Soldados y Caza Recompensas. (Noir)

por **Agravain** Dom Mayo 15, 2016 1:38 pm

De entre todas las ciudades de Chaos hay una que alberga la mayor variedad de bares. Existen los de alta calidad, en los que se reúnen los nobles y ricos, luego están los de calidad intermedia, donde le gente "común" va a beber y olvidar sus penas, y finalmente se encuentran aquellos bares en los que las personas se reúnen para realizar negocios ilegales, donde van las personas que no están en una buena situación económica y es el tipo de lugar que muchos caza recompensas tratan como su hogar.
Ese día, el que estaba sentado en una silla con una mesa enfrente en una de las esquinas del lugar, era Agravain esperando pacientemente.

Su armadura estaba cubierta por una capa de color marrón claro, en su cabeza llevaba una capucha cubriéndole el pelo y provocando que a distancia no se le pudiera ver muy bien el rostro. Podría camuflarse muy bien con el entorno mientras nadie prestara mucha atención (el bar estaba prácticamente lleno y dudaba que alguien lo hiciera), lo importante ahora era su motivo.

Había enviado cartas, la había tratado de contactar de otros varios medios, pero no había obtenido respuesta alguna. Quizá nunca había logrado hacer contacto. La última carta había pasado por muchas manos, buscaba discreción. Básicamente la había citado a aquel bar. Sin motivos ni nombre escrito en la carta, solo un "te interesará", le sonaba suficiente para alguien con su tipo de “trabajo”, aunque en el fondo confiaba en que la curiosidad lo asistiera.

Su espada se encontraba recostada en la pared, fuera de la vista de todos, si los problemas surgían, podría armarse un camino, igualmente preferiría que todo se mantuviera en calma. Observo entonces a los que se encontraban en aquel lugar. En la barra había un grupo, hablaban, gritaban, reían, todos eran grandes y por su apariencia bastante fuertes, alguno podría llevar un arma escondida, podrían incluso ser Caza Recompensas. Más allá había en la mesa un par de hombres durmiendo, junto con otros dos que no dejaban de parlotear, parecían recurrentes, no aparentaban ser fuertes. Finalmente, había una multitud parada en el medio del lugar, hablando, bebiendo, entre otras cosas, ¿Quién escogería un lugar como este para charlar? Había varios más, los cuales no llegaba a ver, pero seguramente era más de lo mismo.

Dejo salir un breve suspiro. -Todo esto es un desperdicio. No aparecerá, estoy perdiendo mi tiempo… Y siento que en cualquier momento podrían cortarme la cabeza sin previo aviso. - Murmuro para sí. Observo el tarro en el que le habían traído la bebida que funcionaria a modo de camuflaje. -Esta porquería debe saber a…- no quiso terminar la oración, el solo pensarlo le daba asco.
-(Estoy en un lugar peligroso…)- Era cierto, los caza recompensas no eran el mayor problema, ni los traficantes ilegales, ¿Pero qué pasaría si se encontraba con un grupo de insurgentes?, Terminaría muerto, y lo sabía, apostaba todo a que eso no pasaría.

Procedió a dar una vista rápida por el local. El techo estaba ciertamente en deterioro, las sillas y las mesas no eran de la mejor calidad (Varias de ellas tenia grietas o incluso estaban remendadas), el desorden reinaba, las mesas y sillas estaban en lugares al azar, los compradores las movían hacia donde les parecía más cómodo. Había partes del piso que crujían, había algo abajo del bar, posiblemente una despensa. Las paredes tenían varias grietas, y había partes descoloridas.
Apenas podía ver la puerta desde su lugar, pero le daba un par de vistazos cada vez que escuchaba algo, su paciencia no duraría mucho si alguien no entrara por esa puerta cada tanto tiempo.

por **Noir L. R'Lyeh** Vie Mayo 20, 2016 11:41 pm

Un juego del destino o tal vez simple capricho. A pesar de estar forjada cual acero al rojo vivo de las llamas, seguía siendo una princesa y su excentricidad seguía tan recia como su carácter y belleza. Estaría por demás decir que su naturaleza vampírica no solo la envolvía en un manto de fineza y aristocracia, sino que potenciaba aún más su ascendencia noble desdoblándola en una amplia seda de destellos tan intermitentes y cambiantes como lo fueren las estrellas en el manto de la noche.

Rihm, su precioso antro de lo prohibido.

Noir amaba con cierta obsesión aquel extraño y caótico aquelarre, el cual en su propia esencia nada de fino o noble podría barajar ante los ojos de los que lo analizasen, más para ella, serena dama de los suburbios tan afable ante lo impuro solo, podía representar un perfecto antro de seducción sensorial.
En aquella ocasión su gusto por el aguamiel del Caballero Minotauro la había hecho desviar casi una ciudad entera de su camino, dibujándola tan fresca y sencilla en los abarrotados y fétidos callejones de aquella ciudad, con paso firme rumbo a su taberna favorita. Lugar que a su vez había sido mencionado por varios amigos suyos como el umbral a una nueva experiencia que la aguardaba y que tiempos atrás venía pisándole los talones cual sombra en el ocaso. Situación que podría dilucidarse como un puente a la boca del lobo y a su vez como el destello del oro al final del arco iris ya que en el mundo en el cual se había sumergido todo eso e incluso más podría ser el platillo del día sin contar con que la misma traía a las Señoras Parcas muy pegadas a las caderas, deseosas de treparla hasta el cuello y hacerla suya por la eternidad.

Más, pícara aquella traviesa curiosidad quien en susurros y susurros le llenó la cabeza empujándola lentamente al desvencijado lugar, ataviada con pliegos y pliegos de una delicada tela oscura que le llegaba hasta el cuello, cubriéndole gran parte del rostro, mientras sus carnosos labios brillaban al frío destello de las luces al igual que sus refulgentes ojos de fuego.

Delicadamente cruzó el lugar destilando una extraña y misteriosa esencia a la par que sus ojos escudriñaban el sitio y su nariz se cercioraba de los aromas buscando algo inusual, más todo parecía mantenerse en su horizontal, por lo que se acercó a la barra y ubicándose en uno de los taburetes solicitó su tan ansiada aguamiel, la cual no tardó en ser servida ante ella. –Gracias Minos chi…- soltó con cierta dulzura y se dispuso a saborear a su tan ansiada, cuando repentinamente un escozor le rozó la punta de la afilada nariz.

Sus carnosos labios cereza se curvaron en una sonrisa especial y la expresión en su mirada se cargó de astucia y cierta maldad. – Vaya.. vaya…- susurró para sí a la par que el ambarino néctar se deslizó del cristal hacia sus labios, saboreándolo con gran placer. Movió un poco la nariz y aspiró son suavidad entrecerrando los ojos a fin de confirmar su hiper percepción.

En definitiva se trataba de un aroma particular, de un aroma que ella conocía con total seguridad y que se encontraba completamente ajena al sitio; pues caballeros de esa estirpe poco y nada tenían por hacer en esos lares, de hecho su sola presencia sería considerada indeseable, por no decir que el mismo se arriesgaba a una muerte segura. –Hum…- rió por lo bajo la vampiresa y viró el rostro hacia un lado dejando que cierto destello mágico de fino escarlata, propio de su raza, se desprendiera de sus ojos y de su mismo cuerpo como si lo atrajera.. como si lo llamara…

Parsimoniosa, la pálida vampiresa se irguió sobre sus pies y depositando unas monedas en pago, se apartó de la barra y se llevó una de las finas manos al mullido cuello armado de su capa, la movió ligeramente mientras sus ojos escudriñaban de nuevo en la oscuridad en busca de aquel particular sujeto. Pues… ¡Oh Capricho!.. Tentación de bestias y educados.. ¡Qué buen alimento se mandaría con este intruso!. ¿O tal vez alguna diversión de más?. Tal vez era este particular sujeto, el dueño de aquellas correspondencias del mal.

Suspiró profundo hechizando el ambiente con su propia esencia y desvió una mirada un tanto provocativa al aire, unas chispas mágicas propias de su sangre, tan hipnotizantes como difíciles de percibir sin el interés apropiado. Giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta trasera de los depósitos de la taberna frente a la cual se detuvo nuevamente en otro jueguecillo mágico. – Ven… - susurró al mismo aire para luego perderse tras la pesada y sucia puerta.

Sorry:

por **Agravain** Sáb Mayo 21, 2016 9:28 pm

El tiempo pasaba, y con cada segundo Agravain perdía un poco de su paciencia. Desde lo más profundo de su ser esperaba no meterse en algo que no pudiera manejar, tenía un buen futuro en el ejército y quería mantenerlo así. El solo pensar que en cualquier segundo un pelotón de insurgentes podría pasar por el umbral de la puerta al bar, solo para descubrir al Caballero y acabar con su vida, o en el peor de los casos, pasaría por una tortura antes de eso... Y no una tortura rápida, no, lo harían sufrir, lo harían revelar todo lo que sabía, luego se desharían de él. Todo eso circulaba en la mente del joven cuando percibió una extraña sensación.

Observó entonces a lo lejos una puerta, no era la que conducía a la salida, por lo que podría ser un deposito o incluso donde el dueño de la taberna dormía. Le pareció ver a alguien pasar por esa puerta, pero no le había prestado atención; ni siquiera se había percatado de la existencia de aquella puerta hasta ese momento en particular, pero ¿Porque ahora y no antes? Nunca había creído en la existencia de la suerte o una fuerza todopoderosa que tenía un plan para todos y los guiaba en todo momento, pero en ese momento, algo lo incitaba a entrar por esa puerta, ¿Curiosidad? Posiblemente.

Agarró su espada y la guardó dentro de su vaina con mucho cuidado, evitando que la gente lo vea, mientras pareciera desarmado seria menos sospechoso. La vaina no sería ningún problema, estaba bajo la capa que llevaba, por lo que nadie la vería. Se levantó lentamente, apoyándose en la mesa. Observó su bebida, ni siquiera la había agarrado desde que la dejo en la mesa, la agarró, decidió que se la llevaría consigo. Dejó un par de monedas en la mesa, sinceramente, no recordaba si ya había pagado la bebida o su valor exacto.

Empezó a caminar hacia la puerta lentamente, no cambio de dirección en ningún momento, la mayor parte del camino estaba libre, salvo por unos pocos a los que corrió con su brazo derecho a pesar de que normalmente los hubiese evitado, debía actuar como los locales… O como él creía que actuaban los locales. Llegó a la puerta y se detuvo en seco; esta se veía común y corriente, no estaba en buen estado (como casi todo el edificio) pero no tenía motivos para desconfiar. Era esto último lo que lo hizo detenerse a pocos centímetros.

Estaba preparado para un ataque sorpresa. Podría manejar a una persona, quizá dos, tres serían un desafío que no tenía pensado afrontar. De ser el caso, priorizaría encontrar una vía de escape. Sujeto el pestillo de la puerta, no parecía muy sólido, con un buen golpe podría caerse. Dudó por varios segundos. ¿Podría ser que atrás de aquella puerta encuentre lo que estaba buscando? ¿Valía la pena entrar para saciar su curiosidad? Contra su mejor criterio decidió girar el estilo, odiaba dudar, le traía malos recuerdos. –“Que sea lo que los dioses quieran”- dijo, en un tono burlón, procedió a abrir la puerta y pasar por el umbral.

El lugar estaba oscuro, perfecto para la emboscada que esperaba, aun así, no retrocedió. Avanzó unos pocos metros, no cerró la puerta, no creyó que importara mucho. Podía ver al fondo lo que podía ser la figura de unos barriles, unos estantes a la derecha y otros a la izquierda. Aun así, no podía ver lo que había en ellos, o si los barriles eran en realidad barriles. -Un deposito supongo. No estuve tan mal…- Dijo para sí, aunque en ese lugar pudo haber sido escuchado por cualquiera.

Decidió quedarse quieto y empezó a reducir la velocidad de su respiración. Quería el mayor silencio posible, poder escuchar cualquier paso si es que alguien iba hacia su dirección, quizá escuchar la respiración de alguien que se escondía en la oscuridad o detrás de los barriles. Aun así, no se puso en guardia, no lo necesitaba, se creía lo suficientemente rápido como para desenvainar antes de que alguien que estuviera corriendo llegara a estar a siquiera un metro de él. Permaneció en su lugar quieto, sus ojos estaban cerrados, si alguien lo atacaba, todo podría decidirse en un solo segundo.

Off:

por **Noir L. R'Lyeh** Dom Mayo 22, 2016 6:45 pm

Exquisito en verdad. ¡Oh qué exquisito aroma!

La pequeña lengua de la vampiresa gozosa relamía con extrema pasión sus labios cereza a la par que sus hermosos orbes de incandescente tinte vibraban en su propio néctar a la espera de que aquel desvencijado trasto de puerta chirriase dando paso a la copa viviente que liberaba tan tentador aquel aroma, casi perdido ya en su memoria.

-Ummmm..- se regodeaba internamente cual felina.-¿Hace cuanto tiempo?...- se preguntaba dulcemente - ¿Hace cuanto que no probaba el éter de vida de esa tan débil y a la vez interesante raza?

Hábil, tan propia de sí, se fundió en las sombras como aquel en el agua y sin esfuerzo alguno trepó por las vigas que se entrecruzaban en la cúpula del depósito, ubicándose perfectamente en un espacio estratégico ubicando su gran espada en otro más estratégico aún. Se dejó engullir por los colores de su capa sedosa y aguardó paciente.

Habrían pasado apenas minutos, cuando finalmente sus pequeñas orejas lograron recibir el eco de los chirridos de las bisagras de la puerta y su pequeña nariz el dulce aroma del sujeto, tornando su rostro en una expresión excelsa de placer. Pues, ¡Qué ovejita tan maravillosa!. Ingresando tan simple y sencilla a las fauces del lobo.

Aguardó silenciosa en lo alto de las vigas, escudriñando sus movimientos y su esencia cual fanático a su dios intentando trascender a su propia presencia, buscando comprender sus motivos y dilucidar sus intenciones al aventurarse en los retorcidos caminos de aquel antro de perdición con el estandarte de su guarida finamente pegado a su piel cubierto de manera tan precaria por una simple capa.

Apretó apenas los labios en una sonrisa electrizante y ladeó la cabeza a la par que sus ojos se entrecerraban observándolo más atenta y traviesa. Elevó delicadamente una muy delgada y blanca mano cubierta con su oscura capa únicamente para dibujar un endulzado y fino ademán tras lo cual la pesada puerta se cerró con un estruendoso sonido cayendo el pestillo de la traba e su lugar.

-Su corazón en una alabarda..- dejó escapar, destilando de sus labios de miel una voz cargada mágicamente de tonos misteriosos, profundos, siseantes y poderosamente dulces; dejando que la misma se deslizara como savia por las paredes y el techo, danzase provocativa en el centro del depósito y se desvaneciera en pequeñas chispas invisibles sobre las alas de perturbado aire contenido.

Se llevó el dedo índice de la mano derecha a la boca y se lo pasó con extrema delicadeza sobre sus carnosos labios. – ¿Es acaso lo que busca un humano como su merced al aventurarse en los Nidos de Rihm? – volvió a preguntar en la misma tonalidad de susurro sin dejar que su posición fuese descubierta. Ella estaba en su cuna, acobijada por sus amadas sombras, defendida por la estela de su magia.

- Vuestro aroma, mi señor… os delatará sin remedio alguno con el más mínimo atisbo de brisa ante los expertos y amañados cazadores…- Sus pequeñas fosas nasales, hechas de puro marfil, se ensancharon con suavidad y el dulce aroma acaricio su receptáculos nuevamente generando una sonrisa aún más marcada en sus labios – Huuummm.- se dijo a sí misma en un eco sin sonido. Pues ¿No era ese el mismo aroma que sutilmente emanaba de aquellas correspondencias de las que tanto le había hablado Amfang?

Agudizó la mirada y se inclinó un poco a la par que movía sus dedos de mármol blanco haciendo que unas cajas de madera al otro lado de la habitación se movieran ligeramente. Tenía que ser él, el Rastreador de Caza recompensas.

Gracias y:

por **Agravain** Lun Mayo 23, 2016 8:17 pm

Mantuvo sus ojos cerrados por unos segundos, fue entonces cuando escuchó la puerta cerrarse, no pudo evitar sonreír levemente mientras que esta hacia su chirrido al moverse. Cuando escuchó una voz que salía de la oscuridad, no pudo evitar pensar que posiblemente se encontraba detrás de la persona equivocada, quizá solo era una mesera que había entrado al depósito para llevar un barril o algo desde los estantes. Pero luego reflexiono sobre lo que había oído. "Su corazón en una alabarda" Un escalofrió recorrió su cuerpo entero, no sabía a lo que se enfrentaba, por primera vez en su vida, no sabía que había en la oscuridad.

-Señorita, tiene una voz demasiada dulce como para sonar muy amenazante. – Dijo en un tono educado, como cuando uno se dirige a un desconocido. -Por un segundo pensé que no era la persona que estaba buscando… Hasta ahora. – Dijo mientras abría sus ojos lentamente, aun sin posicionar su brazo debajo de la capa, aun inmóvil en su lugar. - ¿Qué busca un humano como yo en Rihm? Podría poner mil y un ejemplos… Y dudo que creyeras alguno… No ahora. – Movía su cabeza lentamente de un lado a otro, buscando en la oscuridad a la mujer que le hablaba.

Río un poco ante lo último que la voz dejo salir de la oscuridad. -Mi disfraz no ha sido suficiente… Tomare nota para la próxima vez. Aunque en lugares como este, los caza recompensas de calidad no abundan - Mantuvo el silencio por un lapso pequeño de tiempo, en el cual una caja empezó a moverse ligeramente en el fondo. -Si no fuera yo, si fuera otro momento, esto podría haber resultado en una maravillosa charla. Podría preguntarle por su nombre, en que trabaja… A cuantos ha matado. – finalizo mientras procedía a retirarse la capucha, limitaba su visibilidad en ese momento, su cabello estaba perfectamente arreglado, podría desentonar con varios de afuera si se hubiese sacado la capucha antes.

Puso su brazo derecho debajo de la capa del lado izquierda, sujetando el mango de la espada, la mujer podría atacarle en cualquier momento, ya no estaba tan seguro de su superioridad. -Ya no tiene caso mantener esto escondido. – Dijo mientras, de un tajo al aire, sacaba su espada de su vaina, posteriormente bajando su brazo y haciendo que la punta del filo del arma diera contra el piso. -Bien… Ahora podrías dejar de esconderte… Y quizá concebir una charla quizá más amena, ¿No te parece? –

-O bien podrías seguir escondida y podríamos jugar un rato al gato y al ratón… Tú lo
decides… Pero no soy muy bueno jugando a ese juego. – Dijo mientras que observaba la caja que se había movido anteriormente. Decidido y sin esperar respuesta camino hacia la caja lentamente, con el filo de la espada arrastrándose por el piso. -No queremos que esto termine mal. ¿Verdad? – Finalmente estuvo frente a la caja, pero no había nadie allí, le pareció extraño, había jurado que la caja se había movido pocos segundos antes.

- ¿Te parece una ronda de preguntas? – Dijo el joven, si era la persona la cual estaba buscando, iba a necesitar mucho más que una oferta para convencerla, quizá una conversación para mejorar el ambiente. -Te dejo la primera pregunta… Úsala sabiamente. – Dijo, mientras seguía observando la caja, algo desconcertado.

Off:

por **Noir L. R'Lyeh** Sáb Jun 11, 2016 8:33 pm

Todos tenían que ser así. Tan engreídos y egocéntricos en su labia sin notar que desde el momento en el que abrieron su bocas ya los dientes de Noir acariciaban suavemente las venas escondidas en sus yugulares y se deleitaba lentamente con el néctar de sus vidas.

¡Oh Señores de la Marca! Tan radiantes de soberbia y tan débiles como un pequeño animalito, en especial los humanos. Era más que obvio que no cambiaron desde que Noir dejó el Ejército y a su parecer, no cambiarían nunca.

-Con este tipo de soldados portando su blasón por todo Spirit Soul, el Lord seguirá haciéndose de mala fama…- se dijo Noir bastante disconforme a la par que sus afilados ojos seguían fijamente las acciones del hombre que ahora finalmente daba a conocer sus facciones. Una de sus finas cejas negras se curvó un tanto asombrada al notar el buen parecido que el mismo portaba y maldijo por lo bajo el agrio carácter que parecía tener, pues de haber sido lo contrario, tal vez habría representado una interesante compañía, pues llevaba bastante tiempo sin algo de calor “humano”.

-Al parecer has tomado la primera pregunta y has proseguido con tu placer sin siquiera oír mi respuesta… - le dijo moviendo apenas el menique ordenando a otras cajas un poco más a la derecha del sujeto a que dieran una danza de despiste, asegurándose que su profunda voz abrazara apasionada cada recoveco del oscuro almacén a son y ton de resguardar su posición en lo alto de la estructura. Un profundo suspiro escapó de su pecho e hizo eco en cada centímetro del lugar, cansino y un tanto fino, como desprotegido y desolado.

-Más… sigamos su capricho…- volvió a hablar sin moverse un solo centímetro – Primero… ¿Por qué cree usted que yo desearía parecer amenazante y buscaría que usted desenfundase su arma, siendo consciente de que mi voz es demasiado dulce y por ende mi apariencia e inclusive mi fuerza podrían estar siendo demasiado débiles ante alguien que obviamente huele como los guerreros del gobierno?

Afiló la mirada y se ensimismó borrando todo aire de picardía, travesura y diversión de su faz y ojos. Ahora se encontraba un tanto apática por no decir decepcionada con las palabras del hombre, pues en definitiva le recordaba a los guerreros de Tempus que tiempos atrás habían sido sus compañeros de armas, cargados de con aquella actitud desdeñosa, picante y superior.

-Supongo….- soltó algo fría – que he sido tomada por alguien tonto… ¡Qué ofensa!

El picaporte de la puerta del almacén crujió unas tres veces para luego sacudirse ligeramente ante los golpes de alguien contra ella al otro lado. –¡Ok! Maldito imbécil, más te vale que pagues buena pasta una vez hayas terminado con Jade o me aseguraré de sacarte sin piel de mi local.- gruñó del el dueño de la tienda dando otro golpe duro contra la puerta para luego alejarse con pisadas pesadas.

-¡Ups! – soltó Noir desde su escondite dándole un tinte cómico a la situación que ahora podría prestarse a malos entendidos.

por **Agravain** Vie Jun 24, 2016 12:05 am

Escuchó las palabras provenientes de las sombras, y un escalofrió recorrió todo su cuerpo al son del habla melodiosa, ya había tomado la primera pregunta sin darse cuenta... Y sin respuesta la joven prosiguió. La pregunta resonó en la habitación, simple era la respuesta, conocida por ambos seria inútil el decirla, no obstante el caballero había prometido un juego, y las reglas debería respetar. Termino finalmente soltando una declaración sobre el pensamiento del joven no muy lejos de la verdad, la había subestimado inconscientemente, desde seguirla hasta aquel oscuro lugar donde ella tendría la ventaja, como la idea de poder mantener una apacible charla o incluso haber asistido al bar.

Antes de que la respuesta pudiera salir de su boca, irrumpió en la sala una voz desconocida, del dueño posiblemente. Lo apuraba a que terminara... ¿Con una tal Jade? -... ¿Como que... terminar?- Estaba desconcertado, observó de reojo la sala, todo estaba oscuro, si hubiera alguien mas en aquella sala no lo hubiese notado, seguramente fueron interrumpidos en el momento en el que Agravain hizo acto de presencia. Probablemente podrían estar escondidos en la oscuridad en ese instante, en silencio, esperando a que todo termine. O podría ser un malentendido. Decidió hablar, esperando que la joven estuviera todavía al acecho. -Creo que el dueño esta apurando nuestra conversación. Y creo que busca a una tal... "Jade". ¿No sera algún apodo tuyo?- dijo antes de retornar su espada a su empuñadura.

-No me gusta perder. Pero he de admitir que si, la he subestimado. Y en cuanto a su pregunta, ¿Por que habría una doncella indefensa hablar desde las sombras en desconfianza de un hombre perteneciente al ejercito? Siendo estos los defensores de las leyes impuestas por nuestro Lord, no habría razón para que una inocente joven se escondiera. Salvo que la joven no sea inocente, ni la doncella sea indefensa.- Se dio media vuelta, observo el resto de la habitación. Oscuridad. No podía evitar buscar con su mirada a la tal Jade y a su acompañante, era un soldado, y si aquella información salia por la puerta le seria difícil escapar. Si existía aquella persona, debería escapar antes de que esta abandonara la sala.

-Algo me dice que si me ve salir por esta puerta, el dueño me va a despellejar vivo.- Analizaba la situación fríamente, ya no había mucha simpleza en la situación, y cada segundo que perdía, era un segundo mas cerca de que el dueño irrumpiera en la habitación. -Curiosamente... Ahora me encuentro preguntándome si mi respuesta anterior cuenta como la pregunta que debería hacer.- El ruido aumentaba afuera, pero por suerte eso significaba que nadie sospecharía de lo que pasaba adentro.
-Pelea, pelea, pelea, pelea.- Se escuchaba, luego una voz, parecida a la que habia irrumpido anteriormente. -Aquí no idiotas, afuera, afuera.- Gritaba.

-Afuera parecen estarla pasando bien.- Suspiró -No necesito hacer otra pregunta... Todavía no has respondido la primera que te hecho.-

offrol:

por **Noir L. R'Lyeh** Sáb Jul 02, 2016 9:28 pm

Definitivamente era de los típicos Señores de la Marca. Suspicaz pero finalmente imbuido en el tan desagradable aire de metálico de los miembros del Gobierno.

-Cuanta Soberbia…- meditaba la joven en su propio mundo de cristal. – Cuanta soberbia entrelazada sobre los hombros en telares y telares de fino egocentrismo.- Se decía a sí misma recordando el aire con el cual toda la estructura jerárquica de los reinos se oxigenaba volando de manera pomposa sobre la pobreza de los pueblos de abajo. Desvió ligeramente la mirada con un dejo de tristeza, pues ella había sido envestida en algún momento con las mismas túnicas.

Frunció un poco las cejas y durmió sus parpados intentando dejar escapar el mal sabor de sus recuerdos con un pequeño suspiro y volvió sus orbes de rubí nuevamente a la materialidad del humano royendo tranquilamente las palabras del mismo.

-Hum…- Un bufido burlón e inaudible escapó de su pequeña nariz de porcelana asimilando sus palabras y en una mezcla de apatía y incredulidad sus labios de cereza se curvaron en una sonrisa. – Ahora… - murmuró arrastrando con extrema sensualidad las palabras- soy tomada como una criminal…- resumió sus ideas en esa simple conclusión.

Cual incoloro aura, su esencia vampírica comenzó a ser destilado por sus poros, retorciéndose en densas manifestaciones mágicas alrededor de su cuerpo amplificando sus ya de por sí sobrenaturales dotes de tal forma que cada uno de sus movimientos fluían en el aire sin siquiera producir un solo sonido en el roce con este. Se elevó sobre sus pies, extendió sus brazos a cada lado apartando la larga capa noche que llevaba sobre su cuerpo y aguardó a que el joven de reluciente armadura finalizase su discurso.

Sus sentidos se comunicaban claramente con el ambiente sin siquiera forzarse, percibiendo sin problema alguno el dulzón aroma de la piel del sujeto. Podía apreciar a la perfección las fluctuaciones en su voz y hasta parecía poder oír los latidos de su corazón en una interesante obertura, una acompasada melodía… tan maravillosa, tan sublime a la presencia de tan sagaz y letal cazadora.

Elevó una de sus manos y ordenó a una enorme y pesada caja que saliera de su lugar de reposo, pasase rozando la locación del caballero y que fuese a parar hecha mil pedazos contra la pared a sus espaldas en una estruendosa serenata de fibras de madera haciéndose añicos y despedazándose entre sí. Aprovechó el sonoro escándalo y valiéndose de su velocidad casi fantasmagórica, se lanzó en picada entre las sombras, deslizó su figura a seda de ellas y ganó posición tras la corpulencia de su acompañante.

Delicadamente serpenteó su fina y pálida zurda hasta la empuñadura de la espada que el hombre sujetaba e hizo presión en esta al igual que su diestra, la cual con el mismo sigilo que su hermana, se filtró hasta quedar fija sobre la tersa piel del cuello del hombre. Sus dedos, rematados por unas no muy largas pero sí filosas garras se imprimieron en los puntos de presión ubicados al final del hueso de la mandíbula del sujeto, sin ejercer demasiada molestia, pues solo deseaba hacerse sentir sin causar demasiada alerta.

Tal vez permanecer aquí también sea peligroso…- lo tentó susurrándole al oído con extrema dulzura y fineza. - Y contestando a tu pregunta…. Podría ser porque dicha doncella, jactándose aún de su inocencia, podría desconfiar de los Caballeros del reino… - ejerció cierta presión en la empuñadura de la espada como advirtiéndole que no realizase movimiento en falso. – Muchos se escudan tras sus uniformes cometiendo barbaridades en nombre del Lord…-
Un fuerte golpe contra la puerta dio a conocer que la batalla en la taberna se estaba volviendo un poco más belicosa que antes.

-Dime…. Caballero de blanco corcel… ¿Qué tipo de soldado eres tú? – volvió a susurrarle al oído e imprimió algo más de fuerza en los dedos que tenía en la yugular del hombre -¿De los que se valen de su puesto para su propio beneficio?.... ¿O de los que simplemente son engreídos hasta la médula y van de pueblo en pueblo predicando las fábulas del Lord?

por **Agravain** Lun Jul 04, 2016 5:48 pm

El joven espero respuesta de la mujer que se encontraba en la oscuridad, pero antes de obtenerla una caja dejo su lugar de reposo rápidamente para rozarlo en su trayectoria y finalmente golpear contra la pared, acabando en un montón de pedazos de madera. Bajo su guardia, no esperaba otro "ataque" después de lo que acababa de ver.

Fue entonces cuando noto que la joven ya no se encontraba en su escondite. Se había escabullido y ahora mismo se encontraba detrás suyo, había aprovechado la distracción de la caja para hacerlo. Ahora se posicionaba atrás del caballero, amenazándolo con su propia arma. El filo del arma estaba frio, contrastaba con el calor de Chaos. Una respuesta surgió y no le sorprendió. Poco después apareció otra pregunta; al menos respetaba las reglas del juego.

Era consciente del peligro de la situación, podría morir con un mal acto. -No la tomo como criminal. Su pregunta lleva a mas preguntas y quiero saber las respuestas a estas. No tendría caso juzgarla hasta que el juego termine, es el objetivo de este después de todo.- Procedió a suspirar, y empezó a pensar cual seria su respuesta.

-¿Tengo que elegir entre dos categorías? No predico la palabra del Lord como un sacerdote lo haría sobre un dios, mi deber es detener a aquellos que se le oponen. Y no creo abusar de mi cargo, se de un par que lo hacen y dudo ser parecido a ellos.. Sinceramente, preferiría seguir siendo un soldado raso, mucho menos trabajo.- dijo sin detenerse ni un segundo para respirar. -No creo ser capaz de responder tu pregunta correctamente. Me gustaría creer que soy el caballero orgulloso y egocéntrico que busca servir al Lord porque cree en sus ideales, pero no por eso esta de acuerdo con el resto de los soldados del gobierno.- Termino y dejo una pausa por un par de segundos, vio su espada pegada a su cuello.

-Sinceramente... No me gusta que me amenacen con mi espada, en especial esta, y si sigue así, voy a tener que mostrar resistencia, no quiero llegar a eso.- Dijo, no podía hacer ningún movimiento forzoso, ella podría cortarle la garganta con el mínimo movimiento por lo que seria un riesgo estúpido. -Por otra parte, me gustaría agradecerte, no creerás cuantas veces he intentado esto del juego de preguntas y respuestas. La mayoría no pasa de la primera pregunta. Normalmente me atacan o salen corriendo; pero no siguen jugando.- Finalizo antes de dejar un pequeño silencio para tomar aire.

Procedió entonces, luego de usar ese tiempo para pensar, a decir su pregunta. -¿Dicha doncella ha presenciado o sufrido el abuso que menciona por parte de los soldados del Lord? ¿O son estas suposiciones basadas en la campaña revolucionista?- Sospechaba cual seria la respuesta, pero quería confirmarlo, esto podría demostrar el porque de su odio contra el gobierno o si simplemente compartía los ideales insurgentes; algo esencial para el futuro de aquel encuentro.

-Antes de que me respondas, me gustaría hacer una petición en buena fe. ¿Podría devolverme el control de mi espada? Fue un regalo, y el que me la regalo no estaría feliz si supiera que dejo a otras personas usarla. No tome esto como un intento para tomar el control de la situación, ni tampoco piense en que en el momento en que me de mi arma intentare atacarla. Es difícil mantener una conversación cuando se tiene una espada en la garganta.- En el fondo le molestaba la situación, su espada era preciada para el y haría casi cualquier cosa para recuperarla.

por **Noir L. R'Lyeh** Dom Ago 14, 2016 8:46 pm

La joven vampiresa escudriño cada palabra, las giró en su boca y las saboreó con cuidado. En su vista podía leerse fácilmente la desconfianza afilada que apuntaba hacia el hombre y sus acciones la delataban sin complejidades algunas, lo degollaría al menor indicio de hostilidad.

Sus finos dedos de porcelana comenzaron a abandonar su posición lentamente y un suave suspiro dejó a la suavidad de sus hebras salmón.

Se apartó casi serpenteando y movió de un lado a otro la cabeza, tronándose el cuello. – Sé demasiadas cosas acerca de tu preciado ejército, mucho más de lo que me gustaría. – le dijo algo cansina y cruzándose de brazos se apoyó a unas cajas apiladas. Su blanca piel de porcelana brillaba ligeramente a las tenues luces que traviesas ingresaban entre las pequeñas rendijas de las viejas maderas, mientras sus enormes y profundos ojos rubí refulgían con luz propia, místicos, endemoniados e hipnotizantes.

Habla hombre.. esto se ha prolongado demasiado…- le dijo oyendo como la gresca tras la puerta se hacía más y más ruidosa. Vidrios quebrándose, madera quebrándose, golpes secos y alaridos hacían de señal, pronto la cosa se pondría aún más complicada y no tenía muchas ganas de se encontrada con semejante compañía.

Su aroma, su presencia y esa vestidura que porta bien nos costarán la cabeza si esa puerta llega a romperse antes que usted me explique los motivos de su “grata” – se aseguró de darle cierto énfasis venenoso a la palabra – visita por estos lechos de herejía y hambruna. – Un tanto agresiva, sensual y hasta podría decirse prepotentemente se pasó la roja lengua por los carnosos y dulces labios mientras su expresión se hacía más y más seca.

Así que “Soldado raso”, explica tus motivos y dame una razón justa para que no te delate lavándome las manos de tu sangre…- cruzó finamente una de las piernas sobre la otra dejando ver bajo su larga mortaja negra una estilizada e interesante armadura de viaje. Elegante, refinada y perfectamente diseñada. La propia de la única. La famosa R’Lyeh.

Spoiler:

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Soldados y Caza Recompensas. (Noir)

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater