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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
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Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-No lo he pensado... Pero supongo que lo voy a llamar "Ori", igual que la raza.- Le dijo, rascándose la cabeza lleno de dudas. -No tengo imaginación y soy muy obvio, pero suena bonito.
Empezó a pensar un nombre para el de Juliet. Uno que no fuera tan poco imaginativo. Nunca había sido bueno para los nombres y el que tenía su dragón era casi de suerte, no es que a él se le diera bien bautizar criaturas. Metió las manos en los bolsillos, meditando infinidad de opciones, muchas de ellas desastrosas. Iba siguiendo las pisadas de su compañera bien cerca, por si acaso tenía que actuar en caso de ser atacados o simplemente de tener que ayudar en algo. Los nombres seguían pasando por su mente, preparándose para soltarle una lista aleatoria de lo primero que se le viniera en ese preciso momento. Fue entonces, cuando se sintió listo, que miró fijamente los ojos ajenos.
-Miko, Lumy, Ark, Aura, Eanim, Camy, Chuby... Mm... Eh... Jaggi, Guin, Hyaku, Ken, Kosmos, Kuro...- Se llevó una mano a la cara, pensando algo más que decirle. -Leah, Mako, Nao, Neriisa, Priskas... Y no se me ocurre más, lo siento, son horrendos.
Suspiró mirando a otro lado. Al menos le había dado opciones que podía modificar, es decir, unir dos nombres y cambiar letras para inventar uno nuevo y así. Eran pequeñas bases modificables en su totalidad, además de que le había dicho tanto masculinos, femeninos como unisex, así que era cosa de ella decidir cuál le sonaba mejor. Akki sentía curiosidad por ver cómo era la casa de su querida amiga: Sabiendo que era rica, se imaginaba un palacio enorme, cuando él, a pesar de tener dinero casi para una mansión, vivía en una casa tan pequeña como la del resto de pueblerinos de Spatium. Viendo su hogar, nadie diría que alguna vez fue General de Justicia, sino un simple trabajador.
-¿Y vives sola? Por curiosidad.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
¿¡Ori como nombre para un ori!? - Preguntó dando un pequeño salto y observándole con mucha curiosidad. Le brillaban los ojos al ver todas las posibilidades que aquel nombre traía a una criaturita tan adorable.- ¿Cómo es que no se me ocurrió antes? ¡Es adorable! ¡Me encanta el que haz escogido! - Dijo con una dulce sonrisa, ahora más entusiasmada que nunca por ponerle nombre al suyo. No creía que hubiese algún nombre que le gustase tanto como 'Ori' para un ori, pero al menos tenía la intención de intentar encontrar un nombre adorable y místico para el pequeño entre sus brazos.
La intensidad en la mirada del contrario le hizo darse cuenta de que él también se encontraba pensando en algo importante. No fue hasta que tiró la lista de nombres que echó a reir, cada uno más gracioso y adorable que el anterior.- ¡No, no, son geniales! Amo Priskas... Suena felino y dulce... Pero creo que me quedaré con Aura... Aura suena justo como él... o como ella...- Sonrió acariciando al pequeño amiguito que tenía en brazos. Le encantaba poder llamarle de alguna manera, pues no era tampoco como que pudiera referirse a la criatura como 'él' o 'ella'.
La pregunta del contrario le trajo de vuelta al bosque. - Sip. Vivo en una de las casas de mis padres, pero no hay nadie más allí. Por la mañana hay quien limpia, pero no se quedan más allá del medio día.- Susurró con naturalidad, como si no fuera demasiado importante. En cierta medida le habría gustado que alguno de los ayudantes de sus padres vivieran con ella, para no sentir la casa tan vacía, pero así, tal como vivía, nadie podía decirle que hacer con su vida.
No faltaba tanto para llegar. En realidad, hacía falta cosa de nada. Algunos minutos más de camino y se podría ver el gran patio trasero de la casa, que daba salida hacia el bosque de Spatium.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-¡Ya veo! Espero no perderme en tu casa.- Le dice, echándose a reír. -No habrá ningún laberinto de pasillos ¿No? Soy malísimo para esas cosas, jaja, seguro que me quedo ahí extraviado y...- Trata de poner un tono algo más dramático. -Me moriré de hambre entre terribles sufrimientos.
Luego le saca la lengua y le dice que está bromeando y que no se lo tome en serio, aunque por su tono de voz, ya se nota a la legua que está jugando un poco con Juliet. No obstante, el humor de Akki puede ser complicado de entender en algunas situaciones, así que por ello, le gusta aclarar, para evitar malentendidos. Continuaron andando por un rato más, hasta que pudieron avistar un gran patio. Sin duda ese era un buen lugar para dejar a mascotas que requiriesen de zonas "salvajes" o verdes para sentirse a gusto, como era el caso de los Ori. Seguro que estaría feliz en su nuevo hogar, pudiendo irse a jugar con sus amigos de la misma raza espiritual. Ya que estaba, quería preguntarle algunas cosas más, como por ejemplo, sobre esos sirvientes que tenía para limpiar su casa. No es que él los quisiera, ni de broma, pero sí que era una curiosidad bastante interesante.
-Y dime... ¿Cuánto les pagas? Es por saber nada más.
Continúan hasta llegar y Akki le pide que abra la puerta. Obviamente no va a ser él quien lo haga, ni quien entre primero. El pequeño Ori de Akki, mira con curiosidad la estructura: Seguramente nunca haya visto un lugar como ese. A las pequeñas criaturas espirituales les tocará acostumbrarse a las vidas de ciudad. No importa cuál sea, en todas hay mucha gente, cosa que no les debe gustar mucho de buenas a primeras.
-A ver, hazme un tour... Jejeje.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
Por supuesto que no, es una casa normal y grande, no hay túneles... no de los que debas conocer...- Bromeó la chica con un tono de misterio.- Aunque hay gente que se queda encerrada en el calabozo.
Por supuesto, y era muy claro, no había ningún calabozo del que preocuparse. Cuando finalmente llegaron a casa, la chica soltó un resoplo de tranquilidad, pues finalmente estaba en casa después de no sabía cuanto tiempo. Caminó un poco más a prisa, deseosa de estar ya en una silla o un sillón bebiendo agua, cambiarse de ropa o solo tener un lugar donde descansar.
La pregunta del contrario le dejó un poco extrañada. No es que no supiera la respuesta, pero sentía que no era el tipo de pregunta que le hacían habitualmente. Sin embargo, respondió sin problemas.
Mis padres les dan al mes lo que creen justo para la situación particular de cada uno. Yo agrego un poco más de mi salario, aunque no es demasiado.- Dijo con su suave voz, desperezándose y estirándose un poco antes de llamar a la puerta. Sabía bien que cuando ella no estaba en casa, siempre había alguien para recibirle.
Una vez que le abrieron, saludó con entusiasmo enfusivamente a su ama de llaves. Estaba de lo más feliz de estar de vuelta. Le presentó a Akki y dejó al pequeño Ori en uno de los sillones para que pudiera explorar con comodidad lo que tuviera curiosidad por ver. Ya encontraría él, o ella, la manera de romper, tirar, arañar y desacomodar todo lo que se le antojara. La casa seguía siendo la de siempre. Amplios ventanales, una sala espaciosa y unas escaleras altas que llevaban a la segunda planta.- No hay mucho que ver. Aquí está la sala, el comedor detrás de aquellas puertas y la cocina más allá. Arriba las habitaciones. ¿Tienes hambre? Debo ir a cambiarme de ropa, pero pediré que preparen algo. Puedes descansar mientras bajo.- Dijo la chica, comenzando a deshacer el nudo que sujetaba su cabello por detrás de su cabeza, indicándole también el lugar donde podría descansar, donde su pequeño Aura ya se encontraba explorando.
Con una sonrisa, le dejó un momento en la sala mientras corría escaleras arriba a su habitación. A pesar de que solo iba a cambiarse, terminó también por darse una ducha y cepillar su cabello. Una vez terminado de arreglarse, bajó con la capa que el peliazul le había prestado doblada y planchada en manos para devolvérsela a su dueño. - Akatsuki, muchas gracias por la capa.- Susurró entregándosela con una suave sonrisa.- Me ayudó mucho, de verdad.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-¡Eeh...! No pidas comida para mi.- Le pide, acariciando a Ori, que intentaba escapar para reunirse con Aura. -Ve a cambiarte, yo te espero.
El salón en el que estaban era bastante grande en comparación al que tenía él en su hogar, por ejemplo. Habían varios sillones bastante cómodos, al menos eso comprobó al sentarse en uno. Apoyó el codo en uno de los reposabrazos y cerró el puño, para dejar la cabeza sobre el mismo. La chica que les había recibido, aún le estaba mirando desde las puertas del fondo. No sabría decir si con amabilidad, extrañeza, curiosidad o desagrado, pero terminó por desaparecer de su vista. Akki no dejaba de pensar "Noble por una noche ¿Eh?" jamás podría acostumbrarse a una vida con ese estilo. Por los diseños de las paredes, las lámparas, la calidad del edificio en sí, la organización del mismo. Era agradable pero demasiado para un hombre como él, que había vivido siempre con las reglas de la calle y más adelante, con una casita disimulada.
Aún así, experimentarlo no estaba mal, nada mal. Decidió quitarse las botas, aún a riesgo de parecer un maleducado, que lo era y mucho, pero a veces sabía guardar las formas. Al final Juliet tardó bastante más de lo que él pensaba, lo suficiente como para ponerse a jugar con ambos espíritus del bosque. Habían estado saltando en los cojines, luego revoloteado por todas partes, hasta que Akki les llamó la atención para que se le acercaran. Los acarició y los lanzó hacia arriba suavemente. Se aburrieron antes de que bajara la chica de nuevo, en cosa de cinco minutos de reloj: Eran pequeños y ya estaban cansados de antes. Él había subido una pierna para apoyar el tobillo sobre la otra rodilla, acomodándose y cerrando los ojos. Así lo hizo hasta que escuchó las palabras de Juliet, alzando la cabeza y parpadeando. No quería dar la impresión de que se había dormido.
-De nada, tú la necesitabas más que yo, jeje.- Le sonríe ampliamente y sujetando la prenda. Mejor dejarla así por ahora. -Oye, mm... ¿Crees que yo podría bañarme?- Hace una pausa, dubitativo. -No tengo nada para cambiarme pero puedo apañármelas.
Se vería raro dormir en otra casa sin haberse duchado antes. Además, esta no era una de esas situaciones de vida o muerte en la que tuviera que estar días y días sin saber lo que es el agua. Tampoco quería ensuciar una cama de su casa por esa misma razón. A Akki no le gusta peinarse, ni vestirse con trajes ostentosos, pero adora lavarse, cosa que la gente piensa que no, pero no tiene nada que ver.
-Puedes cenar tú mientras. A no ser que quieras que te acompañe.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
Cuando entregó la capa a su dueño lo hizo con una sonrisilla educada, tratando de no pisar a los Oris mientras caminaba por la alfombra y ellos saltaban de un sillón a otro. Cuando el contrario pidió el baño prestado, la chica se sintió mal por haber parecido egoísta al no ofrecerlo al invitado, pero realmente no se había parado a pensar cuando tiempo habría viajado el joven hasta Tempus para ir a verla.- ¡Claro! Te prestaré una habitación... - Murmuró comenzando a caminar escaleras arriba, hacia la habitación de invitados. La segunda planta estaba decorada con paredes totalmente blancas y muebles dorados, pintados a mano cuando no eran realmente de oro. Con un suave empujón de las caderas y hombros, logró abrir la puerta de la habitación, que siempre se atascaba en los momentos más inoportunos.- Enviaré a Lía con un poco de ropa y algunas toallas. Ya escogerás tu lo que te guste. Podemos lavar tu ropa también si así lo deseas.- Lo que no se había dado cuenta es que al decir 'podemos' implicaba que ella también haría algo, aunque realmente no iba a hacerlo.
Bajaré entonces. Lía vendrá en cualquier momento. Estaré en la sala hasta la hora de dormir. Puedes quedarte aquí o bajar cuando quieras.- Susurró con una sonrisa suave. Si el contrario quería dormir, no se lo impediría. Sin embargo, bajó y cenó sin prisas, incluso tratando de dar leche y agua a las pequeñas criaturitas que parecían más interesadas en jugar que en comer.
Sin más que hacer, cogió un libro de criaturas mágicas de la biblioteca y comenzó a buscar algo que le dijera más sobre los Oris, como siempre hacía cuando tenía una criatura mágica y adorable entre manos.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-Muchísimas gracias, Juliet. No tardaré mucho en bajar.
Se despidió de ella dándole una palmadita en el hombro, de manera amistosa. Luego se adentró en la habitación, quedándose unos minutos mirándola detenidamente. Iba a dormir allí, se sentía extraño, pero lo primero que hizo, fue tumbarse bocaabajo sobre la cama. Era muy blandita, eso era lo que quería comprobar, así que después de levantó y empezó a quitarse la ropa. La dejó a los pies de la cama, por si acaso se la querían llevar, tal y como había dicho Juliet, de que podrían lavarla, no vendría mal, aunque no estaba excesivamente sucia. Solo un poco del viaje en dragón y de lo que habían caminado por el bosque. Lo que sí que tenía claro, era que tenía que meterse en el baño bien rápido, antes de que llegara Lia, por si acaso le veía desnudo. A él le daba igual, no tenía vergüenza, pero no tenía ganas de escuchar gritos, ni nada por el estilo, cosa que solían hacer las mujeres nobles. Armaban un escándalo por nada.
Le costó un poquito encontrar que el baño estaba dentro de la habitación, porque en su casa no era así y nunca antes había visto algo semejante. Cerró la puerta y se dispuso a entrar en la bañera, con cuidado de no tirar nada, que al fin y al cabo no era suyo. Encendió el agua y ajustó la temperatura como a él le gustaba, para luego echársela por la cabeza. Se sintió mucho mejor casi al instante, cerró los ojos y pensó de nuevo en todo lo que le estaba pasando. Tenía que compensarle a Juliet la confianza que depositaba en él, sí, eso era importante para conservar las amistades, por lo poco que sabe. Se lo diría ahora cuando bajara o más bien, hacer algo en otra ocasión. Ya sabía que casi era ella quien le agradecía por haberla sacado del hospital, pero aceptarlo era complicado. Sobretodo cuando a él nunca le daban nada, porque al parecer, era una criatura oscura y peligrosa para el mundo.
Cuando terminó de ducharse, salió con cuidado, por si había alguien dentro, pero estaba vacío. En la cama yacían nuevas prendas, que seguramente había traído Lia. El íncubo se acercó y revisó cada una, a ver cuál le valía, porque era un hombre muy grande y las que le quedaban bien. Al final, salió del cuarto con una camiseta de manga corta y unos pantaloncitos hasta las rodillas. En busca de las escaleras para bajar, se confundió de pasillo y se vio perdido por un momento, pero después tomó la dirección contraria y llegó de nuevo al salón, pero Juliet no estaba allí. Le preguntó a alguna de sus sirvientas y acabó en la biblioteca.
-¡Eh Juliet! ... ¡Ya estoy!- Le dijo, acercándose hasta ella. -¿Qué estás leyendo?- Preguntó, sin darse cuenta de que no era de su incumbencia. -Un par de preguntas ¿Te gusta el chocolate? ¿Y los pasteles? ¿Cuál es tu comida favorita? Quisiera conocerte mejor.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
El ver que al contrario le había gustado la habitación donde se quedaría le sacó una sonrisa dulce, dejándole el momento para que se terminara de arreglar. Una vez ya en la biblioteca, las lecturas que tenía no parecían iluminarla mucho sobre las criaturas que jugueteaban en los sillones y entre las estanterías. Eran simplemente adorables, pero tenía la impresión de que no encontraría información. Lo más seguro de hacer era confiar en el instinto de Lunnaris, su unicornio, que seguramente tendría una aproximación más acertada a como debían tratar a aquellas criaturillas adorables. Ya las llevaría con ella por la mañana, pues por ahora la unicornio aún se encontraba en el bosque, buscando diversión, o quizás con más amigos... uno nunca podía saberlo.
Cuando Akatsuki entró a la biblioteca, le sonrió dulcemente y le invitó a sentarse y pasar.- Espero que hayas tenido una buena ducha.- Susurró amablemente con la sincera esperanza de que hubiese sido agradable.- Estoy buscando en los libros de mi abuelo por si hay algo que nos diga que son los Oris... En realidad nunca había escuchado hablar de ellos con anterioridas, y me intrigan las leyendas que pueda haber de ellos. Casi siempre son acertadas con las criaturas mágicas, quizás si encuentro una de ellos también lo sea.- Con una suave sonrisa, se encogió de hombros, cerrando el libro que tenía en manos para pasar al siguiente de la pila que se encontraba en la mesa.
¿El chocolate? - Pensó un momento y asintió. Sí, le gustaba el chocolate aunque no solía comer dulces muy a menudo... No porque no quisiera sino porque era una de esas absurdas cosas que a sus padres les molestaba que hiciera.- Si, me gusta el chocolate y los pasteles... Pero mi comida favorita debe ser el espaghetti... o quizás el pastel de zanahoria. Ese es el mejor de todos.- Con una dulce sonrisa, abrió el siguiente libro y comenzó a hojear sin prestarle demasiada atención.- ¿Y a ti? ¿Qué es lo que te gusta? - Tonta de ella, creyó por un rato que le diría algo de comer, pero luego recordó lo que le había dicho el peliazul en el segundo piso hacía un rato.- Lo siento... se me olvida que eres... Supongo que no tienes una comida favorita.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-Tu abuelo tiene muchos libros.- Le dice, sonriendo ampliamente. -¿A qué se dedicaba?
Esperaba que no le resultara dolorosa la pregunta, teniendo en cuenta que a menudo los abuelos ya no solían estar presentes. Si lo estaba, entonces bien, pero sino, ojalá que no le molestara. Él había aceptado hace mucho tiempo que los seres queridos nunca son eternos, por lo que no tenía problema en hablar de lo poco que sabía de su familia. Pero no iba a insistir, tras esa pregunta, evitaría hacerle otra que tuviera que ver con el mismo tema ¡Era mejor el de la comida! Y desde luego, no hacía falta ser muy inteligente para adivinar que Akki pretendía traerle algunos dulces a su preciosa pequeña amiga. Un regalo de agradecimiento y amistad, sí, eso era. Le hizo dudar lo que le dijo, pero no tenía reparo en preguntarle.
-¿Tu comida favorita "debe" ser? ¿Por qué? ¿Te tiene que gustar algo que te obliguen a que te agrade?- Se llevó una mano a la cabeza para rascársela. Era cuanto menos extraño, forzarse a disfrutar algo. -Y... Sí tengo comida favorita, aunque no me alimente ni nada. Me gustan los filetes empanados y todos los dulces ¡El mejor es el chocolate con frutos secos!
Pareció apasionado al mencionar eso, cerrando los ojos y ladeando la cabeza. Había juntado las palmas de las manos como si lo estuviera saboreando en ese preciso instante. En su mente sí, pero realmente no. Carraspeó un poco y trató de ponerse serio. En un momento, se inclinó ligeramente hacia Juliet, pareciendo algo preocupado. Miró de reojo a los Oris y luego se centró en ella, apoyando un brazo en la mesa.
-Oye, una cosita... Mm... Tú no me tienes miedo ¿Verdad?- Pregunta, en voz más baja de lo normal.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
Cuando preguntó por su abuelo, la verdad no recordaba haberle conocido, ni tampoco recordaba si seguía vivo o no. Los dragones eran muy longevos, pero a veces les faltaba un poco de lazo familiar para permanecer juntos. Eran cabezotas cuando querían...
- Oh, no sabría decírtelo. Supongo que peleó en alguna guerra o así, pero no sé bien a qué se dedicaba. Los libros son muy variados también... históricos, leyendas, de guerra, pocos de poesía o novelas, por eso me imagino que tuvo algo que ver en la guerra.- Se encogió de hombros con una sonrisa culposa, no quería admitir que no conocía bien a la familia, pero sabía que era así.
- Oh, lo decía porque nunca me paro mucho a pensar en mi comida favorita.- Sonrió pensando un poco en aquello. Sí, el pastel de zanahoria seguro que entraría en aquella categoría. Era simplemente glorioso y delicioso. La sorpresa fue grande cuando le afirmó el contrario sobre sus gustos culinarios.- ¡Creí que no tendrías comida favorita! No soy muy de 'chocolate', pero si tiene frutos secos seguro que sabrá bien.- Sonrió con dulzura y agachó suavemente la mirada al libro de nuevo.
Pasando las páginas sin leerlas demasiado, encontró una imagen que se parecía mucho a las criaturillas que tenía frente a ella, con la diferencia de que ahí eran un poco más azules y pequeñas de lo que eran en realidad. También tenían una textura diferente en la piel. Estaba a punto de comentarlo cuando la pregunta del contrario la hizo reír.- ¿Por qué lo tendría? ¿Debería? - Susurró con una sonrisa.- Me salvaste de un hospital del terror, estoy segura de que no eres una mala persona.
Quitándole hierro al asunto, le tendió el libro para ver si la fotografía le sonaba de algo.- ¿Crees que sean ellos? Me parecen pequeños y sosos para lo que en realidad son...- Los pequeños oris ya habían descubierto su camino hasta la mesa central del saloncillo, y olisqueaban los libros que la chica había traído.
- Spoiler:
- Gooooooomen por tardar tanto. Estaba en exámenes finales en la escuela y quería pegarme un tiro (?)
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-A lo mejor son ancestros de estos espíritus del bosque. También puede ser que cuando crezcan les cambie el pelaje y el color.- Le dice, sin tener ni idea. -Otra posibilidad, es que podrían ser espíritus de la cascada del cosmos.
Y es que en realidad ya habían otros espíritus del agua, pero Akatsuki no lo sabía. Aún así, se podía especular de muchas maneras acerca de las criaturas de la imagen, si tenían algún poder, podían estar atentos a sus pequeños Oris, para ver si compartían similitudes. Tenía un par de cosas para decirle, pero primero le había dado prioridad al tema de los Ori. De verdad que se esforzaba por ser una buena persona para que la gente no le tuviera miedo. Era cierto que en el pasado no había sido tan bueno o quizá sí, depende de quién lo mirase. Desde siempre había velado por la seguridad de la gente, aún si eso requería ser violento y... Por eso muchos no querían acercarse, ni saber nada de él. Juliet compartía su profesión militar, ella debía saber las cosas que había hecho y aún así se mostraba tranquila a su lado. Eso era lo que quería, jamás le haría daño. Por el momento había sido el único que se había preocupado por su estado de salud.
-Muchas gracias, necesitaba escuchar eso. Yo nunca te haré daño.- Le dice, dándole una palmadita. -¿Qué tal si jugamos con ellos? A que nos persigan la mano y tal, jeje.
Chasqueó los dedos intentando llamar la atención de Ori y Aura, pero no lo consiguió. Tuvo que levantarse para coger al suyo, ya que no quería apropiarse del compañerito de Juliet. Se lo acercó a la cara, para recibir esta vez el roce con el cuerpecito del espíritu. Ahora se sentía mucho más seguro, lo suficiente como para marcarle territorio como un gato. Akki le acarició la cabeza y luego el vientre, jugueteando: A Ori le estaba gustando, se revolvía disfrutando. Al regresar a su asiento, dejó al pequeño sobre la mesa y se inclinó para estar cerca. Intentó hacer gestos y a hablarle, para preguntar qué es lo que comían. Absurdo como las otras veces, pero él nunca se daba por vencido, en algún momento tenían que entender.
-¡Eh! Ya sé ¿Tienes frutas? A lo mejor lo entienden así.
- Off Rol:
- No te preocupes >w< Creo que quedan 6 post o así para acabar el tema \^/ Ánimooo
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
- Pues quizás les cambien o quizás sean una especie similar... ¿Cómo sabes de los espíritus de la cascada del cosmos? No estábamos muy lejos de ahí cuando los encontramos.- O al menos eso creía, si no le había afectado demasiado en la orientación todo el aleo del hospital.
Quizás se estaba preocupando de más, pero la pregunta de Akatsuki le dejó intranquila hasta que sintió la palmada en el hombro. Menos mal que había entendido bien.- No te preocupes. El día que me hagas daño, sabré defenderme.- Bromeó dulcemente mientras cerraba el libro para seguir con su sugerencia de jugar con los pequeños.- Me siento emocionada porque son adorables. Ya quiero saber si les va a gustar vivir con nosotros o si serán felices en cualquier lugar.- Susurró cambiándose de sillón para ubicarse más cerca de ellos que antes. Cuando Akatsuki se pasó a Ori por la cara, tuvo que soltar una carcajada y sentarse en el piso para estar a la altura de Aura sobre la mesa.- No te preocupes, yo no haré eso.- Le susurró a Aura mientras continuaba riendo felizmente. El intento del peliazul por comprenderlo terminó en más conjeturas cuando pidió la fruta para ver qué comían.- Si, iré por el tazón.- Dijo levantándose rápidamente y comenzando a caminar hacia la cocina.
Una vez ahí, tomó el tazón de fruta y sacó algunas frutas que parecían ir de más, dejando solamente un par de cada una para no confundirles tanto. Tomó el tazón y regresó caminando con cuidado hasta la biblioteca, procurando no dejarlo caer. No fue hasta que regresó al lugar que se dio cuenta de que Aura la había estado siguiendo todo el tiempo.- Ven, ven aquí.- Dijo cuando la vio cerca de la puerta.- Hay que averiguar si te gustan las frutas, quizás algo te parezca sabroso.- Sonrió dejando el tazón con frutas en la mesa y el pequeño ori volvía hasta donde estaba ella.- Eso es, buena chica.-
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-Prométeme que sabrás defenderte frente a cualquier amenaza.- Le pide, mirándola fijamente. -Sé que eres buena luchando, pero hay entidades muy poderosas... Sigue entrenándote, no te descuides, por favor.
Por lo que había vivido en el castillo del Lord, por el cual estaba con Juliet ahora y quién sabía lo que podía ocurrir más adelante. No podía verlo venir pero no podía ser nada bueno y él no temía por si mismo porque siempre estaba fortaleciéndose, pero no quería que a Juliet le pillara desprevenida una guerra, por ejemplo. El íncubo vio desaparecer a la chica por una puerta, pero pronto regresó con un bol lleno de frutitas variadas. Akki dejó a Ori en la mesa, dejándolo olisquear junto a Aura. Pasaron un par minutos y el pequeño aún no se atrevía a hacer nada más que oler y alejarse, dando vueltas al tazón. El íncubo coge un poco de plátano, un trocito y se lo acerca a la boca al espíritu, pero este lo rechaza.
-Pruébalo, está dulce.- Le dice, intentando hacerse comprender.
Decide comerse él lo que había arrancado, para que Ori lo vea y luego, coger un poco más y volver a acercárselo a la boca. Esta vez, Ori le da una lamida y se queda observando a su nuevo padre: Emite un sonido extraño, parecido a un ronroneo mezclado con un maullido a la vez y entonces posa una patita sobre el trocito de plátano. Toquetea su misteriosa consistencia y luego se lo come, con las dos manitas tapándose la boca. Akki espera curioso saber si le ha gustado. Afortunadamente, Ori le pide más, así que pronto se ve dándole de comer poco a poco hasta que se lo termina. En realidad le sorprende que coma tanto dado su tamaño, que hasta el plátano es más grande que la criaturita. La panza se le ha hinchado un poquito y eso le vuelve más adorable y esponjoso.
-Mira, ahora es obeso.- Mira a Juliet, riéndose en bajo. -Le tendré que poner a hacer ejercicio jaja.
Le acaricia entre las orejas al peque y luego lo abraza con cariño. Podía acostumbrarse a ser así, desde luego. Observó lo que quería hacer Ori, pero estaba demasiado lleno para moverse y había optado por acurrucarse en la palma de la mano de Akki, acomodándose para dormir. Él buscó con la mirada un reloj, quizá ellos también deberían irse a dormir, después de todo, ha sido un día agotador para ambos.
-¿Tienes sueño, Juliet?- Pregunta, cogiendo él una manzana para comérsela. -Podemos hacer nosotros otra cosa, si es que no quieres dormir.
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
No puedo decirte que saldré bien parada de todas mis batallas...- comenzó con una simple afirmación que debió hacerle también a aquel revo de ojos azules.- pero al menos puedo decirte que haré todo mi esfuerzo y que me seguiré entrenando pase lo que pase. Siempre procuraré tener cuidado, solo no te sientas mal si algo me sucede, como esta vez. Tuve mucha suerte.
Suerte no había sido. Había sido un pacto secreto con otra persona lo que la había salvado, pero eso nadie podía saberlo por su propia seguridad y la de su colega.
Una vez con las frutas en la mesa, quería ver primero si el animalillo de Akatsuki realmente comía o solo vería las frutas sin saber que hacer. Quizás no le gustaban, así que no quería desperdiciar dos frutas. Dejó también que Aura olisqueara, subiéndose incluso al tazón de frutas, como si fuera la reina del tazón. Al ver que Ori comenzaba a comer del plátano, tomó una de las fresas, que era de sus frutas predilectas, y le dio una mordida pequeña para luego ofrecersela a Aura. Con el mismo gesto, Aura comió, dejándose un pequeño bigotito rojo alrededor de la boca que la hacía ver adorable.
Tomó algunas cerezas más y comenzó a ofrecerle las más pequeñas que encontraba, morrdiéndolas primero para impedir que se atragantara con toda la fruta redonda.- Oh, eres un malvado, no es obeso, es adorable.- Sonrió al ver al pequeño Ori con la pancita llena y el corazón contento.
Oh, yo no tengo sueño. Vengo de dormir por no se cuanto. A pesar del susto, estoy bastante descansada.- Aún se sentía un poco entumecida, por lo que no estaba segura de que debiera dormir sin que desapareciera por completo el efecto de los medicamentos que le habían aplicado por tanto tiempo.- ¿Qué quieres hacer?
Re: Sangre, cenizas y miedos infundados. Parte II [Priv. Akatsuki]
-Entiendo, entiendo.- Cerró los ojos, meditando. No había mucho que pudieran hacer. -Cualquier cosa estará bien.
Barajó muchas opciones, pero por la hora y el lugar, muchas no podían realizarse. El íncubo estuvo callado durante unos minutos, antes de ofrecerle un paseo alrededor de la casa. También sugirió sentarse en el porche y observar las estrellas, mientras se limitaban a hablar. Tomó la iniciativa, disponiéndose a salir. Lo cierto es que era un plan maravilloso, poder admirar la inmensidad oscura antes de irse a dormir y tratar algún tema interesante: Conocerse más aún. El íncubo se las apañó para encontrar la salida, dejando acostados a los Oris. Fuera, estaba bastante oscuro, pero tampoco iban a alejarse, estaban bajo el resguardo del hogar. Era difícil ofrecer otros planes teniendo en cuenta lo que él era.
-¿Alguna vez has pensado qué habrá más allá?
Cruza los brazos y ladea la cabeza. Escuchaba muy poco hablar del tema, como si todo el mundo creyera que fuera del planeta no hubiera nada más, pero Akki estaba seguro de que no era así. Convivían tantas razas, criaturas de todo tipo que era imposible negar que tenían que haber muchas más. Le puso una mano en el hombro a Juliet, mirándola a los ojos con curiosidad. Sería interesante saber qué piensa. Habían temas que temía tocar por sobre todas las cosas, pero después de todo, hablar no era ningún problema, así que estaba planteándose si hacerlo o no. Lo peor que podía pasar era que se enfadara y tal, pero lo dudaba, ella era muy diplomática y él no estaba hostil ahora.
-¿Tienes o has tenido novio alguna vez?- Pone expresión pensativa. -Es por hablar de algo.
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