Un argumento es mas poderoso que un choque de espadas Priv.[Gearhold-Lord-Cámara de Ministros]

por Invitado Jue Abr 16, 2015 10:05 pm

Acompañado de el iban los los dos uniformados que habia designado para la conferencia con la camara de ministros, llegaron al castillo el cual estaba atestado de guardias que al juzgar por sus lujosas armaduras eran guerreros de élite. Luego de una mañana completa de recorrer las afueras del palacio hicieron su ingreso hasta los interiores.

Poco a poco los tres ingenieros fueron escoltados por cinco guardias pasando por todas los inmensos interiores hasta llegar hacia una gran puerta gigantesca de estilo barroco y adornos muy lujosos con piedras preciosas y diamantes, los tres uniformados se quedaron de pie ante la gran puerta esperando las indicaciones de los guardias para entrar, el mas joven de los ingenieros comenzó a apreciar la gran puerta soltando y gran silbido -Wou, por acá se vive con gran lujo ¿No ingeniero?-. El anciano miro con cierta desaprobación al joven de lentes y barba -Hijo, los lujos que ves tienen un mensaje subliminal-, decia el anciano rascándose su frondosa barba, asimismo el otro uniformado añadía al comentario del veterano-Trovanovk, esto da el mensaje a los visitantes de que el es muy acaudalado y posee un gran poder, algo completamente innecesario-, decía refiriéndose al Lord, el anciano abrió un ojo mirando hacia el ingeniero Wichfield mostrando interés por su sabio comentario, a lo cual este añadió -Así, es, esto es muy común millones de monarcas tenían ostentosos castillos solo para demostrar y refregar que el mundo era muy pequeño para el y que puede despilfarrar la riqueza de este, por mas desquiciado que parezca, esto seria un símbolo de gran poder-. Ambos uniformados observaron al anciano como si estuvieran archivando notas mentales con cada frase que el decía.

Luego de una gran espera apareció una joven de largos cabellos dorados rizados que caían sobre sus pálidos hombros, vistiendo una túnica negra con adornos dorados perlados, lo cual dejo boquiabierto a los dos uniformados mas jóvenes-Caballeros, buenas tardes, porfavor diríjanse por aquí yo personalmen....-la joven se había detenido repentinamente mirando hacia el mas viejo de los uniformados -Ingeniero Gearhold, es un honor conocerlo por fin, he oído mucho acerca de usted-, decía la joven de ojos verdes extendiendo su mano, el veterano levanto abrió los ojos dirigiéndolos hacia la joven y con una sonrisa le devolvió el apretón de manos -Valla, valla ¿Mi reputación me precede?-, la joven no se inmuto, y prosiguió-Ingeniero, usted ha sido una gran inspiración para la nueva generación de científicos e ingenieros, bueno no me juzgue pero yo soy una gran lectora de sus teorías, la ultima publicación de su teoría de los Campos unificados fue estupenda., el anciano abrió los ojos de par en par -Valla, es muy intrigante que una joven como tu este en estas instalaciones, el programa de pasantia en mi departamento esta abierto, ¿Por que no te das una vuelta por Fedder y solicitas una?-, decía el ingeniero sacando una tarjeta electrónica tendiéndosela hacia la joven-Bueno la verdad es que yo desearía eso pero no puedo dejar este puesto, inmediatamente el rostro de la joven tomo una expresión taciturna, el anciano cerro los ojos mostrando lastima, la joven interrumpió sus pensamientos y con un gesto hizo pasar a los tres uniformados, avanzando hacia el gigantesco y lujoso salón interior donde en el centro se encontraba un gran trono -Bueno, hasta aquí llego yo caballeros esperen aquí hasta que lleguen los invitados-, con un gesto la joven de cabellos dorados se despidió de los ingenieros y desapareció por la gran puerta con una expresión melancólica en su rostro.

Los tres ingenieros dieron una lenta impresión por el ostentoso salón, seguidamente el anciano interrumpió los pensamientos de ambos uniformados -Wichfield....Trovanovk, prepárense que esto no es un trabajo de campo más deseo todo su apoyo para persuadir a estos burgomaestres, recuerden esto es un estado guerrero y las palabrerías siempre salen sobrando- . Los dos uniformados muy nerviosos aguantaron el aliento y solo atinaron a afirmar con la cabeza.

Pasaban los minutos y el aire del salón comenzaba a hacerse pesado, parece que lo único que necesita el despotismo es el miedo, miedo y melancolía reflejados en la pálida joven que recibió a los tres uniformados, miedo que no puede compartir con nadie, ese miedo que tiene la humanidad a los tiranos, ya que ellos son los únicos que no han de demostrar nada a nadie, el mundo necesita independizarse, pero esto siempre se convierte en libertinaje, revolucionarios sin noción ni vocación, sin conocimiento de que siempre hay almas de por medio, siempre hay alguien que soporta todo los enfrentamientos estúpidos e innecesarios que lo único que consiguen es muerte y destrucción destruyendo millones de familias y distribuyendo el mal por todo el mundo ya que al final es un asqueroso circulo vicioso, la guerra vuelve estúpido al vencedor y al vencido rencoroso. Pero siempre, siempre existe un mundo superior e utópico donde las personas pueden jugar, divertirse, disfrutar de la vida, un sueño muy lejano que el anciano ha estado buscando por mas de mil novecientos años un mundo en donde un argumento sea mas poderso que un choque de espadas

por Invitado Vie Abr 17, 2015 1:12 am

Grande fue la sorpresa de la ministra cuando le llegó una curiosa notificación que no solo la involucraba a ella, sino también a los otros dos ministros de sus respectivos reinos, aquello sinceramente le parecía una total pérdida de tiempo quizás al tratarse de una reunión improvisada por un anciano que no conocía personalmente, lo veía un desgaste de energía absoluta, más aún porque no le hacía chiste tener que dejar el reino sin su presencia dadas las circunstancias. No había demasiadas opciones, confiaba en que el general Ousawa la contactaría de inmediato si algo llegase a ocurrir.

Ese día salió algo apurada de su despacho, manteniendo como era de esperarse dicha mirada completamente seria, ligeramente endurecida pero también potencialmente asertiva, un paso delante de otro de forma continuaba determinaba una personalidad ya forjada al ciento por ciento que también se fusionaba con ese porte que la fénix poseía por propia naturaleza. Los cabellos largos, tan bien cuidados y blanquecinos de la fémina ondeaban delicadamente a cada paso que daba en lo que cruzaba miradas con uno de sus generales, Harrison, quien permanecía más adelante quizás a la espera. –Vámonos, Allen, espero no demorarnos demasiado en regresar-

Dichas estas palabras ambos iniciaron el viaje, por su parte, la muchacha se mantuvo todo el tiempo en silencio, pensativa o absorta en el producto de esta reunión. Seguía considerándolo una tontería, ya que al menos ella consideraba esas reuniones propicias cuando había algún asunto emergente que tratar y ninguna de las partes estaba de acuerdo. A su lado descansaba el pequeño cachorro de Quimera, quien si bien había crecido un poco, todavía tenía más aun por delante, este por el momento dormitaba a sus pies, emitiendo algún que otro bajo gruñido cada cierto periodo de tiempo. No supo cuánto tiempo demoró el viaje, realmente tenía la cabeza en otro lado. Podía notarse en el reflejo de su mirar paz, pero también una sabiduría bastante firme que no cedía ante presiones o situaciones estresantes.

Un par de horas después, allí se encontraba ella, caminando con la misma seguridad por uno de los pasillos del Dominus Castle que anteriormente le habían indicado. Automáticamente arqueó una ceja, sin siquiera detenerse a admirar los detalles del castillo porque obviamente no le importaba, no en ese instante cuando tenía prisa por saber para que requerían su presencia y por ende tener una respuesta concreta. Solo quería volver a su amado reino, procurar trabajar un poco más, o descansar en lo posible algunas horas. Suspiró ligeramente, observando de reojo al general, en lo que rápidamente desviaba la mirada hacia adelante.

-Si por alguna simple casualidad algo sale mal, no te expongas. No vale la pena- Sentenció en una orden que disfrazó como petición, ella ciertamente no era el tipo de ministra que expondría a sus guerreros ante situaciones que bien podría evitar. Por ese entonces, en cada movimiento, los pliegues de su falda blanca se mecían con elegancia, claramente porque ella poseía ese porte distinguido que tanto la caracterizaba.

por Invitado Vie Abr 17, 2015 1:16 pm

Estaba claro que no se fiaba en lo más mínimo de lo que podría ocurrir en la reunión, por ende al momento de ser elegido como escolta de aquella mujer no dudó ni un segundo en aceptar las ordenes. Para él, la ministra era el motivo de su existencia, desde pequeño siendo constantemente entrenado, siendo regido por un entrenamiento militar, volviéndose el hombre hecho y derecho que era en la actualidad, estaba claro que no se había convertido en General por contactos o sonrisas, todo había sido producto de su arduo trabajo. Aquella mujer, hermosa, decidida y fuerte, era la única capaz de manejar como quisiera al soldado. Juró lealtad al reino, lealtad absoluta a ella, su vida le pertenecía literalmente, era capaz de sacrificarse con tal de poder protegerla, no le temblaría la mano a la hora de blandir la espada por ella, y no tenía miedo alguno de admitirlo o demostrarlo.

Se mantenía uniformado, su rostro incluso ligeramente oculto tras la capucha de aquella vieja capa que poseía, la mano derecha sujetaba el mango de su espada mientras permanecía de pie en uno de los pasillos a la espera de la llegada de la Ministra. Cuando sus ojos cruzaron con los de ella, simplemente optó por inclinar mínimamente la cabeza a modo de saludo y comenzar a caminar a su lado. Estaba un poco más calmado y serio de que costumbre, seguramente por la desconfianza que le generaba todo el asunto.

Emprendieron el viaje en total silencio, en todo instante tuvo la mirada en una de las ventanas, observando el exterior a medida que pasaban las horas. Su quimera, un animal extraño que poseía tres cabezas completamente distintas -siendo la principal de un león, un cabrío macho y la cola de una serpiente- se mantenía relajada en un asiento a un lado de su dueño, descansando las cabezas en la pierna izquierda del General, con la cola arrollada, descansando esta última cabeza sobre su propio cuerpo incluso.

Los pasos de ambos resonaron con eco contra los relucientes pisos del castillo una vez llegaron a su destino, siendo ambos seguidos por tales imponentes animales, se mantuvo en todo instante a un lado de la mujer, un paso por detrás de ella en clara señal de respeto a su superioridad. Mientras eran guiados, no admiró el castillo, por el contrario, sus ojos viajaban constantemente de un sector a otro, analizando los rostros, los rincones, las ventanas y las puertas, en el peor de los casos deberían conocer mejor el terreno para poder ayudar a su ministra. –No importa lo que digas, estoy aquí para protegerte. Si algo sale mal, blandiré mi espada. Estaba seguro de que ella se preocupaba más por sus propios soldados que por ella misma, y la única orden que desobedecería sería la de la retirada. Habló de forma ligeramente informal, en un tono bajo y seguro como era propio de él, solo porque por esas instancias estaba seguro de que no podrían escucharlo.

por Invitado Sáb Abr 25, 2015 6:59 pm

En épocas de guerra, cuando los revolucionarios están mucho más activos que antes y los tres reinos parecen permanecer en constante tensión una carta fue la gota que rebalsó el vaso por completo ¿A quién se le ocurría enviar una “invitación” sin más que un título con poca información? Tempus desarrollaría nueva tecnología, al menos eso era lo poco que podía descifrar del mensaje, el qué era o para qué necesitaban su presencia allí era desconocido, por ende inicialmente no tendría deseos de asistir a tal reunión. La reunión estaba organizada por un anciano que realmente no conocía, siendo este parte de un reino por el cual ciertamente no sentía demasiado aprecio sumado a que le pedía abandonar su reino en momentos de crisis. Cuestionó la cordura del anciano en todo instante sin embargo decidió pensar mejor el asunto antes de rechazarlo, buscando tal vez los pro y contras de la situación.

Finalmente terminó por confiar a los soldados de Chaos y sus guerreros la protección del reino en su ausencia, siendo Gissel la elegida para acompañarlo a la reunión. Así mismo, tenía órdenes especiales para Jhonatan. Tras haberlo pensado detenidamente sacaría provecho de la situación, el llamado era interesante, escucharía atento lo que ese anciano tuviera que decir antes de juzgar a primera impresión. El día de la reunión sus pasos podían escucharse perfectamente por los pasillos del castillo, su semblante era completamente neutro, ninguna emoción podía verse en los ojos del peliazul, podía verse perfectamente la espada colgar a un lado de su cintra y así mismo mantenía su armamento oculto en su ropa, no iría con intenciones de atacar, pero estaba claro que tampoco pensaba ir desarmado.

El gran Grifo caminaba a su lado, ignorando a todo a su alrededor, siempre con la cabeza en alto se había convertido en un animal totalmente orgulloso y apegado a su amo, creyéndose totalmente digno de caminar a su lado y no detrás, siendo esto aprobado por el ministro, estaba claro que su mascota también iría. Bajó las grandes escaleras que finalizaban en el salón del primer piso, justo frente a las puertas del castillo de Chaos donde había pedido a la valkiria que aguardase –Andando … Solo eso dijo, antes de ponerse en marcha para así poder ir hacia el lugar de encuentro.

Se transportaron en una de sus naves, especialmente privada para el uso del incubo, quien durante todo el viaje se mantuvo en silencio. Bellator descansaba a un lado del asiento de su amo mientras que él permanecía con los ojos cerrados y brazos cruzados, sumido en sus propios pensamientos. Ciertamente había algo que no le agradaba de todo eso, esas reuniones entre las tres naciones solo podían ser organizadas por el mismísimo Lord, al único a quien le ofrecía respeto por esas instancias. ¿Qué tan bueno sería el motivo de ese llamado? Y cuanta valentía la del anciano para atreverse a reunir a los ministros en un mismo lugar en época de guerra.

Cuando el tiempo pasó y aterrizaron en el lugar descendió y fue guiado hacia el interior del Dominus por los siervos del Lord, los cuales constantemente mantenían la mirada baja ante el ministro de guerra. Los pasos de todos resonaban con eco en los amplios pasillos de castillo, el mismo suelo reflejaba las imágenes de ellos al caminar de lo brillante que eran, los muebles cuadros y detalles eran completamente impecables, aunque él seguía prefiriendo su propio castillo debía de admitir que el lugar era ciertamente increíble.

“-No te expongas si no lo ordeno.” Prefería por esos instantes permanecer con la boca cerrada y hablar con ella solo de esa manera, sería mucho más privado para ambos y constantemente estaría pendiente de los pensamientos de la pelirroja. Detuvo su paso frente a dos grandes puertas, siendo estas custodiadas por dos hombres que no tardaron mucho en abrir ambas para dejar entrar al ministro y su acompañante. El salón era considerablemente grande, el enorme trono fue lo primera que observó el peliazul al entrar, luego de eso su mirada totalmente inexpresiva se posó en la figura de los dos hombres y el anciano allí, imaginando que sería el responsable del llamado. Mantuvo en todo instante las manos en los bolsillos, deteniendo su paso una vez se centró en la habitación, simplemente agacho mínimamente la cabeza en señal de saludo al anciano, permaneciendo de esa forma a la espera de que las otras dos mujeres ingresaran al lugar. Bellator simplemente ignoró a los hombres, permaneciendo de pie a un lado de su dueño con la cabeza en alto, luciendo aquellas hermosas plumas y porte erguido que lo volvía un animal magnifico y elegante.

por **Gissel Gremory** Dom Abr 26, 2015 2:29 pm

Había estado esperándole ya desde hacía unos momentos en absoluta calma, manteniendo dicha impasible mirada sobre los demás guerreros que entrenaban en cercanías del castillo. Sus brazos se mantenían cruzados bajo el busto, siempre con ese porte increíblemente elegante que tanto la caracterizaba, sin embargo, aquella mirada había cambiado un poco, podía notársela con atisbos de serenidad pero también madurez…ya que al menos después del desastre ocurrido en las islas algo había mutado en ella para siempre. Ahora ya no había marcha atrás, podría asegurarse que tras pasar esos momentos de incertidumbre, Gissel había decidido continuar desempeñándose como la guerrera Gladius que era, bajo el mando del primer ministro Ichinose Tokiya.

Miles de ideas pasaban por su cabeza, sin embargo y en esas instancias solo optó por girar el rostro apenas oyó la voz de su superior, asintiendo levemente mientras comenzaba a caminar con él hasta el trecho que quedaba hasta la nave. El viaje lo aprovecho para descansar un poco, premeditar algunas cosas y descartar otras como siempre era en cada situación que se presentara frente a sus ojos, se había vuelto una mujer de pocas palabras, decir lo justo y necesario en el momento preciso al menos para con casi todos. Esa personalidad altiva, orgullosa como la guerrera que era se había terminado de forjar al ciento por ciento, tornándola quizás menos emocional en el ámbito bélico.

Ni bien ingresaban al Dominus Castle, se mantuvo caminando unos pasos detrás del ministro, precisamente de lado derecho en clara señal de respeto sin siquiera pronunciar palabra alguna, por el contrario, dedicaba alguna que otra indiferente mirada a las demás personas del lugar, ese rostro encantador no esbozaba siquiera una mínima sonrisa, simplemente era seriedad medida o ausencia externa de emociones expresadas. Sus largos cabellos rojos se mecían hacia atrás con elegancia, enmarcando la figura de la fémina y otorgándole un aire todavía más etéreo o mágico del que ya poseía por propia raza. Después de todo, una valkiria jamás pasaba desapercibida, siempre estaban en el ojo de la tormenta, amadas, odiadas…

Le observó de reojo ante aquellas peticiones mentales que recibía, por lo que simplemente suspiró ligeramente, volviendo a observar hacia el frente, como si nada hubiera ocurrido. “Nunca me ordenarías exponerme, así que supongo que si hay una emergencia deberé desobedecerte”, respondió de la misma forma, con tranquilidad, esbozando una mínima sonrisa que denotaba aquella confianza que poseía con él que le permitía incluso bromear de tal forma, pero claro…él la conocía, ella se conocía, Gissel siempre terminaba exponiéndose sin temor alguno porque justamente carecía de temor a la muerte. Solo restaba esperar que tipo de situación se presentara allí entre los ministros, algo que a la pelirroja no le importaba en lo más mínimo, no al menos de los asuntos que tenían que ver entre ellos

por Invitado Jue Abr 30, 2015 10:44 pm

Con un extraño mensaje llegando a su oficina, la carta que le habían enviado para una reunión próxima le producía una cierta sensación de... desasosiego. No era precisamente intranquilidad, ni tampoco ansiedad, sino la calma antes de la tormenta. Un pequeño dolor de cabeza le atacó cuando cayó en cuenta que el resto de los ministros también estarían en aquel lugar. Aquella no sería una visita corta, ni tranquila. Sabía de ciencia cierta las intenciones del resto de los reinos hacia Tempus y no quedó más remedio que resoplar y dictar un par de órdenes para que el viaje se preparara en el momento indicado. No tenía planes de llevar acompañantes, pero un imprevisto se presentó justo en el momento adecuado, extendiéndole aquella invitación a alguien a quien había conocido tiempo atrás por una extraña casualidad. Se levantó de su silla tras el amplio escritorio en el que se encontraba sentada y dejó aquella invitación en la mesa, olvidándose de ella mientras caminaba al gran ventanal que daba vista a la magnífica Tempus Urbanis, pasando sus pensamientos a la posible tecnología que se estaba desarrollando. Por supuesto, sabía que en su reino había bastante investigación, pero no se le ocurría por qué aquella tenía que ser más importante que el resto como para pedir una audiencia con los ministros y el Lord.

Solo tuvo necesidad de ser paciente, terminar con sus pendientes en la accademia y entonces tendría la oportunidad de salir de aquel lugar. La realidad era que no amaba transportarse por métodos aéreos, pero así sería un poco más rápido que por otros medios. El viaje fue rápido, sin escalas. Lo más probable era que su acompañante le esperase en el castillo del Lord. Le había enviado órdenes de etiqueta y, sobre todo, algunas reglas sobre el cuidado que tendrían con la discreción de aquella reunión. Más que nada, el habla se le tenía limitada a cuestiones de mera cortesía. Ella por su parte iba en plan de expectadora a su vez, además de que siempre era taciturna. Pensando en que tendría aquel anciano por mostrar, y su curiosidad se vio acallada durante el viaje, mientras los paisajes ocupaban su mente.

Esperó a que la nave se detuviera y estuviese todo listo para su descenso, bajando por la escalerilla hasta aquel pequeño lugar debajo de las escaleras donde habían aterrizado. Eran aquel castillo la ostentación misma de majestuosidad en todo su esplendor. No había ni una pista del ataque que había sufrido meses atrás. Por supuesto, así tenía que ser si lo que se quería proyectar era gobernabilidad sobre el reino. Tras un minuto de apreciación para aquella hermosa estructura, comenzó a subir con gracia los escalones que llevaban hasta el recinto donde les esperaban. Dentro había ya algunos esperando por la visita de aquellas tres personalidades que regían los reinos. Guiada hasta la habitación donde se llevaría a cabo la sesión, proyectaba un aura de tranquilidad y serenidad que pocos podrían mantener con tanto temple. Su rostro permaneció intacto cuando ante su mirada apareció el ministro de Chaos. Un grifo a su lado, la espada a la cintura, aquel hombre iba preparado para iniciar la guerra en aquel instante, solo lo suponía. Tras subir con elegancia aquellos últimos escalones, cuidando que su vaporoso vestido blanco no molestara al pisar, sonrió casi imperceptiblemente en dirección al Ministro, y después en dirección a la Ministra de Spatium. Por respeto a su espacio, permaneció en el centro de la sala, evitando invadir el espacio que pudiera tomar como confrontación para cualquiera de los dos.- Buenas tardes, ministro Ichinose, ministra Rossenberg, señores, señoritas. Me es grato poder saludarles.- Dijo con sinceridad y con un tono de voz agradable, sin sarcasmo a pesar de lo que él podría pensar de ella y por la situación de tensión que seguramente emergía entre ambos reinos. Por encima de todo y de los problemas que hubiese entre sus naciones, siempre debía haber cordialidad y prudencia para lograr la paz.

por **Derek Stiles** Sáb Mayo 02, 2015 7:50 pm

Recibir el mensaje de la ministra a la que tanto admiraba desde niño le hizo llenarse de alegría. Desde que estudiaba en la academia de Tempus, Derek siempre había deseado poder ser amigo y entablar una buena amistad con la directora, pero no se había dado como tal, hasta un encuentro que había sido de lo más fascinante. El joven médico partió por su cuenta al Dominus Castle, con la intención de esperar allí a su amiga. Asistía una reunión con los demás ministros, uno de ellos su jefe, sin embargo él no tenía ninguna intención de intervenir en ninguna batalla. Derek no peleaba, no sabía hacerlo, pero era un buen compañero, un chico en el que se podía confiar. Para la ocasión, en la que no sabía que iba a ver al Lord, se había vestido con un smokin negro.

Estaba emocionado y muy nervioso. En su interior deseaba que nadie se volviera agresivo, eso le daría pena, porque en cierta parte demostraría la poca compostura que tendrían los ministros aunque se odiaran entre ellos. Al llegar a la entrada, un par de guardias le llevaron por los luminosos y limpios pasillos de aquel gran castillo. Sin duda era un palacio hermoso, con una estructura muy cuidada y construída con muchísima dedicación, llena de detalles. El chico quedó esperando en la misma habitación en la que ya habían llegado los demás, excepto Kate, pero esta no tardó mucho en hacer su aparición. Derek sonrió mirándola y se situó a su lado, un poco por detrás, con las manos a ambos lados del cuerpo, totalmente serio y respetuoso: Sabía entre el tipo de gente con el que estaba.

Miró al frente, esperando que el Lord hiciera su aparición y comenzara la reunión, que según tenía entendido trataba de tecnología, algo que sin duda comprendía fácilmente. Por un momento se sonrojó, conteniendo por dentro su alegría, pero es que él era tan pacífico, que nunca pensaba en conflictos. Tal vez, Derek era el individuo más sereno de todos los presentes, con su aura suave y relajante.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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Fingon Sindar
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Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Un argumento es mas poderoso que un choque de espadas Priv.[Gearhold-Lord-Cámara de Ministros]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater