Live and learn? [Privado: Alba, Serenade, Adrian]

Para romper la rutina y sin esperárselo, la academia de Tempus le había pedido que diera una especie de conferencia a los estudiantes de medicina, de esa promoción. La verdad es que al recibir la noticia se alegró mucho, pero tan pronto como pasaron los días y se acercó el viaje, empezó a ponerse nervioso. No tenía problema realmente a hablar en público pero no sabía muy bien qué decir. Se había preparado un bonito discurso pero temía sonar demasiado mecánico, como si lo estuviera recitando sin tener ni idea. Había pedido permiso al ministro y luego, a lomos de su fiel león Ramsés, se había puesto en marcha, volando con sus alas blancas hasta la academia. Hacía un tiempo bastante largo que no venía. Eso también le ponía nervioso.

Aterrizó en el patio, despejado. Se ajustó bien el traje y respiró hondo, solo tenía que avanzar unos cuantos metros hasta la entrada. No había nadie fuera, así que no tuvo que dar explicaciones al entrar, solo al pasar por el despacho de la directora, que no estaba, pero había una secretaria. Le explicó a lo que venía y ella le indicó hacia qué aula ir. Por los pasillos de la segunda planta sí que se encontró con algunas personas, pero no le dijeron nada, solo se le quedaron mirando. Derek entró a la clase para ver que habían bastantes estudiantes esperándole, pero no había llegado tarde, de hecho, había entrado diez minutos antes. Llegó hasta la mesa del profesor y se quedó de pie, mirándoles antes de saludar. Afortunadamente, le devolvieron el saludo y no armaron escándalo por el momento.

Empezó con una pequeña introducción, para asegurarse de que le comprendían. Quería mezclar la medicina con las artes sobrenaturales de la magia, para demostrar que la combinación podía ser la salvación de casi cualquier cosa. De que quizás, enfermedades sin cura pudieran desaparecer, así como mejorar diferentes dolencias físicas o psicológicas con un uso apropiado de la energía vital, después de todo, entregarle "vida" a alguien podía ser algo de lo que sacar muchos recursos. Les alentó a seguir estudiando y a evaluar la opción de intentar aprender las artes de la conjuración. Hizo una pausa, justo cuando un par de personas entraron, pero él no se quejó y poco después, terminó la charla que se había extendido hasta durar casi dos horas. A veces se motivaba mucho y se le notaba un auténtico apasionado de la medicina y la magia curativa.

Cuando les dio vía libre para marcharse, muchos de los estudiantes, futuros médicos, comentaban algunas ideas entre ellos. Unas más disparatadas que otras (como la de resucitar los muertos antes de la muerte, que era difícil de interpretar) o menos químicos para curar a la gente. Él... Bueno, quería quedarse un rato en el aula, sentado y meditando un poco. Sabía que alguien ocuparía ese lugar dentro de poco, pero hasta ese entonces, ahí se quedaba.

Off Rol:

Llevaba unos dias en la academia buscando información, pero ni mi querida amiga Serenade ni su padre estaban alli y hasta el momento solo había podido conversar con Allen.
La jornada de las conferencias de los expertos abria sus puertas en la academia y muchos porfesionales iban a dar sus charlas a los alumnos que esperaban ansiosos poder mejorar sus notas en los estudios o simplemente mejorarse a sí mismos.

Me enteré bien temprano que el mi compañero Caduceus del reino de Chaos, Derek, acudía hoy mismo a orientar a los alumnos de medicina. Sonreí ante la idea de que el año que viene me tocaría a mi dr esas charlas ya se daban cada 6 meses y las siguientes le tocaba a Spatium. Pero había algo en mi cabeza mucho mas importante... Mi madre.

Miré el enorme reloj de la escuela y me acerqué a la sala de profesores donde imagine que estaría Serenade con su padre, esperando tal como me dijeron. Serenade era extremadamente puntual cosa que yo era un total desastre, sobre todo porque me pierdo constantemente esté donde esté.
- Buenos dias perdona. ¿Por dónde está la sala de profesores? -Pregunté a un joven que caminaba despreocupado por el pasillo con una especie de ordenador bajo el brazo.
- Siga todo recto, luego la primera a la derecha, pasa el largo pasillo y al fondo.
Lo sé sonreí pero lo dijo tan rápido que creo que escuché hablar lengua goblin o algo que a saber. -Ehm... jejeje gracias..

Continué hacia delante y cuando llegué al cruce me meti a mano izquierda... ¿o tenía que haber ido por la derecha? Mis ojos se movían rapidos por todos lados viendo muchas salas a cada lado y gente saliendo y entrando bastante animados al parecer. -Ya me perdí.
Recordé que Serenade tiene un telefono que usa cuando esta en Tempus o en Spatium así que busqué el mio para llamarla pero vaya por dios otro despiste de los mios, no me di cuenta y marque a Allen Bathory en vez de a ella, menos mal que salto contestador y ... espero no haberlo molestado si esta en clases. -Etto... Sere... que ... ains ¡Qué me he perdido no se donde estoy!...

Estaba sentada en la sala de profesores con la única compañía de mi querido padre, hacia ya unos días que no le veía y eso no era propio de mi, estaba en constante contacto con el porque en el fondo de mi alma.. Espera, los híbridos de ángel y vampiro tenemos de eso?. Bueno en el fondo de mi ser me pena que se sintiera solo ya que Allen siempre estaba con madre y el solo me tenia a mi.
Podríamos ser una gran familia si la cabezona de Roxane se dignara a escucharle algún día, aunque ese deseo cada vez estaba más lejano, o eso al menos creo yo.
-Padre, ante todo te pido disculpas por haber estado ausente tantos días pero estoy... Bueno, estamos investigando algo muy importante y raro a la vez, toma asiento, quizá esto te deje tan asombrado como me paso a mi en su momento-. Le dije aguantándole la mirada y tratando de sonar seria.
Los rasgos faciales de mi padre se tersaron y frunzo el ceño. Sabia perfectamente que estaba pasando por la cabecita de Adrien Moloch en ese preciso instante, seguro que temía que algo malo me hubiera pasado y como cualquier padre estaba preocupado.

Me levante del sillón y fui a cerrar la puerta que estaba entreabierta; -Papá, Alba no esta bien, su madre...-, me detuve un instante y trague saliva, tenia las manos sobre mis piernas y no paras de jugar con mis pulgares debido a mi nerviosismo.
¿Pensara padre que estamos locas?-, me dije mientras me aclaraba la garganta para continuar.
-Papá, no sé muy bien como decirte esto sin que creas que tanto Alba como yo misma hemos perdido el juicio-, mire los ojos de mi padre y sin más dilación se lo solté; -Ivy esta viva papa, su cuerpo esta en casa de los Angelus y su alma en el cuerpo de Alba.- Concluí y me calle por unos instantes para que pudiera asimilar la información que le acababa de dar.
Tenia que acabar de contarle todo así que me levante y me senté en frente de el para poder mirarle de cerca a los ojos; -El alma de su madre quiere volver a su cuerpo y esta dañando involuntariamente a Alba, tengo... Tenemos que ayudarla papá, es mi mejor amiga.- Le dije mientras una lagrima caía por una de mis mejillas ante el pensamiento de que algo malo le pasara a la platina.

En mis últimas investigaciones tanto como en la biblioteca de la masión Moloch-Bathory como en otras bibliotecas de los tres reinos, las pistas coincidan guiándome hasta un libro con manuscritos antiguos, pero no tenia ni idea de por donde empezar a buscarlo y estaba segura de que mi padre me podría ayudar.
Al igual que Master, el padre de Alba, este podría ser de ayuda en los lugares sagrados que mi padre no ha podido acceder en su vida por su condición vampirica.
El padre de Alba y el mio en realidad poseían muchas semejanzas pese a ser dos razas incompatibles por naturaleza (y eso que yo soy una unión de esas dos razas), a veces cuando Alba hablaba con Master me recordaba tanto a mi hablando con mi padre que parecía que ellos dos fueran la misma persona. Sonreí levemente ante tal disparate.

Justo en ese instante me sonó el teléfono, era Alba que se había perdido por los pasillos de la academia, muy típico de ella; -Alba, ¿cómo que te has perdido?, ¿donde estás?. Mira sube al tercer piso, estoy en la sala de profesores con mi padre, es la última habitación del pasillo de la derecha. Date prisa, Derek empezará pronto-.
Colgué el teléfono y me levante para abrirle la puerta de la sala.

El caduceus de Chaos estaba en la academia de Tempus para dar varias charlas sobre sanación y cosas relacionadas, como era colega de Alba (y ahora mio) habíamos aprovechado para venir el día que le tocara dar las susodichas charlas para pedirle ayuda y consejo.
Por lo visto el joven tenia muchos conocimientos y era una persona discreta. 
Al fin vi venir a mi amiga venir corriendo hacia mi posición y le levante la mano en forma de saludo para que me viera.
-Alba!!!! Recuerdas a mi padre?-. Dije mientras la agarraba con suavidad del brazo para guiarla hasta dentro de la habitación.

Tener la visita de la familia mientras trabajo es algo que siempre encuentro agradable, mas cuando se trata de mi hija y la luz de mis ojos a quien siempre he querido con toda mi alma y consentido en todo lo que podía, Serenade. Hace un tiempo ella ha terminado su educación como sanadora en esta academia y, con gran fortuna, logró encontrar lugar de trabajo como Caduceus de este reino, lo que permite que sea mas fácil poder verla cuando yo quiera.

De todas maneras, aunque sabia lo bueno que era para ella visitarme y querer hablar conmigo, la conozco lo suficiente para saber que su expresión preocupada no es algo usual en ella, pues su forma de ser hace que, ante mis ojos, su rostro sea un libro abierto que yo puedo leer cuando y como quiera sin importar que otros solo vean un rostro impasible.

Y, como tal, cuando comenzó a hablar diciendo que ella se habia enterado de algo que sin duda alguna sacudiría mi mundo así como ha sacudido el de ella, pude saber que el tema iba a ser algo complicado de que hablar y que, a la larga, involucraría hacer algo que cualquier persona en su sano juicio consideraría como una irresponsabilidad sumamente peligrosa si yo simplemente asintiera y les dejara rienda suelta.

Pero claro, cuando me dijo lo que pasaba realmente, pude darme cuenta que tanto dramatismo solo servia para ocultar la bomba nuclear que cayó mas adelante. Digno de mi hija, supongo, igual de dramática que su padre.

Pero habia algo que primero pasó por mi cabeza cuando pude recobrar esa facultad, aun cuando mi rostro no mostraba cambio alguno: ¿Master sabe de esto? ¿Y como es que ellas se enteraron de tal cosa? Porque dudo que Ivy, o su alma, simplemente haya decidido ir y decirle a su hija "Hola hija, soy el alma de tu madre y estoy encerrada en tu cuerpo. No quiero alarmarte, pero si no me dejas libre voy a lastimarte mucho porque un cuerpo no puede tener dos almas". Bueno, en si si puede tener dos almas, pero es un caso especial e implicaría que sea un cuerpo de la misma raza que el mio, es decir, un Ancestro.

¿Saben? Es bueno que ahora mismo tengo una copa de Chianti en las manos, porque necesito embriagarme. De hecho, es posible que el vino no sea tan fuerte como para causar un efecto notable en mi sobriedad, pero debería intentarlo. Mientras tanto, Serenade estuvo hablando por teléfono con quien parecía ser Alba, que pareciera ser que se habia perdido buscando el camino que le trajera a esta misma sala de profesores en la que estábamos mi hija y yo. Eso es, ciertamente, un detalle que no preocupaba demasiado, pero al menos me permitía recobrar mis cabales tras haber oído algo descabellado, pues Sere fue en busca de su amiga mas querida, a quien presentó cuando la tuve frente a mis ojos.

Al menos, de momento yo estaba pensando en otra cosa, así que no creo que se sintiera muy mal por la sacudida de mi cabeza que hice a modo de saludo, pues no estaba para hablar visto que mi mente estaba ocupada por algo de Serenade.

¿Por que ese cliché de la lagrima solitaria cayendo por una mejilla? Fisiologicamente el cuerpo no funciona así. Estoy mas que seguro que si le pregunto a un medico al respecto, diría que usualmente cuando una persona llora, lo hace de los dos ojos y conductos lacrimales a menos que haya algo malo con uno de ellos. En ese caso, ahí si se puede aceptar que haya una sola lagrima cayendo.

Pero he aquí que al menos sabia los detalles mínimos y necesarios al respecto del problema, y se muy bien como esto es algo que la ciencia moderna no puede solucionar, incluso con toda la tecnología de Tempus de por medio. Tomando aire para poder ganar un poco mas de tiempo, liberé un largo suspiro al pensar en que las cosas que debían hacerse terminarían siendo algo que va en contra de la misma naturaleza y leyes del mundo, pues sabia de buenas a primeras la clase de problema en la que se incurre cuando se trata de hacer que un cuerpo recupere su alma una vez que esta ha sido arrancada. De hecho, incluso cuando se trata de manifestar corporalmente un alma que mi propio cuerpo posee ya es algo complicado y que puede tener ciertas repercusiones peligrosas.

-Voy a dar por hecho, hija mía, que ya has estado investigando en la sección publica de la biblioteca en la mansión, ¿no?-Pregunté con una ceja enarcada, escondiendo mis labios tras la copa de vino tinto que sostenía entre mis dedos actualmente, una precaución mas a la hora de mantener una fría neutralidad y aire apático cuando se tratan temas de tanta delicadeza-Si es así, allí no encontrarán nada en lo absoluto que pueda ayudarles. Lo que si puedo hacer es indicarles en la dirección correcta: Hace un tiempo tuve un libro sobre rituales de magia arcana muy antigua, proveniente de los primeros siglos desde el surgimiento del reino de Chaos, pero hace unos años lo entregué a alguien que lo necesitaba mas.

Una sonrisa ladina que, irónicamente, nadie era capaz de ver en ningún momento desde que tuve que tomar cargo como subdirector de la academia es la expresión que ahora adornaba mis facciones cuando pensaba en ese demente del Archimago, como yo mismo he comenzado a llamarlo por su facilidad a la hora de teorizar y poner en practica muchísimas clases de hechizos de toda índole y variedad. Creo recordar que, precisamente, ese tomo arcano fue entregado porque estuvo ayudando a la hora de hacer que uno de sus últimos hechizos, una formula de sellos derivados de magia demoníaca que servia para imbuir al usuario de gran fuerza física, fuera creado.

He oído noticias sobre su posterior desaparición y retiro de la esfera política del reino de la guerra, pero aunque todos conocen que oficialmente se ha retirado, la mayor parte del público no sabe las verdaderas razones que le llevaron a hacer eso a Azazel. Es bueno, en todo caso, que yo no sea precisamente parte de la mayor parte del público, pues es natural que sepa -al ser alguien que facilitó conocimientos e información al susodicho ex ministro- que el líder de la familia Berith haya decidido tomarse vacaciones por tiempo indefinido para centrar su atención en investigar sucesos paranormales y seguir inventando mas magia.

-Naturalmente, no podrían pedirle a esta persona que les entregue el libro, pero se que el ha dejado todo el material bajo llave en su laboratorio de investigación con el fin de que solo yo o su asistente podamos pasar a retirar lo que le he prestado.-Dije, al final decidiendo continuar con la conversación que tenia con mi hija para que esta supiera que habían varios escapes mas, por mas que estuviera en contra de lo que ellas querían hacer, mientras con mis manos escribia rapidamente en un papel varias cosas antes de entregarle la hoja a mi hija-Según tengo entendido, el Caduceus de Chaos se encuentra presente dando una conferencia sobre medicina aquí en la academia. Búsquenlo y entréguenle este papel de mi parte, diciéndole que tienen que visitar el taller mágico de Azazel. Todas las indicaciones necesarias se encuentran allí anotadas para poder entrar en el lugar. Allí van a encontrar sus respuestas, por mas que termine siendo algo que no les va a gustar en lo absoluto.

No mucho mas era lo que podía hacerse en este caso. Honestamente, aunque me alegraba saber que Ivy seguia viva y todo lo que eso suponia para la sanación de uno de mis mas viejos y queridos amigos, tengo muy en claro que las chances de lograr que esto salga a la perfección y con un resultado satisfactorio son realmente bajas. El libro, en si mismo, no es necesario pues recuerdo con facilidad el hechizo que deben realizar y las preparaciones a seguir, pero tener que hacer esto es algo que ellas deben hacer por su propia cuenta, ademas de que no quiero ser el responsable de elevar las esperanzas de Master antes de romperlas a pedazos.

No puedo hacerle eso, no despues de su perdida.

-Solo prométanme una cosa, Serenade: Pase lo que pase, traten de tener cuidado. Esta es magia muy peligrosa, mas si el alma de Ivy se encuentra dentro del cuerpo de Alba.-Exclamé con preocupación y usando, tal vez, un tono mas fuerte de lo que esperaba utilizar, pero si era lo suficiente como para poner a la vista el riesgo que estaban corriendo, sea así y yo seguiré siendo un monstruo-Los dioses saben que esto no va a ser algo hermoso. Jugar con estas cosas no es algo que deba hacerse, algo que incluso expertos en esta clase de magia antigua no harían sin una razon verdaderamente valida.

Beatrice Feline intentaba no pensar en cosas personales manteniendo su mente atareada en todos los trabajos que podía realizar. Le dolía en lo más profundo de su ser sentirse vacía sin su otra mitad y esa marcha repentina cosa que ni siquiera ella sabía, ella… que había sido prácticamente su sombra desde niña se sentía totalmente inútil de no cumplir su deseo y su mayor trabajo… no separarse de él. Beatrice echaba de menos a Azazel y hasta que no ha estado separada de el mismo no se ha dado cuenta que por más que le doliera el pensar que no compartiría su vida con él de la forma deseada, era demasiado dolor no tenerlo cerca, no serle útil no acompañarlo.

Por eso ahora mismo estaba en la academia de Tempus. Hacía falta alguien que escoltara a Derek para realizar sus jornadas de charlas. El caduceus de Chaos se había convertido en un ser muy importante en todo Spirit Soul y sus colegas de medicina y otras especialidades le pedían ayuda y consejo muy a menudo. No era la primera vez que ella acompañaba a Derek, posiblemente tal como estaba transcurriendo las cosas no sería la última.

Estaba lo suficientemente cansada como para estar echada sobre una silla en la sala de profesores. Transformada en su forma hermosa de gata angora blanca, permanecía todo lo dormida que un felino puede estar en un lugar cómodo, enroscada en su cuerpecito peludo apenas moviendo sus orejitas al escuchar algún que otro caminar etc, pero su posición, detrás de aquel hombre imponente era segura ya que cualquiera estaría pendiente de él y no se fijaría en que ella estaba también ahí. A todo esto se sumaba que el lugar era perfecto para descansar ya que había mucho ruido y a fin y a cabo Derek cuando terminara esa charla tenía que venir aquí a recoger sus cosas.

Todo bien hasta que a conversación comenzó. Beatrice permaneció en silencio total escuchando pacientemente la conversación de los demás. Si, sabía que no estaba bien pero bueno una nekogami aprende a hacer muchas cosas en su vida estén bien o no, en Chaos todo valía y eso es algo que Beatrice aprendió desde pronta edad.
No pudo evitar sentir un vuelco al sentir el nombre de su ser amado, entreabriendo aquellos ojos felinos heterocromos con un brillo triste que apocaba la hermosura del exotismo de estos. No pudo permanecer más en el anonimato, pues era posible que aquel hombre supiera donde estaba su señor.

-Disculpen el atrevimiento y la quizás mala educación, pero estaban tan metidos en conversación que cuando me di cuenta y no sabía que realizar por mi parte. –Dijo la nekogami intentando disculpar su modo espía espontáneo.
Se incorporó y estiró su cuerpo felino lanzándose bajo la silla tomando forma de mujer que no pudo impedir que sacudiera su cuerpo, especialmente la cabeza, agitando su larga melena rubia casi albina.
-Beatrice Feline. –Dijo inclinándose con respeto y educación en un saludo humilde. –Justa hablaba de mí. Soy la asistente de Azazel. –Dijo dando un pequeño suspiro retomando aliento. –Me gustaría comentar esta conversación con más detalle, pero me temo que es crucial que Derek se encuentre con nosotros, así que con su permiso yo misma iré a buscarlo y lo traeré con ustedes. –Extendió la mano para tomar la carta dirigida a Derek y marcho en busca de él para custodiarlo a la sala de profesores.

Una vez solo, en silencio, abrió la carpeta y revisó algunas hojas que tenía. Al final había ignorado el pequeño guión que se había hecho. Hablar delante de la gente siempre le había costado y aunque esta no había sido una excepción, le había salido muy bien. No se le había olvidado nada: Probablemente los estudiantes hubieran notado el nerviosismo del doctor. Que respiraba más rápido de lo normal, aunque las pausas durante la conferencia habían sido perfectas. Se dijo a si mismo que tenía que practicar ¿Cuándo? Pues cuando fuera. No podía ponerse nervioso, aunque a veces se dejara llevar. Revisó la hora y se levantó de la silla, dio un suspiro y se aproximó a la puerta de la clase, con bastante calma. Al abrirla se dio un grata sorpresa, encontrándose a su escolta. Le sonrió con amabilidad e inclinó la cabeza, a modo de pequeña reverencia y saludo educado.

-Buenas, señorita Beatrice.- Le repite, como si no la hubiera visto antes de partir. -Creo que la conferencia ha ido bastante bien.

El Caduceus termina preguntándole a la gatita sobre lo que ha estado haciendo durante su charla, por si se ha aburrido demasiado. Lo cierto es que ahora que lo pensaba, quizá debería haberla hecho entrar también y al menos estaría entretenida. Ella le dio un papel de parte del sub-director de la academia. Le dio mucha curiosidad y se paró en medio del pasillo, apoyando la espalda en la pared para leerla. Aunque no sabía lo que pasaba en su totalidad, se olía que todo esto era un lío peligroso, pero si recurrían a él, un hombre tan legal, debía ser muy importante. Asintió, doblando el papel y guardándolo entre sus ropas, donde sabe que no se va a perder. Le da una palmada amistosa a Beatrice y comienza a moverse a su lado.

Le comenta que a priori, suena un poco descabellado, pero que primero quiere hablar con los que necesitan ir allí para obtener algo más de información. Subiendo a la segunda planta y recorriendo parte del pasillo, llegan hasta la sala de profesores, que está cerrada, pero sin ningún tipo de bloqueo. Llama antes de entrar y una vez obtiene el permiso, se adelanta hasta pasar el umbral. Hace una reverencia inclinando un poco el cuerpo y luego les sonríe a los presentes. Espera a que Beatrice cierre la puerta, observando a todos con curiosidad. Lo cierto es que no conocía a nadie, pero la jovencita del pelo lila le resultaba familiar, aunque fuese un poco. Siendo sinceros, no iba muy bien de relaciones sociales, pero no era porque fuera desagradable, sino porque siempre estaba ocupado.

-Buenos días, soy Derek Stiles, el Caduceus de Chaos.- Extendió la mano derecha hacia los demás para estrecharla con todos. -Tomemos asiento ¿Sí? Hablemos.

Fue hasta una de las sillas, cualquiera de ellas para sentarse y dejar su carpeta sobre la mesa, sin estorbar alguna cosa que hubieran dejado los profesores. No tenían de qué preocuparse, ya que el sub-director podía pedirle a cualquiera que quisiera entrar, que se esperase un poco y terminar de hablar allí. Derek lo prefería, con calma, después de todo, quizá no fuese una charla muy larga y ya poco a poco pudieran darle detalles. Siempre tan diplomático él: Quizá esa fuera de las facetas que más le gustaba a la gente. Alguien que no alzaba la voz casi nunca.

-Cuéntenme... ¿Qué sucede para que quieran ir a ese taller?- Susurró, en un tono suave y audible solo por los presentes dentro de la sala. -Os acompañaré.

Escuché con atención las instrucciones de mi amiga y era como que obvio que había tomado el camino contrario, así que… - ¡Vueeelta atrás! – dije con entusiasmo girándome y chocándome con el pecho de un alumno que parecía hecho de piedra. – Ains… disculpe. –Le indiqué y salí corriendo por aquellos pasillos hasta que escuché la voz de Sere y menos mal que la vi porque yo seguía corriendo hacia delante.

-Holaaa. –Le dije con un tono suave, aliviada de verla y acercándome a ella sonriendo acomodando mi agitada respiración de aquel pequeño maratón que yo sola me metí tontamente por los pasillos de la Gran Academia. Todo bien hasta que… lo vi a él… Adrian Moloch. Me paré en seco en la entrada de la sala de profesores mientras movía la mano lentamente, alzada a media altura en señal de hola… Me puse toda tensa, ese hombre tenía la capacidad de ponerme el vello de punta, acelerarme el corazón como si fuera a darme un ataque cardíaco y subirme la temperatura corporal… ojo nada raro es que Adrian, el padre de Sere y Allen… siempre… ¡Me dio miedo!

En ese momento tenso solo pude recordar las veces que iba personalmente a recoger o dejar a su hija en mi casa y me escondía detrás de mi padre usándolo a modo de escudo contra papas que daban miedo.
“Uhh me está mirando…” –Etto… Buenos días Sr… Moloch… je…jeje… -Ya me entró la risa nerviosa, pero como me di cuenta de ello como pude de forma rápida, doble el tronco con las manos unidas a delante en señal de saludo respetuoso, esperando que cuando me pusiera recta, la gota de sudor del mal rato ya hubiera pasado de sobra mi sien.

Serenade y Allen tenían esa mirada de su padre, sobretodo Allen que era igual que el con esas intensas miradas que daban miedito, pero Allen… era Allen. Menos mal que mi amiga tiene esa hermosa mirada de largas pestañas que me recuerda que es mi amiga y no me va comer viva… jeje Gracias a los dioses la genética de su mama angel, aunque no se quién es peor, porque Serenade enfadada es peor que Allen… creo…

Ya me desvarío del tema como siempre distrayéndome de todo lo que me rodea. Hasta entrar de nuevo situación, donde ya aquellos infantiles pensamientos con gracia, se esfumaron por culpa de la nefasta realidad, de mi historia cruel. Solo pude asentir en silencio, deseando soportar y aguantar todo lo que iba pasando con preocupación.

Lo que no me esperaba es que apareciese aquella mujer gato. Aquello me hizo dar un bote en el asiento en donde me había sentado a esperar y escuchar todo. Que susto me dio, ahora entiendo porque llevan cascabeles siempre, para no matarnos de un susto cuando aparecen de pronto.

Fuera como fuese no tardo nada en aparecer en el lugar mi colega de Chaos. Había tenido algún que otro contacto profesional con él, alguien muy reservado pero de una inteligencia estupenda. Lástima que este en Chaos, su mente se podía aprovechar en otros lugares mejor, pero también es cierto que gente como él era necesaria en reinos como ese. – ¡Buenos días Derek!

-Les agradezco a todos enormemente su ayuda, no saben lo que significa esto para mí. –Dije antes de contarte toda la historia ocurrida a Derek para que el comprendiera la situación tan complicada en la que me encontraba en estos momentos.
Intenté hacerlo lo más rápido posible, obviando detalles que de sobra sé que Derek tiene conocimientos como para comprenderlos y omitirlos para no hacer eterna una explicación.
- Necesitamos sin duda ese libro porque ahí podemos saber como tengo que hacer para devolverle el alma a mi madre.

Una gata que habla y que desaparece sin más, un padre que cuestiona mi inteligencia superior a la suya, un colega al que no conozco y mi mejor amiga perdida por los pasillos de la academia, ¿y luego se preguntan porque estoy medio loca? Bitch, please.
-Padre, me ofendes. He buscado por la mansión, he buscado hasta en los viejos libros del sótano de la mansión y hasta en los aposentos de la abuela donde guarda sus pertenencias en busca de algo, de una pista. Pero no encuentro nada claro.- Le dije a mi padre mirándole de reojo por preguntarme tal cosa.
Alba se puso tensa cuando tuvo a mi padre cara a cara, a fin de cuentas siempre le tuvo miedo desde su niñez, aunque yo encontrara a mi padre como uno de los vampiros más sexys del mundo también habia que admitir que sus facciones marcadas podrían asustar a la gente que no lo conocía.
Conociendo a Alba estaba apunto de salir por patas de sala por temor a que mi padre se la comiera, pero se sentía agusto con mi presencia y no lo hizo.

Finalmente mi padre, el ser más sarcástico que conocía nos dijo en pocas palabras que habíamos estado perdiendo el tiempo, pues en casa no había nada que nos sirviera de ayuda, fulminé a Alba con la mirada, aquella maldita cabezona no me dejo preguntarle a mi padre antes por no involucrarle pero habíamos estado perdiendo un tiempo precioso. Bueno, al menos los libros estaban más limpios que nunca gracias al polvo que les quitamos de encima al buscar respuestas.
El caduceus de Chaos estaba aquí por suerte, como siempre me adelantaba a todos y elegí la visita de hoy a la academia para visitar a padre, según mi progenitor Derek nos podría ayudar.

Entramos en la sala donde Stiles estaba dando su conferencia en silencio y nos posicionamos casi al final de la misma, le escuche con atención ya que estaba segura de que podría aprender tantas cosas de Derek como las que estaba aprendiendo de Alba desde que ascendí a Caduceus, las palabras del joven Cadeus de Chaos eran totalmente entendibles, su forma de explicarse ante un publico tan diverso me hicieron admirarle.
Una vez hubo terminado la conferencia nos quedamos a solas con el, estreche mi mano con la suya y me presente; -Buenos días señor Stiles, soy Serenade Bathory, la nueva Caduceus de Tempus. Es un honor para mi poder conocer a una celebridad como usted en cuanto al campo de la medicina se refiere, espero poder ir a su reino brevemente cuando acabemos con todo este asunto que concierne a mi amiga, el motivo por el que necesitamos acceder al taller como mi amiga le indica es sacar el alma de Ivy del cuerpo de Alba, mi padre el excelentísimo señor Adrian Moloch nos a confesado que de existir tal documento se encontraría en ese lugar y que solo usted nos podría ayudar-, concluí a lo que ya Alba había explicado.

-Agradecemos infinitamente su ayuda señor Stiles, ¿o prefiere que le llame Derek?. Nos urge encontrar una solución a este tema cuanto antes ya que no sabemos las consecuencias negativas que esta teniendo en Alba el tener un alma atrapada en su cuerpo aparte de la suya propia-, dije mientras le guiñaba un ojo a Alba haciéndole saber con ese simple gesto de que todo estaba bien.

¿Puedo confiar en que ellas harán lo que deben hacer y no mas de lo que corresponde a personas jóvenes? ¿Puedo creer en que simplemente dejaran esta tonta búsqueda de una solución mágica a un problema sin solución? Si, me preocupa enormemente que el alma de Ivy esté encerrada en un lugar donde no debe estar, y que por eso su hija esté sufriendo enormemente, o al menos pareciera ser que esa es la verdad del asunto para mi hija y su amiga. Supongo que ella, a su manera, siempre ha sido una persona honesta y que jamas me ha mentido, y es aun así bastante difícil que ella pueda mentirme por mas que crea que su inteligencia es superior a la mía.

Heh, "inteligencia". No es lo que aprendemos, ni la cantidad de conocimientos académicos que se adquieren lo que determina si una persona sabe o no como actuar. Eso, curiosamente, viene determinado por las experiencias que hemos vivido, las que nos han forjado una y otra vez, a veces para bien... a veces para mal. Yo lo se, yo he vivido muchas cosas y he visto muchas cosas que cualquiera en su sano juicio podría cuestionar, pues estamos hablando de que soy un vampiro de muy alta alcurnia... de la nobleza, incluso, podría decirse. No digo que podría llegar a ser "el rey de los vampiros", pero si una figura de alto poder político en la especie por el simple hecho de que mi sangre es mas pura que la de otros vampiros. Bueno... no realmente "pura" en el sentido de que soy mas vampiro, sino simplemente porque mi linea de sangre es una que se ha venido perpetuando desde milenios y, por eso, su poder es mucho mas concentrado.

Poder que, en si mismo, no se ha visto reflejado en mi hija. Si, ella tiene su poder, pero no es uno similar al mio. No por ello voy a dejar de amarla con todo mi corazón. Y mi hijo, aquel del que nunca supe...

-Doctor Stiles, un gusto conocerle. Por favor, tome asiento. ¿Desea beber una copa de vino?-Comenté al recién llegado, al hombre de medicina que habia estado anteriormente en una charla oficial de la Academia frente a quien sabe cuantos alumnos, algo de lo que yo tengo conocimientos pues es parte de mis funciones como subdirector de la Academia el saber estas cosas y organizarlas-Como mi hija y su amiga le han dicho, deben ir al taller de hechicería del ex-ministro Azazel Berith en busca de un grimorio muy especial. Supongo que un hombre docto y un erudito en toda regla como usted sabrá reconocer la importancia que este tomo en particular, el "Shams al-Ma'arif". Ese libro, uno de mi posesión y que he cedido al ausente Azazel, se encuentra en ese lugar. Ellas requerirán de su ayuda para entrar en el lugar, a sabiendas de que el ministro le ha confiado ciertos detalles particulares del taller.

Curioso. Mi explicación, a final de cuentas, era la que realmente importaba en todo este asunto, y que ademas fue la mas larga y detallada al respecto, pues soy en cierta forma el único que sabe mas sobre el asunto pese a que mi hija y mi sobrina postiza son quienes realmente tienen una idea de que debe hacerse. Claro, yo me se de memoria el libro y podría incluso hacerles una copia escrita a mano y autografiada (Heh, eso seria gracioso) si así fuera necesario y requerido... pero es mejor que no sepan que toda esta aventura puede acabarse fácilmente, ¿no? No tiene gracia que un viaje de conocimiento en el que ellas deban enfrentarse a sus propias dudas y temores les sea arrebatado de esta manera.

Es... un mal necesario, solo para que puedan madurar un poco mas y aceptar que hay algunas cosas que son inevitables en este mundo. La muerte una de ellas.

Dicho sea, no me sorprendería si tengo por ahí una copia digital en mi disco duro. Se que habia estado digitalizando mis libros para tenerlos a mano por si se estropeaban, pero no es lo mismo que tener un viejo libro empolvado y con olor a antigüedad...

-Creo que igualmente no es necesario remarcar esto a estas alturas, pero me gustaría que mi hija y mi... "sobrina", por decirlo de cierta forma, estén a salvo, señor Stiles.-Exclamé, bebiendo un largo trago de mi copa de vino tinto de sabor inigualable, una mezcla de uvas especialmente seleccionada para saciar mi sed y para simular con su color a aquel poseído por la sangre, algo que sinceramente dudo que se le haya escapado a la vista a mis visitantes-Naturalmente, espero que usted tenga cuidado a su vez, y no quiero que hagan algo que pueda atentar contra la misma naturaleza del mundo, ni tampoco que jueguen con fuerzas que es mejor no cortejar.

Ah, jóvenes. Se que van a hacer cosas de las que luego van a arrepentirse al querer salvar el alma y el cuerpo de Ivy Angelus, y por eso creo que será necesario que yo siga los pasos de estos tres temerarios aventureros. Al final, se que van a cometer un error, pues como vengo diciendo de antes, hay fuerzas con las que no hay que meterse... Master bien lo sabe ya a estas alturas, y estoy seguro de que Azazel también lo sabe. Por algo el solo ha usado los conocimientos básicos que se encuentran al inicio del libro y que constituyen una medida de seguridad preventiva para lo que viene después...

Hm, manipulación de almas. Un juego peligroso, si yo debo definirlo de alguna manera.