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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
[Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Spirit Soul :: Spatium :: Templo arábico
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[Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
-Agradezco que en este desierto no haya gusanos gigantes bajo la arena, ni lluvia de meteoritos.- Miró hacia atrás al decir eso. Si Karura conocía el desierto del Chaos, ya fuera porque hubiera leído o hablado de ello, entendería sobre el asunto. El Sol estaba detrás de ellos, dirigiéndose a la dirección contraria, lo cuál era algo beneficioso porque no les daría en la cara directamente. Anduvo durante media hora y se aburrió de estar solo delante, por lo que redujo el ritmo hasta situarse junto a las chicas. Ellas habían tenido su ratito de hablar de cosas femeninas, cosas que seguramente él ni entendiera ni le interesaran, pues cada uno tiene sus cosas personales que comparte con quien quiere, muchas veces solo con gente del mismo sexo.
Era consciente de que cuanto más silencio hubiera, más larga se les haría la travesía, pero no sabía qué más decir. Si Karura no quería darle lo que fuera que tuviera, no podía hacer nada más, tampoco quería sacar ciertos temas que podían ser desagradables para alguno de los tres. Hablar sobre el trabajo era la opción que venía más "a juego", pero lo cierto es que no hay prisa, ni siquiera están en el horario, no hay por qué martirizarse con las responsabilidades, menos aún estando en una misión no gubernamental.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Cath y Karura se bajaron de la barca y cuando su marido la dejo bien atada empezaron a caminar. Andaron durante un rato hasta que su amado hablo diciendo que esperaba que no hubiese ni lluvia de meteoritos ni gusanos gigantes bajo la arena, eso se lo tomo como una alusión a su antigua aventura al desierto de Chaos y no pudo evitar soltar una pequeña risilla.-Eso fue una aventura un poco loca amor.-dijo acordándose de todo lo que sucedió en aquel lugar tan peligroso. Con forme los tres avanzaban el sol se iba poniendo y esto les daba un respiro, ya que el calor iba disminuyendo conforme al sol se iba poniendo y encima los rayos de luz no les daba en la cara, eran todo ventajas, pero en un rato no podrían caminar más, ya que tendrían que armar un campamento antes de que fuese de noche.
La cosa estaba siendo aburrida y el tiempo avanzaba lento, ninguno de ellos soltaba ni una sola palabra mientras caminaban y eso no podía ser, tenían que hablar de algo, aunque fuese una tontería. Caminaron un poco más y la valkiria se aclaro la garganta para poder hablar.-Chicos, creo que a lo mejor deberíamos caminar un poco más y ir preparando un campamento para descansar y seguir mañana, ¿no? A fin de cuentas no queda mucho para que sea de noche, ¿o me equivoco?-Dijo intentando proponer algo. No sabía que más podía decirles a parte de este plan, así que fue lo que les dijo, esperando que les gustase, aceptasen y más tarde pudieran pasarlo bien en la noche.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Había oído que se trataba de un lugar hostil, que trataba muy mal a sus viajantes; pero no se imaginó que hubiesen gusanos gigantes por debajo de sus dunas, ni meteoros que estallan contra la tierra; le pareció absurdo. Al tanto Catherine volvió a intervenir para sugerir un parón. Iba siendo hora porque el sol empezaba a esconderse en las cordilleras más distantes. Allá, en la dirección de la marcha, las estepas se prolongaban más de lo que alcanzaba la vista; las sombras se alargaban paulatinamente sobre el suelo resquebrajado, pareciendo muñecos negros, muy tétricos, de garras afiladas. Karura podía volver a mirar y disfrutar del paisaje, así que se echó para atrás la capucha de cáñamo.
—Es una buena idea —puntualizó la elfa.
Continuaron con la jornada hasta que los arbustos fueron aún más escasos y el suelo más blando, arenoso. Las dunas crecían en anchas colinas, coronadas por crestas delgadas. Al pie de las majestuosas formaciones se erigían los arbustos secos y achaparrados, de ramajes puntiagudos y coloreados de un gris cenizo. Si fuesen a acampar, mejor al lado de un oasis; pero por desgracia, no parecía haber ninguno en los alrededores. Cuando encontraron uno ya había caído la noche, y atenazaba el frío.
El lago estaba cubierto por una pequeña zona fertilizada, cubierta de hierba seca, salpicada de palmeras con el tronco grueso y hojas duras, verdosas. Se detuvieron en la ribera y acamparon allí. La tierra allí era más sólida, más húmeda, sostenida por las miles de raíces. Al alzar la cabeza se encontró con una pequeña cúpula de hojarasca y hojas de palmera que daba paso a la noche estrellada y luminosa. Se sentó en una piedra que arañaba el margen, plana y cómoda, y se dispuso a mojarse los pies descalzos. El agua casi helada le hizo cosquillas en la planta de los pies.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
-Que sueño...- Dijo para si mismo, aunque en voz alta. Estaba cansado, así que se sentó en la orilla, junto a las mochilas y se quedó observando el agua, Karura se mojaba los pies tranquilamente, pero él no tenía ganas. Imaginó que ambas querrían cenar, sobretodo Karura que llevaba el día entero desde el desayuno sin probar bocado, por lo que abrió la bolsa que tenía la comida, dispuesto a hacer algo bueno por ellas y tratar de prepararles algo con lo que había. Al menos con toda su buena voluntad, que luego pidiera ayuda era otra cosa, pero así no se acostaba tan temprano y podía hacerles un poco más de compañía. -A ver... Pescado o alguna lata.- Comentó metiendo la mano y buscando algunas latas para leer lo que contenían. Había cosas variadas, incluso algo de comida deshidratada, como verduras para hacer una sopa, cosa que le pareció adecuado, porque sabía cocinarlo.
-Sopa de verduras...- Miró a ambas mujeres, como si buscara aprobación, pero lo cierto es que tampoco podían permitirse elegir y desperdiciar nada. Akatsuki quería pensar en otra cosa para calentar agua que no fuera la cocinita de gas, pero si lo pensaba bien, aparte de ser el único método, tal vez cocinaran solo tres o cuatro veces, puesto que no irían ni locos a pie hasta Fedder, por no decir que esa travesía era imposible sin vehículo. -Y podemos hacer pescado también, así os llenáis y racionamos todo lo que hay en tres o así.- Sugirió. Si sobraba daba igual, pero si lo gastaban mejor, porque una vez llegaran a Fedder, podían ir a un restaurante como dios manda y que comieran algo delicioso.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Después de eso se recostó contra la palmera, la cual no estaba muy lejos de ellos, por no querer interferir en el descanso de los otros, a parte, se sentía cansada también y eso era una pequeña oportunidad para la joven de quedarse al menos descansando cinco minutos. De repente oyó la voz del incubo hablando sobre la comida y en ese momento dejo de estar bajo aquel ser de origen vegetal y fue a ver que era lo que quería. Empezó a hablar de que podían comer, en primer lugar dijo sopa, cosa que no le desagradaba y que sinceramente prefería antes que la segunda opción, el pescado. Prefería la sopa al pescado ya que al ser un alimento que desprendía más calor que un par de peces, entrarían un poco en calor, ya que las temperaturas del desierto, por la noche eran frías.
-Yo te diría que sopa, nos calentara más el estomago para poder soportar el frio de la noche, pero si Karura quiere pescado, pues no me opondré.-Comentó mientras iba a buscar la cocinilla para traérsela al incubo. La dejo a sus pies y se preparo para ayudarle para el plato que quisiese cocinar, ella simplemente le ayudaría.-Tu dirás que vas a cocinar, yo estoy aquí para ayudarte a prepararlo.-Comentó remangándose un poco la camisa lista para actuar.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
—No tardaré mucho —les prometió.
No encontró nada fuera de lo lugar en el pequeño bioma. El arbusto seco cubría la tierra maltratada por el calor y la falta de precipitaciones. Se alzaban unos espinos puntiagudos, de aspecto duro y achaparrado. Luego el lago discurría en un pequeño río que seguía en dirección noroeste y parece que desaparecía en un manantial inusual: una piedra se alzaba por encima de un charco de agua cristalina, donde se reflejaba la luna. Por un agujero que parecía una boca oscura, muy profunda, brotaba el agua. Fue hasta allá para encaramarse en la piedra y beber un poco. La corriente le empapó el cabello, toda la cara, y parte del uniforme; aún así quedó saciada. Llenó una cantimplora que se había traído de Spatium hasta colmarla, y luego, al girarse para volver, se detuvo en seco.
Apoyado tranquilamente sobre una rama había un animal que le llamó mucho la atención, y sabe sólo el dios de aquel mundo como consiguió llevárselo en el brazo derecho para enseñárselo a sus dos compañeros al llegar al campamento. Un olorcillo delicioso impregnaba el aire y le hacía rugir el estómago. Karura llevaba tras de sí la derecha, como si escondiera algo.
—Mirad lo que he encontrado.
Era un camaleón que se le aferraba en el antebrazo, balanceando su cabeza, atribulado. Tenía la piel escamada del color del azabache negro, cruzada por estrías azuladas y oscuras. Karura juraría haberlo visto verde, del color de una hoja tierna de eucalipto. Nunca había visto a tal animal y por eso, se maravillaba al verlo. Lo contempló durante un buen rato ante la estupefacta vista de sus dos acompañantes; luego, dejó que se posara sobre una de las ramas. El camaleón empezó a escalarla con sorprendente indiferencia.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
-Saca el pescado, que vais a tomar las dos cosas.- Le dijo a su esposa, vertiendo algo de agua en una especie de cacerola ligera, especialmente para viajar, no era demasiado grande, cabía en una mano y era plateada, con un brillo intenso, se notaba que era nueva, además tenía dos asas a los lados. Cogió los paquetes de verduritas que ya había sacado antes mientras miraba y se preguntó si debía echarlo ahora o esperarse, pero imaginó que en cualquier caso, eso quedaría cocinado y comestible, por lo que abrió uno de ellos y lo vació en el agua templada. -No tengo ni idea de cómo se hace el pescado, creo que eso nunca te vi hacerlo.- Le dijo a la valkyria pensativo. Él no lo recordaba, seguramente estaba a otras cosas mientras ella preparaba eso.
-Bueno, esperemos a que se haga la sopa primero.- No sabía si tenían algo como tenedores o cucharas, pero no estaba de más rebuscar en la mochila. Siempre se lo podían beber, porque no en todos los casos se podían llevar cubiertos, se podían hacer todo tipo de apaños. Encontró algo útil para que pudieran comer, además de remover lo que había. Las verduras habían soltado su color y se desprendía un olor realmente delicioso, incluso le daban ganas de comer también, pero prefería no hacerlo por la inutilidad. -Anda, que cosa más rara.- Dijo al ver que Karura volvía con un animal en el brazo. Él tampoco lo había visto en su vida, pero le resultó curioso como tenía el mismo color de piel que la elfa, pero al no haber visto cómo cambiaba, pensó que era así.
-Tiene los ojos, un poco... Bueno, no importa, ven, siéntate para cenar.- Le hizo un gesto con la mano y retiró el recipiente caliente con la sopa. Dividió la cantidad en dos cuencos, aunque había pensado que una de las dos usara la cazuelita, pero daba igual en realidad. Le entregó tranquilamente su bol a cada una, humeante y apetecible, con las verduras blanditas y llenas de sabor, incluso ya condimentadas, tal vez no al gusto personal, pero al menos no estaba soso. Se desentendió un poco con el pescado, porque no tenía ni idea de qué hacer con él, estaba seguro de que meterlo en agua caliente no era suficiente para cocinarlo bien.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Su esposo ya comenzó con la elaboración de la sopa al echar algo de agua en una cacerola pequeña y ligera y después de eso le hecho un sobre de verduritas que ya traía un par de verduras cortadas listas para hervir.-Lastima que no le podamos echar ni sal ni fideos a la sopa mi amor.-Dijo mientras veía como el incubo dejaba la cacerola para preparar el delicioso alimento.-En cuanto al pescado no te preocupes, conque lo pongamos a hervir con un poco de agua se podrá comer, pero habrá que tener un poco de cuidado con las espinas.-Comentó mientras miraba el fuego calentar la sopa, oía el burbujeo del agua y olía la fragancia que desprendían las verduras, iba a estar rico, o al menos eso suponía ella.
