Al borde del abismo [Takumi] - [Entrenamiento]

por **Isela A. Ichinose** Vie Dic 12, 2014 11:17 pm

La última vez que la hibrida había observado la hora, el reloj marcaba aproximadamente las dos de la mañana. En ese momento, sus largos cabellos negros ondeaban con fuerza hacia atrás mientras las delicadas manos de la joven se mantenían sujetas a las riendas del corcel negro que venía montando, guiándolo con ligereza y sobre todo maestría, consiguiendo que el mismo atravesara el oscuro bosque del reino para tomar rumbo hacia el acantilado en cuestión de no más de cuarenta minutos. El animal brioso, bramaba de tanto en tanto con algo de enojo ante las constantes presiones a las que era sometido por parte de la chica, quien no dudaba en hacerle aumentar la velocidad con exigencias.

Sus galopes fuertes los llevaron en poco tiempo a estar en el sitio pactado, la brisa fuerte movió aun más sus cabellos y ropas nuevamente hacia atrás al mismo tiempo que ella cerraba los ojos, sintiendo el aroma marítimo que era traído por las corrientes de aire, las cuales podía controlar casi a la perfección con tan solo desearlo. Jaló de las riendas, y el animal se paró en dos patas dando un profundo relincho. Tras ese movimiento, la joven se bajó sin problemas, atando las riendas cerca de un árbol para colocarse en el centro del terreno amplio, parcialmente iluminado por la luna llena cuando no era cubierta por amenazantes nubes oscuras. Volvió a cerrar los ojos, extendiendo incluso las manos a los costados de su cuerpo para experimentar y disfrutar la grata sensación del viento rodear su cuerpo, incluso hasta de manera repentina sus cabellos se elevaron con rudeza de forma ascendente por un mero control que había ejercido contra el elemento, por el simple hecho de hacerlo sin ninguna razón en particular.

La única hija mujer de uno de los reyes infernales había nacido con la capacidad de crear poderosas tempestades de viento, haciéndole recto honor a su apellido, sin embargo, y por orgullo propio, ella deseaba fervientemente aumentar sus habilidades. Sus orbes violáceos se abrieron repentinamente al captar un aroma en la cercanía, uno que conocía demasiado bien al tratarse de su esposo. –Azael…- Susurró apenas en dialecto infernal, con un acento y una pronunciación casi perfecta a la espera de que él se presentara frente a ella como habían acordado horas antes.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 1:37 pm

El demonio había pactado ya hacía unas horas con la joven híbrida sobre aquel entrenamiento, puesto que ella deseaba volverse mas fuerte y el necesitaba aumentar el poder de sus subordinados por lo que finalmente aceptó enseñarle una de las técnicas demoníacas mas antiguas conocidas por muy pocos demonios de linaje puro. Con la noche en su punto máximo los poderes del demonio habían aumentado en medidas extraordinarias, por lo que abrazado por la oscuridad el demonio viajaba en ese momento a una alta velocidad. Había unido su propia esencia a aquella bandada de casi mil murciélagos y ahora surcaban el cielo sobre el gigantesco acantilado. Al momento en que divisaron a la híbrida aquella masa de murciélagos comenzó a sobrevolar alrededor de ella, dejándola sumida en la oscuridad completa sin que ni siquiera un mínimo rayo de luz pudiera alcanzar a la muchacha. Aquella oscuridad era increíblemente densa siendo cortada tan solo por aquellos insoportables chillidos que escapaban de las fauces de los pequeños animales que observaban a la joven con sus ojos rojizos. Lentamente el demonio apareció entre estos comenzando a caminar alrededor de la joven, ya que claramente sus habilidades le permitían ver perfectamente en aquellas condiciones en que no había ni siquiera un rastro de luz.
-Veo que has llegado... -Musitó el muchacho colocando una mano sobre su hombro mientras besaba suavemente la mejilla ajena para luego susurrarle a su oído. -¿Estas lista para comenzar? Una vez que empieces la vuelta atrás es imposible y es muy probable que no sobrevivas a este entrenamiento. Muchos poderosos demonios han intentado obtener el control sobre estas criaturas y han fallado. Dime ¿Aún así estas dispuesta a intentarlo? -Comentó con aquella voz firme, tranquila y protectora con la que solía hablarle a ella y solo a ella.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 2:00 pm

La tenue luz de la luna fue completamente opacada por un gran número de murciélagos que giraban a alta velocidad alrededor de la chica, alertada incluso por el relincho del caballo algo asustado no muy a lo lejos abrió un poco más los ojos. Los continuos chillidos de aquellos hijos menores de la noche no la ponían nerviosa, por el contrario, era algo que ciertamente se esperaba. Después de haber sido criada entre demonios toda su vida, tenía entendido que la mayoría de los de alto rango habían obtenido la capacidad para plasmarse en criaturas de ese tipo, mientras que los demonios de rango menor o los que servían a un líder podían disgregar su cuerpo en insectos. Se mantuvo parcialmente tranquila, sin embargo, la única incomodidad que cruzaba la mente de la joven era precisamente no poder dominarlo, conocía las limitaciones que le adjudicaban sus genes de ángel pero su orgullo y fuerza de voluntad era tan fuerte que deseaba con todo su ímpetu e indómito corazón trasgredir cualquier tipo de limite.

A pesar de todo, aquel espectáculo no dejaba de ser algo atemorizante, por lo que fue en ese instante en el que ella lo reconoció como demonio puro, o tal vez tomado conciencia de con quien estaba. Entornó la mirada al sentir aquel pequeño beso, deslizando al mismo tiempo la mano derecha hasta el brazo ajeno para depositar un par de suaves caricias en el lugar. Sonrió levemente, asintiendo después, buscando observarle a pesar de toda la oscuridad del lugar. Quizás su vista no era tan afinada como la de un demonio puro, pero si lo suficiente como para diezmar a otras razas.

-Estoy completamente segura. Tú no vas a contenerte y por ende yo tampoco deseo morir todavía, pero si algo sale mal este sitio me parece un bonito lugar para descansar, además, lo último que vería sería a ti, así que…más no puedo pedir. Sea cual sea el resultado, ya he ganado- Musitó con algo de ironía pero cariño en sus palabras, desviando por unos instantes la mirada hacia el frente antes de darle un rápido, fugaz y profundo beso en los labios. –Cuando quieras, y como quieras- Finalizó, dándole a entender el doble sentido como a una de las clausulas que él mismo le había impuesto a la joven a cambio de permanecer a su lado.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 2:23 pm

El demonio frunció levemente el seño cuando la joven pelinegra musitó aquello de morir, pero si bien le disgustaba el no era quien para cambiar sus ideas. Claramente el no se contendría ni siquiera un poco e aquel entrenamiento ya que al ser una técnica tan complicada si se contenía con la joven podría resultar en que no pudiese controlar la habilidad. Por lo que se acercó a ella y besándola con firmeza y pasión profundizó aquella muestra de afecto al ladear el rostro y morder el labio inferior de la pequeña híbrida.

-Donde quiera y como quiera... -Repitió el demonio alejándose algunos pasos de ella lentamente sin perderle de vista hasta que atravesó aquella densa pared de murciélagos.

-Seré directo... En unos momentos me alejaré y todas estas criaturas se abalanzarán sobre ti ahí deberás hacer un pacto de sangre con ellos. Mientras mas de ellos beban tu sangre mas control tendrás sobre los mismos y podrás controlar a una cantidad mucho mas grande e incluso materializarte en forma de estos, por otro lado si succionan demasiada sangre podrías morir o en su defecto quedar con secuelas permanentes... Ellos te atraparán tarde o temprano pero si yo fuera tu no dejaría de moverme...-finalizó el muchacho en lo que chasqueaba sus dedos dando la orden a aquellos murciélagos para atacar. Aquella gran cantidad de seres se abalanzó sobre la hibrida a quien no podía ver entre tantas criaturas, por un lado Takumi sabía perfectamente que la joven podría estar agonizando bajo aquellos seres en ese momento pero prefería creer que había visto algo en aquella mujer y que su destino no sería perecer allí.

Aún así el se mantuvo parado frente a la gran masa de mamíferos con las manos detrás de las espalda y un rostro tan frío como el mismo hielo, desde allí esperaba los resultados de aquel entrenamiento. Si la joven podía lograr aquel pacto con los murciélagos, ciertamente el podría enseñarle a controlarlos un poco.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 2:55 pm

No dudo en corresponder aquel beso con la misma pasión y determinación que antes, rozándole incluso apenas la mejilla izquierda con una mano, como si de algún modo quisiera hacerle saber que no importaba que tan difícil fuera, ella deseaba estar a su altura al precio que fuera, que tal vez en algún futuro aquel hombre con determinación de hierro pudiese estar orgulloso de haberla tomado como su esposa y por ende compañera de su revolución. A medida que este fue retrocediendo, ella permaneció en su lugar, quita, impasible atendiendo a sus palabras e inevitablemente sintiendo la adrenalina recorrer todo su cuerpo. Aquel semblante perfecto mostró una pequeña sonrisa, tal vez recordando los continuos entrenamientos a que la habían sometido en un pasado para que forjara esa actitud de no importarle apostar con la muerte en cada situación que enfrentaba.

-¿Habrá servido de algo tu presión para forjar mi voluntad, Adramelech?- Cuestionó en apenas un bajo susurro para ella misma en clara referencia al demonio que había sido su progenitor. Continuó manteniéndose en ese lugar hasta que finalmente sintió el impacto de aquel número de criaturas que se abalanzaron sobre ella por orden directa de quien los comandaba. Oh dulce ironía, chiquilla confiada e inexperta, pecando por un exceso de seguridad estúpido que seguramente la llevaría a aprender por el lado duro, difícil, del dolor. Automáticamente todo dejó de tener sentido, ella estaba inmersa en una “nube” de criaturas que mordían con más fuerza de lo que realmente creía. Mantuvo los ojos cerrados con fuerza ante las inminentes oleadas de unas filosas sensaciones de dolor intenso que recorrían todo su cuerpo y por ende la hacían oscilar entre la inseguridad misma, el delicado borde de la rendición apenas daba inicio.

Cada segundo parecía ser eterno, y claramente estaba sintiéndose en el mismo infierno, sin embargo, a pesar del tormento, el dolor, la sensación de ahogo, de encierro, en su mente luchaba con todas sus fuerzas por no desistir, por encontrar el lado placentero o viable del mismo sufrimiento a pesar de que algunos cuantos quejidos de dolor abandonaron sus labios en esos momentos. En cuestión de unos escasos minutos, la combinación del dolor, el ahogo y la fatiga provocada por la falta de sangre se hacían sentir con peso de plomo, por lo que automáticamente su cuerpo comenzó a emanar fuertes correntadas de viento para intentar al menos desprenderlos de sus brazos, piernas, rostro, pecho o espalda, alejarlos de alguna maldita manera.

Abrió los ojos con decisión, estos notándose algo humedecidos pero firmes, impasibles, incluso se animó a observarse a sí misma por leves instantes, notando en cada parte de su cuerpo mordidas e hilos de sangre que bajaban por cada curva de aquella muchacha de cabellos negros quien simplemente estaba manteniéndolos a una distancia casi mínima de su persona. Era consciente que si llegaba a ceder otra vez ellos volverían a lanzársele. A lo que no quería recurrir justamente era a sus alas para escapar.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 3:44 pm

El revolucionario observó como su esposa alejaba aquellas criaturas de su cuerpo, al parecer muchísimos de ellos la habían mordido pero aún no era suficiente. Si no conseguía soportar por lo menos unas doscientas mordidas mas no podría cerrar aquel pacto con aquellos seres, sin embargo, estos no se detenían por nada ni siquiera por aquellas ráfagas de viento. Atacaban todos a la vez intentando perforar la perfecta piel ajena sin pausa alguna. Por su parte el demonio se mantenía impasible y apenas retrocedió un poco cuando la joven lanzó aquellas poderosas ventiscas. El tomó su caja de cigarrillos de sus bolsillos sin perder de vista a la contraria y lo colocó entre sus labios para finalmente encenderlo con aquel mechero metálico que luego volvió a guardar.

Las posibilidades de lograr aquella prueba eran pocas y aún mas difícil era terminarla con vida, aún así el muchacho de sangre pura observó como varios de los murciélagos que habían mordido a la joven ahora habían tomado un tono rojizo en su pelaje. Aquello era una buena señal que demostraba que la parte demoníaca de la joven era lo suficientemente pura como para realizar aquel pacto. Ahora todo lo que debía hacer era evitar que los rojos la siguieran mordiendo y preocuparse por que los negros no se lanzaran todos a la vez sobre ella, aquel poderoso viento los mantenía alejados si, pero no por demasiado tiempo. Tarde o temprano ella terminaría por cansarse y aquel millar de vampiros volvería a lanzarse sobre ella, intentando probar su sangre. Ahora ni siquiera el podía detener a aquellos murciélagos que habían probado la sangre ajena y estaban deseosos de seguir haciéndolo, se habían vuelto diez veces mas feroces y actuaban de forma errática lanzándose sobre ella sin importarles el ser golpeados por el poderoso viento que la híbrida creaba y que no le serviría de mucho ya que aquellos seres eran débiles ante solo una cosa, la luz.

Su unica salvación sería mantenerse con vida hasta el amanecer o finalizar el pacto antes de que esto ocurriese, por su parte el demonio confiaba en la segunda posibilidad y creía realmente que ella lo lograría. La observó un poco desde la lejanía cuando sus sentidos mas sádicos hicieron apenas aparición, por un segundo aquella imagen de su mujer llena de sangre y mordidas le pareció realmente erótica. Pero rechazó la idea al momento dejando escapar una bocanada de humo mientras esperaba pacientemente el resto de los acontecimientos.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 4:14 pm

Tales barreras de contención hechas con aire cedieron ante el ataque frenético de esos murciélagos cuyos chillidos conseguían aturdir a la hibrida quien por esas alturas estaba entrando en un claro estado de temor, era consciente que no podía detenerlos, no a todos y no en las condiciones en las que se encontraba a casi nada de comenzar aquel entrenamiento. No tuvo otra opción, por instinto aquellas hermosas alas negras y blancas hicieron su aparición detrás de la espalda en lo que pocos segundos después ella comenzaba a huir con la clara intención de alejarse unos cuantos metros a la redonda.

Para su terrible sorpresa, al parecer no podía llegar demasiado lejos sin ser alcanzada por esos seres que volvieron a prenderse contra su cuerpo de manera decidida, incluso cubrieron sus alas, ocasionando que generara un peso extra acompañado de un increíble dolor al recibir más mordidas por lo que terminó desplomada contra el suelo deliberadamente. En ese instante, la chica podía sentir con precisión el sonido único de los colmillos ajenos enterrarse contra su piel, una y otra y otra y otra y otra vez de manera sistemática, sádica, despiadada. La oscuridad era infinita, apenas podía ver su mano derecha elevada cubierta de sangre y pequeñas motas negras sobre ella que no eran otras más que esos murciélagos sobre ella. El corazón le latía con fuerza, intentando suplir la falta de oxigeno y sangre con cada bombeo más intenso que profería.

Aquel tono amatista, profundo en los orbes de la joven dejaron de estar presentes para tornarse completamente rojos, simulando ser un par de bellos rubíes como cada vez que su cuerpo sufría algún cambio drástico de esa índole. Sentía un nudo en la garganta, la imposibilidad justa de gritar o de pedirle que se detuviese, incluso hasta llegó a pensar que moriría, así de sencillo sería su final. Era consciente de lo que ocurría, así como también de la tibia sangre que brotaba por su cuerpo , manchando aquellas ropas blancas de un corrupto carmesí.

Apretó el puño derecho con fuerza, incorporándose al mismo tiempo como pudo cual androide únicamente siendo dominado por la misma inercia. De aquel frágil cuerpo, la luz comenzó a emanar primeramente en pequeñas esferas hasta que finalmente pareció haber un estallido de aquel elemento, propio de los ángeles, generando una densa esfera lumínica que se extendió no más de cuatro metros a la redonda para apartar con rudeza a los intrusos, lanzando un decidido destello hasta que finalmente se desvaneció. Sus ojos se mantuvieron entornados al mismo tiempo que caía de rodillas al suelo pesadamente, con ambas manos apoyadas sobre la tierra, jadeando incluso con algo de fuerza por la falta de aire y el cansancio.

Aquellas hermosas alas, completamente mordidas también permanecieron erguidas, para después al finalizar caer delicadamente sobre el suelo, ocasionando un peso aun mayor sobre la espalda de la pelinegra. Tras unos momentos, simplemente las hizo desaparecer cuando elevó la mirada hacia el frente, posando sus fatigados ojos sobre la borrosa imagen del mayor.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 4:56 pm

Gracias a su increíble vista capaz de ver incluso a kilómetros de distancia el mayor no tuvo necesidad alguna de moverse de donde estaba, se mantuvo allí de pie mientras observaba a la muchacha luchar constantemente contra aquel millar de criaturas avasallantes que comenzaron a seguirla evitando que ella escape, incluso había logrado atrapar las alas de la guerrera mordiéndola con todas sus fuerzas evitando que esta escapara.

-398, 399, 400, 401, 402... Creo que ya es suficiente, pero veamos si puede escapar de ellos... -Musitó azael en lo que contaba la cantidad de mordidas de la joven.

-Bastante bien para una híbrida... -Aseguró el demonio sin quitar la vista de encima a la muchacha que para ese momento comenzaba a caer desde las alturas repleta de murciélagos. Para aquel momento ya contaba en su cuerpo con alrededor de 500 mordidas y lo mas seguro era que no pudiese resistir demasiado. Sin embargo, el pelinegro se mantuvo firme en su lugar clavando la mirada sobre la muchacha como si observara directamente a través de ella. Si deseaba que su esposa estuviera bien, Takumi estaba seguro de como debía comportarse si quería que ella recibiera aquel poder después de todo cualquier interrupción por parte de un tercero anularía el ritual y haría que los esfuerzos de la joven fueran en vano.

Ademas de todo aquello al muchacho le agradaba de sobre manera aquella imagen, no podía evitarlo, le agradaba ver sufrir físicamente a las personas y eso también incluía a su esposa. Finalmente notó que la joven comenzaba a ponerse de pie, logrando con aquel esfuerzo y su jadeante respiración que Ichinose dejara escapar una leve sonrisa que dejaba ver sus colmillos. Aunque claramente esta desapareció con aquella explosión de luz cuando debió cubrir sus sensibles ojos con sus brazos. Cuando bajó este y observó a la híbrida notó que la explosión no solo lo había dañado los ojos del demonio, sino que había dejado totalmente atontados a los murciélagos que ahora habían caído al suelo y se retorcían de dolor aunque poco a poco comenzaban a recuperarse y volvían a sobrevolar alrededor de la pequeña pelinegra.

El lentamente se acercó hacia ella y la rodeó con ambos brazos para darle un profundo y apasionado beso, dejándola ir finalmente para ponerse a su lado y observar a aquellos murciélagos a su alrededor. Ladeó apenas el rostro para dirigir su dominante mirada sobre la contraria y colocar sus manos en los bolsillos mientras dejaba escapar un poco de humo de su boca.

-Esperan tus ordenes... ahora te pertenecen, el pacto funcionó tu y ellos son uno solo... -Musitó el joven mientras revisaba su bolsillo y sacaba de este una pequeña poción la cual arrojó a las manos de la joven.

-Bebela, aun debemos seguir con esto... pero eso te hará sentir mejor y detendrá el sangrado durante unas horas... aún así necesitarás un medico pronto -Finalizó en lo que observaba aquella imponente imagen donde el millar de murcielagos se había dividido en dos bandos que ahora los sobrevolaban.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 5:20 pm

Mantuvo las manos apoyadas sobre sus rodillas, levemente inclinándose hacia adelante con algo de dificultad, notó que él la abrazaba, sin embargo y a duras penas logró apoyar la mano derecha sobre el pecho ajeno mientras intentaba corresponder a aquel demandante beso sin demasiado éxito. Sus ojos continuaban rojos, alertas tal vez por instinto mientras que la pelinegra aun parecía escuchar aquellos ensordecedores chillidos dentro de su cabeza aunque estuviesen en casi silencio absoluto. Apoyó la rodilla izquierda en el suelo en lo que destapaba aquella pequeña botellita, posando los labios sobre el pico para beber del contenido de la misma, arrojándola ya vacía hacia un costado sin importarle en lo más mínimo.

-¿A qué te refieres c-con eso…?- Cuestionó observándole como podía en clara atención ante los médicos, ya que les poseía cierta aversión. Volvió la mirada hacia el frente, notando a todos y cada uno de esos pequeños asesinos en potencia revoloteando como si nada, frunció el ceño, perdida en sus pensamientos ya que faltaba lo peor, el controlar e invocarlos a voluntad. Suspiró con fuerza, colocándose de pie al lado del mayor para observar a sus alrededores, el gran terreno, la oscuridad y soledad del mismo. -¿Cómo se supone que logre…dirigirlos…?...No tengo la menor idea- Preguntó aseguró por lo bajo entre jadeos, cruzando nuevamente la mirada con su esposo quien parecía ser aun más frio conforme la situación iba desarrollándose.

-Me es costumbre controlar los vientos…la luz o la electricidad p-pero…estos pequeños son…demasiados y…no solo actúan como una masa uniforme, también lo hacen independientemente…¿Cómo podría tener control sobre todos ellos?- Musitó, cayendo en cuenta que el contrario debía ser realmente un demonio poderoso, de alto linaje como para poder controlarlos de aquella manera tan natural y prolija, algo que esa muchacha sabía a la perfección…no sería, siempre condenada a ser una mitad, a sobrellevar las virtudes y desventajas de ser una simple hibrida.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 6:22 pm

El joven demonio cruzó sus brazos observando a aquellos murciélagos que daban un gran espectáculo para luego observar a la contraria tranquilamente de reojo poniendo total y completa atención a sus palabras.

-Sangraste demasiado y tus heridas a pesar de que cerrarán con la poción volverán a abrirse, ademas lo mas seguro es que necesites una transfusión de sangre. -Aseguró tranquilamente alzando apenas una ceja mientras la observaba cuidadosamente. Azael se llevó la mano derecha hacia el mentón en lo que pensaba sobre aquello. Realmente era la cuestion mas dificil de sobre llevar.

-Hmm... Es como si fueran las hebras de tu cabello, puedes sentir cada uno de ellos y a la vez sentirlos como un solo ente... Pero lo mas importante es sentirte uno con ellos, comandarlos, dominarlos y organizarlos de forma efectiva son la llave para un buen uso de esta habilidad... Si no lo logras, todo lo que has hecho hasta ahora solo será un montón de basura. -Musitó el demonio tal vez con demasiada sinceridad hacia la muchacha.

Tranquilamente comenzó a caminar alejándose de ella unos cuantos pasos para lueg voltearse a mirarla alzando una de sus manos con su dedo indice y mayor extendidos frente a el. Hasta este un pequeño murciélago descendió hasta colgarse de cabeza del mismo.

-Lo ves? Primero los controlas individualmente y luego... -El demonio movió su mano hacia la derecha y el murciélago salió volando hasta terminar formando parte de la gran masa que volaba sobre ellos, estos pronto tomaron la forma de la mano del joven y armaron la figura de un murcielago gigante durmiendo sobre sus dedos indice y mayor.

-Lo haces de forma grupal. ¿Entiendes? Intenta comenzar controlando unos pocos, ellos seguirán las ordenes de tus pensamientos. Mientras mas uses la habilidad mas sencillo será que sigan tus ordenes. Recuerda que lo mas importante es dominarles, o terminarán lanzándose nuevamente sobre ti... -Finalizó el muchacho alejándose unos pasos en lo que colocaba una vez mas uno de sus “Gitanes” sobre sus labios y dejaba practicar a la menor.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 6:39 pm

-Entender el concepto lo entiendo, es solo que…llevarlo a cabo me suena a…algo bastante difícil, complicado tal vez- Aseguró entornando la mirada y observando todas y cada una de las demostraciones que hacia el mayor con tanta facilidad, lo que menos quería ciertamente era haber pasado por todas esas dificultades en vano. Continuó observando aquellas masas de murciélagos revoloteando por doquier tal vez con cierto temor de que a nueva cuenta volviesen a morderla y por ende pasar por un dolor similar o peor aún. Respiró profundamente mientras pensaba, teniendo en claro que esto no era simplemente como manipular corrientes de aire o algún otro elemento no pensante.

Extendió su mano derecha aun con algo de debilidad, la cual se mantenía manchada con su propia sangre en lo que intentaba ciertamente ejercer un mínimo control mental sobre un pequeño número para re dirigirlos, sin embargo, tan solo uno respondió uno acercándose con calma para posarse en su muñeca y así comenzar a escalarle por el brazo. Sonrió apenas, como era tan propio de ella mientras alzaba una ceja, algo incrédula. -¿Es una broma…verdad?- Cuestionó observando al pequeño animalito prendido de su brazo, negando un par de veces antes de elevar la vista, observando al mayor grupo que continuaba no muy en lo alto.

-Solo sé que al finalizar la noche deseo al menos poder manejar a la mitad de ellos…es, increíblemente estúpido el no poder hacerlo- Aseguró en apenas un pequeño susurro, volviendo a lo suyo, a ejercer una nueva orden en contra de ellos para desplazarlos unos metros a la derecha, sin embargo, estos al parecer retomar camino cambiaron abruptamente de dirección, yéndose para el lado opuesto y dejando a la hibrida con una sensación de “mínimo me lanzo por el acantilado”.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 7:29 pm

Dió una nueva pitada a su cigarrillo observando a la contraria y alzó el rostro para dejar escapar una bocanada de humo observando la bandada de murciélagos ajena.

-Yo diría que es mas que complicado, pero me agrada tu optimismo. Los pocos hibridos que han conseguido utilizar esta técnica no han conseguido controlar mas de cien de ellos... Los demonios de rango bajo suelen controlar unos doscientos, en el nivel intermedio suelen controlar hasta quinientos de estos a la vez. Un demonio de clase alta puede llegar a controlar un millar de ellos... Pero existe una vieja leyenda entre los demonios, algunos lo creen y otros no. Pero dicen los demonios mas ancianos que una vez hubo alguien capaz de dominar un millar y medio de estos seres... Casualmente, quien consiguió llevar al extremo esta técnica fue un híbrido. Pero claramente esto podría ser completamente inventado.... -Musitó el muchacho observándole de reojo aún con aquel cigarrillo entre sus labios y las manos en los bolsillos mientras clavaba aquellos dominantes ojos sobre la muchacha.

-Está mal, podría oler tu miedo a un kilómetro de distancia. -Musitó con cierta firmeza el joven escupiendo el cigarrillo que llevaba en los labios y descomponiéndose en murciélagos acercándose rápidamente a la joven terminando por aparecer detrás de ella y tomar su mano de forma firme para hacerle girar y mirarle a los ojos.

-He dicho que los domines, son tuyos y tu eres su dueña... Los posees así como yo e poseo a ti, ellos haran lo que ordenes por que eres tu y así debe ser... -Musitó azael de aquella forma tan dominante que poseía por naturaleza clavando aquellos ojos plateados sobre los orbes ajenos para luego besar sus labios de forma apasionada invadiendo la boca ajena con su lengua separándose finalmente en lo que la dejaba ir y colocaba su mano sobre el hombro de la muchacha.

-Enfocate, respira y dejales ver que eres un demonio digno de seguir... Demuéstrales que tu mitad hibrida es mas pura que la sangre de muchísimos demonios puros... Dominalos... -Finalizó.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 7:51 pm

Los ojos rojizos de la menor se posaron con decisión en el demonio, oyendo y guardando para sí misma las palabras que él dejaba escapar con tanta seguridad casi inquebrantable. –Dudo que un hibrido tenga tal dominio sobre artes que desarrollaron primeramente los demonios, mi principal problema radica en que soy mitad ángel, es como si literalmente me hiciera una especie de autoboicot permanente, al parecer el haber sido criada por demonios no…sirve de nada- Musitó esto último bajando la cabeza algo desanimada, observando precisamente hacia un costado, todavía con ese pequeño ser trepado en su brazo que repentinamente se soltaba y comenzaba a revolotear por ahí con los demás.

Ella por su parte no dudo en rodear el cuello ajeno con cuidado, todavía sorprendida por como se había podido desaparecer de la nada, correspondió a sus besos como pudo, siempre ligeramente sonrojada y mostrando esa sumisión en la mirada como podía adoptar solo con él. Apoyó la cabeza contra el pecho de su esposo unos momentos, asintiendo ante sus palabras. –S-sí…estoy intentando pero…- Calló abruptamente, lo que menos deseaba era escucharse a sí misma y aquellas patéticas excusas que salían de sus labios.

Se mantuvo unos momentos en silencio, observando aquella masa oscura que no dejaba de movilizarse por los alrededores, no fue hasta que abruptamente se acercaron a ella mediante una orden mental directa que la joven abrió los ojos, mirándole como rozaban su propio cuerpo a milímetros de distancia como había deseado u ordenado, sin embargo, esto no duró por más de unos escasos dos o tres minutos antes de que entre chillidos volvieran a dispersarse por los mismos sitios que anteriormente. Poco a poco notaba como su cuerpo iba asimilando tal concepto hasta tal punto que medianamente conseguía controlarlos un poco más, sus direcciones y aproximaciones, sin embargo, el mantenerlas era algo bastante complicado al menos para aquella hibrida que por todos los medios intentaba quebrar las barreras de los limites.

por **Ichinose Takumi** Sáb Dic 13, 2014 8:20 pm

Una fugaz sonrisa de lado escapó de los labios del demonio que apenas mostró sus colmillos al observar aquel increíble poder que la muchacha había mostrado. No solo había logrado controlarlos sino que sin darse cuenta había roto los limites de cualquier híbrido, acababa de controlar unos trecientos veintinueve seres a la vez. Aquello a pesar de tan solo haber durado unos segundos aquello había sido impresionante y realmente complaciente, por lo que llevó su mano hacia la cabeza de la muchacha y agachándose un poco besó su mejilla de forma tierna para susurrarle al oído.

-¿Ves? Te dije que eras especial... -Musitó el muchacho abrazándole por detrás de forma confiada mientras observaba la gran masa de seres oscuros revoloteando sobre ellos formando unos inusuales juegos de sombras debido a la luz de la luna.

Finalmente el joven mordió con suavidad el lóbulo del oído ajeno con firmeza, pero lamiéndolo suavemente hasta finalmente decidirse por liberarlo y alejarse un poco de la muchacha.

-Ahora controlalos a todos, son quinientos... por unos 15 segundos como minimo, si lo logras te daré un premio. Si no, te castigaré hasta que logres hacerlo bien. -Musitó el demonio soltando a la muchacha y alejándose unos pasos para observarla mejor.

-Manten la espalda derecha y los hombros relajados... cuando estés lista intenta hacerlo, sin miedo, quiero que lo hagas bien... -Aseguró el pelinegro colocando otro cigarrillo entre sus dientes para finalmente encenderlo sin perder de vista a la muchacha en ningún momento.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Dic 13, 2014 8:40 pm

Su semblante mostró una pequeña sonrisa de alivio, más aún porque ella solía ser demasiado exigente o inconformista con ella misma, nunca era suficiente, necesitaba hacer las cosas a la perfección o seguramente se frustraría a tal punto que entraría casi en desesperación incluso al punto de negarse a abandonar el lugar hasta poder conseguirlo de la manera correcta. No pudo evitar el ponerse nerviosa tanto por las acciones como palabras ajenas, por lo que simplemente asintió, observándole de reojo en todo momento para después volver a poner la atención a aquellas masas de murciélagos que continuaban expectantes sin detener su revoloteo.

La mente de la joven estuvo completamente enfocada en volver a atraerlos, por lo que poco a poco estos comenzaron a acortar distancias hasta quedar a un par de metros de la hibrida, la cual por instinto retrocedió un par de pasos hasta que al menos ya todos estuviesen reunidos en un solo punto, frente a ella precisamente. Esto aproximadamente le llevó unos minutos, sobre todo el hecho de ejercer control sobre ese gran número. –Son hermosos…- Aseguró dejando escapar otro pequeño suspiro, extendiendo la mano izquierda hasta que casi pudo rozarlos y sentir los aleteos de esas criaturas rozándole el brazo y la mano.

Al intentar mantenerlos, estos volvieron a alejarse de la hibrida a los cuatro o cinco segundos, provocando que la chica frunciera ligeramente el ceño. Al reiterarlo, sus cabellos oscuros fueron movidos por la brisa nocturna, enmarcando todavía más la figura de la chica que intentaba por todos los medios mantenerlos controlados haciendo que por segunda vez en ese pequeño lapso volvieran a aproximarse hasta ambos. Nuevamente, como casi al llegar al décimo segundo estos volvían a dispersarse entre delicados y certeros movimientos, frustrando todavía más a la pelinegra que por dentro ardía de impaciencia.

-…- Sus orbes rojizos brillaron un poco más, expresando cansancio, molestia, algo de enojo consigo misma por no poder cumplir con lo que se le estaba pidiendo.

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Al borde del abismo [Takumi] - [Entrenamiento]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater