Intereses en común [Semi privado — Piratas, Revos y Neutros]

por **Isela A. Ichinose** Lun Jun 27, 2016 11:53 pm

La noche no podía ser más propicia en aquella isla lindante a las costas de su reino natal, en donde se llevaría a cabo tal encuentro poco convencional, pues la mayoría de los que estarían ahí presentes resultaban un completo misterio para la líder revolucionaria, segunda al mando. Ya que de buenas a primeras solo sabía con certeza que ahí estaría un ex revolucionario de élite que sirvió a sus filas, Takeshi, quien aparentemente había dejado absolutamente todo para convertirse en un pirata…¿Qué orillaba entonces a esta mujer a tratar con personas “peligrosas”?, que ella era igual o más tenaz que la mayoría de los mortales que pisaban en esta tierra y fue entonces cuando vio en todo esto una magnífica oportunidad en donde más de uno salía victorioso.

Su odio a Tempus era magnánimo, casi bestial. Estaba segura de que entregaría todo por ver a ese reino destrozado sin posibilidades de recobrarse, pues ahí estaba su mayor deleite…Tempus la había convertido en un monstruo sin corazón, y ahora debería pagar las consecuencias de esto. ¿Qué había de los civiles?, eso ni pasaba por la mente de la joven revolucionaria, ya demasiado tenía en su cabeza con todas esas responsabilidades sobre sus hombros como para tener que cuidar tales detalles…Ya había un grupo o asociación que velaba por los civiles, ese era el problema de estos, más no de Astartea.

El cielo lleno de estrellas presentaba una bella e imponente luna en el firmamento que estaba siendo eclipsada por otro astro…La brisa traía consigo el puro aroma del mar e incluso mecía esa hermosa caballera negra hacia un costado, enmarcando la delicada figura de esa mujer, cuya mirada resplandecía en un intenso matiz rojizo esta vez, claro indicativo que su fase demoniaca la había tomado casi por completo. Solo bastaba ver ese rostro para sentir como si el tiempo se detuviese, ya que en esos labios sellados había más de un secreto o confidencia, convirtiéndola en la dulce promesa de la victoria por parte de la facción opositora al régimen…Por propia naturaleza, el cuerpo de esta mujer emanaba ese característico aroma a jazmines que ahora se mezclaba peligrosamente con el de la propia bruma marina, ah sí…Isela, Astarea, como quisieran llamarla, era la representación o faceta sensual del averno, atrapante, tan misteriosa como sumamente peligrosa. Pero…¿importaba eso?, para los ojos mortales era la segunda en liderar la revolución, tempestiva, impredecible, cruel…Pero para los “ojos del mismo infierno” era la siguiente en línea de sucesión, siempre y cuando llegara con vida.

Tenía puesto un kimono rojo con detalles en negro, ceñido al cuerpo naturalmente, pues delineaba cada curva de su cuerpo. Al lado derecho de su cadera poseía una katana blanca, mientras que en el lado izquierdo, la negra…armas increíblemente peligrosas que solo podían manejar un ángel y un demonio respectivamente, pero que, tras aprender el control del Nether al quebrar cierto tabú, logró encontrar un mecanismo lo suficientemente apropiado como para que sus propias armas no la lastimaran. En todo momento esbozaba una sonrisa delicada que estaba cargada de cientos y cientos de pensamientos que de momento prefería reservarse, ya que a fin de cuentas la excelsa dama no se cortaba a la hora de tratar con quien tuviese que hacerlo, pues negocios eran negocios a fin de cuentas.

Se detuvo exactamente en la orilla, manteniendo esa mirada tan impasible perdida en el horizonte, con suma tranquilidad final hasta que solamente decidió en tomar la palabra. —Solo es cuestión de esperar; llevamos tiempo sin ver a Takeshi. No me complace que haya desertado. Pero bueno, alguien tiene que tomar el toro por los cuernos mientras otros juegan a ser revolucionarios en un campo de flores, ¿cierto?— Cuestionó con notoria malicia, aguardando sin más a que fuese la hora exacta para la poco premeditada reunión.

por **Iris Night** Miér Jun 29, 2016 7:12 pm

La noche era perfecta, las estrellas, la tranquilidad, el paisaje y escuchar el agua es algo que siempre me va a gustar. Recuerdo que mi madre me traía cerca del mar para entrenar y luego pasar toda la noche tranquilas, es uno de los pocos recuerdos lindos que tengo con ella, pero ya basta de recuerdos y todo lo relacionado con mi familia.

Ir hasta la costa de Spatium me hizo bien, un viaje de ves en cuando no le viene mal a nadie, pero no sabía el porque había ido, solo los espíritus me dijeron que fuera y bueno acá estoy. Las olas golpean lentamente la orilla y el sonido del viento eran tan relajantes, que hasta me podría haber quedado dormida. Había ido con un vestido un poco diferente pero como siempre perfecta para la ocasión,

Vestido que llevo puesto ahora.:

, como siempre acompañada de mi fiel guadaña por si tengo que recolectar algún alma, estaba le brillaban los ojos por la luz de la luna, la madera clara que la conformaban estaba un poco dañada de no usarla, si no la uso se rompe así de fácil, los toques dorados de mi vestido se hacían notar desde cierta distancia pero eso jamás me molesto.

Pensaba que iba a estar sola, que tal vez este viaje iba hacer tranquilo o que nada interesante iba a pasar, pero estaba equivocada ya que a lo lejos pude ver a una joven cerca de la orilla mirando el horizonte, vestida con un kimono pero los colores me costaba distinguirlo desde lejos. No sabía si acercarme y saludarla o quedarme en donde estaba y esperar a que pasara algo, así que opte por la segunda y me quede tranquila en la orilla. -Que tranquilidad- fue lo único que pronuncie en ese momento, mientras que el viento tocaba mi rostro y movía mi pelo, los espíritus por su lado estaban muy tranquilos y callados, todos los que se encontraban en el lugar, solo iban y venían, algunos se me acercaban para observarme y luego se alejaban. Lo mismo hacían con la joven que estaba a una cierta distancia, los espíritus se acercaban con curiosidad para luego alejarse y seguir su "paseo" nocturno, eso siempre lo diré con los que siguen vagando por el mundo de los mortales tratando de terminar o hacer lo que no hicieron en vida, cosa que es un poco difícil.

-Siempre que las estrellas estuvieran en posición, podían saltar de un mundo a otro a través de los cielos; mas cuando las estrellas no eran propicias, Ellos no podían vivir. Pero aunque no pudieran vivir, tampoco morirían realmente- empecé a recordar esta frase de Howard Phillips Lovecraft del "Cielo estrellado", amo a ese escritor y su forma de ver las cosas y la vida, me gusta a veces recitar algunas frases de sus libros ya que me parecen justas para cada momento o situación en la que estoy.

por **Frederik L. Damgaard** Sáb Jul 02, 2016 2:08 pm

Las olas golpeaban con relativa calma y el viento traía ese aroma tan conocido que solo podía percibirse en las costas limitantes de los reinos. El ambiente que rodeaba esa pequeña playa, vientos tranquilos y cielos despejados, parecía haberse puesto de acuerdo con ellos para entregarles el mejor momento para esa extraña reunión. Aun no sabía todos los detalles que tratarían en ese sitio, no le interesaba mucho ya que estaba fuera de su punto de mando que eran las tierras de Chaos. Frederik había dejado su punto de guardia porque no cualquier persona seria quien dirigiría aquel encuentro…al contrario se trataba de posiblemente la mujer más importante en ese grupo al que ambos pertenecían y como tal, el dios oscuro no dudo en abandonar por algunas horas su guardia, sabiendo que los demás revolucionarios estarían al pendiente y lo alertarían si era necesario su regreso.

Lo poco que había sido explicado por la mujer cuando arribo junto con ella, esa reunión seria con varios grupos de neutrales y al parecer varios conocidos estarían presentes en la misma, iniciando por un ex elite que sirvió bajo su mando cuando aún era novarum. Todo parecía que se conduciría hacia un punto en común, un ataque al reino helado. Ahora Frederik no tenía mucho interés, al menos personalmente, sobre esos temas más su propia naturaleza caótica quería participar solo por tener la oportunidad de armar un poco de problemas. No era por falta de control, desde que adquirió dominio total de su forma real ya no era manipulado por esa segunda “mente” pero al hacerlo también obtuvo de nuevo esa personalidad más volátil. Lo que sucediera en ese lugar en última instancia no le interesaba mientras le permitiera un poco de diversión que hacía mucho tiempo no disfrutaba.

Una suave brisa movió los cabellos rojos del revolucionario, tan largos que a veces necesitaba atarlos para que no estorbaran en el combate. Su ropa también se movió un poco, esas prendas que lo señalaban como un ser diferente a los humanos y es que desde su incremento de poder, Frederik no dejaba su forma real. Como no consumía energía igual que antes, a menos que entrara en alguna pelea, el dios oscuro tomo la decisión de mostrar su verdadero rostro siempre y por tanto su presencia era por completo diferente pero lejos de ser un problema, esa nueva apariencia le brindaba mayor poder ante los ojos de sus subordinados y realzaba su antiguo estatus como dios oscuro. Su sola presencia provocaba miedo a quienes lo rodeaban, algo que se había acentuado con ese aspecto que lejos de volverlo más monstruoso, aumento su encanto natural porque ahora con ese rostro perfecto y esos ojos carmesí donde siempre se podía percibir una mezcla de frialdad y oscuridad, se mostraba porque en su momento los dioses fueron las criaturas más amadas y temidas del mundo.

Un imperceptible suspiro abandono sus labios al girar su mirada hacia su acompañante, moviendo ligeramente su cabeza en respuesta a sus palabras. Con un movimiento de su mano acomodo sus cabellos por encima de su hombro y puso en su lugar el collar de plata que llevaba en el cuello —Como en todo…existen algunos que solo saben perder su tiempo en juegos sin sentido —Menciono con calma, cerrando uno de sus ojos mientras giraba ligeramente su rostro hacia un costado. No era fácil acercarse al pelirrojo sin que lo notara, sabía que alguien estaba cerca pero no exactamente el lugar sin embargo por precaución tomo la empuñadura de su espada, sacándola de su guarda. Era claro que la líder no requería nadie que la protegiera pero aun así su deber era asegurarse que nada le sucediera mientras se encontrara a su lado —Creo que alguien nos observa —Murmuro por lo bajo luego de dar dos pasos hacia atrás y usar su poder para despejar las nubes y traer la luz de la luna sobre la playa.

Seguía sin poder ver de quien se trataba, la luna solo iluminaba cierta zonas pero sabía que no estaba equivocado, podía percibir una presencia cercana —Realmente no se quien seas pero te advierto que si buscas problemas…mejor regresa por donde viniste —Dijo con calma, manteniendo una postura relajada pero sin soltar la hermosa katana de hoja morada y filo rojo — Isela… ¿Alguien más de la revolución iba a venir? —Cuestiono en un tono ligeramente serio a su líder, privándose de lanzar un ataque a la oscuridad hasta estar seguro que no iba a golpear a un aliado.

por **Zerion Anjerskal** Dom Jul 03, 2016 4:33 am

El sonido de las olas al chocar con las rocas se combinaba con la silenciosa brisa marina, que abrazaba sus contornos. La luz blanquecina de la luna se reflejaba en el movimiento ondular del agua, mientras la humedad del viento refrescaba a cualquiera que se situara en la suave arena de aquella playa.

Las estrellas vigilantes, acompañaban a la luna que observaba la reunión a punto de concretarse en las costas de Spatium. Había cierta tensión en el aire, como si el viento esperara ansioso la llegada de los asistentes, como un niño esperando por sus regalos en Navidad. Una oscuridad deliciosa completaba el paisaje ideal para lo prohibido y lo ilícito. Un ambiente ideal para una revolución.

