Todo un desorden [Priv: Alexey Zherdev]

por **Akasha Leberecht** Jue Jun 23, 2016 8:13 pm

Una tarde increíblemente fría impedía la correcta rutina de la pelirroja, pero a ciencia cierta ese día había renunciado a casi todas sus obligaciones porque obviamente, aquella casa estaba llena de cajas por doquier, simulando una réplica exacta del propio caos porque como mota final empeorando todo, ninguna estaba rotulada de modo correspondiente…Si, una mudanza significaba grandes cambios, más aún porque la pelirroja consideraba que dejar la mansión Leberecht no era precisamente lo más propicio, no cuando ese sitio mantenía tantos recuerdos habidos y por haber tanto de su infancia como adolescencia…una época perdida que no añoraba. Ahí se encontraba en el medio de la sala, sentada en el suelo con toda esa melena carmesí recayendo sobre su espalda, en medio de las ya mencionadas cajas, pues obviamente estaba de lo más entretenida observando algunos libros antiguos de su padre, los que había conservado por obvio cariño a esos recuerdos materiales. Estos tan perfectos tanto en tapa como la calidad de sus hojas escritas en gótico puro, logrando arrancarle alguna que otra sonrisa nostálgica por efímeros segundos, antes de que ese rostro retomara propia seriedad.

—Apenas las cuatro de la tarde y todavía este desastre…dudo siquiera poder dormir hoy— Susurró con tranquilidad, encogiéndose de hombros en un acto de total resignación al respecto, pues como buena perfeccionista, esperaba de corazón poder tener todo en orden…algo relativamente imposible si se entretenía con cualquier cosa que encontrara dentro de las cajas. Frunció el ceño apenas, levantándose para sin más, soltar cuidadosamente el objeto y así tomar otra caja, seguramente el doble de pesada que contenía la propia vajilla de porcelana. Vaya que si pesaba, era incomoda de llevar y la visión tampoco era la mejor con semejante cosa adelante, pero de buenas a primeras, manteniéndose descalza gracias a la calefacción del lugar, empezó a caminar a paso lento hacia la cocina. —¿Alexey?...¿Qué tanto estás haciendo allí?— Cuestionó desde la otra habitación, ingresando para apoyar la pesada caja sobre el mármol entre algún suspiro repentino…Pues el ligero cimbrón del objeto elevó un poco de polvo que automáticamente la hizo estornudar dos veces.

—Demonios…ains, no. Odio el polvo— Susurró bajito, cubriéndose la mitad del rostro con ambas manos para así retrocediendo lentamente, observando hacia abajo para notar las medias un tanto percudidas por alguna que otra mota de polvo, seguramente por haber bajado a uno de los sótanos de esa manera. —¿Podrías subir un poco más la calefacción?— Mencionó sin poder verle todavía, cruzando los brazos bajo el busto en lo que salía de allí, dirigiéndose obviamente al pasillo que conectaba todos los otros sectores de la casa, con obvia intención de regresar por décima vez a la habitación y ver que sacar de allí o bien, ir acomodando. —Incluso hasta para alguien como yo, hace demasiado frio afuera…Vaya clima intenso el que tiene Tempus en algunas zonas—

por **Alexey Zherdev** Miér Jun 29, 2016 3:30 pm

Un gran número de cosas habían cambiado en cuestión de pocos días. Todo era bueno pero complicado, sin embargo era ese tipo de dificultad que te da gusto intentar superar…ese sentimiento de extraña felicidad cuando te las arreglas para organizar algo en completo desorden. Así era como todos esos cambios eran percibidos por el azabache, bueno realmente casi todos porque uno de ellos prometía ser un dolor de cabeza que no pasaría rápidamente. Su vuelta al mundo militar era lo único que en ese momento le traía arrepentimientos pero se decía a si mismo que los problemas serían menores que los beneficios. Ser capaz de velar por la seguridad de esa persona realmente hacia que cualquier sacrificio o esfuerzo valiera la pena.

Ahora fuera de ese único problema, había otro que era más complicado que su trabajo militar y era…organizar las pertenencias de su pareja. Sabía que la pelirroja iba a traer muchas cosas de su mansión, se lo advirtió cuando acepto vivir junto a él pero siendo enteramente sinceros, no espero que fueran tantas cosas. No era malo, la casa tenía más que suficiente espacio para todas sus pertenencias pero lo molesto era todo el polvo que tenían esas cajas y lo difícil que hacían transitar por la casa ya que en más de una ocasión tropezó con una de ellas y por milagro no rompió lo que tenía dentro. Incluso por una pequeña que no vio en el suelo, termino en el sótano luego de tropezar y literalmente salir volando escaleras abajo. Claro que era una ventaja poder convertir la madera en algo tan suave como un cojín pero la caída aun así fue incomoda pero al menos hasta el momento no había dañado nada…ni quería imaginar que sucedería si eso pasaba.

Ya que estaba en el sótano, había cosas que arreglar allí abajo también además que necesitaba terminar de adecuar todo para que nada se estropeara por cualquier razón. Lo primero que hizo fue conectar las luces, varios focos repartidos por toda la habitación iluminaron el suelo lleno de polvo y las cajas que llegaban hasta el techo —Demasiadas… —Murmuro con un deje de depresión en la voz mientras se arremangaba la camisa y comenzaba a repartir todo por la sala sin sacar nada aun. Lo siguiente fue limpiar el polvo y su habilidad de viento vino a ser muy útil, aprovechándola para crear mini tornados que atrapaban todo el polvo y luego lo soltaban por una de las ventanas que conectaban con el bosque que rodeaba la cabaña — Odio limpiar—Dijo tosiendo un poco por todo el polvo que se había pegado en parte de su ropa y rostro, una desventaja cuando usas tornados como método de limpieza. Ahora todo se veía mejor pero aún no lo bastante bien, todavía faltaban unos detalles pero paro un momento sus labores para acercarse a la escalera luego de oír a su pareja. Enarco una ceja y subió de nuevo a la cocina, limpiando su rostro con un paño negro que fabrico en ese momento —Estaba arreglando un poco el sótano, tenemos demasiado polvo ahí abajo y no tengo idea de porque —Menciono sin acercarse a ella, no quería mancharla también con las motas que bañaban su ropa — Ahora arreglo eso y cuando termine ahí abajo, vendré a ayudarte —Indico con calma, girando luego y volviendo a bajar por las escaleras.

De nuevo en la habitación, se dirigió a la esquina más alejada donde funcionaba una calefacción bastante moderna, algo que había conseguido con uno de los técnicos en la base militar. Tenía muchas funciones, Yusuke desconocía casi todas pero al menos sabia donde tocar para incrementar la temperatura —…Ahí creo que… —Murmuro subiendo algunos grados más en el panel, sintiendo casi de inmediato el cambio — ¡Listo! —Exclamo con fuerza para que su pareja lo escuchara, retomando luego de eso sus tareas ahí abajo — Repito…odio esto —Murmuro con clara resignación en su voz mientras se quitaba la camisa y la colgaba del barandal, ahora comenzando a mover varios muebles que había fabricado días antes. Usando su instinto, que rapidamente noto no servía para cosas como esas, fue acomodando los muebles en distintos extremos del sotano, creando al mismo tiempo alfombras y cojines que igualmente acomodaba como mejor le parecía —No se porque tengo el presentimiento...que Akasha me hara reorganizar todo esto —Un suspiro se escapo de sus labios, admirando desde la escalera como estaba todo organizado para luego proceder finalmente a tomar las ultimas cajas que estaban apiladas en un rincon, acomodandolas sobre las nuevas mesas de madera.

por **Akasha Leberecht** Sáb Jul 30, 2016 5:43 pm

Poco a poco empezaba a sentir el calor incrementándose, algo que le resultaba dentro de todo mucho más agradable que hace unos momentos. Sin embargo, tenía que atender otras cuestiones, empezando por acomodar cada cosa en su lugar, aunque, siendo sinceros, la pelirroja no aguantó demasiado el hecho de que poco a poco comenzaba a aburrirse o sentirse abrumada por tanto desorden…Además, como buena consentida, empezaba a sentirse sola en esa habitación. Suspiró, recargando su espalda contra la pared más cercana en lo que cerraba los ojos unos instantes…

Recordaba como en algunos momentos de su vida gozó plenamente y con toques grandes de irresponsabilidad el salir a cazar por simple devoción a sus instintos más primitivos. Si, de solo pensarlo apretaba las piernas de tanto en tanto, reviviendo los momentos exactos cuando sus colmillos perlados se enterraban en cuerpos humanos, bebiendo de ellos hasta saciar ampliamente su sed a como dé lugar e importándole poquísimo el destino de estos. Tal sabor metálico atravesando su garganta, tornándola más efusiva o quizás agresiva cual animal, algo que a fin de cuentas consideraba completamente normal…No podía olvidar las noches de luna llena donde compartía presas con su hermano gemelo, sin importar el sexo o la edad de estas fuentes andantes de alimento, era algo que añoraba en sus recónditos pensamientos más oscuros. Ah sí, estaba extasiada por esos recuerdos, pues la imagen vivida de la sangre ajena en sus labios o manos era el manjar más delicioso que pudiesen darle, sin lugar a dudas.

Indescriptible era cuando su sed llegaba al punto más álgido, imparable, voraz, una verdadera sádica que se regocijaba infinidad de veces. Claro estaba que era su pasado, pero uno que amenazaba salir consecuentemente segundo a segundo, algo que no le alegraba del todo, pero tampoco la avergonzaba…pues su orgullo era ser lo que era, una vampira de sangre pura, entregada al frenesí de la sangre. Tentador, quería seguir recordando esas vivencias especiales pero los ruidos en el otro extremo de la casa hicieron que automáticamente abriese aún más los ojos, recayendo en la nueva vida que estaba iniciando junto a él, su pareja, que aunque no fuese vampiro…supo ganarse el corazón de tal peligrosa mujer.

—En fin— Susurró de buenas a primeras, dejando todo a eso a un lado en lo que sin más, procedía a abandonar la habitación, yendo hacia el otro extremo de la casa para seguir el rastro del Vicealmirante, sin tardar demasiado en encontrarlo ocupado con algunas cosas, para variar, como requería toda mudanza. Sonrió por verle, en lo que acortaba distancias, paso a paso para abrazarle por detrás, sin cortarse a la hora de pegar su pecho contra la espalda tonificada ajena y por consiguiente, apoyando ambas manos a la altura del corazón, solo para cerrar los ojos unos momentos, entre sonrisas. —Hey, te extraño aun estando en la misma casa— Murmuró tranquila, soltándole a nueva cuenta para así desplazarse en frente de este, solo para abrazarlo otra vez pero con un poquito más de firmeza. No lo dudó, terminó poniéndose en puntas de pie para unir sus labios a los ajenos con notable necesidad, apenas ladeando el rostro para profundizar un poquito esto, separando el rostro cuando la falta de aire se hizo presente. —Realmente me gusta, elegiste bastante bien la casa. No se parece en nada a lo que estaba acostumbrada, sin embargo, empiezo a adorarla. Pero ahora quiero tu atención—

por **Alexey Zherdev** Vie Sep 02, 2016 2:47 am

Muchos pensaban que por venir de una familia acaudalada, carecía de las nociones básicas para vivir sin gente que lo atendiera pero…Yusuke siempre fue un poco enemigo del mismo dinero que siempre abundaba en su casa. Fue su decisión de aprender cómo vivir en normalidad que lo impulso en su momento a volverse militar y aunque termino amasando una fortuna propia, jamás cayo en los vicios propios de quienes poseían dinero a mares. Era diestro en lo necesario y no tenía problema alguno con macharse las manos o trabajar como lo estaba haciendo en ese momento, entre polvo y cajas…todo aquello tenía su propósito…todo era para darle poco a poco forma al hogar que deseaba tener con pareja. Esa mujer que venía de un núcleo aún más importante que el suyo pero que acepto dejarlo todo para embarcarse en esa aventura…ese nuevo inicio juntos.

Las cajas habían sido muchas pero finalmente estaban acomodadas en un sitio donde podrían revisarlas sin que estorbaran sus movimientos. No quedaba mucho más que hacer ahí abajo, excepto quizás empezar con la instalación eléctrica del sótano pero antes de poder iniciarla, un escalofrió muy agradable bajo por su espalda. No poseía los sentidos tan afinados como para detectarla desde lejos, no cuando estaba distraído, pero ese aroma tan…único era imposible de confundir —Hey…yo también te extraño y es más…estaba justo pensando en ti —Musitó por lo bajo antes de corresponder con delicadeza al beso, estrechando el cuerpo de la pelirroja contra el suyo mientras sus manos se deslizaban gustosas por su espalda. No cabía duda que esa mujer era lo más importante en su vida…difícilmente podía pensar en otra cosa que no fuese ella…sin importar que se encontrara haciendo —Tienes mi atención…pero primero, déjame te muestro algo —Murmuró en lo que tomaba su mano y la guiaba de vuelta al piso superior de la casa.

Habían cosas que aún no le contaba a su pareja…una de ellas era que gran parte de la edificación fue hecha por el mismo vicealmirante y por tanto…la casa poseía ciertos secretos interesantes dentro de su misma estructura. Una parte importante de esos secretos fueron pensados para ella…distintas maravillas destinadas a robarle un número infinito de sonrisas a su mujer —Se lo mucho que te disgusta el frio extremo…por eso idee una forma de poder disfrutar de las nevadas sin preocuparnos del viento —Explicó guiándola hacia la parte posterior de la cabaña que daba de frente al bosque que rodeaba su hogar. Allí Yusuke abrió una puerta que daba paso a un cuarto más pequeño sin ventanas de ningún tipo y donde solo se podía apreciar un sillón de aspecto bastante cómodo con una amplia alfombra negra en el suelo —Espero te guste esta sorpresa —Dijo soltando con cuidado a su compañera y luego de colocarse de frente a las paredes, junto ambas manos en un sonoro aplauso.

Apenas ambas chocaron, la madera comenzó a desaparecer, dejando al descubierto una amplia pared de cristal que les brindaba la perfecta visión del bosque nevado. Al mismo tiempo que la pared se transformó, varias luces se encendieron en las esquinas de la “ventana” además de un diseño en la misma madera el suelo, un símbolo que solo era visible cuando estas estaban brillando —Aprovechando que es de noche…y tenemos la luna en el cielo y la nieve a nuestro alrededor, pensé que sería buen momento de revelarte esto —Comentó girando hacia ella, mostrándole una amplia sonrisa mientras se acercaba y tomando su mano, la guio hacia el sofá —Ahora si…podemos hablar de lo que desees mi amor —Susurró el Dijin mientras depositaba un delicado beso en los labios de su compañera al mismo tiempo que poco a poco la hacía recostarse en el amplio mueble…iluminado en ese momento solo por las tenues luces y el titilante brillo lunar.

por **Akasha Leberecht** Vie Sep 02, 2016 2:12 pm

No tuvo más remedio que dejarse guiar por el contrario, aunque claramente estaba dispuesta a mencionarle algo lo suficientemente importante como para haber interrumpido así lo que estaba haciendo, sin embargo, tantas cosas tenía en su mente por ese entonces que su olvido fue bastante rápido a la mitad del camino, mientras le seguía con toda la intriga habida y por haber para saber justamente que tanto era eso que deseaba enseñarle. Sucumbió ante algún suspiro de cansancio, todavía restaba muchísimo por hacer y no había siquiera cumplido con la mitad, para su desgracia, ya que ordenar le resultaba un tanto tedioso…si, acostumbrada a que las maids de la mansión Leberecht lo hicieran por ella, no era obviamente el punto fuerte de la vampiresa, pero nada podía hacerse al respeto…Se contuvo también de mencionar palabra alguna, no hasta que con sus propios ojos notó la maravilla que el Dijin le mostraba…Si, sonrió con delicadeza pero entusiasmo, manteniendo ese brillo encantador en sus orbes rojizos en lo que volteaba a verle con todo el entusiasmo, abrazándole sin más por segunda vez en tan poco tiempo. —¡Me encanta, es perfecto!— Exclamó de buenas a primeras, mordiéndose levemente el labio inferior debido a esto. —Realmente te das maña para estas cosas, me agrada mucho…seguramente vamos pasar buen tiempo en esta habitación debido al clima poco grato de Tempus— Replicó al arquear una ceja, manteniéndole la mirada en todo momento. —El frio de Spatium no se compara a Tempus, y sinceramente este reino me parece muy soso, no me agrada en lo más mínimo— Admitió con orgullo evidente la vampiresa al recordar su amado reino natal, el que a fin de cuentas consideraba por muchos aspectos el mejor de todos, tanto políticamente como militarmente.

—Por cierto, ya estoy cansada de ordenar. ¿Merendamos algo?, tengo hambre y en vez de morderte prefiero que prepares algo no tan rico como sería tu sangre— Musitó mitad en bromas, mitad en serio, sacándole apenas la lengua para finalmente tomarlo de la mano y literalmente llevarlo arrastrando de ahí, porque quería y porque podía. —Debido a que hace tanto frio, mi hambre aumenta, aunque en climas cálidos también es así…bueno, digamos que…toda excusa es buena para comer algo cuando no subes de peso por ello. ¿Y si preparas café con leche? Y…amh…tostados, quiero tostados, con doble queso obviamente, jamón y…nada más. Creo— Dejó escapar una risita por lo bajo en lo que regresaba a la sala principal, dejándose caer boca abajo sobre el sillón con algo de agobio. —Demasiadas cajas, demasiadas cosas, pero…podría recobrar fuerzas si preparas lo que te dije, de otro modo, me temo que me quedaré aquí desplomada sin hacer nada los próximos cuatro o cinco siglos— Claro que perezosa estaba al respecto, por no decir demasiado. Fue cerrando lentamente los ojos, acomodándose un poco más hasta prácticamente hacerse una bolita, el sueño se compaginaba con un poco de cansancio que le fue evidente, al menos por ese gran bostezo donde los colmillos de la menor fueron más que evidentes. —Cerraré los ojos cincos minutos en lo que preparas las cosas, apura que muero de hambre, Alexey…—

por **Alexey Zherdev** Lun Sep 19, 2016 6:44 pm

A veces encontraba un poco complicado la paz que se respiraba en esa casa…o más bien dicho toda la paz que respiraba desde que su vida se unió a la de Akasha. Esa mujer siempre fue bastante singular en su forma de ser, en especial cuando apenas se conocieron. Ella era la típica niña noble que había tenido todo y que realmente nunca había puesto esfuerzo para ganar las cosas…pero no tardó en darse cuenta que aquello era simple apariencia. Resulto ser una persona con una personalidad muy diferente aunque la parte de noble mimada era verdad…razón por la cual estaba tan acostumbrado verla de pie en esa magna mansión que ahora tenerla dormitando a su lado…muchas veces le resultaba un tanto irreal, como si fuese un eterno sueño.

Obvio que no pudo aguantar la pequeña risa que se originó tras su petición. Resultaba un tanto difícil de creer que tuviera gustos tan…sencillos viendo la presencia que solía emanar la pelirroja —Vale vale…tostados y café…en camino, mi amor —Susurró levantándose del sofá no sin antes dejar un suave beso sobre los labios ajenos. Para un hombre que jamás gusto de atender a otros…Yusuke encontraba cierto placer en cumplir todos los pequeños caprichos que su pareja solía tener. Posiblemente de la misma forma se debió de sentir su padre cuando se convertía en un muñeco de felpa junto a su madre…quizás el único momento en que parecía “humano” —Por cierto si…tocas creo que el tercer botón en el panel del sillón, la chimenea se encenderá —Indicó mientras abría de nuevo la pared, desapareciendo por el pasillo.

Ventajosamente la casa no era demasiado grande pero al momento de llegar a la cocina…empezó a dudar si tenía las cosas para la comida. Entre la mudanza y las reparaciones finales, no recordaba si compro las cosas básicas para las primeras semanas. No le hubiera sorprendido que las alacenas estuvieran vacías…era algo muy típico suyo olvidarse de esos detalles pero por fortuna en la parte superior encontró un tachito pequeño de café y algo de pan —Ya me veía saliendo en este clima a buscar las cosas… —Murmuró por lo bajo mientras conectaba tanto la cafetera como la tostadora a la vez que preparaba lo demás en el mesón. Era bueno que no le pidieran nada demasiado elaborado ya que fuera de los ingredientes para esos tostados, estaban pelados de comida —Ya mañana… —Dijo apoyándose de brazos cruzados en la mesada mientras esperaba que el café se colara.

Lleva en una mano la bandeja no solo con lo pedido por su prometida pero también algunos platos con distintas frutas cortadas, todas oriundas de Spatium…gracias a los árboles que era capaz de hacer crecer. También aparte del café llevaba un té frutal que solía beber cuando terminaba atrapado en alguna tormenta…quizás lo mejor para mantener el cuerpo con una temperatura aceptable —Akasha ¿Sigues despierta? —Preguntó al entrar de espaldas a la habitación, notando la chimenea encendida pero fuera del crepitar del fuego todo era silencio —Amor…aquí esta lo que querías —Murmuró dejando la bandeja con las tazas humeantes sobre la mesa de centro, procediendo luego a besar de manera lenta los labios de la vampiresa…al mismo tiempo que dedicaba una delicada caricia a su rostro, acomodando en el proceso un par de sus cabellos tras su oreja izquierda.

por **Akasha Leberecht** Mar Oct 11, 2016 3:56 pm

Descansaba en paz, tranquila y a gusto cerca de una fuente de calor, inconsciente de todo lo que acontecía a su alrededor, sin embargo, poco duró esto. Al sentir el beso, la vampiresa frunció apenas el ceño y automáticamente abrió lentamente los ojos, posando esos orbes rojizos sobre el rostro del mayor para dedicarle una pequeña sonrisa efímera y bastante sutil. —Alexey…aun me parece un sueño despertar y verte. Tras la misión que tuviste que hacer en Tempus…no me acostumbraba a tu ausencia— Murmuró la pelirroja enderezándose lentamente sobre el sofá, un poco adormilada aun tras percibir el aroma de lo que él le había preparado. —Por cierto, quería esperar a que todo estuviese más tranquilo para poder decírtelo…prestamente atención— Susurró a nueva cuenta, acariciándole la mejilla con cuidado antes de empezar con su tan conocido berrinche. —No me opongo a que vivamos un tiempo en Tempus por tu trabajo, pero…¿no podríamos el reconsiderar estar seis meses en Spatium y seis meses aquí?. Es por demás de frio y me siento un poco sola cuando no estás…Además, no hay punto de comparación, Spatium supera por lejos a Tempus en varios aspectos—

Tras esto rio, relamiéndose apenas los labios en vista que lo más probable es que les diera la madrugada acomodando todo. Era una mala idea, apenas habían llegado y ella ya le proponía otra cosa…pobre Dijin, realmente ella reconocía que podía ser realmente insoportable e indecisa como así también caprichosa. Pero a diferencia de otras personas, ella lo tomaba en cuenta para consultarle, con el resto…solía imponer. Negó con cuidado, observándole atentamente a cualquier gesto que este pudiera hacer. —Tenemos demasiado que arreglar, pero me parece que después de comer un poco, iré a ducharme…me siento sucia entre tanto polvo— Terminó observándole de reojo, detenidamente, recayendo en cuenta que estaban completamente solos…y para desgracia, Akasha tenía aproximadamente unas varias horas acumuladas sin beber una gota de sangre. ¿Cómo salir con ese clima tan espantoso?, imposible…no lo consideraría a menos que fuera una emergencia de última instancia. —Es una pena que lo que preparaste con tanto cariño termine enfriándose, pero depende de ti el que no me demore demasiado, Alexey— Musitó cambiando drásticamente de personalidad, e incluso ligeros cambios físicos como por ejemplo, sus pupilas totalmente contraídas. —¿Opondrás mucha resistencia?, esperemos que no—

Ese instinto salvaje, animal, la incitaba a sucumbir ante su propia sed, una que hacia doler cada rincón del cuerpo, angustiantes que incluso acarreaba una penosa sensación como aquel que no bebe agua durante horas bajo rayo del inclemente sol. Fue deslizándose los centímetros restantes hacia él, separando aquellos carnosos labios rojizos para mostrar unos colmillos lo suficientemente blancos pero increíblemente filosos que irremediablemente buscaron su cuello. —Te lo dije. Te dije que esto eventualmente puede convertirse en un problema pero…no importa, lo que deseo ahora es beber de ti hasta quedar satisfecha— Susurró ladina pero sensual, acallándose el hecho de pensar “Hasta la última gota”. Prefería la sangre humana, pero tenía entendido que la de los Dijin era muchísimo más espesa y deliciosa…fue entonces cuando depositó un gélido beso en la zona del cuello, de lado derecho, volviendo a sonreír tras pensar en la obra que quería llevar a cabo.

La pelirroja llevó las manos alrededor de este, abrazándole con cuidado de momento, solo para deleitarse con el palpitar del corazón ajeno, casi rítmico, como si pudiera danzar al compás de este y ya sin aguardar más, profirió una mordida moderada, casi en éxtasis interior al percibir como los colmillos de la mujer perforaban la piel del contrario y en consecuencia iniciaba el deleita carmesí que atravesaba su garganta a un ritmo suave, lento. Cerró sus ojos, disfrutando el sabor dulzón de tal fluido vital, succionando de buenas a primeras de un modo relajado, pero a si mismo profundizando la mordida que aunque resultara dolorosa para él…poco le importaba en esos instantes de “perdición”.

por **Alexey Zherdev** Sáb Oct 15, 2016 9:56 pm

Vida hogareña, algo que siempre se dijo nunca llegaría a tener y ahora se encontraba arreglando su propio hogar junto a la mujer que pronto seria su esposa, algo que también era una completa sorpresa…tomando en cuenta la personalidad total del azabache. No solo era su manera de proceder ante las situaciones del mundo pero también su inhabilidad de lograr conectarse con la gente…defecto que en si nunca había impedido que su vida se desenvolviera con naturalidad pero claro, todo empezó a cambiar cuando esa mujer pelirroja entro en su vida…algo que también lo seguía dejando un tanto extrañado ya que ella misma siempre fue una persona muy difícil de tratar y hasta parecía fuera de la realidad que fuese ella quien terminó cambiándolo. Definitivamente uno no podía adivinar qué persona resultaría siendo aquel punto que causara un giro total en todo lo que conocías y llegarías a conocer.

—Esa misión fue de las duras que tuve que afrontar. No por lo que sucedió en ella sino porque me alejo de ti…fue la primera vez que me encontré en la situación donde tenía de echo una razón fuerte para volver a mi hogar…una que se separaba de lo laboral y de lo rutinario —Mencionó con calma mientras cortaba un pedazo del tostado que trajo en la bandeja, llevándolo hacia los labios de la menor a la vez que escuchaba su petición — ¿En Spatium? Para ser sincero lo había pensado desde hace un tiempo. Extraño un poco el clima del reino además que tengo memorias muy gratas de varios sitios pero creo que para hacerlo necesitamos buscar bien un lugar que sea cómodo para nosotros y en una ciudad no muy concurrida porque no quiero tener que lidiar con exceso de gente —A decir verdad tenía un lugar ya casi elegido…solo le faltaba mirar que las condiciones fueran cómodas para su pareja…después de todo los Damphir tenían necesidades un tanto complicadas.

Negó un tanto divertido, llegando incluso a soltar una pequeña risa mientras colocaba la bandeja un poco más lejos y deslizando su mano por el rostro de la pelirroja, quitaba algunas motas de polvo —No te preocupes por la comida y el arreglo…ya me encargare de eso yo —Dijo sin perder la sonrisa aunque pasados unos segundos su mente unió bien el significado tras las palabras ajenas, causando un pequeño salto hacia atrás como acto reflejo. No era precisamente una sorpresa que ella tuviese esa clase de hambre pero casi estaba seguro que se había alimentado…lo cual claramente era un error.

Lo siguiente fue un poco sorpresivo…no porque fuese la primera vez que lo veía sino porque era la primera vez que su persona era el blanco. No tenía miedo por su seguridad…después de todo era un genio elemental y dudaba mucho que la mordida de la pelirroja le hiciese demasiado daño…además que también confiaba en su pareja y en su habilidad de frenar llegado el momento — Si, me lo dijiste en muchas ocasiones y te respondo lo mismo que antes. Eres libre de hacer conmigo lo que gustes…yo no soy un simple humano y no soy tan frágil como otros. Si necesitas alimentarte, hazlo sin restricción alguna —Dijo a la vez que ahogaba un quedo gruñido cuando su piel fue perforada, sintiendo entonces algo que nunca había experimentado antes.

Lo primero que abordo su cuerpo fue dolor pero no al nivel que pensó que sería…fue una punzada moderada, no diferente a todo lo que antes había experimentado durante su larga trayectoria militar. Lo siguiente fue algo similar a un pulso de adrenalina que estimulo cada parte de su persona, causando una sacudida a su espalda a la vez que sus brazos se cerraron con firmeza sobre la cadera ajena, apegando aún más a la pelirroja contra su cuerpo —Supongo que…lo normal sería…estremecerse de dolor o querer alejarte pero…debo decir que me gusta esta sensación —Murmuró en una voz ronca y un tanto ahogada, deslizando sus manos por la espalda ajena, levantando un poco la blusa que llevaba mientras la guiaba de vuelta al sofá. No lo diría en voz alta pero…lejos de molestarle o incomodarle…que su pareja se encontrase alimentándose de su sangre, elevaba algunos puntos quizás no muy normales…ya que por alguna extraña razón, sentirla de esa manera despertaba en el marino el deseo de tomar a su compañera en ese mismo instante.

por **Akasha Leberecht** Lun Oct 24, 2016 5:21 pm

Poco a poco fue afirmando el agarre mientras se dedicaba a lo que más le gustaba hacer, alimentarse de la sangre ajena y aunque no fuera tan deliciosa como la de los vampiros, sus enemigos naturales, la del Dijin no era para menospreciar ni mucho menos…Entreabrió la mirada y en esos ojos rojizos tan perdidos se notaban pupilas tan contraídas como las de un felino, degustando el metálico sabor de aquel fluido vital llenar su boca e ir atravesándole la garganta…Las palabras del contrario sonaban lejanas, y casi no podía procesarlas como siempre, puesto que estaba absorta en algo que consideraba muchísimo más interesante y este era el sabor de la sangre, en alimentarse como el animal predador que podía volverla su propia sed, tan insaciable.

No supo porque su mente le trajo algunos recuerdos en la mansión Leberecht, siendo que de los gemelos no había sido ella la que nació más controlada, por el contrario, no importaba cuanta sangre bebiera de pequeña…siempre quería todavía más al punto de tenerla que encerrar ciertas noches porque resultaba un notable peligro, no solo para otros sino para sí misma. Pero todo fue cambiando al entrar en la adolescencia, donde salía con su hermano por las noches de “cacería” y apostaban por algunas presas en común, como si la vida de otro no valiese demasiado…Akasha tenía sus manos manchadas de sangre porque en más de una ocasión no supo detenerse a tiempo y entre esos recuerdos mórbidos o fetichistas, encontró que cierto placer era generado cuando se alimentaba de estos hasta que finalmente el corazón no les aguantaba más y terminaban muriendo entre sus brazos. Pero si, la heredera de los Leberecht había dado la misma incapacidad que su abuelo…un hombre notablemente sádico en cuanto a estos menesteres de raza se trataba, un hombre que cometió asesinatos múltiples y que posteriormente, el adinerado Damphyr terminó siendo cazado por un grupo de cazarecompensas…a él le costó la cabeza, y la pelirroja lo sabía pero era seguramente mucho más astuta.

Cerró los ojos extasiada, enterrando aún más los colmillos que sin pudor perforaban la piel ajena y para cuando apenas separó el rostro, lamió las perforaciones con la punta de la lengua al mismo tiempo que ascendía otro poco…precisamente donde captaba mejor el pulso del vicealmirante. Una de las arterias más importantes, tal vez, que tampoco fue librada de su destino al morder en esa nueva zona con la misma elegancia pero instinto demandante otra vez ya que lejos estaba de saciarse. La mano derecha de la mujer descansaba sobre el pecho del contrario mientras que la otra se mantenía detrás de la nuca de este, acariciándole muy de tanto en tanto sin caer en cuenta realmente sobre lo que estaba haciendo.

Poco tiempo estuvo alimentándose de esa zona, terminó alejando una vez más el rostro para observarle detenidamente…de aquellos labios carnosos brotaba un hilo de sangre e incluso sus colmillos estaban teñidos de tal pero volvieron a relucir igual de blancos cuando se pasó la lengua por los mismos. Esa mirada fría pero cautivadora continuaba puesta en el vicealmirante al mismo tiempo en que elevaba un tanto la manga de la camisa del brazo izquierdo, apartándola, solo para elevar la muñeca ajena hacia sus labios en lo que profería otra mordida…una más fuerte para disponerse verdaderamente a beber como correspondía. Se mostraba altiva, orgullosa y aunque le observara de reojo como desafiante, llevó su mano libre hacia el cuello del hombre, el que presionaba con moderada fuerza.

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater