, que hayan contratado mercenarios es muy mala señal, vamos a tener que andar con mucho cuidado de no dar un paso en falso.- Comentó llevando su mano hasta su propia nuca para recuperar la libreta que había escondido ahí, iba a necesitar su cabello libre en cuanto se acercaran a aquellos guardias con menos pinta de guardias que cualquier rata salida de una alcantarilla mohosa. Precisamente Gael hizo un comentario sobre los mercenarios y que había que noquearlos lo más rápido posible, la mejor opción sin duda alguna, si venían todos juntos sería un problema pero si se iban librando de ellos poco a poco sería bastante más sencillo. -No se preocupe señor, lo tengo todo controlado.- Respondió siguiéndole de cerca, apenas habían llegado y comenzaban los problemas, esperaba que al menos fuese divertido o por lo menos que aguantaran más de veinte segundos.

Dejó hablar a su jefe mientras ella simplemente se quedaba a su lado lo más tranquila posible, teniendo a Gael al lado que era como un camión trailer parecía que ella era bastante poca cosa y seguro que alguno se confiaba por ello, y si no lo hacía daba igual porque de todas formas no se iba a esperar que quien le atacaría sería su pelo. Las respuestas por el que parecía ser el cabecilla de los tres mercenarios presentes no gustó para nada a Veronika, que dio un paso adelante con intenciones de atacar pero se contuvo al escuchar de nuevo al hombre junto a ella, sabiendo muy bien lo que ello significaba y lo que haría a continuación, aunque por si quedaba alguna duda, el guiño de éste fue suficiente para confirmar lo que iba a pasar. Se mantuvo al margen cuando Gael dio el primer golpe, lanzando al mercenario por los aires para luego patear al siguiente, en el exterior habían tres nada más pero en el interior seguro que habían más que quizá no escucharan el follón gracias al ruido de la propia fábrica, en cualquier caso, Veronika se limitó a caminar con calma y sin prisa ninguna hacia la puerta de entrada, mientras era su cabello el que se ocupaba de uno de los mercenarios tomándolo por el cuello y dejándolo sin aire. -¿Deberíamos entrar por ahí o buscamos otro medio de entrar? Estoy segura de que nos están esperando dentro.- Comentó mientras su cabello soltaba al inconsciente mercenario que había dejado sin aire regresaba a su estado natural quedando recogido como de costumbre.

por **Gael Kessler** Miér Sep 28, 2016 4:46 pm

Un fino hilo de sangre caía de los destrozados labios del insolente vigilante, mientras su cabeza se ladeaba con la inercia del tremendo golpe. Los tres hombres de la puerta yacían en el empedrado de la calle, mientras el mago devolvía la mirada a su compañera con complicidad. El hombre tomó la delantera, acercándose al dintel hizo lo posible para que la puerta metálica, no hiciera ruido al abrirse. El interior de la fábrica era amplio, aunque los montones de cajas apiladas cerca de la entrada eran un escondite perfecto, tanto para observar el interior detenidamente, como para guardar los tres cadáveres de la calle. Hizo una señal a Veronika, juntos escondieron los cuerpos en la zona oscura detrás de uno de los montones, -“Se te han acabado la fanfarronería y los malos modales, ¿a que si gilipollas?”- pensó el mago para sus adentros con una sonrisa en la cara.

Tras ocultarse detrás de unas cajas con una visión privilegiada, la pareja escudriñaba la enorme nave industrial, puesto que desde su posición se veían casi las cuatro plantas hechas de rejilla metálica.
Seis, siete, ocho, ocho en la tercera planta, aquello iba a ser un poco más complicado que entrar al edificio, aunque al menos en la segunda altura, no parecía haber nadie, no se veían piernas. El despacho de Traed estaba en la cuarta planta, oculto tras un muro de ladrillo, desde la posición en la que se encontraban, sólo se divisaba a dos personas haciendo guardia. - “Maldita sea, seguro que lo tienen retenido dentro”- pensó apretando el puño.

Estaba claro, la emergencia del momento, pero no por ello iban a lanzarse al peligro sin pensar en cómo abordar la situación, solo recordar el ruido que hacían sus botas bajando por las escaleras de su oficina, comprendía el problema de recorrer dos pisos de metal sin llamar la atención. El mago se arrodillo y empezó a descalzarse de las pesadas botas que llevaba, mientras la guardaespaldas seguía vigilando la zona, aunque mirando de reojo la cómica situación. - Veronika, si llegamos a la segunda planta sin que nos detecten, tengo un plan que puede darnos una pequeña ventaja, ponte detrás de las escaleras que dan al tercer piso, yo haré ruido, y cuando estén bajando, sujétales los tobillos a los últimos, así caerán sobre los demás, y empezaré a pegarles en el suelo. - susurro Gael mientras se volvía a poner de cuclillas.

Tras un gesto de conformidad, los guerreros salieron de su escondite, ocultos en las sombras más cercanas a su objetivo, poco a poco se acercaban a las escaleras de metal. Los pies del mago iban llenándose de serrín, y muy consciente de que sobre el suelo liso de la planta baja, podría resbalarse aminoro la marcha, cuando de pronto en el piso donde se hallaban los mercenarios, alguien encendió una de las cortadoras de sierra. Ambos dos se miraron y comprendieron que todo el trayecto que pudieran recorrer bajo el oportuno sonido de la maquina, seria poco. Veronika tomó la delantera, y con gran destreza subió la primera escalera de cuatro en cuatro peldaños, mientras que Gael no se quedó atrás, y antes de un respiro, ya estaban subiendo al segundo piso. El ruido de la cortadora se hacia mas fuerte tal como se acercaban al grupo de mercenarios, pero un grito ahogado, paró en seco a la pareja, - "¡No estaban cortando madera!"- entendió el expirata.

Un chorro de sangre se filtró por las rejillas del tercer piso, casi cayéndoles encima, cuando uno de los ocho hombres cayó al suelo en busca de su brazo amputado por la máquina, que terminado su trabajo, dejó de alabar con su ruido infernal. Era el momento, y ambos lo sabían, Gael hizo el gesto a su compañera, y esta se deslizó detrás de los peldaños, esperando activar la trampa, mientras el expirata descalzo, intentando no hacer ruido, se posicionó a unos pasos del principio de la escalera. - ¡Hijos de puta!, bajar aqui si teneis huevos - Exclamó Gael en un grito de odio, mientras los mercenarios paraban de reírse y bromear sobre el brazo del suelo.

por **Takumi Kurosawa** Jue Sep 29, 2016 8:32 pm

Dio paso a su jefe primero antes de entrar ella, siempre siguiéndole pero manteniendo segura la retaguardia por si acaso que nunca se sabía, y también le ayudó a esconder los cuerpos donde no pudieran ser encontrados fácilmente, pero en el interior debían de haber muchos más que los tres panolis del exterior y también mucho mejor preparados. Al entrar en el edificio se dedicó a analizarlo todo lo posible mientras se escondía de cualquiera que pudiera verle, en la planta baja donde se encontraban no parecía haber ni un alma pero a medida que iba subiendo iba notando mayor seguridad y sabía lo que eso significaba. Para colmo, su objetivo estaba en la cuarta y última planta por lo que si o si se iban a ver en la obligación de pasar por encima a todos los guardias y mercenarios del maldito edificio, no había otra manera de alcanzar el despacho principal salvo quizá por el exterior, pero en cuanto entrara seguro que todos los mercenarios subían como alma que lleva el diablo y entrando a saco en el despacho. No tenía ganas de montar un combate abierto contra un montón de gente aun si tuviera la ventaja, mejor sería dejar a un lado el ataque directo y pensar en otra cosa, como un ataque sorpresa e ir eliminando uno a uno a los enemigos hasta que estuviera limpio el camino para llegar al despacho y aclarar qué mierdas estaba pasando ahí.

Echó un vistazo a Gael para ver cómo éste se quitaba las grandes botas que llevaba, imaginaba que debía de haber pensado lo mismo que ella sobre el ataque sorpresa pero si le había quedado alguna duda al respecto quedó disipada en cuanto se dirigió a ella para contarle su plan. Era bastante simple y no le sería demasiado complicado llevarlo a cabo, aunque bien podría ser un impedimento el que su ropa fuera de un color tan chillón que se podía ver a un kilómetro, pero con tantas cajas por los alrededores tampoco sería muy difícil ocultarse tomando una para ello, no iban a reparar en una caja tirada dentro de una fábrica de cajas, es absurdo. -Por supuesto, no será un problema.- Respondió también en un susurro para no ser descubiertos para después comenzar a avanzar con cuidado, al menos hasta que se empezó a oír el ruido de una sierra y pudo aprovechar para subir más rápido hasta el piso superior. Puede que las botas que llevaba ella también fueran bastante ruidosas en el metal pero el ruido de la sierra sumado a que iba subiendo de puntillas prácticamente no hacía ni ruido.

Al escuchar aquel grito y ver la sangre cayendo, que casi le cayó encima por cierto, se dio cuenta de que la sierra no estaba encendida porque estuviera la fábrica en marcha, haciendo cajas que es lo que debería hacer sino que estaban metiendo a alguien en la cortadora, no quería ni saber por qué narices había pasado ni a quién pero más les valía darse prisa. -Casi me estropean la ropa… es nueva.- Comentó molesta en voz baja mientras tomaba posición detrás de la escalera que bajaba del piso superior y se ocultaba haciendo uso de una caja que había cerca, esperó a que los tipos bajaran corriendo a por Gael y les puso la zancadilla con el pelo, y si alguno no se tropezaba con sus compañeros al verlos caer simplemente le agarraría desde abajo y tiraría de el para que cayese dándose una buena leche.

por **Gael Kessler** Dom Oct 02, 2016 3:51 pm

- Trampa preparada y activada.- Pensó mientras veía a su Veronika esquivando el manantial de sangre para colocarse en posición. Los mercenarios avisados por el grito enfurecido miraron en todas direcciones, hasta que uno de ellos viendo a Gael al pie de la escalera, le señaló mientras empezaba a correr en su dirección seguido de los seis hombres restantes. Las rejillas metálicas crujían y rechinaban al paso rápido del grupo indicando perfectamente a Veronika cuando iban a empezar a bajar por las escaleras, la pelea iba a comenzar en unos instantes, y ambos sintieron la adrenalina corriendo por sus venas. El primer mercenario empezó a bajar los peldaños a toda prisa, con los ojos fijos en el gigante del garfio, cuando aún no había tocado el suelo de metal del tercer piso, se lanzó de un salto intentando propinar un golpe en la cara al expirata, con una barra de hierro. Al mago le pilló por sorpresa la acción del enemigo, pero no tanto como para llevarse el golpe, con habilidad, agachó la cabeza mientras que con el puño le asestaba un puñetazo en plena garganta, introduciendo la nuez del atacante en plena tráquea impidiéndole respirar. El mercenario desestabilizado por fallar su ataque, y sin posibilidad de coger aire, se desplomó muerto en el momento, dejando sus ojos en blanco. Gael mirando fríamente a su oponente le propinó una patada alejándolo de su posición, quería tener la zona despejada para seguir la pelea sin posibilidad de tropezar.

Los compañeros del difunto comenzaron a bajar las escaleras, Gael, con una amplia sonrisa les esperaba con los brazos abiertos, no se esperaban la trampa que les quitaría toda la ventaja. Cuatro de ellos, al ver a su compañero yaciendo en el suelo estallaron de ira, y sin pensarlo dos veces aceleraron la marcha al tercer piso, cuando de pronto, a mitad de las escaleras, Veronika actuó como había planeado. Con sus cabellos rubios dotados de una magia que Gael jamás lograría entender, sujetó los tobillos de los dos hombres que iban detrás, creando un efecto dominó que hizo caer a los cuatro. Los dos que dieron directamente contra el suelo, quedarían aturdidos un buen rato, el golpe había sido tan brutal, que el expirata dejó no pudo evitar reír a carcajadas.

El otro par, aún aturdidos por el golpe comenzaban a levantarse, era el momento de actuar rápido, o la ventaja no habría servido de nada. Propinó una patada con la tibia en una de las cabezas que estaba incorporándose, con tal fuerza que el sonido de la mandíbula fracturandose fue audible para los presentes e hizo volar a su dueño hasta estrellarse contra la barandilla del tercer piso. El otro mercenario terminó de levantarse, todavía estaba desorientado por el golpe, no suponia un gran problema para Gael que después de terminar de girar por la patada y sin parar su inercia, estampó el puño en la boca del estómago del hombre atontado, haciendo que este se doblara de dolor. El magullado hombre se llevaba las manos a su estómago, intentando por todos los medios coger aire, sus dos compañeros que habían caído directamente sobre el suelo de metal, aun seguían tumbados sobre las rejillas quejándose, el cuerpo del hombre con la mandíbula rota, descansaba en una barandilla astillada por el impacto, salvándole de una caída de mínimo catorce metros de altura. Dos hombres más armados con bates descendían por la escalera.

Usando su garfio a modo de gancho, lo metió en la boca del hombre que tenía a su alcance, tiró de él haciendo que este le desfigurara la cara, dejándo chocar el cuerpo inerte con asco contra el suelo. Comenzó a limpiar el garfio en sus ropas, tras terminar le cogió de las piernas y volteandolo por la barandilla le dejó caer. El mercenario en una última acción de salvar su vida, intentó agarrarse a cualquier objeto que estuviera a su alcance, pero era tarde, se precipitaba de cabeza los catorce metros hasta el suelo de la planta baja.

Se apoyó en la barandilla de forma chulesca, miró a Veronika, que ya había dejado su escondite detrás de la escalera y caminaba hacia la escena con ganas de acción. - Todos tuyos.- afirmó el corpulento hombre con una sonrisa en el rostro.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater