Traición, sangre y gloria. [Mini-Trama]

por **Kougyoku Ren** Miér Ago 31, 2016 4:06 pm

Traición, sangre y gloria

Reseña

Una importante orden fue enviada por el regente máximo, una misión que debía ser llevada a cabo por el primo dei, líder de los 5 grandes guardianes del lord y el quintus dei, posiblemente el hombre más fiel al máximo líder. El trabajo era simple, debían rastrear el paradero de un reportero de la afamada Tempus Company que respondía al nombre de Victor. Este hombre era blanco no solo por encubrir el paradero de quien lidera la revolución pero también por ser poseedor de un documento cuyo contenido no debía ser conocido por nadie en Spirit Soul. Los guerreros tenían sus órdenes, dar con este hombre y ejecutarlo sin demora alguna pero no sería tan fácil como muchos pensaban. Como la misma compañía, sus empleados sabían cómo esconderse de incluso los más altos en el rango militar, dejándoles solo una alternativa.

Su primer paso debía ser en la misma TC…iban a necesitar la ayuda del afamado presidente y creador de esa empresa pero ese hombre era un misterio…no solo su vida pero sus intenciones, dejando el resultado de esa comitiva en una gran interrogante. La batalla que se avecinaba seria difícil…muchas cosas alterarían los panoramas del mundo y poco a poco…las verdades ocultas volverían a resurgir. Todo estaba en manos de esos dos soldados pero…¿Serán capaces de frenar solos…esa violenta tormenta que se puede sentir en el horizonte?

Atte: Staff de Spirit Soul

Created by Kishimura Shō

por **Izaak K. Arliden** Jue Sep 01, 2016 12:01 pm

Las gotas de lluvia caían... el miraba detrás de la ventana con una mirada ausente y pensativa, una agenda en la mano, desgastada y amarillenta por los años, llevaba un cinto rojo, para marcar, una letra casi borrosa por la cadencia del tiempo, el azabache recargaba su mentón en la palma de sus manos, mientras miraba a las afueras y se deleitaba con el sonido de la lluvia caer, gota a gota, el rocío de la tarde y los nubarrones ocultando aquel hermoso cielo azulado de los aposentos de Dominus Castle, la tarde era para recordar memorias, entristecida y sosa, todo lo que saliera de él en ese momento, no era más que recuerdos encerrados en su mente, lleno de derrotas y desaliento. No era un buen día para recibir visitas, pues estando en su propia mente, no quería ser interrumpido, por nada ni nadie.

Aspiro tranquilamente, al sentir su presencia detrás de la puerta, siempre dudando si tocar o no, esa chica era muy recatada con eso, en ocasiones no podía evitar que ella se comportará así, se acarició un poco las sienes y se volteó a la puerta, esperando que golpeara, pero nada emanó de la puerta, solo el silencio de la chica que por detrás, se preparaba para soltar un discurso de dos palabras y evitar su mirada — ¿Has venido a verme, cierto? — dijo sin cambiar de posición, más que hacer girar la silla en la que estaba descansando. La puerta se abrió lenta y sutilmente, con mucha delicadeza y de ahí, una cabellera rubia se asomó, tímida y aniñada, casi llorosa y débil por como acechaba apenas del borde de la puerta, le causaba mucha gracia, pero así era ella — Chiara ¿qué es lo que pasa ahora? — preguntó despacio, para no hacer que ella se sobresaltara.

La chica destiló un aura vivaz y fugaz al escucharle hablar, sus ojos ardían de felicidad mientras se acercaba hacía el escritorio del Custos — Parece que a diferencia de mi, la lluvia te pone como niña que gusta chapotear sobre la acera — agregó el Custos como broma, mientras que la chica, frunciendo el ceño, casi dejando a la vista un puchero infantil — No mi señor, es solo que he venido a traerle ordenes del Lord — Izaak soltó un suspiro casino y tomó la carta que la chica llevaba entre las manos y comenzó a leer, con lentitud, ya que incluso, sus movimientos era lentos de solo verlo, pero sus parpados comenzaron a cambiar conforme iba leyendo, los cambios de tono en el pelinegro dieron un giro drástico, casi asustando a la chica, quien si no le conociera, saldría corriendo ese instante o no había podido aguantarse soltar el líquido en el baño.

Se levantó muy suave para estar enojado, guardó sus cosas en un cajón de su escritorio y miró a la chica serio — Debo salir, Chiara, te encargo la seguridad de Dominus — con un saludo militar la chica salió del lugar, mientras el Custos comenzaba su preparación enseguida. Llevaba una ropa demasiado elegante como militar, un sacó negro con el rango en los hombros, una camisa blanca y una corbata roja, con un chaleco del mismo color, pantalón y zapatos igualmente negros, un gorro en la cabeza y varias medallas que decoraban su mismo saco, caminaba por los pasillos del ejercito, hasta llegar a la zona de los Guerreros Gladius, donde caminó cuidadosamente, mirando sus rostros y saludando con la cabeza a todo aquel que se le cruzara y al final se detuvo cerca de ella, absorbiendo su aroma y sonriendo, su cabellera carmesí... una silueta perfectamente detallada y fue caminando detrás de ella ocultando su presencia en el aire que se respiraba y estando muy cerca de ella volvió hacer obvia su presencia — My queen, ¿me concedería unos minutos? — dijo con respeto, quitándose el sombrero.

Interacción:

por **Gissel Gremory** Jue Sep 01, 2016 5:25 pm

Sus días como siempre eran bastante productivos, cuando no se encontraba entrenando para mejorar como guerrera, estaba en alguna que otra misión comandada por el ministro, hombre al que estaba aprendiendo a tomarle confianza, a verlo como líder y por esas mismas causas lo respetaba bastante. Para su curiosidad, no dudó en solicitarle permiso para acompañar al Primo Dei a una supuesta misión que este tenía…lo conoció en uno de sus tantos paseos por las orillas de las costas de Chaos, donde lo encontró en un estado bastante crítico y obviamente no dudó en ayudarle sin saber quién era ni tampoco lo que era. Lo único que la preocupaba era poder cumplir satisfactoriamente con el pedido, tanto por orgullo propio como por responsabilidad…Aunque no estaba muy al tanto de lo que se trataba, solo restaba esperar por la presencia del Primo Dei, y aunque no lo atosigaría con preguntas, realmente quería saber todo tipo de detalles. Un suspiro ligero abandonó sus labios mientras observaba tranquilamente hacia el frente con toda la atención del mundo, sin embargo, su mente estaba por demás de lejos…precisamente en otros tiempos. Después de tanto, al fin volvía ser ella, al fin volvía a sentirse cómoda con lo que era e incluso con quien era…Por otro lado, desconocía que cosas traería a su vida el camino que se le presentaba constantemente, cambiando de un modo u otro, pero estaba segura de que aprendía constantemente de sus errores para no volverlos a cometer, o al menos, espero esperaba.

Así de perdida entre sus pensamientos tan variados como discordantes, no tomó en conocimiento la presencia del Custos hasta que lo vio frente a ella y por inercia evocaba una sonrisa ligera como cuidadosa, asintiendo con sutileza pero siempre educación en lo que al final, dedicaba una reverencia muy ligera, ya que al menos en rango era netamente su superior. —Primo Dei, es un placer volver a verle y en mejores circunstancias— Informó tras observarle fijamente a los ojos, siempre con esa ilusión característica que portaba desde que se sentía tan libre, tan bien. —Por supuesto, escucho atentamente— Fue lo último que mencionó al darle la indicación exacta que ahí estaba, para escuchar lo que este tuviese que decirle. Como era de esperarse, mantuvo la postura de su cuerpo recta pero a su vez, relajada, con ambas manos a cada lado de su cuerpo e ignorando totalmente la presencia de otra persona u otras distracciones similares, pero sin dejar de permanecer así de atenta, dándole no solo el debido respeto sino atención que como superior y persona merecía.

La respiración de la fémina era pausada, calma, pero la gran verdad es que estaba muriéndose de curiosidad, deseaba saber para que se la requería, ¿cazar un monstruo tal vez?, ¿alguna criatura mitológica?, ¿algún criminal reconocido o potencialmente peligroso para la estabilidad del gobierno?. Quizás. Pero a su simple criterio eran nada más que conjeturas de todo tipo que estaba sacando por su cuenta, muy a su pesar tenía que ser paciente pero…la paciencia no era tampoco su punto fuerte. Sus labios se separaron apenas, ya que estaba a punto de cuestionar que harían en esa jornada, pero vio más prudente mantener la boca cerrada…Si, la Gladius era una entera contradicción sobre sí misma, sobre sus modos de comportarse o actuar referente a ciertas situaciones. No quería meter la pata, don tenía para eso y no la complacía en lo más mínimo tener que ser regañada por el ministro en cuestión.

Interacción:

por **Fingon Sindar** Vie Sep 02, 2016 6:50 pm

La intriga carcomía la mente del defensor de la luz, como era posible que una gran empresa como Tempus Company escudara a traidores y anarquistas? Era inconcebible y esto debía parar ahora. La ley no permitiría que se convirtiera en guardia del desquiciado, del terrorista ni del embustero. Su misión era difícil como siempre, enfrentar la oscuridad en el corazón de los enemigos y acercarlos a la gloria de su señor, el Lord, señor de todos los reinos. Su familia era muy, pero muy apegada a las órdenes del lord y lo consideraban una deidad superior, incluso le ponían al mismo nivel que el creador del mundo. Los detalles del comportamiento, las masacres y los tecnicismos que tachaban al gobierno de tiránico no le importaban pues él no era nadie para cambiar las cosas.

Rochallor, parecía mas fuerte que de costumbre y cada paso que daba era especialmente firme, corría por la carretera mientras dejaba un haz detrás de sí, aunque habían transportes mas rápidos, ir en una bestia era muchísimo más versátil, podrías cruzar un bosque, una planicie y un pantano con la misma eficacia y a la larga era ecológico.

Vermell había demostrado ser un soldado de la plena confianza del elfo, podía con certeza poner las manos en el fuego por ella y sabía que nos e quemaría, se comportaba frente a situaciones de presión, tal y como cabría en el conducto militar, diferente incluso que algunos de sus superiores si se tomaba en cuenta el altercado producido en Chaos. Uffff una casi revuelta por un par de ojos... momento, solo un ojo bonito. Que tendría debajo del parche? Alguna especie de cicatriz horrenda? Sería apropiado preguntar que le había pasado o era mejor guardar silencio, de todas formas los ojos de Fingon también eran extraños, siempre en ascuas, sin pupila y verdes con chispas, si era mejor no preguntarle al raro si uno lo es aún más.

Cuando llegaron Fingon puso sus pies en tierra y se apresuró a ayudar a bajar a la oficial. Después de todo era una dama, y aunque fuera lo suficientemente dura como para asaltar una aldea de piratas, era mujer y Fingon era un caballero después de todo, noble y todo pero que había decidido en lugar de casarse en un matrimonio convenido, enlistarse para servir a su nación.

-Estas lista Vermell, quizás ya estén dentro un Custos, el Primo Dei, solo espero que todo esto sea un malentendido y que Tempus Company no se resista a esta investigación, odiaría que una empresa que tanto le ha dado al gobierno y a sus habitantes sea arrasada hasta sus cimientos, porque juro por el lord si alguien me hace llenar un solo papel más…. Se detuvo mientras sus ojos se apagaban de pronto -Discúlpeme, tuve algunos problemas con un papeleo en una prisión hace poco y realmente tuve que dar innumerables explicaciones. Nada que venga al caso. Y ahora si esta lista.- Dijo el elfo mientras le miro con un rostro que difícilmente alguien consideraría como guardia real. Una sonrisa cálida y amena.

Camino por la recepción del primer piso con seguridad, vestido con un uniforme de tela formal del ejército, al costado llevaba su arma de servicio un gunblade corta y una boina en la mano, detestaba usar esa cosa porque parecía un marinerito.

Rochallor mientras se había quedado afuera y cada vez que alguien entraba o salía, hacia el intento de entrar al lugar, pero había un guardia privado que le vigilaba de cerca, no le dejaría entrar tan fácilmente. Pero el pajarraco había superado antes retos mejores que un hombre de dos metros de altura y de más de ciento veinte kilos de…. Bueno esperara a fuera como un pajarito bueno… pero si se descuidaba el guardia no dudaría en entrar detrás del amigo que le daba de comer mucho maíz en la mañana. No podía perder una excelente fuente de alimento.

En la recepción mientras tanto una mujer demasiado bella para contar con un curso de secretariado les ignoraba con mucha diligencia, Fingon carraspeo un poco para que le notaran, pero la concentración de la chica era sublime mientras hablaba por teléfono en una muy, pero muy obvia llamada privada, de todas formas el elfo no era un tipo prepotente y tenía una paciencia superior a la de todo el ejército combinada, pero era muy, pero muy probable que alguien tuviera que amenazar a otro alguien para que pudieran ver a su contacto. Nada más ni nada menos que Jelly…. Fernández? O algo así…. Fingon mientras era ignorado reviso su libreta y corrigió el nombre en su mente. Slater… Jellal Slater.

Interaccion:

por **Garnet Vermell** Sáb Sep 03, 2016 1:55 am

A Garnet le resultaba extraño que el mismísimo Quintus Dei le tuviese en cuenta para una misión secreta que le había sido encargada. Le halagaba el hecho de que confiara en ella para tal hazaña, pero a su vez sentía una intriga considerable ante tantos datos ocultos. Entendía que el Lord tendría sus razones para impedir que más soldados se unieran a la causa, de forma que no hizo más preguntas de las que debía a su superior cuando éste le llamó para acudir con él a ciudad Fedder. El transporte no era el mejor por el que podían haber optado, pero tampoco iba a quejarse por las condiciones impuestas para el viaje. En su caso, casi había optado por el maldito chucho que ahora era un perro más grande que un no-orco, pero por suerte iban en la bestia de Sindar.

Al parecer, debían conocer el paradero de uno de los periodistas de Tempus Company. Dudaba que el gerente de dicha compañía se negase a colaborar con ellos, si era un hombre razonable y sensato no se negaría a ocultar su paradero. De lo contrario, probablemente no se tratase de otro anti-gobierno más, pero que se encontraba encubierto gracias a su tremendo poder adquisitivo.

Asintió como agradecimiento ante el gesto cortés del Custos, al que respondió con una sonrisa cuando le ayudó a bajarse de la fiera en la que habían estado montados. Dio un pequeño salto para aterrizar al lado del elfo, mientras escuchaba lo que él decía. —Lista, mi señor.—Sabía que Arliden también participaba en la misión y que probablemente habría traído a algún aliado, aunque ignoraba quién podría ser. Tampoco iba a preguntar al respecto, probablemente Sindar desconocería aquello y si iban a verse dentro de poco, no estaba de más tener un poco de paciencia. —Si el director de Tempus Company es sensato, colaborará con nosotros, señor. Dudo que pretenda engañarnos. Tarde o temprano podríamos enterarnos,—afirmó con seguridad. Frunció el ceño levemente cuando su superior comentó algo acerca de cierto papeleo que tuvo que resolver en una prisión, pero pensó que aquello no eran asuntos suyos así que no iba a meter las narices.

La pelirroja acompañó al Custos hacia la recepción, donde la mujer que debía atenderles hablaba por teléfono incesantemente y en voz bastante baja. Sindar trató de hacerse notar, pero ésta no dudó en ignorarles. Garnet sintió el impulso de pegar un golpe en el mostrador para que la recepcionista se diera cuenta de la presencia de ambos, pero decidió que debía comportarse. En su lugar, se apartó la absurda boina reglamentaria de la cabeza, sujetándola con la mano izquierda. No le quedaba mal, pero el contraste de temperaturas entre el frío de Fedder y la calefacción de ese lugar le hacían tener calor con cualquier cosa que llevase puesta, y desde luego, no iba a quitarse el uniforme. Ni el parche. No señor, el parche no. Suspiró impacientemente mientras miraba a su alrededor, observando con curiosidad la decoración del edificio.

interacción:

por **Jellal Slater** Dom Sep 04, 2016 8:46 am

El día se presentaba como alguno normal. La montaña de documentos diaria encima de escritorio era la de siempre… bueno, más o menos. La verdad es que tenía un palmo menos de altura, cosa que se agradecía enormemente. Empezó a coger documentos, leerlos y firmar los que le interesaban, separando en una montañita a parte los que no lo hacían. La ardua tarea le llevó toda la mañana. Cuando hubo terminado con la primera ronda de papeles, paró a comer apenas un sándwich, para después seguir con la segunda. Los documentos que había descartado, la mayoría eran peticiones que no le interesaban, por lo que debía responder a cada una de ellas por correo. Encendió aquella computadora con solo una pasada de mano sobre las teclas y el soltar un poco de su magia sobre ellas. La máquina reconoció al momento la fuente de ese poder y se encendió, comenzando el director de la empresa a escribir a una velocidad de la que muy pocos serían capaces.

Una llamada por teléfono interno a media tarde lo desvió de su trabajo. El presidente descolgó el auricular y se lo puso en la oreja sin decir una palabra. “Señor, un tal señor Sindar insiste en verle, no me ha quedado más remedio que llamarle directamente” le llegó esa voz femenina desde el auricular. –Que pasen –fue la respuesta del CEO antes de colgar el auricular de nuevo. Se recostó en la silla y se quedó mirando el oscuro techo estrellado. ¿Qué querría el Quintus Dei de él? No lo sabía pero despertaba enormemente su curiosidad. Se le había olvidado recordarle a la empleada que les avisase de que en el piso del CEO apenas había calefacción y que, por tanto, hacía bastante frío. Jellal no soportaba el sofocante calor de las plantas bajas dedicadas a las grandes masas, él prefería el frescor de su tierra natal, aunque tampoco sin pasarse. A pesar del frío vestía una sencilla camisa morada con un par de botones abiertos y unos pantalones y zapatos negros. A pesar de ser el director de una compañía como TC vestía con ese aire juvenil y sencillo, no ten ostentoso como los otros empresarios. Algo bastante sencillo. El piso máximo no solo se caracterizaba por el frío, sino también por la decoración del piso, hecho de paredes negras con tenues luces flotantes, como pequeñas estrellas, que daban la sensación de estar plantado en medio del universo. A parte de eso no había ningún tipo de adorno caro y costoso Eso era el piso más alto: especial en todos los sentidos.

El mago volvió a centrar sus esfuerzos en el ordenador. Tenía que mandar un mensaje a cierta persona, ya que, de todos los Dei que había, el Quintus Dei tenía fama de ser el más estricto. Sea lo que sea lo que quisiera, si se negaba podía ponerse agresivo. “Espero que Marcus esté disponible para echarme una mano con esto” pensó antes de enviar el mensaje al susodicho. Sabía que el Gladius había tenido un pasado de cazarrecompensas y que podía ayudarle a llevar la situación más fácilmente contra gente como Fingon Sindar. Poco después unos golpes por la puerta sonaron y el Quintus Dei entró por la puerta acompañado por una militar de menor rango.

El mago se levantó de su asiento tras su escritorio con los brazos abiertos en señal de bienvenida. –Bienvenido, señor Sindar y señorita… ummmmm… -se quedó pensando con la mano en la barbilla. Le sonaba la otra muchacha de algo, pero no se acordaba de quien era. –Bueno, bienvenidos seáis- dijo quitándole importancia -. Poneos cómodos, por favor- les señaló unos sofás que rodeaban una mesa baja, una zona hecha especialmente para charlar. Justo antes de poder sentarse con ellos, una llamada de teléfono lo distrajo. Volvió a coger el auricular y ponérselo en la oreja. -¿El señor Arliden con una acompañante? Claro, que pase. Por cierto, si llega el señor Blacklock hazlo pasar directamente también. Gracias.- volvió a colgar el auricular. Hacía tiempo que no tenía tantos invitados. Comenzó a rondar la habitación, cogiendo tazas y una jarra de chocolate caliente que tenía esperando desde hace tiempo. Pasar de nuevo del calor sofocante de las plantas bajas al frío de la más alta era un poco desagradable, y un chocolate caliente era lo mejor para entrar en calor y, por qué no admitir que también se le había antojado una taza.

Colocó las seis tazas y las sirvió hasta arriba de aquel espeso y cálido líquido. –Esto es de lo mejorcito que entra en el cuerpo con el frío-. Cogió la suya y se acomodó en el respaldo de un sillón individual que se encontraba colocado de forma que podía verlos a todos y todos a él. Aún quedaban unos minutos hasta que el ascensor recorriera todos los pisos y el Primo Dei llegara allí, pero no era agradable tampoco hacer esperar a sus visitas. –Bueno, ¿a que se debe esta inesperada y numerosa visita, Quintus Dei? -Preguntó con aparente despreocupación y sin apartar la vista de la taza de humeante chocolate.

Interacción:

por **Fingon Sindar** Mar Sep 27, 2016 1:52 pm

Al fin, al fin, al fin, la guapa mujer de la recepción se dignaba a prestarle atención a los dos militares que se encontraban en la recepción, ella medio con la vista perdida en sus propias uñas, largas como una cascara de maní les pregunto que deseaban y Sindar de inmediato se inclinó sobre el mesón para decirle que por orden del Lord necesitaban entrevistarse con el CEO de Tempus Company, le mostro un blasón que le identificaba como oficial del ejército junto con una orden sellada.

-Fingon Sindar, y Garnet Vermell, necesitamos un audiencia de inmediato con el CEO de Tempus Company, Jellal Slater.- explico con una voz algo débil pues trabarse con civiles no era lo suyo.

-Me temo que eso no será posible, el señor Slater es una persona publica demasiado ocupada como para atender visitas improvisadas, si lo desea puedo agendarle una entrevista para la semana que viene, eso si no le puedo asegurar nada- Dijo la chica que estaba viendo un botón brillar en el teléfono, y estuvo a punto de tomar la llamada, incluso levanto el auricular.

-Me temo señorita que es un asunto que involucra seguridad gubernamental, me es imposible extender los plazos de nuestra investigación por tanto tiempo, por ello… insisto, necesitamos ver al señor Slater. Ahora.- insistió el Custos mientras le extendía aún más el documento y con dos dedos de su otra mano impedia que descolgara completamente el telefono.

-Lo siento señor, aunque sea la suprema sacerdotisa, no puedo pasarle cit….

-No soy señor, soy el Quinto Custos, Fingon Sindar. Y es una orden de nuestro señor el Lord de todo Spirit Soul que avise de nuestra llegada, si no lo hace, entraremos por la fuerza y usted señorita… Jannin- Dijo mientras leyó la placa del nombre de la chica. -Será procesada en este mismo instante por obstrucción a la justicia, Bellator Vermell, las esposas por favor. Tiene usted algún familiar a quien debamos avisar de vuestro procesamiento?, alguna mascota, algún hijo, alguien de quien debamos hacernos cargo mientras dure la investigación.- consulto el elfo con ojos decididos y el rostro inmóvil como esculpido en piedra.

La chica pareció rebotar en la silla frente a las palabras del Quinto Custos al tiempo que el elfo hablaba y marco un par de números veloz como el rayo, conversó rapidamente con alguien por teléfono, sigilosamente con una mano sobre la bocina. Fingon ya había esperado mucho y cada segundo contaba cuando se trataba de una misión de su señor el Lord. Al escuchar la potente voz del oficial la gente que pululaba alrededor se detuvo instantáneamente en donde estaba y giró a mirar la escena, nadie podía desafiar la autoridad de un Custos y como ya estaba comprobado su sola palabra era suficiente para que a una persona se le metiera en la cárcel de inmediato, algunos sudaron copiosamente y se metieron en sus oficinas, uno incluso se metió en un armario que guardaba escobas pero no saldría por nada en al menos treinta minutos.

Cuando la señorita les dio instrucciones para pasar, caminó presuroso junto con la siempre confiable Vermell, al llegar al ascensor Fingon pareció respirar agitado, nunca había hecho una cosa así, pero previamente había quedado de acuerdo con su señor, el Primo Dei que la táctica que usarían seria el antiquísimo juego del policía bueno y el malo y a él lamentablemente le había tocado ser el malo.

-Bueno, creo que eso ha resultado más eficaz de lo que había imaginado- Dijo con una leve sonrisa mientras detenia la puerta para su compañera -Solo espero que el presidente de la compañía sea más accesible con nosotros, ojala no sea un viejo decrepito con mil trucos de mercadotecnia, seria humillante que nos engañe y terminemos comprándole acciones en lugar de interrogarlo.- termino diciendo mientras presionaba el botón del último piso.

Al llegar al piso donde se encontraba la oficina del presidente fue recibido por un joven, parecía ser el hijo del presidente o algo por el estilo, tenía completo dominio del ambiente en el que se movía. Fingon estrecho su mano Vermell, Bellator Vermell, respondería ante la consulta de la hermosa pelirroja que le acompañaba en la misión.

El muchacho recibió otra llamada, Arliden había llegado también, perfecto, a veces cuando varios consultan a un sospechoso es más fácil que alguna cosa se escape, él sirvió lo que parecía ser un brebaje, el elfo recibió la taza pero solo por cortesía, no bebería algo que no conocía su procedencia, menos en medio de una misión, pero se notaba que era un chocolate de excelente calidad.

-Necesitamos ver de inmediato al presidente de Tempus Company, es usted quien le representa, déjeme decirle que no es bien visto por nuestro gobierno que posibles sospechosos… sospechosos no, es aún una palabra muy incriminatoria, sino más bien, “Socios Estratégicos” se oculten de sus aliados.- indico Fingon para asegurar de que la información que necesitaban recabar viniera de los labios del propio elemento a investigar, en este caso Jellal Slater.

La sorpresa seria evidente en su rostro al enterarse de que ese mismo muchacho era a quien buscaban, era demasiado joven como para ser dueño de una empresa tan reconocida y que la dirigiera el mismo era una tarea titánica. Aun en su sorpresa el elfo habló. Y habló sin tapujos.

-Entre sus contrataciones mi señor, se encuentra un elemento al cual necesitamos localizar, desconozco si estará en estos momentos en las dependencias o si estará en algún trabajo de campo, pero tenemos información de que existe en su periódico un empleado de nombre…- Busco en su libreta, seguramente Garnet tendría mejor memoria y se lo soplaría… -Necesitamos verle de inmediato, se dice que está ocultando información privilegiada sobre el paradero de cierto elemento replicante que se encuentra contra el orden establecido y las pesquisas nos han llevado hasta este lugar, tiene usted alguna información antes de que le busquemos?, se encuentra el aquí? Le conoce directamente?- termino tajante el Custos sin despegar un segundo su mirada del ejecutivo. Quería leer cada musculo de su rostro.

por **Andrew M. Hale** Dom Oct 23, 2016 5:12 pm

El mundo…las personas, las lealtades, todo era controlado por el dinero. No importaba a quien fueras fiel o bajo quien hubieses crecido…siempre existiría una suma lo bastante grande como para corromperte. Eso era una verdad absoluta que muchos intentaban ignorar pero otros, como era el caso del caza recompensas, lo aprovechaban para su propio beneficio. Siendo un hombre sin lealtades y lo bastante consiente de que el mundo no era una gama de blanco y negro…sino una gran capa de gris, en lugar de ser dominado por la codicia…era capaz de controlar sus propios instintos y manipular de esta manera a quienes lo contrataban para siempre obtener más beneficio monetario.

En esta ocasión su empleador era un hombre de bastante flujo monetario…el dueño de la compañía que creo la extremidad que reemplazo su brazo perdido. Generalmente se mantenía lejos de los civiles pero tenía cierta deuda de gratitud con esa compañía, siendo la única razón por la cual acepto tal trabajo. Según parecía laboraría como una especie de guarda espaldas, algo simple si se trataba de un viaje común ya que la mayoría de criminales en las rutas de Tempus no solían ser demasiado complicados de controlar aunque como siempre podía existir una o dos complicaciones, exigió más dinero del que usualmente cobraba previo a su viaje hacia el punto de reunión —Que tanto mal podría salir —Murmuró luego de guardar la suma recibida en su hogar, partiendo entonces hacia las frías tierras del reino tecnológico.

Se abrió camino por el cielo en una pequeña motocicleta que se mantenía a flote gracias a poderosas corrientes de vapor que emergían por debajo de las ruedas. Su destino era la misma ciudad donde llego varios años antes manchado de sangre y polvo. Fedder en sí misma no había cambiado en lo absoluto….todos los edificios se veían exactamente iguales y las personas también parecían haber quedado atrapadas en una esfera de tiempo congelado — La tierra de la tecnología…tan fría como las maquinas que crean —Musitó mientras giraba su vehículo en medio del aire y ajustando la trayectoria, comenzó su descenso sobre uno de los jardines externos de la magnánima compañía en el mismo corazón de esa metrópolis futurista.

Convirtiendo su vehículo en una pequeña esfera que colgó de su cuello, Andrew se dirigió hacia la entrada de la compañía donde le señalaron el camino hacia el despacho del dueño. No era su primera vez en aquel sitio, mucha de la gente lo reconocía…en especial los técnicos que de vez en cuando le ayudaban a conseguir las refacciones para su brazo. Algunos otros le había provisto de las herramientas para desarrollar sus nanites y su control tecnológico aunque aquello lo hicieron más por un favor personal ya que era información un tanto clasificada hasta donde tenía conocimiento el Efreet —Buenas Tardes…me están esperando —Dijo a la secretaria del dueño antes de abrir las puertas del despacho y observar en silencio a los que ya se encontraban allí.

Reconocía por conocimiento popular a los afamados custos aunque se limitó a solo observarlos, sin mostrar alguna señal de interés en ellos. En cambio sí mostro ligero interés en la pelirroja, a la cual se acercó y rodeo con sus brazos —Nadie me aviso que te encontraría aquí…es bueno verte de nuevo, flamita —Dijo sonriendo de lado luego de dejar un pequeño beso en la mejilla de la muchacha, girando entonces hacia el dueño de esa compañía, saludando con un pequeño movimiento de cabeza —Lamento mucho mi demora, tenía asuntos que resolver antes de poder venir —Explicó con bastante calma mientras se apoyaba en la pared lateral del despacho, esperando a recibir la información completa de lo que iban a hacer allí.

Interaccion:

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Traición, sangre y gloria. [Mini-Trama]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016