"Cacería de un Duramboros" - Misión especial rango 3 - Jack T Ripping & Kougyoku Ren-

El sol comenzaba a mostrarse en el amanecer de la mañana por el reino de Tempus, y con eso mismo el Vicealmirante Jackson se levantaba de su cama dentro de la Base Marítima. Con un bueno humor encima, el joven de rostro quemado estaba listo para salir e ir por sus tareas matutinas del día. Con una aniñada sonrisa y una mirada pacifica recorrió la Base Marítima en dirección de donde recibía las órdenes del día. Extrañamente, esa mañana no recibió las mismas órdenes que acostumbraba, al parecer una misión especial había sido enviada directo desde Chaos, y había terminado como una obligación en las manos del tercer vicealmirante. Jack, muy orgulloso de su puesto en la marina, se puso rápidamente a trabajar en los preparativos de aquella misión, mientras terminaba de darle un vistazo al informe completo su objetivo.

Desconocía en gran parte el porqué era enviada aquella petición hacia un miembro de la marina, pero decidió ignorar lo mismo al notar que era una buena oportunidad de poner al Soulfire en marcha. Con la emoción de un niño al momento de usar su juguete favorito, el joven vicealmirante reunió a sus mejores marinos y les encargó subir provisiones en el barco, pues deberían viajar el Reino de Chaos, y dentro del mismo acercarse hasta el conocido Bosque Oscuro.

Poco tiempo después, el navío estaba listo para ponerse en marcha, con un grupo de marinos a bordo, y el vicealmirante como capitán, los últimos recursos eran subidos a la popa. La voz de un marino se pudo oír desde el puerto de la marina, un hombre pronunciaba el nombre del Tercer Vicealmirante, por lo que Jack no pudo ignorarle y se asomó por un costado de su barco algo preocupado y curioso.

Aquel marino traía consigo un informe, una minúscula cantidad de hojas metidas en un sobre color madera destinadas al joven Ripping. El pequeño noble de tan solo trece años envió a uno de sus subordinados a que buscara aquellos papeles y se los trajera para echarles un vistazo justo antes de zarpar hacia Chaos.

Una vez el tritón hubo echado un vistazo a aquellos papales no puedo evitar sorprenderse por lo que en los mismos se decía. Al parecer, una capitana de Spatium había obtenido la responsabilidad sobre la misma misión, volviendo a aquello una misión en conjunto por parte de dos reinos. Jack ya llevaba un tiempo extrañando a Spatium, por lo que le hacía algo de ilusión tener que ir a recoger a la capitana de paso por aquel magnifico reino. Sin embargo, no fue allí donde culminó la sorpresa o la alegría del joven peliazul, pues cuando leyó el nombre de aquella capitana quedó inmóvil por unos momentos. Kougyoku Ren, no tenía del todo claro quién era, pero recordaba una familiaridad de sangre con la familia Ren. Rápidamente, la mente prodigiosa del joven vicealmirante comenzó a pensar y la respuesta le llegó con velocidad. Kougyoku Ren debería de ser su prima, una prima lejana mejor dicho, alguna hija del patriarca de los Ren y por lo mismo de alguna forma familia de sangre del pequeño Ripping.

Hacía unos años ya que el vicealmirante había perdido a su familia, quedándose solo con su tío y maestro, y desde entonces no había conocido mucha gente nueva, por lo que la idea de conocer a otra noble pariente del mismo le ponía bastante feliz. El joven de ojos heterocromos alzó la vista y con una sonrisa acompañada de una mirada determinada dio una orden a sus subordinados marinos. – ¡Cambio de planes! Iremos a Spatium Urbanis en busca de la capitana Kougyoku Ren ¡Leven anclas y enciendan esos motores, pongamos esta máquina a volar!- Ordenó el peliazul, como todo buen capitán de navío comenzando a caminar por la cubierta asegurándose de que todo procedimiento para del despegue fuese bien hecho.

Momentos más tarde, el navío de madera, cargado con la más avanzada tecnología de Tempus había abandonado las aguas, manteniéndose en vuelo a varios metros sobre el océano, posición desde la cual se desplazaba con velocidad moderada, teniendo como objetivo la capital de Reino de los guerreros.

No era difícil para Soulfire recorrer un océano entero en poco tiempo, pues el mismo incluía propulsores, e incluso armas de guerra fuera del casco. Solo una hora tomó al joven de cabello azul atravesar el océano para llegar al Reino, y solo unos minutos más el llegar a las afuera de esa ciudad donde se suponía era el punto de encuentro con su prima, ahora compañera de misión.

Cuando la voz de un marino hizo saber a todos que había llegado, el vicealmirante dio la orden de que descendieran y coloran el gran barco sobre el suelo, en algún lugar donde no aplastaran nada. Así cuando el joven tritón comenzó a descender del Soulfire comenzó a buscar con su mirada a la muchacha que debía ser la capitana y su prima, la cual podría reconocer gracias a una foto adjunta al informe que le dieron.

Tomando una posición al frente de los marinos que le seguían el Vicealmirante pudo identificar a su prima por el particular color que esta poseía en sus cabellos, los cuales eran completamente iguales al color de sus ojos, cosa que hacía a la joven bastante identificable. Sin poder mantener la compostura de un vicealmirante, ni la educación de un noble, el pequeño tritón aceleró el caso y con una gran sonrisa sobre el rostro se presente frente a la muchacha con gran entusiasmo. – ¡P-prima! ¡Estoy muy feliz de saber que la familia Ren también tiene un miembro en el ejército! Y e-es bueno que podemos juntos ayudar ha-haciendo una misión para que la gente de Chaos no tengo tenga que temer al Duramboros – Jack tartamudeaba un poco, pero no por ser inseguro en sus palabras, era que la emoción de conocer a aquella chica le estaba ganando, tanto así que había dejado de lado todo protocolo del ejército para hablar con ella como si fueran familiares bastante cercanos.

Cuando Jack notó la forma en cómo se estaba comportando frente a los marinos, no pudo evitar apenarse, y echarse hacia atrás retrocediendo unos pasos para alejarse de Kougyoku. El tritón tomó aire y soltó un largo suspiro, intentando calmar sus emociones, pensando en cuanto debía hacer respetar el apellido de su familia. Encuadrando su cuerpo como si de cualquier marino se tratase, el almirante borró su sonrisa y se mostró casi frío. – Lo siento Capitana Ren – Afirmó con total seguridad, reconociendo que no había hecho lo correcto en soltarse de esa forma. – Ruego me disculpe por mí informalidad, esas actitudes no representan de ninguna forma a la familia Ripping, ni tampoco honran a la marina. – Agregó el tritón realizando un reverencia de arrepentimiento hacia la muchacha, manteniendo su voz sin titubear, manteniendo siempre en su mente los códigos que le habían enseñado en toda su vida.

Una marino que estaba tras el peliazul le alcanzó el informe, para que el joven tritón se lo diera a la capitana. – Aquí está toda la información que me dieron sobre la misión, espero que me disculpe, y que acepte abordar el barco para que podemos ser transportados hacia reino de Chaos en cuanto usted esté lista – Agregó el joven vicealmirante, realizando otra reverencia más hacia la capitana, maldiciéndose por dentro al haber roto tantos códigos de la nobleza, y sintiendo tan incorrectos su actos hacia la capitana.

Spoiler:

Después de que pasara un par de horas desde que apareció el sol, había venido a levantarme como era habitual mi asistente, el cual luego se retiro tranquilamente sabiendo que me levantaría para cumplir con mis obligaciones. Bostecé soñolienta y me senté en mi cama con los ojos cerrados, restregando con el dorso de mis manos estas. No me gustaba levantarme temprano, pero como noble que era, debía de cumplir con este tipo de cosas. Entonces cuando conseguí que el sueño se me fuera al menos un poco, pose mis pies en el suelo, el cual estaba algo frío, esto que hizo que los levantara de nuevo, después de un rato los volví a posar para acostumbrarme.

Cuando por fin abrí los ojos, observe todo a mi alrededor, como si tratara de encontrar algo nuevo en el lugar, aunque era inútil ya que todo seguía como siempre. Entonces aparte las mantas y me levante de mi cama, estirando mis brazos hacia arriba, como si esto me ayudara a despejarme más. Deje entonces de estirarme y di un par de pasos hasta donde había un tocador victoriano que parecía muy caro, me senté en la pequeña silla de este y me observe en el espejo, viendo como mi cabello largo color fucshia se encontraba suelto, pudiéndose notar lo largo y un tanto despeinado que estaba. Igual veía la ropa que portaba y era un kimono blanco sin ningún estampado.

Pensaba que hoy iba a ser otro día como cualquiera, haciendo lo que siempre hacía la mayoría de los días que no salía de mi hogar. Aprender modales y repasarlos, luego de eso, tendría mi entrenamiento habitual para tratar de mejorar o al menos no dejar oxidar mi esgrima.

Había cogido un cepillo de pelo igual victoriano y comencé a peinar mi largo cabello. No sabía porque, pero mientras me miraba en el espejo, me hacía sentir demasiado sola. Para tratar de despejar esto de mi mente, me apresure a terminar de prepararme y me levante de mi lugar ya peinada. En la parte de arriba de mi cabeza, se divide mi pelo en dos coletas unidas por un pasador que podía simular las orejas de un conejito dependiendo de como lo viera cada uno, luego deje el peine sobre la mesa del tocador. Me dirigí a mi gran armario y abrí las puertas, buscando con la mirada la ropa que usaba para andar por mi hogar. Antes de que cogiera tal ropa, escuche como alguien tocaba la puerta y luego escuche como la voz de mi asistente me avisaba de que debía debía decirme algo.

Sin más dilación, agarre mi traje el cual siempre usaba cuando salía de casa. Entonces me puse este a prisa, luego los zapatos negros que eran muy simples y salí rápidamente para ver que quería mi asistente. Esté nada más verme pareció no sorprenderle el que saliera rápidamente. Me informo entonces de que me habían encargado una misión, seria la primera vez que me encargaban algo así a mi. Igual me aviso de que un tal Jack T Ripping que era Vicealmirantede de Tempus, había escogido esa misma misión y seria quien debía de recogerme, igual era quien tenía toda la información de tal misión.

Iba a ir junto a alguien a hacer una misión. Tanto el hacer la misión, más lo otro, evidentemente me hacía feliz, así que no pude evitar sonreír de emoción y dar un pequeño brinco. Ante esto mi asistente había suspirado y cuando sonrió dándome espalda, alejándose un par de pasos de mi para luego detenerse, informándome de una ultima cosa que borro totalmente mi sonrisa.

Mis ojos estaban abierto de par en par, tratando de asimilar lo ultimo dicho. ¿Había escuchado bien? Me dijo que esa persona de Tempus que tenía que recogerme, era un primo lejano. ¿¡Realmente era un primo!? No podía evitar seguir tratando de digerir esa noticia, pues era la primera vez que me informaban de algo así.

No me contuve más y rápidamente salí de casa, para dirigirme al punto de encuentro. Durante todo el recorrido me quede pensando ante lo que dijo mi asistente. Evidentemente esto me emocionaba más que lo de la misión, pero de repente comencé a pensar como seria mi primo. —¿Cómo sera?— Me pregunte a mi misma en un susurro. ¿Era alguien alto y con porte serio? O ¿Sería alguien con una sonrisa amable y demasiado meloso? Ni si quiera podía evitar mostrar una sonrisa de oreja a oreja. Cuando llegué al lugar de encuentro, el cual por suerte me sabía para no perderme, observe a mi alrededor pensativa.

Al cabo de un buen rato, llegue a ver como aparecía un barco volador. —¿Ehh..?— ¿¡Un barco volador!? Abrí de par en par los ojos y parpadee un par de veces sin creerme eso. En efecto, era un barco volador que comenzaba a descender y se poso en el suelo. No salía de mi asombro hasta que alguien comenzó a hablarme y esto me alerto. Me fije de quien provenía esta voz y seguía teniendo la misma expresión de sorpresa de antes. Era mi primo, con cabellos azulados y cuando me fije en su rostro, sentí un pequeño escalofrió al ver la otra mitad quemada. ¿Qué le habría pasado?

Después de fijarme en esto, me sentí muy nerviosa al escucharle hablar, ya que realmente yo me sentía de la misma manera que él, hasta seguramente hubiera sido yo quien estaría tartamudeando, después de todo, para mi era difícil relacionarme con el resto de mi familia. Realmente estaba feliz de poder conocer a mi primo y el hacer una misión junto a él para ayudar a la gente. Aunque cuando se disculpo, me hizo sentir mal, ya que de la nada presento un porte algo frío contra mi, debiéndose esto a que era un noble y tenía tal cargo. Nada más recibí el informe, ni le eche un vistazo.

Vale, era normal, en la nobleza todo era así o es lo que me estaban enseñando pero yo no lo pude evitar y me acerque a abrazarlo con fuerza, teniendo cuidado claro esta con el informe para no arrugar este. Tenía miedo de que nada más conocer a mi primo, todo seria indiferencia o portes que estar mostrando ante los demás y no quería algo así. Ya muchas veces había reconocido de que aun no me creía yo misma ser de la nobleza. Pero tal como lo abrace, me aparte enseguida sonrojada por los nervios y evitando contacto visual con los demás, poniendo el informe en frente de mi rostro, leyendo de mientras esté. —Par-partamos ya.— Le dije rápidamente sin saber ahora como actuar en frente de él o los demás.

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'Tirada Suprema' : 25

Grande fue la sorpresa del joven noble cuando la pelirosa frente a él rompió todo código que pudiera existir logrando que el primer contacto entre ambos resultara ser un abrazo cariñoso. Jack no logró corresponder aquel abrazo, pero una sonrisa algo emocionada se plantó en su rostro, con completa felicidad, el peliazul guardó silencio por unos momentos, un nudo se había hecho en su garganta, sacudió su cabeza a ambos lados y dio la espalda a su prima al notar como le comenzaban las ganas de llorar, pero de felicidad. Era un noble, y como tal le habían inculcado orgullo desde su nacimiento, el joven de rostro quemado había volteado para evitar que la muchacha pudiera observar las lágrimas que se juntaron en sus ojos tiempo después, al borde de aquella felicidad que te hacía derramar sentimientos por los ojos.

El joven Vicealmirante intentó poner su más convincente voz de decidido desatando aquel nudo en su cuello interno, alzó el mentón y observó su barco con una sonrisa mientras utilizaba el puño de su ropa para secar las pocas lagrimas que lograron escapar de su persona, siendo derramadas lentamente sobre las propias mejillas. – ¡Cla-Claro! ¡Hay una misión que cumplir!- Afirmó el joven de solo trece años, a lo que aquellos marineros, todos mayores de edad, obedecieron sin rechistar, subiendo al barco y escoltando a los dos jóvenes nobles hasta llegar dentro.

El viaje en el barco había sido tranquilo, el navío se alzó en al aire y así volaron en un medianamente largo recorrido hacia el reino del caos. Un viaje silencioso si eran descontadas las ordenes continuas que eran dadas entre los marinos para mantener el barco en perfectas condiciones, pues no era un modelo del todo automático para ser operado, por lo mismo, se necesitaba una cierta cantidad de gente aplicada y atenta para que todo saliera como era debido.

El joven de rostro quemado  se había mantenido observando a su prima desde lejos, con cierta vergüenza que enrojecía su rostro al mirar a la contraria, evitando a toda costa el contacto visual, o que ella notara como era observada. El pequeño tenía cierta curiosidad hacia su prima, pero la vergüenza también estaba presente, sin saber lo que ella pensaría de él, o si algún marinero considerara que el vicealmirante no merecía su puesto por ser tan blando y poco serio en sus actos cuando en una misión se encontraba. Por aquellas razones, había decidido mantener el silencio, y hacer cierta distancia con su prima al menos por el momento.

Cuando finalmente el barco hizo descenso sobre Chaos, cercano al Bosque Oscuro, el vicealmirante dio la orden de desembarque y con cierta vergüenza acercarse a su prima, para hacer el primer contacto desde que habían subido al navío. – Va-vamos a abrazo- Digo! Digo! Abajo! Va-vamos abajo Capitana Ren – Comentó el peliazul, confundiendo las palabras por lo nervioso que estaba, y mostrando un rostro completamente rojo a la par que realizaba un saludo militar intentando una disculpa. En cuanto terminó de decir aquello no esperó más y como todo niño nervioso corrió hacia fuera del barco sin poder decir otra cosa.

Una vez allí esperó a su prima, y cuando estuvieron juntos dio la orden a los marines de quedarse al cuidado del barco, mientras ellos dos se adentrarían al bosque, intentando dejar toda vergüenza de lado para mostrarse completamente seguro y determinado frente a sus subordinados.

El viaje dentro del bosque fue silencioso, con dificultad para observar en su interior, el tritón apenas hablaba con su compañera y familiar, desviando la mirada de ella cuanto pudiera. Las cosas cambiaron cuando el sonido de un árbol derrumbándose atrajo su atención y poniendo una mirada determinada afirmó. – Ese debe de ser el Duramboros ¡Démonos prisa Capitana!- Jack, sin darse cuenta de lo que hacía, tomó al muchacha de la muñeca de su mano y comenzó a correr hacia donde el sonido llevándola con él. Las intenciones del joven peliazul era tomarle para que no se separaran en la oscuridad del lugar mientras corrían, ni siquiera había notado el vergonzoso acto que cometía al tocarle sin permiso.

Cuando llegaron donde el árbol derrumbado el tritón soltó a su prima, e hizo un esfuerzo con su mirar para encontrar algo en aquella oscuridad del bosque, que a pesar de ser de día, poca luz se podía filtrar dentro del mismo. Apenas el peliazul pudo ver unas sombras moverse hasta que notó la inmensidad de las mismas y que con total agresividad se acercaban a su persona. Jack se afirmó sobre el suelo, sin saber cómo esquivarlo, rápidamente tomo la lanza de su espalda y la puso al frente, tomándola con fuerza comenzando a notar la forma de aquella oscuridad, dándose cuenta de que se trataba del enemigo que habían sido enviados a destruir.

No hubo forma de que el pequeño noble pudiera evitar ese daño, hizo lo que pudo para girarse y empujar a su prima con una de sus manos, así quitándola del alcance de aquel golpe. Todo el cuerpo de la criatura estampó al vicealmirante, que apretaba los dientes mientras fruncía el ceño intentando detener aquella estampida.

La criatura solo se detuvo al lograr estampar al joven peliazul contra una gigantesca roca, dejando al mismo hundido sobre tal. Jack sintió como cada uno de sus huesos había sido castigado, el cuerpo le dolía en su totalidad, apenas una minúscula parte del golpe había podido contener con su lanza. El tritón soltó un quejido al intentar moverse, dando un paso al frente mientras veía a la criatura alejarse, posiblemente pensando que el joven noble estaba muerto. Con el ceño fruncido, usó toda su fuerza para apretar el mango de la lanza lleno de furia, pero aquello solo ocasionó que la madera que lo formaba se partiera en sus manos.

Aquella arma había sido un regalo de su ahora desaparecido padre, quizás una de las pocas pertenencias que le quedaban de mismo. Su cuerpo había recibido toda la fuerza de la criatura en un solo golpe, mínimamente aquel lastimado cuerpo de niño pudo responderle, provocando que sus piernas fallaran y cayera arrodillado sobre el suelo del bosque, mientras sus heterocromos ojos se llenaban de lágrimas ante la reciente perdida.
El cuerpo le dolía por completo, con las pocas fuerzas que tenía soltó unas lágrimas que cayeron sobre los resto del arma rota, sus puños se formaron sobre el suelo, demostrando toda su furia, apretando los dientes y haciendo lo posible para no romper en llanto. Sin embargo, la cantidad de sentimientos en el corazón herido del noble le hizo alzar la voz en un grito de furia hacia el cielo.

Cuando abrió los ojos pudo ver nuevamente a su prima, podía tener el cuerpo en las peores condiciones, pero no iba a dejar que después de haber fallado de esa forma, volviera a fallar y dejase que la bestia lastimara a una de las pocas familiares que le quedaban.

El rostro antes lastimoso del joven se tornó en una mirada decidida, que con el ceño fruncido amenazaba al gran Duramboros, apretando los dientes y sacando energías de ningún lado para ponerse en pie y estirar su brazo derecho, cargando al mismo con la electricidad de su cuerpo, abriendo la palma para que una descarga eléctrica saliera en dirección a su enemigo. – ¡Maldita bestia! ¡Ven y acaba conmigo si eres tan fuerte! ¡No dejaré que vuelvas a romper algo que me importa! ¡Los nobles no tocamos el suelo, y si lo hacemos, siempre nos levantamos para terminar las batallas, así que ven, no me pararas hasta no haberme roto cada uno de mis huesos!- Los gritos del joven peliazul, cargados completamente de furia buscaban llamar al Duramboros, su orgullo le hacía imposible ignorar lo sucedido, pero mucho más importante, no iba a dejar que la bestia lastimara a Ren.

Spoiler:

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#1 'Tirada Rango 3' : 11

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#2 'Tirada Rango 3' : 5

Estaba tratando de ser fuerte, pero a veces me daban ganas de abandonar toda moralidad para tratar de abrazarlo de nuevo, mientras lloraba en el acto. ¿Era normal esto? Pensé que si, ya que después de todo, era mi primo, aparte de que apenas me acababa de enterar hace ya horas sobre que tenía uno y por suerte tuve esta oportunidad de poder encontrarme con él.

Aun seguía nerviosa por lo que había sucedido hace un rato, así que mientras el informe tapaba mi cara, aproveche a leer todo lo que ponía en este. Cuando terminé de leer todo lo que contenía, seguía teniendo el papel tapando mi rostro para que no me vieran la cara, aunque lo baje un poco para poder ver al menos que hacían, descubriendo así solo mis ojos. Justo cuando hice esto, solo pude llegar a ver la espalda del peliazul. Mientras me daba la espalda, pude llegar a observar como levanto su mano, pero desde donde estaba no podía llegar a apreciar bien que es lo que había echo con ella.

Sentí un poco de miedo al pensar que quizás le hubiese incomodado mi abrazo, después de todo, él también era de la nobleza y apenas solo habíamos intercambiado un par de palabras como para saber que es lo que podía pensar o opinar sobre mi. Pero al escuchar las palabras del vicealmirante, me hicieron sentir al menos por esos instantes un poco más calmada ante tales pensamientos que me invadieron antes. No quería darle una mala imagen a mi primo, pero tampoco podía evitar que mis emociones me dominarán la mayoría de las veces. Después de eso subimos todos juntos, siendo escoltados por los marineros del joven.

Ya cuando el barco se alzo en el aire y pude llegar a guardar el informe, todo parecía ir tranquilo. Realmente me hubiera emocionado ver como el barco despegaba, pues eran cosas que me encantaban apreciar con la vista, pero en esos instantes mi cabeza solo tenía en mente a cierta persona. O más bien, a cierto familiar. Cuando pensé esto ultimo, no pude evitar buscar con la mirada de reojo al muchacho. Por suerte este no me había mirado cuando lo observe, lo cual agradecí porque mi rostro seguramente se hubiera encendido más de lo que ya estaba, por ello en un intento de ocultar eso, levante mi mano para ocultar la mitad de mi rostro con la manga del vestido.

No me abandonaban los nervios y mucho menos la vergüenza de mis actos anteriores. ¿Qué pensaría él de mi después de eso? Esperaba que no me viera como alguien con falta de modales. Él parecía alguien más responsable que yo, tenía mucha dedicación, encima de que sus marinos aceptaban toda orden de él, haciéndole ver al chico como alguien muy capaz. En cambio yo, yo nunca he liderado toda una flota de soldados, cosa que ahora temía decir a mi primo por si me veía como una deshonra para el puesto que tenía. Ante esto no pude evitar suspirar de forma profunda, ya que en todo momento quería romper esa distancia que nos separaba y comenzar a hablarle, hasta preguntarle de muchas cosas.

Me preguntaba el echo del porque no se me acercaba, haciéndome pensar que realmente estaba muy ocupado dirigiendo a sus marinos o al menos el estar controlando de que todo estuviera bien.

Después de que pasara un largo tiempo. Por fin llegamos al sitio señalado, supe esto ya que el navío comenzó a descender. Hasta escuche como mi primo daba la orden de desembarcar. Pensaba moverme también, pero me mantuve en mi sitio al ver como mi noble familiar se acercaba hacia donde yo. De nuevo sentí como los nervios afloraron y más después de escuchar lo que había dicho al trabarse con lo del abrazo. Omití el echo de sonreír al escuchar su voz tartamudear de ese modo, pues era algo que a mi me pasaba muchas veces, aunque me causaba más bien ternura. Luego de eso, vi como su rostro enrojeció, aunque seguramente el mió estaba de la misma manera que la de él, después hizo un saludo militar a modo de disculpa y pensaba responder ante lo que dijo, pero salió corriendo antes de que pudiera decirle algo.

Hacía rato que había dejado de tapar la mitad de mi rostro. Me tome unos segundos para tomar algo de oxigeno y soltar este, para tomar algo de valor, también para que me ayudara a tranquilizarme al menos un poco, aunque no lo conseguía. Después de eso, fui fuera del barco y me dirigí hacia donde mi primo, escuchando de nuevo como le daba este otra orden a sus marines. Realmente parecía muy seguro de si mismo, en cambio yo, cuando pude llegar a pensar bien en la misión, me puse a debatir mentalmente de que esperaba no serle ningún estorbo en la batalla, después de todo, seria la primera vez que me enfrentaba a una bestia.

Nos habíamos adentrado en el bosque, el cual me daba mala espina, pensando de que saldría algún tipo de cosa de terror. Negué varias veces con la cabeza y trate de centrarme en mi objetivo, aunque a veces quien recibía más la atención de mi mente era mi primo, el cual recibía miradas por mi parte de forma disimulada, teniendo suerte de que no me topara con su mirada. Aunque gracias a que oí el sonido de un árbol derrumbándose, todas mis atenciones se vieron centradas en eso, pero luego toda la atención fue a reparar sobre mi primo otra vez. Que después de escuchar lo que dijo, tomo la muñeca de mi mano y salió corriendo, haciendo que yo le siguiese porque tiro de mi. Esto hizo que mis mejillas no dejaran de estar decoradas de un color carmín por que fue algo inesperado para mi, aunque realmente debería de estar centrándome en la misión.

Cuando llegamos a donde el árbol y soltó mi muñeca, me quede pensando que hacía horas que no le había dedicado algunas palabras a mi primo, aunque volví a golpearme mentalmente en estar pensando en eso, cuando se suponía que estábamos en mitad de una misión, así que trate de concentrarme. Trate de mirar a cada lado con lo que apenas podía llegar a ver por la poca luz, aunque realmente no llegué a ver nada, lo único que si sentí es que me apartaban de repente, lo cual me alerto esto porque cuando choque contra el suelo, me voltee rápidamente y mire horrorizada como aquel ser embestía a mi primo. Algo dentro de mi de repente se rompió, haciendo que mis ojos estuvieran abiertos de par en par y un poco opacos al presenciar eso.

¿Qué es lo que acababa de pasar? Apenas habíamos llegado y paso eso. ¿Esto eran los combates reales? Ni si quiera me había dado tiempo a reaccionar o mejor dicho, ni si quiera llegué a ver yo a la bestia y mi primo me había protegido. Baje entonces la mirada, haciendo que el fleco de mi cabello fucshia ocultara un poco mis ojos al levantarme lentamente del suelo. Pensaba en ir a socorrer a mi primo, esperando que estuviera bien, pero al escuchar su grito, levante mi mirada y mis ojos rosados volvieron a adquirir el brillo de siempre. Esto me hizo reaccionar, haciendo que mi ceño se frunciera demasiado, clavando mi mirada de forma afilada hacia aquella bestia.

Apreté los dientes entre si y tome el pasador que tenía en mi cabello. —Tu....— Este enseguida fue envuelta por agua, transformándolo en una larga espada azul. —¡No vuelvas a dañar a mi primo!— Empuñe esta llena de ira y corrí sin pensarme dos veces lo que hacía y fui directa hacia el Duramboros. —¡Vainel Arroos!— Grite. Creando un gran torbellino de agua y moldeando este como una lanza alrededor de mi espada. Después de dar un salto, trate de asestarle a aquella bestia con este ataque.

En mi mente solo cabía el echo de destrozar aquel ser por lo que le había echo a mi primo. Me había dominado de repente la ira, nublando todo lo demás que tenía en mente. Cosa que seguramente luego me sorprendería de mi misma por la manera en que había actuado. Aunque era como había dicho, mis emociones me acababan dominando a veces.

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'Tirada Rango 3' : 11

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#1 'Tirada Suprema' : 19

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#2 'Tirada Suprema' : 1

Notó que la bestia no había puesto resistencia alguna a su ataque eléctrico, sin embargo, la dureza de su piel, y lo bien que este cuadraba con el elemento tierra parecían hacerle resistir las corrientes eléctricas, a tal punto, que siquiera se inmuto ante el daño provocado por el tritón. Jack fruncía su ceño con furia, sintiendo la electricidad estática abandonar su cuerpo pocos segundos después. Sin embargo, aquel ceño fruncido se esfumo al notar a la pelirosa enfurecida, invocando una espada de agua para atacar a la bestia por haber dado el primero golpe al joven noble.

De alguna forma, una sonrisa se puso en el rostro del joven Jack cuando vio a su prima luchando por intentar defenderle, sus ojos volvieron a tener unas pequeñas lágrimas que le aguaban, y en su garganta un nudo se sintió apresado por unos pocos momentos. –Gra-gracias prima- Susurró con algo de pena el joven noble, de manera casi inaudible, mientras dejaba escapar unas pocas lágrimas de alegría, pues le suponía gran satisfacción el saber que su reciente conocida familiar se preocupara de él.

El tritón usó el puño de su mano para secar aquella agua de su rostro, y aquel nudo se alivió permitiéndole convertir su rostro en una sonrisa orgullosa, que miraba al duramboros con algo de enojo, pues no pensaba perdonarle por aquellos actos cometidos.

Con confianza en la capitana, el vicealmirante pensaba que esta no sería tumbada del lomo de la criatura, por lo que se mantuvo recuperando energías unos momentos. Sintió que su cuerpo aún tenía fuerzas, y por suerte, gracias a que su prima podría cubrirle, iba a poder recuperarse de los dolores para seguir luchando.

Sin embargo, el rostro orgulloso del joven noble se transformó en una afilada mirada con un ceño fruncido cuando vio al duramboros amenazar con pisar a su prima. Apretó los dientes, y casi olvidándose de su rota lanza por unos momentos, estiró el brazo derecho, para comenzar a tomar la humedad del ambiente, aquello se transformó en agua líquida que se reunió sobre su brazo derecho, generando un largo látigo de agua. En aquella forma, la cual era la técnica que el tritón prefería para su hidrokinesis, tenía un gran control y una capacidad bastante fluida para luchar.

-¡Aléjate de ella!- Gritó el tritón, con enojo hacia la bestia. Jack buscó llamar la atención de la criatura, dando golpes sobre su lomo con aquella agua, sin saber acaso si la dura piel de la criatura sentiría algún dolor ante tantas acciones, pues ni aquellos repetidos intentos del joven noble parecían distraer al duramboros de aplastar a la joven Kougyoku. Con furia el joven noble hacía su mejor esfuerzo para evitar aquello, pero no parecía dar muchos resultados.

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'Tirada Rango 3' : 15

Mi mirada se había afilado, haciendo que las pupilas de mis ojos se achicaran cuando fui a enfrentar a la bestia. Estaba realmente muy enojada por el echo de que el Duramboros había atacado a mi familiar. Estaba cegada por la ira, ni si quiera pensaba bien en lo que hacía, solo quería ir a defender algo que me importaba. Por lo cual había empleado una de mis habilidades para atacar a mi enemigo, que para mi sorpresa, le alcance en el lomo. Aunque realmente lo que me sorprendía era el echo de haber llegado a dar al Duramboros. Ya que yo a veces no tenía una gran confianza en mi misma en este tipo de cosas, aunque poco me importaba esta parte, lo único que quería lograr era el echo de tratar de atraer a la bestia, de ese modo dejaría en paz a mi primo, aunque no sabía las consecuencias que me causarían a mi persona al hacer algo así.

Justo cuando le llegue a dar, no mostré ninguna sonrisa de victoria ante esto, más bien quise tratar de volver a golpearle con mi espada una y otra vez. Sentía como la ira me volvía algo loca. Entonces, en el instante en el que levante mi espada para tratar de atacarle una vez más. —¿Qu..?— Ni si quiera pude llegar a terminar la exclamación, por el echo de que mi enemigo al girarse me tomo por sorpresa y esto hizo que saliera de encima de él, a lo cual no pude evitar abrir los ojos de par en par y caer contra el suelo, haciendo que rebotara en este una vez, como si fuera una pelota.

Cerré después de unos segundos los ojos un poco aturdida y cuando los fui a abrir, vi que levanto su pie para tratar de aplastarme. Sin pensarme dos veces más el asunto, trate de poner delante mía la espada para protegerme con esta, pero fue demasiado tarde, ya que antes de que pudiera hacer esto, llego a hundirme en la tierra, por lo cual abrí de par en par los ojos haciendo que escupiera bastante sangre al acto. Ni si quiera pude omitir en ese instante un grito desgarrador por el dolor que me causo esa bestia. Sentía mi cuerpo totalmente adolorido por culpa del impacto que recibí de esa pisada, hasta cuando me enterró algo en la tierra, creando un pequeño cráter en el suelo y hizo que muchas rocas afiladas salieran despedidas de ahí, haciendo pequeñas heridas en mi piel.

¿Cómo había pasado? Es lo único que resonaba en mi cabeza, puesto que en ningún momento me vi venir eso, ya que solo tenía el pensamiento de proteger a mi primo. El rostro y la mirada de ira que tenía antes habían sido totalmente remplazadas por uno adolorido. Pero si lo pensaba a fondo, me sentía feliz. ¿Porqué? Seria quizás algo tonto pero había conseguido atraer la atención de aquella bestia y eso me alegraba por el echo de que mi primo dejara de ser su objetivo.

Tampoco quería que el Vicealmirante me viera como alguien débil, obvio, por la razón de no dar una mala imagen de mi, a mi primo. Era una capitana y una noble. ¿Qué pensaría de mi si me viera de ese modo perdiendo? Quizás me vería como alguien patética, pero... ¿Realmente era así? Yo no veía a mi primo de esa manera, como para que él me mirara así, no, después de como lo vi actuar hace unas horas y del como había reaccionado para protegerme. Cosa que me había sorprendido, ya que nadie de mi familiar había echo algo así nunca por mi.

Evidentemente no iba a dejarme vencer así como así, pero estaba sorprendida por el reciente ataque, cosa que no me esperaba, después de todo, era la primera vez que combatía contra una bestia, pero... ¿Qué haría si este no se alejaba de mi? ¿Y si me seguía aplastando contra la tierra? Tendría que comenzar a pensar rápidamente alguna solución para tratar de evadir a mi enemigo, o si no me las vería muy difícil para salir de esa. Aunque tampoco mi cuerpo estaba echo para soportar ese tipo de ataques y menos de un ser con tal tamaño o fuerza.

Había cerrado los ojos fuertemente después de unos segundos, ya que todo me dolía. Saboreaba mi propia sangre, la cual me desagrado demasiado su sabor. Esta caía por las comisuras de mis labios, hasta por mi barbilla. ¿Me habría roto algún hueso? Temía moverme para descubrir esto, aunque seria normal si lo pensara después de tal impacto que recibí y ni si quiera lo pude bloquear de forma adecuada para tratar de apaciguar el daño.

Cuando escuche la voz de mi primo, esto hizo que reaccionara, pero mantuve los ojos cerrados por el reciente impacto, aunque apreté los ojos entre sí. ¿Estaba tratando de hacer que se alejara el Duramboros de mi? El echo de escuchar sus palabras, supuse que trataba de protegerme, ya que no tenía los ojos abiertos para tratar de divisar a mi primo. En mi garganta sentí como se hizo un nudo y luego de ello mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas y que a pesar de tenerlos cerrados, estos escapaban sin piedad alguna, haciendo que mi rostro se empapara, por el echo que anteriormente me había sorprendido de que alguien que fuese parte de mi familia, me protegiese de tal modo.

No podía moverme por el echo de que Duramboros me seguía teniendo atrapada en el suelo. Entonces apreté con algo de fuerza el pomo de mi espada, la cual en ningún momento había soltado a pesar de tal ataque. ¿Qué podría hacer? Mi enemigo me tenía bien aplastada como para que pudiera mover el brazo y atacarle con la espada, así que esto tendría que descartarlo y tampoco me veía tratando de morderle o dándole con mi cabeza para tratar de liberarme.

Yo no era alguien que tuviera tanta fuerza física y tampoco quería dejar en que se fijara en mi primo, claramente no quería ver de nuevo como le hacían daño, no de nuevo. Porque en ese instante en el que vi como lo envistió, sentí como todo hubiera perdido la razón de ser para mi. No quería volver a sentir ese sentimiento, era muy desgarrador para mi y era la primera vez que lo había sentido en mi vida. Por eso lo prefería así, prefería sufrir estas heridas, que sufrir el echo de ver como dañaban a alguien importante.

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El miembro 'Kougyoku Ren' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Rango 3' : 1

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#2 'Tirada Rango 3' : 3