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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
[Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
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Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
-Adelante soldado.- Devolvió el saludo militar y al bajar la mano, vio como Karura se iba alejando hacia las tiendas. Él por su parte, pensó que ir también, pero a comprar una mochila era bastante apropiado para no cargar eso entre los brazos, aunque estaban muy cerca de casa porque apenas habían andado una calle. -Tal vez Karura tenga razón, no sé si deberías arriesgarte a perder lo que portas en tu vientre.- Le acarició los hombros con cierta preocupación, pero como sabía que les acompañaría, no insistió y se la llevó rápido hasta la casa, para buscar una mochila de viaje, la misma que habían llevado ellos en la última expedición al desierto del Chaos. Ahí cabría todo lo que comprara la elfa de sobra y él lo llevaría, para ahorrarles fuerzas a las chicas, ya que el cargamento sería peso pluma para él.
-Son dos días completos de viaje, vas a necesitar de comer. Estaría bien que hubieras acompañado a Karura para que no fuera sola.- Se preocupaba de las dos por igual o eso pensaba, también es lo que intentaba, no sabía si lo estaba haciendo bien o mal, pero se esforzaba por tratarlas bien a ambas. Posó una mano en el vientre de su esposa y lo acarició, no tenía barriga pero sentía la necesidad de hacerlo, le apetecía. -Vamos, no hay tiempo que perder, en total son cuatro largos días, seguramente tardaremos cinco en llegar al templo porque dormiremos en Ciudad Prodigio.- Le comentó a Catherine, regresando al mismo punto en el que estaban antes. Habían llegado antes que Karura, lo cuál era un alivio, porque como no le habían avisado, a lo mejor pensaba que habían empezado el viaje sin ella.
-¡Heeeey!- Saludó a la elfa cuando le vio venir con las bolsas y fue sin demora a ayudar a cargarlas. Se arrodilló en el suelo y metió las cosas en la mochila de la forma más ordenada posible, para que cupiera todo y no se rompiera nada.
Última edición por Akatsuki Ousawa el Vie Sep 12, 2014 1:52 pm, editado 1 vez
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Mientras acompañaba a su amado a casa a buscar una mochila pensaba en lo que le habían dicho, sabía que ambos se preocupaban por ella, pero al querer que se quedase en casa se sentía un poco como si les molestase a ambos y les fuese a ser un estorbo para él y para Karura y no podía evitar sentirse un poco triste por ese pensamiento recurrente. Una vez en casa cogieron la mochila para llevar todas las cosas que la drow comprase para el viaje. Su amado le estaba hablando y ella le escucho atentamente mientras le miraba con una cara un poco triste por los pensamientos mencionados con anterioridad.-Esta bien, comeré, no te preocupes mi amor.-dijo mientras este le acariciaba el vientre, acto que hizo a la valkiria esbozar una leve sonrisa.
Al finalizar su tarea en la casa volvieron al punto de encuentro en el que se verían de nuevo con la elfa. En mitad del camino su amado le hablo de cuanto sería más o menos la duración del viaje y también que harían escala en ciudad prodigio para pasar una noche allí. Antes de poder ver a la elfa decidió hablar un poco con su esposo sobre sus pensamientos y esperando que no se enfadara con ella ni nada de eso.-Cariño... se que puedo confiar en ti para lo que necesite, así que me gustaría preguntarte una cosa, espero no enfadarte... ¿Crees que soy un estorbo para ti y para Karura? Es que... yo creo que puedo ayudaros bastante bien en la misión sin tener peligro alguno, pero... simplemente no se.-Se sentía un poco nerviosa, estaba presa del efecto de las hormonas que su cuerpo producía por el embarazo, lo cual hacía que su humor fuese como la marea, cambiante como la marea por la más mínima perturbación.
Después de esa charla encontraron a la drow y la ayudaron a cargar con las bolsas para después ordenar las cosas dentro de la mochila y poder emprender así el viaje a la misión, el cual la valkiria esperaba que fuese tranquilo dentro de lo posible. La valkiria permaneció callada mientras recogían las provisiones y caminaban hasta la salida. No se sentía muy bien como para andar hablando ahora mismo, se le notaba un poco decaída solo por el mero pensamiento de que estaba molestando, pero aún así avanzaba para poder comenzar la misión. Al cabo de un rato llegaron a la puerta, el cual era una gran control policial por el cual se registraba a las personas que entraban a la ciudad y para salir no pasaba nada pero igualmente estaba la policía vigilando.-Bueno, aquí estamos, en la salida...