Después de mucho tiempo sin movimiento, el demonio por fin tendría algo para entretenerse y poder dañar el orden de Tempus, que tanto ansiaba y lo motivaba día a día. Había oído sobre la reunión y el plan de invasión de un grupo secreto al que había asistido. Su motivación creció de inmediato, como el fuego en la hierba seca, cuando oyó que tenía que ver con piratas y destrucción. Pocas veces se había unido a grupos grandes de organización criminal, y eso lo emocionaba tanto como matar o torturar.

Los pasos titubeantes de Zerion se abrían espacio entre la arena que se movía suavemente con el peso de sus pies. Llevaba una capucha negra que le cubría los ojos y un pantalon oscuro, ajustado, que le permitía movilidad y agilidad. Sus ojos azules se ocultaban en la sombra de su ropa y una sonrisa nerviosa se dibujaba escondida en su boca. Tocó instintivamente el mango de su espada que, estratégicamente, se resguaraba en una funda oscura, para que se ocultara a la simple vista de los demás. Pensaba en lo peligroso que sería liberar sus poderes demoníacos en ese lugar. Aún ni siquiera conocía a las personas que asistirían a la invasión, ni a los piratas que habían hecho el llamado. Era un riesgo que no estaba dispuesto a correr, así que guardó su espada y trató de calmarse, para que la ira no le jugara una mala pasada.

Cuando llegó al lugar indicado, vio a dos siluetas que bordeaban la costa, mientras la luna las bañaba y deslizaba su color plateado por sus cabellos. Se detuvo lentamente, sin levantar la mirada y se camufló con la oscuridad de una gran roca que se eregía sobre él. Sintió otra presencia, pero no le tomó importancia, él estaba seguro en las tinieblas. Era como estar de vuelta en su hogar, era como sentir el calor abrasante del infierno, era como volver a oír las palabras tranquilizadoras de su madre al tener una pesadilla. Le encantaba la oscuridad, necesitaba oscuridad.

Olfateó el aire marino y disfrutó de la esencia salina en su nariz y su rostro. Cerró los ojos y pensó, mientras exhalaba un suspiro de alivio y relajo: "Ojalá me hubiesen enseñado a vivir mejor en sociedad, quizás habría podido estar más cómodo en un lugar fijo". Sonrió irónicamente, pensando en lo idiota que se oiría si lo dijera en voz alta. Miró por el borde de la roca, sin dejar de ocultarse en las sombras y chasqueó la lengua, fastidiado por tener que esperar.

Aburrido, Zerion tomó una pequeña piedra que estaba junto a él, la tocó con sus dedos y sintió su suavidad. Era redonda y plana, como un plato. La sensación y la forma le evocó los dolorosos recuerdos de su infancia, cuando su padre le enseñaba a lanzar aquel tipo de piedras al agua, para que saltara botando la superficie sucesivamente, algo que le maravillaba. Eran recuerdos afilados, que le herían con cada imagen que pasaba por su cabeza. Eran más dolorosos que el recuerdo de su familia asesinada, ya que eran momentos que añoraba con todas su fuerzas. La tristeza que en un instante afloró en sus ojos azulados se convirtió rápidamente en ira, como el fuego que se enciende con el gas volátil. Lleno de rabia lanzó la roca hacia el océano, que la devoró de un bocado.

Sus ojos se toparon sorpresivamente con una silueta que apenas reflejaba la luna. Era la presencia que había detectado unos minutos antes, y que no le había tomado importancia. La vio con mayor detención y se dio cuenta que era una chica delgada, de cabello negro. Estaba sentada en la orilla, esperando algo. Para matar el aburrimiento, el demonio rompió el silencio nocturno.

—Hola—dijo sin levantarse, lo suficientemente alto para que lo oyera ella, pero no tanto para ser detectado por los demás—Veo que también estás esperando esta reunión—vaciló—¿Crees que comenzará pronto? El mar tiene más paciencia que yo—terminó de decir, mientras miraba con una expresión serena el océano que acompañaba sus palabras y esbozaba una leve sonrisa.

por Invitado Dom Jul 03, 2016 4:46 pm

Tiempo había transcurrido ya desde que regresó al mundo de los vivos, y eso era una simple metáfora, pues el demonio de dorados cabellos había pasado tiempo suficiente preso de su propia oscuridad después de tantas tragedias seguidas. Alexander no era un hombre que se quedara en el pasado, o que prefiriera removerlo constantemente, pero por obvias razones que ahora solo estaban resguardadas en su memoria, era como era. Desde que tenía uso de razón pudo ver como opositores y miembros del gobierno se masacran entre sí en un absurdo juego de poder, pues justamente él no era partidario a apoyar ningún bando pero los tiempos habían cambiado, él había cambiado en algunos aspectos menores de su propia persona.

La noche parecía propicia, la calma de la misma le traía algunos recuerdos que su mirada era incapaz de delatar, pero eso no lo detuvo para nada a la hora de seguir avanzando a un paso decidido por la orilla, atento a su alrededor pero por otro lado perdiéndose en el sonido del oleaje, tan natural, tan relajante a sus sentidos. Cada vez que sus cabellos se movían, mostraban los ojos fríos del demonio, representándolo como un ser incapaz de sentir algo por alguien, de ver más allá que solo sus propios interés, obsesiones o pasiones. La muerte no era un problema para alguien como Alexander, logró burlarla varias veces y eso fue justamente lo que recordó cuando posó la mirada primeramente en el primer ser que vio.

Un hombre de cabellos rojos que resaltaba por tal cualidad, sirviendo de acompañante o perro faldero a la que permanecía a su lado. Era imposible no reconocer ese rostro que fue uno de los más solicitados por la propia marina de Tempus. Las malas lenguas decían que la segunda al mando podía ser un verdadero monstruo, pero francamente al pirata le importaba un reverendo carajo, pues su orgullo le impedía inclinar la cabeza hacia otra persona y por esas mismas causas, terminó esbozando una media sonrisa que expresaba cierta malicia cuando los tuvo frente a frente. —Típico. Los revolucionarios siempre yendo en manada, cuidándose la espalda— Dijo sin más, observando a ambos para al final, desviar la mirada con ligero desprecio en otra dirección. —Parece que no somos los únicos, que interesante— Sentenció sin decir más nada al respecto en clara referencia a las presencias del lugar, pues aunque no sabía cuántos eran, solo estaba seguro de que estaban cerca. Tal vez demasiado.

Realmente no tenía un motivo para estar ahí, más que simple curiosidad o ver si le convenía, aburrido estaba de sobra pero tampoco era idiota, sabía que tratar con revolucionarios era un arma de doble filo y que al final tendría que cuidar su propio cuello.

por **Kotarou Takeshi** Jue Jul 07, 2016 5:37 pm

Un largo tiempo había pasado desde que abandono los conflictos y tomo el camino de la neutralidad, algo que le trajo muchos enemigos pero sin duda alguna también calma y sosiego a su agitada mente. Seguramente pudo haber encontrado lo mismo sin dejar las filas de ese grupo pero tarde o temprano iba a terminar enfrentado contra ciertas personas a quienes prefería no combatir, no por miedo pero por un mínimo respeto a lo que en su momento representaron en su vida y por tanto, culpables del cambio radical que sufrieron sus pensamientos. Su llama combatiente seguía ardiendo pero el enfoque de la misma era distinto, Takeshi había aprendido quizás un poco como dirigir esas energías hacia un objetivo más provechoso y menos autodestructivo.

El viento soplaba calmo sobre el océano, apenas moviendo la superficie por la cual su navío se deslizaba. La noche se había hecho presente de forma inesperada aunque eso era solo desde su percepción, que hacía mucho no llevaba cuenta correcta del pasar de las horas. Su cabeza se encontraba absorta en muchos pensamientos, varios de ellos sobre la situación que estaba por desenvolverse en solo unos días, algo que quizás empezaría una nueva escaramuza. Aquello había sido obvio desde que acepto efectuar esa reunión aunque se había guardado la alternativa de cambiar el sitio donde se llevaría a cabo, principalmente por su propia seguridad. Desde su paso por Chaos y su involuntaria intervención en su salvación, muchos soldados se habían tomado el trabajo de rastrear sus paraderos y algunos incluso habían descubierto parte de su pasado, poniendo en riesgo su nuevo estilo de vida. No le convenía que supieran donde estaba…llevaría a situaciones molestas y sinceramente, la idea de estar en prisión no era para nada halagadora.

La costa apareció en el borde de su catalejo cuando la luna llego a su punto más alto en el cielo. Su brillo le ayudo a guiar la nave hasta un puerto natural, oculto en la boca de un peñasco escarpado. Ese día no había llevado a mucha tripulación, apenas la gente necesaria para controlar las velas y las armas en caso de necesitarlas —Esperen aquí y preparen comida…quizás vuelva con algunos acompañantes —Indico al bajar del navío y luego de usar una de sus habilidades para ocultarlo, comenzó a caminar por el pequeño borde que conectaba con la playa. Había dado cierto aviso, un comunicado a varios de sus conocidos en distintos grupos neutrales con la noticia de esa reunión, esperando que alguno decidiera presentarse. No había recibido respuesta pero conociendo sus maneras de actuar, seguramente aparecerían si la idea sonaba interesante, algo que el demonio intento acentuar en las cartas. Le daba igual si aparecían o no pero esa clase de ayuda nunca venia del todo mal.

Se tomó su tiempo para recorrer la extensión que lo separaba del punto de reunión, disfrutando tanto como le era posible de la brisa nocturna. Siempre fue amante de las noches de luna llena, su resplandor afectaba de forma positiva su humor además que resaltaba su cabello negro y ojos violetas que aun en ese momento de tranquilidad, permanecían alerta. El viento había aumentado un poco más, moviendo apenas la camisa azul que llevaba y los pantalones de algodón negro que la acompañaban. Por costumbre se había dejado los botone abiertos y por efecto de las corrientes, cada tanto la cicatriz de su pecho se podía ver junto con una que bajaba por su abdomen. Él era capaz de curar esas marcas, de devolverle a su piel ese aspecto impoluto pero su propia herencia como guerrero y samurái evitaba que lo hiciera. Sentía orgullo de esas heridas, esas marcas que evocaban memorias de combates memorables.

Fue bastante fácil identificar a la mujer que representaría a los revolucionarios, esos cabellos negros y esa piel siempre la habían distinguido de los demás soldados. Vio que no estaba sola, reconocía a las dos personas cerca de ella, especialmente a una que no veía desde hacía mucho tiempo. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al acercarse, instintivamente tomando un poco del agua del mar para empapar al otro samurái —Eres la persona que menos espere ver aquí, Alexander —Menciono con calma para luego dirigirse a la revolucionaria, realizando una mínima inclinación de su cabeza a modo de saludo —Isela, no pensé que serias tu quien vendría personalmente —Dijo echando una rápida mirada sobre su hombro, notando dos personas más pero evitando darles mucha atención —No estoy seguro quien más asistirá pero preferiría que realizáramos esta reunión en un sitio más privado. Mis pasos últimamente han sido rastreados desde que elimine a esa bestia en Chaos…y prefiero mantenerme lejos de los soldados de momento —Explico con tranquilidad mientras daba un par de pasos al costado de la mujer. Movió su mano izquierda y una fila de cristales apareció en la línea de la costa, marcando un camino hacia el peñasco donde atraco su navío —Mi barco esta al final de ese trayecto, pueden ir y esperar por mí en ese lugar o bien seguirme volando, ambas opciones funcionan para mí —Comento luego de cruzar sus brazos y ladear un poco su cabeza —Los dejare levantados hasta que todos los que faltan lleguen y entonces podremos marcharnos —En el pasado había seguido ordenes de esa mujer pero esa reunión la guiara Takeshi, sabía que no los necesitaban tanto pero también sabía que no se podían permitir la perdida de sus fuerzas militares y la ayuda de los piratas además de otros guerreros seria provechosa para la revolución —¿Entonces vamos? —Cuestiono echando una mirada a todos los presentes y luego de formar una divertida sonrisa, comenzó a caminar siguiendo sus propios marcadores.

por **Iris Night** Vie Jul 08, 2016 8:17 pm

Aún seguía tranquila y "sola" en la orilla mientras contemplaba el paisaje que la luz de la luna podía alumbrar, pero eso era suficiente para poder maravillarse con cosas tan simples pero a la vez complejas. Podía escuchar como el agua se acercaba a la orilla para mostrar presencia y luego irse, y así sucesivamente, la verdad no podía explicar la calma que otorgaba el lugar, ya era necesario que me alejara un poco de Chaos y me uniera a la calma por un momento.

Luego de varios minutos decido sentarme en la arena y apoyar la guadaña al lado mio, de a momentos miraba de reojo aquella figura que se encontraba a unos cuantos metros, pero seguía con la decisión de no molestarla y quedarme tranquila. En eso puedo ver otra figura, la luz que otorga la luna no era mucha y no me dejaba ver bien quien era, este se dirigió a la persona que se encontraba tranquila -Se dieron cuenta de tu presencia- me comento un espíritu mientras se acercaba a mi -Mientras que no me molesten, esta todo bien- le respondí en tono serio y seco, ya que tengo que mantenerme así con ellos si o si, y este por curiosidad volvió aquel lugar para mirar nomas. Nuevamente pasaron varios minutos cuando otra figura se acerca a los dos individuos, pero también la luz apenas me deja divisar las tres figuras que se encontraban ahora, y sospechaba que estos se percataban de mi presencia o tal vez no pero el espíritu volvió conmigo para volverme a decir lo mismo y mi respuesta fue la misma.

Así que seguía tranquila, respiraba hondo para que el aire fresco recorriera todo mi cuerpo, pero en un momento sentía que alguien me estaba observando, así que agarre la guadaña pero seguía sentada por si era alguien que solo pasaba por el lugar, hasta que este decide saludar y no levanto mucho la voz para que las tres personas que se encontraron no se dieran cuenta de nuestra presencia. Este se acerco, mientras lo miraba de reojo y respondía a su saludo con la cabeza de forma correcta. "Veo que también estás esperando esta reunión" "¿Crees que comenzará pronto? El mar tiene más paciencia que yo" fue lo que me dijo el joven, yo solo lo seguía observando de reojo para verlo mejor piel blanca, colmillos que se hacían notar, pelo negro-azulado y ojos color negro y orejas puntiagudas, -No cabe duda que es un demonio, los espíritus se ponen muy agresivos ahora- pensé, eso fue lo que la luz me dejo ver bien ademas estaba cerca así que pude mirarlo mejor.

-Así que por eso se encontraron esas personas, por una reunión- respondí ante su primera frase, la seriedad se hacía notar cuando hablaba y la frialdad también, me levanto soltando un suspiro y luego me giro hacía el joven -No sabía que iba haber una, solo vine para distraerme un rato- tome una pausa antes de seguir -Si quieres nos podemos acercar a ellos y ver si comenzó o no, ahora tengo curiosidad- termino de hablar con una presentación formal -Por cierto, me llamo Iris-.

Cuando termine de presentarme y de hablar, una cuarta figura aparece ante ellos y comienzan hablar, tal vez tendríamos que acercarnos y ver que sucede, necesito saber ahora que esta ocurriendo y de que se tratara esa reunión. Me parece todo tan raro, espero que no se trate de una guerra o algo, soy muy ajena a todo eso.

por **Kiss Shot** Lun Jul 11, 2016 5:59 pm

Había pasado mucho tiempo desde que su cabeza estaba totalmente restaurada, una leyenda muerta que fue siendo olvidada a través del tiempo gracias a nuevos talentos que sin duda alguna igualaban y superaban su poder, tantas ganas de volver a ser poderosa y reconocida para ser parte de la violencia que una vez dominó a este mundo;cierta mujer de cabello dorado que en tiempos pasados fue el terror de mucho se levantaría de nuevo de su ya muerto legado, quería empezar por algo a lo que un cazarecompensas común no haría gratis... pero no había opción si quería volver de nuevo de aquella cima a la que ya no pertenecía, volver al tope de poder y luchar a muerte de forma sanguinaria con grandes adversarios que le llenarían de dinero, sentir esa adrenalina perdida que deseaba tanto como una gorda recompensa... la leyenda olvidada que frente a pocos ojos sería reconocida.

El punto de encuentro ya estaba lleno de personas a quien no identificaba, caminaba lentamente por el camino mientras que llevaba cargada sobre su espalda una enorme guadaña, sus pasos lentamente se escuchaban mientras que esa mirada indiferente que traía se mantenía al mismo tiempo en que analizaba cada rostro posible, llevaba un vestido de color negro que era algo ajustado de la cintura, pero este se abría hasta el suelo cambiando a un color rojo bastante oscuro, unos guantes largos que cubrían hasta sus codos y unos zapatos que no se veían por el momento. Al parecer ya se estaban preparando para irse, así que había llegado justo a tiempo para acompañarles un poco. Notó pocas presencias al estar ahí. Varios hombres y dos mujeres... Todos con un poder bastante fuerte que sentía con tan solo girar hacia un lado de reojo para ver a cada uno.

-Espero no haber llegado tarde. Fueron sus palabras de presentación, dejó salir un tono suave y tranquilo mientras se acercaba para ver que era lo que planeaban, dudó mucho que alguien llegara a reconocerla, pues hasta a los más viejos ancestros no la recordaban muy bien, pues ella es un fragmento perdido de la historia que por más de 500 años estuvo en el polvo. Movió su cabeza hacia un lado ya que su largo cabello amarillo le tapaba un poco la cara. -Soy Hiroshi Hikari, un caza recompensas. Se presentó brevemente mientras se acercaba un poco más. Jugó con su cabello un poco, sosteniendo una punta mientras que esperaba alguna reacción de simpatía de alguno de los miembros presentes.. pero el ambiente era bastante serio.

Habían bastantes personalidades curiosisas, con diferentes formas de hablar y de pensar que ella realmente no comprendía, siempre fue alguien que recorría fronteras en soledad, siempre estuvo sola y probablemente lo estaría, tanto en su vida como en la batalla, pero cierto vacío se creo dentro de su cabeza cuando dejó su agitada vida de lado, quería volver a luchar, ansiaba la batalla, ansiaba la guerra en la que una vez luchó en el pasado junto con otros sujetos de igual o peor calibre que ella. Escuché un par de nombres en mi corto tiempo en este mundo... hay gente bastante famosa y poderosa que no esperaría ver jamás.

por **Isela A. Ichinose** Dom Jul 24, 2016 5:05 pm

Para ese entonces, ya muchos habían llegado al punto de encuentro e Isela no se privó de observar a los presentes uno a uno por determinados minutos. Su mirada carmesí reflejaba el mismo vacío pero a su vez, una oscuridad tan profunda y densa que no cualquiera se animaría a atravesar de buenas a primeras. No era para menos, pues conforme pasaba el tiempo, Isela fue moldeándose a su verdadera naturaleza, todas esas experiencias y ese peso lograron endurecerla muchísimo, aunque algunos bien pudieran pensar que la revolucionaria terminaría siendo aplastada por la presión…aquella mujer demostraba día a día que no importaba que tan duro la vida la golpease, ella iba a ponerse de pie porque no tendría descanso hasta derrotar al mismo Lord o al menos morir en el intento. Así de vacía ella era un arma mucho más valiosa…por fin todo tenía sentido y comprendía que si quería estar a la cabeza para terminar lo que un hombre inicio, los sentimientos estaban de más. No lo supo hasta entonces…en el líder vio su propio reflejo, lo que llegaría a convertirse ante las vueltas de la vida.

—No lo sé, Frederik, parece que de momento sí, quizás debería contemplar el expulsar a varios revolucionarios por no cumplir con su función correctamente. Sin embargo, es curioso ver tantas otras caras desconocidas— Mencionó tranquila, posando tal mirada fría sobre el pirata a quien no hacía mucho tiempo se tomó el trabajo de reconstruir su brazo bajo la promesa de que si alguna vez la traicionaba, ella se encargaría de arrancarle los dos. Por otra parte, arqueó una ceja con notable ironía, dejando escapar una sutil pero venenosa sonrisa. —¿Soldados?. No seas iluso, por donde yo estoy jamás vas a ver soldados. Normalmente la gente aprecia demasiado su vida— Comentó sin más, tajante como era de costumbre, ya que al menos Isela no era una mujer que se fuera con nimiedades ni mucho menos…Alguien incapaz de temer su propia desaparición física, no tenía demasiado que perder. Valoraba su vida, sí, pero esta se encontraba encausada a algo mucho mayor. —En fin, supongo que seguirte es la única opción— Mencionó hacia el pirata, en lo que dedicaba una última mirada a los demás presentes allí para finalmente voltearse y sin ninguna otra razón verdadera, empezar a transitar por ese sendero sin miedo ni mayores problemas.

A cada paso que daba se podía notar esa tajante seguridad con la que iba desplazándose, sin embargo, aquel rostro tan perfecto como posiblemente inexpresivo no mostraba demasiado, irónicamente en sus adentros aquella mujer era una especie de manojo absoluto de sentimientos tanto buenos como malos…Isela sí que realmente era un verdadero misterio para todo aquel que intentase al menos conocerla, aun en consecuencia de que resultase peligroso…pues alguien que no respondía por sus propios actos podía ser más que letal en perfecta combinación con ese factor de que la fémina jamás experimentaba culpa o posible arrepentimiento. Finalmente, apenas con la diestra apartó unos cuantos cabellos hacia el costado, los que eran movidos por la constante brisa marina, en lo que paso a paso tenía la mirada puesta en el pirata que de momento los “lideraba” por tal camino.

—Espero que tus piratas sepan comportarse, no quisiera empezar la noche con cuerpos desmembrados en esta ocasión— Afirmó como nota final, siempre tan melodiosa pero sincera en sus palabras, observando seguramente unos breves instantes por encima del hombro derecho, ¿a qué se debía toda esa concurrencia?, no estaba muy segura…pero ya la noche se encargaría de hablar por si sola.

por **Iris Night** Miér Jul 27, 2016 1:18 am

El viento seguía soplando con delicadeza y tranquilidad para acompañar las pequeñas olas hasta la orilla como siempre paso desde el inicio de este planeta, las olas y el viento danzan de forma calmada o loca según su estado, mientras el joven estaba conmigo observando el paisaje, yo respiraba hondo y permitía al viento fresco recorrer todo mi cuerpo. No sabia que hacer, si irme de nuevo a casa, acercarme para ver de que se trata la reunión o quedarme acá, así que solo me quede por unos minutos más para ver luego que hacer con mi insignificante vida.

Luego de unos minutos de esperar la respuesta del joven, decido acercarme a la reunión que había a unos metros míos, pero sin antes decirle al joven -Cuando quieras sígueme- con tono frió y con esto último camino hacia donde se encontraban estas personas, con paso firme me acerco hacía ellos pero sin antes pensar en que decirles para aparecer de repente y al acercarme lo suficiente estos por lo visto estaban por irse.

-Que linda noche- -¿Porque me asesino?- -Luna- eran algunas de las cosas que escuchaba de los espíritus, algunos sabían que estaban muertos y disfrutaban de la eternidad, otros se preguntaban porque murieron o porque los asesinaron, otros solo podían decir la última palabra que dijeron antes de morir. Yo solo los podía escuchar, ya que aún no puedo guiar esas almas al mundo de los muertos como mi padre, ademas si las molestaba estas podían lastimarme o algo peor, así que solo procure en concentrarme en aquella reunión que se estaba realizando a pocos metros míos.

-Por lo visto llegue tarde, pido disculpas- dije con tono seco al observarlos a todos mientras sostengo mi guadaña con fuerza, apoyada sobre mi hombro izquierdo, estaba atenta a cualquier ataque que estos pudieran hacerme tal vez pensando que era enemigo o que era algún espía. -Ante todo, buenas noches- salude formalmente, ya que los modales aún son lo mío, y me quede en silencio hasta esperar algún saludo o algo de los demás presentes.

por **Clarisse Seityian** Sáb Jul 30, 2016 7:10 pm

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que emprendido una aventura, pese a su reputación, lo único que Clarisse hacia era ir de un lado al otro sin llevar la atención hacia ella, era casi como una sombra. Le llegó la noticia por una fuente que prefería no mencionar y, después de debatir mucho con si misma decidió que no era una mala idea presentarse a la dichosa reunión, después de todo no tenía nada que perder salvo algunos minutos de su tiempo si es que esto resultaba un fiasco.

Zarpó desde Tempus, pues había estado en uno de los pequeños pueblos, uno de los tantos ignorados cuando los mapas se habían elaborado, y se dispuso a tomar una pequeña siesta pues sabía que el camino a Spatium era largo y no quería estar parada en la proa del barco viendo las olas pasar. En cuanto despertó, se dio cuenta de lo tarde que iban, ya había anochecido y no sabía que hora era. Estaban muy cerca pero el camino que tomaron rodeaba la isla, por lo que el barco que estaba esperando cerca del peñasco le llamó la atención, seguro era el barco del que organizó esto. Clarisse decidió atracar su barco junto a este y subir al mismo, sería una reunión interesante, sobre todo si los rumores eran ciertos. Se sentó a esperar mirando el cielo nocturno preguntandse si alguien importante llegaría es esta reunión, no tenía muchos detalles sobre ella y moria de curiosidad por saber si esto iba a traerle algo de dinero o si solo iba a ser una extraña aventura con un manojo de desconocidos, sea cual fuere el caso, iba a pasar un buen rato aunque perdiera su tiempo

por **Grommash Hellscream** Sáb Jul 30, 2016 10:05 pm

La figura de un gigante se mueve en la noche, pesada y ruidosamente, el acero tintinea con un ritmo pausado pero con un compás rítmico, Grommash Hellscream busca desesperadamente el lugar de reunión de una banda de revolucionarios, señores del desorden que buscan bajar desde su podio a un tirano que se disfraza de un venerable anciano, el Lord. Su juicio se nubla a veces y suele perder el control al estar rodeado de tantos enclenques, por ello va cubierto de pies a cabeza con una capucha de un gigantesco animal, quizás un búfalo o alguna presa mayor. Su mente simple le guía a uno de los lugares donde en clave se le informo que sería una de sus primeras reuniones, solo esperaba que no fuera una reunión de niños que planeaban bromas pesadas arrodilladas en la arena, su premisa era importante, pero sus planes no estaban claros.

La luz de la luna estaba intensa y su imponente figura poco podía ser ocultada, nada podía ocultar al gran Gromm, sus colmillos asomaban fuera de la capucha y se notaba que era un monstruo, un horrible monstruo. Llego hasta el lugar de reunión y pudo apreciar que los presentes eran algunos piratas y otros revolucionarios, por obviedad supo que la líder era una mujer delicada, algo le decía que era ella la líder, si bien podía entender a medias lo que le decían en la lengua común, eran algunos conceptos que se le escapaban. Cosas como “contemplar” y otras palabras más simples como “linda”, dichas palabras parecían ser hechizos en la mente del gigante pero olfateando un poco más pudo detectar la presencia de… demonios… eso explicaba muchas cosas. Se quitó la capucha y su cabello oscuro como el carbón brillo bajo las luces artificiales de la ciudad a sus espaldas. Portaba en su mano derecha una especie de hacha ceremonial, un gigantesco acero que parecía ser una parte de un animal, algo tosco y lleno de deformada muerte.

Buffo al no entender como se le había ocurrido tratar con gente a la cual ni siquiera podía comprender, pero haría lo posible por la revolución y la abolición de un sistema podrido y lleno de fallas. Y por ende se comería el corazón de todo aquel que se lo evitase. Espero algo alejado de la muchedumbre y obviamente un par de ojos se desviaron hacia él. Su rostro era duro, deforme y lleno de cicatrices. Las palabras entre los enclenques humanoides se intercambiaban y eran pocas las que podía comprender. El mismo hablaba pocas y las que más pronunciaba eran sí y no.

Los venerables ancianos de su pueblo esperaban obtener poder a costa de su envió a la revolución pero de qué forma, eso era un misterio, siempre escucharon historias de personas con poderes capaces de modifica el mundo, personas que una vez fueron humanas, no por su raza sino por sus ataduras, y que después se volvieron verdaderos dioses. Eso era lo que buscaba Gromm, poder, un poder irresistible. Quizás alguien le retara a probar sus habilidades, si eso ocurría estaba preparado. Aúllavísceras vibro en su mano y sintió la sed que tenía, una sed difícil de calmar pero fácil de proveer, después de todo una ciudad llena de humanos no echara de menos a un par verdad?

*Mi Grommash, Grommash Hellscream, yo revolución, yo vida yo escudo de los señores yo vivir y morir por ellos, yo poder por mi gente, yo matar enemigos, quebrar espíritus. Yo prometer* se repetía en su mente Gromm, era un pequeño discurso que había estudiado y le habían transmitido los venerables de su pueblo para presentarse ante los aliados revolucionarios, solo esperaba recordarlo de la manera correcta sino sacaría su hacha y diría lo que siempre dice. Su palabra favorita “Yo Matar por ti”.

por **Maya Natsume** Sáb Jul 30, 2016 10:43 pm

No conocía a nadie, había llegado ahí de casualidad, por un rumor que escuchó en Nihil. Desde que dejó Spatium se sentía descolocada. Sí, más de lo que ya estaba. Nunca mantuvo un contacto lo suficientemente prolongado para tan siquiera poder llamar a alguien “compañero”. Pero ahí estaba una vez más, intentando encontrar un motivo para vivir día tras día.

Mucha gente estaba congregada en el mismo punto. Por suerte, adoptó la apariencia de una niña, aspecto con el que sentia mas comoda a la hora de interactuar con los demás.
La reunión ya había comenzado, parecía que estaban intentando organizarse y discutiendo varios puntos. Observó a una mujer morena, con una intensa mirada color rubí, seguramente se trataba de alguien importante, pues parecía estar dando órdenes a los demás. Aprovechando su baja estatura, se acercó más para poder escuchar de qué estaban hablando. Al poco de llegar la conversación terminó y la mujer se alejó del hombre de cabellos rojos. Curiosa la siguió con la mirada. Alguien le dió un empujón, lo que desvió su atención hacia la grosera persona que sin ningún tipo de miramiento siguió avanzando.
No era nadie, era invisible, una molestia seguramente, hasta que se dejase ver. Ahí sí que la tomarían en cuenta, pero no era el momento, ni el lugar. Quería asegurarse de que esta vez sí estaba ocupando el lugar correcto.

Seguía llegando gente, nunca imaginó que el bando rebelde podría movilizar a tanta gente. Le entusiasmaba la idea de ver a tantos individuos reunidos con el mismo objetivo, acabar con el régimen barbárico del Lord. Un momento... - ¿De qué trataba todo esto?- . Sí habían rebeldes, pero habían varios ¿piratas?, ellos eran neutrales. En algún punto se había perdido. Lo mejor era permanecer atenta a ver qué sucedía.

por Invitado Dom Ago 07, 2016 6:21 pm

Claro que reaccionó de mala manera ante la reacción de su viejo compañero pirata, pero ¿qué más podría hacer cuando había tanta gente próxima?, no mucho. Ya encontraría un modo de vengarse por eso, ya que ahora mismo estaba observándole de muy mala manera, filosa como alguien de su calibre podía comportarse, pues para juegos no estaba ni mucho menos. —Más tarde ajustaremos cuentas tu y yo— Dijo sin más, procediendo a prestar atención a los demás presentes. Varios revolucionarios estaban ahí, lo que dejaba un cierto sabor amargo sobre el claro asunto de la propia reunión. Bien podría haberse ido, seguir con lo suyo sin preocuparse por más, pero ya estaba metido en el lio así que no dudo un solo segundo en ir caminando lentamente por el camino formado de cristales o eso parecía ser. No recordaba que tipo de habilidades poseía su ex compañero, pero tampoco le importaba demasiado…Ahí presente estaba nada más que para ponerse al corriente sobre lo que estaba sucediendo a nivel mundial.

Por otra parte, indeciso se encontraba, pues tenía mucho tiempo de no ponerse seriamente en la situación de tener que enfrentar una batalla más cruenta que la anterior, tampoco sabía si estaba del todo preparado, aunque consiente era que tenía que fortalecerse rápidamente si quería buenos resultados. Sin un solo atisbo de duda fue avanzando a un paso muy lento, sintiendo como el viento mecía esos largos cabellos sujetos por una simple tira de tela. Mantuvo la mirada en el frente, en el mismo océano como así también en los que habían tomado la delantera.

Quien sabe, si realmente el convenía podría volver a meterse en problemas, todo era válido cuando se trataba de obtener un poco más de diversión. Salir de la monotonía en la que había entrado no sería fácil…pero ya de por si encontrarse con aquel idiota bueno para nada, prometía más de un problema venidero.

por **Jabaku Fūenjin** Lun Ago 08, 2016 5:48 pm

Poco tiempo había transcurrido desde que fue ascendida para sustituir al que fue su maestro, apenas si había tenido tiempo de superar el duro golpe que había sido y de recomponerse de estar al borde de la muerte. Aun con todo ello, no perdió un segundo en ponerse al frente de su nuevo puesto, impasible, como si nada de lo que había sucedido le hubiese importado o si fuese incapaz de sentir dolor. Y así se encontraba precisamente en aquella playa andando en silencio y en solitario, sin más indicaciones que un triste aviso de que allí tendría lugar una reunión importante o algo así. Para no tener muchos detalles se había arriesgado mucho yendo sola y sin comprobar que fuese un aviso veraz pero… ¿Y qué más le daba? Si era una trampa lucharía hasta la muerte y si no lo era estaría allí como correspondía, aun si se le había hecho tarde, darse prisa era algo que no iba con ella, simplemente iba y cuando llegaba… llegaba. No prestaba atención ni al paisaje, ni al lugar, ni a lo que hubiera cerca de ella, lo cierto es que casi parecía que fuese una sonámbula andando de manera errante y sin rumbo, totalmente falso pero bien daba esa Impresión.

Tras un largo rato de andar sin prisa pero sin pausa se encontró con lo que parecía ser el lugar de reunión, no podía asegurarlo del todo sin embargo era el único lugar de la zona que parecía tener gente reunida, y estaba segura de que llegaba tarde. A pesar de ello continuo con su calmado paso por la calma playa nocturna en solitario, llevando su mano zurda apoyada suavemente sobre la empuñadura de su arma como si no tuviera la más mínima intención de utilizarla… lo cual era cierto para variar. A pocos metros de llegar se detuvo, a essa distancia era evidente que ya la habrían visto acercarse y desde luego no estaba muy en disposición de ocultarse, solo metió su única mano en el interior del kimono de aspecto desgastado para sacar una botella y beber de ella, vaciarla y arrojarla sin mirar. Finalmente retomó el paso hacia el resto para detenerse nuevamente a un lado de donde se encontraba la líder. ¿Cómo sabia de quien se trataba? No lo sabia, tan solo lo intuía más no hizo falta más que esa sensación para darlo por hecho. -¿He llegado tarde? Espero no haberme perdido nada importante…- Dijo con cierto desdén, su comportamiento habitual fuera del combate y con quien fuese que tuviera delante, eso no le importaba.

Se llevó su Kiseru a la boca y lo encendió con calma, tomándose algunos largos segundos antes de fijarse en los presentes y alzar la voz para formular una pregunta, en su opinión, la más importante en ese momento.-Bueno a ver… ¿Qué narices hacemos aquí exactamente? A mi no me han dado explicación alguna…- Poco le interesaba conocer los nombres de los presentes ni ese tipo de formalismos, con verles las caras tenia suficiente para identificarlos y ya más tarde se preocuparía de sus rangos si lo veía necesario, mas en ese momento tan solo quería una respuesta del por qué de la reunión. La información que tenía al respecto era prácticamente nula o no le había llegado correctamente, en cualquier caso, no había ido hasta allí para nada.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater