Coma ettínnico [Privado: Akki]

por **Iscar Severance** Sáb Jul 12, 2014 8:27 pm

Severance no podía engañarse esta vez. Tenía miedo. No era un miedo como el que podría tener un niño al ver un monstruo, o si quiera el miedo lento y constante a la muerte. Era el miedo a no volver a ver la luz del día. El miedo sereno del saber que estás cometiendo una estupidez.

Se encontraba en las afueras del pantano. En sus límites.
No eran pocas las leyendas sobre aquel pantano, que incluso se decía que estaba maldito. No era de extrañar por tanto todos los desaparecidos, que habían entrado en aquel pantano en busca de gloria, y no habían vuelto. No eran pocas las recompensas que ofrecían por encontrar a aquellos héroes perdidos. Y lo peor, era que si nadie que entrase era capaz de salir... nadie podía avisarte qué era lo que habitaba en aquel lugar, que hacía que solo su mera presencia sirviese para comprender toda la maldad que vivía en él.

Cada día en Chaos se hablaba más del pantano, y como guardián, había decidido ir a investigar. Probablemente sus superiores ya estarían tramando algo para acallar las voces del pueblo. Podía ser incluso que se estuviese preparando una expedición. De todas formas, eso a Iscar le daba igual. No iba a seguir las lentas ordenes de sus superiores sin antes saber a qué se enfrentaba.

-La información es más importante que la acción-se dijo por lo bajo.

Y eso era aquella misión. Una pequeña intrusión en campo enemigo. Solo echar un vistazo. Pero no se engañaba. No sería tan fácil salir de allí una vez se hubiese metido.
Hacía mucho que no iba por aquella zona. Solo lo había visto una vez más, en la lejanía, desde las altas montañas de Chaos. De cerca, sin lugar a dudas, imponía mucho más. Una niebla que cubría hasta las rodillas se movía lentamente, sin ningún objetivo, surcando el camino como si de una ola se tratara. Los árboles muertos se ondeaban con el viento, pero no producían ningún sonido, solo se escuchaba el suave goteo que provocaba el agua al deslizarse por las ramas hasta caer a las lagunas de barro. O tal vez no fuese agua. Tal vez era sangre.

Un movimiento en el interior llamó su atención. No pasó nada, y seguidamente, decenas de cuervos salieron volando graznando. Iscar se quedó petrificado, y luego sonrió. No quería saber qué había provocado aquella espantada... pero era su misión.

por **Akatsuki Ousawa** Dom Jul 13, 2014 12:13 am

Otro día de visita a Chaos, ciudad a la que asistía cada dos o tres semanas, según tuviera día libre para poder viajar. No sabe si es que alguien le controla, sabía que iba o fue pura casualidad, pero nada más llegar recibió una llamada para quedar allí. Suerte de disponer de la tecnología de Tempus, al menos para comunicación y transporte, luego ya para otras cosas, incluso Akki era primitivo y rudimentario. No tuvo tiempo de descansar de las cuatro horas de viaje y simplemente fue al punto de encuentro, allí un hombre esbelto cubierto con una capa realmente ridícula, le esperaba.

-¡Eh! Akki, oye, necesito que me eches una mano.- Le pidió con un tono de voz muerto. Tenía el rostro demacrado, lleno de quemaduras que parecían ser de algo más que fuego, pero él desconocía lo que podía haber sido. -¿Qué? ¿Qué quieres?- Ni un día libre, siempre haciendo recaditos, si no es a uno es a otro. A él también le gustaría tirarse en la cama y mandarlo todo a tomar vientos, pero no. -Necesito que vayas al pantano maldito, quiero algo que me arrebató un ser de allí.- Eso era una estupidez, no entendía para qué pasaba. Ese lugar no era justamente para hacer un picnic.

-Pero vamos a ver hijo de satanás. Si sabes que no haces nada allí ¿Para qué pasas? En fin... ¿Qué es?- A menudo lo flipaba con la estupidez de la gente, todo absurdo, iban creyéndose invencibles y luego si llegaban a sobrevivir era por un milagro. De echo, él tampoco estaba contento de tener que ir allí. -Es una vieja espada oxidada, pero para mi es importante, te pagaré.- Sentenció, pero no, a Akatsuki no le interesaba el dinero, había otra cosa muy por encima que le atraía sin duda mucho más. -Iré, pero no quiero dinero, quiero una mujer.- Sonrió con orgullo. El misterioso nigromante apenas pudo reaccionar, solo asintió y él, se puso en marcha. No tenía ni idea de quién se lo había llevado, el pantano era enorme, pero bueno, investigaría lo que pudiera, a ver si la encontraba.

-Pues nada, vamos a ver.- Salió de la ciudad sin nada entre las manos, sin ningún tipo de equipo más que sus ropas y su musculoso cuerpo, a hacerle frente a cualquier cosa. Aproximadamente anduvo durante tres horas largas, calurosas y aburridas hasta la entrada del pantano. La tierra se hizo lodo a medida que avanzaba, un olor putrefacto venía de allí, árboles podridos, frutos en el mismo estado y vete a saber esas ciénagas seguramente venenosas. Se repetía una y otra vez, no tocar nada, porque nunca sabía si podía infectarse de algo extraño, pues había plantas venenosas que disparaban algunos dardos potencialmente mortales. El propio terreno no se quedaba atrás, había que ver bien dónde pisaba uno para no encontrarse metido en las arenas movedizas.

-Mierda, me va a costar más sobrevivir al escenario que a las criaturas que lo habitan.- La luz del sol no entraba y allí la temperatura descendía varios grados con respecto a la capital rodeada de lava. Akatsuki no lograba ver nada a dos palmos de sus ojos, todo demasiado oscuro y con tonos de color muy parecidos. ¿Qué había había al fondo a la derecha? Ni siquiera sabía si era una persona, un monstruo, una ilusión o algún objeto aleatorio de alguien que hubiera pasado por ahí cerca.

por **Iscar Severance** Dom Jul 13, 2014 9:32 pm

Un escalofrío recorrió su espalda. No estaba seguro que tenía aquel día y aquel sitio que le daba todo tanta mala espina. Miró en todas direcciones, y aunque estuvo seguro de que pudo ver algo en algún momento, no pudo precisar de que se trataba. Aún estaba a tiempo de volver a la ciudad. Lo sabía. Pero una retirada se le antojaba más lejana que la propia muerte.
Sin perder de vista todo lo que tenía a su alrededor, se adentró en el pantano.
Ya fuese por adaptación o por podredumbre, todo tenía colores oscuros, y olía a humedad y polvo. Cada pisada se hundía levemente en la tierra, aunque temía que en cualquier momento se hundiera hasta la rodilla en barro, o incluso arenas movedizas. No sabía que podía encontrarse allí, pero desde luego nada bueno.

Escuchó el crujir de una rama detrás suyo, pero cuando se dio la vuelta, no había nadie. Al volver la vista al frente, el paisaje había cambiado demasiado. Los árboles tapaban los caminos en algunas direcciones, mientras que el agua enbarrada se abría paso formando charcas e incluso un río discontinuo.
Solo un camino estaba libre de obstáculos. Y estaba seguro de que aquel era el camino más peligroso. Suspiró, y dio un paso hacia allí. Un sonido susurrante a su derecha le hizo girarse. Antes de ver el proyectil que iba directo hacia él, su cuerpo ya se movía tratando de esquivarlo. Y lo evitó, pero solo por pocos centímetros. Al menos, aquella era la prueba de sus muchos años de entrenamiento en el combate.
Cuando observó el dardo ahora clavado en la corteza de un árbol cercano, no le extrañó que estuviese envenenado.

Tras saltar un leve gruñido, se obligó a seguir avanzando por el camino y, esta vez, ser mas cuidadoso; Aún sentía la presencia de alguien observándole, de cerca. ¿O eran más de uno?

por **Akatsuki Ousawa** Lun Jul 14, 2014 6:34 pm

Se acercó hasta la cosa extraña que había como detrás de una rama verdosa llena de musgo, que al parecer era una raíz crecida en horizontal y uniéndose a un árbol gigante. Era tan ancha que él no podía ver con seguridad, pero no había nada interesante, nada más que un simple pañuelo de color rojo ajado. Akatsuki lo apretó en su puño y luego se lo ató a la cabeza, usándolo como bandana, tal vez así le resultara más fácil encontrar al propietario, si es que no había sido devorado. Anduvo unos minutos más y se inclinó porque escuchó algo, no sabía decir el qué, de nuevo era algo misterioso, pero había sido como si alguien disparase una flecha. Se dirigió en la dirección que creía de donde había provenido el supuesto disparo, pero para acortar distancia, decidió pasar entre los árboles con sigilo. En realidad no fue sigilo ni de broma, ya que atravesó los árboles con una embestida y derrumbó uno, que al caer chocó a media altura contra otro y acabaron en el suelo con un gran estruendo tres de ellos, pero el camino estaba despejado.

-Sin máquinas ni contaminación.- Se sacudió las manos satisfecho y luego pasó por ahí, viendo a una persona que le sonaba de algo, pero había pasado mucho tiempo. No llegaba a reconocerla por más que miraba su aspecto, aunque de echo, es como si nunca le hubiera conocido. -Eh... Perdona si te he asustado.- No era lo más normal del mundo que fueras andando y justo detrás de ti se cayeran un par de árboles. Se rascó el pelo y le miró sonriendo, no, no recordaba su nombre pero sí su aspecto. -¿Qué? ¿Dando un paseo?- Bromeó. Nadie en su sano juicio vendría aquí solamente a dar un paseo, seguro que había algo oculto en el plan del chico, igual que en el propio. Se fijó bien en sus ropas y en lo que hacía, sinceramente, no parecía ser él, el ladrón de la espada que buscaba, así que tal vez hubiera visto a quien la llevaba. -Oye, una cosa... ¿Por casualidad no has visto a alguien con una espada?- Le preguntó. Si le mentía le daba igual, porque Akatsuki no le tenía miedo a este lugar. Si le decía la verdad, mejor, así podía volver a casa antes.

-Por cierto, me suenas demasiado, pero no logro recordar tu nombre.- Aún seguía haciendo memoria, pero lo único que le salía decir, era el señor del sombrero, le gustaba la verdad, pero si no lo iba a usar era una tontería intentar conseguir uno igual. De repente se hizo un silencio extraño, tras el intervalo de cinco segundos se escuchó un rugido muy alto y después unos pocos animales, realmente raros, todos deformes, como mutados, pasaron cual estampida medio vacía y se perdieron tan rápido como aparecieron. Akki simplemente se quedó atónito ¿Cuánto de grande podía ser la bestia que hubiera por ahí? Quería ir a averiguarlo, pero si le pasaba como cuando fue al bosque oscuro, ya no le hacía tanta gracia ni confiaba tanto en sus posibilidades, a pesar de que ahora era muchísimo más fuerte.

por **Iscar Severance** Lun Jul 14, 2014 9:25 pm

Estaba alerta, observando cada árbol, cada rama, cada hoja y cada gota de agua de aquel horripilante lugar, cuando el silencio se rompió con un golpe sordo a su espalda. Un momento más tarde, algunos árboles se movieron y se desplomaron, cayendo sobre el agua, levantando el polvo del camino y formando más niebla. Detrás de tal herrumbre, se podía divisar la sombra de una figura humanoide. Sus instintos le avisaron de que poco tenía de humano aquel loco. Era un íncubo. Aquello le parecía muy raro. Había visto pocos íncubos a lo largo de su vida, y sin lugar a dudas, no vivían en pantanos.

Una voz conocida llegó hasta él, disculpándose. Mientras la niebla se disipaba, el recién llegado le preguntó si había visto a alguien con una espada. Se rió ante la pregunta, pues había visto a mucha gente con espadas en Chaos. Y aunque no había visto a nadie en el pantano, estaba seguro de que si veía a alguien, llevaría una espada. Nadie estaba tan loco como para adentrarse allí desarmado. Dejó que la risa y un leve movimiento de cabeza sirviesen como respuesta negativa.

Una vez el íncubo se hubo revelado del todo, Iscar sintió una sorpresa repentina, que llegaba desde el temor a sus superiores hasta la diversión de ver a un viejo compañero.

-A si que el Guardián de la Justicia se atreve a adentrarse en Chaos, para luego penetrar en uno de sus confines más peligrosos...-afirmó sonriendo maliciosamente- Cuanto tiempo sin verte, Katy-dijo divertido. Sabía que aquel nombre no le gustaba demasiado, y no tenía mucho parecido a su nombre real, pero era un buen mote- Iscar Severance a su servicio, como siempre.

Hacía bastante tiempo que no se veían. Tampoco era amigos, pero habían compartido una extraña aventura. Y las habilidades de lucha de Akki eran inimaginables. Un rival bueno y digno. Y egocéntrico. Muy egocéntrico, aunque con una pizca de amabilidad. Una buena definición de Chaos, su ciudad natal. La ciudad de los monstruos.

-Y... ¿Qué se te ha perdido por aquí?

por **Akatsuki Ousawa** Lun Jul 14, 2014 11:11 pm

Fue una desilusión, pero una muy pequeña, que la respuesta fuera negativa, pero la verdad es que había pocas posibilidades, dada la extensión del pantano, incluso el hecho de encontrar alguien, encima conocido, era algo sorprendente. No supo muy bien cómo tomarse el primer comentario, como si fuera raro que él estuviera en Chaos, si había nacido allí y seguía teniendo casa allí, demasiado absurdo. Se llevó una mano a la cabeza y dio un suspiro, no le gustaba nada eso, pero no estaba ahí para matar a nadie que no fuera un revolucionario y según recordaba, él no lo era.

-Katy...- Negó con la cabeza bajando la cabeza durante un momento antes de mirarle, expresando su completo desacuerdo. -Por tu bien, no me vuelvas a llamar así. Dime Akatsuki.- Lo decía en serio, no es que fuera grave, pero para empezar, hablarle así a un General era una falta de respeto que no se podía permitir. Akatsuki podía matarle si le daba la gana, ese chico no era rival para él, no en combate físico, pero como dije antes, no estaba allí para pelearse con él, era alguien de utilidad en el reino de Chaos. -Iscar, ya te recuerdo, el de la expedición a escondidas.- O tal vez le habían mandado, pero eso no tenía sentido entonces, si bien ya estaba la armada de Spatium, la de Chaos sobraba, pero a decisión de Akki, todos menos los criminales o rebeldes, son bienvenidos.

-Es típico que yo ande por Chaos, que es mi hogar.- Aclaró. Ahora le vería mucho más a menudo, después de su ascenso, se escapaba bastante porque no soportaba estar sentado el día entero leyendo y escribiendo papeles. -Te ves bien, me alegro de volver a verte.- No era tan malo como parecía y de verdad se sentía bien por saber de Iscar, quién sabe, podía haber muerto y aunque no acostumbrara a llorar, ni lo hiciera, si que le afectaría. -Yo no he perdido nada, pero alguien sí y me ha pedido que lo encuentre. Es una espada oxidada, por eso te pregunté si habías visto alguien que la llevara.- Según qué encargo, le daba igual contarlo o lo escondía hasta la muerte, pero esto era una tontería, su amigo no le daría recompensa a otro que no fuera Akki, de modo que confesar lo que pretendía solo le ayudaría.

-¿Me acompañas? Siempre está bien ir con alguien.- Y si Iscar caía a las arenas movedizas, él podía sacarle con toda la facilidad del mundo. No era así al revés, pero bueno, se las apañaría de alguna manera. Al menos si las manos llegaban al borde, podría impulsarse con su fuerza sobrenatural, sino, estaba perdido a no ser que lo arreglaran de alguna manera que no le apetecía pensar. -Vamos a ver qué ha sido ese rugido. Como poco será interesante.- Estaba claro que era un monstruo, porque algo normal no podía hacer eso y ahí leones no había, no podrían vivir en un lugar tan asqueroso. Sin esperar respuesta a su petición, comenzó a andar pasando por su lado izquierdo, guiándose como podía por su oído. Todavía no le había fallado nunca.

por **Iscar Severance** Mar Jul 15, 2014 8:03 pm

Cuando Akatsuki le explicó su plan, temió que se hubiese vuelto loca. ¿Una espada oxidada en un pantano? Era como encontrar una aguja en un pajar, pero mucho más peligroso. ¿Qué tendría de especial aquella espada? suspiró. Si alguien de su rango se dedicaba a hacer esos recados, desde luego que prefería que a él no le ascendiesen nunca.
Respecto a la información de que Akatsuki vivía en Chaos... nunca se le habría ocurrido. O, más bien, no le había visto desde aquella expedición en busca de rebeldes, y eso que Chaos no era tan grande ni tan habitada. ¿No le estaría mintiendo? No debía de ser muy agradable viajar de reino en reino cada día para ejercer su trabajo.

Tras afirmar que acompañaría a Akatsuki en aquella misión (muy rara), este se empezó a mover guiado por algún extraño instinto. Iscar, tras encogerse de hombros levemente, le siguió. No tardaron en llegar a una explanada, que a pesar de la ausencia de árboles, seguía tan oscura como el resto del pantano. Era muy extraño que no se filtrase nada de luz. ¿Qué lo estaría impidiendo?

A un lado de la explanada, el lago embarrado cogía forma de río y descendía con una gran pendiente. Al lado opuesto, los árboles seguían limitando el camino, aunque algunos estaban destrozados, formando una vía de escape. O un camino principal, bien pensado. Pero lo que más destacaba era una gran roca posicionada en mitad de la explanada. Era como una pequeña montaña, recubierta por musgo y flores. En lo alto, una brillante flor azul se llevaba toda la atención.

-Podría ser venenosa-advirtió a su compañero, quien probablemente habría pensado lo mismo. No les merecía la pena ser imprudentes. Un rugido lleno de rabia resonó en el pantano, pero Iscar no pudo precisar su procedencia. Tal vez se encontraba en aquella misma explanada, tras la roca. ¿Sería aquello posible? Por si acaso, sacó su arco y preparó una flecha. No le pillarían desprevenido. Luego dio una vuelta en torno a sí buscando cualquier movimiento. Muchas aves asustadas huían fuera del pantano.

-Aceptaré la decisión que tomes, sea cual sea, Akatsuki-comenzó a decir-Pero prométeme que antes te replantearás la posibilidad de salir de aquí, antes de que veas mi cadáver colgando de un árbol por tu culpa.

Aunque no lo dijo con ningún tono de reproche o acusación, quería asegurarse que su superior sabía lo que estaba haciendo. Estuviese donde estuviese la espada, tal vez no tenía un precio tan alto como la vida de un hombre. O la de dos.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Jul 16, 2014 12:07 am

Tal y como esperaba, el shinigami le siguió sin mediar palabra alguna, no al menos hasta llegar a un claro que se podría tomar como pausa, un lugar que parecía seguro, de no ser que era demasiado sospechoso. Parecía una trampa, porque era como si alguien, a propósito hubiera puesto ahí esa flor, encima sobre una roca. Estuvo de acuerdo con Iscar y asintió para darle toda la razón, eso no era nada bueno. Rodeó por el lado contrario la roca, con los puños preparados para golpear a lo que fuera que estaba allí. Menudo chiste, no había nada detrás. Akatsuki se quedó decepcionado, imaginaba que habría algo de acción por ahí, algo interesante, sin embargo era todo como muy "normal", dentro de lo que cabe. Se volvió a oír un rugido, pero esta vez era incluso más gracioso, venía justo de donde estaba Akki.

-Que cosa más rara, es como si estuviera aquí, pero no hay nada.- Rodeó la roca con los brazos, tratando de cogerla y le bastó con hacer un poco de fuerza para ser capaz de arrancarla del suelo. -Agáchate.- Le ordenó sin más. Tenía que obedecer sí o sí, porque sino, se comería la piedra con todas las ganas del mundo, pues iba a lanzarla para quitarla del medio. También podía irse hacia un lado, si es que le daba tiempo, porque la piedra además de ser ancha, era muy larga, estaba la mitad bajo tierra. Esperó a que se pusiera a cubierto y la arrojó lejos. -¿Y este agujero?- Jamás debió preguntar. No, de echo, jamás debió haber tocado esa piedra, pues del suelo emergió un ente sumamente extraño, exhalando un grito de sufrimiento mientras imponía su aura maldita.

-Menudo engendro ¿Qué hicieron tus padres?- Bromeó como sólo él sabía. Aquella criatura tenía dos cabezas deformes y en una de las manos tenía la espada oxidada que estaba buscando.

por **Iscar Severance** Jue Jul 17, 2014 7:32 pm

Cuando su compañero "invocó" a aquella criatura, se sintió bastante estúpido. El hecho de que hubiera cogido la pedazo de roca con sus propias manos era extraño, aunque era bastante más raro que debajo tuviese aquella monstruosidad su guarida. Lo siguiente que dejó sin habla a Iscar fue que el monstruo llevase una espada en una mano, que por la mirada que le lanzó Akatsuki, era obvio que se trataba de la espada que estaba buscando. Pero había algo que le preocupaba por encima de todo. ¿Qué cojones estaba haciendo aquel animal rugiendo debajo de una piedra? Solo se le ocurrían dos posibilidades. Una, era buena: el monstruo estaba herido. La otra opción era mucho peor. Antes de que su cerebro se paralizase, sacudió la cabeza y la puso en blanco: "Fija la vista en tu objetivo. Dispara. Mata" Sin dudar, sin temer, sin arrepentirse.

Akatsuki estaba mucho más cerca de aquel bicho, y por tanto este centró toda su atención en él, dejando a Iscar en paz. "Grave error" pensó. Cargó tres flechas, y un segundo más tarde las disparó. No obstante, subestimó a su presa, que fue bastante rápida, y trató de embestir a Akatsuki, que evitó el ataque con elegancia. De las tres flechas, una falló, otra se clavó el hombro de su objetivo. La tercera se clavó en su pecho. No obstante, aquella criatura ni se inmutó.

-Va a costar un poco más de lo esperado-avisó a su compañero.

No tenía dudas de que podrían contra él. Eran dos contra uno. Y ese "uno" solo tenía una vieja espada. Aunque tal vez era injusto decir que era solo un enemigo, pues tenía dos extrañas cabezas. ¿Tal vez también tenía dos corazones? ¿Dos estómagos? ¿Dónde estarían sus puntos débiles si su estructura era distinta a la de un humano normal? Iscar suspiró. Vaya tarea le esperaba.

Aunque en una mano llevaba la espada, en la otra no tardó en alzarse con un látigo rudimentario, hecho con madera, lianas y cuero. Aquello no eran buenas noticias, pero no era malo. Podría ser peor, se recordó.

Mientras Akatsuki arremetía contra la bestia, e Iscar cargaba el arco con nuevas flechas, invocó una ráfaga de viento con la que desestabilizó el látigo, que poco le faltaba para alcanzar a su compañero. Aquello les daría un poco más de tiempo.

Entonces, sonó un rugido ensordecedor. Tan alto, que incluso Severance tuvo que taparse los oídos. Mas aquello no era lo horripilante. Lo peor era que ninguna de aquellas dos cabezas estaba emitiendo sonido alguno. Provenía sin duda alguna de otro lugar. De otra bestia.

Iscar maldijo para sus adentros hasta quedarse afónico mentalmente. Se había llevado dos noticias malas, y un consejo de por vida. Uno, aquel monstruo no estaba herido. Dos, los rugidos de antes no eran más que una llamada o una conversación con sus "amigos", que pronto se reunirían con él. Como consejo: toda situación puede empeorar. Siempre.

Por un momento, le brillaron los ojos. Tal vez, si se daban prisa, podrían matar al monstruo y recuperar la espada, antes de tener que preocuparse por la familia del pantano.

-Akatsuki-dijo con tono interrogante-¿Algún cambio de planes? ¿O hasta el final?

por **Akatsuki Ousawa** Jue Jul 17, 2014 9:53 pm

A lo mejor se había tomado muy mal su broma, porque el bicho ignorando completamente a su compañero Iscar, fue a por él como si le hubiera estado buscando durante mucho tiempo. Akatsuki bloqueó el primer impacto para probar la fuerza del adversario. Tenía que tener cuidado con la espada, pues la necesitaba lo más intacta posible y eso significaba, no defenderse de ella, solo esquivarla. Una flecha del guardián pasó cerca de él y eso le hizo apartar la cara en un acto-reflejo. Cuando la criatura estaba cerca de él, Akatsuki sentía que le robaba el alma, era una sensación espantosa, seguramente la misma que debieran sentir las mujeres de las que se alimentaba él. Apretó el puño derecho y lo estrelló contra la cara derecha, pero ni siquiera él con su fuerza consiguió inmutarle y esto solo significaba una cosa: Ese monstruo estaba muerto.

-¡Hey! Esto es un muerto, ándate con cuidado.- Por su parte no pudo alejarse a tiempo y recibió un tajo con la espada oxidada de su amigo, que le cruzaba todo el pecho, desde el hombro derecho al costado izquierdo. Akatsuki emitió un gruñido y dio una fuerte patada, que si no le había hecho daño, sí que le había apartado de enfrente suya. Invocó su espada negra con runas rojas, enorme y potente, dispuesto a partir por la mitad a esa criatura, no iba a dar su vida por una mugrosa arma, es más, ni por la espada más fuerte del mundo, sólo lo haría por un ser vivo. Cuando iba a blandir su arma, algo se lo impidió y provocó que el General se arrodillara. Se llevó una mano a la herida, no entendía el por qué de esta debilidad, él se había hecho cosas peores pero nunca había caído ante un cortecito. Se miró la mano y para sorpresa suya, la herida no sangraba, hacía algo mucho peor y era volverse verde, para expandirse muy poco a poco.

-¿¡Pero qué es esto!?- Se levantó cómo pudo y corrió hasta su compañero, a ver si él entendía. Se quitó la camiseta para enseñarle lo que tenía, cada vez empeoraba más. Tragó saliva y trató de hacer un ataque con todas sus fuerzas, a lo bestia, dándolo todo. Esta vez sin problemas cortó por la mitad al Ettin. Por dentro era del mismo color del cuál estaba empezando a colorearse el cuerpo del General, lo cuál le hizo sospechar sobremanera. -¿Me maldijo?- Estaba confuso y cada vez sus energías bajaban más y más. Si algo tenía claro, es que para que le afectara de aquella manera tenía que ser magia, una herida normal no se volvía verde ni le causaba tanto dolor, mucho menos cansancio. -Vámonos...- Le pidió aceptando su cambio de planes y señalándole la dirección contraria a la que se escuchaba a los otros monstruos. Debían alejarse y salir.

-¿Será este el poder de la espada oxidada?- Le preguntó al shinigami. Cabían dos posibilidades, bien que fuera como preguntaba, esa arma con ese poder, que explicaría el por qué de su importancia o el poder innato del Ettin. Cogió la espada y salió corriendo junto a Iscar, esperando no tener ningún otro percance.

por **Iscar Severance** Dom Jul 20, 2014 8:16 am

La herida que había recibido Akatsuki era increíblemente preocupante. Iscar trató de no sobresaltarse y, sin variar un ápice su expresión, observó el corte. Era demasiado siniestro pensar que una criatura del pantano podía causar aquellas heridas, con o sin espada. A si que decidió que, sin lugar a duda, aquella infección mágica se debía a la espada, y no al Ettin. De todas formas, no estaba seguro, y tampoco iba a ayudar mucho a Akatsuki decirle cual era la causa de su "enfermedad". Probablemente, la única forma de que no muriese, sería la magia, o algún extraño remedio natural. ¿Encontrarían alguna medicina en el pantano? Lo dudaba. Debían encontrar agua limpia para lavarle aquella herida.

-Apóyate en mi-ordenó a Akatsuki-Hay que salir pitando.

Caminaron por la única salida que les alejaba de los demás monstruos. Sin embargo, Iscar estaba seguro de que aquello los adentraba más en el pantano. Todo tipo de árboles retorcidos y oscuros se asentaban en aquel lugar. No había espacio para las flores coloridas o los árboles frutales. Todos se marchitaban. O eso le parecía a él. Sin embargo, cuanto más camino recorrían, mas extraño se empezaba a encontrar. Sus sentidos le advertían de algo... ¿pero de qué? Los rugidos que les venía persiguiendo desde aquel claro aún se escuchaban en la distancia, aunque un poco más lejos.
Iscar examino su alrededor. Y entonces entendió que era aquello por lo que sus sentidos estaban tan molestos. Si en algún momento se habían sentido a salvo, ahora entendía que, desde que habían entrado en el bosque, las decisiones de su salvación o su muerte no residían en ellos, si no en el propio bosque.

-Akatsuki-susurró-Prácticamente, estamos rodeados de Ents, guardianes de los bosques-hizo una pausa-Tal vez deberíamos hablar con ellos. Seguro que nos entienden... aunque tal vez no nos ayuden.

Tal vez, aquellos hombres-árboles sí que sabían como salvar a Akatsuki, o dónde había agua y comida. De todas formas, también les podían tender una trampa y entregarles a los Ettins. Al fin y al cabo, ellos dos no habían hecho ningún bien por el pantano. Habían derribado árboles, matado a una de sus criaturas, y lanzado una roca de varios metros contra un camino. Aquello desilusionó a Iscar. Visto así, tenían demasiadas posibilidades de que todo saliese muy pero que muy mal.

por **Akatsuki Ousawa** Dom Jul 20, 2014 8:06 pm

No le gustaba que le dieran órdenes, pero tampoco estaba dispuesto a morirse ahí por el hecho de ignorar lo que su compañero le decía, no era tan tonto. Con el brazo derecho se apoyó en el shinigami y juntos emprendieron a la huida. Akatsuki tenía la corazonada de que no era por ahí por donde él había venido. Empujó ligeramente intentando que cambiara de dirección, pero no lo consiguió y siguieron en dirección errónea. Terminaron en terreno de Ents, menos mal que Iscar le explicó lo que eran porque era la primera vez que escuchaba sobre ellos.

-Estarán encantados de que nos marchemos y yo también.- Le dijo mirándole. Era obvio que no les iban a ayudar, como mínimo porque eran demonios, criaturas del infierno y eso nunca daba una buena imagen. Bueno, él no era demonio, pero los shinigamis tampoco es que estuvieran vistos con cariño, por lo general. -Pregúntales cómo se sale de aquí...- Carraspeó y se acercó al oído ajeno. No quería que nada escuchara su susurro, porque si lo hacían, cabía la posibilidad de que les jodieran por haber hablado y entonces eso ya les llevaría a la perdición.

-No creo que se nieguen a que el peligro desaparezca por las buenas.- Susurró muy bajo. Ciertamente tenían que desear guerra y destrucción si querían que se marcharan por las malas, ya que si eran atacados, al menos Akatsuki aún podía herirles cuanto menos, los sentimientos hacia los compañeros que iban a caer. Akki prefirió mantener el silencio, no se le daba nada bien tratar con animales, mucho menos con plantas. De echo, incluso a veces tenía problemas para tratar con las "personas" y no quería estropear más esto, seguro que Iscar sabía que hacer.

-Heh...- Suspiró mirando a los alrededores. Apenas distinguía a las criaturas que estaban cerca y aunque no tenía nervios, si que se sentía incómodo.

por **Iscar Severance** Vie Ago 01, 2014 8:00 pm

Aunque las opiniones del Shinigami no estaban del todo de acuerdo con las del Incubo, no le llevó la contraria. Si él pensaba que les dejarían marcharse, no había nada más que hablar. Lentamente, se acercaron al Ent más cercano que tenían. Aunque parecía un árbol normal, si uno se fijaba bien, se podía dar cuenta de que aquel árbol era un poco más grueso que los otros, tenía hojas más gruesas y afiladas que las del resto, y la corteza formaba extrañas figuras sobre la superficie del árbol. Cuando se encontraron cara a cara, Íscar se arrodilló, y con ello obligó a Akatsuki a arrodillarse también. Luego, el árbol abrió los ojos.

-¿Qué queréis, portadores de la destrucción y la carroña?-preguntó una voz gutural, que parecía provenir del viento.

Iscar no sabía como debía expresar sus deseos, pero al final habló-Salir de este pantano.

No hubo respuesta por parte del viento, pero el camino por el que había llegado se cerró, los árboles se movieron lentamente, las aguas se desplazaron atraídas por fuerzas misteriosas, y la brisa cambió de dirección. Cuando todo se hubo calmado, solo tenía un camino por el que continuar. El árbol que ahora estaba enfrente suyo ya no era un Ent.
Haciendo un esfuerzo, consiguió levantar a Akatsuki del suelo donde se habían arrodillado, y caminaron por allá donde el pantano les guiaba.

-Talvez-comenzó a decir-Y solo digo talvez, tengas razón por una vez, y nos prefieran lejos de este lugar, en vez de dentro de sus estómagos.

Continuaron caminando. De ven en cuando, Iscar se giraba, y se encontraba con que a su espalda el camino era completamente distinto a como lo recordaba hacía unos segundos. Aún así, no dudó, y siguió recto, sin desviarse, sin retroceder.
O al menos así fue hasta que llegaron al final del camino. Si es que podía llamarse final. En mitad del pantano, una cicatriz, una grieta de varios metros de ancho, separaba el camino por el que discurrían. "El pantano se separaba en dos partes" Y era imposible acceder de una a la otra. Al fondo de la grieta, solo había oscuridad. Él dudaba que la caída fuese demasiado grande, no más de lo que aparentaba, pero probablemente, lo que abajo les esperaba, era más peligroso y doloroso que morir por caer de un acantilado. Íscar agitó la cabeza. ¿Qué debían hacer? Por mucho que él tuviera alas, no podía llevar consigo a su compañero con aquella armadura puesta. Y si, además, las leyendas sobre aquel pantano eran ciertas... No podría escapar del pantano volando, pues el pantano contaba de muchas entradas, pero solo de una salida. Y allí se encontraba su maldición.
Aunque había apartado de su cabeza aquellas habladurías de taberna hasta el momento, cada vez se le antojaban más verdaderas. Aquel pantano estaba maldito, lo sentía en el ambiente, y cada segundo que pasaba, Akatsuki iba perdiendo más esencia vital.

por **Akatsuki Ousawa** Miér Ago 06, 2014 6:57 pm

De un momento a otro, Akatsuki se vio arrodillado. Personalmente no pensaba que fuera algo tan necesario, hacerlo frente a un simple árbol gigante, ya que no era un dios, ni una criatura increíble a la que le tuviera el suficiente respeto como para hacerlo, pero no se negó solo por el hecho de que se quería marchar y de que estaba herido con magia, sino, hubiera sido mucho más bruto. Incluso bajó la cabeza y observó las raíces, mientras escuchaba aquella voz tan desagradable. Sin duda alguna, Akatsuki se sintió ofendido porque un maldito árbol le llamara carroñero. Ese Ent, como cualquier otro, no era el ser indicado para decir eso, pero antes de cargarse las buenas circunstancias, dio un suspiro y se aguantó. Luego se marcharon y aunque no confiaba del todo en ese camino que acababa de abrir, menos aún se fiaba de su propio instinto de orientación.

-¡Hah! ... Vaya con el caminito.- Comentó al llegar a la grieta que les impedía continuar el paso hasta la salida. No estaba dispuesto a permitir que el escenario le bloqueara seguir adelante, así que hizo fuerza para mantenerse él solo de pie. Sentía debilidad por todo el cuerpo, pero siempre podía sacar fuerzas de donde no hay para lograr algo imposible en el estado actual. -Confíes en mi o no, esta es mi opción.- Pasó con firmeza el brazo derecho por la cintura del shinigami y junto a él se echó hacia atrás. Era algo arriesgado, pero no iban a quedarse ahí de brazos cruzados, si no pasaban de otra manera, tendrían que hacerlo así y confiaba en ser capaz, pues Iscar no pesaba lo suficiente como para resultarle una carga molesta o perjudicial para el impulso que pensaba coger mediante una carrerilla.

-¡Ahí voy!- Cogió aire varias veces, hinchando el pecho y aguantándose ese dolor que se repartía por cada parte del cuerpo. No podía evitar estar nervioso, porque si salía mal, no solo podía llegar a morir él, sino su compañero y eso era lo peor. Él estaba para morir por los demás, no para llevárselos a la tumba por errores tontos. Empezó a correr con el shinigami sujeto con mucha fuerza, hasta que estuvo en el borde del precipicio y dio un salto enorme para lanzar a Iscar hacia el otro lado, logrando que cayera en la tierra sin ningún problema, pegándose él a la otra pared. Estaba casi como si fuera un hombre araña, con las uñas y los dedos clavados en la roca, así como los pies y las piernas haciendo fuerza para sostenerse en una parte sin ningún tipo de saliente. -¡Voy a subir!- Se quejó exhalando un gruñido. Lo dio todo para poder llegar al otro lado por su cuenta, quedando aún más débil, empeorando la maldición y acercándose cada vez más a su completa destrucción, pero al menos habían pasado ese obstáculo.

-Solo yo soy tan loco de hacer eso, pero porque puedo...- No se las quería dar de egocéntrico, pero confiaba en sus habilidades, confiaba en sí mismo y sabía lo que podía o no hacer. Se arriesgaba demasiado, pero el pensamiento del quien no arriesga no gana, siempre estaba presente en su cabeza. -Vamos a seguir.- Le dijo a su compañero guardián. Tosió y sacudió la cabeza, para continuar andando. Le costaba, pero ahora estaba esforzándose por poder hacer las cosas él solo. El camino entre árboles volvió a ser calmado, sin aparentemente ningún cambio por donde iban, sin ninguna criatura hostil cerca. Las ramas y plantas se hicieron cada vez más escasas, aunque seguía siendo una barbaridad, al menos, ya se filtraba la luz del sol y todo dejaba de ser tan tenebroso como antes.

por **Iscar Severance** Miér Ago 27, 2014 9:48 am

Iscar se quedó muy impresionado con las habilidades de su compañero, pero no dijo nada. Al principio pensó que estaba loco, luego que iban a morir, y luego que, bien visto, tendría que hacer lo que su superior le mandase. Además, había demostrado una fuerza y una voluntad increíbles a pesar del estado en el que se encontraba.

Siguieron caminando por el extraño camino que parecía abrirse solo para ellos. Hacía mucho que no escuchaban ningún ruido, y no paraba de odiar aquella situación. De vez en cuando, distinguía Ents en la lejanía, aunque estaba seguro que la mayor parte de las veces eran imaginaciones suyas.

Cuando iba ya a desistir y a admitir la posibilidad de que iban a morir perdidos en un bosque muerto, empezó a escuchar un sonido. El único sonido proveniente de la naturaleza que se escuchaba desde hacía horas, pues ni siquiera el viento ahora sonaba. Era un sonido constante, ensordecedor. El sonido de miles de objetos estrellándose contra una superficie. Tras mirar a Akatsuki y asegurarse de que él también lo oía, siguieron andando, cada vez acercándose más a la procedencia.

Un segundo antes de llegar a su destino, Íscar reconoció el sonido, que le parecía ahora tan común. Era una cascada.
El paraje que se abrió ante sus ojos era impresionante. Rodeado por árboles muertos, barro y arbustos con espinas, un pequeño lago brillante se extendía, arrojando luz y belleza a aquel desolado lugar. Desde una montaña muy alta, pero poco grande, el agua caía y rellenaba el estanque constantemente. Aún no habían salido del pantano, pero aquello al menos era una buena noticia.

-Creo que es hora de darnos un baño y limpiarte esa herida-dijo, cada vez menos convencido-Solo espero que el agua no esté envenenada. ¿Será un espejismo?

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater