No hay usuarios |
Afiliados Hermanos
|
Afiliados Élite
|
|
|
|
|
—Monarca
|
—Príncipe
|
—Custos Dei
Fingon Sindar |
|||
Kuro Usagi |
Orion Ärud |
Aldara Sashenka |
Quintus Dei (Libre) |
—Triada Celestial
Mikaela |
(Disponible) |
(Disponible) |
—Orden de regem
Atreyu |
Arno Mireault |
Christa Hellemond |
—Gran Sacerdotisa
Éride |
—Novarums Inferno
Ichinose Takumi |
|||
Isela Adramelech |
|
Libre |
Adam Benjamín |
—Cacique Supremo
Disponible |
—Triada Infernal
Lucifer (Libre) |
Adramelek (Disponible) |
Belcebu (Disponible) |
—Neutrales
Disponible |
Hikari Hiroshi |
Jellal Slater |
—Triada Divina
(Disponible) |
(Disponible) |
(Disponible) |
Lider: Jhonatan Alexander
Miembros: 16
Lider: Ichinose Takumi
Miembros: 11
Lider: Marcus S. Blacklock
Miembros: 8
Lider: Andrew M. Hale
Miembros: 10
Lider: Astrid Dagmar
Miembros: 12
Lider: Christa Hellemond
Spirit Soul Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional, prohibida su reproducción total o parcial, la que no dudaremos en denunciar. ¿Te gustó alguna propiedad del foro y la deseas para el tuyo?, consulta sin temor a los webmasters vía MP y veremos si es factible
Ante cualquier duda contactar con los Webmasters.
El foro se visualiza mejor con Opera o Google Chrome.
SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
|
|||||
Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
|
|||||
Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
|
|||||
Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
|
|||||
Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
|
|||||
Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
|
|||||
Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
La ciudad de Rihm. Menudo paraíso para esas criaturas que viven de lo oscuro, de lo sordido; de aquello que está prohibido para los simples mortales que se apañan a las reglas. Este lugar, uno de los más populares en todo Chaos, reúne a toda clase de personajes cuyas razones para estar ahí distan mucho unas de otras: desde aquellos que sólo buscan una aventura entre mujeres y alcohol, como aquellos que pagan por información clasificada para atentar contra el bienestar de terceros. Desde cazarrecompensas y criminales, hasta inclusive estudiantes: qué atractivo se volvía ese lugar a los ojos de las personas que buscaban ese algo más en su vida. Miss Fortune lo conocía a la perfección, porque su trabajo así lo demandaba. Aunque a veces podía resultarle molesto, muchas de sus misiones terminaban con viajes a la ciudad de Rihm en busca de la siguiente "víctima" que le daría una jugosa recompensa. Y esta no iba a ser la excepción a la regla.
Siempre le agradaron los bares de mala muerte a esta peculiar pelirroja. Había algo en ese ambiente que extrañamente le encantaba; tal vez porque se permitía el lujo de pavonear su belleza frente a hombres que estaban hambrientos de sexo y que, a pesar de sus inútiles intentos, no podían tener a tan despampanente mujer. Sentada al rincón de tan lúgubre establecimiento, se encontraba Sarah descansando a pierna cruzada en un silla desgastada de madera. Con el sombrero descansando junto a sus pistolas a un lado sobre la mesa y apenas con la tenue luz de una vela alumbrando su pequeño espacio, podía apreciar el penoso ambiente en el que se había adentrado. Varias mesas un poco más lejos de ella, que tenían a hombres de todo tipo: altos, bajos, gordos, flacuchos, fornidos, guapos, poco agraciados; acompañados algunos de mujeres de exagerado maquillaje y prendas muchísimo más provocativas y diminutas que las de Fortune. Eran prostitutas, sin duda alguna, y cuando las veía no podía hacer más que agradecer el haberse alejado de ese submundillo; tal vez en un descuido terminaba como ellas.
Cuando la pelirroja hizo una mueca con la mano en dirección a la barra, el dueño del local, que curiosamente trabajaba como el cantinero ahí, dejó a un lado sus quehaceres y la plática con uno de los borrachines para dirigirse hacia la clienta que lo llamaba. Era un hombre de mediana estatura, tez trigueña, y que bordeaba los 60 años de edad. Justo antes de salir de la barra, se inclinó hacia uno de sus conservadores, abrió la puerta y sacó una botella pequeña, de vidrio, que contenía un líquido dorado. Por la sonrisa en los labios de ambos quedaba en claro que ambos se conocían y que, además, él sabía a la perfección de las razones porque tan pulcra criatura estuviese envuelta en semejante entorno.
- Ay Sarah – porque era de los pocos permitidos de llamarle por su nombre –; otro trabajo, ¿no? Este mundo no te merece y creo que te vendría buscar otro estilo de vida. – Le musitaba con voz aguardientosa, conforme dejaba la botella que tenía en las manos sobre la mesa que ya había destapado en el camino. Dio un rápido vistazo a los objetos en ese mueble y sólo atinó a negar con la cabeza.
- Ay Bernard, nunca dejarás de fastidiarme con eso. – La pelirroja hizo un movimiento con la cabeza, cuando su mirada se desvió sin querer hacia uno de los clientes que estaba no muy lejos de ella. El extraño atinó a sonreirle lascivamente y mandarle un beso, a lo que ella asqueada devolvió la atención a su conocido. – Estoy esperando a alguien. Una cita. No debe tardar, si le dije que venga en... – Se asomó por un costado para observar el reloj de pared que estaba sobre la barra. – Unos cuatro o cinco minutos.
- Ten cuidado. Y si algo ocurre, no dudes en...
- Lo sé. – Le interrumpió haciendo una mueca de molestia. No era una niña y después de tantos años viviendo como lo hacía no tenía a nada que temer. El sujeto le dedicó una pequeña sonrisa antes de darse la vuelta y regresar a su sitio.
Tras acomodarse sobre el respaldar de su asiento, sus delgados dedos se hicieron con su bebida que yacía descansando aún sobre la mesa. La miró con detenimiento, como si sospechara que el contenido estaba adulterado. No desconfiaba del cantinero, mas si de cualquiera de los terceros que estaban ahí. Acercó la boquilla de la botella hasta su respingada nariz para olfatear el líquido. Cerveza; nada que temer. Y entonces, con la confianza del mundo, le dio un profundo sorbo para dejar que el sabor amargo de esta le raspe la garganta tal y como ella disfrutaba. Mientras tanto, quedaba esperar a que llegase su "cita". – No debería de tardar, ¿verdad? – Murmuraba hacia su persona como si en efecto estuviese hablando con alguien más. Se relamió involuntariamente los labios cuando su mirada se postró en la entrada al local. No tenía un concepto claro de su apariencia, si apenas conocía su nombre y vagamente el cargo que ejercía. Pero eso era lo de menos, pues sabía muy bien las intenciones que el desconocido podía traer.
Le dio un nuevo sorbo a su cerveza, aunque esta vez esbozando una sonrisa. No lo sabía a ciencia cierta, pero su sexto sentido ya se lo decía. Él estaba cerca, quizás y sólo a unos cuantos metros del bar. Dejó la botella sobre su mesa para poder cruzarse de brazos con libertad. Con ese semblante jovial le iba a esperar, mordiéndose a la par el labio inferior con aire provocador e ignorando el efecto que dicha actitud podía provocar en los otros presentes.
Re: Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
-Basura, basura, basura... ¡Más basura! Semana pasada... Hace cinco días... Tres...- Arrugó cerca de diez sobres sin pararse a leer lo que había. Las facturas todas las mandarían a su casa de Spatium, así que no se preocupaba por ello, exclusivamente eran publicidad y estupideces. Leyó alguna reciente y una le llamó la atención -Hoy... ¿¡Hoy!?- Corrió hasta casa a leer lo que ponía. Era una nota muy corta, decía mucho en muy pocas palabras. Akatsuki se puso serio, tenía que ser algo importante para que le contactaran por "ese" tema del que evitaba hablar, pues le daba vergüenza ajena reconocer el ser hijo de semejante escoria en el mundo. No tenía ni idea de dónde estaba ese bar, no había ido nunca, así que se puso a preguntar a los vecinos y otras personas de Chaos, hasta que le dijeron que estaba en Rihm.
-A ver qué tienes para mi, seas quien seas.- Dijo en su casa, para sí mismo. Cogió algo de dinero, tampoco pensaba dar demasiado, solo lo suficiente. También pensaba en que quizá era una trampa, así que iría bien preparado. Para esta ocasión se escondió bastante de aspecto, excepto el rostro, aunque, por mucho que tratara de ocultarse, su forma física siempre le delataba, pues era muy alto y con una embergadura ancha y llena de fuertes músculos entrenados desde pequeño. Podría confundirse con algún gladius, de no ser por sus manías, esas costumbres que nadie más comparte con él a primera vista. El íncubo, inquieto e impaciente por saber qué ocurre con su padre, se puso en marcha a la ciudad de Rihm, lugar peligroso y donde siempre se hacen chanchullos peligrosos y de mala muerte, pero ahora él seguramente va a hacer algo indebido, por lo cuál, debe callarse.
Una vez dentro de la ciudad, tuvo que preguntar a los que parecían más "amistosos", por así decirlo. No consiguió muchas indicaciones, así que tuvo que buscar por su cuenta. Recorrió calles incontables, callejones, vio edificios de todo tipo. Especialmente le llamó la atención el burdel, estaba claro que a él le encantaban estas cosas, muchas veces había pensado en ir, pero la verdad es que teniendo mujeres gratis por Spatium, no necesitaba venir a un sitio tan lejano para ello. Al fin consiguió localizar el bar que le habían dicho, ya eran un poco más de las doce, pero bueno, era imposible llegar puntual cuando no se conocía el lugar. Abrió la puerta con una mano y se adentró en el local. Recorrió el establecimiento con la mirada y luego cerró la puerta. No tenía ni idea de quién era la persona que le buscaba y no iba a ponerse a preguntar uno por uno, además, tampoco quería que nadie supiera qué hacía allí, excepto la persona que tenía esa valiosa información.
-Hm...- Se sentó en uno de los taburetes frente a la barra, apoyando los codos y mirando al hombre que estaba allí de servicio. -Una cerveza...- Pidió sin ánimo, la verdad es que lo estaba pidiendo como "excusa" de comprarle algo.
Re: Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
Pero su estado catátonico no le duró mucho tiempo después de que un muchacho entró. Era alto, de tez blanca, cabello y bastante atractivo a la vista, tan así que no pudo evitar atraer las miradas de los terceros que ahí andaban y merodeaban. No había lugar a dudas, tenía que ser a quien Fortune había citado en tal deplorable cantina. Esperó hasta verle qué hacía, pero como era común en situaciones donde ambos no se iban a reconocer a simple vista, ella tenía que tomar la iniciativa; si después de todo Sarah fue quien dio el primer paso para quedar en encontrarse. Le dio un último sorbó a su botella, que ya apenas contenía espuma y un poco más, antes de ponerse de pie casi de un salto. No apagó la vela de su sitio y ni recogió sus armas como sobrero. Entre la música del lugar, que más que apreciarla hacía desear a uno se detenga por tanta interferencia, combinada con bullicio de los ahí presentes, la despampanante pelirroja logró hacer resonar los pesados tacones de sus botas, conforme desfilaba sobre el piso de madera. Ni bien llegó a la barra se colocó a un costado del sujeto y, juntando ambas manos, se inclinó sobre dicho mueble.
Vienes desde muy lejos, ¿no? – Fueron sus primeras palabras hacia el extraño, a quien se volteó a verle con una sonrisa ladina. El cantinero al verla supo qué clase de juego iba a practicar con el forastero, y es que no era la primera y ciertamente tampoco la última que se lo iba a ver. La pelirroja se sentó en la banquilla que estaba más próxima al muchacho, al lado derecho de este. Su cabeza se inclinaba hacia adelante, a la par que apoyaba su codo derecho sobre la superficie de la barra. Le veía detenidamente, como si esperara llamar su atención con semejantes actitudes: sonreía, se mordía el labio inferior con un aire sensual, e inclusive asomaba un tanto más su cabeza para observarle. El tabernero no hacía más que apreciar la escena frente a sus ojos y minimizarla como "algo más" que pasaba en su local. Como era de esperarse de él, de la nevera sacó un par más de botellas de cervezas, que empujó hacia ambos.
Aaah... Sarah tenía sus planes. No le dio ni la mínima oportunidad de responder y corría ciertamente el riesgo de llevarse, tal vez, una desagradable sorpresa. ¿Pero acaso le importaba? Si hacía girar su vida entorno a los riesgos; de utilizar sus habilidades y a veces atributos para sacarle el provecho a las cosas. La zurda de la pelirroja se pozó intempestivamente sobre el muslo del extraño y, con las yemas de sus dedos, empezó a acariciar en círculos la tela de la prenda que él llevaba puesta. Inclinó su cuerpo sobre el sujeto, aunque sin apoyar todo su peso sobre él; lo suficiente como para dejar en claro que ella traía interés en él. Su mano subió un poco más sobre el muslo ajeno, conforme sus labios se acercaban hasta el oído del muchacho. Entonando su voz cual dulce melodía, no hizo esperar sus palabras de gratitud, que después se acompañaron por un beso en el lóbulo de la oreja. – Gracias por venir. Temía que no te interesara saber que tengo información sobre tu padre...
Re: Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
-Ahora mismo me interesa algo más aparte de esa información.- Con toda la seguridad del mundo, llevó una de sus manos hasta el pecho izquierdo de la mujer y lo estrujó. Sinceramente, le daba igual si ella le golpeaba, ya le había pasado muchas veces y aún si le pegaban no apartaba la mano, era un dolor que podía soportar y que le valía la pena si tocaba a una mujer, desde luego no necesitaba dudar. Apartó la mano y cogió la botella de cerveza, para luego abrirla con la otra mano. Aunque pensara cosas sexuales, el tema principal era sobre su padre y como tal, era lo que más le importaba. -¿Qué tienes para mi? A ver esa información...- Le pidió susurrando. Bebió un poco de la botella y la dejó sobre la barra, tranquilo, esperando a que ella negociara. No pensaba pagar hasta que le hubiera contado algo, no fuera a ser que se marchara corriendo, aunque claro está, puede sujetarla para que no se le mueva.
-Según lo que me cuentes, te pagaré una cantidad u otra ¿De acuerdo? Y tal vez te pida algo.- En realidad no tenía ni idea de qué podía pedirla, ahora solo podía pensar en la desgracia que era su padre. ¿Qué tenía que contarle sobre él? La última vez que escuchó su nombre, fue de su rival de la infancia para decirle que estaba allí para matarle por Takemi, lo cuál le hace pensar que es lo suficientemente cobarde como para no enfrentarse cara a cara y para conspirar contra él. Eso era muy interesante. -Toma.- Le abrió con toda la facilidad del mundo la botella a la ajena y se la entregó. Él no necesitaba ningún instrumento para quitar las chapas, podía arrancarlas con los dedos sin ejercer fuerza. Él no tenía nada que decir, solo que escuchar, así que solamente se le quedó mirando a los ojos, rodeándola con un brazo, manteniendo una expresión seria.
Re: Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
Extendió su diestra a la botella que, ahora abierta, estaba bastante helada. – Todo un caballero. Salud. – Su sonrisa era ladina y todo su comportamiento dejaba entrever que ella quería algo de él, tal vez carnal. Pero así era Fortune, que no desaprovechaba la oportunidad para lucirse como toda una mujer frente a los hombres. Le dio un pequeño sorbo a su botella y de inmediato se relamió los labios para limpiarse de la cerveza que había quedado en estos. Ahora que estaban en plenas negociaciones era hora de ponerse serios. Meneando un poco su cabeza, bajó la botella hasta colocarla sobre la barra. No despegó la mirada que tenía puesta en el vidrio oscuro, mismo que empezó a acariciar con las yemas de sus dedos. Mientras tanto, y con voz suave, se dirigió al muchacho. – Como cazarrecompensas tengo muchos informantes. Muchísimos informantes; algunos por voluntad, otros por obligación. – La risilla cómplice no se hizo esperar en ella, cuando decidió observarle de reojo. – Me han contado que lo han visto por aquí, en Chaos... – Hizo la pausa en ese momento y su rostro se volteó hacia él. Estaban muy cerca el uno del otro, mas sus intenciones no estaban en besarle ni nada de eso. Acerco su boca hasta el oído ajeno, el mismo al que había susurrado minutos antes, y entonces continuó. – A Takemi, tu padre.
Guardó un momento de silencio, a la par que devolvió nuevamente su atención hacia la botella de vidrio y, sin mucho pensárselo, le dio un nuevo sorbo al contenido. Si había algo que estaba quedando claro era que Fortune no iba a soltar la información así de fácil. El valor estaba en que sabía que cada detalle que le fuese a contar era bastante valioso para él y ella se los iba a guardar celosamente a menos que obtuviese a cambio lo que tanto quería: el dinero. Así que era natural que ella fuese a desconfiar del sujeto al que había citado, no tenía referencia alguna de él así que no estaba del todo segura si es que iba o no a pagarle por lo que le estaba contando. Hizo girar el líquido de su botella unas cuantas veces mientras presionaba sus labios entre sí, como jugando. – Te podría contar aún más cosas, pero creo que debo tener la seguridad de que obtendré una retribución a cambio de mi valioso aporte, ¿no? – Su zurda se escabulló nuevamente sobre el muslo del sujeto, para apretarlo apenas con suavidad. Sí que le gustaba tentar con la suerte, pero era la simple inercia de su carácter. – ¿Dónde está el dinero?
Re: Una cita a ciegas | { Priv. Akatsuki Ousawa }
-Hermosa trampa.- Le comentó sonriendo con orgullo, pero en realidad le daba igual, pagar ahora o más tarde, no pensaba soltarla y así ella no podría escaparse de él de ninguna manera, pues persona que cae en brazos de Akatsuki, no escapa hasta que él lo permite. -Tan hermosa como quien la puso.- Se echó a reír durante unos momentos y luego notó lo que hacía con esa mano tan juguetona. Él dio unas palmadas en la otra pierna, justo donde el bolsillo. -Está aquí.- Metió la mano y la movió, no quería sacar todo, ni dejarlo al descubierto, no fuera ser que ella intentara cogerlo de golpe, aunque era una estupidez si no podía salir corriendo y él incluso, empezaba a preveer un ataque ajeno, era demasiado desconfiado, sin embargo, no iba a aparentar esa defensa que tenía siempre, en todo momento.
-Está bien, te daré algo, pero entonces tienes que decirme exactamente, dónde lo han visto. Chaos es muy grande.- Le pidió, aún rebuscando en el pantalón, hasta sacar el valor de 250 Soulinks en un saco. No es que fuera excesivamente difícil de conseguir, todo el mundo con trabajo y ahorro podía lograrlo. -Toma, con esto creo que tienes bastante que contarme ¿No crees?- Con ese dinero ella podía comprar muchísimas cosas, aunque no le diera para vivir. -Te daré otros 250 Soulinks cuando termines de contarme cosas y luego 150 más, si aceptas una propuesta mía.- Entrecerró los ojos como si la desafiara. ¿En qué estaba pensando Akatsuki? Solo su mente retorcida, llena de planes lo sabía.
» Liquor & Strategy [Akatsuki Ousawa]
» [+18] Feliz... ¿desfase? [Akatsuki Ousawa]
» Sangre, cenizas y miedos infundados. [Priv. Akatsuki]
» Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
Vie Nov 04, 2016 6:33 am por Auros
» (Misión Rango 2- Caza un Chameleo) En busca del bicho ♫ Privado con Morgana Deveraux y Ranmaru Murakami ♫
Vie Nov 04, 2016 6:32 am por Auros
» Trapped in the swamp - Rng.4: Pantano Infestado [Atreyu ft. Rosette - Marduk]
Jue Nov 03, 2016 11:00 am por Auros
» — TORNEO DE GREMIOS [Categoría Amateur] — BRÜDER OF FIRE vs INVICTUS [Finalizado]
Jue Nov 03, 2016 12:06 am por Auros
» Ataque a mar abierto [Priv. Klaus, Vinnie, Blasius, Ilaira]
Mar Nov 01, 2016 10:37 pm por Klaus
» Tu hogar es tu refugio, pero no acabes encerrado en él [Priv. Atreyu]
Mar Nov 01, 2016 6:18 pm por Atreyu
» —Registro de Rangos [Obligatorio]
Lun Oct 31, 2016 7:27 pm por Christa HelleMond
» —Registro de Cuentas [Obligatorio]
Lun Oct 31, 2016 7:24 pm por Christa HelleMond
» —Registro de apellidos [Opcional]
Lun Oct 31, 2016 7:16 pm por Christa HelleMond