Al rato vino Karura con un camaleón, un animal muy extraño sin duda, ya que ella solo lo había visto en libros y en programas de la tele, había tenido suerte de encontrar uno.-Oh, es un animal muy bonito Karura, pero déjalo por un momento, la sopa ya esta echa.-Dijo complementando a lo que su amado dijo. La cena ya estaba lista y aunque estuviese curioso el animal, ahora mismo no era el momento. Cuando su amado repartió los cuencos con la comida agarro uno y lo dejo en una roca bien apoyado para que no derramase y metió los peces en la cacerola vacía para poder cocinarlos.-Bueno, ahora que los peces se están haciendo podemos comer tranquilos para poder descansar después.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Comieron plácidamente y después, se acabaron el pescado hasta dejar sólo las espinas. Karura comía como un gorrioncillo, y sólo daba pequeños mordisquitos que permanecían mucho tiempo danzando en su boca. Apagaron el fuego cuando fueron a dormir. Karura prefirió dormir a la intemperie, con la esterilla rozando la palmera más cercana al lago. A pesar de haberse acostumbrado a una mullida cama, no tardó en caer rendida, y zambullirse entera en sueños profundos, tan oscuros como sus esperanzas.
Cayó en la cuenta que, después de unos minutos —sin llegar a saber exactamente cuántos—, se encontraba en un lugar diferente. La esterilla era ahora un parquet de madera astillado y viejo. Sintió el hedor acre de la humadera que expelía un edificio en llamas, a punto de ser consumido por el infierno. Se levantó estrepitosamente y los ojos se le quedaron abiertos, como platos. Delante, erecta, se alzaba una figura de una mujer morena, de cabello albino, mirada afilada, y ojos almendrados tan ambarinos como los de ella. Tenía un brillo familiar y profundo que juraba haber conocido antes. Las orejas largas y puntiagudas. Era voluptuosa, con un cuerpo mucho más curvo que el de ella; los pechos eran dos óvalos dulces, muy grandes, oscuros, cubiertos tras una mantilla roja que formaba parte de su vestido.
—Levántate —le dijo, cogiendola de la mano. Al verla de cerca, la mirada se le acristaló, enfundada en lágrimas.
—¿Hermanita? —la voz brotó débilmente de la boca. La otra muchacha respondió con una sonrisa, afirmando con un leve balanceo de la cabeza.
Poco después, una sombra reptó por detrás de su hermana. Un filo negruzco emergió de la oscuridad para atravesar el vientre de la elfa. Karura se manchó el pecho y las manos con la sangre de su sangre. Abrió la boca para gritar, pero de su boca no brotó sonido alguno, se desparramó al piso como un cuerpo inerte, sin vida. Karura se llevó las manos a la cabeza. No podía pensar en otra cosa que no fuera en aquel cuerpo ensangrentado, en el bello rostro martirizado de su hermana, vomitando sangre.
Retrocedió aterrada hasta que la espalda se encontró con un muro invisible. La sombra se acercaba, se acercaba… y dentro de su pecho el corazón retumbaba como el de un conejillo asustado. La sombra la envolvió dispuesta a ensartarla a ella también con su filo sangriento, empapado de rojo carmesí. Dió un grito; y se levantó con un sudor frío, en el oasis. Comprendió pues que sólo había sido una pesadilla. Estaba temblando.
Última edición por Karurauatsuurei el Miér Oct 15, 2014 8:48 am, editado 2 veces
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Acabó por dormirse un rato después, apoyando la cabeza sobre uno de sus brazos flexionados, con las piernas encogidas y de lado. Akatsuki nunca recordaba sus pesadillas o sueños, en lugar de ello, los tenía en la cabeza como recuerdos que de vez en cuando le hacían sentirse culpable. Esta no fue una de esas noches, no soñó con nada, todo negro y simplemente descansando. Puesto que estaba en un lugar en el cuál podían haber criaturas peligrosas como los escorpiones, sus sentidos estaban especialmente atentos a los estímulos externos, tenía en cuenta que no estaba en su casa, en la seguridad de sus paredes y sábanas. Fue por esto que se despertó al escuchar el grito de la elfa. No pudo ubicar a Karura al instante, se encontró desorientado durante unos segundos, hasta que se dio la vuelta y le vio ahí, más o menos lejos despejada. Dio un suspiro y se levantó para acercarse a su lado, pudiendo notar su agitación.
-¿Estás bien? ¿Por qué no vienes a dormir con nosotros?- Le preguntó acariciándole el pelo y luego abrazando su cuerpo. Era cierto que tampoco estaba él junto a Catherine, todos tenían algo de espacio, pero Karura era la que más aislada estaba. La drow nunca le había contado en qué consistían sus pesadillas, él solo sabía que a veces se levantaba sofocada y no podía hacer otra cosa que intentar consolarle desde la ingenuidad del tema. Pretendió que fuera con él para dormir los tres algo más juntos y él por su lado volvió a levantarse, para volver a donde estaba y volver a acostarse, si no quería no iba a obligarla. Le costó un buen rato volver a conciliar el sueño, pero al menos pudo descansar lo suficiente para levantarse una hora después de que el sol del desierto empezara a salir y a bañar toda la extensión dorada con el calor intenso que precedía a su fama.
-...- Aún con los ojos cerrados, bostezó y se despejó poco a poco. Sacudió la cabeza y se quedó sentado, mirando la arena durante un rato, antes de revisar las mochilas, que estaban todo bien, solo para asegurarse, no perdía nada. -Buenos días.- Saludó a ambas y se puso en pie para estirarse. Luego cargó la mochila más pesada a su espalda, dispuesto a emprender la marcha de nuevo, hasta el templo arábigo. -Cuando estéis preparadas, nos vamos.- Se frotó los ojos y sacudió la cabeza. No pensaba que hubiera mucha necesidad de desayunar, podían esperar al mediodía, a que llegaran a su destino para descansar y luego encontrar ese artefacto tan importante. Tampoco podían perder demasiado el tiempo, cuanto antes acabaran con esto, mucho mejor, por eso, nada más levantarse ya quería volver a caminar.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
No paso mucho hasta que los presentes se quedaron dormidos. La valkiria no soñó con nada en especial, simplemente con cosas del día cotidiano que no tenían sentido, lo que ella soñó fue que se encontraba en casa con Akki, esperando a que el bebe que tenía en su interior fuese a salir y que de repente tocaban en la puerta, era un típico vendedor puerta a puerta al cual le iba a volver a cerrar la puerta, pero antes de eso se transformo en un monstruo, el cual acabo siendo machacado por su esposo, vamos, un sueño raro de toda la vida. Dicho sueño se vio interrumpido cuando la drow se despertó gritando de una pesadilla, cosa que obviamente sobresalto al incubo y a la valkiria. Cath se quedo sentada mirando como Karura andaba agitada y como su esposo iba a darle un abrazo y acariciarla. Sabía que eso era para calmarla pero aún así no pudo evitar una pequeña sensación negativa. Dio un pequeño suspiro y se volvió a acostar.
A la mañana siguiente se levanto como si nada y se prepararon para volver a emprender el viaje a pesar de lo duro de la noche. Partieron sin comer para no demorarse mucho, aunque si a ella o a la elfa le daba hambre durante el trayecto podrían comer algo de pan o otra cosa mientras caminaban. El camino era duro pero estaba preparada y junto a sus acompañantes seguro que todo iba bien.-¿Cuanto pensáis que queda para el templo?-Pregunto curiosa sin frenar su ritmo. A lo mejor esa pregunta la hacía parecer que estuviese cansada, pero ella sabía que en verdad no era así, ella solo quería saberlo para ver cuanto más o menos iba a durar la travesía.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
En términos normales los hubiera aceptado. Pero se dió cuenta de que no podía mostrar signos de debilidad, sobretodo delante del General y de su esposa. Ya preocupaba bastante el resultado de su desventura para que tuvieran que reparar en ella y sus experiencias oníricas. Sopesó las mejillas de Akki con los dedos, mirándole a los ojos, esbozando una sonrisa.
—No te preocupes, sólo ha sido una pesadilla. Los sueños no son reales —convino. Parecía más preocupado el general que ella misma. Debía de estar volviéndose loca.
Karura se negó a dormir junto a ellos y, el general, angustiado, volvió al lecho improvisado con Catherine. La mujer se removió entre las mantas, entre quejidos somnolientos. Karura se culpó hacia sus adentros haber perturbado su sueño tranquilo. Le había prometido a Akki que volvería a dormir; pero, desgraciadamente, no pudo volver a pegar ojo en toda la noche. Al menos fue testigo de la belleza del amanecer; del sol emergiendo entre las dunas más distantes y la arena coloreada por un cielo pálido, rosáceo. A medida que la luz cubría de un manto de luz, la arena fría comenzaba a calentarse, y la actividad de los animales diurnos se reanudaba. El viento revoloteaba entre las hojas de los palmerales, entre el férreo cilindro verde de los cactus más imponentes. Silbaba en una canción vespertina, traía consigo una viento fresco y dulce que invitaba a levantarse y a disfrutar de él. Karura se sintió renovada con el nuevo día a pesar de no haber desayunado y de dormir poco. Akki les dió los buenos días, y en breve reemprendieron la marcha al recoger, aprisa, los bártulos.
A mitad de camino el paso cada vez era más difícil. Los pies se hundían en la arena plomiza. El calor era insoportable y el sol cada vez ascendía más y más sobre un vasto cielo azul, desprovisto de nubes. Karura se había puesto encima la capucha. Los ojos ambarinos y brillantes eran irreconocibles bajo una estela de sombra. Se relamía los labios agrietados constantemente. Catherine, ansiosa, preguntó cuánto les llevaría alcanzar el templo. En el horizonte, en la dirección que tomaban, no se distinguía nada salvo las ligeras ondulaciones del calor, serpenteantes, bañando la línea blanca que separaba el firmamento. No era muy alentador, pero Karura confiaba en su General; ambas esperaban su respuesta.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
-¿Um...? No lo sé... Pero lo encontraremos.- Le respondió. Era la primera vez que venía a este lugar, nunca había visto el templo, pero sabía que existía y que iban en la dirección correcta. No habían variado mucho la ruta, por lo que tendrían que verlo de frente sí o sí en algún momento, aunque aparecieran por detrás y tuvieran que rodearlo. -¿Te encuentras bien?- Le preguntó a Catherine, llevando una mano a la frente ajena. Por otro lado, Karura se notaba cansada y molesta por la luz, pero ya había averiguado que la detestaba. Se aseguró de que la valkyria pudiera continuar, de que su embarazo no estuviese haciéndole mal. Tuvieron que escalar una duna alta y larga, si la rodeaban tardarían más, por lo que al menos él optó por subir como podía. Los pies se le deslizaban porque la arena se caían con sus pisadas, así mismo se agarraba con las manos, hasta que en tan solo unos segundos pasó esa cresta arenosa.
-A ver, dadme la mano.- Les ofreció a ambas, no porque pensara que no podían, sino porque así hacían menos esfuerzo y acababan antes, todo fuera por terminar con esto. Una vez estuvieron junto a él, reanudaron la marcha durante aproximadamente una hora, hasta que al fin, tras otra de esas dunas molestas, se distinguía la figura de un templo, el que ellos buscaban. Unas cúpulas acebolladas doradas eran lo que más destacaban, unas enormes columnas blancas, unos muros rectos y estilizados. Arcos en la entrada y en las ventanas, bóvedas por todas partes, sin duda era un estilo que él nunca había visto, pero era bastante bonito. Los tres se apresuraron para poder llegar hasta los enormes portones azulados, con grabados dorados entrelazados, que formaban flores perfectamente simétricas. Akatsuki hizo fuerza para abrirlas, pero no demasiada, tampoco se resistieron mucho, no eran tan pesadas como parecían desde fuera.
-¡Por fin sombra!- Exclamó justo dentro del templo, estaba bien iluminado por los enormes ventanales desde los que se filtraba la luz del Sol. Ante ellos una gran sala llena de columnas les separaba tal vez de lo que estaban buscando.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Después de eso su pareja le respondió a Cath la duda que ella tenía sobre cuanto tardarían en llegar al templo. Le dijo que no sabía, pero que lo iban a encontrar, cosa que le pareció bastante obvia, o al menos eso pensaba la valkiria, ya que creía que no sería muy difícil encontrar a un edificio tan característico como lo era el templo arábico. Siguieron caminando un poco y su esposo le toco la frente a la par que le preguntaba si estaba bien.-Bueno, si, ando bastante sudada por culpa de este sofocante calor pero ando bien, gracias por preocuparte por mi amor.-Dijo dedicándole una sonrisa mientras se tapaba un poco la vista con una mano por culpa del intenso sol. Más adelante había una duna alta, cosa que era bastante difícil de escalar porque la arena se deslizaba debajo de sus piernas. Akki les ofreció ayuda a ambas y ella se agarro de su mano para poder subir.
Al subir las dunas continuaron con su marcha y tras un par de dunas y tras caminar un pequeño rato ya pudieron divisar el templo, una vez llegaran ahí podrían descansar un poco en la sombra de la entrada antes de adentrarse y enfrentarse a todo lo que hubiese ahí dentro. Al cabo de un rato llegaron y Akki exclamo que por fin había sombra, cosa que tenía razón. Ella se sentó un poco en el suelo para recuperar el aliento en lo que sus amado y Karura estaban por ahí. Cuando ya estimo que había descansado lo adecuado, se levantó y se aclaro la voz antes de hablar.-Bien, ¿Estamos todos listos? Es mejor actuar cuanto antes, cuanto más rápido exploremos el lugar más rápido nos iremos, eso si, tendremos que andar con mucho cuidado, no sabemos lo que nos espera. Así que... cuando vosotros digáis.
Re: [Misión: Segunda parte] La escultura de remolino.
Con mucha entrega, finalmente, alcanzaron su destino. Detrás del fleco de una colina arenosa encontraron la primera torre, la más alta del templo; la felicidad no cupo en sus corazones, y se precipitaron rápidamente a la portezuela. Las paredes crecieron a medida que se acercaban, como un monstruo enorme cuyo caparazón, de pintura descorchada y descolorida por años de castigo, amenazara con comérselos aun mientras soltaban las últimas bocanadas de aire.
La gran puerta, gruesa, fabricada de piedra, mostraba relieves sobre ella donde se dibujaban los pétalos de una amapola, cayendo lentamente del tallo débil. Akatsuki, con su inusitada fuerza, no tuvo problemas en abrirla con ambas manos, empujando. Tras un forzoso esfuerzo, cedió con un ruido fuerte, como si arrastrase múltiples capas de arena que se hayan acumulado por dentro durante años. En efecto, fue así. Tuvieron que esquivar un pequeño bache de arena antes de entrar en un recibidor ruinoso y oscuro. Akki, en vez de asustarse, parecía contento por no tener el sol calentándole la nuca. La única luz se filtraba a través de la rendija de la puerta y de unos lucernarios en el techo, ondulados, de cristales sucios; estaba hecho añicos.
Por todo el suelo se desperdigaba el polvo y la arena a partes iguales. Un viciado olor flotaba en el aire, aquel sitio llevaba cerrado durante mucho tiempo. Hubieron bonitos relieves en el recibidor, pero hacía mucho tiempo que el tiempo, tras nula restauración, se acabara llevando la mayor parte de las figuras para convertirlas en parte de sedimento, en parte de la tierra.
—Si me permite, General, me gustaría ir delante —dijo, apoyándose en la temerosa afirmación de Catherine.
Más adelante, un arco de piedra describía el umbral de lo que había sido una puerta. Al traspasarla, sus ojos brillantes y ambarinos tuvieron que acostumbrarse nuevamente a la falta de luz. La mayoría de los ventanales estaban tapiados, y sólo se escapaba de allí pequeños haces de luz que no llegaban a iluminar la estancia completa. Era una enorme sala rectángular, rellena de columnas en filas perfectamente ordenadas. Una brisa se entrelazó por las columnas y silbó acariciando las paredes, y restalló un gemido ululante, tétrico. Karura entornó los ojos, afinó el oído; pero no pudo percibir nada más que el silencio de un sepulcro. Más allá, sentía una terrible sensación que no podía vislumbrar con los ojos. Pero en efecto, su mirada aguda pudo describir como unos peldaños subían lentamente al fondo de la sala, como una invitación al infierno.
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