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Trajinaron con las cargas hasta contenerlas en tres enormes mochilas. La más grande y pesada la llevaría Akki, mientras que la ligera, obviamente, era para Catherine, a quien no podían exigir un esfuerzo mayor. Se había fijado que seguía allí a pesar de las recomendaciones por parte del General, pero no sería Karura quien la obligaría a quedarse en Spatium. Era menester del superior que tampoco parecía contrariado con su presencia.
Casi al llegar a la puerta se encontraron con un enorme atasco. Los coches pitaban por doquier transmitiendo al aire una cacofonía con la que era mejor taparse los oídos. Karura tenía los dedos cerrados en torno a la punta de sus orejas puntiagudas. Nunca había entendido el horrible ruido que transmitían los coches, y el cuidado que había que tener con ellos cuando se cruzaban las avenidas por los pasos de peatones. Sin embargo, de algún modo, se alegraba de abandonar la civilización para perderse por un desierto peligroso.
Arrebujó los labios, hastiada. Estaban esperando al otro lado de una inmensa muchedumbre con ganas de atravesar el muro que separaba el centro de la ciudad a las afueras. No habían podido hacer nada en unos minutos, y parecía que iban a perder el próximo tren que iba hacia Ciudad Prodigio. Aún así, todavía no sabían cómo iban a viajar. De hecho, Karura se preguntaba cómo había calculado Akatsuki el tiempo que les llevaría llegar hasta allá.
—General. ¿Qué hacemos ahora? —le preguntó.
Última edición por Karurauatsuurei el Miér Sep 17, 2014 2:26 pm, editado 3 veces
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
-Para nosotros no eres un problema, tú eres quien debe evaluar los riesgos.- No quería continuar con eso, por lo que zanjó el tema después de hablar. Acordaron cargar cada uno algo, quedándose por voluntad propia y beneficio del grupo, lo más pesado: El contenedor de gas. Akki ya estaba acostumbrado a escuchar todos los días las bocinas de los coches, así que lo llevaba bien, no se fijaba en eso, porque no iban a usar ninguno de esos vehículos. Al pasar por la gran salida de la ciudad, el General saludó a los vigilantes que mantenían el orden y recibió una grata respuesta por parte de los mismos.
-Vamos a ir andando, a no ser que queráis esperar al tren, que llegará en más de media hora.- El viaje hasta Ciudad Prodigio era de un promedio de hora y media, sin ninguna parada en el trayecto. Para evitar accidentes, se habían establecido plazos bastante amplios entre ambos trenes, de modo que al perder el actual, tendrían que esperar casi la mitad del viaje para que llegara el siguiente. No era el transporte más seguro, pero sí el más rápido, así que muchas personas ignoraban el poder tener un accidente por llegar más rápido.
-Yo personalmente, quiero ir andando, pero decidid vosotras, tampoco creo que esté mal esperar el tranvía. Seguramente nos ahorre muchas molestias, lo admito...- Dejó que lo hablaran entre ellas mientras empezaba a andar. Hicieran lo que hicieran, al menos tenían que llegar a la estación que estaba fuera de Spatium, no muy lejos, tal vez a diez minutos andando, se podía ver desde allí, era un un edificio rojizo y el final de la vía se marcaba con luces. Tenía que admitir que nunca había montado en uno, no sabía cómo eran por dentro ni el funcionamiento exacto para poder subir, pero en cualquier caso, siempre hay una primera vez para todo. Veía las cosas como si fuera un simple excursionista, levantando polvo arenoso con cada pisada, pues fuera de la ciudad dejaba de haber asfalto, no habían construido carreteras por todo el reino.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Su esposo quiso llevar la cocinilla de gas dejándole las mochilas a las dos jóvenes. Cath agarró la mochila que contenía las herramientas, dejándole así menos carga a la drow y que fuera más relajada durante el trayecto. La mochila era un poco pesada, pero ella no pensaba que cargar con eso fuese malo para su estado, o al menos por ahora. El ruido de los motores de los coches, de las bocinas y el ruido que hacían la gran cantidad de personas allí presentes hacía que hubiese una amalgama molesta de ruidos diversos que molestaban un poco a la valkiria, no podía entender como las personas eran capaces de crear tanto ruido en un único lugar.
En ese momento su amado les dijo a ambas que el prefería ir andando, pero que si querían ir en tren que lo hablaran. Se le veía un poco despreocupado en lo que al transporte se refería. La valkiria pensaba que al menos valdría la pena intentar ir en tren, así no estarían haciendo mucho esfuerzo en cargar las cosas y tardarían bastante menos que si fuesen caminando. Pero a fin de cuentas, la decisión no era solo de ella, faltaba por que Karura también expresara lo que sentía.-Bueno... aunque tu quieras caminar creo que nos ahorraríamos mucho tiempo en el tren, pero solo si ustedes quieren, claro. ¿Tu que dices Karura? ¿Quieres ir en tren?-Dijo mientras salían del perímetro de la ciudad y se iban acercando a la estación de tren.
Se acercaron un poco al edificio y se quedaron en la entrada, la cual era una gran pared formada de cristales, permitiendo de este modo, ver el interior de la estación y incluso se podía ver uno de los trenes parado desde la puerta. El interior era bastante amplio y lleno de gente. El suelo estaba hecho de una especie de mármol blanco y las paredes interiores estaban pintadas de un color verde. Ellos siguieron parados en la puerta, a la espera de llegar a un acuerdo de como viajarian.-¿Y bien?-Comentó la valkiria mientras se podía oír de fondo la megafonía del lugar. Ya cada vez quedaba menos para poder decir que la misión comenzaba de verdad.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
— Yo quiero coger el tren. Es divertido —dijo, para luego centrar su atención en los trenes. Parecen fascinarla.
Apenas habían pagado las entradas, y Karura se sentía emocionada. No le importaba cuánto podía durar el viaje mientras pudiera observar el paisaje a través de una buena ventana. Así que cuando tuvieron la oportunidad de subirse en el que llevaba a ciudad Prodigio, se montaron en uno de los últimos vagones, y dejaron los bártulos en un armario de rejillas de acero justo a la derecha de la entrada. A los pocos minutos se subieron más viajeros y el tren se llenó de rostros desconocidos e imposibles de memorizar. Una acomodadora vestida con un uniforme elegante pero provocador iba por los pasillos preguntando por el billete de la manera más amable posible. Cuando llegó a Karura tuvo que llamar su atención varias veces, y casi se cae del susto al encontrarse con sus ojos amarillos e intensos sacados de su propio ensimismamiento. Le enseñó el billete que llevaba en uno de los bolsillos del uniforme y se contentó con ello, pasando al siguiente cliente. Karura pasó a llamar la atención de casi todos y suscitaba miradas furtivas, pero ella siguió observando cómo se alejaban poco a poco de los andenes de la estación. No le importaba lo que pensaran de ella, y no se iba a molestar en colocarse de nuevo la capucha.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
-Hmm...- A pesar de esperar media hora, fue bastante agradable porque entre los tres hablaban de cosas, se reían de algunas y opinaban sobre otras. Poco a poco había aparecido más gente, por lo que se fueron con su equipaje al último vagón, a ver si así estaban más tranquilos. Akatsuki se sentó al lado de Karura y quedó en el medio de ambas, pero ahí cada uno se dedicó a algo, pues mientras Karura observaba el paisaje, él se fijó en el resto de pasajeros que habían pensado igual, así como intentar ver lo que había en el siguiente, por el cristal circular de la puerta que cerraba el paso para que la gente no estuviera cambiándose y molestando. Entregó su billete a la revisora y se rió disimuladamente ante el empanamiento de la elfa morena, que al haberle llamado la atención, las pocas personas que había se giraron para verle. Akki apoyó la cabeza sobre uno de los hombros ajenos, para ver qué paisaje estaban pasando y por qué ella se impresionaba tanto.
-Ahí se ve Ciudad Prodigio.- Debían dar un rodeo para llegar, pero tan solo tenían que esperar sentados. Se separó de ella y luego miró a Catherine tranquilamente, como si estuviera inquieto. Dejó la cabeza en el asiento y cruzó las manos, cerró los ojos y esperó tranquilamente hasta que terminara el viaje. No tardó nada en dormirse por la mala noche que había pasado, así que cuando llegaron no se dio cuenta hasta que sintió cómo ambas mujeres se disponían a salir para bajar frente a su destino. Akatsuki fue tras ellas mientras se frotaba los ojos y bostezaba, era media tarde y el sol estaba en su auge, todo el calor incidía sobre ellos con toda la agresividad posible. -Que viaje tan tranquilo ¿Verdad?- Mencionó complacido, el tren estaba muy bien, no como las aeronaves que eran bastante incómodas, tan rápidas que uno siempre se sentía agitado.
-¿Queréis que pasemos aquí la noche o seguimos? Son las tres de la tarde, podemos ir ya o esperar a mañana al alba.- La entrada de Ciudad Prodigio no era muy grande ni tampoco muy ruidosa. Los edificios eran diferentes a los de la ciudad principal, estos eran blancos y bajitos, bordeadas cada una por arbustos y una valla. Había mucha gente paseando en bicicleta, otros andando y muchos recostados sobre el césped de sus jardines. Era un lugar bastante agradable para vivir, parecía más rural que urbano.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Al cumplirse el plazo de tiempo, llego el tren, el cual fue bastante puntual. Ellos se subieron en uno de los últimos vagones, dejaron su equipaje a buen recaudo en uno de los compartimentos que el vagón tenía habilitados para guardar el equipaje y se sentaron. Karura se sentó pegada a la ventana, su amado se sentó en medio y Cath pegada al pasillo, al lado de su esposo. Una vez se sentaron, la valkiria no sabía que podía hacer para entretenerse, tan solo dio un vistazo a su alrededor para después dar un suspiro al saber que lo más probable es que se aburriese en ese trayecto. Le entrego su billete a la revisora y después sonrió un poco al ver lo abstraída que estaba la morena elfa. Después de eso vio a su esposo apoyar su cabeza en los hombros de Karura y la valkiria sin saber que hacer después, miro para el pasillo viendo a la gente pasar al baño o a otros vagones.
Cuando escuchó lo de que se veía Ciudad Prodigio intento mirar un poco por la ventanilla, pero no vio nada, así que no intento mirar mucho más, sin embargo vio a su marido mirándola algo inquieto para después verle cerrar los ojos y dormir. Ella por otro lado no tenía sueño, así que no siguió el ejemplo del incubo y solo se dedico al mismo pasatiempo que tenía al comenzar el viaje, mirar a la gente que caminaba por los pasillos y hizo eso durante todo el trayecto hasta la ciudad. Una vez llegaron movió un poco a su marido para que se despertara.-Vamos dormilón, que ya hemos llegado a nuestro destino.-Comentó mientras caminaba con la elfa a por las cosas. Al poco rato apareció el general al lado de ambas chicas comentándole lo tranquilo del viaje y tenía razón, fue tranquilo, pero también fue aburrido para la valkiria.
Caminaron un poco y su esposo les comentó la hora del día que era y lo que podían hacer ahora que estaban en la ciudad. La valkiria se sentía un poco hambrienta y a lo mejor Karura se sentía igual que ella, así podían descansar un poco y después partir.-No se muy bien que decirte, yo tengo hambre, creo que aunque sea podríamos parar un poco a descansar para poder comer y después ya veríamos que hacer, a lo mejor no sería tan tarde para ir a nuestro destino, pero ya veremos. ¿Ustedes que dicen?-Les preguntó parándose a mirar a sus acompañantes a ver que decidían. La verdad es que ella quería acabar la misión lo antes posible, pero el comer era una necesidad, pero si ellos decidían seguir caminando al destino podía intentar aguantarse un rato más sin comer.-La verdad es que cualquiera de las dos opciones parecen buenas, aunque si partimos ya, pues obviamente podríamos acabar antes, siempre que no tengamos ningún contratiempo.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Las nubes se apelmazaban en el cielo, y los edificios más grandes de Prodigio, aunque no tan imponentes como Spatium Urbanis, apuñalaban el cielo azul con torres blancas decoradas con ventanas redondeadas cuyas vidrieras rutilaban de violeta y azul a la luz solar. Un hermoso espectáculo sin duda.
Tal suntuosidad llamaba la atención, y muchos como ella se asomaban por las ventanas para contemplarlo. Según se fueron acercando, los edificios le parecieron tan grandes como los de la capital, pero más hermosos. Las viviendas de piedra amarillenta se separaban unas de otras en anchos jardines. Habían escalinatas largas que se continuaban con las avenidas, desprovistas de la mayor parte de carros y automóviles. Abundaban los estanques y las fuentes ornamentadas, los riachuelos y el verdor de la hierba fresca. Los árboles de tronco saludable, y los arbustos cuadrados, trazando una línea ordenada, mantenida por expertos jardineros, que seguía las vías del tren hasta que empezaban los típicos desvíos y cambios de carril. Pronto las vías fueron múltiples, y empezó a salpicarse de vagones aparcados, algunos reservados para el transporte de viajeros y otros, para el de mercancías. Subieron por un estrecho puente y se internaron dentro de un edificio cubierto por una enorme cúpula. Habían llegado a la estación.
Cuando se detuvieron, Catherine fue a coger los equipajes. Karura la ayudó, y cuando volvió, despertó al general. La brisa fresca abofoteó a la elfa cuando salieron de la estación con las mochilas sobre la espalda. Observó el sol atardecido ardiendo sobre el este, aún así, todavía tenían tiempo para proseguir. Sin embargo cabía recordar que, si dejaban la ciudad, allí se terminaría el viaje de placer.
—Deberíamos partir ya —adujo la elfa.
La ciudad se le apetecía demasiado cómoda, demasiado para intercederla por la de un desierto caliente y hostil. El sol le molestaba los ojos, así que decidió echarse la capucha de cáñamo encima.
Última edición por Karurauatsuurei el Jue Sep 25, 2014 6:34 am, editado 1 vez
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
-Ya sabéis que yo no como esas cosas, así que yo no haré pausa para eso. Si quieres comer, Catherine, creo que puedes mientras caminamos, algo que no esté cocinado.- Sugirió tranquilo. Nada impedía que comiera algo sin tener que pararse, aunque no estaba demasiado seguro de ello, nunca se había visto en esa necesidad de ir tomando algo por la calle que no fuera un helado o un capricho. -Mientras cruzamos el río sí que podrás tomarte algo, yo me encargaré de remar.- Les dijo, aunque no lo había hecho nunca. Solo una vez había montado en un barco y había acabado muy mal, mareado de principio a fin.
-Bueno, pues vamos a irnos, a ver si podemos acabar antes de dos días. Hoy nos pillará la noche en el desierto.- Con suerte podrían dormir dentro del templo, en algún lugar de la entrada, donde no hubiera ningún peligro y pudieran descansar tranquilamente, pero eso ya lo pensarían en su debido momento. El General abrió la marcha por la salida del este, habiendo entrado por el sur, recordaba algunas cosas de su anterior visita, pero no todo le traía buenos recuerdos. Algunos habitantes tenían como pequeñas granjas alrededor de sus casas, había ovejas, cabras y vacas, seguro que por otro lado habría algún gallinero.
Las cercas que delimitaban las parcelas, eran unos pequeños obstáculos porque les obligaba a tener que dar rodeos innecesarios, ya que algunos caminos estaban interrumpidos. Si fuera por él, saltaría las vallas y llegaría antes, pero siendo lo que era, no podía permitírselo. Al salir de la ciudad, pisaron césped, la tierra estaba blanda y muy húmeda, para ir aproximándose muy lentamente hasta la rivera. La extensión era una pradera muy bonita, como las de los libros, no había árboles pero sí arbustos, en mayor abundancia que en la ciudad. No se veían animales pero se notaba que ese lugar estaba lleno de vida.
-No, un momento...- Se detuvo en seco llevándose la palma de una mano a la frente. Ahí había algo que no cuadraba, algo que era imposible y no tardó mucho en darse cuenta, debería de haberlo pensado antes. -No tenemos barca para cruzar y no se pueden pedir allí porque no hay nadie.- No había edificación alguna cerca del río, el que quisiera cruzar debía pedir una en la ciudad y andar con ella hasta el río. La gente de Spatium era muy fuerte, por lo que ellos nunca se preocupaban por el esfuerzo, tampoco lo consideraban para extranjeros, no se preocupaban por ello, su labor no ofrecía turismo por el río, sino por su biblioteca.
-Esperadme ¿Vale? Yo voy a ir a pedir una y ahora vuelvo, podéis ir andando hasta la orilla y ahí comes algo, no creo que vaya a tardar demasiado.- Dio un suspiro y se giró para ver que estaría tan solo a quince minutos del pueblo, en total sería media hora para alcanzarles, tal vez un poquito más.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
-¿En el desierto? Necesitaremos andarnos con ojo, ya que por la noche es cuando las cosas se ponen feas de verdad en los desiertos.- Comentó dejando claro que iban a tener mucho cuidado, no sería bueno que acabasen mordidos por alguna serpiente venenosa o que les picase un escorpión, o que se muriesen de frio o algo así. Mientras caminaban alejándose cada vez más de la zona céntrica de la ciudad, iban viendo pequeñas granjas con animales y cultivos de los lugareños, lo cual no era de extrañar tratándose de una zona rural, pero al menos era bonito ver a los animales, o al menos para Cath, que desde siempre le habían encantado los animales, así que mientras caminaba los iba mirando disfrutando.
Al poco rato llegaron a la orilla del rio. Ahí ella había pensado que cruzarían por algún puente o se podría cruzar caminando si el rio tenía poca profundidad, pero parece que no era el caso. Por lo menos la corriente fluvial no era muy fuerte y no tendrían problemas si cruzaban con una barca, el problema es que no había barca, por lo que su esposo dijo que iba a ir a buscar una a la ciudad a por una, cosa que le pareció bien.-Esta bien mi amor, ten cuidado por el camino, nosotras te estaremos esperando.-Se fue y las dejo a ambas solas. No supo muy bien que decirle a Karura en estos momentos así que decidió no entablar conversación con ella por el momento. En su lugar se haría primero un bocadillo para comer y ya después vería lo que hacía.
Abrió la mochila, saco un paquete de frutos secos variados y se sentó en una roca a contemplar el rio fluir y los árboles moverse con el viento. Siguió comiendo hasta que más o menos se zampo la mitad del paquete y lo guardo otra vez en la mochila. No sabía muy bien que podía hacer ahora, tan solo hablar con su acompañante, así que eso es lo que haría, al menos esperaba que hoy la elfa tuviese ganas de hablar con la valkiria, si no, pues no pasaba nada.-Bueno Karura... ¿Qué tal te sientes hoy? ¿Todo bien? -No sabía muy bien como iniciar en este momento una conversación con la elfa, pero al menos había que había que intentarlo.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
Cuando llegaron al río Akki las dejó para irse a buscar a alguien que les prestara una barca. Karura pensó que sería mejor bordearlo hasta encontrar un puente. Más allá del río los regadíos se terminaban para dar lugar a mesetas vírgenes y herbosas, salpicadas de robles, alzando los brazos como si estuviesen orgullosos; expectantes de la llegada del nuevo estío.
Saludó a su General antes de marcharse, y luego giró la cabeza hacia su capitana. Catherine estaba muy silenciosa y taciturna, pero de vez en cuando le dirigía una mirada y una sonrisa tímida. Se sentaron junto a un tronco listillo, que aprovechaba sus raíces y las estiraba hacia donde discurría el agua, a través de una pequeña depresión de tierra mojada y roca puntiaguda. Karura agradeció la sombra fresca que proyectaba contra el suelo; allí abajo se sintió cómoda.
Primero se sentó sin hacer nada, observando nada más como su compañera se hacía un bocadillo y daba cuenta de una bolsa de frutos secos. Karura dejó la mochila al pié del tronco y fue a recoger piedras. Cuando volvió, había encontrado una con la forma perfecta de un corazón. Parecía ser de basalto negro, del tono oscuro de un azabache brillante; pero irregular, repleto de picos que de un lado a otro revelaba que había sido acosada durante muchos años por la corriente fluvial.
—Estoy muy bien —sonrió, y le enseñó lo que traía entre manos—. Mira lo que encontré; es perfecta para regalársela al General. ¿Verdad?
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
La barca era de madera en su totalidad y tenía dos remos encajados dentro, bajo las tablas de los asientos, para que no se cayeran y se pudiera transportar. A pesar de que fuera más grande que él, pudo sujetarla y cargársela a la espalda, no le pesaba porque no era este el objetivo de una barca, sino se hundiría, así que en parte era fácil de llevar, salvo por el tamaño y la forma que no ayudaban en nada. De vez en cuando se tropezaba porque la barca golpeaba el suelo y se arrastraba justo cuando él avanzaba, distrayéndole, pero un rato después de fue capaz de divisar a sus dos chicas en la orilla del río. Desde ahí le llegaba el olor a tierra húmeda y agua dulce. Al llegar a donde estaban ellas, dejó la barca en el suelo justo delante de sus pies y exhaló un suspiro de alivio, mirando con una sonrisa a ambas. No parecía que hubieran peleado ni nada por el estilo, eso era buena señal.
-Bueno ya estoy ¿Qué tal mientras no estaba? Os veo bastante bien.- Dijo contento, palmeando los hombros de ambas mujeres a la vez y luego sentándose en un hueco del tronco. La mochila que llevaba más comida estaba abierta, por lo que imaginaba que habían cogido algo. El General esperó unos minutos y luego se levantó de nuevo. -Voy a llevar la barca al agua.- Se dirigió hasta la misma que estaba unos pasos más atrás y agarró un extremo, para tirar con suma facilidad hasta que estuvo por completo en el río, siendo sujetada por él. Luego les señaló que subieran ellas primero, sin tener claro cómo lo haría él, puesto que no tenían nada para amarrar excepto su propia fuerza sujetando desde fuera.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
La valkiria agarró con cuidado la piedra que encontró la elfa para poder verla más de cerca. Era una piedra cuanto menos curiosa, era muy raro que la corriente fluvial la hubiese erosionado de tal manera que la dejase como un corazón. Después de eso volvió a de depositar la piedra en manos de su descubridora mientras esta le dijo que era un regalo perfecto para el general. No entendía muy bien porque una roca con forma de corazón era perfecta para que la elfa se la regalase, no sabía porque pero no le sonaba un poco raro, pero aún así lo dejaría pasar y no haría más preguntas por el momento, no era momento de andar buscando problemas donde probablemente no los había, tenían que seguir igual de bien que al principio.
Con una sonrisa la miro y le contestó a su pregunta.-Si, tienes razón, puede que le guste que le regales eso.-A partir de ahí no supo que más decirle, así que simplemente miro a su barriga y se paro a pensar en la vida que crecía dentro de ella. Le parecía curioso la emoción que le produjo el saber que estaba embaraza, pero es que llevaba queriéndolo desde que estaba con su amado, quería descendencia y ahora que sabía que iba a tenerla surgían dudas por todas partes, lo que más le preocupaba a ella es el pensamiento de no llegar a ser una buena madre, pero eso habría que verlo. Se acarició un poco su tripa por encima de la ropa y sus pensamientos se fueron cuando Akki apareció con la barca.-Bien, hemos estado bien, espero que tu no tuvieses ningún problema al venir. Por cierto, Karura encontró algo para ti.-Dijo mirando la barca que traía, era toda de madera y al menos a ella le parecía que serviría de sobra con eso.
Después de eso echo la barca al agua y les hizo una señal de que subieran ellas primero. Cath cogió una de las mochilas que llevaban y se subió a la barca dispuesta a emprender el viaje hasta el templo sin preocuparse por los posibles peligros que les esperaban a todos, a partir de aquí era cuando de verdad comenzaba lo duro del viaje. Esperó a que los demás se subieran y cuando estuvieron todos agarró uno de los remos.-Partamos entonces.
Re: [Misión: Primera parte] La escultura de remolino.
—No, no; es para…
Una voz le interrumpió. Selló sus labios al instante y se guardó la piedra en uno de los bolsillos del uniforme. Era Akatsuki, que había vuelto, encorvado, cargando una pesada barca sobre los hombros. Mientras la porción picuda y delantera reposaba sobre la nuca; la trasera, más rectangular, se arrastraba en el suelo.
—Nada que informar, mi General —respondió Karura al instante.
Después de saludarlas, fue hasta la orilla y echó la barca al agua. Salpicó estrepitosamente los arbustos más cercanos, y se balanceó con violencia hasta casi volcar. Akatsuki no era de los hombres que tuviera cuidado con las cosas que hacía, pero era parte de su avinagrado carisma. Habían dos palas de madera, de mango largo, encalladas a un lado de los asientos. Se subieron y esperaron que Akki, quién estaba sujetando la embarcación, se subiera de un salto. Entonces tomó los remos y los encajó en la chumacera, la barca giró y con sus dos fuertes brazos el peliazul empezó a bogar.
El viaje por el río era dulce y tranquilo; la corriente no les daba problemas para cruzarlo. La masa de agua que surcaban era verdosa y cristalina, reflejaba de vez en cuando al sol, que se escondía receloso entre unas cuantas nubes que salpicaban el cielo. Mucho más allá, los cultivos iban siendo más escasos hasta convertirse en estepas áridas, cada vez más calientes hasta llegar al mismo centro de un desierto inmenso. Unos gorriones volaban por el aire rápidamente, describiendo círculos caprichosos sobre el agua, para luego perderse por las ramas de unos robles que arañaban la ribera; azotaban graciosamente las hojas al posarse. Karura, que los miraba fijamente, estaba segura de que no podrían sobrevivir al calor de un desierto.
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