Re: Animals [Priv. Rosette Lestrange][+18]

por **Rosette Lestrange** Jue Oct 20, 2016 9:45 pm

De no haber estado Atreyu a su lado probablemente la paladina hubiera sido incapaz de atravesar las puertas del castillo sin morir de los nervios. Los guardias se pusieron firmes en el momento para recibir a la pareja, dejándoles paso para entrar. La pareja iba cogida de la mano, no vio si los dos hombres se fijaron en el detalle, no hizo contacto visual con ellos, con semblante serio, si actuaba dudosa mostraría debilidad ante ellos, desde un principio pretendía demostrar que estando o no junto no importaba, Rosette sería por siempre la brutal paladina de Chaos, exigente, servicial y cruel. Estaban dentro del recinto, muchos estaban despertando de su descansado, preparándose para su jornada laboral.

Rosette solo quería llegar a la habitación para tirarse en la cama y quedar inconsciente, su naturaleza demoníaca le había fortalecido, pero ni aun así su cuerpo estaba preparado para lo acontecido esa larga noche. Puso un pie en las escaleras que daban al piso superior, pero la mano de Atreyu sobre la suya detuvo su paso. Le miró fijamente escuchándole hablar, hasta ese momento no se acordaba del hambre, tras el exceso de ejercicio y las horas su cuerpo necesitaba reponer fuerzas, estómago pudo quejarse por fin.-Tiene razón, tengo un poco de hambre, no me importaría picar algo… - Dejó que la guiara hacia la cocina, esperando en silencio como había ordenado el albino, siguiendole con la mirada perderse en la alacena. Un bostezo se le escapó, estar allí de pie esperando sin hacer nada le provocaba más sueño aún, un segundo bostezo y el regente regresó con el cuenco de madera lleno de frutos rojos. Cogió el cuenco rebosante y las alforjas.-Llevaré las cosas…- Giró el cuerpo para empezar a caminar, pero Atreyu se lo impidió al obligarla a levantar el mentón para darle un suave beso. Rosette sonrió, y le vio marcharse de la cocina, desapareciendo de la cocina.-¿A dónde irá ahora?- Esperaba cualquier cosa por parte del dios oscuro, le tocaría esperar pacientemente en la habitación. cargada con el cuenco y las alforjas salió de la cocina para subir al piso superior, dirigiéndose al cuarto de Atreyu.

Abrió la puerta despacio para no hacer demasiado ruido, cerró una vez dentro y dejó caer la alforja a un lado en el suelo donde no molestara. Puso con cuidado el cuenco sobre la mesita de noche, comenzó a quitarse las botas lanzandolas lejos, desabrochó los pantalones y los dejó sobre el diván para no dejarlos tirados. La camisa blanca era lo suficientemente larga para cubrirle, se sentó en la orilla de la cama con los codos apoyados sobre las piernas y la cabeza sobre las manos. El estómago se quejó otra vez, tener el cuenco lleno de fruta era una tentación, y ella no pudo más que estirar una de las manos para coger una fresa. De un par de mordiscos la fruta desapareció y Rose continuó comiendo una fruta tras otra. La puerta de la habitación se abrió dejando paso al regente, sonrió al verle mientras masticaba la fruta. Tragó el alimento justo en el momento en que se acercó a ella para darle un beso, correspondiendo este. Aceptó la rosa sorprendida, era increíble como el albino cuidaba cada detalle, era la segunda rosa que le regalaba y todas eran igual de especiales para ella. Apretó la rosa contra su pecho esperando que Atreyu se pusiera cómodo, observando el vino y las dos copas que traía consigo. Esperó a que se sentara, tomó la copa y brindaron.-Por nosotros.- Repitió para beber un trago del vino saboreando este, el que había probado en el lago le agrado, este también, poco a poco su gusto por el alcohol iba cambiando. Dejó la copa de cristal sobre la mesa, cogiendo en su lugar el cuenco con fruta. Se acomodó al lado de Atreyu sentada de rodillas a un lado de él.-La distancia ha sido dura, por un momento pensé que nunca más le volvería a ver.- Bromeó, cogió una mora con los dedos para llevarla a la boca del albino.-Es increíble como cuida cada detalle… los frutos, el vino, la rosa...-- Depositó el cuenco sobre el abdomen del ministro, con la rosa en la mano la puso entre los cabellos dorados a modo de adorno.-¿Qué tal? ¿Se ve bien?- No acostumbraba a ese tipo de cosas, era la primera en defender que los adornos y joyas eran inútiles. Recortó el cuerpo de lado dejando descansar su cabeza sobre el pecho de Atreyu, acariciando este con las yemas de sus dedos mientras con la otra mano iba recogiendo frutos del cuenco para llevarlos a la boca de su amado.-No me importaría vivir así el resto de mi vida…- Confesó para justo después comerse un arándano.

por **Atreyu** Vie Oct 21, 2016 4:24 pm

Presumida, colocó la rosa entre sus cabellos dorados, apoyo el cuenco sobre el abdomen del dios oscuro y se recostó sobre su pecho, una de sus manos vagaba por la espalda de Rosette, recorriendola con una suave caricia, disfrutando del momento mientras degustaba las pequeñas piezas de fruta que le proporcionaba su compañera. Tras las últimas palabras de las paladina, no pudo evitar sentirse inmensamente feliz. Era extraño, pues hasta ahora la felicidad la alcanzaba en plena batalla, ahí notaba como su sangre hervía y la euforia lo invadía, ahora sin embargo, sentía esas mismas sensaciones pero con una intensidad distinta. Comprendía y aceptaba otro tipo de júbilo y se sentía afortunado de poder disfrutar intensamente de situaciones tan contradictorias y a la vez tan caóticas como son la violencia y el amor.

Sujetó el cuenco y lo dejo a un lado para poder girarse y mirar de frente a Rosette, quedando junto a ella, admirando en silencio su belleza. Acariciando su rostro, besando suavemente su frente, sus párpados, su mejilla, la comisura de sus labios, descender con los suyos en una caricia por su barbilla hasta la base de su cuello, desplazando el peso de su cuerpo sobre el de Lestrange, quedando tumbado sobre ella, abrazándola por la cintura y descansando su cabeza sobre su hombro, casualmente el mismo en el que le mordió por primera vez, dejándole una marca que perduraría en el tiempo sobre su pálida piel, cubriéndola por dulces besos. Su cuerpo no podía contenerse, tenerla tan cerca, sentirla, olerla, tocarla. Todas esas sensaciones se mezclaban con sus sentimientos y hacían que perdiera la razón. Hundió su cabeza en el pecho ajeno, permaneciendo apoyado sin obstaculizar la respiración de Rosette. Impregnándose de su aroma, de su esencia, descansando su rostro sobre ella para escuchar el latido de su corazón. No había momento más perfecto que este. Los dos solos, en perfecta intimidad y perfecta armonía, demostrando su amor sin miedo a nada, dejando a un lado la violencia para profesarse amor.

A él tampoco le importaría pasar así el resto de su vida, que este momento perdurara eternamente, que el tiempo no avanzara y así poder quedarse fundidos en un eterno abrazo. No había nada que decir, sus gestos hablaban por ellos, las manos de su amada jugando con su pelo le proporcionaban una agradable sensación que poco a poco relajaban todo su cuerpo, se aferraba a ella como si fuera la última vez que pudiera sentirla entre sus brazos. Dos guerreros que se aman nunca saben cuando puede llegar el último abrazo, caricia o beso. Anteriormente, había tenido parejas que perecieron en batalla y con el tiempo, aprendió a intensificar cada interacción como si fuera la última. Cualquier día podía ser el último, tanto para el dios oscuro como para el otro ser con el que se cruzaba en el camino, solo con pensar en ello se ahogaba. No podía imaginar un día sin Rosette, sin oír su voz, sin escuchar sus protestas sobre su actitud temeraria, sin sus caricias, sin sus besos, sin sentir su calor y el latir de su corazón. Quería cada amanecer a su lado, abrir los ojos y ver su sonrisa. Parte de él podía acostumbrarse al impulso del amor, no le era desagradable, era distinto, algo extraño, nunca vivido, todo era nuevo y excitante, sentía que podía coexistir en su interior junto con ese ansia de violencia que le dio la vida.

Separó su rostro del pecho de Lestrange para admirarla de nuevo, serena, casi rendida por el sueño. Acercándose con cuidado de nuevo a ella, besando sus labios y colmando de caricias la piel de su cuello y rostro, adaptando la posición de su cuerpo a la altura de Rosette, acariciando su piel. - Te amo Rosette.- Sus palabras eran un pensamiento exhalado por sus labios en el oído de su amada, no quería perturbar su calma, solo quería colmarla de amor, su cuerpo clamaba por demostrarlo de mil maneras diferentes; dulces, violentas, suaves, fogosas... Sólo su mente consciente era quien decidía la manera de manifestarlo.

por **Rosette Lestrange** Sáb Oct 22, 2016 12:52 pm

¿Qué era este sentimiento que la ahogaba?-¿Qué clase de magia utiliza para tenerme así.[/color]- Pensaba con cada caricia y beso que recibía.-¿Cómo puedo ser tan débil entre sus brazos?- El descenso de los labios por su rostro desembocando en la base de su cuello, escapando un casi inaudible suspiro.-Capaz de despertar el más bajo de mis instintos y al mismo tiempo hacerme sentir una muñeca.- Considerada una amenaza para los habitantes de su propio pueblo, un animal camuflado con el aspecto de una mujer. Cuerpo frágil desde el mismo momento de su nacimiento incapaz de soportar el indomable espíritu de Rosette. Lo acontecido en Rihm no había sido casualidad, desconocía la razón pero el destino quiso que muriera para renacer más fuerte, con un cuerpo capaz de soportar el peso de su existencia, convertida en una criatura más brutal.

Sus manos paseando por cada centímetro del cuerpo masculino que sus manos le permitían alcanzar, el abrazo alrededor de su cintura, dejando descansar la cabeza sobre el hombre que Atreyu había marcado en su primera batalla. No pasaba un día sin observarla, acariciarla, recordando aquel instante como en un sueño, despertando sentimientos que ahora alcanzaba a comprender. Esa marca en su piel simbolizaba su pertenencia al ministro, no solo el anillo de Chaos la identificaba como la paladina y guardiana de Atreyu, la cicatriz era la muestra de que toda Rosette le pertenecía. Conocía a su amado, ambos compartiendo esa pasión por la sangre, el caos, la batalla… incluso en un tema tan íntimo, ella misma se vió sorprendida de la excitación que sintió en el momento en que los dos se hirieron mutuamente, y en cada gesto y movimiento se dio cuenta de que se resistía a liberar la bestia de su interior. Dos sentimientos despertaban en ella, el miedo hacia lo que era capaz de hacerle el ministro al no contenerse, y el deseo de descubrirlo. Se preparaba mentalmente, cada parte de su cuerpo sufriría un severo castigo por su parte, probablemente querría morir para detener el sufrimiento, pero ella aguantaría, para ser perfecta.-Con el tiempo lo seré… completamente perfecta para él.- Era impaciente en muchos sentidos, le gustaba pasar a la acción pero desde su ascenso se había cambiado ligeramente, comprendiendo que de ella dependía la vida de otra criatura, más importante que ella misma, no podía actuar impulsivamente, cada paso era calculado, cada decisión meditada. Lo aplicó a la situación, tendría que ser paciente, tardaría en conseguir que Atreyu dejara de contenerse. La cabeza hundida en su pecho buscando su calor, escuchando quizás el latir del corazón, tenerle a su lado aceleraba el pulso de Rosette. Sus manos se deslizaron para jugar con los blancos cabellos de Atreyu, enredandolo entre sus dedos o proporcionando lentas caricia.

El cansancio era un eficaz enemigo incapaz de combatir, invadía el cuerpo como un virus buscando vencer, que te rindieras ante el. En los últimos días había sucedido demasiadas cosas, muchos descubrimientos, no era de extrañar que estuviera cansada física y mentalmente. Los párpados se iban cerrando, le pesaban, casi ni notó a Atreyu separarse de ella para observarla, acercándose para proporcionarle un beso en los labios, llenando de caricias a lo largo de su rostro y cuello. Se removió por el cosquilleo del contacto de las caricias en su piel. El imponente cuerpo se adaptó al suyo creando una cálida sensación en Rosette, pegando su cuerpo para sentir al máximo el de Atreyu. La delicada declaración de amor en su oído le robó una pequeña sonrisa.-Te amo, Atreyu.- Respondió sin inmutarse, inmersa en la agradable situación.-No tengo palabras suficientes para expresar lo que siento por usted.- Ladeó la cabeza para poder posar un beso en sus labios.-Por eso usaré toda mi existencia para demostrarle lo que siento, parte de usted en todos los sentidos.- Soltó un largo suspiro, acomodándose otra vez junto al albino, cerrando los ojos queriendo entregarse al sueño.-Por favor, al despertarme quiero verle a mi lado.- Murmuró finalmente.

por **Atreyu** Dom Oct 23, 2016 2:24 pm

Sus palabras fueron oídas por su amada y correspondidas, tanto con una respuesta como con el gesto, acomodándose entre sus brazos, buscando su abrazo, buscando su calor. Los dos últimos días habían transcurrido con una serie de eventos que a partir de ahora cambiarían sus vidas. ¿Merecía la pena vivir el cambio? Sí, lo tenía claro. Por ella estaba dispuesto a todo, se avecinaban tiempos difíciles, pero junto a Rosette se sentía capaz de cualquier cosa.

Comenzaba a despuntar el día y Lestrange quedó completamente dormida entre sus brazos, abrazada a su piel, respirando suavemente contra su pecho. Su mirada se perdía en la combinación de tonos azules y rojos que se mezclaban en el cielo, dando paso al característico color cobrizo del amanecer, sus dedos se enredaban entre la rubia melena de Rosette, sus labios descansaban contra la parte alta de la cabeza contraria, quedando lentamente vencido por el sueño. Nunca había sentido tanta calma, la quietud de su alma era agradable, no había nada. Por primera vez soñó con algo que no era violencia, ni lujuria. Su sueño mostraba un mundo inmaculado, un jardín de rosas rojas bajo un cielo despejado y azul, en el centro, se hallaba Rosette, sonriente, portando un vestido blanco y una rosa entre sus manos. Caminaba hacia ella correspondiendo esa sincera sonrisa, alcanzando una de sus muñecas para cubrirla de besos y situarla sobre su hombro. Sujetarla por la cintura y levantarla al peso para alcanzar mejor sus labios. Acariciar su rostro con la punta de la nariz, provocando un leve cosquilleo que mostraba una dulce risa en la mujer. Intercambiando frases y promesas de amor eterno. Se sentía pleno, completo, recompuesto.

Sin quererlo, regresó a la realidad, comprobando que ya estaba por concluir el atardecer. ¿Tanto tiempo habían pasado durmiendo? Aún seguían en la misma posición. Tumbados de lado sobre la cama, sin soltarse de su abrazo. Respiró hondo y posó un suave beso sobre el hombro de la paladina, provocando un leve movimiento del cuerpo de la mujer. - Rosette.- Susurró en el oído - Despierta mi amor.- Lentamente recostó el cuerpo de su amada sobre la almohada, dejando mayor distancia entre los dos. Apoyó su cabeza contra la palma de su mano, permaneciendo junto a ella, admirando la sosegada expresión de su rostro. Sujetando con su diestra el brazo contrario, acercándolo a sus labios para cubrirlo de cálidos besos, buscando el despertar de Rosette. Tal como le pidió, iba a ser lo primero que vería al levantarse, hoy y el resto de su vida, pues el dios oscuro no tenía intenciones de dejar que escapara fácilmente de su agarre.

Lentamente los ojos de Lestrange se abrieron, mostrando de nuevo al regente esos orbes violetas que tanto le fascinaban. Tras dejar unos minutos a que la mujer se desperezara, la volvió a atrapar entre sus brazos, besando dulcemente su frente y deslizando su mano por el interior de su camisa para tener contacto con su suave piel. - Buenos días… parece que se nos ha hecho un poco tarde, despiertas justo para ver el anochecer…- En volvió los carnosos labios de Rosette con los suyos en un pasional beso, no podía contenerse cuando estaba tan cerca, era como si cayera preso de un hechizo al contacto con su piel. Su corazón se aceleraba de nuevo y esa extraña sensación en la boca del estómago volvía a hacer acto de presencia, provocando que todo su cuerpo comenzase a entrar en calor. Separó violentamente sus labios de los de Lestrange para poder tomar aire, su respiración estaba ligeramente agitada y su corazón latía con fuerza. El rostro de su amada, su piel de porcelana y esa expresión de inocencia que sólo él conocía, hacía que Atreyu cayera rendido ante los encantos de la mujer. - Quiero que el resto de nuestros días sean así, durmiendo abrazados, despertando juntos…- Empujó la espalda de Rosette contra su cuerpo, fundiéndose en un abrazo, poniendo fin al espacio entre los dos. - Te amo… cada día, al despertarte, estas serán las primeras palabras que escucharás. Nunca me cansaré de repetirlas, nunca me cansaré de tí, de tu amor, de tu cuerpo. Seré tuyo eternamente.- Su abrazo se hizo más fuerte, al igual que todos los entregados a su amada tras su confesión de amor, una parte de él moría tras pronunciar estas palabras para renacer de nuevo con una energía extraña que recorría y agitaba todo su ser. Se sentía extraño, feliz, inquieto, el ser más afortunado del mundo, pero sobe todo completo.

por **Rosette Lestrange** Mar Oct 25, 2016 8:00 pm

En cuestión de segundos el cansancio le venció sumiendola en un profundo y placentero sueño, respiración calmada y semblante sereno. Pocas veces soñaba, y de esas veces todas eran relacionadas con batallas, derramamiento de sangre… quedaría más tarde sorprendida al recordar que en ese momento sus sueños estuvieron relacionados con un único sentimiento. Cálidos abrazos y besos, palabras susurradas declarando sentimientos hasta ese momento ocultos. Un sentimiento de protección que nunca había sentido hasta ese día, unos brazos rodeando su cuerpo, protegiéndola de todo…

Sumida aún en el sueño notaba su cuerpo moverse, delicados movimientos que la despertaron lentamente. El sonido de una voz conocida, pensando por unos segundos que era parte del sueño. Una agradable cosquilleo recorrió su brazo haciéndole despertar con una leve sonrisas en sus labios. Lentamente sus ojos se fueron abriendo, parpadeando seguidamente para ver con claridad su alrededor. Lo primero que vio fue el rostro de Atreyu, contemplando, la sonrisa se amplió alegre, había cumplido su promesa de ser lo primero que viera al despertar. Incorporó el cuerpo para estirarse, dejando escapar un largo suspiro.-Buenos días...- Saludo ya desperezada y lista para salir de la cama. Hizo el amago de levantarse, pero los brazos del albino la atraparon en un nuevo abrazo, besando tiernamente su frente, las manos invadieron el interior de su camisa para acariciar la piel. Ladeó el rostro para ver por las ventanas, tenía razón estaba anocheciendo, había pasado el día durmiendo. Esperaba dormir un par de horas nada más, no todo el maldito día. Se sentía molesta consigo misma, detestaba pasar más tiempo del necesario acostada, sin embargo el sorpresivo contacto de los labios sobre los suyos, unidos en apasionado beso, fue más que suficiente para que la paladina olvidara todo eso, cerrara los ojos y disfrutara de la cálida sensación. Se separó de ella violentamente, confundiendo a Rosette, a veces la impulsividad del ministro la sorprendía, y eso que se esperaba cualquier locura por su parte.

Dejó que acomodara la espalda contra él, fundidos en un abrazo, eliminando el espacio entre los dos cuerpos. Apenas había pasado veinte minutos desde su despertar y Atreyu ya la agasajaba de bellas palabras y promesas de amor. Provocó en la paladina una sonrisa tonta, de esas que ponen los enamorados a cada momento al estar con su pareja o escucharle hablar. Cada palabra que escapaba de los labios de Atreyu eran una sinfonía en el corazón de Rose. Ante los demás un eficaz regente, un guerrero brutal y en la intimidad cariñoso, atento y apasionado...había descubierto una faceta nueva, única, solo ella podía verla, disfrutarla… afortunada sonaba poco para expresar cómo se sentía.-Nunca deja de sorprenderme ¿Sabe?- Confesó entre risas, rompiendo el abrazo para quedarse sentada de rodillas frente a él.-De verdad espero que todos nuestros días sean así… - Tomó el rostro del albino entre sus manos, acercando el rostro para posar un beso sobre los labios contrarios.-Antes me despertaba con la ilusión de pasar otro día a su lado...- Confesó descendiendo los besos hacia el cuello.-A partir de hoy tendré más motivos para despertar emocionada, le tendré a mi lado cada mañana y eso es motivo suficiente para ser feliz.- Retrocedió, bajando de la cama para ponerse en pie.-Hay que moverse… tenemos que aprovechar el tiempo, nada de hacer el perezoso, señor.- Dio un rodeo para llegar al lado del ministro, atrapó una de las manos entre las suyas obligando al regente levantarse de la cama.-Un baño caliente nos vendrá bien, después comeremos y les echaremos un vistazo a los hombres, sin mi supervisión a saber que han hecho.- Le llevó casi literalmente hacia el baño, empujándolo dentro suavemente.-Venga...- Entró tras de él, cerrando la puerta del baño.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater