El ataque; Incursión Revolucionaria [Sancho VS Akki] [Sasuke VS Dante] [Jetch VS Gissel] [Shomi VS Naomi]

por Invitado Jue Jul 24, 2014 4:50 pm

Siendo aproximadamente las siete de la tarde el sol se ocultaba en la lejanía, sentada sobre la rama de un añejo árbol se encontraba ella, con aquella mirada inexpresiva clavada sobre el dominus castle, sedienta quizás de algo emocionante, de algo que pudiese salvarla de la monotonía de su vida. Parecía que el tiempo se había detenido en sus negras pupilas, como si pasara lento sobre ellas, enredando a la menor vaya a saber en qué clase de tortuoso recuerdo, tan delicioso como sólo ella lo podría considerar o quizás como su mente retorcida podría llegar a procesar. El semblante de la revolucionaria mostraba en todo momento una paz insólita para alguien que estaba claramente sumida internamente en la locura, inclusive, podría hasta decirse que sus hermosos labios rosáceos esbozaron una tenue sonrisa, cálida.

La brisa fría de aquel rojizo atardecer movía con delicadeza partes del kimono negro de la chica, junto con aquel obi de color blanco con algunos detalles en dorado. Su cabello, largo, suave y negro también se mecía forzadamente por aquel viento suave que rodeaba el lugar, rozando también contra sus mejillas aquellos mechones más cortos que parecían acariciar la piel de la súcubo.

De un ligero salto se bajó de aquella rama, escurriéndose con cierta habilidad hasta estar lo suficientemente cerca de aquella gran entrada principal. Sus pasos continuaron siendo lentos, pero decididos en todo momento, precisos, detallistas, cuidadosos por así decirlo. Estaba consciente que no estaba sola, pero había decidido hacer el primer movimiento por mero aburrimiento. Sí, estaba cansada de esperar, pero lo más extraño era que si bien buscaba el triunfo, no era lo esencial que necesitaba en ese momento.

Un fino y grácil movimiento con su mano derecha provocó el desenfunde de aquella katana que le pertenecía a la chica, dicha arma provocó un ligero sonido cuando el filo rozó contra la funda, el cual no pasó desapercibido por Naomi, provocándole todavía un aumento mayor a sus deseos de lucha, de sentir la sangre cálida de los contrarios correr por sus blancas y delicadas manos tersas. La Uchiha continuó caminando, siempre con firmeza, llevando un pie delante del otro en cada paso que iba ganando, en ese preciso momento una nueva brisa movió los cabellos azabache de la mujer, atrayendo consigo ese aroma a ciruelas blancas que provenía del cuerpo de ella, este impregnándose al menos en un radio de dos o tres metros a la redonda.

Divisó a costa distancia a dos guardias que parecían ser al menos comunes y corrientes, por lo que ella en ese preciso instante dejó de sonreír, adoptando a nueva cuenta ese semblante frío. Se detuvo bruscamente, por dos o tres minutos y así sin más se lanzó a correr hacia ellos a toda velocidad, deslizando su brazo derecho hacia un costado, totalmente en una posición relajada antes de asestar un fuerte golpe contra uno de ellos directamente hacia su garganta. Cuando aquel segundo guardia atacó con una lanza, ella detuvo ese mismo golpe con su katana, utilizando el reverso de la misma, del lado que no poseía filo alguno.

-Hmp…- Apenas si eso musitó, observando a los ojos a ese hombre en todo momento, para después sonreír levemente y suspirar, como si su estado de relajación se hubiese incrementado. Finalmente, de una fuerte barrida empleada con su pierna derecha, hizo caer al hombre y en ese instante…tomó con más firmeza aún el mango de la katana, haciéndola girar con facilidad para enterrarla sobre la cabeza del contrario.

Le observó fijamente, detallando como la sangre corría rápidamente por debajo de aquel cuerpo inerte. Sacó la katana, moviéndola con fuerza hacia su costado contrario y salpicando con aquellos fluidos tanto la puerta como el mimo suelo a la espera que los otros se dignaran a aparecer para así jugar todos juntos de una buena vez.

Turnos:

por Invitado Jue Jul 24, 2014 5:39 pm

Diario de Cabrera; decimocuarto día.
A veces, solemos comportarnos como animales. Que ni les hace faltar hablarse o dialogar que planear, sólo lo hacen instintivamente, sin más palabras o ladridos que una mirada o estar cercanos. A fin de cuentas... ¿Existe necesidad para planear algo cuando quieres atravesar la garganta de otro con una espada? Con espada y hacia delante. ¡Que se oigan los ladridos de la Revolución! ¡Que suelten a los perros de guerra!

Música de fondo:

Venganza. Sólo quiero venganza.

Pobres eran aquellos que el Lord hacía de su custodia, no los Custo Dei, sino a aquellos insignificantes soldados que salvaguardaban las murallas... Como si realmente un ejercito fuese a tumbarlas a embestidas. No, eran solo carne de cañón o decoración altiva de poder, el auténtico cuerpo militar, residiría dentro, no más cercanas a las murallas que protegen al Lord, si no al mismo Lord; siendo ellos sus murallas. Me encontraba sobre un árbol de una isla, sopesando mis actitudes y revisando la vista del lugar. Un castillo alto, aparentemente inexpugnable a asedio y sobretodo grande; como el ego del Lord. Me bajé la rama de aquél montículo pedroso e isleño y poco a poco, me metí en el agua, hundiéndome andando; gracias a mi pesada espada que siempre sostenía en una mano... sin funda. De esta manera, evitaba nadar y avivar el agua mientras me acercaba.

Una vez en la orilla, sólo me bastó secarme rozando mi espada y sacando su gran profana llamarada, que secó hasta el más resquicio fondo de mi ser y ropa. Una vez así, empecé a acercarme al dominante castillo y a su puerta. Mi semblante fue por ahora, sigiloso. Flexionaba las rodillas, mientras ensanchaba mis hombros con pasos lentos, con mi espada en mano y a mi lado; como de costumbre, parecía ser excesivamente pesada para cogerla con tanta facilidad como yo tenía, algo que en vida me sería imposible. Era extraño que ahora me sintiese en paz para lo que me esperaba, cuando solo ansiaba la venganza por todo lo alto, el castigo violento y vindicador. Mi tez pálida y mis ropajes negros hacían el juego oscuro que tanto adueñaba a la noche a taparme y ocultarme, ahora que el atardecer se aproximaba. Sabía, que mis fríos músculos de la cara no estaban tan tensos, viéndose así serenidad facial. No estaba en paz, quería guerra, pero retenía esa sed con la perspectiva del pícaro; con calma y paciencia, todo se consigue.

Al final, divisé a una de mis "camaradas". No sabía nada de ella, y ahora no era el momento de preguntarlo. Lucía esbelta, firme y calmada; expuesta. ¿Sería así su comportamiento? ¿O realmente se está reteniendo? No sé porque, nacía la necesaria actitud de no destacar demasiado frente a otros, pero es que al fondo de mi ser, me moría por matar. Entonces fue, cuando me agazapé más y vi a ella dirigiéndose hacia dos guardias. Esa impresión, ese temperamento... debía ser una psicópata. Una vez así, me digné a aparecer visiblemente. Para mi sorpresa, a mi lado, otros dos guardias se apresuraban a socorrer a sus compañeros. Una ansia me rodeó el cuerpo. La venganza, venganza contra la vida misma, contra los que sólo cumplen órdenes... Los odio... Los quiero degollados, quiero... quiero... ¡Quiero!

Fui hacia ambos, con mis brazos horizontalmente para tumbarlos a ambos contra el suelo. Cogí a uno de ellos y lo levanté por el cuello y con una sola mano, para cortarle con cierta lentitud con mi gran hoja uno de sus brazos y casi sin oportunidad de dejarlo gritar o auxiliar; pues lo plaqué con bastante brutalidad que pareció romperle la columna vertebral. Luego, rápidamente, pisé la boca del otro dolorido caído. Lo levanté con una de mis manos y le clavé mi gran hoja ancha por su torso, para luego quitárselo de sus entrañas y morderle su cuello con mis fauces necronicas; viéndose como mis músculos muertos me dejaban aumentar el tamaño de mi fauces para acaparar mas cuello para mi mordedura zombi.

- Silencio. -Comenté para su desgracia-.

Se ahogaba mientras apretaba con mis dientes y devoraba su piel, sujetándole aún así del cuello para mi deleite de carne, hueso y sangre. Una vez satisfecho, dejé caer su cuerpo muerto y con su cuello mordisqueado hasta el mismo esófago. Tuve que tragarme lo que mastiqué, haciendo caer la misma sangre sobre mi cuello y torso desnudo; hasta que paró cerca de mi ombligo. Una vez así, me quedé expectativo, sin proferir palabra. Le arranque la cabeza a quien devoré su cuello, agarrándolo del resto de su casco, girándome para observar a mis próximos camaradas.

por Invitado Jue Jul 24, 2014 8:16 pm

Un día como otro cualquiera, un día en que no iba a pasar nada, al menos ese aspecto tenía ese dia, pues no había nada de especial ese día, nada que lo hiciera destacar sin embargo ese día podía cambiar todo pues si teníamos suerte al atacar el castillo del lord acabaríamos con la guerra pero quien sabe lo que nos deparaba ese día.

Por mi parte no tenía demasiado entusiasmo, aquello no parecía un plan demasiado bueno pero quien era yo para discutir solo otro revolucionario más, lo único bueno es que al menos no sería un día aburrido. El día era bastante soleado algo bastante malo para mi pues mis poderes eran más débiles aunque habría más sombras donde poder esconderme, en cualquier caso la sombra llegaba muy lejos dentro del agua, aproveche aquello para ir nadando por el agua hasta aquella sombra y en cuanto la tuve a mi alcance mi cuerpo se fundió en ella permitiéndome moverme con rapidez y casi como si yo fuera parte de la misma sombra pude llegar hasta la parte alta de la muralla, pues la sombra se generaba allí, con cuidado subí pero al hacerlo un guardia me vio,a punto estuvo de dar la alarma pero sin dudarlo lance mi espada como si fuera un lanza clavando atravesando su pecho y clavandolo en el suelo mientras la sangre caía por el filo de mi espada.

Al acercarme a la zona donde estaba la puerta pude ver como allí abajo ya habían empezado mis compañeros acabando con un par de guardias de las puertas, sin duda los guardias de las murallas eran débiles pues los fuertes estaban dentro cubriendo al lord, pensé en como podían entrar, si hacíamos mucho ruido podríamos acabar llamando a los guardias sin duda era mejor hacerlo de forma algo más sigilosa, por ejemplo abrir las puertas en lugar de romperlas o algo así lo cual me dio una buena idea, abriría las puertas ya que estaba dentro, entrar para mi era sencillo lo difícil sería salir una vez que la cosa se pusiera peor.
No encontraba nada para poder bajar, si tardaba demasiado la cosa podría ponerse mala por eso tome mi espada desclavandola del chico y después escribí algo en el torso del chico apuñalado con las garras de mi guantelete de dragón, escribí Ahora os abro la puerta esperad.- tras eso lo lance desde la muralla al lugar donde se encontraban mis compañeros, pero antes de que me vieran salte hacía abajo agarrando con la mano del guantelete la pared, mientras iba bajando iba quedando las marcas de las garras, pero no me importaba pues era la forma de frenar la caída.

Al aterrizar junto a las puertas un par de guardias me vieron y se lanzaron contra mi, uno de ellos llevaba una lanza y trato de clavarme la en el pecho, no fue difícil esquivarlo pues salte sobre el apoyando mi mano en su cabeza y aprovechándome de el me impulse para atacar al otro que llevaba una espada, antes de que el otro pudiera actuar agarre su cara y la estampe contra la pared al hacerlo el hombre cayo al suelo mientras en la pared quedaba un gran rastro de sangre causado mientras caía, por otra parte el otro guardia trato de atacar mi espalda, pero agachándome justo a tiempo le esquive y lance una patada a su cara como contraataque, cuando cayo al suelo empece a golpearle con ganas mientras en mi cara había una sonrisa de lo más macabra y loca, cuando quise darme cuenta la cara del hombre era irreconocible y todo el suelo y parte de mi cuerpo estaba manchado de sangre pero poco me importaba.

Tras haberme librado de los guardias busque el lugar donde se podía abrir la puerta, no sin antes esconder los cuerpos, por suerte el lugar donde los escondí un pequeño cuarto era donde estaban las palancas para abrir las puertas, sin dudarlos las acciones abriéndose la puerta levemente pues no quería llamar mucho la atención, salí hasta la puerta y al ver al hombre y a la chica sonreía amablemente mientras decía.
-La puerta esta abierta chicos, ¿estáis listos para seguir?.-
Con la espada en mi espalda, estalle mis dedos y después mire al castillo sonriendo ahora con una sonrisa algo más macabra, pero luego al mirar a mis compañeros sonreía alegre como si fuera una persona distinta, el jetch que peleaba y el que hablaba era el mismo, sin embargo la diferencia en su forma de actuar era mucha, pues cuando peleo me vuelvo una bestia sin compansion y no se contenerme, casi nunca se.
-Una cosa antes de que entremos, solo hay dos reglas hoy, primero nadie se queda atras y segundo pase lo que pase ayudemos unos a otros.-
Tras decir eso coloque un brazo sobre la chica y otro sobre el chico sonriendo, demostrando que me importaban mis compañeros aunque no los conociera de nada.

por Invitado Jue Jul 24, 2014 10:58 pm

Había estado separado de su hermana, se tomo su tiempo para ir con unos contactos y conseguir varias cosas que sabría que podían ser de utilidad para lo deseado. El ataque no era algo que realmente le llamara la atención, pero su hermana era muy insistente en ello por lo que el interés pronto se vio afectado también en él.
Habiendo dejado todo en manos de su hermana se sentía realmente más tranquilo, aunque no lo admitiría jamás en la vida. El cierre de su camisa estaba hasta arriba por lo que sus labios levemente se ocultaban cuando el bajaba un poco la mirada, aquella mirada vacía y perdida que solo él poseía, sus ojos oscuros como la misma noche parecían ser carentes de cualquier emoción, no muchas cosas eran capaces de arrancar emociones de aquel incubo.
Ya cerca del anochecer se encontraba camino al castillo del Lord, aquel estúpido lugar donde los parásitos del gobierno mantenían encerrado a aquel sujeto que se creía el ser supremo. Estaba arriba de una rama de la cual podía ver perfectamente como su hermana comenzaba a moverse, se quedo observando en silencio como esta asesinaba de aquella manera a los guardias de la puerta. Sus orbes oscuros se posaron inmediatamente en otro sujeto que apareció en la escena ¿Se estaba comiendo al tipo? Caníbal, o un muerto viviente, cualquiera de las dos podía ser y las dos terminaban siendo demasiado similares, eso por el momento daba igual.

Cuando vio ya al tercer sujeto actuar sobre la muralla, entrando hacia el interior del lugar decidió que era tiempo de acercarse, ya los había estado observando lo suficiente por el momento. Bajo de aquella rama y se acerco de manera sigilosa, en completo silencio pero con rapidez pues no quería perder el tiempo. Camino con calma cuando estuvo a unos metros de ellos, se acerco hacia su hermana ya sin importarle si esta lo veía o no, alzo una ceja al ver cómo el contrario abría la puerta, eso les ahorraba bastante tiempo.
Sin embargo, tras notar las intenciones de aquel anciano aparentemente en buena forma lo miro de forma un tanto seca, aquella mirada inexpresiva con cierto brillo despectivo, inquiriendo saber quién demonios se creía que era aquel sujeto. Prácticamente a un lado de su hermana, metiéndose entre ella y aquel sujeto, con su mano derecha aparto el brazo de este sin mucho interés o fuerza y rodeo la cintura de su hermana con el mismo brazo, apegándola a él –Buen trabajo… Hablo con calma a ella pues sería la única persona a quien elogiaría. Dirigió una mirada sin mucha emoción hacia aquellos dos sujetos, más que nada para reconocer sus rostros de mejor manera y dejar en claro que ni tocaran a su hermana, principalmente hacia aquel sujeto que anteriormente se había tomado demasiada confianza con ella.

Decidió entrar al lugar, soltando el agarre de su hermana para moverse mejor se quedo detrás de un muro un tanto insignificante pero era al menos un punto ciego para los guardias que se encontraban en las alturas del muro, elevo levemente el dedo índice señalando tres torres alrededor –Si logramos pasar desapercibidos de esos guardias podremos entrar sin problema, los de tierra serán un simple juego. Si logramos asesinarlos, será aun más sencillo entrar… Comento dejando que escuchase el que deseara. Se asomo levemente por el muro, con su serio mirar siempre en su rostro “tres arriba, cuatro en la puerta, dos de cada lado de la misma total de ocho a su alrededor, tres más haciendo marcha en los alrededores, otros cuatro haciendo marcha en tierra… “contó a cada uno de los guardias –Solo dieciocho… Le parecían ridículamente pocos, algo raro había allí. Se volvió a esconder detrás del muro –El resto debe estar dentro del castillo, entrar por la puerta del frente será claramente un suicidio o una idiotez, llamaremos la atención de cada guardia y custo dei del castillo… No creía en ningún momento que eran débiles, pero era cuestión de números, podrían ser fuertes, pero ¿Qué harían si los custos dei aparecían con miles de guardias? Se quedo pensando pocos segundos y luego observo a su hermana –Nao… La sonrisa que ella tenía en ese momento le hizo saber que no necesitaba seguir hablando, la observo escasos segundos a los ojos y su mirada bajo rápidamente hacia los pechos de su gemela, aquellos que se dejaban ver un poco por el kimono que traía puesto en ese momento. Controlo sus instintos y, como si se tratara de encender simplemente un cigarro, metió la mano entre ambos pechos de la Uchiha para luego sacar un papel de allí y abrirlo –Aquí está el boceto del plano del castillo… Comento como si nada –Derrotar a todos los guardias de aquí es necesario puesto que no nos dejaran mover con facilidad, tenemos que entrar por aquí… la zona de empleo. Nos brinda una clara y fácil entrada al castillo y nos toparemos con mayormente simple personal. Doblo el papel y se lo dio a su hermana para que nuevamente lo guardase donde le plazca, estaba acostumbrado a aquellas pequeñas cosas que ella hacía para provocarlo.

por Invitado Vie Jul 25, 2014 3:42 pm

atuendo:

La noche estaba cayendo en los tres reinos, la azabache se encontraba en el Dominus Castle para así conocer n poco aquel lugar que tanto la atención le llamo durante años, esta vez estaba acompañada de el General Ousawa sin embargo ella se había apartado unos momentos de él debido a que era demasiado inquieta y pronto una gran puerta de vidrio le llamo la atención, terminando por salir hacia un gran balcón de uno de los lados del castillo.

A diferencia de cualquier otro día, la general llevaba puesto un kimono negro con detalles azules el cual se ajustaba perfectamente a su delicada figura. De pie en uno de los balcones del tan imponente castillo observaba el sol ocultarse mientras el viento de aquella noche de verano soplaba con una ligera fuerza, sus largos cabellos negros se mecían a la par del viento y sus tan expresivos ojos violáceos se mantenían perdidos en el ocaso.
Cerro los ojos unos segundos para disfrutar de aquella cálida brisa hasta que escucho como una persona del castillo la llamaba –Srta Heartilly, pase por aquí… Ella como de costumbre sonrió amable y entro al castillo, llevando como de costumbre su espada esta vez sin aquella funda violeta, la mantenía en su cintura para que este acorde a su vestimenta, aunque en muy pocas ocasiones se preocupaba por ello esta vez se encontraba en lugar demasiado importante para ella por lo que decidió que no estaría mal preocuparse por primera vez en ello.

Tomo asiento en una gran sala muy bien ambientada con una pequeña mesa delante en la cual pronto dejaron una taza de té. Por pura educación la acepto y bebió con calma, pues su bebida preferida había sido siempre el café después de todo. Cruzo ambas piernas acomodando su kimono para que nada quedara visible y quedo sentada en total calma mientras aguardaba. A un lado de ella se encontraba el General al cual le dedico una amplia sonrisa –Gracias por acompañarme, realmente tenía muchos deseos de venir… Admitió sin poder ocultar la alegría que sentía en ese momento. Dirigió su mirada hacia el alrededor –Es un lugar realmente magnifico… La joven espadachín nunca había visitado tal lugar, por lo que estar por primera vez allí le daba una gran emoción y nerviosismo al mismo tiempo, eso, sumado a su ascenso reciente, eran recuerdos que estaba segura, jamás olvidaría.

por **Akatsuki Ousawa** Vie Jul 25, 2014 6:00 pm

Había averiguado que compartía la curiosidad de visitar el Dominus Castle con Shomi, él no iba a ir solo, lo veía como un poco tonto, pero ahora que ella también tenía ganas, le insistió hasta que aceptó y pudo llevársela, llegando por la noche. El cielo estrellado daba algo de iluminación, pero Akatsuki se preguntaba por qué no estaban ahí por el día, que se verían mejor las cosas. Menos mal que dentro del edificio había muchas luces. Se dedicó a perseguir a Shomi y a no perderla de vista, dejando que de vez en cuando fuera a mirar lo que le interesaba y ahí es cuando su mirada se clavaba en la jovencita, para que no se le perdiera.

-Cuidado a donde vas, Shoooomi...- Alargó el nombre como solo él hacía siempre, ya era una costumbre. Podríamos decir una muestra de cariño por llevar tanto tiempo trabajando juntos y ser compañeros de batalla. Acabaron siendo guiados los dos hasta una habitación en la cuál les ofrecieron té, bebida que no le gustaba, básicamente porque para él era agua de color, no tenía sabor alguno. Se lo bebió a la fuerza lo más rápido que pudo y luego dejó la taza en su lugar correspondiente. Se tapó la boca con la mano y entonces ahí, su expresión cambió a una de asco total, pero por supuesto, no se veía ni se notaba. Cuando apartó la mano, estaba normal, con una sonrisa.

-¡Ah! No te preocupes, es un placer estar contigo. ¿Continuamos?- Preguntó mirándole con mucha curiosidad. El suelo estaba reluciente y todo era sumamente majestuoso, además ellos tenían un acceso especial por ser miembros importantes del gobierno, de modo que podían adentrarse por lugares en los que no se permitía el paso a los ciudadanos. Se levantó y le tendió amablemente la mano a la chiquilla, para continuar la visita. Akki pensaba visitar a los Custos Dei, a lo mejor era una buena idea. -¿Y si visitamos a los Custos Dei, Shooomi?- Aún no tenía ni idea de lo que estaba por pasar, pero poco faltaría para averiguarlo.

por **Gissel Gremory** Sáb Jul 26, 2014 12:49 pm

La valkyria había llegado casi al anochecer al Dominus Castle, específicamente porque sabía que allí encontraría a Dante, hombre con el cual deseaba verse hace rato para discutir algunos asuntos menores sobre la seguridad en sí, quizás buscando sus consejos o también la experiencia que aquel Custos Dei llevaba en su haber. Después de todo, la pelirroja tenía a cargo la seguridad del primer ministro, cosa que no le parecía tarea fácil, además, al ser joven, tenía muchas dudas, las cuales creyó que aquel poderoso guerrero podría ayudarle a resolver.

Una vez dentro, comenzó a caminar por uno de los corredores principales, observando con detenimiento todo a su alrededor mientras suspiraba un tanto de forma pesada al no poder localizar a peliblanco. Sus pasos como siempre eran tranquilos, seguros, con ese mínimo toque de sensualidad que la caracterizaba, aunque ni ella misma se diera cuenta de aquello. Cruzó sus brazos por unos momentos, observando detenidamente por una de las ventanas del castillo, no sabía porque, pero se sentía ligeramente intranquila, cosa que no entendía muy bien el porqué, pues en apariencias todo se encontraba totalmente en orden.

Negó suavemente y continuó su camino por el mismo sitio con total sigilo, calma. Sus ojos celestes siempre se mantenían enfocados hacia el frente, aquella mirada por momentos hasta inexpresiva, pero tan transparente, capaz de revelar millones de cosas ante una persona que medianamente la conociese.

-¿Dónde se habrá metido este hombre…?- Preguntó por lo bajo llena de dudas en su momento, antes de divisar no muy a lo lejos al general Ousawa, su compañero de fiestas y a la vez de combate. Alzó apenas el mentón en un movimiento de cabeza seguro, a modo de saludo, mientras movía su mano derecha levemente. Con él estaba una chica que la gladius no conocía, la observó por algunos momentos de arriba hacia abajo siempre mostrando esa leve sonrisa. Como no la conocía, suponía que sería una de las chicas del general, de todos modos, no preguntaría, no quería meter la pata.

por Invitado Dom Ago 10, 2014 6:52 pm

A todo aquél que me tendría en un altar por ser uno de los guerreros mas fuertes del reino perdería todo su fanatismo al encontrarme semi - inconsciente tirado en la cama y cubierto por unas sábanas rojas que no cubrían lo suficiente. Sin embargo desperté de pronto al sentir un latigazo de dolor en la nalga izquierda - ¡Joder! - grité al retorcerme por el repentino dolor llevándome la mano al dolorido pandero - Te dije que te mataria si volvías a hacer eso - Mi sirviente sin duda era el peor de todo el castillo teniendo en cuenta que también era uno de mis mejores amigos y solía tomar aquella posición para molestar a alguien de mi rango.

Ya vestido y después de haber tenido una agradable ducha estaba lo suficientemente despierto como para considerarme que pertenecía a una de las razas pensantes de los reinos. Según me explicó mi servicio debía reunirme…dejemoslo en que tenía que reunirme con alguien y punto. Y quizás fuera por las escasas horas de sueño que había tenido últimamente puesto que según caminaba por los pasillos del Dominus Castel notaba como había una extraña aura difícil de ubicar, casi como si la sed de sangre de algún sujeto se volviera tangible. Por el momento ignore aquel detalle achacando a que sería alguno de los miembros que se reunían en el castillo, de todos modos no era una sensación agradable.

Saludé a los guardias como hacía siempre y fué bueno saber que no parecían preocupados por aquel molesto sentimiento que me invadía, de haber un ataque aquellos chicos ya tendrían en las mazmorras a los asaltantes. Pero no, como siempre los pasillos de la enorme fortaleza estaban relucientes y el mármol blanco resaltaba los adornos dorados de los pasillos en donde reinaba la tranquilidad y era un gran lugar para vivir si no te importaba que la gente pensara que eras el perro de un dictador.

Fueron cerca de cinco minutos paseando hasta encontrar a alguien ajeno al castillo y al menos sus caras no me resultan familiares así que avancé con tranquilidad hacia el pequeño grupo de tres que se había reunido a la salida de una de las salas en las que tomar algo y descansar.

por Invitado Jue Ago 14, 2014 6:10 pm

Observo con atención a sus otros dos compañeros, clavando la mirada en ellos por escasos segundos, analizándolos en todo preciso momento. Uno parecía ser bastante callado, quizás actuaba de una forma un tanto más calmada, mientras el otro, bastante hiperactivo y confiado de sí mismo. La mente de la Uchiha comenzaba a desatacar cabos segundo a segundo, pues desconocía el verdadero potencial de los otros dos, sus habilidades le eran un completo misterio, lo único que tenía en claro era que si en algo conocía a su hermano era que seguramente éste se encontraba analizando hasta el más mínimo detalle, y aunque no lo reconociese abiertamente se preocupaba de que algo saliera mal con su hermana. Cerró los ojos unos instantes ante aquella idea, dejando escapar un suspiro un tanto despreocupado, sabiendo que a ella también le torturaba lo mismo, después de todo, su hermano era su mundo.

Tan sólo observó de reojo al mayor del grupo cuando éste la abrazó una vez abierta la puerta, mantuvo aquella inexpresiva mirada, pues realmente no le agradaba en demasía que hicieran contacto físico con ella. Estuvo a punto de hacer algunas de las suyas, pero de una forma casi imperceptible su hermano se había acercado hasta el grupo, poniéndose en medio al mismo tiempo que la rodeaba de la cintura y elogiaba. –Hermano…- Apenas musitó, siguiéndole con la mirada cuando él se adentró primero.

No le molestó en lo más mínimo que introdujese la mano de aquella forma, precisamente porque es la reacción que había buscado en él, le encantaba molestarlo o tentarlo por así decirlo, por lo que una pequeña sonrisa de triunfo se dibujó en el perlado semblante de la súcubo apenas ocurrió eso. Oyó con atención sus palabras, aunque en todo momento dedicaba algunas fugaces miradas al castillo, se llevó el dedo índice derecho en medio de los labios, pensativa, mordiendo de tanto en tanto la punta del mismo.

-Dieciocho…- Repitió de un modo calmo, extendiendo la mano izquierda tomar el boceto aquel, doblarlo de una forma casi perfecta en cuestión de segundos y volver a guardarlo dónde estaba, no sin antes dedicarle una fugaz mirada a su gemelo, simplemente para picarlo más. Observó a los otros dos, al mismo tiempo que con la otra mano se corría el cabello hacia atrás. –Supongo que los canes estarán dentro y los soltarán cuando sea preciso. Que aburrido…- Protestó de mala gana para dedicarle otra inexpresiva mirada al resto, sobre todo a jetch. –Sí. Cuatro entramos, y cuatro saldremos hoy, en fin, terminemos con estas basuras del exterior…Sepárense por el momento, en diez minutos no reuniremos en la puerta dónde ingresan los empleados…y …- Se detuvo en seco, sin observarles. –Traten de no llamar tanto la atención- Musitó de aquella misma forma inexpresiva, aunque más que nada lo decía por los otros dos.

Finalmente, sus pasos ligeros la llevaron a doblar hacia la derecha, perdiéndose de la vista de sus demás compañeros, con la clara y precisa misión de encargarse de los primeros tres guardias que estaban cumpliendo con una de sus rondas obligatorias. A medida que fue aproximándose a ellos, rodeándolos de algún modo al escabullirse, como si de un animal acechando a su presa se tratase, iba pensando en qué medida tomar para con ellos, lo que menos quería era hacer bullicio, así que sólo se aproximó por detrás. A uno de ellos simplemente le enterró la katana en la nuca, soltando unos instantes la misma para así romperle el cuello a los otros dos sin demasiado esfuerzo, con sólo emplear una correcta llave usando sus manos.

Prosiguió para llegar a dónde había acordado con los demás, contando los minutos dentro de su cabeza con la justa precisión que la caracterizaba.

por Invitado Dom Ago 17, 2014 10:45 am

Mis camaradas, desde luego, eran más sorpresivos que quienes le sucedían en aparición. Uno, de tez morena y una rapidez parpable, nos abrió la puerta a la par que combatía, con cierta improvisación a mi parecer. Eso me hizo sentar las bases de la curiosidad, pero, mi rostro seguía igual de sereno, serio y calmado; indiferente a los comportamientos ajenos. De hecho, me permití mirar la cabeza del guardia a quien corté de raíz su cuerpo: observándole directo a sus ahora ojos muertos. Fue muy espontanea la mirada, no hallé diferencia entre su vida y su muerte. Dentro de mi mente, sólo podía ver como a mi mismo me repetía "se lo merecía". Con eso, sin quererlo, ignoré un poco las palabras y consejos de este camarada... no por no tener razón, sencillamente es que me embobé en mis cosas... y...

"Yo, estaba muerto".

Sin embargo, el inesperado abrazo del nuevo camarada me sacó de mis pensamientos sin sentido, haciendo que mi cara se colocase con cierta impresión ante esa acción tan cercana, sin conocerse. Así, reedirigió su mirada a él cuando terminó de abrazar a ambos camaradas, analizándole y viendo algo en su mirada... algo al igual que la mujer.

No pensé más en eso, pues ya el grupo se acrecentaba y la regla de nuevo resurgía, quien venía más raro que los anteriores. Sigiloso desde luego, no lo vió venir en ningún momento. Compartía una similitud con la mujer, carencia de emociones visuales, "en eso eran mucho mejores que yo"... pero, este, había hablado... aunque disgustado contra el sociable camarada que nos abrazó... luego me percaté que el acercamiento entre él y la joven, era íntimo... lo que receló al joven del otro camarada de mediana edad. Comprendido estos actos, me fijé que estaba rodeado de un grupo bastante curioso e improvisado, sin ningún orden, con diferencias y sobretodo con aspectos totalmente distintos. Espera... ¿Eran hermanos? Eso creí oír.

Devolví la mirada que él me hechó a mis ojos muertos.

Con la cabeza, aún en mi otra mano libre y posando el filo de mi espada sobre mi hombro contrario, me dirigí con el grupo a observar la información traida por el joven y atender sus palabras. Tampoco eché cuenta de los detalles que ambos, claramente y con íntimidad, se hacían... Estaba muerto como para entender eso.

18... eso sería a priori pan comido, pero tampoco se husmeaba nada bueno para tan importante edificación y custodio. Aún así, tras haberlo todo aclarado, asentí ante "no llamar la atención" pues, sabía que en parte se referían a mi... Mi venganza aún está colérica en mi esencia, debía calmarme y mostrar más cabeza en este asunto. Por ello, cuando vi que la joven se dispuso a encaminarse, yo fui por el lado contrario, doblando hacia la izquierda.

Había un duo de guardias, ambos no parecían muy interesados en lo que hacían. Parlotaban altivos y sin mucho interés en aparentar ser "guardianes" sino "marujas charlatanas". Con esto, flexioné mis rodillas lo máximo que pude y con la espada aún apoyada en el hombro, salté hacia un resquicio que luego me propició un arqueado salto hacia ambos.

Caí justo detrás de uno, cortándole en dos mientras su compañero no parecía percatarse de que nadie le atendía. Tanta chachara había ocultado el sonido de la hoja cortando la carne, si es que realmente hablaba con alguien o estaba ensimismado. El otro guardia, se percató tarde pues viendo que no se iba a girar, le corté la cabeza cuando iba a coger aire para seguir hablando.

Flexionado aún mis rodillas, empecé a encaminarme con lentitud y prudencia por aquel sitio, dirigiéndome a donde quedamos.

por Invitado Lun Ago 18, 2014 5:34 am

La verdad es que ninguno de mis compañeros parecía muy amigable, la chica era fría e inexpresiva y el otro chico parecía como estar en las nubes apenas se debía enterar que yo estaba allí, pero el peor de todos llego después apartándome de la chica con cara de pocos amigos, no fue hasta que dijeron hermanos que entendí el porque, aunque para ser hermanos tenía una relación muy, digamos que cercana, camine detrás de ellos sin poder evitar decir algo que rondaba por mi mente.
-Chicos, sois demasiados secos, así no tiene gracia, tratad de ser más animados sino esto sera muy aburrido.-

escuche con atención todo lo que el chico nuevo tenía que decir, sin duda tenía razón y cuando me asome por la esquina pude contar que tenía razón 18 más o menos, aquello era fácil solo eran simples soldados el problema sería acabar con ellos de forma completamente sigilosa si uno de ellos nos veía la cosa se acababa eso era un hecho.
-De acuerdo yo me ocupo de arriba, vosotros del suelo.-

Las últimas palabras de la chica me hicieron gracia, como sombra era un experto en ataques sorpresa y andar con sigilo pero era un hombre que adoraba también pelear de frente, por lo que era un experto en ambas matar con sigilo y delante de todos, aunque prefería casi más el sigilo por no tener que aguantar todo el jaleo.

Aprovechando las sombras para aumentar mi agilidad pude trepar sin problemas hasta la parte alta del muro donde unos cuantos guardias hacían su ronda, 3 quietos y 2 que se iban moviendo, espere hasta que los dos que se movían se perdieran en una esquina para moverme con rapidez hasta una posición en la que estaban los guardias vigilando a menos de 1 metro, fue entonces cuando la cosa se puso un poco peor uno de ellos miro hacía abajo viendo lo que hacían sancho y naomi, antes de que pudiera decir nada tuve que lanzarle la espada al medio del cuerpo para matarlo dejándolo empalado, los demás hombres miraron en mi dirección pero antes de que pudieran hacer nada me abalance sobre ellos agarrando a uno con mi mano izquierda por el cuello y a otro atravesándole la garganta con un cuchillo.
-Silencio.- dije al que aun tenía agarrado por el cuello poniendo un dedo delante de mis labios, entonces agarre con ambas manos su cuello y lo estrangule hasta que callo muerto.

Los otros dos guardias que iban patrullando se empezaban a acercar pues se les oía hablar, me coloque en la esquina por la que pasarían escondido tras la pared con la espada en mi mano y cerré los ojos, escuchando sus pasos y sus voces calculando cuando llegarían.
3.... 2.... 1..... ahora.- en ese momento abrí los ojos realice un corte hacía el lado de la esquina la espada quedo clavada en la pared por el impacto por un segundo pensé que había sido demasiado rápido pero me equivocaba, allí estaban partidos por la mitad ambos como si nada, la espada llena de sangre y los unos cuantos cadáveres en mi espalda y otros delante, sin duda había empezado el ataque bien y aun quedaba mucho.

No sabía muy bien por donde tenía que ir para ir a donde habíamos quedado pero aun así fui siempre ocultándome en las sombras tratando de no ser descubierto, pero en aquella parte alta no había sombras y tenía que ir con cuidado, muchas ventanas daban a donde estaba yo y podrían verme sino tenía cuidado, aun así si lo tenía pero como todo siempre hay un pequeño margen de error.

por Invitado Lun Ago 18, 2014 9:39 pm

Sus ojos fijaron rápidamente las posiciones de los guardias que quedaban aun de pie, ocho en la puerta, cuatro en la misma, otros cuatro caminando a su alrededor en una guardia, le tomo menos de un segundo buscar puntos ciegos para los cuatro, poso la mano en la espada que poseía justo detrás de él y de un momento a otro se movió, pasos rápidos y silenciosos siempre característicos de él. Dos dándole la espalda, otros dos caminando hacia él, al tomar el camino del medio no tenía mucha chance de esconderse pero solo dos segundos fueron suficientes, cuando entro en campo de visión de los guardias saco su espada y con un seguro movimiento hacia la izquierda causo u profundo corte en la garganta de uno de ellos mientras regresaba el corte hacia la derecha y hacia lo mismo con el que quedaba. Como era de esperarse los otros dos se giraron para continuar el camino, el azabache pronto fue hacia ellos, cuando estos finalmente se giraron el ya estaba frente a los mismos, ligeramente agachado, clavo su espada justo en el pecho de uno de ellos mientras que tomaba del cuello al otro para tirarlo al suelo, una corriente de electricidad se vio en su mano y al momento de retirarla, el sujeto tenía un hoyo en medio de su cuello.

Buscando siempre atacar allí para que no tuvieran chance de pedir ayuda o alarmar al resto, continuo en un rápido recorrido hacia la puerta, dando un salto cayo a espaldas de uno de los guardias laterales, tomándolo de la cabeza con un firme movimiento quebró su cuello y pego la espalda a la pared, ayudándose a ocultarse gracias al punto ciego que aquella enorme escalera le ofrecía cuando el cuerpo cayo inerte al suelo, llamando la atención del guardia lateral restante que preocupado por su compañero se acerco para ver si se encontraba bien.
Observo el rostro sorprendido del sujeto al ver a su compañero muerto en el suelo, solo alcanzo a elevar la vista y, para cuando lo hizo, la espada del Uchiha ya estaba atravesada por su cuello. Rodeo aquel muro y subió las escaleras con rapidez, observando cómo los últimos dos dirigieran la mirada rápidamente hacia él solo alcanzaron a preguntar quién era. Clavando la espada justo en el corazón de uno de ellos extendió su mano y un rayo salió justo hasta la frente del restante.
Observo el alrededor, no quedaba un solo guardia de pie y así al menos podrían entrar sin problemas, hizo un movimiento con su espada para limpiar la sangre de esta, la giro y nuevamente guardo antes de comenzar a caminar con total calma hacia donde habían acordado primeramente. Lo primero que hizo fue fijar la mirada en su hermana, aunque sabía que no había tenido problema alguno la observo con cuidado de pies a cabeza antes de dar una rápida y tal vez desinteresada mirada a los demás, aunque no había sido del todo así, necesitaba saber que estaban en una pieza. –Andando… La puerta parecía claramente tener cerrojo, pero solo basto un poco de fuerza para forzar la misma, haciendo un ruido seco y casi inexistente la abrió y paso a un cuarto sumamente estrecho con una escalera en espiral. Observo de reojo a su hermana y subió rápidamente por aquellas escaleras, deteniéndose cuando diviso algo de luz. Cerró los ojos dos segundos para recordar el plano que tenía su hermana, no tenia deseos de volver a buscar entre su ropa para mirarlo una vez más.

La siguiente habitación era un almacén completamente de madera con dos ventanas, cajas de mercancía y quien sabe que más cosas, iluminado escasamente, un viejo dormido sobre una banca parecía ser el único que estaba en ese lugar por el momento.
Fue hacia la única puerta que había en la habitación, y escucho al personal detrás de la misma, suponiendo que se trataba de la cocina o una de ellas, ese castillo era malditamente inmenso; dio completa atención a cada palabra que las personas allí decían. Recordando una vez más el plano en su memoria observo a los contrarios –La luz es una molestia, iré al cuarto de generadores, al parecer los problemáticos se encuentran en el salón principal Agradeció al chismerío de las ancianas del lugar, eran útilmente indiscretas. Observo a su hermana pues ella tenía el plano, extendió la mano y no fue sino hasta que tuvo la de ella sobre la de él que la atrajo contra su cuerpo, tomándola de la cintura junto sus labios a los de ella de manera demandante, introduciendo su lengua en la boca ajena la beso de manera posesiva como solía hacerlo, pegándola a su cuerpo, se separo poco después con el mapa en mano nuevamente. –Aquí tienen por si lo necesitan... Una vez limpio este cuarto pueden ir al salon sin tantos problemas. Lo extendió a los otros dos sujetos y luego de eso observo la puerta, la sala que él deseaba estaba del otro lado, y debía cruzar primeramente por allí.

Se posiciono, no se preocuparía por las personas de allí, sean cuantas sean, no eran problema alguno, sabía que los demás podrían encargarse fácilmente. Abrió la puerta y rápidamente se adentro al lugar, notando la sorpresa de las personas allí dentro, al otro extremo de aquella grande habitación la puerta deseada se abrió, dejando ver la figura de un hombre salir de esta, tomo su espada y paso a un lado de él, logrando un firme corte en su torso entro a la habitación y se encargo de dos sujetos más que allí se encontraban, meros trabajadores. Una vez tranquilo observo con cuidado su alrededor, para su mala comprendía que el castillo tendría luces de emergencia, pero si “cortaba” la energía central seria claramente una ventaja. Su mirada se poso rápidamente allí y extendió la mano, estando a unos dos metros, un gran rayo salió de él directo al generador central, logrando una explosión en aquel cuarto que poco resonó en los alrededores gracias a los antiguos y gruesos muros.
Las luces se apagaron y el salió de la habitación con el humo detrás de él con total calma, eso ya estaba listo, debían simplemente digerirse hacia el salón principal los más rápido posible y separar a los perros del gobierno, juntos serian claramente un problema. Observo en la oscuridad una puerta y rápidamente salió por esta para así dirigirse hacia el salón principal.

por Invitado Mar Sep 02, 2014 2:36 pm

Mantenía la mirada en el general, siempre con aquella suave sonrisa que adornaba con total naturalidad su delicado rostro – Por supuesto ¿A dónde deberíamos ir ahora? Pregunto poniéndose de pie con ayuda del contrario por simple cortesía, observo a su alrededor con calma escasos segundos antes de volver a fijar la mirada en el contrario tras escuchar sus palabras -¿Los custos Dei? ¿No estarán muy ocupados? Aunque su sonrisa se había ampliado por escasos segundos, quería conocerlos, había escuchado demasiadas cosas buenas sobre ellos y quería saber si eran exageraciones o no.
Dirigió una mirada por el alrededor y planto sus orbes en una figura femenina, parpadeo un par de veces, observándola con cuidado de pies a cabeza, no era demasiado alta, pero tenía buena figura, su cabello claramente fue lo que más le llamo la atención, pero no solía dar mucha importancia a eso, más bien a los ojos, su mirada parecía la de una mujer segura de sí misma, mantenían un brillo algo raro, le agradaba. Elevo una mano muy apenas, moviéndola de un lado a otro manteniendo una sonrisa suave en su rostro -¿Amiga tuya? Preguntó dirigiendo la mirada hacia el general, nuevamente la observo a ella.

Una vez estuvieron los tres juntos prefirió hablar por sí misma en lugar de que otros lo hagan por ella, era una simple costumbre o tal vez porque era demasiado abierta al momento de sociabilizar –¡Hola! Es un placer ¿Tambien de paseo? O tal vez asuntos mas serios…Lo pensó, todo podía ser después de todo, por lo que se retracto de sus primeras palabras, lo menos que quería era buscar problemas ni bien la conocía, la azabache era un extraño imán para los problemas. Estuvo a punto de presentarse cuando observo a espaldas de la pelirroja, una figura que claramente conocía al menos de vista, masculino, paso calmado, tal vez perezoso a su parecer, cabello blanco, nuevamente un cabello fácil de reconocer, ropa claramente llamativa, todo un personaje.

Esperaba que su boca no haya quedado abierta, aunque con la sonrisa que se le había formado era casi imposible, tomo de la ropa del brazo al General y tiro muy levemente sin que las palabras salieran de sus labios. Desde siempre quiso conocer a los custos dei y ahora a ellos se acercaba nadie más y nadie menos que el grandioso Sparda, se sentía como una niña en una tienda de dulces. –Akki… Bien, emociones controladas, o eso esperaba. Soltó al general y sonrió al nuevo acompañante intentando no parecer demasiado alegre. Agradeció enormemente su trabajo, y luego reacciono – Olvide presentarme… Soy Shomi Heartilly, compañera de trabajo de Akki, General de la Libertad a sus ordenes No podía no verse orgullosa por su trabajo, realmente estaba contenta con su nuevo puesto.
Simplemente aguardo en calma por el resto de presentaciones, aprovechando para ver de reojo cada dos por tres a su alrededor, el castillo no dejaba de sorprenderla en lo mas mínimo, las personas que allí habían parecían serias y totalmente capaces, eso era obvio, no podía esperarse mucho menos de ellos. De un momento a otro, todo el lugar quedo a completa oscuridad, lo que logró que la azabache se sorprendiera un poco mas su cuerpo no mostró reacción de eso, simplemente parpadeo un par de veces para que sus ojos se acostumbraran a la poca luz que ahora había -¿Un apagón?... Observo a su alrededor-¿Tal vez un fallo con la electricidad? Dirigió la mirada hacia uno de los trabajadores que allí había, escuchando como este decía que no se preocuparan y que seguramente la luz volvería en unos momentos; la general soltó suspiro un tanto suave, aunque no se quedo del todo tranquila, había algo que la estaba poniendo realmente incomoda, tal vez la oscuridad. –Supongo que solo queda esperar…. Aunque esto... no me da buena espina… Eso ultimo lo dijo mas bien para sí misma, aunque no le molestaba en lo absoluto si alguien más lo escuchaba, por mera reacción, tanteo levemente su espada, acomodándola levemente, intentando calmarse un poco simplemente por saber que allí la traía consigo.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Sep 03, 2014 7:33 pm

Estaba tan tranquilo hablando con Shomi cuando a la vista pudo detectar a una amiga suya, a su querida Gissel y entonces la saludó meneando una mano. Se fijó en Shomi, puesto que ella se quedó paralizada, al menos al verle los ojos fijos y sin parpadear le hicieron pensar eso, poco a poco dirigió su vista hacia lo que ella observaba. Sus ojos se encontraron con un tipo de pelo blanco al que reconocía por haberle visto en el Valle Chocobo, en aquella ocasión en la cuál hubo un ataque revolucionario y él estaba ahí para ayudar. Akatsuki puso una mano sobre el hombro izquierdo de la general, lo acarició suavemente y se acercó a su oído para susurrar.

-Muy bien, Shomi, lo estás haciendo muy bien.- La animó abrazándola un poco. Hacía esto porque sabía que en cualquier momento podía correr cual auténtica fan número uno a por el Custos Dei que por allí aparecía y se acercaba a ellos. La chica se le abrazó también y él solo pudo reír, se veía muy graciosa. -Sigue así, no vayas a darle la mano y resistirte a soltarla ¿Eh?- Bromeó dejándola a la vez que ella se apartaba. El General se extrañó cuando se apagaron las luces y de echo, no se creyó en absoluto que fuera un pequeño fallo, porque no le veía sentido alguno, desconfiaba totalmente de lo que dijeran los técnicos o quienes fueran los que estaban ahí.

-¿Apagón? ¿Casual? Imposible... Aquí se cuece algo...- Apretó los puños y trató de ver algo, pero salvo la poca luz que entraba por los ventanales y arcos decorativos, no había ninguna otra fuente que les sirviera para distinguir nada. Más de la mitad de la estancia estaba en penumbra, gran desventaja. -¿Puedes usar tu fuego para iluminar, Giss?- Le preguntó con esa intención, de usar su poder como fuente de luz. Él no tenía nada que pudiera usar, así que solo podía esperar. -Todo el mundo en guardia, si hay alguna amenaza, este será su momento...- Una vez volviera la luz los enemigos estarían totalmente perdidos si él los pillaba. Akatsuki se quedó en silencio junto a los demás, en busca de poder escuchar cualquier paso o escuchar al propio viento movido por quienes hubiera si es que estaban acompañados.

por **Gissel Gremory** Mar Sep 09, 2014 2:55 pm

Esa forma altiva, ligeramente sensual que poseía al caminar era única en ella, un rasgo tan característico que no podía desprenderse de su personalidad por más que lo intentase. Observó de reojo, efectivamente atrás se aproximaba el peliblanco que había conocido simplemente de reojo en el incidente de valle chocobo, le dedicó una leve sonrisa, alzando el mentón levemente en señal de saludo, para luego observar a los demás, tranquila como siempre.

-Efectivamente, amiga de Akatsuki. Gissel Gremory, segunda guerrera gladius- Murmuró orgullosa de su cargo en lo observaba también a su alrededor, con curiosidad moderada. –Más que nada vine a recorrer un poco más el castillo, tengo tiempo libre después de muchos días y quería distenderme un poco. Ya se imaginarán…Además quería ver si podía platicar con Dante, no sé, algún consejo, que se yo…pasar el tiempo- Musitó con una leve sonrisa, posando la mirada sobre aquella muchacha de ojos violeta, estos realmente le parecieron hermosos.

-Vaya…tus ojos, son tan bonitos como la amatista- Murmuró casi sin pensar, marcándose una gentil sonrisa en su semblante, la cual se borró drásticamente al quedarse todo aquel salón en la inmersa oscuridad. –Buh…que aburrido- Protestó por lo bajo, frunciendo ligeramente el ceño.

-Tengo que poner un pie aquí para que se corte la luz…- Musitó de mala gana, creyendo que no podía concluir con su recorrido, sin embargo, ella podía ver bien en la oscuridad, al menos mejor que un ser humano común y corriente. Sin embargo, en el ambiente, comenzó a sentir una energía quizás un tanto pesada, algo estaba molestando a la chica, y no quería alarmar al resto de sus “compañeros”.

-Las casualidades no existen- Finalizó, dando a entender que aquello no era del todo normal, al menos ella ya se encontraba en todo momento alerta, pero siempre permaneciendo en calma casi total. –No, fuego no aki…tengo algo mejor…- Susurró, juntando ambas manos y entre ellas comenzó a formarse pequeñas esferitas de luz que se dispersaron por todo aquel reciento, si bien eran chiquitas, su potencia alcanzaba para poder vislumbrar todo de un mejor modo. Tras eso se tronó los nudillos, moviendo también levemente el cuello.

-Al parecer no se puede tener un solo día en paz- Finalizó.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater