"Cacería de un Duramboros" - Misión especial rango 3 - Jack T Ripping & Kougyoku Ren-

Mi mirada afilada se clavaba sobre el Duramboros cuando le lance aquel ataque, que para mi sorpresa otra vez, le consiguió dar a este la mayoría de mis lanzas. Realmente me había venido de perlas de que mi primo le tratara de distraer, pero eso no quitaba el hecho de que en verdad me preocupara por él. Por suerte vi como Jack se movía del lugar, haciendo que mi preocupación disminuyera al menos un poco. Por el hecho de que podría haber llegado a hacerle daño con las lanzas de agua que había acumulado y ahí entonces realmente no evitaría sentirme tan culpable, aunque no solo eso, seguramente me vería incapaz de hacer otra habilidad mía por miedo de hacerle daño. Fruncí ligeramente el ceño, pues no tenía que bajar la guardia y menos en frente de un ser que quería vernos muertos si o si.

No debíamos de perder el tiempo en ningún momento, teníamos que aprovechar al máximo cada segundo que nos permitiese para poder tratar de coger ventaja y atacar a nuestro enemigo con todo lo que podíamos. Obviamente no iba a rendirme así como si nada y menos cuando sabía que me jugaba no solo nuestras vidas, sino también el hecho de que mi familia se dieran cuenta de que yo existía. Aunque realmente se nos estaba complicando un poco tanto las cosas. Por ello, recordé en las condiciones que estaba Jack y decidí buscarlo con la mirada preocupada. Realmente el saber todo lo que le había hecho nuestro enemigo, me preocupaba y más cuando le vi agarrando del pecho anteriormente y todo eso conseguía que el dolor y el agobio me comenzaran a consumir. Entonces cuando divise al chico de cabellos azulados, sentí como lo anterior comenzaba de nuevo a disminuir ligeramente. Que él estuviera bien, era suficiente para mi, aunque realmente no lo estaba del todo.

Cuando fue alanceado por mis lanzas de agua y estas se acabaron, el Duramboros pareció molestarse más y poner su atención en mi. Esto me parecía genial por el hecho de que así no seria Jack quien estuviese en peligro, si no yo. Enfrente con la mirada a aquella bestia, sintiendo como mi cuerpo ya estaba suficiente cansado, no solo eso, sentía el dolor de mi cuerpo, hasta tenía miedo de cerrar los ojos, sintiendo que si lo hacía, caería desmayada. Entonces empuñe la espada, sabiendo que iba a por mi o eso es lo que estaba esperando al ver que me veía a mi. Realmente me sorprendía seguir de pie, porque después de todo, era la primera vez que luchaba con un ser tan inmenso y repetía de la misma manera de que era la primera vez que entraba en una batalla real, ya que ya había participado a un entrenamiento y un combate amistoso. Aunque ahora si me ponía a pensar en mi primo, me había dado cuenta de que este parecía muy capaz en el combate, pues no cualquiera seguiría levantándose como si nada después de tales golpes. Esto hacía que admirara más a mi primo, aunque no solo por esto, sino nada más verlo la primera vez, sentía que era alguien muy respetable y por esa parte también no quería darle una mala imagen de mi desde un principio es lo que esperaba, que no me viera de mala manera.

Estaba tratando de mentalizarme. ¿Por qué? Era evidente de que era porque sabía que iba a venir a por mi. Vale, Jack estaba apoyado en un árbol, pareciendo cansado, aunque yo no me quedaba atrás. De igual modo yo también estaba sintiendo como mis fuerzas comenzaban a abandonarme, aunque parecía que seguían a flote por el simple hecho de tratar de proteger con todo mi ser a mi primo. Ante esto, trate de pensar alguna defensa o otro ataque para realizar contra mi oponente, no tenía tiempo de distracciones. Quizás debería de emplear la primera habilidad que había usado contra el, así que al pensar esto, trate de que el agua comenzara a rodear mi espada, tratando de formar una lanza de agua alrededor de esta pero en el momento en el que pensé saltar, esta cayo al suelo, a lo que no pude evitar mirar con asombro esto. ¿¡Qué había pasado!?

Tenía toda mi atención sobre mi espada, la cual miraba confundida por lo que había pasado y cuando levante la mirada para observar a mi oponente, ya era demasiado tarde y no pude ni llegar a defenderme absolutamente nada. Siendo lo único que podía hacer es ahogar el grito de dolor que quería escapar de todo mi ser cuando recibí esa cornada, sintiendo como mis pies dejaban de tocar el suelo, dejando un ojo cerrado y el otro entre abierto, mientras apretaba los dientes entre sí para no gritar. De igual modo no deje de sujetar con fuerza la espada, pues no quería perder esta, aunque aun repetía que sentía como a veces la fuerza quería abandonarme. Luego de todo eso, vi como si todo pasara lentamente, hasta que finalmente mi cuerpo choco contra al suelo, haciendo que al impactar, se levantara un par de piedras del suelo, además de polvo. No sabía hacia donde me envió, ya que solo trataba de mantenerme consciente y no desmayarme. A lo que enseguida trate de ponerme en pie, pero se sentía bien en el suelo, como si quisiera quedarme ahí y no moverme, pero negué mentalmente, pues mi primo seguía ahí en pie. Ante esto, al final me senté en el lugar como pude, sintiendo mi cuerpo peor que antes. Mientras estaba sentada, busque con la mirada a mi primo, viendo que este no se encontraba muy lejos de mi, porque al parecer había aterrizado hacia donde él, así que eso me permitía verlo de mejor forma, pero luego dirigí mi mirada hacia Duramboros, escuchando las palabras de mi primo. —Claro que me ayudaste primo y mucho...— Dije agotada, sonriendo apenas, ya que realmente si que me había ayudado, pero cuando escuche lo siguiente, le mire alertada, ya que no quería que se arriesgara de nuevo.

Había visto como mi primo se había limpiado las lagrimas, a lo que obviamente esto me hizo sentir mal, haciendo que mi corazón se oprimiera. Pensaba gritarle de que se detuviera, pero el ya había comenzado a correr hacia aquella bestia. Agradecía el hecho de que quisiera ayudarme para que descansara, pero si arriesgaba su vida, me negaba de una forma rotunda ante tal idea. Hasta trate de levantarme, pero mis piernas no me respondían, ante esto, me sentí frustrada, gritando por dentro del dolor y desesperación. ¡No quería que él se enfrentara de esa manera al Duramboros! ¡No quería perder al único de la familia que me hacía caso! Confiaba en la fuerza de él, pero eso no quitaba el hecho de preocuparme, a pesar de haberlo conocido nada más que este mismo día, ya le había tomado un gran cariño al peliazul, como si este nada más verlo se hubiese convertido en alguien importante al saber que era un pariente mío. Entonces volví a hacer el intento de levantarme, esta vez apoyando la espalda en el suelo, para usarlo de apoyo y irme levantando con mucha dificultad. A pesar de que mi primo me había dicho de que descansara, temía que ese ser le embistiera de nuevo de aquel modo.

Pensaba entonces levantarme como podía, pero entonces la fuerza en mis piernas volvieron a fallarme, haciendo que cayera de rodillas en el suelo. Parecía que realmente no iba a poder levantarme, así que solo me quedaba el hecho de observar, cosa que iba a detestar un montón. ¿Qué clase de persona le gustaría ver como machacan a alguien importante? A mi desde luego que no, por eso me sentía impotente y realmente si llegaba a salir de esta, iba a exigirme de sobre manera un arduo entrenamiento en mi hogar, que nada más llegaran los primeros rayos de sol por la mañana, estaría levantada practicando con mi esgrima. Aunque realmente dudaba el hecho de que pudiéramos salir de esta y más cuando veía como estaban acabando las cosas, ya que por mi parte apenas y ya ni podía mantenerme en pie, por parte de Jack, me había fijado que este también estaba cansado, pero que seguía dando todo de sí mismo, a lo que me hacía admirarle más que antes. ¿Y yo qué? ¿Iba a quedarme aquí sentada como si nada? Vale, él mismo me dijo de que descansara, pero... ¿Realmente pensaría que le iba a dejar como si nada? Era evidente que no.

Jack estaba dando todo de si, golpeando al Duramboros con unos látigos de agua que había generado el mismo. Mientras tanto, yo seguía aquí, sin poderme mover. Esto me hacía sentir inútil, cosa que me esta disgustando mucho. Yo no quería sentirme de tal manera, pero tampoco quería preocupar a Jack, ya que parecía que este realmente quería que me recuperara al menos un poco. Entonces sentí como mis ojos se inundaban lentamente, haciendo que viera borroso. Comencé entonces a llorar, sin ni si quiera esforzarme a tratar de impedir esto. Tenía miedo de morir, pero no solo eso, también tenía miedo de que mataran a mi primo, sentía una gran angustia en mi pecho más por esto ultimo. Sabía que esto no era ningún juego y sabía que no podía huir así como si nada, no iba a manchar mi apellido. Por ello lucharía hasta la muerte, porque no huiría como una cobarde, aunque tuviese o no mucho miedo de morir.

stats:

El miembro 'Kougyoku Ren' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Rango 3' : 1

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#2 'Tirada Rango 3' : 2

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Suprema' : 9

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#2 'Tirada Suprema' : 24

Los esfuerzos del joven tritón parecían no servir para nada, ni por una mínima razón la criatura parecía adolorida ante los golpes, siquiera un pequeño gemido de molestia, o rugidos de furia ante los golpes. Nada, el Duramboros no sentía para nada los latigazos del joven tritón. Jack apretó sus dientes cuando comenzó a notar esto, sabiendo que era incapaz de dañarle, y que por ahora, lo único que le quedaba era seguir llamando su atención, con la esperanza de que su prima pudiera encargarse de la criatura. Una suave sonrisa se plantó en el rostro del joven noble, cuando aquella gigantesca criatura comenzó a reaccionar, desviando los golpes con su cornamenta. Jack tenía bastante claro que lo siguiente sería un contraataque por parte de la criatura, sin embargo, mientras más tiempo aquel Duramboros se concentraba en él, menos tiempo estaría dañando a su prima. En parte, el joven comenzaba a sentirse útil, comenzaba a ayudar a su prima recibiendo los golpes para que ella descansara. Esa sonrisa en su rostro era debido a un agradable sentimiento que le llenaba ante el hecho de estar defendiendo a su familia. Contrariamente a todo lo sucedido anteriormente, esta vez ninguna lagrima fue derramada por el joven de cabellos azules, solo una pequeña sonrisa se plantaba en su rostro, mientras esperaba por el ataque de la criatura.

El coletazo por parte del Duramboros llegó a Jack, y aunque se esperara tal ataque, el tener sus manos alzadas con aquellos latigazos le impidió poner alguna clase de defensa. El golpe logró derribar al joven noble, lanzándolo con fuerza hacia unos árboles cercanos, haciendo que su cuerpo golpeara de igual manera contra uno de ellos, deteniéndolo. Nuevamente su cuerpo sufrió increíbles daños, ni siquiera era capaz de distinguir cuales partes de su cuerpo le dolían y cuáles no, pues todo parecía haberse roto en él, y cada movimiento era un infierno debido a lo mucho que le costaba realizarlos. El joven de rostro quemado intentó levantarse, apoyándose en sus rodillas para comenzar a alzar su cuerpo. Pero a mitad de todo aquello, sintió un gran dolor, y tosió sangre de sobre manera, manchando así el suelo y parte de sus manos, como también algunas gotas de ese rojo loquito había logrado llegar a las telas de su ropa. La vista del joven vicealmirante comenzó a nublarse, y así también unos mareos comenzaron a nublarle la mente. Parecía que el suelo se moviera, Jack estaba casi seguro de que estaba por desmayarse, pero no permitiría aquello. Cerró los ojos fuerza, apretando los puños, haciendo lo posible para no perder la conciencia, intentando resistir, pensando en su prima y que no podría perder esa batalla. Lo dolería aún más el saber que a su prima le tocaría seguir luchando sola contra aquella criatura si el decidía rendirse ahora. Se negaba a ser una carga, pero de igual modo se negaba a dejar toda la responsabilidad sobre ella, él debía ser fuerte, y le correspondía completamente el volverse a levantar y seguir luchando, hasta que el Duramboros estuviera derrotado, no podía darse por vencido.

En aquel estado deplorable, el joven de ojos heterocromos logró abrir uno de ellos, y poner su mirada sobre la bestia. Logró ver como el Duramboros lanzaba unas rocas hábilmente contra su prima, y eso fue lo único que logró ver, pues rápidamente el dolor en su cuerpo le hizo cerrarlos ojos. Jack hacía lo posible para no caer desmallado, su brazos y piernas le aguantaban como podían, entre temblores que amenazaban con dejarle caer, si se desplomara sobre el suelo, estaba claro que ya no iba a poder levantarse, y que su parte en aquella lucha habría terminado. Pero el joven se negaba a lo mismo, lucha contra aquel dolor, buscando las energías para volver a ponerse de píe, aun sabiendo que sobre esforzarse en una situación como esa podía costarle la vida. Su vida no le importaba demasiado ahora mismo, era la de su prima la que el traía tan preocupado, no sabía cómo había resultado la misma tras aquel ataque del Duramboros, pero quería levantarse para ayudarle. En su mente estaba constantemente la imagen de la desgracia, la desgracia que sería si dejaba a su prima morir contra aquella bestia, no podría volver a mirar a sus superiores tras una situación como esa, y estaría seguro de no ser digno de su cargo, ni de su título como noble. Las lágrimas comenzaron a recorrer el rostro del vicealmirante, acompañadas por ese sentimiento que le generaba un inmenso nudo en la garganta, y una peligrosa tristeza fusionada con ira y euforia.

Jack no iba a dejarse vencer, comenzó a sentir algo de energías en su cuerpo, y aprovechó las mismas para, ayudándose con el árbol cercano, levantarse del suelo. Buscando con su débil mirada a la bestia responsable de todo el sufrimiento de este día. Los ojos del peliazul, casi apagados por tanto cansancio, y sentimientos horribles que le invadían, se clavaron sobre el Duramboros, y con su débil voz susurró unas palabras. – No me iré de aquí asesinado por una criatura salvaje, los tritones somos fuertes, los nobles somos fuertes, y la marina también lo es… No voy a traerle desgracia a mi familia. – Tras susurrar aquellas palabras para sí mismo, el joven de azules cabellos consiguió un poco de ánimo y energía. Tenía claro por qué luchaba, pues más allá de todo eso, aquello era una misión, y descepcionar a sus superiores no era su intención. Con las pocas energías que tenía, el vicalmirante comenzó a caminar hacia la bestia, con pasos lentos como su cuerpo le permitía. Entre tambaleos, que de momento daban la imprecón de que Jack caería al suelo.

Cuando finalmente estuvo cercano a la gran bestia, el tritón tragó saliva de manera gruesa, y apretó los puños. - ¡Duramboros! – Gritó desde lugar, intentando buscar la atención de aquel gigantesco enemigo. Rápidamente un nudo se hizo en su garganta dejándole mudo, y las lágrimas se juntaron sobre sus ojos, en una lucha por ser contenidas. Sobre sus puños, se comenzó a generar nuevamente ese par de látigos de agua, mientras en el rostro del tritón un ceño fruncido intenta intimidar a su enemigo. Jack soltó un suspiro, intentando concentrarse lo más posible, hasta que finalmente aquellos látigos de agua estuvieron en la condición apropiada para golpear al enemigo. – A-a-a-aún no has ganado… Be-be-bestia patética – Musitó el vicealmirante hacia su enemigo, tartamudeando, con miedo en sus palabras, y miedo a no ser lo suficiente fuerte como vencer a la criatura. Dejó que sus lágrimas se derramaran, y comenzó a golpear al Duramboros con esos látigos, esperando causarle daño, aunque no tenía demasiadas esperanzas.

Sin tener idea de donde se encontraría su prima, el joven tritón solo esperaba que estuviera bien, en algún lugar, a salvo del Duramboros, pues era lo mejor para ella. Ya no quería verle sufrir, prefería que la misma se apartara de la pelea, y evitara así salir más herida. A pesar de eso, Jack sabía que no podría ganar al Duramboros, al menos no solo y en esas condiciones. Por lo que si su prima decidía volver a golpear a la bestia, también lo entendería, después de todo, ella también era una noble y juntos deberían tener una fuerza para vencer a casi cualquiera enemigo. Sin embargo, algo había salido mal ese día, pues desde un principio la batalla no comenzó como se esperaba, y los jóvenes se habían llevado increíbles golpes de parte de una criatura no debería de ser tan fuerte. La diferencia abismal entre aquel dúo y las fuerzas del Duramboros era notable. Sin embargo, ninguno de ellos había optado por rendirse, y tampoco parecía que vayan a hacerlo ahora.

Spoiler:

El miembro 'Jack T Ripping' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 3' : 10

Aun no me sentía completamente recuperada, por ello no podía moverme del lugar y aunque quisiera, de igual modo no podía, por algo las piernas me fallaron en el instante en el que me intente levantar. Esto me enfurecía y demasiado, pues de este modo no le iba a ser útil a mi primo. Bien, tenía miedo de presenciar cuanto daño podría hacerle el Duramboros a mi primo, pues era algo que a pesar de haberlo presenciado un par de veces, no me acostumbraba a ello, más bien por el sentimiento que me embargaba en ese momento al ver tal cosa. Aunque era bien sabido de que él no iba a dejar de sufrir algún que otro golpe de nuestro enemigo, porque después de todo parecía ser que íbamos a muerte con esa bestia. ¿No tendría alguna debilidad? Cuanto más lo pensaba, más me comía la cabeza, pero era inútil ahora tratar de descubrir alguna debilidad por el simple hecho de que mi cuerpo ya no daba más de si, por algo no me respondían mis piernas, de igual modo mis brazos estaban temblando un poco. Tenía que recuperarme pronto, pues no era momento de perder el tiempo, pero parecía que mi cuerpo no quería aun responderme, así que solo me quedaba el quedarme ahí quieta, queriendo golpearme contra algo por sentirme de tal modo.

Me quede observando a mi primo sin poder evitar sentirme aun más frustrada por no poder hacer nada. Tenía el ceño levemente fruncido, sin poder evitar sentir cada vez más rabia que antes. Entonces cuando pensé que nada más podría ir más a peor. Vi como Jack era golpeado por la cola del Duramboros. Ante esto cerré mis ojos, pues no quería verlo, ya había llegado a un punto que si sentía más dolor, no lo soportaría más. Al abrir los ojos después de unos minutos, busque rápidamente a mi primo, vi a este cerca de un árbol, apoyándose en sus rodillas y tosiendo sangre. Mis pupilas al captar tal cosa, se encogieron, volviéndose mis ojos algo opacos. Nuevamente ese vació interior, se apoderaba de mi. No sabía por cuanto tiempo me había congelado, viendo a mi primo, de igual modo había dejado de respirar por ese tiempo en el que me congele. ¿Qué debía de hacer? Obviamente levantarme, tenía que ayudarle. ¡No iba a dejar que matara a mi primo! Prefería que pasara antes por sobre mi cadáver. A pesar de que aun seguía pensando de que quería vivir mi vida, ni si quiera me había enamorado aun o tenido mi primer amor, aunque no era algo que le pusiera mucha atención, puesto que nunca me había enamorado. Tampoco había conseguido lo que tanto ansiaba y no era solo el tener muchos amigos, si no también el hacer que me dejaran de ignorar mi familia, al menos un poco. Aunque parecía que eso era pedir demasiado, así que solo me conformara con que me vieran al menos, de que supiera que existía. Quizás estaba siendo egoísta o eso es lo que estaba pensando al querer tal cosa, pues debería de conformarme de que al menos me dejaran aun quedarme en casa. ¿No?

No me di cuenta desde cuando el Duramboros se había fijado en mi, pero cuando me di cuenta, fue demasiado tarde. Cuando mis ojos fueron en reparar en nuestro enemigo, vi que este había alzado una roca y en unos segundos esta era lanzada contra mi. Entonces no pude reaccionar a tiempo, nada más había levantado un poco la espada con intención de protegerme, pero el golpe de la piedra me alcanzo de lleno, haciendo que en el impacto escupiera sangre abundante, la cual mancho mi boca y se salpico en la roca, teniendo los ojos casi totalmente opacos. El impacto de la roca me envió lejos de donde estaban ellos dos, atravesando como dos árboles y cuando finalmente un árbol que parecía que estaba firme en el suelo, me paro, haciendo que mi espalda impactara con fuerza, haciendo una pequeña grieta en el árbol. Caí al suelo, cerrando lentamente los ojos mientras sentía el peso de la roca sobre mi cuerpo. Sentía unas inmensas ganas por no moverme más del lugar, como si tuviera mucho sueño, encima mi cuerpo me dolía a horrores, ninguna zona de mi cuerpo se libraba del dolor. Deje que mi cabeza se apoyara contra el árbol, teniendo la mente completamente en blanco por unos instantes, como si ya no pudiera hacer nada más, pero de repente recordé algo. Mi primo. Ante esto, no pude evitar tratar de abrir los ojos con mucha dificultad. Ya no lo hacía por mi familia, poco me importaba en estos instantes el apellido o la imagen, ahora lo que realmente me importaba era el hecho de tratar de proteger a Jack.

Ahogue en todo momento quejidos de dolor que querían escaparse de mi garganta, ya que estaba haciendo el intento de empujar la roca. Ni si quiera había abierto los ojos aun, los cuales había tratado de abrir, preferí centrarme en concentrar todas mis energías en empujar la roca, pero era inútil, esta no parecía querer ceder. No tenía que perder en tiempo, el Duramboros podría estar dañando a mi primo y no quería algo así, por ello en un arrebato, volví a poner todas las fuerzas que apenas me quedaban en apartar la roca y cuando finalmente esta cedió, me deje caer, quedándome de lado y sintiendo mi cuerpo adolorido. Sabía que tenía que levantarme, así que trate de abrir los ojos de nuevo, pudiendo al fin, aunque los tenía semi cerrados, como si me costara mantener estos completamente abiertos, de igual modo, pude darme cuenta de que veía todo algo menos iluminado y borroso. Apreté ligeramente las manos, dándome cuenta de que no tenía mi espada en mi mano, lo cual esto me altero enseguida y me fui levantando con mucha dificultad, apoyando las manos en el suelo, cayéndome en un principio porque parece ser que el esfuerzo de tratar de apartar la roca me había quitado más de la mitad de lo que me quedaba de energías. Seguramente se me habría caído sin darme cuenta en el impacto.

Cuando me eleve gracias de mis manos, trate de usar mis piernas, levantándome muy poco a poco. Tenía que recuperar mi espada, no sabía que haría sin ella y más por el hecho de que esa espada era mi pasador y era un tesoro muy preciado para mi como para perder este. Entonces cuando al fin me había levantado del lugar, apoye mis manos sobre mis rodillas, como si realmente me costara demasiado estar de pie, tenía la respiración algo agitada, a pesar de que no había corrido o algo así. Levante la mirada y fruncí el ceño, teniendo un ojo más cerrado que el otro. Comencé entonces a caminar, mirando a cada lado para ver si encontraba a simple vista mi espada. No sabía donde se me habría caído, pero suponía que debía de seguir el trayecto que pasamos la roca y yo. Comencé a desesperarme, pues no quería tardar, sabía que mi primo estaba con nuestro enemigo y temía aun de que le hiciera algún daño más, pero necesitaba también mi espada para atacarle o algo, aunque más bien era por el valor sentimental que sentía por este arma. Me pare en seco, teniendo los ojos llorosos. ¿Qué haría si no lo encontraba? No era momento de estar buscando esto, si no de ayudar a mi primo. ¿Era más importante la vida de alguien o un tesoro que aprecias muchos? Era evidente de que era más importante la vida de una persona o eso era para mi.

Seguía buscando la espada, pero al sentir que estaba perdiendo el tiempo, resople y fije mi mirada hacia por donde había pasado, retomando el camino de vuelta, donde se suponía que estaban el Duramboros y mi primo. Aunque al caminar con dificultad de regreso, vi mi espada descansando en mitad de dos árboles. como era evidente, sin dudarlo fui a por esta aun con dificultad en mi andar y al estar a un lado de esta, me agache y la agarre por el manga, levantándome poco a poco. Mi ceño seguía fruncido y avance hacia la zona en la que estaba antes de que me arrojaran la piedra. Primero observe urgentemente donde estaba mi primo y luego al verlo de nuevo con esos látigos de agua. Entonces nada más visualizar a la bestia, a pesar de ver algo borroso, sin dudarlo ni un segundo, alce mi espada y comencé a acumular un par de lanzas de agua. —Va-vainel Al-Salos...— Dije de forma costosa y arrastrando casi la voz, alanceando a mi enemigo, sin ni si quiera poder pensar más.

stats:

El miembro 'Kougyoku Ren' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Rango 3' : 7

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#2 'Tirada Rango 3' : 3

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Suprema' : 2

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#2 'Tirada Suprema' : 25

El joven y noble tritón, continuaba atacando a la gigantesca bestia como podía, se concentraba en aquello, esperaba, con sus látigos de agua, poder causar algún daño considerable al gigantesco ser con el que se enfrentaba. Aunque muchos consideraran aquel enfrentamiento como perdido, y como una victoria para la salvaje criatura, el vicealmirante era incapaz de asumir una derrota mientras sus pies aun tuvieran la fuerza para mantenerle en píe, al menos no una derrota ante tal criatura, y mucho menos cuando se encontraba con su prima, creyendo que darse por vencido podía significar hacer a la joven un blanco de la criatura. Sin mencionar, que una derrota mancharía el apellido de los Ripping, aquel apellido que el joven tritón debía mantener intacto, pues un día heredaría toda la fortuna y las responsabilidades de ser el último miembro noble de esa familia. El cuerpo del joven, apenas resistía con las últimas energías, solo la adrenalina del momento era lo que le daba la fuerza para continuar, para mantenerse en píe, y seguir usando su ataques. Su persona, ya habías sido manchada con sangre, sus nobles ropas de seda fina y cara, ahora mismo habían sido ensuciadas con la tierra del lugar, desgastadas por tantos golpes, por lo que presentaban algún que otro raspón, la igual que claras muestras de rotura en determinados lugares, igualmente, la sangre se manchaba sobre la misma, haciendo que en aquellas ropas blancas, el rojo carmesí de esa sangre contrastara completamente. Los ojos del joven, mostraban una mirada determinada, pero al mismo tiempo, las lágrimas le invadían, y una que otra gota caía por sus mejillas, sin ser demasiadas, pues lograba contener la gran mayoría y así evitar el empaparse por las mismas.

La bestia, el duramboros, lentamente se resentía por los golpes, comenzando a demostrar que no estaba listo para recibir los mismos, y por lo tanto, no había tenido posibilidad de defenderse. Por eso mismo, es que una suave sonrisa se plantaba sobre su rostro, feliz de ser útil, finalmente feliz de poder hacer daño a tal enemigo, sintiéndose menos débil, confiando en que aún tenía la posibilidad de ganar, pues la esperanza, era lo último que se perdía. No pasó mucho tiempo antes de que la bestia reaccionara, el Duramboros se mostró lleno de ira, obviamente sin ningún agrado hacia los golpes propinados por el joven noble. Sin embargo, Jack no se intimidó por aquello, continuó dando latigazos, hasta que la bestia comenzó a venir sobre él, perdiendo el control sobre el agua, al sentir un poco de miedo de que aquel ser lograra darle otra estampida con aquel gigantesco cuerpo. El tritón apretó un tanto los dientes, y casi en un instante, volvió a sentir todo el dolor de su cuerpo, aquel que prácticamente había olvidado mientras atacaba. Casi calló, pues sus piernas casi le traicionaron, y por falta de fuerza sus rodillas se flexionaron, pero a fin de cuentas, continuó de píe, frunciendo el ceño, sin quitar la mirada de sobre el criatura. El vicealmirante quería moverse, pero sus energías no le ayudarían, correr rápido no era una posibilidad, y aunque intentó moverse a corta velocidad, su cuerpo no se lo permitió y se sintió de piedra por un momento, al no poder moverse como lo deseaba.

Para suerte del joven peliazul, la bestia tropezó, quien sabe con qué, pero eso le quitó el miedo de encima, permitiéndole moverse nuevamente. Lo primero que hizo el joven noble, fue secarse las lágrimas en su rostro, utilizando la manga de su ropa, pues no quería tener el rostro de aquella manera. En cuanto termino con aquello, alzó su mirada y buscó al duramboros, que buscaba levantarse. Aquel intento de ataque no pasaría desapercibido por el Vicealmirante, y estiró su brazo con la palma de la mano derecha abierta, apuntando a la bestia como si de un cañón se tratara. Rápidamente el tritón se concentró para aprovechar el agua en el lugar. Otro de los ataque acostumbraba, de los más simples, y que no había usado contra la bestia por la simplicidad del mismo, pero ahora que no tenía demasiado tiempo ni energías, tuvo que hacer uso de aquel recurso. De la palma de su mano, una gran bola de agua salió disparada, como una bala de cañón, casi perfectamente esférica. Gracias a las habilidades del peliazul, la densidad de toda esa agua concentrada en el tamaño de la mano del joven tritón, lograba hacerle completamente dura, casi como si de un objeto sólido se tratase, haciendo que causara bastante más daño que solo un pedazo de agua con esa forma. Sin posibilidad de ser esquivado, aquel ataque chocó sobre la acorazada y dura piel de la bestia, causándole daño por lo visto, aunque tampoco demasiado.

La sonrisa se mantenía en el rostro del tritón, parecía estar siendo bastante útil ahora mismo, todo parecía haber remontado, aunque hacía ya un rato que no tenía señales de su prima, y esperaba que ella se estuviese manteniendo al margen de todo, para evitar así salir lastimada. No se podía perdonar a sí mismo el hecho de que anteriormente ella hubiera salido tan lastimada, asique tampoco quería permitir que le lastimaran de nuevo, por su incompetencia como vicealmirante. Consideraba que todo eso era su culpa, si hubiera sido más fuerte, podría haberla protegido, y protegerse a sí mismo, y a su lanza, y haber derrotado al duramboros antes, sin necesidad de todo eso. No todo era gris en la mente del noble, Jack comenzaba a dislumbrar una oportunidad para vencer, por un momento estaba creyendo que podía vencer a la bestia, a pesar de la inmensa diferencia entre ellos, pues claramente, aquel ser tenía muchas más energías, y sus ataque estaban siendo mucho más poderoso. Una falsa ilusión, producto de la adrenalina que le daba sus últimas energías, pues ahora mismo se encontraba pero que nunca, y el marcador estaba claramente a favor del duramboros. Comenzaba a sentir cierta alegría, pensando que podía vencer, y que no debería volver a Tempus con la cabeza a gachas, ni nada parecido. En pensamiento estúpido, pues en realidad, estaba bastante claro que no había forma de que venciera al duramboros en estos momentos, sin embargo, el inocente corazón del joven creí que aún tenía oportunidad en aquella batalla, solo por haber tenido la suerte de hacer un poco de daño a su enemigo.

De pronto, entre aquella situación, una de las lanzas de su prima llegó hacia la bestia, Jack casi se congeló ¿Por qué no se había quedado al margen más tiempo? Estaba claro que ahora la bestia iría a por ella, y Jack no tenía las energías para protegerle, solo esperaba que pudiera resistir. Algo se quebró en su interior, su sonrisa se borró rápidamente, se dio cuenta de la situación en la que estaba, y una cierta frustración le invadió, pues su cuerpo no era capaz de ayudarle para ayudar a su prima. Aquella por quien tanto cariño había obtenido, alguien que en poco tiempo le había demostrado mucho, pues a pesar de ninguno haber demostrado ser fuertes en aquel enfrentamiento, no había parado de admirar a su prima por varias actitudes de ella. Tenía un buen corazón, eso se le notaba, y tampoco era tan débil, pues parecía compartir su nivel de lucha con el vicealmirante. Sin embargo, todo aquel cariño hacia ella, llevaba a que el tritón verdaderamente se preocupara, después de todo, ella era su única familia hasta ahora. No podía pensar en perderla, se negaba a lo mismo, por eso estaba deseando tanto derrotar al duramboros. Nuevamente, Jack tuvo que fruncir el ceño, amenazando con la mirada a la bestia mientras esta corría hacia su prima. En vano, pues aquel ser no daba ninguna importancia al joven de cabellos azules. Sabía bien que no podría detenerle con ese estado, por lo que se concentró en el agua del lugar, preparando un nuevo ataque mientras tuviera la oportunidad. Al menos, de esa forma no sería tan inútil, si el duramoros no se concentraba en él, debía aprovechar para darle un buen daño mientras no se lo esperaba, o al menos, mientras no estuviera concentrado en él. Sobre su mano derecha, gran cantidad de agua comenzó a juntarse, mientras él no le quitaba la vista de encima al Duramboros.

Finalmente, cuando la bestia atacó a su prima, en la oscuridad de aquel bosque, Jack no pudo esperar más, en vez de ver cómo se encontraba aquello, estiró la mano y comenzó a lanzar un gran chorro de agua hacia su enemigo, esperando darle con el mismo, y causarle algo de daño, para tras eso, recién darse el lujo de comprobar el estado de su prima.

Spoiler:

El miembro 'Jack T Ripping' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 3' : 7, 5

No paraba de pensar de que tenía que ayudar a mi primo, pues no iba a dejarlo ahí abandonado como si nada, porque después de todo, aunque yo pudiera tener miedo o ese tipo de cosas, yo nunca abandonaba a alguien y mucho menos si ese alguien era importante para mi. Apenas me podía mantener en pie pero actualmente las únicas cosas que me estaban manteniendo en pie, primeramente era mi primo y luego le seguía el hecho de no manchar mi apellido. Aunque era evidente que era más bien por sobre todo el primero. Quizás no era normal el hecho de coger cariño a alguien en tan solo un día, en cambio, para mi si lo era, pues por algo había llegado a admirar, apreciar o coger cariño a Jack, después de todo, temía que acabara ignorándome también como lo hacía el resto de mi familia. Omitiendo todos estos pensamientos, comencé a centrarme en el ataque que le hacía al Duramboros, pues obviamente no era momento de estar pensando en otras cosas, cuando estaba en medio de una batalla real, de la cual era mejor estar atenta. Sabía esto muy bien, a pesar de que ya me había dejado llevar por mis pensamientos, aun cuando estaba en medio de una batalla. Hubo un momento en el que sentí que mis ojos se cerraban del cansancio, aunque los trate de abrir de nuevo con mucho esfuerzo, teniendo uno más abierto que el otro aun.

Realmente no me sorprendió que mi ataque no le dañara en absoluto, porque después de todo, yo ya no podía más. Baje lentamente mi mano, dejando de alzar la espada, la cual cayo rápidamente al suelo, mientras seguía sosteniendo esta por el mango, mientras bajaba ligeramente la mirada sin poder más. Ni si quiera me di cuenta cuando mi enemigo se aproximaba hacia mi, tampoco espere el ataque que me propino este, haciendo que cerrara los ojos con fuerza. No supe como pude agarrar bien mi espada, pues esta al final siguió esta vez en mi mano. Cuando sentí el impacto de las rocas en mi espalda, haciendo que desgarrara algo mis telas, escupí en el acto la sangre que me provoco esto, manchando quien sabe que cosa, pues mis ojos estaban cerrados. Sentí que el golpe hizo crujir varios de mis huesos, notando como la espada en mi mano volvía a su forma original. Este era mi pasador y cuando noté esto, no pude evitar agarrarlo con algo de fuerza por unos segundos. Estaba encajada contra aquellas rocas, aunque poco me importaba, apenas ya sentía algo, apenas el frío comenzaba a calarme. Ni si quiera podía moverme del suelo, hacía intentos en los que trataba de levantarme del suelo, sabiendo que mi primo aun seguía ahí de pie y no quería dejarlo solo contra esta bestia, pues me sentiría demasiado mal conmigo misma al permitir tal cosa.

Abrí por unos segundos los ojos, viendo todo a su paso demasiado borroso. Hubo momentos en los que me sentí desorientada por unos segundos y en otros volvía a saber de que tenía que levantarme, pero ni si quiera podía levantar mis brazos o piernas, tampoco la cabeza, apenas y solo había podido abrir los ojos. Todo cuanto aquello estaba viendo, comenzó a oscurecer a su paso, como si se estuviera haciendo más de noche. ¿Eso era cosa mía? O ¿Realmente se estaba haciendo de noche? No lo sabía, solo sabía que me sentía completamente cansada, dudando de si realmente iba a poder moverme. ¿Qué haría si no podía? ¿Qué pasaría si primo se quedaba solo luchando contra el Duramboros? Pensar estas cosas, hacían oprimir mi pecho, por la parte del corazón. No quería pensarlo realmente, pues era algo que me dolía y mucho sinceramente. Por ello trate de levantarme de nuevo, pero cuando pensé que lo iba a conseguir a pesar de sentir como me dolía horrores todo mi cuerpo, caía de nuevo en el lugar, sintiendo peor las heridas y no pudiendo evitar quejarme por ello. —Lo siento, primo....— Es lo ultimo que pude susurrar al aire con la respiración agitada, sabiendo que no seria escuchada quizás por nadie, pero lo había dicho de forma inconsciente.

Hubo un momento en el que todo oscureció a su paso, no pudiendo evitar cerrar lentamente los ojos teniendo estos opacos, sin brillo alguno en estos. No merecía perdón alguno y mucho menos cuando había dejado a mi primo a merced del destino con esa bestia. Igual sabía que por fallar de tal modo, había hecho una gran mancha a mi apellido de la nobleza si esto se distribuyera por ahí, sabiendo que si saliera de este lugar con vida, el regaño o las miradas de decepción serian muy grandes. Unas lagrimas cayeron libremente por mis mejillas, al pensar en todo eso ultimo, siendo lo que más me dolía también era el haber fallado a mi primo. Hasta que finalmente caí inconsciente en el lugar.

Stats:

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Suprema' : 5

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#2 'Tirada Suprema' : 18