Caprichos, berrinches y dulces ♥

por **Alba Angelus** Vie Jun 19, 2015 12:44 am

Era un día radiante en Spatium, el sol brillaba hermoso y daba una linda calidez en las calles. Los pájaros cantaban felices y la gente parecía estar contagiada de este precioso día. Ese día iba a ser el día en que mi vida iba a cambiar de forma radical, ahora compartiría mis estudios e investigaciones con un trabajo. Bueno...aun no lo tengo si, pero pondré todo de mi parte para conseguirlo, mi padre ha puesto muchas esperanzas en mi para esto.

Mientras caminaba hasta el lugar de la entrevista de empleo iba recordando los consejos y las cálidas palabras de mi padre, por alguna razón cuanto menos camino quedaba para llegar al sitio, mas nerviosa aun me encontraba y se me estaba haciendo una especie de vacío en el estómago extraño que me subía anudando mi garganta. -¡Aaa ahí está! -Dije al ver no muy lejos los edificios que componían la Base General de Justicia, el entusiasmo me volvió a inundar todo el cuerpo y afiance mas aun los pasos, recta a lo militar decidida a hacer la mejor entrevista de trabajo del mundo.

Desde que se extendió por todo Spatium que había un nuevo ministro, no se hablaba de otra cosa en toda la región y cuando el anuncio de empleos cerca de su persona para darle servició se extendió la gente empezó a moverse hiperactiva de un lado a otro. Yo por otro lado ya de por si era hiperactiva, dice mi padre que tenga la intranquilidad de mi madre, no lo sé la verdad nunca la conocí, pero padre habla constantemente de ella y según me dice tiene razón, me parezco muchísimo a ella cosa normal llevo sus genes después de todo. Mas que de sobra sabía que habría mucha gente haciendo cola para las entrevista, mas a la que yo me presentaba, asistenta personal de segundo Ministro, aww el solo personarlo me sonroja enormemente.

-Esto buenos días perdone. ¿Por dónde se entra a la sala de entrevistas? -Pregunté a un soldado que estaba tomando su desayuno apoyando en una especie de caseta de vigilancia. -Tiene que rodear al otro lado la 3 entrada, indique su presencia en la sala de control. -¡Muchas gracias y que tenga un buen día yay! -Finalicé con entusiasmo y una amplia sonrisa mientras caminaba donde el soldado me había indicado. Cuando llegue a la tercera entrada efectivamente había una pequeña cola de gente entrando, no parecía mucha gente después de todo. Mientras esperaba mi turno de presentación en el control estuve observando como iban los demás. Había de todo, hombres, mujeres, jóvenes, maduros, viejitos incluso, en ese momento me pregunté que aspecto tendría el Ministro y me imaginé al ministro de justicia como un hombre de unos cuarenta y algo de años asi con rostro maduro y algunas arrugas, no puedo decir como padre, porque mi padre tiene un aspecto angelical y joven muy bien conservado que adorna su madurez.

-Disculpe señorita...¿Señorita? -Me dijo el soldado que estaba recogiendo documentación sacandome de aquel limbo donde me había metido. -Ah perdón. ¡Buenos dias! Aqui tiene -Entregé la documentación y esperé a que el soldado me encontrara en la lista de entrevistas y me dejara escapar a mi aventura. Pero no fue eso lo que había pensado lo que en realidad ocurrió. -Diculpe Srta. Angelus, no se encuentra en la lista de entrevistas para asistente del ministro. ¿está segura que postulo su candidatura en este empleo? - P-pee ¿pero como que no? Mire usted eso bien por favor Sr. soldado si tengo que estar, me llamaron ayer para confirmar asistencia. -De pronto me entró una calor que no era de entusiasmo precisamente y mi rostro se tornó en una enorme preocupación, algún incompetente no hizo bien su trabajo y como de costumbre yo tenía la negra mala suerte. -Disculpe Srta. pero si no está en la lista no la puedo dejar pasar, lo siento.

En eso que la gente pareció alterarse un poco y alguien salió como corriendo de adentro pasando por mi lado como alma que llevaba el diablo y justo de seguido un gruñido como de bestia de estas del bosque se escuchó por toda la instancia y alrededores haciendo que se me erizara hasta el bello de la piel. -E-eee ¿Qué fue eso? -Dije abriendo los ojos algo acongojada mirando posterior al soldado el cual parecía estar como yo, pero el se relajo porque parecía medio acostumbrado. -Es el Ministro, parece que otra persona que salio corriendo de la entrevista -El joven soldado suspiro y yo me quedé algo petrificada aunque una de mis cejas se movía intermitente dando algo de movimiento a mi rostro estupefacto.

por **Arno Mireault** Miér Jul 01, 2015 11:45 pm

La gente decia que los trabajos de poder era lo mas facil que una persona podia hacer, era solo cuestion de sentarse frente a un escritorio y gritar ordenes pero aunque pareciera eso a los que veian desde afuera, la realidad era que esa clase de trabajos eran del tipo mas estresante y agotador que podia existir. Claro que quienes habian nacido en el ambiente que formaba ese labor, ya sean hijos de reyes, ministros o jueces, tenian una idea de como seria su vida al crecer y eso facilitaba su adaptacion pero para aquellos llegados de lugares donde jamas habian tenido el minimo contacto con ese mundo, se volvia una tarea casi imposible de poder realizar solo. Ese era el caso del nuevo ministro de Spatium, nacido en un pueblo humilde y habiendo sido por muchos años casi un criminal, su sorpresiva eleccion como el nuevo ministro de justicia puso su mundo completamente de cabeza. Por una parte, fue una gran alegria el saber que podria por fin hacer su parte para mejorar su reino pero tambien vino con una gigantezca cantidad de responsabilidades que jamas en su vida penso tener y que empezaban a abrumarlo, razon por la cual decidio hacer entrevistas para una secretaria o secretario que lo ayudara con todos los papeles que debia revisar cada dia y fuera capaz de organizar las citas que debia cumplir ya que de momento habia llegado a muchas de ellas tarde y habia traspapelado tantos documentos que tenia la seria impresion que lo echarian sino ponia en orden su oficina.

El anuncio se habia publicado unos dias atras y desde entonces habia recibido toda clase de personas para el cargo que estaba ofreciendo. La gran mayoria estaba alli por el dinero y por que pensaban que si conseguian el trabajo tendrian favores de parte del ministro, cosa que podria suceder pero el problema era que ninguno tenia la minima experiencia en lo que necesitaba que hicieran, ademas que cada uno de ellos de una u otra manera se las habian ingeniado para hacerlo perder la calma y mostrar parte de su herencia draconica, llegando casi a quemar su oficina en una ocacion con sus flamas. Su paciencia si bien era mucha, cuando se trataba de esa clase de gente, simplemente se consumia como una polilla contra las llamas de una vela.- Hay alguno mas hoy? -cuestiono con una voz nada agradable mientras salia de su oficina. Su rostro seguia crispado cuando lo asomo a la sala de espera, aun habia demasiada gente pero lejos de importarle eso, se dirigio al guardia que controlaba el paso de las personas.- ¿Pasa algo con esta señorita? -cuestiono mientras posaba su mano sobre el hombro del soldado, provocando un leve brinco en el hombro.- Señor ministro...lo que pasa es que la señorita dice que vine a la entrevista pero no aparece en la lista...-respondio mientras le mostraba el documento donde luego de revisar un par de veces, efectivamente no figuraba la muchacha mas su nombre le sonaba.- Bueno alguien debera responder por eso pero recuerdo ese nombre de los que yo mismo revise y pedi que llamaran. Dejala pasar y guiala a mi oficina, yo necesito un cafe y tambien avisa que por hoy se cierran las entrevistas. Si tengo que escuchar algun otro pidiendome algun favor o mostrandome una hoja con ningun tipo de experiencia, matare a alguien -dijo algo exasperado mientras camina por la sala de esperaba hasta una puerta en el fondo, la cocina. Dentro se preparo un cafe y se apoyo en uno de los muebles con los ojos cerrados, necesitaba unos minutos.

Quizas diez minutos mas tarde, ya menos alterado, salio de la cocina encontrando la sala de espera vacia Aun menos alterado gracias a eso, paso junto al guardia que sostenia los papeles de la muchacha que habia sido foco del problema de la lista. Llevandolos bajo su brazo, abrio la puerta de su oficina, entrando en ella con los papeles abiertos.- Esta bien señorita...Angelus, digame por que le interesa este trabajo? -cuestiono con una voz mucho mas tranquila de la que habia tenido unos minutos atras; pasando junto a ella, dejo los papeles en el escritorio y tomo asiento tras el mismo, mirandola alos ojos en espera de su respuesta.

por **Alba Angelus** Jue Jul 02, 2015 12:41 am

Estaba muy frustrada y a la vez un tanto acongojada con aquel estruendoso jaleo que había armado el ministro. No se porque razón pero me imaginé al ministro a lo saruman berreándole a la gente y dando golpes con el staff en el suelo largando a la gente con muy mal humor. Pero vi a un joven acercarse a donde estábamos, pensé en ese momento dos cosas, una que era muy bien parecido cosa que relajó considerablemente mi rostro pronunciándose una agradable sonrisa en mis labios y otra, que seguramente sería un teniente del ejercito o algo así que venía a supervisar al soldado. Pero me confundí quedando mas muerta que viva cuando escuché de boca del soldado que era el ministro y cuando vi la reacción del mismo, que se puso mas derechito que una vela, de estas acabadas de hacer claro...las que están prendidas se doblan a veces, no tuve duda ninguna de que si lo era.

-¿M-mmi-nistro? -Dije tartamudeando un poco avergonzada sonrojándome por haber pensado de él que era un viejo malhumorado con aires de Saruman. Ciertamente pensé que debía dejar de leer novelas de ficción fantástica, luego me pasan estas cosas. Bajé la vista al suelo apurada levantándola cuando escuché que el Sr. ministro recordaba mi nombre, un brillito de esperanza brotó rápido para alumbrar aquella mala suerte en forma de negra oscuridad y el ánimo me volvió a brotar por todos los poros de mi piel, el mismo que se fue al garete cuando escuché que el ministro estaba cansado de ver curriculums sin experiencia, si fuera perro hubiera agachado las orejas seguro. Aún así me armé de valor y en vez de salir corriendo por patas seguí al soldado y esperé en la sala de espera que el ministro quisiera retomar la entrevista tras aquel descanso. Solo espero que aquel café se lo tomara con una tila.

Los segundos en aquella espera se hicieron minutos, los minutos horas y cuando lo ví aparecer me levante de golpe de tal manera que la silla se fue para atrás haciendo un sonido molesto. En ese momento en que me agaché para colocarla bien pensé, "bien Alba...lo estas haciendo genial, primer contacto visual eres muyyyy torpe" Me disculpé por la torpeza y tras una indicación del ministro lo seguí a su despacho. Ahí el ministro pregunto mientras iba caminando dentro. -Ehm...etto... ¿Que porque me interesa? Pues porque necesito un trabajo y se que mi padre estaría orgulloso de mi, si desempeño algo tan digno como mimar a alguien como usted....digo...ayudar a alguien como usted -"¿Por qué rayos dijiste mimar céntrate Alba céntrate". Mi rostro se convirtió en un tomate maduro como los de la huerta de nuestra vecina. -Verá Sr. Ministro yo...yo..no tengo experiencia en otros trabajos como tal puesto que estoy aun estudiando medicina entre otras cosas. Pero si soy una persona muy organizada, estoy acostumbrada a llevar todas las cosas de mi padre y tengo muchos conocimientos como puede comprobar en esta carpeta de recomendaciones que me dieron para que le diera a usted. -Entregué una carpeta con recomendaciones de todos los jefes de departamentos en donde había y aun curso estudios aparte de recomendaciones que mi padre había conseguido por su lado.

-De todos modos Sr. Ministro yo se que usted requiere alguien con... -En ese momento no pude evitar desviar mis ojos turquesas al brazo del ministro el cual tenia la camisa blanca que portaba en ese dia manchada de rojo. Sin decir mas me acerqué donde el estaba, pasándome el estricto protocolo que tenía mas que estudiado por el arco del triunfo y le retiré la prenda comprobando el corte que tenía en el antebrazo. Como instinto puse mis manos sujetando su brazo cubriendo la zona herida con mi diestra y en cuestión de segundos la palma de mi mano emitió una luz que estuvo alumbrando un momento hasta que retire la misma, eliminándose aquella escandalosa herida leve en cuestión de unos minutos.

por **Arno Mireault** Jue Jul 09, 2015 9:43 pm

Los papeles que la chica habia traido consigo no mostraban nada que pudiera considerarse experiencia en el campo en que se encontraba la plaza de trabajo y sin embargo, era el mejor que habia visto hasta el momento. Tenia algunos estudios interesantes y segun la escuchaba hablar mas los documentos que luego le fueron entregados por ella misma, era una trabajadora bastante habil y gustosa de aprender. Eso era la diferencia con los demas aplicantes, todos pensaban que sus conocimientos les bastaban y no tenia la predisposicion a mejorarlos o a agregar nuevos a sus ya de por si hinchados curriculums. Con esa informacion realmente no necesitaba mayor cosa, su mente se encontraba ya casi decidida a darle el puesto como su asistente, solo queria esperar a que la muchacha dejara de hablar.

-Bueno primero que nada. Me agradan sus papeles, no tiene experiencia en el campo que busco pero es no importa en realidad, siempre y cuando este dispuesta a...-se corto notando que no le estaban prestando atencion. Los ojos de la chica veian algo en su cuerpo y al seguirlos se dio cuenta que estaba sangrando. Seguramente se lastimo cuando saco al ultimo que entrevisto, le habia lanzando algunas cosas y quizas se corto pero no era nada de importancia. Devolviendo su mirada al frente, se encontro con que la muchacha se habia movido de la silla y de alguna manera estaba curando su brazo. En ese momento recordo que habia leido que la chica estudiaba mendicina pero no penso que fuera magia curativa, eso era muy impresionante y tambien muy oportuno.

-Señorita Angelus...-dijo colocando su mano en el hombro de la muchacha, haciendo que se detuviera. Se levanto de su silla y la guio hacia el sofa de la oficina, donde tomo asiento en el extremo izquierdo del mismo.- Como estaba diciendole antes, usted no tiene experiencia en el puesto que aplico como mi asistente, por lo tanto...no puedo darselo -el hombre se quedo en silencio unos momentos mientras acomodaba su camisa, revisando su brazo donde efectivamente la herida habia desaparecido.- Sin embargo, hay un puesto que se encuentra disponible en la base -dijo sonriendo con suavidad, llevando su mirada ambarica hacia la muchacha de cabellos blancos. Nunca penso que encontraria a alguien que tomara un puesto tan importante en tan poco tiempo y tenia la sensacion que ella lo haria bien, podia ver que tenia las cualidades que necesitaba un doctor.- El puesto de Caduceus se encuentra vacante. Sus labores serian vigilar la salud de los guerreros del reino, la salud del ministro de Spatium y si el tiempo se lo permite, aprender sobre las tareas administrativas junto a mi en la oficina -apoyando sus manos sobre sus piernas, mantuvo la mirada puesta en la joven.- Entonces digame señorita Angelus, ¿le gustaria ser nuestra doctora en jefe? -cuestiono con una sonrisa un poco mas amplia y una mirada mucho mas amable.

por **Alba Angelus** Jue Jul 09, 2015 11:44 pm

En esos momento solo me preocupaba curar su herida nada mas, me olvide hasta de para qué había ido realmente allí, La tranquilidad se apoderó de mi en cuestión de segundos desde el preciso momento en que mis manos, tocaron su brazo para realizar su trabajo. Este don no era nada estudiado, era algo que me venía de mi querido padre, el tenía el don de canalizar la energía de luz a su propósito y yo lo había heredado de él, solo que me enseñó a canalizarla en sanación. Pero seguía sin saber canalizar esa cura para curar heridas muy rápido, solo algunas leves como ésta o medias, las demás me costaba un poco aun curándolas paulatinamente con varias curas.

Alcé mis ojos turquesa hacia el ministro y mis mejillas se sonrojaron al ver que él posaba su mano en mi hombro y me llamaba por mi nombre. Me detuve apartando mis manos y uniéndolas delante de mi cuerpo, bajando el rostro algo apurada por el atrevimiento de tocarlo sin ni siquiera perdirle permiso. sin darme cuenta me comenzó a guiar por la habitación hasta sentarme con él en un sofá bastante cómodo, pero la comodidad se esfumó cuando escuché que no iba a darme el puesto. En ese momento mis manos se cerraron en puño sobre mis piernas agarrando la ropa de mi falda y baje el rostro apenada, pero lo entendía. -Entiendo Sr. Ministro -Indiqué asintiendo sin mas, alzado el rostro y sonriendo un poco de forma dulce, para que el no se sintiera mal por decirme aquello de forma franca, realmente valoraba que me lo hubiera dicho en sí con delicadeza.

Estuve a punto de levantarme cuando el continuó hablando provocando que al instante continuara sentada escuchándolo y cual fue mi sorpresa al oír aquello que me ofrecía. Mis ojos poco a poco se fueron abriendo, porque realmente no me lo podía creer. -Yo..yo....¿¿¿yo Caduceus???...¡¿De todo Spatium?!
Mi cuerpo se movió por inercia atrás mientras mi cara era una mezcla entre entusiasmo, miedo y felicidad, todo ello adornado con un gran gesto sorpresivo. -¿P-p-ero Sr. yo apenas estoy finalizando mis estudios? -De pronto me di cuenta que no solo me ofrecía ese puesto, sino aprender administración junto a él. Ya sabía de sobra administración, al menos el concepto de la misma, pero era tan tentador eso de pasar tiempo cerca de él, así que volví a asentir pero esta vez con ganas y entusiasmo, reflejando una enorme sonrisa en el rostro. -¡¿Cuándo empiezo?! -dije con emoción levantándome y uniendo las manos en postura de rezo con los ojos brillantes mirando a mi ministro. Estaba loca por contárselo a mi padre, de seguro que se sentiría feliz y orgulloso de mi.

por **Arno Mireault** Miér Jul 15, 2015 11:41 pm

No fue del todo sorpresiva la reaccion de la muchacha aunque si algo mas efusiva de lo que habia pensado. Fuera de sus estudios, poseia una habilida para curar a la gente que podria ser muy util en el reino y ayudar a salvar muchas vidas si se nutria bien. Desde su punto de vista, esa muchacha podria llegar muy lejos en el reino, a simple vista podia deducirse que poseia todas las capacidades para hacerlo pero no iba a decir nada al respecto aun, de momento se guardaria ese impresion y esperaria a ver como sin dudas se cumplia.

Con tranquilidad el castaño se levanto del sillon y se acerco a la muchacha, tomando con suavidad sus manos, estrechandolas ligeramente.- Pues de inmediato y bienvenida, Cadeceus de Spatium -dijo con solemnidad al tiempo que formaba una sonrisa amable en sus labios.- Ahora tenemos que organizar los papeles -señalo soltando las manos de la joven y caminando hacia su escritorio mientras buscaba en sus bolsillos un pequeño aparato que habia mandando a traer de Tempus, no recordaba bien su nombre pero servia para hacer llamadas y mensajes.- Traigan los papeles para el puesto de Cadeceus y tambien los de mi asistente -enviando el mensaje, siguio caminando hasta sentarse tras su mesa y esperar a que llegaran sus empleados.

Exactamente 5 minutos despues de haber enviado ese mensaje, entraron dos personas llevando cada uno en brazos iguales torres de papel, dejando ambas sobre su escritorio.- Ministro, los papeles que nos pidio pero...-uno de los hombres giro su cabeza, revisando la sala.- Solo veo a una muchacha aqui. ¿Para quien es el contrato del Cadeceus? -cuestiono siendo jalado un poco hacia atras por su compañero mientras ambos miraban al castaño algo asustados.
Apretando el escritorio, el ministro se levanto y rodeo su mesa, colocandose frente a los dos hombres.-Esa joven sera mi asistente personal y ademas la doctora principal de todo el reino asi que les recomiendo que la traten con mas respeto claro a menos que deseen ser los primeros en probar sus habilidades curativas por que de ser asi, estaria encantado de ayudarles... -dijo con una calma gelida pero echando fuego de sus ojos, tanto que ambos hombres bajaron su cabeza, balbucearon una disculpa apresurada y salieron por la puerta corriendo.- Perfecto ahora en que estabamos...-murmuro viendo las pilas de papeles.- Ah si, su contrato. Venga señorita Angelus, tiene que firmar su contrato -dijo el castaño volviendo a sentarse en su silla mientras sacaba de uno de sus cajones una pluma para la joven.

por **Alba Angelus** Dom Jul 26, 2015 5:26 pm

Tengo que reconocer que cuando vi que se levantaba y se acercaba a mi por alguna razón se me aceleró el corazón, no se si por miedo, nervios...realmente no lo se pero si abría la boca se me escaparía por ahí seguramente. Aquel hermoso y suave tacto de sus manos sobre las mías hizo que ese bombeo nervioso de mi corazón se sintiera de forma cálida y comencé a sentir una calor en el rostro por culpa de mis rojizas mejillas. -Gracias Ministro, muchas gracias -Indiqué sonriendo de forma dulce y llena de emoción, asintiendo y perdiéndome en sus ojos mientras el me explicaba el papeleo que venía después.

Había soltado mis manos pero yo me mantenía en aquella postura aún con mis manos unidas como si las de él siguieran cubriéndolas, pero ligeramente apoyadas sobre mi pecho. Sé que había pasado algo mientras estaba en aquel estado de felicidad abrumadora pero no lo recuerdo, lo último que recuerdo tras ese hermoso instante fue escuchar la puerta y ver entrar dos hombres, haciendo que volviera a la realidad.
Observé a ambos hombres mientras que dejaban la documentación y uno de ellos parecía no quitarme ojo haciendo que algo apurada mirara a un lado y otro solo moviendo mis orbes, poniéndome nerviosa por la forma en que me estaba inspeccionando mientras que su compañero le preguntaba al ministro si habría alguien mas. Aparté la vista del contrario dirigiéndola al ministro al notar como su aura se había modificado y en cuestión de segundos los hombres salieron de allí en menos que canta un gallo, pero antes de cerrarse la puerta, el que miraba directamente dijo... -Perdón la molestia, con mucho gusto le mostraré todo esto cuando termine... -Pero lo jaló el compañero cerrando directa y algo sonora la puerta. No entendía nada en ese momento solo sonreí mientras me sentía un poco apurada, pero el ministro continuó como si nada.

-Si ministro -Dije y directamente me puse junto a él observando todos aquellos papeles. -Bueno mi deber supongo es quitarle estas molestias y si me permite, como me dijo que mi trabajo ha comenzado me pondré a ello. -Con mucho cuidado comencé a revisar documentación y distribuyéndola según ésta, fui firmando los documentos que debía yo firmar y se los iba pasando al ministro, señalando con el indice donde debía ir firmando el. En cuestión de unos minutos los documentos estaban ya reglados y distribuidos. -Solo me queda saber en donde tengo que archivar todo esto ministro. -Tomé asiento algo cansada de todo el día tras pedir permiso para sentarme claro y me quedé pensando algo que había leído en la documentación. -Ehm...Ministro...tengo una duda. -Indiqué alzando la vista de nuevo a él. -He leído documentos que hablaban de la confidencialidad etc... ¿A partir de ahora...tengo que vivir aquí?

por **Arno Mireault** Miér Ago 05, 2015 5:50 pm

Anteriormente quizas hubiera encontrado ese trabajo realmente sofocante, el lidiar con cosas burocraticas de ese tipo jamas fueron algo en lo que habia sido bueno pero ahora con el ditempo quizas se habia acostumbrado a hacerlo aunque aun cada cierto tiempo se frustraba y por lo general descargaba esas frustraciones en sus subordinados, algo en lo que debia empezar a trabajar pero Arno tenia un temperamento muy corto por lo que casi siempre sus soldados lograban sacarlo de quicio. El castaño sabia que parte era su culpa pero empezaba a tener el presentimiento que esa muchacha que empezaria a trabajar a su lado seria de mucha ayuda justamente para controlar esos impulsos.

Generalmente era su labor llenar esos papeles y era una tarea bastante laboriosa sobre todo por la cantidad de datos que debian ser incluidos para poder formalizarlos pero la joven albina realizo la labor muy rapido. La muchacha parecia ser muy eficiente aun sin tener la formacion correcta para ese labor, lo cual mostraba que acon algo de instruccion podria lllegar a ser una ayudante bastante buena. Con la misma rapidez que ella iba pasandole los papeles los fue firmando, acomodandolos sobre una bandeja en el costado del mueble donde luego los mandaria a archivar. Se dio cuenta luego de escucharla que habia olvidado mencionar que viviria en la base. Todo el ajetreo del dia habia echo que se le pasara ese fragmento de informacion esencial pero ya que todo estaba finalizado podian entrar en esos detalles.

Primero que nada, permitame felicitarla por su eficiencia -dijo con una sonrisa leve en su rostro, observandola mientras se levantaba y colocaba su silla contra el mueble.-Ahora si. Siendo la doctora en jefe del reino debera vivir aqui y aprovechando que hemos terminado la parte aburrida, le dare un tour de la base y la llevare al sitio donde estara su habitacion -dijo caminando hacia la puerta, abriendola y saliendo hacia el pasillo exterior. Quizas debia mencionarle tambien que estaria viviendo muy cerca de su propia habitacion pero a lo mejor debia dejarlo para luego, sobre todo por que no le parecia muy util asustar a la muchacha ni bien empezando su trabajo.- Si me sigue señorita, le mostrare primero los consultorios de la base donde usted hara la mayor parte de sus labores -comento con su extraña y usual calma mientras empezaba a caminar despacio, dandole tiempo para que se pusiera a su altura.

por **Alba Angelus** Miér Ago 19, 2015 12:34 am

Una especie de angustia me recorrió por dentro al escuchar las palabras del ministro y que era la confirmación de mis sospechas. Baje la mirada un poco apurada y triste a la vez -Aw comprendo. -Pero asentí mostrando una suave sonrisa a su en parte invitación a mostrarme las instalaciones y tras ver que el salía de la habitación apresuré el paso, cerré la puerta tras de mi y me puse a su altura lo antes posible.

Mientras permanecía caminando a su lado a un paso mas o menos lento, con las manos unidas hacia delante intentando mantener una postura correcta, como me habían enseñado, no podía dejar de pensar en mi padre. En todos los años que tengo jamás me he separado de él así mucho tiempo, incluso cuando estudiaba en tempus durante largas temporadas lo veía todos los fines de semana y cuando ambos podíamos. Jamás me había separado de él, quizás podía parecer muy padrera, pero me daba algo de miedo dejar a mi padre solo en casa con...bueno.

No pude evitar suspirar intentando que no sonara lo ahogado que sentía y que el ministro no viera en mi una debilidad así, porque en realidqad debía estar contenta, agradecida y orgullosa de haber consigo no uno, sino dos puestos, pero no paraba de pensar en qué pasará con mi padre o conmigo en sí. Me sentía rara, no estaba acostumbrada, solo era eso, nada mas. Miré de reojo al ministro mientras caminabamos por aquel pasillo que parecía interminable y tras pasar por varios puestos de control, cruzamos una especie de patio interno, yendo hacia la otra zona de residencial de aquel lugar.

No pude evitar mirar las plantas del patio, algunas estaban algo...¿tristes?, eso es lo que diría mama sin duda alguna. Recuerdos así de mi madre me hacían sonreír, porque a veces no se si es que pienso de ese modo por todo lo que papá y la tía Christa me han hablado de ella o porque en el fondo algo de ella se quedó muy impregnado en mi. A veces me dicen que actúo y pienso mucho como mi madre.

En ese momento al llegar al área de habitaciones me paré un segundo. -Ministro...¿No iba a mostrarme primero la zona de hospital? -Dije porque entre el silencio de uno y otro en el largo pasillo, ninguno de los dos se percató de que habían olvidado la zona de salud del recinto, que seguramente era el edificio contiguo a menos, que dentro de la misma zona hubiera un laboratorio para ella o parecido.

por **Arno Mireault** Jue Ene 14, 2016 7:17 pm

Al principio cuando fue elegido no había estado del todo emocionado de vivir en la base de justicia, después de todo sentía como si lo estuvieran encerrando en ese lugar. No era incomodo, al contrario habían hecho todo para que su habitación le resultara lo más cómoda posible pero nunca termino de encontrar a gusto allí. Luego estaban sus soldados, todos lo respetaban pero eran demasiado diligentes. Le molestaba que estuvieran todo el tiempo sobre su cuello, casi ofreciéndose a masticar su comida y debido a eso, estaba contento cuando le permitieron que su asistente fuera una persona ajena a la base. Tenía la seguridad que alguien externo lo trataría de una forma más normal aun cuando fuera al ministro del pueblo por lo que no podía ocultar su felicidad cuando esa joven albina apareció para la entrevista. Era muy diligente pero también le decía las cosas como eran, aun a pesar de llevar solo unos minutos con su nuevo cargo y era algo que Arno que apreciaba y seguiría apreciando en el futuro.

Sus pasos retumbaban por los amplios pasillos de la base, absorto en sus pensamientos cuando escucho la voz de la muchacha. Era verdad que debían ir al hospital pero inconscientemente la había estado llevando al lugar donde estaría su habitación. Esperaba que no fuera algo incómodo para la joven que estuviera tan cerca de la suya, en realidad lo único que las separaba era una puerta y aunque intento que cambiaran a otra, todos le dijeron que era costumbre que su asistente estuviera a una distancia donde pudiera actuar a la mínima necesidad suya.

-Lo siento Alba, me distraje pero ya que estamos aquí, déjame mostrarte tu habitación en la base –con calma el castaño se dirigió hacia una puerta de caoba en el pasillo, abriéndola hacia un cuarto bastante amplio que contaba con un baño privado en el cual había una amplia tina además de una ducha bastante moderna. La habitación en si estaba equipada con una cama amplia además de una pequeña mesa y una cocina sencilla con nevera donde ella podía comer si prefería no estar en el comedor de la base, un privilegio que solo el ministro y su asistente poseían.- Espero sea de tu agrado y lamento que estén nuestras habitaciones tan juntas –menciono mientras señalaba una puerta en el extremo de la habitación donde colgaba una llave.- Esa lleva a la mía pero se cierra de tu lado, así que puedes mantenerla cerrada si prefieres –menciono con tranquilidad al mismo tiempo que volvía a cerrar la habitación y se acercaba a un ascensor en el otro extremo del pasillo.- Si tomamos esto, llegaremos directamente a tu laboratorio privado –apretó el botón negro y espero que las puertas metálicas se abrieran.

La bajada en el ascensor fue rápida y silenciosa. El ministro tenía muchas cosas en su cabeza, había mucho que debía mostrarle a la joven y empezaba a cuestionarse si las responsabilidades no sería un poco pesadas para ella ya que inmediatamente luego de que su cargo fuera oficialmente anunciado, no solo tendría a su cargo ayudarlo en su oficina pero también mantener vigilancia sobre todos los médicos del reino además de controlar el hospital de la ciudad.

Bueno aquí estamos, este sería tu laboratorio privado –indico cuando las puertas se abrieron a un sitio completamente blanco, lleno con diferentes mesas y utensilios médicos de toda clase. Habían un sinfín de fotografías de plantas además de esquemas médicos en las paredes pero eso no era lo mas impresionante, sino el invernadero que se levantaba en la parte posterior del lugar.- Usando un poco de ingenio, logramos adecuar un sitio donde crecen todas las plantas medicas de la región y unas cuantas extranjeras. El invernadero recibe luz que viene de un pequeño pozo que fue cavado en mi zona privada de prácticas y el agua de un rio que bifurque para que fluyera bajo tierra –señalo mientras salía y caminaba entre las mesas.- ¿Bueno que le parece todo esto, Alba? –cuestiono con suavidad, girando hacia la muchacha mientras sonreía con una ligera calidez.

por **Alba Angelus** Vie Ene 15, 2016 8:31 pm

Dirigí mis ojos azules de reojo al ministro al escucharlo hablar, mientras caminaba a una distancia prudencial pero sin dejar de estar a su lado, tampoco quería perderme en aquel sitio que aparte de enorme, tenía toda la pinta de ser un laberinto para mi de momento que no lo conocía.
-No pasa nada. -Dije sonriendo dulce y despreocupadamente cuando le escuché aquel comentario y en mi cabeza resonó las palabras "tu habitación". aún no había digerido eso de tener que vivir aquí tan repentinamente y una pequeña angustia volvió dentro de mi pecho obligándome por inercia a unir mis manos sobre este. Eran demasiadas cosas que cambiaban mi vida en tan poco tiempo, pero sabía que tenía que afrontarlas ya que en casa estaría todo bien sin mi, no era la primera vez que no estaba en casa por algunas temporadas, pero el hecho de esos cambios me tenían algo nerviosa.

Mis ojos fijaron la imagen de aquella puerta con total detalle y expectación hasta que esta se abrió. Cuando pase dentro la habitación era muchísimo mas grande de lo que había podido pensar, mas bien parecía un pequeño apartamento. Poco a poco mi rostro que se adornaba con una dulce incertidumbre se fue normalizando y comencé a mostrar aquellos signos de alegría y por qué no ilusión por todo aquello. Pero sin duda alguna, aunque el ministro hablaba diciéndome cosas, yo estaba maravillada con aquello, moviéndome por la habitación pasando mis dígitos delicadamente sobre las piezas del dormitorio.

-Está bien así, que esté abierta. De ese modo si se encuentra mal podrá acudir a mi con rapidez y viceversa, yo podré ir a usted nada mas sienta que me necesita. -Pronuncié sonriendo de forma suave manteniendo una postura correcta pero relajada. Pero lo que continuó captó mas aun mi atención. Jamás pude imaginar que tendría en mi propia habitación algo así. Si estaba intrigada nada mas escuchar aquello de laboratorio y estando en el ascensor, debo de reconocer que mi corazón se puso algo nervioso por el momento. Era como cuando era pequeña y sabía que en la noche de navidad o mi cumpleaños me tenían escondido el regalo y estaba a punto de descubrirlo.

Mi rostro se iluminó de tal manera que mis ojos se abrieron mientras mis labios se movían cada vez mas mostrando una amplia sonrisa al ver aquel lugar. Durante unos segundos me quede como paralizada ante aquello, poco a poco mire a mi alrededor, dando unos pasos mas allá de donde me encontraba, pero sobre todo aquel invernadero especial, con un aroma inconfundible que hizo que al respirar cerrara mis ojos los cuales al abrirlos brillaban con aquel material transparente, cristalino que de forma caprichosa se escapó por una de mis mejillas. -Es...hermoso ministro. - "A mamá le encantaría esto", pensé sonriendo con un poco de melancolía que solo yo entendía en ese momento, manteniendo mi mente y mi mirada perdida a unos recuerdos que tenía forjados de mi madre, de lo que sabía de ella. Unos recuerdos de su infancia imaginados ya que jamás pudo disfrutar de su madre en situaciones así. -Muchísimas gracias...y esto es... ¿solo para mi?

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Caprichos, berrinches y dulces ♥

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater