Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]

por **Juliet Irina** Lun Mayo 25, 2015 6:43 pm

Mientras aún se encontraban volando por encima de lugares que la pelirroja desconocía vistos desde arriba, continuó con el abrazo que el contrario necesitaba, pues aún parecía bastante afectado por los sedantes que le habían aplicado en el hospital, justo antes de la huida y de subir a Xepher. Había sido bastante arriesgado pedirle a alguien como él que le ayudara a escapar, pero realmente no tenía demasiadas ideas de cómo más salir de aquel lugar, que lo más seguro es que acabaría por volverla loca.

-Entonces solo hace falta encontrar un buen lugar para que Xepher aterrice. Será mejor que me de prisa con las puntadas.- Susurró, tratando de ver hacia abajo, aunque le fue imposible siquiera moverse, pues el primer movimiento que hizo le recorrió la espalda en un escalofrío intenso de dolor y frío gélido. No pasó mucho tiempo antes de que, sin saber muy bien lo que pasaba, el contrario descubrió la cicatriz de la chica para ver lo que había quedado. No tuvo siquiera tiempo de sonrojarse por la piel expuesta cuando el contrario ya estaba curando su herida con un brillo suave y azul en su mano. Por dentro, solo se sentía frescura, como si agua estuviese limpiando la herida para dejarla sana de nuevo. Era una sensación de paz que la tranquilizaba y mantenía alejado el dolor de su pecho. Cuando la luz desapareció, solo quedaban los hilos de la sutura que habían utilizado para cerrar su pecho tras la cirugía y todo lo demás se sentía como si no hubiese pasado nada. El roce de los dedos del contrario se lo confirmó, al darse cuenta de que ya no había ningún dolor al contacto. Por supuesto, aquello no pudo evitar que un sonrojo suave se formara en sus mejillas, a lo que prefirió mejor girar el rostro para observar las nubes mientras buscaba en sus bolsillos las tijeras que el contrario había encontrado y ella guardado. Con cuidado, comenzó a cortar muy despacio todas las puntadas que la habían dado. Eran más de las que habían contado en un principio. - Me va a dar pánico sacar los hilos...- Susurró, tomando con cuidado el extremo de uno, aún sin tirar de él. No tenía miedo, pero no sabía si estaba atado con algo más adentro. Muy despacio, comenzó sacando el primero, que salió sin demasiados contratiempos, por lo que pasó a hacer lo mismo con los siguientes puntos mientras Xepher buscaba donde aterrizar. Debería hacerlo pronto, pues para el aterrizaje esperaba estar bien si quería poder estirar los músculos que se habían acostumbrado a la inmovilidad después de tanto tiempo en el hospital.

A pesar de que el aire seguía frío, no se sentía tan gélido como para estar aún en Tempus.- Esto... ya es... ¿Spatium? ¿Verdad? El aire se siente más cálido que lo que normalmente es en Tempus.- Susurró, tratando de dar sus razones a Xepher de lo que pensaba que sobrevolaban. Quizás se dirigían a algún bosque cercano a casa. Eso sería sin duda lo mejor.

por **Akatsuki Ousawa** Jue Mayo 28, 2015 12:21 am

Le dio un par de indicaciones al dragón para que encontrara un ambiente propicio para aterrizar teniendo en cuenta el estado de los tres. Xepher cambió ligeramente la dirección, desviándose de la ruta que tenía, al parecer tenía claro lo que pretendía, aunque sus pasajeros no lo sabían. Akki se quedó mirando cómo ella se armaba de valor para sacarse los hilos lentamente. El íncubo le acarició un hombro a la joven, como si buscara calmarla un poco, pero no pareció dolerle mucho, tal vez nada. Lo que estaba claro es que no había gritado de dolor, así que no debía de haber sido una auténtica pesadilla como parecía. Por su parte, se recostó ligeramente sobre el lomo azabache de su fiel mascota, mejor dicho compañero.

-¿Spatium...? Eso parece.- Dijo, intentando ver la gran torre. -¿A dónde nos llevas, Xepher?
-Al bosque del cosmos.

Akki no puso ninguna pega, pues ese lugar era muy tranquilo, perfecto para relajarse y esperar a que ella se sintiera mejor. En una ciudad o pueblo, cualquiera podría molestarles insistiendo para ir al hospital y si se habían escapado de uno, lógicamente no iban a ir a otros médicos. Xepher comenzó a disminuir la velocidad y la altura, hasta que se quedó en el sitio descendiendo para apoyar las dos patas traseras en un pequeño claro y luego posar el resto del cuerpo. El íncubo hizo un esfuerzo para no dormirse y bajar primero, para extender los brazos hacia Juliet y ayudarla a pisar la hierba. Rodeó la cintura con un brazo, de manera delicada y se sentó con ella, apoyado contra el tronco de un árbol.

-Mi cabeza...- Susurró, abrazándose a ella dulcemente. -Este lugar es muy pacífico, me relaja mucho, la verdad.

No se daban cuenta de que eran observados. Akki extendió un puño e hizo desaparecer a Xepher para descansar. Las copas de los árboles brillaban, eran de un verde intenso, todo limpio, fresco.

por **Juliet Irina** Lun Jun 01, 2015 2:23 pm

La afirmación de Akatsuki sobre el reino que volaban le trajo una sonrisa al rostro. Al menos podrían estar en casa pronto y no tendrían que esconderse más ni llegar a ningún otro hospital. Solo quería terminar aquella pesadilla y reposar un poco de aquella aventura en su casa. La respuesta de Xepher sobre a donde se dirigían le hizo casi saltar de la emoción, pero se tranquilizó con tal de no caer del gran dragón.- Creo que de ahí es Lunnaris, mi unicornio... Muchas criaturas mágicas habitan en ese lugar.- Sonrió con calidez, pues lo más seguro era que la unicornio se encontraría en aquel lugar, corriendo por los bosques tal y como le encantaba hacerlo, mientras galopaba feliz con algún otro amigo que hubiese hecho de su especie.

El descenso fue rápido y sin contratiempos, al menos lo suficiente como para sentir ya el pasto sobre los pies, ayudada un poco por el contrario, que la sostuvo hasta desde antes de bajar de Xepher hasta que lograron sentarse a faldas de un gran árbol.- Tranquilo, el bosque siempre ayuda, sobre todo este.- Sonrió con dulzura, sintiendo el pasto contra la piel de los dedos de sus pies. No llevaba zapatos, pero eso no le importaba ahora que estaban afuera del hospital. Le gustaba sentir como aquel pasto le hacía cosquillas en la planta.- Muchas gracias, Xepher. Me haz salvado la vida. Te debo una.- Le sonrió al dragón justo antes de que desapareciera. Aunque la mitad del crédito se la había llevado Akatsuki, también era importante ser agradecida con Xepher que los había llevado tan lejos. En sus pensamientos idílicos y lejanos estaba, que no se dio cuenta que los arbustos junto a ellos comenzaban a moverse. No fue hasta que un brusco movimiento le llamó la atención que su mirada se centró en descifrar lo que había allí.- Akki...- Susurró al contrario sin perder de vista lo que había en el arbusto. Su sonrisa se hacía más grande a medida que veía partes de lo que se escondía en aquel lugar. Parecía que podían ser hadas, pues eran blancos y se movían con mucha rapidez de un lugar a otro. Sin duda, sería una criatura por la que merecería la pena despertar al contrario, si es que este se había dormido.-Ven... Vamos a ver que es...- Dijo con una voz muy suave, poniéndose a gatas sobre el pasto y avanzando muy despacio. Aún sentía las piernas muy cansadas como para levantarse, aunque resultaba más tentador ver lo que se escondía del otro lado de los arbustos.

por **Akatsuki Ousawa** Lun Jun 08, 2015 8:44 pm

Sabía que ella era propietaria de un unicornio, pero lo que no sabía era que estaba en libertad o al menos eso entendió. Claro que, estaba demasiado adormecido como para ponerse a razonar que se refería que antes de haber sido su mascota o compañera, había vivido seguramente en el Bosque del Cosmos. Akki se quedó traspuesto en un momento, con la cabeza agachada y el cuerpo relajado contra el tronco del robusto árbol. Estaba en completo silencio, él no roncaba casi nunca, dependía mucho de su estado. Juliet le hizo despertarse, alzando la cabeza y abriendo los ojos de par en par.

-V-voy...- Se frotó los ojos y bostezó, gateando detrás de ella. -¿Qué has visto?

El íncubo se puso a un lado, sin saber a dónde mirar, al menos, hasta que una estela blanca ascendió desde los arbustos hasta la copa del árbol más cercano. Desde abajo se pudo apreciar que era una criaturita blanca de cuatro patas y dos orejas alargadas, así como una cola sinuosa, de pelo corto. Akki parpadeó, pensó que solo lo veía él, pero no era así, Juliet también podía ver a ese Ori y es que no estaba solo. Había otro en el árbol de al lado, parecieron comunicarse de alguna forma extraña y luego bajaron lentamente hacia ellos, con curiosidad, pero manteniendo las distancias.

-¡Hala! Son muy bonitos.

El íncubo se adelantó un poco y estiró una mano, pero debieron sentir que él no era una criatura "pura y virgen", así que le rodearon para aproximarse más a la semidragona. Él dio un suspiro, estaba acostumbrado a estas cosas, porque además tenía sentido que siendo unas criaturas tan luminosas y buenas, no se acercaran a los seres del infierno. Si lo hicieran sin miedo, serían extraños. Aún así, Akki intentó sonar suave, tranquilo tal y como estaba, medio dormido. Siguió intentando que le vieran como una buena persona, que era justamente lo que era.

-No les agrado mucho, pero espero que con el tiempo se me acerquen.

por **Juliet Irina** Dom Jun 14, 2015 7:27 pm

Al ver que el contrario la seguía, también gateando ligeramente, continuó su camino hasta los arbustos. Las pequeñas cositas blancas se habían subido ahora a las ramas de unos árboles, y no parecían tener tantas ganas de bajar como deberían. Arrodillada debajo del árbol, esperaba a que los pequeños se dignaran a bajar para poder ver que era lo que eran.

Viendo que no bajaban, dirigió la mirada al peliazul que gateaba junto a ella. Cuando menos se lo esperó, los animalillos blancos ya estaban abajo, en el pasto junto a ellos, pero al parecer no les gustaba demasiado el contrario, pues se alejaron rápidamente de él mientras la rodeaban a ella. Con cuidado, acercó las manos a ambos pequeños. No eran más grandes que la palma de su mano, con lo que cabían bien entre ellas. Resultaban bastante curiosos y hermosos al ser tan pequeños.- Hola, pequeños.- Rió dulcemente la joven pelirroja al verlos tan interesados en ella.- ¿Verdad que son adorables? - Le dijo al contrario al ver también la expresión con que los miraba. A pesar de que se encontraba un poco adormilado, se podía decir que aquellas criaturitas eran de su agrado.

Con cuidado, tomó a uno entre las manos y lo observó con atención, para luego tomar el otro con la otra mano. Eran tan pequeños y además suaves que los acomodó en su regazo, donde saltaban y jugaban entre ellos mismos mientras olfateaban a la chica. Tenía la sensación de que no tendría muy buen olor después de estar encerrada en el hospital por tanto tiempo, pero no parecía ser un gran problema para aquellos cachorritos, o lo que fueran... - ¿Habías visto algo así, Akatsuki? No tengo ni idea de que sean, pero son muy bonitos... ¿Crees que su madre esté por aquí? Quizás no debí tocarlos.- Susurró la chica, de más preocupada por si aquellos pequeños estaban solos o tenían alguien que cuidara de ellos por ahí en el bosque.

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Jun 20, 2015 10:39 pm

Pensaba que al menos mediante Juliet, los Ori se acercaran a él. También ella podía cogerlos en brazos y darle uno. Esperó paciente, a ver si accedían ellos solos. Disfrutaban en el regazo de la semi-dragona, quien los acogía con ternura, una característica de ella. Juliet se portaba bien con todos al conocerles, era amable y nunca había escuchado palabras malsonantes de ella dirigidas con ira extrema a otra persona. Akki le acarició el hombro dulcemente y se sentó, con las piernas cruzadas, tranquilo y relajado. Realmente no tenía idea de si habría una madre para esas criaturitas, imaginaba que era probable, pero cómo imaginar que iban a nacer del alma del bosque.

-No lo sé. A lo mejor viene y te come...- Le sacó la lengua, juguetón. -Tú cabrías en su tripita.

Esbozó una sonrisa amistosa y luego extendió las dos manos, a ver si esta vez colaba que se subieran en ellas. Al menos uno, cosa que tras unos instantes consiguió. Las patitas del Ori se posaron con firmeza sobre las palmas de las manos y recorrieron la extensión con cierta curiosidad. Él acercó la cara, con una expresión de fascinación. El pequeñín empezó a saltar, como si comprobara la estabilidad del terreno, justo antes de dar varias vueltas sobre sí mismo y acurrucarse para echar una siesta. Brillaba intensamente y él sentía cómo el cansancio se iba desvaneciendo muy lentamente. El alma del íncubo pasaba a estar totalmente en sintonía con la pureza del lugar: Se sintió bien.

-Me siento raro... Pero me agrada.

Necesitó acercar las manos al pecho, con su calidez, le filtraba al interior. Bueno, esa era la impresión que le daba, como si su corazoncito fuera apuñalado por dulces haces de luz. Sin duda era maravilloso tener un Ori cerca, quería quedárselo si no se resistía, pues obviamente, no le iba a obligar. Empezó a mecer al pequeño como si fuera una madre, aunque en el fondo lo era, es decir, es padre, tiene cierto instinto. No como debería, porque sus rasgos de demonios le hacen ser un padre pésimo, pero podría ser peor. Su niña podía haber muerto y no, está saludable a más no poder.

por **Juliet Irina** Dom Jul 12, 2015 5:29 pm

Una sonrisa se reflejó en su rostro al ver que el contrario parecía ya menos adormilado por el tranquilizante que le habían inyectado en el hospital. La realidad era que si aquel hombre sufría de alguna complicación por culpa de aquella chica, se sentiría tan culpable que no sabría como hacer para seguir con su pequeña y desdichada vida.

El comentario del contrario sobre que la madre de los pequeños se la comiera le hizo negar con la cabeza y una sonrisa en los labios.- Eres imposible... No soy tan pequeña como ellos, míralos.- Susurró, tratando de no espantar a los pequeños que jugueteaban sobre su regazo. De repente, el segundo intento de tomar uno de los pequeños de Akatsuki parecía tener resultados, por lo que se emocionó y aplaudió sin hacer ruido, feliz de ver los pasitos que daba el pequeñín para con el compañero de viaje de la pelirroja.

Con una dulce sonrisa, finalmente observó como el pequeñín que tenía en la mano se acurrucaba para dormir, feliz de que al final, hubiera podido hacer sentir cómoda a aquella criaturita con él.- Si... Al principio da cosa tocarlos, son tan pequeños que no quieres lastimarlos.- Susurró, pues aquello era lo que había sentido ella. Estaba un poco más acostumbrada a los seres puros, pues su unicornio Lunnaris siempre estaba alrededor de ella, cuidando de su damicela siempre en apuros. Ahora mismo, sentía cómo la unicornio se encontraba rondando en el bosque, expectante de que ella la llamara tras tanto tiempo de haber estado en aquella ciudad que no le gustaba y a la que la equina no se había acercado.

Con una sonrisa, se acercó al contrario y le puso al segundo ori en el pecho una vez que lo tenía ahí. Quería que experimentara la sensación de tener dos, tal y como ella lo había hecho en un principio. La realidad parecía una mentira, pues en aquel bosque mágico parecía que todo podía pasar.- Tal vez deberíamos buscar a su mamá... Haré que Lunnaris la busque, y si la encuentra los llevaremos con ella.- Susurró con cuidado, tratando de no alterar a los pequeños.

por **Akatsuki Ousawa** Mar Jul 21, 2015 6:08 pm

No muchos entendían el humor de Akatsuki, pero Juliet esa vez parecía haberlo pillado, aunque no estaba muy seguro por su respuesta, no obstante, al no haber opacado su felicidad, pensaba que lo había hecho bien. Asintió cuando le dijo que daba cosa tocarlos y es que ambos le cabían en una sola mano, eran diminutos y eso daba una gran sensación de fragilidad. Casi parecía que si les acariciaba el lomo con un dedo, les fuera a hacer daño, por muy suave que fuera, aunque en realidad, no ocurriera nada malo. Con lentitud, acercó las manos hasta la cara, con la intención de darles un beso, pero uno de los Ori, le puso las patitas en las mejillas con cierta curiosidad y luego empezó a restregarse contra su cara.

No se atrevía ni a hablar, por si acaso su voz sonaba demasiado fuerte estando ellos tan cerca. Solo le dedicó una mirada de sorpresa a la chica, quedándose inmóvil. El segundo, solo se revolcó en la palma, a los pies de su hermanito. Poco después, el más atrevido que investigaba el rostro del íncubo, se aventuró a escalar hasta el pelo y acurrucarse ahí. Akki aprovechó para devolverle a Juliet el que tenía entre las manos, sonriéndole. Se sentía tranquilo, pero muy avergonzado por eso que había pasado, tal vez más de lo necesario. Al menos estaba con Juliet y ella no estaría diciéndole cosas desagradables por haber vivido este momento: Probablemente algún otro amigo suyo le molestara burlándose.

-Toma tu Ori.- Emocionado, lo dejó entre las suaves manos de la chica. -Es una buena idea, además tienes que presentarme a Lunnaris.

Cuando llevó la mano a la cabeza para coger al espíritu del bosque, notó como con la patita parecía querer apartarle los dedos, señal de que estaba muy cómodo entre el pelo azul del íncubo y no quería irse de ahí. Él intentó levantarse de la mejor manera posible sin mover demasiado la cabeza para que no cayera y una vez estuvo de pie, esperó a que su compañera llamara a la unicornio. Nunca había visto a uno antes, pero esto era porque estas criaturas solo podían verlas personas puras de corazón y él... Bueno, no tenía nada puro.

-Me resulta gracioso que se refugie en mi pelo ¿A ti no?

por **Juliet Irina** Dom Ago 23, 2015 5:28 pm

Verlo tan feliz, jugueteando con aquellas pequeñas criaturas, trajo a ella una sonrisa que no pudo quitar en un buen rato. Sobre todo cuando el pequeño y juguetón explorador encontró el lugar que quería tomar junto al peliazul: sobre su cabeza. Lo más probable es que entre aquella maraña de pelos revueltos que tenía por cabellera, el pequeño Ori estaba calientito y por eso se acurrucaba en ese lugar.

Con cuidado, tomó al pequeño que el contrario le tendía, pegando las manos a su pecho, para que el pequeño no se asustara y escuchara el sonido de su corazón. Así, quizás le mantendría calmado mientras veían que podían hacer con ellos, o qué comían siquiera esas criaturitas que pudieran darles para que no murieran de hambre. – Lunnaris no me hace mucho caso, así que cuando se sienta cómoda vendrá. Solo tienes que ser paciente.- Susurró, pues aunque ya sentía a la unicornio en los alrededores, aún no estaba lista para aparecer. Le iban más las entradas majestuosas y dramáticas que solo llegar por invitación. Más que todo en aquel momento, el ver como el pequeño felino trataba de apartar al contrario le hizo soltar una suave carcajada. Le hacía gracia saber que no quería quitarse de ahí, y que se había puesto cómodo en un lugar tan desordenado como era en la cabellera del peliazul. Una vez él estuvo de pie, al menos se sintió mejor de que, al parecer, los efectos de adormecimiento que tenía desde hacía un rato ya habían pasado y no iba a necesitar descansar más. Con cuidado, ella misma se levantó, aun sintiendo el hormigueo de las piernas, pues no las había usado ya en un tiempo.- Por supuesto que sí, no me imagino quien podría querer estar en un lugar tan desordenado.- Rió de nueva cuenta cuando dijo aquello, comenzando a caminar por el bosque en busca de su unicornio o de la madre de aquellos pequeñines. Esperaba, más que nada, que no estuvieran ahí solos debido a que habían matado a su mamá. Una historia trágica del inicio de sus vidas era lo que menos quería para aquellos pequeños, pero parecía que iban a componerse pronto.- Ven, vamos a ver dónde estamos, no reconozco esta parte del bosque.

por **Akatsuki Ousawa** Mar Ago 25, 2015 9:45 pm

Era una lástima que la unicornio apareciese a su voluntad, aunque también era algo bueno. Akki le dijo a Juliet que no tenía problema con ser paciente, además, ahora tenían que preocuparse de aquellas dos criaturitas tan hermosas. Ori le estaba dando mucho calor en la cabeza al íncubo, casi como si tuviera fiebre, pero no quería quejarse, porque de esa forma se había ganado su confianza. Consideraba a Juliet como una muy buena amiga suya y eso que en realidad no tenían una gran relación de quedar a menudo o ir a tomar algo, pero aún así la quería mucho. Al menos lo suficiente como para haber sido el único que fuera a visitarla al hospital y a salir de allí ¿Eso no era suficiente amistad? ... Para él si, pero la opinión de la chica puede ser distinta.

-Oye Juliet, una duda que me da curiosidad...- Miró a la semidragona, ladeando la cabeza. -¿Tú me consideras un buen amigo?

Le rió la broma: Si ella viera el desorden de su casa o el de su mente... ¡No se compara a su pelo! El íncubo acompañó a la chica sonriendo: Se lo estaba pasando bien a pesar de lo que había pasado antes, parecía habérsele olvidado, pero ahora que no había ni dolor, ni malestar, la felicidad volvía a invadirle, para dar cuenta de lo alegre que es él siempre. Caminaron durante unos minutos, hasta que el Ori que estaba en la cabeza de Akki, se puso en pie sobre la misma y emitió un extraño sonido para alertar a su hermanito o hermanita, la verdad es que no sabía su género. Parecieron comunicarse de alguna forma, pero no sabía lo que decían: Aún así parecían muy contentos, no echaban de menos nada.

-Hacia el norte está la capital.- Le dijo, aunque no sabía hacia dónde estaba el norte. -Creo que subiendo a un árbol se podría ver la Torre del Espacio.

Señaló hacia arriba, a una de las frondosas y luminosas copas de árbol. Él se ofreció a escalar el tronco, entregándole a su Ori para que lo cuidara mientras, aunque parecían querer revolotear por su cuenta. Akki le dijo a la chica que tal vez no tuvieran madre porque habían nacido de los árboles, pues estaban mostrando una increíble afinidad con los mismos, con ese brillo armonioso que animaba al bosque entero. En realidad eran suposiciones, pero ellos no parecían querer encontrar a un familiar. El íncubo cogió carrerilla para dar dos zancadas sobre el árbol e impulsarse y ahí, aferrarse con pies y manos. No lo hacía de la mejor manera, pero parecía que nada se le resistía, aunque se destrozara las uñas.

-¡Y-ya casi!

por **Juliet Irina** Dom Sep 13, 2015 9:32 pm

Mientras caminaban por el bosque, cuidando que las ramas de los arbustos no lastimaran la sensible piel de las piernas de la chica, la voz de Akatsuki la sacó de su tan afianzada concentración en su propia integridad y la de su Ori. La pregunta que el contrario lanzó le sacó una dulce sonrisa.- Pues claro que sí... ¿Tú no? - Devolvió, un poco extrañada de la misma. Para ella, era muy difícil conseguir personas agradables que se mantuvieran a su lado, aunque no fueran tan constantes como podían ser con otras personas... Juliet siempre era una persona más bien solitaria y reservada que cuidaba mucho de las personas con las que se encontraba.

El pequeño ruido que el pequeño Ori de la gran cabeza de Akki le llamó la atención, y antes de seguir, dio rápidamente la vuelta para observar como hacía el sonido, que ahora el pequeño que se encontraba en sus manos replicaba con un tono más agudo y suave del mismo.- Si tuviera que adivinar... Diría que el tuyo es niña... - Dijo, solo para molestar al contrario, aunque por lo traviesos que ambos eran, tenía la sensación de que ambos eran, simplemente... muy traviesos.

Escuchando la indicación que el contrario le daba, buscó rápidamente el norte en el cielo, encontrándolo sin demasiados problemas, a pesar de que las copas de los árboles ocultaban un poco el sol de la tarde. Cuando él insistió, ella tomó a ambos Oris en manos y los acercó a un árbol para ver si aquella afinidad que él había visto era algo que considerar. Por el cariño que parecían demostrar, lo más probable es que fueran criaturas que, naturalmente, nacieran de la esencia misma del bosque.- No vayas a lastimarte, Akki. Si lo haces, me iré a Spatium y dejaré que los Oris te coman.- Bromeó con una sonrisa, mientras esperaba que él asegurara el rumbo al observar por encima de los árboles. Con cuidado, puso a los Oris en la corteza de los árboles y los ayudó a que comenzaran a escalar, aferrando sus pequeñas patitas a la rugosa superficie de aquel gran arce.

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Sep 19, 2015 2:02 pm

La respuesta de su amiga le alivió mucho y le respondió al instante que él también la consideraba especial. De hecho le dijo que era una de sus mejores amigas, teniendo en cuenta que la mayoría de mujeres eran solo rollos sexuales de una noche y no llegaban a alta calificación. Juliet era una amistad totalmente distinta a eso. Poco después, ella le hizo dudar de nuevo, pero esta vez de una manera mucho más absurda. Akki entreabrió los labios y sujetó con las dos manos a su Ori, para mirar si de verdad era una hembra. Lo que se encontró fue incluso peor: Ori no tenía genitales, en general. En realidad tenía sentido, es decir, es un espíritu del bosque, no es raro que no tenga sexo.

-Um... Perturbador...- Dejó suelto al pequeño, que se sintió molesto de ser agarrado de esa manera. -Creo que me dolería más que me comieran a besos.

Se echó a reír ante su comentario final, ya que solo de imaginar los infinitos mimos que le dieran los Oris, era casi peor que sufrir daño de verdad, teniendo en cuenta que Akki no es tan meloso o empalagoso como muchas otras personas que disfrutan estando tiempo indefinido besuqueando a alguien. El íncubo cogió carrerilla y al estar frente al árbol, dio dos pasos por la corteza antes de encaramarse con brazos y piernas, para seguir trepando. Agarraba la corteza con fuerza y se impulsaba con el cuerpo, hasta sujetarse a una rama gruesa y llegar a ponerse de pie sobre la misma. Dio un suspiro y miró hacia abajo, para saludarle a Juliet: Después de montar en dragón, no tenía vértigo.

Siguió ascendiendo, hasta meterse en la copa. Las ramas y hojas le dificultaron esta vez la subida, pero pudo sortear algunos obstáculos. Tuvo que cambiar de rama porque el tronco se dividía y no seguía subiendo. Era un riesgo enorme por si se rompían a esa altura, pero no tenía miedo. Gateó poco a poco hasta que pudo sacar la cabeza fuera de las hojas y ver que iban en dirección correcta hacia la capital, el único problema es que estaba muy lejos y les llevaría unas cuantas horas. Bajar fue más rápido, por no decir que se cayó hasta una rama y se balanceó en la misma para caer de pie. Tuvo suerte de eso, pero luego la fortuna se agotó y la rama en la que había dejado todo su peso, se le cayó encima.

-¡Ouch!- Miró la rama, tan gruesa como un tronco y bufó. -Al menos no he tirado el árbol.- Hizo una pausa, para sonreírle. -Estamos a unas tres o cuatro horas de Spatium Urbanis ¿Crees que podrás llegar con el cansancio?

por **Juliet Irina** Dom Sep 20, 2015 9:06 pm

La respuesta que Akatsuki le dio no pudo ser más dulce y enternecedora. Antes de aquel día, sabía que era su amigo, pero nunca habría pensado que él pensaba todo aquello de ella. Se alegraba mucho de ser la clase de personas que pueden despertar ese tipo de sentimientos, tan fuertes y dulces, en otras personas, aunque no se sentía tan especial como él le mencionaba. No pudo seguir pensando, pues cuando levantó la mirada, encontró al peliazul revisando a su Ori para ver si realmente era hembra. La chica no pudo más que soltar una carcajada, pues en realidad había logrado que dudara a aquel grado del pequeño animal.- ¡No, Akki! ¡No le gusta! - Defendió al pequeño, pues se veía claramente incómodo, aunque era un poco tarde y él ya había sacado sus propias conclusiones.

Seguro que con lo enojado que está, sacará al final sus pequeños dientes.- Bromeó mientras tomaba con cuidado a los blancos gatitos de nuevo y observaba al contrario comenzando a subir. Al parecer, no tardó mucho en llegar hasta un punto donde no lograba verle, así que decidió colocarse los Oris en la cabeza y acomodarse bien la gabardina que él le había dado para cubrirse. Era amplia y cómoda, pero al traer los papeles echos bola en el vientre, picaba. Una vez acomodados, bajó a los Oris a sus manos, justo a tiempo para ver como Akatsuki caía de pie en una maroma final excelente, digna de un acróbata, con un agregado final digno de un bufón. La chica se echó a reír, y seguramente los Oris lo habrían hecho de haber podido.

¡¿Estás bien?! -Preguntó preocupada una vez que terminó de reír. Parecía bien, pero nunca se sabía. Cuatro horas parecían bastante... sobre todo cuando no traes zapatos, pero en realidad el pasto era suave y le agradaba.- Mi casa está más cerca del bosque que la ciudad. Si son 4 horas para el centro, quizás para mi casa sean dos y media.- Susurró haciendo algunos cálculos, aunque dependía bastante de la velocidad que llevaran. El sol parecía aguantar también, así que era posible que lo lograran.-Vamos. Hay que hacerlo.

por **Akatsuki Ousawa** Dom Sep 27, 2015 12:09 am

Por un momento pensó que ella iría rápidamente a arrebatarle al pequeño Ori por mirarle la entrepierna, pero solamente se echó a reír. Era gracioso pero también era cierto que en ningún momento se había parado a pensar si su Ori era macho o hembra y eso a la hora de ponerle un nombre, era una catástrofe ¿Acaso uno se imagina a un macho llamado Catalina? ¿O una hembra con el nombre de Roberto? Quizá era incluso peor que no tuviera sexo y tuviese que usar un nombre para ambos, que era este caso. Akki no supo ni cómo mirar a Juliet, estaba más en blanco que un folio. Al menos se alegraba de hacerla reír, puesto que las sonrisas sinceras, da igual la razón que las provocara, siempre era algo bonito.

-Estoy bien.- Le respondió, acercándose a ella para acariciarle un hombro. -Me gusta cuando sonríes.

El íncubo extendió las manos para recoger a su pequeño espíritu del bosque. En realidad le daba igual si ella se lo quedaba, pero Juliet no tenía por qué cargar con ambos o ser el juguete de los hermanos. Sabía que las chicas siempre se preocupaban por el pelo y a su Ori le encantaba juguetear y esconderse ahí. Seguro que ella se desesperaba si llegara a estar desgreñada y con el pelo enmarañado, como el de Akki. Le dijo que fuese su guía, ya que no conocía dónde ella tenía su casa. Incluso le resultó raro porque era él quien solía invitar a las chicas a su casa y no ellas, pero estaba claro que no iba a rechazar y eso que no tenía ninguna intención extraña. Frente a todo, seguía siendo extraño e inverosímil.

-Si te llegas a cansar o te haces daño en los pies, puedo llevarte en brazos.

Se ofreció por si era necesario. Era obvio que si le pasaba algo, no la iba a dejar ahí tirada, aún sin tener su permiso la llevaría si se torciera el tobillo por el terreno irregular del bosque. Ramitas sueltas de esas, quizá alguna extensión de barro o que le flaquearan las piernas por estar tanto tiempo dormida. Posibilidades eran muchas y además ella, llevaba algunos días sin comer, alimentándose en realidad a base de suero. Debía ser horrible, sobretodo para alguien que estaría acostumbrada a comer cosas ricas.

-Llegaremos, no te preocupes. De una forma u otra, nada nos lo impedirá.

por **Juliet Irina** Mar Oct 06, 2015 2:44 pm

Tras la tensión del momento, el comentario sobre la sonrisa propia le sacó, por supuesto, una sonrisa acompañada de sus mejillas sonrosadas.- G-Gracias...- Susurró un poco avergonzada. Ella no sabía muy bien cómo tomarse los cumplidos de la gente que no lo hacía por aparentar, como los de sus amigos tal cual Akatsuki hacía.

Tras comenzar a caminar rumbo a casa de la chica, el camino se volvió un tanto extraño. No había estado nunca en esa parte del bosque, pero lo más seguro es que llegarían pronto. Sin embargo, la propuesta de Akatsuki la dejó, de nuevo, sonrojada.- N-No, no te preocupes... Lunna está cerca... Bueno, más o menos... Si me canso... Ella puede... E-Ella... - Sus pensamientos se alborotaban demasiado cuando la gente era dulce con ella y eso lo sabía bien, por eso a veces era mejor simplemente no decir nada que parecer una tonta por no poder completar las oraciones. En casa se lo habían dicho un millón de veces, pero eso no hacía nada más fácil. Aún así, agradecía el hecho de tener un compañero de viaje que estuviese dispuesto a ayudar.

Con cuidado, caminaba por el bosque tratando de no hacerse daño, y sobre todo de no hacer daño al pequeño animalillo que ahora dormía cómodamente en su regazo mientras caminaba. Resultaba bastante dulce y enternecedor poder verlo, tan tranquilo sobre sus manos.- ¿Sabes cómo vas a llamar a tu criaturita del bosque? - Preguntó para hacer conversación en lo que llegaban a las orillas del bosque. Faltaba cerca de la mitad del camino, pues aún tenían que rodear un poco de la ciudad para llegar hasta su casa.- No se me ocurre un nombre que vaya con una criaturita tan adorable... Nunca había visto nada así tampoco.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater