Dirty Rich [Ryu Mizuruki]

Un grito sonó en un callejón, que despertó al resto de vagabundos que dormían por allí, para nada agradecidos por aquello- ¡Fred no lo puedo creer! –Siguió una risa aguda, mientras una joven mujer sostenía su estomago, al borde de las lagrimas de tanto reír. El Kyubey la observaba fijamente moviendo su cola mientras se comunicaba telepáticamente con ella, las palabras que le dirigía resaltando entre el mar de voces- ¡Lo se! ¿Quién diría que despertaría con un cadáver al lado? –Su mirada se había girado hacia el cuerpo inerte de un drogadicto, de unos probables 50 años, aunque podía tener incluso menos y únicamente lucir así gracias a sus experiencias con las drogas. La criatura se había subido a su hombro y observaba junto a su compañera el cadáver- Una obra de arte sin duda, aunque ¿El hielo lo ira a preservar? La intriga me esta… ¡Matando! –Volvió a reír de su propio chiste recibiendo quejas y silencios de parte de los vagabundos- Bah, no tienen sentido del humor –Saco su lengua frotando ambas de sus manos, se estaba helando y la fogata de ayer se estaba apagando con rapidez. Con una indicación de su mano Fred se oculto en su abrigo mientras ella se levantaba de aquella pila de cartones que estaba usando de cama en su estadía en la ciudad principal de Tempus. Miro el cuerpo de nuevo, unas voces ordenándole el que buscara algo que le fuese de ayuda y otras el que lo patease, que lo usaran de pelota para jugar. Aquella sonrisa enorme desapareció de su rostro, volviéndose en un gesto de furia- ¡No es una pelota idiotas! –Las personas alrededor la observaron alarmados por unos instantes hasta volver a lo suyo rápidamente, ignorándola. Se puso de cuclillas en el suelo, quitándose uno de los abrigos extra que llevaba en aquel momento, cubriendo tanto el cuerpo como el rostro del hombre- ¡Tranquilo amigo, esto te mantendrá abrigado! –Se levanto con su sonrisa devuelta, estirando sus brazos, y acercándose hacia el bate oxidado, colgándolo en su espalda, las voces incrementando en volumen junto a la del Kyubey insultándolo por el acto de caridad- Bien, ya es de noche… es… es hora –Su sonrisa permaneció intacta, mas sus ojos expresaban tristeza mientras tomaba el bate con fuerza y se retiraba del sucio callejón.

Se deslizo hacia la salida, sus patines rodando cuesta abajo- Debo de ver si consigo algo de comer primero eso si, ¡Tal vez tenga suerte y me encuentre una pizza! –Rio hablando sola por la calle, recibiendo miradas filosas y de miedo de las personas- ¿Una pizza de cucarachas? Pues, únicamente quito las cucarachas y ya esta –Sonrió- Aunque… siento la garganta algo seca –Miro hacia abajo mientras reducía la velocidad, girando antes de ingresar a una carretera principal, patinando ya en calle plana, no prestaba mucha atención a las personas alrededor pues conocía bien aquellos gestos de disgusto. Decidió callarse por un rato, levantando la vista observando a las bellas damas de clase noble, una vestía con un vestido blanco; un gran abrigo negro; guantes blancos y medias negras, además de unas hermosas botas negras. Le dedico una de sus mejores sonrisas recibiendo a cambio el que girase su rostro en disgusto- Oh cierto, hace mucho no cuido mis dientes –Rio por lo bajo acostumbrada- Tal vez debería ganar dinero… -Susurro lo último, refiriéndose claramente a asaltar algún transeúnte. Volvió a frotar sus manos tratando de mantenerlas calientes, deteniéndose junto a una cerca de metal, con dos edificios de apartamentos a ambos lados. En aquel callejón protegido por la cerca, había un contenedor de basura azul, donde seguramente habría comida buena según los estándares de alguien muriéndose de hambre. Sonrió feliz por su descubrimiento juntando ambas manos al lado de su rostro para revisar el si había algún tipo de guarda o perro. Para su suerte, no era así, solo había cámaras- ¡Bingo chicos! –Rio mientras sacaba un alicate, cortando pacientemente la cerca hasta tener espacio suficiente para entrar, llamando algunas personas rápidamente a la policía, no tenia mucho tiempo. Levanto la tapa del basurero abriendo las bolsas negras de basura, encontrándose con envolturas y envolturas de comida, junto a objetos rotos- ¿Pizza? ¿Pizza? ¿No? –Hizo un puchero lanzando la bolsa afuera del contenedor al terminar de revisarla, abriendo la siguiente- Lo se Fred, la policía esta por llegar –Volvió a abrirla llevándose algunos cortes que no sintió gracias al frio, lanzando el espejo roto afuera- ¡Por eso se envuelve doble esas cosas! –Giro sus ojos molesta pero abriendo sus ojos como platos con una gran sonrisa- ¡Pizza! ¡Sabia que iba a encontrar algo bueno! –Empezó a comerla, restos de otros platillos además de un olor fétido proviniendo de esta, estaba vencida y sabia horrible, pero podía recordar el sabor bueno aun y eso la reconfortaba, además de claramente llenar su estomago- Al menos esta no tenia cucarachas –Frunció el ceño escuchando pasos apresurados entrando a aquel lugar, y pistolas siendo apuntadas hacia ella- Vamos, ¿Ya no puedo comer? –Suspiro con falsa tristeza mientras se volteaba sonriendo de oreja a oreja- Bueno, si escapo de aquí, yo gano, ¿Bien chicos? –Mantuvo su sonrisa intacta, el Kyubey saliendo del abrigo mientras Psycho los distraía- ¡Verán, hace mucho no como y descubrí este HERMOSO tesoro! -Estiro sus brazos resaltando el contenedor, mientras los policias se decidían entre dispararle o tratar de noquearla vista su locura. La chica se giro sacando la bolsa de la que había sacado la pizza- Y pues aquí encontré una pizza, que me estaba comiendo hasta que ustedes llegaron a… -Soltó una risa aguda al ver a Fred metiéndose por el pantalón de uno de los policías, que empezó a chillar asustado mientras sus compañeros se giraban. Ese era el momento.

Dejo de reír patinando rápidamente hacia ellos al tiempo que salía de nuevo la criatura por la camisa, saltando al hombro de Psycho que sujetaba con fuerza su sombrero, escuchando los sonidos de disparos en su espalda esquivándolos por milagro al girar de aquella calle- ¡NOS VEMOS LOSERS! –Volvió a quebrar en risa deslizándose hacia otra cuesta, aprovechando la rapidez para escapar, los policías haciéndose paso entre las personas tratando de darle caza a la lunática- ¡Con permiso! –Aparto a las personas que iban apareciendo frente a ella lanzándolas hacia un lado tratando de bloquear a sus perseguidores. Giro a otra calle patinando por el pavimento fresco de una acera, su corazón latía con fuerza y sus sentidos estaban alarmados. Siguió cruzando calles, Fred ya había logrado volver a ocultarse en su abrigo. Entro a otro callejón al girar en una de aquellas calles ocultándose detrás de un basurero, observando a los policías pasar ignorando su actual ubicación. Se recostó contra la pared respirando agitada, deslizándose lentamente hasta el suelo, estaba cansada de aquel tipo de vida, pero era su destino, algo que no podía evitar, junto a las voces. Si temprano sentía la garganta seca ahora lo sentía el doble. Sonrió pero no pudo evitar derramar algunas lagrimas algo asustada por lo cerca que estuvo de perder la vida de nuevo, recibiendo burlas, insultos, y la voz compasiva de Fred en su mente- Tengo sed chicos –Susurro con su mentón entre sus rodillas- No quiero asaltar a alguien hoy pero a este paso… -Soltó una risa amarga notando los restos de la pizza sobre su abrigo. Recibió un coro de opiniones positivas ante aquel comentario.

La noche estaba en su cúspide ya en las calles de la ciudad del reino natal del calmado mago,  había terminado hace un par de horas el trabajo dentro de la marina y se dirigía a lo que podría ser su casa, un departamento sin nombre y barato, pero teniendo un trabajo estable, ¿por que razon se limitaría a las frías paredes de un departamento cualquiera? era claro, las manos manchadas de sangre del pelinegro eran razon suficiente para que cualquier tipo malo buscara venganza, y hablamos de tipos malos por que, bueno, es lo único a lo que Ryu a disparado por el momento en el pequeño concepto que algunas personas podrían llamar "justicia", el mago debía pasar la mayor parte del tiempo cambiando de departamento por estos mismos actos, aunque hasta la fecha no a cometido nada parecido, el rencor es fuerte dentro de lo que algunos podrían llamar una mafia, al mirar a su alrededor lo único que pudo encontrar fue algunas patrullas y  hasta disparos de los policías dentro de esta -Es una noche animada... que sera, asesino, violador, narcotraficante...-  el pelinegro metía su mano dentro de su abrigo encontrando en esta el frió metal de lo que era un arma de fuego, ya cargada y pesada, con toda autoridad de dispararla para cumplir con la paz de su reino, pero este intento y firmeza se detuvo al darse cuenta de que lo único a lo que estaban disparando esos sujetos era a una chica, al parecer bastante cubierta por el frió -Deben estar bromeando, bueno, veamos lo que hizo como para que tantos policías decidieran gastas sus cargadores en apuntarle...-   al ver atrás de las patrullas solo encontró lo que era una cerca rota, al parecer cortada -¿Sera un intento de robo?-  mirando algo mas de cerca sus sospechas fueron resueltas con la facilidad de calzar un bloque cuadrado en el agujero de la misma forma -Un basurero abierto... bolsas rasgadas, mas basura tirada en el piso... estos sujetos le estan disparando a alguien que solo tiene hambre...-  prendiendo un cigarrillo entre sus labios y dandole un bocado de aire el pelinegro tomo una barra de metal que sobresalía de uno de los basureros, probablemente el palo de alguna escoba, cerrando sus ojos y a un paso algo torpe choco contra uno de los oficiales desviando completamente una de las balas que se dirigía hacia la joven -D-disculpe, con tanto sonido de disparo no puedo confiar mucho en mi oído, la verdad estoy algo asustado y queria alejarme lo mas que podía del tiroteo...-  clara estaban sus intenciones, ese disparo estaba bien calculado, posiblemente para el brazo o la ventana de cualquier habitante de la zona, el mago siendo un ya veterano en el uso de armas podía saberlo facilmente, y por lo mismo simplemente decidió chocar contra el policía, como si se tratara de solo un peatón ciego -Tch! tenga mas cuidado señor! estamos en medio de atrapar a un criminal, no puede simplemente andar por las calles y menos a estas horas en su condicion!-  el policía duro pero justo reprimió al ahora actuado ciego, dejándolo pasar hacia las orillas de la calle mientras la joven escapaba.

-Ese policía tenia algo mas de experiencia en su disparo, el movimiento de los patines es rapido, pero constante, debe moverse de izquierda a derecha para mantener el equilibrio al momento de huir, eso significa que si mides el tiempo del disparo con la curva hacia la derecha o izquierda puedes facilmente darle en una pierna...-   dando una calada a su cigarrillo dejo el palo de metal a un lado del camino mientras miraba como la chica escapaba de los policías, algo mas tranquilo por saber de que no presencio algún tipo de asesinato por razones absurdas de parte de la policía -Sujetos así merecen recibir un disparo...-  cerrado los ojos dejo caer lo que ya era la colilla consumida del cilíndrico cigarro, pisándolo y hundiéndolo en la nieve  del conocido lugar, mirando a su alrededor pudo ver lo típico, personas asustadas por la conmoción, las luces de algunos departamentos y lo que a el le interesaba, una tienda de las que ofrecen comidas hasta altas horas de la noche -Aaah... espero no tener que pegarle un tiro al hacer esto...-  camino lentamente hasta esta con un rostro pensativo, estaba analizando todas las posibles acciones de lo que estaba a punto de hacer, claro estas no eran muy agradables, pero cuando las pensó ya estaba dentro de la tienda. 

-A-ah, bienvenido~-  lo que parecía la cajera lo saludo al momento de entrar, sonando una pequeña campana proveniente de la puerta, se notaba algo nerviosa, claro esta, quien no lo estaría con tales disparos en la cercanía de la tienda -No se preocupe, no era yo al que estaban disparando...-  obviamente bromeando logro sacar un par de risas de los pocos presentes y de la cajera misma la cual parecía un poco mas relajada -¿Desea tomar algo? ¿cual es su pedido?-  posiblemente la frase mas típica de los productores de comida rápida, pero no por eso menos oportuna -Hoy esta especialmente frió, me gustaria un café negro por favor... y... creo que tambien llevare un chocolate caliente para cuando llegue a casa...-   dijo lo mas amablemente posible mientras veía en la altura las distintas opciones del local -Un café negro y un chocolate caliente para llevar, ¿algo mas?-  marcando algunos números en la registradora la cajera pregunto amablemente, mientras la mirada del mago se paseaban por los precios y platillos rápidos -Jumm... ¿tiene pizza? que estoy preguntando, si los precios estan frente a mi, ehmm... llevare una tamaño familiar, así me quedara para mañana, jeje...-  nuevamente consiguiendo algunas carcajadas de quien lo estaba atendiendo marco el precio en la registradora, antes de apartarse con una pequeña sonrisa mandando el pedido a la cocina, a los pocos minutos una caja de pizza termino en las manos del pelinegro junto a dos vasos cerrados con el chocolate caliente  y el café, saliendo de la tienda con una ligera despedida por parte de quien estaba atendiendo.

-No tarde mucho... el basurero sigue en el mismo lugar y los policías hacen la típica revision, tal vez explicando como se les escapo, las rutas de escape menos transitada y segura es...-  mirando en la misma direccion que los policías al momento de los disparos pro notando facilmente, un camino de personas molestas y marcas de caídas en la nieve -No es el mas seguro, pero sin duda en una persecución molestas al de atrás...-  acomodando la caja de la pizza en sus manos y algo aliviado por el calor que esta emitía siguió el rastro de desorden, ayudado con algunas indicaciones o mas bien reclamos de los transeúntes que fueron empujados -Y entonces el cuervo se comió las migajas que fueron dejadas por Hansel y Gretel...-  se paro unos segundos frente a o que parecía un callejón, las personas a los alrededores no eran principalmente de lo mas agradables, uno que otro borracho que usaba las esquinas mas repugnantes como una cama, apoyando mas la suciedad de sus prendas, pero sin una pizca de repugnancia el pelinegro se adentro en su interior, claro, estaba acostumbrado a un aroma mucho peor, a una imagen mucho mas violenta, a una sangre mas salpicada, la mente del pelinegro siempre a estado bajo control, atormentada por las voces de quienes pasaron por su arma pero aun así sin alterar su expresión, poco a poco recorriendo las oscuras pisadas del lugar encontró a quien buscaba,  era muy diferente a la actitud animada y risas estruendosas que soltó con los policías -Debo estar loco...-  dando unos pasos al frente y finalmente haciéndose notar frente a ella cerro los ojos unos segundos soltando un suspiro, pensando lentamente las palabras que diría -No es calidad ni lastima, es mas un regalo-  su expresión continuo seria al decir esto e inclinándose dejo la caja de pizza frente a ella con el vaso de chocolate caliente a un lado de manera que no se derramara -Tampoco estoy botando mi comida contigo, es una pizza entera, no le e dado ninguna mordida, así que... es toda tuya...-  este abrió la caja para demostrar que lo que estaba diciendo era verdad, la pizza estaba completamente nueva, el queso aun derretido, conservando el calor y el aroma de recién hecha, luego simplemente comenzó a retroceder, apoyándose en la pared frente a ella para darle el espacio suficiente, obviamente no queria incomodar y si era necesario podía retirarse del lugar, la verdad estaba rezando por que no actuara con violencia, ya que podría terminar disparando por inercia.

Se estaba helando y aquella sed y hambre que sentía en aquel momento no le ayudaba en nada, además de sentir su corazón agitado, latiendo con rapidez gracias a la adrenalina de hace unos segundos. Oculto su rostro entre sus rodillas ahora, abrazando sus piernas y escuchando atenta a sus alrededores, ni siquiera había observado a los vagabundos junto a ella. Escucho a uno lanzar una botella a la pared y gritar molesto por la ausencia de alcohol en esta, para después balbucear por lo bajo palabras incoherentes de un alcohólico en estado de embriaguez. A pesar de que le hubiese encantado simplemente dejarse caer en la tristeza por bastante rato, para después volver a su estado animado de siempre, debía de estar alerta a que no se les ocurriese hacerle algo. Volvió a levantar la vista, observando sus alrededores, fijando la vista sobre el hombre de unos cuarenta, de barba larga y cabello marrón que empezaba a presentar canas. Tenía un cuchillo en sus pantalones o eso creía Sara y su Kyubey, además de voces múltiples que atormentaban su mente, ahora mismo por ejemplo le estaban ordenando el matarlo y quedarse con el poco dinero que tuviese. Ella las ignoro como siempre, por suerte estaban hablando por lo bajo entre ellas, como un susurro suave en sus oídos. Arqueo una ceja y gracias a su mirada fija sobre el hombre, recibió unos cuantos insultos… producidos por su mente, por que en realidad este se había quedado dormido sobre el cartón- Me has dicho perra pero no tienes prueba alguna de ella borracho estúpido –Sonrió de oreja a oreja recostándose contra la pared, risas pequeñas y agudas ahora escuchándose. Cerro sus ojos pensando en cómo solucionar esos tres problemas tan graves que estaba teniendo ahora mismo, tomando ambos extremos de su abrigo y cubriéndose a si misma y a Fred, tratando de mantener el poco calor que estaba produciendo su cuerpo dentro. Sin embargo, parecía que hoy tenia suerte la chica, pues unos pasos se escucharon en aquel callejón, picando la curiosidad de la mujer que sin expresión alguna había girado su rostro para ver al nuevo desafortunado, notando en lugar de eso, a un hombre sospechoso debido a su vestimenta limpia, la caja de pizza en sus manos, y lo que parecía una bebida.

Lo siguió con la mirada sin pronunciar palabra alguna, después de todo no se encontraba de humor para soltar un chiste o bromear. Sentía un fuerte dolor en su estomago y en su garganta. Pero, al notarlo detenerse frente a ella, tomo con rapidez el bate preparada para cualquier cosa, un reflejo luego de años de vivir en la calle mas que nada- ¿Un… regalo? –Su voz sonaba áspera gracias a su sed, arqueando ambas cejas sospechosa, observando la comida en sus manos. La había dejado frente a ella, generando temor y a la vez algo de felicidad en ella, que con cuidado abrió la caja admirando su comida favorita dentro de la misma- ¿Cómo se que no esta envenenada? –Le susurro, recordando la maldad que tenían algunas personas con otras, probablemente buscando deshacerse de ellos. Aun a pesar de su pregunta, decidió empezar a comerla, primero dando mordidas pequeñas, para después comérselas de una manera rápida y sin modales, formándose una gran sonrisa en su rostro, hablándole mientras se atragantaba casi con la comida- ¡Muchas gracias!¡No sabes cuanto te lo agradezco! –Luego de acabar con la primera pizza empezó a tragar el chocolate con rapidez, quemando su lengua y su garganta, pero sin importarle, mas bien disfrutando del sabor y calor del mismo. Dejo el vaso vacío de cartón en el suelo sonriéndole- Vamos, toma una pizza también y cuéntame de mi salvador de hoy –Sonrió de nuevo feliz, mientras tomaba dos trozos y caminaba hacia el vagabundo que allí estaba pateándolo para despertarlo suavemente- Hey te perdono por decirme perra –Recibió una mirada de extrañeza ante esto- Pero, ¡Ten! –Le entrego la pizza, mientras ahora caminaba hacia otro señor aun mas mayor, entregándosela sin mediar palabra alguna y volviendo a su lugar junto al desconocido amable, volviendo a comer con rapidez- Sabes, la pizza es mi favorita, es como si… fueras un ángel o algo de ese estilo viejo –Acabo con la segunda, tomando de las siete que quedaban una tercera para Fred, que comió gustoso de la misma, mientras ella la sostenía y empezaba una charla con el- No he comido en días, y ya sentía que mi garganta empezaría a sangrar también por la sed –Empezó a reír suavemente poniéndose lo mas cómoda posible que podía en concreto- Ojala pudiera ofrecerte algo a cambio, pero no tengo nada que te pueda dar –Frunció su seño pensativa, el Kyubey ya había terminado de comer la pizza completamente lleno, subiéndose a su hombro observando fijamente al hombre, sorprendentemente estaba callado, junto a las voces, que se habían calmado gracias a que había saciado su hambre y sed.¡Cierto! Abrió sus ojos celestes como platos rascando su cabello a pesar de haber estado comiendo hace unos momentos- Se me olvido que tu tampoco has bebido nada Fred, perdona. ¿Tu ya bebiste algo amigo? –Se levanto de donde estaba acostada con cuidado de no botar a la criatura en su hombro, notando que los vagabundos estaban animados gracias a la comida que había compartido, abriendo el basurero viendo de reojo- Tal vez haya algo aquí… -Rebusco entre las bolsas sonriendo mientras sacaba una botella de agua casi helada por completo- ¡Yo quejándome y mira que tesoro hay aquí! –Rió de nuevo, destapando la tapa y dándole de beber a su mascota- Espero que esos policías no estén cerca de aquí, aunque creo que ya se fueron –Frunció el ceño, hablando en voz alta a pesar de la presencia del otro, lanzando la ahora vacía botella de nuevo a la basura, cerrando la tapa con fuerza y girándose a verlo fijamente, para luego sonreír- Probablemente tengas que hacer algo hoy, dudo que hayas venido a hablar con una chica pobre –Alzo sus hombros a la vez que sacaba sus manos riendo suavemente- Pero si no tienes nada que hacer, y soportas este olor podríamos continuar nuestra charla –Cerro su ojo izquierdo en un guiño, tomando las ultimas pizzas y dándoselas de nuevo a los dos vagabundos, y a lo que creía era un tercero.

Dejo la pizza sobre un cartón vacío a la vez que se ponía de cuclillas, sonriendo- Disculpa, no te había visto –Claramente, las pastillas se le habían acabado hace dos días y sus alucinaciones volvían rápidamente de nuevo. Se levanto de nuevo, caminando hacia su bate que yacía abandonado a un costado del basurero, pasándolo detrás de sus hombros y descansando sus brazos encima- Me llamo Sara, pero me puedes decir Psycho Cat –Guiño un ojo riendo ante aquel chiste- Sabes, por que suena a Psicópa-ta… en fin –Hizo un pequeño puchero pues probablemente no le había dado gracia como a la mayoría. Bajo la mirada al suelo pensando de que hablar- No hay mucho que contar de mi, mas que he vivido en estas calles desde que tengo memoria… una memoria difusa y rota –Giro su rostro hacia un lado- Y que he cometido actos malos, pero de defensa propia. Si gustas puedo contarte de mi, si te parece interesante –Tomo la base del bate, deslizándolo sobre la nieve mientras se subía al basurero moviendo sus piernas. La pizza que había dejado a su persona imaginaria ya se la había llevado una rata de alcantarilla- Aunque me interesa saber también de ti -Lo señalo con su arma, con cuidado de no lastimarlo por error- ¡Pareces interesante! Casi nadie es bueno con nosotros, y no me hubiera sorprendido si aquella comida hubiese tenido veneno, una vez vi morir a uno así… fue divertido y a la vez triste –Rio suavemente esta vez, pero sin humor alguno- La muerte es algo común en estos lares, así que aprendí a tomármelo con humor, no creas que es que de verdad me da gracia algo así –Sonrió de oreja a oreja, parando de mover sus pies y pasando a ver a los transeúntes por la calle, pensativa sobre de que hablar con aquel extraño si decidía quedarse durante un rato junto a ella.

-Jajaja, estoy seguro que hay mejores formas que el veneno... no te preocupes, esta completamente nueva, hasta sigue caliente...-  una ligera sonrisa se dibujo en los labios del calmado mago, como una pequeña esperanza en sus manchadas manos, cuando era pequeño, antes de los acontecimientos con su padre, tenia el inocente sueño de ser un héroe, ayudar a personas desafortunadas y hacerlas sonreir, lo estaba logrando por lo menos en esa ocasion, eso si, con la ayuda de a la persona que queria ayudar en esa ocasion, si había algo que el pelinegro no toleraba eran las injusticias cometidas por quienes debían velar por esta, y ver a los policías disparar sus armas a alguien que solo intentaba saciar su hambre fue motivo suficiente para ayudar a ese alguien -No tienes que agradecer, ver que te hiciera tan feliz es paga suficiente para mi-  el pelinegro estaba mas que satisfecho con los resultados de lo que había hecho, no lo había pensado, pero la chica se encargo de dibujar una sonrisa en las otras personas que habitaban el callejón, regalando sin mas varios pedazos de la pizza -Que suerte que compre la mas grande que había, jeje...-  este le dio un sorbo al café que compro para si mismo mientras contemplaba la escena de lo que sucedía, se sentía realmente satisfecho, casi como si el hubiera sido el que comió la pizza, solo se limito a beber del café con sus mirar en los alrededores -Estoy lejos de ser un ángel, pero intento acercarme de paso a paso a la meta-  bromeaba con esto ultimo, aunque con su expresión de verdad pareciera que lo estuviera intentando, si no fuera por las carcajadas remarcando lo de la broma, con los minutos pasando y escuchando atentamente a la chica termino su café, depositando lo en el mismo basurero en el que fue lanzada la botella de agua, había notado  lo mucho que destacaba en el lugar, pero su cara se camuflaba de cierta forma, la verdad es que el pelinegro llevaba un tiempo sin dormir, en especial en sus días libres, pues ademas de las enormes olas chocando contra el barco había pocas cosas que callaran sus horribles pesadillas, sueños oscuros en los que se repetían las muertes y gritos de sujetos que, aunque hicieran el mal, eran personas vivas, o por lo menos lo eran.

-No creo que los policías vengan, cuando seguí tu rastro estaban ocupados con el basurero y la conmoción que causaron con los disparos-  palabras sinceras pero que revelaban completamente el como había llegado a ese lugar, y por supuesto, empujándolo a dar una explicación -Pues si, te seguí todo el camino para encontrarte, así que eso muestra que no tenia nada que hacer, lo que hace tus palabras bastante ciertas, vine solo a hablar contigo al parecer-  rasco suavemente su mejilla al decir esas palabras, esperaba o mas bien pedía a los dioses por que no lo tomara a mal, despues de todo como podía decirle a alguien que lo seguiste sin quedar algo mal, aunque analizando un poco el como actuaba ella le dio a entender al mago que no tendria ese tipo de problemas, relajando un poco su postura -Veamos... que te podría contar... -  rascaba su barbilla antes de escuchar la presentación de la chica, sonriendo para decir el su nombre -Me llamo Ryu Mizuruki, aunque puedes llamarme solo Ryu-  se detuvo unos segundos cerrando sus ojos en una postura bastante seria, como la de un profesor o abogado antes de dar su argumento final y luego soltó una pequeña carcajada -Oh, como psíquico, o gato psicópata, eso explica las orejas de tu sombrero y la cola, jajaja, ahora tiene mas sentido-  largo a reír con una sonrisa que pocas veces mostraba, claro esta, se estaba divirtiendo con la forma de actuar de Sara, y el humor del mago era bastante simple, aunque muchas veces carecía de este, no paso en esta situacion.

-Bueno, no todos podemos vivir sin cometer actos malos, ya sea en defensa propia o por el bien de otros, es realmente dificil no hacerlos...-  este se acercaba al basurero en el que la joven estaba sentada no sin antes detenerse por el movimiento del bate, escuchando claramente el ser señalado como una persona interesante, con un pequeño movimiento de sus brazos a modo de apoyo termino sentado a su lado, con una sonrisa que fue dirigida hacia el cielo -Hagamos un trato antes de hablar sobre nosotros, no importa el acontecimiento que contemos, no nos juzgaremos como buenas o malas personas, no soy precisamente un santo y lo admito, e derramado sangre mas de una vez... pero... me agradas si... por lo que no me gustaria que despues de contarte algunas cosas termináramos en una pelea, solo... seamos dos amigos hablando de sus vidas, ¿que tal suena?-  extrañas palabras para ser de la boca de una persona como Ryu, pues eran verdad, al pelinegro le agradaba la interesante persona que acababa de conocer, pero tambien sabia lo turbio y oscuro que podía parecer su pasado ante los oídos ajenos, si no era por esta razon, el mago ya de por si tenia enemigos, enemigos que probablemente busquen su cabeza directamente -Empezare por el inicio... soy originario de aqui, de Tempus, mi padre era algo asi... como un cientifico loco...  no podría llamar mago o siquiera una persona a alguien como el... cometió... horribles actos por el avance de su investigación, actos que no tenían justicia, directamente mataba para intentar y aveces fallar, jamas pude tolerarlo y asi... yo mismo... jale el gatillo que acabo con sus investigaciones...-  en esto ultimo soltó un pequeño suspiro a ojos cerrados, su expresión no cambiaba pues los sentimientos eran algo que Ryu tenia totalmente dominados, que aveces escapaban, si, pero escapaban con el total consentimiento del pelinegro -Una asesina que estaba tras mi padre me acogió y crió, tal parece ese día yo termine su trabajo, como era de esperarse yo termine en el mismo trabajo que ella... un asesino, solo teníamos una regla, no trabajábamos para el mejor postor, si no para lo que fuera mejor para los demás, otros asesinos, traficantes, la mafia, vendedores de esclavos, esas eran nuestros principales objetivos... pero aunque fueran chicos malos... eran personas al fin y al cabo... últimamente... puedo escuchar sus voces gritando mi nombre cada vez que cierro los ojos...-  dirigio su mirada hacia la chica a su lado, estaba algo preocupado por como ella lo tomaría, pero sus intenciones no eran mentir, le diría totalmente la  verdad y luego dejaría a ella la decision final de como verlo -Actualmente estoy trabajando para la marina, soy un simple teniente, pero me sirve para redimir un poco todo lo que hice, mi sueño cuando era un niño era ser un héroe, hacer cosas como estas es algo asi como las pocas gotas de inocencia que me quedan... creo que ademas de ayudarte a ti me ayude un poco a mi mismo, perdon... de alguna forma me sentí demasiado bien...-  rasco unos segundos su cabeza con una sonrisa, mientras apoyaba su espalda en la pared detrás del basurero, mirando a las personas pasar por la calle.

Paro de observar a aquellas personas de vestimentas finas y abrigos pesados e cómodos que los protegían del frio. Sonrió aun así, no sentía envidia a pesar del hecho que ella vivía en aquella condición tan deplorable, pues no había estudiado nunca y ella misma se había buscado aquel estilo de vida. Se había arrepentido una que otra vez, pero el recordar a aquella pequeña que sufría constantemente le daba fuerzas para seguir sobreviviendo en aquel lugar, pasando hambre y sed, y viviendo a base de asaltar a las demás personas. Pero al menos podía pagar medicinas para su estado mental, y sentirse aliviada por unos cuantos días. Hasta que se acabase el dinero y las pastillas en el frasco, y se repitiera el proceso volviendo aquellas voces en un volumen alto, hablando a la vez, atormentándola. Bajo la mirada a sus patines desgastados, recordando los viejos días, en que había empezado a trabajar en su libertad, y los gritos de su padre detrás suyo. Rio suavemente, por el recuerdo, recostando su cabeza contra la pared mientras cerraba sus ojos, escuchando con toda la atención posible a Ryu, como se había presentado ante ella hace unos cuantos segundos- Disculpa si me quedo callada a veces, es difícil cuando hablas con mas de una persona –Sonrió abriendo sus ojos un poco, observando los tejados de los edificios que se hallaban en aquel callejón, el agua congelada cubriendo el concreto. Se había acostumbrado a este paisaje, había vivido después de todo siete años en aquellas frías calles viviendo como una criminal, y consiguiéndose su propia y pequeña fama entre los policías. Tal vez por eso la odiaban tanto, por que nunca lograban por un motivo u otro capturarla. Una pequeña sonrisa se asomo en su rostro, algunas voces empezaban a jugarle algunas bromas mezclando las palabras de aquel hombre, por lo que pensó bien lo que había dicho, buscándole el sentido lógico antes de responderle- Suena genial hablar sobre nuestros pecados –Guiño su ojo riendo, mientras cruzaba sus brazos con cuidado de no lastimar a Fred, que miraba fijamente a Mizuruki sin inmutarse, probablemente juzgándolo. Aun no había aprendido de la forma relajada de ser de Sara, que hacia lo opuesto, comprendiendo muy bien a la mayoría de personas.

La mirada de ella se fijaba sobre los ojos ajenos, escuchando con atención a Ryu, esperando no equivocarse imaginándose alguna palabra, y que las voces se mantuviesen calladas, en un murmullo suave y bajo- ¿Otro compadre de Tempus eh? –Hubiese seguido hablando, después de todo no le gustaba quedarse callada, pero por respeto a la persona que le había dado comida y algo de beber en una situación tan deplorable, se había guardado el resto de palabras que acompañaban a esa pequeña frase a modo de pregunta exclamada por ella. Pero algo la impresiono, la confesión del asesinato de su propio padre, pues no se esperaba algo así de alguien que parecía completamente normal. Aun así, guardo silencio, no mostro señal alguna de impresión, para no incomodarlo y hacerlo sentir mal. Ella después de todo no era quien para señalar. Observo el bate que colgaba de su mano derecha, colocándolo sobre su regazo, ya empezaba a oxidarse- No te preocupes, yo misma también he hecho cosas horribles –Se quedo pensativa, mientras las voces emocionadas por la memoria incrementaban, murmurando sentimientos negativos, odio, sangre, tripas, la ira que los ojos de Psycho mostraban en aquel momento mientras aplastaba el cráneo de su violador con el bate. Un escalofrió la recorrió, provocando que se cubriese mas con su abrigo. Volvió a retomar el hilo de la conversación, curiosa al escuchar la mención de las voces, acallándose las propias por unos momentos- Voces, créeme tengo serios problemas con eso desde mi adolescencia –Le sonrió amablemente al notarlo observarla, esperando aun a que terminara de hablar para soltar todo lo que quería compartir con el sobre ella misma, y su punto de vista por lo mencionado. Rápidamente negó con sus manos a la vez que con su cabeza moviéndola de un lado a otro mientras hablaba apresurada- ¡No pidas perdón! ¡No pidas! Que entiendo perfectamente –Rio esta vez algo escandalosamente deteniendo sus movimientos, provocando miradas molestas del par de personas que se hallaban allí además de ellos, el alcohólico pareciendo que se levantaría por unos momentos, pero decidiendo no hacer nada mas que refunfuñar por lo bajo, pues agradecía la comida que le habían dado- Oops, me emocione un poco –Sonrió de oreja a oreja rascando su nuca con su mano libre- Bien, es mi turno de abrirme ¿No? Solo digamos que no me interesa lo que hayas hecho, pareces buena persona, y si fueron tipos malos se lo buscaron así de sencillo –Guiño su ojo- Así como yo algún día pagare por mis propios actos… -Susurro lo ultimo bajando la mirada, ya no podía mantener su vista fija en el- Bien, ya sabes me llamo Sara, Sara White, vagabunda 24 horas a la semana –Rio de nuevo alegremente por su chiste, una pizca de tristeza escapándose aun así- Bah, empecemos esta historia mía –Recostó su cabeza de nuevo contra la pared cerrando sus ojos, Fred se movía agitado en su interior, a la vez que la regañaba por abrirse ante un tipo que probablemente pudiese arrestarla en el sitio, no confiaba en el gobierno y mas cuando ella era una criminal buscada. Aunque no fuese su culpa.

-Si no me equivoco tengo 20, 22, 23, por allí esta mi edad, pero hace mucho que no celebro mi cumpleaños –Se quedo pensativa planeando que decir ahora, las voces aun molestándola y interrumpiendo su tren de pensamiento- ¡Cállense! –Expreso molesta haciendo que el volumen de estas se redujeran a un leve murmullo- Mejor –Sonrió, no le importaba si el se asustaba por el repentino cambio de animo de ella en un segundo, pues si planeaba ser su amigo como había dicho debía de acostumbrarse a su personalidad, y a su fracturada mente- Si llegas a arrestarme luego de contar todo esto, no contare nada sobre tu pasado así que no te preocupes, solo espero que no me lleven a Arcadia –Guiño su ojo al abrir ambos para hacer esto, llevando una mano a su mejilla descansando su rostro sobre esta- Viví mi infancia en los barrios pobres de esta ciudad donde estamos ubicados ahora mismo, los ocultos donde las personas abandonadas vivimos lejos de la tecnología y esplendor de Tempus –Volvió a quedarse callada mientras recordaba, para después continuar con la mirada baja y perdida- Mis padres no fueron la mejor mierda de este mundo, mi madre vendía su cuerpo, mi padre solo beber alcohol podía hacer, y yo estaba en medio de todo aquello. Cuando mi mama me abandono a los… siete creo, mi padre se volvió aun mas agresivo, me fracturo un día mis brazos por haber salido a jugar con algunos niños de la zona, diciendo que había salido zorra como ella, bla bla bla –Movió su mano burlándose, volviendo a ocultarla en el bolsillo de su abrigo- En fin, mi primer asalto lo hice a los 11 por el hambre que tenia en aquel momento, aquellos chicos me habían enseñado a hacerlo, algo que me ha servido para sobrevivir hasta hoy –Sonrió, pero sus ojos carecían de aquel brillo peculiar que siempre llevaba- No es de mi gusto, el… lastimar a las personas y robarles de lo que han luchado por conseguir, ¿Pero que me queda si me estoy muriendo, pudriéndome en estas calles? –Suspiro rascando su cabeza de nuevo, un reflejo nervioso- Me escape a los 13, estaba harta de las mierdas de mi padre, y empezó una de las mejores y peores etapas de mi vida –Sonrió de oreja a oreja moviendo su bate de lado a lado- Bailando por las calles, cantando a todo pulmón, sacando a bailar a una bella dama –Se levantó de aquel sucio basurero obligando a su Kyubey a salir de allí y quedarse al lado de Ryu, bailando mientras su voz de volvía melódica- Era una damisela de clase noble, ¡Hermosa sin duda! Pero –Se detuvo, su voz volviéndose monótona mientras alzaba sus hombros parando de dar vueltas- Creo que… me confundí gracias a mis alucinaciones y creí que me había pedido que le gritase su nombre al oído. Un pedido extraño pero que pensé normal ¿Por algún motivo? En fin –Se recostó contra la pared- Luego fui violada incontables veces por borrachos, drogadictos, personas viejas. Por algún tipo de milagro no termine preñada. Al ultimo de ellos, claro… no le fue muy bien –Observo a Mizuruki, tomando su bate con fuerza mientras se acercaba a la caja ahora vacía de pizza, alzándola y golpeándola con la arma, haciendo que impactara la pared- Su suave cráneo reventó con el golpe y su vida llego a su fin. –Colgó el bate sobre su hombro observando la caja caer al suelo- La primer persona que asesine. Pero se lo merecía –Alzo sus hombros mientras se deslizaba hacia el basurero dejando un trazo atrás hecho por los patines en la nieve, volviendo a tomar asiento. Se quedo callada observando de nuevo el techo de los edificios, y el agua atrapada en su forma fría y solida- Creo que no hay nada mas interesante de mi. Además de lo que te he contado –Sonrió de lado- Y que soy una criminal buscada. Por eso puede que los policías me hayan identificado y hayan reaccionado así, quien sabe –Alzo sus manos para después colocar el bate a un lado suyo, presionando con su mano sus dedos, provocando un pequeño sonido en sus huesos, tronándolos- Esta bien si quieres atraparme aquí y ahora como te he dicho, tal vez te sirva para tu trabajo –Alzo ambas cejas- Después de todo, el infierno que vaya a pasar en la prisión no será nada que no haya ya experimentado. Al menos tendré comida y donde dormir, y me harán ducharme… obligadamente –Rio suavemente, pues no podía ducharse en una temperatura tan helada- con agua helada o hirviendo. Hablando de bañarme, hace mucho no lo hago, creo que han pasado meses, la ultima vez tuve que meterme a un apartamento por una ventana abierta, por suerte el dueño no estaba allí y no tenia ningún tipo de perro guardián o robot cuidándola. No me gusta ducharme, pero estaba completamente sucia, y lo necesitaba de emergencia antes de que yo misma me pusiese a vomitar en todo el camino. –Se quedo finalmente callada, cerrando sus ojos relajada por aquella placida conversación, mientras Fred volvía a su regazo recostándose sobre este.

-Tu... no eres una criminal Sara, no lo eres, da igual los robos o las cosas que hiciste en las calles, tu eres una victima de este deplorable mundo, no tienes que pagar por pecados, con todo lo que has tenido que pasar... no tienes que pedir perdon a dios, dios debería de pedirte perdon a ti por no ayudarte...-  el pelinegro soltó un largo suspiro al escuchar sus palabras, mientras buscaba entre su abrigo lo que ya era conocido como su típica cajetilla de cigarrillos y mechero, prendiendo el pequeño cilindro con facilidad y posando lo sobre sus propios labios, dando una calada a este y destacando en el lugar lo que era un pequeño punto rojizo, contrastando con la oscuridad del callejón y lo que ofrecía el cielo nocturno, el humo se levantaba por los cielos hasta desaparecer en nada mas que segundos, mientras el mago se apoyaba en una de las paredes de los edificios que los rodeaban, evitando el tropezar con alguno de los demás vagabundos que dormían en el lugar, antes de dirigir nuevamente su mirada hacia Sara -Jamas te arrestaría, no a ti, es mas, si alguien intentara arrestarte de seguro me pondría en medio para que escaparas, no te lo mereces, las calles te han ofrecido lo peor de ellas y quienes se supone deberían velar por la seguridad de los habitantes de Tempus gastan sus balas en dispararte por que sacaste algo de basura, de verdad me molesta lo que hicieron...-  dando nuevamente una calada a su cigarrillo solto una ligera nube de humo desde su boca, desapareciendo entre la fria noche de la ciudad, estaba realmente confundido en ese momento el ya conocido mago, pues no encontraba palabras para decir frente a Psycho, ella no se merecía ese trato, nadie se merecía estar en estas deplorables condiciones y mucho menos una inocente niña por culpa de sus padres,  y el ya sabia de malos padres, poniendo al suyo como ejemplo, un asesino que no le importaba la edad de su victima si ayudaba a su investigación, entre una mezcla de emociones e identificación por Sara buscaba la forma de ayudarla, pensando en algo que si bien era dificil, no tenia problema con decirlo.

-Puedo hacerlo... puedo sacarte de las calles Sara...-  sentencio con un rostro algo mas serio de lo normal, tomando su cigarrillo entre sus manos para hablar con mayor comodidad, avanzando unos pasos hacia ella -Tengo un departamento en esta ciudad, no es la gran cosa pues solo vivo yo en el, pero es cálido, seguro y sin duda mas cómodo que el suelo de las calles... lo que intento decir es... que podrías venir a vivir conmigo, de verdad te mereces algo mejor que esto, y si te preocupa mi presencia pues no es problema, por mi trabajo aveces debo de quedarme en alguno de los barcos o estar en estos todo el dia, por lo que tendrias el departamento para ti por la mayor parte del tiempo...-  este se aparto unos pasos, midiendo lentamente cada una de las palabras que dijo, algo confundido pues sin duda en su sano juicio jamas se le ocurriría compartir el lugar en el que vive con otra persona, principalmente por los enemigos que lo pueden estar buscando, pero sentía que debía hacerlo, el pelinegro no podía dejar de pensar en ayudar de alguna forma de Psycho -Aunque... es una propuesta dificil... no soy mas que un extraño jugando a ser un angel, queriendo solo ofrecerte lo que este mundo jamas si quiera asomo en cada piedra del camino... pero es totalmente tu decision,  si quieres puedes rechazar mi oferta, no me molestare, pero no podre dormir tranquilo sabiendo que alguien como tu esta en estas calles...-  en ese momento y casi como un arrebato uno de los borrachos que se encontraban algo mas apartados como para recibir pizza tomo un basurero con toda su fuerza y lo lanzo en direccion a Psycho mientras gritaba -¡Que lindo! ¡¿pretendes ser un heroe solo para ella?! ¡¿Que hay de nosotros?! ¡¿No nos merecemos un departamento donde pasar la noche?!-  consumido por la envidia de la propuesta hecha por Ryu este se encontraba en un torrente de odio, dirigido a la unica que recibió estas buenas palabras, pero claro, el mago no podia quedarse tranquilo con esto, poniéndose de pie frente a Sara recibió el impacto del basurero en su brazo izquierdo, impulsando este a un lado y avanzando hasta el violento borracho, poniendo el frio metal de su pistola en su cuello mientras expulsaba una bocanada de humo por todo el rostro de este -Por personas como tu es que quiero sacarla de aqui... ¿crees que le ofrecería un lugar donde vivir a alguien que responde de esta forma? dame una razon, solo una razon para no jalar el gatillo y librar las calles de escorias como tu que solo buscan beber y aprovecharse de los demás...-  sus palabras eran serias, pero ciertas, dando en cada clavo y provocando que el rostro del agresor se tornara as enfadado, pero sin ningún movimiento, pues la pistola seguía firmemente apoyada en su cuello -¡Esta bien! ¡Adelante! haz que esa perra salga de este basurero, de seguro no tardara ni un minuto en robar todo lo de t--  su voz fue cortada completamente, un golpe en seco se dirigio a su cuello con lo que era la culata de la pistola, dejándolo inconsciente en el suelo de un solo golpe -No puedo ofrecerle un hogar a todos... pero no tolerare que hablas mal de ella, pues ya la e tomado como mi amiga...-  dijo sin mas, apagando su cigarrillo contra la nieve del suelo.

La sorpresa expresada en el rostro de Psycho se podía notar desde todos los ángulos, sus ojos abriéndose observando a Ryu fijamente. Lo escucho atenta, para luego bajar la mirada callada. Aquella propuesta la había dejado noqueada, sin saber que decir, de repente sintiéndose muda, sin voz que le perteneciese tampoco. ¿Un hogar? ¿Comida? ¿Quién le daría algo así a una vagabunda en la calle sin recompensa alguna? Frunció el ceño mientras acercaba su mano a su bate tomando- Hablas de eso como si fuese tan fácil –Salto del basurero impulsándose con sus palmas, caminando hacia el- ¿Qué pretendes con eso? Solo soy una chica cualquiera que haz conocido hoy, que mi historia no te de lastima… no ocupas arruinar tu vida –Suspiro negando rápidamente, tratando de no molestarse por las voces que empezaban a incrementar ideas paranoicas- Aunque deje de robar, hombre… sigo siendo una criminal, buscada constantemente por los de la ''Justicia'' que de nada tiene… yo, n-no se –Suspiro de nuevo mientras se rascaba su cabello nerviosa, el vapor mostrándose gracias al frio. Claro que le encantaría aceptar, pero no era estúpida, los años de experiencia en aquel juego llamado vida la habían hecho lo suficientemente precavida, una cosa era el recibir comida y otra el tener donde dormir, un lugar al que llamar casa. Si, era confiada y alegre, pero porque sabía que las personas malas o simplemente temerosas no se acercarían, se alejarían rápidamente en cuanto la observasen luego de un simple vistazo. ¿Por qué la ayudaba? No entendía, no creía que fuese para usar su cuerpo, y si pensaba eso acabaría con su vida en aquel instante con su fiel arma. Fred, atraído por los pensamientos oscuros de Psycho, había asomado la cabeza, observándola fijamente esperando a ver aquella idea ocurrir ante sus grandes ojos.

Iba a continuar dialogando con el pelinegro, para hallar el porqué de tan repentina decisión- Por supuesto que es difícil, somos de bandos diferentes, tu y yo ¿Sabes? –Señalo a ambos, para después bajar la mirada, no sabiendo cómo actuar ante sus palabras. Estaba pérdida, demasiado confundida. ¿Cuándo fue la última vez que había recibido tanta gentileza? ¿Su mente lo había borrado o simplemente nunca la había recibido? Llevo su mano derecha a su cabeza, sintiendo una mezcla de pena, felicidad, tristeza y furia- Vamos, que solo me conoces de unos cuantos minutos y ya crees que soy buena –Levanto de nuevo la mirada para observarlo fijamente a sus ojos, mordiendo fuertemente su labio nerviosa. Sin embargo, las voces empezaron a chillar en su cráneo, alertándola de una amenaza temporalmente desconocida. Se giró al escuchar los furiosos gritos de su compañero vagabundo, captando algo tarde el basurero siendo lanzado hacia su dirección, crujiendo sus dientes preparada para el golpe que rápidamente fue defendido por Ryu. Alzo la mirada hacia él, su confusión incrementando un triple y doble, su mente estaba por colapsar de tantos pensamientos diferentes- ¿Qué haces? –Susurro para después su rostro ponerse pálido.

Se acercó con rapidez hacia Ryu negando con sus manos, mientras de los nervios soltaba el bate. Las voces en su mente gritaban eufóricas junto a la enterrada voz de Fred que expresaba su interés- ¡H-hey uhm, esto es normal no te preocupes! –Los demás ignoraban la escena, por costumbre mas que nada y poco interés hacia lo ajeno. Sus manos empezaron a temblar, ella misma había asesinado antes, había asaltado y noqueado gente, pero no le parecía eso de asesinar a alguien que simplemente se dejó dominar por la envidia. Hubiera noqueado al hombre para evitar una tragedia, pero no podía, sentía que lo traicionaría por un motivo u otro. Trago saliva, mientras hacia lo único que podía hacer en aquel momento, que era observar. Se acercó hacia su bate enterrado en la nieve, acercándose de nuevo a Mizuruki, observando la arma, que gracias a otra ilusión para nada conveniente lucia con sangre, pensativa- U-uhm… -Murmuraba indecisa antes de volver a escuchar aquella rasposa voz del vagabundo, que empezaba a insultarla, provocando que Sara bajara la mirada, reconociendo su estatus como criminal. Aunque nunca apuñalaría por la espalda a alguien que la ayudase. Había sido acallado, para su alivio pacíficamente, quedando únicamente inconsciente sobre el cartón, las voces acallándose con velocidad junto al Kyubey, probablemente molestas en un tipo de berrinche- ¿A-amiga? –Hablo, su voz temblando con la inmensa confusión que tenía- Al menos no lo mataste… me asustaste –Rio suavemente mientras se rascaba su cabello nerviosa. El saber que había considerado el noquearlo la había hecho sentir mal, observando la ahora de nuevo limpia arma sin rastro alguno- Perdón –Dijo sin más, su voz con aquel típico tono bromista volviéndose serio, para rápidamente volver al normal- Bien, ¡Uff! Vamos a calmarnos un poco… -Esto la hizo quedarse callada, invadiéndola una risa inexplicable al imaginarse algún tipo de criatura azul estirando sus brazos. Se limpió la lagrima que se le había escapado de la gracia que aquello le había dado, voces resonando después riendo en un tono de burla hacia la chica- ¿Te imaginas a un bichito estirando los brazos así mientras dice eso? –Estiro sus brazos sacando su lengua, pensando en cómo acortarlo para que quedara más gracioso- Vamo’ a calmarno’ –Estallo en risas perdiendo la pose, olvidando lo que acababa de suceder de tan gran importancia- Bien, ¡Vayamos a dar un paseo Ryu! –Le dio una palmada en su espalda confiada tomando su bate con fuerza y dejando que su viejo amigo se introdujese en el abrigo protegido.

Se deslizo hacia la salida de aquel callejón, mientras alzaba sus brazos bostezando agotada sin reconocerlo- ¿Y de que raza eres Ryu? –Ladeo su cabeza hacia un lado mientras una sonrisa se escapaba- Yo soy un gato… bueno, ¡Eso me gustaría! Mas, soy una simple humana creo –Alzo sus hombros, honestamente nunca le había preguntado a sus padres- Al menos no soy un demonio o algo así, no me gusta hacer a los demás sufrir. Eso es injusto –Afirmo con su cabeza, un estereotipo obviamente marcado en su mente gracias al haber sido desde pequeña criada en Tempus. Las personas observaban extrañadas por unos momentos antes de volver a los pensamientos de su día a día. Psycho no sabía hacia donde se suponía que se estaba dirigiendo, únicamente bajaba y bajaba calles. Le informo de esto al hombre a su lado- Sabes, no sé a dónde se supone que vamos, ¿Divertido cierto? –Rio con una sonrisa grande marcada en su rostro- Veamos hasta donde nos lleva el destino… amigo –Hizo una mueca sacando su lengua y cerrando su ojo- No creo en esas cosas de la amistad y eso, pero voy a confiar en ti, ¡Un poquito! –Hizo un gesto con sus dedos para simbolizar aquella medida. Creyó escuchar luego de un rato el tren de vapor, pero ignoro el pitido al recordar que tal transporte probablemente había sido descontinuado por Tempus, desechando lo antiguo por lo nuevo, viejo por lo nuevo, apenas pasado de moda por nuevo. Tenía que reconocer que aun así los vagabundos como ella eran pocos en el lugar, gracias a la escases de desempleo, el problema es que ella no sabía hacer absolutamente nada, y las pocas veces que se había armado de valor para tratar de conseguir uno terminaba rechazada una y otra vez. Humillación tras otra de las cuales nunca se olvidaría, pero era su pequeño secreto, el que había tratado de ser alguien decente. La realidad era que no era buena como decía Ryu, ella era una criminal buena para nada, demente y juzgada. Paro de hablar en cuanto empezó a indagar en aquellos pensamientos, cabizbaja mientras la confusión de la propuesta de Ryu volvía a invadirla de nuevo lentamente.